May. 07/ 1 2 - E d. 3
Editorial & Bandera
Gente Inteligente - Ed. 3
Editorial tra vez me encuentro detrás de una nueva edición, O sorprendido de darme cuenta que
lo más económico es lo que más impacto causa. Tal vez esto no es más económico que sonreír, pero créame, nadie es lo suficientemente pobre para no dar. ¿Me reté antes de escribir esto? Sí, claro que sí. Compartí mi único pan de desayuno a las 2 p.m. con un hombre de la calle que ni conocía, almorcé con un señor que llevaba tres días sin comer y una semana durmiendo en un terminal de transportes, y por si fuera poco un sin número de personas se han quedado en mi cama (personas que obviamente conozco), porque salieron tarde de trabajar y es peligroso que se desplacen a su casa. Puedo contarle que le di mi colchón y mis cobijas a alguien que literalmente fue desleal conmigo, y le podría estar contando otra cantidad de mis logros; pero nada, absolutamente nada se compara a la satisfacción de haber aportado un grano de arena en la vida de alguien más. Embárquese conmigo en lo rico, magno y satisfactorio que es “dar”.
José Luis Salazar Director general
José Luis Salazar Director general Dirección de arte Concepto de diseño Diseño de portada Diagramación Ilustración
Karol Andrea Erazo Editora Correcciónde estilo Redacción
“Gente inteligente“ es un prozine diseñado y escrito pensando en cada uno de los que lo leen. Es un proyecto que no busca el lucro en su hambre de causar una acción concientizadora en la sociedad.
Bogotá, Colombia. Mayo de 2012.
Gente Inteligente - Ed. 3
i la persona que aparece en la imagen fuera su mamá y S usted la estuviera viendo sin po-
der hacer nada por ella, ¿qué les diría a las personas que pasan junto a ella y no hacen nada por ayudarla? En lo personal, si fuera mi mamá o mi papá, creo que les gritaría a cada uno de quienes están a su alrededor cosas como: “Insensibles”, “ojala se pudran en sus bienes”, “hoy por mí, mañana por ti” y muchas cosas más que estoy seguro que usted pensó antes que yo. Lo gracioso de esto, es que usted y yo nos encontramos este cuadro casi todos los días de nuestra vida en las calles de nuestra ciudad, y no hacemos nada por mejorarlo. Si bien es cierto, que muchas personas están acostumbradas a y yo somos conscientes de quiénes que les den y toman esto como son vagos y quienes de verdad neceexcusa para no hacer nada, usted sitan ayuda; y aun así, muchas veces no hacemos nada. Hay una frase muy común en quienes se suben a vender o pedir limosna en nuestro medio de transporte urbano y me gustaría que analizáramos: “$200 no van a empobrecer a nadie y si pueden significar un techo para mí”. Piénselo, quítese un poquito a usted y dele un “techo” a alguien que lo necesita. ¿Recuerda su niñez? ¿Qué podía hacer usted con $5.000? De todo, aun cuando creció y se dio cuenta que no servían para nada; usted con ese dinero podía lograr maravillas. Así sucede con dar, y no hablo solo de dinero; hay cosas que a usted no le significan mucho (a veces estorbo) y para alguien más significarían una maravilla. A continuación, déjeme hacerle una invitación a dar un paso más allá; más puntualmente a “dar”.
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Gente Inteligente - Ed. 3
San Agust铆n de Hipona
An贸nimo
George Eliot Noel Claras贸
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na vez más, ¿necesita buenas razones para dar? No se las voy a dar yo, se las van a dar personas que también vivieron una vida y U tuvieron que cambiarla cuando se dieron cuenta de lo importante que era
,
m
ejor
darse a otros.
Lucio Anneo Séneca
Ivern Ball
Madre Teresa de Calcuta
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Roberto Fontanarrosa
JosĂŠ Narosky
John Wesley
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ar definitivamente es todo un reto y no para cualquieD ra. Créame, si en este mismo ins-
tante sale a la calle y busca una oportunidad para ponerlo en práctica, lo más probable es que no encuentre una oportunidad, sino miles. No se complique, hágalo fácil… no tiene que ser dinero, nadie dijo que deba dar comida, tampoco lo estamos obligando a dar ropa y mucho menos que obsequie su automóvil que tanto ahorro para comprar; claro que si es lo que usted quiere hacer, absolutamente nadie se lo va a impedir. Dé esperanza, dé amor, dé una parte de lo que tiene para que reciba lo que no tiene; no hay satisfacción más grande que darse cuenta que con una pequeña contribución puse una esperanza en el corazón de alguien más. Alguien necesita una hoja, alguien necesita un bolígrafo, alguien necesita de lo que a usted le está sobrando. Por favor, no se apegue a las cosas, tarde o temprano todo lo que usted tiene se acabará y será cambiado por otra cosa, es más, es probable que usted un día muera y deje todas las cosas que consiguió sin haberlas ni tocado; como estoy seguro que mi mamá un día morirá y alguna vajilla que le regalaron habrá quedado totalmente nueva, esperando el día perfecto para ser usada.
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La Biblia dice en algún lado, que “el cielo y la tierra pasarán”, es decir, todo lo que usted hoy ve, un día ya no estará y ¿de que sirvió tenerlo si con eso usted no hizo algo en el corazón de alguien más? No se guarde nada, si puede y quiere, regálelo todo; es mucho más rico un hombre sin bienes y lleno de compañías que uno que amontono cosas pero se encuentra solo. Usted no es valioso por lo que tiene, usted es valioso por quién es usted mismo, no se deje dominar por las cosas materiales; no olvide que el que manda es usted. Para terminar, quiero ser puntual, por favor deme gusto en uno de mis sueños. No le pido que le dé su cama a un habitante de la calle, pero un día de lluvia quítese la chaqueta o la sombrilla y por favor désela a alguien que la necesite más que usted. Sin mirar a quien y sin esperar nada a cambio, dese la oportunidad. Al fin y al cabo, usted va a llegar a su casa y disfrutará de nueva ropa seca y por pobre que esté usted, una rica y caliente agua de panela; esa persona no tiene más que aguantar y usted habrá ayudado para que su resistencia tenga que ser menor. No piense en que no trabaja, en que no se la merece, en que es drogadicto o que es irresponsable, solo désela, no sabe lo bien que le sienta… ¡a usted!
Dirección: Majid Majidi País: Irán Año: 1997 li (Amir Farrokh Hashemian) y Zahra (Bahare Seddiqi) son A dos hermanos de una pobre familia
iraní, sin apenas recursos para sobrevivir. De hecho, cuando Zahra pierde sus zapatos, debe compartir los de Ali. Pero el chico se entera de que en una próxima competición el premio son un par de zapatos, así que empieza a entrenar duro para ganarlos.