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Publicaciones de Aula de Letras. Sevilla. 2009.
José Mª González-Serna Sánchez
TRES IDEAS (Y POCO MÁS) SOBRE LOS BLOGS ANOTACIONES EN LAS LETRAS Y LAS COSAS 2003-2008
Publicaciones de Aula de Letras Sevilla, 2009
El primer borrador de cualquier cosa es siempre una mierda. Ernest Hemingway.
ÍNDICE
A quien pudiere interesar.!
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Año 2003.!
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Año 2005.!
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Año 2006.!
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Año 2007.!
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Año 2008.!
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Publicado ayer.!
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A QUIEN PUDIERE INTERESAR
En enero de 2003, un compañero de trabajo me preguntó si sabía qué era eso de los weblogs, porque a él le gustaba escribir y le había comentado alguien que era un buen sistema de darse a conocer. Investigué. Y abrí una bitácora en Blogger. Y después me mudé a Blogalia y le puse por nombre Las letras y las cosas. Y, finalmente, me establecí en mi propia casa virtual, Aula de Letras, bajo el nombre Cuaderno de clase que, con el tiempo, dejó de atisfacerme. Recuperé el de Las letras y las cosas. Hasta hoy. A lo largo de estos años he publicado entradas sobre temas diversos: enseñanza, actualidad, cine, literatura, comunicación, uso de las tecnologías de la información, boberías y, por supuesto, blogs. He escrito mucho sobre blogs, como cu9
alquiera que mantenga uno. Pienso que es inevitable reflexionar y trasladar a palabras las ideas sobre una actividad a la que se dedica tanto tiempo. Después de seis años de escritura en la Red me ha apetecido reunir en un único lugar las entradas dedicadas a las bitácoras. Eso es lo que se puede encontrar en este opúsculo electrónico. ¿Por qué lo he hecho? No sé. Supongo que porque estoy algo pagado de mí mismo y porque me apetecía leerme y comprobar cómo ha cambiado mi idea del blog a lo largo de estos años. No encuentro otra explicación. Pero no quiero engañarme. No he escrito nada innovador ni brillante, y pienso que a muy poca gente puede interesar lo que en este volumen figura. La única función que pudiera atribuirsele es, simplemente, la de dejar constancia de las ideas de un bloguero del montón sobre el medio que emplea, lo cual no me parece que sea poca cosa. De hecho, la forma de actuar de la medianía es la que acaba creando una tendencia; aunque solamente se destaquen de ella a las figuras rutilantes. Tras definir el objetivo de este librito me llegó el momento de pensar en cómo organizarlo. La primera tentación fue la de agrupar las entradas temáticamente, pero pronto cambié de idea: un libro informal sobre blogs debiera reflejar de alguna manera la organización de un blog. Además, no me sentía con fuerzas para agrupar el material. Por ese motivo me decidí a colocar las entradas en el orden en que fueron publicadas. Ha sido más cómodo para mí y, si me apuran, más signifcativo. En fin, que tras unos días de preparación, he concluido la tarea que me impuse al comienzo de este año 2009. Espero que disfruten la lectura, si es que se deciden a ello.
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SOBRE EL WEBLOG. PRIMERA IMPRESIÓN. 8 DE ENERO DE 2003
Dicen por ahí que un weblog es una especie de diario, pero accesible para otras personas. Resulta curioso. Parece que un diario es algo íntimo y personal; se escribe para proyectar sobre el papel aquello que no somos capaces de manifestar abiertamente. El diario lo guardamos en el lugar más oculto de nuestro armario, donde nadie lo pueda leer. El diario es nuestra secreta, nuestra sacrosanta intimidad… Un blog es un diario que queremos compartir con otras personas. No está en el armario, sino sobre la mesa, a la vista de todos. Lo escribimos para ser leídos. Cierto es que ocultamos nuestro verdadero nombre en la mayoría de los casos. Cierto es que construimos nuestro personaje virtual, un sujeto de la enunciación que es diferente de lo que en verdad somos. Un weblog es la antítesis del diario, es su negación. Con él queremos comunicar, compartir con otras personas, con otros sujetos virtuales, nuestra soledad.
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La red se ha convertido en una reuni贸n de solitarios celosos de su intimidad y deseosos de compartir sus aislamientos. El diario ha muerto, mejor, se ha transformado en blog, ha cruzado la delgada l铆nea roja del pudor.
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HISTORIA DE LA BLOGOCOSA 3 DE ABRIL DE 2005
Se dice que el comienzo del fenómeno weblog hay que situarlo en 1992 con el listado de nuevas páginas web que publica Tim Berners-Lee en el sitio del CERN. Desde entonces han pasado tan sólo 13 añitos y ya se puede apreciar un intenso movimiento que pide a gritos historiar el blogging. Sobre eso nos habla Manuel M. Almeida en un muy ilustrativo post sobre el asunto, así como The Blog Herald. A través de las anteriores historias me entero de que Duncan Riley ha dado a conocer un borrador del que será su libro sobre historia del fenómeno blog, y mirando y mirando, acabo encontrándome con que Tintachina planteó hace algún tiempo la iniciativa de acometer la historia de las bitácoras de manera colaborativa -¿cómo, si no?- a través de un wiki. En fin, parece que la blogocosa se mueve ya en el plano teórico y que se acerca cada vez más a lo académico, lo cual no deja de ser una buena noticia.
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BLOGS Y COMUNIDAD 4 DE ABRIL DE 2005
Una de las características del fenómeno weblog ha sido la de su tendencia a agruparse en comunidades, como es el caso de Blogalia o La coctelera. Estas comunidades de weblogs rara vez tienen un hilo conductor de carácter temático porque, precisamente, la variedad de opiniones y perspectivas es lo que hace atractivo el trabajo con bitácoras. Sin embargo, en el terreno educativo podría ser muy interesante que surgiese una comunidad de blogs docentes, por ejemplo, ya que de esa forma evitaría el tener que navegar, a veces sin rumbo, por este mundillo en el que tan fácil es perderse. Algo de esto se ha hecho en el mundo anglosajón, pero en España creo que no, aunque ahora mismo está poniéndose en marcha un proyecto que va en esa línea y del que no quiero dar el enlace porque aun no está "presentable". Una de las cosas que podría incluir el proyecto al que he aludido es, precisamente, una página en la que apareciesen enlaces a los últimos post sobre temática educativa en aquellos blogs que previamente se inscribieran. 18
Se trataría de ofrecer, por tanto, algo parecido a lo que hace Blogalia o cualquier otra comunidad, aunque sin ofrecer alojamiento de weblogs, sino aprovechando los canales RSS de las bitácoras. Una página índice de este tipo podría convertirse en un magnífico pórtico de entrada a la blogosfera educativa hispana.
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ALGO CAMBIA EN LA BLOGOSFERA ABRIL DE 2005
Esto de los weblogs, como sabemos, comenzó con la web. Desde entonces ya ha llovido mucho, tanto que lo que ahora mismo es el mundo weblog no se parece demasiado a lo que fue en sus comienzos. La diferencia fundamental la encontramos en la expansión de estas páginas web a raíz de la proliferación de de alojamientos gratuitos y software de fácil utilización. Sea por lo que fuere, el crecimiento es espectacular y hace cada vez más difícil un acercamiento sistemático y, llamémosle de alguna manera, científico. Esta sensación de que algo se está moviendo muy deprisa en el universo blogs es lo que explica las reflexiones humorísticas de Borjamari y Algernon, dos bloggers de antigua escuela. Supongo que en un futuro no muy lejano blogosfera y web llegarán a confundirse, y el mundillo del blog dejará de ser una especie de reducto fuerte de iniciados que tras pasar por el rito iniciático de la construcción de su sitio personal en la
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red se adentran en pequeñas comunidades para compartir con otros sus intereses y preocupaciones. Se me antoja que en no demasiado tiempo habrá que hablar de una web institucional y comercial, en la que encontraremos los sitios web tradicionales, y de una web personal, variopinta, desestructurada y rica, en la que la herramienta de publicación fundamental será el weblog.
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LOS WEBLOGS SON COSA DE VIEJOS (Y DE HOMBRES) ABRIL DE 2005
Años creyendo que esto de las tecnologías de la información etcétera eran cosa de jóvenes y me encuentro con que resulta que no, que alrededor del 75 % de la gente de la blogocosa es mayor de 30 años y, encima, hombre. Y eso que siempre he creído que el formato weblog se adapta perfectamente a los gustos de los más jóvenes al permitir la creación de comunidades, ser esencialmente interactivo, ser inmediato, no exigir un alojamiento propio y demás zarandajas. Pero a poco que pensemos nos daremos cuenta de que es lógico que los menores de 30 no se decanten por este medio de comunicación, ya que los mundillos "messenger" y sms cubren a la perfección las necesidades urgentes de sentirse amparado por "otro" y, además, requiere muchos menos esfuerzos: no hay que idear ni desarrollar un tema o comentario, sino, simplemente, dejarse llevar por la inercia comunicativa. Ni siquiera se tienen en cuenta los horrores lingüísticos del nuevo argot: casi todo está permitido, hasta el punto de resultar despreciativo para 22
los receptores, o al menos extraño, el uso de un lenguaje relativamente correcto. En cambio, cuando uno crece parece necesitar algo más de espacio, un lugar propio en el que explayarse y un punto de tranquilidad a la hora de establecer cauces de comunicación. Ahí es donde entra en juego el weblog y donde, probablemente, acabará barriendo la web estática tradicional de temática personal. Y después está el tema de las mujeres que, pese a ciertas movidas ciberfeministas, siguen siendo usuarias minoritarias de la Red porque la Red es "cosa de hombres", como reflejo que es de un modelo social -el nuestro- que a estas alturas sigue oliendo a macho -en cualquiera de sus variedades- que tira de espaldas.
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MSN SPACES ABRIL DE 2005
Bueno, pues ya llegó. Microsoft, como era lógico, ha lanzado su servicio de weblogs en español. ¿Una buena noticia? Sí, si nos ponemos en plan estupendo; pero después de leer lo que dice Fle d’Artifice la iniciativa no me parece tan claramente positiva. Ya veremos en qué para la cosa, aunque me temo que terminará en una extensión del "mundillo messenger": una especie de archivo de conversaciones gilipollas y sin sentido. El problema, desde el punto de vista educativo, se nos planteará cuando intentemos reconvertir el medio en una herramienta pedagógica. La primera será la batalla por la reconquista del idioma; la segunda, la conquista del sentido común. No sé, igual parezco un poco negativo, pero no espero gran cosa de algo en lo que Microsoft ha metido la mano, y no por la empresa en sí, sino por la capacidad de la misma para extender los procesos y generalizar actitudes, incluso a costa de las necesidades y deseos del usuario. Os pongo un ejemplo:
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mi sobrino -quince años- ha estado comiendo en casa hoy y después me ha pedido conectarse a su Messengger (bueno, a través de Kopete, el programa de Linux que utilizo para entrar en la red Jabber y que también vale para la de Bill Gates). Cuando se ha marchado se olvidó cerrarlo y me he encontrado con que el muchacho tenía ¡¡¡178 contactos!!! Ya me diréis qué tipo de conversación-comunicación se puede mantener con ciento setenta y ocho personas. Me imagino la situación como la gran fiesta de la ventana popup y el desquicie absoluto. Como es lógico pensar, no puede mantenerse una comunicación mínimamente coherente con ciento setenta y ocho (o cien, porque igual no se conectan todos a la vez) personas. Una extensión de ese fenómeno es lo que me temo que acabarmos viendo en los weblogs de MSN Spaces, porque no creo que sus usuarios vean diferencias entre unos procesos de comunicación y otros. De hecho, ya sucede algo parecido entre Messenger y Hotmail (correo electrónico), que para los usuarios del servicio de Microsoft viene a ser una misma cosa, aun tratándose de medios de comunicación radicalmente diferentes.
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DE LOS RECEPTORES REALES Y SUPUESTOS, EL INTEGRISMO TECNOLÓGICO Y LOS WEBLOGS
27 DE ABRIL DE 2005
Parece que Borjamari ha encontrado un nuevo filón. Hoy la ha tomado con el bueno de Fabián, que lleva ya algún tiempo haciendo uso de los weblogs en la enseñanza con espléndidas intenciones y excelentes resultados. Pero resulta que a uno de los más afamados, ácidos, demagógicos e inconsistentes críticos de la blogosfera no le ha gustado aquello sobre lo que Fabián escribe. Es natural. Fabián no escribe para Borjamari; puede ser que ni siquiera sepa quién es. Fabian escribe para sus alumnos y para colegas de profesión. Nosotros somos sus receptores supuestos, los que podemos sacar provecho de sus perspectivas, los que podemos no estar de acuerdo con tal o cual práctica, o con tal o cual uso, pero que siempre reconoceremos y valoraremos la decisión de un profesor que, frente a lo que está cayendo en nuestras aulas y en nuestros claustros, se sienta frente a su 26
máquina casi a diario, se pelea con el código, con la falta de tiempo, con un modelo educativo todavía tradicional, para intentar encontrar un punto de contacto con el alumnado que permita que su práctica docente de cada día sirva para algo más que para ser algo que olvidar en breve tiempo. Nosotros, y no Borjamari, ni los que escriben sobre astronomía, ni los que se interesan por establecer redes sociales con gentes variopintas, ni muchos otros somos los receptores supuesto de Fabián. Los demás que lleguen a sus páginas son, simplemente, sus receptores reales; algunos de ellos pagados de un integrismo, a veces tecnológico, otras veces nostálgico de cuando eran alguien dentro del mundillo blog o sabe Dios qué. Este es -se me antoja- uno de los más serios peligros del uso educativo del weblog: no podemos -no debemos- seleccionar nuestros receptores, pero lo que escribimos -lo que escriben nuestros alumnos y alumnas- está a disposición de todo aquel que llegue a nuestras páginas, bien de manera directa, bien a través de los caminos azarosos de esta Biblioteca de Babel en la que se está convirtiendo la Red. Incitar al alumnado adolescente a ser miembros activos de la Sociedad del Conocimiento implica exponerlos a que desaprensivos como Borjamari hagan sangre de unos posts ingenuos o machaquen un proyecto educativo con blogs para seguir alimentando su nombre y status ante sus propios receptores supuestos. Hoy, después de leer la crítica de Borjamari, me he dado cuenta de que es posible que no merezca la pena seguir en esto. Las ventajas del uso de las bitácoras en la enseñanza se me hacen evidentes, pero los riesgos son muchos y, aunque yo soy capaz de asumirlos, no sé cómo reaccionarían mis
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alumnos ante un comentario en uno de sus post en el que se vertiera la mala leche que destila la entrada del tal Borjamari. ¿Soluciones? Creo que no existen, salvo la de explicar claramente a todo aquel que se dedique a la noble actividad del blogging (sean cuales sean sus intenciones, temas y tratamientos) a lo que se expone: a nuestros textos llegarán muchos navegantes, todos serán receptores reales, pero solamente algunos lo serán supuestos. En estos últimos, y sólo en ellos, debemos pensar cuando escribimos.
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DE PLAGIOS, IDEAS Y BLOGS 1 DE NOVIEMBRE DE 2005
Cualquiera que lea un buen número de blogs habitualmente se habrá dado cuenta de cómo se repiten ideas, textos, referencias en unas fuentes y en otras. Alguien podría llamar a esto plagio, pero estaría equivocado, ya que el plagio deja de serlo cuando se introduce la fuente supuestamente plagiada. Entonces hablamos de homenaje, cita (más o menos amplia), referencia, extensión informativa, comentario, versión o como queramos llamarlo. La realidad, aunque intentemos esconderla lo más posible, creo que puede tener que ver con esta cita de Monterroso que, como podrán suponer por el tono de este post, no cito directamente, sino a través del blog de Álvaro Ramírez: Una fatalidad. Todo lo detestable que se quiera, pero a veces debe aceptarse, pues a pesar del gran número de ideas que nos legó Platón, la Naturaleza es tan injusta que a muchos hombres y mujeres no les ha tocado ninguna idea y, así, tie-
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nen que acudir a las ajenas para transmitir sus ideas, generalmente espurias si no concuerdan con las de uno, si es que también a uno le tocó alguna. Se repiten muchas ideas -constantemente- en la blogosfera. Posiblemente ese sea uno de sus caracteres definitorios e importantes, ya que ciertas ideas acaban convirtiéndose en verdades aceptadas, opiniones importantes, aplicaciones de moda o lo que sea, precisamente por lo repetidas que pueden llegar a ser dentro de este nuestro mundillo. En esa línea ya se manifestó Umberto Eco en 1997: Desde hace varios decenios circula la teoría según la cual los medios de comunicación no siempre crean opinión, sino que refuerzan la que ya circula. La razón por la que se repiten esas ideas de manera tan abundante creo que tiene que ver con la propia naturaleza del medio, del canal de comunicación que empleamos los blogueros. El blog, el hecho de publicar un blog, exige de sus autores una gran regularidad. De hecho, la tendencia más general lleva a afirmar a algunos usuarios del medio que debe postearse varias veces en semana. Es algo humano, demasiado humano. Hasta se le ha puesto un nombre en latín: horror vacui, miedo al vacío. ¿Y quién tiene ideas "publicables" varias veces en semana? Yo, desde luego, no. Como consecuencia de esta carencia regular de ideas, el bloguero -yo mismo- se ve obligado a navegar de bitácora en bitácora -¡qué gran ayuda la de los agregadores, verdad!- buscando un concepto que trasladar, versionar, comentar u, honradamente, plagiar, de manera que los blogroll se llenen de una
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idea que se repite aquí y allí hasta convertirse en, por ejemplo, "la idea semanal". Pero no es la única consecuencia. También aparecen los memes blogueriles, las leyendas urbanas, los tests repetidos y, lógicamente, los popes de la cosa, es decir, aquellos blogueros capaces de tener ideas propias o -alguna que otra vez habrá sucedido, ¿no?- capaces de encontrarlas en lugares desconocidos por la mayoría. Esto último de los popes es algo que me llama mucho la atención: ¿por qué se convierte un blog en punto de referencia para una comunidad? ¿Por qué, en determinado momento, deja de ser esa referencia? ¿Tiene que ver con las ideas vertidas o con cuestiones más azarosas? ¿Realmente los centros variables de esta blogosfera en desarrollo desaforado son los grandes aportadores de ideas? ¿O se trata más bien de aquellos capaces de reunir en un mismo lugar ideas de acá y allá? ¿Qué papel juegan en la conversión de un blog en centro de referencia el interés que otros medios de comunicación están comenzando a prestar a la blogosfera? De todo esto se podría hablar y hablar y hablar… Porque los que escribimos blogs somos gente que gustamos de probar constantemente nuestro canal y de definir el proceso comunicativo que protagonizamos.
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¿POR QUÉ MUERE UN BLOG? 2 DE NOVIEMBRE DE 2005
Hoy es Día de Difuntos. 2 de noviembre. Como profesor de Literatura Española que soy, debería celebrar la jornada con algún fragmento del Tenorio. Sin embargo, me está pudiendo mi lado oscuro -el bloguero- y el cuerpo me pide escribir sobre la muerte de las bitácoras. Porque los weblogs mueren, y lo hacen a diario, como demuestra el rastro de cadáveres-blogs sin actualizar desde hace meses o años que encontramos a poco que nos tomemos el trabajo de visitar algunos de los directorios o servicios de alojamiento más populares. Algunos, bien es verdad, nacen ya muertos; otros sufren la muerte súbita del lactante; los hay que languidecen durante un tiempo, a veces largo. También podemos encontrar los de vida esplendorosa que se acaban suicidando. Envejecen, sufren enfermedades, resurrecciones, incluso. Es posible que to-
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dos conozcamos proyectos-blogs que parece serán eternos, pero tened por seguro que también acabarán muriendo. Yo he sufrido y causado la muerte de varios weblogs en los tres años que llevo metido en esto. Algunos de estos proyectos nacieron ya muertos, porque su razón de ser fue la colaboración de determinadas personas que nunca estuvieron convencidas; otros, en cambio, se publicaron con un tiempo de vida previamente fijado, ya que respondían a eventos puntuales, cursos o experiencias determinadas. Fueron estos, blogs sometidos a una Dead line, como si de un thriller se tratase. El formato blog es tan adaptable que justifica su utilización para tareas concretas que no encajarían en lo que los blogueros puristas entienden debe ser una bitácora. De todos los blogs que he lanzado, la muerte del que más me ha afectado ha sido, sin duda, la del blog del Caboclo. Con él me inicié en este mundillo, aprendí, hice contactos. Ha sido, también, el que más ha vivido, pero su hora también ha llegado. Se agotó. O me agotó. Descanse en paz. Pero la blogosfera es demasiado parecida a la vida, y mientras algunos mueren, otros nacen. Es lo que ha sucedido en esta ocasión: cuando Las letras y las cosas comenzó a sufrir los primeros síntomas de la enfermedad que lo llevaría a la tumba, alumbró a la vida blogueril este Cuaderno de Clase. Muerte y nacimiento. Reencarnaciones. Refundaciones. Redefiniciones. Repeticiones, también. Escribir y leer en la blogosfera. Vivir y morir en ella. Hoy es 2 de noviembre. Día de Difuntos.
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CARLOS CABANILLAS Y LA TERMINOLOGÍA 15 DE FEBRERO DE 2006
Me siento culpable. Soy un miserable. Hace dos meses que Carlos me citó en uno de esos memes blogosféricos y no le he dedicado ni una línea de agradecimiento. En fin, que lo siento, Carlos. Pero hoy no quiero lacerarme en exceso, sino más bien cantar las grandezas de Carlos como creador de términos y aplicarme el cuento: Blogvelero: dícese del que hace un blog hasta para ir a mear, por novelería. Me ha encantado el concepto porque me identifico con él al cien por cien. Sí, yo también soy un blogvelero, y voy dejando por la Red un rastro de blogs tal que creo que he perdido la cuenta. Los he construido para mantener grupos de trabajo, para servir de soporte a revistillas escolares, para publicar relaciones entre textos e imágenes, para publicar fotos, recortes de blogs, como apoyo a las clases, blogs colectivos de 37
alumnos, los he publicado con mi nombre y con identidades supuestas… Yo qué sé: mil y ciento. Algunos los he eliminado; otros, en cambio, siguen en línea para contribuir a esa ingente lista de cadáveres virtuales que son algunos servidores y directorios de blogs. Pero aunque he abierto y abandonado muchos, bien es verdad que en todo este tiempo he mantenido alguno como punto de referencia y puerto al que agarrarse en momentos de saturación. Definitivamente soy un blogvelero… ¿Estaré enfermo? ¿Tendrá cura mi mal?
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LADRAN, LUEGO CABALGAMOS 17 DE FEBRERO DE 2006
El pasado miércoles, Antonio Burgos dedicó su Recuadro de ABC a los blogs. - ¡Oye, qué moderno este hombre! Déjame terminar, caramba, que no sólo es importante que hablen de las bitácoras, sino cómo se hable de las mismas. Os pego unas citas del artículo para que nos vayamos entendiendo: ¿Qué significa blog? Bitácora, creo. Se cuelga en Internet. Un blog es lo menos que se despacha en web. Un señor lo coloca para poner lo que se le ocurre, y para que, a su vez, los que lo lean añadan sus comentarios a calzón quitado. - Vamos, como las paredes de los retretes antiguos de la estación de Utrera, pero en Internet…
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Más o menos. Pero las pintarraqueadas paredes de los excusados de la estación de Utrera eran un manual de respeto y cortesía al lado de los blogs. Nunca se me habría ocurrido comparar un weblog con las paredes de un retrete, pero es que la capacidad para el tropo de ciertos periodistas me sorprende casi a diario. Supongo que la razón de ser de la comparación reside en los retretes o blogs que uno frecuente, claro, y sobre todo en convertir en máxima general aquello que uno frecuenta, negando la existencia de otros retretes/blogs. No sé, se me ocurre que quizás don Antonio (Burgos) debiera revisar su carpeta de marcadores, por el aquel de la pintadas escatológicas, digo. Ahora entras en los blogs y no sabes lo que te puedes encontrar. Pueden robarle a cualquiera la fama, el honor, la credibilidad. La verdad mismo, es desvalijada a cada momento. Nadie sabe con qué intenciones. Se pone apocalíptica la cosa. Los blogs son para Burgos algo similar a la sierra bandoleril, territorio del todo vale. No digo que no le falte parte de razón, porque todos sabemos de los peligros que acechan tras la pantalla de nuestros ordenadores, pero no creo que dichos peligros sean exclusivos de la comunicación electrónica. Pensemos, por ejemplo, en Mein kampf, o en cierto tipo de cine, de televisión, de videojuegos, de literatura… de personas, en definitiva. Antonio Burgos, en su texto, identifica, sin ningún espacio para la diferencia, las bitácoras con valores que podríamos llamar antisociales y eso nos deja a los que pensamos que la comunicación electrónica puede ser una útil herramienta educativa, formativa, en una situación poco airosa. Ahora, no sólo tendremos que explicar
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qué es un blog, sino convencer a nuestra audiencia de que no todos pintamos en los retretes. En el fondo, creo que bajo el artículo de Antonio Burgos subyace una especie de miedo a la expresión libre, un deseo de controlarlo todo, de que nada se salga de un provisional y artificial remanso de paz: ojos que no ven, corazón que no siente. El problema, entiendo, no es tanto que se pinte en los retretes, sino, por encima de eso, que exista el deseo de hacerlo. El problema, también, es darse cuenta de que, aunque haya quien pinte en esos retretes virtuales, no por eso todo el que coja un tren en la estación tiene que dedicarse al graffitti.
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SOBRE LA RENTABILIDAD DE ESTO Y OTRAS NEURAS 10 DE MARZO DE 2006
A veces uno se para a pensar en la posible rentabilidad de su vida y actividad en la Red. Parto del hecho de que todos los que, de una u otra forma, creemos en compartir los conocimientos y experiencias profesionales y personales, no pedimos nada a cambio de aquellos materiales que publicamos en nuestros sitios web. Eso no quita, por supuesto, que no esperemos -aunque no nos atrevamos a confesarlo- unas ciertas contrapartidas que justifiquen las horas dedicadas a aprender el uso de las TIC y el tiempo empleado en la realizaci贸n de los materiales que ofrecemos. Voy a aplicarme el cuento. En la actualidad tengo puestos unos 150 Mb de contenidos en mi sitio web, junto con algunos otros megas repartidos por alojamientos gratuitos. L贸gicamente, no quiero caer en el pecado de orgullo y pensar que todos esos contenidos son de calidad incuestionable, pero ser铆a falsa modestia el negar que algunos de ellos no est谩n mal y, sobre todo, que pueden ser
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útiles para la práctica docente. Como podréis comprender, he dedicado muchas horas de mi tiempo libre (que también trabajo en un Instituto) en el diseño y creación de dichos materiales, pero, ¿qué he obtenido a cambio? La rentabilidad de esta actividad creo que puedo resumirla en tres: a) Rentabilidad económica. Ninguna. 0 Euros. En abril de 2005 me decidí a colocar publicidad en las páginas del web con la secreta intención de pagar los gastas generados del mantenimiento del alojamiento y dominio. Hasta el momento, me ha rentado la suma de 64 Euros con 53 céntimos. Por supuesto no he llegado a esos 100 Dólares necesarios para que Google me haga la transferencia. También puse un botoncito de esos de PayPal, por si alguien (institución o persona) que utilizase mis materiales creyese oportuno hacer un ingreso. Ni que decir tiene que nadie lo ha hecho. b) Rentabilidad profesional. Podría pensarse que la rentabilidad de Aula de Letras se debiera manifestar más en lo profesional que en lo económico. Lo cierto es que tampoco creo que ésta se haya dado. Sí, he recibido felicitaciones de compañeros y alguna que otra institución docente; he dado un par de conferencias justificadas por la existencia de Aula de Letras, pero poco más. Quizás esté demasiado pagado de mí mismo, pero lo cierto es que pienso que profesores como yo (o como tantos otros) seríamos más útiles en otros puestos de la Administración Educativa. Sinceramente, creo que el esfuerzo de tantos profe43
sionales que a diario puede verse en el Planeta Educativo, está desaprovechado manteniendo a esos docentes "pegados a la tiza". Deberíamos estar "pegados a nuestros ordenadores", preparando actividades, facilitando el tránsito hacia el uso de las TIC en la enseñanza. Ese tendría que ser nuestro trabajo. Todavía no comprendo cómo Andalucía, que pretende ser un referente en la implantación de las TIC, no dispone de un lugar útil desde el que un grupo de docentes de cada área y nivel, preparen actividades, recursos y materiales durante ocho horas diarias para ser utilizadas en los Centros TIC; todavía no entiendo cómo no hay una oferta completa y unitaria de formación del profesorado a distancia. ¿Por qué no existe un Centro de Profesores Virtual para toda Andalucía? c) Rentabilidad personal. Por supuesto existe una enorme rentabilidad personal en lo que llevo haciendo estos años. En primer lugar porque me ha permitido aprender más y crecer como profesional; en segundo lugar, porque gracias a mi lugar en la Red he entrado en contacto con otras personas con las que comparto preocupaciones e intereses. Es seguro que esta última rentabilidad es la que justifica que siga acercándome cada día a Internet, bien para consumir lo que otros producen, bien para aportar mi pequeño grano de arena.
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EL BLOG Y EL TIEMPO 14 DE MARZO DE 2006
Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Blade Runner (Ridley Scott, 1982)
El blog es presente. La fecha de cada uno de nuestros post así lo dice. Pero, a veces, pensamos en lo lastimoso de que lo que escribimos hoy acabe olvidándose, perdiéndose en las profundidades de la memoria y de la base de datos de nuestro software de publicación. El blog es dramáticamente presente, pero a sus autores, creadores, usuarios, incluso lectores, les cuesta trabajo asumir tal verdad consustancial al propio medio. Como consecuencia, la
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blogosfera, la web, se esfuerza en articular mecanismos que contraríen esa peculiaridad: agrupación de los posts por categorías, etiquetas, orden cronológico, cajetines de búsqueda, marcadores sociales, plugins que ofrezcan escritos aleatorios o de hace un año, por ejemplo. Intentos, posiblemente vanos, de vencer el tiempo, de canalizar las visitas hacia el mas allá de la página de inicio. Sin embargo, pese a todas esas tareas, el tiempo, su paso, acabará por atrapar brutalmente nuestros esfuerzos, ideas, en forma de post. ¿Qué pasará cuando dejemos de publicar? ¿Qué sucederá cuando el tiempo real nos derrote? ¿Qué habremos dejado? Caducarán los alojamientos, se borrarán las páginas, las ideas, los sentimientos lanzados. El tiempo demostrará su gran verdad y de nosotros no quedará memoria, no dejaremos harto consuelo a nadie. Supongo que esta verdad del tiempo aplicada a nuestros blogs es la que justifica que aparezcan ofertas de editoriales para publicar en libro las bitácoras. Porque el libro permanece por más tiempo en los que nos son cercanos, cría polvo real en las estanterías del hogar, es un legado a nuestros hijos: yo fui bloguero, fui autor, dediqué tiempo y esfuerzo a comunicar. Y luché contra el tiempo. Y fui derrotado.
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CARA Y CRUZ DE LOS AGREGADORES RSS 21 DE OCTUBRE DE 2006
Que la difusión del RSS y las aplicaciones que nos permiten consultar toneladas de información sin movernos de una misma página ha cambiado la vida de los blogueros es evidente. Para bien, pero también para mal. Recuerdo que cuando comencé en esto del blog daba saltas de acá para allá, buceando en directorios que me lanzaban a mis páginas preferidas, navegando con mi barra de marcadores abierta en el lateral de la pantalla para ir visitando mis blogs predilectos. Llegaba a esas páginas, leía, si es que había algo nuevo, y comentaba, si es que sentía que podía aportar algo a lo expuesto. Empleaba mucho tiempo y, a menudo, la tarea se convertía en insoportable por las caídas de servidores, tardanza en carga de páginas y demás. Sin embargo, me permitía algo que ya no suelo hacer: conocer a los autores no solamente por el contenido de lo que escribían, sino también por cómo lo decían, así como dejar mi huella en sus blogs, bien fuera en
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forma de comentario, de correo electrónico o de visita reflejada en sus contadores. Desde que uso el agregador para leer mis blogs eso ha cambiado. Ahora leo más, hasta el punto de que a veces me siento desbordado por la información que recibo, pero comento mucho menos, casi nada, y no me percato de los cambios de diseño en los blogs que frecuento ni de las chorraditas que los autores ponemos en nuestras páginas y que nos hacen tan felices en ocasiones. Perdónenme si me pongo excesivamente estupendo, pero creo que los agregadores están contribuyendo a que la vida bloguera se haga excesivamente pragmática y utilitaria. Prima el contenido y se olvida -hablo por mí- lo humano que hay tras las palabras.
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HEMINGWAY Y LOS BLOGS 4 DE FEBRERO DE 2007
El primer borrador de cualquier cosa es siempre una mierda. Ernest Hemingway.
No hace mucho leí una novela que utilizaba como pórtico esta cita de Hemingway. Me hizo gracia la forma tan típica y tópicamente característica del americano de las barbas blancas de referirse al imperativo del trabajo en todo acto creativo. Sin duda se puede decir más alto, aunque no más claro. (Digresión) ¿Las citas son realmente de los autores a los que se asigna? Siempre me lo he preguntado. En algunos casos me parecen creíbles, pero en su conjunto, el universo literario paralelo de la frase contundente y lapidaria me parece tan acertado, tan clave, que no puedo evitar pensar que los autores que las
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utilizan las construyen primero y después buscan un escritor de renombre o chic o modelno o superchulo o superclásico o desconocido para la mayoría, pero con un nombre que nos dice que deberíamos conocerlo, al que asignar la frase con un mínimo de coherencia. Al fin y al cabo, ¿cómo se demuestra que una cita no es de quien se dice que es? (Fin de la digresión) Volviendo al asunto que nos ocupa. Todo acto creativo o de otra índole necesita de una preparación, de una sucesión de borradores a través de los cuales ir limando imperfecciones, sandeces y obviedades, porque lo que sale de nuestra cabeza a las primeras de cambio, como dice Hemingway, es una verdadera mierda; lo que, en términos generales, no dice mucho de la espontaneidad del pensamiento humano, pero lo que es es lo que es. Sin embargo -a mí me sucede así, como lector y como autoren los blogs valoramos esa espontaneidad. Bloguear y comentar es hacer anotaciones rápidas, en muchas ocasiones, exponer las ideas sin pararse a organizarlas según un plan previamente trazado, sin medir las consecuencias de nuestro discurso. Con brevedad. Estoy seguro de que podréis lanzar a la cara de este blog un sinnúmero de posts y de bitácoras completas que niegan esta idea. ¿Son blogs? Sin duda lo son, pero en un estadio en el que parecen -me parece- no haber roto aún los lazos con el discurso de procedencia: la literatura en cualquiera de sus géneros tradicionales. Es probable que la escritura de las bitácoras esté inaugurando un nuevo género literario, no tanto por los contenidos, que siempre serán los que ya son, sino más bien por la forma de abordaje de los mismos, derivada de las 52
peculiaridades del canal empleado en el que prima el momento, la inmediatez, la ampliación mediante el enlace a la fuente, la facilidad y rapidez de lectura. ¿Tiene sentido, por ejemplo, un post tan largo como éste? Sinceramente creo que no. Y eso que se trata de un primer borrador y, por tanto, de una auténtica bazofia, si aplicamos la idea de Hemingway, convertida en un valor y rasgo definitorio de la escritura bloguera.
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¿ES POSIBLE UNA POÉTICA DEL BLOG? 10 DE FEBRERO DE 2007
El término poética, tal como nos ha sido transmitido por la tradición, designa: 1) toda teoría interna de la Literatura; 2) la elección hecha por un autor entre todas las posibilidades (en el orden de la temática, de la composición, del estilo, etc.) literarias; “la poética de Hugo”; 3) los códigos normativos construidos por una escuela literaria, conjunto de reglas prácticas cuyo empleo se hace obligatorio. Ducrot-Todorov, Diccionario. poética. (Del lat. poetĭca, y este del gr. ποιητική). 1. f. poesía (‖ arte de componer obras poéticas). 2. f. Ciencia que se ocupa de la naturaleza y principios de la poesía, y en general de la literatura. 3. f. Tratado en que se exponen los conocimientos de poética. En la biblioteca hay una buena colección de poéticas. 4. f. Conjunto de principios o de reglas,
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explícitos o no, que observan un género literario o artístico, una escuela o un autor. Diccionario de la Real Academia
Sé que es un lugar común en la blogosfera abordar cuestiones referidas a lo que podría llamarse “poética del blog”. Hay por ahí un gran número de artículos, referencias y libros publicados en los últimos años que tocan la cuestión, aunque no de manera específica, lo que justifica mi deseo de que alguien con el conocimiento suficiente, se decida a abordarla y dar carta de naturaleza definitiva en el mundo de las Humanidades a un fenómeno tan interesante como es la escritura de bitácoras. Hasta el momento, las personas que se han dedicado al empeño de teorizar sobre los weblogs han sido educadores que exploran las posibilidades que en la práctica docente tiene el fenómeno; o periodistas que ven el blog como una verdadera revolución de la información; o personas vinculadas al mundo de la tecnología a las que interesa el fenómeno como una parte más de lo que se ha llamado web 2.0 y de la evolución de la web, centrándose más en los aspectos de diseño y construcción que en los comunicativos; o han sido los propios usuarios de blogs, independientemente de su procedencia, los que han sentido la necesidad de reflexionar sobre una actividad que ocupa una buena parte de su tiempo. El resultado de este interés es la proliferación de posts en los que se aborda una u otra cuestión, habitualmente en el tono ligero y poco exhaustivo que parece ser rasgo recurrente del blogging, como consecuencia de las peculiaridades del canal empleado; pero no un estudio descriptivo sistemático del discurso.
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Reconozco que un estudio de tal calibre se encontraría con el gran problema de la dispersión del corpus, pero reconocerán que los estudios literarios se encuentran con el mismo problema multiplicado por las variables de tiempo y espacio y no por ello dejan de aparecer obras que abordan la cuestión. La poética del blog no debiera ser algo diferente. Si me apuran, el gregarismo, la tendencia de los blogueros a reunirse en comunidades de uno u otro signo, facilita la tarea, permitiendo un abordaje en la línea que marca la cuarta acepción del término “Poética” en el Diccionario de la Real Academia. Y, por descontado, solamente exige decisión el lanzarse al estudio concreto de un autor que pudiera considerarse relevante o significativo de una determinada forma de entender el blogging. O bien de una determinada manera de bloguear, de un determinado recurso técnico. Al fin y al cabo, y volviendo a la comparación con los estudios literarios, la historia de la crítica está llena de este tipo de estudios parciales de la suma de los cuales puede extraerse una visión de conjunto. Supongo que la verdadera razón de que no existan este tipo de acercamiento hay que buscarla en la mocedad del fenómeno blog, en el cuestionamiento del concepto de autor y en la no consideración de la escritura en las bitácoras como algo independiente, diferente, de la escritura con mayúsculas. Probablemente tengan razón los que así piensan, aunque desde mi punto de vista existen ciertos elementos que individualizan esta actividad, aunque solamente sea la increíble difusión de la misma, lo que ya justifica el interés por ella.
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EL DISEÑO DEL BLOG Y LA LECTURA 13 DE FEBRERO DE 2007
Gracias a una entrada de Mario Molina, he llegado a la traducción al español que hace Jonathan Emmanuel Lewenhaupt de un artículo del suizo Oliver Reichenstein sobre el estándar 100% FDL (fácil de leer) en los blogs. No se trata de nada más que de otra reivindicación de la comodidad para el lector de blogs. Es una obviedad, pero parece que no acaba de entrarnos en la cabeza que se escribe un blog, como casi cualquier otra cosa, para ser leído y que, por tanto, debiera tenerse ese hecho siempre en mente, desde el mismo momento en que se acaricia la idea de lanzarse a la arena blogosférica. Pero, por desgracia, no suele ser así. El texto de origen parte de una pregunta: muchos sitios web están saturados con textos pequeños que son difíciles de leer. ¿Por qué? El autor suizo no lo entiende. Yo tampoco. A raíz de la cuestión se formulan una serie de propuestas que son de verdad-
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ero sentido común. Os recomiendo que las leáis porque, aunque no aporten nada nuevo (la gente de No sólo usabilidad llevan años en la pomada, entre otros muchos), sí simplifican, clarifican y demuestran que no cuesta demasiado trabajo pensar en el otro, es decir, en el lector. Para aplicarme el cuento, he decidido instalar una nueva plantilla para WordPress que cumple al ciento por ciento las recomendaciones. Sé que es minimalista y escasamente brillante, pero de lectura descansada y carga rápida, que es de lo que se trata. Además, pienso que el diseño de página cada vez tiene menor impacto, si tenemos en cuenta que una buena parte de los usuarios lo hacen a través de agregadores RSS y solamente en el caso de que consigamos hacer aflorar en ellos el deseo de comentar terminarán cayendo en las redes de nuestro diseño. Este hecho no niega que para todos los blogueros la apariencia de nuestra página sea de gran importancia. Más bien creo que es una perfecta muestra de la personalidad y manera de entender el blogging de cada uno. Así debería ser en todos los casos, pero eso sería ya otro tema.
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EL POST DE LA RABIA 25 DE FEBRERO DE 2007
Quien lleve algún tiempo navegando entre bitácoras se habrá percatado de que es prácticamente imposible clasificar blogs o, si queréis, que pueden existir tantas taxonomías como taxonomistas; desde posiciones de extrema simpleza, como la de Seth Godin (a la que llego gracias al indispensable Daniel Martín), a otras más complicadas pero en nada esclarecedoras, como las que encontramos en los directorios de blogs y que sirven, a mi modo de ver, para tener una orientación o sugerencia muy simple de lo que podemos encontrar allí enlazado. En fin que la cuestión es muy compleja, ya que los blogs (y sus emisores y sus receptores) que permanecen es habitual que pasen por diferentes etapas, lo que provoca las diferencias de orientación de los textos. Es esa una de las muchas diferencias entre un blog y una obra literaria tradicional: el hacerse en el tiempo.
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Así y todo, una de las primeras tentaciones del lector y autor de blog es clasificar y clasificarse. En mayor o menor medida, los blogueros hemos caído en la tentación intentado aportar nuestro granito de arena en el maremagnum blogosférico. En el primer articulillo que escribí sobre blogs en 2003, de manera ingenua intenté aportar mi propia clasificación de lo que por entonces eran las bitácoras. Como es lógico, se trataba de una propuesta muy simple y fruto de la osadía que en ocasiones es consecuencia de la ignorancia. Entonces ya señalaba cómo debería llegarse no a una clasificación de blogs, sino más bien a una clasificación de posts. Por ese camino es por el que actualmente parece que van y deben ir los tiros, salvo en el caso de algunos weblogs que nacen con una finalidad concreta (un tema, una actividad, un proyecto de trabajo común) o que son obra de personas muy rigurosas en las actividades que acometen. Incluso en el caso de los blogs educativos, que construyen su propia esfera dentro de la blogosfera por su gran unidad intencional, encontramos la alternancia de posts de enlace asépticos con otros discursivos y, a menudo, personales. Es lógico y es lo que hace interesante leer bitácoras, según mi opinión. Como no me encuentro capacitado en este momento para enfrentarme a una clasificación de posts ajenos, me limitaré a sugerir un tipo de post que me resulta interesante y que he practicado en alguna ocasión en sus diferentes variantes, ya que pienso que ilustra a la perfección la inmediatez del medio: el post de la rabia. El post de la rabia, tal y como yo lo entiendo, es el que se escribe aporreando el teclado. Se trata de un texto en el que aflora el yo del bloguero movido por algún acontecimiento externo, bien sea de la realidad-realidad (un atentado, un ac60
cidente, una determinada situación política, personal o social, etcétera), bien de la realidad construida, virtual o cultural (algo leído o visto en la Red, en los medios). En ocasiones el bloguero no puede evitar lanzarse sobre su teclado para manifestar su desacuerdo, su rabia o el impacto recibido por un hecho o una lectura. Son posts escasamente meditados en los que el autor no pone especial atención en la forma, sino más bien en el contenido, puesto que prima lo referencial. Como es lógico pensar, este tipo de entradas suelen girar en torno a un enlace que extiende el texto y lo justifica, aunque también pueden adoptar la forma de relato de acontecimientos con explicitación posterior de la posición del autor de la bitácora, de su rabia, o con ausencia de ella. El post de la rabia puede presentar dos variedades. Por un lado situaría los posts de la rabia explícita, es decir, aquellos que incluyen la referencia motivadora (enlace, relato o lo que sea) y la expresión de la posición del autor. Se trata de entradas de mayor extensión, frente a los posts de rabia implícita, que solamente muestran para que sea el lector quien adopte su propia posición. Es evidente que en el segundo caso el autor siempre canaliza la interpretación de su escrito, pero lo hace mediante mecanismos que podríamos llamar indirectos o de sugerencia (texto entre exclamaciones, ironía mediante un léxico excesivamente positivo, contraste entre lo verbal y lo no verbal, etcétera) que en algunos casos solamente muestran el camino hacia el pensamiento del autor en el contexto de su propio blog y, por tanto, para sus receptores habituales.
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DE JA VU BLOGOSFÉRICO 26 DE FEBRERO DE 2007
José A. Donaire publica en su De bat a bat las que considera quince frases peligrosas en esto de escribir blogs. El hombre tienen más razón que un santo y uno no puede evitar verse retratado en algunas de ellas. Escribimos sobre cuestiones ya muy trotadas o sobre nimiedades o abusamos de enlaces que más parecen llamadas de atención para ser correspondidos o nos repetimos a nosotros mismos. Pero es que escribir un blog y mantenerlo, sobre todo, no es fácil, nada fácil, y la obligación autoimpuesta de ser regulares en nuestras publicaciones nos lleva, a menudo, a publicar auténticas patochadas con el fin de seguir preservando el contacto, el canal de comunicación. Función fática, la llamó Jakobson; como esta entrada.
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DEL BLOG Y SUS CADENAS 8 DE MARZO DE 2007
He leído por ahí el manifiesto “Soy blogger, soy libre” y me he dado cuenta de que, pese a lo que pudiera parecer, no creo que sea tanta la libertad del autor de bitácoras. Y no lo es porque a medida que un blog vive, se hace palabra en el tiempo (perdón, Don Antonio, por la referencia chusca), va fabricando sus propias cadenas en forma de dependencia hacia el supuesto receptor de nuestro medio, hacia la idea o intención de partida de nuestro blog o hacia el propio canal, en detrimento del contenido. Como siempre hago por aquí, ejemplificaré con esta bitácora, pues no quiero referirme a nadie para no hacerle sentir incómodo con un tratamiento y unas ideas que puede no compartir, aunque creo que esta falta de libertad es aplicable a muchos de los blogs que habitualmente leo con gusto. Por regla general un blog se inicia con una idea, pero también es corriente que a medida que pasa el tiempo esa idea se vea como algo demasiado limitado y sintamos la necesidad de
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ampliarlo temáticamente. En ese momento es cuando el autor del blog se plantea una duda fundamental: ¿estaré traicionando a mis lectores? No me estoy refiriendo al hecho puntual de una entrada que se aparte de la intención primera, sino a cuando son muchas las entradas y se multiplican unas categorías, por ejemplo, que en nada tienen ya que ver con el tema que da sentido a la bitácora y a sus lectores. Este blog, sin ir más lejos, nació con una intención pura y claramente educativa, orientado a dos receptores supuestos diferentes: mis alumnos, a los que proponía actividades, enlaces o sugerencias para que trabajaran de manera autónoma ampliando, de esa manera, el espacio físico del aula; pero también nació con la intención de compartir con otros docentes mis preocupaciones sobre el uso de las TIC en la enseñanza. A esa intención marcadamente educativa hace referencia el mismo nombre de la bitácora. Sin embargo, visto a día de hoy, no creo que pueda decirse que mi Cuaderno de clase sea un blog educativo; de hecho se ha convertido en mi único blog personal activo (dejando a parte mi manía por las estilográficas o los de mi Instituto) en el que tan pronto publico alguna reflexión sobre enseñanza -pocas, últimamente-, comparto alguna actividad de vez en cuando, incluyo textos, comento algo que he localizado en la Red o, por encima de todo, escribo sobre mí mismo de manera directa o indirecta, que es mi tema favorito -¿no lo es vuestro también?-. Soy plenamente consciente de que la ampliación temática del blog es una traición a aquellos primeros receptores del mismo o a los nuevos que llegan a él a través de canales educativos en los que aparece referenciado , lo que trae como consecuencia, por ejemplo, la desaparición de algunos de los comentaristas de los primeros tiempos. El receptor en quien pensamos se con64
vierte, por tanto, en una de las cadenas que quiebran la libertad del autor de blogs, y romper dicha cadena es algo traumático y, ciertamente, no fácil de realizar, ya que la cadena que ata también da seguridad y es un aliciente para seguir la marcha. La otra gran cadena que constriñe la libertad del bloguero es el comentario y la referencia, testimonio explícito de la visita y, por encima de ella, del impacto de lo escrito sobre quien lo lee. Estamos acostumbrados a leer numerosos posts que versan sobre cómo conseguir el éxito de un blog, dando a entender que dicho éxito va indisolublemente unido al número de comentarios y enlaces que apuntan al mismo. Cada entrada publicada sin ningún comentario la vemos como una entrada fracasada, un texto en el que hemos puesto un esfuerzo que no se ve recompensado. Creo que serán pocos los autores que no hayan sentido en algún momento esa sensación; lo mismo que creo que serán pocos los que no sientan cierta envidia hacia aquellos otros blogs cuyas entradas se llenan de comentarios. ¿Qué tienen otros que no tenga yo? A veces esa búsqueda del comentario, de la retroalimentación, provoca que alteremos en alguna medida nuestra línea editorial, que busquemos asuntos que puedan generar cierta polémica o que incluyamos peticiones de feedback, verdaderas bajadas de pantalones cuyo único objetivo es constatar que ciertamente tenemos una audiencia. Los sistemas de estadísticas nos confirman que existen esos receptores, pero es el comentario lo que nos da la vida en la blogosfera. Cuando se produce el desajuste entre visitas y comentarios nuestras cabezas comienzan a cavilar, se estrujan las meninges en un intento vano por comprender a qué se debe.
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Es algo que me sucede últimamente. Desde que publico de manera más asidua en esta bitácora, el número de visitas ha subido de manera abrumadora, pasando de las cien diarias a las trescientas y pico en el último mes, sin contar, supongo, las posibles lecturas a través de agregadores RSS. Sin embargo, los comentarios escasean. Otra razón más para el sufrimiento brogueril que podría resolverse si fuésemos capaces de romper con lo que nos aprisiona. Una tercera cadena atenaza al autor de weblogs: la tecnología. Soy fiel defensor de que en los blogs se comunique no sólo con los contenidos de cada entrada, sino también con la apariencia del propio medio. Pero debemos tener claro que hay que llegar a alcanzar lo que los clásicos llamaban aurea mediocritas o el centro, lugar donde se encuentra la virtud, según nuestro refrán popular. Muy a menudo nos vemos envueltos en verdaderas batallas tecnológicas que -abandonad toda esperanzanunca seremos capaces de ganar: el plugin que se resiste, las continuas actualizaciones del software de publicación, las plantillas que, a veces, parecen tener vida propia, el último widget que pinchamos en la barra lateral y que una vez lo vemos funcionando pensamos por qué narices lo habremos colocado allí. Y se nos olvida publicar nuevos contenidos envueltos como estamos en una refriega digna de Sísifo . ¿Y cómo no dedicar unas palabras a la publicación regular? Si no publicamos con cierta regularidad no tendremos visitas; si no tenemos visitas no encontramos ese acicate para dedicar un tiempo a la redacción de la entrada. Uróboros, la serpiente que se muerde la cola en versión bitacorera. ¡Qué trabajo nos cuesta a algunos mantener esa regularidad! ¡Qué difícil es tener cada día un asunto sobre el que escribir al menos un par de párrafos con sentido! Lógicamente, todo depende del tipo de 66
blog que mantengamos. En algunos casos es relativamente fácil construir un post en unos minutos comentando en unas líneas una aplicación descubierta, referenciando la entrada de otro. Pero no todas las bitácoras pueden vivir/beber de lo mismo si no queremos caer en la continua repetición, uno de los males y también característica de la blogosfera. Un post necesita de una reflexión previa, una búsqueda de fuentes, la comprobación de que no es algo escrito recientemente por otro, la redacción y la construcción, en el caso de que lo apoyemos con textos en otros códigos. Hacer eso a diario es una tarea tremendamente complicada cuando no somos profesionales del asunto y no disponemos del tiempo necesario. No sé cómo escribiréis vosotros, pero algunas de mis entradas aparecen publicadas después de varios días de darle vueltas en la cabeza hasta que encuentro el momento de sentarme ante el ordenador y escribir. Eso me ata, me obliga a pensar una y otra vez sobre las ideas que quiero expresar hasta que llego al momento en que, al fin, pulso el botón de publicación. Me he liberado, aunque sólo por un instante. Comienzo a pensar en la acogida de mi texto, comienza la prisión de la referencia. Vemos los blogs como una poderosa herramienta con la que ayudarnos en nuestra particular conquista de la libertad, sin embargo en su misma esencia esconde la trampa, un laberinto de dependencias que en determinadas ocasiones nos lleva a romper con todo y abandonar, a veces por un tiempo, a veces para siempre. No hay nada perfecto, nada satisface por completo. El blog te hace libre, pero te encadena con sus mañas a esa libertad que quieres conquistar cada día, con cada entrada.
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LA FUNCIÓN DE LOS BLOGS 9 DE NOVIEMBRE DE 2007
Miguel publicó los que a su juicio son cinco motivos de peso para prestar atención a los blogs. Hoy, Eduardo aporta uno más y supongo que a poco que nos esforzásemos podríamos entre todos ir añadiendo más motivos, ya que las bitácoras se han convertido en una herramienta de primer orden para casi lo que se nos ocurra, dada su flexibilidad. Pero no viene esta entrada a añadir más razones sino a constatar cómo los cinco argumentos de Miguel coinciden con las funciones que para Antonio Muñoz Molina convierten la literatura en un lujo necesario: La literatura, pues, no es aquel catálogo abrumador y soporífero de fechas y nombres con que nos laceraba aquel profesor del que les hablé antes, sino un tesoro infinito de sensaciones, de experiencias y vidas que están a nuestra disposición igual que lo estaban a la de Adán y Eva las frutas de los árboles del Paraíso.
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Gracias a los libros nuestro espíritu puede romper los límites del espacio y del tiempo, de manera que podamos vivir al mismo tiempo en nuestra propia habitación y en las playas de Troya, en las calles de Nueva York, en las llanuras heladas del Polo Norte, y podamos conocer amigos tan fieles y tan íntimos como los que no siempre tenemos a nuestro lado pero que vivieron hace cincuenta años o veinticinco siglos. La literatura nos enseña a mirar dentro de nosotros y mucho más lejos del alcance de nuestra mirada. Es una ventana y también un espejo. Quiero decir: es necesaria. Algunos… la consideran un lujo. En todo caso es un lujo necesario. La literatura es una ventana al mundo y un espejo que nos devuelve nuestra propia imagen. Curiosamente, casi igual que sucede con las bitácoras. ¿Se estará convirtiendo esto de bloguear también en un lujo necesario?
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PEREZA 2.0 15 DE MARZO DE 2007
Pereza. 1. f. Negligencia, tedio o descuido en las cosas a que estamos obligados. 2. f. Flojedad, descuido o tardanza en las acciones o movimientos. Diccionario de la Real Academia.
Escribía ayer Fernand0 sobre Scribd, y decía que había tardado tiempo en probarlo porque estaba sometido a un estado de pereza 2.0. Me identifico con ese sentimiento. Todos los días aparece algún cacharrito nuevo, algún servicio definitivo para hacer tal cosa que pronto se ve sustituido por otro servicio definitivo similar. Es una carrera de locos, casi obsesiva, que justifica la existencia de no sé cuántos blogs dedicados en exclusividad a compartir las nuevas herramientas y de los que
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otros muchos nos hacemos eco en nuestras propias bitácoras. Viva lo nuevo, muera lo viejo, parece ser el grito de guerra. Casi no da tiempo a probar un recurso cuando aparece otro que supuestamente lo mejora o lo completa o lo personaliza o lo que sea. Así hasta que se entra en ese estado de pereza especial, el 2.0, y uno deja de probar cachivaches durante un tiempo. El usuario 2.0 se renueva así en sus anhelos, cobra fuerzas para, al cabo de poco tiempo, intentar reengancharse a la carrera, normalmente ya con vuelta perdida y un inabordable número de entradas en sus blogs tecnológicos que leer y probar para seguir estando al día. Y después de tantas herramientas probadas, de tantas altas como usuarios de servicios definitivos para esa cosa tan fundamental de nuestra vida en la Red, después del agotamiento provocado por el deseo de estar al día, a veces, uno se para y piensa: ¿qué es lo que realmente uso de manera habitual? ¿estoy satisfecho con las herramientas que ya utilizo y domino? ¿necesito alguna más? A menudo estas preguntas, al menos en mi caso, provocan otro episodio de Pereza 2.0.
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KEEN, ANDREW KEEN 19 DE NOVIEMBRE DE 2007
Si equipamos a un número infinito de internautas con un número infinito de ordenadores sólo crearemos una masa infinita de mediocridad. Andrew Keen
Si el otro día me refería a Fernando Vallejo por su capacidad de provocación, hoy no puedo evitar nombrar a Andrew Keen, otro gran creador de polémicas. Keen, en su libro The Cult of the Amateur, se despacha a gusto contra este mundillo que tanto nos gusta, apasiona y al que dedicamos, probablemente, demasiado tiempo. Y eso no suele dejar indiferente a casi nadie. Creo que, en verdad, Keen no dice nada que no compartamos buena parte de los que por aquí estamos. La web (y los blogs) se han convertido en el reino del todo vale y, por tanto, en el
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de casi nada vale la pena. Pero también creo que, precisamente por ese rasgo, la web se ha convertido en algo interesante, aunque encierre enormes riesgos que deban tenerse en cuenta a la hora de hacer un uso personal o educativo de la misma. Narcisismo, falta de filtro y criterio, exceso de inmediatez, ausencia de información contrastada, amateurismo, bombardeo publicitario directo e indirecto, acceso demasiado simplificado. Sí, pero también múltiples perspectivas sobre un mismo hecho, incidencia en contenidos que los medios convencionales consideran minoritarios y, por tanto, sin rentabilidad comercial, exigencia de un lector/espectador activo, redes profesionales y de intereses, contenidos, contenidos, contenidos. ¿Algo más? Sin duda. Piensen un poco.
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¿POR QUÉ NO SOY BLOGFESOR? 21 DE NOVIEMBRE DE 2007
Hace ya tiempo que Mario Núñez lanzó la idea que se convirtió en Manifiesto del Blogfesor (y de la Blogfesora, para ser coeducativo y respetuoso como lo es el propio Manifiesto). Desde entonces han sido muchos los que se han sumado y los que usan la palabra para definirse y situarse en este espacio de locos, enorme y caótico, variopinto y desordenado, que es la blogosfera. Por la mayoría de quienes se autodenominan blogfesores y blogfesoras siento un respeto y una admiración tan grande que, sinceramente, me está costando un enorme trabajo escribir estas líneas, ya que no quisiera que las malinterpretaran y las considerasen una crítica o burla. No responden a esa intención, sino más bien a la sana envidia de quien quisiera ser o sentirse como ellos. Pero es que yo no soy, ni he sido, ni creo que seré jamás, un blogfesor. No encajo en ese Manifiesto, porque cada vez creo menos -o me da más miedo, quizás- en el uso habitual de los
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blogs en el aula. Me parece que no tiene mucho sentido guiar de cerca, acompañar tanto al alumnado en la creación y mantenimiento de sus blogs. Uno escribe su bitácora para hablar de lo que le interesa, para contar sus preocupaciones a otras personas, para conocerse a sí mismo, para probarse en el juego de la escritura y la comunicación o para sabe Dios qué cosas más. Eso está muy bien y es lo que hace indispensables las bitácoras, que yo las entiendo como proyección de su autor en un sentido amplio de la palabra ‘proyección’ e, incluso, ‘autor’. Desde este punto de vista, la figura del profesor que está detrás de ese autor de blogs, respirándole en la nuca mientras le susurra que tenga cuidado con la ortografía y la construcción de su discurso, que trate ciertos temas, que enlace de determinada manera, que escriba sobre esto o aquello, me parece que adultera la idea de bloguero en la que yo me he formado. Lo anterior no quiere decir que haya renunciado a presentar a mis alumnos qué es un blog. Al contrario, cada año lo hago, y con sumo gusto. Hablo sobre las bitácoras, sobre sus posibilidades, les enseño cómo crearlas y cómo debieran escribir en ellas, paseamos por unas y por otras para que vean ejemplos. Y después me retiro y dejo de seguirles la pista. Me consta que algunos han continuado con su blog durante un tiempo, que otros lo han abierto después, que algunos -pocos- se han convertido en blogueros regulares y disfrutan con la comunicación en la Red. Pero los que siguen hoy con sus bitácoras han aprendido ellos solos, porque su profesor no convirtió el blog en una materia de clase, sino más bien en una actividad complementaria, una posibilidad más de las muchas que se nombran en el aula a lo largo de un largo curso, que quizás sirvió para descubrirles en qué podrían emplear su tiempo. 75
Es posible que mis reticencias a usar el blog en el diario de clase se deban al miedo. Miedo a perder tiempo que dedicar a contenidos más tradicionales o a los riesgos que pueda suponer la exposición del adolescente a la vida virtual. Y miedo también a darme de bruces con la escritura, las preocupaciones y los contenidos que interesan a mis alumnos; miedo a mi incapacidad para hacerles comprender cuál es la esencia del blog como herramienta de comunicación. Ya se sabe, ojos que no ven… Pura cobardía, en definitiva. Hay bastantes item del Manifiesto que comparto al cien por cien, pero creo que son aquellos que me convierten en bloguero a secas, no en blogfesor.
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¿BLOGOSFERA EDUCATIVA? 27 DE NOVIEMBRE DE 2007
Cada vez más creo que los que niegan la existencia de la blogosfera tienen más razón. No hay la menor unidad temática, como se demuestra por el hecho de que en la blogosfera educativa -si ésta existe- no haya aparecido más referencia a la que se ha montado con motivo del Evento Blog 2007 que las ublicadas en el blog de Tíscar (moderadora de la mesa infernal sobre el estado de la blogocosa) y las dos tristes entradas que le he dedicado en días pasados, si no me equivoco. O no nos interesa lo más mínimo reflexionar sobre la herramienta que utilizamos o no nos enteramos de nada o estamos tan ocupados en utilizar nuestros blogs como repositorios de actividades, cuadernos de trabajo y espacios de reflexión educativa que no vamos más allá de estas cuestiones. Sea cual sea la razón, creo que convierte los blogs educativos en otra cosa, pero no en blogs. Aunque en su apariencia lo sean, porque emplean software de blogs, diseños de blogs, interactividad de blogs. 77
También es posible que el conjunto de blogs educativo se haya formado tarde (en enero de 2005 aparece Aulablog, que es el germen de lo que podemos considerar blogosfera educativa) y se haya instalado en el margen de la galaxia blogosférica, con pocos blogs-pasarelas que conecten con otras redes de bitácoras permitiendo el fluir de contenidos entre redes. A este núcleo de bitácoras educativas primeras que nos vinculamos a Aulablog se han ido sumando otras y otras, muchas, muchísimas. Sin embargo, las nuevas se han quedado mayoritariamente en la esfera educativa, en el Planeta, y se nutren de lo que por allí hay. No digo que esto sea malo. Simplemente es así, creo. La blogosfera educativa es muy endogámica, tiene sus propios eventos, sus directorios, sus blogstar, y no parece estar preocupada por el fenómeno blog más que como herramienta para utilizar en el aula de una u otra manera, como banco de recursos, como espacio de investigación educativa y, en ocasiones, como lugar para la catarsis. Esta bien. Es así, y punto.
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Aテ前 2008
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UNA OPORTUNIDAD PERDIDA 10 DE MAYO DE 2008
No puedo negar que desde hace ya algún tiempo me enfrento a una pequeña crisis de fe en las TIC que se manifiesta, entre otras cosas, en la escasez de entradas en este blog. El caso es que no puedo dejar de pensar en que esto de la Red de redes se nos ha ido definitivamente de las manos y lo que fue una gran promesa se ha convertido en un espacio invadido por enemigos a los que es prácticamente imposible, no ya vencer o reconducir, sino ni siquiera enfrentarse. La Red se ha multiplicado, democratizado, ha dado entrada a gentes variopintas con intereses variopintos. Eso es bueno, desde luego, ya que ha ampliado los contenidos hasta convertir Internet -al menos para mí- en una fuente de documentación insustituible y en un lugar para la interacción. Pero con los nuevos habitantes del ciberespacio también han llegado la publicidad desmedida, el comercio, la baja calidad, la repetición, la falta de ideas y el papanatismo.
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Ya sé que nada de lo que he escrito hasta este momento es nuevo, que repito lo que lleva tiempo escribiendo un sector de la blogosfera al que se ha tachado de elitista. Sin embargo, una serie de lecturas y acontecimientos de los últimos días me ha hecho volver a la cuestión. La primera llamada de atención la encontré en Sólo otro blog infame en donde Hugo, su autor, comentaba cómo había conseguido que cerrasen su cuenta Flickr. Tras la lectura de la entrada me dio por pensar en qué triste es lo que ha sucedido con esta herramienta web en la que multitud de personas cuelgan sus fotografías para sentirse dentro de una comunidad de intereses que, a la postre, puede estar completamente vacía de significado, dada la costumbre extendida de comentar por comentar o, en el peor de los casos, comentar para que me comenten, para que me visiten, para ser alguien y ganar esos quince minutos de fama por los que al parecer somos capaces de casi cualquier cosa. Me anticipo a vuestras opiniones y admito que hay grupos en Flickr que funcionan espléndidamente, pero creo que no se puede negar la existencia de esa búsqueda casi enfermiza de la reciprocidad. La segunda llamada de atención me la encuentro en Iguales en las Tres Mil, donde aparece publicada una entrada-denuncia sobre el maltrato de nuestro idioma que ha levantado un río de comentarios tanto en el blog como en Menéame. Y, claro, me da por conectar dicha nota manuscrita con lo que nuestra lengua está sufriendo a causa de la mensajería instantánea y su extensión al mundo de la web y los blogs. Uno se harta de decir que los blogs son una estupenda herramienta para desarrollar la escritura y, en cuanto se da la espalda, aquellos a quienes se les dice dedican su tiempo a mantener blogs con ortografías delirantes, combinaciones de colores hirientes y 82
fotografías de las que mejor no hablar. La sensación es la de estar clamando en el desierto. La tercera llamada de atención la recibí ayer mismo. Google se puso en contacto conmigo para informarme de que este blog sería retirado durante un mes del buscador, ya que habían detectado un texto oculto en el mismo que chocaba con su política de contenidos. Me puse a investigar y encuentro que alguien o algo había entrado en mi alojamiento y sembrado el index del blog de enlaces a páginas pornográficas. Si a esta intrusión le sumamos el hecho de que a diario debo eliminar unos cincuenta comentarios automatizados comprenderán que esté hasta las mismísimas narices del blog, de Internet y de la estulticia de la gente que no me deja en paz. Hace cinco años abrí esta bitácora para escribir sobre mis intereses y de un tiempo a esta parte me dedico, casi exclusivamente, a mantener un cierto decoro en la misma. Por ese motivo, creo que acabaré tomando la decisión de cerrar los comentarios, aunque siempre he tenido la idea de que un blog sin comentarios no es un blog. El caso es que no puedo dejar de pensar en lo que pudo haber sido Internet y en lo que ahora es. Sé que es un planteamiento nostálgico-conservador-elitista, pero los que ya llevamos algunos años en esto de la web conocimos una Internet sin excesos publicitarios, en la que primaban los contenidos, la corrección y la colaboración. Ahora sigue existiendo, pero hay que buscarla y, a veces, la pereza y el hastío me llevan a no encender la máquina de los truenos para no tener que bregar con ventanitas de todo tipo, patadas idiomáticas, vacuidades, agresiones, publicidad implícita, violencia, imbecilidad.
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LA PROVOCACIÓN EN LA BLOGOSFERA 30 DE JUNIO DE 2008
Hace poco publicaba Forges en El País una viñeta sobre asunto blogosférico que Potachov reproducía en su blog.
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Lo que en la viñeta viene a decirnos Forges es similar a lo que podía leerse en el ensayo de Andrew Keen, The cult of the Amateur, y que puede resumirse en esa cita que ha dado la vuelta al ciberespacio conocido: Si equipamos a un número infinito de internautas con un número infinito de ordenadores sólo crearemos una masa infinita de mediocridad. Pero la idea de Forges creo que va algo más allá. Así lo demuestra el estado de paz espiritual de los personajes en segundo plano, aliviados por el hecho de que el protagonista del texto haya encontrado un espacio hacia el que canalizar su mala leche o su estulticia o su ineptitud. Y es que Forges, frente a lo que piensan algunas personas como Rafa Robles, no está atacando la actividad de bloguear, sino la actitud de quienes utilizan los nuevos medios para hacer lo que siempre han hecho. Y no negarán que no hay ejemplos suficientes que demuestran que muchos asnos se encuentran tras los teclados.
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¿EL PRIMER BLOGUERO QUIZÁS? 22 DE JULIO DE 2008
En el mundo analógico, creo que he dado con el primer autor de blogs. El problema es que él no lo sabía cuando escribió sus Ensayos. Este es un libro de buena fe, lector. Desde el comienzo te advertirá que con él no persigo ningún fin trascendental, sino sólo privado y familiar; tampoco me propongo con mi obra prestarte ningún servicio, ni con ella trabajo para mi gloria, que mis fuerzas no alcanzan al logro de tal designio. [...] Si mi objetivo hubiera sido buscar el favor del mundo, habría echado mano de adornos prestados; pero no, quiero sólo mostrarme en mi manera de ser sencilla, natural y ordinaria, sin estudio ni artificio, porque soy yo mismo a quien pinto. Mis defectos se reflejarán a lo vivo: mis imperfecciones y mi manera de ser ingenua, en tanto que la reverencia pública lo consienta. Si hubiera yo pertenecido a esas naciones que se dice que viven todavía bajo la dulce libertad de las primitivas
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leyes de la naturaleza, te aseguro que me hubiese pintado bien de mi grado de cuerpo entero y completamente desnudo. Así, lector, sabe que yo mismo soy el contenido de mi libro, lo cual no es razón para que emplees tu vagar en un asunto tan frívolo y tan baladí. Adiós, pues. Lo escribió Michel de Montaigne en junio de 1580.
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PUBLICADO AYER
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LARGA VIDA AL BLOG 4 DE FEBRERO DE 2009
Defiende Aníbal que los blogs llegaron para quedarse, pues están basados en la necesidad de compartir unas ideas y en la facilidad para hacerlo. En definitiva, en la democratización de la producción de contenidos. Tiene toda la razón. Ese paso adelante que supuso la explosión bloguera desde el año 2000 no tiene vuelta atrás, y su rastro se aprecia en las nuevas formas comunicativas que últimamente triunfan en la Red y que para algunos -entre los que me cuento, según sople el viento de la mañana- está provocando la muerte del blog, tal y como un día fue. Hay que reconocer que redes sociales como Facebook, por ejemplo, aportan ventajas evidentes, entre las que destaca sobre manera el tratarse de un entorno controlado: sabes quién te lee y tienes una cierta seguridad de que te leen. Muy cómodo. No hay trolls, ni salidas de tono, discutes -si quierescon quienes comparten tus ideas en un buen porcentaje,
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porque para eso son tus “amigos”. Hay jueguitos, encuestas divertidas, subes fotos, las etiquetas, te luces y compruebas que otros también se lucen, resumes tu estado en una frase, informas de lo que haces en ese momento -”Estoy guisando papas con chocos”, por ejemplo-. Todo es muy inmediato, informal, relajado y poco exigente. ¿Cómo puede competir el blog con eso? Al publicar una entrada te expones a que cualquier visitante azaroso te crucifique con un comentario de unas líneas. Previamente has tenido que meditar el asunto sobre el que escribir, buscar fuentes, preparar los enlaces, darle forma al discurso, organizarlo. Has tenido que abrir tu blog, pensar su apariencia, organizar las herramientas de navegación, establecer la estructura de archivo. Después de la publicación debes esperar los comentarios. Algunos provienen de tu guardia pretoriana y son muy agradables y te gusta leerlos; otros, sin embargo, pueden apuñalarte y dejarte moribundo a los pies de la estatua de Pompeyo. No hay control. Es imposible. En eso, precisamente, reside para mí la grandeza del blog. Escribir un blog es una actividad de riesgo. Puedes acertar o equivocarte, puedes tener impacto y crear opinión o ser anodino y no aportar nada, tener éxito o fracasar. Eres autor, caramba. Escribes un blog. No controlas tu audiencia, sino que apuestas con cada palabra que escribes. Esa es la grandeza de las bitácoras. Creo que muchos blogs están desapareciendo porque se han utilizado para cumplir otros objetivos. Muchas personas pensaron que la facilidad de publicación era razón suficiente para utilizar el formato blog para cualquier cosa: relaciones de enlaces, inclusión de actividades, apuntes de asignaturas, inser-
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ción de documentos, etcétera. Está muy bien todo eso, pero a mí nunca me han parecido verdaderos blogs. Aníbal me dirá que soy un purista y no le faltará razón. Soy purista, pero no integrista. Cualquier persona puede emplear el formato blog como le venga en gana. Yo, como lector, también soy libre de considerar blog aquello que me lo parezca. Y un blog es escritura, opinión o reflexión, ajuste de cuentas con uno mismo o con lo que le rodea. Lo demás son webs más o menos 2.0. El blog entendido como escritura no creo que muera. Desaparecen otros tipos de blogs cuyos objetivos pueden alcanzarse mediante otras herramientas más cómodos y controlables. La sensación de lanzarse sin red que aparece tras la publicación de una entrada en tu bitácora, sin embargo, no puede ser sustituida por el momento por otros medios. Larga vida al blog como escritura.
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