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DOMINGO 30 DE MARZO DE 2014 / CIUDAD COJEDES

1/2 DÍA DEL DOMINGO 1 DOMINGO 20 DE JULIO DE 2014

POR LOS 200 AÑOS DE TAGUANES

BOLÍVAR: TRAVESÍA DE COJEDES (I) MIGUEL PÉREZ

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cho son las veces que por aquí hacia aquellos montes lejos pasó el Libertador, derrotado o vencedor, pero con el ánimo invariable puesto al servicio de independizar a las antiguas colonias españolas y su idea grandiosa pretender formar de todo el Nuevo Mundo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y

con el todo. Cuando decimos “aquí”, el lector debe ubicarse inmediatamente, en la porción del territorio venezolano, que hoy aludimos con la denominación Estado Cojedes. Con “monte lejos”, aludimos los destinos impuestos por los imperativos de la guerra de la independencia que a su debido tiempo iremos señalando. La primera vez que penetra los

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DOMINGO

RAZÓN BELLEZA y REVOLUCIÓN

linderos de Cojedes, viene de la Nueva Granada, el hijo de la infeliz Caracas, escapado prodigiosamente de en medio de sus ruinas físicas y políticas… y lo hace desde Portuguesa rumbo a Caracas… en el desarrollo de ese conjunto de acciones militares de 1813, que la Historia califica de admirable. La última vez que cruza este territorio, vencedor del segundo Carabobo, en 1821, entra por Tinaquillo “en su tránsito hacia la Nueva Granada”. El eje de su travesía predominante, avanzaba de Caramacate (poblado ubicado muy cerca al actual pueblo de Apartadero), a Tinaquillo, o al contrario, según destino trazado, con parada en San Carlos y Las Palmas. Siete veces entra a San Carlos en 1813 consumiendo poco más, o poco menos, de 15 días en esta ciudad. Cinco son los historiadores nacidos en Cojedes que han tratado de

recrear los pasos de Bolívar por este territorio: José Carrillo Moreno, entusiasta promotor de los valores de esta tierra y ferviente bolivariano, le dedica dos títulos: Huellas de Bolívar en tierras de Cojedes (1969) y Bolívar desde Cojedes hasta Carabobo (1971). Juvenal Hernández, discípulo y biógrafo del anterior, cronista de Tinaco, también dos: Bolívar, la independencia y Cojedes (1987) y Cojedes en la campaña de 1821 (1989). Héctor Pedreáñez Trejo, uno: Contexto de la acción del Libertador en la ciudad de San Carlos de Austria y en su jurisdicción (1983). Los incansables investigadores Argenis Agüero y Armando González Segovia, en coautoría con el cronista de Araure, Wilfredo Bolívar, le dedican: Ruta Libertadora / Campaña Admirable. Su paso por los estados Portuguesa, Lara y Cojedes, a solicitud de la Fundación para el Desarrollo de la Región

Centro Occidental (FUDECO), aún inédito. Agüero, por su parte, ha insistido en el tema: “Presencia de Bolívar en Cojedes”; “Bolívar no estuvo en La Blanquera” y “Las mujeres sancarleñas en la independencia: de las heroínas anónimas de 1813 a las mártires de 1814”, presentados como ponencias o publicados en los diarios de Cojedes. Para nuestros fines utilizamos copias en versión digital facilitadas por el autor. Encontramos en los ensayos de Agüero —como trofeos para nuestro delei-

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2 1/2 DÍA DEL DOMINGO te— resonancia de las informaciones más valiosas de los intentos anteriores; precisiones de algunos hechos y también algunas novedades de sumo interés que iremos señalando a lo largo de este ensayo. En Cojedes Bolívar no hace menos de lo que hizo en otras partes de lo que fue el escenario de sus acciones: Dicta proclamas, envía correspondencias a sus compañeros de brega, da órdenes a sus subalternos, comanda uno de los hechos de armas más importantes “de los diecinueve que se dieron en el Estado Cojedes en el lapso de 1812 a 1821”. (Agüero y otros): La Batalla de Taguanes, “combate sobresaliente” —en el entender de Guillermo Morón— de la Campaña Admirable; “planifica” (?) la Batalla de Araure y pasa revista a los 6.500 soldados en Tinaquillo que marcharán hacia Carabobo en 1821, una vez de ultimar los detalles… Digamos, que no planifica propiamente, sino que desde Cojedes parte hacia dos acciones militares memorables: Araure y Carabobo que las circunstancias así determinaron. De los documentos que bajo este cielo concibe, dos son los más importantes como veremos. Pedreáñez sostiene: la primera vez que Bolívar pisa el territorio de Cojedes ocurrió el 26 de julio de 1813 [lo afirma con reserva: “ignoramos si alguna vez antes había estado” (1983: 35)]. Estas son sus cuentas: durante este año, pasa cuatro días de julio y un mes, entre noviembre y diciembre en San Carlos. “Después de transcurrir un lapso de cerca de ocho años, el 2 de junio de 1821, Bolívar entra de nuevo a San Carlos” (p. 55). Aquí permanece hasta el 20 de este mes. Luego “de la batalla de Carabobo, Bolívar, por última vez, vuelve a pasar por el territorio del departamento de San Carlos: es el mes de agosto… No sabemos cuántos días pasó”. (Pedreáñez Trejo, 1983: 62). Agüero presenta su balance así: a las travesías de julio, noviembre y diciembre de 1813, y de junio y agosto de 1821, agrega otra: “llegó y pernoctó en Tinaquillo el 28 de mayo de 1814, después de la primera batalla de Carabobo, retornando el día 29 a Valencia”. Así tenemos según este autor que: en paso de Guanare a Taguanes, Bolívar se detiene en San Carlos el 27, 28 y 29 de julio; en dirección, de Valencia a Barquisimeto, el 7 y el 8 de noviembre; en dirección contraria, marcha de Barquisimeto a Valencia, del 13 al 20, de este mismo mes. Y del 30 de noviembre al 2 diciembre, en ruta de Valencia a Araure, cerrando de esta manera el año 1813. Ocho años después, atraviesa de nuevo el territorio, de

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vertencia contra aquellos que han elegido el bando realista: Elegid, compatriotas, o venir a disfrutar de la libertad bajo el Gobierno independiente, o expirar de miseria en los bosques o víctimas de una justa persecución (p. 36).

Durante el 2004 se ventiló por los diarios Las Noticias de Cojedes y La Opinión, una discusión entre los pro y los contra de la presencia de Bolívar en la Casa La Blanquera, protagonizada por el antropólogo Argenis Agüero y los cronistas José Antonio Borjas, Juvenal Hernández y otros . El arquitecto italiano Graziano Gasparini dirigió la reconstrucción “parcial” de esta casona (1960-1961), que ahora sirve como museo. FOTO CORTESÍA esta forma: de Guanare a Carabobo, permanece en San Carlos, desde el 2 hasta el 20 de junio y posteriormente, en dirección de Valencia a Colombia, el 10 y el 11, además de su estada en Tinaquillo el año 14, como ya indicamos. El año 1813: Las siete primeras permanencias en San Carlos en los pareceres de Héctor Pedreáñez Trejo, José Carrillo Moreno y Argenis Agüero DE LA VERSIÓN DE PEDREÁÑEZ El poeta, novelista y ensayista por excelencia, Pedreáñez Trejo, autor de Historia de Cojedes (1982), Individuo de Número de la Academia de la Lengua, en sus ya mencionados títulos: Historia de Cojedes (1982) y Contexto de la acción del Libertador en la ciudad de San Carlos de Austria y en su jurisdicción (1983), refiere “su paso por este territorio” de la manera siguiente: “Bolívar entra a San Carlos el 26 de julio de 1813. Ignoramos si alguna vez antes había estado en esta villa”. Viene de Trujillo, “después de sus brillantes campañas en la Nueva Granada”, donde acumuló méritos que le valieron para obtener el apoyo de esa región” en su empresa de libertar a Venezuela; entre tantas realizaciones publicó en Cartagena un “Manifiesto” en que “analizó críticamente las causas de la pérdida de la Primera Repú-

Entrega Bolívar

una segunda proclama fechada en San Carlos el 7 de diciembre, dirigida a los americanos, intitulada “Indulto”, consecuente y ampliadora, como la anterior del Decreto de Guerra a Muerte, tan mal ventilado por los apologistas de sus defectos” blica y planteaba la necesidad de recuperar la libertad de esta provincia para bien de la causa americana” (Pedreáñez, 1982: 121). Aquí en Trujillo, “define de una vez y para siempre la lucha como el enfrentamiento de dos bandos irreconciliables: de un lado los españoles y canarios que pugnan por revertir los designios insurgentes, del otro los americanos, culpables o inocentes, que tendrán garantía de la vida por el solo hecho de ser nativos de este continente”; disposiciones del Decreto de “Guerra a Muerte”, emitido el 15 de junio de

Hoy en portada: Bolívar en Taguanes. Richard Oviedo (Mixta sobre papel, 20,5 cm x 26 cm). Dirección: Miguel Pérez / Coordinación Editorial: Daciel Pérez/ Diseño y Diagramación: Luis Daboe Correo electrónico: mediodiadeldomingo@gmail.com /Facebook: Mediodía del Domingo/ Twitter: @Mdíadeldomingo

1813 en aquella ciudad, y confirmado ahora en San Carlos, el 28 de julio, del mismo año: Por última vez, españoles y canarios, oíd la voz de la justicia y de la clemencia. Si preferís nuestra causa a la de los tiranos, seréis perdonados, y disfrutaréis de vuestros bienes, vida y honor; y si persistís en ser nuestros enemigos, alexaos de nuestro pays, o preparaos a morir (1983: 35). “Desde Trujillo —imagina Pedreáñez—, la ciudad de San Carlos bulle, aflora a su pensamiento: allá comenta, quizás con fines propagandísticos, la conseja de las mujeres heroicas que —no sabemos si en Los Colorados1 [veremos más adelante que jamás se dio en este sitio una acción así]— combatieron contra los realistas, en una acción no documentada lo suficientemente por la historia. Y desde allá, también, viene pensando en la concentración de fuerzas en algún punto que al fin se define como San Carlos para enfrentarse al poderío hispano-realista” (p. 36). Entrega Bolívar una segunda proclama fechada en San Carlos el 7 de diciembre, dirigida a los americanos, intitulada “Indulto”, consecuente y ampliadora, del Decreto de Guerra a Muerte, y como éste tan mal ventilado por los que sólo se detienen en resaltar sus errores o defectos. En estas dos proclamas, Bolívar reitera el anhelo de ver unidos en una sola nación a todos los americanos e incluso a los españoles que prefieran “nuestra causa a la de los tiranos”. Sin embargo, en la segunda “varía la consideración lene de la culpabilidad de los americanos” por una ad-

Bolívar tiene conocimiento del patriotismo de muchos sancarleños, particularmente de don Santiago Abdón de Herrera y Gil, a quien escribe desde Guanare enviándole algunas proclamas, hoy desconocidas, para su distribución en la ciudad y de ser posible en Caracas. Tiene ojos y voces subrepticias para conocer la situación en la jurisdicción de San Carlos, y actúa acorde con ellos: ordena a Urdaneta y a Girardot y a Ribas que marchen a la concentración en San Carlos, y aquí confluye todo el ejército. (p. 40). Pasa en aquella villa, recientemente elevada a ciudad, cuatro días de actividad plena. Recibe las manifestaciones de sus ardorosos patriotas, los atiende y los estimula en sus nacientes ideales: a todos cautiva su presencia. Hombres laboriosos del pueblo… Ganaderos y funcionarios del Ayuntamiento, sacerdotes, comerciantes y hombres comunes y corrientes de posición indefinida que andaban en pos de su destino. De allí, el 30, al tener noticias de que Izquierdo se hallaba en Tinaquillo, sale en su busca (p. 41)2. Bolívar estuvo, de nuevo, en ese mismo año, en San Carlos, en vísperas de darse la Batalla de Araure. En la ciudad escribió un indulto, el 7 de diciembre, en la casa de D. Santiago Abdón de Herrera, en la cual estuvo albergado… (Pedreáñez Trejo, 1982: 122). En el último trimestre de 1813, San Carlos y los demás pueblos de su jurisdicción, excepto los de la región del sur; Pao, El Baúl y Lagunitas, están en poder de los patriotas… Bolívar pretendía eliminar la amenaza de Ceballos, realista que venía desde Coro a Barquisimeto, y la de Yánez que ya se había recuperado de pasadas derrotas, y ocupaba a Barinas. En octubre, los patriotas habían sido derrotados en Yaritagua; allí muere el teniente coronel José Abad Castillo, pardo de San Carlos. Bolívar viene a San Carlos y de aquí marcha a Barquisimeto, en cuyas cercanías sufre la derrota de Cerritos Blancos (noviembre), que lo obliga a volver a San Carlos, por la vía de El Altar a Camoruco. Su intención es movilizar el campo volante de esa ciudad llanera; luego sigue a Valencia para reunir más tropas… El 27 de noviembre, El Libertador reúne en San Carlos unos 3.000 soldados que subdivide en cuatro cuerpos principales: uno de ellos, a la vanguardia, el batallón


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Tres ciudades ve-

nezolanas deberán ser

nombradas con elogio-

sas frases durante esta gloriosa marcha de Bolívar calificada por la historia de Campaña Admirable: Mérida, Trujillo y San Carlos. En Mérida lo aclaman por primera vez como Libertador. En Trujillo lanza su famoso reto a sus encarnizados enemigos y en San Carlos ratifica ese reto y sale para Taguanes a derrotar a las tropas del Coronel Julián Izquierdo” Valerosos Cazadores, al mando del joven Teniente Coronel Manuel Manrique, …de los héroes más sobresalientes de la guerra de Independencia… La batalla se daría en Araure, el 5 de diciembre, con éxito rotundo para los patriotas… El material de guerra tomado a los enemigos fue llevado a San Carlos, escoltado por algunos piquetes de caballería. Esta ciudad se constituyó, luego, en centro de las operaciones de los patriotas en Occidente (Pedreáñez Trejo, 1982: 123). LA VERSIÓN DE CARRILLO MORENO Anterior a estas páginas de Pedreáñez Trejo; el autor de seis títulos acerca de Bolívar, Individuo de Número de la Academia de la Historia, quien en una oportunidad se definió así mismo, un repetidor más o menos apresurado de lo que… insignes autores… han dicho acerca del Libertador —a quien acredita Pastor de profecías (1967) y Maestro del pueblo (1971), en dos intentos biográficos con los que estuvo inconforme, aún cuando el segundo resultó laureado por la Sociedad Bolivariana de Venezuela—, en dos párrafos controversiales (Carrillo Moreno), aborda la primera estadía del Caraqueño en San Carlos en 1813: Con los laureles de Carache, Niquetao y Los Horcones llega a San Carlos y se hospeda en la casa conocida desde entonces como “El Cuartel” frente a la Plaza Mayor. Al otro lado, su ejército

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duerme bajo el sagrado techo de la Iglesia de la Concepción. En esta ciudad de sus grandes inspiraciones ratifica su proclama de Guerra a Muerte, hace un nuevo llamamiento a los españoles y canarios para que abracen la causa de la Independencia y rinde emocionado homenaje a las valientes mujeres sancarleñas que en la batalla de San José de Mapuey salieron a combatir por la libertad, con estas palabras llenas de admiración y fervor: “Vencedores de Carache, sabed que el pueblo que venís a rescatar es tan digno de vuestros heroicos sacrificios que todo él está lidiando por la libertad, o padeciendo por ella. Hasta el bello sexo, las delicias del género humano, nuestras amazonas, han luchado contra los tiranos de San Carlos, con un valor divino aunque sin suceso. Los monstruos y tigres de la España han colmado la medida de la cobardía de su nación, han dirigido las infames armas contra los cándidos y femeninos pechos de nuestras beldades; han derramado su sangre, han hecho expirar a muchas de ellas y las han cargado de cadenas, porque concibieron el sublime designio de libertar a su adorada patria!... Tres ciudades venezolanas deberán ser nombradas con elogiosas frases durante esta gloriosa marcha de Bolívar calificada por la historia de Campaña Admirable: Mérida, Trujillo y San Carlos. En Mérida lo aclaman por primera vez como Libertador. En Trujillo lanza su famoso reto a sus encarnizados enemigos y en San Carlos ratifica ese reto y sale para Taguanes a derrotar a las tropas del Coronel Julián Izquierdo que le impedían el avance hacia el centro, a poner sitio a Puerto Cabello donde estaba Monteverde con el grueso de sus tropas, a despejar el camino de su amada Caracas a donde entra el 7 de agosto en medio de los vítores y aclamaciones de sus compatriotas (1971: 61-62).

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eles”, por su parte, rinde un examen mucho más completo y menos imaginario, que los dos anteriores de esta primera estadía de Bolívar en suelo de Cojedes: La primera vez que Bolívar pisó suelo cojedeño lo hizo el día 27 de julio del año 1813 cuando, procedente de Araure, en el desarrollo de la Campaña Admirable, entró a la ciudad de San Carlos. Ese mismo día emitió una circular dirigida a los Comandantes de armas de Araure, Ospino, Guanare y Barinas, con instrucciones para proseguir la guerra. Al día siguiente emitió una proclama dirigida a los españoles y canarios, que constituye una ratificación de la famosa proclama de guerra a muerte emitida 42 días antes en la ciudad de Trujillo, y el 29 de julio emitió una circular a los Justicias Mayores de los pueblos de la jurisdicción de San Carlos dando instrucciones para alistar tropas y obtener fondos para continuar la campaña. A medianoche de ese mismo día Bolívar se movió con sus tropas hacia el caserío Las Palmas (ubicado en el actual municipio Lima Blanco, cerca al poblado La Aguadita) y allí pasó el día 30, saliendo el 31 en la mañana hacia Tinaquillo, donde tuvo lugar, el mismo día, la batalla de Taguanes (Presencia de Bolívar en Cojedes). Esta es una argumentación estrictamente ajustada a los documentos, y por tanto, de mayor rigurosidad, sujeta a comprobación si confrontamos las fuentes señaladas por Agüero. Transcurridos poco más de tres meses, Bolívar vuelve a Cojedes. No sabemos con exactitud el día de su llegada a San Carlos: debió cruzar las fronteras de Tinaquillo el 6 de noviembre de 1813: el 5 está fijado su Cuartel general en Valencia y el 7 en San Carlos, luego, se dedu-

ce, teniendo presente que la distancia entre ambas ciudades generalmente, consumía “dos jornadas a caballo”, con parada en Tinaquillo o Las Palmas. En ambas ciudades, le envía al Ilmo. Señor Arzobispo Coll y Prat, a nombre del Gobierno, dos comunicaciones, fechadas los días respectivos. Probablemente el mismo 7 o acaso en la siguiente madrugada, salió hacia Barquisimeto, donde libró el 10 de noviembre la Batalla de Tierritas Blancas, de resultados desfavorables para los patriotas. El 11 se encuentra en Caramacate —tal vez llegó aquí el 10 por la noche—, desde donde le envía oficio a José Félix Ribas relativo al ataque contra Barquisimeto: Ayer 10 del corriente fue atacado Barquisimeto por nuestras tropas. El fuego se empeñó en buen orden: nuestra caballería derrotó a la enemiga, y al momento cuasi de vencer huyó en desorden nuestra infantería, sin que bastase nada a contenerla. Este desgraciado suceso me ha obligado a replegar a este punto (Caramacate) con las reliquias de la división a tomar cuantas providencias sean necesarias para la salvación de la patria que se encuentra en el riesgo más inminente. Así, pues, prevengo a V.S. que sin pérdida de tiempo, y ni aun la de momentos, haga venir a San Carlos a marchas forzadas cuanta tropa se pueda de La Guaira, Caracas y Valles de Aragua (Sociedad Bolivariana de Venezuela, v. V, 1969: 280). Bolívar posiblemente el mismo 11 de noviembre llega a San Carlos, ya que desde Caramacate (poblado que se hallaba muy cerca al actual pueblo de Apartadero, Municipio Anzoátegui), a aquella ciudad, el trayecto lo cubría una jornada a caballo.

En San Carlos permanecerá el Libertador por espacio de diez días aproximadamente, según se deduce de las comunicaciones emitidas y firmadas en esta ciudad. Desde aquí salieron siete oficios dirigidos a varias personalidades, tres de ellos con la firma de Antonio Muñoz Tébar, y cuatro firmados por Bolívar. De éstos, dos están dirigidos al General Santiago Mariño y dos al Coronel Juan Bautista Arismendi, mientras que Tébar escribe dos al Director de rentas, con nombramientos ordenados por Bolívar, y uno al arzobispo Coll y Prat, mediante el cual restituye al presbítero Manuel Narciso Falcón en el Vicariato de San Carlos. Este es el último oficio firmado en esta ciudad y tiene fecha 19 de noviembre, razón que nos induce a suponer que Bolívar salió de aquí el 20 en la madrugada (como era su costumbre) para pernoctar en Las Palmas o en Tinaquillo y llegar a Valencia el día 21 en la noche, tal como lo confirma el oficio que le dirige a los comisionados del ejército de oriente firmado el 22 de noviembre en Valencia: Anoche llegué a esta ciudad de la de San Carlos con este objeto y el día de mañana regreso a ella. VSS. podrán en esta virtud resolver lo que crean conveniente: o venir hasta San Carlos, de donde VSS. bien consideran no me es posible apartarme, o aguardar que derrotados los enemigos (lo que se verificará dentro de 12 o 15 días en una nueva acción) pueda regresar a esta ciudad (Sociedad Bolivariana de Venezuela, v. V, 1969: 294). El 27 de noviembre, Bolívar desde Valencia, envió un nuevo oficio a los comisionados de Mariño, el General de Oriente: (...) he dado mis disposiciones para

Por lo momentos, de esta versión de Carrillo Moreno, dejamos subrayados: Con base a la Proclama de Carache, el historiador alude a las “valientes mujeres sancarleñas en la batalla de San José de Mapuey”. Igualmente, la referencia del lugar de alojamiento de Bolívar en San Carlos: edificio donde actualmente funciona el Colegio Juan Pablo II y que sirvió de sede desde finales del siglo XVIII al Ayuntamiento y luego, a la cárcel pública hasta bien entrado el siglo XX. “En la ocasión del centenario de la Campaña Admirable, el gobierno de Juan Vicente Gómez incrustó una placa de mármol en la pared de la fachada principal, alusiva al hecho de que allí en ese inmueble Bolívar fijó su Cuartel General en 1813”3. VERSIÓN DE AGÜERO El antropólogo Argenis Agüero, biógrafo de Fernando Figueredo y de “Luís Loreto Lima, Lanza Libre, el hombre de las cinco

En esta casa, denominada “Casa Consistorial” (actual sede del colegio Juan Pablo II en San Carlos), estuvo preso el temible Boves, quien se fugo con la ayuda de Celedonio Sanchez. FOTO DE ARGENIS AGÜERO


4 1/2 DÍA DEL DOMINGO que las tropas venidas de Caracas, sigan hasta la ciudad de San Carlos, donde unidas al ejército de occidente aumentado ya a tres mil hombres más que menos, atacaran a Ceballos y marcharan rápidamente sobre Coro, y la provincia de Barinas. Mañana paso a San Carlos a dirigir estas operaciones (Sociedad Bolivariana de Venezuela, v. V, 1969: 302). Este día entra a Tinaquillo y el 29 a San Carlos, puesto que el 30 de noviembre concentró la mayor parte de su ejército en esta ciudad con el objeto de planificar el ataque a los realistas en Portuguesa, al otro lado del río Cojedes. El boletín del ejército libertador Nº 25, firmado en La Aparición de la Corteza, el 5 de diciembre, por el Secretario de Guerra, coronel Tomás Montilla así lo sustenta: El General en Jefe ordenó la reunión de varios cuerpos, y la ciudad de San Carlos fue destinada para la asamblea. Reunidas nuestras fuerzas marchó el ejército el 30 del pasado y el 1º del corriente con dirección a Barquisimeto... (Sociedad Bolivariana de Venezuela, v. V, 1969: 319). …Si marcharon el 30 es porque las tropas estaban reunidas al menos desde el día anterior. Lo cierto es que Bolívar en ese momento diseñó la estrategia que culminó con la victoria en la batalla de Araure, el 5 de diciembre de 1813. Esta gigantesca concentración militar en San Carlos es reseñada por el historiador Gabriel Muñoz en los términos siguientes: Después de la acción de Vigirima situó Bolívar su Cuartel General en San Carlos donde fueron concentrándose, la división Barlovento con que el valeroso Campo Elías derrotara a Boves en El Mosquitero; las tropas vencedoras en el reciente combate de Vigirima; las que había traído de Barinas don Manuel Pulido, al retirarse sobre San Carlos; el segundo escuadrón de Agricultores de Caracas, mandado por Coto Paúl; el cuerpo llamado de Escolares, compuesto de estudiantes de la Universidad y Seminario de Caracas, y finalmente, los restos del desastre de Barquisimeto, salvados y reunidos allí por el general Urdaneta. Bolívar pasó revista a su ejército el 1º de diciembre: contaba por todo con 3.000 plazas repartidas así: 2.000 infantes y 1.000 caballos. Dividió la infantería en cuatro divisiones: la primera, la de los Valerosos Cazadores que confió al Mayor Manuel Manrique; la segunda bajo el mando del Coronel Florencio Palacios; la tercera, constituida por los vencedores de Vigirima, a las órdenes del Coronel Manuel Villapol, y la cuarta, la de Barlovento a las órdenes del Coronel Vicente Campo Elías. La caballería quedó bajo la inmediata dirección del Coronel Pedro Briceño Pumar y el escuadrón de Soberbios Dragones que mandaba el Teniente Coronel Luis María Rivas Dávila como guardia de

honor del Libertador. El General Rafael Urdaneta en su carácter de Jefe de Estado Mayor General tenía el segundo mando del ejército (Muñoz, t. II, 1987: 230-231). El 7 de diciembre avanza de nuevo hasta San Carlos… en esta ciudad emite una proclama de indulto para los americanos que habiendo estado en filas realistas se presentaran a servir en las filas patriotas. De aquí debió partir el día 8, puesto que su oficio siguiente tiene fecha del 10 de diciembre en Valencia, suponiendo entonces que, salió de Tinaquillo el día 9 de diciembre. Después de esta fecha Bolívar no volverá a San Carlos hasta junio del año 1821, pero sí vendrá a Tinaquillo en mayo de 1814. El 8 de febrero de este mismo año, el Libertador menciona una masacre de 25 personas en esta población, en carta de respuesta al arzobispo Coll y Prat que le pide clemencia para prisioneros realistas… Bolívar le responde en parte así: ¿Qué utilidad hemos sacado hasta ahora de conservar a sus prisioneros y aun de dar la libertad a una gran parte de ellos? Se ha conseguido que ayer en el Tinaquillo hayan entrado y asesinado veinticinco hombres que la guarnecían, sin perdonar uno solo; que Boves no haya dado todavía cuartel ni a uno de los prisioneros que nos ha hecho. Asómbrese más V. S. Illma., al saber que Boves sacrifica indistintamente hombres y mujeres (Sociedad Bolivariana de Venezuela, v. VI, 1969: 128).

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Urdaneta, Montilla, Jugo y ocho o diez más, pudieron abrirse paso dejando todo a retaguardia con el deseo de perseguir y alcanzar al General Cagigal; y en efecto, al bajar a la sabana de los Taguanes descubrieron un gran grupo de caballería que, huía al escape, y lo siguieron... pero nunca se consiguió alcanzarlo a pesar de haberlo perseguido hasta una legua más delante de Tinaquillo, ya en la noche. A este pueblo regresaron los que hacían la persecución y ya encontraron al Libertador con las tropas que había destinado por aquella parte contra los enemigos (...) En Tinaquillo fue donde el Libertador determinó que Urdaneta con la división Caracas fuese en persecución de Cagigal, mientras él con las restantes del ejército retrocedía a Valencia (Gabriel Muñoz citado por Agüero en Presencia de Bolívar en Cojedes). El Boletín del Ejército Libertador Nº 53, fechado en Tinaquillo, el 28 de mayo de 1814, revela el punto hasta donde se persiguió a los realistas, territorio adentro de Cojedes: “hemos seguido en su persecución hasta Las Palmas, siete leguas distante del campo de batalla” (Sociedad Bolivariana de Venezuela, v. VI, 1969: 309). En opinión de los patriotas, “el enemigo ha quedado exterminado [] Entre el campo de batalla y el

camino de las Hermanas, se hallan cerca de trescientos muertos, sin contar con el mayor número que hay de ellos en los bosques. “En la sola llanura de Carabobo, y sus inmediaciones, hemos tomado toda la artillería, quinientos fusiles, ocho banderas, entre las cuales la de Granada, sus cajas de guerra, innumerables cajones de pertrechos, todos sus papeles, cuatro mil caballos, infinitas monturas y frenos, sus víveres y ganados, y el inmenso botín que ha hecho la tropa en sus equipajes. Otros despojos del enemigo no han podido aún recogerse, y estamos ciertos de que existen en los bosques. “Nuestra pérdida es la de doce muertos, y cuarenta heridos… “Los Jefes y soldados de todas armas han llenado noblemente su deber, y ha sido tan general el valor y disciplina que han mostrado en este día glorioso para las armas de la República, que no se puede sin injusticia recomendar el mérito de ningún individuo en particular, pues el ejército entero se ha hecho benemérito de la Patria. “Por la quinta vez, se ha salvado la República; por la quinta vez, se han burlado las combinaciones de nuestros enemigos; y por la quinta vez, han desaparecido las bandas españolas que han amenazado con demencia, destruir la libertad

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de Venezuela. “Cuartel General de Tinaquillo, 28 de mayo de 1814” (Sociedad Bolivariana de Venezuela, v. VI, 1969: 309-310). Bolívar pasó esa noche en Tinaquillo y retornó el siguiente día a Valencia: El Libertador con un escuadrón fue a dormir en Tinaquillo a siete leguas del campo de batalla. Contando la vigilia de la víspera había permanecido casi constantemente treinta a cuarenta horas a caballos. Urdaneta fue tras los fugitivos hasta una legua más allá de Tinaquillo. Cajigal y Calzada siguieron del Tinaco a la Guadarrama, vía de Apure. Ceballos y Correa huyeron a Occidente (Lecuna, 55: 47). La razón de las tantas visitas de Bolívar a San Carlos en 1813 la recogen en casi toda su extensión, estas palabras de Tomás Montilla: “La plaza de San Carlos se halla fortificada y bien provista de toda especie de víveres y municiones, y el General Urdaneta deseoso de ver al enemigo. Por todas partes se presentan nuevos recursos, se hacen nuevos esfuerzos, y la República va a ser salvada para siempre” (Boletín del ejército libertador Nº 22, Vigirima, 23 de noviembre de 1813 en Sociedad Bolivariana de Venezuela, v. V, 1969: 296).

El 28 de mayo de 1814 Bolívar enfrenta a las fuerzas realistas: el primer Carabobo que denominan algunos historiadores. La victoria sonrió a los patriotas al mando del Libertador y los realistas se vieron forzados a huir hacia Cojedes.

A medianoche

de ese mismo día Bolívar se movió con sus tropas hacia el caserío Las Palmas (ubicado en el actual municipio Lima Blanco, cerca al poblado La Aguadita) y allí pasó el día 30, saliendo el 31 en la mañana hacia Tinaquillo, donde tuvo lugar, el mismo día, la batalla de Taguanes”

Detalle de foto antigua del Arco de Taguanes. La construcción de este arco de triunfo se llevó a cabo en el año 1913 (ocho años antes de la construcción del arco de Carabobo), en el marco de la conmemoración del centenario de la batalla de Taguanes, esta jornada épica vino a ser la primera batalla comandada por Simón Bolívar en tierras venezolanas.


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