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INFORME DE ANÁLISIS CERÁMICO: Piezas Completas del sitio Tutuquén, Curicó, VII Región Itaci Correa2014Girrulat

En el presente informe se expresan los resultados del análisis de seis vasijas cerámicas provenientes de cinco tumbas excavadas en el marco del proyecto de salvataje del sitio Tutuquén. Este se ubica en la comuna de Curicó, 2 km al oeste de la ciudad homónima (Figuras 1 y 2). El sitio fue descubierto en octubre de 2005 a partir de las obras de construcción de un retén de Carabineros de Chile, razón por la cual, el Consejo de Monumentos Nacionales realizó las excavaciones de salvataje en dos campañas de terreno, una en octubre del mismo año y la siguiente durante los meses de agosto y septiembre de 2006. Ambas fueron dirigidas por el arqueólogo y Asesor Regional de dicha Institución Nelson Gaete. Figura 1: Mapa del sitio Tutuquén respecto a la VII Región del Maule. A pesar de que el sitio presenta importantes evidencias respecto al período Arcaico, el estudio que aquí se expone se centra lógicamente en los contextos relacionados a la cerámica y por lo tanto los antecedentes de investigación, así como la discusión, refieren más bien al Período Alfarero.

Introducción

Antecedentes del área de estudio En el marco de la investigación arqueológica de Chile, la VII Región del Maule se caracteriza por constituir una especie de zona límite entre los desarrollos culturales prehistóricos de Chile Central y Chile Centro Sur. Más allá de los trabajos de Uhle en la Caverna de Quivolgo a comienzos del siglo XIX (1914, 1915), y de los trabajos de Medina y colaboradores en Altos de Vilches (1964 y 1969), junto a algunas prospecciones efectuadas en la desembocadura de los ríos Maule y Reloca (Ortíz 1964a, 1964b), poco se sabía de la prehistoria de la región antes de la década de los 80. A partir de este momento es que comienzan a desarrollarse algunos proyectos de investigación que consideran una perspectiva más amplia con respecto a los desarrollos culturales y periodificaciones generales de la zona, con especial énfasis en el curso del río Maule (Provincias de Linares y Talca) y la costa al sur de este (Aldunate et al 1991, Gaete et al. 1992). Desde el punto de vista del sistema de asentamiento y su relación con el medioambiente y ecología, la región presenta una abundante gama de micro nichos, siendo notable la posibilidad de complementación entre los recursos costeros y la abundante concentración de flora y fauna de los sistemas lagunares y de vegas estacionales asociadas a las desembocaduras de ríos y esteros (Aldunate et al 1991, Sánchez y Gaete 1994). Las condiciones de fuerte diferenciación ecológica ofrecen variedad de frutos, bulbos, gramíneas y hongos, además de aves, fauna terrestre y marina, y abundantes invertebrados marinos (Gaete et al. op. cit.). En la costa se identifican sitios arqueológicos al aire libre tales como talleres líticos, sitios habitacionales y de molienda asociados al primer estrato geomorfológico. En el segundo son frecuentes las cavernas relacionadas a altos acantilados que caen al mar, las que, en función de las condiciones medioambientales, pudieron ofrecer excelentes condiciones para la caza, pesca y recolección. Inmediatamente al interior, se registran sitios en los sistemas lagunares, especialmente en las localidades de Loanco, Santos del Mar y Pahuil Reloca. Sin embargo, también la precordillera y valle andino ofrecen buenos recursos en los períodos en que los sistemas lacustres costeros merman, debido a la existencia de bosques y la formación de vegas y pastizales (Aldunate et al op cit)

Figura 2: Mapa del sitio Tutuquén con respecto a la ciudad de Curicó

Datados a partir del año 200 d.C se registran yacimientos que muestran cambios en el modo de vida de los antiguos habitantes de la región, tales como la producción de alimentos Sin embargo, es la introducción de la tecnología cerámica lo que mejor define este nuevo momento, denominado por ello Período Alfarero. Los sitios arqueológicos que presentan esta materialidad son abundantes en la zona y se han registrado principalmente en sectores altos, con buena visibilidad y asociados a cursos de agua. Las primeras prospecciones arqueológicas sistemáticas realizadas en la región se concentraron en la costa norte y sur de la desembocadura del río Maule, razón por la cual los primeros ordenamientos cronológicos provienen de este sector. Las dataciones absolutas por termoluminiscencia (TL) efectuadas en varios de los sitios registrados, especialmente en algunas de las cavernas de Quivolgo, permitieron datar largas secuencias estratigráficas (Aldunate et al 1991). En una de ellas (sitio 07Co24), se registra la cerámica de mayor antigüedad datada en 350+/ 190 a.C., a pesar de que la mayor parte de la cerámica registrada en el sitio provenga de estratos fechados entre los 700 a 1300 d.C. De todas formas, a lo largo de la secuencia estratigráfica de estas cavernas la cerámica presenta bastante homogeneidad tipológica, por ejemplo, en otra de las cavernas de Quivolgo (sitio 07Co25), la cerámica se registra entre los 295 y 1490 d.C. mostrando rasgos tales como gruesos engobes rojos y decoración incisa, infiriéndose formas de jarros de labios gruesos y bocas anchas, siendo las bases planas de tipo discoidal persistentes en toda la secuencia. Como única diferencia cronológica respecto a la tecnología de esta cerámica, es que hasta el 600 d.C la cocción evidenciada en los fragmentos es deficiente, ya que la pasta tiende a deshacerse al agua. Esta continuidad tipológica se ve acompañada de la constante presencia de obsidiana como materia prima para instrumentos líticos, tales como puntas de proyectil triangulares de base recta, que hacia capas tardías son triangulares con aletas finas y pequeñas.

A grandes rasgos, la investigación arqueológica diferencia dos períodos, el Arcaico y el Alfarero, siendo que algunos investigadores han planteado subdivisiones internas para estos períodos, en base a patrones identificados para conjuntos de sitios arqueológicos en localidades específicas y sujetos a una determinada cronología El Arcaico da inicio a la ocupación humana en la región con tempranas evidencias cercanas al 9.000 antes del presente en la costa de la provincia de Cauquenes. El denominado Patrón Loanco (9.000 5.000 A.P.) se define a partir de ocupaciones de cazadores recolectores que se caracterizan por confeccionar puntas triangulares pedunculadas de variado tamaño, algunas de ellas de borde dentado, lo que las asimila a las puntas Talcahuanenses del Arcaico costero de la VIII Región (Gaete et al 1992, Gaete y Sánchez 1995). Para momentos posteriores se identifica el Patrón Cerro La Conchas (7.500 5.200 A.P.), relacionado a poblaciones cazadoras recolectoras y pescadoras que utilizaron los espacios relacionados a las áreas de Pahuil, Reloca, Pelluhue y Cardonal, en dunas, ambientes de vegas y sobre acantilados costeros, especialmente durante el verano. En estos contextos arqueológicos se identifican instrumentos líticos, de hueso y concha, destinados mayoritariamente a la caza y pesca. (Gaete et al 1994, Gaete y Sánchez 1993, 1994, 1995). Ocupaciones arcaicas más tardías registradas en sitios sobre dunas y vegas costeras del sector de Reloca definen el Patrón homónimo (5.000 2.000 A.P.). Estos sitios muestran tecnología lítica destinada a la caza, caracterizada por puntas triangulares de base cóncava o recta, y lanceoladas de base convexa, además de instrumentos de molienda (Gaete y Sánchez 1995). Sitios de tecnología lítica similar han sido registrados en las proximidades del río Claro, localidad de Molina, en el sitio Ta 2E 7, con fechas entre 2100 y 650 A.P. y en las primeras ocupaciones del sitio Altos de Vilches de la precordillera de Talca (Jackson 1989 90, Medina y Vergara 1969).

A pesar de esta homogeneidad tipológica, trabajos posteriores (Sánchez y Gaete 1994, Gaete y Sánchez 1995) logran definir tres momentos para el Período Alfarero, a modo de patrones identificados en localidades específicas de la costa al sur del rio Maule. Estos correlacionan rasgos cerámicos y de otros artefactos y ecofactos de varios sitios, junto a los fechados absolutos (TL) obtenidos en ellos. El primer momento, denominado Patrón Alfarero Santos del Mar, se sitúa cronológicamente entre el 630 y 880 d.C. y se caracteriza por contextos registrados en los sitios Santos del Mar Promontorio (07Ch007), Santos del Mar Túmulo (07Ch009), Las Vertientes (07Ch003) y Dunas de Loanco (07Ch010) en la localidad costera homónima y en Santos del Mar. Se trata de campamentos de cazadores recolectores alfareros donde la fragmentería cerámica es mayoritariamente monocroma alisada, con escasa presencia de superficies pulidas o engobadas rojas. Las inferencias morfológicas sugieren vasijas medianas a grandes, de paredes de espesor delgado y medio, bordes directos o evertidos, que en algunos casos son reforzados. A modo de decoración se registran líneas incisas paralelas cercanas a los bordes. En estos sitios también se registran fragmentos de pipas cerámicas (hornillos y boquillas). La tecnología lítica registrada en estos contextos muestra un patrón de puntas triangulares de base recta o cóncava, elaboradas en obsidiana, andesita y basalto, y otros instrumentos asociados a la caza y faenamiento, principalmente de mamíferos marinos. Ello permite relacionar estos sitios con aquellos registrados en la desembocadura del río Maule (Ortíz 1963, Aldunate et al 1991, Gallardo et al 1992), pero también con sitios del interior, como Radal Siete Tazas (Jackson 1993) y Altos de Vilches en la cordillera (Medina et al 1964, Medina y Vergara 1969).

El segundo momento, denominado Patrón Alfarero Pelluhue, se definiría también a partir de sitios costeros, se trata de cuevas y aleros ubicados en la línea de altas mareas en Pellehue, y sitios en lomajes cercanos a la desembocadura del río Rahue, además de los sectores de Curanipe, Cardonal, Quilicura y Tregualemu. Estos sitios son Las Arenas (07Pe001), Dunas de Rahue (07Pe002), Los Zorros (07Pe003), La Blanquita (07Pe004), León Colgado (07Pe008) y Punta Gaviotas (07Pe062), los que fueron datados entre el 975 y 1390 d.C. La fragmentería cerámica también es mayoritariamente alisada, con escasos pulidos. Se registran en menor proporción engobes rojos, blancos y combinaciones de ambos. Los rasgos decorativos se caracterizan por líneas incisas paralelas, campos incisos (triángulos) rellenos de pintura roja, decoración de pintura negra sobre engobe blanco (líneas paralelas) y varios motivos de pintura blanca sobre engobe rojo. Las inferencias morfológicas son las mismas del momento previo. La tecnología lítica es simple (derivados de núcleo y manos de moler), la que junto con el tipo de recursos alimenticios registrados en los sitios permiten inferir una economía basada en la explotación de roqueríos y recursos de arena. Evidencias bioantropológicas indican actividades de buceo y majeo de embarcaciones. Debido a estos antecedentes, estos grupos humanos son caracterizados aquí como alfareros recolectores marinos. A partir de la cerámica, estos contextos son relacionados a los registrados para el Complejo El Vergel del área de la PorAraucanía.último, se postula un momento tardío denominado Patrón Alfarero Chanco, datado entre el 1210 y 1770 d.C. Se trata de contextos arqueológicos registrados en las vegas y lagunas costeras de Pahuil, además de sitios encontrados en los lomajes costeros de entre el estero Chanco y el río Rahue. Los sitios son Los Boldos (07Ch013), Los Alacranes (07Ch020), Los Arrayanes (07Ch050) y Los Viejos (07Ch053), siendo notorio que en varios de ellos no se registra material lítico. La cerámica es tanto alisada como pulida, y en menor medida se registra fragmentos con engobe rojo. Las inferencias morfológicas indican la presencia de ollas y pucos

2 En este momento se registran los tipos XXIII, XXIV, V, XVc, XII, XIVa, IV, XIVd, XXVIII, XI, XVIIb, XIII, XIVb, XVIa, XXVI, X, VIa, XVIIa, XVIb y XVa. Siendo exclusivos los tipos XXIV, XXVIII, XXVI, XVIIb, XIII, y XXIII.

El Período Intermedio comienza con un cambio en la popularidad de algunos tipos cerámicos 2 hacia el 600 d.C. Se registran formas no restringidas y restringidas simples grandes y globulares de tamaño mediano. Las piezas globulares de perfil simple, y muy grandes, son exclusivas de este período. La decoración se lleva a cabo mediante engobe rojo, que puede presentarse al interior, exterior o en ambas superficies. Escasamente se registra pintura roja sobre engobe 1 Los tipos definidos para el período son: XXII, XXa, XXb, XIVc, XIX, XVIIIa, XXI, XVIIIb, XVb. Los marcadores exclusivos de este momento serían los tipos cerámicos denominados XXI y XXII.

El Período Temprano se inicia con un fechado de 295 +/ 230 d.C. (TL) efectuado sobre cerámica del sitio Cueva 24 de Quivolgo. La alfarería de este momento 1 se caracterizaría por presentar pasta de color café oscuro, paredes alisadas y en algunos casos delgadas. La morfología inferida refiere a piezas no restringidas y restringidas simples, de paredes rectas, invertidas o evertidas, y de tamaño pequeño, mediano y grande. También se identifican vasijas de formas globulares de perfil compuesto, que fueron decoradas con engobe naranja, blanco sobre naranja y rojo. El revestimiento también se aplicó en el exterior de vasijas no restringidas y restringidas simples, de tamaño mediano y grande. Los grupos humanos de este momento se habrían asentado en el sistema de lagunas estacionales existente en las dunas de Quivolgo, en las vegas al oriente de estas, en las cuevas ubicadas en el acantilado fósil y en las dunas inmediatas a la playa, al sur de la desembocadura del Maule.

de tamaño pequeño a mediano, de paredes delgadas y medianas, con borde evertidos. La decoración se caracteriza básicamente por la presencia de protúberos modelados bajo la inserción del asa. La tecnología lítica en estos contextos es similar a la del momento anterior, registrándose eso sí puntas triangulares de base cóncava. Estos datos, junto con el tipo de recursos alimenticios identificados, indicarían que estos grupos habrían sido cazadores recolectores alfareros, probablemente horticultores. Y dadas las dataciones existentes para Los Arrayanes y Los Viejos, las postrimerías de este período se vincularían con las poblaciones indígenas de contacto hispano, especialmente relacionada a las encomiendas que fueron parte del Repartimiento de Chanco, Reloca y Loanco.

Por otro lado, trabajos realizados en el marco de dos proyectos Fondecyt (90/524 y 1930142) sistematizan la cerámica de 32 sitios habitacionales emplazados en la costa, precordillera y cordillera del valle del Maule, a partir de clasificaciones tipológicas basadas en varios atributos de pasta y tratamiento de superficie de los fragmentos, con el fin de definir las características formales y cronológicas de la cerámica maulina (Rees et al 1996). Esta investigación continúa a exponer que una de las características principales de la cerámica arqueológica del Maule es su tradicionalismo, siendo usados los mismos tipos durante gran parte de la secuencia cronológica de los sitios, con la excepción de escasos grupos que resultan exclusivos a momentos acotados de la secuencia. A partir de dataciones absolutas (TL) y el análisis de los procesos de cambio en los contextos cerámicos, se hizo posible definir cuatro grandes períodos cerámicos propios de la VII Región y disímiles a los registrados en las áreas vecinas inmediatamente al norte y sur: Temprano (250 a 600 d.C.), Intermedio (600 a 1000 d.C.), Intermedio Tardío y Tardío (siglos XIV a XVIII). Los dos primeros se representan únicamente en la costa y Altos de Vilches.

blanco interior y engobe café con hierro oligisto exterior. Con respecto a las pastas, predominan ligeramente las de tonos rojos. Este período se caracteriza como ningún otro por la existencia de tembetás, orejeras y pipas en los contextos. Los grupos humanos de este momento utilizarían una mayor gama de espacios, ya que se registran sitios en las dunas inmediatas a la playa de Quivolgo, en el área de lagunas estacionales de estas dunas y en las vegas al oriente de estas. Se ocupan por primera vez una serie de sitios en el margen occidental del estero Quivolgo, también se usan las dos cuevas de Quivolgo y los sitios al sur de la desembocadura del rio Maule, además de Altos de Vilches en la cordillera

Los grupos humanos usan los mismos espacios de períodos anteriores, pero comienza a ocuparse la precordillera y cordillera. Destacan los sitios Pehuenche, Alero Bahamonde, Cueva del Salto y Cueva de la Laguna emplazados en plena cordillera andina. Entre el 1300 y 1700 d.C. trascurre el Período Tardío. La alfarería de este momento 4 incluye vasijas no restringidas de paredes rectas y evertidas, vasijas restringidas de contorno simple, y vasijas de perfil compuesto de gran tamaño, además de urnas. Como revestimiento se usa engobe rojo y negro sobre una o ambas caras, rojo interior y negro exterior, engobe café en ambas caras, además de pintura blanca sobre rojo interior con engobe rojo exterior. Hay gran profusión de formas decorativas (incisa, pintura y engobe). Particular a este momento es un tipo de inciso más grueso que es aplicado al interior de las piezas. También se identifican combinaciones de engobes y pintura grises y negros interiores, negro con hierro oligisto y blanco exterior, blanco sobre rojo, además de rojo y negro sobre blanco interiores con o sin engobe rojo exterior. Es a partir de este período que, desde el punto de vista arqueológico, el asentamiento humano se extiende a lo largo de todo el valle. En sitios precordilleranos (Alero Melado 1, 2 y 3, Alero Perdido y Vega Estero La Turbia) y cordilleranos (Casa de Piedra Galaz, Cueva de la Laguna, Cueva del Salto y Cueva de La Mariela) se han registrado fechas a partir 1300 d.C. En ellos se encuentra alfarería consistente generalmente en vasijas no restringidas de tamaño mediano a grande y sin hollín. En los sitios cordilleranos se registra menos cerámica que en la precordillera y esta es tipológicamente más variada. En ambos sectores se trataría de campamentos de ocupación transitoria o estacional enfocados a diferentes tareas según el área: 3 Predominio de los grupos II, VIII, IX, III y I. 4 Los tipos exclusivos son VIb, VII y XXVII.

El período Intermedio Tardío se define entre los años 1000 a 1300 d.C. La alfarería muestra la misma morfología del período anterior, con excepción de las señaladas piezas restringidas simples grandes de cuerpo globular 3. Sin embargo se identifican nuevos rasgos. Por ejemplo, se usa engobe rojo interior, exterior o en ambas caras, además de engobe negro exterior.

Decorativamente se emplean en profusión los mamelones, y comienza a usarse pintura blanca sobre rojo interior combinada con engobe rojo exterior. Exclusivas del período son las decoraciones de engobe blanco interior, engobe café ladrillo exterior, engobe negro cafesoso exterior, engobe blanco interior combinado con engobe café exterior, engobe gris interior combinado con engobe blanco exterior, pintura blanca sobre negro exterior combinada con engobe negro exterior, pintura blanca y roja sobre negro exterior combinada con engobe negro interior, además de pintura roja sobre blanco interior combinada con engobe blanco exterior.

extracción de obsidiana, extracción de madera en los bosques, además de caza y recolección en vegas. La primera de estas tareas se registra más bien en contextos prehispánicos. Ninguno de los tipos cerámicos registrados en estos sitios es exclusivo de la precordillera o cordillera, sino que se encuentran ampliamente representados en el valle central y costa (Sanhueza et al 1994). Esta última periodificación (Rees et al. 1996), tiene el mérito de plantear un período temprano (250 a 600 d.C.) no considerado por Gaete y Sánchez (1995), ya que incluye los contextos cerámicos de las Cavernas de Quivolgo (cf. Aldunate et al. 1991). El segundo período planteado por Rees y colaboradores, denominado Período Intermedio, se relaciona cronológicamente con el primer momento de Gaete y Sánchez, ya que ambos presentan fechas cercanas al 600 y 1000 d.C. Pero desde el punto de vista de los rasgos cerámicos característicos, no existe mucha coincidencia, en especial por la presencia de pintura y engobe en el primero, que contrasta con la ausencia de estos elementos y la presencia de decoración incisa en el segundo. Sin embargo, ambos equipos de investigación coinciden en que los contextos materiales sobresalen por la proliferación de pipas cerámicas y la existencia de tembetás tipo botón con aletas, elementos que no suele registrarse previa o posteriormente.

Figura 3: Segmento de vasija globular compuesta del Período Temprano (Imagen modificada de Rees et al. 1996)

Figura 4: Vasijas completas y semi completas, fragmento decorado, pipas, tembetás y orejeras del Período Intermedio (Imagen modificada de Rees et al. 1996).

Por el contrario, el Período Intermedio Tardío de Rees y colaboradores se correlaciona cronológicamente con el segundo período de Gaete y Sánchez (ambos con fechas entre el 900 y 1300 d.C.). Coinciden en que, desde el punto de vista de la cerámica, aumenta notablemente la presencia de decoración por técnicas de pintura, engobe y combinación de ambos mediante

una considerable variedad de combinaciones y colores (rojo, blanco, negro, café ladrillo e incluso gris) tanto en el exterior como en el interior de las vasijas. Sumándose en algunos casos la decoración incisa e incluso registrándose también pintura negativa (Figura 5). Si bien Sánchez y Gaete (1994) relacionan los rasgos decorativos de pintura y engobe con la tradición propia del Complejo El Vergel de la Araucanía, los motivos y combinaciones cromáticas no corresponden del todo a los patrones identificados para esta última tradición bícroma (Adán y Mera 1997, Adán et al. 2005), y podríamos decir más bien que estas similitudes decorativas obedecerían al contexto general propio del horizonte tardío común a Chile Centro y Sur (Bahamondes 2006, Aldunate 1989, Massone 1978, Durán y Planella 1989) La región carece aún de contextos arqueológicos que ofrezcan suficientes piezas cerámicas completas como para identificar patrones que definan una tradición propia de la zona. Tanto Medina (1882) como Latcham (1928) exponen algunos escasos casos de vasijas completas (Figuras 6, 7 y 8), las que, en función de sus rasgos morfológicos y decorativos, pueden ser adscritas a este momento. Por otra parte, ambas periodificaciones exponen una considerable diversidad cerámica, lo cual puede deberse a variaciones zonales, o bien a una participación en dinámicas de interacción social más amplias y no del todo relacionadas con las reconocidas expresiones cerámicas de Chile Central y Sur para este momento de la prehistoria. Esto último comienza a ser claro ya desde la mitad sur de la cuenca de Rancagua (Sanhueza et al. 2006) y desde el norte del rio Itata. Figura 5: fragmentos decorados mediante técnicas de inciso y pintura negativa del Período Intermedio Tardío (Imagen modificada de Rees et al. 1996).

Figura 7: Vasijas cerámicas completas registradas en la las localidades de Duao, Colín, Gualañé y Curepto, VII Región (Imagen modificada de Medina 1882, lámina XXXVII).

Figura 8: Vasijas cerámicas completas registradas en las cercanías de Curicó. 194: Encontrada en una sepultura en la localidad de Chomedahue. 195 y 199: Encontradas en la localidad de Santa Cruz. Imágenes modificadas de Latcham 1928. Por último, los períodos tardíos de ambos grupos de investigación se relacionan principalmente a momentos históricos, considerando también un par de siglos previos al contacto hispano (1300 d.C en adelante). No hay mucha coincidencia respecto a los rasgos cerámicos definitorios. Gaete y Sanchez señalan cerámica con engobe rojo y mamelones bajo la inserción del asa. Rees y colaboradores señalan más bien una continuidad respecto a la profusión de elementos decorativos previos: combinaciones de diferentes engobes (rojo,

Figura 6: Vasijas cerámicas completas registradas en la localidad de Peteroa, VII Región (Imagen modificada de Medina 1882, lámina XXXV).

Las excavaciones arqueológicas realizadas en el cementerio de Tutuquén identificaron 42 individuos, cuyas características y formas de entierro presentan ciertas variaciones. Los estudios bioantropológicos (Sáez 2008) permiten proponer la presencia de al menos tres poblaciones haciendo uso del cementerio en distintos momentos. Esta distinción se basa en varias evidencias, pero principalmente en las medidas de cráneo (dolicocráneos, mesocráneos y braquicráneos). Estas diferencias se condicen con el estado de conservación diferencial para cada grupo de esqueletos. Por lo demás, las diferencias estratigráficas y de rasgos fúnebres son relevantes, siendo que existe un grupo de esqueletos que presentan fosa de entierro, claramente distintiva por presentar sedimento de coloración, compactación y granulometría diferente a la matriz general del sitio. La estratigrafía muestra que las fosas intervienen entierros humanos previos, los que no muestran este mismo rasgo, sino más bien la particular presencia de sedimentos grises adosados a la superficie de los huesos.

Figura 9: Fragmentos cerámicos decorados y vasija completa del Período Tardío. Al centro figuran fragmentos del sitio precordillerano Pehuenche. Imágenes modificadas de Seelenfreund et al. 1993 y Rees et al. 1996). Antecedentes sitio Tutuquén :

Fechados radiocarbónicos realizados directamente sobre tejido óseo de seis individuos corroboran la existencia de tres momentos de uso del cementerio, uno cercano al 10.600 A.P., otro al 7.000 A.P. y el tercero al 1.000 A.P, siendo este último momento el correspondiente al grupo de individuos enterrados en fosas. El grupo tardío está conformado por 19 individuos, todos de morfología braquicránea, depositados en posición decúbito dorsal o lateral flectados, siendo exclusiva de este grupo la deformación craneana artificial tabular erecta, tanto para adultos como subadultos (Sáez op. cit.). Por otra parte, se suman evidencias del aparato masticatorio, que también contrastan con los otros grupos previos, tales como desgaste oclusal moderado, presencia importante de lesiones carióticas y una alta incidencia de traumas dentales

negro, café y blanco), a los que se suma la pintura con diferentes combinaciones entre ambas técnicas (blanco sobre rojo, rojo sobre blanco, rojo y negro sobre blanco e incluso negro y oligisto). Pero también se registra decoración incisa. Cabe señalar que estas diferencias, así como aquellas observadas en el período Intermedio (600 1000 d.C.) pueden deberse a que Sánchez y Gaete proponen más bien patrones definidos a partir de sectores acotados de la región, en cambio Rees y colaboradores analizan materiales provenientes de toda la cuenca del río Maule.

A seguir se describen las vasijas completas en relación a sus contextos fúnebres: Unidad F16, individuo 4, estrato 3b: Esta vasija la vasija fue encontrada en las zanjas excavadas para los cimientos del retén de Carabineros de Chile, junto a un cráneo disturbado perteneciente al esqueleto de un adulto femenino que fue enterrado decúbito lateral izquierdo y flectado (Figura 30). En el estrato 3bse registraron restos malacológicos y zooarqueológicos, lascas y esquirlas líticas, además de

no intencionales ocurridos en vida, todo lo cual habla de una dieta basada en alimentos fibrosos complementados con otros de importante contenido de carbohidratos, sugiriendo una economía de caza y recolección complementada con horticultura o recolección de alimentos ricos en almidones (Henríquez 2009). Existen dos fechas para ellos: 1100 +/ 40 AP (1059(963)847) (Individuo 9 Beta 237192) y 980 +/ 40 AP (928(847)763) (Individuo 2 Beta 241359), las que permitieron adscribir el conjunto completo al período alfarero Metodología

El análisis de las piezas cerámicas se efectuó relevando las características tecnológicas, decorativas y morfológicas. Para esta última dimensión se identifican diferentes categorías según su estructura y contorno general (Rice 1987; Shepard 1985 [1956]). Esta categorización implica también la adscripción a una probable función, asumiendo que determinadas estructuras morfológicas poseen mayor utilidad para llevar a cabo ciertas labores dentro de la lógica de su eficiencia tecnológica (Falabella et al. 1993a, 1993b). Además de los antecedentes propios de la región, se consideraron las sistematizaciones cerámicas que definen tradiciones y patrones de alfarería de las regiones vecinas norte y sur. Por último, dentro de la dimensión tecnológica, las vasijas cerámicas de Tutuquén fueron sometidas a análisis de pasta considerando atributos de textura, compactación, composición y cocción, discriminados por observación de las fracturas frescas macroscópicamente y en lupa binocular (40x), con el fin de identificar inclusiones según densidad, distribución, tamaño, forma, color y brillantez, en lo posible determinando su tipo mineralógico (Rye 1981, Tarbuck y Lutgens 2005). Finalmente, estos atributos fueron condensados en patrones y familias de pasta, basados principalmente en el origen mineralógico de los antiplásticos (p.ej. GR = granítico, V =volcánico) (Sanhueza 2004).

Resultados De los 19 individuos adscritos a la población más tardía del cementerio Tutuquén, sólo cinco de ellos presentan vasijas cerámicas completas depositadas como ofrendas fúnebres. Estos son: individuo 4, registrado en la unidad de excavación F16, el individuo 9 registrado en la unidad G10 11, individuo 10 registrado en la unidad G11, individuo 18 registrado en la unidad I12 e individuo 19 registrado en la unidad G12. Cabe señalar, que el sitio presenta otras evidencias cerámicas correspondientes a escasa fragmentería encontrada en diferentes unidades de excavación (F16, G9 10, G11, G14, H13, H14, I11, I14, J9, J10, J11, J12, J13, J14, K10 y las unidades de control PC 1 y PC 2), algunas de ellas con presencia de individuos (individuos 5, 9, 15, 23, 25, 27, 28, 32, 33, 37, 38). Este material no será analizado en el presente informe.

Figura 30: Unidad F16, Individuo 4 y hallazgo del jarro asimétrico en zanja adyacente.

instrumentos líticos tales como un sobador, una mano de moler y un instrumento bifacial que podría corresponder a un cuchillo.

F16 Pieza 1: Se trata de un jarro asimétrico semi completo, de tamaño medio. Morfológicamente se describe como una pieza restringida independiente de perfil complejo. El cuerpo es elipsoide horizontal y el cuello es abultado. Presenta base cóncava, borde evertido y labio convexo. El asa es labio adherida del tipo arco de correa bifurcada y se posiciona de forma casi horizontal sobre la vasija, emplazándose desde el labio hasta el cuerpo superior en el otro extremo de la pieza. Esta presenta una sección delgada cóncava convexa. Todas las medidas de esta pieza se expresa más adelante en tablas 1, 2, 3 y 4.

Figura 32: F16 vasija 1, dibujo técnico artístico.

Figura 31: F16 vasija 1, vistas lateral, frontal y posterior.

Tratamiento de superficie y decoración: Este jarro se encuentra pulido en el exterior y alisado en el interior, a excepción del labio que también se encuentra pulido en la superficie interior.

La vasija presenta pintura roja en toda la superficie exterior a modo de engobe. Este tratamiento se vio afectado por algunas manchas de golpe de fuego durante la manufactura. El asa presenta mamelones levemente alargados, modelados sobre el inicio de cada bifurcación del asa.

Figura 33: Detalles decorativos, vista polar (izquierda) y posterior (derecha).

Inferencias de manufactura: El asa fue sencillamente adherida en sus dos puntos de unión (labio y cuerpo). Se observan huellas de instrumento pulidor distribuidas en sentido horizontal tanto en cuerpo como en cuello. El cuello se confección como unidad aparte, ya que se observan barbas de unión cuello cuerpo en el interior de la vasija. Es posible observar en la superficie interior del cuerpo superior los rodetes placa mediante los cuales este fue Huellasconstruido.de uso: Se registra manchas acotadas de hollín y ahumado en base y sector frontal de diámetro máximo del cuerpo. Esto podría estar indicando escasos eventos de exposición al Pasta:fuego. Baja densidad de inclusiones angulares y semi angulares de patrón GRN, tamaño 1. Esto último le da un aspecto colado a la pasta. La cocción se efectuó en ambiente oxidante completo. Unidad G10 11, individuo 9: El contexto se define por el entierro en fosa de un individuo femenino adulto en el estrato 3a 3b. Se encuentra depositado decúbito lateral derecho e hiperflectado (Figura 10). Además de las dos vasijas completas, se registra material malacológico y osteofaunístico, un artefacto manufacturado en hueso animal, además de desechos e instrumentos líticos entre los que se describen percutores y manos de moler. Estos últimos encontrados en el relleno mismo de la fosa.

La base es plana y aún presenta parte de un asa en arco de correa, cuya sección no es observable. El asa, de posición vertical, se emplaza de cuello a unión cuello cuerpo. Fue depositada como ofrenda ya estando fracturada, faltando gran parte del asa y todo el borde.

Se trata de un jarro semi completo pequeño, que fue depositado a los pies del individuo 9. Esta pieza restringida presenta perfil inflectado (dependiente), cuerpo ovoide y cuello hiperboloide.

Todas las medidas de esta pieza se expresa más adelante en tablas 1, 2, 3 y 4.

Figura 11: G10 G11 Vasija 1, vista frontal, lateral y posterior

Figura 10: Contexto fúnebre G10 G11. Derecha arriba: pieza 1. Derecha abajo: pieza 2. G10 G11 Pieza 1:

Figura 12: G10 G11 Vasija 1. Dibujo técnico artístico. Tratamiento de superficie y decoración: El jarro posee superficie exterior pulida e interior alisada. La superficie exterior se encuentra completamente ahumada de forma intencional, este tratamiento decorativo logró un color negro o café muy oscuro casi completo. Inferencias de manufactura: El asa fue adherida en su sección inferior. En la superficie exterior se observan huellas del instrumento usado para pulir la vasija, estas son horizontales en el cuerpo y verticales en el cuello. En el cuello se perciben aún los rodetes mediante los cuales fue construido, estos miden cerca de 13 mm. Huellas de uso: La vasija presenta erosión en la base (Figura 13). La fractura del borde evidencia haber sido regularizada para permitir la continuidad del uso de la vasija antes de su destino como ofrenda fúnebre.

G10 G11 Pieza 2: Se trata de un jarro asimétrico semi completo, de tamaño medio a pequeño, que fue depositado sobre el sector de la cabeza del individuo 9 Morfológicamente corresponde a una vasija restringida independiente, de perfil complejo. El cuerpo es elipsoide horizontal, la base cóncava, el cuello es abultado y el borde evertido. El asa en arco de correa, es labio adherida y se emplaza sobre la pieza desde el borde hasta el cuerpo superior. Esta última presenta sección cóncava convexa. La vasija presenta faltantes en borde, cuello, cuerpo superior y asa. Todas las medidas de esta pieza se expresa más adelante en tablas 1, 2, 3 y 4.

Pasta: Densa en inclusiones angulares de patrón VGRN, tamaño 3. La cocción se efectuó en ambiente reductor para lograr el tratamiento decorativo ahumado. La reducción se observa en gran parte de la sección de la pared, desde afuera hacia dentro.

Figura 14: G10 G11 vasija 2, vistas laterales y polar.

Figura 13: G10 G11 Vasija 1, vista de la base.

Figura 15: G10 G11 vasija 2, dibujo técnico artístico. Tratamiento de superficie y decoración: La superficie exterior se encuentra bruñida y la interior alisada. Sobre el color natural café rojizo con sectores café oscuro de la pasta, se aplicó pintura roja conformando 16 círculos de entre 35 a 45 mm de diámetro, dispersos en el cuerpo de la vasija. Con esta misma técnica y color se definió un campo que cubre casi completamente el cuello, privilegiando el sector frontal. Los fragmentos aún existentes del asa no evidencian pintura, pero existe un mamelón alargado modelado en forma perpendicular al sentido del asa, sobre el extremo inferior de ella.

Inferencias de manufactura: En la superficie exterior se observan suaves huellas del instrumento usado para bruñir la vasija, estas son horizontales en el cuerpo y verticales en el cuello. También se observa que el cuello fue construido como unidad aparte, debido a la presencia de barba de unión cuello cuerpo en el interior de la pieza, y que el cuello se confeccionó mediante finos rodetes de cerca de 2 a 3 mm. El asa fue sencillamente adherida en sus dos puntos de unión (labio y cuerpo). Cabe señalar, que la decoración de pintura se efectuó de forma posterior a una primera cocción de la vasija, ya que la pintura cubre sectores ahumados de la superficie. Esto indica la existencia de dos etapas de cocción durante la manufactura de la vasija, una para cocer la pieza y otra posterior a la aplicación de pintura para fijar esta última. Huellas de uso: Se registra piqueteo y abrasión de la superficie exterior de la base y cuerpo inferior, especialmente en el perímetro de la primera. Se identifica también abrasión intencional del borde con el fin de emparejar fracturas de la sección del labio para poder darle continuidad a la vida útil del jarro. Otro indicador de uso, previo a la función de ofrenda fúnebre, son los restos de hollín y manchas de ahumado en base y cuerpo inferior, los que cubren la decoración de pintura en este sector de la superficie exterior.

Figura 16: Vista posterior y detalle de los círculos de pintura roja sobre manchas de ahumado (abajo izquierda) y sobre superficie natural de la pieza (abajo derecha).

Figura 17: vista frontal y detalle de hollín. Pasta: Densidad media de inclusiones angulares de patrón GR, tamaño 3. La cocción se efectuó en ambiente oxidante completo. Unidad G11, individuo 10: El contexto se define por el entierro en fosa de un niño en el estrato 3b. Se encuentra depositado decúbito dorsal (Figura 18). Presenta únicamente una vasija cerámica a modo de ofrenda, la cual fue depositada junto a su cabeza.

Figura 18: Contexto fúnebre de la unidad G11

Figura 19: G11 pieza 1, vista frontal, lateral y posterior. Figura 20: G11 pieza 1, dibujo técni artístico. Tratamiento de superficie y decoración: La superficie exterior presenta tratamiento pulido espatulado, mientras que en interior es alisada, a excepción del cuello que posee el mismo tratamiento que en la superficie exterior. A modo de decoración, presenta dos mamelones alargados verticales modelados en lados opuestos del cuerpo superior, de forma perpendicular a las asas.

G11

Pieza 1: Se trata de una olla de tamaño pequeño, semi completo. Fue encontrada fracturada, probablemente debido a procesos post depositacionales. Morfológicamente corresponde a una pieza restringida independiente y de perfil compuesto. El cuerpo es elipsoide horizontal, la base es convexa y el cuello cónico invertido, por lo que el borde es recto evertido. Presenta labio convexo. Posee dos asas verticales del tipo arco de correa y de sección cóncava convexa. Se emplazan de cuello a cuerpo superior. Todas las medidas de esta pieza se expresa más adelante en tablas 1, 2, 3 y 4.

Inferencias de manufactura: El cuello fue construido como unidad aparte, lo que se infiere debido a la presencia de barba de unión cuello cuerpo en el interior de la pieza. Las asas fueron adheridas tanto en el punto de unión con el cuello como en el punto de unión al cuerpo. Huellas de uso: Esta olla presenta hollín y ahumado en toda la superficie exterior a excepción de cuerpo superior. Estos residuos le dan el color café oscuro a la pieza. Pareciera tener hollín en superficie interior del cuerpo bajo la delgada capa de tierra.

Figura 21: detalle de residuos de hollín en el cuerpo medio e inferior de la olla. Pasta: Densa en inclusiones angulares de patrón V, tamaño 5. La cocción se efectuó en ambiente oxidante completo. Unidad I12, individuo 18: El contexto aquí registrado se define por el entierro en fosa de un niño en el estrato 3a 3b. Fue depositado decúbito ventral derecho, en posición flectada (Figura 22). Presenta como ofrenda una vasija cerámica depositada junto a su cabeza. También se registran en esta unidad restos malacológicos, osteofaunísticos y desechos líticos. Junto al esqueleto se registran también un cepillo lítico y un fragmento de mano de moler.

Figura 22: Contexto fúnebre de la unidad I12. I12 Pieza 2: Se trata de un jarro asimétrico de pequeño tamaño, al que le faltan el cuello y gran parte de asa. Junto a la pieza se encontraron algunos fragmentos del borde. Morfológicamente se describe como una pieza restringida independiente, de perfil complejo. El cuerpo es elipsoide horizontal, el borde es evertido, la base es convexa y el asa es de tipo arco de correa. Esta se posicionaba de forma horizontal sobre la vasija, desde el cuerpo superior hasta probablemente el labio. Todas las medidas de esta pieza se expresa más adelante en tablas 1, 2, 3 y 4.

Figura 23: I12, pieza 2, vistas frontal, dorsal y laterales. Figura 24: I12, pieza 2, dibujo técnico artístico.

Tratamiento de superficie y decoración: El jarro se encuentra completamente pulido en el exterior y alisado en interior. Sobre la superficie natural, de color café rojizo a café oscuro, se aplicó pintura roja definiendo en el cuerpo una banda que configura una cuasi estrella (vista polar) con dos círculos adyacentes. Los fragmentos de borde muestran una banda perimetral también efectuada con pintura roja. El asa presenta un mamelón alargado modelado en la sección inferior del asa, siguiendo el sentido vertical de esta.

Figura 25: Detalles decorativos. Vista polar (izquierda) y detalle de mamelón modelado en asa (derecha).

Inferencias de manufactura: En la superficie exterior se observan huellas de instrumento pulido tanto horizontales como oblicuas en el cuerpo. El cuello fue confeccionado como unidad aparte, ya que se observa barba de unión cuello cuerpo en el interior de la pieza. El cuerpo fue construido mediante rodetes placa.

Figura 26: Detalle de construcción del cuerpo mediante rodetes placa.

Huellas de uso: No se observan huellas de exposición al fuego, ni otros indicadores de uso.

Pasta: Densa en inclusiones angulares y semi angulares de patrón VGR, tamaño bimodal 3 y 5. La cocción se efectuó en ambiente oxidante.

Unidad G12, individuo 19: El contexto aquí registrado se define por el entierro en fosa de un niño en el estrato 3a. Fue depositado decúbito latera derecho, en posición hiperflectada (Figura 27). En esta unidad se registran restos malacológicos y osteofaunísticos, además de desechos líticos y un punzón elaborado en hueso. La vasija cerámica aquí encontrada, fue depositada adyacente a la fosa y cercana a la cabeza del individuo. Figura 27: Contexto funerario de la unidad G12. G12 Pieza 1: Se trata de un jarro pequeño semi completo, que presenta faltantes en cuello y borde. Morfológicamente se describe como una vasija restringida dependiente, de contorno simple (inflectada). El cuerpo es cónico, la base plano convexa, el cuello hiperboloide, el borde evertido y el labio convexo. Posee un asa vertical del tipo arco de correa, unida al cuello en la sección superior y al punto de inflexión cuello cuerpo en la sección inferior. Todas las medidas de esta pieza se expresa más adelante en tablas 1, 2, 3 y 4.

Figura 28: G12 Pieza 1, vistas laterales y dorsal.

Figura 29: G12 Pieza 1, dibujo técnico artístico. Tratamiento de superficie y decoración: El jarro presenta pulido tosco en exterior y se encuentra alisado en interior. La superficie exterior se encuentra completamente ahumada de forma intencional, este tratamiento decorativo logró un color negro o café muy oscuro casi completo.Inferencias de manufactura: El asa se observa adherida en ambos puntos de unión. Al parecer, tanto cuello como cuerpo corresponden a una misma unidad constructiva, para la cual se usaron rodetes.

Huellas de uso: La vasija evidencia piqueteo, despostilladuras y erosión del tratamiento de superficie exterior en toda la base y parte del cuerpo inferior. No se observan huellas de exposición al fuego. Figura 30: Detalle de huellas de uso en base. Pasta: Densa en inclusiones angulares de patrón VGR, tamaño 3. La cocción se efectuó en ambiente reductor para lograr el tratamiento decorativo ahumado, por lo menos al final del proceso de manufactura. A continuación se adjuntan las tablas relacionadas a diversas medidas de las vasijas descritas anteriormente: Tabla 1: Medidas de altura Pieza cerámica Total Cuerpo Cuello Unión 1 Unión 2 Diam.max Diam.Min G 10 11 Individuo 9, pieza 1 n.o. 50 n.o. 50 n.a. 25 84 G 10 11 Individuo 9, pieza 2 112 82 n.o. 57 82 33 42 101 G11 Individuo 10, pieza 1 111 69 42 42 n.a. 40 42 I12 Individuo 18, pieza 2 n.o. 80 n.o. 75 83 37 n.o. G 12 Individuo 19, pieza 1 n.o. 59 n.o. 59 n.a. 16.5 104 F16 Individuo 4, pieza 1 170 126 44 71 126 104 65 57 155 142 Todos los valores se expresan en milímetros / n.o. = no observable / n.a. = no aplica / Unión 2 = sólo para piezas asimétricas Tabla 2: Medidas de diámetro y sus promedios Pieza cerámica Diam.Max. Promedio Diam.Min. Promedio Diam.Borde Promedio Diam.Unión Promedio Diam.Base Promedio G 10 11 Individuo 9, pieza 1 107x109 108 70x67 68.5 n.o. n.o. 85x83 84 73x71 72 G 10 11 Individuo 9, pieza 2 143x150 146.5 55,5x54,5 55 n.o. n.o. 55,5x54,5 55 54x45 49.5 G11 Individuo 10, pieza 1 128x132 130 84 84 110 (25%) n.o. 84 84 45 45 I12 Individuo 18, pieza 2 154x155 154.5 n.o. n.o. n.o. n.o. 50 (30%) n.o. 58 58 G 12 Individuo 19, pieza 1 102x105 103.5 73 73 90 (22%) n.o. 80 n.o. 88,9x90 89.4 F16 Individuo 4, pieza 1 180x187 183.5 71 71 80 80 81.5 81.5 50x47 48.5 Todos los valores se expresan en milímetros / n.o. = no observable / Entre paréntesis figura el procentaje existente de la sección medida.

Otra pieza de clara filiación Llolleo es la pieza 1 de la unidad G11, que constituye la ofrenda cerámica del individuo 10. Ollas similares son características de este complejo cultural y han

Figura 31: Jarros asimétricos con decoración modelada sobre asa bifurcada. Izquierda (sitio La Granja), derecha (sitio El Mercurio).

Tabla 3: Espesor de paredes Pieza cerámica Esp. Borde Esp. Cuello Esp. Cuerpo Esp. Base Peso G 10 11 Individuo 9, pieza 1 n.o. 4,2 5 n.o. n.o. 287 G 10 11 Individuo 9, pieza 2 5 4.3 3,3 4,4 n.o. 411 G11 Individuo 10, pieza 1 4,5 5 4,5 5,5 4 5,2 n.o. 449 I12 Individuo 18, pieza 2 6.3 4 3 5,5 n.o. 451 G 12 Individuo 19, pieza 1 4.5 4 4.5 n.o. 293 F16 Individuo 4, pieza 1 4 3 3,7 3,8 5 n.o. 662 Todos los valores se expresan en milímetros / n.o. = no observable / El peso se expresa en gramos Tabla 4: Medidas relacionadas al asa de las vasijas Pieza cerámica Largo 1ªasa Largo2ªasa Ancho1ªasa Ancho2ªasa Esp.1ªasa Esp.2ªasa G 10 11 Individuo 9, pieza 1 n.o. n.a. n.o. n.a. n.o. n.a. G 10 11 Individuo 9, pieza 2 n.o. n.a. 35 n.a. 7 n.a. G11 Individuo 10, pieza 1 48 n.o. 15.8 15.6 10 9 I12 Individuo 18, pieza 2 n.o. n.a. 30.5 n.a. 9.8 n.a. G 12 Individuo 19, pieza 1 60 n.a. 18.15 n.a. 6.8 n.a. F16 Individuo 4, pieza 1 115 n.a. 31.5 n.a. 7 n.a. Todos los valores se expresan en milímetros / n.o. = no observable / n.a. = no aplica Discusión en torno a los rasgos cerámicos Algunos de los rasgos morfológicos, tecnológicos y decorativos de ciertas vasijas aquí analizadas no tienen referentes registrados anteriormente en la VII Región, sino más bien en tradiciones cerámicas del Período Alfarero Temprano de Chile Central, más específicamente en relación al Complejo Cultural Llolleo (Falabella y Planella 1979, 1980). La vasija que con más claridad muestra este parentesco es la pieza 1 de la unidad F16 correspondiente a un clásico jarro Llolleo asimétrico de asa bifurcada. Jarros similares han sido registrados en los contextos fúnebres de sitios tales como El Mercurio (cuenca de Santiago), La Granja y Hacienda Cauquenes (cuenca de Rancagua), entre otros. La decoración modelada es común sobre cada bifurcación del asa y varía desde una elaborada representación antropomorfa dual hasta simples mamelones, como sucede en el caso de Tutuquén, pasando por estadios intermedios donde se identifican rostros más abstractos (Figura 31).

sido registradas en diversos sitios de la cuenca de Rancagua y Santiago (Sanhueza 2004, Sanhueza y Falabella 2009, Correa 2009). Estas ollas suelen ser monocromas y presentan aplicaciones modeladas o modeladas incisas a modo de mamelones pequeños o alargados en el cuerpo y a veces sobre las asas. En algunos casos los mamelones en cuerpo configuran motivos antropomorfos abstractos (Figura 32). Se relacionan también morfológicamente a las clásicas ollas de tipo inciso reticulado oblicuo (Falabella y Planella 1980), características de este complejo cultural y comunes en el sistema de sitios Llolleo del río Angostura, en la sección sur de la cuenca de Santiago (Sanhueza 2013) Figura 32: Izquierda (sitio Condominio Los Llanos en Rancagua), centro (sitio El Mercurio), derecha (hallazgo en la localidad de Isla de Maipo).

Por otra parte, la pieza 2 de la unidad I12 asociada al individuo 18 y la pieza 2 de la unidad G10 G11 asociada al individuo 9, muestran rasgos tecnológicos y morfológicos que podrían adscribirlas al Complejo Llolleo, tales como paredes delgadas, superficies muy pulidas, además de una configuración morfológica común a los jarros asimétricos de esta tradición. Pero otros rasgos, en espacial de tipo decorativo podrían indicar otras influencias. A pesar de que la práctica decorativa que implica motivos geométricos efectuados con pintura roja sobre la superficie monocroma es común en los jarros Llolleo, configurando motivos estrellados o franjas radiales en vista polar (Correa 2009), la especial presencia de “lunares” o círculos en estas dos piezas, nos recuerdan las configuraciones decorativas propias de la tradición Pitrén de Chile Centro Sur (Adán 2000, Adán y Alvarado 1999). Pero en este último caso, los motivos se elaboran mediante técnica negativa combinando el ahumado (negro) sobre el engobe rojo (Adán y Mera 1996). Cabe señalar que ambas tradiciones cerámicas comparten nociones relativas a la configuración morfológico decorativa en el caso de las vasijas asimétricas (Correa 2009, 2010). La presencia de apéndices modelados sobre el extremo inferior del estas dos piezas podría reforzar la idea de una influencia mixta por parte de ambas tradiciones. Estos elementos decorativos no son comunes en los jarros asimétricos Llolleo y recuerdan, aunque no son del todo similares, a la configuración decorativa de los modelados anfibiomorfos estilizados de Pitrén (Adán y Alvarado 1999, Adán y Mera 1996) (Figura 33).

Figura 33: Vasijas Pitrén con modelado anfibiomorfo estilizado en el extremo inferior del asa. Sitios de izquierda a derecha: Licanco Chico, Lof Mahuida y Santa María (Imagen mo dificada de Adán y Alvarado 1999 y Correa 2009).

Figura 34: Vasijas monocromas Bato. Destacamos la pieza en extrema derecha, aunque esta no presenta asa (Imagen extraída de Falabella y Stehberg 1989).

Dos piezas del conjunto Tutuquén son muy similares en estructura morfológica y decoración, diferenciándose notoriamente del resto. Son la pieza 1 de la unidad G10 G11 asociada al individuo 1 y la pieza 1 de la unidad G12 asociada al individuo 19. La primera fue depositada junto a la particular vasija decorada con “lunares” rojos. Las dos vasijas ahumadas negras no tienen referentes previos en la región, aunque su morfología podría asimilarse a una vasija registrada en un contexto fúnebre de la localidad de Chomedahue (Figura 8). Sin embargo, no hay mayores antecedentes crono culturales para esta última pieza. Debido a la presencia de vasijas Llolleo en el cementerio de Tutuquén, cabe considerar ciertas similitudes de estas dos vasijas, tanto a nivel morfológico como decorativo, con piezas registradas en contextos Bato (Figura 34). Sin embargo, por el momento nos mantenemos cautelosos ante esta sugerencia.

Las escasas piezas completas registradas hasta ahora en la VII Región, tanto de períodos tempranos como tardíos (Medina 1988, Latcham 1928, Rees et al 1996, Figuras 6, 7 y 8) no presentan rasgos símiles a los de las vasijas registradas en Tutuquén. Estas últimas manifiestan elementos propios de tradiciones alfareras tempranas del centro y sur de Chile. Las dataciones absolutas relacionadas al componente alfarero de Tutuquén (ca. 900 y 1100 d.C.) indicarían que estos contextos son contemporáneos a los últimos momentos del período Intermedio y comienzos del período Intermedio Tardío de Rees y colaboradores (1996), definido para la cuenca del Maule, y cronológicamente comparables al primer y segundo patrón alfarero de Gaete y Sánchez (1995) para la costa al sur de este mismo rio Sin embargo, las técnicas decorativas y rasgos tecnológicos registrados en la fragmentería de los sitios que definen estas periodificaciones, difieren notablemente de las que muestran las vasijas de Tutuquén, reforzándose las similitudes con la tradición Llolleo, la cual alcanza fechas igualmente tardías en el marco del Período Alfarero Temprano (Falabella et al. 2014). Tampoco se descartan las

G 10 11 Individuo 9, pieza 1 VGRN3 Volcánico granítico negro Indeterminada. Algunas similitudes con Bato G 10 11 Individuo 9, pieza 2 GR3 Granítico Influencia mixta Llolleo y Pitrén (?)

Con respecto a las pastas, el estado actual de la investigación sobre cerámica arqueológica de la región, incluye algunos análisis realizados principalmente en conjuntos de cerámica fragmentada de sitios de la costa de la provincia de Cauquenes y la cuenca del Maule En los sitios costeros de Cauquenes destacan tipos de pasta que poseen tanto antiplástico grueso de cuarzo como fino de arena, cuarzo y mica (Mera 1998). En las Cavernas de Quivolgo el cuarzo está presente como antiplástico en toda la secuencia estratigráfica, registrándose pastas con arena negra y con mezcla de ésta y cuarzo hacia momentos más tardíos, como sucede en los sitios al aire libre de esta zona, los que son posteriores al 1000 d.C. (Gallardo et al 1992). Para la cuenca del Maule predominan diferentes grupos de pastas según períodos (Rees et al. 1996).

Para el Período Alfarero Temprano (250 a 600 d.C.) destacan los antiplásticos blancos en pastas de color café o rojo, y la combinación de antiplásticos blancos, negros y brillantes en pastas rojas. Los primeros en fragmentos mayoritariamente pulidos y los segundos alisados. El Período Alfarero Intermedio (600 a 1000 d.C.) se caracterizaría por presentar grupos de pastas con desgrasante blanco y brillante, de tamaño medio y grande, en pastas de color café. Para el Período Intermedio Tardío (1000 a 1300 d.C.) se registran mayoritariamente grupos de pastas de color café con arenas negras y grupos de pastas con antiplásticos blancos y negros de grano mediano a grueso. Ambos grupos generalmente para fragmentos de superficies alisadas. Ya para el Período Tardío (1300 a 1700 d.C.), se identifica una mayor variabilidad de pastas, siendo predominantes los áridos claros y oscuros en pastas café.

Las pastas registradas en las piezas de Tutuquén (Tabla 5), presentan principalmente mezclas de áridos de origen volcánico y granítico. En el caso del componente granítico, este se visualiza a partir de áridos que incluyen elementos blancos opacos (feldespato/plagioclasas), además de blanco translúcidos, translúcidos y brillantes debido al aporte de cuarzo, biotita y moscovita; junto con negro brillantes (piroxenos/anfíboles), siendo más abundantes estos últimos en el caso del patrón GRN. Algunas descripciones de grupos de pasta registrados en la cuenca del Maule podrían estar relacionados a áridos graníticos, desde el punto de vista de que son descritos como “blancos, negros y brillantes” (P. Alfarero Temprano) o “blanco y brillante” (P. Alfarero Intermedio). O también para tipos de pasta de la costa de Cauquenes “arena, cuarzo y mica”. Tabla 5: Patrones y familias de pastas Pieza cerámica Patrón Familia áridos Filiación rasgos morfológicos y decorativos

G 12 Individuo 19, pieza 1 VGR2 3 Volcánico granítico Indeterminada. Algunas similitudes con Bato F16 Individuo 4, pieza 1 GRN1 Granítico negro Llolleo

posibles influencias de rasgos decorativos Pitrén, ya que estos atributos de índole altamente visibles pueden ser partícipes de circuitos sociales de escala inter areal, como ya se ha propuesto para algunas categorías morfo decorativas (patrones de figuración y configuración decorativa vinculados a determinadas categorías morfológicas) comunes a las manifestaciones cerámicas Llolleo y Pitrén (Correa 2009)

G11 Individuo 10, pieza 1 V5 Volcánico Llolleo

I12 Individuo 18, pieza 2 VGR3 5 Volcánico granítico Influencia mixta Llolleo y Pitrén (?)

Discusión y Conclusiones

De todas formas, los tipos de pasta registrados para las dos piezas adscritas a Llolleo son coincidentes con los patrones de este último grupo, en el especial el caso de la vasija de patrón volcánico (Sanhueza 2004). En general las pastas observadas en las piezas de Tutuquén son coincidentes con las de manufactura propia de grupos del Período Alfarero Temprano de Chile Central (Regiones Metropolitana y VI) (Sanhueza op. cit., Falabella et al. 2013).

Los antecedentes relacionados a la investigación arqueológica de la VII Región del Maule indican que las poblaciones prehispánicas fueron portadoras de un prolongado modo de vida cazador recolector, a pesar de la introducción de tecnologías nuevas como la cerámica. Esto ha llevado a plantear el área como un “núcleo relictual de vida arcaica” donde la inserción de prácticas hortícolas enriqueció el modo de producción de amplio espectro, propia del Período Arcaico, pero no provocó mayores cambios, como sucedió en las regiones vecinas del norte y sur. Siendo que aquí la agricultura solo se desarrolló intensamente a partir del período histórico colonial (Gaete et al. 1992). Los datos bioantropológicos del sitio Tutuquén en parte se condicen con estos planteamientos, ya que indican una economía de caza y recolección que es complementada con horticultura o recolección de alimentos ricos en almidones en el caso de la población más tardía asociada a las vasijas cerámicas aquí analizadas.

Lamentablemente no existen estudios de este tipo para la cuenca del río Mataquito, donde se encuentra el sitio Tutuquén, como para evaluar la posibilidad de que las materias primas y recetas de preparación de pasta en esta zona pudieran ser similares a las existentes para las cuencas de Rancagua y Santiago de más al norte. En este sentido, sería importante llevar a cabo los análisis de pasta de la fragmentería registrada en el sitio Tutuquén.

A pesar de la continuidad del modo de vida cazador recolector hasta momentos tardíos en la región, se descarta considerar a estos grupos como simples portadores de cerámica que habrían obtenido estos artefactos mediante intercambio, ya que en ciertos sitios alfareros tempranos (costa de Cauquenes, cuenca del Maule) la cerámica resulta muy diferente a aquella producida en el marco de las tradiciones Pitrén, Llolleo y Bato, siendo más probable su producción local (Aldunate et al. 1991, Mera 1998). La identificación de tipologías cerámicas propias de ciertos sectores de la región en distintos momentos cronológicos, asociada a un fuerte tradicionalismo expresado en la persistencia de algunos rasgos cerámicos a lo largo de las secuencias ocupacionales de los sitios (Aldunate et al. op. cit., Gaete et al. 1992, Rees et al 1996), constituyen datos que también apoyan esta idea. Sin embargo, aún no se ha identificado una tradición cerámica bien definida, temprana o tardía, para la región del Maule. Esto último puede deberse tanto a la relativa falta de investigación arqueológica en el área, como a la importante variabilidad manifestada para las cerámica registrada en sitios de costa, valle y cordillera. En el marco de la alta movilidad de los grupos cazadores recolectores, esta variabilidad sugiere que el intercambio puede haber funcionado paralelamente a la producción de alfarería local. La población tardía del sitio Tutuquén también muestra desde el punto de vista bioantropológico la continuidad de un modo de vida cazador recolector, pero con mayor énfasis en alimentos ricos en carbohidratos si se la compara con las dos poblaciones arcaicas previas del sitio (Hénríquez 2009) Eso sí, los individuos tardíos del sitio constituyen una

Cabe entonces hacer dos consideraciones. Por una parte existe la posibilidad de que en este sitio algunas vasijas sí se obtuvieran por intercambio, principalmente aquellas dos adscritas a Llolleo. Esto se ve reforzado por la variabilidad interna del conjunto de vasijas de Tutuquén, y por el hecho de que las tumbas con cerámica son escasas en el sitio, teniendo únicamente cinco de 19 individuos de esta población tardía este tipo de ofrendas, siendo tres de ellos infantes. Es decir, las vasijas cerámicas pueden haber sido consideradas un bien poco común y destinado a entierros especiales. A esto se suma el hecho de que hasta el momento no se ha identificado un sector habitacional en Tutuquén, situación que es común en los contextos Llolleo, donde no existen cementerios y las inhumaciones se realizaban adyacentes a los espacios de habitación.

población diferenciada con respecto a aquellos del período arcaico, presentando morfología braquicránea y deformación craneana artificial tabular erecta (Sáez 2008). Estos últimos datos, junto con ciertos rasgos del contexto fúnebre, tales como la posición decúbito dorsal o lateral flectada de los cuerpos, constituyen rasgos comunes de las sociedades del Período Alfarero Temprano (PAT) de Chile central y sur (Aldunate 1989, Falabella y Stehberg 1989, Sanhueza Las2013).vasijas

Tutuquén, en cambio, se destaca por constituir un cementerio bien definido y de larga data, con dos poblaciones arcaicas previas a la del PAT Por último, podemos agregar que los grupos humanos Llolleo se encontraban ya inmersos en un modo de vida horticultor, donde cultígenos tales como el maíz comenzaban a ser parte importante de la dieta (Falabella et al. 2007), lo que contrasta con los datos bioantropológicos hasta ahora existentes para Tutuquén. Una segunda perspectiva podría entender el conjunto de vasijas ofrendadas en Tutuquén como vinculadas a una manifestación extremo meridional Llolleo, siendo que este complejo cultural efectivamente presenta variaciones internas relacionadas a la expresión diferencial de ciertos rasgos de estilo tecnológico y estilo decorativo en el espacio. Entre la cuenca de Santiago y la de Rancagua se han identificado al menos cinco de estos sistemas o agrupaciones de sitios, que se definirían como comunidades de práctica diferenciadas según su distribución espacial y estilo tecnológico (Sanhueza y Falabella 2009, Falabella et al. 2014). Cabe la posibilidad de que Tutuquén pueda enmarcarse en una nueva “agrupación”, para la cual aún no se conozcan los otros sitios relacionados, ya que no se han realizados prospecciones arqueológicas sistemáticas en la cuenca del rio Mataquito y el territorio que la separa de la cuenca del Cachapoal hacia el norte. Debido a su ubicación meridional, no sería de extrañar que esta nueva agrupación fuera

registradas en Tutuquén presentan dataciones y características que son propias de las manifestaciones cerámicas del PAT, sin embargo, no se asimilan a la alfarería de sitios contemporáneos en la región del Maule y no participan de los rasgos que definen a las tipologías descritas como locales (Rees et al. 1996) Por otra parte, en conjunto tampoco pueden ser adscritas del todo a uno de los complejos culturales del PAT existentes para las zonas vecinas, expresando diferencias según tumba y pieza. Dos vasijas son de indudable filiación Llolleo, cuyo alcance meridional incluye los territorios ubicados en la región inmediatamente al norte de la provincia de Curicó, pero no más al sur de la cuenca del rio Cachapoal. Otras dos vasijas presentan elementos comunes a esta última tradición, a saber la morfología y rasgos tecnológicos de pasta y manufactura general. Sin embargo presentan configuraciones decorativas que podrían interpretarse más bien como una mixtura entre Llolleo y Pitrén, en el marco de la circulación de conceptos a escala inter areal, siendo que Pitrén se desarrolla considerablemente más al sur. Por último, mantenemos para las otras dos vasijas una adscripción al PAT en general.

más susceptible de participar en esferas de interacción de tradiciones de más al sur, tales como Pitrén, y por ende expresar configuraciones morfo decorativas mixtas.

Ambas posibilidades interpretativas señalan la necesidad de contrastación mediante al menos dos líneas de investigación. Por una parte es fundamental llevar a cabo los análisis de la fragmentería cerámica del sitio, ya que aunque escasa, podría dar señales sobre el uso doméstico de la alfarería si este fuera el origen de su depositación, y de su relación con las vasijas ofrendadas aquí analizadas Por otra, la elaboración de análisis de isótopos estables en individuos de la población tardía de Tutuquén, tanto de aquellos con ofrendas cerámicas como de los que carecen de ellas, podrían ser muy esclarecedores y complementar la información bioantropológica existente hasta ahora sobre la dieta de estos últimos, y por lo tanto contribuir a la discusión sobre la continuidad del modo de vida cazador recolector o de la participación de este grupo humano en innovaciones del sistema productivo alimenticio, como es el caso de Llolleo. Bibliografía Adán, L. 2000 Sistematización de la cerámica del complejo Pitrén. Descripción de la metodología empleada. Actas del XIV Congreso Nacional de Arqueología. Museo Regional de Atacama. Copiapó, pp: 225 241. Adán, L. y R. Mera. 1996 La tradición arqueológica Pitrén: una tipología morfológica de la alfarería, su distribución espacial y temporal. Informe de Avance. Anexo nº1. Proyecto Fondecyt 1950823. 1997. La tradición cerámica bícroma rojo sobre blanco en la región centro sur: los estilos Vergel y Valdivia. Una propuesta tipológica morfológica decorativa de la alfarería. Informe final Proyecto FONDECYT 1950823 Año 2, compilado por M. Alvarado, L. Adán y R. Mera. Santiago. Manuscrito Adán, L. y M. Alvarado. 1999 Análisis de colecciones alfareras pertenecientes al complejo Pitrén: una aproximación desde la arqueología y la estética. Actas de las Terceras Jornadas de Arqueología de la Patagonia. Buenos Aires, pp: 245 268. Adán, L., R. Mera, M. Uribe y M. Alvarado. 2005. La tradición cerámica bícroma rojo sobre blanco en la región sur de Chile: los estilos decorativos Valdivia y Vergel. Actas del XVI Congreso Nacional de Arqueología Chilena, pp.399 410, Tomé. Aldunate, C. 1989. Estadio alfarero en el sur de Chile. En Culturas de Chile. Prehistoria: desde sus orígenes hasta los albores de la conquista. Editado por J. Hidalgo et al., Cap. XVI, pp. 329 348. Editorial Andrés Bello, Santiago. Aldunate, C., F. Gallardo, A. Román y A. Deza. 1991. Arqueología de la desembocadura del Rio Maule. En Actas del XI Congreso Nacional de Arqueología Chilena. Tomo III:145 152.

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Inferencias de manufactura: Se observa que la base y el cuello fueron construidos como unidades a parte, siendo este último confeccionado a partir de rodetes placa. El asa fue adherida en la unión superior y remachada en la unión inferior. Presenta manchas de ahumado irregular que podrían deberse más bien a la cocción durante la manufactura que al uso. La confección de esta vasija es muy tosca, siendo su perfil muy irregular. Todos estos antecedentes podrían indicar que fue elaborada expeditivamente para el contexto fúnebre, sin uso previo.

Tratamiento de superficie y decoración: La olla se encuentra toscamente alisada tanto en el interior como en el exterior, siendo la superficie bastante irregular, observándose huellas de rasmillado y espatulado en varias direcciones. Esta pieza no presenta decoración.

ANEXO INFORME DE ANÁLISIS CERÁMICO:

Piezas Completas del sitio Tutuquén, Curicó, VII Región Incluida en la colección de vasijas del sitio Tutuquén se registró esta pieza correspondiente a un hallazgo aislado en el Pueblo de Empedrado. Esta olla pequeña se registra completa, y morfológicamente se describe como una pieza no restringida de perfil compuesto. Tanto el cuerpo como el cuello son elipsoides horizontales, la base es plano convexa, el borde es invertido y el labio convexo. Posee dos asas verticales del tipo arco de correa y de sección convexa plana. Estas se emplazan de cuello a cuerpo superior. Todas las medidas de esta pieza se expresa más adelante en tablas 1, 2, 3 y 4. I12 Pieza 1, vistas frontal, lateral y posterior.

Detalles de manufactura. Huellas de uso: No presenta evidencias de exposición al fuego o abrasión en la superficie debida al roce por uso. Únicamente se observa escaso astillamiento del labio. Pasta: Densa en inclusiones semi angulares de patrón VGR, tamaño 4. La cocción se efectuó en ambiente oxidante. El color natural de la pasta, y por lo tanto de la superficie, varía de café rojizo a café oscuro. TodosMedidas:los valores se expresan en milímetros / n.o. = no observable / n.a. = no aplica / Unión 2 = sólo para piezas asimétricas Alturas: Total Cuerpo Cuello Unión 1 Unión 2 Diam.max Diam.Min 117 66 69 51 48 66 69 n.a. 103 97 66 69 Diámetros y sus promedios: Diam.Max. Promedio Diam.Min. Promedio Diam.Borde Promedio Diam.Unión Promedio Diam.Base Promedio 113x116 114.5 120x110 115 107x110 108.5 120x110 115 73x69 71 Espesor de paredes: Esp. Borde Esp. Cuello Esp. Cuerpo Esp. Base Peso 5 5,5 6,6 8 n.o. n.o. 627 Medidas relacionadas a las asas: Largo 1ªasa Largo2ªasa Ancho1ªasa Ancho2ªasa Esp.1ªasa Esp.2ªasa 65 74 18.5 24 12 8.8 Esta vasija no presenta rasgos que permitan asignarla con claridad a alguna tradición cerámica reconocida en la VII Región.

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