1/2 Día del Domingo Nº 34

Page 1

R e v o l u c i ó n a D i a r i o R e v o l u c i ó n a D i a r i o

DOMINGO 30 DE MARZO DE 2014 / CIUDAD COJEDES

1/2 DÍA DEL DOMINGO 1 DOMINGO 03 DE AGOSTO DE 2014

BOLÍVAR: “TRAVESÍA DE COJEDES”(II) MIGUEL PÉREZ Balance de las tres versiones Coincidencias o los hechos ajustado a las fuentes Confrontadas las tres versiones de los historiadores mencionadas en el encartado del domingo 27 de julio de 2014 (33), igualmente después de revisar las fuentes por ellos utilizadas, podemos afirmar, sin mayores riesgos, acerca de la travesía del Libertador por la jurisdicción del actual estado Cojedes durante los años 1813 y 1814 que así se consumó:

Año 1813 21 de junio: Parte de Atanasio Girardot, comandante de vanguardia del ejército Libertador (Las mujeres toman un Cuartel en San Carlos: Una revolución ejecutada por mujeres, en que murieron algunas y hay como sesenta prisioneras en las cárceles, porque los isleños las atacaron y derrotaron después de haberse apoderado ellas de un Cuartel…). 22 de junio: Cuartel general de Trujillo. Proclama de Carache. 27 de julio: Procedente de Araure, entra a San Carlos. Circular dirigida a los Comandantes de armas de Araure, Ospino, Guanare y Bari-

½ DÍA DEL

DOMINGO

RAZÓN BELLEZA y REVOLUCIÓN

nas, con instrucciones para proseguir la campaña. 28 de julio: Permanece en San Carlos. Proclama dirigida a los españoles y canarios, que constituye una ratificación de la famosa proclama de guerra a muerte emitida 42 días antes en la ciudad de Trujillo. 29 de julio: Circular a los Justicias del partido capitular de San Carlos, con instrucciones para alistar hombres y levantar fondos a fin de proseguir la campaña. A medianoche de ese mismo día Bolívar se movió con sus tropas hacia el caserío Las Palmas. 31 de julio: Batalla de Taguanes. 6 de noviembre: Acampa en Tinaquillo o en Las Palmas. 7 de noviembre: Fija su Cuartel general en San Carlos. Dirige comunicación al Ilmo. Señor Arzobispo Coll y Prat, en representación del Gobierno, relativa al presbítero Francisco Javier García, por intermedio de Rafael D. Mérida. 8-9 de noviembre: Avanza con el ejército desde San Carlos hacia Barquisimeto. El General Urdane-

ta se le incorpora en el lugar del Gamelotal. 10 de noviembre: Es derrotado en Barquisimeto. 11 de noviembre: En Caramacate —tal vez llegó aquí el 10 por la noche, es opinión de Argenis Agüero—. Es muy probable que avanzara hasta San Carlos. Comunicación a José Félix Ribas, fechada en Caramacate, relativa al ataque contra Barquisimeto. 13 de noviembre: En San Carlos. 14 de noviembre: En San Carlos. Comunicación de Bolívar al General Santiago Mariño, sobre la situación de la campaña. 15 de noviembre: En San Carlos. 16 de noviembre: Cuartel general en San Carlos. Comunicación del Gobierno dirigida al Director general de Rentas, relativa a la provisión de diversos cargos, por intermedio de Antonio Muñoz Tébar. 17 de noviembre: Cuartel general en San Carlos. Comunicación del Gobierno al Director general de Rentas, relativa al nombramiento de los comisarios de los cuerpos militares, por intermedio de Antonio Muñoz Tébar. 18 de noviembre: Permanece en San Carlos. Comunicación de Bolívar al

General Mariño, relativa a las diferencias existentes entre la provincia de Cumaná y el gobierno de Margarita. Comunicación de Bolívar al gobernador de la Isla de Margarita, Juan Bautista Arismendi, relativa a la organización política de Venezuela. Comunicación de Bolívar al gobernador de la Isla de Margarita, Juan Bautista Arismendi, relativa a sus desavenencias con el General Mariño. 19 de noviembre: Comunicación del gobierno dirigida al arzobispo Coll y Prat, relativa a la rehabilitación del presbítero Narciso Falcón. 20 de noviembre: De San

34


2 1/2 DÍA DEL DOMINGO Carlos parte hacia Valencia. 28 de noviembre: Pasa por Tinaquillo. 29 de noviembre: De nuevo en San Carlos. 30 de noviembre: En San Carlos, hace preparativos para la próxima acción. Sale la vanguardia. 1º de diciembre: Bolívar pasa revista al resto del ejército reunido en San Carlos, que emprende la marcha de inmediato. Esa noche acampan en despoblado. 2 de diciembre: Cruzan el río Cojedes. El Cuartel General se sitúa en Caramacate. Los Valerosos Cazadores pernoctaron en el Altar, y el resto del ejército en el paso de Cojedes, Caramacate y Onoto. 3 de diciembre: Concentración del ejército patriótico en Agua Blanca, donde pernoctan sin novedad. 4 de diciembre: A la cinco de la tarde a un cuarto de legua de la Villa de Araure, acamparon frente al ejército español que ocupa las alturas detrás de la población. Nada ocurrió en la noche. 5 de diciembre: Batalla de Araure, ganada por el ejército republicano. Manuel Manrique estuvo al frente de la división Valerosos Cazadores. El Libertador reconoció su actuación en los términos que siguen: El mayor Manrique, que dejando sus soldados rendidos en el campo, se abrió paso por en medio de las filas enemigas con sólo sus oficiales Planas, Monagas, Canelón, Luque, Fernández, Buroz, y pocos más, cuyos nombres no tengo presentes, y cuyo ímpetu y arrojo publican Niquitao, Barquisimeto, Bárbula, las Trincheras y Araure (En Austria, t. II, 1960: 144). Tomás Montilla, a nombre del Ejército Libertador, apuntando hacia la actuación de los Cazadores, dijo: El Batallón entero quedó en el campo, y apenas se salvaron algunos oficiales (Sociedad Bolivariana de Venezuela, v. V; 1969: 320). El Comandante de caballería de San Carlos, Teodoro Figueredo, tuvo “la fortuna de ser herido en el campo” (Ibidem: 322). 7 de diciembre: Regresa a San Carlos. Dicta un Indulto para los americanos que habían servido en las filas realistas. 8 de diciembre: Parte hacia Valencia. Año 1814 El 8 de febrero: El Libertador hace mención de la masacre de 25 personas en Tinaquillo por parte de los realistas, en comunicación dirigida al arzobispo Narciso Coll y Prat, fechado en Valencia. 28 de mayo: Cuartel General de Tinaquillo. Parte de la campaña fechado en Tinaquillo: Primer Carabobo.

CIUDAD COJEDES / DOMINGO 30 DE MARZO DE 2014

La emblemática estatua ecuestre de “El Libertador” en San Carlos (Cojedes). Son ocho las estadías registradas de Bolívar por este estado. Aún se discute si fue en la Casa de Los Blancos, hoy Museo Casa La Blanquera, donde se planificaron las acciones para la victoria de la segunda Batalla de Carabobo / FOTO GLENYS PÉREZ 29 de mayo: Marcha de Tinaquillo a Valencia. Desacuerdos o los hechos sin fuentes de respaldo Las heroínas de Mapuey y la participación de las sancarleñas en la batalla de Los Colorados Recapitulemos y traigamos a colación la argumentación sostenida por los historiadores confrontados: José Carillo Moreno en la cita que hicimos (pp. 61-62) de su libro Bolívar, Maestro del pueblo (1971), afirma: 1.-Con los laureles de Carache, Niquetao y Los Horcones llega a San Carlos y se hospeda en la casa conocida desde entonces como “El Cuartel” frente a la Plaza Mayor. 2.-En ésta… hace un nuevo llamamiento a los españoles y canarios para que abracen la causa de la Independencia y rinde emocionado homenaje a las valientes mujeres sancarleñas que en la batalla de San José de Mapuey salieron a combatir por la libertad… Por su parte, Pedreáñez Trejo, en su Historia de Cojedes (1982), sostiene en lo relativo a la acción de las mujeres, a San Carlos como escenario: En Trujillo, Bolívar había reconocido la valerosa resistencia de las mujeres de San Carlos que se opusieron a los desmanes de las hordas de Monteverde cuando éste entró a la ciudad el 25 de abril de 1812, y también a las masas de pardos que antes habían saqueado y quemado las mejores casas de la vi-

Ambos autores

tienen de base a la

Proclama de Carache,

pero van más mas allá de lo reseñado por El Libertador en ésta, sin indicar el empleo de otras fuentes (Batalla de las mujeres en San José de Mapuey o en Los Colorados, etc.) en sus “agregados...” lla, a los gritos de “¡Viva el Rey!” (p. 121). Posteriormente, en su obra, Contexto de la acción del Libertador en la ciudad de San Carlos de Austria y en su jurisdicción (1983), con un año de publicación de por medio con el anterior, acerca del mismo hecho señala otro escenario, aunque con reservas: Desde Trujillo la ciudad de San Carlos bulle, aflora a su pensamiento: allá comenta, quizás con fines propagandísticos, la conseja de las mujeres heroicas que —no sabemos si en Los Colorados— combatieron contra

Hoy en portada: Bolívar en Taguanes de Richard Oviedo (Mixta sobre papel, 20 cm x 28 cm). Dirección: Miguel Pérez / Coordinación Editorial: Daciel Pérez/ Diseño y Diagramación: Luis Daboe Correo electrónico: mediodiadeldomingo@gmail.com /Facebook: Mediodía del Domingo/ Twitter: @Mdíadeldomingo

los realistas, en una acción no documentada lo suficientemente por la historia… (p. 36). Por otra parte, Pedreáñez Trejo, señala un inmueble que albergó al Libertador, en su tercera entrada a San Carlos en 1813: En vísperas de darse la Batalla de Araure… en la ciudad escribió un indulto, el 7 de diciembre, en la casa de D. Santiago Abdón de Herrera, en la cual estuvo albergado… (1982: 122). Tanto en el caso de Carrillo Moreno, como en el Pedreáñez Trejo, no se indican fuentes. Vamos hacia la precisión de los hechos. Ambos autores tienen de base a la Proclama de Carache, pero van más mas allá de lo reseñado por El Libertador en ésta, sin indicar el empleo de otras fuentes (Batalla de las mujeres en San José de Mapuey o en Los Colorados, etc.) en sus “agregados”, lo cual solo tiene valor de franco ejercicio imaginativo. De acuerdo a la lista de los hechos de armas presentados en Ruta Libertadora… (Agüero y otros) y a los señalados en Historia de Cojedes (1981), no se conoce de alguno librado en San José de Mapuey; al contrario de Los Colorados, donde se enfrentaron Domingo Monteverde y los coroneles Miguel Carabaño y Miguel Uztáriz, al mando de las tropas que defendían a San Carlos. Pedreáñez en la reseña que hace de esta batalla nada asoma en cuanto a la sola posibilidad de la participación de las sancarleñas en ésta (1982: 120-121). Agüero, documento por delante, presenta una reflexiva y ágil deducción: En la sabana de Los

Colorados, las fuerzas patrióticas atacaron a la realista, el 25 de abril de 1812, tal como lo afirma el jefe realista Domingo Monteverde en comunicación enviada a Ceballos, desde San Carlos, al día siguiente de la batalla: Ayer a las 3 de la tarde me atacó el enemigo en el campo que hay entre San José (Mapuey) y esta ciudad: los derroté completamente; les tomé 400 fusiles, 2 cañones, 4 banderas, 14 caxas de guerra y todas las municiones. Les hice 260 prisioneros y la batalla duró hasta las siete y media de la noche… En los informes rendidos de ambos bandos, después de la batalla, no señalan participación de las mujeres, ni de los indígenas que poblaban el pueblo de misión, hoy simplemente mentado San José de Mapuey (Las mujeres sancarleñas en la independencia: de las heroínas anónimas de 1813 a las mártires de 1814). Los hechos que si ocurrieron, son otros: La proclama de Carache alude al alzamiento de las mujeres sancarleñas contra los españoles, ocurrido —lo supone Argenis Agüero— un año después de la batalla de Los Colorados; ese hecho que alude Bolívar, en la ciudad del decreto de guerra a muerte y del abrazo con Morillo, le había sido comunicado el día anterior al de la proclama, mediante un oficio enviado por el coronel Atanasio Girardot, que venía comandando las tropas de vanguardia, luego de aprehender a un soldado de nombre Juan de Dios Quevedo, quien bajo fe de juramento informó de los hechos protagonizados por las sancarleñas y el destino que corrieron muy bien descrito por Bolívar en su Proclama: “han derramado su sangre: han hecho expirar a muchas de ellas, y las han cargado de cadenas, porque concibieron el sublime designio de liberar a su patria”. El parte de Girardot aparece entre las páginas 268 y 269 del tomo XIII de las memorias del General O´Leary y entre otros contiene lo siguiente: En el pueblo de Carache, á los veinte y un días de junio del año de mil ochocientos trece, tercero de nuestra independencia. Yo, el Comandante de la vanguardia, Atanasio Girardot, teniendo presente á un hombre que se me presentó diciéndome que venía prófugo de una prisión en que por patriota le tenían confinado en la ciudad de Carora, le recibí juramento que hizo por Dios y una señal de Cruz... Preguntado su nombre, estado, religión, lugar de nacimiento y vecindad, dijo: llamarse Juan de Dios Quevedo, estado soltero, su religión Católica Apostólica Romana, vecino de la ciudad de Trujillo y natural de Carache. Preguntado, por el estado político y noticias que corrían… dijo… que están muy desesperados por una orden que ha venido de España en que


R e v o l u c i ó n

a

D i a r i o

José Laurencio Sil-

va, militaba bajo las ór-

denes de Figueredo, Ro-

sales, Yanes, Rodríguez, Ribas, Páez, entre otros comandantes, entre 1814 y 1819. Y por su incomparable valor había alcanzado posición de primer orden al lado del Libertador que le encomendara tantas comisiones importantes, entre ellas, la de despejar, en las vísperas de la Batalla de Carabobo, el camino desde San Carlos a Tinaquillo” los pechan, con quitarle al que tiene cuatrocientos pesos, ciento para las viudas de España, como aumentándoles una cuarta parte de los entierros, bautismos, etc., para dicho objeto; que para estas razones hubo en San Carlos una revolución ejecutada por mujeres, en que murieron algunas y hay como sesenta prisioneras en las cárceles, porque los isleños las atacaron y derrotaron después de haberse apoderado ellas de un cuartel... (Ministerio de la defensa, t. XIII, 1981: 268). Por tanto, lo expresado por Carrillo Moreno y Pedreáñez Trejo, son insostenible a la luz de la promoción de elementos legitimantes: no indican fuentes documentales, ni cadena de informantes. Ni tiene punto de arranque en el imaginario popular, sino más bien producto de cierto interés político y de ciertos dirigentes improvisados que han querido capitalizar la lucha de la mujer en función de sus haberes partidistas personales, que lamentablemente han contado con el patrocinio de su estafa, con gobernantes igualmente irresponsables sin ningún sentido de consideración por la Historia y la memoria histórica de nuestros pueblos. En el documento que dio origen a la proclama no se menciona la palabra Batalla por ninguna parte y en ésta, tampoco. Fue simplemente otra ma-

DOMINGO 30 DE MARZO DE 2014 / CIUDAD COJEDES

sacre muy propia de los tiranos, de los opresores cuando ven amenazados sus intereses… En cuanto a los lugares de alojamiento del Libertador en San Carlos, las dudas parecieran disiparse en relación al inmueble donde actualmente funciona el Colegio Juan Pablo II; no así el de la casa de D. Santiago Abdón de Herrera, en la cual estuvo a finales de 1813 según indicó Pedreáñez… El año 1821: Las dos últimas estadas de Bolívar en Cojedes Su paso hacia a Carabobo Esta es una de las mejores estadas del Libertador estudiada: José Carrillo Moreno inserta en su libro Desde Cojedes hasta Carabobo (1971), “el itinerario del Libertador Simón Bolívar” en lo que hoy es el Estado Cojedes, durante la campaña de 1821 que culminó en la Batalla de Carabobo… tomado del trabajo titulado “Cronología Bolivariana” de Hilario Pisani Ricci (Separata del Boletín Histórico, editado por la fundación John Boulton. Nº 9. Caracas. Septiembre de 1965. p. 16). Como veremos, el año 21, Bolívar pisa dos veces suelo de Cojedes. De esta época nos interesa resaltar la Carta que le dirige a Santander, del 13 de junio. Ésta, más la proclama ratificatoria del Decreto de Guerra Muerte son los documentos más importantes escritos y concebidos en nuestro territorio. Bolívar entra de nuevo a San Carlos —escribe Pedreáñez—, después de transcurrir un lapso de cerca de ocho años —en realidad siete largos años, como sostiene Agüero—, el 2 de junio de 1821. Ahora, aunque es incansable en la atención y preparativos de la gran batalla [que piensa dar y se dio] en la sabana de Carabobo, va a tener un poco más de tiempo para conocer mejor, en dicha ciudad, el medio social, donde hay familias que, se ha dicho, estaban emparentadas con él, como los Blanco, propietarios de una casa muy sólida y suntuosa ubicada en la calle real, al occidente de la iglesia de San Juan… (Pedreáñez Trejo, 1983: 55-56). Podía Bolívar ahora, próximo a su clímax, disfrutar de holgados ratos de esparcimiento que le permitía eventualmente su constante singladura marcial. Sus amigos lo regalaban con serenatas y veladas típicas tocadas por los músicos de la tierra, entre los que se destacaban los “mariceleros y cuadrillas de diablitos” populares, el alfarero, músico y cantor de tonos, Cayetano Bolívar y el tocador de bandolas Pablo Torres, amigos del coronel Celedonio Sánchez, edecán de Páez; a ellos, ese sensible coronel —una vez concluida la guerra, y un tanto desagradado por los sucesos posteriores a la Independencia— les

1/2 DÍA DEL DOMINGO 3

regaló su uniforme despectivamente: “para que se disfrazaran el día de los locos” (p. 56). Cuando, en 1821, torna Bolívar a San Carlos, entre sus huestes andan Manrique, con el grado de general, y José Laurencio Silva con el de teniente-coronel, luego, después de la Batalla de Carabobo, ascendido a coronel. José Laurencio Silva, militaba bajo las órdenes de Figueredo, Rosales, Yanes, Rodríguez, Ribas, Páez, entre otros comandantes, entre 1814 y 1819. Y por su incomparable valor había alcanzado posición de primer orden al lado del Libertador que le encomendara tantas comisiones importantes, entre ellas, la de despejar, en las vísperas de la Batalla de Carabobo, el camino desde San Carlos a Tinaquillo (pp. 57-58). …Trae el mismo impulso terrible —continúa Pedreáñez—, la inagotable fuerza espiritual y la fe inquebrantable en el destino de su Patria hecha para la libertad. Viene como arreando sus tropas a la prolífica dehesa que siempre le ha parecido para sus campañas todo el departamento de San Carlos. Esta ciudad ha servido como baluarte, no sólo a su ejército, sino que también ha favorecido los designios fatales de sus contrarios (p. 58). Toma posición de San Carlos a las cuatro de la tarde del 2 de junio y aquí permanece hasta el 19 de este mes. Pormenores de su estadía están señalados en el itinerario citado. Bástanos la descripción ofrecida por Francisco González Guinán de los movimientos de San Carlos a Carabobo: Los realistas abandonan poco a poco sus posiciones del Sur, y las tro-

pas republicanas van avanzando; ocupan a Guanare, después a San Carlos; en tanto que las tropas españolas regidas por Latorre, se concentran en las cercanías de Valencia… (t. I, 1954: 56). Este jefe realista resolvió hacer de la sabana de Carabobo, punto equidistante entre Tinaquillo y Valencia, una ciudadela, donde concentró sus infanterías, caballerías y artillería. El Libertador, que se había multiplicado en sabias disposiciones militares, marchaba en busca del adversario. Después de angustiosa espera y de repetidas órdenes, llegan a San Carlos las infanterías que había aglomerado en Apure, mandadas por Páez, quien trae, además, una numerosa caballería. Reorganizado allí el ejército republicano, avanza hacia el Tinaco, después a Tinaquillo, donde el Libertador pasa revista a sus 6.500 soldados. Al amanecer del 24 de junio, día domingo, la vanguardia se apodera del punto llamado Buenavista. Ejecútanse por los tres Jefes divisionarios Páez, Cedeño, Plaza, los movimientos por el Libertador ordenados; comienza la lucha de un modo terrible a las 11 de la mañana, y dos horas después estaba ganada por el Ejército colombiano la gran batalla de Carabobo, que aseguró la existencia de la nueva República (t. I, 1954: 58). En su documentado recuento, Argenis Agüero, revisa y corrigen algunas imprecisiones, de aquellos días de marcha de Bolívar hacía Carabobo: Transcurrieron siete largos años para que el Libertador volviera a posar sus pies en suelo cojedeño. El 02 de junio de 1821 nuevamente Bolívar llegó a San Carlos en el desarrollo de la campaña de ese año. En esta

ciudad permaneció hasta el día 20, cuando en horas de la madrugada salió, vía Tinaco, en busca del ejército realista que se encontraba en tierras carabobeñas, pernoctando en Tinaco el día 20, en Las Palmas el 21 y en Tinaquillo el 22 y 23, pasando revista a sus tropas en Taguanes la mañana del 23 de junio. El furor patriótico cojedeño se ha autosembrado la idea de que en su estadía en San Carlos el Libertador planificó la batalla de Carabobo, lo cual no es completamente cierto, aunque sí es cierto que se dedicó a estudiar y planificar la estrategia militar conjunta para enfrentar a los realistas y llegar a Caracas a tomar el poder. Y digo que Bolívar no planificó en San Carlos la batalla de Carabobo, porque no fue sino hasta el día 18 cuando tuvo una mayor certeza de que los realistas se hallaban en la sabana de Carabobo, con la duda aún de si podían estar en las afueras de Valencia o en el campo de Carabobo [cuatro documentos nos alojan en la duda5]. En tal sentido, mal podía planificar una batalla en específico estando a más de setenta kilómetros de distancia (sin contar con la visualización satelital o aérea moderna), y desconociendo por tanto la disposición y número exacto de las tropas realistas, lo cual es esencial para poder disponer el movimiento respectivo: Ataque de infantería por tal o cual f lanco, caballería, artillería, etc. Por tal razón no cabe duda que fue en el propio cerro de Buena Vista, una vez que con su catalejo pudo apreciar la ubicación y número de tropas enemigas, donde Bolívar planificó quién y por dónde debía atacar con cada uno de sus componentes y/o divisiones a la contraparte realista que les esperaba en posición de batalla, es decir, plani-

Casa de los Figueredo, hoy sede de la Sociedad Bolivariana y de la biblioteca “Rosa de Lerzundy”. Siendo Fernando Figueredo un importante Comandante de Caballería del Ejército Patriota, no es descabellado pensar que aquí también estuvo Bolívar. /FOTO MANUEL ABRIZO


4 1/2 DÍA DEL DOMINGO ficó la batalla. Dice Carrillo Moreno, antes de la batalla —bajo el cielo de Cojedes… desde la vieja historiada población de San Carlos de Austria, desde su Cuartel General de la Casa Blanquera, en el momento en que hacía las necesarias concentraciones de tropa para enfrentar el segundo Carabobo— Bolívar concibe y remite al Vice-Presidente Santander la carta de fecha 13 de junio de 1821 que retrata a sus furibundos enemigos de 1830, en cabal estatura: Por aquí se sabe poco del congreso y de Cúcuta. [ ] Por fin, por fin, han de hacer tantos los letrados, que se proscriban de la república de Colombia, como hizo Platón con los poetas en la suya. Esos señores piensan que la voluntad del pueblo es la opinión de ellos. [ ] Piensan esos caballeros que Colombia está cubierta de lanudos, arropados en las chimeneas de Bogotá, Tunja y Pamplona. No han echado sus miradas sobre los caribes del Orinoco, sobre los pastores del Apure, sobre los marineros de Maracaibo, sobre los bogas del Magdalena, sobre los bandidos de Paita, sobre los indómitos pastosos, sobre los guajiros de Casanare y sobre todas las hordas salvajes de África y de América que, como gamos, recorren las soledades de Colombia. ¿No le parece a Ud., mi querido Santander, que esos legisladores más ignorantes que malos, y más presuntuosos que ambiciosos, nos van a conducir a la anarquía, y después a la tiranía, y siempre a la ruina? Yo lo creo así, y estoy cierto de ello. De suerte, que si no son los llaneros los que completan nuestro exterminio, serán los suaves filósofos de la legitimada Colombia. Los que se creen Licurgos, Numas, Franklines, y Camilos Torres y Roscios, y Uztáris y Robiras, y otros númenes que el cielo envió a la tierra para que aclarasen su marcha hacia la eternidad, no para darles repúblicas como las griegas, romana y americana, sino para amontonar escombros de fábricas monstruosas y para edificar sobre una base gótica un edificio griego al borde de un cráter (En Salcedo-Bastardo, 1972: 276). ¿Qué tienen que ver estos “letrados” con quienes hoy se identifican a través de una conducta antipatriótica y antinacional? ¿Estarán hechos de la misma fibra ideológica y acaso estén también animados de los mismos intereses de clase o de parcelas sociales heredadas de aquel tiempo? Un fragmento de esta misma carta: Lo considero muy ocupado, tanto en levantar el ejército de reserva, como en aplacar los clamores del congreso contra los militares… Esos señores piensan que la voluntad del pueblo es la opinión de ellos, sin saber que

en Colombia el pueblo está en el ejército, porque realmente está, y porque ha conquistado este pueblo de manos de los tiranos; porque además es el pueblo que quiere, el pueblo que obra y el pueblo que puede…; Arranco de José Carrillo Moreno —gracias a sus ojos escrutadores y de su pasión bolivariana—, una reflexión calzada a su presente y —¿por qué no?— de nuestros días que, deberían mantener izada en su norte, quienes ejercen cargos de elección popular: Más que epístola, esta es una valiente denuncia del estado de crisis que produce el divorcio entre los representantes y sus representados, entre los diputados y el pueblo, entre los encargados de darle forma a la justicia y la justicia misma, los cuales amparados en sus inmunidades y en toda clase de argucias legalistas, se oponían a que Bolívar comenzara a hacer justicia por la parte más noble y sufrida del pueblo, que es la que ha ido a los campos de batalla a sacrificar su vida, su tranquilidad y su fortuna en aras de la libertad (Carrillo Moreno, 1973a: 32).

CIUDAD COJEDES / DOMINGO 30 DE MARZO DE 2014

éste [Bolívar] se había movido hacia Araure, cuya villa había abandonado Latorre para replegarse a San Carlos, punto que también abandonó cuando supo que Bolívar había ocupado a Araure, retirándose finalmente a Carabobo donde se proponía presentar batalla a las tropas republicanas. Sabiendo yo que el Libertador llevaba muy poca caballería, dejé la infantería al mando del coronel Miguel Antonio Vásquez, y con la caballería me adelanté hasta San Carlos donde alcancé el general en jefe. Incorporada la infantería y listos para marchar, se anunció al Libertador el arribo de un parlamento que le enviaba el general Latorre. Conducía dicho parlamento el coronel español Churruca, a quien Bolívar, invitándome para que le acompañase, salió a recibir en el pueblo de Tinaco, que dista cuatro leguas de San Carlos. El objeto aparente de la llegada de Churruca, era proponer un nuevo armisticio; pero el real y verdadero averiguar si aún no me

había reunido yo con Bolívar, para atacarle inmediatamente. Habiendo llegado Churruca a la hora de la comida, antes de ocuparse del asunto que le había traído al campamento republicano, Bolívar le invitó a su mesa; y como en ella el comisionado español preguntase por mí, Bolívar inmediatamente me presentó a él. Después de la comida pasaron a la conferencia, y Churruca dijo que el objeto de su comisión era proponerle de parte de Latorre un nuevo armisticio, durante el cual las tropas republicanas se retirarían a la margen derecha de la Portuguesa, cuyo río sería la línea divisoria de los dos ejércitos enemigos mientras durase la suspensión de hostilidades. Como semejante proposición equivalía a exigirnos que perdiésemos todo el terreno que habíamos ganado, no la admitió Bolívar, y Churruca se volvió al campamento de Latorre para comunicarle el resultado de la entrevista y la noticia de que ya había yo reunido mis fuerzas a las del Libertador (p. 184). Como ya he dicho, después de su ex-

pulsión de San Carlos y desde principios de junio, había el enemigo concentrado sus fuerzas en Carabobo, y desde allí destacaba sus avanzadas en descubierta hasta el Tinaquillo. Envióse contra ellas al teniente coronel José Laurencio Silva, quien logró hacerlas prisioneras después de un encuentro en que murió el comandante español. Entonces, el enemigo juzgó prudente retirar un destacamento que tenía en las alturas de Buenavista; y ocupado desde luego por el ejército patriota, desde allí observamos que el enemigo se estaba preparando para impedir el descenso a la llanura. Nosotros continuamos nuestra marcha… (p. 185). Dejando el general español los dos regimientos, antes citados, a la boca del desfiladero, salió a disputarnos con el resto del ejército el descenso al valle, para lo cual ocupó una pequeña eminencia que se elevaba a poca distancia del punto por donde nos proponíamos entrar en el llano, que era la Pica de la Mona, conducidos por un práctico que Bolívar había tomado en Tinaquillo… (p. 186).

De cómo Páez se incorpora al cuartel general de Bolívar en San Carlos El viaje a Tinaco, la misión de José Laurencio Silva a las afueras de Tinaquillo y el baquiano de la Pica de la mona …Yo recibí orden de Bolívar de marchar con el ejército de mi mando a reunirme a su cuartel general en Guanare. El 10 de mayo salí de Achaguas con mil infantes, mil quinientos jinetes, dos mil caballos de reserva y cuatro mil novillos, y crucé el Apure por el paso Enriquero (Páez, t. I, 1973: 183). En el pueblo de Tucupido supe que

Como semejan-

te proposición equivalía a exigirnos que perdiésemos todo el terreno que habíamos ganado, no la admitió Bolívar, y Churruca se volvió al campamento de Latorre para comunicarle el resultado de la entrevista y la noticia de que ya había yo reunido mis fuerzas a las del Libertador”

Sería en los llanos venezolanos donde se librarían importantes batallas durante la gesta independentista. Los llaneros de Páez, en 1821, aportarían, además de una importante caballería, un valor curtido en probadas contiendas contra el Mariscal español Pablo Morillo / LITOGRAFÍA DE H. H. DOTY


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.