De nuevo hemos asistido por la celebración ayer de la Fiesta Nacional de España al aquelarre nacionalista y populista de críticas a la historia de España y al sentido de esa celebración que identifican equivocadamente con el franquismo, olvidando que es la República quien instituye dicha fiesta. Ya sabemos todos que desde la Generalidad Catalana se pretende cambiar la historia y atribuirse la nacionalidad catalana a cualquier personaje histórico de cierta relevancia. Colón era catalán de pura cepa según ellos. Cervantes también, lo mismo descendiente directo de Ramón Berenguer, el conde de Barcelona que casado con la hija del rey Aragonés Ramiro II decide incorporarse a la Corona de Aragón en 1137. Ocultan que desde mediados del siglo IX lo único que existía como Cataluña era la Marca Hispánica Formada por 7 condados sin ninguna autonomía y vinculados al Imperio Carolingio desde que Pipino el Breve y luego Carlomagno decidieran tener un territorio defensivo contra el Islam al sur de Francia al frente de un conde designado por ellos. Tras la caída del Imperio Carolingio su situación era dudosa y el conde de Barcelona Ramón Berenguer se casa con la hija del rey aragonés Ramiro II e incorpora lo que hoy es Cataluña al reino de Aragón . Los últimos intentos de dar catalanidad a cualquiera que destaque fueron con Santa teresa de Jesús. Pero aquí chocaron con un problema que es el acreditado origen judío de la Santa. Para progres de tamaño nivel no poder lucir el pañuelo palestino con orgullo es un problema. Descubrieron que nuestra mística más universal no debería llamarse Teresa de Cepeda y Ahumada sino Teresa Sánchez de Toledo y Ahumada, pues su abuelo, un rico comerciante judío de Toledo, se llamaba Johan Sánchez de Toledo y su madre, cristiana vieja sin mancha de sangre judía, se llamaba Inés de Cepeda. Resultó pues que tras un proceso Inquisitorial en 1481 sobre Johan Sánchez de Toledo acusado de prácticas judaizantes, aconsejado por su abogado, que ya podían representarlos por reforma del procedimiento penal de Torquemada en 1480, algo inusual en los procedimientos civiles, reconoció su culpa y sólo se le condenó a salir 7 viernes seguidos con un sambenito por varias iglesias toledanas. Aunque cumplió con la justicia su condena social le hizo trasladar en unos años su negocio a Ávila, cambiando su primer apellido Sánchez de Toledo por el de su esposa “de Cepeda”. Por ello un hijo de Johan tuvo a su vez a nuestra Santa llamándose Teresa de Cepeda y de Ahumada por su madre. Claro, ante tales evidencias del origen judío de Santa Teresa los nacionalistas dejaron la reivindicación para cuando definitivamente consigan anestesiar a sus sociedades, no sepan leer, o al menos no entiendan lo que leen, y aprovechando la ignorancia generalizada, crear impunemente y sin contestación nuevas historias con las que alimentar su mitología nacionalista. En menos de una generación los estudiantes de Primaria estudiaran una nueva Biblia donde Noe hablaba catalán en la intimidad y en el Arca embarcó tres parejas de catalanes puros para evitar la consanguineidad, junto al original de la gallina catalana en cuyo estudio ha gastado la Generalidad más de 100.000 euros. El delirio nacionalista no tiene límites para crear grietas emocionales alejadas del sentido común o de cualquier realidad histórica medianamente contrastada. A ese delirio se han sumado también los populismo representados por PODEMOS y sus mil partidillos asociados, nacidos al calor asambleario con tufillo a porrito solidario y reivindicativo del igualitarismo de cultura de sobaco. La alcaldesa de Madrid colgó en el día de la Hispanidad una bandera indigenista en la fachada del Ayuntamiento como firme defensora de la esquizofrénica del supuesto
genocidio que 54.000 españoles, porque no fueron más, llevaron a cabo matando, según ellos a 60 millones de indios. ¡Si los americanos o los rusos consiguieran clonar a un español de la época no tendrían que investigar nada nuevo sobre armas de destrucción masiva! Pero volviendo al tema de la bandera indigenista en el ayuntamiento podemita de Madrid la alcaldesa no fue al desfile de la Fiesta Nacional porque tenía un congreso en Colombia para dilucidar soluciones que lleven a consolidación de una nueva especie fruto de la transformación del buen salvaje en el buen revolucionario progresista. Por todo ello es normal que hasta la cabra de la Legión tenga más sentido común que esta patulea y como verán ustedes es capaz de seguir el paso legionario y no marchar en desbandada cuadrillera como los nuevos inventores y salvadores de la nueva patria bolivariana. https://www.youtube.com/watch?v=LS891mMoIf0&feature=share Perdonen ustedes la sorna de algunos pasajes del escrito pero es que algunas cosas es mejor tomárselas a guasa.