CRÍTICA / Devenires y esperanzas La Jornada Aguascalientes / Aguascalientes, México. ENERO 2017 / Año 8 No. 127
Retos para la ciudadanía en este año que comienza Walkiria Torres Soto No podrías haber nacido en otra época mejor que ésta, en la que todo se ha perdido. Simone Weil.
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nicia el 2017, se despliega de nuevo la cuenta de los días en el calendario. En México el panorama político no es muy alentador, el hartazgo social muestra distintos rostros que van desde la violen cia hasta la más insípida indiferencia. Los políticos ante el escrutinio público no parecen percatarse del excesivo malestar de la ciudadanía y no expresan una genuina sensibilidad ante las circunstancias. La crisis política en la que estamos inmer sos se ha agudizado en los últimos años. Aunque uno cree que la desvergüenza no puede ir más le jos y por increíble que parezca, aún es noticia los comentarios desafortunados del presidente al que le siguen la mofa y los memes; también es cons tante saber de gastos y sueldos exorbitantes, así como nepotismo, tráfico de influencias, abuso de poder entre otros ilícitos cometidos por servidores públicos. Ante esto, es comprensible que la ciuda danía esté indignada, no se tenga credibilidad en las instituciones y exista una especie de hartazgo. Pues a estos abusos hay que sumarle una terrible desigualdad social, la impunidad con que opera la delincuencia, el poco crecimiento económico y una general falta de oportunidades. A inicios de este año, ante el anuncio del in cremento en la gasolina, la reacción de la ciuda danía no se hizo esperar: marchas, bloqueos de carreteras y saqueos de algunas cadenas comer ciales fueron las reacciones más visibles. Es de lla mar la atención que las protestas se han realizado en los distintos estados de la república e incluso en aquellas ciudades en las que no son comunes las manifestaciones. Los bloqueos hicieron que varias personas se quedaran varadas cuando regresaban de vacaciones y hubo cruentos enfrentamientos entre los disidentes y la policía. En el caso de los saqueos, fueron llevados a cabo principalmente en la capital de la República, Estado de México y Ve racruz. Razones hay de sobra para inconfórmanos por la pésima actuación de nuestros gobernantes, pero también es necesario mirarnos críticamente y afrontar que somos una sociedad anquilosada en prácticas que perpetúan las injusticias y la ilegali
dad, por lo que debemos aceptar que esta forma de proceder no sólo es común en los políticos. Puede ser más sencillo responsabilizar a los funcionarios públicos de la situación en que se en cuentra el país que detenernos a reflexionar sobre las tareas que podemos emprender para combatir la arbitrariedad del poder e incluso oponernos a él. Hay una anécdota que quiero compartir para ejem plificar lo que quiero mostrar. En una ocasión una politóloga muy conocida daba una conferencia ante un gran número de personas, al finalizar su partici pación algunos asistentes le hacían muchos elogios y le propusieron que se lanzara como presidenta de la república. Su respuesta fue espontánea, no re cuerdo sus palabras exactas, pero era algo cercano a un “jamás me ensuciaré las manos”. Lo que me llevó a pensar que en realidad no estamos tan dis puestos a transformar la vida política y lo fácil que ha sido criticar, satirizar y mantener una distancia de todo aquello que huela a política. Aunque sobran los motivos para la irritación social, la tarea de la ciudadanía va más allá de marchas o burlas en re des sociales, debemos meter bien las manos en la vida pública si queremos un cambio. Si en verdad estamos dispuestos a exigir a nuestros gobernantes una actuación distinta, también tenemos que arriesgarnos a hacer de nosotros otra clase de ciudadanos. Las acciones en contra del gasolinazo nos muestran que como sociedad no estamos dispuestos a aceptar lo que venga de arriba. No creo que el camino sea la vio lencia como lo fueron los saqueros a las tiendas comerciales, los enfrentamientos entre policías y bloqueos en las carreteras. Hay que reconocernos como una sociedad heterogenia y desde ahí cons truir algo más propositivo, pues ante el desgate de las instituciones y de la función pública hay mucha tarea que hacer desde la participación ciudada na. Me gusta creer que se puede y se hace algo por mejorar nuestras circunstancias, por ejemplo cuando observo colectivos que enarbolan causas como la protección animal, el cuidado ambiental, el comercio justo o los movientes que luchan por la inclusión de las minorías, erradicar la violencia de género, etc. Estas formas de activismo hacen po sible creer que algo puede cambiar y que no todo está perdido.
• PÉNDULO21 / 1 / ENERO2017 •
CONTENIDO: Retos para la ciudadanía en este año que comienza WALKIRIA TORRES SOTO De la distopía a la utopía: México, un proyecto de nación LUCÍA CAROLINA MUÑIZ LEAL Cambia, todo cambia JOSÉ DE LIRA BAUTISTA Pandora y la puerta del infierno JORGE ALFONSO CHÁVEZ GALLO Una vuelta sobre el tiempo RAMÓN LÓPEZ RODRÍGUEZ