Correo Del Sur No 355

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A propósito del libro ‘Entrevista sobre el siglo XXI’

Protestas contra el cambio climático / ¿La Curia romana es

reformable?

Brasil: Surgen críticas a la subasta de las reservas petroleras

Número 355 Octubre 6, 2013

Elogio de la vejez / Elegía de Tlatelolco


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Joao Pedro Stedile

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l 21 de octubre, la Agencia Nacional de Petróleo (ANP) va a subastar el mayor campo de reservas de petróleo brasileño, ubicado 180 km del litoral y a siete mil metros de profundidad. Allá están depositados comprobadamente de 12 a 14 mil millones de barriles de petróleo, que equivalen a todas las reservas de México. Corresponde a todo lo que la Petrobras ya explotó en sus 60 años de existencia. La importancia estratégica para el país es tan grande que, durante el debate de la segunda ronda electoral de la campaña de 2010, la candidata Dilma Rousseff dijo que el candidato José Serra quería privatizar y hacer una subasta del petróleo, y que eso era inadmisible, pues el presal(1) debería ser una riqueza para ser utilizada sólo en favor del pueblo brasileño. Tres años después, en mensaje público en red de televisión, la presidenta cambia el discurso y asume lo que Serra quería hacer, subastar las reservas del pre-sal a la iniciativa privada. ¿Cómo será subastada tamaña riqueza? La ANP abrió las inscripciones y nada menos que 11 grandes empresas petroleras del mundo se habilitaron. Siete son empresas estatales de China, India, Portugal, España y Noruega. Tres son empresas privadas transnacionales y además la Petrobras. La empresa que haga la mejor oferta de reparto porcentual del petróleo explotado ganará la subasta o podría haber asociaciones. Quién gane va a pagar al gobierno brasileño R$ 15 mil millones,como mínimo. Ese dinero irá al Tesoro Nacional, que probablemente va a engrosar la caja común, la misma que paga los intereses de la deuda interna a no más de 5 mil accionistas de bancos. Tras la subasta, la empresa ganadora debe seguir la nueva regla de reparto, que puso en vigencia el gobierno Lula. La empresa extrae el petróleo y paga el 15% de royalties, que, a su vez, son redistribuidos entre la Unión, Estados y Municipios. Del 5% que irá a la Unión, el 75% se destinará a educación y el otro 25% a salud. Los estados y municipios pueden hacer lo que quieran con los royalties e invertir en cualquier cosa. Por lo tanto, no es cierta la propaganda de que la renta del petróleo va a la educación. Sólo alrededor del 15% del total, que son los royalties, pueden tener alguna finalidad social. Además de los royalties, las empresas descontarán el costo real de producción de la extracción. A partir de eso, viene el reparto. La empresa está obligada a entregar el 50% del saldo, en petróleo, a la Unión, que ciertamente lo traspasará a Petrobras. El otro 50% seguramente será exportado como petróleo crudo a los países de origen de las petroleras. Por lo tanto, independientemente de cualquiera argumento, en la práctica, estamos entregando el 50% de todo el petróleo del presal a las empresas extranjeras, que despacharán el oro negro a sus países, sin pagar nada más. Ni impuestos ni royalties. Entrega del 50% de la producción en pago por su explotación En la Ley de Reparto, aprobada durante el gobierno Lula, hay un artículo que dice que la Unión podrá entregar toda la reserva del presal para la explotación exclusiva por parte de la Petrobras, sin necesidad de

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Brasil: Surgen la subasta reservas

subasta. ¿Por qué no hacemos eso? El gobierno y los columnistas en los periódicos han sostenido que la Petrobrás está endeudada y no tiene liquidez para invertir. El BNDES tiene una política de crédito para muchas empresas privadas, inclusive transnacionales y pícarosen general, como Eike Batista. ¿Por qué no podría prestar a Petrobrás? ¿Por qué el Tesoro Nacional – en vez de pagar intereses a media docena de especuladores de títulos de la deuda interna -que se llevan R$ 200 mil millones por año – no destina recursos para invertir en el presal? De hecho, fue así que hizo el presidente Lula en la crisis de 2008, cuando reorientó el descuento del superavit primario y destinó R$ 100 mil millones para que el BNDES invierta en el sector industrial. Medidas de ese tipo hicieron caminar a la economía brasileña e impidieron que el

pueblo brasileño sufra los mayores efectos de la crisis internacional. La Petrobrás es una de las mayores empresas del mundo y, ciertamente, tiene crédito para conseguir préstamos también en el exterior. ¿O alguien cree que las empresas competidoras tienen dinero en caja? Las grandes petroleras van al mercado a pedir dinero prestado. Las estatales chinas pueden ser las ganadoras de la subasta. Para eso, el Tesoro chino liberará billones de dólares de las reservas para las empresas exploten y lleven el petróleo crudo a China. O sea, van a hacer lo que el Tesoro brasileño no tiene coraje. El gobierno y los sectores neoliberales argumentan que esas inversiones extranjeras son necesarias para que la economía vuelva a crecer. ¿Siendo así, alguien notó alguna diferencia en el PIB brasileño tras las 11 subastas de petróleo y concesiones a las empresas transnacionales?

Esas empresas extranjeras que ganen las subastas usan tecnologías de sus matrices y ya traen los equipamientos. De los 67 barcos petroleros construidos en Brasil en el gobierno Lula, 63 fueron comprados por la Petrobras y cuatro por la venezolana PDVSA. Ninguna empresa transnacional que ganó otras subastas construyó plataformas en Brasil. Ni contrataron ingenieros u obreros calificados para sus instalaciones. Un columnista de turno afirmó recientemente que el gobierno Dilma tiene que hacer la subasta inmediatamente, pues si los tucanos(3) vuelven al gobierno harán lo propio.He aquí el argumento más insólito: hacer inmediatamente una política equivocada porque nuestros adversarios lo harían más rápido. Santa paciencia. Petróleo es riqueza del pueblo El pueblo brasileño necesita de esa ri-


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críticas a Elegía de de las Tlatelolco pretoleras Carlos Montemayor

queza para invertir en educación, salud y tecnología, como prometió la candidata Dilma en campaña. Nuestras riquezas no pueden ser exportadas como petróleo crudo para resolver los problemas de China, España y Portugal. Lo que nosotros tenemos prisa es de reformas estructurales que puedan acelerar las soluciones de los problemas del pueblo. Necesitamos de inversiones en transporte público, tecnología, industria nacional, que generen empleos de calidad para el pueblo brasileño. Nada de eso vendrá de las subastas del petróleo. Si las subastas resolvieran los problemas sociales, no habría tanta insatisfacción en las calles tras once subastas. La alternativa es dar exclusividad a la Petrobras, que, con préstamos del BNDES, del Tesoro o incluso del mercado internacional, podría extraer el petróleo, con su tecnología y trabajadores brasile-

ños. Después, industrializar ese crudo para generar aún más riquezas e impuestos en Brasil. Lo que está en juego es nuestra soberanía nacional sobre una riqueza estimada en un US$ 1 billón a ser extraída en 30 años. ¿El pueblo brasileño va a compartir esa riqueza con las empresas extranjeras? ¿A quién no le gustaría tener garantizado el acceso a US$ 500 mil millones a lo largo de 30 años? Mientras tanto, especialistas de la universidad, técnicos de la Petrobras, dirigentes que trabajaron en el propio gobierno Lula-Dilma, sindicatos de los petroleros, centrales sindicales y movimientos sociales nos reunimos recientemente en una asamblea y decidimos hacer una campaña nacional por la cancelación de la subasta. Brasil descubrió una inmensa reserva tras décadas de investigación financiada por el pueblo. Tenemos la garantía constitucional de que el petróleo pertenece a todo el pueblo. Tenemos tecnología necesaria para explotarlo. Esperamos que la presidenta Dilma no entre en la historia del país, en el mismo capítulo que Fernando Henrique Cardoso, en lo referente a la entrega de nuestras riquezas. FHC entregó nuestras minas, privatizando la Vale do Rio Doce, la Embraer, los ferrocarriles y las empresas de telecomunicaciones. No admitimos compartir nuestra riqueza con capitalistas extranjeros. Lucharemos por nuestras ideas y por los intereses del pueblo brasileño. Un gobierno pasa rápido, pero la historia de un pueblo es eterna. (Traducción: ALAI) h t t p : // t e r r a m a g a z i n e . t e r r a . co m . b r/ j o a o - p e d r o - s te d i l e / blog/2013/09/25/em - defesa - do cancelamento-do-leilao-do-pre-sal/ NDLR: (1) El término «presal» se refiere a un conjunto de rocas ubicadas en las capas submarinas de gran parte de la costa brasileña, en donde se ubican importantes reservas de gas y petróleo. Se consideró apropiado denominarlo «presal» porque se encuentran debajo de una extensa capa de sal que, en determinadas áreas de la costa, alcanza un espesor de hasta 2.000 m. Al respecto ver: http://www. petrobras.com/es/energia-y-tecnologia/fuentes-de-energia/presal/ (2) Tucanos: así son llamados los miembros del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), cuyo símbolo es un tucán de colores azul y amarillo. http://alainet.org/active/67716

Todo quedó en esta plaza nuestro amor en las piedras otra noche derrumbada el silencio vela como ataúd madre y hombre entre las botas y escupitajos de las escoltas y la vida se ensucia escondida en los edificios con el afanoso mendrugo que nos queda del amigo que no alcanzó a huir. Todo quedó en esta plaza: la piedra inmemorial del sacrificio sacerdotes que olvidaron la pureza y ciegamente buscan nuestro corazón: sacrificado sin astucia espontáneo y atraído por el placer antiguo de la tierra florida ahora conoció el engaño y la pureza germinará en la sangre la flor de la desconfianza. Todo quedó en esta plaza tantas piedras lastimando el aire tanta piedra que oyó el múltiple estertor de muchachos y quedó en su raíz la amargura y la dulzura de este silencio (la luz precipitada en el cielo me descubre y el afecto del día llega al dolor a través de la mirada imposible olvidar imposible quedarse muerto)


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Acaloradas protestas el cambio climáti

Amy Goodman

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a semana pasada, en el lejano Océano Ártico, el buque de Greenpeace Arctic Sunrise navegó hacia una plataforma petrolera rusa para realizar una protesta pacífica. Varios manifestantes intentaron subir a la plataforma para llamar la atención acerca de lo que podría constituir un peligroso precedente: la plataforma de la empresa de gas rusa Gazprom será la primera en producir petróleo en las delicadas aguas heladas del Ártico. El Gobierno ruso respondió rápidamente mediante el uso de la fuerza, al enviar soldados de las fuerzas especiales al lugar, que llevaban pasamontañas y portaban armas automáticas. Los soldados amenazaron a los activistas pacíficos de Greenpeace, destruyeron sus botes inflables, arrestaron a treinta de ellos y remolcaron el buque de Greenpeace hacia el puerto de Murmansk, en el norte de Rusia. Según la información más reciente, los activistas podrían afrontar acusaciones de piratería. El Director Ejecutivo de Greenpeace Internacional, Kumi Naidoo, participó en una acción similar el año pasado junto a otros activistas, aunque en esa oportunidad no fueron arrestados. Naidoo habló acerca de la acción de este año: “Uno de los activistas del grupo, Denis Sinyakov, un compañero ruso que es fotógrafo a bordo del buque, dijo: ‘La actividad delictiva de la que me acusan se llama periodismo y continuaré realizándola’. Sus palabras captan muy bien lo sucedido. Se trata de un uso desproporcionado de la autoridad del Estado para intentar silenciar las importantes conversaciones que necesitamos tener a nivel global. En este momento estamos llegando a un punto de inflexión a nivel climático. El Ártico sirve como refrigerador y aire acondicionado del planeta y, en lugar de ver lo que sucede en el mar Ártico en los meses de verano como una señal de advertencia, de que tenemos que tomar medidas serias para combatir el cambio climático, lamentablemente las empresas petroleras de Occidente como Exxon, Shell y otras se están asociando con el Estado ruso para intentar extraer hasta las últimas gotas de petróleo en el medio ambiente más frágil, remoto y riesgoso para realizar esas actividades”. La protesta llama la atención por su gran audacia. Sin embargo, no es la única protesta reciente contra la extracción y el consumo de combustibles fósiles. En todo el mundo, cada vez hay más personas que se manifiestan para exigir que se tomen medidas para combatir el calentamiento global. En América del Norte, hay una coalición cada vez más grande de grupos que se unieron para detener el proyecto de construcción del oleoducto Keystone XL y la explotación de arenas bituminosas de Alberta, Canadá, que el oleoducto planea transportar. El 21 de septiembre pasado, el último día de verano del Hemisferio Norte, miles de personas se manifestaron en todo el continente en contra del oleoducto Keystone XL. En Nebraska, activistas construyeron una granja ecológica que funciona íntegramente a energía solar, precisamente en un lugar por donde está planeado que pase el oleoducto. Los habitantes locales temen que el oleoducto derrame petróleo en el frágil ecosistema de médanos de la región y contamine el importante Acuífero Ogallala. Ese mismo día se realizó la Cumbre Internacional de Mujeres sobre la Tierra y el Clima en Suffern, Nueva York, un encuentro de mujeres de todo el mundo. Todas ellas son reconocidas por haber luchado de diferente forma para reclamar que se tomen medidas urgentes para combatir el cambio climático. Una de las participantes, Melina Laboucan-Massimo, de la nación indígena Cree, del norte de Alberta, describió el efecto de la extracción de arenas bituminosas en su comunidad y su territorio:

“Nada se compara con la destrucción que está ocurriendo aquí. Si existiera un premio mundial para el desarrollo no sustentable, las arenas bituminosas serían un claro ganador. Cubren 141.000 kilómetros cuadrados, que equivalen a destruir Inglaterra y Gales juntos, o el estado de Florida entero. Las minas que nos rodean son más grandes que ciudades enteras. En este momento hay seis o siete y podría haber hasta nueve. Imperial Oil, por ejemplo, será más grande que Washington D.C. Hay muchos problemas de toxicidad con los que tenemos que lidiar y que están relacionados con el agua y con las grandes balsas de aguas residuales. Las llaman balsas, pero en realidad son grandes lagos de lodo tóxico. Actualmente hay una extensión de 180 kilómetros cuadrados de lodo tóxico en nuestro paisaje. Cada día, un millón de litros de estas aguas residuales se filtran a la Cuenca de Athabasca, que es de donde se extrae el agua que beben nuestras familias. Soy de la Región Peace, que está conectada con la cuenca del Athabasca, que se conecta con la cuenca del Ártico, y de esta manera es que las poblaciones del norte se contaminan con las toxinas, que contienen cianuro, mercurio, plomo, hidrocarburo aromático policíclico, de modo que debemos afrontar muchos problemas de salud.” El oleoducto Keystone XL necesita la aprobación del Gobierno de Estados Unidos, debido a que atravesará territorio estadounidense, desde la frontera norte con


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contra ico Canadá hasta la costa del Golfo de México. El proceso de aprobación se ha postergado debido a las fuertes protestas. Después de que más de 1.250 personas fueran arrestadas frente a la Casa Blanca en 2011, en lo que fue el mayor acto de desobediencia civil en Estados Unidos en 30 años, el Presidente Barack Obama anunció que postergaría la decisión. Desde entonces, la organización ambientalista Amigos de la Tierra Estados Unidos (AT) viene denunciando que existe un conflicto de intereses con el grupo que fue contratado por el Departamento de Estado de Estados Unidos para realizar el estudio de impacto ambiental de Keystone XL. Amigos de la Tierra descubrió que el grupo Environmental Resources Management (ERM), una empresa consultora con sede en Londres, ocultó sus vínculos comerciales con TransCanada, la empresa de combustibles fósiles que estará a cargo del proyecto Keystone XL. Del mismo modo, el observatorio Oil Change International acaba de informar que “Michael Froman, el representante comercial de Estados Unidos que está a cargo de negociar una serie de tratados de ‘libre comercio’ secretos, aparentemente apoya el lobby de las grandes empresas petroleras, al exigir a Europa que suavice sus leyes sobre clima”. Steve Kretzmann, de Oil Change, explicó: “A menos que Europa suavice sus leyes, la exportación de diésel de Estados Unidos, que contendrá arenas bituminosas, será menos competitiva”. La activista por el medio ambiente Tzeporah Berman también participó en la cumbre de mujeres. Allí habló acerca de cómo el Gobierno canadiense del Primer Ministro conservador Stephen Harper ha silenciado a científicos en un intento desesperado de acallar las críticas a Keystone XL. Berman me dijo: “En primer lugar, el Gobierno canceló la mayor parte de la investigación científica del país que tenía que ver con el cambio climático. Se trata de un gobierno que niega el cambio climático y no quiere hablar del cambio climático. El año pasado clausuraron la Estación de Investigación Atmosférica, que era uno de los lugares más importantes del mundo para obtener datos sobre el clima. Cerraron la Mesa Redonda Nacional sobre Medio Ambiente y Economía. Han despedido a científicos y, a los que quedan, les dicen que no pueden hacer públicas sus investigaciones, a pesar de que son financiadas con dinero de los contribuyentes. También se les dice que no pueden hablar a la prensa a menos que haya un responsable y se trate de una entrevista aprobada previamente. Deben tener un responsable de la Oficina del Primer Ministro. De modo que los científicos con los que he hablado se sienten avergonzados, frustrados, están protestando. La semana pasada en Canadá cientos de científicos salieron a las calles con su bata de laboratorio para protestar contra el Gobierno porque no pueden hablar. Los están amordazando a un punto tal que la destacada revista científica Nature publicó el año pasado un editorial en el que afirmaba que es hora de que Canadá deje a sus científicos en paz”. Las muertes provocadas por desastres climáticos son cada vez más: desde la devastadora inundación que destruyó ciudades enteras en Colorado, hasta el norte de la India, donde las inundaciones y los deslizamientos de tierra provocados por una tormenta en junio de este año dejaron un saldo de 5.700 muertos. La esperanza está puesta en el cada vez mayor movimiento mundial por la justicia climática, que exige a los gobiernos que tomen medidas reales para detener el cambio climático antes de que sea demasiado tarde. Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna. © 2013 Amy Goodman Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

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“La corte es la lepra del papado”, Francisco Días pasados, el Papa Francisco levantó un revuelo universal al declarar que “los jefes de la Iglesia a menudo han sido narcisistas, adulados por sus cortesanos. La corte es la lepra del papado”, afirmó. Ésta última frase, recogida en la entrevista realizada por el director del diario La Reppublica, Eugenio Scalfaro, se tomó como la más severa advertencia de que el pontífice está decidido a llevar a cabo los cambios prometidos. Públicamente se quejó de que la Curia “tiene un defecto: es vaticano-céntrica. Cuida los intereses del Vaticano, que son todavía, en gran parte, intereses temporales. Esta visión vaticano-céntrica se olvida del mundo que nos rodea. No comparto esta visión y haré todo lo posible por cambiarla”. No fue el único asunto controversial tocado por el Papa, pero si el más difícil y riesgoso de todos ellos. Para descifrar la complejidad del tema, acudimos a Leonardo Boff, teólogo crítico si los hay.

¿La Curia romana es reformable?

Leonardo Boff

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a Curia Romana está formada por el conjunto de los organismos que ayudan al Papa a gobernar la Iglesia dentro de las 44 hectáreas que rodean la basílica de San Pedro. Son algo más de tres mil funcionarios. Nació pequeña en el siglo XII, pero se transformó en un cuerpo de peritos en 1588 con el Papa Sixto V, forjada especialmente para hacer frente a los

reformadores, Lutero, Calvino y otros. En 1967 Pablo VI y en 1998 el Papa Juan Pablo II trataron, sin éxito, de reformarla. Está considerada como una de las administraciones gubernativas más conservadoras del mundo y tan poderosa que en la práctica retrasó, archivó y anuló los cambios introducidos por los dos papas anteriores y bloqueó la línea progresista del Concilio VaA PÁGINA 6


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CORREO del SUR DE PÁGINA 5

ticano II (1962-1965). Continúa incólume, como si trabajase no para el tiempo sino para la eternidad. Sin embargo, los escándalos morales y financieros ocurridos dentro de su espacio han sido de tal magnitud que ha surgido el clamor de toda la Iglesia pidiendo una reforma, a ser realizada, como una de sus misiones, por el nuevo Papa Francisco. Como escribía el príncipe de los vaticanólogos lamentablemente ya fallecido, Giancarlo Zizola (Quale Papa 1977): «cuatro siglos de contrarreforma habían casi extinguido el cromosoma revolucionario del cristianismo original, la Iglesia se estableció como un órgano contrarrevolucionario» (p. 278), y negadora de todo lo nuevo que aparece. En un discurso a los miembros de la Curia el 22 de febrero de 1975, el Papa Pablo VI llegó a acusar a la Curia romana de tomar «una actitud de superioridad y orgullo ante el colegio episcopal y el Pueblo de Dios». Combinando la sensibilidad franciscana con el rigor jesuita ¿conseguirá el Papa Francisco darle otro formato? Sabiamente se ha rodeado de ocho cardenales experimentados, de todos los continentes, para acompañarlo a realizar esta ciclópea tarea con las purgas que necesariamente deberán ocurrir. Detrás de todo hay un problema histórico-teológico que dificulta en gran medida la reforma de la Curia. Se expresa por dos visiones contradictorias. La primera, parte del hecho de que, después de la proclamación de la infalibilidad del Papa en 1870, con la consiguiente romanización (uniformización) de toda la Iglesia, hubo una concentración máxima en la cabeza de la pirámide: es el papado con poder «supremo, pleno, inmediato» (canon 331). Esto implica que en él se concentran todas las decisiones, un fardo que es prácticamente imposible de llevar por una sola persona, aunque sea con poder monárquico absolutista. No se acepta ninguna descentralización, porque significaría una disminución del supremo poder del Papa. La Curia, entonces, se cierra en torno al Papa, al que convierte en su prisionero; a veces bloquea las iniciativas desagradables a su conservadurismo tradicional o simplemente deja de lado los proyectos hasta que son olvidadas.

La otra vertiente conoce el peso del papado monárquico y busca dar vida al Sínodo de Obispos, organismo colegial creado por el Concilio Vaticano II, para asistir al Papa en el gobierno de la Iglesia Universal. Pero sucede que Juan Pablo II y Benedicto XVI, presionados por la Curia que veía en ello una forma romper el centralismo del poder romano, lo convirtieron en un órgano solamente consultivo y no deliberativo. Se celebra cada dos o tres años, pero sin ningún efecto real sobre la Iglesia. Todo apunta a que el Papa Francisco, al convocar a los ocho cardenales para con él y bajo su dirección proceder a la reforma de la Curia, cree un órgano con el cual pretende presidir la Iglesia. Ojala amplíe este órgano colegiado con representantes no sólo de la jerarquía sino de todo el Pueblo de Dios, también con mujeres, que son la mayoría de la Iglesia. Tal paso no parece imposible. La mejor manera de reformar la Curia, a juicio de los expertos en las cosas del Vaticano y también de algunos jerarcas, sería una gran descentralización de sus funciones. Estamos en la era de la planetización y de la comunicación electrónica en tiempo real. Si la Iglesia Católica quiere adaptarse a esta nueva etapa de la humanidad, nada mejor que operar una revolución organizativa. ¿Por qué el dicasterio (ministerio) para la Evangelización de los Pueblos no puede transferirse a África? ¿El del Diálogo Interreligioso a Asia? ¿El de Justicia y Paz a América Latina? ¿El de la Promoción de la Unidad de los Cristianos a Ginebra, junto al Consejo Mundial de Iglesias? Algunos, para las cosas más inmediatas, permanecerían en el Vaticano. A través de videoconferencias, skype y otras tecnologías de la comunicación, podrían mantener un contacto diario inmediato. Así se evitaría la creación de un anti-poder, en el cual la Curia tradicional es gran experta. Esto haría a la Iglesia Católica realmente universal y no más occidental. Como el Papa Francisco vive pidiendo que recen por él, tenemos que, efectivamente, rezar y mucho para que este deseo se transforme en realidad para beneficio de todos. Fuente: http://leonardoboff.wordpress. com/2013/08/16/a-curia-roma-e-reformavel/ Tlaxcala


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Víctor Orozco

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l pasado 24 de septiembre la organización Girasoles, Centro de Desarrollo Integral para el Adulto Mayor, A.C., entregó su presea anual, instituida para reconocer a quienes han llevado una larga vida activa. Fue merecedor de este galardón el doctor Roberto Vázquez Muñoz, médico originario de Durango, quien por más de seis décadas, ha ejercido la medicina en Ciudad Juárez. No solo ha sido un profesionista que ha desempeñado su oficio con excelencia y con espíritu solidario, sino ha llevado su compromiso vital a la coordinación de esfuerzos para transformar la sociedad. Desde la década de los sesentas, dirige la Alianza Cívico Demócrata Juarense y edita el periódico Cuauhtémoc, impreso propagador de causas anticapitalistas y libertarias. Si el objetivo es laurear a personas caracterizadas por el trabajo, la perseverancia, la congruencia entre el pensar y el hacer, con seguridad hay muy pocas a la altura del Dr. Vázquez Muñoz, a sus 88 años de edad. Quien desee aprender lecciones de vida, puede ir los domingos a la plaza de armas de Ciudad Juárez y escuchar sus llamados a la organización popular, sus denuncias contra la corrupción, sus palabras esperanzadoras de una nueva sociedad sin explotadores. O bien, los jóvenes médicos, pueden asimilar la enseñanza de ejercer la profesión con sentido social, como lo ha hecho el galardonado en el hospital general, durante medio siglo. El discurso del doctor Vázquez Muñoz, así como la sonora intervención de un ameritado colega suyo, el doctor Humberto Berlanga, geriatra prestigioso, nonagenario, quien sigue, me dijo: “ayudando a vivir a los viejitos”, me despertaron múltiples reflexiones sobre la senectud. El tema es tan antiguo como la civilización, pero quizá nunca haya cobrado mayor relevancia que en nuestra época, poblada por millones de hombres y mujeres cuyas edades superan los 65 años. Según informa Girasoles, desde 1940 a la fecha la expectativa de vida en México creció 4.3 años por cada decenio, comenzando en 45 por aquella fecha, para llegar a 75 de promedio en la actualidad. Es decir, tenemos ahora más tiempo para cumplir propósitos y llenar de vida nuestros años. Los avances en la prevención y tratamiento de enfermedades, los nuevos y pasmosos descubrimientos científicos sobre el comportamiento del cerebro humano, la ampliación de servicios médicos, han posibilitado el hecho. Y, ya que gozamos de mayores plazos ¿Qué hacer con estas extensiones?. Se puede recurrir a legiones de pensadores quienes han cavilado sobre la vejez. Imposible siquiera intentarlo. Así que me conformo en este ensayo con acudir a tres de ellos. El primero es un clásico, Marco Tulio Cicerón quien fue ejecutado a los 63 años, en el 43 antes de nuestra era. El célebre abogado y tribuno romano, escribió su famoso tratado apologético de la edad madura un año antes de morir. Los pensamientos que dejó han quedado grabados en piedra, sin tiempo alguno en el que no hayan sido consultados. A la descalificación de los ancianos por la decadencia de las capacidades físicas, Cicerón repuso: “Las grandes empresas no se realizan con la fuerza, con la agilidad y con la rapidez corporal sino con la prudencia, con el prestigio y con el entendimiento; cualidades de las que no suele estar privada la vejez sino que, por el contrario, experimentan en ella un crecimiento”. Existe una cierta inercia en los modos de pensar, que se origina quizá en esta

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Elogio de la vejez

Roberto Vázquez Muñoz , Presea Girasoles vida activa 2013

arraigada concepción religiosa según la cual esta vida es un valle de lágrimas cuyos sufrimientos pueden terminarse o eternizarse según si nuestro destino es el cielo o el infierno. Uno de sus corolarios supone el agravamiento de males a medida que nos acercamos a la muerte. Y entre esas desdichas están los achaques de los viejos: se vuelven irascibles, avaros, pierden la memoria, por decir lo menos. Cicerón relativiza este juicio: se viven ancianidades diferentes, según cómo se ha construido el carácter de cada individuo. Así como no todo vino se avinagra con el tiempo, tampoco toda naturaleza se avinagra con la vejez, constata. De seguro una de las confirmaciones más evidentes de esta máxima ciceroniana, es la vida de Rita Levi-Montalcini, científica italiana fallecida a los 103 años apenas el 30 de diciembre pasado. Fue ella quien descubrió -en medio de todas las penalidades y privaciones acarreadas para una mujer, judía y librepensadora, en la Italia de Mussolini-, cómo se desarrollan y renuevan las células del sistema nervioso. Estos “factores de crecimiento” cómo les llamó estuvieron en duda por varias décadas, hasta que otros trabajos

científicos confirmaron su existencia. La descubridora recibió por ello el Premio Nobel en 1980. A esta menuda mujer, se le preguntó en una entrevista realizada a los 97, -¿Qué haría hoy si tuviera 20 años?. La respuesta ágil e inmediata fue: - ¡Pero... si estoy haciéndolo!. Es decir, pensando, investigando y… encabezando una ingente labor internacional para lograr que niñas de países africanos pudieran estudiar y superarse. La clave, para arribar a esta cumbre, solía decir, “es mantener curiosidades, empeños, tener pasiones...”. Lejos de aceptar el destino de arrumbados, arrecholados, como decía en su discurso Vázquez Muñoz, los senectos en quienes pensaba Rita Levi, se mantienen vigentes y recuperan para sí mismos y para la sociedad, uno de los valores de mayor relevancia para esta última: la acumulación de saberes y experiencias. Entre los incontables casos de hombres y mujeres distinguidos por sus largos años de vida activa, se encuentra también Bertrand Russell, el conocido filósofo agnóstico, matemático, pacifista y luchador social. Estuvo muy cerca de ajustar los 98 años y produjo algunas de sus obras maestras después de los noventa. A lo largo de

esta prolongada existencia, buscó ajustarse a una divisa adoptada en sus años mozos: tratar de vivir sin temores, ni a la represión social o política, ni a dios, ni al ridículo, ni al infierno y en los años finales, ni a la muerte. En las postrimerías de su vida, proclamaba desafiante: “Al contrario del esquema habitual, me he hecho gradualmente más rebelde a medida que envejezco”. Asumía, desde luego, que ya no estaba en condiciones de emprender tareas propias de jóvenes o individuos de la mediana edad, si aquellas implicaban usos de pericias físicas. La rebeldía aludida era intelectual: contra dogmas, imposiciones, autoritarismos, abusos, miedos. Inmejorable testimonio de ello fue la organización y dirección del Tribunal Russell para juzgar al presidente de los Estados Unidos por los crímenes contra la humanidad cometidos en Viet Nam. Frisaba entonces los 96 años y la muerte ya no le causaba ninguna aprensión. Se atenía a una idea cultivada con esmero: , “…en un anciano, que ha conocido las alegrías y las tristezas humanas, que ha terminado la obra que le cabía hacer, el temor a la muerte es algo abyecto e innoble. El mejor modo de superarlo —por lo menos, ésta es mi opinión— consiste en ampliar e ir haciendo cada vez más impersonales sus intereses, hasta que, poco a poco, retrocedan los muros que encierran al yo, y su vida vaya sumergiéndose crecientemente en la vida universal” Se dirá que los referentes mencionados constituyen ejemplos inalcanzables e inaplicables para la vida cotidiana y el común de los mortales como somos la inmensa mayoría. No se crea eso. Bien podemos hablar del anciano o anciana en su taller familiar, en la cocina, en el gimnasio, en el salón de baile, en la sala de debates, en las redes sociales, en labores altruistas, en asesorías a jóvenes emprendedores o investigadores, en conferencias, en la producción de arte, en la innovación de sus antiguos oficios, en la crítica social, en el aula, en el centro de idiomas… y así hasta el infinito, que han empleado esa maravilla, como habría de calificarse al ocio productivo, para vivir mejor y hacer mejor la vida de los otros. No está demás señalar que las ayudas y reconocimientos debidos a los ancianos, (las primeras otorgadas por los gobiernos a cuenta-gotas) constituyen una óptima inversión para la salud de las colectividades. Hemos de congratularnos que grupos como Girasoles premien y destaquen a hombres y mujeres cuyas vidas son modelos en realizaciones y enterezas, como es el caso de Roberto Vázquez Muñoz.


A propósito del libro ‘Entrevista sobre el siglo XXI’

Néstor Kohan

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a posguerra europea vivió en el terreno de las ideas una paradoja inesperada. Mientras el marxismo iba decayendo cada vez más a nivel político, paralelamente se iba insertando cada vez más en las universidades y los ámbitos académicos. El historiador británico y antiguo director de la New Left Review Perry Anderson, uno de los principales estudiosos de este fenómeno estrictamente occidental, describe ese proceso en dos de sus mejores libros (Consideraciones sobre el marxismo occidental y Tras las huellas del materialismo histórico). Allí Anderson concluye en que una de las principales escuelas de pensamiento en este sentido ha sido la de los historiadores socialistas británicos entre los cuales se encuentra Eric Hobsbawm, junto a otros nombres célebres como Edward P. Thompson, Christopher Hill, el medievalista Rodney Hilton y el historiador de la economía Maurice Dobb. Eric Hobsbawm es quizás el mayor de todos ellos (y seguramente el más famoso). Nacido en una familia judía en Alejandría en 1917, fue educado en Viena y Berlin, así como también en Londres y en Cambridge. Ha sido profesor del Birkbeck College de la Universidad de Londres hasta su jubilación y posteriormente de la New School Research de Nueva York. Con el correr de los años se convirtió en “el historiador vivo más conocido del mundo”, como señaló en su oportunidad Orlando Figes. ¿Qué ha distinguido a Hobsbawm de la historiografía tradicional? El hecho simple y al mismo tiempo complejo de una escritura llana que no renuncia a la perspectiva totalizante, ya que da cuenta tanto de los procesos económicos a largo plazo, como también de los fenómenos políticos, la dinámica del cambio social, los descubrimientos científicos y sus aplicaciones tecnológicas y los acontecimientos culturales, sin desechar ni unilateralizar ninguno de todos ellos. Este libro-entrevista, de lectura fácil, amena y llevadera, no está dirigido a la comunidad especializada de historiadores profesionales sino a un público general. En ese sentido constituye la natural prolongación de un pensamiento que ha rehuido sistemáticamente todo hermetismo y todo barroquismo profesoral. En el prólogo, Josep Fontana -otro historiador- se explaya sobre las virtudes de la obra de Hobsbawm y sobre sus ventajas en comparación con otras “historias del siglo XX” realizadas poco tiempo después que la de Hobsbawm (quien publicó su trabajo Historia del siglo XX

en 1994). Estas otras historias alternativas fueron emprendidas por la Universidad de Oxford y por la de Columbia con el mismo título. Ambas son, según Fontana, inferiores a la de Hobsbawm pues han sido estructuradas o partiendo de una visión completamente eurocentrista (la de Oxford) o de una simple sumatoria de trabajos monográficos dispersos sin hilación lógica (la de Columbia). En cambio la de Hobsbawm proporcionaría la ganancia de haber dibujado como un todo coherente al siglo XX, integrando las múltiples determinaciones del proceso histórico. ¿Qué aporta entonces esta Entrevista sobre el siglo XXI que no estuviera ya en su Historia del siglo XX? Un balance posterior, siempre de conjunto. Por ello podría leerse

viene entonces a coronar las cuatro “eras” redactadas por el historiador británico: La era de la revolución 1789-1848; La era del capital 1848-1875; La era del imperio 18751914 y finalmente el ya mencionado Historia del siglo XX, pero con el aditamento de que esta vez Hobsbawm se convierte en uno de los protagonistas de la trama. Los temas alrededor de los cuales gira la entrevista son muy variados y vuelven a poner en el tapete la pluralidad de ángulos desde los cuales Hobsbawm aborda la historia. El texto comienza por la justificación del entrevistador italiano Antonio Polito de pedirle a un historiador del pasado la opinión sobre el futuro. Allí Hobsbawm afirma que “dentro de ciertos límites, nosotros debemos hacer un esfuerzo de previsión, pero sin olvidar nunca el peligro que se corre de convertir esa previsión en caricatura”. De este modo Hobsbawm deja planteadas sus diferencias con la metafísica futurológica tan a la moda en este cambio de siglo.

este nuevo libro suyo como un complemento o apostillas al anterior. En éste último intenta un balance no sólo de problemas históricos del siglo “corto” (como él bautizó al siglo XX pues habría comenzado con la primera guerra mundial en 1914 y habría terminado con la caída de la URSS en 1991) sino también de experiencias biográficas y personales, uno de los tramos más atrapantes del texto. La obra

Más adelante, continúa con un balance acerca de la guerra y en particular la más reciente de todas: la de la ex Yugoslavia. Frente a este conflicto que dividió tajantemente las aguas de la intelectualidad europea Hobsbawm expresa de manera explícita y polémica su “escepticismo sobre las motivaciones morales de la guerra de Kosovo”. Una visión crítica que contrasta con el triunfalismo belicista de muchos otros

CORREO del SUR Director General: León García Soler

intelectuales “lúcidos y bienpensantes”. Los dos capítulos siguientes están centrados en el análisis de la situación geopolítica actual y futura del reinado de los Estados Unidos sobre el resto de Occidente. En ese rubro Hobsbawm también deja escuchar su voz crítica y en alguna medida desconfiada del actual nuevo orden mundial, aunque sin desbarrancarse nunca en un juicio apocalíptico sobre el mismo. También se explaya ampliamente sobre la discutida globalización, frente a la cual reclama al lector no confundir ese proceso de mundialización imparable con la ideología neoliberal defendida por von Hayek y Milton Friedman (los teóricos de la “Escuela de Chicago”), objeto de la crítica del empresario George Soros y hasta de los economistas liberales Krugman o Bhagwati. En esa órbita atravesada por la mundialización Hobsbawm se esfuerza por hacer un balance de la experiencia de la izquierda europea y norteamericana partiendo del presupuesto de que las categorías de “izquierda” y “derecha” siguen existiendo (para él las coordenadas de la izquierda estarían delimitadas por la continuidad entre la revolución francesa de 1789 y los socialismos del siglo XX, incluyendo dentro de ese amplísimo paraguas integrador hasta al Partido Demócrata –¡presidente Clinton incluido!- de los Estados Unidos)… En uno de sus principales tramos Hobsbawm sienta posición sobre su relación con el otro grande de la historiografía británica: E.P. Thompson (expulsado del PC inglés en 1956, institución de la cual Hobsbawm nunca se fue terminantemente aunque sí se alejó de a poco hasta su posterior disolución). En los segmentos finales, Hobsbawm analiza los efectos presentes y potenciales de la globalización y sus repercusiones en la vida cotidiana (área donde el entrevistador llega a preguntarle hasta su opinión sobre el Viagra y lo que denomina “cosmética del bienestar”, rebajando innecesariamente por momentos el nivel de las preguntas). También se interna en los lazos que unen a Hobsbawm con la cultura de Italia (país de origen del entrevistador). Mirado en su conjunto, este nuevo libro de Hobsbawm nos deja un abigarrado collage de postales a mitad de camino entre la perspectiva histórica “macro”, la previsión histórica y el libro de memorias, realizado por uno de los intelectuales más prestigiosos de las últimas décadas. © La Rosa Blindada Edición y publicación de Omar Montilla | Choroní, Aragua, Venezuela.

Suplemento dominical de Director: Adolfo Sánchez Rebolledo

Diseño gráfico: Hernán Osorio


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