Un boletín que hace a la vida, intereses y preocupaciones del pastor.
Mi Saco Pastoril LOS JÓVENES SE MUEREN Y NOSOTROS
Nro 19 2010
SEGUIMOS CANTANDO CORITOS José Nuñez Diéguez
j o se d o m i n g on u n e z @ ar n e t . c o m . ar
Editor: José Nuñez Diéguez - Argentina.
R
ebuscando mis archivos, leo un título a toda página en el diario Clarín del domingo : “Sexo oral en la secundaria por dos pesos o por entrar al boliche”. Sigo leyendo: “Moda entre adolescentes de entre 14 y 19 años que se concreta en ómnibus, discos y hasta en la escuela”. Luego me impacta la frase “con naturalidad”. Dice así: “Chicos y chicas de Capital y Gran Buenos Aires que fueron consultados por Clarín lo admiten con naturalidad. Ellas dicen que lo hacen para poder comprar alcohol o para no quedarse afuera del grupo. Y ellos, que es por pura diversión”. La noticia es terrorífica: “Son chicas de entre 14 y 19 años que van a colegios secundarios, laicos y religiosos, de todas las clases sociales, y por practicarles sexo oral a sus compañeros de aula, conocidos o desconocidos de otras escuelas, cobran entre 2 y 10 pesos. El dinero lo usan para comprarse tragos de alcohol durante las salidas de fin de semana. Pero eso no es todo: también lo hacen a cambio de que los chicos les hagan las tareas y en otros casos piden un “porro” o el simple hecho de que las dejen ingresar sin pagar al boliche o a las fiestas a las que no pueden tener acceso por ser menores de edad”. Dice además que “el 83, 9 % de las chicas de Capital y GBA no se cuidan en las relaciones sexuales”. Altamente preocupante. No salgo de mi asombro con la nota: “La psicóloga Mabel Bianco, de la Fundación para el Estudio e Investigación de la mujer (FEIM) lo califica como un juego de adolescentes debido a que estas chicas no lo asocian con la prostitución. Para ellas, una relación sexual es penetración, esto no…” Leyendo este artículo sacamos algunas conclusiones: primero, el crudo lenguaje que usa hoy la prensa en nombre de la democracia es desagradable, pero por otro lado es un modo de comunicar que no deja dudas y que entiende toda la sociedad. Muchas veces por hacer uso de un lenguaje recatado se pierde lo más importante: que sea un toque de alarma de extrema gravedad. Segundo, ya hoy no se oculta nada como se hacía antes. Todo sale a la luz. Tercero, esto revela una crisis moral sin precedentes. Cuarto, ¿tiene la iglesia las agallas necesarias para hablar con los jóvenes sin rodeos? ¿Tiene la valentía de enfrentar estos temas sin rebajarse pero con la verdad bíblica? Hay iglesias donde rige el “de eso no se habla” porque presuponen que este tipo de cosas les pasan solo a los no creyentes. Y no es así. Permítanme decirle, amable lector, que en los mullidos bancos de nuestras iglesias se sientan algunos jóvenes como los que cita el artículo.
Una iglesia bíblica no es sólo reuniones santas e intocables. Es mucho más. Es una congregación que late y actúa al compás de los tiempos. Que se encarna con la gente. Que se “aggiorna” sin traicionar los principios bíblicos. Que de su púlpito se habla denunciando las injusticias y alertando sobre las obras del diablo. Es una iglesia que saca las preguntas de los diarios y las respuestas de las Escrituras. Porque las angustias de la gente se dan a conocer en los diarios, no en los seminarios. Fue el afamado pastor Carlos Spurgeon el que dejó el alambicado lenguaje retórico victoriano, y predicó en un inglés sencillo para que todos entendieran animando a sus estudiantes predicadores a que usaran la Biblia junto con el diario; y él mismo fue un atento observador de la cultura que lo rodeaba. Los eventos cotidianos, enseñaba, ilustran verdades eternas. ¿Cuántos habrán sido los pastores que después de leer el diario Clarín de ese domingo cambiaron inmediatamente sus sermones y se animaron a hablar con autoridad del tema que enluta a nuestros jóvenes? ¿Cuántos les contaron a los jóvenes las terribles consecuencias de estos pecados? Otros, seguramente, los que se quedaron dentro del “somos un pequeño pueblo muy feliz”, habrán predicado sobre el Rey Artajerjes como si afuera lo del “paco”, lo del deporte de matar por matar, lo de la trata de blancas, lo del caos generalizado fueran solo historias que viven los otros, no nosotros. “Ustedes son buena gente”, les dijo un intendente a un grupo de pastores del interior, “pero permítanme decirles que son un poco pechos fríos y viven en el limbo”. Preguntémonos juntos: ¿Qué haría Jesús si volviera por estos días a la Argentina? ¿Organizaría un congreso? ¿Se pondría a firmar Biblias? ¿Lanzaría programas nuevos? ¿Reprendería a los que cometen errores doctrinales? No…. Seguramente iría a abrazar a esos jóvenes perdidos, les secaría las lagrimas y los ayudaría a salir de la telaraña del pecado.
Mejor dicho
¿La Biblia tiene El uso que hacemos de la Biblia tiene respuestas a estos temas? Pobreza. Sida. Tráfico. Injusticia. Pers ecución. Diversidad. Globaliza-
ción. Relativismo. Consumismo. Guerra. Medio Ambiente. Diversidad. Poder. Recensión.
Racismo.
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