Número 456 Septiembre 13, 2015
Adolfo Sánchez Vázquez: por un socialismo idealmente existente / Atrapados en la frontera / Refugiados sí, migrantes también / La historia secreta de la mediación papal entre Raúl Castro y Obama / El Homo naledi ¿El eslabón perdido en la escala evolutiva? Adolfo Sánchez Vázquez: por un socialismo idealmente existente / Atrapados en la frontera / Refugiados sí, migrantes también / La historia secreta de la mediación papal entre Raúl Castro y Obama / El Homo naledi ¿El eslabón perdido en la escala evolutiva? Adolfo Sánchez Vázquez: por un socialismo idealmente existente / Atrapados en la frontera / Refugiados sí, migrantes también / La historia secreta de la mediación papal entre Raúl Castro y Obama / El Homo naledi ¿El eslabón perdido en la escala evolutiva?
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CORREO del SUR
Adolfo Sánchez Vázquez: por un Entre el optimismo sin barreras y el pesimismo sin fondo hay el socialismo como proyecto necesario, posible y realizable (…) este socialismo excluye tanto el optimismo de un eufórico marxismo “ortodoxo” como el pesimismo de los que rehuyendo el retos de las dificultades y los fracasos, prefieren quedarse a la vera del camino, dejar las cosas como están y justificar con su desesperanza su propio cansancio, incomodidad o impotencia Adolfo Sánchez Vázquez
Rolando Cordera Campos
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En los tempranos años cincuenta, Sánchez Vázquez, motivado por encontrar respuestas creíbles, ciertas, a “las cuestiones que plantea la construcción de una sociedad en nombre del marxismo y socialismo”, e inmerso en el ambiente de pluralidad filosófica que le brindaba el medio académico universitario mexicano, se aboca a desarrollar una serie de diálogos con otros jóvenes filósofos y aborda la lectura de autores como Sartre y Merleau-Ponty, Lukács, Pannekoek, Korsch y Bloch. Este intercambio y esas lecturas, contribuyeron a abrir su perspectiva y lo llevaron a empezar a cuestionar el régimen comunista que se concretaba en el canon plúmbeo del “marxismo –leninismo, el binomio materialismo dialéctico-materialsimo histórico, el tristemente célebre “diamat”, hasta desembocar en el obtuso realismo socialista impuesto al arte, la literatura, la música, el cine, y un largo etcétera. “(para) Un militante comunista como yo lo fui, desde mi juventud, en los tiempos de Stalin, como filósofo tenía que limitarse a repetir los famosos principios de Stalin, del materialismo dialéctico e histórico”.[2] Entran la historia inmediata y la convulsa realidad del ejercicio brutal del poder soviético: “Hungría fue para nosotros un fuerte aldabonazo en nuestras conciencias, junto con otro acontecimiento importantísimo de la época, el famoso XX congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética que ponían de relieve lo que verdaderamente había de bárbaro, de primitivo y de cruel en los métodos de dirección y de gobierno de Stalin”.[3] “(…) primero empecé mi distanciamiento en el plano estético (…) después en el plano filosófico y, finalmente en el plano político. Era un proceso complicado para nosotros porque en aquella época, para un militante comunista el partido lo era todo”.[4] Siguen la Primavera de Praga y los movimientos estudiantiles que conmueven Europa y buena parte del mundo pero, sobre todo, los tanques rusos en Checoslovaquia: acontecimientos que, en conjunto, cuestionaban de fondo la opción socialista, ya postulada como el “socialismo realmente existente” y, como tal, único. Y sin embargo, el pensador crítico no se aleja del militante enjundioso; para él, el fracaso de la experiencia histórica no tenía porqué conducir, en otras circunstancias históricas y con otras condiciones, inexorablemente a los mismos resultados. Sólo, afirmaba, si se identifica “el marxismo con la ideología ‘marxista-leninista’ del ‘socialismo real’, puede pasarse del reconocimiento de la pérdida transitoria de su vigencia a decretar, por enésima vez, su invalidez definitiva, o sea: su ‘muerte’”.[5]
Ni para el filósofo ni para el militante socialista Adolfo Sánchez Vázquez hay una concepción determinista o fatalista de la historia; los errores o las ideas equivocadas son para él más bien una oportunidad para forjar nuevas tesis que traten de explicar esa confusa y adversa realidad, para desarrollar su espíritu crítico; en ningún caso los errores son sinónimo de negación de la opción socialista. “En mi opinión el marxismo es una teoría que pretende explicar, comprender el mundo, para contribuir a transformarlo (…) en cuanto subsiste la necesidad de transformar (…) el objetivo fundamental del marxismo es hoy tan válido o más de lo que fue en sus comienzos (…)”.[6] A la vez, don Adolfo avanza en una formulación madura del socialismo como alternativa histórica, en la que la democracia va a ser central pero no unívoca o absoluta, sino inscrita en una transformación mayor de las relaciones sociales. Su marxismo no sólo era sinónimo de espíritu crítico, de investigación radical de la sociedad y su economía política, sino preocupación permanente por asumir y reivindicar la relación entre socialismo y democracia.
“Todo proyecto de emancipación incluye necesariamente un momento democrático. El lugar que éste ocupe dentro de él depende del carácter, extensión y profundidad de la emancipación a que se aspira (…) Si se trata de una emancipación radical (…) de todas las esferas de la vida social, la democracia no puede detenerse ante las fronteras de la propiedad privada y de la desigualdad de la sociedad dividida en clases”.[7] En otro momento apuntaba: “(…) la incompatibilidad entre democracia y socialismo no tiene un verdadero fundamento porque en definitiva un socialismo verdaderamente socialista no se puede concebir sin democracia, y una democracia verdaderamente real, profunda, amplia, que no se limite al plano político formal o legal, acaba por identificarse con el socialismo. El socialismo es en definitiva la democracia llevada hasta sus últimas consecuencias”.[8] En este sentido, advertía: no hay que perder de vista “(que) la democracia socialista expresa las relaciones a través de las cuales los trabajadores ejercen el control sobre sus condiciones de trabajo y de existencia. Si no hay tal reapropiación y
control no puede hablarse propiamente de socialismo, al menos no en los términos del marxismo clásico”.[9] Su clara y contundente defensa del socialismo como proyecto, está asentada así en su convencimiento de que en tanto los problemas fundamentales que determinaron su aparición, las contradicciones y los males del capitalismo, sigan no sólo vivos sino agravados, como ocurre hoy, la búsqueda de una alternativa al capitalismo es una razón que se basta por sí misma. A esta alternativa se le puede llamar socialismo. Aunque no se engañaba y admitía, en realidad advertía, que la agenda cambiaba con las transformaciones del mundo y de la historia inmediata, bajo el peso adquirido por un discurso beligerante presto al “cultivo” de las exequias del “socialismo real” como el gran colofón de la Guerra Fría y el inicio de la gran celebración del fin de la historia y el inicio de la globalidad neoliberal. “Hay que reconocer, afirmaba, que el socialismo no está a la orden del día, esto es una realidad y sobre todo después del derrumbe (…) lo que está en primer plano es justamente la realización, la ampliación de los valores de la democracia (…)”.[10]
Adolfo Sánchez Vázquez con el Rector José Narro al hacer la donación de su biblioteca a la UNAM
CORREO del SUR
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socialismo idealmente existente1 IV
En los umbrales del siglo XXI, nuestro filósofo marxista hace un repaso histórico del concepto de socialismo.[11] Inicia su reflexión asentando: “(…) la idea del socialismo se ha vuelto problemática. Y de aquí la necesidad, habida cuenta de la experiencia histórica, de hacer frente a dos cuestiones fundamentales. Primera ¿el socialismo es -o sigue siendo- la alternativa liberadora a los males fundamentales del capitalismo? Y segunda: como proyecto emancipatorio, y no como idea asociada (…) ¿el socialismo sigue siendo no sólo una idea emancipatoria sino un proyecto realizable en determinadas condiciones y circunstancias? (…) “El encuentro o desencuentro de la idea del socialismo con la realidad ha suscitado numerosas críticas (…) La impugnación del socialismo cubre un amplio espectro de objeciones que van desde la negación o limitación de su carácter emancipatorio hasta el rechazo de su posibilidad y su grado de proyecto realizable. “A veces se recurre a argumentos simplistas -más especulativos que empíricos- para contribuir a difundir la idea de la imposibilidad del socialismo. Así sucede cuando se afirma que el socialismo es imposible ya que se contrapone a la naturaleza humana y resulta, por tanto, una utopía absoluta. Esta afirmación parte de dos premisas que, naturalmente se ocultan: 1) que existe algo así como una naturaleza humana invariante (…) y 2) que entre los rasgos inmutables de esa naturaleza humana hay que destacar el del egoísmo (…) ni el socialismo ni el comunismo -como sociedad superiorserán el paraíso; pero, dada la sociedad existente, no por ello deja de ser necesario, valioso y deseable: una idea por la que se puede y se debe luchar”. En un célebre encuentro internacional organizado por la revista Vuelta en 1990 vuelve a defender, con claridad y entereza, su idea de socialismo: “Es interesante señalar la coincidencia (…) entre los ideólogos soviéticos del marxismo-leninismo (…) y los ideólogos del capitalismo (…) Si el dilema es capitalismo o socialismo, entendido este como ‘socialismo real’ y, si por otra parte el ‘socialismo real’ es condenado justamente y el capitalismo embellecido, la alternativa no puede ser otra más que el capitalismo. “El fracaso del ‘socialismo real’ se presenta como el fracaso del socialismo (…) y, por lo tanto, se rechaza como una alternativa deseable al capitalismo. No obstante que el socialismo sigue siendo una alternativa necesaria y deseable respecto del capitalismo, el fracaso del ‘socialismo real’, su hundimiento y fracaso afectan negativamente la imagen del socialismo (…)”.[12] Para Sánchez Vázquez el socialismo en sí y por sí, es necesario, racional, y con sentido histórico. Es necesario no sólo, decía en entrevista con el periodista español Fernando Orgambides, por razones políticas o económicas, sino también por razones incluso morales. Sin embargo, tampoco puede hablarse hoy “de la culminación de un proceso necesario (…) el socialismo no es un puro acontecimiento natural, no es algo inexorable o inevitable. Pero no es tampoco un puro sueño, un mero deseo de justicia o una simple aspiración a la realización de un valor. Es, al mismo tiempo, una fase necesaria del desarrollo social (…)”.[13]
“(…) desde la altura de nuestro tormentoso presente, aseguraba, sí podemos afirmar que el socialismo nunca ha existido, ni existe todavía realmente. Que, por tanto no es cosa del pasado ni del presente, pero que dada su necesidad como alternativa al capitalismo, no podemos renunciar a él como objetivo (…) este socialismo llegará a ser realidad si, desde ahora y a través de la densa niebla de tergiversaciones y confusiones, permanece como un objetivo estratégico hacia el cual hay que caminar”.[14] Una y otra vez encontramos en Sánchez Vázquez que el poliedro marxismo, socialismo, democracia, crítica y autocrítica, se despliega como los vasos comunicantes de su vida, como los ejes que articulan y nutren su pensamiento. En su ensayo “¿De qué socialismo hablamos?”,[15] tras advertir: “(que) Nos encontramos con esta paradoja: cuando la alternativa socialista al capitalismo (…) se ha vuelto más imperiosa, el socialismo no está a la orden del día o no, al menos con las señas de identidad que permitirían reconocerlo como tal”, se arriesga a describir cuáles deberían ser éstas más allá de descripciones “imprecisas y vagas”. También busca “determinar si el socialismo es asunto de la utopía o de la ciencia, de la imaginación o de la razón, si entraña una estatalización de la vida social o una socialización del poder político, si puede hablarse de un socialismo restringido a su base económica o en un sentido amplio que abarque la totalidad social y, finalmente, si es legítimo diseñar un socialismo ideal con cuya vara pueda medirse el socialismo real o, si por el contrario, no hay más socialismo que el ‘realmente existente’ ”[16] En su opinión son cuatro los rasgos esenciales que extraídos de la obra de Marx sirven para construir “un concepto de socialismo que pueda funcionar como ideal si consideramos que la rea-
lidad que prefigura es, por valiosa, deseable y factible”. “El socialismo aspira a superar los límites del proyecto ilustrado en la modernidad burguesa (…) no es la vocación emancipatoria de la Ilustración lo que niega el socialismo, sino los obstáculos y los límites que, generados por su fundamento económico-social burgués, encuentra esa vocación y transforma la racionalidad ilustrada en pura irracionalidad (…) hay que rechazar la reducción del socialismo a una ideología propia de ‘todas las comprometidas con la democracia y la libertad’ (…) Después, sostiene que la “Condición necesaria y prioritaria para que pueda darse la alternativa socialista es, como ya señalaron Marx y Engels, la abolición de la propiedad privada sobre los medios de producción (…) , exige también, en consecuencia, la transformación del Estado (…) Lo cual significa que el cambio de poder político o su distribución (…) no pueden darse al margen de la relaciones de producción de las que depende, en definitiva, la naturaleza del Estado (…) “(pero) si la abolición de la propiedad privada es condición necesaria para el socialismo, no es en modo alguno condición suficiente (…) El socialismo requiere la socialización de los medios de producción en el doble sentido de propiedad social y control del uso y usufructo de esos medios (…) Si el poder político escapa al control de la sociedad, también escapará a él la propiedad estatal. En este caso, la abolición de la propiedad privada dejará paso a la propiedad estatal absoluta. “No puede hablarse en verdad de socialismo sin el control de la economía por la sociedad (…) Pero esto requiere (…) la socialización del poder político (…) la democratización de toda la vida social. El socialismo es por ello inseparable de la democracia, no sólo formal, representativa o política, sino directa, económica y autogestionaria (…).”
[1] Coloquio internacional “Adolfo Sánchez Vázquez: a cien años de su nacimiento”, Ciudad Universitaria, 7 de agosto de 2015. Fragmentos seleccionados por el Correo del Sur. [2] Entrevista con ASV, “La validez del marxismo se reafirma justamente en la medida en que se abandona la concepción dogmática tradicional” http://che.vela-do.net/spip.php?article542 [3] Volver con la memoria, Op. Cit., p. 238. [4] Volver con la memoria, op. Cit, p. 238. [5] Carlos Pereda, “Una conversación con Adolfo Sánchez Vázquez”, en Los trabajos y los días, México, UNAM, 1995, p.301. http://ru.f f yl.unam.mx:8080/jspui/ bitstream/10391/1986/1/35_Los_Trabajos_y%20_los_Dias_ASV_Pereda_Carlos_295_308.pdf [6] Op. Cit, entrevista Pereda. [7] Adolfo Sánchez Vázquez, El valor del socialismo, México, editorial Itaca, 2000, p. 111. [8] Volver con la memoria, Op. Cit., p. 241. [9] El valor del socialismo, op. Cit., p. 81. [10] Volver con la memoria, Op. Cit., p. 241. [11] “Reexamen de la idea del socialismo”, en Adolfo Sánchez Vázquez, El valor del socialismo, México, editorial Itaca, 2007. También puede consultarse en Nexos, México, 1985. http://www.nexos.com.mx/?p=4536 [12] “Porque vive y se necesita el socialismo”, en El valor del socialismo, op. Cit, ,pp.126 y ss. [13] Adolfo Sánchez Vázquez, El valor del socialismo, op. Cit., p. 37 [14] Adolfo Sánchez Vázquez, “¿De que socialismo hablamos?” http://148.206.53.230/revistasuam/dialectica/include/getdoc.php?id=368&article=388&mode=pdf [15] “¿De qué socialismo hablamos?”, publicado en Dialéctica, núm. 21, México, 1991. [16] Adolfo Sánchez Vázquez, “¿De qué socialismo hablamos?”.
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Atrapados en la frontera CORINA TULBURE
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oeszke (Frontera serbo-húngara).- “Venga, bienvenida a nuestra casa”, dicen señalando las vías de tren. “Esta es nuestra casa desde hace dos días”. Desde que cruzaron la frontera que separa Serbia de Hungría, viven en el campo de maíz que se extiende entre la valla fronteriza y la carretera que conduce al pueblo de Roeszke. “Tres mil euros para pasar de Turquía a Grecia, de allí a Macedonia, después a Serbia y ahora aquí”, comenta uno de los jóvenes. Es la tarifa que ha pagado para tocar suelo europeo. Duermen en el suelo, en una tienda de campaña, y comen lo que llevan en la mochila. Su destino final es Holanda. En la carretera, un ejército de policías y periodistas rodea a las personas que van llegando. Durante el día han pasado la frontera más de 2.000 personas, la mayoría familias jóvenes con niños pequeños. Desde un megáfono se les informa de que deben subir a los autobuses para trasladarse a las oficinas de policía y registrarse como refugiados: “Estáis en suelo europeo. Si queréis pedir asilo, un requisito es no tener antecedentes policiales aquí. Así que tenéis que ir a registraros”. Sin embargo, pocos suben a los buses.
Tras llegar a Hungría, los sirios que huyen de la guerra tratan de burlar a la policía p
emprender su camino hacia Holanda, Alemania o Suecia. Ninguno quiere ser registrado co
asilado político, pues significaría tener que permanecer tres años en tierra de na
a
para
omo
adie.
CORREO del SUR Mucha gente quiere ir a Alemania, y otros siguen bloqueados en el campo de maíz, junto a la carretera, esperando. Algunos llevan más de tres días allí y han montado tiendas. Permanecen indecisos, nerviosos. “No, no podemos subir a los buses. Si nos registran en Hungría como refugiados, no nos acogerán en Suecia, que es adonde vamos. Nos devolverán a Hungría. Mi familia vive en Suecia, quiero reunirme con ellos”, comenta Aiham, un joven sirio de Homs. Conoce bien la normativa establecida por el Tratado de Dublín II, conforme a la cual Suecia debería devolver a la persona que entra sin permiso de residencia en su país al primer país que haya pisado en la UE. Si le registraran como refugiado en Hungría, se quedaría más de tres años atrapado en el país: el periodo que duran los trámites para obtener el estatuto de refugiado, que puede superar ocho meses, más el tiempo que concede su permiso de estancia, solo válido para Hungría, que es de tres años. Tanto él como los otros cuatro jóvenes que acampan en las vías del tren planean huir directamente por la noche por las tierras de cultivo cercanos al pueblo de Roeszke, para evitar ser llevados a un campo de refugiados. La tensión y el cansancio van en aumento y la gente protesta frente a los policías que les bloquean el paso: “¡No camp!”. Desconfían de la información que reciben. No quieren que los registren como refugiados, ni que los trasladen a los campos, donde podrían pasar meses. Prefiere quedarse en sus tiendas improvisadas: “Nadie sabe dónde vamos a acabar esta noche.”, repite la familia de Aiham. La mayoría lleva más de tres días durmiendo al raso, en el suelo, y comiendo lo que reparten las ONG: algo de fruta y agua. En la zona de Roeszke no A PÁGINA 6
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Refugiados sí, migrantes también MARC SERRA SOLÉ
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a semana pasada la BBC publicaba un interesante reportaje sobre la batalla desatada alrededor de los términos usados para referirse a los recientes fenómenos migratorios. El artículo analiza un cambio de tendencia en las últimas semanas en la mayoría de medios internacionales que evitan usar la palabra migrante, optando por una generalización del uso del término refugiado. Es el caso de Al-Jazeera, que ha decidido que no va usar el término migrante y «en su lugar, usará el de refugiado». Un periodista de este medio manifestó que migrante «ha evolucionado en una herramienta que deshumaniza y distancia, un peyorativo contundente». La presumible voluntariedad que se atribuye al migrante puede llevarnos, pues, a pensar que él es el único responsable de su destino. Al mismo tiempo, ACNUR publicaba una nota titulada ¿Refugiado o migrante? en la que instaba expresamente a un uso correcto de estos términos. El autor del artículo explicaba las diferencias entre uno y otro, y advertía que confundirlos conlleva problemas para ambas poblaciones. Un refugiado, de acuerdo con la Convención de Refugiados de 1951, «es cualquier persona que, debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de tal país». El derecho internacional define y protege a los refugiados principalmente a través de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su Protocolo de 1967. Uno de los principios fundamentales que establecen es que los refugiados no deben ser expulsados o devueltos a situaciones en las que su vida y libertad estén en peligro.
Por su parte, el término migrante se refiere propiamente a las personas que eligen trasladarse no a causa de una amenaza directa de persecución o muerte, sino principalmente para mejorar sus vidas al encontrar trabajo o educación, por reagrupación familiar, o por otras razones. La nota de ACNUR afirma que «a diferencia de los refugiados, quienes no pueden volver a su país, los migrantes continúan recibiendo la protección del gobierno». Los derechos de los migrantes apenas gozan de protección en derecho internacional. Si bien existe la Convención Internacional sobre los derechos de los trabajadores migrantes de 1990, casi la totalidad de países de la Unión Europea y Norteamérica –entre ellos España– no la ha ratificado. Es evidente que confundir deliberadamente refugiados y migrantes puede tener serias consecuencias en la vida y seguridad de los refugiados, desviando la atención de las salvaguardas legales específicas que los refugiados requieren. Sin embargo, la realidad social desborda la construcción de categorías jurídicas y los términos que les
van asociados. Cada vez resulta más difícil discernir la migración económica clásica de los movimientos forzosos de población en el actual contexto de transformación de la violencia neocolonial. Entre las decenas de miles de personas que llegan a las costas europeas, ¿cuáles son migrantes y cuáles refugiadas? ¿Se puede afirmar en todos los casos que aquellas que no huyen de su país de origen por una guerra, sino por la miseria y el hambre, tienen una protección efectiva de su Estado? ¿Qué destino les espera a los miles de migrantes económicos que también huyen de sus países y se dirigen a Europa jugándose la vida, muchas veces escondidos debajo de un camión o a través de embarcaciones precarias en el mar? De las más de 2.300 muertes en el Mediterráneo en lo que va de año, ¿cuántas pocas hubieran sido beneficiarias de asilo o protección internacional? De ninguna manera es el objetivo de este artículo cuestionar la pertinencia de un régimen específico de asilo, sino más bien advertir la fragilidad de la distinción refugiado-migrante y cómo puede ser usada para negar los derechos de estos últimos. Asentado en el abuso de esta dualidad está proliferando el discursoRefugiados sí, migrantes no. De hecho, hasta ahora éste ha sido el denominador común de las declaraciones de los principales líderes de la UE. La propia Ángela Merkel, afirmaba hace unos días que: «Para poder ayudar a los que están en una situación de emergencia tenemos que decirles también a aquellos que no lo están que no se pueden quedar aquí. (…) Todo esto tiene que ir rápido». La actual gestión de la crisis de refugiados por parte de la UE se encaja en una concepción de la movilidad como una grave amenaza, cuya única respuesta está pasando por la contención y recepción en cuentagotas de aquella minoría que puede ser beneficiaria del estatus de asilo y la represión de todo el resto de personas migrantes que llegan en las fronteras europeas. En este sentido, existe el riesgo de que las medidas que se implementen en los próximos días para aumentar las cuotas de asilo vengan acompañadas de un enésimo intento de recrudecimiento de la política migratoria de la UE. Una nueva fortificación de las fronteras –como la valla de concertinas de 175 km. que se está levantando en la frontera de Hungría y Serbia–, así como A PÁGINA 6
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recurrir a prácticas ilegales como expulsiones colectivas y/o sin garantías de las personas que no puedan acceder a la protección internacional. Existe el riesgo también de que este perverso discurso de las autoridades se impregne en la opinión pública y las muestras de solidaridad ciudadana que se están reproduciendo en varios países europeos. Podríamos asistir a la hipócrita contradicción de unas sociedades volcadas en la acogida de refugiados, mientras consienten que aquellos potenciales solicitantes que no consiguen la protección internacional queden desposeídos de derechos y sean internados en cárceles (CIE) a la espera de ser deportados contra su voluntad. En este sentido, es imprescindible que las iniciativas ciudadanas que quieran ser transformadoras vayan más allá del discurso Refugiados sí, Migrantes no. La aclamada propuesta de ciudades-refugio lanzada por el Ayuntamiento de Barcelona y a la que ya se han sumado decenas de Ayuntamientos del Estado, tiene que contemplar también la situación de aquellas personas que ya están conviviendo en nuestros municipios en situación precaria derivada de su condición administrativa (ya sea por la denegación del asilo, por encontrarse indocumentadas, o en situación irregular). Unas personas que –en mayor o menor medida– ven como se les niegan derechos tan básicos como el acceso al padrón, a la salud, al trabajo o a la asistencia social. No se trata de caridad ni asistencialismo, sino de forjar desde los municipios un compromiso por el acceso universal a los servicios y la plenitud de derechos. Aquí, el mensaje tiene que ser claro: Refugiados sí, migrantes también.
existen ni duchas, ni servicios médicos de emergencia. El cordón policial aumentó durante la tarde del pasado lunes, y los refugiados que no suben a los buses hablan de dos opciones: cruzar por la noche directamente por el campo o romper el cordón policial en bloque y avanzar por la autopista. Antes del martes, los autobuses llevaban a la gente a los campos de refugiados para su registro policial y luego a la estación de trenes de Szeged. Desde ayer, la policía ha empezado a enviar a los refugiados directamente a los campos de refugiados, sin dejarlos salir. Por la mañana, la estación de Szeged, punto de salida de los refugiados hacia Budapest, estaba vacía. Sólo quedaba el grupo de voluntarios que se desplaza a la frontera para llevar comida y mantas. Sin embargo, las actuaciones de la policía cambian de forma constante. “Nadie sabe qué harán mañana”, comenta un voluntario de Migzsol en la estación de trenes de Szeged. En medio del caos, mucha gente elige huir directamente por la autopista, sin ser interceptados por el cordón policial de la frontera. Caminan durante horas por el aslfalto y esperan a que alguien los lleve en coche. “Pero en Hungría se considera delito transportar a personas sin documentos, así que la gente no los ayuda. Sólo algunos activistas se acercan cuando cae la noche e intentan llevarlos en sus vehículos”, comenta el voluntario de Migzsol. Es la opción que escogieron Rojeen y Biken, una joven pareja kurda del norte de Siria. Ella está embarazada y los dos se muestran agotados tras una semana de viaje entre las fronteras de Macedonia y Serbia para llegar a Hungría. Sin embargo, están felices de rozar su sueño europeo. Quieren sacarse su primera foto en el punto cero de la frontera europea. En la vía de tren, junto al lado de la alambrada que acaban de cruzar. “En Siria solo quedará la gente que está implicada directamente en la lucha armada. Ellos y sus familias, porque ellos están protegidos. Los que no queremos y no participamos en la guerra estamos amenazados. No puedes salir de casa. Se irán todos los jóvenes si no acaba la guerra. Para nuestros padres es más difícil abandonar Siria, ya que tienen que caminar muchos kilómetros a pie y les cuesta. Como los kurdos, los cristianos también tienen miedo de vivir allí por el Estado Islámico y las otras milicias que pelean entre ellas”, comenta Rojeen. Como otros jóvenes, Rojeen y Biken se muestran nerviosos y preocupados. Lo único que tienen claro es que no quieren ir al campo de refugiados, ni tramitar su permiso en Hungría. Su destino es Alemania. La espera, la incertidumbre y los llantos de los niños colman la frontera mientras las horas pasan. A escasos metros de la vía de tren, las obras para reforzar la valla fronteriza de desarrollan sin demora: a las alambradas instaladas se suman postes que alcanzan más de cuatro metros. Si no hay contratiempos, en noviembre este muro que separa a Hungría de Serbia estará acabado. En la construcción de la valla se han invertido más de cien millones de euros, según los presupuestos oficiales. En cambio, los niños que hoy cruzaban la frontera solo recibían un bocadillo, una manzana y una botella de agua, repartidas por un grupo de voluntarios.
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La historia secreta de la mediación papal entre Raúl Castro y Obama Constance Colonna-Cesari *
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na extraña calma reina en las calles de La Habana en diciembre de 2014, en vísperas de una Navidad cubana muy distinta a las demás. Nada parece revelar la importancia del acontecimiento que el mundo entero reprodujo en eco a lo largo de flashes informativos y ediciones especiales. Unos días antes, el 17 de diciembre, a la una hora local, Cuba, el último avatar del mundo bipolar de la Guerra Fría, donde subsistía el único régimen comunista contra el cual todos los intentos de derrocamiento fomentados por Estados Unidos habían fracasado, salió finalmente del largo aislamiento impuesto por Washington. Ese día, los dos países, a través de intervenciones simultáneas de sus dos presidentes, anunciaron su voluntad de enterrar las armas y restablecer sus relaciones diplomáticas congeladas desde el fiasco de la operación norteamericana en la Bahía Cochinos, en 1961, y la imposición del embargo estadounidense al año siguiente. Que Roma haya participado en ese giro histórico no deja lugar a dudas. En sus respectivos discursos, los dos protagonistas, Raúl Castro y Barack Obama, mencionaron el nombre del papa Francisco. Obama fue muy explícito cuando agradeció la acción del Papa a favor del acercamiento: “quiero agradecer a su santidad, el papa Francisco, cuyo ejemplo moral nos muestra la importancia de buscar un mundo como debería ser antes de contentarse con el mundo tal como es”. Ningún embajador recuerda otra ocasión, incluida la de los grandes éxitos, en donde la diplomacia vaticana haya recibido semejante muestra de consideración en tiempo real. Luego del reconocimiento de la acción decisiva que la Santa Sede y Francisco desempeñaron en este caso, se hizo evidente que ésta consistió en activar un proyecto que había germinado en la cabeza de Obama, pero que no había avanzado mucho. En Canadá habían tenido lugar reuniones exploratorias con el fin de poner en marcha las negociaciones, pero sin éxito real. Sin embargo, fue al cabo de la audiencia crucial que el presidente norteamericano mantuvo en el Vati-
Fue al cabo de la audiencia que el presidente norteamericano mantuvo en el Vaticano con el Papa que se inició el proceso de negociación. El arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Lucas Ortega Alamino, cumplió un papel central. cano con el Papa que se inició el proceso que condujo al éxito final. Entre marzo y noviembre de 2014 hubo un ballet ininterrumpido de las delegaciones cubanas y norteamericanas que, en el más absoluto secreto, se encontraron en Roma, Toronto u Ottawa. Entre esas dos fechas nada trascendió sobre el desarrollo de las negociaciones. Secreto absoluto. ¿Cómo se llegó entonces a este éxito?. Dado el pasivo histórico entre Estados Unidos y el país de la revolución castrista, dado el peso del embargo económico norteamericano en vigor desde 1962, dada la inscripción de Cuba en la lista de los países considerados “terroristas” por Estados Unidos, la intervención de un ángel guardián no fue superflua. El hecho de que esas negociaciones hayan estado bajo los buenos oficios del papa y de sus diplomáticos, el cardenal y Secretario de Estado Pietro Parolin asistido por su asistente y ex nuncio en Cuba, Monseñor Becciu –muy activo en este tema– contribuyó sin dudas a este milagro. La Mano de Dios es entonces la que permitió que se marcara el gol, no el de Maradona sino el de su compatriota, gran aficionado al fútbol y miembro del club San Lorenzo: Jorge Mario Bergoglio. Ya se sabe que, a finales de octubre de 2014, las negociaciones secretas, con Francisco como garante, se desbloquearon finalmente. Canadá, donde se llevaron a cabo siete encuentros, sólo ofreció su suelo. El gobierno de este país no ejerció ninguna mediación política concreta en los intercambios entre las delegaciones de Cuba y Estados Unidos, según precisó el Primer ministro canadiense Stéphane Herper. Pero si el Papa, tanto por su personalidad, por su nacionalidad como por las
líneas que se desprenden de su diplomacia, fue un acelerador de partículas en este proceso, es preciso mencionar la parte central que ocupó el arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Lucas Ortega Alamino. Ese 24 de diciembre de 2014, el arzobispo celebró en su catedral las tradicionales Homilías de la noche navideña así como la misa matinal del 25. En el curso de esta misa especial, Ortega homenajeó la mediación de Francisco: “un país muy importante, los Estados Unidos, y un país pequeño pero importante en las relaciones internacionales, Cuba, anunciaron su acercamiento. Esto cambia el curso de la historia. Es preciso saludar al papa Francisco, su papel, el del Obispo de Roma y, a su lado, la comunidad de los Obispos de la Iglesia católica. ¡ La reconciliación, la paz, esa es nuestra misión !. La eficacia, la discreción de esta acción permitió su éxito, un gran éxito del que debemos estar felices”. Al día siguiente, Ortega detalló que la acción del Papa también incluyó la liberación de los prisioneros cubanos detenidos en Estados Unidos y la de los norteamericanos detenidos en Cuba. “En esta acción del papa Francisco recogemos los frutos de Jesús. Los sentimientos fructuosos de este año 2014 deben llenarnos de un sentimiento de gratitud”. En las pocas palabras que nos concedió en privado luego de la misa, el cardenal Jaime Ortega pareció proyectar este éxito diplomático más allá del marco de las relaciones cubanonorteamericanas: “Le expresé mi alegría al embajador francés en Cuba. Le dije cuán precioso me parecía este contexto de nuevas relaciones. Le dije al embajador: el muro de Berlín se cayó y, ahora, se cae el muro del Caribe y, con él, el muro que separaba a Cuba de la Unión Europea”.
El Homo naledi ¿EL ESLABÓN PERDIDO EN LA ESCALA EVOLUTIVA?
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reen que la nueva especie encontrada se ubica en el límite entre los australopithecus y los homo habilis, los primeros con cerebro considerable y la capacidad de utilizar herramientas de piedra Con hallazgos como el del Homo naledi, la nueva especie humana descubierta en lo profundo de una caverna sudafricana, el rompecabezas de la historia humana parece armarse cada vez más. Por su morfología, los naledi parecen estar en el límite entre los Australopithecus y los Homo habilis, justo el espacio donde hay una significativa brecha sin explicar, por la falta de fósiles que permitan llenar ese vacío. Los especialistas creen que aún no hay información suficiente para responder a todas estas incertidumbres. Lo que más rescatan es que el descubrimiento provee valiosa información que antes no tenían. De los recientes hallazgos, los especialistas deducen que los naledi medían un metro y medio, que pesaban unos 45 kilos y que todavía no habían desarrollado un cerebro grande. Sin embargo, ya tenían rasgos más humanos, como la capacidad para andar erguidos o unos dientes relativamente pequeños, y ya poseían pulgares oponibles. Esto abre la puerta a pensar que fabricaban herramientas de piedra.
El árbol genealógico humano Según el árbol genealógico del hombre que elabora el Instituto Smithsoniano, existen cuatro grandes ramas de familias en la historia humana: El grupo Ardipithecus o Ardi, que configuran nuestro vínculo más cercano a los primates. Estas especies, que vivieron entre 4 y 6 millones de años atrás, evolucionaron en África y dieron los primeros pasos hacia el caminar derecho. Mayoritariamente “menores” a los 4 millones de años, la rama de los Australopithecus se destaca porque algunos ya caminaban derecho con regularidad, pero también subían a los árboles. Según el Smithsonian, otra de las ramas es la de Paranthropus, con dientes grandes y poderosas mandíbulas, este grupo de humanoides tempranos tenía la capacidad de alimentarse de una variada gama de alimentos. Su antigüedad es de entre 1 y 3 millones de años. En la copa del árbol se ubica la rama de los homínidos, los Homo, donde vino a sumarse un nuevo vecino, el homo naledi. En esta rama es que se encuentran las especies con cerebros de mayor tamaño y la capacidad de usar herramientas. Entre estos se encuentra al homo habilis, al rudolfensis, al erectus, al heilderbergensis, floresiensis y neandernanthal, además del sapiens, obviamente.
El eslabón perdido “El eslabón perdido marca el pasaje de los monos a los seres humanos y figuró en lugar prominente en los debates públicos sobre la teoría de la evolución. En términos más técnicos, cumple la función de delatar la ausencia de formas intermedias, de vacíos en una serie que, por lo menos de acuerdo con la teoría, debía ser un continuum -explican los catedráticos Héctor Pucciarelli y Marcelo Tejedor, de las universidades de La Plata y la Patagonia, en Esquel en un artículo publicado en la revista Ciencia Hoy. El término se remonta a tiempos lejanos, cuando se presumía la existencia de una relación lineal directa entre la evolución humana y la del resto de los primates”, señalan. A pesar de ello, “la imagen decimonónica del eslabón perdido, carente hoy de fundamento científico, subsiste en la fantasía del público y los medios”, advierten.
África, cuna de la humanidad África es el lugar a explorar. En enero de 2013, el etíope Chalachew Seyoum encontró un trozo de mandíbula de casi tres millones de años de antigüedad, y agregó una nueva pieza en el rompecabezas del árbol genealógico humano. Ese fragmento pertenecía al más antiguo ancestro del género Homo que se haya descubierto. Antes de eso, se entendía que la evolución humana empezaba hace 2.300.000 o 2.400.000 años, porque de ese entonces datan los primeros restos de Homo habilis, que fabricaba herramientas de piedra. Entre ellos y los Australopithecus afarensis, había casi un millón de años de brecha sin explicar. Ese nuevo fósil agregaba 400.000 años al linaje Homo y brindaba valiosa información, ya que esa mandíbula, adulta, con coronas y raíces de los caninos, premolares y tres molares, combina rasgos de los Australopithecus y el Homo habilis.
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