Soledad esperanzadora, por Nazaret Blaya Martínez

SOLEDAD ESPERANZADORA

Las calles de la ciudad están llenas, Llenas las calles están.

Pero yo solo me fijo en el libre firmamento, un firmamento donde se muestran la luna y el sol.

¿Qué me mostrará la luna? ¿Qué me mostrará el sol?

Eso me pregunto todos los días al salir al balcón. ¿Serán tan libres las nubes como parecen? Eso querría saber yo.

¿O solo les dan paso a las estrellas al caer el sol? Eso es, una estrella querría ser yo. Ser tan brillante, más que el propio sol. Brillar y no hacer sentir sola a la solitaria luna.

¿Ese es mi cometido? Creo que no.

Mi cometido es mirar al firmamento hasta que se vaya el sol.

Oh, pobre luna, tan sola y reluciente. Pero… ¿Será feliz? A veces creo que sí. Otras, que no.

Eso me pregunto todos los días al salir al balcón.

¿Será tan feliz el sol? A veces creo que sí. Otras, que no. Solo sé que nos da calor. ¿Qué sería de la tierra sin el sol? ¿Qué sería de la luna sin el sol? Eso me pregunto todos los días al salir al balcón.

Solo sé de mi soledad,

mi querida melancolía que me acompaña todos los días a ver el final.

¿Qué pasará mañana?

Eso me pregunto todas las mañanas al salir al balcón.

¿Se irá mi tristeza? ¿Se irá mi melancolía? A veces creo que sí. Otras veces, que no.

Solo sé que me hace pensar todos los días al salir al balcón.