Correo Del Sur No 469

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Número 469 Diciembre 13, 2015

Maduro disuelve el Gobierno Venezuela: Elecciones, crisis y decepción 155 Aniversario de la libertad de cultos Un retrato escondido bajo la Mona Lisa De Curzio Malaparte al Comité Invisible París y el planeta arden


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CORREO del SUR

Maduro disuelve el Gobierno tras alcanzar la oposición derechista una mayoría de ‘rodillo’ El presidente de Venezuela reacciona a la dura derrota en las elecciones parlamentarias del pasado domingo, que dejan al bloque opositor con una mayoría cualificada de dos tercios en la Asamblea Nacional, superando por un amplio margen al oficialismo. EFE

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l todavía presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha pedido este martes a todos los ministros que presenten su dimisión para poder renovar el gabinete, añadiendo que para ello usará el método Chávez. “Está abierto un debate para una renovación profunda de la Revolución”, ha agregado. De esta forma, el presidente de Venezuela reacciona a la dura derrota en las elecciones parlamentarias del pasado domingo, que dejan al bloque opositor con una mayoría cualificada de dos tercios —con 112 escaños— en la Asamblea Nacional, superando por un amplio margen al oficialismo. Durante su programa semanal En Contacto con Maduro, que esta semana se emite desde el Cuartel de la Montaña —donde reposan los restos del difunto presidente Hugo Chávez—, Maduro ha agradecido a todos los ministros su “dedicación” y ha asegurado de que seguirán en la batalla “con humildad”. El jefe de Estado ha insistido en que su Gobierno apoya “la cultura del diálogo y del consenso”. “Me gustaría tam-

bién pedir el apoyo de la oposición”, pero consideró que es imposible hacerlo”, ha apostillado, tal y como ha informado el diario venezolano El Universal. En este contexto, se ha preguntado si será posible mantener los programas sociales impulsados por el chavismo “con la Asamblea Nacional en manos de la derecha”. La oposición, reunida en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) logró 112 diputados frente a 55 del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) lo que implica dos tercios de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) una mayoría con un gran poder sobre leyes orgánicas, entre otras atribuciones. Con esta cantidad de parlamentarios podrán llevarse a referendo aprobatorio los proyectos de ley, los tratados, convenios o acuerdos internacionales. Esa mayoría permite igualmente destituir a los magistrados, en el caso de que cometieran faltas graves que fueran calificadas previamente por el Poder Ciudadano (integrado por el fiscal, el defensor del pueblo y el contralor). El defensor del Pueblo venezolano, Tarek William Saab, advirtió este martes, sin embargo, que el Parlamento recién electo no tiene poderes “omnímodos” para estar

despachando, despidiendo o destituyendo a miembros de los demás poderes porque existe el contrapeso constitucional”, dijo el defensor. El CNE también informó esta jornada, a través de su página web, de que, con estos datos, la oposición logra un 67,07% de los 167 escaños del Parlamento y el chavismo, un 32,93%. El ente electoral no ha ofrecido todavía, sin embargo, el número de votos recibidos por cada formación en las elecciones, que tuvieron una participación oficial del 74,25 %. Los escaños alcanzados por la MUD ya habían sido adelantados ayer por esta coalición que consideró “mezquino” el retraso del CNE en ofrecer los datos oficiales definitivos, mientras el oficialismo pidió a la oposición no asumir este triunfo como si se tratara del “fin del chavismo”. Entretanto, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, volvió a pronunciarse hoy sobre los resultados electorales y dijo que en las legislativas “ganaron los malos” y apuntó que la oposición que ahora es mayoría en el Parlamento ya ha sacado su “odio” y ha anunciado, supuestamente, que derogará las leyes “del poder popular”. “Se impusieron los malos, ganaron los malos, ganaron como ganan los malos, con la mentira con el engaño, con la oferta engañosa, con la estafa”, dijo el presidente durante su programa de radio y televisión En contacto con Maduro. El presidente reiteró que la derrota que sufrió el chavismo el domingo es un “revés electoral” y que su Gobierno sigue de pie pues contó con el apoyo del 43 % de los votos que se emitieron en las legislativas. “En Venezuela no ganó una oposición democrática, ganó una contrarrevolución, utilizando la Constitución, y lo primero que hicieron fue sacar su odio, su odio desmedido”, dijo Maduro al señalar al diputado electo opositor Henry Ramos Allup de sacar “su desprecio” y “racismo social”.


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Venezuela: Elecciones, crisis y decepción Pablo Stefanoni

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n un contexto de crisis originado en la ausencia de un liderazgo carismático y la caída de la renta petrolera, las elecciones parlamentarias venezolanas confirmaron la debacle del chavismo lidereado por Maduro abriendo serias interrogantes sobre el futuro. Análisis previos, como el de Stefanoni que citamos a continuación dieron cuenta de cómo se perfilana la situación. La oposición está articulada en torno a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), a la que se sumó una treintena de partidos, y es controlada por el denominado G4, compuesto por los partidos Voluntad Popular, de Leopoldo López; Primero Justicia, del ex candidato presidencial Henrique Capriles; la tradicional y hoy debilitada Acción Democrática (AD), y Un Nuevo Tiempo, liderado por el también ex presidenciable y ex gobernador de Zulia Manuel Rosales, actualmente autoexiliado en Panamá. Un problema de la oposición para llegar a los sectores populares es el origen de “niños ricos” de sus tres principales líderes (Capriles, López y María Corina Machado), en un contexto de clasismo y racismo estructurador de jerarquías sociales que Chávez fue capaz de visibilizar y politizar presentándose él mismo como un mulato. Por eso muchos antichavistas lo llamaban mono, haciendo un juego de palabras con “mico-mandante”. Mientras que el partido que lidera López – Voluntad Popular– se considera a sí mismo como socialdemócrata, y fue aceptado como observador en la Internacional Socialista, para el oficialismo se trata de una oposición de extrema derecha que quiere desestabilizar al gobierno con apoyo externo. Hoy, en el contexto de deterioro económico y falta de un liderazgo carismático, el chavismo vive una crisis emocional y partidos más pequeños como Marea Socialista buscan capitalizar el descontento en clave “chavista pero no madurista”. El eje de su campaña, por estos días, es la Plataforma para una auditoría pública y ciudadana para “detener el desfalco, la fuga de divisas y la corrupción”. “Marea busca contener a los decepcionados, evitando que se vayan a la oposición”, resume su líder Nicmer Evans, quien considera que su partido sufre una suerte de proscripción en virtud de la cantidad de candidatos invalidados de su fuerza, incluido él mismo. Socialismo militar Una arista del chavismo fue, desde el comienzo, la fuerte presencia de los militares en el gobierno, y esa presencia no ha hecho más que aumentar tras la muerte del presidente. “Nunca los militares tuvieron tanto peso económico y político, ni siquiera con la dictadura de [Marcos] Pérez Jiménez (1953-1958)”, dice el historiador Tomás Straka. Doce de los veintitrés gobernadores provienen de las fuerzas armadas. Y una gran proporción de los altos funcionarios lucen o lucieron uniformes verde oliva. El propio Chávez dijo, en 2013, que Pérez Jiménez había sido uno de los mejores presidentes de Venezuela (6). Hoy, algunos chavistas críticos se ven entre la espada, los militares, y la pared: Nicolás Maduro, el sucesor de Chávez, ex chofer de metrobús y hombre muy cercano a Cuba. Maduro revalidó su poder frente a Capriles triunfando por escaso margen (50,6 a 49,1%) el 14 de abril de 2013. Hoy, los militares son acusados, con

evidencias, de formar parte de vastas redes de contrabando en la frontera con Colombia y de estar involucrados en numerosas corruptelas con las importaciones de alimentos y equipos médicos, sobre todo desde China. El problema es que si el chavismo tiene filones autoritarios –y violatorios de la división de poderes (7)– está lejos de generar un orden, y ese autoritarismo, a menudo, es desorganizador en varias dimensiones. En ese marco, Venezuela vive una profunda crisis de seguridad: la vida nocturna de Caracas se fue apagando al ritmo de los datos que la posicionan como una de las ciudades con más crímenes del mundo; los secuestros son parte de los argumentos para migrar, y las cárceles funcionan como fortalezas en las que el Estado solo controla las murallas, dejando que en su interior operen todo tipo de redes criminales lideradas por los llamados Pranes (PRAN: preso reincidente asesino nato). El asesinato de la ex reina de belleza Mónica Spear en enero de 2014 conmovió a los venezolanos y puso el tema en los medios internacionales. En cada restaurante de Caracas hay colgado un cartel que prohíbe la portación de armas y municiones. Y ese clima de violencia está en la base de la puesta en marcha de la controvertida Operación de Liberación y Protección del Pueblo (OLP), que para la organización de derechos humanos Provea impulsa acciones de las fuerzas militares que carecen de cualquier garantía; incluso chavistas críticos consideran que termina por criminalizar los barrios y la pobreza. A esto se suman diversos grupos políticos armados, como algunos de los llamados colectivos, organizados para “defender a la Revolución” y que responden a diferentes liderazgos. Entre ellos se encuentran La Piedrita, Tupamaros, Alexis Vive o 5 de Mayo. Pero también otras organizaciones militarizadas son los Comandos Populares Antigolpe, las Milicias Estudiantiles y Campesinas, la Brigada Especial contra las Actuaciones de los Grupos Generadores de Violencia, la Fuerza de Choque de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana o las Milicias Obreras (8). Maduro vuelve a apelar a un libreto conocido: denuncia intentos de asesinato de la derecha uribista, una guerra económica y otras amenazas –reales, exageradas e imaginadas–, sin prestar suficiente atención a las propias dinámicas económicas que genera el desorden monetario. El salario mínimo es de 10 dólares a la cotización del paralelo, que está fuera de control, lo cual termina alentando la creatividad popular para conseguir los productos básicos. Venezuela sigue importando casi todo lo que consume, lo que agrava la crisis, y la “siembra de petróleo” fue otra vez, como en el anterior auge petrolero de los 70 con la Gran Venezuela de Carlos Andrés Pérez y su Estado de Bienestar, una quimera. La muerte de Chávez y la desorganización económica acabaron con la perspectiva de algún tipo de “socialismo del siglo XXI” (el creador del término, Heinz Dieterich, es hoy un opositor radical a Maduro). El propio Cabello advirtió desde su programa “Con El Mazo Dando” sobre los riesgos de división dentro del chavismo y del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). En ese programa, el líder del ala militar del chavismo suele utilizar información de los “patriotas cooperantes”, informantes destinados a combatir a los “escuálidos”, como se denomina a los opositores en el militarizado lenguaje chavista.

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Aniversario de la libertad de cultos

Víctor Orozco

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l 4 de diciembre de 1860, Benito Juárez expidió en Veracruz la Ley de Libertad de Cultos. Vale recordar este aniversario porque si no tenemos presentes los jalones o hitos fundamentales en este largo proceso de construcción colectiva, es fácil el extravío. Y la desmemoria, cultivada y fomentada desde los altos sitiales del poder, nos puede hacer perder señas y referentes libertarios que le dan sentido a la vida. Sin ellos, pobre, sojuzgada, tributaria y sin imaginación. En su primer artículo, el decreto presidencial, decía: “Las leyes protegen el ejercicio del culto católico y de los demás que se establezcan en el país como la expresión y efecto de la libertad religiosa, que siendo un derecho natural del hombre, no tiene ni puede tener más límites que el derecho de tercero y las exigencias del orden público. En todo lo demás, la independencia entre el Estado por una parte y las creencias y prácticas religiosas por otra, es y será perfecta e inviolable…” En otros dos relevantes preceptos la nueva ley ordenaba: Artículo 5. En el orden civil, no hay obligación, penas, ni coacción de ninguna especie, con respecto a los asuntos, faltas y delitos simplemente religiosos: en consecuencia, no podrá tener lugar, aun precediendo excitación de alguna iglesia, o de sus directores, ningún procedimiento judicial, o administrativo por causa de apostasía, cisma, herejía, simonía, o cualesquiera otros delitos eclesiásticos Artículo 24. Aunque todos los funcionarios públicos en su calidad de hombres gozaran de una libertad religiosa tan amplia como todos los habitantes del país, no podrán con carácter oficial asistir a los actos de un culto, o de obsequio a sus sacerdotes, cualquiera que sea la jerarquía de estos. La tropa formada esta incluida en la prohibición que antecede. Con la primera sencilla disposición se coronó la monumental obra legislativa reformadora llevada a cabo durante la conocida como Década Nacional, en realidad una docena de años que van de 1855 a 1867. Al mismo tiempo se dio cima a una aspiración, alimentada ciertamente por una minoría de los mexicanos y que parecía imposible de realizar, considerando el formidable poder del clero: escribir en la ley el derecho que tiene cada uno de los habitantes a la libertad de conciencia. Esto es, a creer en dogmas, fetiches, deidades, santos, milagros, magos, sanadores, mesías, vírgenes, libros sagrados, apariciones, creaciones, palabras divinas, íncubos y súcubos, ángeles y diablos, maleficios y exorcismos o a pensar por cuenta propia y dudar o descreer de todos o algunos de estos personajes, entes y hechos sobrenaturales. Fue un acto de emancipación con el cual este país arribó a la mayoría de edad. La inmensa mayoría de los habitantes siguieron siendo católicos, como lo eran en su porción más gruesa los reformadores sociales que luchaban por implantar la libertad religiosa. Esta curiosa dicotomía es a veces difícil de entender, pero es perfectamente explicable. Juárez y quienes dirigían el partido o los ejércitos liberales, no pretendían erradicar el culto religioso, implantado por los españoles, con todos sus atavíos idólatras, sino deseaban conquistar la libertad general para sostenerlo o abandonarlo. Es decir, querían que cada quien pudiera decir: soy católico por mi propia voluntad o soy ateo por la misma razón y nadie está autorizado a objetar mi decisión. Era muy simple el razonamiento, pero se topaba con un casi indestructible muro de intolerancia. PASA A PÁGINA 4


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Para derruir el obstáculo había que separar a la iglesia católica del gobierno o en conceptos más profundos, como los usados en el artículo 1, establecer la independencia del Estado respecto a las prácticas y creencias religiosas. De esto se derivó la despenalización de aquellas conductas que por siglos fueron consideradas como crímenes: la herejía, la apostasía, el cisma, etcétera. Dicho de otra manera, se distinguió al delito del pecado y se apartaron uno del otro. Esta enseñanza es la que no han asimilado quienes, por ejemplo, quieren seguir persiguiendo a las mujeres que abortan o a las personas homosexuales, porque ambas asumen conductas pecaminosas. Esta solución al conflicto entre el hombre-religioso y el hombre-social o político, posibilitó de allí en adelante la coexistencia entre ambos, estableciendo un espacio en el cual existen dos ámbitos, que se tocan pero que no interfieren entre sí. Cuando se pierden o se violentan sus fronteras, se afectan las libertades públicas y como lo advertimos con toda claridad en el mundo del islam, sobreviene una regresión a los dominios del fanatismo, que imposibilita la aceptación del otro, al pretender avasallarlo con el poder del Estado y de la iglesia o iglesias reunidos. A ello le sigue la guerra. El otro artículo de esta ley fundadora del Estado mexicano, prohíbe a los funcionarios públicos confundir su dignidad y su carácter de representantes de TODOS los habitantes, con el credo religioso. Es una norma de garantía, una especie de candado para asegurar el respeto a la libertad de conciencia. Pero no sólo, también para evitar el irrespeto a la fe de los creyentes por parte de los políticos y dirigentes religiosos que se valen de ella para beneficiar sus intereses personales o de grupo. En efecto, cada vez que un funcionario del Estado aparece en ceremonias religiosas pueden identificarse al menos dos motivaciones de su actitud: Lo hace por un íntimo convencimiento de su fe. Pero entonces está imponiendo una creencia, la suya, al resto de la población empleando la fuerza de su representación general. De allí a confundir, como antaño, el dogma religioso con la ley, el delito con el pecado, dista solo un paso.

Al mismo tiempo, como lo revelan todas las experiencias históricas, está manipulando a los creyentes, al convertir la fe religiosa en un objeto del comercio político. A las preferencias de gruesos sectores ciudadanos –cualquiera sea la confesión que profesen- se les inclina así, no por los mejores candidatos o propuestas políticas, sino por la coincidencia supuesta entre su fe religiosa y la del gobernante o aspirante, quienes son, con enorme frecuencia, unos charlatanes o unos corruptos y en cualquier caso unos hipócritas. Considerando largos períodos, la historia casi siempre es progresiva, si pensamos sobre todo en las emancipaciones de la humanidad respecto a opresores políticos y religiosos. Sin embargo, lo que una generación conquistó de libertades, puede ser dilapidado por otras que le suceden. Tal parece que en México vivimos una fase en la cual los gobernantes están empeñados en tirar a la basura el fecundo patrimonio cultural legado por la estirpe de la Reforma. La Ley de hace 165 años nos puso entre las naciones de avanzada abriendo el paso al desarrollo de nuestras potencialidades intelectuales. Las prácticas manipuladoras de hoy, nos remontan a los tiempos de la nociva confusión entre fé y política, del reinado de la sinrazón.

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Descubren “un retra REDACCIÓN BBC MUNDO

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a obra más famosa de Leonardo da Vinci, la Mona Lisa, parece tener un tesoro escondido, o al menos eso es lo que dice un científico francés que ha estado analizando el retrato con una nueva tecnología. Pascal Cotte afirma que debajo de la famosa pintura se esconde otro retrato. El científico asegura que ha pasado los últimos

10 años analizando la pintura contecnología de luz reflectante. Mona LisaImage captionEl Museo de Louvre en París no ha hecho comentarios al respecto. Y en una reconstrucción muestra otra imagen de una modelo mirando hacia un lado. El Museo de Louvre, en París, se negó a comentar sobre las afirmaciones de Cotte. El robo que lanzó a la fama a la Mona Lisa.


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ato escondido bajo la Mona Lisa” Sin sonrisa Aparentemente, la modelo anterior no muestra ni la famosa mirada directa de la pintura que cuelga en el Louvre, ni hay rastros de la enigmática sonrisa que ha intrigado a los amantes del arte por más de 500 años. Las afirmaciones de Cotte son controvertidas y están dividiendo la opinión de los especialistas en el artista renacentista.

Cotte es cofundador de la empresa Lumiere Technology en París y en 2004 el Louvre le dio acceso a la pintura. Mona LisaImage copyrightCourtesy Brinkworth FilmsImage captionCotte usó una nueva técnica de luz reflectante. Cotte es pionero de una técnica llamada Método de Amplificación de Capas (MAC), que utilizó para analizar la Mona Lisa. Ésta funciona “proyectando una serie

de luz intensa” sobre la pintura, dice Cotte. Una cámara después toma medidas de los reflejos de la luz y, con esas medidas, Cotte asegura que fue capaz de reconstruir lo que ha ocurrido entre las capas de la pintura. La Mona Lisa ha sido objeto de varios análisis científicos durante más de medio siglo. Técnicas más recientes incluyen inspec-

ciones de infrarrojo y escáner multiespectral. Pero el científico afirma que su técnica es capaz de penetrar más profundamente en la pintura. “Ahora podemos analizar exactamente lo que está ocurriendo dentro de las capas de pintura y podemos pelar todas ellas como si fuera una cebolla”, asegura. “Podemos reconstruir toda la cronología de la creación de la pintura”, añade. “Romper muchos mitos” Se cree que Leonardo trabajó en la obra entre 1503 y 1517, mientras estaba en Florencia, y después en Francia. Pascal CotteImage copyrightImage captionSi las afirmaciones de Cotte se sostienen habrá que cambiar el nombre del famoso cuadro. Por mucho tiempo se ha debatido acerca de la identidad de la Mona Lisa. Durante siglos se pensó que era Lisa Gherardini, la esposa de un comerciante de seda florentino. Pero Cotte afirma que sus descubrimientos desafían esa teoría. Cree que la imagen que ha reconstruido bajo la superficie de la pintura es la Lisa original de Leonardo y que el retrato bautizado como Mona Lisa durante más de 500 años es, de hecho, de una mujer diferente. “Los resultados rompen muchos mitos y alteran para siempre nuestra visión de la obra maestra de Leonardo”, asegura. “Cuando terminé la reconstrucción de Lisa Gherardini, yo estaba frente al retrato y ella es totalmente diferente a la Mona Lisa de hoy. Esta no es la misma mujer”. También asegura que encontró otras dos imágenes bajo la superficie de la pintura: el contorno borroso de un retrato con una cabeza y nariz enormes, manos más grandes y labios más pequeños, y otra imagen de una Madonna (virgen) en los grabados de Leonardo de un tocado de perlas. “Mona Lisa es Lisa” Mona LisaImage copyrightReutersImage captionNo todos los expertos están de acuerdo con la nueva teoría sobre la Mona Lisa. Sin embargo, Martin Kemp, profesor emérito de historia del arte de la Universidad de Oxford, Inglaterra, no está convencido. “Estas (imágenes de Cotte) son ingeniosas al mostrar lo que Leonardo podría haber estado pensando. Pero la idea de que hay una pintura escondida debajo de la superficie es insostenible”, asegura. “No pienso que existan estas etapas discretas que representan retratos distintos retratos. Lo veo más o menos como un proceso continuo de evolución. Estoy absolutamente convencido de que Mona Lisa es Lisa”, dice el profesor Kemp. El historiador de arte Andrew Graham-Dixon realizó un nuevo documental de la BBC llamado “Los secretos de la Mona Lisa”, en el que estudió documentos históricos vinculados a la pintura junto con los hallazgos científicos de Cotte. “No tengo dudas de que ésta es definitivamente una de las historias del siglo”, dice Graham-Dixon. “Probablemente habrá renuencia de parte de las autoridades del Louvre para cambiar el título de la pintura, porque de eso estamos hablando: es adiós a Mona Lisa, ella es otra persona”.


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La revolución como de Curzio Malaparte No un teatro, sino una estructura El escritor Curzio Malaparte es una referencia en el mundo de la arquitectura por la casa que él mismo diseñó (con Adalberto Libera) y construyó en Capri. Una especie de búnker de color rojizo empotrado en una esquina rocosa de la isla napolitana, la Punta Masullo. Casa Matta la llamaban, no en el sentido literal de Casa Loca, sino por su parecido con los refugios militares que Malaparte había conocido directamente durante su participación en la Primera Guerra Mundial. Casamatas son los puntos de avanzada donde se instalan piezas de artillería que martillean las posiciones enemigas con fuego de flanqueo. Quizá por esa resonancia, a pesar de la belleza excepcional del emplazamiento, Malaparte aseguraba vivir en una “casa triste, dura y severa”. Como él mismo. Al menos también en otro sentido, podemos considerar que Malaparte habitaba efectivamente en una posición de vanguardia. Nos referimos a su teoría sobre el poder, desarrollada en un libro célebre durante la primera mitad del siglo XX y hoy medio olvidado: Técnica del golpe de Estado. Un libro de espíritu maquiaveliano en el cual Malaparte se propuso divulgar neutralmente, tanto a revolucionarios como a conservadores, los saberes necesarios para ocupar (o defender) el poder del Estado. A partir de algunos ejemplos concretos, como la revolución rusa o la marcha sobre Roma de Mussolini, Malaparte despliega una idea a la vez sencilla y deslumbrante: el poder es logístico y reside en las infraestructuras. No es de naturaleza representativa y personal, sino arquitectónica e impersonal. No es un teatro, sino una estructura de acero, un edificio de ladrillo, un canal, un puente, una central eléctrica. Conquistar el poder pasa, pues, por adueñarse, no tanto de la organización política y burocrática de la sociedad, como de su organización técnica. El ejemplo más claro -y también más importante, en tanto que precursor del resto- es la particular historia malapartiana de la revolución rusa. En el corazón de este capítulo hay una discusión: entre Lenin y Trotsky, entre el comité central del partido bolchevique y la jefatura del Comité Militar Revolucionario. Para Lenin y el partido bolchevique, el proceso revolucionario consiste en suscitar y organizar un levantamiento general de las masas proletarias que desemboque en el asalto al Palacio de Invierno. Para Trotsky y el Comité Militar Revolucionario, la cuestión es de orden muy distinto. La revolución no pasa por combatir a pecho descubierto al gobierno y sus ametralladoras, ni por tomar palacios o ministerios, sino por apoderarse silenciosa y abruptamente de los órganos materiales de la máquina estatal: las centrales eléctricas y telefónicas, las estaciones de ferrocarril, los puentes, los puertos, los gasómetros, los acueductos, etc. “Lenin es el estratega, el ideólogo, el animador, el deux ex machina de la revolución; pero el creador de la técnica del golpe de Estado bolchevique es Trotsky”. El problema de la insurrección es de orden técnico. No se necesita la participación masiva y heroica de miles de proletarios embravecidos, sino formar e instruir a una tropa de asalto de obreros, soldados y marineros especializados: mecánicos, electricistas, telegrafistas, radiotelegrafistas, etc. “Una pequeña tropa, fría y violenta, de mil técnicos”, dice Malaparte. A las órdenes de un ingeniero-jefe con un plan científico de la revolución: el mismo Trotsky. El revolucionario judío no se fía del ímpetu popular, no confía en la participación de las masas. Cree y apuesta a que se puede conquistar el Estado con un puñado de hombres: es cuestión de método, de técnica y de táctica, no de circunstancias. “La revolución no es un arte, sino una máquina; sólo técnicos pueden ponerla en marcha y sólo otros técnicos pueden detenerla”, afirma. Según la historia (¿o la fábula?) de Malaparte, los mil técnicos de Trotsky se ejercitaron durante meses en “maniobras

¿Y si el poder ya no residiera en las instituciones, sino en las infraestructuras? ¿En qué consistiría entonces la revolución? Un ensayo breve sobre la dimensión “técnica” del poder y la revolución, a partir del escritor Curzio Malaparte y del no-grupo Comité Invisible. invisibles”: infiltrándose por todos lados, lograron documentar y mapear la distribución y localización de los despachos, de las instalaciones de luz eléctrica y teléfono, de los depósitos de carbón y de trigo, de las estaciones de ferrocarril y los puentes, etc. Llegado el momento, burlaron la vigilancia policial de los “junkers” de Kerenski (más atentos a un posible levantamiento masivo y popular que al deslizamiento de pequeños grupos) y tomaron todas las infraestructuras del Estado. “Operar con poca gente en un terreno limitado, concentrar los esfuerzos sobre los objetivos principales, golpear directa y duramente, sin ruido. Una ofensiva simultánea, re-

pentina y rápida, apenas dos o tres días de lucha”. El asalto final al Palacio de Invierno fue espectacular y pasó a la historia, pero en realidad fue simplemente la manera de comunicar al mundo que el poder ya había cambiado de bando, haciendo caer a la vista de todos una cáscara vacía. Así se entiende la conocida sentencia de Trotsky: la insurrección es “el puñetazo a un paralítico”. Las técnicas son mundos Los movimientos políticos de los últimos años, conocidos como “movimientos de las plazas”, son aparentemente

Fotos de Elvira Megías

Amador Fernández-Savater


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o problema técnico: e al Comité Invisible más “leninistas” que “trotskistas”, hablando en un sentido malapartiano. Los tunecinos que detonaron la primavera árabe ocuparon la Kasbah, los griegos plantaron sus tiendas de campaña frente al Parlamento en la plaza Syntagma, los portugueses intentaron entrar por la fuerza en la Asamblea de la República, en España rodeamos el Parlament catalán en junio de 2011 y el Congreso el 25S de 2012... Rodear, asaltar, ocupar los parlamentos: los lugares de poder institucional han hechizado la atención y el deseo de los movimientos de las plazas (y, tal vez por eso, los dispositivos electorales-institucionales son ahora la continuación). Pero, ¿se halla el poder realmente ahí dentro, en el interior de esos edificios? Un grupo anónimo retoma por su cuenta las preocupaciones de Malaparte y abre una alternativa para el pensamiento y la acción. Se llama Comité Invisible y su primer libro, La insurrección que viene, editado en 2007, fue un paradójico best-seller subversivo, traducido a varias lenguas. Ahora, el Comité Invisible publica un segundo libro titulado A nuestros amigos, escrito a muchas manos entre una constelación de colectivos y personas implicadas activamente en experiencias

de lucha y autoorganización. Se trata de un texto que replantea abiertamente la cuestión revolucionaria, es decir, el problema de la transformación radical (de raíz) de lo existente, pero decididamente por fuera de los esquemas del comunismo autoritario que condujeron a los desastres del siglo XX. En el capítulo dedicado a analizar la naturaleza del poder contemporáneo, el Comité Invisible afirma que el gobierno ya no reside en el gobierno (y que, por tanto, de poco vale sustituir a uno por otro), sino que está más bien incorporado en los objetos que pueblan y en las infraestructuras que organizan nuestra vida cotidiana (y de las que dependemos completamente: pensemos en el agua, el gas, la electricidad, el teléfono, Internet, etc.). Toda Constitución (y, por tanto, todo proceso constituyente) es papel mojado, porque la verdadera Constitución es técnica, física, material. Los “padres” de la Constitución real (y no formal) no son profesores, políticos o juristas, sino quienes diseñan, construyen, controlan y gestionan la infraestructura técnica de la vida, las condiciones materiales de existencia. Por tanto, se trata de un poder silencioso, sin discurso, sin explicaciones, sin representantes y sin tertulias en la tele; y al cual es del todo inútil oponerle una contrahegemonía discursiva. Ignorar al poder político, centrarse en las infraestructuras: aquí terminan las resonancias con el particular Trotsky de Malaparte. Porque para el Comité Invisible no se trata de “adueñarse” de la organización técnica de la sociedad, como si ésta fuese neutra o buena en sí misma y bastase simplemente con ponerla al servicio de otros objetivos. De hecho, precisamente ese fue el error catastrófico de la revolución rusa: distinguir los medios y los fines, pensar por ejemplo que se podía liberar el trabajo de la explotación y la alienación a través de las mismas cadenas de montaje capitalistas. No, los fines están inscritos en los medios: una cadena de montaje vehicula cierto imaginario del trabajo y la producción, no se puede poner simplemente “al servicio de” otras finalidades. Cada herramienta configura y a la vez encarna cierta concepción de la vida, implica un mundo sensible. Google, una autopista o un supermercado son decisiones de mundo, civilizatorias. No se trata de “apoderarse” de las técnicas existentes, ni de conseguir que funcionen más y mejor, como si el contexto social simplemente “obstaculizase” el despliegue de sus potencialidades, sino de subvertirlas, transformarlas, reapropiárselas, hackearlas. Un devenir-hacker colectivo El “hacker” es una figura clave en la propuesta política del Comité Invisible. Lo asociamos exclusivamente con el mundo de las redes digitales o, aún peor, con el “terrorismo informático”, pero no tiene nada que ver. Un hacker es cualquiera que tiene curiosidad por crear algo nuevo o por resolver un problema, un apasionado del saber-hacer, un bricoleur. Podemos pensarlo también por fuera del mundo de los bytes, en un sentido social más amplio, como todo aquel que se pregunta (siempre mediante el hacer) cómo funciona esto, cómo se puede interferir en su funcionamiento, cómo podría funcionar de otro modo. Y se preocupa por compartir sus saberes. ¿Por qué el hacker es una figura tan central en la propuesta política del Comité Invisible? Vivimos rodeados cotidianamente de “cajas negras”: infraestucturas opacas que constriñen nuestros posibilidades y nuestros gestos en un marco preestablecido. Cuando encendemos un electrodoméstico, cuando pagamos la factura del agua o la luz, cuando compramos en un supermercado... El capitalismo no triunfa a diario porque tenga un discurso convincente, sino porque nos tiene atrapados materialmente en sus cajas negras. El espíritu hacker rompe el hechizo de un mundo naturalizado y normalizado, al que nos adaptamos como podemos, revelando los funcionamientos, encontran-

do fallos, inventando nuevos usos, etc. “El código es la ley” dice una máxima central de la filosofía hacker. Es el código (técnico) y no la ley (política) quien define la realidad: lo posible y lo imposible, las limitaciones y los potenciales, etc. Los hackers tocan el código, es decir, lo que hay detrás de las superficies a la vista; cacharrean y alteran las técnicas para ponerlas a su servicio. Y esto no sólo para ellos, sino para todos. Pero no se trata de sustituir a los “mil técnicos” de Trotsky por “mil hackers”. Seguiríamos teniendo ahí una casta especializada, un saber separado y, por tanto, un poder autonomizado de la colectividad. Lo que se precisa más bien (y a lo que se parece un proceso revolucionario efectivo) es un devenir-hacker colectivo, de masas, sin ingeniero-jefe. Es decir, la puesta en común de saberes que no son opiniones sobre el mundo, sino posibilidades muy concretas de hacerlo y deshacerlo. Saberes que son poderes. Poder de construir y de interrumpir, poder de crear y de sabotear. Un devenir-hacker colectivo son miles de personas que bloquean en tal punto neurálgico un megaproyecto de infraestructuras que amenaza con devastar un territorio y sus formas de vida. Un devenir-hacker de masas son miles de personas que construyen pequeñas ciudades, capaces de reproducir la vida entera (alimentación, cuidado, estudio, comunicación, sueño, etc.) durante semanas, en el corazón mismo de las grandes. Esto es lo que ocurrió en mayo de 2011 en la Puerta del Sol y en tantas otras plazas de las ciudades españolas. El engarce de mil saberes-poderes distintos para construir otro mundo dentro de este mundo. La autoorganización de la vida en común, sin centro ni ingeniero-jefe, sino a partir de las necesidades inmediatas que surgían, coordinando descentralizadamente los esfuerzos, pensando mientras se hacía, lo que se hacía y desde lo que se hacía. Politizando todo lo que el paradigma clásico de la política deja en la sombra: la materialidad de la vida, aquello que designamos, desvinculándolo de lo político, como lo “reproductivo”, lo “doméstico”, lo “económico”, la “supervivencia” o la “ vida cotidiana” y que queda siempre fuera del espacio público. Si el poder es “infraestructural”, se trata entonces de hackear las infraestructuras existentes y/o de construir nuevas, articuladas con otros prácticas vitales y otros mundos en marcha. Una socialización de saberes que no toma necesariamente la forma de un “todos expertos en todo” (algo imposible y no seguramente deseable), sino más bien de alianzas, contaminaciones y conexiones. Las “maniobras invisibles” donde hoy se preparan los procesos revolucionarios son todos los espacios donde se comparten riquezas, medios y saberes, los hacklabs, los centros sociales, las escuelas de conocimientos comunes y de contra-habilidades, los lugares de cacharreo, todos los puntos de cruce entre técnicas y formas de vida disidentes. ¡Menos mítines y más hacklabs! Desde su puesto de avanzada en Punta Masullo, el vigía sonríe. Este texto retoma y prolonga algunas notas sobre la naturaleza “logística” del poder escritas por primera vez en una “reseña” del último libro del Comité Invisible. En su forma actual, el texto fue publicado por primera vez en el número 371 (mayo, 2015) de Arquitectura, la revista oficial del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (Madrid: ea! Ediciones de arquitectura). Referencias utilizadas: Técnica del golpe de Estado, Curzio Malaparte, Editorial Ulises, 1931 Malaparte: vidas y leyendas, Maurizio Serra, Tusquets, 2012 A nuestros amigos, Pepitas de Calabaza y Sur+ de México. Gracias a los amigos por los comentarios útiles para la escritura del texto: Carolina, Pepe, Álvaro, Marc, Diego y Ema (en recuerdo de nuestro frustrado intento por entrar en la casamata de Malaparte).


París y el planeta arden El fin de semana, diez mil activistas parisinos e internacionales formaron una cadena humana que se extendió por varias cuadras en la capital francesa AMY GOODMAN Y DENIS MOYNIHAN

L

as velas siguen ardiendo en la ciudad de París en los sitios donde se recuerda a las 130 personas asesinadas por militantes armados identificados con el Estado Islámico (que según señalan muchos musulmanes, no es ni islámico ni un Estado) en los ataques perpetrados en el teatro Bataclan, restaurantes de la zona y el Estadio Nacional de París. En estos lugares donde ocurrieron los actos de violencia, dispuestos como un torrente de sentidas expresiones de dolor, se pueden ver flores, mensajes, banderas de Francia, fotos, recuerdos de los fallecidos y reproducciones del ahora icónico símbolo de la paz diseñado a partir de la imagen de la Torre Eiffel. En este contexto se está desarrollando uno de los encuentros mundiales más importantes de la historia: la 21ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, o COP 21. Prácticamente todos los países del mundo están representados aquí, a través de sus delegaciones, que están intentando alcanzar un acuerdo antes del 11 de diciembre, con el objetivo de evitar un cambio climático catastrófico e irreversible. Supuestamente, la COP 21 es la culminación de más de dos décadas de trabajo en el marco de las Naciones Unidas para transformar la sociedad, poner fin a la era de los combustibles fósiles, comenzar a utilizar energía renovable y reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Estaba previsto que el 29 de noviembre, el día antes de que comenzara la cumbre sobre el clima, se realizara en París una marcha multitudinaria, en la que se preveía que participarían más de 400.000 personas. Sin embargo, el Presidente francés, François Hollande, declaró un estado de emergencia tras los ataques y prohibió las manifestaciones. Quienes critican esta decisión sostienen que el calentamiento global también es un estado de emergencia y que expresar nuestra oposición es lo único que nos salvará. El fin de semana, diez mil activistas parisinos e inter-

nacionales formaron una cadena humana que se extendió por varias cuadras en París. Al finalizar la acción, los activistas decidieron desacatar la prohibición de las autoridades francesas de realizar protestas e intentaron marchar hacia la Place de la République, donde miles de personas habían colocado velas y flores en homenaje a las víctimas de los ataques terroristas. Si bien el Presidente francés culpó a los manifestantes de destruir el lugar de homenaje a las víctimas, imágenes tomadas por Democracy Now! muestran que los manifestantes formaron un cordón para proteger el sitio de los cientos de policías antidisturbios que lanzaron gases lacrimógenos, granadas de contusión y gas pimienta. Al día siguiente de la manifestación, en la cumbre sobre el clima, nos encontramos con Yeb Sano, ex negociador sobre cambio climático de Filipinas. Lo habíamos visto por última vez en la Conferencia sobre Cambio Climático de Varsovia, Polonia, en 2013, mientras el tifón Haiyan, uno de los más fuertes de la historia, destruía su país y se cobraba la vida de miles de personas. En esa ocasión, Yeb Sano trascendió por haber realizado un emotivo llamamiento al mundo a adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático: “Los tifones como Haiyan y sus efectos son un triste recordatorio a la comunidad internacional de que no podemos seguir demorando la adopción de medidas sobre el clima. Quizá se trate de justicia poética que el tifón Haiyan sea tan grande que su diámetro equivale a la distancia entre Varsovia y París”. Yeb imploró a los demás negociadores: “Si no hacemos algo nosotros, entonces ¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo? Si no es aquí, ¿dónde?”. Yeb Sano acababa de enterarse de que su hermano, A.G. Sano, apenas había sobrevivido al tifón en su localidad de Tacloban, que quedó destruida. Al año siguiente, mientras otra terrible tormenta azotaba Filipinas, sorprendió a muchos que Yeb Sano estuviera ausente en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se desarrollaba en Lima, Perú. Lo habían retirado de la delegación a último mo-

CORREO del SUR Director General: León García Soler

mento, algo que suscitó rumores de que, ante la presión de los países ricos, como Estados Unidos, Yeb había sido castigado por decir lo que pensaba. En esa oportunidad, Yeb Sano publicó en Twitter: “Podrán silenciar mi voz, pero no podrán silenciar mi alma”: Este año, Yeb Sano está participando nuevamente en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Esta vez no como negociador de Filipinas, sino como activista de base. Acaba de caminar 1.500 kilómetros en 60 días de Roma a París en la Peregrinación de los Pueblos para la Acción Climática. Su hermano, A.G. Sano, que es artista callejero, caminó a su lado y a lo largo del camino pintó seis maravillosos murales en los que se muestra a peregrinos de todo el mundo marchando hacia París. Dado que no tenía una acreditación oficial para acceder a la cumbre, lo entrevisté fuera de la zona de seguridad, sumamente fortificada. A.G. Sano realizó un tributo a un amigo suyo que falleció durante el tifón Haiyan: “Vine aquí a traer la voz de mi amigo fallecido. Quisiera simplemente decirle al mundo el nombre de mi amigo, su nombre es Agit Sustento. El cambio climático es tan real como Agit Sustento. Estuve con él la noche antes de que muriera y lo último que le dije fue que se cuidara y que cuidara a su familia porque estábamos por enfrentar el tifón más poderoso de la historia, y esa fue la última vez que hablé con él. Perdió a su esposa, a su hijito, a su madre y a su padre. Su hijo y el cuerpo de su padre nunca fueron hallados. Y le prometí que le diría su nombre al mundo. Su nombre es Agit Sustento y no volverá a ver salir el sol”. El mejor homenaje a quienes murieron aquí en París y al sinnúmero de víctimas del cambio climático sería alcanzar un acuerdo justo, ambicioso y vinculante en la cumbre sobre el clima a fin de contribuir a que el mundo sea más seguro, equitativo y sostenible. © 2015 Amy Goodman Traducción al español del texto en inglés: Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org.

Suplemento dominical de Director: Adolfo Sánchez Rebolledo

Diseño gráfico: Hernán Osorio


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