Número 340 Junio 23, 2013
Brasil en las calles y Está pasando el tren de la Historia Edward Snowden y el espionaje de Estados Unidos El top de las nuevas 10 especies 2013 Turquía, un punto de inflexión Encuentro con Rossana Rossanda
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Salvador Schavelzon
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Rebelión
ue algo nuevo. Fue política. Fue grande. Con respeto de su singularidad digamos que más que cacerolazo destituyente hubo mucho de Que Se Vayan Todos contra un gobierno autista, alejado de la gente, un sistema de partidos allá en lo alto y que no presenta (¿más?) ninguna alternativa o causas para endosar desde abajo... Fueron movilizaciones con mucho abierto todavía, mucho por descubrir por la gente que ganó la calle después de mucho tiempo y que seguirá dándole sentido desde dentro. El escenario donde ocurre: 15 mil millones gastados para organizar la copa del mundo en un país que continua teniendo decenas de millones de pobres, mala educación y salud, pésimo transporte y los bancos como mayores beneficiarios de todo el dinero que está entrando. No es un detalle el dato del Mundial… quizás los 30 mil millones de Belo Monte sean aún más escandalosos, pero la organización del mundial y olimpiadas trae al Brasil un clima de megalomanía y entusiasmo totalmente comercializado, chauvinista e imperial. Y en la calle de 11 ciudades, el 17 de junio, este delirio parecía estar siendo realmente cuestionado. Un aumento de 20 centavos en el pasaje de colectivo y metro de San Pablo, y de otro tanto en el resto de las ciudades (decidido por cada gobierno) fue la chispa. “El pueblo despertó” cantaba la gente. “Venga a la calle contra el aumento” invitaban mientras circulaba sin rumbo pre-definido por la ciudad. En otra se le preguntaba a Dilma si Neymar valía más que la salud y la educación, no me acuerdo bien... Fueron las movilizaciones más grandes desde 1992 (affaire Collor de Mello) y la falta de banderas, canciones conocidas por todos, camiones de sonido, vendedores de bebidas, puntos de concentración y caminos de desconcentración establecidos mostraban eso. Se cantaban canciones de la cancha, o inventadas en el momento. La concentración fue en una zona recientemente reurbanizada de la ciudad, redescubierta. Como no había recorrido establecido los automovilistas debieron esperar muchas horas en las esquinas de las avenidas tomadas, sentados al lado o dentro de sus autos. La movilización se dispersó por lo menos por tres caminos en San Pablo, ciudad donde participamos y desde donde escribo. Unos fueron para el palacio del gobernador del Estado (Provincia), que fue uno de los que decretó el aumento, otras dos columnas fueron para la Av. Paulista a donde la policía no había permitido entrar el jueves pasado, en la ya quinta movilización por el mismo tema en pocos días (desde el 6 de junio). El grupo que organiza es el Movimiento Passe Livre, que en distintos estados organiza de forma horizontal y apartidaria la lucha por un boleto estudiantil, pero también por “tarifa cero” para todos y que viene poniendo nerviosos a gobernantes que no encuentran interlocutores, líderes o procedimientos previsibles. Dilma venía de una mala semana, la habían silbado en la inauguración de la Copa de Confederaciones, ensayo para el mundial. La policía reprimió a manifestantes anti-copa y el ministro de deportes advirtió que no serían admitidas esas protestas. Ahora hubo grandes movilizaciones en ciudades con intendentes o gobernadores petistas, como São Paulo. Aquí, Fernando Haddad –ex profesor de ciencias políticas de la USP con tesis sobre Marx y Habermas, y ex ministro de educación– se mostró inflexible, con argumen-
CORREO del SUR
Brasil en las calles No fue un “cacerolazo brasileiro” contra un gobierno progresista o de izquierda, como algunos que ven a Dilma aliada de Cristina se apresuran a clasificar. Tampoco una primavera árabe tropical, ni una protesta convencional por un aumento. Dejó a todos “aturdidos”, decían analistas en los medios.
tos técnicos y justificando por ejemplo la represión policial de la marcha anterior. Mientras escribimos esto, sin embargo, parece venirse la anulación del aumento, o al menos la suspensión con discusión, a partir de la convocatoria de un Consejo de fuerzas Vivas de la Ciudad. Si no retrocede, como ya hicieron otros gobiernos (Porto Alegre) enfrentaría la calle nuevamente. Aunque la novedad tampoco permite prever si será in crescendo o no. Ya
hay convocada una marcha para hoy a las 18, esta vez cerca de su sede de gobierno. El día de las protestas, 17 de junio, el gobierno nacional sólo atinó a hablar de sus planes sociales. El ministro de Justicia había dispuesto la semana anterior tropas federales de la policía para frenar el “vandalismo”, como cuando enfrentan narcos en las favelas. En las redes sociales se expandió la interpretación de que eran movilizaciones golpistas de derecha
(¿“cacerolazos”?), que recordaban las que antecedieron el golpe de 64, impulsadas por la derecha. Alimentando esa interpretación habló Arnaldo Jabor, un famoso periodista de horario central de la TVGlobo, que se apresuró a decir que no eran todos vándalos, como la prensa los reconoció la primer semana, y que la protesta debía ser apoyada. Pero en la calle se sentía otra cosa. La gente rápidamente inventó canciones contra Jabor, y las protestas contra
CORREO del SUR el aumento del transporte más bien ocupaban un vacío dejado por el partido que supo representar las demandas sociales y progresistas. Hubo hasta banderas del PT en la marcha. Aunque mucho de la protesta y de las personas que salen por primera vez a la calle tiene mucho de inclasificable, desordenado, de a ser inventado… la interpretación del golpismo no procede. Comenzando porque los intereses del proyecto de la dictadura no están siendo amenazados por el PT. El prefecto Haddad, con mucha proyección después de haber ganado en una ciudad donde en general gana la oposición, sigue a la presidenta en la derechización de un partido que gobierna aliada a los sectores más conservadores: los ruralistas, las iglesias, los antiguos rivales reciclados de la dictadura que ahora acompañan al PT con las mismas reacciones, respuestas, interpretaciones que llegan desde el gobierno. El proyecto del PT tiene que ver con aumentar el consumo, “compren autos” recomendaba Lula, mientras Dilma ocupa sus horas en administrar una empresa constructora llamada Brasil, realizando los lugares comunes del neoliberalismo mezclado con desarrollismo de los ‘60 y tecnocracia burocratizada. Lejos de un “cacerolazo” de la clase media conservadora, entonces, fue más bien una ciudad recuperando su calle. La respuesta de la policía contra “vándalos”, cagándolos a palos y gasificando la semana pasada, llevó mucha gente a la calle, especialmente jóvenes y muchos históricos votantes del PT. El autismo de este partido contribuyó en un momento que parece contener fuerza que puede cambiar la política brasileira. No todavía de forma generalizada, en un país donde las largas transiciones con continuidad son más bien la regla. Pero ya sí para los que encontraron la calle y descubrieron un mundo nuevo. Lo que convocó directamente, además de la violencia policial fue la indignación por un boleto de un dólar y medio que representa un tercio del salario de las familias trabajadoras. Un transporte público que es parte del gran problema del tránsito y costos de transporte para toda la ciudad. Pero junto a la consigna contra el aumento de 20 centavos, se escuchaba “no son sólo los 20 centavos”. “Los 20 centavos son nuestro parque de Turquía”, algunos explicaban. Se trata de participar, encontrar una voz propia en una ciudad recuperada. Era un nuevo San Pablo fluyendo por las calles, ciudad que solía ser más conservadora que otras (Brasilia, donde ayer se ocupó el congreso; Río de Janeiro, donde se reprimió con balas de plomo) y que ahora inició estas nuevas movilizaciones. No hay indicios de qué pasará. Partidos de izquierda que intentan entrar y explicar u orientar, un gobierno que apuesta a que la ciudad vuelva a la inercia. Las políticas sociales como credencial de un gobierno que sólo se sostiene para el votante progresista movilizando el fantasma de la derecha, que hipotéticamente sería mucho peor, porque supuestamente cortaría el Bolsa Familia y privatizaría Petrobrás. Pero la civilización de los autos paró por un día. La gente marchando por lugares de la ciudad que generalmente es tomada por el tránsito lento y edificios espejados fue de la protesta, el arte, el encuentro. Muchos calculan, especulan, pregunta en qué se va a transformar todo esto. Preguntas que dicotomizan y polarizan no entendiendo que lo importante es lo que ya pasó, lo que significaba la gente en la calle, y lo que seguirá significando, por caminos nuevos abiertos por las avenidas ocupadas y la fuerza descubierta para soñar.
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Edward Snowden y el espionaje de Estados Unidos Amy Goodman
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dward Snowden admitió públicamente esta semana ser el responsable de lo que podría ser la filtración más importante de documentos secretos del gobierno en la historia de Estados Unidos. El ex funcionario de la CIA y analista de la empresa privada de consultoría de inteligencia Booz Allen Hamilton habló en Hong Kong con Glenn Greenwald, del periódico The Guardian, con la cineasta independiente Laura Poitras y con Barton Gellman, del Washington Post. Snowden les proporcionó pruebas fehacientes de que el gobierno de Estados Unidos, principalmente a través de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés), está llevando a cabo un amplio programa de vigilancia y espionaje a nivel mundial y, lo que es quizá más controvertido, de prácticamente todos los ciudadanos estadounidenses, por fuera de las atribuciones constitucionales. La condena mundial a Snowden ha sido implacable y no se hizo esperar. Jeffrey Toobin, especialista en asuntos jurídicos, rápidamente publicó en su blog que Snowden es “un gran narcisista que debería estar preso”. Los columnistas del New York Times se sumaron. Thomas Friedman escribió: “No creo que Edward Snowden, el responsable de haber filtrado todo este material secreto, sea un informante heroico”. Su compañero David Brooks realizó un psicoanálisis especultativo de Snowden, al opinar: “A pesar de que, obviamente, es muy inteligente, no le fue muy bien en la secundaria ni en la Universidad”, escribió Brooks. La trayectoria educativa de Snowden llamó especialmente la atención de los políticos. En una reciente audiencia del Comité de Asignaciones del Senado, varios senadores, entre ellos el senador progresista del Partido Demócrata Dick Durbin, de Illinois, interrogaron en un tono extremadamente amable al Director de la NSA, el General Keith Alexander, y a otros funcionarios. Los senadores se hicieron eco de la incredulidad planteada por Brooks en cuanto a que alguien que ni siquiera terminó formalmente la escuela secundaria pudiera engañar a todo el aparato de inteligencia de Estados Unidos. El general Alexander confesó: “En el ambiente de la informática, en el ambiente cibernético, los tipos como él tienen tremenda capacidad para manejar las redes. Ese era su trabajo en gran medida. Administraba los sistemas informáticos dentro de esas redes desde 2009 o 2010. Tenía grandes capacidades en esa área, pero no servía para otras cosas. Tenemos que analizar los diferentes procesos, la vigilancia de esos procesos y determinar en qué fallaron”. El legendario informante Daniel Ellsberg respondió a las críticas contra Snowden: “En mi opinión, no ha habido en la historia de Estados Unidos una filtración tan importante como la publicación de Edward Snowden del material de la NSA, ni siquiera mi filtración de los documentos del Pentágono hace 40 años. La filtración de Snowden nos da la posibilidad de recuperar una parte fundamental de lo que ha significado un ‘golpe del Poder Ejecutivo’ contra la Constitución de Estados Unidos”, escribió Ellsberg. La histórica filtración de Snowden reveló lo que él denomina una “arquitectura de la opresión”: una serie de programas de vigilancia ultrasecretos que van más allá de lo que ha sido conocido públicamente hasta la fecha. El primer documento revelado fue una orden del Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera de Estados Unidos que solicitaba a una sección de la empresa de telefonía Verizon que entregara “todos los registros detallados de las llamadas telefónicas”
de sus clientes realizadas desde Estados Unidos hacia el extranjero y de las llamadas dentro de Estados Unidos, incluso las llamadas locales. Otro de los documentos era una presentación de diapositivas que revelaba un programa conocido como “PRISM”, que supuestamente autoriza a la NSA a tener acceso no autorizado a todos los datos privados almacenados en los servidores de grandes empresas de Internet como Microsoft, AOL, Skype, Google, Apple y Facebook. Esto incluye los correos electrónicos, los chats, las fotografías y la transferencia de archivos, entre otros. Snowden también hizo pública la Directiva política presidencial número 20, un memorando ultrasecreto del Presidente Barack Obama que ordena a las agencias de inteligencia de Estados Unidos a hacer una lista de blancos de ataques cibernéticos de Estados Unidos. Finalmente, publicó pruebas del programa denominado “Boundless Informant” (Informante sin fronteras), que crea un mapa que detalla los países de donde provienen los 97.000 millones de registros electrónicos interceptados y recopilados por la NSA en marzo de 2013. Entre los principales blancos del plan de espionaje se encuentran Irán, Pakistán, Egipto y Jordania. El mapa filtrado utiliza los colores rojo, amarillo y verde para clasificar a los países según el nivel de comunicaciones interceptadas. En marzo del año pasado, Estados Unidos aparecía en el mapa con color amarillo, lo que significa que la NSA interceptó alrededor de 2.900 millones de comunicaciones dentro del país. La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) entabló una demanda inmediatamente después de que se revelaran los programas, alegando que la “práctica es similar a robar la libreta de teléfonos de todos los estadounidenses, con anotaciones que detallan con quiénes hemos hablado, cuándo, durante cuánto tiempo y desde dónde. Esta práctica le da al gobierno un amplio registro de nuestras asociaciones y movimientos públicos y le revela una gran cantidad de detalles sobre nuestra vida familiar, política, profesional, religiosa e íntima”, sostuvo la ACLU. El abogado de la ACLU, Alex Abdo, afirmó: “En virtud de este programa, las agencias de inteligencia espían una gran cantidad de información sin precedentes. Están literalmente rastreando cada llamada que se realiza en el país y la Constitución simplemente no permite al gobierno hacer eso. Si el gobierno tiene motivos para pensar que un determinado ciudadano estadounidense es sospechoso de cometer un delito, entonces debería perseguir a esa persona para que sea investigada o vigilada, pero no debería vigilar en forma indiscriminada las llamadas de millones de estadounidenses inocentes”. En este preciso momento, Edward Snowden está oculto. Supuestamente aún está en Hong Kong, donde le dijo al periódico South China Morning Post: “No estoy aquí para ocultarme de la justicia, estoy aquí para denunciar la delincuencia”. En la entrevista con Greenwald y Poitras, Snowden habló de sus motivos para realizar las filtraciones: “Desde mi escritorio tenía el poder de escuchar las conversaciones de todo el mundo, desde ustedes o su contador, hasta un juez federal o incluso el Presidente si tuviera su correo electrónico personal. …No nos corresponde a nosotros decidir sobre estas cosas. Es la población la que debe decidir si estos programas y políticas son correctos”. Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna. © 2013 Amy Goodman Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta
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ivimos inmersos en esa locución tan eufónica que es ‘biodiversidad’, pero rara vez tenemos conciencia de la magnitud que es esa empresa de registrar todas las formas de vida sobre la tierra. Ni el coste y el esfuerzo que suponen. Pocos sabrían contestar si conocer toda la biota presente y pasada, es más o menos caro que poner un par de suicidas en Marte (y perderlos para siempre). Cada año se descubren unas 20.000 especies nuevas de animales, plantas, hongos y bacterias. Y esta cifra se mantiene constante desde hace varias decenas. Sabemos que es así, porque existen unos registros que dan cuenta de cuándo y quien descubre una especie nueva en alguna parte del globo. El que lleva el inventario de los animales nuevos se llama Zoological Record, pero hay otros registros para el resto de organismos. Difundir esta tarea es uno de los objetivos de la elección cada año, de las 10 especies ‘top’, las Top Ten Species, que lleva a cabo un comité internacional coordinado por el International Institute of Species Exploration, de la Universidad de Arizona. Y como cada 23 de mayo, se presentaron las de 2013. De las 10 Top Ten destacamos el neuróptero Semachrysa jade, en Malasia, gracias al esfuerzo conjunto de un aficionado que puso su foto en Flickr, y dos especialistas que comprobaron que era una especie nueva; el segundo mono descubierto en África en los últimos veintiocho años: Cercopithecus lomamiensis, en la República Democrática del Congo; o una esponja carnívora encontrada a unos 4.000 metros de profundidad en el Pacífico de California: Chondrocladia lyra. Otras especies incluyen un hongo encontrado en la pinturas rupestres de las cuevas de Lascaux, una violeta diminuta, una serpiente mimética de las corales a la que se le ha puesto el nombre específico de ‘noalamina’, en directa alusión a la degradación que una explotación está produciendo en la zona donde se encuentra, una ranita minúscula (7,7 mm), un bosque de arbustos en Madagascar, una cucaracha luminiscente y una mosca fósil mimética de hojas de una planta semejante al Ginkgo. La elección de las 10 especies no deja de ser un poco arbitraria. Se seleccionan por aspectos que a los humanos nos parecen significativos: muy pequeña o grande, muy venenosa, muy rara, o sencillamente, encontrada por una feliz casualidad. Este último caso fue el de una Top Ten de años pasados, que llevaba una existencia anónima de más de 100 años, en una colección de un museo, hasta que un especialista se dio cuenta que era una especie nueva. Cualquier excusa es buena para poner de manifiesto que hay un universo de vida todavía por conocer, a distancias más razonables que cualquier objeto planetario, por cercano que sea. Cualquier excusa es buena para recordar lo que el pasajero a Marte se va a perder. Olerá su aliento, verá pedruscos interminables y no podrá salir nunca de su caja de sardinas. Y a un precio astronómicamente (valga la redundancia) más caro. Ellos sabrán. Antonio G. Valdecasas Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid.
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El top de las nu
01 Viola lilliputana (Perú), 02 Chondrocladia lyra (NE OceanoOceano Congo), 04 Sibon noalamina (Panamá), 05 Ochroconis anomala, Och (Nueva Guinea), 08 Lucihormetica luckae (Ecua
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uevas 10 especies 2013
o)ceanoOcéano Pacífico; USA: California, 03 Cercopithecus lomamiensis (Republica Democrática del hroconis lascauxensis (Francia), 06 Paedophryne amanuensis (Madagascar), 07 Eugenia petrikensis ador), 09 Semachrysa jade (Malasia), 10 Juracimbrophlebia ginkgofolia (China)
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Turquía, un punto de inflexión Carmen Rodriguez Lopez
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l viajero que haya visitado recientemente Estambul se habrá encontrado con una ciudad en profunda transformación, cuya silueta está siendo modificada a un ritmo vertiginoso por gigantescos proyectos de construcción, que han hecho proliferar imponentes edificios inteligentes y enormes centros comerciales de lujo. Si bien la ciudad precisaba de reformas arquitectónicas, sobre todo de cara a proteger los edificios en peor estado frente a la amenaza de un posible terremoto, los cambios están promoviendo un fenómeno de gentrificación, es decir, amplios sectores del centro están experimentando una drástica remodelación para ser posteriormente ocupados por clases de mayor poder adquisitivo, expulsando, a su vez, a las clases más desfavorecidas a la periferia. La batalla de Taksim de estos días se libra en lo económico y en lo político. No en vano, Taksim, centro neurálgico del lado europeo, es un lugar de alto contenido simbólico, tanto popular como político, que acoge el Monumento a la República y tiene un especial significado para la lucha obrera, especialmente desde que en 1977 murieran más de treinta personas en la manifestación del 1 de mayo. La plaza se conecta con la peatonal calle Istiklal atravesada por su icónico tranvía, que en los fines de semana se nutre de mareas de gente de todas las partes de la ciudad y de diferentes países del mundo. Taksim e Istiklal atraen tanto la convocatoria de manifestaciones políticas, como las celebraciones más populares. Las reformas urbanísticas que están afectando los edificios de Istiklal y sobre todo, a la plaza, suponen una alteración radical de un paisaje cargado de simbolismo para los “estambuliotas”. La propuesta de remodelación prevista antes de las protestas favorecía la construcción de otro centro comercial que excluía, de nuevo, a las clases populares y se acercaba más al turismo de lujo proveniente de los países del Golfo. Junto a ello, en el proyecto se encontraba la construcción de una mezquita, lo que se ha considerado por muchos como un símbolo de revancha frente al férreo laicismo del legado kemalista. El proyecto urbanístico, en cualquier caso, promovía tanto la despolitización de la plaza como la pérdida del contenido popular que
siempre ha tenido. Todo ello reflejo de un tipo específico de modelo económico. En lo político, el AKP se presentó a sí mismo como un partido demócrata-conservador al comienzo de su primera legislatura en 2002 y desde entonces se ha convertido en el partido predominante del sistema de partidos turco, muy alejado de sus rivales, lo que le ha conferido tres mayorías absolutas consecutivas en el Parlamento. El tono conciliador de la primera legislatura fue dejando lugar a un discurso menos incluyente a partir de la segunda. Si bien fue un partido capaz de mostrar un gran impulso reformista y de abrir negociaciones con la UE, favoreciendo un clima de cambio y apertura política, en los últimos años, tanto por razones internas como externas (aquí habría que mencionar la posición negativa de países miembros de la UE a la candidatura turca) el discurso y la estrategia se han visto alterados, y prueba de la erosión del proceso de democratización es la cada vez peor posición que ocupa Turquía en los ranking internacionales de libertad de expresión. Las limitaciones a las que se ha visto sometida la oposición al gobierno a la hora de expresar su descontento, así como la aprobación de legislación, como la referida a la limitación en el consumo de alcohol, han causado una enorme inquietud en importantes sectores de la población turca. Tras las protestas, el propio presidente turco Abdüllah Gül declaraba que el mensaje había sido escuchado, que la democracia no sólo pasaba por las urnas, y que un país en democracia debía permitir que diferentes estilos de vida tuvieran cabida. Por su parte, el primer ministro Tayyip Erdogan ha visto su imagen seriamente dañada por la brutal contención de las protestas tanto en el interior como en el exterior. Este será sin duda un punto de inflexión en el que el Gobierno turco podrá optar por una mayor represión de manera formal o informal o bien por mostrarse sensible a las demandas de los grupos que no se sienten representados por su partido. Las elecciones locales y presidenciales de 2014, así como las posteriores elecciones generales nos darán la medida del impacto, a medio plazo, de las revueltas. Carmen Rodríguez López es investigadora especializada en Estudios Turcos Contemporáneos en el Taller de Estudios Internacionales Mediterráneos de la UAM. También es autora del libro ‘Turquía.La apuesta por Europa’, Madrid, La Catarata, 2007.
l alejamiento de “Il Manifesto”. El conflicto entre generaciones. Las nuevas desigualdades. Coloquio con la “muchacha del siglo XX”. “No, ya no nos entendemos. Los he escuchado durante muchos años, un largo maullido a mis espaldas. Venían a contarle a la madre las desilusiones existenciales. Los amores, las esperanzas y las dificultades. Pero ahora realmente ya no nos entendemos.” La mirada es severa y, a la vez, sonriente, la tez candida como las camelias que florecen en el jardín que nos rodea. Desde hace algunos meses Rossana Rossanda vive en Brissago, un rincón del Cantón del Tesino (Suiza) donde estará hasta finales del mes de agosto. “Sí, es un bonito lugar. Desde el hospital de París veía sólo la periferia, aquí está el lago, por fortuna encrespado por el viento. Para quien no la conoce, Suiza puede ser encantadora. Pero parece que quien vive aquí la encuentra insoportable”. Azul por todos lados, las velas blancas y también las montañas nevadas, una belleza casi descarada e intolerable para los ojos lastimados de quien vive en la gran casa de cristal frente al lago Mayor. “¿Podría usted por favor”, se dirige con familiaridad a la enfermera, “sacar las rosas a que le de un poco el aire?”. La habitación es luminosa, sobre la mesita de noche el bote de colonia y la biografía de Furet, un poco más allá el último libro de Asor Rosa, Los cuentos del error. “Es un bellísimo libro sobre la vejez y la muerte. Pero nosotros queremos hablar de otra cosa ¿verdad?. Las necrológicas dejémoslas aparte”. Para los más viejos, en la familia de Il Manifesto, ha sido la hermana mayor, el roble sobre el que resguardarse en la tormenta. Para los “jóvenes” -así los llama, aunque jóvenes no lo son desde hace mucho tiempoes la madre temida y engorrosa. “Sí, una madre castradora. Me han visto siempre así, aunque yo nunca me he sentido tal. He intentado siempre entender, que tuvieran su propio espacio, pero quizás es una ley generacional. Los hijos para crecer necesitan matar a los padres y a las madres. Y ahora me ha tocado también a mi”. En septiembre pasado dejó el periódico fundado por ella con un artículo muy polémico: ha faltado una reflexión sobre quién somos, en qué se ha convertido el diario, la relación con los orígenes y con el presente. Sobre qué es hoy la izquierda. Junto a Rossanda, se han ido también Valentino Parlato y otras diversas firmas. “No nos hemos ido nosotros. Es Il Manifesto quien nos ha echado. Hemos perdido. No quería saber ya nada de nosotros y nos hemos retirado. También estúpidamente, porque deberíamos haber callado a los mas jóvenes. Hubo una grandísima fractura entre nuestra generación y la posterior. Movidos por una especie de resentimiento, no hacen más que decirnos: solo un montón de escombros, esto es lo que nos habéis dejado. Vosotros, con vuestras certezas y vuestras ideas graníticas. Es la frase más estúpida que he oido nunca”. Escombros, certezas, nosotros y ellos. ¿Ningún error, nada que repensar? “Mi error fue no mantener unido al grupo. Y también no entender que si para nuestra generación fue duro, para aquellos nacidos en los años Setenta y Ochenta del siglo pasado lo es aún más. Pero no hemos debido dejarnos que nos alejaran del periódico. Como en un refrán, nos repiten: todo ha cambiado, nada es igual que antes. ¿Pero qué quieren decir? ¿Qué es este todo ha cambiado?”. El mundo le parece más injusto que nunca, entre el privilegio y la pobreza, explotadores y explotados, ejecutivos superpagados y trabajadores pobres. “Nunca hubo tanta desigualdad en la historia. Pero se pasa sobre todo esto, no importa. También ha sido asumido por los jóvenes la necesidad de abolir el conflicto, como si la lucha social fuera una cosa del siglo pasado. También Il Manifesto ha renunciado a ello desde hace tiempo, mezclando confusamente bienes comunes y ecologismo. Sí, es verdad, estas cosas no me importan nada también por mis limitaciones. Pero siento la necesidad de pedir que se vuelva al conflicto de clase. Y no pienso en un extremista sediento de sangre, sino en los análisis de Luciano Gallino, que recuerdo en la época de Adriano Olivetti”. Le horroriza una sociedad pacificada, “el absurdo acuerdo bendecido por Napolitano entre Berlusconi y lo poco de izquierda que queda”. Y no tiene mucha confianza en los movimientos, generosos y vitales pero impotentes. “Prevalece totalmente lo antipartido, que me parece profundamente equivocado. Los partidos han tenido muchos defectos, pero cada uno por sí solo no organiza nada. La alternativa corre el riesgo de ser Gri-
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Encuentro con Rossana Rossanda llo, el cual ha conseguido condensar los peores vicios de los partidos -la autoridad del Jefe- sin ejercitar así la función más noble, o sea, juntar a las personas, comprometerlas en un proyecto común. Y hasta el estilo: lo que ha hecho con Rodotà es indecente”. No, ahora no le interesa ya volver a Il Manifesto, confundirse “en aquel charloteo insensato”. Prefiere escribir “en un sitio de economistas inteligentes como Sbilanciamoci”. Pero no es una ruptura personal, solo política. Lo repite muchas veces, para que nos lo creamos. “Al menos para mí es así. No me pesa haber discutido con alguno, humanamente hago las paces rápidamente. Yo no hago las paces con las ideas, que es algo muy distinto. Pero los jóvenes razonan de otro modo. Y quizás yo los quiero más que ellos a mí”. Ahora que ha acabado, aquella historia puede contarse, empezando desde el principio. Donde acaba Una muchacha del siglo pasado, con el nacimiento de Il Manifesto y el intento de hacer de puente entre el 68 y la vieja izquierda. “No funcionó y querría intentar entender qué es lo que ocurrió. El libro lo tengo ya pensado, se trata de escribirlo. Más que la actual ruptura con Norma Rangieri, me impulsan los antiguos debates con Pintor, Magri y Natoli”. Hay que entender muchas otras cosas, también por qué el país se ha reducido al estado actual. “Lucio fue el que del fracaso político extrajo las conclusiones más duras, eligiendo morir. La pérdida de su mujer amada coincidió con una pérdida de sentido más general. Y prefirió irse”. ¿Por qué quiso acompañarlo en su último viaje? “¡Era lo menos que podía hacer por él. En nuestro grupo, era yo la persona que más lo había herido. En la época del Pdup, lo expulsé del periódico, quitándole el papel más importante en
la discusión con Berlinguer. Naturalmente lo volvería a hacer, pero es seguro que lo perjudiqué. Y habiéndolo querido mucho, me pareció que era lo mínimo estar a su lado en el momento final. Estaba mal desde hacía años, no era una melancolía pasajera. Hicimos de todo para disuadirlo, pero no lo conseguimos. Entonces se lo dije: “¿Lucio, quieres que te acompañe?”. Esperaba que me dijera que no. Pero me dijo que sí. Y lo hice”. Había imaginado una muerte tranquila, “como ocurría en la antiguedad”. Y por el contrario, no ha sido así. “Una experiencia terrible. Pero es una decisión que respeto y entiendo. Vivir por vivir no tiene mucho sentido. Si no estuviera Karol (el marido enfermo que la espera en París, ndr) no tendría ningún interés en seguir viviendo”. Acompañar a alguien hacia la muerte -dije una vez en un diálogo con Manuela Fraire- quiere decir aceptar la muerte de una misma. “El dolor te hace entender muchas cosas, el dolor mismo. Nosotros rehuimos la experiencia negativa, la anulación, mientras el dolor te golpea en la boca y entonces lo asumes. No creo, por el contrario, que puedas recuperarte de esto, porque es una dura experiencia, que puede destruirte. Tampoco creo que el luto se pueda procesar, sino que permanece como parte de tí, incancelable”. Todas las personas perdidas las lleva detrás, también aquí, ante el extraño lago parecido al mar. El lago negro de su juventud partisana, en el que los alemanes lanzaron los cuerpos torturados. “Hoy vivo en el presente, pero ya no es el mío, me faltan los elementos esenciales. Un presente que se contrae con el tiempo y la monotonía. Antes podía decir mañana voy a Berlin o a la montaña. Ahora ya no puedo decirlo”. Se adelanta a la objeción, los ojos se le iluminan de ironía. “No, no me gusta envejecer. He entrado en los noventa, pero no me enorgullezco
de ello. Norberto Bobbio escribió un hermoso libro, De Senectute. Pero yo no pertenezco a esta categoría. Me horroricé cuando me vino un ictus y quería librarme de él. Algo que no ocurriría. No sabemos nada del cuerpo. Mis amigas feministas dicen que las mujeres están más cerca del cuerpo, pero no es verdad. Ahora siento qué quiere decir tener medio cuerpo y es terrible. El cuerpo o es íntegro o no lo es. No se está un poco paralizado, un poco enfermo. Se está completamente”. Pero la mente está lúcida y afilada como antes de la emboscada. “Con un agravante. No puedes olvidarte de lo que eres. No noté nada cuando me vino el ictus. No he sentido dolor, no me he desplomado. Miraba la televisión en mi casa de París. Y de improviso me he convertido en una medusa, una criatura gelatinosa e impotente. ¿Se imagina una gran medusa?”. Te mira y se echa a reir, como si el incierto monstruo marino recién evocado pudiera llevarse los miedos. “De verdad, es así. Entonces hay que tener un carácter fuerte y decirse: yo sigo adelante. Pero no tengo este temperamento heroico”. Doriana, la amiga que no la ha abandonado nunca, le acerca la tableta para leer. Rossana está alegre y perpleja, “quizás me termine acostumbrando”. Eterna hermana mayor, la que siempre sabe más, y le duele si los otros no la siguen, quizás sea ella la que desee una hermana mayor. “¡No, soy prepotente. Y no podría soportarla”. Las “muchachas del siglo pasado” estaban hechas un poco así. “Sí, es verdad, pertenezco al siglo XX. También en el periódico me han visto como una mujer de un tiempo lejano. Pero fue un gran siglo, cosa que el actual no tiene la pinta de serlo. Hemos vivido una historia terrible, pero una gran historia. Ahora vivimos historietas”. Fuente: “La Repubblica”, 7 de junio de 2013
Brasil
Está pasando el tren de la Historia
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as grandes manifestaciones en las principales ciudades de Brasil han sorprendido a la opinión pública en el mundo entero. La que debió ser el comienzo de la fiesta, el escaparate futbolero del sorprendente ascenso brasileño, se convirtió en unos cuantos días en un agujero negro sin explicaciones plausibles. La realidad –o mejor, las imágenes captadas en las calles-- vino a contradecir no las cifras de los grandes logros de la última década de gobiernos progresistas, los cuales ahí están a la vista, si bien el ciclo de prosperidad comienza a declinar junto con la economía mundial, sino a recordarnos que la visa social es mucho más que números y estadísticas, que las cambiantes relaciones humanas no se pueden encasillar en compartimientos definitivos, que los problemas de la gente jamás son variables unilaterales sino complicadas incógnitas cuya solución implica poner en tensión fuerzas, recursos y voluntades que nunca son suficientes para darle satisfacción a todas las necesidades. Es difícil preveer cuál será el curso de acción de los acontecimientos, pero sin duda nada será igual a partir de ahora. El gobierno federal (junto con los alcaldes) ha tratado de superar el pasmo de las primeras horas dando marcha atrás en las acciones concretas que provocaron los estallidos espontáneos, reduciendo las tarifas del transporte, por ejemplo, pero tiene por delante la operación más difícil de resolver las demandas intangibles de amplios sectores que no se identifican con el modo como el país enfrenta su situación ni están satisfechos con su calidad de
vida. Las quejas contra la represión de los cuerpos de seguridad y las protestas por el gasto excesivo en infraestructuras deportivas, no son más que la expresión simbólica de una inconformidad mayor, subyacente en una sociedad claramente desigual, en la cual el ejercicio del poder se supedita a los intereses de una “clase política” anormalmente corrupta y a las prácticas de los medios concentrados en una cuantas manos. La misma Presidenta Dilma Roussef ha reconocido la legitimidad democrática de las protestas multitudinarias. Y es que el gigante brasileño no puede dormirse en sus laureles porque éstos, al
CORREO del SUR Director General: León García Soler
fin y al cabo, son frágiles, cuando no evanescentes, aunque la vocinglería del orden global se encargue de mitificarlos. Ante tales hechos muchos han señalado los riesgos de una movilización sin líderes ni programa, los cuales ciertamente no son pocos ni intrascendentes, pues las fuerzas conservadoras esperan su oportunidad y actuarán sin vacilaciones. No obstante, como lo ha señalado en unas primeras reflexiones Samir Amin, “tal vez el aspecto más esencial de las manifestaciones ha sido el hacer entrar en la vida política a amplios sectores de la juventud…. Esta puede ser la consecuencia más permanente de la
movilización”. Ante el desafío que ello representa es crucial, como señala Carta Major, hallar respuestas que eviten las simplificaciones. Vale la pena recoger el argumento: “Brasil –asienta un editorial de esta semana- está experimentando un movimiento de masas vigoroso y espontáneo que se difunde magistralmente sin que las fuerzas de izquierda dispongan siquiera de un foro para evaluar un denominador de propuestas creíbles, capaces de convertirlo en la palanca de un ciclo de desarrollo….¿ O alguien piensa que se trata simplemente de rebajar algunos centavos a la tarifa para que la pasta de dientes vuelva suavemente el tubo? Si las fuerzas democráticas, dirigidas por los partidos de izquierda y organizaciones progresistas, no tienen la capacidad de construir rutas de paso hacia un nuevo ciclo, con un salto de la democracia participativa y los objetivos de calidad de la dimensión pública de la vida, alguien más lo hará, en la dirección opuesta de la democracia social que el país lucha por construir desde el fin de la dictadura militar y antes de ella. Todo el dispositivo de medios conservadores opera febrilmente con el propósito de descalificar la capacidad de las fuerzas progresistas para conducir la próxima etapa de la economía y la sociedad. El proyecto pretende recuperar es bien sabido. Tal vez aún hay tiempo para evitarlo. Es mucho lo que se puede perder o ganar en la ruleta de los días que corren. El tren de la historia está pasando en la calle. Y la izquierda no es la única en postularse para el cargo de maquinista”. (Carta Maior,19/06/2013) Así sea. ASR
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