Liderazgo y sociedad Los entornos sociales requieren mujeres y hombres que sintonicen con sus realidades, desde enfoques sensibles y participativos. El anhelado progreso depende en buena medida del accionar de autoridades comprometidas con el bien común. Esto supone una interactuación entre mandatarios y mandantes, en la búsqueda de alternativas a los problemas acuciantes. Toda comunidad necesita del contingente dirigencial provisto de características elementales como: honestidad, don de gentes, profesionalismo, tolerancia, credibilidad, sencillez…, para lo cual es menester que exista una directa interrelación con las necesidades y requerimientos de la gente y la planificación predispuesta en los diferentes entes corporativos. El líder se forja desde la preparación y el conocimiento permanente. Asume su rol con solidaridad y transparencia. Y con ética dentro de los objetivos asumidos. Los liderazgos son fundamentales en la consolidación de sociedades anhelantes de desarrollo, más aún en la conducción de organismos de elección popular. Conviene entonces que los líderes sean sensitivos al clamor colectivo. Los canales comunicativos son vitales en el ejercicio entre gobernantes y gobernados. Es crucial que los preceptos democráticos se antepongan en la actitud de un líder, con la finalidad de brindar apertura a las exigencias populares, con responsabilidad y sentido común. Esto obliga a dimensionar los límites entre poder y ciudadanía, y el enorme compromiso que posee el caudillo en condición de cabeza visible de las grandes transformaciones sociales. Ecuador transita por una nueva convocatoria electoral. Ante ello, la población debe estar consciente de su rol en el momento de acudir a las urnas: sufragar por personas y propuestas idóneas y viables. El escenario electoral es interesante en la medida en que la ciudadanía le apuesta a la ratificación democrática y, con ello, a la selección de líderes y lideresas que van a generar pautas innovadoras en el quehacer político y que, a partir de proyectos realizables, conduzcan a mejores derroteros a sus espacios territoriales. Los verdaderos liderazgos no solo que se reactivan en elecciones, sino que están latentes en todo momento, cuando la solidaridad, influencia moral, capacidad de trabajo y entrega decidida se plasman como conducta de vida. Esta noticia ha sido publicada originalmente por Diario EL TELÉGRAFO bajo la siguiente dirección: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/1/liderazgoysociedad Si va a hacer uso de la misma, por favor, cite nuestra fuente y coloque un enlace hacia la nota or
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Liderazgo para adoptar el cambio social El liderazgo es un instrumento para lograr el cambio social. En toda la historia, ya sea para abolir normas sociales, superar males sociales o modernizar la historia, el cambio social hubiera sido imposible sin el tipo correcto de liderazgo. Cuando se trata de movilizar las masas, encender la pasión en las personas hacia un objetivo común y motivar a las personas a actuar hacia dicho objetivo, no sería posible unir a las personas y motivar la acción sin el liderazgo. Una persona tiene que empezar el movimiento, y tal vez no sea un líder profesional, tal vez no tenga que ser un líder político, pero debe tener el carisma para inspirar y motivar a las personas. Un buen ejemplo de tiempos recientes sería Anna Hazare, un ciudadano hindú
que inflamó a miles de compatriotas contra las injusticias del sistema político de su país y la rampante corrupción en la sociedad y los políticos. Lanzó uno de los movimientos civiles más grandes que Asia ha visto en mucho tiempo. En términos de cambio social, el líder es el rostro del movimiento, así como la columna vertebral, mientras que las personas forman el corazón y el alma.
Liderazgo para una sociedad positiva y feliz Es interesante notar que una persona o un pequeño grupo de personas tiene el poder de influenciar cómo millones se sienten. Una sociedad carente de líderes competentes cae invariablemente en la insatisfacción a pequeña escala y en la agitación y la anarquía a gran escala. Un líder que es bueno en lo que hace es capaz de mantener a las personas motivadas e inspiradas, trabaja para el bien común de la sociedad y no solo para su beneficio personal. Cuando las personas tienen fe en sus líderes y sienten que ellos los cuidan, ya sea económica, social o políticamente, están en un mejor estado mental en general. El buen liderazgo crea una sociedad feliz, y una sociedad feliz puede crear una nación fuerte.
Liderazgo para un mejor desempeño laboral Es muy resaltante que incluso cuando el liderazgo es efectivo en la sociedad, no en un contexto corporativo, tiene gran impacto en la vida profesional de las personas. Cuando una sociedad es liderada por un líder poderoso, positivo e innovador, una de las principales áreas de enfoque es el desarrollo profesional de las personas. No es necesario mencionar que el progreso profesional es necesario para el crecimiento económico y ninguna sociedad puede estar bien sin estabilidad financiera. Por eso, los buenos líderes son aquellos que consideran todos los factores, incluso si su rol está ostensiblemente limitado a un nicho. Un líder positivo siempre será consciente del hecho de que las personas necesitan lograr algo en su capacidad profesional con el fin de liderar la sociedad. En consecuencia, los líderes enfatizarán la importancia de la educación, la elección de la carrera adecuada, el trabajo duro y el enfoque en el desempeño.
Liderazgo para una identidad fortalecida La mayoría de personas fallan al apreciar cómo un líder común es, con frecuencia, el rostro y símbolo de la sociedad. Cuando las personas eligen a un líder están orgullosas de él, o son puestos bajo el cuidado de un líder que hace un buen trabajo. Hay un sensación de orgullo e identificación con el líder, que también une la sociedad. Un líder efectivo es alguien que la sociedad está feliz con que sea parte de ella, y a su vez, el líder une a la sociedad y le brinda una identidad positiva y común que las personas son felices de poseer. A menudo, las sociedades son recordadas por sus grandes líderes y no por su gente. Es un fenómenos social único que un hombre o una mujer pueda no solo forjar el futuro de varias personas, sino también de hacerlas sentir más cercanas, fortalecer sus vínculos y poseer una identidad común en virtud de ser un líder efectivo.
Es una característica de los seres humanos la capacidad de organización y el liderazgo de algunos miembros de la sociedad. Sin duda estos factores han sido decisivos a lo largo de la historia y son imprescindibles en la sociedad actual. Sin embargo, nuestra sociedad vive una crisis de liderazgo y se refugia cada vez más en valores como la seguridad o la protección, esperando que alguien (otro) arregle las cosas. Para evitar esta decadencia, hacen falta líderes, personas que tomen la iniciativa y sean capaces de animar a la gente de su entorno a sacar un proyecto adelante. Estos líderes deben cumplir unos requisitos determinados: deben ser líderes de sí mismos, saber tomar decisiones y tener capacidad de comunicación; deben darse cuenta de lo que ocurre en su entorno y saber responder, de manera que se establezca una relación entre la persona y el entorno donde se desarrolla la actividad. El liderazgo es fruto de un proceso de aprendizaje que abarca desde los conocimientos básicos en la materia hasta la conciencia de las propias limitaciones y motivaciones, pasando por la capacidad de solucionar problemas y avanzarse a los acontecimientos. Todos tenemos las capacidades necesarias para el liderazgo más o menos desarrolladas y debemos aprovecharlas para ser miembros activos de nuestra sociedad. Resumen: