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SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN | NUEVA ÉPOCA | COORDINADOR: VÍCTOR RODRÍGUEZ MÉNDEZ | 15 DE JULIO DE 2007 | AÑO 8, NÚMERO 3391
«El audi»
Los juegos entre identidades perdidas de Guadalupe Tafoya ALEJANDRO DELGADO| PAG. 2 FRANCISCO HERNÁNDEZ
Nota al pie A propósito de la muestra de Guadalupe Tafoya MIGUEL CARMONA VIRGEN| PAG. 5
A D E M Á S
Juan Tovar, escritor
Entrevista al autor de «Doble vista » JAVIER PÉREZ| PAG. 8
Carta a Armando Blanco FÉLIX MORRIÑA | PAG. 11
Narcisos de Zara RENÉ ASDRÚBAL ANDRÉS | PAG. 12
CREACIÓN ALEJANDRO FARFÁN | PAG. 15 POEMAS
COLUMNAS CAMERA LUCIDA | PÁG. 4 SIN ALTERNATIVA | PÁG. 6 SONAR | PÁG. 7 INTRAVESÍA | PÁG. 9 BUTACA SINESTÉSICA | PÁG. 10 MALA FAMA | PÁG. 13
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«El Audi» Los juegos entre las identidades perdidas de Guadalupe Tafoya Por ALEJANDRO DELGADO
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o primero que se me viene a la cabeza es recordar la sorpresa, una vez adentrado en la observación de la exposición. “Y ¿qué tal si también se metiera a explorar las posibilidades materiales de la plástica en temas como La Nueva Jerusalén? ¿Cómo diseñaría el vestir de tanta beata en ese retiro o Ghetto de la fe extrema allá, echando genuflexiones, en el municipio de Turicato? ¿Cómo retrataría el vestir y los gestos del sacerdote Nabor Cárdenas?”, pensaba, entre otras divagaciones, camino a casa después de visitar la muestra que la autora, Guadalupe Tafoya, tituló El audi , en la galería David Alfaro Siqueiros de la Escuela Popular de Bellas Artes. Creo, debo indagar en mis desvariaciones. La existencia de la Nueva Jerusalén, como ya dicho, un ghetto rural, se justifica a sí misma como una alternativa extrema de la fe y las creencias de sus pobladores frente al conflictivo mundo de la posmodernidad. La Nueva Jerusalén es un caso singular dentro de un fenómeno de desarraigamiento social masivo en las regiones campesinas de nuestro país. Tiene en común, con otras poblaciones, la emigración laboral del sector varonil hacia los Estados Unidos, no en búsqueda del “Sueño Americano” –como se obstinan los intelectuales en caracterizar el fenómeno-, sino como única alternativa de sobre vivencia ante el despojo de sus formas de producción y trabajo por parte de la codicia del capital y sus esenciales políticas de producción y consumo, evidentes en el fracaso deliberado y selectivo de las políticas gubernamentales, que pienso también como fracaso de los mexicanos en general. Como en tantas poblaciones rurales, son las mujeres, los niños y los ancianos quienes permanecen en sus Querencias guardando sus creencias ante el embate del juego desbastador de las otras creencias, que hoy en día son manufacturadas como otros tantos productos comerciales. Pero, la gran diferencia es que La Nueva Jerusalén se abstrae de la desesperanza global aislando su desesperanza en una fe con límites religiosos y territoriales precisos. Un ghetto es una población cercenada de intercambio con el exterior a fuerza del aislamiento y la persecución ejercida por el exterior, y asumida por la población en sí como un único reducto de su salvación. A la vez, la dignidad el habitante del ghetto subsiste estentóriamente en el orgullo que cada uno de sus habitantes defiende y define como su última identidad, su última forma de esperanza. El siglo pasado y el que está pasando en el presente son gran-
des constructores de ghettos. Ghettos para los que se quedan y ghettos que se construyen en los países a donde llegan los que se van. East Los Angeles, South Chicago, Yakima Valley, han aprendido algo de los ghettos históricos como el de Varsovia, Harlem o Watts, van aprendiendo formas de identidad, dignidad y orgullo todavía no comprendidas por quienes habitamos otras formas de ghettos en la codicia de la ciudad. La Nueva Jerusalén puede mostrarnos mucho de nuestra propia condición que entendemos como global. Los judíos eran rapados por sus persecutores como estigma de identidad y diferenciación racial; los negros en Harlem o en Watts rasuran sus cabelleras, tal vez emulando a los judíos en tiempos del nazismo o como auto diferenciación respecto a los blancos anglosajones. Los argelinos marginados por los colonialistas franceses en kabahs, emitían sonidos bucales muy peculiares para identificarse entre sí, en tanto vestían a la moda franchute para confundirse entre sus
Las imágenes que ilustran este artículo y el siguiente pertenecen a la exposición El audi, de Guadalupe Tafoya, que se exhibió recientemente en la galería "David Alfaro Siqueiros" de la Escuela Popular de Bellas Artes, en Morelia.
agresores y plantarles explosivos del Frente de Liberación. La Nueva Jerusalén se cierra a toda forma de intrusión atándose a modos supuestamente provenientes de un fundamentalismo cristiano. De acuerdo mutuo, por consigna o prohibición parroquial, los novojerusalenos rechazan las formas de vestir del mundo citadino global. La objeción al pecado es para esa gente una actitud de implosión frente a los despojos de la modernidad y ante lo que consideran la degeneración de lo occidental. El Audi, concepto del que partió Guadalupe Tafoya para sus creaciones plástico-visuales, no es otra cosa que uno de tantos ghettos mercantiles que han ido surgiendo por doquier en nuestro país. Un lugar común para la clase media y la población depauperada que van ahí a comprar toda suerte de productos baratos; el moderno shoping mall de la economía “informal”, “barricada” comercial que oferta productos desclasificados en los circuitos comerciales legitimados por la globaliza-
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ción, en una oferta de “resistencia no violenta” entre la conspicua competencia mundial de deslealtades. En sus inicios, cada domingo, como cualquier tianguis mexicano, el mercado informal del Auditorio Municipal de Morelia, ofertaba productos agrícolas de la región, bienes de consumo de “segunda mano”, y su especialidad diaria era la venta de toda clase de chatarra de herrería (el rumbo era conocido como “la calle de los fierreros” donde uno podía encontrar las rarezas en tuercas y tornillos, herramientas y máquinas de difícil consecución en los comercios habituales). Lo mexicano fue cediendo espacios a los productos extranjeros y a las manufacturas remedo de lo foráneo, a la vez, el Audi se convirtió en una especie de franquicia del contrabando global, con eventuales oferentes rurales. Destaca la fama del Audi como vendimia de ropa “pirata” “de marca”. Los “marchantes” compradores visten los atuendos de las modas que se ofertan en “los puestos” para cualquier gusto o “look”. Quien se surte y surte a su familia de esos productos puede ufanarse de ser “totalmente Audi”. Siendo La Nueva Jerusalén y el Audi expresión de las consecuencias de lo que se ha ido produciendo, dentro de lo que acertadamente algunos estudiosos han llamado: “la barbarie del capitalismo”, en ello encuentro una extraña disimbolidad de analogías, que posiblemente Guadalupe Tafoya ha sabido explorar particularmente en su tema del Audi (la palabra puede también referir al lujoso automóvil alemán). En mi visión, el ghetto Nueva Jerusalén ha creado su propia automarginación que se expresa en una actitud “ultra fundamentalista” de resguardo de sus costumbres en sus formas de vestir; sobremanera, las mujeres, se obligan o son obligadas a vestir a la usanza de beatas o figuras de la cristiandad sin los atuendos del pecado (aquello que denote feminidad, sensualidad, erotismo), vestimentas que no pueden ocultar los rasgos o rastros físicos de lo campesino e indígena originarios; en tanto las beatas de la doble moral citadina que acuden al Audi (chicas que recorren la gama entre “lo fresa” y “lo darky”), se mueven, como pez en el agua, en la búsqueda de toda clase de “fashions” que ahí se ofertan, sin ocultar los rasgos y los estilos dictados por la gran maquinaria de ilusiones erotómicas de la posmodernidad. Nuestras “double standard” girls, ceñidas a creencias religiosas “light” de origen católico, con eventuales coqueteos con lo “new age”, “las grandes sabidurías orientales”, la adopción de lo “latinoamericanista” (forma fashion de “rescate” de nuestras raíces) o las desviaciones “retro” (imitación “in design” de los sesenta), reproducen las bondades del “american dream machine” en colectivos venidos a menos. De alguna forma todo esto me recuerda a los talladores, los canteros, los retableros indígenas de la época virreinal que, aunque vigilados por los colonializadores, combinaron con el plateresco, la icono-
grafía decorativa de sus ancestros filtrándola a la posteridad. “Encuentro” es una palabra utilizada para suavizar el conflicto en el enfrentamiento entre las culturas y eso es lo que va encontrando Guadalupe Tafoya en sus exploraciones plástico-visuales en un contexto artístico social que poco explora con genuinidad. Guadalupe se ha adentrado en visualizar estados al filo de las circunstancias. No ha pretendido estar o vivir “al filo” de lo que se vive en nuestro rededor, acudiendo a los lugares comunes de las supuestas “vanguardias” clasemedieras de
Guadalupe Tafoya logra un paralelismo con la propuesta hecha por Andy Warhol: retribuir a las manufacturas de consumo masivo un carácter de estética visual, delatando los usos, las costumbres y las afiliaciones de todo tipo de las sociedades que las engendra nuestro entorno. Digo que se ha metido en el filo de la invisibilidad de lo cotidiano, jugando con él, renotándolo, ampliando sus acentos formales y coloríficos y atentando contra los estereotipos acendrados en la fácil clasificación de la crítica y de la academia. Tafoya, sin intentar precisarlo con apologías, encuentra la confrontación cultural de inerme apariencia en el tianguis dominical. El séptimo día, supuestamente dedicado al descanso, transcurre en ajetreada caminata entre la vendimia donde los seres pierden sus rostros en un retrato de multitud amontonada en torno al amontonamiento de productos. La autora aquí, atina en recontextuar una selección de productos ejemplificativos de los afanes de glamour de vendedores y compradores, individualizando tales productos. Ca-
da uno de estos ha sido tratado sin la indiferencia a que ha sido sometido como parte del “montón” en estas callejeras tiendas departamentales. Los idilios y las prisas de los compradores son dejados de lado frente a la presencia del producto. Las cosas cobran existencia por sí mismas sin necesidad del gesto humano. En el mundo del mercado los productos marcan los márgenes entre la vida y la muerte, entre las formas y modos de vivir. Tafoya ha dislocado al producto del conjunto de los seres que lo han producido y de los seres que aspiran a su consumo. En este sentido Guadalupe Tafoya logra un paralelismo con la propuesta hecha por Andy Warhol a mediados de los sesenta: retribuir a las manufacturas de consumo masivo un carácter de estética visual, delatando los usos, las costumbres y las afiliaciones de todo tipo de las sociedades que las engendra. Warhol hacía notar el carácter de la estandarización de la estética consumista enfatizando la imagen logotípica comercial de las marcas, denotando la identidad individual de la sopa Cambell’s entre millones de latas de sopa Cambell’s; Tafoya separa los productos individuales del conjunto de productos, los somete a un aislamiento y, además, les arranca su identidad. Una vez despojados de identidad grupal, el concepto de producto ha sido transformado en enunciado visual, en una imagen en la que se exploran sus posibilidades expresivas en sí: como juego semiótico, como semiótica del material que la construye. En cierta forma, Tafoya asume el producto y sus imágenes subyacentes, como segregaciones de una actitud lúdica liberada de expectativas superfluas (como pretender “estar al día”, frente a las usuales demandas de la supuesta “contracultura” juvenil). Cada pieza expuesta es un juego individual que no un ruido desarticulado del conjunto. Un seguimiento ri-
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C A M E R A
guroso del diseño, ha posibilitado a Tafoya la creación de la convivencia de la variedad en un juego conjuntivo, que solo produce sobresaltos en la imaginación y sorpresa del espectador individual. Es rara, en estos lares, la experiencia de una exposición que nos acoge y detiene nuestra vista a particularizar nuestra atención frente a la intensidad individual de cada obra. La sensación que menos acude a nosotros en el tianguis del Audi es de limpieza. Amontonar productos y masas es signo de la insanidad de nuestros días; tampoco con esto imploro el sueño aséptico de los supermercados –templos de culto al consumo masificado impersonal. Como sea, tanto el consumidor populachero como el consumidor en las estadísticas de las franquicias, limpian los productos adquiridos. La limpieza puede o no ser considerada como una práctica clasista o estereotipación de preferencias. Pese a esta relatividad los estereotipos dictan sus estúpidos axiomas: lo limpio es asociado a lo “fresa”, lo “burgués”, lo “académico o institucional”; lo sucio a lo “original”, lo “disenso”, lo “alternativo” u otras estereotipias por el estilo. Habría que preguntar a Einstein sobre los diversos ángulos y distancias desde los que pudiera observar un Tranvía llamado Deseo, sólo por rematar mi observación. Es sorprendente la limpieza como uno de los elementos de la disciplina en la factura de la obras de Guadalupe Tafoya. La limpieza no es un factor venido a menos, este denota, además de ciertos rasgos de personalidad, la consciencia de la congruencia con un enunciado visual, un lenguaje específico, y su acabado final. Cada obra nos enseña a aprender su lenguaje, cada obra exige la atenta y sensible observación de su sintaxis, el arte es también un acto de convivencia y comunicación. Está del carajo indagar cómo los habitantes de La Nueva Jerusalén o los vendedores y compradores de los tianguis dominicales pudieran recuperar una dignidad, que tal vez, desde siempre les fue negada. Pero es motivante ver cómo una artista visual va recuperando, para explorar nuevas posibilidades, experiencias históricas en las labores del diseño visual, sobremanera la adopción del color como forma y la composición proyectiva como elemento de enlace de la obra con el contexto o ambiente circundante. De ello, Tafoya logra una apropiación personal construyendo un espacio propio, que ofrece la libertad de una circulación que el espectador establece, guiado por su curiosidad motivada desde la entrada al recinto. La muestra bien pudiera haber sido titulada de alguna otra forma sin que por ello perdiera su esencia. Pero en fin, la autora nos propone los referentes de sus vivencias. Por mi parte expongo el presente texto proponiendo la obra de Guadalupe Tafoya como una nueva y energética referencia en nuestra ciudad. alejandrox99@hotmail.com
L U C I D A
JOSÉ LUIS CASTILLO
Jorge Amaral Jorge Amaral (Morelia, 1980) anduvo por Filosofía en la UMSNH. Escribe poesía, cuento y lo que resulte. Es parte del consejo editorial de la revista El Subterráneo y es coautor de las antologías Silencio habituado y Tiempo mixto, editadas por la Universidad de Guanajuato. Ha publicado en revistas de Campeche, Mérida, León y Morelia. Rapero y músico frustrado, amante de la lucha libre y el blues, le gusta rolar por los cafés del centro.. P or JOSÉ LUIS CASTILLO GONZÁLEZ
Regalo más reciente que te diste: Una noche en el “table” con un par de amigos hace algunos días.
Si pudieras enviarte una carta, ¿qué le dirías al niño de 8 años que fuiste? Le diría: “Las niñas están medio locas pero no muerden, sólo tienen tanto miedo como tú; así que ¡acércate, carajo!”.
El viaje de tu vida: Cada vez que manejo de noche y bajo la lluvia. Canción que mejor define el siglo XX: “Si volvieran los dragones”, de Sabina y Páez. ¿Qué nombre le pondrías a la calle donde vives? Calle Robert Johnson.
Si pudieras enviarte una carta, ¿qué le dirías al hombre de 80 años que serás? Si sigues fumando, eres mi héroe. Por cierto, no seas regañón. Principal motivo, evento, persona que te definió tu profesión: Cuando escribí mi primer cuento y gané un segundo lugar, ahí supe que podía ser divertido esto de la escribida. Acerca de tu quehacer, ¿cuál podrías definir como tu principal logro? Cada texto que, al verlo publicado y revisarlo con ojos de lector, logra satisfacerme. En el mismo sentido, ¿algo de lo cual te hayas arrepentido o que si pudieras cambiarías? Tuve una etapa pretenciosa, si pudiera, regresaría para evitar esos arranques de arrogancia y presunción. Por fortuna, ha habido gente que me ha bajado a pedradas cuando empiezo a subir el pie en la nube. Si tuvieses que definir tu trayectoria a semejanza del título de una película, ¿cómo se llamaría?: De un rancho a otro.
Si pusieras un anuncio en el aviso económico, ¿para qué te alquilarías?: Voyeurista a domicilio. Vocación frustrada: DJ de rap y músico.
Lo que el viento nunca se llevará de ti: La creencia en la posibilidad de lo extraordinario. Si fueras un profesional de la lucha libre, ¿cómo te llamarías? Súper Real MCías. Y cuando despertaste, ¿qué seguía ahí?: La fe en que siempre hay un roto para un descocido, como diría Frank Sinatra: “Everybody loves somebody, somewhere”.
EN PRIMERA PERSONA Felicidad : Plenitud. Paz : Campo. F e: Indispensable. Amor : Poder. Personaje: Robert Johnson. Olor: Café recién tostado. Miedo: Al miedo. Erotismo : Mujer.
Dolor: Necesario de vez en cuando. Imaginación: Motor. 15 minutos de fama: Ofréceme treinta y sí lo pienso. Animal de poder: Toro. Posdata: Lo que no se dijo ya es silencio.
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Nota al pie A propósito de «El audi», de Guadalupe Tafoya Por MIGUEL CARMONA VIRGEN Bombardeadnos sin prisas pero sin pausas. Manuel Vázquez Montalbán Para Lluvia
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spero que sea la misma que conocí hace unos años, por mediación de Soledad, su hermana. En todo caso es irrelevante, salvo que ambas son pintoras: una sin ton ni son y la otra con una sospechosa pulcritud en la ejecución. Por aquellos años Esteban quiso pintar como Soledad –quizá con la pretensión de lograr subirse al carro del éxito de la Tafolla- y luego les perdí la pista. Al parecer el pintor de marras terminó dedicándose a fabricar un papel que los irremediables llamamos delirio. Conviene tener en cuenta que hay situaciones irrisorias que parecían absolutamente serias, al menos para las víctimas de nuestro sarcasmo. También a mí me sorprende la historia de esta ciudad, como a Delgado. Mis observaciones sobre la obra Tafolla (Guadalupe) parten de una exposición ya comentada por Alejandro y de cuyos argumentos desprendo algunas ideas. Para empezar, las vertientes de El audi son más manifiestas de lo que cabe suponer. Puede aseverarse -sin que ello signifique severidad o severismo alguno- que aquello de la sopa Campbell es un lugar común que acoge ciertas tautologías mordiéndose la cola una y otra vez. Alejandro despacha buenos epítetos contra el contexto capitalista en el que al parecer estamos todos (ahá) inmersos, aforismo del que aún no me convenzo. La fantasmagoría de una posición de resistencia desde las entelequias protomarxistas llega a ser no sólo incongruente, sino hasta cacofónica, como aquellos que dicen bien tardísimo. En lo personal sé que casi no hay crítica artística –de la no académica, militante o no- en el ambiente. Llámese crítica al ejercicio de la imaginación a fin de dialogar con las obras, no otra cosa. Poca o nula imaginación, eso tenemos. Las licencias de Alejandro las celebro, entendidas como provocación hacia los que nunca opinan (¿ni lo harán?) acerca de nada. Decía que el Pop Art no llegó para quedarse. Cuando mucho sirvió para catapultar a nuestros decoradores de interior a categoría artística, rasgo del todo anglosajón. La tradición que nos es más íntima es también más modesta: el Renacimiento. Es desde el Cuattrocento que fuimos aprendiendo a transcribir la tesitura de nuestro espíritu –en sentido alquímico- a los lenguajes modernos; una vez que cierto prelado autorizó que teníamos alma empezamos a hablar castilla, entender a Bruneleschi y cantar polifonías. Nada que ver con los desabridos desplantes de Warholl, por más que nos hayan vendido la
idea con el envase. Sopa Campbell, Gran Desnudo Americano, etc, eso es otra historia y la vamos a contar cuando nuestros paisanos dejen de viajar a tragarse la pesadilla americana. No, Alejandro, los migrantes no salen del territorio en busca de oportunidades –eso lo puede creer uno de los candidatos de la democracia tropical-, los migrantes son hormigas cumpliendo con la conquista de una tierra de nadie. Allá se refunda la colonia, el barrio, la misma esquina… el mismo naufragio. Nuestros paisanos no mejoran su calidad de vida. Hay quienes regresan a quemar las llantas de su Lobo en el rancho, poner el telecable y tronar sus pistolas en Nochebuena, pasearse con la banda, en fin. Quienes no hacen todo esto se quedan en el limbo de América –por cierto el país menos americano del continente- comiendo pavo, no guajolote; sorbiendo birria, no beer y aparqueándose en cualquier esquina xenofóbica. Los migrantes son eso, gente en tránsito a ninguna parte, enjambres cubriendo la ruta atávica de la raza de bronce en busca de Arcadia. Lo de abandonar sus tierras merece trato aparte y nos llevará más lejos de Tafolla (Guadalupe).
Otra cosa es la Nueva Jerusalén, El lugar sin límites de Donoso, que Ripstein ha desglosado perfectamente en su filme. No veo la relación con la obra de la pintora, como no sea esperpéntica, la relación. Vestir a las gentes es una tarea surgida del teatro, el drama, la tragedia en escena, la pantomima, la simulación. Hasta hoy no comprendo otra función de las bodas, con templo arreglado , monaguillos, bisutería y organista trepado en el coro de la parroquia, que el vestirse. Por mi parte las extraviadas criaturas de Nueva Jerusalén, párroco incluido, pueden vestirse a la usanza que se les ponga. No me refiero a vestirse para vestir santos o gustarle al vecino(a), el jefe o la mujer del prójimo. Digo vestir para simular, cumplir un ritual, ser noticia, ondear el trozo de percal y lentejuela ante los bobos. Eso. Y no veo porqué hacer entrar la demencia de Nueva Jerusalén en estas cosas. Si hemos de hablar de territorios abandonados, estados enteros, tendríamos que repensar la historia de nuestro continente y nuestra inútil vecindad con los gringos (Los , para la raza). Hay algo que me parece pertinente en lo que dice Alejandro: pocas veces la gente de las Artes Visuales se atreve. La muestra de Guadalupe Tafolla inyecta aire fresco al ambiente, aún enfermito de la resaca de zalcismos, y otras yerbas. Lejos de llevar la basura encontrada en el tianguis dominical del Audi , ha optado por una refiguración de la superficie, al grado de intervenir los muros de la sala de la Escuela Popular de Bellas Artes, que ya es decir. Independientemente del parecido con las latas de sopa de Wallhorse, los textiles tafollanos son soportes plásticos de significación alterada. La alteración –informalismo nacido en Cataluña, con Tápies en los años 50 del siglo pasado- suele disponer de articulaciones insólitas en eso que llamamos discurso (palabreja sustraída a la política) a fin de hacer saltar los marcos de la tradición. ¡Quién no lo ha intentado en su juventud! Luego de esto veremos si la autora aterriza en un suelo más propicio a la creación de lenguajes más consis-
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SIN AL T E R N A T I VVAA
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Campechaneado tentes y propositivos. Por ahora nos quedamos con esta zambullida en la profunda mar de la audacia. Walldrop no alteraba sus objetos; excepto los retratos serigráficos de la iconografía del Star Sistem, desterritorializaba (qué tal) los temas, minado por una idea duchampeana, conceptualista. No, Tafolla traza, colorea, ensambla, juega. Definitivamente nada qué ver con Wardoll. Acá hay más sentido que el meramente decadentista, protagónico, abortivo. Y sí, estos tiempos eclécticos aceptan con holgura la pulcritud como valor agregado en la obra. Qué es, no se decirlo. Me alegra en extremo esta disposición a encarar el azar y perderle el respeto a la tradición. Va lejos esta autora, muy lejos, pero no hacia Turicato –buen nombre para una línea de ropa de boutique, como adobe, diesel, pepe, ajolote o huarache- ni hacia New York, sino hacia la pupila pensante de un público moreliano algo tibio y nada exigente, tal vez ciego. Aunque es andar entre ciegos como aprendemos la ruta de la clarividencia. Guadalupe Tafolla, donde te hayas metido para traer de los pelos esta obra, nos has dado un gusto tremendo. Creo que cambiaré mis coordenadas emocionales para ver la obra de los pintores de aquí. Al menos sé que el tiempo de los paisajitos embadurnados, matizados con blanco, pobres y mal terminados, sin dibujo, están pasando a mejor vida, así como las delirantes lumpengrafías y posturas avant garde . Impecable, algo adocenada y floja en su coloración, la obra El Audi –o como se le quiera llamar- queda allí como prendamejor dicho- de una voluntad plástica nada tímida, para que los cobardes tomen ejemplo. Mujeres hay en estos páramos que han intentado, con la timidez reglamentaria, de pintar en serio; unas se han casado, otras han terminado haciendo flores de migajón y, las más, se dedican a pintar sus mejillas con Dior, a untarse Mary Key, endurecerse las uñas o, de plano, a probarse cortes de moda en tiendas departamentales con música chill out. Nada del otro mundo. Tafolla (Guadalupe, no Soledad) sigue pintando y pensando, señal de excelente estado de salud mental. Pertenecer al ghetto de los artistas – mundillo, dicen- me vuelve irónico. Suele llamarse élite a la fauna cuyos códigos nadie más intelige, círculo de iniciados, mafia pura, familia, orden, hermandad, facción, falange, horda. Lo mismo es para el ghetto, con la carga de perdedor que le es asignada en nuestra sociedad proteica, triunfalista, cínica, usurera, xenofóbica, híbrida, prohippie. El ghetto es igual pero diferente, como decía mi hijo cuando era niño. Como en un fruto de dos cotiledones, el izquierdo es el ghetto. Admito que no me es grato sumarme al de los sin tierra. Me daría mucho gusto estar del otro lado, en el derecho y meterle mano al presupuesto del gobierno, a las pachangueras celebraciones del poder, a la mesa bien puesta y los zapatos lustrosos forever; bien con toSigue en la página 7
RICARDO BARRETO
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nspiración para escuchar música nunca me falta y nunca a nadie le debe de faltar; creo en eso como se cree que El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo son uno mismo: sin razonar. Pero, inspiración para escribir una “reseña” me falta muchísiron hacer una reseña mitad y mitad… tal vez escribir sobre una banda de rock alternativo de moda y terminar por exponer mi punto de vista sobre un disco de jazz, pero ni de eso creo que pueda ser capaz. Por eso, voy a presentar una serie de canciones; las mejores que últimamente he escuchado: Del último disco, de este año, de la banda After Forever, la canción que vale la pena es la última que se llama “Lonely” y es una balada (¿gótica?). Del grupo Black Light Burns, álbum Cruel melody , año 2007, la mejor rola es “Lie”, un rock alternativo, medio industrial, medio darky y pesado (sobre todo si eres popero). Del nuevo disco de Dream Theater que se llama Systematic chaos , todavía no me decido, tal vez ninguna sea el non plus ultra. De Fiction Plane, que es la banda del hijo de Sting, del álbum Everything will never be ok la que más me gusta es “Hate”; es pop-rock . D e Hevia, álbum Tierra de Hevia, la más chicha es “Sobrepena”: folk-asturiano-celta. De Kidneythieves (álbum Trickstereprocess), que no sé si es un grupo de grunge, rock industrial o triphop, les recomiendo “Pretty” que es como una orgía entre Gus Gus y Trent Reznor. Del grupo Le Tigre la mejor canción es “After dark”, del álbum The island , que es como electro-britpop para drogadictos. Del último de Paula Cole escuchen “Lonelytown”, una balada jazz llegadora. Del último de Steve Vai, en vivo, que se llama Sound theories I y II , la primera rola que es, más bien, la introducción al disco, es la rifadora: “Kill the guy with the ball”; es una pieza Zappatista (de Frank Zappa) que termina como si fuera Panteón Rococó haciendo el soundtrack para un filme de Luc Besson. Y, por último, la canción que más me gusta, del último álbum ( Anonymous, año 2007) de uno de los tantos grupos de Mike Patton, Tomahawk, es… ninguna, mejor se las canjeo por ésta serie de canciones de moda que no tengo idea de qué álbumes sean: 1. A Perfect Circle – “Imagin e ” ( cover de los Beatles): la
ma en gran parte porque no me creo capaz de escribir sobre un solo álbum de una sola banda o músico. Y esto en gran medida porque no siento que ningún disco sea lo suficientemente bueno como para escucharlo todo. Por eso me propusie-
Arriba: Mike Patton, Paula Cole y Black Light Burns. Abajo: Dream Theater.
canción versión bizarra. 2. Chevelle – “Well enough alone”: ¿nu-metal? Con un coro excelente. 3. Diamond Nights – “The girls attractive”: un seguidor de Billy Idol. 4. Enrique Iglesias – “Do you know” (Ping Pong Song): No, no es cierto… 5. Fivespeed – “The mess”: punk revival… o algo así. 6. Hot Hot Heat – “You owe me an IOU”: …de ese brit-pop de moda. 7. LeAnne Rymes – “Amazing grace”: excelente versión, casi tan buena como la de Tori Amos. 8. Liam Lynch – “United States of Whatever”: ¡Recomenda-
dísima! [Punk] 9. Lit – “My own worst Enema”: para niños Emo. 10. Ok Go – “Do what you want”: ¡¿Qué?! Es pegajosísima. 11. Shinedown–“45”: rock alternativo tipo Nickelback, 3 Doors Down, Staind… o cosas así; estas voces nunca me van a cansar, yo quisiera cantar así ¿tú no? 12. The Fray – “How to save a life”: para el despistado que todavía no la escucha. 13. The Secrets Machines – “Nowhere again”: para seguidores de Pulp y el buen brit-pop (aunque no tengo ni idea si sean británicos). 14. Rihanna feat. Jay Z – “Umbrella”: ¡Pero!... el video. (de preferencia en muting ).
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S O N A R . U N PA S E O P O R L A R E A L I D A D A LT E R N A T I VA
Venezuela y el caso RCTV / y 2 LUIS MANUEL PACHECO SEGOVIANO
E
n efecto, no se trató de la cancelación o suspensión de la concesión de RCTV. Más bien no fue renovada y eso cambia radicalmente la his toria. No fue, como muchos medios denunciaron, un acto arbitrario o un atentado contra la libertad
dos, incluidos los diferentes bien lejos por allá. Pero estoy en el lado izquierdo y dentro de este en su extremo más izquierdo; sé que tengo que vivir aquí, ya que es muy tarde para empezar de nuevo y tal vez haría el ridículo en la derecha, bien peinado, sonriente y tripulando un bólido nuevo cada vez, además de mi cara de imbécil que todo lo sabe ¡y aburrido! Definitivamente me quedo en el izquierdo, como Huitzilopochtli, el colibrí del mito prehispánico, igual que el corazón y la mano inútil. Zurdo es el que dibuja, escribe poesía, insomnia, rabia; zurdo es el que no cree en la política de los políticos ni en el salario mínimo ni en la presea Generalísimo, la Tocavén o la Juan Pérez; mucho menos en un país con un presidente legítimo sin poder y uno con poder e ilegítimo, como en los cuentos; ni en la esperanza de que el general viniera para gobernar como Dios manda o que el narcotráfico pudiera pagar la deuda externa que no es nuestra ni la vamos a pagar nunca. El zurdo no es el que tiene la mano seca, al que obligan en la escuela a escribir como todo el mundo con la mano derecha; tampoco el que todo le sale mal y le llaman chueco pues hasta duerme sonriendo. Zurdo es de cuidado. Sin embargo para los cuates uso mi manita derecha; ellos no saben –jamás lo sabrán- que estoy del otro lado del espejo. Así es que digo lo que tengo que decir en torno al texto de Alejandro una vez que hemos visto la misma exposición en la Sala David Alfaro Sequeiros quien, dicho de paso, era un fulanito que creía que no había más ruta que la suya –ruta que nadie más quiso recorrer, gracias al Cielo, que si no- y que alguna vez se vio implicado en la muerte de León Trotski, que se había enamorado de Frida la de las cejas en uve que vivía en pecado mortal con Diego, uno de los pintores más completos que tuvo México en el tiempo en que parecía que llovería pero nada no llovió y ahora hay muchas más rutas que las del coronelazo que apretaba la jeta para decir no me tomes esa foto y son las rutas que recorre la hermana de Soledad que muy discretamente fue descubriendo la pintura como práctica de libertad (Guadalupe, no Sol) y que provocó este texto dedicado a Luis que seguro le gustaría ya pueden comenzar el bombardeo. miguelcarmonav@hotmail.com.mx
nalmente- una serie de eventos coyunturales y políticos que dieron lugar a este suceso. Se habla, por un lado, de abusos constantes y atentados contra la salud pública por parte de algunos medios privados de Venezuela, que no son otra cosa que permitir contenidos nocivos o propiciar el consumo de bebidas alcohólicas y tabaco por medio de la publicidad de estos giros en televisión. El documento Las concesiones del espectro radioeléctrico en Venezuela precisa en este sentido: “…durante la administración de Luis Herrera se tomó la decisión de prohibir la publicidad de cigarrillos y licor en la televisión…”. Al respecto abunda Luis Britto García en su libro Venezuela investigación de unos medios por encima de toda sospecha (Caracas, Ministerio de Comunicación e Información, 2006): “Por haber tomado una medida de salud pública, Luis Herrera Campins (ex presidente de Venezuela)… no puede ser mencionado por ninguna razón… en la televisión venezolana”. Y en Las concesiones… s e explica: “Ha habido excesos en el uso de la libertad de expresión. Se estaba cobrando el dinero que perdían al no poder publicitar los referidos productos”. De tal forma que después de varios años de pugnas entre el poder bolivariano (léase Chávez) la expiración de la concesión de RCTV después de 20 años de su operación no fue renovada conforme a la propia ley de Venezuela. Bajo esta óptica encontramos una serie de elementos afines a la situación de los medios de comunicación en México. Se ha cometido infinidad de abusos a la libertad de expresión, muchos medios se ha erigido en un poder social aparentemente legítimo (una legitimidad que ellos mismo han construido) y que en definitiva muchas de la veces propician una doble moral que opera desde su interior (los casos de Televisa y última-
de expresión y –por increíble que parezca- el gobierno tuvo todos los argumentos legales como para tomar una acción contundente. Pero no es una historia color de rosa, hay detrás de esto –nada es de a gratis en la política fi-
Bajo esta óptica encontramos una serie de elementos afines a la situación de los medios de comunicación en México mente TV Azteca son ejemplos contundentes). Es probable que por casos como el de Venezuela muchos sectores en México (sobre todo empresariales) vean con enorme desconfianza a los partidos con propuestas de gobiernos populares. Un escenario similar se vislumbraría si la izquierda mexicana llegara a la Presidencia. Por supuesto se esgrime el argumento de las faltas a la moral o daño social –incluso a la salud pública- como legitimo pretexto para poner en peligro a la libertad de expresión… pero ¿hasta dónde un caso como el de RCTV es aplicable en México y hasta qué punto se atenta contra la libertad referida? ¿Sería sano acabar con las prácticas comunes de los medios de comunicación tendientes al monopolio y en muchos casos a trastocar la verdad? Para el maestro Luis Matos hay muchas razones que quedaron sin contexto con respecto al cierre de lo que se llamó Radio Caracas Televisión: “Es una emisora en manos de una familia que viene trasladando ese mismo capital y ese mismo medio de comunicación por más de 100 años. Esa familia utilizaba y pretende seguir utilizando el medio de comunicación para ponerlo al servicio de los intereses particulares de la familia, ni siquiera de un emporio empresarial; es una familia en la que no hay participación allí de los trabajadores; históricamente se ha podido demostrar cómo esta emisora fue cerrada varias veces, por la obscenidad, por violentar las normas de radiocomunicación en Venezuela, por prestarse a campañas en contra de la niñez, de la juventud y de la familia; de tal manera que desde el año 98, cuando comandante Chávez llega al gobierno, el pueblo empezó a dar
una gran discusión sobre este medio de comunicación. El presidente, sobre la base de una consulta al pueblo, toma la decisión no de cerrar la emisora, sino de no renovar la concesión que es un derecho que está previsto en la Constitución y en la Ley de Telecomunicaciones de Venezuela, que no son en algunos casos leyes o normas del Régimen Bolivariano sino que ya la IV República -el Estado capitalista burgués- había establecido, pero que no se cumplían… De tal manera que lo que se ve con Radio Caracas Televisión es una acción de defensa de la norma, de defensa de la familia, de defensa de una sociedad sana y que no se podía renovar la concesión porque estamos en una democracia, si estamos en un gobierno que busca enaltecer los valores de la sociedad era una contradicción que si ese medio seguía operando bajo la concesión del gobierno”. ¿Suena familiar? ¿Tiene alguna relevancia con respecto a la situación de los medios y las leyes mexicanas? Creemos que sí. Suena bastante sano, pero sobre todo analizando con lupa el desempeño de la mayoría de los medios de comunicación que han sobrepasado los límites que el propio gobierno les ha impuesto y que este último en concordancia o contubernio no ha sido capaz de tomar acciones concretas para frenar los abusos de muchos medios.
Top Five Alternativo
Amy Winehouse: “Rehaz”. Chemical Brothers: “All Reversed”. Air: “Once upon a time”. Roisin Murphy. “Overpowered”. Tomihira: “All to be undone”.
luismanuel.pacheco@gmail.com uno.creativa@gmail.com
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Juan Tovar Entrevista con el autor de «Doble vista» Por JAVIER PÉREZ
J
uan Tovar (Puebla, 1941) ha puesto en letras lo que él califica, no sin cierta socarronería, como su sabiduría en la teoría y práctica del drama en Doble vista (Ediciones El Milagro, 2006). A esto habría que añadir el reciente reconocimiento del que fue objeto su obra como dramaturgo al otorgársele el premio Juan Ruiz de Alarcón en mayo pasado. «Es una de cal por todas las de arena – comenta en entrevista el autor de La madrugada con respecto al premio-. Desde luego que me da gusto, porque mis obras han sido poco reconocidas por la crítica, creo que por mi pésima disposición para las relaciones públicas. Ya que no me las premian una por una, está muy bien que me las reconozcan todas».
El drama Ante la andanada de temas que surgen de Doble vista, colección de ensayos y crónicas, no había más que iniciar por el principio. «La primera intención era escribir un libro de teoría, un libro de texto, pero no me salió. Poco a poco me di cuenta que tenía mucho material, no sólo de teoría, sino Juan Tovar. también de mi práctica (…). Pero ya que había armado todo, pensé que me hacían falta cosas, como una lectura de la Poética, de Aristóteles (…). A él se le ha corregido en muchas cosas, pero en cuanto al drama, no ha sido posible cambiar sus postulados». También dedica uno de sus textos a la teoría de los siete géneros –integrada por tragedia, pieza, comedia, melodrama, tragicomedia, obra didáctica y farsa-, la cual, escribe en el ensayo homónimo, es una de las más difundidas y aplicadas en México, donde fue creada por su maestra, Luisa Josefina Hernández. «Esa teoría a mí me fascinó cuando la aprendí; cuando empecé a enseñar, la daba al pie de la letra. Pero poco a poco me fueron entrando dudas, sobre todo desde que empecé a escribir teatro más en serio y acabé la que considero mi primera obra, La madrugada. No pude determinar de qué género era. Así que la califiqué como un corrido de la muerte del general Francisco Villa. Poco a poco me convencí de la importancia de la tragicomedia, a la cual la teoría de los siete géneros no le deja mucho espacio, a pesar de que es muy abundante. En los últimos años, la preocupación ha sido lo que fundamenta a la tragicomedia: saber cómo es la gente, sin ha-
Fotograma de Reed: México insurgente, en cuyo guión colaboró Juan Tovar.
A mí siempre se me ha hecho más fácil tomar de las historias que hay, y ahí hay mucha variedad. Por ejemplo, tengo una obra que se basa en hechos reales ocurridos en 1998 o 99 cerla heroica ni cargarle la mano en lo ridículo; sólo establecer cómo funciona». -En el ensayo «Aristotelismos» hace una analogía entre el drama y el chisme, ¿le ha ayudado estar abierto al chisme para crear historias? -Sí, hay que escuchar chismes porque a veces de ahí surgen buenas historias. A mí siempre se me ha hecho más fácil tomar de las historias que hay, y ahí hay mucha variedad. Por ejemplo, tengo una obra que se basa en hechos reales ocurridos en 1998 o 99. Ésa como que fue un regalo, fue un caso de secuestro del que me enteré de tercera mano y del que pensé: ‘aquí hay una obra de teatro’. Si me hubiera puesto a inventar una historia de secuestro, hubiera sido otra cosa, y no se me ocurre por dónde me hubiera ido para buscar algo interesante. -En cuanto a esto de que alguien le regala una historia, en Doble vista cuenta varias anécdotas, como la de la obra Fort Bliss , que trata sobre Victoriano Huerta. -Nunca se me hubiera ocurrido escribir sobre Huerta, pero pasó eso que pasó (Tartufo Escalante le cedió el tema) y me puse a investigar acerca de él, y ya tenía pensa-
EXCÉLSIOR
Premiados en el Primer Concurso Literario de la Juventud que la SEP organizó en 1970: Alejandro Aura (poesía), GP (cuento), Óscar Villegas (teatro) y Juan Tovar (novela), con el Secretario de Educación Pública, Agustín Yánez, y Emilio Carballido, jurado de Teatro.
da la obra: un Ricardo III, que es malo, malo, pero se comunica con el público, haciéndolo su cómplice. Investigando en libros serios sobre Huerta, me di cuenta que la imagen que se tiene de él es totalmente equivocada. Es un poco lo que pasa con Ricardo III también, pues parece que no es autor de la mayoría de los crímenes que se le achacan, sino que se los atribuyeron para limpiar a su sucesor. En el caso de Huerta, se volvió el malo de la Revolución, pero después de leer sobre él, cambié mi opinión y pensé que sería interesante enfrentar al público con una idea diferente. Pero sucedió que fui víctima de la censura, y en la UNAM, nuestra Máxima Casa de Estudios. Me dijeron que rescataba demasiado a Huerta. Pero repliqué: ‘tengo documentos, no es como si me inventara que Huerta es bueno; no era un pan de dulce, pero no era un chacal, como dicen. Y menos un imbécil capaz de matar a Madero, sabiendo que con eso todo mundo se le iba a echar encima’. -Pero escribir contra los mitos, rescatar algo novedoso, es siempre difícil. Al fin de cuentas, la historia la escriben los vencedores . -Esta obra sí fue un choque porque todo me esperaba, menos que me salieran con que no se puede hablar bien de Victoriano Huerta, que está prohibido. ¿Por quién? Eso ya es especular. Prohibido por el gran dictador, digo yo. El gran dictador es Luis Echeverría; él dictó la historia contemporánea de México, se la dictó a Enrique Krauze. Toda la historia contemporánea de Krauze es historia de Echeverría, y el funcionario que prohibió en la UNAM Fort Bliss es ahijado de Echeverría, o sea que no había más que hacer. -¿Cuál ha sido su experiencia más intensa, en la que se le ha dificultado conjuntar las voces de sus personajes?
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I N T R A V E S Í A
Eduardo Saavedra -Esta obra sobre el secuestro es un buen ejemplo. La primera idea que tuve fue escribirla para que todo pasara en el cuarto del rehén, para hacer sentir al público el encierro. Pero entonces el rehén era el personaje central y los secuestradores, si querían decir algo, tenían que ir al cuarto donde estaba para decirlo. Quedó una obra rara que no le gustó casi a nadie, sólo a mi maestro Carballido, que la publicó en su revista. Como la idea primero se me ocurrió para cine, pues la consideraba muy cinematográfica, solicité apoyo del Imcine para escribir el guión. Después de hacerlo, tuve que reescribir la obra de teatro. Me di cuenta que fue un error, porque tenía a un personaje solista y tres de acompañamiento. Aunque el guión tiene muchos personajes más, en la obra me centré en estos cuatro personajes, el rehén y los secuestradores, pero dándoles más espacio a éstos, para que pudieran hablar entre ellos. Creo que me quedó mucho mejor, pues ya es un cuarteto, cuatro personajes con sus preocupaciones. Fue un escarmiento. La idea de la sensación de encierro no valía la pena para sacrificar tres caracterizaciones por ella.
Actualidades en miscelánea -«México nunca se ha distinguido por su habilidad para distinguir el talento de sus habitantes, ni por aprovecharlo»… -Es una frase de Jorge Ibargüengoitia. -Que sigue siendo muy actual… -Más actual que nunca, porque ahora tenemos un gobierno que no se interesa en la cultura. Antes era como el modelo socialista, el Estado apoyando la cultura, encargándose de ella, y pues lo hacían mal que bien. Pero ahora, lo que menos le interesa es la cultura. Pero eso es parte del cambio. A la iniciativa privada nunca le ha interesado la cultura, y si ahora tampoco al Estado, entonces ¿dónde queda la cultura? Las universidades siguen siendo sitios culturales, como debe ser, pero a ver por cuánto tiempo. El cambio está siendo tremendo, este gran viraje a la derecha. Pienso que es una especie de golpe de Estado en cámara lenta, que se inició en el 68, por Echeverría, y se culminó en el sexenio de Salinas, quien fue quien firmó el TLC. O sea, de pelón a pelón, se pone pelón. -«Un escritor es también un orquestador…» -Un dramaturgo, sí claro, porque están ahí todas las voces, eso es algo que dice don Alfonso Reyes: el teatro se escribe igual que la música. Entonces le encontré sentido por ahí, pues hacemos lo posible para combinar las voces que se escuchan. -¿Cómo ve la tendencia actual de restarle importancia a los diálogos en el desarrollo de la historia, tanto en teatro como en cine? -La gran diferencia entre el cine y el teatro es que en el teatro hay que decirlo todo, todo está en el diálogo; mientras que el cine tiene las imágenes. Por ejemplo, el Hamlet soviético (Kozintsev, 1964) es la mejor versión de cine del ser o no ser que
recuerdo. En esta versión soviética, está Hamlet afuera del castillo y dice: ‘ser o no ser’, y se queda mirando a la distancia y la cámara se va a lo que está viendo. Él no dice nada más de ese largo monólogo, lo demás se dice cinematográficamente. Es una muy buena adaptación. -Ahora que hablaba de esta adaptación, y tomando en cuenta su ensayo «Los dos Andrei», hay como mucho cine ruso en su vida, ¿le ha influido mucho? -Es una gran diferencia entre los dos imperios, del que ahora sólo queda uno. El imperio soviético fundaba escuelas de cine en todos los territorios que conquis-
taba. Y resulta que ahora, aunque ya se deshizo todo eso, sigue habiendo muy buenos directores del antiguo bloque soviético, que trabajan donde pueden o siguen en Europa. Mientras, al imperio capitalista sólo le interesa vender sus productos, no le interesa educar a la gente en sus territorios, sino que los territorios que domina compren su producto. -Y al cine mexicano, ¿cómo lo encuentra actualmente? -Ahora que hablan del triunfo del cine mexicano, en referencia a las últimas postulaciones a los Oscares, digo ¿cuál triunfo del cine mexicano? Lo que pasa es que
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BUTACA
SINESTÉSICA
RKO
Una biografía imaginada algunos realizadores han logrado pegar su chicle globalmente, pero el cine mexicano en sí, ése está en artículo de muerte desde hace algún rato. Yo diría que El violín, de Vargas, y En el hoyo , de Rulfo, son de las películas nuevas que valen más. Si hubiera más como eso… pero no hay tanto. Tarkovski hablaba mucho de la importancia de la crónica en nuestro mundo actual. Creo que entonces no es ninguna casualidad que el director mexicano con la carrera más notable en los últimos años sea un cronista que no se ha inclinado por la ficción, Rulfo. -¿Qué es lo que más le apasiona de escribir guiones de cine? ¿Le gusta escribir sugerencias al describir imágenes? -Sí, aunque generalmente empiezo por el diálogo; lo escribo y luego le intercalo imágenes. Me gusta pensar qué se está viendo mientras se dicen las cosas. ¿Vemos al que habla, al que escucha o a ninguno de los dos? -¿Y qué pasó con el guión al respecto de la historia del caso de secuestro que conoció? -Nada. Imcine me apoyó para escribir el guión, y lo tiene ahí, supongo que en su sitio o donde sea, para ver si algún productor se interesa en él, porque Imcine no está produciendo. Tendría que vendérselo a alguien más, de preferencia gringo, pero es una historia complicada. Ya nomás por terquedad escribe uno guiones.
U
na de las facetas más importantes de Juan Tovar ha sido su trabajo como traductor, no sólo de autores dramáticos importantes, como El contrapaso, de Thomas Middleton y William Rowley, sino de los primeros cuatro libros de Carlos Castaneda, publicados en México por el Fondo de Cultura Económica. -Trabajé de oídas, de radar. Conocí a Carlos Castaneda cuando aún traducía su primer libro; llegó a mi casa inesperadamente. Me aclaró algunas cosas, por ejemplo, eso de hombre de conocimiento, pues yo había puesto hombre de saber porque me parecía más autóctono; pero no, suena mejor hombre de conocimiento. Me divertí mucho. Esos libros son mis únicos best-sellers. Si hubiera tenido un porcentaje de ventas, no tendría tantos problemas económicos, porque se siguen vendiendo. Ya para el cuarto estaba un poco escéptico; me acuerdo que le dije a Castaneda: «éste sí me está costando trabajo porque don Juan habla cada vez mejor inglés». No me dijo nada. Le puse a ese libro Cuentos de poder, pero en el Fondo de Cultura no les gustó porque dijeron que parecían inventos. «Es que lo parecen realmente», les dije. No lo aceptaron y le pusieron Relatos de poder . Luego les llevé un libro de Weston LaBarre, un antropólogo que demuestra cómo Carlos pudo escribir sus libros sin salir de la biblioteca de la Universidad de Los Angeles y les dije que estaba dispuesto a traducirlo si les interesaba publicarlo. No sólo no les interesó, sino que nunca me devolvieron mi ejemplar; la conspiración del silencio.
sobre Diane Arbus, fotógrafa ALBERTO ZÚÑIGA RODRÍGUEZ
I.
Los personajes de Shainberg
En 2003 vi una cinta de una mujer que, recién salida de una institución de cuidados mentales, adquiría un empleo como secretaria de un abogado de carácter nefasto, enfundado en su patranscurrir el metraje. Innegablemente una relación de sumisión y sadomasoquismo con una notoria dependencia psicológica, afectiva y sexual entre ellos: Lee Holloway (una impecable Maggie Gyllenhaal) y Edward Grey (James Spader). Se notaba que el director, Steven Shainberg, había apostado más por la historia encausada a una buena dirección de actores y por el guión, que por el montaje u otros recursos visuales o efectistas. Ahora, en su tercer largometraje, Retrato de una obsesión (Fur: an imaginary portrait of Diane Arbus, 2006 ) –vaya traducción ¡tan patética y reiterativa!- la apuesta sigue siendo la misma pero con un cuidadoso énfasis en el diseño de arte y particularmente la textura de la fotografía que resalta en todo momento (espectacular en composición y virada a tonalidades muy azules en gran parte de los interiores). Así, de la mano de Shainberg y con un guión basado en una novela biográfica escrita por Patricia Bosworth, vemos cómo Nicole Kidman interpreta estupendamente a una de las fotógrafas norteamericanas más controversiales y contestatarias del siglo XX, Diane Arbus, y la relación con su monstruoso “mentor”, Lionel Sweeney, un hombre que padece una enfermedad que le cubre el cuerpo de bello y quien la introduce al mundo subterráneo del Nueva York de finales de los cincuenta, principios de los sesenta.
II. Las pieles y los vecinos freaks Diane Arbus era hija de una familia acomodada y pudiente que se dedicaba al negocio de la peletería fina. Sus padres, que siempre le inculcaron las buenas costumbres, los buenos modales y un servilismo extremo hacia su familia y marido Allan (Ty Borrel), les apoyaban otorgándoles las fotografías exclusivas de sus almacenes. El día de la presentación del catálogo reciente (en su casa-estudio fotográfico), antes peleteros de todo el país, Diane descubre
sión por la perfección, demandante y sadomasoquista en su relación con ella, su “trabajadora”. Lo que más me llamó la atención fue el tratamiento y la relación tan especial que los personajes de La secretaria (Secretary, 2002 ) mostraban al
Fotografía de Diane Arbus. Abajo, Nicole Kidman en el papel de la fotógrafa.
que una mudanza hacía alarde de la llegada de un nuevo vecino, quien lo cubría una máscara negra que le miraba fijamente a la habitación donde ella había corrido por una cámara de repuesto para su marido, obviamente. Ante el asombro y la intriga de ese nuevo inquilino, la protagonista comienza a buscar pretextos para acercarse a él, al señor Lionel (magistralmente interpretado por Robert Downey Jr. ( Zodiaco [2006], Natural born killers [1994] ), hasta que un día encuentra el motivo perfecto para intercambiar palabras con él. La tubería de su hogar se había tapado a causa del cabello que bajaba por los ductos que conectaban con la casa de su vecino. Así que decide reclamarle, vía el interfón del edificio, pero la respuesta no fue precisamente la que buscaba. A cambio del reclamo, recibe una invitación y una llave para que le visite al día siguiente. A partir de este incidente, Diane le comunica a su marido que iniciará un proyecto personal fotográfico que pretende retratar
a sus vecinos y utilizar la cámara Rolleiflex que él le había regalado hacía tiempo. Bajo esta nueva evasiva, ella logra acercarse a su vecino e iniciar una relación que se torna liberadora para la fotógrafa, quien descubre su afición por los seres rechazados por la sociedad (gigantes, prostitutas, seres deformes, transexuales, etcétera) y el motivo de su búsqueda de felicidad a través de la experimentación con el mundo y con sus instintos. Una película que juega, escena por escena, con los distintos tipos de piel que el humano posee, pero que a veces es difícil de acceder por las ataduras sociales y temporales; recomendada a sí misma por su exquisita estructura circular que inicia con un flashback que nos inserta en un campo nudista y al cual volvemos al final de la cinta desnudos y con la transformación de Diane Arbus en la memoria… betursus@yahoo.com.mx
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Epístola en «rhythm & pango» SILENCIOS ESTEREOFÓNICOS :: Nuevo disco del cantautor huapanguero–bluesero Armando Rosas, sin Camerata y muy rupestre. PPor or FÉLIX MORRIÑA
L
o siento, no pude asistir a tu concierto en el Multiforo Cultural Alicia para la presentación oficial de tu maravilloso reciente disco Rhythm & Pango (bella carátula y formato la de Ediciones Pentagrama, 2007. Ellos siempre te han hecho justicia, en especial Modesto López, el director), la noche del primer viernes de junio. Es más, muchos de mis jóvenes amigos (veinteañeros caguenges) confundieron tu disco con el material solista de Thom Yorke (cantante líder de Radiohead), titulado The Eraser, cuando llegaron a casa para beberse todo el material etílico existente. Para los que no sepan, tanto en el disco de Thom Yorke como en el de Armando Rosas se emplean el blanco y negro. Además, en ambos hay imágenes y diseño de altísimo nivel que transmiten usos y costumbres de determinada región sociocultural del mundo. Armando, ya les dije a quienes no conocen tu disco que en la portada de Rhythm & Pango aparecen unos coyotes en un monte con magueyes, unas notas musicales al aire, un sol precioso y unas nubes que anuncian en las próximas horas una tremenda lluvia. En pocas palabras, que es una imagen que resume lo que en las urbes se desconoce del otro México: el México rural. También les dije que abrieran el diseño como se hacía con los álbumes triples de los discos de vinil, de ésos de los años setenta, para apreciar ampliamente el arte de Israel Miranda de Start/Pro, quien se lució con el producto final. Sobre el concierto, querido mister Rosas, me dijeron mis cuates borrachotes que estuvo de maravilla y que tenías en tu lista de honor a tus amigotes Carlos Arellano, Omar Guevara, Judith Reyes, Ismael Sánchez, Juan René Báez de la Mora y Ubaldo Politrón, sin inmutarte porque no estuve ahí. Seguramente, Modesto López o Claudia Rojas, la jefa de prensa de la compañía discográfica independiente en cuestión, fueron los únicos que me extrañaron. Lo sé, de haber hecho tú la lista, no hubiera faltado, porque me hubieras localizado. Tu gente no hizo el suficiente esfuerzo para que llegara mi invitación personalizada y te robara tu mezcal o mínimo me lo compartieras. Nunca te he dejado solo, lo sabes desde esa mañana que cambió mi vida en 1988, cuando tú ya tenías en el mercado Tocata, fuga y apañón (1987) con tus viejos amigos de la Camerata Rupestre. La mujer que entonces vivía conmigo quería vivir contigo, porque la habías enamorado con tus versos verdaderos. ¿Quién se hubiera atrevido a discutir la belleza de tus composiciones a lo largo de varias canciones?, en especial “Cisne”, “Supliendo el amor”, “Herraje”, “A muerte”, “El papalote”, la misma “Tocata, fuga y apañón” y tantas, tantas otras que cambiaron la manera de escuchar la música contemporánea mexicana. Quien no tenga los discos La evolución de las especies (1989), Habrá tiempo (1993), Payola no (1996), 3 vueltas para Re (1999), La balada del pez (2001), Armando Rosas en vivo en Argentina (2006) y Armando Rosas Rhythm & Pango (2007), no sabe qué ha pasado con alguna parte de la verdadera música en Mé-
xico, sin exagerar. Todo esto, amigo, me he encargado de dárselos a conocer y creo que están aprendiendo. Incluso algunos treintañeros andaban divagando y ya están de vuelta en la línea. Hasta tuve que explicarles que hiciste parte de la música de la multipremiada película El violín del joven cineasta mexiquense Francisco Vargas (es del municipio de Ixtapaluca, donde fue filmada ésta su ópera prima), de quien eres muy amigo y que anteriormente hiciste la banda sonora de su cortometraje Conejo. Les agregué a estos amigos veinteañeros que El violín fue premiada en el Festival de Cine en Cannes, Francia, en mayo del año pasado y que deben verla antes de que la quiten de las salas de cine. Me dijeron que la comprarían pirata y les repliqué enfáticamente que el cine se ve mejor en el cine. Ojalá escuchen tus notas en la cinta, sino les golpearé tan fuerte que no podrán recuperarse en una semana. Además, les expliqué que naciste en el Distrito Federal y que de no haber sido can-
Armando Rosas.
tante y compositor te hubieras convertido en ladrón, asaltante o delincuente de cuello blanco, como muchos de tus cuates del barrio (que son muchos más que los de la colonia Escandón), tal y como una vez me confesaste. Los tipos me preguntaban dónde estudiaste y les comenté que si querían saber más de ti consultaran tu página (www.myspace.com/sitiooficialdearmandorosas), porque no iba a darles todo peladito y a la boca. Por cierto, cabroncito, no le has echado ganas para mejorar esa página. Está muy enclenque. Sí, ya sé que usted como yo nos gusta el cara a cara, el brazo abrazo, el piel con piel, pero la tecnología es necesaria ahora y hay que sacarle provecho. Ya sé que leer comentarios vacíos está de hueva. Yo ya le entré a ese mundillo profano y universal (www.myspace.com/morrina), por lo que le daré el sentido para lo que fue construido. Hagámoslo juntos, ¿va? Volviendo al disco, me agradó mucho que metieras una breve explicación de cada rola, del por qué el huapanblues o el huapango con un ritmo universal como el blues y otras sonoridades mexicanas, muy poco tratadas en la actualidad por gente poco creativa e interesada. Qué bueno que existen seres como vos para restregarles a la cara a muchos lo que hay en este maravilloso país. Me hiciste recordar que vale mucho la pena ser mexicano. El huapango y el filme El violín están para eso y mucho más. Oye, escuchar “Las mañanitas” versión huapanguera es de lo mejor en el mundo. Es más, Paco Vargas me dijo al escuchar todas las rolas aquí en tu casa oficina mientras se duchaba, que las había oído hace un año cuando estaban en proceso de grabación y me confesó que iban a meter en la película la canción “Cumbia vudú” que compusiste al lado de Santiago Rosas y Álvaro Morales, pero que ya no dio tiempo. La pieza es muy buena y hubiera estado poca madre meterla. Para mí está dentro. También se agradece que hayas invitado a los cuates de Muna Azul en el proyecto de grabación de Rhythm & Pango. El tema promocional sé que es “La rama”, le va ir bien por esa parte donde dice: “Naranjas y limas, limas y limones, más linda es la Virgen que todas las flores” en un son jarocho que ¡uyuyuyuy!, hacen recordar la infancia-inflancia. La tinta se acaba, hermano, pero pronto sé que nos veremos y brindaremos por días allá en mi amado Distrito Federal. Gracias por componer la música y arreglos para rolas del dominio público como “La rama”, “El quelite”, “El tren” y “Las mañanitas”. Gracias por ejercitar la creatividad con “Hiroshima en Manhattan” y “Todos uno mismo”. Te quiero mucho, hermano. Te manda saludos la familia, el pintor Víctor Ezkide, también muy amigo tuyo, y ahora tus nuevos seguidores. Cuídate, viejo, y nos estamos viendo. Gracias de nuevo por todo. Desde la privada de Avenida Estado de México 111, Barrio de Santiaguito, municipio mexiquense de Metepec, se despide tu amigo, Félix Morriña.
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Narcisos de Zara NARCISOS Y TRÉMULOS.. Por RENÉ ASDRÚBAL ANDRÉS
S
on, junto con los narco adolescentes, un grupo social que prolifera. Como aquéllos, surgen de la combinación de fenómenos sociales que no tienen nada de mágico. Por un lado, la invasiva educación que han recibido de la publicidad a lo largo de toda su vida los ha hecho sensibles al valor cambiario de las mercancías. Así, no es de extrañar que todas sus relaciones se basen en algún tipo de intercambio que más o menos los beneficie. También han sido adiestrados en el uso de lo suntuoso para construirse una imagen que traduzca simbólicamente en valores de mercado su valor como seres humanos y, de esta manera, han aprendido a leer los mismos signos en las personas con las que conviven. A la par, por ende, sin saber cómo, o a pesar de, son homosexuales. Crecieron o segregados y atacados, o escondidos y aterrados. Señalados por jugar con las niñas, pero constantemente expulsados de los clanes de excelencia masculina, esa suerte de derecha sexual que les impuso un título degradante, y por lo tanto un rol degradado. Con el paso de los años, el mercado de masas descubre en ellos un nicho de mercado ideal: vulnerables psicológicamente, interesados por encontrar un bienestar de vida que sus complicadas relaciones nos les brindan, sensibles al efecto de las sensaciones promovidas por el relato publicitario por un supuesto mayor interés estético que, también, formó parte de las etiquetas que les impusieron los otros. Además, como resultado de la segregación que más tarde ellos se auto imponen, vista como una conquista de individualidad, viven solos. La fragmentación del hogar en términos comerciales sólo representa más y más casas de individuos aislados que amueblar, llenar de electrodomésticos, víveres y enseres, con su respectiva carga de valor simbólico. Víctimas de la rutinaria agenda que les impone el trabajo, consumen para sentir que viven. Viajan para creer que escapan, y por supuesto, ejercen una sexualidad que, deseablemente excesiva, es vista también como un triunfo de los enormes esfuerzos que hacen para proyectar una imagen única en el competido mar de la vanidad y el materialismo. El matrimonio es una fantasía por donde se la quiera ver. ¡Con cuánta melancolía hablan los homosexuales de sus maridos! Una, porque es difícil que las parejas no se rijan por el mismo principio de variabilidad de la moda: un novio primavera-verano, otro otoño-invierno, y porque su uso, el portarlos a las vista, parece conferirles estatus. Dos, porque ninguna ley los reconoce como pareja. Nada, en el marco de la volubilidad de los sentimientos humanos, obliga a que uno de los dos consortes lo piense dos veces antes de poner el pie fuera de la casa, o las ilusiones y el trasero en otras manos.
Fachada de una de las tiendas de Zara, de próxima apertura en Japón.
La porfiada imagen que tienen de sí mismos como una estrategia de sobrevivencia a la depredación anterior, no los empuja hacia delante, sino que los hunde en su trágico conformismo de consumidores: no cuestionar más que en el límite de lo permitido y de las formas autorizadas, y esperar con ojos avizorantes las indicaciones del mercado que autoriza y prohíbe tal y cual comportamiento y creencias, en un denodado esfuerzo por resultar cool, relajado, optimista, adaptado y sin malos rollos , cualquier cosa que pongan en riesgo el camuflaje de estos seres con el fondo colorido y estimulante del decorado social. Su falta de preparación, su apartamiento provocado de los fenómenos sociales, la depredación ambiental y económica, los confina a un tipo de trabajo donde pocas capacidades intelectuales están a prueba, justamente para no detonar una actitud crítica. No obstante, a la par de las habilidades psicomotoras para soportar jornadas enteras de pie, doblar ropa una cantidad endemoniada de veces durante el día y hablar al micrófono con un tono cansino e indiferente, pareciera que los empleados de Zara fueran seleccionados de acuerdo a estándares más o menos concisos de be-
¿Cada cuanto se deben secar el sudor de la frente detrás del mostrador? ¿Es para alguien un tipo de coronación trabajar en Zara?
lleza, lo que excluye tajantemente a gordos, morenos oscuros, gente de ojos rasgados y todos aquellos que no cuenten, como un tipo de capital puesto en balanza, con rasgos de origen europeo. Visto de otro modo, nuestro lado indígena, que debería representarnos fuerza identitaria frente a los invasivos modelos extranjeros, se encuentra totalmente silenciado, expulsado. Lo que más llama la atención de este grupúsculo social es su desenvolvimiento escénico. ¿Por qué se parecen tanto? ¿La seguridad despótica que demuestran es por creer reconocidos sus esfuerzos imagóricos? ¿Cada cuanto se deben secar el sudor de la frente detrás del mostrador? ¿Es para alguien un tipo de coronación trabajar en Zara? ¿Cómo miden esa actitud entre resentida y atrayente los encargados de recursos humanos? ¿Es un tipo de revancha de jóvenes antes marginados por su condición sexual? ¿Cómo se completa la paradoja de dar con jóvenes pretenciosos y delicados, para atraparlos en funciones serviles que, por carga horaria, limitan las posibilidades de realmente obtener algún progreso? ¿Hay alguna puerta de salida, aparte de la de depender económicamente de alguien más? ¿Quién es ese alguien más? ¿Se cumple el sueño del marido que los saque de trabajar, o sólo aumenta el desencanto y la consiguiente carga de evasión también provista por el sistema? Uf. Complicado.
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MALA
FAMA
Isaak Bábel
fuego y silencio en la llanura rusa CLAUDINA DOMINGO
E
stoy dispuesto a ponerme sobre las patas traseras y pedir como un perro a todas las organizaciones necesarias para que vuelvan a editar los libros de Bábel... ¿Se trata de papel? Muy bien, aplazaré la publicación de uno de mis propios libros.” Estas palabras fueron parte del
sea una página de valor (y Bábel fue mucho más pródigo que esto) algo de él se resiste a la putrefacción. Como habrá notado el lector, el caso de este artículo me causa simpatía, es más, admiración, pero para no predisponerlo más contra el texto, seguiré con él. Isaak Bábel nació en Odesa, un gueto judío ucraniano. Su padre era un exitoso hombre de negocios que costeó a su hijo una educación que incluía el estudio del violín, el alemán, el francés y el Talmud. Así, el joven genio pronto encontró en Guy de Maupassant ejemplo literario y comenzó a escribir historias en imitación de las suyas. Marchó a San Petersburgo a estudiar literatura, pero con pasaporte falso, ya que los “traidores, malhechores y judíos” tenían prohibido vivir en la ciudad. Su primer texto lo publicó mease Gorky en Letopis . Pese a que Bábel no fue afectado por los pogromes que arrasaron con cuanto judío encontraron en Rusia en 1905, era perfectamente consciente de la situación y leal a su pueblo, por lo que su apoyo a la Revolución se debe, en parte, a que creía que ella traería el fin de la persecución para su pueblo. Craso error. Por ello y por un naturalmente aguzado sentido de la observación escribió una serie de sátiras de la burocracia zarista que llegaron a los púdicos oídos que el poder, do quiera él, suele tener, y fue acusado de “pornógrafo” y de incitar al “odio entre clases”. Luego marchó al frente de batalla en Rumania, donde fue herido, por lo que regresó a colaborar con Gorky en el periódico Novaya Zhizn . Es probable que durante la Revolución trabajara como empleado del Comisariado de la Educación y para la CheKa, la policía secreta soviética. (Moraleja: nunca hay que desertar de ese tipo de oficios, o se corre el riesgo de pasar de fabricar horcas a usarlas.) Después de casarse, en 1919, y echar su semilla sobre el mundo, se dedicó a Caballería roja, que le traería fama internacional, traduciéndose a 20 idiomas, pero también la ira de los altos mandos militares que lo acusaron de “insultar” a las amables tropas al describir la
discurso que el escritor ruso Ilya Ehrenburg leyera con motivo de un homenaje a Isaak Bábel en Moscú en 1964 (su “rehabilitación” había comenzado en 1957); las he elegido como principio de texto porque yo, como otros escritores, desearía escuchar desde ultratumba hablar así
brutalidad del campo de batalla. El camarada Gorky le cubrió las espaldas. Cabe decir que durante la cacería contra Bábel (que duró casi
a mis amigos... si el caso (y la obra) lo ameritaran. Como decía, se trataba de la “rehabilitación” de Bábel, que estaba muerto, pero no enterrado, no sólo por la economía crematoria de la N.K.V.D., madre de la célebre K.G.B., sino porque cuando un escritor ha configurado aunque
veinte años), éste tuvo oportunidad de avecindarse en otras ciudades europeas pero, como buena Manzana Podrida, rehusó tanto
Isaak Bábel
Los relatos póstumos llegaron a nosotros gracias a que, por razones también extravagantes, se “refugiaba” en casa de sus amigos a escribir y les dejaba en resguardo sus manuscritos
huir como enderezar la senda y se dedicó a molestar a los próceres comunistas con crímenes tales como “producir” muy “poca” literatura. No contento con esta falta de “colaboración a la causa”, se declaró (al menos en sus primeros años) un gran admirador de la Revolución, pues creía que ésta traería la felicidad futura... al menos la de sus enemigos de pluma, que se unieron a los lebreles. Durante años, Babel tuvo que 1) luchar con los editores, que encontraban todo lo que escribía censurable y 2) tolerar las risitas de sorna de sus colegas y la crítica, que lo acusaban de poquitero. Lo que ignoraban, o minimizaban, era que escribía toneladas de cuentos y versiones de ellos, pero, debido en parte a su escrupuloso sentido de la autocrítica (esa horriblísima costumbre que suelen combatir los escritores) y también a la censura, sus originales se fueron empolvando hasta el día en que fue arrestado en Peredelkino, arrestados con él sus manuscritos. Bajo “interrogación” confesó larga asociación con los troskistas y planear un atentado anticomunista. El mismísimo Stalin (de quien se dice que apenas si sabía leer) ordenó su fusilamiento bajo el cargo de “espionaje”. Los “papeles” de Bábel fueron a dar al cuartel de la Policía Secreta en Moscú. Cuando los alemanes se acercaron a la ciudad, un previsor incendio redujo a cenizas los archivos del estalinismo, incluidas, se cree, miles de cuartillas inéditas de aquél que fuera llamado “sabio rabí” y que tenía, entre sus curiosidades, la de pedirle a cuanta mujer le presentaban permiso para husmear en su bolso. Los relatos póstumos llegaron a nosotros gracias a que, por razones también extravagantes, se “refugiaba” en casa de sus amigos a escribir y les dejaba en resguardo sus manuscritos. Confrontado hasta la saciedad por su “poca literatura”, Babel concluyó, durante una entrevista que más bien parecía interrogatorio de ministerio público: “Lo único que me da una gran satisfacción es que no tengo que retractarme de nada de lo que he escrito nunca”. Descansa en paz, pues.
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universidad michoacana
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C R E A C I Ó N
Poemas Alejandro Farfán Nocturna vía
Alguna vez intenté penetrar, para ver tu dulce faz inmersa en las aguas lénticas del sueño… Pero estando cerca, también estabas lejos, y la negrura me robó valor para besarte.
Bajo el manto esplendente de la noche, las estrellas me miran -sombra desleída-.
Recuerdo que en algún lugar habría baile. Tú habías salido del Cálido Hogar. Tenía mucho sin mirarme en tus ojos de color violeta; sin saborear la andrina de tus labios, que en vigilia me extasían, como si estuviera yo soñando…
En pasos que triza el tren de la premura, el sendero de tierra repta y posa su mirada. El clamor insomne del viento se arrulla en una Sinfonía de fraternos gigantes Verdes. Polillas engullen briznas de la tela del tiempo.
Y volé para encontrarte… Aspiré el ansiado almizcle de tu cuerpo. Y tus senos, como palomas, hicieron nido en mi piel.
Gritos solferinos rasgan la piel al Silencio, que se refleja y mira a sí mismo. Desde un promontorio sonríe una madonna…
Espiras
Larvas del miedo irán mordiéndome los talones, pero ineludiblemente llegaré hasta el lar en donde habitas, Mariposa de luz/Amor. Ya escucho ludir alas que despiertan.
Hoy mi reino es aquella tierra de nadie. Humberto Saba
Poema del observatorio
Caen sobre mí los cristales negros de la locura
Como libélula volando en noche oscura sobre aquel Lar de ojos entornados te buscaba sueño mío ya tan lejano
En mi cabeza gira y se abre en espiral una blanca y fría nebulosa
Pero aquella casa sin edad que un día me refugiara entre sus brazos portaba un collar de nubes tristes bajo el peso de una loza de silencio Y del aquel Árbol amigo de chirimoyas de jugoso sexo platinado observatorio puntual de firmamentos de cobalto y oro de él sólo quedaba un muñón doliente
Me origino y levito en espectrales pensamientos y ese río de luz que me arrastra y me condena… ni me muere ni me deja vivir Me dices que ya no me amas que tu amor fue polvo y nada… yo me unimismo noctámbulo de lodo.
El murmullo del arroyuelo sólo en la memoria ya vivía y la cerca de piedra donde Amor brotara ya no tenía registro ni de risas ni de incendios
Sonatina
En los brazos de Urania Como Urania,meliodosa En medio del caos desenfrenado, Ella sigue divina y pura Entre la ruina de los tiempos. Hölderlin
Nuestras casas mirándose de frente, Sobre la cima de una Mágica Montaña. Era un lugar remoto… Daba la impresión de que el tiempo no fluía, y el más leve rodamiento lítico se perdía, engendrando mil ecos. Mi morada era de roca y argamasa; poseía múltiples cámaras y un raído desván donde habitaban los duendes y los triques. Para subir había una esbelta caracola. Tu casa, era una réplica.
A C. del C.
Alejandro Farfán. Nació en Zinapécuaro, Michoacán, en 1958. Estudió la licenciatura en Biología en la UMSNH. Actualmente ejerce como profesor de Telesecundarias. Participó en el taller literario del maestro Tomás Rico Cano; en el V Encuentro Callejero de Poesía y Cuento, Aguascalientes 1992 y en el Curso Taller “Vía Cort a al Paraíso: cómo convertirse de leedor en lector ” , impartido por el maestro Efraín Bartolomé, en 1997. Ha colaborado en Letras de Cambio y en Voces de la Cúpula . Tiene publicada la plaquette No. 22, edit ada por El ColectivoArtístico Morelia A.C., El libro de poemas: En los Brazos de Urania, (2006) e inéditos los poemarios: Soles de Obsidiana (Poemas y Canciones), ParteAguas y Bitácora de Mar y Tierra.
Ven, que yo también estoy perdido en este valle de tristumbre, y no encuentro un oasis de Esperanza; un hilo que me guie a la salida de este callejón oscuro. Este dédalo tapiado. Antaño, brillaba el Sol en lontananza, y las golondrinas hacían sus nidos en el Portal luminoso…poblado de verdes. Pero todo cayó en el pozo del desamor y los olvidos… Y el árbol del oprobio me dejó caer su fruto amargo. Es por ello que te digo, ven, dame tu mano… Que yo también llevo la mirada triste, y, al reflejarse en tu ópalos sin fin, quizá brote algún renuevo de alegría… Nota: estos poemas aparecerán en la compilación La generación del desencanto, por Francisco Javier Larios, en la próxima edición del IMCEDUMSNH.
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