1/2 Día del Domingo Nº 20

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DOMINGO 8 DE MARZO DE 2014 / CIUDAD COJEDES

CARTA A HUGO CHÁVEZ

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DOMINGO RAZÓN BELLEZA y REVOLUCIÓN

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rir cada palmo de sabana o la hilera de las casas techadas de zinc a orilla de un río que son los pueblos del llano, donde conoció a tal cual y tiene tiempo sin ir y la querencia allí expresada como quien no sabe olvidar, otra vez en cumplimiento de todo cuanto cantó Sánchez Olivo: Un corazón de llanero no olvida nunca a su llano. (p. 100). El que quiera conocerte que vaya al llano. Y no es desahogo. Y si lo es, no me preocupa, de las dos manos de Dios, la que conozco es el llano: Mano tendida es el cielo y mano tendida el llano. Son las dos manos de Dios si es que Dios tiene dos manos. (Las manos Dios; p.109).

Presidente Chávez juramentando al Frente Campesino Ezequiel Zamora en Cojedes / FOTO TVES

San Carlos de Austria, abril 1º, 2013

S

abaneta de Barinas, de más allá de Puerto Nutria, de más allá de Mata Palma. Patio de Rosa Inés Chávez o costas de ese chorro de agua que mientan El Arauca por los lados de Elorza o la línea esa del horizonte que cuando estamos más próximo de alcanzar se muda de lugar. Hugo: El llano es eso. El pedazo de sabana, los llanos, el llano. La llanura, toda la porción de tierra que no es alta ni baja, sino la continuidad de un punto sin bajar ni subir. La tira más larga de lo íngrimo. Toda la extensión que recoge la palabra soledad. La ingrimitud, la nube que nos intimida, la creciente que nos enseña el despojo y la porfía; la porfía es el renacer, como única dimensión donde la vida es posible, porque lo otro, sin las contrariedades, es lo más parecido al espejismo. La vastedad del hombre sólo como si el mundo se durmiera, la palma sin un temblor. Caminos del desamparo, más solos y tristes cuando la tórtola suelta su silbo como la voz del bajío… Eso es el llano y allí vengo a buscarte. Martí habló de un hombre, que cuando se sentía sin vigor, se despojaba del calzado y pisaba la tierra para que los brios retornaran al cuerpo. Eso es lo más parecido a la voluntad. Creo que Miguel Acosta Saigne dijo que el llano es una copla que nos lleva a donde nos da la gana —el mal hablar es mío; Acosta lo escribió a su manera—.

El llano es una escuela donde José Vicente Abreu conoció la libertad. Escuela de libertad dijo Abreu, de allá de Payara, donde se cree nació Negro Primero. Escuela de libertad y de resistencia. Allá llegó el negro fugado de los grandes “cacaos” y el indio perseguido se plantó. Todo lo bueno llegado de otras partes se quedó y se volvió medida de la tierra. Y así la copla trasportada, se convirtió en Biblia, y la rama de sus versos en versículos que el hombre solo, de la tierra sola, estaba obligado saberse de memoria, para comportarse a la altura de quien procura el bien, pero eso sí, “ni más, ni menos” que nadie: Sobre la tierra la palma, sobre la palma los cielos; sobre mi caballo yo y sobre yo mi sombrero. ¿Quién más que tú llevó ese afán más lejos, desde los tiempos de la Academia Militar y el ejercicio de la Presidencia de la República? ¿Quién de los nacidos en el llano? Soy hijo de la sabana como el toro y como el potro. Yo no me creo más que nadie, pero más que yo no hay otro. (Ni más ni menos; p. 111). El “Evangelio”, el dogma de Julio César Sánchez Olivo te acompañó desde siempre, desde que Rosa Inés y sus vecinos, te inculcaron la mejor de las herencias: Llanero de buena raza no se deja corromper, pues sabe que al corromperse todo hombre deje de ser. (Firmeza llanera; p.111).

Presidente de la República desde 1998 hasta unos diítas más del 5 de marzo de 2013, en total unos 14 años sin que nadie pueda señalarte de enriquecimiento ilícito, de haberte aprovechado del negocio público. Por allí no pudieron. Cuando te mataron a tu compadre, el catire Acosta Carles; el vigor perdido te lo devolvió al cuerpo el grito de las venas abiertas de la sabana bajo la inclemencia del sol; a la herida tuya, se le unió la del llano, y así era inevitable que te brotara la copla porque es mandato en el llano cantar en pleno dolor: ¡Llano mío, llano querido! ¡cómo te recuerdo, llano! Tú me enseñaste a pasar ¡el trago amargo cantando! (Contrapunteo llanero; p. 100). Usted, valecito, disposicionero siempre, en Sabaneta como en Caracas, dando de qué hablar, muerto de la risa a la menor provocación, o contrariado por la res que malogró la dejadez, porque en el llano es decoro, hacer las cosas bien hechas y con entusiasmo. Encorbatao y traje de musiú, nada más que para asumir la circunstancia, pero con el llano adentro y en comportamiento que es como vive el llanero en la ciudad. Y donde Ud. estaba, de pronto brotaba el llano en una taza de café, y si no se le prestaba la atención debida, era el canto de Eneas Perdomo el encargado de hacerlo sentir. Y era entonces la hora del cancionero tradicional como jamás se lo aprendió un Jefe de Estado en función, de refe-

Hoy en portada: Hugo Chávez de Richard Oviedo (Mixta sobre papel, 32,5 cm x 25 cm) Dirección: Miguel Pérez / Coordinación Editorial: Daciel Pérez/ Diseño y Diagramación: Luis Daboe Correo electrónico: mediodiadeldomingo@gmail.com / Twitter: @Mdíadeldomingo

Y es posible que el paraíso quede en otra parte, que otras tierras sean mejores, pero para nosotros esta es nuestra Comala, porque no hay lugar más bonito que aquel donde se nace: Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de lo que haría, pues ella estaba por morirse. Y yo en un plan de prometerlo todo. …Yo imaginaba ver aquello a través de los recuerdos de mi madre; de su nostalgia, entre retazos de suspiros. Siempre vivió ella suspirando por Comala, por el retorno; pero jamás volvió. Ahora yo vengo en su lugar. Traigo los ojos con que ella miró estas cosas, porque me dio sus ojos para ver… (Rulfo, 2003: 65-66).

no. Y Ud. a su vez lo aprendió de Gallegos. Y Gallegos a su vez, del “araucano cara de luna, de color aceitunado”. Digo Antonio José Torrealba, para decir Florentino. Y Florentino es lo que no se discute, porque quien le lleva la contraria es el demonio. La biografía de Chávez la escribió Gallegos cuando Chávez no había nacido. El maestro es el responsable de esta conducta. A él debe reprocharse el comportamiento del nieto de Maisanta. Hugo: Hoy es 2 de abril y aquí estoy reunido con gente de la tuya, en los campos inmensos de Taguanes, probablemente la batalla más importante de aquella cadena que la historia registra de admirable. Tú sabes que dentro de su ir y venir, hasta ahora documentado está que, son 8 las veces que Bolívar pisó suelo de Cojedes. Tú conoces de su amistad con Silva y la confianza depositada en Manuel Manrique, “el hombre de las batallas”, intermediario en el encuentro histórico entre Bolívar y Páez. Estamos a 3 días de cumplir tu primer mes de ausencia con presencia, y tres meses, menos 6 días, de tu responsable actitud hacia el país, al informarle el 8 de diciembre, el trance que debías enfrentar. Ese momento tan difícil, lo encaraste con las estrofas de un himno que ahora Venezuela comenzó a cantar. ¡Qué clase de publicista!

¿Quién puede decir que Ud. alguna vez vio al llano sin los ojos con que los vio Rosa Inés Chávez? El llano es un suspiro… en tu caso la angustia del retorno; pero también un anhelo, la esperanza del que no muera de mengua, atrapado en la dicotomía barbarie-civilización. Y con todo lo de tu fe en Cristo, reafirmada en aquella creencia de que es posible vivir en la tierra como hermanos, venimos del llano, y hacia allá vamos, sin otra posibilidad, como en el caso de la muerte de José García cuando Sánchez Olivo le garantizó al “Arauca adentro” que aquel hijo no cambiaría sus sabanas por el cielo: Se te marchó ese buen hijo, Cajón de Arauca apureño… Se te marchó en San Fernando, pero volverá a tu seno porque el llanero al morir prefiere su llano al cielo. (Se murió José García; p. 65). La próxima vez que vaya a San Fernando preguntaré por el ferrocarril porque esos son los ojos que Ud. nos dio para ver el lla-

El Comandante Hugo Chávez dirigiendo una comiti Apure. Fueron numerosos los sitios de la geografía


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Desde entonces hasta el 5 de marzo, el pueblo se declaró en oración, ruegos y promesas como jamás se vio por enfermo ni político alguno. Venezuela se convirtió en un convento. No hubo una plaza Bolívar sin que un puñado de los tuyos rogara por tu salud. Y hasta del más allá de las fronteras de Venezuela, Jefe de Estado de poca fe, que no encontraba la forma de manifestar su solidaridad, apeló al rito de la fe cristiana. Y en hombros de una multitud desconsolada —no calculada, hasta ahora ¡qué raro! En un país donde todo se dice—, saliste del Hospital Militar a la Casa de los Sueños Azules. Las exequias duraron diez días y en ninguno de esos días dejaste de ser noticia. Ciertamente, Hugo, las exequias que conmocionaron al mundo. Fidel te dedicó unas líneas: “No sabía lo grande que era”. E Insulsa en el homenaje que te rindió la OEA, no escatimó en el elogio. En las redes sociales, una periodista insignia de CNN te distinguió del rebaño. Cristóbal Jiménez te cantó “Poesía, copla y sabana” y el “Corrío de Maisanta”. No soy de los que se complace llevándole la contraria al camarada Fidel: Pero Ud. si sabía que en su caso no se repetiría la ingratitud que rodeó los últimos días de El Libertador. ¿Manifestación de duelo así antes vista? Y de paso anunciada por el muerto. Probablemente cuando los actos de repatriación de los

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restos de Simón Bolívar tal como nos lo hace vivir González Guinán en las páginas de su monumental Historia de Venezuela. Hugo: Unas palabras de María Gabriela que señalan la contradicción entre carne y espíritu, me bridaron la más reconfortante de las reflexiones. Efectivamente, contigo la muerte perdió su tiempo, pudo separar ambos componentes del ser, colocar cada cosa en su lugar, devolverle a la nada, lo que a la nada le pertenece; y lo extraordinariamente útil, convocado a permanecer; a esto, a permanecer. Y como del hombre pende esta amenaza diaria, a la que avanza al ritmo del reloj, debe cuidar la huella que deja en camino. Pero esta se aprecia o se internaliza sólo a través de la palabra. ¿Qué es el hombre sin la palabra? La palabra hace que un hombre permanezca o desaparezca de escena. No tanto por lo que dijo en su tiempo, como lo que puede decir y contener de posibilidad de futuro. De éste Hugo que hizo de la palabra un oficio, un fenómeno, un rito, un privilegio, puede referirse sin riesgo alguno que esa fue su mejor arma y supo muy bien utilizarla: Para sumar multitudes y pintar el rostro de los enemigos históricos del pueblo venezolano, para que la sensibilidad no sea ajena a un Jefe de Estado y en el Jefe de Estado no esté ausente la indignación cuan-

do ésta sea hija del desespero que causa la multiplicación desenfrenada de la injusticia, el crimen y el egoísmo: Cuando uno va por esas ciudades desarrolladas, donde el consumismo aflora por todos lados, y uno ve las vitrinas de las grandes ciudades, donde se venden vehiculo lujosísimos y ropa muy lujosa, uno dice: ¿En qué mundo vivimos? Los que hemos tenido la oportunidad de ver el gran lujo de algunos y la miseria de la mayoría, entonces uno dice: ¿Dónde está el ser humano? ¿Para esto vinimos a este mundo, para vivir así? ¿Dónde está el dolor, el corazón? (p. 313)1. ¿Qué Jefe de Estado le habló así al país? He allí que esta palabra tenga amigos y enemigos, se le quiere silenciar, los grandes medios la censuran, pero ella se cuela por entre esos muros, porque su audiencia sale a su encuentro, clama por ella, la disfruta, la expresa, como si formara parte del algún versículo honra de lo grande y lo sublime, como es toda representación de lo colectivo. He allí que esta palabra esta llamada a permanecer, a convertirse en la mejor huella que Chávez dejó sobre el camino. ¡Cuidemos esa palabra! Homenaje significa juramento de fidelidad. La palabra salva o pierde al hombre. Chávez la cuidó doblemente: le dio el sello de hecho cumplido y la entregó al viento para quien tenga oídos; la oiga, y con ella no se aliente otra cau-

iva durante una visita a la Empresa Socialista Ganadera Agroecológica Marisela (Hato El Frío), Mantecal, municipio Muñoz, estado nacional desde donde trasmitía su programa televisivo “Alo Presidente”/ FOTO EFE

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sa que la atención de las necesidades del pobre y la superación de la pobreza, la transformación definitiva de Venezuela en un país libre y de iguales —él decía patria—, dentro de la unidad de América Latina y el logro del equilibrio del mundo. Y esa palabra, que además tiene presencia en la Constitución Bolivariana y en el Segundo Plan Socialista, que fue gestándo-

Chávez, en definiti-

va, lo reclamará el futuro,

no por lo que hizo, sino por lo que no tuvo tiempo de hacer y el curso de los días reclame esa acción. Y cuando se logre, tendrá la dimensión del fundador” se en los cuarteles y no la amelló la prisión, ni el poder, como ocurrió con otros, es lo que en definitiva le arrancamos al contrapunteo vida y muerte, la contradicción carne-espíritu. Chávez, en definitiva, lo reclamará el futuro, no por lo que hizo, sino por lo que no tuvo tiempo de hacer y el curso de los días reclame esa acción. Y cuando se logre, tendrá la dimensión del fundador. El Chávez nuestro, de cada día, se hará notar, cuando una trompada del mar o el rugir de la tierra sacuda al Caribe —o cualquier otro país—, y la solidaridad de Venezuela se demore en manifestarse, o cuando en cualquier parte del mundo, se masacren niños en nombre de la lucha que sea, y no exista algún venezolano que salga a pedirle al agresor que detenga esa masacre. Cuando la empresa privada acorrale al “negocio público”, y los pobres queden a la buena de Dios, los campesinos sigan sin tierra y los indios permanentemente asediados, hostigados, sin recibir la más mínima asistencia del Estado. Cuando a la cultura la dejen sin presupuesto y la declaren asunto de coto cerrado y de ilustrados. Hugo: Cuando oí a Noelí Pocaterra preguntarse: ¿Qué va a hacer ahora de nosotros los indios? Se me alborotaron los pelos. En la multitud que te cargaba en hombros, cualquiera de ellos, te agradecía algún favor en lo personal, o el que le hiciste a la madre, hermana o esposa. Los créditos, Hugo; las oportu-

nidades de estudio, la vivienda, el servicio de salud, la atención al deporte, recreación y el turismo. En un oficio, dirigido al Vicepresidente de la República, Encargado del Poder Ejecutivo, fechada el 6 de noviembre de 1821, Bolívar escribe: La viuda del más respetable ciudadano de la antigua república de Nueva Granada (C. Camilo Torres) se halla reducida a una espantosa miseria, mientras yo gozo de treinta mil pesos de sueldo. Así, he venido en ceder a la señora Francisca Prieto mil pesos anuales de los que a mí me corresponden. Con razón, es el único venezolano y latinoamericano, en ejercer la presidencia de un vasto territorio, lo que hoy es Venezuela, Ecuador, Panamá y Colombia, al tiempo de ejercer la magistratura del Perú y en todos esos países es mayor la admiración y el respeto por su memoria que los antónimos de ambos términos. Y ese fue tu norte, el modelo de hombre que enarbolaste. Hugo: Adán, habló de un libro que con dedicatoria de tu puño, le regalaste, en manifestación de aprecio y encargo indeclinable: Un morral de sueño que como el portafolio del personaje principal de la novela famosa de Adriano González León, contenía la Venezuela imperecedera por la que valía la pena entregar la vida, y en caso de alguno de los dos hermanos caer, era obligación del otro, recoger el morral y seguir el camino. Y en cumplimiento de esa encomienda, hoy estamos aquí reunidos. Y aunque tenemos ¡patria!, esa es una labor de todos los días que se puede perder con el sólo hecho de devolverle a Miraflores a la callana y antipatriotas que descargaron en ti todo el odio que sienten contra el pueblo de Venezuela. En el examen de ese brillante hombre de las letras y de la historia, Santiago Key Ayala, acerca de Bolívar a mediados del siglo XX, no dudó en buscar el porvenir de América, en la conducta ejemplar de Simón Bolívar: La obra de Bolívar no concluye con su desaparición material. Hoy, (…), hay que hacer la patria. La patria no es como pretende el lugar común y quisiera la molicie, la madre, sino la hija de los ciudadanos. (…) Bolívar fue en verdad padre de la patria. Continúa siéndolo en nosotros. Si en América anhelamos tener patria, sólo la obtendremos siguiendo la vida ejemplar de Bolívar. (Key-Ayala, 1990: 27). Hoy, tendríamos que agregarle a ese párrafo, la prédica y la obra de gobierno de Hugo Chávez


4 1/2 DÍA DEL DOMINGO Frías, pero no podemos dejar de lado el consejo de la construcción diaria que la patria demanda. La historia que en su labor del espejo mañanero, permite leer el rostro de hoy, en función de cómo lo tuve ayer, inequívocamente implacable, pues nos permite establecer la identidad y la valoración de la herencia de nuestro perfil, igualmente nos permite evaluar lo hecho ayer, en relación al hoy se puede hacer mejor, de lo que debe conservarse de ejemplo por lo que tuvo de efecto bienhechor o constructivo; o por el contrario, de descarte, por lo que encierra de acción destructora de nuestra nacionalidad, es la que me obliga, a tener presente el acontecimiento patrio de un día como hoy, 2 de abril pero del año de 1819 en sabana apureña. José Rafael Revenga, de la camada redactora del Correo del Orinoco, en articulo publicado el 17 de junio de 1820, “Diferencia entre el demagogo y el patriota”, entrega Nº 67 de ese periódico que se jactaba de ser libre —Somos libres, escribimos en un país libre y no nos proponemos engañar al público2—. Allí José Rafael Revenga dejó caminar estas palabras: (…) ¡Cuánto no tendréis que admirar en la resolución del héroe de San mateo! Ricaurte enseñó allí a saber usar de la vida, y riendo espontánea-

La Batalla de Las Queseras obliga a una conclusión de actualidad: Por muy numeroso y poderoso que sea el ejército que amenace la patria, estamos obligados a triunfar”

mente por impedir que el enemigo se fortaleciese. Y por salvar a sus compañeros, dio pruebas de una devoción a la causa común y de una generosidad ilimitada… Recordad, si ya es tiempo, la famosa jornada de Las Queseras del Medio y ofreced a su admiración y a su gratitud ese nuevo Leónidas que, más venturoso que el antiguo, pudo escarmentar el orgullo persa y conservar a la patria sus queridos hijos. Toda Colombia os ofrece lecciones que recordar; por dondequiera hallaréis en ella la mitad de un pueblo combatiendo contra los tiranos, falto de todo menos de resolución y de firmeza; y la otra mitad afanada por hacer más soportables las fatigas a la primera...3. Cuenta Páez en su Autobiografía que: A comienzo de Enero de este año [1819] volvió el Libertador a San Juan de Payara; pero inmediata-

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mente regresó a Angostura para asistir a la apertura del Congreso que debía reunirse allí, dejándome el mando del ejército y facultades para a discreción en defensa del territorio de Apure, amenazado por Morillo de invasión con un fuerte ejército que había estado organizando hacía más de dos meses en el lugar del Chorrerón, a dos jornadas de tropa de San Fernando. (Páez, t. I, 1973: 157). Páez asegura que la idea de dar la batalla fue suya, pero el plan lo aprobó Bolívar (p. 161) y además se discutió en junta de guerra de jefes (p. 162). En su edición Nº 28, del 24-41819, el Correo del Orinoco, trae el parte de guerra del Estado Mayor General del Ejército Libertador de Venezuela, correspondiente al día 3 de abril de 1819: El 1º de este mes se acercó el enemigo por la orilla izquierda del Arauca a las posiciones que ocupábamos a la orilla derecha. El Señor General Páez, que con 20 oficiales salió en su reconocimiento, se encontró con un cuerpo de caballería de 200 hombres, que formaba su descubierta, sobre el cual cargó inmediatamente, y matándole e hiriéndole algunos hombres, logró ponerlo en completa derrota, obligándole a refugiarse en el cuerpo del ejército. En el resto del día hizo el enemigo algunos movimientos a derecha e izquierda; y el 2, después de mediodía, se fijó al frente de nuestros puestos, fuera del tiro del cañón. Con el objeto de atraerlo, pasó el río el Señor General Páez con 150 hombres de caballería (entre jefes, oficiales y tropa) y se avanzó sobre el campo enemigo en tres columnas. El enemigo movió inmediatamente todas sus fuerzas y cargando con su caballería al mismo tiempo que hacía fuego la artillería y la infantería, se dirigió a la orilla del río precipitadamente, cierto de oprimir aquellas pequeñas columnas y arrogarlas al agua. El Señor General Páez, sufriendo un fuego horroroso, se retiraba en orden, dejando el paso del río a la espalda. El enemigo, creyéndole perdido, desprendió toda su caballería sobre tan corto número de hombres, y dirigió sus fuegos sobre la orilla que defendía una compañía de cazadores. Luego que el General Páez observó que las columnas de caballería se habían alejado de las de infantería, hizo volver caras a su gente, y acometió de frente a la caballería enemiga, que por lo menos constaban de mil hombres, 200 de ellos carabineros, al mismo tiempo que nuestros cazadores hacían un fuego acertado. Jamás se ha visto un combate ni más desigual ni más glorioso para las armas de la República. El General Páez y sus bravos compañeros se han excedido a sí mismos, haciendo mucho más de lo que justamente debía esperarse de su valor y de su intrepidez. En vano el enemigo opuso la más obstinada resistencia; en vano sus carabineros echaron pie a tierra; todo fue inútil.

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ofreciendo sus condolencias a Elena Frías, madre del Comandante Chávez. A su llegada a el país Ahmadineyad declaró que: “Para mí fue un hermano y amigo entrañable, siento que me he perdido a mí mismo, pero el siempre seguirá vivo, porque sus ideales nunca se perderán”/ FOTO AVN Ciento cincuenta héroes guiados por el intrepidísimo General Páez arrollaron cuanto se les opuso y fueron degollando a cuantos alcanzaban hasta las filas enemigas. La infantería, en confusión, se refugió en el bosque, la artillería calló sus fuegos, y sólo la noche habría impedido que este suceso hubiera sido más terrible para el ejército de Morillo. Su perdida excede de 400 hombres, habiendo consistido la nuestra en el sargento 1º Isidro Mugica y el cabo 1º Manuel Martínez, muertos; el teniente coronel Manuel Aráez, los capitanes Francisco Antonio Salazar y Juan Santiago Torres, el cabo 1º José Ros, y el soldado Francisco Josada, heridos. La consecuencia ha sido que el enemigo, desalentado con una pérdida tan inesperada, se ha retirado precipitadamente4. En su libro Los héroes de las Quesera del Medio, José A. Febres Guevara, señala que en ese pequeño contingente de apenas 153 hombres, habían lanceros de toda Venezuela, de Nueva Granada y hasta se dice que los hermanos Cruzate eran ecuatorianos… de la señorial San Carlos y sus alrededores han bajado los bravos luchadores Fernando Figueredo, Celedonio Sánchez, Juan José Mérida y Mariano González… (pp. 45-46). En nota de Oldmar Botello, recogida en el texto anterior, acota que el profesor Febres Cordero demuestra que en realidad fueron 154 los que participaron en la acción, como el general maracayero Felipe Macero y el General José Laurencio Silva. ¿Lo omitiría Páez por haber sido fiel a Bolívar y emparentado con él? Quién sabe. (p. 13). Bolívar, en su proclama “A los

bravos del ejército de Apure”, desde su Cuartel General en los Potreritos Marrereños, a 3 de abril de 1819, la acción de las Queseras del medio la conceptualizó así: “¡Soldados! Acabáis de ejecutar la proeza más extraordinaria que pueda celebrar la historia militar de las naciones… ¡Soldados! Lo que se ha hecho no es más que un preludio de lo podéis hacer. Preparaos al combate, y contad con la victoria que lleváis en las puntas de vuestras lanzas y de vuestras bayonetas”. (Páez, t. I, 1973: 165). De las Queseras dijo Martí “oscurecen a Troya”5. Y la palabra de Martí, como la de Bolívar, tiene el brillo del oro. La Batalla de Las Queseras obliga a una conclusión de actualidad: Por muy numeroso y poderoso que sea el ejército que amenace la patria, estamos obligados a triunfar.

MIGUEL PÉREZ (Fragmento. Palabras pronunciadas en el campo de Taguanes dentro del marco del acto conmemorativo de los 194 años de la Batalla de las Queseras del Medio e inicio de la campaña electoral 2013). NOTAS: 1

Conferencia de prensa ofrecida en Porto Alegre, Brasil, 25 de enero de 2003. En: Chávez, Hugo. (2003). El golpe fascista contra Venezuela. La Habana, Cuba: Ediciones Plaza. 2 Editoriales y otras notas. “Correo del Orinoco”. En Grases,

1968: 263-264. 3

Revenga, José Rafael. (1820, 6-17). Diferencie entre el demagogo y el patriota. En: Grases, 1968: 100101. 4

Queseras del Medio. Boletín del Estado Mayor General del Ejército Libertador de Venezuela, del día 3 de abril de 1819. En: Grases, 1968: 130-131. 5

Palabras de José Martí. En: Blanco, 2000: 5. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA Blanco, Eduardo. (2000). Venezuela Heróica. Caracas: Eduven. Chávez, Hugo. (2003). El golpe fascista contra Venezuela. La Habana, Cuba: Ediciones Plaza. Febres Guevara, José A. (1990). Los Héroes de las Queseras del Medio. Segunda Edición. Caracas: Banco del libro. Grases, Pedro. (Comp.). (1968). La prensa heroica, selección del Correo del Orinoco. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República. Key-Ayala, Santiago. (1990). Simón Bolívar 1783-1830. Caracas: Grijalbo. Páez, José Antonio. (1973). Autobiografía del General José Antonio Páez. Caracas: Academia Nacional de la Historia. Rulfo, Juan. (2003). Pedro Páramo. Madrid: Editorial Letras Hispánicas. Sánchez Olivo, Julio. (1975). Por el llano del recuero. San Fernando de Apure: El Autor.


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