JESUS TERAN 78

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JESÚS TERÁN

Editorial El primero de septiembre del año en curso se cumplieron 80 años de la invasión a Polonia por parte del ejército nazi, evento que detonó la Segunda Guerra Mundial, considerada la más destructiva y traumática de todas. A 80 años, es importante reflexionar sobre las lecciones aprendidas y las que todavía no lo son, porque una de las causas de la guerra fue el nacionalismo (también lo fue de la Primera Guerra Mundial), que de forma exacerbada, invita a las manifestaciones de discriminación, racismo y xenofobia; es decir, intolerancia generalizada hacia aquellas personas no consideradas de la cultura propia e identificadas con grupos o naciones con menos desarrollo, en situación de marginación, en conflictos bélicos o con valores culturales muy diferentes; lo que propicia el desconocimiento y rechazo hacia el otro, y en consecuencia distintas formas de violencia y violación a los derechos humanos. Melissa Mares Ortiz en su colaboración aborda los 80 años de inicio de la Segunda Guerra Mundial desde la óptica de la discriminación, fenómeno todavía presente en la actualidad; por su parte Caridad García Terán escribe sobre el genocidio, sabemos que en la guerra hubo una política de exterminio, y no solamente a los judíos, sin embargo, su reflexión, al igual que la de Melissa Mares apunta a los genocidios o delitos de lesa humanidad que todavía se perpetran sobre poblaciones o grupos vulnerables; finalmente, quien suscribe estas líneas, presenta un artículo sobre la guerra desde una perspectiva geopolítica, que se puede relacionar con las otras dos colaboraciones, porque se unen bajo el tópico del nacionalismo y la superioridad, traducido en una forma de imperialismo, poder y dominio. La Segunda Guerra Mundial como tema de análisis y estudio todavía tiene mucha tela para cortar, se debe seguir reflexionando sobre ella, en el sentido de no repetir prácticas de xenofobia, racismo, discriminación, superioridad racial y violencia generalizada; hasta el punto de llegar a un conflicto bélico y un nivel máximo de destrucción; en dicho sentido, la garantía y respeto de los derechos humanos, la paz, la tolerancia y la diversidad en todo el mundo, son todavía grandes valores e ideales sobre los cuales se debe seguir trabajando. Agracedemos a La Jornada Aguascalientes este espacio para la libre expresión de opiniones. Con su edición número 78, esperamos que se siga consolidando el suplemento Jesús Terán, como un espacio para abordar temas de interés en material internacional.

Suplemento sobre Estudios Internacionales para La Jornada Aguascalientes Septiembre 2019

No. 78

Coordinadores: Aurora Terán Fuentes Soren Héctor de Velasco Galván

AURORA TERÁN FUENTES

Prisioneros de guerra. "La interminable procesión de prisioneros alemanes capturados con la caída de Aachen marchando por las ruinas de las calles de la ciudad al cautiverio", octubre de 1944 https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Kriegsgefangene_in_Aachen_(1944).jpg


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La Segunda Guerra Mundial, Una lectura geopolítica AURORA TERÁN FUENTES

Doctora en Historia. Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 011.

80 años se cumplen del inicio de uno de los eventos más emblemáticos y traumátivos del siglo XX, cuyas consecuencias fueron de largo alcance. Me refiero a la Segunda Guerra Mundial, la cual sigue presente en el imaginario colectivo por ser un contenido importante en clases de historia, porque todavía hay sobrevivientes de la guerra cuyos testimonios valiosos se continúan recuperando, por las imágenes del conflicto recibidas desde la perspectiva de la industria cinematográfica, por el surgimiento de grupos neonazis añorando volver al pasado, por los memoriales levantados con el objetivo de no olvidar. Por otro lado, es un tema de investigación inagotable y, precisamente a 80 años nos encontramos en un momento revisionista, y se establecen relaciones con acontecimientos del presente como la emergencia del nacionalismo (en respuesta a la globalización), la discriminación y la xenofobia; para algunos son signos de alerta, en el sentido de no volver a repetir la historia. La Segunda Guerra, uno de los eventos más conyunturales del siglo XX, su culminación significó por ejemplo la concreción de un sistema internacional a través de diversos organismos como la ONU, también supone el inicio de la Guerra Fría (para algunos autores estamos viviendo una segunda Guerra Fría), con el eterno enfrentamiento occidente-oriente, cuyo símbolo fue el Muro de Berlín, es decir, la Alemania vencida y dividida. El inicio de la Segunda Guerra, hace 80 años, permite explicar las relaciones internacionales de la época, con sus dinámicas imperialistas y lecturas geopolíticas. Conceptos como imperialismo, territorio, recursos, nacionalismo, soberanía y superioridad, se pueden interpretar en el contexto de la guerra. Culturalmente compartimos imágenes, personajes, símbolos y acontecimientos de la guerra, por ejemplo, vienen a la mente la figura de Hitler, los campos de concentración, el genocidio hacia los judíos o la esvástica. Sin embargo hay muchas interpretaciones, relacionadas con los conceptos enlistados en el párrafo anterior. Desde una interpretación geopolítica, la avanzada del ejército alemán hacia el este, teniendo como fin llegar a la URSS, respondió a la necesidad expansionista de los alemanes y el dominio de los recursos rusos. Atrás de dichas acciones, encontramos un postulado teórico de la escuela geopolítica inglesa, relacionado con el heartland (isla o corazón continental/mundial), lugar en donde se encuentra el pivote geográfico de la historia, es la región cardinal más importante de todo el mundo, rica en recursos, es la frontera histórica del este-oeste, “quien domine dicha región, dominará el mundo”. Se buscaba el exterminio de la población eslava, a favor de la raza aria, el control y explotación de recursos, y el dominio de la región pivote. Una prioridad para los nazis fue engrandecer territorialmente a Alemania, cumplir el sueño de la Gran Alemania habitada por puros alemanes, de ahí, las primeras avanzadas antes del inicio del conflicto fueron hacia el este, con el fin de sumar a la población germana, sin embargo, abrió camino hacia el heartland. En 1938 Hitler invadió Austria y la anexionó a Alemania. Para él las dos naciones eran un único país, un territorio habitado por germanos, de ahí uno de sus objetivos fue la unificación. En el mismo año se dio la Crisis de los Sudetes y su posterior anexión, los Suderes es una región entre Bohemia, Moravia y Silesia, al interior de la antigua Checoslovaquia, habitada por una minoría alemana.

Después vino en 1939 la invasión a Polonia que marcó el inicio de la guerra, abriendo el frente de guerra del este, el más desgastante a lo largo de todo el conflicto bélico. La estrategia inicial de Hitler fue garantizar y someter el occidente (Bélgica, Países Bajos, Francia y Gran Bretaña), para después continuar con el avance hacia el este, sin la presión de conflictos al oeste. Ya sabemos cómo Gran Bretaña resistió y fue parte del desgaste de las tropas y armamento alemán. ¿Por qué la necesidad de avanzar al este?, además de la avanzada para dominar la región pivote, también se respondió a otro principio geopolítico: la búsqueda del espacio vital para la población alemana, Lebesnraum, porque la grandeza de un país se mide por su territorio y su población, el espacio vital se encontraba en la Europa central y la del este; en consecuencia, el anterior es un principio teórico que justifica la expansión territorial, el colonialismo contemporáneo y el imperialismo. La búsqueda del espacio vital, también respondió a las obligaciones impuestas a los alemanes en el Tratado de Versalles de la Primera Guerra Mundial, mediante el cual, Alemania tuvo que ceder un importante porcentaje de su territorio. Con Hitler en el poder, uno de los objetivos giró en recuperar lo perdido y obtener más. De ahí, el frente de guerra del este, fue el que sufrió más presión, porque el objetivo era dominar a los rusos y propiciar la caída de la Unión Soviética, para acceder a la región pivote y garantizar el espacio vital; la estrategia fue la Operación Barbarroja. Ya sabemos la historia, finalmente no se logró el objetivo, fue mucho el desgaste de las tropas alemanas, la URSS sacrificó mucho (fue el país con más pérdidas humanas, sin contar las materiales), sin olvidar el clima como un factor clave, el invierno ruso, nuevamente representó una ventaja para los soviéticos en la guerra. La región pivote nunca estuvo al alcance de los alemanes. Concluida la guerra, los germanos recibieron, por parte de los países aliados vencedores (URSS, EEUU, Reino Unido y Francia), una imposición ejemplar geopolíticamente hablando, la división de Alemania (primero en cuatro zonas de influencia y luego en dos: Alemania Federal y Alemania Democrática), durante todo el periodo de la Guerra Fría, el símbolo de la división fue el Muro de Berlín, derribado por los habitantes de Berlín en 1989. Al finalizar la Segunda Guerra, los sueños de grandeza territorial se perdieron y nuevamente imperó la fragmentación, aspecto medular en la historia de Alemania. Créditos de imágenes: Pivote geográfico de la historia. Según Halford John Mackinder (1861-1947), de la escuela geopolítica inglesa. Imagen disponible en: https://geografiandolatierra2015.blogspot.com/2016/08/el-corazon-del-mundo-el-pivote-mundial.html Invasión a la Unión Soviética, las tropas de la Wehrmarcht cruzan las fronteras de la Unión Soviética, 22 de junio de 1941. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:22june1941.jpg Operación Barbarroja, 1941. Mapa. Imagen disponible en: https://medium.com/@laudaz20/las-razones-tras-el-fracaso-de-la-invasi%C3%B3n-alemana-a-rusia-9580233d2690


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¿Aprendimos? MELISSA MARES ORTIZ Licenciada en Ciencias Políticas y Admón. Pública.

¿Qué motivos pueden ser suficientes para lograr que las grandes potencias a nivel mundial se involucren en una guerra durante seis años? No podemos encontrar una respuesta única a esta interrogante, aunque detrás de muchos de sus actos, encontramos el odio, así como el combate contra el mismo. En el presente año se cumplen ochenta años del inicio de la Segunda Guerra Mundial, en la cual las fuentes más conservadoras hacen referencia a una cifra de 60 millones de muertos, los resultados producidos, sin duda fueron determinantes para el establecimiento de la conformación política y social en la que nos desenvolvemos actualmente. Como consecuencias podemos reconocer la creación de la Organización de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la reestructuración de fronteras, la creación del Estado de Israel, el impulso y consolidación de la industria mexicana en diferentes ámbitos, entre muchas otras secuelas de igual importancia.

La Segunda Guerra Mundial es principalmente recordada por haber sido el escenario de uno de los genocidios más grandes de toda la historia, el asesinato de aproximadamente seis millones de judíos con el uso de métodos masivos de exterminio y a través de justificaciones que resulta interesante comparar con argumentos que de forma reciente se han levantado en contra de diversos grupos sociales. El primero de ellos es el argumento que señala a la raza como un factor determinante de la calidad o capacidad de una persona, considerando que el pertenecer a un grupo o denominación por tu nacimiento te hace mejor o peor. Podemos observar cómo al pueblo judío se le acusó de provocar el decaimiento de la economía de forma generalizada, de presentar rasgos físicos despreciables y un sinnúmero de declaraciones más, las cuales a pesar de la diferencia del tiempo y del grupo en cuestión señalado podemos ver que esta señalización se encuentra presente en nuestro país en contra de los grupos indígenas, a los que se les culpa del atraso económico del país, de una supuesta ignorancia y de una pereza que bien ha sido ampliamente demostrada como inexistente (“¡Ah, como eres indio!" ¿Nos suena familiar?).

De la misma forma, otros de los rasgos que caracterizaron al régimen nacionalsocialista fueron el terrible discurso de odio, la limitación en la participación de la toma de decisiones dentro de la vida pública y el atentado contra las libertades individuales, coartando con ello el ejercicio de derechos humanos, indispensables para el desarrollo con dignidad de las personas. Tristemente, podemos encontrar que en nuestro país, las personas migrantes el día de hoy están siendo víctimas de los mismos ataques. Una de las grandes enseñanzas, plenamente vigente, de la Segunda Guerra Mundial y que no debemos olvidar por ningún motivo, radica en no permitir que el odio, la ignorancia y el temor a aquel que es diferente a nosotros se imponga. En nuestros días, en una sociedad donde existe la convivencia y respeto mutuo, en la cual las necesidades del otro son valoradas y atendidas por amor al resto de la humanidad, no debe consentir prácticas de discriminación, racismo o xenofobia.

Arriba: Auschwitz Foto de Alexandre Lepage. 2013. Disponible en: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Auschwitz03.jpg Izquierda: Campo de concentración de Auschwitz, muro de ejecuciones. Foto de Bartek Chmiel. 2006. Disponible en: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Sciana_stracen.-


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Colorín colorado...

¿este cuento se ha acabado...? CARIDAD GARCÍA TERÁN Licenciada en Ciencias Políticas y Admón. Pública.

Hace 80 años del final del cuento de terror que nos gusta llamar “Segunda Guerra Mundial”, y por qué cuento de terror, porque todavía hoy en día como Humanidad nos sigue doliendo y asustando, es una herida viva en el imaginario colectivo, es ese pedazo de nuestra historia que nos gustaría fuera mentira, un periodo que desearíamos fuera simplemente una mentira, algo que nunca pasó; un simple cuento terror que uno leería y nunca más volvería a leer por lo fuerte que fue, y lo escalofriante y macabro de su trama. Mas es claro que solamente es un deseo, la Segunda Guerra Mundial por más que nos pese, no es un cuento, es un acontecimiento histórico que nunca debe ser olvidado para prevenir en el futuro que se vuelva a repetir semejante daño a la humanidad: genocidio, racismo, xenofobia, homofobia, crímenes de lesa humanidad, nacionalismo exacerbado y muchas otras heridas que resuenan en los ecos de la Historia. Sin duda, siempre será considerado como uno de los periodos más negros de la Historia Universal, no obstante, no todo es blanco y negro, siempre existen matices, gracias a esa guerra, como en muchas otras, se dio un importante avance tecnológico y desarrollo en varias

áreas del conocimiento y las ciencias; además, dio la pauta para la creación de la Organización de las Naciones Unidas, precisamente, para evitar que algo semejante se volviera a repetir; propició la construcción de bases más sólidas en materia del Derecho Internacional, así como una búsqueda incansable de la protección de los derechos humanos de todos los seres humanos. Ahora es momento de preguntar ese “cuento de terror”, ¿realmente terminó?, la lección para la Humanidad ¿quedó aprendida?, las naciones del mundo entendieron que todos en la calidad de seres humanos deben ser tratados de la misma manera y tienen que tener acceso a los mismos derechos; en el mundo, ¿ya no existen genocidios, racismo, discriminación, violaciones de los derechos fundamentales...? Lamentablemente ese cuento no ha terminado, todos creyeron en su momento que la herida fue tan grande, el daño fue de una magnitud increíble, que nadie permitiría ese tipo de actos de nuevo, realmente lo que queda son otros capítulos de ese cuento, capítulos que parecen nunca terminar, múltiples secuelas en varias partes del mundo y la “Humanidad” que paradójicamente carece de humanidad está callada. El peligro de que esos capítulos cada vez sean más largos, frecuentes y dolorosos es inminente, no podemos quedarnos con los brazos cruzados o simplemente cerrar los ojos, mientras se sigan permitiendo el atropello a los derechos humanos, todos estamos en peligro de ser algún día las víctimas. Abramos los ojos…existe el racismo en prácticamente todos los países, genocidios en África, desapariciones forzadas en toda América Latina, el regreso paulatino de la extrema derecha nacionalista en varias regiones del planeta, desplazados y refugiados como los kurdos y los sirios por motivos bélicos… ¿las señales no son claras?, ¿algún día acabará realmente éste cuento de terror?

Perdidos por siempre. Auschwitz - campo de concentración alemán-nazi, número de muertos: 1,1 millones. Solo las fotos sobrevivieron. Foto de Michal Osmenda. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Lost_forever_(1920214061).jpg


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