EJEMPLAR GRATUITO no.1 abril–junio de 2017
DIRECTORIO Alejandro Tello Cristerna Gobernador de Zacatecas
Carlos Fernando Bárcena Pous Secretario de Economía
Rosa Elvira Campos Álvarez Subsecretaria de Desarrollo Artesanal
Mayra Janeth del Río Pérez Promoción artesanal
Juan César Reynoso Márquez Proyectos artesanales
Juan Antonio de León Sigg Coordinación editorial
Cristina Judith González Carrillo Personal de la Subsecretaría de Desarrollo Artesanal Personal del cieapz Colaboradores
PRODUCCIÓN
Texere Editores sa de cv Judith Navarro Salazar Dirección
Mónica Paulina Borrego Lomas Diseño editorial
Citlaly Aguilar Sánchez Corrección de estilo
Andrea Rodríguez Galván Fotografía
José Ulises Tinajero Guzmán Asistente de diseño
Martha Alejandra Ramírez Alva Comunicación
Érika Flores Puente
EDITORIAL Gracias al entusiasta apoyo de los lectores y de los colaboradores, la revista Zacatecas Artesanal lanza este segundo número, que refuerza el propósito de difundir la artesanía y el papel que esta juega dentro de la cultura y la economía local. Las manifestaciones culturales son muy variadas e incluyen, entre otros elementos, la música, las danzas, los saberes populares, la gastronomía y la plástica popular, que incluye a las artesanías; entre estas últimas, podemos reconocer las utilitarias, usadas todavía en la vida diaria de muchas comunidades. Citando algunos ejemplos encontramos productos artesanales primordialmente utilizados en el medio rural, sin menoscabo de los que están presentes en la vida citadina y que orgullosamente sirven en restaurantes o en los hogares de muchas personas. Las artesanías también tienen un carácter decorativo. Sin ser necesariamente obras de arte, muchas piezas muestran una gran maestría y acabados perfectos que las hacen apropiadas para vestir ambientes con el toque mexicano y colorido que brindan. En Zacatecas, muchas de esas piezas hacen también que espacios arquitectónicos, como oficinas, hoteles o universidades, sean lugares agradables para recrear la vista y el ánimo. Aunque en menor escala, el Zacatecas artesanal contribuye con piezas de tipo hierático, las cuales sirven en capillas, templos y otros recintos por su rigidez y solemnidad. Existen comunidades completas que subsisten gracias a este sector de la economía, así como hogares cuya jefa de familia tiene como forma de trabajo la elaboración de textiles, piezas de alfarería o joyas. De la misma manera podemos resaltar el hecho de que su alto contenido de identidad y de esfuerzo, reflejado en los detalles y técnicas aplicadas, hace de las obras del Zacatecas artesanal un elemento competitivo y apreciado en la región y en el extranjero. Este segundo número nos sugiere visitar las comunidades de artesanos, relata más historias de vida y del quehacer actual de maestros artesanos, habla de la importancia de seleccionar lugares serios donde se comercializa la artesanía con el fin de ayudar primordialmente a los productores y nos da una idea de las innovaciones en la artesanía contemporánea. Seguimos invitando a los lectores a que vivan una experiencia cultural y divertida en el Centro de Investigación y Experimentación de Arte Popular y su Galería Nacional, ubicados en Tacoaleche, Guadalupe. Disfruta y vive la experiencia del Zacatecas artesanal, del Zacatecas deslumbrante.
Vinculación estratégica
Óscar Jorge Neri Martín del Campo
Alcancías “cochinito” (barro cocido) Juan Landa A., Monte Escobedo
Administración
Venados zacatecanos (talla en madera) Benjamín Puente, Fresnillo Pieza de portada: Águila Migrante (barro modelado) Autor: Juan Landa Arellano Procedencia: Monte Escobedo Foto: Andrea Rodríguez Galván Zacatecas Artesanal es una revista de la Subsecretaría de Desarrollo Artesanal del Gobierno del Estado de Zacatecas para difusión y promoción de la artesanía y el arte popular en Zacatecas. Informes al teléfono 9 25 44 78, desarrollo.artesanal@zacatecas.gob.mx, Plazuela Miguel Auza 312, Centro Histórico, Zacatecas, Zac., cp 98000. La revista Zacatecas Artesanal respeta las opiniones de los colaboradores en el marco de derecho, aunque no necesariamente comulgue con lo expresado en ellas; no se responsabiliza de la veracidad de la información y la categoría de los contenidos expresados por los colaboradores ante terceros, incluyendo derechos sobre el uso de imágenes, cifras, estadísticas o certificaciones. Zacatecas Artesanal es una marca propiedad de Gobierno del Estado de Zacatecas, cuyo registro se encuentra en trámite.
Porta–agenda (piel cincelada) Alberto Arroyo M., Río Grande Sombrero tradicional zacatecano (palma tejida) anónimo, Valparaíso y Jiménez del Teúl
Barro modelado, Casa de las Artesanías de Zacatecas
Índice
3 Galería 5 Casa de las artesanías,
sucursal Guadalupe
6 El águila migrante,
el águila de la libertad
8 Galería 10 La Cantera y San Juan de la Casimira, mapa revista no.2.pdf
1
12/06/17
12 Mapa de artesanías
27
11 7 26 22
15
29
39 42
6
9
54
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21
12
14
C
37 32 52
5
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51
20
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CM
CY
49 16
13
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57 35 24 38
K
55 44
30 10 48
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3 41
4
1 23
50
14
19
45
47 28
34 2
33
Mascarería
Flor de cutícula de maguey
Lapidaria (talla en piedra volcánica)
Textilería (telar de pedal)
Juguetería
Lapidaria (talla en ónix y mármol)
Textilería (labores de aguja)
Arte Huichol
Alfarería
Casa de las artesanías, sucursal Guadalupe (detalle)
56
36 8
31
CMY
17
58 53
46
MY
Joyería/ Orfebrería Pirotécnia Artes de la madera
Metalistería Laudería Elaboración de muebles Fibras naturales (crin)
La arracada jerezana, una brillante tradición Lapidaria (talla en cantera)
Fibras vegetales
Talabartería y peletería
Cartonería y papel
15 Artesanías y datos económicos 16
Una mirada al arte, a la artesanía
y al mundo místico de los huicholes
18 Cartonería, integrante del arte popular 19
Fresnillo
10:00
Zacatecas Artesanal
Y
Zacatecas ARTESANAL
Exhacienda de Bernárdez,
recinto de artesanos, artistas de la plata
20 La escalera de caracol
Casa de las artesanías
sucursal Guadalupe
Calidad en artesanía Quien busca calidad en un producto artesanal debe adquirirlo en la fuente que le da origen, en la comunidad productora o en el taller del artista; esta es la mejor garantía, debido a que consume el producto en su contexto original: el paisaje de donde surge la materia prima, el proceso de recolección, la selección concienzuda de los instrumentos con la sabiduría ancestral que los caracteriza, así como la idiosincrasia del artista complementada por la población donde se desenvuelve, y su taller donde se observa la maestría de las técnicas que aplica mientras trabaja. Aunque no siempre es posible desplazarse a los pueblos en los momentos más álgidos, por ejemplo, cuando se dan las fiestas y ferias (que dan origen a muchas artesanías) o durante momentos específicos en los que se hace gala del talento, sí existe la oportunidad de encontrar un
Ubicada en pleno centro de la ciudad de Guadalupe, Zacatecas, frente al Museo de Guadalupe, la Casa de las artesanías cuenta con productos de todo el Estado y con las especialidades del Municipio: capas y ruanas de lana, talla en madera y miniaturas, imágenes religiosas en materiales como plata, cerámica y otros. Domicilio: Jardín Juárez 22 Horario: 11 am a 7 pm de lunes a domingo espacio de distribución como los mercados y tianguis, o eventos realizados para que el productor muestre con orgullo las piezas que ha manufacturado. Si aun así no fuera posible para los compradores adquirir dichas obras de calidad, entonces queda la opción de hacerlo en un sitio especializado y oficial donde se apoya a los productores a comercializar mientras ellos permanecen en su rutina de tejer, pulir, unir, modelar, tallar, jimar, deshilar, labrar o diseñar, con la confianza de que personal calificado sabrá brindar el valor agregado que las obras artísticas han dejado atrás en su casa–taller. Esto es una somera guía para orientar en la inversión en objetos artesanales fabricados a mano con materiales completamente naturales, con técnicas y procesos tradicionales, pero, sobre todo, con la identidad y cariño característicos del pueblo zacatecano. 5
Zacatecas ARTESANAL Por Jorge Guillermo Correa Pacheco
Cuando el Colegio Electoral de Estados Unidos confirmó el triunfo de Donald Trump como presidente de aquella nación el 8 de noviembre del 2016, Juan Landa Arellano, un artesano alfarero del municipio de Monte Escobedo, Zacatecas, fue siguiendo con atención los dichos y las declaraciones del magnate neoyorquino. Por diferentes medios, Landa Arellano fue conociendo y corroborando la intención del nuevo presidente republicano para construir un muro y a dividir los dos pueblos; escuchó sus expresiones xenófobas para con los mexicanos y aguantó las amenazas de iniciar una deportación masiva de connacionales a su país de origen. Juan, que desde muy chico conoció el barro y el oficio de la alfarería por tradición familiar, sintió en carne propia el dolor de nuestros paisanos migrantes, el temor de llegar a su tierra con las manos vacías, con las familias divididas y los sueños rotos. Monte Escobedo, como todo municipio zacatecano, es un pueblo migrante. Familiares, amigos y conocidos de Landa han tomado ese camino para seguir sus sueños y mejorar sus condiciones de vida, como los casi seis millones de mexicanos sin documentación que viven allende la frontera.
migrante, el águila de la libertad
Esta mezcla de sentimientos encontrados, de dolor e impotencia, pero también de reconocimiento a los millones de paisanos que día a día son el motor laboral de Estados Unidos, motivó a Juan Landa a crear una obra que diera cuenta de la importancia de la libertad de las personas y la dignidad de los migrantes. Primero como una idea y luego tomando forma con el barro de la región, que se ubica rumbo a la Laguna de Gamboa, Juan Landa Arellano fue plasmando y creando con sus manos artesanas una hermosa e imponente águila real, símbolo de la bandera nacional. Durante semanas de trabajo, el alfarero de Monte Escobedo se entregó en su proyecto; recogió la materia prima del suelo de su terruño; sus manos fuertes dieron forma y movimiento a los detalles más pequeños. El fuego fue alimentado con leña en un horno tradicional de esta región de los cañones zacatecanos hasta concluir una hermosa pieza a la que orgullosamente llamó El Águila Migrante. «Atrás del Águila de barro —comenta el artesano—, hay un muro roto, es el muro que quiere construir Donald Trump. Y ese muro está roto porque nadie puede frenar la libertad de las personas ni el vuelo de las águilas».
El águila
El maestro Juan Landa Arellano con el secretario de Desarrollo Social, Luis Enrique Miranda Nava
Águila de la Libertad (detalle), pieza galardonada en la sexta edición del Concurso Gran Premio Estatal de Arte Popular mano, Juan Landa Arellano, Monte Escobedo
2017,
barro modelado a
7
Primer pasarela de textiles y joyerĂa Zacatecas Artesanal en Plaza GalerĂa Zacatecas. Detalles.
La Cantera y
San Juan de la Casimira, Fresnillo
Salir un fin de semana y recorrer los caminos de Zacatecas para «cambiar de aires», para salir de la rutina del trabajo y los quehaceres, resulta altamente gratificante si lo haces con el propósito específico de conocer más de esta tierra, divertirte con emocionantes y nuevas experiencias y convivir con la familia o amigos. Una muy buena opción es visitar dos comunidades artesanales en un solo día. En el Estado existen muchos detalles naturales, históricos y culturales por descubrir, algunos de ellos están en la comunidad de La Cantera y San Juan de la Casimira, en el municipio de Fresnillo. El plan que proponemos es simple: salir temprano del lugar de origen, bien aplica esto para quien está instalado en Zacatecas o como visitante, y a las nueve de la mañana partir con rumbo al municipio de Valparaíso. Hay que pensar en hacer una «escala técnica» en Calera de Víctor Rosales, pararse a degustar un delicioso y llenador plato de birria, ya sea caldosa o seca, de borrego o de res… Mmm… Después de esta breve y reconfortante degustación de la cocina local tradicional, hay que seguir el viaje. Es importante mencionar que la ubicación de estas comunidades no es de fácil ubicación por lo que se tiene que ser cuidadosos durante la ruta. Se pueden reconocer en el camino las ruinas de una añeja hacienda agrícola. Después de un trayecto de una hora y media a velocidad media, la primera comunidad que se visita es La Cantera, que cuenta con aproximadamente 400 habitantes; una buena parte de ellos dedica su tiempo a la talla de piedra volcánica, con la que crea los tradicionales molcajetes y metates, así como otras esculturas diversas, con ese toque especial que da la piedra porosa color grisáceo oscuro. Los visitantes podrán adentrarse y descubrir más de esta artesanía si se dan tiempo; podrán recorrer los caminos hacia los bancos de materiales y constatar el duro esfuerzo que representa el acarreo de piedras. Ya en la misma comunidad se puede preguntar por el taller del artesano León Solís Mendiola, quien con gusto atiende y explica que trabaja con la técnica heredada de sus padres, y realiza con gran maestría cualquier pieza tallada o esculpida que se le solicite y no duda en mostrar algo del trabajo de los «picapiedras». Sigue la visita a la comunidad San Juan de la Casimira. En la población, el personaje principal por quien hay que 10
preguntar es el señor Benjamín Puente, quien desde temprana edad y de manera muy curiosa, según cuenta, se dedicó a la talla de raíces y pedazos de madera y troncos. Hoy su familia mantiene viva esta heredada tradición: hasta los nietos elaboran todo tipo de piezas rústicas: máscaras, danzantes, venados, búhos, víboras, burritos con carga y un sinnúmero de curiosidades con un estilo que no ha sido copiado hasta el momento por la modernidad. Por si no fuera suficiente, la familia Puente colabora en un pequeño museo donde se exhiben metates prehispánicos y otras piezas arqueológicas de los antiguos chichimecas, abuelos de esta tradición artesanal. El museo está en un estudio a cargo del arquitecto Carlos Alberto Torreblanca, y es una unidad de manejo medioambiental... un orgullo del Zacatecas artesanal.
Muestras del trabajo bien hecho mediante la talla artesanal en Zacatecas
Molcajete tradicional, piedra volcánica labrada, La Cantera, Fresnillo Escultura tradicional, piedra volcánica, La Cantera, Fresnillo
Zacatecas Artesanal
27
11 7 26 22
15
29
39 42
6
9
54
40
1. Apozol
30. Momax
2. Apulco
31. Monte Escobedo
3. Atolinga
32. Morelos
4. Benito Juárez
33. Moyahua de Estrada
5.Calera de Victor Rosales
34. Nochistlán de Mejía
6. Cañitas de Felipe Pescador
35. Noria de Ángeles
7. Concepción del Oro
36. Ojocaliente
8. Ciudad Cuauhtémoc
37. Pánuco
9. Chalchihuites
38. Pinos
10. El Plateado de Joaquín Amaro
39. Río Grande
11. El Salvador
21
12 5 51
37
17
32 52
20
43
12. Fresnillo
14 C
49
58
M
16 53
46
13
31
56
25
CM
57
36 8
Y
24
CMY
K
55
48
44
41
4
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23 50
28
17. Guadalupe
20. Jerez de García Salinas
34
21. Jiménez de Teúl
2
22. Juan Aldama
33
23. Juchipila 24.Loreto
Alfarería
Mascarería
Flor de cutícula de maguey
Joyería/ Orfebrería
Metalistería Laudería
Lapidaria (talla en piedra volcánica)
Textilería (telar de pedal)
Juguetería
Pirotécnia
Lapidaria (talla en ónix y mármol)
Textilería (labores de aguja)
Arte Huichol
Artes de la madera
Lapidaria (talla en cantera)
Fibras vegetales
Talabartería y peletería
Cartonería y papel
44. Tabasco 45. Tepechitlán 46. Tepetongo
19. Jalpa
19
45
15. Gral. Francisco R. Murguía
43. Susticacán
47. Teul de González Ortega
18. Huanusco
18
3
14. Gral. Enrique Estrada
CY
38 30 10
41. Santa María de la Paz 42. Sombrerete
13. Genaro Codina
MY
35
40. Sain Alto
Elaboración de muebles Fibras naturales (crin)
25. Luis Moya
48. Tlaltenango de Sánchez Román 49. Trancoso 50. Trinidad García de la Cadena 51. Valparaíso 52. Vetagrande 53. Villanueva 54. Villa de Cos
26. Mazapil
55. Villa García
27. Melchor Ocampo
56. Villa González Ortega
28. Mezquital del Oro
57. Villa Hidalgo
29. Miguel Auza
58. Zacatecas
Fuentes: Acervo bibliográfico de la Subsecretaría de Desarrollo Artesanal y Sistema de Inventarios del Arte Popular y las Artesanías de México (SIAM)
Zacatecas ARTESANAL
La arracada jerezana, una brillante tradición
A cuarenta y cinco kilómetros de la ciudad de Zacatecas se encuentra Jerez, pueblo verdaderamente mágico, poseedor de una riqueza cultural e histórica que hace la delicia del visitante. Cuna de personajes de renombre como el poeta Ramón López Velarde, este entrañable rincón de la Suave Patria cuenta entre sus atractivos con multitud de edificios y espacios de singular belleza e inconfundible sabor provinciano. El Santuario de la Virgen de la Soledad, el Edificio de la Torre, el Teatro Hinojosa y su hermoso Jardín Principal (uno de los más bellos del estado) dan fe de una sociedad orgullosa de su pasado, que preserva y valora su legado histórico. A la riqueza arquitectónica jerezana se suma el invaluable tesoro de una cultura popular pujante. Pueblo de devociones y tradiciones, de sabores y saberes, de impronta migrante y agraria, manifiesta su vitalidad en una infinita gama de expresiones que comprenden lo mismo sus leyendas, festividades y religiosidad popular que su exquisita cocina típica o su actividad artesanal. Como artistas populares, los jerezanos se pintan solos. En el Municipio, los afortunados visitantes podrán encontrar artesanías de excelente manufactura de diversos giros: cerámica, labrado de cantera, talabartería y joyería de oro y plata. Entre esta amplia oferta, sobresale la arracada
jerezana, la cual es, sin duda, la artesanía más representativa del municipio, así como una de las más importantes en el Estado por su valor cultural. Producida en Jerez desde el siglo xix, esta pieza de origen árabe se caracteriza, entre otras cosas, porque el diseño de sus decorados se basa en formas naturales como flores u hojas; se fabrica tanto en oro como en plata a través de la técnica denominada «filigrana», que consiste en confeccionar hilos muy finos de metal que conforman piezas de joyería formando un dibujo similar al de un encaje. El proceso de producción es prácticamente manual en su totalidad, lo que garantiza la exquisitez de un artículo que durante décadas ha sido parte indispensable de la ornamentación de la mujer jerezana. En los diversos talleres joyeros de la ciudad se ofrecen las arracadas jerezanas en variados tamaños y precios; de igual forma, pueden encontrarse tanto las arracadas tradicionales como con nuevos diseños, pero se respetan escrupulosamente los elementos esenciales que dan a esta pieza su identidad. Cualquier época del año es propicia para visitar Jerez y enamorarse de su gente, sus espacios y su magia. ¡Y qué mejor que recordar por siempre esta experiencia a través de la belleza de una arracada jerezana!
Arracadas jerezanas, filigrana en plata, Jerez
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Por Dra. Rosa E. Campos Álvarez La artesanía es una de las actividades económicas que se desarrollan de manera importante en nuestro país; según cifras del inegi, existen alrededor de 12 millones de artesanos, los cuales, con la comercialización de sus productos, aportan el 20.3 por ciento del pib del sector cultural. En Zacatecas, el último levantamiento de fonart registró más de mil doscientos artesanos en el estado; los municipios de Jerez, Zacatecas, Guadalupe y la zona de los cañones son las zonas que registran mayor actividad artesanal. Para fomentar y potenciar esta actividad, se cuenta con varios programas, uno de ellos son los concursos, con los que se busca fortalecer la calidad de las artesanías así como reconocer el trabajo de los grandes maestros artesanos. Concursos artesanales, apreciaciones
Artesanías
y datos económicos
Concursos artesanales, apreciaciones
Nuestros artesanos participan en concursos tanto estatales como nacionales. En los últimos dos años se han llevado a cabo 20 concursos, que repartieron una bolsa de 2’885,500.00 de pesos de los cuales el gobierno del Estado ha aportado 1’602,750.00, lo que representa el 55.54 por ciento. Entre los municipios con mayores premios se encuentran Zacatecas, Villa García, Tabasco, Jerez, Guadalupe, Huanusco, Fresnillo y Juchipila; sin embargo, se ha contado con la premiación para artesanos de 22 municipios, teniendo con ello el 37 por ciento de la cobertura estatal. Los concursos se programan con base en las ramas artesanales con mayor calidad y participación en nuestro Estado, por ello, contamos con los concursos: Gran Premio Estatal de Arte popular, (el cual alberga las diversas ramas artesanales), talabartería, bordado, deshilado y tejido, máscaras y judas, alfarería y cerámica, fibras vegetales, cantera, plata y piedra volcánica, arte textil. En la nueva administración de Desarrollo Artesanal se introdujo el Concurso Regional de Arte Huichol y una nueva forma de concursos: los premios tanto al recuerdo como al jarrón zacatecano. Los premios dependen del concurso; hay bolsas que van desde los 50 hasta los 400 mil pesos. Se premian los tres primeros lugares en cada una de las categorías y existen menciones honoríficas en cada uno de ellos. Por citar algunos ejemplos, tenemos artesanos que han recibido premios de primer lugar de hasta 26 mil pesos y artesanos que con menciones honoríficas se han llevado premios de mil pesos. Así como fomentamos los concursos locales, somos enlace para que los artesanos participen en los nacionales: Concurso Nacional del Juguete, Gran Premio Nacional de Arte Popular y Nacional de Textiles, entre otros; apoyamos a los artesanos con el registro y el envío de sus piezas; si resultan ganadores, también les ayudamos con viáticos para ir a recoger su premio. 15
Zacatecas ARTESANAL Por Julián Villegas Mariscal
Una mirada al arte, a la artesanía
y al mundo místico de los huicholes Los huicholes habitan una región montañosa ubicada en el Occidente de México, entre los estados de Jalisco, Nayarit, Durango y Zacatecas. La extensión de sus territorios abarca aproximadamente 4,000 kilómetros; es comunal y alberga cerca de 45,000 indígenas asentados en su mayoría en pequeños ranchos familiares, separados unos de otros por distancias no muy considerables, pero de difícil tránsito. Hay cinco cabeceras municipales, centros religiosos y políticos de gran relevancia en los que suelen celebrarse las fiestas locales más importantes: Santa Catarina Cuexcomitlán (Taupurie), San Sebastián (Wuaitia), Tuxpan de Bolaños, (Tutcipa), San Andrés Cohamiata (TateiKie) y Guadalupe Ocotán (Xatsitsarie).
El arte y la artesanía del pueblo huichol transitan por la complejidad, habitan un misticismo en un mundo de colores y formas tridimensionales o híbridas observadas durante el sueño; son muestra de belleza y una manera distinta de ver, de entender el mundo y su cosmogonía. El diseño artístico huichol funciona en un contexto sagrado en general; el simbolismo es religioso casi en su totalidad. Gran parte de esta estética está influenciada por las visiones que tienen durante sus rituales con peyote. Una vez que el artesano ha tenido la visión de su próxima creación, abre paso al danzar cósmico de sus manos dando forma y vida a pulseras, collares, anillos, llaveros, cuadros... o bien, sobre lienzos de madera preparados con una cera especial e hilos de estambre teñidos con
Piezas artesanales cubiertas de chaquira, grupo étnico wixárrika, Zacatecas
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distintos colores, sobre los que se ensamblan cuentas de chaquira y se crean imágenes que representan distintos animales y que posteriormente son ofrendados a los dioses. Otra manera que tienen los artesanos de trabajar es colocar en cuencos, una por una, pequeñas cuentas de chaquira, transformándolos en jícaras artesanales o ceremoniales. Los creadores wixárika llenan los espacios abiertos con figuras místicas de su cosmogonía. Lo que se observa en su arte y artesanía suele ser la manifestación de sus deidades, por lo tanto, se convierten metafóricamente en guías, es decir, los dioses se manifiestan a través de ellos y plasman lo que quieren decir; regularmente se trata de peticiones. Así, los huicholes tejen, arman y transforman visiones místicas que dejan el espacio de lo oculto para habitar el de lo real. Lo que se observa en el arte y artesanía de los huicholes son principalmente: marakames (adivinos), maíz, venados, peyote, velas, tigres, flores, lagartos, perros, alacranes, águilas, milpas, serpientes, plumas, fogatas, tambores ceremoniales, jícaras, flechas rituales, discos de piedra volcánica, ídolos de madera, sillas pequeñitas de marakame, ojos de Dios (tablillas de madera y estambre), soles, lugares sagrados y visiones amorfas, entre otras. La simbología que se observa en el arte y en la artesanía del pueblo huichol es una creación no de palabras, sino de formas; está dirigida a los dioses de los comienzos del tiempo, a los poderes sagrados, y se asume como oraciones dirigidas a los dioses; sirve a los huicholes para expresar sus súplicas; es su manera de rezar, pues simbólicamente expresan plegarias por una buena salud, fortuna, larga vida, buenas cosechas, fertilidad, cacería de venados o adquirir la habilidad tejer. Por otra parte, es trascendental el hecho de que, en la cultura de los huicholes, las cosas tienen uno y muchos significados a la vez: el arte, las artesanías o los objetos sagrados se pueden percibir como una persona (hombre o mujer), un dios, un animal, un lugar sagrado y una ofrenda al mismo tiempo, por ejemplo, es común que los huicholes digan «nuestra madre dios»: es madre y Dios al mismo tiempo. De igual forma, el peyote es un cactus, pero también se le ve y se le caza como a un venado, que, a su vez, es visto como un Dios que enseña y guía. El hombre es un marakame (adivino) y caza a un animal sagrado que es el venado, el venado sirve de ofrenda a los dioses, y uno de ellos es el peyote, que también es un venado. El arte y la artesanía de los huicholes es un elemento cultural muy complejo, hay que adentrarse en él, observarlo y estudiarlo para poder descubrir una naturaleza distinta de formas y significados; en él se encuentran los lenguajes simbólicos del comienzo de un mundo, de un universo distinto y auténtico. 17
Zacatecas ARTESANAL Por Rocío Ramírez Villalpando
Por Miguel Alejandro González Vacio
Cartonería, integrante del arte popular Cuando hablamos de cartonería, nos referimos a la mezcla de hojas de engrudo y papel (ya sea periódico, manila, craft, e incluso de revista) que se van aglutinando; al endurecer resulta lo que se llama «cartón»; hay quienes la llaman «papel maché», lo cual es incorrecto, pues «maché» significa «masticado» en francés, por lo tanto, se trata de una pasta de papel molido y, aunque no es cartonería, sí es una técnica utilizada por ella. La cartonería mexicana comenzó en la época colonial, cuando nuestros antepasados, que vivían en condiciones de extrema pobreza, buscaron emular las fiestas de la gente acomodada, que vivía rodeada de los lujos del oro y
Burrito del agua miel II, carrizo y cartón modelado a mano. Miguel Alejandro González Vacio. Guadalupe.
18
la plata, entre candiles y adornos exportados. La gente humilde ideó la forma de tener en sus festejos toda clase de objetos brillantes y coloridos, fue así que, con elementos de ornato como farolitos, muñecas y oro volador, se gestó la cartonería. A principios del virreinato nace en México una de su representaciones más conocidas: la piñata de siete picos. El auge de la cartonería en nuestro país se dio en la primera mitad del siglo xx, cuando, durante las diferentes celebraciones del año, podían verse calaveras, máscaras, caballitos, cascos militares, muñecas, panzones de Corpus y dragones alados con ruedas, entre otras figuras. Los personajes icónicos del siglo en mención fueron principalmente Carmen Caballero y Pedro Linares; ella con los Judas que fabricaba al muralista Diego Rivera; él con los famosos alebrijes. Dentro de la República Mexicana, el estado que se destaca en la realización de esta actividad es Guanajuato. En Zacatecas la cartonería se elaboró con fama durante el auge minero: se hacían máscaras de cartón que portaban las personas en algunas fiestas y desfiles y se mantuvo viva hasta la década de los cuarenta, en los bailes de carnestolendas del Teatro Calderón. El máximo símbolo de la cartonería es el Judas, criatura con piel de papel y alma de carrizo que, después de que su primo, el torito de pirotecnia, hace gala de luces y sonidos, es quemado para purgar los pecados y delitos del pueblo, adoptando la imagen de algún personaje político, religioso o rico acaudalado, en todo caso, detestado por las masas. Hasta hace algunos años, la cartonería parecía ser un arte popular en extinción, pero en nuestros días su popularidad está creciendo, podemos observar cada vez más concursos, talleres, quema de Judas y cartonería para Día de Muertos. Es tal su éxito que ya varios artesanos están exportando piezas a distintos países de Europa y Asia.
Centro Platero de Zacatecas, patio de amalgamado con carrito minero (detalle)
Exhacienda de Bernárdez,
recinto de artesanos, artistas de la plata
La plata es el metal precioso con el que los zacatecanos nos presentamos ante el mundo; de alta calidad y con gran demanda, es extraída de esta tierra para ser trasformada en piezas de decoración, utensilios o elegantes joyas. La exhacienda de Bernárdez, espacio arquitectónico que nos remonta al siglo xvii, ha dado cobijo desde 1988 a los artesanos de la plata, siendo denominado Centro Platero de Zacatecas. Con una arquitectura propia de la época de la Colonia, lo que fuera la Casa Grande dio vida a la escuela de orfebrería y a varios talleres. Los espacios que fueron habitaciones y servicios fueron rehabilitados, restaurados y modificados con dignidad para el nuevo uso del inmueble, en el que la huella de su función primigenia es evidente, respetada y valorada de tal forma que quien visita el espacio vive la posibilidad de remontar su mente a la época en que esas áreas conformaron la
hacienda de beneficio del capitán Ignacio de Bernárdez. Esta convergencia de arquitectura colonial y contemporánea es una gran aportación: gran parte de los talleres han sido ubicados frente a la fachada posterior de la casa grande, con arquitectura propia de siglo xx, respetuosa del pasado que engalana su contexto. Este recinto hoy da cabida a artistas de la plata, quienes, con técnicas y métodos diversos hacen que este metal precioso en bruto dé origen a obras de arte. El artesano zacatecano es poseedor de una tradición, de una cultura y de un arraigo a la tierra que se ven reflejados en sus piezas, que además de valer por sí mismas, tienen impregnado ese entorno en el que se conformaron, y en el que, de forma inherente y cumpliendo un papel primordial, está la arquitectura, es decir, llevan parte importante de la identidad zacatecana. 19
Zacatecas ARTESANAL Por La Mada (Magdalena Edith Carrillo Mendívil)
Escalera de caracol, Casa Grande de Tacoaleche (detalle)
La escalera de caracol Quisiera contarte algo, algo que dicen que pasó en esta escalera… debió de pasar hace muchos años. La señora que me lo contó era muy grande; su mirada estaba perdida en el pasado, pero no pertenecía a ese pasado, sino a una mujer de principios de siglo xx, quien intentó vivir al margen de la Revolución Mexicana, pero esta terminó tragándosela, junto con sus recuerdos. Por tanto, lo que quiero contarte es una historia paralela a la Revolución, en el mismo tiempo, en el mismo espacio, pero en diferente frecuencia. Espero que la leas con tus sentidos, con tus instintos bien despiertos y con tu imaginación fuera de esta realidad, pero dentro de una casa que existe y sigue vibrando, 20
puedes sentir su respiración, sus latidos, oyes sus voces, sus pasos y, si eres afortunado, sientes esos besos que tocaran unos labios así, iguales a los tuyos. Ahora te voy a pedir que te traslades a 1912. Es necesario que puedas respirar el olor que desprende la tierra roja de Tacoaleche, una pequeña localidad del estado de Zacatecas, tierra color rojo sangre que se te cuela por los pulmones y, una vez que la inhalas, es casi imposible que la puedas exhalar, se queda por el resto de tus días. La Casa Grande o Casa de las Cien Puertas es parte de la maravillosa exhacienda de Tacoaleche una vez que se separó de la exhacienda de Trancoso y una de las últimas en construirse en el Estado; de estilo porfirista, construida en el siglo xix, fue habitada por su propietario, Antonio García García Rojas. Construir una casa con cien puertas, cuenta la leyenda, fue la condición que puso el padre de una joven de Sauceda, de la que se enamoró don Antonio, para que se casara con ella. Después de quince años de construcción, la joven que, si bien era aún señorita, ya no era tan joven, dijo «no», y este rico señor se quedó con todo y sus puertas y una maravillosa escalera de caracol. Allá por el 2006, cuando se realizaban los trabajos de restauración para albergar lo que hoy es la sede del Centro de Investigación de la Subsecretaría de Desarrollo Artesanal, el edificio tenía ese encanto que embruja (al menos a mí), el de las haciendas abandonadas o con muy poca conservación. Los trabajos ya habían iniciado, pero todavía quedaba al desnudo pintura original aún no tocada por las calas, pisos de barro sin ningún tratamiento, herrería de forja floja ladeándose sobre los peldaños de los escalones de cantera despostillados por el tiempo, nidos de golondrina en las altas esquinas de las habitaciones, murmullo del viento que se cuela por las ventanas sin cristal, puertas incompletas o casi inexistentes, en fin, una casa en ese estado en que se vuelven comadres chismosas y después, con el proceso de restauración, vuelven a ser damas discretas. Al momento de mi llegada me fascinó el nombre, Cien Puertas, y decidí retratar cada una de ellas, pero solamente encontré sesenta y tres, que, a decir verdad, es un número considerable. Estas han hecho famosa la Casona; son puertas de diferentes usos: de intercomunicación, de balcones con postigos, de salas de fiestas, de servicio… y una majestuosa principal por la que entraban los dueños, los parientes y uno que otro invitado esperado, pero no por todos deseado. Ahora que ya estamos instalados en la Casa Grande, puedo comenzar con el extraño relato; yo prefiero pensar que es cierto; imaginar que fue producto de mi imaginación me decepciona, pero creer que fue un espíritu quien estuvo conversando conmigo me pone los pelos de punta.
Observando el estado de la casa y fotografiando las puertas y todo lo que se me ponía enfrente, llegué a una maravillosa escalera de caracol que forma parte del cuerpo del torreón; justo ahí, en el nivel más alto, estaba esta mujer, con una larga trenza, recargada en uno de los pocos muros que dejaban libres los ventanales. Ella me saludó sin quitar la vista del horizonte y, sin más, me preguntó si quería escuchar una historia. Sin darme cuenta de lo absurdo de la situación, le contesté que sí. La historia giraba en torno de la hija de uno de los tantos hombres adinerados que año con año eran invitados a la casona. Ella, evidentemente mintiendo y diciendo el primer nombre que le vino en mente, dijo que esta joven de principios de siglo se llamaba Aurora, que era una muchacha seria, cuyo mejor compañero, aparte de su padre, era el ejercicio de leer. Me dijo que a veces lloraba cuando nadie la veía, pues creía que era de mala suerte que la gente viera sus lágrimas, que se podrían convertir en cristales y romperse en la córnea convirtiéndola en una ciega que no podría ver más la luna, ni el campo, ni la luz al atardecer... mucho menos podría leer. En una ocasión, estando Aurora de visita en la hacienda, llegó por esos lares un escritor. Ante los ojos de todos, no era más que un simple bohemio, de esos sin oficio ni beneficio, de los que nunca sientan cabeza, que solo ven por ellos, que saben decir en cuatro palabras lo que a otros tomaría toda una vida demostrar, que conocen otros lugares, otras personas, que con una mirada desnudan la mente más perversa, que siempre ríen aunque por dentro lloren, a los que les da miedo enamorarse y, sin embargo, enamoran. Aurora presintió su llegada, sintió su presencia sin siquiera verlo ni haber oído hablar de él, simplemente olía sus pasos... y de repente dejó de llorar; no sabía por qué, pero dejó de llorar. Un día, en el portal arcado de la casa, lo conoció y reconoció. Él quedó prendado, pero solo por la belleza, nunca se dio cuenta de que esta muchacha tenía vidas esperando encontrarlo. Felipe era su nombre y, egoísta como era, dio gracias al cielo por la fortuna de haberse topado con ella. Pasaban horas enteras platicando, riendo o callados contemplándose. Ella veía su vida pasar en la mirada lejana de él. Por su parte, Felipe veía pasar el tiempo en la mirada desorbitada de ella, a veces la abrazaba. Un día la casa grande celebró una fiesta a la que el escritor no estaba invitado, sin embargo, astuto como era, entró sin que nadie se diera cuenta; no hubo necesidad de esconderse, en realidad nadie captó su presencia, ni la de Aurora. Comieron y bebieron en la fiesta como dos fantasmas. Una nube los volvió invisibles. Se besaban y reían juntos en medio de la gente. En un momento, sus almas comenzaron a hablar y se dejaron llevar; empezaron a subir las escaleras hacia el segundo piso. Las delicadas manos de Aurora rozaban la madera que remata el barandal de hierro forjado, sintiendo que sus pies flotaban sobre los
escalones de cantera. Los frescos y la tapicería francesa en los muros eran los únicos testigos de este ascenso. Él no soltaba su mano, ella se aferraba a él; así, llegaron a la escalera de caracol que conducía al torreón. Ahí, en soledad y silencio, Aurora se vio en el reflejo de los cristales como nunca, se sintió plena y, sobre todo, libre, sonrió, se dejó amar y se enamoró de sí misma. La Revolución crecía y avanzaba hacia territorio zacatecano. El escritor debía dejar el País, no podía permanecer por más tiempo; lo perseguían por sus ideas y, dado el estado de enamoramiento obsesivo de Aurora, nunca tuvo mejor pretexto para salir huyendo. Aurora lo supo desde el primer momento, el amanecer, su cómplice, se lo informó. Sus breves instantes de plenitud se habían terminado y el recuerdo de ese hombre hizo que perdiera la cordura; corrió por toda la casa, tocó y abrió todas y cada una de las puertas de la casona, aun sabiendo que no encontraría nada; subió por última vez la escalera de caracol, se tumbó ante los rayos del sol y se negó a respirar. Lo logró. Yo observaba a la mujer que no dejaba de ver hacia el horizonte. Le dije que era una historia triste e injusta. Ella se volvió y por primera vez vi su rostro; con su sonrisa amplia de pocos dientes, me miró sarcásticamente y dijo: «La señorita fue encontrada por su padre desmayada, ella nunca contó el motivo. Días después se embarcaron rumbo a Europa y regresaron pasados los años turbulentos de la Revolución. Ella formó parte del grupo de mujeres de vanguardia de los años veinte». El nombre real de Aurora no me lo quiso decir. No he vuelto a la Casa Grande, pero me gustaría ver cómo luce ahora que ha vuelto a ser una «dama» habitada y con la vida que le dan sus nuevos huéspedes. Me gustaría regresar. Me pregunto a veces si me encontraría nuevamente a la mujer de la larga trenza y sonrisa sarcástica esperándome en la parte más alta del torreón, lista para contarme otra historia.
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Casa de las Artesanías de Zacatecas A sus órdenes desde el año 2006, la Casa de las Artesanías de Zacatecas está ubicada en el corazón del Centro Histórico de la bizarra capital, en un edificio de finales del siglo xix; abre sus puertas para la venta de productos artesanales en distintas ramas: cantera, cerámica, joyería, talabartería, textil en telar de pedal, textil labores de aguja, cestería, piedra volcánica, talla en madera, muñecas tradicionales, cartonería, entre otras muchas piezas artesanales, utilitarias y ornamentales, de excelente expresión artística y popular. Todos los productos que se ofrecen tienen la calidad de manos zacatecanas y de las materias primas de nuestra tierra, con carácter y sello identitario. Ubicada en Plazuela Miguel Auza 209, Centro Histórico, Zacatecas, Zac. Módulo de Turismo ubicado en el Mercado González Ortega Centro Histórico Teléfonos (01 492) 925 4478 y 943 0338 Horarios: martes a sábado de 9:00 a 20:00 Domingo y lunes de 9:00 a 17:00
Puntos de venta de artesanías
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Casa de las Artesanías sucursal Guadalupe Ubicada en pleno centro de la ciudad de Guadalupe, Zacatecas, frente al Convento, esta tienda ofrece productos de todo el Estado y especialidades del Municipio: capas y ruanas de lana, talla en madera y miniaturas, imágenes religiosas en materiales diversos, plata y cerámica, entre otros muchos. Jardín Juárez
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Ubicada en Guadalupe, Zacatecas