Jesús Terán 48

JESÚS TERÁN

Suplemento sobre Estudios Internacionales para La Jornada Aguascalientes Marzo

2017

No. 48

Coordinadores: Aurora Terán Fuentes Soren Héctor de Velasco Galván Diseño: Martín Ludin Ávila García

Editorial AURORA TERÁN FUENTES

2016 fue un año dedicado a Jesús Terán Peredo por su 150 aniversario luctuoso, en este suplemento se le dedicó un número para discutir y difundir su legado. Ahora, la edición de marzo 2017, nuevamente se la dedicamos en relación con un proyecto editorial conmemorativo que se realizó a lo largo del año pasado, dicho proyecto consistió en un libro colectivo que recuperó desde varias miradas de la historia: el contexto, el personaje y las fuentes, de un periodo de la historia mexicana marcada por la consumación de la independencia hasta la época de la República Restaurada, ¿por qué dicho periodo?, porque coincide con el nacimiento y muerte de Jesús Terán.

También es importante mencionar que en abril la Casa Terán se pone de manteles largos, al celebrar su primer cuarto de siglo como un centro de animación cultural. Por ende, con respecto a la figura y entorno de Jesús Terán, continúan las celebraciones.v El primer artículo que es de quien suscribe estas líneas, establece el vínculo de Jesús Terán con la Casa Terán, con respecto al tema de la educación, porque el hombre creyó en las bonanzas de la educación para impulsar a la entidad, y la finca en la cual vivió el hombre, actualmente entre sus funciones tiene la enseñanza de las artes.

La segunda colaboración es de la autoría de Salvador Camacho Sandoval, es una reseña del libro conmemorativo Tras los pasos de Jesús Terán, editado por el Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura, que reunió la pluma de nueve colaboradores que desde perspectivas diferentes analizaron la figura de dicho personaje. Salvador Camacho nos compartió el escrito que comentó en la presentación del libro.

Esperamos que sea de su interés y agradecemos al periódico La Jornada Aguascalientes, que ha permitido la consolidación de este espacio de opinión y expresión.

Jesús Terán. Archivo Histórico del Estado de Aguascalientes. Fototeca.

Fondo: Personajes.

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Abril para Terán AURORA TERÁN FUENTES Doctora en Historia Universidad Pedagógica Nacional Unidad 011

2016 fue un año dedicado al hidrocálido Jesús Terán, con motivo de su 150 aniversario luctuoso, la fecha precisa de su fallecimiento fue el 25 de abril de 1866 en Francia; el tiempo corre y no perdona, y en el próximo abril, Terán ya cumplirá sus 151 años de muerto. No obstante, abril, también es importante no sólo en la biografía de dicho personaje, sino también en la historia de la Casa Terán, ya que el mismo 25 abril de 1992 fue inaugurada como centro de animación cultural (pertenece al Instituto Cultural de Aguascalientes), por lo tanto, en esta función social que tiene dicho espacio arquitectónico cumple 25 años.

Es importante también recuperar el año de 1986, cuando la finca ubicada en la calle Rivero y Gutiérrez, fue declarada monumento histórico, es un inmueble protegido por el INAH. El hecho de que la Casa Terán se dedica a la enseñanza y promoción de las artes, claramente va acorde con la vida, obra y gustos de Don Jesús Terán, lo anterior lo digo, porque si vamos a su biografía, él fue un amante de las artes y fue un hombre culto. Él veía en la educación (enseñanza) el motor para llegar al progreso y para que los hombres y las mujeres fueran civilizados y crecieran tanto espiritual como materialmente y, en consecuencia, transmitieran a sus hijos desde el hogar el amor por las ciencias y las artes, el valor del trabajo y el inicio de una educación moral y cívica.

En su Informe sobre las clases laboriosas de la sociedad y medios de mejorar su condición, publicado el 3 de diciembre de 1855 en el periódico El Siglo Diez y Nueve, Terán expuso la situación en que se encontraban los jornaleros del campo, que provocaba un círculo vicioso de la pobreza, porque era tan extenuante el trabajo, que no contaban con el tiempo para la educación y el esparcimiento. Transcribo unas líneas del Informe: Los padres de familia y todos los varones de edad competente, trabajan, con excepción del rato en que almuerzan, desde la salida del sol hasta el ocaso, y duermen toda la noche, sin consagrar jamás un rato a la educación de sus familias, ni trabajo o diversión alguna mental que pudiera perfeccionar sus facultades.

La preocupación por ilustrar e instruir al pueblo de Aguascalientes para mejorar sus condiciones, lo llevó a impulsar la educación en Aguascalientes, fomentó la educación secundaria (El Instituto Literario de Ciencias y Artes, dedicado a la Inmaculada Concepción, considerada una escuela de educación superior), también promovió la Academia de Dibujo para beneficio de las clases trabajadoras, propuso un proyecto de biblioteca pública al Congreso de Zacatecas, además fue maestro en el Instituto. Fue abogado de profesión, pero abrazó la docencia por gusto, además de abonar a las discusiones pedagógicas al analizar modelos de enseñanza, fue un defensor de implementar nuevos enfoques.

Casa Jesús Terán http://i2.wp.com/www.lja.mx/wp-content/uploads/2016/07/28280623336_62613275ef_k.j pg?fit=1371%2C2048

El hecho de que la Casa Terán tenga en la actualidad una función social relacionada con la enseñanza de las artes, tiene un fuerte simbolismo cuando se relaciona con la biografía de Jesús Terán, un hombre que creyó en la educación como una herramienta poderosa del progreso material y espiritual.

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Jesús Terán, un liberal para estos tiempos de retrocesos

SALVADOR CAMACHO SANDOVAL Doctor en Historia de América Latina Universidad Autónoma de Aguascalientes

Hablar de Jesús Terán es fundamental en estos tiempos en que han regresado por sus fueros los grupos conservadores, la jerarquía eclesiástica y los gobernantes vende-patrias (no puedo decirles de otra manera y no siempre puedo ser políticamente correcto). Conocí de manera especial a Jesús Terán por sus cartas que reunieron Elizabeth Buchanan y Pilar González en un libro que publicó el ICA en 1998. Me pareció, en verdad, un aguascalentense extraordinario.

Jesús Terán fue un hombre de dinero, culto, liberal, republicano y federalista, que nació con la Independencia de México, en 1821, y que participó de manera destacada en la construcción de un Estado moderno y una nación soberana. Falleció el 25 de abril de 1866 a los 45 años mientras negociaba en Europa, por mandato de Benito Juárez, para que no llegaran las tropas inglesas al país y para convencer al archiduque Maximiliano de Austria de que renunciara a la idea de gobernar el imperio que querían los grupos conservadores de México.

Jesús Terán fue gobernador de Aguascalientes de 1855 a 1857 y asumió el compromiso de fortalecerlo como estado soberano, pues, como Partido, se había separado de Zacatecas. Como se ha señalado en el libro, él tuvo la profesión de abogado pero la vocación de educador. Como parte de un generación de extraordinarios liberales críticos y propositivos, Terán pretendió ofrecer maneras de hacer de México un país próspero y disminuir los condiciones pésimas en la que vivían muchos de sus habitantes, por eso le apostó a la educación y no fue casual que fundará la primera institución de educación superior en Aguascalientes, el Instituto Científico y Literario de la Purísima Concepción, y fortaleciera la Academia de Dibujo y las clases nocturnas para los trabajadores. Partía de la convicción de que la nueva nación no podía progresar ni tener una sociedad civilizada si sus habitantes eran ignorantes y de “costumbres casi salvajes”, según sus palabras.

A finales de 2016 se presentó el libro Tras los pasos de Jesús Terán, en el marco de su 150 aniversario luctuoso, a continuación realizo una breve reseña de cada uno de sus apartados: Mariana Terán, en su artículo, refiere no únicamente a la obra educativa, sino a lo que ella llama atinadamente “El horizonte educativo de Jesús Terán Paredo”, porque él visualizó la importancia de las ciencias y las artes en la formación del nuevo ciudadano. No era casual entonces, que apoyara la consigna revolucionaria de “A esa turba de abogados y clérigos hay que sustituirlos por hombres de ciencia, de trabajo, de instrucción…” (citado por Pedro de Alba).

Mariana Terán analiza las propuestas educativas en un marco sociopolítico amplio, a la vez que se asoma a las lecturas que él hacía, para lo cual nos comparte la lista de libros que tenía en su casa.

El compromiso con la educación, lo tuvo de manera particular siendo un joven profesor y vicedirector del Instituto Literario de Zacatecas y sinodal en los exámenes de la Academia de Dibujo Municipal de Aguascalientes, tal como lo menciona en su colaboración Luciano Ramírez Hurtado, quien comenta que Jesús Terán, siendo estudiante destacado del Instituto zacatecano fue invitado para impartir la “cátedra de preparación del idioma latino” y como vicedirector para cuidar el orden, bajo la idea de que “la exactitud y firmeza en la disciplina, es lo primero a que debe atenderse en un establecimiento de educación”. Se partía del principio de que “la disciplina es en sí misma un medio de perfeccionar el espíritu y de rectifica los sentimientos del corazón”. En Aguascalientes trabajó a favor de la educación y fue en este estado donde se introdujo al mundo de la política.

Portada del libro “Tras los pasos de Jesús Terán

En su artículo, Aurora Terán comenta un proyecto importante que Jesús Terán impulsó y que pretendía ofrecer mejores condiciones para el comercio y la industrial local y regional. Se trataba de una iniciativa atractiva: la creación de exposiciones comerciales que, si bien fueron modestas, tenían una intencionalidad inmediata de carácter político: la de contribuir a justificar la separación definitiva de Zacatecas, pero también el propósito de impulsar proyectos económicos a mediano y largo plazo, en el contexto de un boom de exposiciones que se venían desarrollando en México y en varias partes del mundo, como en Londres en 1851. No fue casualidad el nombre pretencioso que en un momento tuvo: “Exposición de Artes, Industria, Agricultura y Minería”.

Ciertamente, como dice Aurora Terán, todo esto formaba parte del impulso ilustrador y liberal de la generación que asumía el mito de Prometeo; es decir, aquél que ve en la ciencia un medio para el progreso y un recurso emancipador de los pueblos atrasados. Con esta convicción, Jesús Terán se interesó en los estudios estadísticos y geográficos, de manera que pidió a su amigo alemán, Isidoro Epstein, hiciera un Cuadro Sinóptico del Estado de Aguascalientes, en 1857.

A Jesús Terán le preocupaba la educación y la política, incrementar el comercio y, en general, mejorar las condiciones económicas del estado y, junto con todo esto, eliminar la miseria de la gente. Por tan razón, en 1855 escribió y publicó un “Informe sobre las clases laboriosas” en el periódico El Siglo Diez y Nueve. De este importante documento, Francisco Javier Delgado Aguilar escribe su artículo. En él señala cómo Jesús Terán, siendo propietario de haciendas, tenía

JESÚS 4 TERÁN la propuesta de eliminar los grandes latifundios, como el de Ciénega de Mata de la familia Rincón Gallardo, e impulsar la pequeña propiedad, tal como se estaba haciendo en Estados Unidos. Para este autor una de las novedades de la propuesta de Jesús Terán era que ya concebía que era posible tener desarrollo económico con justicia para los trabajadores y grupos populares.

Jesús Terán fue un hombre de convicciones, pero no ferviente católico, como algunos dicen, sino un hombre crítico que ingresó a la masonería como muchos políticos liberales de su época, según nos cuenta en su artículo Marco Antonio Flores Zavala: “Jesús Terán fue un masón de macizas convicciones, sin ese jacobinismo chocante de los ignorantes comecuras, (él era un hombre) lleno de optimismo y de amplia cultura”, dice Flores Zavala citando a Luis J. Zalce, experto en masonería en México. Jesús Terán fue presentado a la Logia del Rito Nacional Mexicano por los destacados aguascalientenses José María Chávez y José María López de Nava y estuvo cerca de masones con poder como el entonces gobernador Felipe Nieto.

Otra importante faceta de Jesús Terán, la que lo hizo trascender el localismo, fue la del diplomático, la que realizó en un momento muy difícil en la historia del México. Fue portavoz del gobierno de Benito Juárez en Europa y defendió con inteligencia y valentía el proyecto de tener un país soberano, laico y progresista.

En este sentido, el artículo de Soren Héctor de Velasco Galván es fundamental.

En él nos narra cómo ante la invasión francesa, Juárez lo nombró su representante para que negociara con Maximiliano en Viena. En una carta, Jesús Terán comenta los resultados y le escribe textualmente: el “archiduque es inquieto y ambicioso”, se comporta como el “niños más ignorante y pusilánime”, finalmente ha decidido “enredarse como un necio” y no aceptar la propuesta juarista. Con toda razón Soren Héctor de Velasco califica a Jesús Terán como un gran estadista, quien desde su trinchera contribuyó a consumar por segunda vez la independencia de México.

También fue amante del periodismo, como otros hombres de su época.

Siendo joven fundó El Crespúsculo, que, según Agustín González, tenía “un carácter literario, humanístico y docente”, y que tuvo su impacto de manera especial entre los alumnos. Años después en Europa impulsó la Revista Americana que se publicaba en francés e inglés para dar a conocer la situación de México y para ganar adeptos a la causa juarista.

Justo Sierra describió a nuestro multicitado personaje en los siguientes términos: “Don Jesús Terán, un hombre de raras virtudes, austero, de talento extraordinario, patriota sin ofuscaciones ni desfallecimientos… Merece y obtendrá eminentemente puesto en la historia de México”. A mi parecer, ya tiene ese lugar, pues unos pocos años después de su fallecimiento, como lo resalta el texto de la periodista Guadalupe Appendini, ya desde 1877, el entonces gobernador Francisco G. Hornedo le puso el nombre del prócer a una municipalidad de Aguascalientes y en 1880 a un mercado; en 1867 Esteban Ávila ya lo había referido en su Himno a Aguascalientes. Otras referencias a su nombre son: una calle en 1900, un busto junto al de José María Chávez en 1907, una escuela en 1916, un poema de Víctor Sandoval en 1952, una calle en Ciudad de México, un aeropuerto en (1984), la Casa Terán donde vivió y fue declarada inmueble monumento histórico en 1986, el año 1991 como el año de Jesús Terán, un fraccionamiento en 1992 y ahora en 2016, yo diría, un libro coordinado por las hermanas Terán.

Luis Arturo Sosa, en su artículo, después de hacer un breve análisis historiográfico de dos obras, es oportuno y sugerente al señalar, retomando a Luis González y González, que el historiador debe hacerse presente en celebraciones, fiestas patrias y conmemoraciones para informar y dar su punto de vista profesional. También, atento y agudo, Sosa, como buen estudiante de Historia nos recuerda los fines políticos de estos homenajes, al igual que Vicente Agustín Esparza Jiménez, quien en su artículo se detiene a señalar cómo la llamada historia oficial, o la historia de bronce, tiene entre sus fines centralizar y orientar a favor del gobierno en turno la narración de hechos del pasado y las vidas de esos “héroes que nos dieron patria”. En un principio, nos dice este autor, los héroes mexicanos fueron parte del “mito fundacional de la nueva nación”, la cual requería de un ritual cívico que apoyara la creación de “una comunidad política imaginada”. También, digo yo, había que disminuir la influencia católica y frente al santoral clerical construir una nueva cultura laica y fortalecer al Estado. Estos han sido los propósitos oficiales, pero con el tiempo, hay que decirlo, esa ritualidad, como las estatuas de bronce, se ha oxidado y pocos le hacemos caso.

Busto y tumba de Jesús Terán.

Panteón del Barrio de la Salud Fotografía por Martín Ávila

A pesar de ello, estoy convencido que estos rituales valen todavía pero hay que renovarlos con acciones distintas, como las buenas clases de Historia en las escuelas o las presentación de libros por investigadores profesionales, como el que ahora nos ha reunido en tan emblemático Museo. Es verdad que podemos alimentar la historia de bronce, pero también podemos hacer un ejercicio de reflexión crítica y con referencias al presente.

Como educador, que también soy, valoro esa historia que enseña y da ejemplos de mujeres y hombres virtuosos. Sin caer en la tradición del santoral de héroes, pienso que es deseable recordar a personajes sobresalientes no como personas del pasado que legitiman al grupo en el poder, sino como personas que son referente clave para recuperar valores como los de libertad, justicia, solidaridad y otros que bien les hace falta a las nuevas generaciones y también a las ya no tan nuevas. En el caso de Jesús Terán hay que resaltar, por ejemplo, que fue un hombre con un pensamiento liberal que es pertinente recordar ahora para comprender y afrontar los embates de un pensamiento intolerante y retrógrado, que, como fantasma, recorre el mundo y, de manera particular, Aguascalientes.

La idea de tener una educación ciudadana con pensamiento libre y vinculado a la ciencia y al mejoramiento personal y social es sólo un ejemplo de la aportación de Jesús Terán. De igual manera, vale subrayar en estos tiempos reborujados su postura diplomática de apelar a la tolerancia y al diálogo como medios para una mejor convivencia entre las personas y entre los pueblos. Pero eso son mis piensos ¿No sé cuáles sean los suyos?

Comentarios al libro: Terán, Mariana y Aurora Terán (coords.); Tras los pasos de Jesús Terán. Ensayos en memoria por su 150 aniversario luctuoso, México, IMAC-Gobierno Municipal-Secretaría de Cultura, 2016