Jesús Terán 70

JESÚS TERÁN

Suplemento sobre Estudios Internacionales para La Jornada Aguascalientes Ener

2019

No. 70

Coordinadores: Aurora Terán Fuentes Soren Héctor de Velasco Galván

Editorial AURORA TERÁN FUENTES

El arranque del 2019 se dio con una serie de noticias relacionadas con diversas crisis humanitarias en el marco de nuevas formas de nacionalismos a lo largo del mundo. Por tal razón, decidimos dedicar el primer número del año al tema de la discriminación, porque a pesar de los esfuerzos por construir un mundo con los valores de la diversidad, tolerancia e inclusión, en un marco de respeto, garantía y protección a los derechos humanos, se observan tendencias en un sentido contrario, concretadas en discursos y prácticas de racismo, discriminación, xenofobia, misogía y homofobia, bajo las banderas del nacionalismo, la tradición y la soberanía.

Las artículos que alimentan la edición 70 del suplemento Jesús Terán, desde diversas ópticas abordan el tema de la discriminación, el primer escrito es de Caridad García, en el cual la autora presenta el tema de la discriminación racial en Brasil, como una problemática que encuentra su origen en el tiempo de la colonia y que no se ha resulto, a pesar de los movimientos sociales y de la reciente legislación que garantiza acciones afirmativas hacia la población de afrodescendientes, no obstante, el racismo en el país del cono sur, al ser un fenómeno estructural y cultural no es sencillo terminar con él, además del peligro que supone dar marcha atrás con algunas iniciativas, debido al giro político que acaba de vivir Brasil.

En la segunda colaboración, Alejandro García, trata el asunto del discurso racista y discriminatorio de Donald Trump y su iniciativa de frenar el flujo de migrantes centroamericanos construyendo un muro en la frontera de Estados Unidos con México, se plantea la contradicción del discurso de Trump con respecto a uno de carácter histórico fincado en la idea de una nación conformada por diversos grupos de migrantes desde el tiempo de las trece colonias.

Finalmente, quien suscribe estas líneas, escribe sobre la emergencia del nacionalismo en Europa con grupos políticos de ultraderecha que están llegando al poder, y vienen con una imagen de mundo de rechazo y ataque hacia los migrantes o aquellas personas que por su físico y cultura no son considerados europeos. El peligro es que la historia se repita por la falta de la memoria que permita recuperar un evento como la Segunda Guerra Mundial en la cual se observó una ideología supremacista y la persecusión de diversas minorías.

Pareciera que la imagen de un mundo diverso, en donde todos y todas son tratados con equidad e igualdad con reconocimiento a las diferencias, de un mundo de solidaridad entre las naciones, de un mundo que construye cotidianamente la paz y armonía entre los pueblos y los individuos; se está quebrando, y es un peligro y anuncia mayores conflictos.

Como siempre, agracedemos a La Jornada Aguascalientes este espacio para la libre expresión de opiniones y el tratamiento de temas de relevancia internacional, política e histórica.

Discriminación, diversidad, igualdad de derechos.

Autor: Kurt Löwenstein Educational Center International Team from Germany 8 de abril 2007 Imagen recuperada de: https://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Preju.dice_and_discrimination#/media/File:Discrimination-Diversity-01.jpg

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Política Blanca en

Tierra Negra CARIDAD GARCÍA TERÁN

Estudiante de Ciencias Políticas y Administración Pública Universidad Autónoma de Aguascalientes En pleno siglo XXI pareciera que nos encontramos con una sociedad más tolerante, plural y diversa, entre otros calificativos que hacen pensar que ciertas prácticas como la homofobia, xenofobia, misoginia, esclavitud, discriminación y racismo, ya deberían de estar prácticamente erradicadas, y sobre todo reprobadas por la sociedad, ya que el discurso ha sido el de la inclusión desde hace varios años, mismo que con el paso de los años se ha intensificado; lamentablemente más allá del discurso, en la realidad vemos que dichas prácticas siguen más que presentes.

Claro ejemplo de ello es el racismo que se vive hoy en día en Brasil, un país que cuenta aproximadamente con más de la mitad de la población de color (pardos, mulatos, negros, etc.), la nación del cono sur es una de las que más población afrodescendiente tiene a nivel mundial.

El racismo siempre ha estado presente en la historia de la humanidad, nunca de la misma manera, se ha ido transformado con el paso del tiempo, lo que vuelve complicado atacar la problemática.

Un primer gran elemento que complica la lucha contra el racismo es la idea tan arraigada que se tiene en la humanidad de dividirnos por “razas”, cuando debería de imperar la perspectiva o la idea de que todos los seres humanos conforman una raza única, la “raza humana”, estas divisiones han sido fundamento de discriminación y pretensiones de superioridad de unas “razas” sobre otras.

Es en Brasil donde precisamente se puede observar cómo se da esta fuerte división entre “razas” o personas blancas y de color (sin olvidar el porcentaje de población indígena), en donde las personas blancas se encuentran en las altas esferas gubernamentales, mientras que las personas de color pertenecen a los grupos más marginados del país, ejemplo de ello es que desde la Independencia de Brasil, no han tenido un presidente de color, cosa que sí ha sucedido por ejemplo en Estados Unidos con Barack Obama, en donde la población de color o afrodescendiente es del 13.6% según datos del censo de Estados Unidos del 2010. Mientras en el censo Brasil del mismo año se revelaba que la mayoría de la población (50.7%) es negra o mestiza. Ello es ejemplo de que la política está acaparada por personas blancas en un país con fuerte presencia de personas de color.

En Brasil la población afrodescendiente sufre una violencia y discriminación tanto cultural como estructural, que permea en todos los aspectos de su vida: dificultades para acceder a una educación superior en igualdad de oportunidades (existen cuotas para las universidades), salario menor sin importar que el trabajo sea el mismo y bajo las mismas condiciones con respecto a personas blancas, y por ende es claro que la población negra tiene mucha más dificultad para insertarse en el mercado laboral, sufren mucha violencia por parte de los brazos armados y la policía del Estado brasileño (hay una infinidad de ejecuciones extrajudiciales contra jóvenes negros en las favelas), en el gobierno no se encuentra representada esta parte de la población, indudablemente la violencia estructural y sobre todo cultural es muy notoria.

Ilustración en relación al “Día de la Conciencia Negra”, dibujo del activista social y caricaturista brasilero Carlos Latuff.

Fuente: http://latuff2.deviantart.com/art/Black-Conscience-Day-43204479 Disponible en: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Black_Conscience_Day_by_Latuff2.jpg

Todo lo anterior es algo formado desde la época en la que Brasil fue una colonia de Portugal, cuando los negros capturados y traídos a América desde África en embarcaciones, fueron esclavizados y estuvieron muchos años bajo el régimen esclavócrata, Brasil, como país independiente abolió la esclavitud en 1885, tardíamente con respecto al resto de países del continente, sin embargo se mantuvieron viejas prácticas de dominación y discriminación hacia la población negra.

Con el paso de los años, ya bien entrado el siglo XX la situación que se vivía provocó movilizaciones sociales, emergiendo el Movimiento Negro Brasileño en las décadas de 1960 y 1970. Después de tiempo de lucha lo que se logró desde esos movimientos fue la creación de una Nueva Constitución en 1988, en la cual: “El cambio más perceptible fue la transición de un discurso oficial basado en la democracia racial a artículos constitucionales en los que se reconocía la naturaleza pluricultural y multiétnica del país, y el racismo como un crimen susceptible de sanciones penales” (Ibreja, 2016: 34).1 Posteriormente se empezó a desarrollar la legislación antirracista, en primer lugar se logró la participación más amplia de representantes negros en el Congreso Nacional. A través de esta legislación se dieron muchas acciones afirmativas como las cuotas raciales de ingreso a las universidades y muchas otras que buscaban y siguen intentando contrarrestar, y disminuir el racismo que se vive en el país.

Desde el hecho de que se necesitara trabajar en función de este tipo de legislación, ya se cuenta con una idea de cómo estaba la situación en el país, y que el racismo en verdad era una problemática muy fuerte, sin embargo, continúa en la actualidad, prueba de ello es el asesinato del año pasado cometido a la concejal brasileña de Río de Janeiro, Marielle Franco, era conocida por ser una fuerte activista en pro de los derechos de la población negra, y sobre todo perseguía y denunciaba las ejecuciones extrajudiciales por parte de la policía hacia los jóvenes de color.

La violencia y discriminación hacia la población negra no ha parado y en el contexto actual del país las cosas parece que van a empeorar con el nuevo escenario político, no hay que olvidar que esta herida que lacera a Brasil es de raíces profundas, es un fenómeno que con el paso del tiempo se volvió estructural y cultural; por tal motivo afecta a la población negra en todos los ámbitos de la sociedad (académico, económico, político, etc.), poniéndola en desventaja con respecto a la población blanca.

Son alarmantes las implicaciones políticas, económicas y sociales que tiene el racismo en este país latinoamericano, es un fenómeno que dio origen a una concepción tan dañina para una sociedad como lo es la superioridad o inferioridad con respecto al color de la piel, provocando la necesidad de la implementación de legislación antirracista de la cual su eficiencia es la gran interrogante.

1 Lemos Ibreja, Rebecca, “Combate al racismo y la discriminación racial en Brasil: legislación y acción institucional”, en Desacatos, 2016, numero 51, p. 34.

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Imaginarios: Trump ante los latinos DAVID ALEJANDRO GARCÍA TERÁN Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Autónoma de Aguascalientes.

En la actualidad, bajo la presidencia de Donald Trump en los Estados Unidos, se han suscitado diversas cuestiones inherentes a la discriminación racial por parte del mandatario a un sector de la sociedad norteamericana: los inmigrantes latinos (tanto los que se encuentran en situación irregular o ilegal, como legal), en específico aquellos provenientes de México.

Una nación como la norteamericana, en donde a lo largo de su historia se han dado diversas luchas por el reconocimiento de los derechos de las minorías, hoy es ampliamente cuestionada por las políticas agresivas por parte de Donald Trump, además de los continuos comentarios y famosos “tuits”, en los cuales de forma reiterada, el líder del ejecutivo expresa su repudio para los compatriotas mexicanos, llegando al punto de llamarlos “asesinos y violadores” durante su campaña a la presidencia en 2016.

Trump llegó a la presidencia con una propuesta muy específica que todavía sostiene: la construcción de un muro en la frontera con México para impedir el paso de los migrantes latinos. Más que la construcción en su totalidad, realmente es una ampliación del actual muro fronterizo (hay que tener en cuenta que es una frontera con más de 3,000 kilómetros, con mucho tránsito y tráfico).

Cabe destacar, que una de las principales jugadas políticas de México, en concreto por parte del entonces presidente Enrique Peña Nieto y su canciller Luis Videgaray, fue el invitar a Donald Trump a México, cuando todavía era candidato a la presidencia por el Partido Republicano, para suavizar su discurso, sin embargo, sólo aumentó las expectativas de los votantes de Trump, ya que de forma reiterada, continuó expresando que México, en dado caso de ganar la contienda presidencial, pagaría por la construcción del famoso muro.

A pesar del imaginario negativo que se tiene de Donald Trump, durante los últimos treinta años, ese muro existe y se ha ampliado de forma reiterada conforme pasan las administraciones de los presidentes de los Estados Unidos.

Sin embargo, volviendo al tema que nos concierne, la discriminación racial que actualmente impera en nuestro país vecino, ha ido a otro nivel, ya que las expresiones racistas, nos hace reflexionar en el sentido de que Estados Unidos es una nación compuesta en gran medida por migrantes, que no solamente migran de nuestro hemisferio, sino que, también a lo largo de los años, se ha enriquecido su cultura por la migración de diversas personas que estaban establecidas en el continente europeo, al igual que la migración forzada emanada por la esclavitud, que se dio por parte de la raza negra de África hacia América. Estados Unidos como se ha mencionado en otros discursos, en

Donald Trump en Hershey PA el 15 de diciembre de 2016. Tour de Victoria.

Autor: Michael Vadon. 2016.

Imagen disponible en: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Donald_Trump_at_Hershey_PA_on_12_15_2016_Victory_Tour_x_02.jpg

claro contraste con el del presidente Trump, es una nación definida por flujos migratorios, construida gracias a los migrantes.

Por ende, en un país de la importancia de Estados Unidos, se debería de reflexionar acerca de la importancia y preponderancia de los migrantes para la construcción del imaginario que se tiene de esa nación, un imaginario edificado en la base de los llamados “padres peregrinos”, que fueron parte de los primeros migrantes establecidos en el nuevo mundo (siglo XVII), debido a la persecusión religiosa que sufrían (eran puritanos), y huían de una situación de discriminación.

Ahora se observa la crisis humanitaria que enfrenta México por la caravana de los migrantes centroamericanos que quieren llegar a territorio norteamericano, vienen huyendo de la violencia y la pobreza de sus países, no obstante, al llegar a la frontera como diríamos coloquialmente “se están topando con pared”, porque la posición del presidente Trump es cero tolerancia, y se mantiene en un conflicto con la parte demócrata del Congreso con respecto a la aprobación de recursos para la construcción del muro, ha expuesto que más que nunca se necesita por temas de seguridad nacional, atrás además está un discurso de intolerancia y discriminación.

Por otro lado, hay otro imaginario: “el sueño americano”, Estados Unidos como una tierra de esperanza, prosperidad y oportunidad para todos; ha sido y es el destino final de muchos migrantes.

Sin embargo, en la actualidad, naciones de gran importancia a nivel internacional, las denominadas de primer mundo o desarrolladas, están pugnando por un nacionalismo que nos evoca a lo que en su tiempo fue el nacional socialismo (nazis), en sus demandas en contra de algunos sectores de la población que en aquel entonces fueron considerados minorías. Se escuchan los discursos sobre los peligros que entrañan los migrantes, discursos que se dan desde las posiciones de poder, además se viene presentando una serie de eventos de discriminación, racismo y xenofobia al interior de dichos países.

Los esquemas nacionalistas que emergen, apuntan en dirección contraria al modelo global que diluye fronteras, ahora en Estados Unidos el tema de la frontera y el muro es relevante para la opinión pública, Trump insiste en la necesidad de destinar recursos para el muro, con el objetivo de impedir la entrada de persosas de diversas nacionalidades, caracterizadas por colores de piel más oscura, idiomas diferentes al inglés, en general de otras formas culturales que, desde algunas posiciones de poder, son una amenaza, de ahí que se estigmatizan, se discriminan, se violentan sus derechos humanos y se edifican muros. Por desgracia es una tendencia mundial.

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E L OT RO :

desconfianza, m i e d o, desconocimiento AURORA TERÁN FUENTES Doctora en Historia Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 011

En el Informe 2017/2018 de Amnistía Internacional. La situación de los derechos humanos en el mundo, con respecto al tema de la discriminación para la región europea expone cómo se ha impuesto un discurso basado en los “valores tradicionales”, interpretando de forma selectiva “los valores culturales, basados en la xenofobia, la homofobia y la misoginia”. La ONU, desde algunos años viene alertando sobre la creciente ola de racismo y discriminación en Europa, que va a la par de discursos políticos basados en la intolerancia, ejemplo lo encontramos con Marine Le Pen, del Frente Nacional de Francia, que comparó la oración de los musulmanes en las calles con la ocupación nazi.

los extranjeros como una amenaza, y con el Brexit (la salida de Reino Unido de la Unión Europea), se observan más prácticas de discriminación o racismo hacia los inmigrantes, así como la criminalización de las minorías étnicas. En Italia, el Primer Ministro del Interior, Matteo Salvini, es un xenófobo, por ejemplo, expone los aspectos positivos del régimen fascista de Mussolini, ha solicitado que se destruyan los campamentos de gitanos y explicó que la causa del ataque de un ultraderechista italiano a seis migrantes africanos se debió a la crisis migratoria que provoca escenarios de violencia. En Alemania y los países escandinavos están creciendo los grupos neonazis para combatir la migración musulmana.

Sin embargo, me detengo en el caso de Polonia, porque los ultranacionalistas de extrema derecha han expresado que hay que proteger a la raza blanca, es decir, existe un discurso de supremacía racial, el partido que está en el poder es Prawo i Sprawiedliwość, Ley y Justicia, de corte nacionalista y conservador.

Jarosław Kaczyński, ex-primer ministro, es el poder tras el trono y defiende el ideal de una nación de blancos católicos. En una nota escrita por Paul Mason del 15 de noviembre de 2017, de eldiario.es, en su sección internacional en colaboración con The Guardian, se publicó la siguiente información: “60.000 neonazis organizaron una marcha en Polonia para celebrar el día de la independencia del país. Gritaban: “¡Fuera inmigrantes! Y llevaban pancartas en las que se pedía un “holocausto islámico”. El ministro del Interior, Mariusz Błaszczak, calificó la marcha de “bella imagen” y los informativos de televisión progubernamentales la calificaron de “gran marcha de patriotas”.

Tommy Robinson, el activista de extrema derecha británico, escribió en Twitter que hizo un “viaje increíble a Polonia y lo recibieron con los brazos abiertos”.

También afirmó que “Polonia es la fortaleza de Europa”.

Refugiados sirios.

Autor: Puskechiina. 11 de marzo 2017.

Imagen disponible en: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/55/Syrian_refugees.png

En una nota del diario El Clarín, titulada “Racismo. Las razones detrás del auge del odio racial en Europa”, publicada el pasado 15 de enero, se expone cómo el racismo está creciendo y además comienza a permear en la esfera del poder.

“Los países de Europa del Este, liderados por Polonia, Hungría, Eslovaquia y la República Checa, no aceptan refugiados a pesar de que así violan acuerdos europeos de obligado cumplimiento, no tienen apenas población migrante. Pero desde sus gobiernos se atiza el odio a los migrantes”.

Por ejemplo en Polonia, se llegó a decir que los migrantes sirios traían enfermedades y cada vez hay más ataques contra musulmanes y africanos, es una noticia relativamente reciente la agresión que recibió una española por motivos racistas, debido al color de su piel. En Reino Unido una parte de la sociedad ve a

En el caso de Polonia un problema es el asunto de la memoria histórica, es contradictorio lo que está pasando porque fue una de los países más afectados durante la Segunda Guerra Mundial, el país de Europa del este fue invadido por la Alemania nazi que defendía una ideología de pureza de sangre y supremacía racial. No obstante, el punto en común es la defensa de la “raza blanca”, por tal razón, los migrantes sirios no han sido bienvenidos y se ven como una amenaza y peligro, no obstante, ese “peligro” son niños, mujeres, hombres y ancianos que vienen huyendo de un país y región que se encuentra en guerra. El refugiado sirio representa al “otro”, no obstante, también lo es el musulmán, el africano, el que no tiene una piel blanca. En los discursos supremacistas también “el otro” es el mestizo, el interracial, aquel individuo por el que corre por sus venas las sangres de diferentes razas, pueblos y culturas. El problema es que este discurso de intolerancia, xenófobo y de desconocimiento al “otro”, tiene que ver con la ultraderecha que va ganando terreno es la esfera política y de toma de decisiones en algunos países europeos. No obstante el hombre siempre ha migrado, y va a seguir caminando, en la actualidad son los sirios, también en América están los centroamericanos, o en tiempos de las grandes guerras mundiales fueron los mismos europeos, por tal razón es importante la memoria histórica.

Mientras tanto, en un día cualquiera, en alguna estación de metro, en Italia, en la actualidad se escucha “Bella ciao”, como un recordatorio del pasado, como muestra de que hay personas que piensan diferente, resisten y luchan.