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La muerte del conde, por Hannibal Martínez Pérez

1.º Bachillerato

Era septiembre de 1645, en un cementerio de Huelva se encontraba un sepulturero haciendo su trabajo. En una de las fosas se encontraba un cadáver muy bien vestido, con un traje hecho a medida y un bastón de plata totalmente reluciente. El sepulturero al ver este bastón y estando en una época de penumbra decidió cogerlo para venderlo, pero al momento de tocarlo para retirárselo, este se la agarró.

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Del susto el sepulturero se desmayó y el fallecido decidió escapar para vengar su muerte, el resucitado era el conde Juan Manuel Carrillo de Riquelme, asesinado por su propia esposa para conseguir sus riquezas. El sepulturero, al despertar, decidió ir corriendo a hablar con la guardia real sobre el acontecimiento, pero estos decidieron no creerle.

El conde deambulaba a la una de la mañana por las calles de Huelva con rumbo a su casa, cuando tres jóvenes borrachos le encontraron por la calle y decidieron que molestarle e intentar pegarle era buena idea. Lo que no sabían era que se enfrentaban a un milagro de Dios: no era solo que hubiera vuelto a la vida, sino que su fuerza y sed de sangre eran las de diez hombres juntos. Al intentar pegarle, este le arrancó el brazo con su fuerza sobrehumana, la cual utilizó para defenderse de los otros dos jóvenes. Por su fuerza descomunal puedo empalarlos con la mano del joven como si fueran de papel.

Tras aquella masacre el conde siguió su camino hacia su palacio. Al día siguiente se escuchaba en toda la ciudad la noticia

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sobre la muerte de los jóvenes y su investigación. Con las pesquisas empezaron las teorías del pueblo: que si un demonio había subido del infierno, que si había sido un vampiro o que si el asesino había planeado eso para que creyeran que había sido algo no humano.

La familia del conde, obviamente, estaba alarmada por aquel suceso y se pusieron en alerta; lo que no sabían eralo que pasaría dos días después. Al llegar al palacio, el conde tocó a la puerta como de costumbre, detrás de la puerta estaba uno de sus criados, el cual preguntó que quién era.

El conde se identificó, pero el criado no le creyó y abrió la puerta pensando que todo era una broma pesada, en ese momento el criado soltó el mayor grito de su vida y cayó desplomado al suelo de la entrada.

La guardia de su palacio al verlo decidió atacarlo, ya que decían que eso era obra del demonio. Ante este ataque se defendió, descuartizando a cada uno de sus guardias con sus propias manos. Lleno de sangre y dejando todo el salón lleno de cuerpos inertes, subió a la habitación de su antigua esposa, causante de su muerte. Al verla, lo único que pensó fue en hacerla sufrir lo máximo que pudiera, así que la metió dentro de una bañera con agua hirviendo y después de quemarle todo el cuerpo le arrancó toda la piel, hasta que se desangró por las heridas.

El mito dice que después de vengar su muerte se dio cuenta de lo mucho que le gustaba ver el sufrimiento y la muerte de otras personas con sus propios ojos, y decidió que hasta que muriera no pararía de hacerlo. Todavía no se ha encontrado su cuerpo, así que cualquiera podría ser su próxima víctima, “tú mismo”.

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