CONCURSO DE MICRORRELATOS IES JOSÉ PLANES
No a la violencia de género
BACHILLERATO
¿Por qué callar si nació gritando? Todo eran besos, prometía la luna. Silencio tras silencio, una vez más, caricias caras, un perdona mi amor, unas flores, y un voy a cambiar. Ella se ponía bonita, él bajaba su autoestima, ella callaba y él aprovechaba. Las paredes le gritan que huya, 'corre', 'escapa, no pierdes nada'. Armada de valor exclamó a la vida, valentía convertida en fuerza, fuerza para terminar, terminar para dar comiendo a una nueva vida...¿Por qué callar si nació gritando? David Ortín Melgarejo. (Pellejero).
Eran las doce de la noche y María todavía seguía con los ojos abiertos como platos. Sentada en el borde de su cama se encontraba temblando sin parar, de pronto escuchó cómo se abría la puerta de su casa, era su marido otra vez borracho como de costumbre, cogió el teléfono y sin pensar en las consecuencias se decidió a llamar a la policía tras veinte años de maltrato físico y psicológico. Desde ahí María comenzó la vida que se merecía, una vida normal y corriente, una vida digna.
Lidia Martínez Mérida. (Trébol). Y fue entonces cuando se dio cuenta, le echó valor y salió de aquel infierno que le aterrorizaba, por fin lo hizo, le costó pero se prometió que no volvería a caer, ahora era una mujer libre, ahora no tendría que sufrir. Ana Soler Guerrero. (Flor del Campo).
Cambiemos el mundo Nunca le había prestado mucha atención, la verdad. Pero, no obstante, me he dado cuenta de que no se habla tanto de este tipo de cosas, las realmente importantes (al menos yo creo que lo son). Hablo de hablar sobre esas personas olvidadas. ¿Por qué? Porque creemos estar desarrollados solo por estar en el siglo XXI, y poseer todo este avance tecnológico cuasi exponencial... y aún así, sigue habiendo la misma desigualdad que ha habido y que ha existido siempre en la sociedad. En esta ocasión, no hablo de la pobreza (aunque me gustaría incluirla dentro de ese marco), sino de la violencia de género. Esto no es ficción, ni un triste relato, simplemente es la realidad del día a día de muchas personas. No nos detenemos a pensar cuál debe de ser su situación, su tormento para desear arrojarse al mar con la certidumbre de llegar a un mundo menos amargo. Solo nosotros podemos hacer que esto cambie, solo ELLAS saben lo que es. Ponle fin, no te conviertas en un número más! Porque lo último que debes de perder, pase lo que pase, es la esperanza, porque son muchas mujeres y cada vez más las que afrontan este hecho. Porque eres libre y el miedo no puede dominarte, porque eres valiente y él un cobarde. Decídete, y llama al 016! Juan Francisco Matheu García. (Raíz de menos uno).
LA BESTIA ¡Por poco! Esta vez casi no me da tiempo a llegar. Está muy oscuro, apenas puedo moverme y hago lo posible por controlar mi agitada respiración. Pero por ese maldito ápice de luz que la rendija deja entrar, lo veo todo. Cada golpe que a fuego queda grabado en el frágil rostro de mi madre, cada brutal patada que rezo para que no sea esa la última y el peor sonido que escucho no son los repugnantes insultos de la bestia, es cada grito y cada súplica escapados de los sellados labios de mi madre, que atraviesan mis oídos hasta el alma penetrarme. Y temblando me pregunto: ¿Será esta la última vez que de rojo mis ojos se tiñan? Saray Sánchez Cárcel. (Eco).
CORAJE Ruth oyó la llave en la cerradura y comenzó a templar, otro día más de sufrimiento, de maltrato, de vejaciones, ya no le quedaban fuerzas, así no podía seguir viviendo, sabiendo además cuál sería su final, el de tantas mujeres maltratadas: la muerte. Estaba decidido se había acabado: nada de darle otra oportunidad, nada de “estará pasando por un mal momento”, nada de “yo tengo la culpa”… Nadie nos merecemos esto y no debemos consentirlo. Ruth salió por la puerta trasera hacía el coche. Iría a casa de su madre a contárselo todo y juntas irían a la policía. Nunca más volvería con él. Paula García Mateos. (Océano).
LA CASA DEL HORROR
Era media noche y todavía no había llegado. A aquellas horas yo debería de estar acostadoya, así que me puse el pijama y me tumbé en la cama. Entonces fue cuando llegó él. Inmediatamente me tapé la cabeza con las sábanas y cerré los ojos. Ese monstruo no dejaba de dar voces y romper cosas como de costumbre, y mi madre no decía nada, ¡no podía decir nada! Pero esa noche no solo vino mi padre a casa. Había más voces. Definitivamente esa era la casa del horror, yo ya había mojado la cama del miedo, pero cuando nada podía ir peor, descubrí que las voces no eran amigas del monstruo, sino todo lo contrario. Lo último que oí esa noche fue "¡Al suelo! ¡Está detenido!". Cristian Faura Gómez. (El perro azul).
Miro un ojo que me mira, es él, recuerdo a mi padre cuando estaba a mi lado. Mi abuelo y yo estábamos en casa como otro viernes cualquiera viendo una película relacionada con el acoso, y es cuando me preguntó: ¿Qué pasó con mis padres, abuelo? Hace años tus padres, Roberto, se conocieron en su trabajo. Todo iba viento en popa hasta que hace un par de años empezaron a haber diferencias entre ellos y todo cambió para mal. Tu abuela y yo nos dimos cuenta de que tu madre lloraba y estaba triste, llegaba a casa con golpes en los brazos e incluso se insultaban enfrente nuestro, hasta que al final papá y mamá se separaron y papá se fue de casa, pero las amenazas no cesaron. Entonces… ¿Por qué pasan estas cosas, abuelo? -Silencio- Es difícil, Roberto, pero sobre todo por la falta de respeto y tolerancia a las personas. Marcos Martínez Vivancos. ( Marsupilami).
Una vez la quiso, una y no más, le juró amor eterno con besos, caricias y muchas promesas falsas, pero como todo, las palabras se las lleva el viento. Como se llevaba esos gritos rotos, sin eco, sin ninguna esperanza de que alguien al escucharlos acudiría y la salvaría de aquel infernal amor. Decían que el amor es ciego, así que el siempre andaba borracho, haciéndole justicia. Los besos pronto se hacían más pesados, las caricias dolían y por supuesto esa labia ya no era tan encantadora. Todo tiene su límite y ella lo alcanzó, de tal manera que justo antes de quitarse la vida lo llamo para decirle que el ganaba y que no quería amarlo más. Mario Nicolás Carrillo.(Maquiavelos).
TRAS LA PUERTA Abre la puerta con el temor de que él ya esté en casa, abre la puerta con los ojos cubiertos por un telo cristalino, con el pulso acelerado, la respiración entrecortada y las manos empapadas de amarga sudor fría. Abre la puerta pensando si le habrá ido bien hoy en el trabajo, si, por fin, hoy estará de buen humor y si será amable con ella. No le da tiempo a abrir la puerta, pues su marido la estaba esperando y al oír el ruido de las llaves, él mismo abre la puerta. Y sin apenas darse cuenta ya está tirada en el suelo con un frágil aliento y pensando… ojalá nunca hubiese abierto esa puerta. Rebeca Balsalobre Hellín. (Marea).
Arya era una chica normal, todo en su vida era normal excepto en una cosa, era acosada por su novio. Al principio de su relación todo era amor, pero estos sentimientos se fueron convirtiendo en celos, y los celos en maltrato. Arya, después de mucho reflexionar, decidió cortar con su novio, por lo que quedó con él a la mañana siguiente y se acostó. Cuando despertó, su novio ya estaba en su casa, con voz firme e intentando que no se notara su miedo le explicó todo, este sin inmutarse se fue dando un portazo. Con el ruido de la puerta despertó, todo lo ocurrido esa mañana era un sueño, todavía se debía enfrentar a él. De nuevo y sin balbucear, mirándole a la cara, se lo dijo todo, la fría mirada de su novio la hizo temblar, pero más tembló cuando le clavó un cuchillo en el corazón. David Pina Castillo. (El papelero).
Un día un marido en una pequeña discusión se le fue la cabeza y le soltó una bofetada en toda la cara a su mujer. En la siguiente discusión esquivó la bofetada y a partir de ahí no volvió a hablar con él; todos los días intentaba hablar con ella como si no hubiera pasado nada, pero hasta que no le pidiera perdón no hablaría con él. Seguía pegándole hasta que un día decidió denunciarlo y seguir su vida más tranquila alejado de él.
Pseudónimo: El caballo volador
Viernes noche Viernes noche, 01:27 de la madrugada. Papá llega a casa borracho. Mamá le echa la bronca. Papá la golpea. Mamá llora mientras se limpia el labio de sangre. Papá le acaricia la cara mientas le surra ``te quiero, no volverá a pasar´´. Mamá lo mira con desprecio. Papá la golpea de nuevo. Mamá no vuelve a despertar. Paloma Montosa Ródenas.(Euterpe).
Todo empezó con dos miradas. Sofía dudaba entre dos chicos que se encontraban en el mismo pub. Uno parecía responsable, y charlaba con sus amigos en una mesa. El otro, cuyo atractivo se hacía irresistible para una chica, se encontraba solitario en una esquina. Eso llevó a Sofía a salir a la plaza a charlar con él. Durante tres años de relación, Jaime había metido de lleno a Sofía en el mundo de la droga, de los tatuajes y de la irresponsabilidad, hasta que un día terminó por agredirla físicamente. Cuando sus amigas la visitaron al hospital, una de ellas iba acompañada por un chico cuya mirada le resultaba familiar, y en efecto, era el chico responsable del pub. Jorge Martínez Reyes. (Barrow)
Ella había soñado con ser la princesa de su cuento, aquella princesa que pierde su zapatito de cristal pero conoce a un príncipe azul que se lo recupera y con el que comparte el resto de sus días comiendo perdices en un mágico palacio y el cual la despierta cada mañana con un beso. Pero no, el sueño se convirtió en pesadilla y lo único que perdió y no recuperó fue su felicidad encerrada en lo alto de una infinita torre. ¿Que qué fue del príncipe azul? Él fue el causante de todo al cambiar los besos por golpes, incluso dejó de considerarse hombre y se convirtió en monstruo, un monstruo que hoy día se manifiesta en nuestra sociedad. Lidia Vázquez Vidal. (Metanfetamina)
Mamá, te quiero. ¿Mamá, por qué está la puerta cerrada? ¿Mamá, por qué te grita papá? ¿Mamá, por qué estás triste? ¿Mamá, por qué lloras? ¿Mamá, qué te ha pasado? ¿Mamá, qué tienes en el ojo, necesitas una tirita? ¿Mamá, por qué el vecino quiere llamar a la policía? ¿Mamá, por qué lo perdonas? ¿Mamá, por qué te está gritando papá otra vez? ¿Mamá, dónde está el cuchillo de la cocina? ¿Mamá, dónde estás? Juan Francisco De Moya Pintor.
QUERIDO DIARIO: Esta semana no ha sido tan diferente, mi padre se cabrea, mi padre pega a mamá, mamá llora, sangra… y yo quieto preguntándome: ¿porqué solo a mí? Un día, mamá no estaba esperándome a la salida del colegio, estaba la abuela que llorando me dijo que no volveré a ver a mamá porque está en un sitio mucho mejor. Ahora vivo con una familia muy distinta a la mía pero con una cosa en común, las mismas peleas, él se cabrea, él le pega a ella, ella llora, sangra… y yo quieto, pensando que al final las dos mamás estarán juntas en un sitio mucho mejor. Ahora sé que no soy el único y me pregunto: ¿cuántos más? Jorge Enmanuel Martín Gallardo. (Logaritmo de 4).
Revivir Naces, creces, os miráis, te invita, aceptas, os conocéis, salís, te busca, te llama, aceptas, te encuentra, se enfada, pasas, aceptas, sales, te sigue, te encuentra, se enfada, pasas, aceptas, sales, te vigila, te encuentra, te pega, lloras, pides ayuda, llamas, te ayudan, desaparece de tu vida, lloras, das un respiro y vives. Pedro Juan Belmonte Abellán.( Pepe el Romano).
El sino de una dama (carta de despedida) Hay una brecha, aquí en este mundo que sigue doliendo más que el primer día, un dolor silenciado, una desesperación reflejada en todos aquellos que no ven más allá de las sonrisas. Existen batallas que son recordadas, otras ni se conocen, pero todas tienen la misma importancia que la más imponente. En la guerra, las pérdidas son incontables, irrecuperables. Mi batalla, nuestra batalla no será ignorada más tiempo, ya hemos sufrido demasiado. Demasiadas lágrimas perdidas en el río del tiempo, demasiados corazones rotos en un mundo cruel, demasiados huérfanos infelices arrojados a este mundo, demasiadas vidas perdidas en este infierno. Nuestro lamento se oirá a través de murallas, de ciudades, de países y no estaremos solas, ya no. -Carta de "despedida" de una joven expresando su situación en el siglo XI... ¿o XXI? Jesús Martínez Castaño. (Madara Uchiha).