1 minute read

0:00, por Michelle Rosales Guerrero

0:00

Son las 0:00, estamos en silencio. Te miro a la cara y admiro tu belleza. Miro tus ojos marrones como el otoño que resaltan en tu rostro risueño, tu pelo desordenado como si te acabaras de levantar de un largo sueño.

Advertisement

Me fijo en tus labios finos que me dan suaves besos, en tus manos delgadas, sintiendo tus cálidos dedos. Tu tacto me eriza la piel y el sonido de tu voz hace que mi corazón lata veloz, que salte de alegría cada vez que escucho tu risa. Cuando nos miramos se detiene todo, hasta la brisa.

Cuando estamos a solas me pones nerviosa, incluso cuando mi cabeza en tu hombro reposa. En las horas espejo me acuerdo de ti y de todos los deseos que pedí. No sé cómo haces para que me sienta así. Sin quererlo, contigo me envolví.

No puedo estar sin ti, es imposible. Te juro que eres imprescindible. Contigo soy diferente, más libre, más feliz, como si estuviera en una nube: siento que vuelo cuando huelo tu perfume.

Ya es hora de irme, pero no quiero, y aunque todavía no pueda pronunciar un “te quiero”,

gracias por ser tú y nadie más.

Son las 0:00, acabo de pedir un deseo: quiero que seas tuya y un poco mía también, eso es lo que más anhelo.

) ( 1.º Bachillerato

Michelle Rosales Guerrero

86

This article is from: