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ADILIA CASTILLO: “LA NOVIA DEL LLANO” (y II) ARGENIS MÉNDEZ ECHENIQUE Adilia Cantante y Artista de Cine y Televisión Los críticos están de acuerdo en que la actuación de Adilia es sobresaliente en la gran pantalla, donde co-estelarizó con destacadas figuras como Javier Solís, Antonio Espino “Clavillazo”, Yolanda Ciani, Miguel Aceves Mejías, Hilda Vera, José Chávez, José Baviera, Rodolfo Landa, Lorena Velásquez, Alfredo Sadel, films populares y de gran taquilla en el ámbito latinoamericano.

Asimismo, Adilia Castillo, fue una convincente actriz de televisión en escenas de corte dramáticos. Son inolvidables sus apariciones en telenovelas de amplia y comprobada sintonía a través de Radio Caracas Televisión y Cadena Venezolana de Televisión. Destacamos en este aparte algunos aspectos concernientes a la participación de Adilia, como personaje central en la telenovela “Doña Bárbara”, inspirada en la obra del maestro Rómulo Gallegos que lleva el mismo nombre. Adilia decía que no tenía ninguna difi-

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RAZÓN BELLEZA y REVOLUCIÓN

cultad en protagonizar esta emblemática figura, puesto que la formación recibida de su madre en El Yagual la había preparado para ello; pero para compenetrarse con mayor intensidad con el personaje visitó la tumba de Doña “Pancha” Vásquez de Carrillo, en el hato “La Trinidad de Arauca”, en jurisdicción de La Estacada, en el entonces, Distrito Muñoz del estado Apure propiedad del poeta y ganadero apureño José Natalio Estrada Torres (coproductor del famoso documental cinematográfico “Séptimo Paralelo”). Allí, conmovida hasta derramar lágrimas, le manifiesta a Don José Natalio su deseo de que al morir ella sea sepultada al lado de “Doña Bárbara”. La Radioemisora de Adilia: “Radio Caicara” Para los años 80 del siglo pasado, Adilia instaló una estación o emisora de radio en la ciudad de Caicara del Orinoco, “Radio Caicara”, la cual perdió por serios conflictos con un socio de la empresa. El Co-

mandante Chávez Frías, Presidente de la República, conociendo el caso, le ofreció a Adilia compensarle la pérdida sufrida otorgándole una nueva licencia (según Adilia, eso sucedió en los funerales de Eneas Perdomo, en San Juan de los Morros, el 25 de Febrero de 2011). El ofrecimiento no se ha cumplido todavía, circunstancia que se complicó por el fallecimiento de ambos. Pero se ha constituido una fundación que lleva por nombre “Fundación Adilia Castillo. Venezuela, Llano y Tú”, que puede hacerse responsable de la nueva radioemisora. Vida Íntima de Adilia A Adilia se le atribuyeron muchos romances, pero ella, en entrevistas para la prensa (Lavinia González – Manuel Abrizo), confesaba que solo había contraído matrimonio tres veces: con Ernesto Torrealba, Raúl Iturria y Carlos Márquez, en los cuales tuvo dos hijos “... que desde muy chiquitos quedaron al cuidado de mi mamá”, Adilia Isabel Iturria, pintora paisajista y docente; y Ernesto Torrealba, falleci-

do hacia el 2010, a causa de un cáncer en el hígado. Pero en nuestra búsqueda de información encontramos otros datos que nos causan dudas e interrogantes. Da la impresión de que en sus relatos mezcla la realidad con la fantasía. María Auxiliadora Márquez, asistente de Adilia durante más de cuarenta años (y supuesta hermana de ella, por parte de padre y a quien cataloga “como su madre, amiga y protectora”), hace referencia a tres hijos de la artista: Ernesto Torrealba, hijo en su matrimonio con el arpista llanero Er-

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2 1/2 DÍA DEL DOMINGO nesto Torrealba, fallecido a causa de un cáncer en el páncreas; Sheila Castillo, que vive en España, e Isabel (“Lili”) Iturria, médico cardióloga, concebida esta última en su matrimonio con el cubano Raúl Eusebio Iturria Triana. Así mismo, existió un pasaje que Adilia no contaba, probablemente por la poca importancia que le concedió al hecho. A comienzos de los años cincuenta (1951-1952) se presentó la posibilidad de viajar a México, integrando una delegación artística. En esa época, México era considerado La Meca del cine latinoamericano, imponiendo un modelo de cultura “ranchera” (rural y ganadera), parecida a la del medio campestre de su niñez, puesto que ambos pueblos tienen raíces culturales comunes (hispanos). Adilia se entusiasmó con la idea y quiso viajar; pero se presentó un grave inconveniente. ELLA ERA MENOR DE EDAD, y no le otorgaban la visa si no iba acompañada de su representante legal o casada. La solución más asequible fue el matrimonio; y en esto la secundó su paisano, contemporáneo y amigo colega Enrique Contreras Aguirre, “El Canario de Achaguas”, con quien contrajo unas supuestas nupcias y así pudo visitar el país azteca por primera vez. Años después contaban, entre risas, este enlace de mentirillas. Valorización de la obra de Adilia Adilia recibió innumerables homenajes durante su largo peregrinar por la vida, en reconocimiento a su talento, voz, porte y gracia artística. Para reflejar parte del merecido concepto que alberga el pensamiento del Pueblo venezolano con respecto a Adilia, tomamos la apreciación valorativa que hizo el periodista venezolano Don Manuel Abrizo, bastante ajustada a la realidad: “De Adilia Castillo se ha dicho que ocupa un lugar de privilegio dentro de la música llanera junto a Magdalena Sánchez, a quien mencionaba como una de sus ídolos de sus años mozos... Esta mujer, a quien José Romero Bello, otro reconocido músico apureño, bautizó como “La Novia del Llano”, fue una artista integral como cantante, actriz, compositora y locutora… La artista ocupaba un puesto preferencial entre los cantantes llaneros a quienes el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías confesó su admiración. Junto a ella, figuraron Eneas Perdomo, Cristóbal Jiménez, Luis Lozada, “El Cubiro”, Reina Lucero y Cristina Maica” Recordamos que en San Fernan-

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MÉNDEZ ECHENIQUE, Argenis. El Yagual. Geohistoria de un pueblo del Bajo Llano Apureño. San Fernando de Apure. Inédito. RIOS, Josefina - CARBALLO, Gastón (1990). Análisis Histórico de la Organización del Espacio en Venezuela.- Caracas, Universidad Central de Venezuela – Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico. (Colección Estudios). RODRÍGUEZ, Ramón Armando. Diccionario Biográfico, Geográfico e Histórico de Venezuela. Madrid, 1957. SÁNCHEZ OLIVO, Julio César. El Liceo “Francisco Lazo Martí”. Su fundación y primeros años de funcionamiento. San Fernando de Apure, 1980- Publicaciones del Cronista del Estado Apure, N° 7.

Adilia Castillo ante la tumba de “Doña Pancha” Vásquez en el hato “La Trinidad de Arauca” (1971)/ COLECCIÓN DE ARGENIS MÉNDEZ ECHENIQUE do de Apure, para las Ferias del Alma Llanera del año 1993, se le concedió merecidamente a Adilia el Florentino de Oro de ese año. Uno de los últimos homenajes en su honor se le hizo hace pocos años en el Teatro Municipal y la Casa del Artista de Caracas, en reconocimiento a sus más de 50 años de actividad en el mundo de la farándula (su actuación en este medio de las candilejas duró 62 años). Al respecto, la periodista María Teresa Hernández señala, en reportaje de prensa para el Ministerio Popular para la Comunicación (MPPC), que: “Su último disco, llamado `Mis raíces´, fue bautizado en la Casa del Artista en el año 2011. En esa ocasión compartió con amigos y un público cautivo que coreó junto a ella todas las canciones. La acompañaron ese día, entre otras personalidades, los integrantes de la Asociación Internacional Clubes de Leones, el Club Guaicaipuro y el comunicador, folclorista y presidente

Adilia se entusiasmó con la idea y quiso viajar; pero se presentó un grave inconveniente. ELLA ERA MENOR DE EDAD, y no le otorgaban la visa si no iba acompañada de su representante legal o casada. La solución más asequible fue el matrimonio; y en esto la secundó su paisano ”

Adilia Novillera, “La Chica del Ruedo”/ COLECCIÓN DE ARGENIS MÉNDEZ ECHENIQUE

Hoy en portada: Mujer de espalda al río Apure de Richard Oviedo (Mixta sobre papel, .22 cm x 30,5 cm). Dirección: Miguel Pérez / Coordinación Editorial: Daciel Pérez/ Diseño y Diagramación: Luis Daboe Correo electrónico: mediodiadeldomingo@gmail.com / Twitter: @Mdíadeldomingo

de Avinpro, Jesús Colmenares”. Conservamos, como algo muy precioso, su Álbum de Oro, editado en 1994, con una hermosa dedicatoria a nuestra persona, donde recoge la vocalización de algunas de sus propias composiciones y otras letras facilitadas por parientes, amigos y otros allegados. FUENTES DE DOCUMENTACIÓN. 1-Testimoniales Carmen María Luque. Condiscípula y amiga de Adilia desde la infancia. Nació en El Yagual el 15 de Noviembre de 1929. Entrevistada en San Fernando de Apure, en su casa de habitación (Calle Boyacá, entre Bolívar y Sucre) el día miércoles 12 de Marzo de 2014, siendo las 5:00 pm. Enrique Contreras Aguirre. “El Canario de Achaguas”, cantautor apureño, nativo del vecindario “El Jobo”, a orillas del caño El Rosario, entre Achaguas y El Yagual (nacido el día 16 de Julio de 1933). Primer esposo de Adilia Castillo. Entrevistado en la Plaza Bolívar de San Fernando de Apure, el día viernes 14 de Marzo de 2014, siendo las 11:00 am. María Auxiliadora Márquez. Amiga y Asistente de Adilia Castillo durante 40 años. Entrevista vía telefónica (San Fernando de Apure – Caracas), el día jueves 13 de Marzo de 2014. 2-Bibliográficas ABRIZO, Manuel. “Doña Bárbara de Carne y Hueso”. En: APURE EN CUERPO YALMA. San Fernando de Apure, Gobernación del Estado Apure, 2010; pp. 196201. DICCIONARIO DE HISTORIA DE VENEZUELA. Caracas, Fundación Polar, 1988. ECHENIQUE, Julio R. El Brazo de Páez. El Yagual. San Fernando de Apure, 1989. Mimeografiado. MÉNDEZ ECHENIQUE, Argenis. Trazos para una Cronología Histórica de Apure (1528 – 1981). San Fernando de Apure, 1983. Publicaciones del Cronista del estado Apure, N° 23.

3-Hemerográficas. ABRIZO, Manuel. “Se marchó Adilia Castillo pero quedó su canto y su legado”- Diario Correo del Orinoco. N° 1617. Caracas, domingo 16 de Marzo de 2014; pp. 26 - 27. GONZÁLEZ, Lavinia. “Adilia Castillo “La Novia del Llano”. Entrevista realizada en Caracas, el año 2011. En: Semanario Las Verdades de Miguel. Año 10. N° 476. Caracas, del 14 al 20 de Marzo de 2014; pp. 17 – 20. MENDEZ ECHENIQUE, Argenis. “El Bachiller Miguel A. Escalante y el Liceo “Lazo Martí”. En: Revista Avance. Año V. N° 21. San Fernando de Apure, Mayo 1980; p. 44. MÉNDEZ ECHENIQUE, Argenis.“Eneas Perdomo, cantor de la Tierra Llana”. Revista Nacional de Cultura. Año LXXIII. N° 338. Caracas, 2011. Tomo 2, pp. 73 – 82. RAAD MORAD, Mayid. “Tierra Mágica. Dice Adilia Castillo: Cuando muera, que me entierren al lado de Doña Bárbara”. En: Revista Radar. Año 2. N° 10. Hato “La Trinidad de Arauca”, Rincón Hondo, Distrito Muñoz, Estado Apure, Diciembre de 1971; pp. 11 – 12. SEGOVIA LOVERA, Hugo R. “Viajando por el Arauca. Crónica Llanera”. En: Heraldo de la VIII Promoción de Licenciados en Educación. Mención Ciencias Sociales “Pbro. Dr. Daniel Álvarez González Quiroz”, 1973 – 1978. Universidad Católica Andrés Bello – Extensión Táchira. Escuela de Educación. San Cristóbal, 1978; pp. 55 – 64. VILLASANA CASTILLO, Francisco. “Adilia Castillo retorno y lejanía”. Poema. Semanario El Gráfico de Apure. Año I. N° 5. San Fernando de Apure, Enero de 1995; p. 7. 4-Páginas Web Botello, Oldman. Cronista de la ciudad de Maracay y ligado sentimentalmente a Apure por nexos familiares. Mensaje por correo electrónico de fecha 21 de Marzo de 2014. Colina Marín, Dra. Egly. Biografía de Adilia Castillo. EN: http://eglycolinamarinprimera.blogspot.com/2014/02/adilia-castillo-cantante-recia.html

Hernández, María Teresa. Adilia Castillo, “La Novia del Llano”, apagó su canto. Caracas, 7 marzo, 2014. Prensa MPPC. EN: http://www.mincultura.gob.ve/index.php/ prensa/11-prensaweb/actualidad/5114-lanovia-del-llano-apago-su-canto


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Se marchó Adilia Castillo pero queda su canto y su legado T y F: MANUEL ABRIZO

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a voz y el canto de Adilia Castillo se apagaron para siempre el pasado 7 de marzo. La noticia del fallecimiento de una de las grandes exponentes del canto criollo llegó de forma inesperada y dolorosa, en circunstancias en que la mayoría de los venezolanos conmemoraba el primer año del deceso del presidente Hugo Rafael Chávez Frías, mientras que por otro lado una minoría llenaba de violencia las calles del este de Caracas y de algunas ciudades del interior. Su entierro se produjo en forma discreta, sin mucha difusión; quizá la “guarimba” haya impedido que el Pueblo que la siguió durante más de 50 años de vida artística le expresara sus sentimientos de admiración y cariño. Adilia Castillo había nacido el 26 de agosto de 1933, en El Yagual, una pintoresca aldea a la orilla del río Arauca, estado Apure, perteneciente al municipio Achaguas. El Yagual es igualmente cuna de Eneas Perdomo, otro de los excelsos copleros del canto llanero. De Adilia Castillo se ha dicho que ocupa un lugar de privilegio dentro de la música llanera junto a Magdalena Sánchez, a quien mencionaba como una de sus ídolos de sus años mozos. Esta mujer, a quien José Romero Bello, otro reconocido músico apureño, bautizó como “La novia del llano”, fue una artista integral como cantante, actriz, compositora y locutora. En una entrevista se definió como “carnívora” y siempre confesó su admiración por el personaje de Doña Bárbara, de la novela de Rómulo Gallegos del mismo nombre; ella fue la primera fémina en representar a la doña en la

La Novia del lla-

no” reinó por más de 50 años en el canto criollo. Ella se sentía sembrada en el alma de las venezolanas y de los vene-

zolanos como una de las máximas exponentes del canto folclórico criollo. De niña bebía sangre caliente de novillo. En El Yagual jineteaba, coleaba y se le metió el joropo en sus entrañas” televisión. De hecho en lo que se afirma que es la tumba de Pancha Vásquez, ubicada en el hato La Trinidad de Arauca, Adilia Castillo colocó una placa como recuerdo de que una vez la encarnó en la televisión. Pancha Vásquez, según las versiones que circulan en el Alto Apure, y en ciertas alusiones literarias, sirvió de referencias a Rómulo Gallegos para caracterizar al personaje de su famosa novela. La artista ocupaba un puesto preferencial entre los cantantes llaneros a quienes el comandante Hugo Rafael Chávez Frías confesó su admiración. Junto a ella, figuraron Eneas Perdomo, Cristóbal Jiménez, Luis Lozada “El Cubi-

Adilia Castillo recibiendo el reconocimiento por parte de la Casa del Artista

Adilia Castillo en una de sus actuaciones en el cine méxicano. ro”, Reina Lucero, Cristina Maica. En innumerables oportunidades y actos públicos se le vio junto al Presidente con su inconfundible estampa: su sombrero, su vestimenta llanera y su garrote tocuyano bordado en la empuñadura con los colores de la bandera nacional. En el apartamento en Caracas donde residía, cerca del mercado de Quinta Crespo, mantenía colgada en el balcón una bandera nacional como una muestra de su apego patrio. Además, el pabellón facilitaba su ubicación. Como compositora se le atribuyen más de 80 composiciones. Entres su éxitos más sonados figuran “Golpe Tocuyano”; “Española”, de Eladio Tarife; “Valencia” y “Desilusión”, de Juan Vicente Torrealba; “Palma sola” de José Romero Bello; “Seis numerao”, de José Cupertino Ríos; “Ansiedad” y “Cuando no sé de ti”, de J. E. Sarabia; “Pipiriguá”, de Pedro Sárraga. Además de su privilegiada voz, Adilia descollaba por su gracia, porte, y talento que desbordaba sobre el escenario. Su figura y carisma copó el escenario criollo desde la década de los años 50 del siglo pasado. Su interpretación del golpe tocuyano (Adiós porque ya me voy, quizá no vuelva mañana), en una de las películas mexicana que filmó, figura entre las irrepetibles del escenario musical criollo. En “Palma sola”, la pieza de José Romero Bello, menciona una de esas frases de antología entre dos amores que se buscan: “Como quieres que te quiera, si tu boca no me nombra”.

En vida recibió múltiples premios y reconocimientos. Durante estos años de Revolución Bolivariana se le hizo un homenaje en el teatro Municipal y en la Casa del Artista por su más de medio siglo de trayectoria artística y como una de las grandes de la música criolla de todos los tiempos. Beber sangre caliente En el libro “Apure en cuerpo y alma”, editado por la gobernación del estado Apure en el año 2010 durante la gestión de Jesús Aguilarte Gámez, confesó que le pedía a Dios que le concediera tiempo y salud para escribir sus memorias y contarle a los jóvenes las tempestades que hay que enfrentar para llegar a ser lo que se sueña. En esa entrevista recuerda que su madre, cuando sacrificaban una res en el fundo de su propiedad, en El Yagual, agarraba un vaso, lo llenaba de sangre todavía caliente del animal y le ordenaba “bébaselo”. Y como parte del “ejercicio” para templar el carácter de la niña, la ponía a correr por la sabana, junto con las otras muchachas que se criaban en la casa. Doña Isabel Castillo, su madre, una princesa yarura nacida en Cunaviche, era una mujer voluntariosa y de fuerte personalidad, según conto Adilia. Poseía botiquín, bodega, elaboraba pan, jabón amarillo, curtía cueros, compraba y mataba ganado, era dueña de gallos de pelea, y de cuatro bongos de seis bogas,

en los cuales llevaba hacia San Fernando queso de mano, queso de cincho, graso, cueros, manteca de cochino. En ese ambiente campestre de El Yagual fue moldeando esa personalidad y ese estilo singular que le permitieron descollar entre los artistas de su generación. En el salón de estar de su apartamento, un cuadro colgado en la pared muestra a una Adilia Castillo joven y bella, de mirada desafiante, portando sombrero, y llevando liquiliqui blanquísimo. Sus manos agarran una especie de bastón de mando. Otro cuadro contiene a una muchacha de cabellera suelta corriendo libremente por la sabana con un cuatro en la mano. De su madre, fallecida en 1988, recuerda que la marcó. Incluso, se parecían físicamente. “Yo fui hija única hasta la edad de 10 u 11 años. Mi mamá era también mi padre. Ella marcó mi vida a tal punto que llegué a interpretar Doña Bárbara y no tuve más que inspirarme en ella. Mi mamá era una mujer que me decía agarra esa piedra de amolar, o la chícura, la pala, muévela de allí a aquí. Yo chiquitica agarraba esa piedra y la traía. Ya mamá, ah, ja, vuélvala a poner de aquí para allá. Ese era el ejercicio. Ella me enseñó a enlazar, me arreglaba la soga, y ordenaba, enlace el botalón. Decía vamos a cortar leña, y nos íbamos con tres burros. Y cuando mataban un maute nos daba un vaso de sangre caliente, por eso es que yo te puedo decir que, gracias a Dios y a la Virgen, soy una mujer que no sé lo que es un dolor de cabeza hoy día”, afirmó en la entrevista.


4 1/2 DÍA DEL DOMINGO En el pueblo, doña Isabel montaba las grandes fiestas en honor a San Pedro y San Pablo. Venían artistas de Periquera (hoy Guasdualito), de San Rafael de Atamaica, de Achaguas. Llegaban contrapunteadores de todas partes. Terminaba un arpista y empezaba otro. Los bailes duraban hasta 15 días. Había abundante carne asada. Adilia era una niña de seis o siete años que veía aquel desfile de cantantes, no sólo en los días de San Pedro y San Pablo, sino en el de San Juan, en las fiestas de San José, el patrono de El Yagual, o en velorios de cruz, de santos. La única radio que se escuchaba en El Yagual se reproducía colectivamente a todo volumen a través de un altoparlante. Allí escuchaba a Rafael Guinand y a Magdalena Sánchez en el Galerón Premiado. Un día Adilia Castillo le dijo a su madre: “Mamá, algún día yo seré como esa señora (Magdalena Sánchez)”. Torera Por aquellos años, un sí cambió el rumbo de la vida y el destino de los Castillo: su mamá se enamoró de un militar barquisimetano de la Guardia Nacional. La madre vendió sus propiedades, buscaron a la niña Adilia que estudiaba en San Fernando de Apure, y partieron rumbo a Barquisimeto. En la capital larense asistía a un programa infantil que todos los domingos transmitía Radio Barquisimeto. Lo conducía “Poncherita” Ramírez. Ahí se inició como cantante, y después, ella una niña, en 1947-1948, llegó a tener su propio espacio, incluso con clientes patrocinantes: Cola Astor, Galletera Ávila, La Casa de las Maderas, Chimó Juan Bimba, areperas. Allí conoció a artistas profesionales de destacada trayectoria como Pilar Torrealba, cantante de boleros, Bertica Medina a quien decían la “cieguita de oro”, a Carmen Mercedes Oviedo, los hermanos Gómez, Carmen Luisa Ávila, la alondra carabobeña. Un día la familia se vino para Caracas y Adilia, que era una estrella en Barquisimeto, sintió que se le acababa el mundo. Chilló y zapateó. Para entonces, Rafael Caldera, se lanza por primera vez como candidato a la presidencia. En Caracas era una desconocida, así que comenzó a rondar los programas radiales. Recuerda que uno de sus ídolos era Benito Quiroz, quien cantaba en las mañanas en un espacio, y cree que de esa admiración viene ese grito suyo de aaaay, en la canción Rosalinda. Después trabajó junto a Quiroz. En ese mismo programa estaba César del Ávila. Ahí comenzó en la capital, pero tuvo muchos contratiempos para obtener el carnet del sindicato de artistas. En cierta ocasión fue a ver una corrida de toros, y se le alborotó la

infancia en El Yagual, entre bestias y reses; así que se propuso ser torera. Entrenaba Maracay con Pedro Pineda, maestro de la dinastía Girón. Como novillera actuó en Caracas, Maracay, La Victoria, y otros pueblos. La pasión taurina la había apartado de la música hasta que un día entrenando en el Nuevo Circo, como a las seis de la tarde, escuchó un sonido en las torres. Se fue por las gradas, empujo el portón y vio una persona tocando el piano. Preguntó que era aquello y le responden que es un night club pronto a fundarse. Refiere que ella es artista y que canta. El maestro Guamán, así se llamaba el del piano, le dice “canta para ver si es verdad”. Cantó una canción con tumbaito español que satisfizo a Guamán. Le dicen: muchacha tu sí cantas bonito, estás contratada, ven a trabajar. “Me prestaron ropa. Ahí empecé en la vida artística. Después, me contrataron para cantar en el hotel Tamanaco. Me ofrecen dos conjuntos: el de Vicente Flores y sus llaneros que acompañaban a Magdalena Sánchez, y el de José Romero Bello con arpa, cuatro, maracas, y bajo. Yo le dije yo me quedo con ése. Ahí empezó Adilia Castillo”.

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Con una carpeta llena de recortes de prensa, de fotografías, de papeles amarillentos, muestra los momentos estelares de su larga carrera artística, entre ellos su paso por el cine mexicano. Las fotografías corroboran esa imagen de diva y de hembra hermosa que sacudió unos cuantos corazones masculinos en las décadas de los 50, 60, y 70 del siglo pasado. Sentada en el mueble, con el sombrero puesto, juega graciosamente con el garrote escobillao, un palo delgado de madera asociado a Lara y al golpe tocuyano. Muestra una fotografía de llanerita trajeada con falda ancha y multicolor, sombrero negro, cola de caballo, alpargatas de suela, y una maraca incrustada en cada una de las alpargatas. “Hice nueve películas en México, cuatro producciones en Cuba, y una en Nue-

va York. En México actuó junto a Javier Solis, Clavillazo, Miguel Aceves Mejías, Tony Aguilar, Tere Velásquez, Lorena Velásquez, Mary Cruz Olivier, Fernando Casanova. Viví 7 años en México. De allá salía para hacer mis giras a Nueva York. Cuando fui a debutar en Nueva York, estaba nerviosa, pero al sentir el aplauso del público, dije ya esto es mío. Canté Ansiedad, que era lo que estaba pegado. A Nueva York fui como cinco veces. Yo el golpe tocuyano lo he llevado por todo el mundo”, afirmó. En el corazón del pueblo “Cada día es un debut en mi vida; es como si estuviera empezando. Yo seguiré usando en mis presentaciones mi traje tipo Doña Bárbara, con liquiliqui, traje ancho, así me digan la burriquita. Yo digo que admiré mucho a Pérez Jiménez por esa Semana de la Patria en que todo el mundo se ponía un liquiliqui con orgullo y una falda

Cada día es un

debut en mi vida; es

como si estuviera empezando . Yo seguiré usando en mis presentaciones mi traje tipo Doña Bárbara, con liquiliqui, traje ancho, así me di-

gan la burriquita. Yo digo que admiré mucho a Pérez Jiménez por esa Semana de la Patria en que todo el mundo se ponía un liquiliqui con orgullo y una falda llanera” José Romero Bello la bautizó como La Novia del llano, distinción que la ha acompañó toda su vida. Con Comercial Serfati, grabó su primer disco, un 78 rpm, con dos composiciones de José Romero Bello: Flor de Apure y Puerto Páez. Le pagaron 100 bolívares. Señala que tiene ciento y pico de composiciones y alrededor de 68 LP´s grabados.

Carátula del LP “El llano venezolano” en la voz de Adilia Castillo

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llanera, y la música venezolana tomó un auge cuando aparecieron grandes artistas como Ángel Custodio Loyola, Juan Vicente Torrealba, Mario Suárez, Rafael Montaño, Pilar Torrealba, Héctor Cabrera, Magdalena Sánchez, las hermanas Chacín, Lila Morillo. Luego cayó el gobierno y la música venezolana se vino al suelo”. “Yo me siento sembrada en el corazón de la gente que me saluda con cariño, y le dice a sus hijos y nietos, mira esa es Adilia Castillo. Para mi es algo muy grande que el Pueblo me haya nombrado Gloria Nacional de Venezuela. En El Yagual van a construir un bulevar que va a llevar mi nombre. En San Fernando de Apure, en la plaza de la Mujer, tengo una estatua, y en Elorza una calle lleva mi nombre. Ojalá. Dios me permita llevar árboles frutales y poner bancos en esa calle que es muy bonita”. (Testimonio del libro “Apure en cuerpo y alma”).


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