Número 338 Junio 9, 2013
Walter Benjamin y el capitalismo como religión / Carlos Juárez, profesor, ornitólogo, amigo / Estados Unidos: Libertad de expresión y sus límites / Creacionistas contra la teoría de la evolución / La negociación de la intimidad
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Walter Benjamin y el Giorgio Agamben (*)
1.
Hay signos de los tiempos que, aunque obvios, los hombres, que escrutan las señales en los cielos, no llegan a percibir. Cristalizan en eventos que anuncian y definen la época, es decir, eventos que pueden pasar inadvertidos y no alterar en nada, o casi nada, la realidad en la que encajan y que, sin embargo, y precisamente por esto tienen valor de signo, de indicio histórico: semeia ton kairon. Uno de estos eventos tuvo lugar el 15 de agosto de 1971, cuando el gobierno de EE.UU., bajo la presidencia de Richard Nixon declaró que la convertibilidad del dólar quedaba suspendida. Si bien esta afirmación ponía fin, de hecho, a un sistema que había vinculado durante mucho tiempo el valor de la moneda a una base áurea, la noticia, que saltó en plenas vacaciones de verano, provocó menos debate del que era razonable esperar. Sin embargo, desde ese momento, la inscripción que todavía se puede leer en muchos billetes de banco (por ejemplo, en los de la libra esterlina o la rupia, pero no en los del euro): Me comprometo a pagar al portador la suma de ... refrendada por el gobernador del banco central, perdió definitivamente su sentido. Esta frase pasó a significar que a partir de ese momento a cambio del billete el banco central correspondiente haría entrega a quien lo solicitara (si alguien era lo suficientemente tonto como para hacerlo) no una cierta cantidad
de oro (para el dólar, 1/35 de onza) sino un billete exactamente igual. El dinero había quedado desprovisto de cualquier valor que no fuera el puramente autorreferencial. Tanto más sorprendente fue la facilidad con que fue aceptado el acto del soberano estadounidense, que equivalía a cancelar el patrimonio de oro del dueño del dinero. Y si, como se ha sugerido, el ejercicio de la soberanía monetaria de un Estado consiste en su capacidad para inducir a los participantes del mercado a emplear sus obligaciones como dinero, en ese momento las obligaciones perdieron toda consistencia real, se habían convertido en puro papel. El proceso de desmaterialización de la moneda se había iniciado muchos siglos antes, cuando las necesidades del mercado llevaron a añadir a la moneda metálica, necesariamente escasa y engorrosa, letras de cambio, billetes bancarios, juros , goldsmith s notes, etcétera. Todas estas monedas de papel son en realidad títulos de crédito, por cuya razón se conoce como moneda fiduciaria. La moneda metálica, en cambio, valía o hubiera debido valer su contenido de metales preciosos (cuestión, como se sabe, insegura: el caso extremo fue el de las monedas de plata acuñadas por Federico II, que apenas usadas dejaban a la vista el rojo de cobre). Sin embargo, Schumpeter (1883,1950, que vivió, es cierto, en un momento en el papel moneda había desbordado la moneda metálica), pudo
afirmar no sin razón que, en última instancia, todo el dinero es sólo crédito. Después del 15 de agosto de 1971, habría que añadir que el dinero es un crédito basado sólo en sí mismo y que no refleja nada más que a sí mismo. 2.- El capitalismo como religión es el título de uno de los más penetrantes fragmentos póstumos de Walter Benjamin. Que el socialismo era algo parecido a una religión fue observado con frecuencia (entre otros por Schmitt: El socialismo pretende dar vida a una nueva religión que para los hombres de los siglos XIX y XX tuvo el mismo significado que el cristianismo para los hombres de hace dos mil años. ) Según Benjamin, el capitalismo no es sólo, como afirma Weber, una secularización de la fe protestante, sino que él mismo es esencialmente un fenómeno religioso, que se desarrolla como parásito a partir del cristianismo. Como tal, como religión de la modernidad, se define por tres características: -- Es una religión de culto, tal vez la más extrema y absoluta que ha existido jamás. Todo en ella tiene significado sólo con referencia al cumplimiento de un culto, no con un dogma o una idea; -- Es un culto permanente, es la celebración de un culto sans trève et sans merci. No es posible aquí distinguir entre días festivos y días laborables, sólo hay un único e ininterrumpido día de fiesta-trabajo en el que el trabajo coincide con la celebración del culto; -- El culto capitalista no remite a la redención o la expiación de la culpa, sino a la culpa misma: El capitalismo es quizás el único caso de un culto no expiatorio sino culpabilizador Una monstruosa conciencia culpable que no conoce la redención se convierte en culto, no para expiar en éste su culpa sino para hacerla universal ... y para atrapar al final a Dios mismo en la culpa ... Dios no ha muerto, sino que se ha incorporado al destino del hombre. Precisamente porque tiende con todas sus fuerzas no a la redención sino a la culpa, no a la esperanza sino a la desesperación, el capitalismo como religión no tiende a la transformación del mundo sino a su destrucción. Y su dominio es en nuestro tiempo tan completo que los tres grandes profetas de la modernidad (Nietzsche, Marx y Freud) conspiran, según Benjamin, con él, son solidarios, de alguna manera, con la religión de la desesperanza. Este paso del planeta hombre por la casa de la desesperación, en la soledad absoluta de su recorrido es el ethos que define Nietzsche. Este hombre es el superhombre, es decir el primer hombre que comienza a darse cuenta conscientemente de la religión capitalista. Pero también la teoría freudiana pertenece al sacerdocio del culto capitalista: Lo reprimido, la representación pecaminosa ... es el capital, sobre el cual el infierno del inconsciente paga intereses. Y, en Marx, el capitalismo con los intereses simples y compuestos, que son función de la culpa ... se transforma inmediatamente en socialismo. 3. Vamos a tratar de tomar en serio y desarrollar la hipótesis de Benjamín. Si el capitalismo es una religión, ¿cómo podemos definirlo en términos de fe?, ¿en qué cree el capitalismo? ¿qué implica, en lo que respecta a esta fe, la decisión de Nixon?
David Flüsser, gran estudioso de la ciencia de las religiones hay también una disciplina con este extraño nombre estaba trabajando sobre la palabra pistis , palabra griega que Jesús y los apóstoles utilizaban para fe . Un día se encontraba en una
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capitalismo como religión
plaza de Atenas y en un momento dado, al levantar los ojos, vio escrito en grandes caracteres ante él Trapeza tes pisteos. Aturdido por la coincidencia, miró mejor y después de unos segundos se dio cuenta de que simplemente estaba ante un ban-
co: trapeza tes pisteos significa en griego banco de crédito. He aquí el significado de la palabra pistis, que llevaba meses tratando de averiguar: pistis , fe no es más que el crédito de que gozamos ante Dios y del que la palabra de Dios goza en nosotros desde el momento en que creemos en él. Por esta razón Pablo puede afirmar en una famosa definición que la fe es la sustancia de las cosas esperadas: es lo que da credibilidad a la realidad y a lo que no existe todavía, pero en lo que creemos y tenemos fe, en lo que hemos puesto en juego nuestro crédito y nuestra palabra. Creditum es el participio pasado del verbo latino credere: es aquello en lo que creemos, en lo que ponemos nuestra fe, cuando establecemos una relación de confianza con alguien tomándolo bajo nuestra protección o prestándoles dinero, confiándonos a su protección o tomando dinero prestado. En la pistis paulina pervive, es decir, la antiquísima institución indoeuropea que Benveniste ha reconstruido, la fidelidad personal: El que detiene la fides puesta en él por un hombre tiene en su poder a este hombre... En su forma primitiva, esta relación implica una reciprocidad: poner nuestra fides en alguien procuraba, a su vez, su garantía y su ayuda. Si esto es cierto, entonces la hipótesis de Benjamin de una estrecha relación en-
tre capitalismo y cristianismo recibe una confirmación ulterior: el capitalismo es una religión basada enteramente en la fe, una religión cuyos seguidores viven sola fide (sólo por medio de la fe). Y como, según Benjamin, el capitalismo es una religión en la que el culto se ha emancipado de todo objeto y la culpa de todo pecado y, por lo tanto, de toda posible redención, así, desde el punto de vista de la fe, el capitalismo no tiene objeto: cree en el hecho puro de creer, en el puro crédito (believes in pure belief ), es decir: en el dinero. El capitalismo es, por ello, una religión en la cual la fe en el crédito ha sustituido a Dios. En otras palabras, en tanto que la forma pura del crédito es dinero, es una religión cuyo dios es el dinero. Esto significa que el banco, que no es más que una máquina de fabricar y manejar crédito, ha tomado el lugar de la iglesia y, mediante la regulación del crédito, manipula y administra la fe, la escasa e incierta confianza que nuestro tiempo todavía tiene en sí mismo. 4. ¿Qué ha significado para esta religión la decisión de suspender la convertibilidad en oro? Ciertamente, algo así como una aclaración de su propio contenido teológico, comparable a la destrucción mosaica del becerro de oro o al establecimiento de un dogma conciliar. En cualquier caso, un paso decisivo hacia la purificación y cristalización de su propia fe. Ésta en forma de dinero y crédito se emancipa ahora de todo referente externo, cancela su nexo de idolatría con el oro y se afirma en su carácter absoluto. El crédito es un ser puramente inmaterial, la parodia más perfecta de esa pistis , que no es sino la sustancia de lo que se espera. La fe así rezaba la famosa definición de la Carta a los Hebreos es sustancia ousia , término técnico por excelencia de la ontología griega de lo que se espera. Lo que Pablo quiso decir es que el que tiene fe, el que ha puesto su pistis en Cristo, toma la palabra de Cristo como si se tratara de la cosa, el ser, la sustancia. Pero es precisamente este “como si” lo que la parodia de la religión capitalista elimina. El dinero, el nuevo pistis , es ahora, inmediatamente y sin residuos, sustancia. El carácter destructivo de la religión capitalista, de la que hablaba Benjamin, aparece aquí en plena evidencia. La cosa esperada, ya no existe, ha sido destruida, y tiene que serlo porque el dinero es la esencia misma de la cosa, su ousia en el sentido técnico. Y, de esta manera, se quita de en medio el último obstáculo a la creación de un mercado de la moneda, a la transformación integral del dinero en mercancía. 5. Una sociedad cuya religión es el crédito, que sólo cree en el crédito, está condenada a vivir a crédito. Robert Kurz explicó la transformación del capitalismo del siglo XIX, todavía basado en la solvencia y la desconfianza respecto al crédito, en el capitalismo financiero contemporáneo. Para el capital privado del siglo XIX, con sus propietarios personales y sus res-
pectivos clanes familiares, eran todavía válidos los principios de honorabilidad y solvencia, a la luz de los cuales el incremento del uso del crédito era casi obsceno, como un comienzo del fin. Las novelas por entregas de la época están llenas de historias donde las familias numerosas se arruinan a causa de su dependencia; en algunos pasajes de Los Buddenbrook , Thomas Mann llegó a crear un tema de Premio Nobel. El capital productivo sujeto al pago de intereses era, por supuesto, esencial para el sistema desde el primer momento de su formación, pero todavía no tenía un papel decisivo en la reproducción capitalista global. Los negocios de capital ficticio se consideraban típicos de los ambientes de estafadores y personas deshonestas, al margen del capitalismo real ... Incluso Henry Ford se negó durante mucho tiempo al uso del crédito bancario, obstinándose en su decisión de financiar sus inversiones sólo con su propio capital. (R.Kurz, El fin de la política y la apoteosis de dinero , Roma, 1997; Die Himmelfahrt des Geldes , en Krisis , 1995). Durante el siglo XIX, esta concepción patriarcal se disolvió completamente y el capital empresarial recurrió cada vez más al capital monetario, tomado del sistema bancario. Esto significa que las empresas, con el fin de seguir produciendo, deben, por así decirlo, hipotecar por anticipado cantidades crecientes de trabajo y de futura producción. El capital productor de mercancías se alimenta ficticiamente de su propio futuro. La religión capitalista, de acuerdo con la tesis de Benjamin, vive de un endeudamiento permanente, que no puede ni debe extinguirse. Pero no son sólo las empresas las que viven, en este sentido, sola fide, a crédito (o a débito). También los individuos y las familias, que recurren cada vez más al mismo, están análogamente tan implicados en este continuo y generalizado este acto de fe en el futuro. Y la Banca es el sumo sacerdote que administra a los fieles el único sacramento de la religión capitalista: el crédito-débito. (*) Filósofo italiano. Se doctoró en la Universidad de Roma con una tesis sobre el pensamiento político de Simone Weil. Fue alumno de Martin Heidegger entre 1966 y 1968. Es profesor de Filosofía en la Universidad de Verona, Italia, en el Collège International de Philosophie de París y en la Universidad de Macerata en Italia; enseña asimismo Iconografía en el Instituto universitario de Venecia. En “Bitácora” de Uruguay.
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La despedida de la docencia del maestro en Ciencias, Carlos Juárez López, luego de medio siglo de productiva y continua labor, fue un gran reconocimiento de la comunidad universitaria a sus aportaciones académicas y humanas, un momento de reflexión en torno al papel de los maestros en la creación y divulgación de una ciencia propia, volcada a resolver los grandes problemas nacionales. Durante cincuenta años, siendo profesor titular del Laboratorio de Vertebrados de la Facultad de Ciencias de la UNAM, el maestro Juárez abrió las puertas al conocimiento y la pasión por la biología a miles de alumnos que vivieron y compartieron con él la experiencia del aprendizaje, tanto en el aula como en el laboratorio y el campo. Entre otras distinciones, Juárez ha recibido la Medalla al Mérito Universitario por la Universidad Nacional Autónoma de México, la Medalla Benito Juárez por la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y el Diploma como miembro fundador de la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana. Sus expediciones a la cabeza de la Sociedad Mexicana de Ornitología A.C. también nos ayudaron a muchos legos como el que escribe a vislumbrar la íntima conexión existente entre la defensa de la naturaleza y la necesaria racionalidad de nuestra vida en sociedad y, en esa medida, a valorar mejor el papel de las ciencias en nuestro medio, asunto no menor pues concierne al futuro inmediato del país. Es por eso que ofrecemos en éste número del Correo del Sur, dos testimonios –el del biólogo Jorge Hernández y el de su hermano Benedicto -- ambos leídos el 24 de mayo en el Auditorio Carlos Graef de la Facultad de Ciencias para celebrar la vida y las enseñanzas del Maestro. ASR
Carlos Juárez, profesor, ornitólogo, amigo Jorge Hernández Luna / Biólogo
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sí, como ustedes nos ven ahora a Carlos Juárez y a mí , algún día fuimos jóvenes. En los inicios de los setentas del siglo pasado fue donde nos encontramos, -él ya como profesor y ornitólogo reconocido y yo como incipiente pasante de la carrera de biólogo-, en el gran proyecto educativo del Consejo Nacional para la Enseñanza de la Biología (una asociación civil sin fines de lucro), que estaba comandado por las grandes figuras académicas de las ciencias biológicas de nuestro país. De ellos, me viene a la memoria mi entrañable profesor Alfredo Barrera; el talentoso, moderno para su tiempo y provocador Juan Manuel Gutiérrez Vázquez , la cariñosa sabiduría de Javier Valdez, la madurez pedagógica de la Maestra Consuelo Savín, la pasión del Doctor Gonzalo Halffter, los imprescindibles hasta hoy para esta Facultad, Juan Luis Cifuentes y Bety Gispert, la visión de futuro de Arturo Gómez Pompa, la tozudez brillante que acompañaba a Mauricio Russek, la frescura innovadora de Manuel Servín , y dos referentes obligados de la botánica, el Dr. Rzendwski y Efraín Hernández Xolocotzin ; (entre los que recuerdo ahora) . Ellos tuvieron la visión , y yo diría el atrevimiento de encabezar la formación seria y actualizada de
los profesores de biología a lo largo y ancho del país, en todos los niveles de su enseñanza. En esta primera viñeta sobre Carlos, me arriesgo a afirmar que el maestro Juárez López abrevó de estos pilares de la biología sus convicciones éticas, su atávica y necia defensa del patrimonio de nuestros recursos naturales y, sin duda, su pensamiento conceptual como científico, que le ha hecho luchar a lo largo de toda su vida académica por el reconocimiento pleno de una visión mexicana de lo universal de la ciencia. Desde entonces nos hicimos amigos y compañeros de aventuras académicas y, afortunadamente, cómplices de muchas otras historias que rebasan el ámbito escolar. Permítanme un desliz cinematográfico: estamos en el antiguo edificio de la facultad, en el corazón geográfico del primer campus de ciudad universitaria con el Prometeo como su centro; entramos a su pequeño cubículo junto a los Laboratorios - Aulas donde se impartía Biología General I ; no solo hay libros apiñados sino un ejemplar disecado de una garza garrapatera , que parecía que para Carlos tenía un valor infinitamente mayor que a la foto que yo veneraba de Marilyn Monroe en mi casa, fue claro para mí que teníamos algunas diferencias. No obstante eso, el Biólogo Juárez accedió generosa-
mente a dirigir mi tesis , lo que nos llevó a fortalecer más nuestra amistad debido a las enormes borracheras consumadas , también hay que decirlo, a todo lo largo y ancho del país. Siempre condimentadas por buena música, desde la Bruja, pasando por Beny Moré y la Trova Yucateca, sin olvidar nuestras visitas a las casas de empeño de la provincia mexicana, para subsanar el efecto austero de los viáticos que no resistían esos devaneos tan necesarios para nuestro espíritu en esos tiempos. Además de sus aportaciones científicas ya documentadas hoy, me quiero referir a otra de sus contribuciones, quizá de igual importancia: Carlos Juárez inventó con su bonhomía, su tímida calidez y su expresiva locura, la figura viva del Alumno-Amigo. Durante su larga trayectoria como maestro ayudó a la formación de muchos biólogos, algunos altamente reconocidos, otros le salieron como yo, tránsfugas de la ciencia. Pero no conozco a ninguno de ellos que no siga siendo su amigo. En reciprocidad hacia sus amigos voy a poner en boca de nuestro homenajeado las palabras del gran escritor Eliseo Alberto: “entre los muchos valores que mi padre me encargó proteger en testamento, hay uno que he elegido por estandarte: el culto a la amistad como patrimonio esencial del hombre.” Muchas Gracias
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Rumbo al Desierto de los leones; rumbo al encuentro con la vida Benedicto Juárez López
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alle de Amores, con su cercano y recién estrenado viaducto Miguel Alemán, (Alí Baba, decía mi abuelo), viaducto con olores a podredumbre, sirvió en parte como guía para llegar a la colonia Escandón, cada uno de nosotros orgullosos con mochila de explorador retacada de tortas de frijol con huevo y botellas con agua, caminamos llenos de entusiasmo, no importa el frío de la mañana ni el calor de las 12:00, ni las miradas curiosas de los pasajeros del camión de esos que les dicen “Postergados” contamos con voz inaudible: Uno, dos tres, cuatro, cinco; repite, repite, repite. Nuestra meta el Desierto de los leones, por fin lo conoceremos, decía Corral el de la tabla periódica y chamarra de mezclilla azul. El cuerpo de la niña de vestido blanco y blusa azul acaricia el hombro derecho cuando el brazo izquierdo se estira con el cesto para la limosna, Carlos el hermano mayor, futuro sacerdote auxilia al padre Darío Pedral de la Parroquia de la Piedad, antiguo, ferviente y recalcitrante Cristero. Carlos, inocente, inerte, mecánicamente pronuncia algunas frases en latín adivinando los significados, temiendo más el presente que el futuro; arriba del templo un gran mural diseñado por los arquitectos: Enrique Lang y Pedro Moreno, entre otros. En la parte superior destaca un hombre negro desprendiendo de su cuerpo enormes llamas, sol quemante, purificador. El sol llega a la piel burlando el tejido de la chamarra y camisa, los pies se mueven al ritmo que marca el hermano mayor. La Colonia del Valle quedo una hora atrás, el Desierto de los leones, se aparece en el espejismo que produce la mente y el río candente, titilante que emana en la avenida Constituyentes, larga, larga; construida en el monte que resguarda al Molino del rey y la fábrica de vidrio, ahora Museo del papalote, uno, dos, tres, cuatro, cinco, así hasta llegar a mil y empezar nuevamente. “Empiecen a caminar no pierdan su pupitre” gritaba el maestro Vega, geógrafo director de la secundaria 17, los alumnos veían con desagrado al maestro gordo, sentado plácidamente en su pequeño Fiat de tres ruedas. El “Ángel” no resistió la embestida del temblor, quedo ahí, sus alas y cara rotas; los tanques de gas amontonados en la azotea del edificio de Amores 37, chocando golpeándose, llorando por cada niño aplastado; las campanas de la bati – iglesia repiqueteaban. Carlos y Corral al frente de la triple columna, dispuestos sobre la avenida Juanacatlán próxima a Pedro Antonio de los Santos, sin Metro, con el entusiasmo e inteligencia de los estudiantes. Carlos el primero fabricando más que adivinar su futuro, Gustavo y Luís Navas no los encontré, decía mi abuela “adivinar dónde estaban” Adivinando, construyendo los significados del futuro que se mezclan con los ruidos de los camiones de carga y pasaje, nos empujan al costado derecho de la carretera que quema la palma de los pies, la cabeza ardiente, los polos al extremo, la vista no domina el fin del camino, no domina, no puede contestar la pregunta ¿Un niño de secundaria se encuentra listo para elegir el sacerdocio? Ahora escucho nuevamente a mi abuela “a la hora de la hora se verá”. La hora llega, misa de las doce, la más importante, la más concurrida por las personas prominentes de la Colonia del Valle, yo, yo de acólito, Carlos con el cesto de la limosna balbucea impresionado por la vecina de ojos azules, que vive en la mitad de la calle de Amores, extiende su brazo con la cesta y le pregunta con voz débil, temblorosa, acompañada de un horroroso “gallo”: ¿Señorita me da su hora por favor? El padre a un
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lado, con apellido que quita los pecados del mundo. Notario que día a día aumenta su fortuna, lo observó con desprecio, al mismo tiempo que dejó caer un billete de cincuenta pesos en el cesto. La cara del notario parecía muestrario de colores: Blanco verdusco de burócrata, después morado rojizo, las venas del cuello, hinchadas, a punto de estallar, ojos desorbitados y rojos, lanzando fuego. El progenitor de la señorita pretty blue eyes, observó a la mayoría de los feligreses, con un rápido giro de cabeza; hinchó el pecho, aspiro, aspiro y aspiró profundamente para convertir todo ese aire en un grito que retumbo la gigantesca bóveda de la Parroquia de la Piedad ¡Viva Cristo Rey! El cesto con las limosnas, se escapó de la mano de Carlos, torpemente se arrodilló para recoger monedas y billetes, así permaneció largos, eternos segundos, de pronto extendió los brazos simulando una cruz. Observé como poco a poco levanto la cara, creo que se llama telepatía, juntos yo desde el pulpito él arrodillado gritamos: ¡Sí que viva, que viva! Pero ya nos vamos, nos largamos. Y nos fuimos, después de tomar un poco de agua y exprimir una naranja, abandonamos la sombra del árbol de pirul con sus múltiples mini canicas rojas y verdes, Carlos explicó que el pirul es un árbol aromático (Schinus molle) traído del sur de América y que pertenece a la familia de las Anacardiáceas, ahora lo extrañamos nosotros y los extintos cientos de miles pájaros que se alimentaban de él. Continuar adelante, adelante está el Desierto de los leones. Adelante en la calle de Justo Sierra 16, la Preparatoria uno sustituye (demos gracias al señor) al seminario. Por fin el laboratorio de biología, los murales, las columnas, los arcos que de pronto semejan cerros resecos, raíz rastreando la gota de la vida. El color arena y cantera recién reparada. Los zapatos de Manolo que “calza de polo apolo”, ríen liberando dedos apretujados, mostrando dientes desclavados, zapatos por fin, ya abandonados en el bote de la basura. Ahora Manolo, luce brillante como el porvenir. Acompañan una cámara fotográfica comprada de oferta, la misma mochila vieja de lona verde desteñida; los consejos del profesor que escala con un solo brazo y libros adquiridos Dios sabe cómo por nuestra madre. Pasos, materias, exámenes siempre aprobados con excelencia, coqueteos con la Biología, pasos y más pasos. ¿Cuántos pasos, cuantos coches? acariciando cuerpos con aire que refresca la piel inerte, inocente rumbo al Desierto de los leones, la meta se aproxima tomar la desviación labrada de subidas y curvas, de pronto un aguacero refresca la temperatura, los cuerpos desprenden vapor, temperatura que nos recuerdan la playa que desconocemos. Ahí en las playa de San Blas Nayarit, antesala de las mil y una cátedras que se gestan en la mente repujada no sé por cuantas ideas, magia que las convierte en: Folletos, libros, conferencias, clases, cátedras, desengaños y disfrute por la vida. La Facultad de Ciencias de la UNAM, la Universidad de Jalapa y no sé cuántas universidades. Una fila de partidos pseudopolíticos o cuasi políticos. Algunos “movimientos”, destaca el del 68 con tantas versiones como participantes, quedaron atrás, en el recuerdo rincón, cofre que se acaricia como el álbum con fotos de nuestros hijos y la verdadera compañera de vida. Lluvia, ahora convertida en suave brisa que acaricia nuestros rostros. Por fin deja de llover nos acompaña un “chipi chipi” como brisa que le da un tono plateado al edificio construido por los Carmelitas descalzos, quizá tuvieron contacto con Santa Teresa, llegamos al Desierto de los Leones, meta dibujada por chamacos comandados por el chamaco mayor, primero de la familia en titularse, primero en la familia, en poseer un auto, asombro para nuestro origen, primero en casi todo, dueño de su vida y de todo lo que él quiera, mi hermano mayor, Salve desde este humilde pequeño recuerdo, que Dios el de tu preferencia te guarde. Mayo, 2013
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iertos legisladores de Louisiana continúan su jihad legislativa para mantener la teoría de la evolución lejos de las clases de ciencia de las escuelas públicas del estado. El 1 de mayo, los legisladores dieron muerte a un proyecto de ley para derogar la ley del creacionismo de Louisiana, la mal llamada Ley de Educación Científica de Louisiana (LSEA). La ley permite a la no-ciencia colarse en las clases de ciencia mediante los profesores que utilizan materiales suplementarios para “criticar” teorías políticamente controvertidas (pero no científicamente), incluyendo la evolución y la ciencia del clima. A pesar de este vacío legal para el creacionismo creado por la LSEA, los educadores siguen obligados a enseñar “material presentado en el libro de texto”, que incluye la teoría de la evolución. Estos libros de texto de biología son un gran problema para los creacionistas, cuyo próximo objetivo es echarlos de las aulas, y tienen aliados en la legislatura de Louisiana que están dispuestos a ayudarlos en esta tarea. La ley 116 (House Bill 116) [que establece que el Consejo de Educación del Estado no puede obligar a las escuelas en los distritos locales a comprar libros de texto específicos. NdT]), promovida por Frank Hoffmann, representante del estado, tiraría los libros de biología de Louisiana. Fue aprobada en el parlamento de Luisiana por una diferencia de votos de 73-22. Este es el tercer proyecto de ley que Hoffmann ha patrocinado para eliminar los libros de texto de biología, desde que fueron adoptados por la Consejo de Educación del Estado, en 2010. Cuando el Consejo de Educación adoptó los libros de texto de ciencias biológicas, los creacionistas lucharon duro para bloquear su aprobación. En ese momento, la revista Wired señaló que estos libros de texto son “muy respetados, y se utilizan ampliamente en las escuelas secundarias de Estados Unidos.” El Advocate de Baton Rouge (el periódico de más difusión de Baton Rouge, Luisiana. NdT). informó que en 2010, la junta estatal de educación recibió un gran número de quejas porque el diseño inteligente no se incluyó en los libros de texto. Un oponente vehemente, Winston White, se quejó: “Es como si Charles Darwin y su teoría fueran santos. No se pueden tocar.” El padre de Winston White, el juez Darrell White, es uno de los fundadores del Foro de la Familia de Louisiana, un poderoso grupo de presión creacionista. El juez White se hizo eco de los sentimientos de su hijo en un foro de educación de mucha audiencia. Llamó a la evolución “nihilismo sin sentido” y afirmó que la enseñanza en las escuelas públicas causaría otro tiroteo como el de Columbine. El Lens de New Orleans describió así la escena: “[White] dijo que uno de los asesinos de Columbine llevaba una camiseta que decía “selección natural”, y levantó una camiseta similar para dar énfasis, cosa que implicaba que Baton Rouge podría estar en peligro de una masacre similar.” Sí. Ha leído bien. Yo estaba en la audiencia y me quedé de piedra cuando el juez White daba a entender que la enseñanza de la evolución motivó que Dylan Klebold disparara a alumnos y maestros de su escuela. Los creacionistas en Louisiana sugieren que los libros de texto de biología aprobados por el Estado darán pie a asesinatos en masa. Cuando la junta estatal finalmente aprobó los libros de texto -una gran victoria para la enseñanza de las ciencias- Fox News señaló que Louisiana “rechazó el llamamiento de los conservadores para que se incluyan referencias al debate sobre la evolución y los conceptos religiosos del
Creacionistas contra la teoría de la evolución diseño inteligente o creacionismo en los libros de texto de biología aprobados por el Estado”. Está claro que la oposición a estos libros de texto de biología proviene de los creacionistas que intentan colar la religión en las aulas de las escuelas públicas. Hoffmann, el legislador patrocinador del proyecto de ley para expulsar los libros de texto de ciencias, fue uno de los promo-
tores de la ley creacionista. También se entrometió en el proceso de adopción inicial de los libros de texto de ciencias. En ese momento, las quejas creacionistas inundaron el Consejo de Educación del Estado, que había traspasado inicialmente la aprobación de los libros de texto a un comité poco conocido que incluye a Hoffmann y a su socio en el creacionismo, el senador
Ben Nevers, otro patrocinador de la LSEA. (Nevers hace poco fue noticia al afirmar que quería que la Corte Suprema de los Estados Unidos revocara su decisión anterior de derogar la ley de Louisiana 1981 que ordenaba la enseñanza del creacionismo.) La pareja consiguió a su vez el apoyo de líderes de este comité. El Advocate de Baton Rouge señaló que Hoffmann alegó que “los libros en cuestión no eran compatibles con el espíritu de la LSEA”. Por supuesto, el espíritu de la ley es el de enseñar el creacionismo a los estudiantes. Lo que Hoffmann quiere decir es que estos libros de texto enseñan la evolución y no tienen un adarme de diseño inteligente o creacionismo, y por eso mismo se los considera un problema. Hoffmann y Nevers votaron en contra de estos libros de texto de biología, y perdieron. El Consejo de Educación adoptó los libros de texto y la evolución se enseña en las clases de ciencias de las escuelas públicas, a pesar de sus quejas. Ahí entra en juego el nuevo proyecto de ley de Hoffmann. Después de perder la lucha en 2010, se percató de que tenía una batalla muy dificultosa porque el Consejo de Educación escucha a los científicos. Su proyecto de ley sería evitar que el Estado controle los libros de texto para que pase ese control a la audiencia más proclive a sus intereses: juntas escolares locales que serían susceptibles de elegir cualquier libro que los Hoffmann y cia. quisieran. Hoffmann afirma que el actual proyecto de ley no es su último disparo en la guerra contra la evolución, pero teniendo en cuenta su historial y las quejas de sus votantes, me está recordando a Shakespeare. El legislador protesta demasiado. También vale la pena señalar que este proyecto de ley, si permite el uso de libros de revisionismo histórico, podría perjudicar a la enseñanza de historia también, que ya se ha convertido en un problema en nuestro vecino estado de Texas. Le pregunté al Texas Freedom Network, una organización que defiende las libertades civiles y religiosas, sobre las normas de revisionismo histórico que tienen allí. Dan Quinn, su director de comunicaciones, me recordó que las personas que están atacando la evolución a escala nacional son “las mismas personas que echaron por tierra los estándares de estudios sociales.” Quinn dijo: “[Tenemos] estándares de estudios sociales en Texas hoy que cuestionan la separación entre la Iglesia y el Estado, cuestionan el hecho de que la esclavitud fue la principal causa de la Guerra Civil y afirman que la persecución de los rojos de Joseph McCarthy en la década de 1950 estaba de alguna manera justificada.” El Observer de Texas dijo que las facciones conservadoras tejanas incluso “han recomendado la eliminación de las referencias a figuras afro-americanos y latinas como César Chávez y Thurgood Marshall de algunos estudios sociales”, porque “el plan de estudios contiene una ‘sobre-representación de las minorías’.” Por suerte, ese ataque específico fracasó, pero dado que este proyecto de ley elimina la supervisión del estado de la selección de libros de texto, este tipo de revisionismo histórico podría ser llevado fácilmente a las aulas de Louisiana. El proyecto de ley de Hoffmann es mala legislación, y un mensaje debe ser enviado a la legislatura de Luisiana: tenemos que pedirles que rechacen este proyecto de ley y no permitir que el revisionismo histórico, o incluso más creacionismo, entre en las escuelas públicas. The Guardian, 20 de mayo de 2013 Traducción para www.sinpermiso.info: Daniel Raventós
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Estados Unidos: Libertad de expresión y sus límites La primera enmienda a la Constitución de los EUA reza: “El Congreso no emitirá ley alguna con respecto a la adopción de una religión o prohibiendo el libre ejercicio de alguna de ellas; o que coarte la libertad de expresión o de la prensa o el derecho del pueblo para reunirse pacíficamente, y para solicitar al gobierno la reparación de agravios.” Arturo Balderas
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n síntesis, la enmienda establece a la libertad irrestricta de expresión. Desde el mismo momento en que ese breve enunciado fue promulgado en el año 1789, ha sido motivo de las más acres controvertidas, las más diversas interpretaciones y los más acalorados debates. La simpleza con la que fue redactada, hace abstracción de una serie de derechos y obligaciones cuyos límites son difíciles determinar, así como de establecer los criterios que satisfagan todas y cada una de las condiciones en las que la enmienda ha sido aplicada a lo largo de la historia. Se pueden citar decenas de litigios en los que la decisión final para dirimirlos ha sido motivo de las más abiertas y acres críticas, principalmente a la Suprema Corte de la Nación, institución que en última instancia es la responsable de interpretar la justeza constitucional de las leyes que emite el Congreso. La frecuencia con la que la ideología de los miembros de la corte ha matizado sus decisiones ha sido motivo de duda sobre la efectividad y transparencia con la que ese cuerpo legislativo o algunos de sus miembros es capaz de actuar. La utopía sobre la neutralidad o pureza ideológica en los miembros de esa institución ha quedó sólo en los buenos deseos de quienes hace casi tres siglos consideraron que la Suprema Corte debería ser una balanza entre el Ejecutivo y el Congreso y que la calidad moral de los miembros que la integraran garantizaría la neutralidad ideológica de las querellas entre esos poderes y entre esos poderes y la sociedad en su conjunto. En términos prácticos la historia ha dado puesto en entre dicho tal pretensión. La calidad moral de quienes la han integrado no ha sido un dique para evitar que en sus fallos se haya reflejado la filiación ideológica de los ministros que la han integrado. En consecuencia, también frecuentemente esos fallos también han estado matizados por la empatía ideológica de sus miembros con el Ejecutivo o alguna facción del Congreso. Esto ha sido particularmente notorio en aquellos casos cuya trascendencia ha cambiado el perfil cultural social, económico y político de la nación. Muchos son los ejemplos de lo dicho, tal vez uno de los más recientes y que mayor controversia ha suscitado porque modificó las bases sobre las cuales se efectúan las elecciones es el fallo de la Corte en torno al litigio conocido como “United Citizens”. El fallo borró de tajo las previsiones de una legislación aprobada a mediados del siglo pasado mediante la que se limitaban y regulaban las aportaciones de las corporaciones y sindicatos al proceso electoral. En el año 2010, con la aprobación de los cinco jueces conservadores de los nueve que integran ese tribunal se aprobó la eliminación de dicha legislación estableciendo a partir de ese momento la libertad irrestricta para que las corporaciones y sindicatos aporten fondos ilimitados a las campañas políticas. De esa forma se rompió el equilibrio que garantiza en todo proceso democrático la igualdad
a todos los ciudadanos para elegir a los funcionarios responsables de la administración y el gobierno del país. De golpe y porrazo las corporaciones se convirtieron en los grandes electores debido a la influencia que las aportaciones millonarias a las campañas repercuten en amplios grupos de ciudadanos. Los ministros que aprobaron tan controvertido fallo lo justificaron mediante el argumento de que es posible inferir de la lectura del texto sobre la primera enmienda constitucional que se “autoriza a las corporaciones y los sindicatos a gastar fondos sin límite para apoyar u oponerse a cualquier candidatura política”. No es difícil advertir lo forzado del argumento, y desde luego que en el enunciado de la primera enmienda en ningún lugar se señala o se infiere tal libertad o para decirlo más apropiadamente, tal libertinaje. En todo caso, la interpretación se deriva de una lectura muy particular, excesivamente amplia y sesgada de tal enmienda. En otras ocasiones derivadas de la lectura de la enmienda en cuestión, no ha sido tan fácil establecer la delgada línea que separa la libertad irrestricta y la necesidad de limitar la libertad de expresión. Es el caso de la reciente disposición del Departamento de Justicia de los EUA de auscultar las conversaciones telefónicas y electrónicas de un grupo de reporteros de la agencia noticiosa Asociated Press y de la cadena de televisión FOX. En el caso de la AP, de acuerdo al Departamento de Justicia tal auscultación se debió a la comunicación entre los reporteros y “fuentes desconocidas” en las que se daba cuenta del como la CIA había logrado descubrir un inminente atentado en contra de una nave aérea por parte de la organización Al Qaeda. Por tanto, la intervención de las comunicaciones se justificó como una “cuestión de seguridad nacional”. De acuerdo a diversas opiniones, algunas de ellas de calificados juristas y observadores políticos, es probable que hubiera una justificación para tal invasión de la privacidad, pero lo que no está claro y en su caso es reprobable es el por qué no se avisó previamente a la AP que iban a ser objeto de tal auscultación. En este sentido, Bill Keller, ex director del New York Times, en un excelente análisis ofrece una serie de claves sobre ésta cuestión. Una de ellas, si fue justificada la invasión en la privacidad de las comunicaciones de los reporteros de la AP, sin antes haber dado cuenta de ello a la propia AP, y sin para ello contar con la supervisión de un órgano o autoridad independiente, como por ejemplo un juez. Al respecto, Keller cita lo que el respetado jurista Anthony Lewis escribió en 2007 antes de morir, “Los jueces no son siempre sabios - pero - en el sistema hay algunos en los que se puede confiar y que son capaces de aquilatar correctamente el peso de los intereses que están en juego”. Keller concluye que en casos como este en los que está en juego la libertad de expresión garantizada en primera enmienda, será muy difícil que el Congreso emita una legislación que deje satisfechas a todas las partes. Lo que en todo caso sería deseable es que se estableciera al menos la necesidad de que el gobierno sopesará las consecuencias de auscultar (espiar) a una persona o grupo de personas y pusiera en manos de alguien diferente al fiscal la decisión de efectuar esa auscultación. Aún una imperfecta legislación pudiera restaurar el precario balance de
la lucha entre la necesidad de secrecía y el rendimiento de cuentas que la democracia exige, concluye. En este contexto vale recordar el caso de la reportera del New York Times que se negó a revelar la fuente que le confió que Valerie Palm, esposa del ex –embajador estadounidense en Irak, era espía de la CIA. La información se hizo pública y no sólo acabo con la carrera de la señora Palm sino también con la de su esposo y además puso en peligro su seguridad y la de su familia. Un juez decretó que en este caso la secrecía de la reportera no estaba amparada por la primera enmienda y le exigió revelar la fuente de tal información a lo que la reportera se negó. El desenlace: tuvo que pagar con seis meses de cárcel tal desacato. Se pregunta entonces ¿cómo establecer la diferencia y los límites de la secrecía en casos como el de la “Asociated Press y el de la reportera del New York Times”. En el barroco, y frecuentemente indescifrable bagaje legal, seguramente habrá interpretaciones que expliquen esos límites, más aún cuando tratan de definir lo que quisieron decir aquellos que redactaron la Constitución hace más de dos siglos. Al final siempre quedará la sensación de que, parafraseando a Smith, admito que totalmente fuera de contexto pero valido para el caso, la supuesta “mano invisible” al final de cuentas ha probado no ser tan invisible ni tan neutral, cuando se aplica a algunos de los jueces y ministros de las cortes. Es necesario reconocer que sus “debilidades ideológicas” siempre estarán omnipresentes en la última palabra que emitan al interpretar las leyes y sus enmiendas, aunque esto suene a perogrullada.
Por último, vale revisar estos asuntos en estos días en que el Presidente Obama ha nominado a tres distinguidos jurisconsultos para ocupar otros tantos lugares en la Corte Federal del segundo distrito con sede en la ciudad de Washington DC. Como era natural el Presidente nominó a tres personas cuyo perfil, aunque moderado, encierra antecedentes sino abiertamente liberales, al menos progresistas. La controversia no se hizo esperar y los republicanos han empezado a sonar los tambores de guerra para detener a como de lugar que esos juristas lleguen a la Corte. Parecen olvidar que la mayoría de los presidentes ha actuado de igual forma, para no ir tan lejos, George W. Bush, nominó a los dos miembros más jóvenes de la Suprema Corte, uno de ellos como su presidente, cuyo corte es abiertamente conservador. No debiera haber sorpresa en ello, el único problema es que, a diferencia de la sempiterna “corrección política” de los demócratas que aprobaron dichas nominaciones, ahora los republicanos se niegan a seguir esa pauta. Lo que se avecina no será precisamente un día de campo para Obama y sus huestes en el Congreso.
Sonia Herrera ecía el escritor checo Milan Kundera que “la persona que pierde su intimidad lo pierde todo”. Quizás partiendo de una pregunta semejante es como podemos adentrarnos en la lectura de La negociación de la intimidad y en la compleja relación entre los compartimentos o esferas aparentemente antagónicas en los que se acostumbra a dividir realidad social. ¿De qué manera las prácticas económicas y el dinero afectan a las relaciones sociales? A esa y a muchas otras preguntas rela-
excesivamente hostiles, Zelizer demuestra a lo largo de su brillante e interdisciplinar reflexión que la relación entre leyes, transacciones económicas, afectividad, relaciones sociales y vida cotidiana, si bien es compleja, también es habitual y lógica. Partiendo de tres preguntas esenciales (¿Bajo qué condiciones, cómo y con qué consecuencias las personas vinculan su vida íntima con sus actividades económicas?, ¿por qué y cómo urden historias complicadas con respecto a distintas situaciones en las que se encuentran mezcladas la intimidad y la economía?, ¿cómo negocia el sistema legal estadounidense –abogados, tribunales, jueces, jurados y teóricos
brinda, conocimientos y atenciones que no son abiertamente accesibles a terceros” (p. 38). Ante esta definición es probable pensar que la intimidad es algo así como un templo sagrado impenetrable al que solamente unos pocos elegidos tienen acceso. Sin embargo, la obra que nos ocupa se posiciona radicalmente en contra de esa supuesta impermeabilidad. Resulta revelador todo lo que rodea las ideas de “trabajo relacional” y “vidas conectadas” que la autora defiende a lo largo del texto y desmontando el prejuicio existente especialmente alrededor de la inclusión del dinero en las relaciones sociales íntimas. Esos conceptos están estre-
cionadas con el tema se da respuesta en La negociación de la intimidad, obra de Viviana A. Zelizer, doctora en sociología por la Universidad de Columbia y, desde 1988, profesora de sociología de la Universidad de Princeton. A pesar de que la primera edición es de 2005, su traducción al español no llegó hasta el 2009. En esta obra, la autora brinda una posición perspicaz sobre las dinámicas que unen ámbitos aparentemente incompatibles como las actividades económicas, el derecho y la intimidad. Aunque, en principio, el lector o lectora puede partir del supuesto de que la alianza de estos mundos puede formar oxímoros
del derecho– la coexistencia de reclamos económicos y relaciones de intimidad?), Zelizer, referencia central en la sociología económica e histórica contemporánea, profundiza en la observación de las relaciones sociales actuales a través del análisis de casos judiciales, artículos de prensa y debates existentes en la opinión pública. Pero, ¿sabemos a qué nos referimos cuando hablamos de intimidad? Al definir el concepto, Zelizer habla de “relaciones tan íntimas que en ellas las interacciones dependan de conocimientos específicos que sólo una persona posee y de atenciones particulares que sólo una persona
chamente ligados con la continúa negociación que las personas realizamos para conectar, tal como expresa la propia Zelizer, “nuestras relaciones íntimas y nuestras actividades económicas fundamentales”. Según la autora, existen diversos tipos de intimidad, así como múltiples formas de negociación y varias formas de transacciones económicas y supuestos legales que a su vez se interrelacionan creando mixturas de toda índole y adaptadas a la realidad social de cada individuo. Paradójicamente, esta penetración fiduciaria en la vida privada normalmente es interpretada como una perversión o como la corrup-
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La negociación de la intimidad
CORREO del SUR Director General: León García Soler
ción de dichas relaciones. Weber, al contrario que Zelizer y muchas autoras feministas, defendió esa separación social en terrenos claramente diferenciados que no debían cruzarse aludiendo a conceptos como pureza y contaminación. Y en esos principios se basa la creencia popular de que las relaciones afectivas dentro de la empresa o los negocios provocan errores y desatinos o de que los vínculos familiares o de amistad en la política generan corrupción y clientelismo. En los dos primeros capítulos de la obra, Zelizer desarrolla su argumentación sobre esas coaliciones entre intimidad y economía e intimidad y derecho (o, lo que es lo mismo, las formas legales de tratar la intimidad mediante teorías jurídicas) de las que todos somos partícipes sin llegar a extremos de corrupción, degradación o degeneración de la vida privada. En los siguientes capítulos, la autora profundiza propiamente en tres puntos clave de la intimidad: las relaciones sociales íntimas de pareja, la vida doméstica y las relaciones de cuidados; reflexionando a su vez sobre las políticas que atañen a todas estas esferas y pasando por la influencia que la desigualdad de género tiene en ellas. Tal como demuestra La negociación de la intimidad, la vida cotidiana está plagada de ejemplos de esos encuentros entre economía, legalidad y vida íntima tales como el intercambio de bienes y servicios, los consorcios conyugales, las diferentes formas de convivencia, las relaciones laborales, la economía del hogar, el envío de remesas, los acuerdos para tener intimidad sexual, el consumo, los vínculos o “lazos diferenciados” (en palabras de Zelizer) que se establecen con las personas que intervienen en todos y cada uno de esos procesos y los posibles conflictos legales derivados de las tensiones que pueden surgir en esas (más o menos controvertidas) relaciones como los que a menudo desencadenan cuestiones sobre herencias, pensiones, indemnizaciones, la gestión de empresas familiares, etc. La propia autora explica que “en las prácticas legales vigentes, los intereses relacionales se extienden mucho más allá de la zona de la intimidad y abarcan los contratos comerciales” (p. 78), y que nunca existió una época -como la que soñaba Weber- en la cual la pureza de la intimidad no fuera contaminada por los acontecimientos económicos, con esferas inalterables y solamente controladas por expertos. Uno de los puntos fuertes de esta obra es precisamente su atemporalidad y su aplicación a la realidad social de cualquier país en que el se produzca una intersección entre la vida íntima, el derecho y la economía, entre las relaciones afectivas (emociones) y el dinero (comúnmente asociado a la racionalidad). Por lo tanto, es interesante destacar la orientación global de la obra que explica minuciosamente, y a través de numerosos ejemplos, que “las personas llevan vidas conectadas, y que gran parte de las actividades económicas tienen por objetivo la creación, la definición y el mantenimiento de los vínculos sociales” (p. 26), o, lo que es lo mismo, que ya sea en un contrato matrimonial como en el alquiler de un vivienda o en la compra de un regalo de cumpleaños, irremediablemente lo económico y lo personal están condenados a entenderse si no quieren acabar en los juzgados. Viviana A. Zelizer. La negociación de la intimidad. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2009, 381 págs.
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