El llano es una palabra Nº 29

Page 1

El Llano es una Palabra Edición y Cuidado a Cargo de : Daciel Pérez y Miguel Pérez http://lapoesiaylosdias.blogspot.com

La luna en la hoja, la lámpara del silencio (César Seco)

Nadie Volveré por esa calle donde nadie me recuerda y todos me conocen. Caminaré por esta otra donde me ignoran y ninguno sabe nada de mí. Atravesaré aquel callejón oscuro y tal vez el ojo que me sigue sólo vea la sombra que la escasa luz de ese poste fija en la esquina pensando a donde ir. Estaré allí esperando nada o esperando todo. Acaso sea la calle contigua la que me lleve a ese otro lugar, distinto a donde iba y no llegué. La vida no se detiene a esperar a nadie. Sólo puede mirarme de reojo mientras paso, pero no es su ojo lo que anhelo, lo que persigo es el olvido que no aparece mientras sigo, aunque lo presienta caminando adelante distraído o sospeche ya que me ha borrado al final de la calle que no existe porque no me ha visto. Limpiaparabrisas En el sitio justo donde los autos se detienen deja correr el jabón líquido sobre el cristal empañado y desenfunda rápido el diminuto haragán alisando el escurrir que resplandece como la mañana para la que no existe. Poesía La caída arrasa con mis ojos. Despierta mi oído al ritmo sosegado que me llama. No digo lo que digo y lo no dicho es lo que me dice. La luna lenta de la escritura, lo que no ha sido. Insuficiente palabra. Rotura que el silencio deja y sólo la memoria fija en la blancura del olvido . Latencia que sólo hasta que aparece vive en la rosa de la memoria. Voz Dijo uno: El Cristo de la iglesia vino a dar al final de la calle y está sembrado hasta la mitad. Y salió corriendo sin saber hacia donde. Y ninguno de nosotros habló.

Liberto Liberio

Ein Zeichen sind wir, deutungslos* Hölderlin

No podrá responder nunca qué hace toda esa gente en su cabeza. No sabe cómo decir que su rostro se aparta de sus ojos y son estos los que le ven. No sabe si está adelante o atrás de ese vallado que no detiene sus pasos sucesivos. No sabe por qué el sol se bebió la luna y por qué la luna lo escupió. No sabe por qué lágrima. No sabe por qué risa. No sabe por qué se adelgaza su piel y su torso se le infla como lobo. No sabe de dónde salieron esos ladridos que le salen por las uñas. No sabe por qué su percudido no sabe. No sabe por qué Dios enmudeció en su boca para gruñir en su corazón. No sabe por qué teme a lo que no le teme. No sabe porque sabe demasiado y eso se le borró.

* Somos un signo sin significado

No sé cuándo fue lo que de hecho fue Emergencia. Me apresuran a decir de cuál mal vivo. Por ahora el dolor está nublado. Mi cuerpo es una torre derribada en la camilla. El antes no avisó y el luego abrió la puerta – un escalón, nada– nada que no sea aire oscuro. Escribirlo no dice lo que me trago con el agua y la pastilla. Pasos vienen de la sala contigua– embiste la enfermera. Contusión. Duro alfabeto. Coágulo, lengua mordida. Una costra irá conmigo al salir. Digo vida no te mueras. El hospital sumergido en agua– el taxi llegando. Los ojos de mi mujer al final del túnel. Ella no teme besar a la epilepsia.

Tantas lunas en una sola. Luna cuerpo de mujer desnuda en una playa. Luna manca de los pianistas. Luna barro de los alfareros. Luna niño de Miró. Luna que en El Bosco juega con una calavera. Luna triste de los viejos. Luna muda de los soldados en la guerra. Luna secreta de los magos. Luna tibia de las mujeres en celo. Luna sangre del flamenco y de los toros. Luna que al demonio suelta. Luna arco. Luna flecha. Luna desnuda con la que el hombre en la mujer entra. Tragafuego La avenida es una intersección de la calle contigua por donde viene su vida. Confluye aquí la proporción exacta de su pobreza y la isla de su nada. En la propensión al vicio no lo arredran las cornetas ni pueden encandilarlo más que la suya las luces de los autos posando frente a él sin ninguna expectativa en torno a su malabar nocturno de candela y gasolina. Alguna vez fue un milenario dragón el muchacho desdentado que cuando el semáforo cae en rojo pasa de una mano a otra sus antorchas y arroja hacia adelante el escupitajo de fuego. Lo importante es cuan larga sea la llamarada que algunos llaman saludo del diablo. Ínfimo sustento lo sabe él, cara pintada, jefe sioux arrojando lo que arde adentro suyo. Después, sólo su rostro encendido ante la fría moneda que unos pocos ponen en su mano desde los autos que ya arrancan hacia el olvido.

César Seco

“desde su condición de epiléptico, hace de su obra una indagación valiosa, pero ello es posible, obviamente, porque la resolución formal de este patbos se articula en un lenguaje, en una verba, especialmente directa, pero no exenta de lirismo” Rafael Arráiz Lucca. El coro de las voces solitarias. Una historia de la poesía venezolana. Grupo Editorial Eclepsidra (2003). p. 344 – 345

“los poetas salieron de su torre de marfil a caminar y escribir entre las balas, la falsía y la opresión.” (César Seco)


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.