El Llano es una Palabra Edición y Cuidado a Cargo de : Daciel Pérez y Miguel Pérez http://lapoesiaylosdias.blogspot.com
Callejón Paseo mis huesos por 1992:
ALBERTO HERNÁNDEZ Las palabras niegan la mortalidad
Unos poetas escriben y se beben el destino del mundo. Un borracho advierte la próxima tragedia. Un soldado orina en un florero. La patria bosteza en el Callejón de la Puñalada. Un poco más adelante la miseria revienta en el cadáver de una metáfora. (de 70 poemas burgueses, 2014) Ojos de afuera tengo ojos para esta sombra sobre el alarido
se abate el acantilado
desde afuera una imagen que augura las orillas
ojos para ser tenidos como hendijas para mirar después de allá esa temible densidad (de Ojos de afuera, 1989) Pesadilla Vivimos sin sentir el país bajo nuestros pies, nuestras voces a diez pasos no se oyen. Ossip Mandelstam Ya de noche, cuando también es nocturno el desaliento, el odio saca sus bestias de paseo: Un mordisco letal De regreso al reposo desnudo, la pesadilla se anuda sobre el lecho. (de Los ejercicios de la ofensa, inédito)
En medio de la noche
a Josefina miro la lengua del perro apagado y resbalo en sombra reciente Octavio Armand
Ida aquellos pulmones de emprender la muerte
te metes en este poema sin permiso y rompes todos mis relámpagos los muerdes y la noche limita mis palabras:
el párpado quemado
viejos fantasmas hunden los ojos en un reloj perdido
quedarse quieto con la luna vacía
apareces viertes los labios en el agua que corre por tu manos la piel ya no es la nube el rayo insensato la metralla: (no quiero hablar de tumbas) surgen agobiados los animales prehistóricos (no quiero nombrar flores) los dibujos en cuevas y hombres de olvido perentorio
esa pupila seca
esos alientos de silbar la noche
gregoria en el charco fondeando (de Párpado de insolación, 1989)
este poema es la sombra de una muchacha bajo la lluvia aturdida por ríos invisibles que le caminan en el corazón en medio de la noche carcomido por los insectos penetro el aliento de alí babá en la arena: te metes en este poema el final es tu risa lenta como el tiempo suave como la grama que tienes en el pecho torre inclinada de pisa lámparas y ríos (de Última instancia, 1985)
“La ciudad –después de todo– es también el olvido” (Alberto Hernández)