José Miguel Gómez Juan Juan Ginés Durán Sánchez Andrés Jiménez Osorio Mª Amparo López Alejo
“PRINCESAS” DE AYER - ¿Y nosotros? ¿Es que vamos a hablar ahora de princesas? José Miguel - Sí, de princesas especiales. Porque no son princesas de cuento, sino de la vida misma. Princesas que sufrían una relación con la comida, con la vida y consigo mismas muy difícil. Hablaremos de “princesas” que quedaron encerradas en una enfermedad que en el pasado no tenía nombre pero que ahora nosotros lo podemos identificar. Andrés - A ver, a ver... ¿De qué princesas hablamos? Juan Ginés - ‘Princesas’ es la palabra con la que en la actualidad se autocalifican las chicas que consiguen llegar a lo que ellas llaman la ‘perfección’ en su proceso de autodestrucción y adelgazamiento. El nombre se usa ahora en internet, pero yo me pregunto si estas ‘princesas’ son chicas de nuestro tiempo o han existido en otros momentos de la Historia. Tampoco sabría decirte si han aparecido unidas a un excesivo culto a la belleza impuesto por la sociedad, como pasa ahora. Andrés - Bueno, poco a poco… vamos por partes. Nos has hablado de enfermedad ¿A qué te referías? José Miguel - Me refería concretamente a un Trastorno de la Conducta Alimentaria que todos conocemos como Anorexia. El término “anorexia” proviene del griego, el prefijo a-, an- significa “falta, ausencia” y el término “orexis” significa “apetito”. Por lo tanto la palabra “anorexia” se refiere a la “falta de apetito”, por lo que una persona anoréxica es aquella que no tiene apetito. Andrés - ¿La persona que es muy, muy delgada? Juan Ginés - Nooo. Lo primero que hay que saber es que la anorexia NO es lo mismo que la delgadez. Cuando vemos a una persona delgada no podemos afirmar que es anoréxica, aunque es verdad que en la anorexia hay una disminución de peso porque se disminuye la ingesta de alimento. Andrés - Pero este trastorno es más complicado que algo relacionado solamente con el peso. Se trata de un trastorno que incluye alteraciones a nivel nutricional y también a nivel psicológico. Para definirla, acudimos a la guía del DSM-5, un manual de enfermedades mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría publicada en el año 2013. Aquí nos dicen que se trata de una enfermedad que se
caracteriza por tres cosas: una disminución excesiva de la ingesta, un miedo descontrolado a engordar y una alteración en la manera de percibir el peso de uno mismo. Así que una persona enferma con este trastorno no reconoce su bajo peso, ni el peligro que esto supone. José Miguel - ¿Y son siempre ‘princesas’ o también hay chicos enfermos? Juan Ginés - Hay chicas y chicos, aunque es una enfermedad más frecuente en las mujeres. En parte porque a lo largo de la historia el cuerpo femenino ha sido culturalmente más observado que el masculino tanto para los hombres como para las propias mujeres y también influye que la cantidad de grasa corporal femenina es mayor que la masculina debido a la capacidad reproductiva y e sto les hace sentir mayor presión y deseo de adelgazar. Andrés - Pero entonces ¿vosotros creéis que es una enfermedad propia de nuestro tiempo? Juan Ginés - Desde luego es evidente la identificación que se hace entre anorexia y sociedad actual. Puede ser debido a que en la actualidad, la incidencia de los trastornos alimentarios está aumentando. También porque hoy en día hay una obsesión por la delgadez y la juventud que no ha sido nunca tan intensa. La búsqueda de la belleza ha estado siempre presente, en las diferentes épocas y en todo tipo de culturas. Pero parece que las mujeres actuales han ido más allá y están dispuestas a incluir todo tipo de medidas para mantener la belleza: cosmética, moda, y también aquellas que afectan la salud de manera a veces fatal (cirugía y dietas severas). José Miguel - Claro, y encima por si fuera poco... tenemos la moda y los medios de comunicación e internet, que a veces tampoco ayudan. Juan Ginés - Es verdad, el ideal estético de mujer ha variado a lo largo del tiempo, con él ha variado también la moda femenina. Fíjate, desde la Prehistoria hasta la Edad Media, las mujeres obesas eran consideradas más atractivas que las mujeres delgadas porque la obesidad se relacionaba con riqueza, poder, salud y fertilidad. Cuando los vestidos empiezan a diferenciar los sexos, las mujeres llevaban varias capas de ropa, colocando en la parte superior de sus cuerpos camisas atadas con cordones que resaltaban su busto y en la parte inferior almohadillas o e n a g u a s que resaltaban sus caderas y, por consiguiente, su fertilidad. La verdadera forma del cuerpo no se apreciaba, ya que ésta estaba aumentada. Andrés
- En el siglo XIX apareció el corsé con el objetivo de aparentar una cintura delgada, de hasta 40 centímetros, y resaltar el busto, aunque seguían aumentando las dimensiones de caderas, muslos, nalgas y abdomen. Pero a partir de este momento, la moda comenzó a querer reducir el tamaño de ciertas partes del cuerpo, en este caso la cintura, a través del corsé. Y poco a poco se impuso un ideal corporal recto de hombros a pies, sin redondeces, semejante al masculino. A partir de aquel momento, el cuerpo ideal femenino cada vez ha sido más delgado, a la vez que la vestimenta se ha ido reduciendo y ha permitido mostrar más partes de éste. En la actualidad, este ideal de delgadez se ha convertido en un culto que ha sido transmitido y difundido progresivamente a través de los medios de comunicación. José Miguel - Claro, ¡es que sólo vemos cuerpos delgados por todos sitios!. Y las chicas quieren parecerse a las actrices y modelos que ven en televisión, revistas, cine y carteles publicitarios… Como los cuerpos de actrices y modelos van siendo más delgados, al final el mensaje súper duro que se lanza es que sólo podemos ser amados y respetados si estamos delgados. Juan Ginés - Al final, los medios de comunicación propician el aumento de la frecuencia de los trastornos alimentarios. Y en los últimos años, el desarrollo de Internet con sus chats, blogs y foros ha provocado que se haga más visible este problema y ayuda a que las enfermas interactúen continua y fácilmente. Andrés - Yo sé que hay montones de páginas que incitan a entrar en este camino de la anorexia. Se ha creado toda una comunidad virtual en la que se intercambian consejos (cómo resistir el hambre, cómo ocultar a los demás su estado), se dan ánimos para alcanzar sus objetivos de delgadez extrema, y comparten una serie de apelativos (entre ellos el de “divas” y “princesas”) y lemas que les inspiran en su día a día. Y la anorexia llega a ser considerada una forma de vida, casi una religión. Juan Ginés - Y ¿vosotros pensáis que había personas anoréxicas en el pasado? José Miguel - Mira, en el pasado hay cosas muy curiosas. Desde la Prehistoria se ha considerado el ayuno como símbolo de pureza, de limpieza espiritual. En la Edad Media había mujeres ayunadoras muy valoradas por la Iglesia y la sociedad, que sufrían lo que los psiquiatras llaman “Anorexia santa”. La más conocida es Santa Catalina de Siena, que es Doctora de la Iglesia. Murió a los 33 años, incapaz de comer prácticamente nada y de dormir más de media hora cada dos días. Juan Ginés
- ¿Y hay casos que no tengan relación con lo religioso, que sean más parecidos a lo que vivimos ahora? José Miguel - Sí, mira esta mujer; se llamaba Isabel y era Emperatriz de Austria en el s. XIX. Era muy guapa, y realmente ésta sí que era una princesa de las de verdad. Todo el mundo la conoce como Sissi, y seguro que la habéis visto en las famosas películas que hicieron sobre su vida y que han puesto en la tele multitud de veces. En las películas nos la muestran como una mujer enamorada y feliz, pero parece ser que su vida no fue tan de color de rosa. Se casó con 16 años con el Emperador de Austria ¿Os imagináis? Por edad, podía estar en nuestro instituto, como una compañera más entre vosotros. Pues bien, una niña alejada de su familia, en unos palacios impresionantes, con unas reglas muy rígidas… Sissi no entendía nada, y no acataba tanta norma. A eso se añadía una relación difícil con su suegra, que era además, apoyada por su marido. Fijaos si era duro, que Sissi no tuvo la oportunidad de criar a sus hijos, ya que su suegra afirmaba que si Sissi no conseguía comportarse correctamente en la corte, no sería capaz de que sus hijos lo hicieran. Cuando Sissi tenía 19 años, murió su hija mayor, que tenía sólo 2. Esta tragedia y la actitud de su suegra provocó el aislamiento voluntario de Sissi de la vida social del palacio. Ella afirmaba que utilizaba la soledad como mecanismo de defensa debido a lo mal que había sido tratada. Lo malo es que esa no fue la única reacción a su triste vida de emperatriz, porque después de su tercer parto empezó a tener también comportamientos extraños referentes a la alimentación y al ejercicio físico. Andrés - A ver, ponnos ejemplos para que lo entendamos bien. ¿Qué es lo que hacía? José Miguel - Pues mira, se negaba a acudir a las comidas y tés familiares, justificando falta de apetito. Los pocos alimentos que consumía se resumían en consomés y leche, naranjas… hasta que empezó a comer compulsivamente helados y tartas que compensaba con estrictas dietas restrictivas. Con el ejercicio físico se obsesionó. Mandó instalar gimnasios en el palacio, en los que realizaba ejercicios durante 3 horas diarias. Practicaba equitación llegando a recorrer 200 km diarios a caballo. Otra de sus prácticas deportivas consistía en caminar a gran velocidad durante horas, incluso hasta seis. También practicaba esgrima y ejercicios de tiro. Andrés - ¿Y le pasó algo? José Miguel - Todo esto afecto a su salud, apenas dormía y muy a menudo sufría vértigo, jaqueca, fiebre, fatiga, náuseas y ataques de tos. También padecía anemia debido a su escasa alimentación. Juan Ginés
- ¿Y todo esto lo podemos ver de alguna manera? ¿Cómo se observa en las fotos? José Miguel - Pues mira, por ejemplo tenemos datos de sus medidas y también de su talla de ropa. Sissi de Austria medía 1,72 metros, pesaba 45 kilogramos y tenía una cintura de 47 centímetros, que lograba reducir hasta 40 con el corsé. Si comparamos vestidos que usó con 16 años y los que usaba en los años anteriores a su muerte, observamos que no hay mucha diferencia en la medida. Sissi acabó obsesionada por mantenerla. Y lo consiguió. Juan Ginés - Entonces ¿creéis que ella sufrió la anorexia? José Miguel - Bueno, los estudiosos han comprobado que cumple con las características que tiene este trastorno: ella disminuyó el consumo de alimentos y consiguió la consiguiente pérdida de peso, por debajo de lo normal para su talla. Sissi tenía un Índice de Masa Corporal de 15,21 Kg/m² y la Organización Mundial de la Salud considera que por debajo de 16 estamos ante una delgadez severa. También tenía un miedo intenso a ganar peso, a pesar de su delgadez. Y para evitarlo, practicaba deporte hasta la extenuación y hacía dietas muy estrictas. Por último, Sissi no percibía la gravedad de su bajo peso, por tanto tenía una visión alterada de su cuerpo. Andrés - Pero en aquella época a lo mejor no se daba tanta importancia a la imagen como ahora, y los medios de comunicación no ejercían una presión tan grande como en la actualidad. José Miguel - Es cierto, esta Sissi fue una mujer adelantada a su tiempo en esta cuestión. Esto era insólito entre las mujeres del s. XIX ya que hay que tener en cuenta que en la época en la que vivió aún no se había impuesto un modelo de belleza basado en la delgadez extrema. Su trastorno estaba relacionado con la estética pero no por la presión social apoyada en los medios de comunicación, como pasó un siglo más tarde. A Sissi le fascinaba la belleza y su propia belleza era cultivada por ella para cuidar su autoestima en un entorno que ella percibía hostil. Juan Ginés - Entonces, en los Trastornos de Comportamiento Alimentario influye todo, no sólo la sociedad que te rodea, sino también tus características como persona. José Miguel - Claro, si los trastornos se han dado en momentos diferentes, suponemos que su causa está relacionada también con las características de las personas, no sólo con la influencia de la sociedad en la que viven. Yo creo que el tipo de motivación que alimenta el trastorno sí que está más unido a lo cultural ya que es
verdad que la sociedad extiende el valor sobre el que se basa el trastorno (religión, delgadez…). Juan Ginés - Pero conocer las causas que desencadenan y mantienen esta enfermedad de la anorexia es muy complicado porque se unen elementos de muchos tipos y entre ellos, hay un componente mental y vital muy importante. Pero no sabemos decir más. Lo cierto es que con esta enfermedad se inicia un camino que te puede llevar a la muerte, y seguro, a la enfermedad y al dolor. Andrés - Pues por eso nosotros apostamos por disfrutar de los alimentos: José Miguel * Para comer. Juan Ginés * Para hacer reuniones con nuestros amigos tomando algo. Andrés * Para verlos como tema de grandes historias en los libros, en las pinturas… José Miguel * Para cuidar nuestra salud. Juan Ginés * Para dar trabajo a muchas personas. Andrés * Para aprender a cocinar. José Miguel * Para darnos pequeños premios en nuestro día a día. Andrés * Para juntarnos todos, como hoy, a aprender. Juan Ginés