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Don Pollo y su oscuro negocio, por Juan Carlos Abril Pérez

1.º Bachillerato

Era un lunes a las 7:00 de la tarde y estaba en el gimnasio, tocaba pecho con mi compañero Ismael. Al terminar, Ismael y yo salimos andando por el camino que siempre tomamos para volver a casa. Pasan cinco minutos y por detrás de nosotros se acerca un hombre llamado el Chules, que también va a nuestro gimnasio y que parece ser que toma el mismo camino. Cuando el hombre se acerca nos dice: “Te pillé”.

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Al principio Ismael y yo nos reímos, pero cinco segundos después una furgoneta negra con llantas blancas se acercó a toda velocidad, de ella se bajaron dos hombres, uno tenía un saco y el otro un machete, el del machete se acercó a Ismael y de un tajo le cortó el cuello, mientras el del saco se acercaba a mí para ponerme el saco en la cabeza mientras él y el Chules me arrastraban a la furgoneta y me dieron un golpe que me hizo perder el conocimiento.

Al despertar estaba sentado en una silla de metal, atado, y enfrente había un hombre negro de dos metros y muy ancho. El hombre se presenta como el Carros, proviene de un pueblo de México llamado Mamitas Puebla y explica que ha venido a España para secuestrar a jóvenes y llevarlos de vuelta a México para utilizarlos de esclavos y traficar con ellos. Yo le pregunto que por qué solo a mí, y a mi compañero Ismael no lo secuestró y lo mató, y respondió que los jóvenes eran elegidos y observados durante meses para comprobar que fueran buenos para tareas por su jefe, al que llaman Don Pollo.

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Yo me asusté mucho, ya que no quería ir a México y que me tratasen de esclavo, pero no podía hacer nada. Al terminar de hablar con el Carros los dos hombres de antes se acercaron y me llevaron a una habitación muy pequeña donde no había nada y me encerraron, a la espera del próximo transporte para México. Después de unas horas, vino el Carros con sus dos hombres a recogerme porque el transporte hacia México había llegado.

Al salir vi como había un montón de jóvenes que eran llevados al mismo lugar. Al salir del complejo vi queestábamos cerca de un puerto donde había un barco esperando para llevarnos, nos metieron a todos dentro del barco y nos ataron, a mi lado había otro joven que probablemente tenía la misma edad que yo y comencé a hablar con él, me dijo que estaba muy asustado y que quería volver con su familia, también me contó que sus amigos lo llaman Soyer y que a él también lo secuestraron en la calle.

Después de quince minutos el barco hizo un ruido muy alto y empezó a moverse, a lo que Soyer me dijo que había encontrado un clavo oxidado en el suelo y que le ayudara a cogerlo, con mucho esfuerzo logró coger el clavo y logró cortar la cuerda que me ataba, y aproveché para liberar a Soyer y al resto de jóvenes. Pero un hombre de guardia nos vio y dio la alarma, Soyer y yo corrimos a la cubierta del barco y nos encontramos una lancha de emergencia; mientras los guardias se entretenían con los otros, Soyer y yo aprovechemos para, a toda prisa, coger la lancha, subirnos e irnos corriendo.

Después de mucho esfuerzo conseguimos subirnos a la lancha y logramos escaparnos, nos tocaba remar mucho hasta volver a la orilla y poder contactar con la policía para que rescataran al resto. Pero un guardia con una ametralladora empezó a dispararnos para evitar que huyéramos, casi todas las balas fallaron excepto una, que le dio a la lancha, que se fue desinflando poco

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a poco, Soyer intentó tapar el agujero mientras yo remaba, pero era inútil: al cabo de un rato la lancha ya no servía y nos tocó ir nadando.

Estábamos cerca de la costa, pero Soyer no tenía fuerzas y poco a poco se iba cansando más y más, hasta que lamentablemente dejó de nadar y se fue ahogando poco a poco, intenté ayudarlo, pero eso me iba a perjudicar a mí, por lo que lo tuve que dejar que se ahogara para poder llegar a la orilla y poder denunciar la organización de Don Pollo.

Conseguí llegar a la orilla de milagro y fui corriendo a la comisaría más cercana para poder denunciarlo.

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