CRÍTICA / LA TEMPORALIDAD
El reloj
Una vuelta
El nuevo
El arte, tan elusivo
de la muerte
sobre el tiempo
tiempo presente
como el último aliento
Jorge Alfonso Chávez Gallo
Ramón López Rodríguez
Ignacio Ruelas Olvera
Dulce María Rivas
Jorge Alfonso Chávez Gallo
El tiempo nos resulta, al menos a primera vista, algo del
hacemos caso al pensador alemán Martin
o tomar un vuelo a una determinada hora del día (¡o
todo familiar: el reloj despertador suena por la manaña
Heidegger, habrá que decir que en esa familiaridad
lanzar un transbordador espacial en dirección a la
y nosotros comenzamos nuestras actividades del día, re-
se manifiesta la forma en que comprendemos al
luna en un momento preciso!). No se trata, como
guladas todas ellas por el reloj que llevamos atado a la
mundo en su totalidad y a nosotros mismos en él.
suele pensarse, de que de alguna manera nosotros
muñeca; entramos al trabajo o a la escuela a determina-
Esta consideración le da al asunto del tiempo una
nos encontremos «mejor» que los hombres del pasa-
da hora y después del trabajo nos recreamos en nuestro
dimensión con la que no contamos cotidianamen-
do, sino de que ellos tenían necesidades distintas a
tiempo libre; constantemente afirmamos cosas como
te: visto así, al preguntarnos por el tiempo pre-
las que hoy tenemos, puesto que comprendían el
que perdemos el tiempo, que se nos acaba el tiempo,
guntamos en el fondo también por lo que nosotros
mundo y a sí mismos de manera distinta. Claro,
que el tiempo es oro, que no tenemos tiempo, etcéte-
mismos somos y por lo que las cosas que nos rodean
nosotros podemos llegar más rápido al trabajo,
ra… En todo ello se muestra, en efecto, una determina-
son, por el ser mismo. En lo que sigue intentaré
pero también tenemos que ir más lejos…
da forma de comprender el tiempo con la que estamos
ilustrar, de una manera parcial por supuesto, de
Estrictamente hablando sólo para nosotros el
familiarizados. Pero, ¿qué significa esta familiaridad? Si
qué manera esto es así.
tiempo es una dimensión abstracta, cuantificable, segmentada en infinitos instantes,
El tiempo y los relojes
dentro de la que se suceden todos los acontecimientos (que únicamente entonces
Medir el tiempo nos resulta natural, pero no lo era
pueden ser considerados como tales). Hoy el
tanto en otros momentos de la historia. Se me dirá
hombre se comprende y realiza sus actividades
que siempre ha habido relojes (de sol, de arena, de
dentro de ese tiempo, es decir, rigiéndose por
agua…), que la única diferencia es que anterior-
la medición de ese tiempo, proyectando su
mente el tiempo era medido con una precisión que
existencia sobre la cuadrícula de los
seguramente dejaba mucho que desear. Pero esto
minutos y ajustándose minuciosamente a
es ver en otras épocas lo que caracteriza a la pro-
ella. Lo que suceda fuera de este tiempo
pia. La diferencia fundamental que aquí quiere ser
será nulo, inválido, será una pérdida de
puesta de relieve es que aquéllos otros relojes
tiempo. Por el contrario, este tiempo
medían la duración de nuestras actividades, y no al
preestablecido en el que vivimos ha de ser
tiempo mismo. Esto es, la medición del tiempo es-
aprovechado, segundo a segundo: el
taba en función del hacer humano (incluso del ha-
apresuramiento que cotidianamente nubla nuestra
cer humano supeditado a los ciclos naturales), y no
vista era sumamente improbable, si no
al revés. Por esto la precisión mecánica de los re-
definitivamente ignorado, en otras épocas. Se trata
lojes no comenzó a cobrar la mayor importancia
de una vivencia propiamente moderna, junto al
hasta los inicios de nuestra época moderna. En
aburrimiento profundo y el Spleen descrito por
realidad, la precisión de las clepsidras de la an-
Baudelaire. Así, el reloj de ruedas, mecánico, es
tigüedad, en comparación con la de los relojes
una imagen del mundo moderno: esa ingente
atómicos de hoy, sólo nos dejaría insatisfechos
maquinaria en la que cada uno de nosotros es un
a nosotros, justamente porque nosotros te-
pequeño engrane. ¿Pero qué tiempo mide ese
nemos que llegar temprano a la escuela o al
reloj o, mejor aún, para quién?
trabajo, y ver el noticiero en la televisión,
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