Correo Del Sur No 397

Page 1

Número 397 Julio 27, 2014

Gaza / Niños mig rantes / Urbano y Estado / Fascinación de Mandela por N adine G.


Gaza 2 Domingo 27 de julio de 2014

CORREO del SUR

En nombre de la defensa Yehuda Shaul

E

n noviembre de 2012 Israel lanzó una operación militar en la Franja de Gaza llamada en hebreo “Amud Anan”. La traducción literal al castellano sería “columna de nube”, aunque fue conocida como “Pilar Defensivo”. Hace algunos días lanzamos otra operación llamada en hebreo “firme Acantilado”, pero traducida para el público internacional como “Margen Protector”. Ambos nombres son en esencia altamente defensivos. Cuando escucho los títulos escogidos para las operaciones militares en Gaza, especialmente los que se dirigen al público internacional, recuerdo mi época en el servicio militar, como combatiente en el Ejército israelí, cuyo nombre oficial es “Fuerzas de Defensa de Israel”. Estos días recuerdo la gran brecha que descubrí que existía entre los valores que transmite el nombre de “Fuerzas de Defensa” y las operaciones militares que en realidad llevábamos a cabo en Cisjordania. Oficialmente, nuestra tarea era defensiva. Interveníamos en operaciones “preventivas”, para evitar el terrorismo. Pero mis compañeros y yo aprendimos que “prevención” no era más que un nombre en clave para acciones que en muchos casos eran ofensivas. Moshe Yaalon, entonces jefe de estado mayor del ejército y hoy ministro de Defensa, nos animaba a “quemar la conciencia palestina”. Siguiendo el llamamiento, nos enviaban a intimidar y cas-

tigar a las comunidades civiles de manera sistemática. Se basaba en la asunción de que los miembros de esa comunidad no se rebelarían si resultaban heridos, oprimidos e intimidados con la intensidad adecuada. Conciencias aterrorizadas, conciencias quemadas. Para frustrar cualquier intento de revuelta, mis compañeros y yo aprendimos a mirar a cada palestino como a un enemigo y, por tanto, como blanco legítimo para el ataque. Cuando llevábamos a cabo operaciones para “mostrar nuestra presencia”, nuestro objetivo era asustar y confundir la población civil para hacerle entender que siempre estaba bajo control. Logramos este objetivo patrullando las calles de las ciudades, haciendo incursiones en casas de manera arbitraria, a todas las horas del día y de la noche. Ninguna información de la inteligencia militar nos guiaba en esas operaciones. En otras ocasiones “preveníamos” el terrorismo por medio del castigo colectivo. Es el caso de una operación a la que fuimos enviados después de que un palestino asesinó a una niña del asentamiento de Adora. Pocas horas después del asesinato, cercamos el pueblo de Tufach, cercano al asentamiento. Durante todo un día, entramos en todas y cada una de las casas del asentamiento. Asaltamos las viviendas y enviamos a todos los hombres del pueblo a la escuela local, que convertimos en sala de interrogatorios. No encontra-

mos nada, pero, mirándolo en perspectiva, ese no era el objetivo. Por medio de arrestos masivos e invasiones de casas, sembramos el terror y castigamos a la comunidad. La lógica que nos guiaba era que si castigábamos a todos, tendrían miedo de hacer algo en el futuro. El lanzamiento de cohetes desde Gaza dirigidos a los civiles israelíes dentro de Israel es un acto terrible, que no tiene justificación ni debe ser justificado. Amenaza la vida de hombres, mujeres y niños en todo el país. Pero el lanzamiento de cohetes no convierte a todos los residentes de Gaza en blancos legítimos de la destrucción masiva, igual que el asesinato de la niña de Adora no convertía a todos los habitantes de Tufach en blancos legítimos para el arresto y registro indiscriminado. Más de un centenar de palestinos han sido asesinados hasta ahora como resultado de los ataques israelíes, la mayor parte de ellos civiles. La ONU informa de que más de 300 casas han sido destruidas. El primer día de la operación, el ataque a la casa de la familia Kwara (uno de cuyos hijos es activista de Hamas) mató a ocho personas, seis de ellas niños. En nombre de la defensa, atacamos a la población civil durante todo el año. Incluso después de la retirada de Gaza en 2005, seguimos controlando el espacio aéreo de la franja, sus aguas territoriales, las zonas fronterizas dentro de Gaza, y el movimiento de personas y mercancías de forma prácticamente total. El registro de habitantes de Gaza está controlado por Israel y para obtener un carnet de identidad a los 16 años cada uno de ellos necesita la aprobación de Israel. Esa es solo la punta del iceberg. Una de las características de ese control se traduce en operaciones militares periódicas, que causan daños terribles no solo en la infraestructura paramilitar, sino también a los civiles, hombres, mujeres y niños, que viven en Gaza. No nos hemos visto forzados a esta situación. Es el producto de las decisiones tomadas por nuestros líderes cada día para mantener el control de los territorios palestinos y las personas que viven allí. Conozco bien las consecuencias de esas decisiones, porque como soldado y comandante participé en su ejecución. Aprendí que, para mantener el control, hace falta ejercer la fuerza de manera constante. Aprendí que es imposible actuar éticamente si se quiere aplicar forzosamente el mando de un gobierno ocupante en una población de millones de personas durante décadas. Dar nombres defensivos a los repetidos ataques en Gaza no cambiará la naturaleza de esas operaciones. Solo se producirá un cambio significativo el día que la ocupación termine. En verdad es difícil saber si la amenaza sobre los pueblos y comunidades del sur de Israel, cercanas a Gaza, cesará cuando acabe la ocupación. Pero sí sabemos que la ocupación no ha acabado con esa amenaza. Y, si nada cambia, estamos todos condenados a otra operación sangrienta, parecida a la actual, dentro de un año o dos. La semántica no cambiará la realidad de que Israel no solo se está defendiendo, sino también atacando cada día. En vez de intentar explicarlo y justificarlo, tenemos que actuar para cambiarlo. Es el momento de decir que es tiempo de acabar la ocupación. *Yehuda Shaul es cofundador de la organización israelí Breaking The Silence.


CORREO del SUR

Domingo 27 de julio de 2014

3

Niños de la frontera: “No hablan inglés, pero entienden el odio” Amy Goodman,

con la colaboración de Denis Moynihan

E

l periodista ganador del premio Pulitzer José Antonio Vargas le puso un rostro público a la crisis de la inmigración que atraviesa Estados Unidos, tras haber sido detenido esta semana por la policía fronteriza en McAllen, Texas. Varias horas más tarde y después de protestas a nivel nacional, Vargas fue liberado. Dio a conocer por primera vez su situación de inmigrante indocumentado hace tres años en un artículo publicado en la revista New York Times y, desde entonces, su principal tarea ha sido luchar por una reforma de la política de inmigración estadounidense. Vargas había viajado a Texas para apoyar a miles de niños inmigrantes indocumentados que actualmente están detenidos allí por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Muchos niños continúan huyendo de la violencia en sus países de origen en Centroamérica, en busca de seguridad y teniendo que enfrentar grandes riesgos en tierras lejanas. En Estados Unidos, el problema suele caracterizarse como una “crisis fronteriza”, pero no se trata de eso. Estamos asistiendo al fracaso de la globalización económica y de la política exterior de Estados Unidos, exacerbado por políticas de inmigración inadecuadas e ineficaces a nivel nacional. Las víctimas más recientes de esta situación son los niños que llegan a través de la frontera en busca de seguridad, pero, sin embargo, son cruelmente encerrados en grandes galpones y trasladados en buses a otros centros de detención. En el trayecto, deben soportar las amenazas de hordas extremistas que se oponen a la inmigración, para luego ser deportados a sus países de origen, donde corren riesgo de vida. Decenas de miles de niños cruzan la frontera desde México hacia Estados Unidos, sin la compañía de adultos, tras recorrer miles de kilómetros en condiciones muy peligrosas, a menudo viajando en los techos de los trenes de carga que son controlados por bandas criminales. Los trenes son conocidos como “La Bestia”. Los niños que se suben a ellos deben pagar tarifas muy elevadas y a muchos de ellos los golpean, los roban, los violan e incluso los matan en el trayecto hacia el norte. Algunos tienen la esperanza de reencontrarse con sus padres en Estados Unidos, otros son enviados al extranjero por sus propios padres para evitar que sus hijos sufran la violencia endémica de sus ciudades natales: lugares como San Pedro Sula, el centro económico de Honduras, que actualmente es considerada la ciudad donde se registran más asesinatos en el mundo. El flujo de niños ha superado la capacidad del Gobierno de Estados Unidos de hospedarlos y alimentarlos, y especialmente de brindarles el nivel de atención que es adecuada para los niños refugiados. En respuesta a esto, el Gobierno ha trasladado a los niños a diferentes lugares en el suroeste del país.

Esta situación significó una oportunidad para los grupos xenófobos y racistas de lograr la atención de los medios por haberse enfrentado a los buses que trasladaban a los niños. En la ciudad de Murrieta, en California, un pequeño grupo de personas estaba protestando contra el traslado de un grupo inmigrantes a esa ciudad. Enrique Morones, director de la organización sin fines de lucro Border Angels (Ángeles de la frontera), se enteró de lo que estaba sucediendo y se dirigió de inmediato al norte para verlo con sus propios ojos. Morones dijo en el programa “Democracy Now!”: “Fue una escena horrible ver a los niños en el bus y a sus madres llorando. No hablan inglés, pero entienden el odio”. Enrique Morones comparó la escena

golpeaban el bus con la bandera de Estados Unidos, mientras gritaban insultos raciales”. Fue la intervención policial lo que dio a pie a los manifestantes. Todas las partes involucradas deberían prestar atención al mensaje pronunciado esta semana por el Papa Francisco sobre, en sus propias palabras, las “decenas de miles de niños que emigran solos, sin ser acompañados, para huir de la pobreza y de la violencia”: “Es una emergencia humanitaria que requiere, como primera medida urgente, que los niños sean bien recibidos y protegidos”. El Papa abordó otro asunto fundamental en su mensaje: “Sin embargo, estas medidas no serán suficientes a menos que estén acompañadas de políticas que informen a las per-

catedrática de la Universidad de California Dana Frank denominó “la intensificación de la violencia y la anarquía”. Dana Frank afirmó: “El golpe en sí mismo fue un acto criminal y realmente dio paso a la corrupción generalizada de la policía y en todos los niveles del Gobierno. Y eso significa que básicamente es posible matar a quien sea, sin recibir un castigo por ello”. José Antonio Vargas, que llegó a Estados Unidos como un niño indocumentado hace más de 20 años, resumió la situación desde Texas: “Cuando tienes nueve, diez u once años no sabes lo que significa que te llamen ‘ilegal’. No entiendes cómo el enfrentamiento político que está ocurriendo afecta tu vida, pero esto es exactamente lo que ha venido sucediendo. El modo en

con lo sucedido en Selma, Alabama, 50 años atrás, cuando la policía bloqueó el paso de la Marcha por el Derecho al Voto y luego desató una feroz represión llena de odio: “Quiero dejar bien claro que fue la policía de Murrieta, y no los manifestantes, la que obligó a los tres buses a regresar. Mientras los buses se acercaban, la policía de Murrieta se interpuso y les impidió el paso, algo que no tiene ningún sentido debido a que podrían haber continuado su trayecto hasta la oficina de la policía fronteriza. Así que le pregunté a un oficial ‘¿Por qué detienen a los buses aquí?’ Y, a continuación, un manifestante se acercó y otros lo siguieron y de los cincuenta manifestantes que estaban allí, alrededor de la mitad se pararon delante del bus, al igual que unos veinticinco o treinta trabajadores de los medios, y comenzaron a golpear el bus. Los manifestantes

sonas sobre los peligros del viaje y, sobre todo, que fomenten el desarrollo en sus países de origen”, afirmó. Estados Unidos tiene una larga y sanguinaria historia de desestabilizar gobiernos democráticos en los mismos países que ahora son la fuente de esta última oleada inmigratoria, especialmente Honduras, Guatemala y El Salvador. En las décadas de 1980 y 1990, los regímenes militares y paramilitares, que contaban con el apoyo de Estados Unidos, mataron a cientos de miles de ciudadanos en esos países. Los cárteles de drogas de la actualidad son los herederos de esa cultura de violencia. En Honduras, Estados Unidos apoyó el golpe de Estado de 2009 contra el presidente electo democráticamente Manuel Zelaya. Después de su derrocamiento, dos regímenes sucesivos apoyados por Estados Unidos han contribuido a lo que la

que muchos medios de noticias y el modo en que muchos opinólogos y el modo en que muchos políticos, en particular los republicanos, hablan sobre esta crisis humanitaria es una afrenta a Estados Unidos y a los estadounidenses. Hace algunos días, el titular de una noticia de CBSnews.com decía: ‘¿El aumento de los niños inmigrantes ilegales es una amenaza a la seguridad nacional?’ Ese era el titular. Estos niños no son ilegales, son seres humanos. Y no son una amenaza para la seguridad nacional. La única amenaza que representan estos niños es la amenaza de poner a prueba nuestra propia conciencia”. Publicado el 18 de julio de 2014. © 2014 Amy Goodman. Traducción al español del texto en inglés: Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org.


4 Domingo 27 de julio de 2014

CORREO del SUR

José Arnoldo Sermeño Lima

S

egún el prestigioso Colegio de la Frontera Norte, de México, en solo los primeros seis meses de este año fueron detenidos por la patrulla fronteriza de los EUA un total de 34,611 menores centroamericanos; siendo 13,282 hondureños, 11,479 guatemaltecos y 9,850 salvadoreños. Esta emigración se ha acelerado, dado que en todo el año 2013 habían detenido a 20,805; en 2012 a 10,146 menores; en 2011 capturaron a 3,933; en 2010 a 4,444 y en 2009 a 3,304 ([i]) Pero el problema va más allá de los números: podría ser sólo un puñado de menores emigrados, y debería ser suficiente para preocuparse por las causas que lo provocan. Lamentablemente eso ocurre hasta que estalla numéricamente la llamada “emergencia humanitaria”. Entonces empiezan a buscar causas, incluyendo la política migratoria del país receptor. Si bien la migración es un derecho humano -especialmente cuando hay menores involucrados, y a pesar de que los EUA no sea suscriptor de la Convención de los Derechos del Niño ([ii])-, debe tenerse presente también que los Estados se arrogan el derecho a regularla, incluyendo a los mismos países centroamericanos. ([iii]) Para encontrar soluciones integrales deben enfrentarse las diversas problemáticas involucradas en el fenómeno migratorio, que es multicausal, como lo señalan todos esos gobiernos. Al tratar multicausalidades debe tenerse cuidado de no caer en la célebre parábola de los ciegos describiendo un elefante, que lo hacían según la parte del animal que tenían cerca: quien quedó próximo al colmillo lo describía como tal, así como el que quedó cerca de la pata o de la oreja o de la cola. Sin embargo el elefante -o la realidad, para el caso que nos ocupa- es uno solo, y no sólo sus partes, por lo que debe evitarse creer que tenemos LA verdad, contentándonos con la que tenemos en lo inmediato a nuestra forma de ver las cosas. Debe distinguirse entonces no sólo las causas de los efectos, sino que también deben diferenciarse las causas fundamentales de las intermedias. Sin duda que entre las causas endógenas se encuentran la violencia en todas sus formas, la reunificación familiar y la distorsión informativa que hacen los “coyotes”; pero todas ellas están condicionadas en diferente grado por la situación de pobreza en que vive la mayoría de la población en esos países.([iv]) Podría contra argumentarse que otros países centroamericanos tienen indicadores de pobreza semejantes a los del Triángulo Norte ([v]) y que, sin embargo, no expulsan tanta población; pero en ello entra en juego un nuevo factor: la influencia que ha tomado el crimen organizado especialmente en los tres primeros países, pues no tienen como en los otros a la comunidad organizada y vinculada a los entes del Estado, habiendo perdido éstos sus espacios de control en el Triángulo Norte. La dependencia de todas esas causas intermedias de una última que es la pobreza y la falta de oportunidades para los grupos sociales más desfavorecidos en la sociedad -así como también cada vez más para las capas medias mal pagadas o en situación económica insegura-, tiene a su vez como determinantes otros cuatro elementos: En primer lugar, la debilidad de las instituciones del Estado ha permitido desde la segunda mitad del siglo XIX una creciente corrupción pública y privada en beneficio

Centroa mérica, Est

y los niños m de elites que controlan los entes gubernamentales de cada país, lo que se vio acelerado en las últimas décadas con los procesos de privatización de entidades públicas. A lo largo del tiempo esos mecanismos han retroalimentado la riqueza de las elites, que han entronizado un sistema que no puede llamarse capitalista pues éste requiere que la mayoría de la población tenga capacidad de consumo para dinamizar la economía, lo que no ocurre en estos países donde la gran mayoría vive en pobreza. Las elites tienen ahora inversiones regionales e internacionales, y en sus centros comerciales benefician de un consumo artificial producto de las remesas enviadas por los emigrados ([vi]). Llaman “Responsabilidad Social Empresarial” el dar migajas de su banquete para no responder con

lo que debería ser su verdadera responsabilidad pues evaden o eluden el pago de impuestos, como lo señaló en 2006 el entonces embajador de Estados Unidos en El Salvador, Sr. Douglas Barclay.([vii]) Un tercer elemento son las opciones políticas que los Estados Unidos han apoyado en Centroamérica. Al calor de la guerra fría fortalecieron a ese status quo en la región por medio de Carlos Castillo Armas en la Guatemala de 1954,[viii] o con $2 millones diarios en apoyo militar a regímenes violadores de los derechos humanos en El Salvador durante los años 80, o también en ese período financiaron -incluso con elIrangate- a la Contra en Honduras para desestabilizar al gobierno Sandinista. Sin embargo, las ex guerrillas en El Salvador y Nicaragua llegaron al po-

der, y la realidad mostró que no ocurrió ninguno de los cataclismos que las elites habían hecho temer a los EUA… La ironía quedó plasmada en el discurso del embajador de Estados Unidos en El Salvador al inaugurar la nueva sede de su embajada, ya en tiempos de paz, pero que había sido construida durante la guerra: en un momento dado de su disertación se dirigió a los representantes de la exguerrilla en ese acto más o menos en estos términos: “Estas instalaciones fueron planificadas para que ustedes no lograran entrar a ellas, y ahora ustedes están entre los invitados de honor…” Sin embargo, pareciera que a lo largo del tiempo las opciones que los Estados Unidos han privilegiado en la región quedan resumidas en la célebre frase de Roosevelt sobre Somoza…([ix]) ¿Conti-


CORREO del SUR

tados U nidos

migrantes nuará esa lógica actualmente, cuando es evidente que las elites centroamericanas no han hecho más que crear y agravar continuamente el problema, así como exportarlo hacia los Estados Unidos? Finalmente el cuarto elemento es que este fenómeno debe verse también en el marco del actual proceso de desarrollo del capitalismo, que acelera las inequidades y desigualdades en todo el mundo, como lo han estudiado tanto Acemoglu y Robinson([x]) como Piketty.([xi]) Así se tiene que en la identificación de los ultra ricos en el mundo, hecha por Wealth-X ([xii])con financiamiento de UBS ([xiii]) -entendiendo por ultra ricos a quienes tienen una fortuna neta de por lo menos $EUA 30 millones-se muestra que en 2013 la ultra elite de Honduras estaba forma-

da por 215 personas con un capital total de $EUA 30 mil millones, en Guatemala eran 245 individuos con un monto igual y en El Salvador eran 150 personas con $EUA 20 mil millones.[xiv] Si se calcula el promedio, resultan $139.5 millones para cada miembro de la ultra elite hondureña, $122.4 millones para la guatemalteca y $133.3 millones para cada miembro de la súper minoría salvadoreña. Esas cifras contrastan al compararlas con el ingreso nacional bruto per cápita en cada uno de esos países: $E3,426, $4,235 y $5,915, respectivamente,[xv]pudiendo de esto colegirse el altísimo nivel de concentración de la riqueza en esos tres países. Por algo CEPAL los ubica entre los países de la última categoría con brechas severas de bienestar.[xvi]

En la reunión del viernes próximo los cuatro presidentes deberían considerar que no hay razón para que los menores emigren si no es porque sus padres lo han hecho antes, y éstos lo han hecho por falta de oportunidades, tanto en la población más pobre como también para las reducidas capas medias. El resto de causas intermedias –violencia y distorsión informativa- tienen su sustrato principalmente en la misma falta de oportunidades. ¿Será tema en esa reunión que en ninguno de esos tres Estados centroamericanos se han logrado consensos para aplicar políticas fiscales progresivas, ni para alcanzar un desarrollo social inclusivo y sostenible, o para fortalecer las instituciones y además establecer una división real entre los poderes del Estado -es decir el checks and balances de la constitución de los EUA-, elemento fundamental para que prevalezca una ética que intimide a la corrupción pública y privada? Esos tres Estados tampoco han cumplido con sus respectivos preceptos constitucionales ni en defensa de los derechos de los menores ([xvii]) ni del trabajo para su población([xviii]). Los programas de “empleo por horas” o el trabajo en las maquilas -donde vulneran los más elementales compromisos internacionales contraídos por esos Estados- no son respuesta ni siquiera para el plazo inmediato. Tampoco son soluciones las campañas mediáticas que se están difundiendo en los tres países para que los jóvenes no emigren, intentando contrarrestar la desinformación de los “coyotes” que los incitan a emigrar. Los slogans de “¡Quédate!” traen de inmediato a la mente la pregunta: “¿A qué?”. Los programas de “reinserción” que los gobiernos planean establecer para los deportados invocan la misma pregunta: ¿Dónde se va a reinsertar un joven, cuando al salir de ese programa no encontrará un empleo decente? ¿A las pandillas, o a “la Bestia”? Cuando los presidentes centroamericanos planteen al de Estados Unidos la necesidad de una “responsabilidad compartida” -como es el discurso que están usando- ¿se referirán sólo al hecho que la demanda de droga en el norte alimenta la criminalidad y violencia en el sur, o también abordarán la responsabilidad que tienen los cuatro Estados al no impulsar –e incluso oponerse-a los cambios socioeconómicos y éticos que necesitan estos países? Los cuatro presidentes planearán cómo evitar la emigración de menores y de sus padres desde el triángulo norte centroamericano, donde lo que abunda es población joven. ¿Discutirán también sobre los que se quedan? ¿Sobre esos que en los semáforos venden agua, maní o espectáculos tirando fuego desde su boca? ¿Hablarán sobre los campesinos con un solo tiempo de comida al día, o sobre los que arriesgan su vida en minas artesanales, y sobre los empacadores en los supermercados y los lavadores de car wash que viven sólo de las propinas? Los presidentes deberían hacerlo, pues esas personas son las que mañana buscarán emigrar o irrumpir en las campanas de cristal donde todavía viven las elites centroamericanas. ¿Discutirán también los presidentes sobre el futuro de los hijos de las capas medias, que no encuentran empleo a pesar de la inversión que hacen en educación y -quienes lo logranson subpagados porque en estas sociedades se desconoce la meritocracia y se priorizan los “contactos”? Todos ellos ya

Domingo 27 de julio de 2014

5

son emigrados, aún viviendo en su propio país… ¿Qué pierden con trasladarse a otro con más oportunidades, por muy riesgosa que sea la travesía? Martes, 22 de julio de 2014 *José Arnoldo Sermeño Lima es columnista de ContraPunto. [i]http://www.cronica.com.mx/notas/2014/842183.html [ii]ht tps://treaties.un.org/Pages/ ViewDetails.aspx?src=TREATY&mtdsg_ no=IV-11&chapter=4&lang=en [Iii]Ver, por ejemplo, el artículo 35 de la constitución política de la República de Honduras. [Iv] Según datos del gobierno respectivo, 51% de la población guatemalteca y 60% de la hondureña vive bajo la línea de pobreza (PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano 2013, p. 161). En el año 2008, 40% de hogares salvadoreños vivían en pobreza (Ministerio de Economía, Midiendo la Pobreza en El Salvador: Valoraciones Conceptuales y Desafíos Metodológicos) [V] Según el gobierno nicaragüense, 46.2% de su población vive bajo la línea de pobreza. PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano 2013, p. 161 [vi] En 2010, las remesas llegaron a significar 16.1% del PIB en Honduras y El Salvador, y 9.6% en Guatemala. Sermeño Lima, J. Los Centroamericanos en Estados Unidoshttp://www.lamjol.info/index. php/PDAC/article/view/919 [vii] Invitado por la fundación empresarial FUSADES, el 16 de octubre de 2006 el entonces embajador de EUA en El Salvador –Sr. Douglas Barclay- advirtió que la violencia requería de más policías en las calles, y para ello se necesitaba de recursos por medio del pago de impuestos, y que el gobierno debía rendir cuentas sobre el uso de los mismos. “No hay espacio para gorrones que le roben la posibilidad de un mejor futuro a sus conciudadanos”, indicó. http://www.elsalvador.com/noticias/2006/10/17/nacional/discurso.asp [viii] Schlesinger, S., Kinzer, S., Bitter Fruit: The Story of the American Coup in Guatemala [ix] http://akifrases.com/frase/128028 [x]Acemoglu, D. Robinson, J.The Origins of Power, Prosperity and Poverty. Why Nations Fail, Crown Publishers, New York, Capítulos 11 al 15. [xi] Piketty, T. Le capital au XXIe siècle. Les libres du nouveau monde. Seuil, capítulos 7 al 16. [xii] Wealth-X es una red de inteligencia de mercado utilizada por bancos y marcas de consumo de lujo, dirigidas a los ultra ricos (http://www.wealthx.com/ about/introduction/) [xiii] UBS proporciona asesoría para proteger e incrementar la riqueza de personas e instituciones en más de 50 países (http://www.ubs.com/global/en.html ) [xiv] Wealth-XConnecting you to Wealth (Sponsored by UBS). World Ultra Wealth Report 2013, p. 61 [xv] PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano 2013, p. 145 y 146 [xvi] CEPAL, La Hora de la Igualdad. Brechas por Cerrar, Caminos por Abrir. XXXIII Período de Sesiones, 2010. p 203 y 204 [xvii] Establecidos en las constituciones políticas de Honduras (Art 119), Guatemala (Art 51) y El Salvador (Arts. 34 y 35) [xviii]Constituciones de Honduras (Art 127), Guatemala (Art 101) y El Salvador (Art 37) Fuente: http://www.contrapunto. com.sv/repor tajes/los- estados-unidos-y-los-ninos-migrantes


6 Domingo 27 de julio de 2014

Carlos Antônio Brandão y Víctor Ramiro Fernández

A

mérica Latina se encuentra en un proceso acelerado de transformación geo-económica y geo-política a escala global. En búsqueda de situar parte de esas mutaciones estructurales, que presentan una dinámica contradictoria, vale inicialmente indicar que hace al menos ya cuatro décadas que el sistema capitalista viene experimentando profundos cambios, que se manifiestan en las formas de producción y realización, desapropiación y reapropiación del excedente, en las disputas por la hegemonía inter-estatales e inter-territoriales, y en el dominio de los grandes intereses del poder financiero y de las inmensas estructuras empresariales. En este contexto, las propiedades agrarias e inmobiliarias están cada vez más financiarizadas y desempeñan un rol central en el funcionamiento del sistema capitalista. Bajo dicho escenario, marcado por la incertidumbre radical y la inestabilidad sistémica, y en el marco de una nueva redefinición de las formas diferenciales y desiguales de utilización del espacio y el tiempo, se han abierto múltiples ventanas para la reflexión sobre el curso que viene tomando la reconfiguración organizativa, operativa y espacial del capitalismo, sus formaciones estatales y su espacio urbano. Han sido cuatro décadas de una profunda reestructuración en las formas de acumulación y de regulación del capitalismo, caracterizado entre otros aspectos, por la autonomización del capital-dinero en forma de capital de interés, los movimientos expansivos del capital-dinero en rotación y búsqueda de retención de la riqueza en su forma más abstracta, y la preeminencia desde ello del rentismo y la dominación financiera bajo

CORREO del SUR

Lo urbano ciclos especulativos frecuentes. Es crucial investigar el modo en que esta lógica contradictoria de la geografía desigual y cambiante del capitalismo se articula con las nuevas configuraciones reproductivas del capital global, con las Redes Económicas y Políticas Globales, apoyadas y direccionadas por los Organismos Internacionales. Así, en este contexto existen variados elementos de mediación entre las escalas espaciales global, supranacional, nacional y subnacional que conducen a distintas trayectorias coyunturales-históricas y diferentes configuraciones espaciales y sociopolíticas. El papel del Estado Frente a estas transformaciones estructurales, sistémicas, el Estado, en tanto condensación de relaciones de fuerzas en disputas, ha sido atravesado por un profundo proceso de re-escalamiento que coloca en activo protagonismo a las instancias supra y sub nacionales, al tiempo que, bajo el protagonismo de las reformas pro-mercado del neoliberalismo, se torna un facilitador de los negocios privados sectorializados, en una disputada interrelación de espacios y una compleja confrontación de intereses y estrategias. Mecanismos e instrumentos de un Regímen de excepción y represión, marcados por una inusitada mezcla de violencia económica y extra-económica, promotores de desapropia-

ciones y desposesiones diversas, son manejados por un Estado que se proclama democrático, eficiente y orientado por la austeridad fiscal. Si en los ’90 el Estado realizó el desmantelamiento anti-welfarista (roll back), propiciado durante los planes de ajuste estructural y el Consenso de Washington; luego de la crisis de 2008 un patrón coercitivo competitivo se ha reestructurado (roll out) y el proceso neoliberalizador gana fuerza. Es decir, es una etapa en la que las estructuras y formas institucionales y de implicación estatal se reformulan para un involucramiento nuevo y activo teniendo como vector la expansión de las formas neoliberales, lo que conlleva no una contraposición, sino una complementación con la etapa de roll back antes mencionada. Bajo la nueva transformación espacial de la estatidad, la nueva economía política que guía las formas de implicación estatal se reposicionó desde la atención a la regulación de los flujos fiscales y de inversión y el aseguramiento de un mínimo de Estado de Bienestar, hacia el rol, casi exclusivo, de promotor de “ambientes apropiados y amigables” para asegurar las condiciones de competitividad a los grandes agentes y negocios empresariales. Amenazas para A. Latina En este contexto, en el siglo XXI, América Latina se encuentra frente a una doble amenaza: aquella determinada por las relaciones Norte-Sur y aquella impuesta desde las relaciones Sur-Sur, independientemente de sus restricciones internas

propias del subdesarrollo periférico y dependiente (desigualdad y heterogeneidad social y productiva). Son inmensas las dificultades para reaccionar tanto ante las estrategias especulativas, subordinantes y empobrecedoras de la primera amenaza, como ante las formas desindustrializantes y reprimarizadoras que impone la nueva “centralidad periferizante” del Este Asiático, de la segunda amenaza. Resulta un proceso de acumulación poco dinámico y sostenible, un desarrollo privado de una inmunología sólida ante la amenaza de las formas de financiarización o de las inversiones para estructurar un sistema primarizador, plasmando, una vez más en la historia, los límites estructurales “externos” e “internos” al desarrollo en la periferia dependiente. Creemos que debemos estar atentos a cuatro grandes cuestiones. Primero, vivimos un momento y contexto de crisis muy grave. Los momentos de crisis no suelen ser momentos de legitimación de cuestiones más generales, puesto que se torna más importante el “coyunturalismo” macroeconómico de la búsqueda de crecimiento a todo costo. Segundo, en este momento predomina lo que Gramsci denominó “hegemonía de la pequeña política” (dominio de cuestiones parciales, de lo cotidiano, de alianzas electorales, etc.); lo que dificulta el tratamiento de las cuestiones espaciales que están necesariamente en el ámbito de la “gran política”. Las gestiones parciales de lo cotidiano por el Estado dificultan o impiden el tratamiento de cuestiones estratégicas. Tercero, estamos sometidos a la racionalidad neoliberal, como una plaga (muchas veces casi fascista) embutida en las mentes, instituciones, prácticas, documentos etc.,


CORREO del SUR

y el Estado donde la competitividad y la productividad se sitúan como elementos centrales. Cuarto, es necesario cuestionar quiénes son los sujetos de la transformación socio-espacial deseada, buscando dimensionar la capacidad de las luchas sociales para reivindicar, contestar y emprender luchas contra-hegemónicas que amplíen el ejercicio de la ciudadanía, recalificando recurrentemente su fuerza de oposición y de organización insurgente y emancipadora. O sea, dimensionar la potencia de las coaliciones contra-hegemónicas e insurgentes, sus disputas de representaciones, significados y sentidos movilizados y su fuerza contestataria al poder de las jerarquías y hegemonías puestas en todas las escalas espaciales. Sólo así se podría pensar la producción social del espacio, de los conflictos que se estructuran y de los antagonismos que son tejidos alrededor de un cuadro dado y un ambiente construido, como, por ejemplo, los espacios urbanos latinoamericanos, que comentamos a continuación. Si el espacio es unidad privilegiada de reproducción social, encarnación de diversos procesos y manifestación de conflictividades, entonces es necesario realizar el balance entre proyectos alternativos y trayectorias en confrontación. Se trata de investigar estructuras, dinámicas, relaciones y procesos. Es necesario entender cuáles son sus intereses concretos movilizados y sus instrumentos y lógicas de acción activados; cuestionar cómo son constituidos los territorios de la destitución, como lo son las ciudades latinoamericanas. Nuestro espacio urbano subdesarrollado es un sitio mucho más destituido de tradiciones, derechos, medios de consumo colectivo, infraestructuras de servicios y bienes públicos de menor calidad que en Europa, por ejemplo. Hoy sería necesario desmercantilizar los bienes y servicios colectivos, que deben ser públicos y de calidad, pero que fueron expropiados por el neoliberalismo. Tenemos que cambiar totalmente el patrón de oferta de bienes y servicios e infraestructuras públicas y medios de consumo/derechos colectivos, impactando y dando voz a la vida real y cotidiana de las personas del lugar (place). En América Latina, el Estado tiene serias dificultades para llegar al place (a la vida concreta y cotidiana de los destituidos de derechos), tiene dificultades para alcanzar las escalas de los eventos reales. El Estado debería apoyar la construcción de la ciudadanía, a través de una pedagogía democrática, ampliando la voz de la mayoría de la población en el marco de un proyecto coherente que evite su utilización fragmentaria por los actores sociales dominantes. Capital mercantil y apropiación territorial Pero, allí, en el territorio urbano-regional, se enfrenta una ecuación político-económica (expansiva, apropiadora y privatizadora del espacio) entre grandes propietarios, el capital de construcción, el capital financiero, medios de comunicación, partidos políticos, etc., que pasan a disfrutar de condiciones ventajosas y a obtener ganancias extraordinarias. Esas y otras fac-

ciones desempeñan un papel de relieve en el pacto de poder oligárquico, financiero y rentista, siendo el patrimonialismo y la apropiación territorial las principales características del espacio urbano latinoamericano, como lócus de poder y de la sociabilidad. Esta coalición conservadora tiene sus intereses garantizados por las oficinas de registro, los ayuntamientos, el poder judicial, entre otros dispositivos, bloqueando las posibilidades de romper con el retraso estructural y avanzar en el derecho a la ciudad y en la gestión democrática y popular de los espacios regionales y urbanos. En algunos momentos coyunturales, a través de grandes proyectos de renovación de centros de la ciudad, grandes obras en colaboración público-privadas etc., esta amplia gama de alianzas conservadoras gana “aires más modernos”, promoviendo alguna reestructuración en las articulaciones urbano-regionales, en el mercado de tierras y de viviendas, en las relaciones promiscuas entre el suministro público de infraestructura económica y valoración de la tierra. Generalmente, se preserva el clientelismo en los espacios de reproducción de los capitales mercantiles en sus diferentes fases (inmobiliario, comercial, transportes y otros servicios). También, al avanzar sobre el hinterland, se producen diversos espacios urbanos que constituyen densas economías urbanas y modernas estructuras productivas regionales, que terminan por soldar intereses comerciales más arcaicos alrededor de la expansión urbana. En general, las ciudades y sus alrededores se van enredando en la malla de esos intereses patrimoniales y especulativos y se consolidan como una especie invernadero para el “cultivo” de estas fracciones del capital mercantil. Si estos intereses de las coaliciones de crecimiento y del emprendorismo urbano procuran ver el espacio urbano sólo como negocio que promueve paradójicamente la urban austerity y la ciudad-competitiva, también se pueden promover acciones ciudadanas emancipadoras y de enfrentamiento al pacto de dominación. Si la ciudad es vendida como si estuviera cosificada, ofreciendo su atractiva plataforma a los grandes capitales, como si encarnara los proyectos de toda la sociedad, transformando las ciudades en sitios sólo de reproducción del capital donde apenas figurarían las fracciones dominantes de esta reproducción, las masas sometidas a toda suerte de marginalizacion social, a la precarización del trabajo y a procesos de mercantilización de la vida pueden y deben contraponer otra reproducción: la reproducción y los derechos de toda la sociedad. Como afirmó oportunamente José Luis Coraggio (1987: 132), la historia “no es un resultado lineal del Proyecto Social Hegemónico de turno. Dicho proyecto se asocia a fuerzas que no operan en un vacío, sino que son contrariadas por otras fuerzas sociales que a su vez pueden tener un proyecto social (dependiendo de su grado de organización) que está continuamente planteando una alternativa, tanto más eficaz para incidir en el desarrollo social

cuanto más respaldada esté por fuerzas sociales de peso, o cuanto más organizados estén sus militantes” Buscando movilizar a los sujetos más desprovistos y marginados de determinado territorio para la transformación, es necesario activar recursos materiales y simbólicos y convertir esos sujetos en actores sociales y políticos con

Domingo 27 de julio de 2014

7

poder de autodeterminación y libertad de decisión. O sea, es necesario considerar el territorio urbano como potencia vigorosa de luchas transformadoras. - Carlos Antônio Brandão es profesor de la Universidad Federal de Rio de Janeiro; investigador CNPq, Brasil y Víctor Ramiro Fernández es profesor de la Universidad Nacional del Litoral; investigador Conicet, Argentina. *Este texto es parte de la Revista América Latina en Movimiento, No., 497 de julio de 2014, que trata sobre el tema de “La cuestión urbana hoy: Entre el mercado total y el buen vivir “ http://www.alainet. org/publica/497.phtml Publicado en América Latina en Movimiento, No. 497: http:// alainet.org/publica/497.phtml.


La fascinación de Mandela por Nadine Gordimer

Jaume Saladrigas

S

entado en el pequeño café de los Company Gardens, saboreo un capuchino. No está mal pero nada que ver con los que preparaban la familia portuguesa que en los años ochenta regentaba este lugar. Entonces te los servían con la espuma de leche mejor montada y con más cacao. Tarde de invierno desapacible. Sopla un viento frío y el cielo se va cargando de nubes. Apenas puedo distinguir la meseta de Table Mountain. En el vespertino The Argus, viene un artículo sobre el fallecimiento de la escritora Nadine Gordimer. Creo que hoy día se habla mucho más de literatura sudafricana en Europa que aquí. Hay una especie de fascinación por J.M. Coetzee y ahora, claro está, también por Nadine Gordimer. Me alegra. Una de las primeras cosas que Nelson Mandela hizo nada más dejar el presidio, fue visitar a Gordimer. Esto lo sé por fuentes varias, y ahora también lo recoge esta página. Nelson Mandela era un hombre culto y de gran sensibilidad. Con un enorme afán por aprender, por instruirse todo lo posible. En la cárcel no era fácil conseguir buenos libros y los pocos que sus captores y guardianes le permitían leer eran “inocuos” o por lo menos eso debieron pensar los no muy cultos responsables del penal. Mandela leía a Gordimer pero también se interesaba por cosas tan dispares como las páginas de la sección deportiva de Die Burger y The Citizen, prensa afín al régimen racista, y la mejor fuente para saber cuánto más acerca del rugby, deporte que le apasionaba. También se interesó por la poesía en afrikaans. Una de las primeras cosas que Nelson Mandela hizo, después de visitar a Nadine Gordimer, fue acercarse hasta la calle Queen Victoria. En una casa de pisos contigua al consulado de Francia, vivía otra escritora célebre.

Poeta en lengua afrikaans y gran admiradora de Nelson Mandela. Madiba tenía especial interés en conocerla pues gracias sus libros de poesía pudo aprender y conocer mejor la mentalidad de sus verdugos. Sheila Cussons fue poeta de gran prestigio en lengua afrikaans. Y también fue mi madre. Guardo muy gratos recuerdos de noches de verano y cenas compartidas en su pequeño apartamento. A menudo cenábamos lamb bobotie, un plato de la cocina tradicional Cape Malay, y que mi madre bordaba siempre. Con el postre, Melba o Brandy pudding, y con nuestra segunda copa de Sauvignon Blanc, salíamos al minúsculo balcón a contemplar un ratito las

envidiables vistas de Table Mountain. “Mandela se sentó ahí, en el borde de la cama”. De resultas de un grave accidente acaecido muchos años atrás, en la casa familiar de l’Estartit, mi madre quedó inválida. Con el transcurso del tiempo y múltiples operaciones y prótesis, resolvió que la manera más cómoda de escribir y atender visitas, no era sentada sino medio erguida en la cama.

CORREO del SUR Director General: León García Soler

“Estuvimos hablando un buen rato. Bueno, creo que fui yo quien habló más de la cuenta. Los nervios. Uno no recibe visitas tan importantes todos los días”. Me la puedo imaginar ahí recostada en la cama. Del lado izquierdo, siempre del lado izquierdo. En la otra mano una copa de vino o la pluma. Al hablar con alguien solía dirigir la mirada afuera, al cielo que asomaba por la ventana. Cuando te miraba a la cara era con un solo ojo. Un hábito de lectura y escritura que terminó por costarle la vista. Era muy tímida. Igual que Nadine Gordimer. Echo en falta mucho a mi madre, es verdad. Siempre que paso junto a su antigua residencia, me acuerdo de aquellas cenas. “Entonces parecía que estábamos rodeados de gente decente”, me dijo en una de las últimas visitas que le hice, ya en Nazareth House, residencia para ancianos y orfanato para criaturas, en su mayoría negras, víctimas del sida. Mi madre se refería a su querido Nelson Mandela. Y yo añadiría a Nadine Gordimer. Uno echa en falta a personas así, gente que ha llevado una vida ejemplar, una vida dedicada a luchar por los más desfavorecidos. Nadine Gordimer era todo eso además de extraordinaria creadora de un mundo literario fantástico y único. En las librerías me dicen que muchos de sus títulos pronto estarán fuera de stock. Comprensible. Espero regrese la primavera para volver a pasearme por la preciosa rosaleda que hay en los Company Gardens, y que a menudo contemplábamos mi madre y yo desde el balcón de su casa. En primavera con el buen tiempo regresa la magia de Table Mountain. En las horas previas al crepúsculo unas manos invisibles tienden un mantel de seda rosa sobre la mesa. Hennie Aucamp, otro importante escritor ya desaparecido, y muy amigo por cierto, de Nadine Gordimer, solía decir que ese momento, en el cual el mantel parece deslizarse por la falta de la montaña, es la señal para dar rienda suelta a la creatividad.

Suplemento dominical de Director: Adolfo Sánchez Rebolledo

Diseño gráfico: Hernán Osorio


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.