‘PRINCESAS’ DE AYER
m.es/
Andrés Jiménez Osorio Juan Ginés Durán Sánchez Juan Miguel Gómez Juan 4º ESO A Profesora: Mª Amparo López Alejo. IES JOSÉ PLANES
“PRINCESAS” DE AYER “Mas sea tu alimento tu medicina, y tu medicina tu alimento” (atribuida a Hipócrates, siglo V a C) VS “Lo que me alimenta me destruye” (Quod me nutrit, me destruit) 1.- INTRODUCCIÓN Nosotros somos un equipo de tres alumnos de 4º de ESO que hemos desarrollado un trabajo relacionado con los trastornos alimentarios en el pasado. Tanto el tema como el título de este trabajo nos lo propone nuestra profesora de Sociales, con el fin de poder unir el presente y el pasado en relación a un trastorno que reconocemos como propio de nuestra época. La comida es el tema que un equipo de alumnos y profesores de tres institutos de Murcia estamos desarrollando en un Proyecto de Innovación que se llama ‘Te invito a mi mesa’. Sin embargo, en este caso el tema del trabajo no va a ir unido a la idea de placer o salud que solemos dar a esa parte tan importante de nuestra cultura sino que nos lleva a ver la comida como algo negativo. Romper por un momento la identificación que solemos hacer entre comida y disfrute, riqueza cultural, salud, encuentro social... también nos pareció interesante. ‘Princesas’ es la palabra con la que en la actualidad se autocalifican las chicas que consiguen llegar a lo que ellas llaman la ‘perfección’ en su proceso de autodestrucción y adelgazamiento. Nuestro objetivo es intentar comprobar si lo que pensamos en el arranque del trabajo es cierto o no: Hipótesis 1: creemos que los Trastornos de alimentación se identifican siempre con nuestra sociedad actual, no porque no existieran antes, sino porque ahora han adquirido un papel protagonista. Hipótesis 2: Queremos comprobar si ha habido casos de mujeres que han sufrido anorexia en el pasado. Hipótesis 3: por último, queremos comprobar por qué se llegaba al trastorno, ya que estos casos no tienen por qué tener los mismos móviles que en la actualidad. O dicho de otra forma, nos queremos contestar a las siguientes preguntas: ¿Por qué relacionamos los Trastornos de la Conducta Alimentaria con nuestro presente, con la sociedad actual? ¿Las ‘princesas’ son chicas de nuestro tiempo o han existido en otros momentos de la Historia? ¿Están siempre asociados a un excesivo culto al cuerpo y a la delgadez como modelo de belleza impuesto por los medios de comunicación?
Por supuesto, nuestro objetivo último es defender la idea de que a través del conocimiento de los problemas uno puede ayudar a evitarlos. Por tanto, nuestro mensaje siempre va a ir destinado a defender la alimentación en relación a la salud. Pues como decía Hipócrates en el s. V a.C.: ’Sea tu alimento tu medicina y tu medicina tu alimento’. 2.- METODOLOGÍA Nuestra metodología se basa en la investigación de carácter bibliográfico y dirigida por nuestra profesora. Hemos desarrollado una metodología inductiva, ya que hemos partido de unas preguntas a las que queríamos dar respuesta para poder sacar unas conclusiones. Por tanto, hemos caminado de la mano de las hipótesis que nos planteábamos a las conclusiones que nos iban mostrando las fuentes bibliográficas que hemos utilizado. La bibliografía que hemos manejado ha sido propuesta por la profesora y ha cubierto una triple vertiente: la médica, unida al impacto que tiene el tema sobre la salud, la psicológica que nos ha dado la dimensión emocional del tema que tratamos, y la histórica que aparece en el desarrollo de las dos biografías de los personajes que hemos elegido y también en las referencias a los distintos momentos cronológicos que hemos manejado. Para nosotros esto enriquece nuestro trabajo y lo completa ya que ninguna de estas parcelas podía quedar fuera. 3.- CONTENIDO DEL TRABAJO 1.- LA ANOREXIA, ¿UNA ENFERMEDAD DE LA SOCIEDAD ACTUAL? A) ¿Qué es? Definición En términos etimológicos el término “anorexia” proviene del griego, el prefijo a-, an- significa “falta, ausencia” y el término “orexis” significa “apetito”. Por lo tanto la palabra “anorexia” se refiere a la “falta de apetito”, por lo que una persona anoréxica es aquella que no tiene apetito. Lo primero que hay que saber es que la anorexia NO es lo mismo que la delgadez. Cuando vemos a una persona delgada no podemos afirmar que es anoréxica, aunque es verdad que en la anorexia hay una disminución de peso porque se disminuye la ingesta de alimento. Pero este trastorno es más complicado que algo relacionado solamente con el peso. Se trata de un trastorno que incluye alteraciones a nivel nutricional y también a nivel psicológico (García de Castro, 2013). Para definirla, acudimos a la guía del DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos mentales) de la Asociación Americana de Psiquiatría publicada en el año 2013. Se trata de un trastorno que se caracteriza: por la disminución excesiva de la ingesta (se llega a un peso por tanto muy por debajo de lo que se relaciona con el que se debe alcanzar para mantener la salud, en una edad, talla y sexo determinados), un miedo descontrolado a engordar (a pesar de
tener un peso evidentemente bajo) y una alteración en la manera de percibir el peso de uno mismo (no se reconoce el bajo peso, ni el peligro que esto supone). Es más frecuente en las mujeres, según García de Castro (2013, pag. 11) en parte porque a lo largo de la historia, el cuerpo femenino ha sido culturalmente más observado que el masculino tanto para los hombres como para las propias mujeres. A de más, la cantidad de grasa corporal femenina es mayor que la masculina debido a la capacidad reproductiva y e sto hace sentir mayor presión y deseo de adelgazar. B) ¿Por qué? Causas Las causas de la anorexia son muy complejas y se deben a factores biológicos, psicológicos y sociales (García de Castro, 2013): Hay unos factores que predisponen: Biológicos: vulnerabilidad genética, edad, sexo, antecedentes de sobrepeso u obesidad y la cantidad de ciertos neurotransmisores (como la serotonina, que produce saciedad, o la noradrenalina, que produce apetito). Psicológicos: Características de la personalidad (baja autoestima, desconfianza, obsesión por el control, etc…), separación o perdida de seres queridos o experiencias sexuales adversas. Sociales: La relación familiar, la influencia de amigos y el hecho de dedicarse a ciertas profesiones o actividades de riesgo que exigen una determinada complexión corporal, como deportistas, modelos o bailarinas. Y unos factores que provocan que el trastorno comience: Biológicos: cambios corporales producidos durante la pubertad, especialmente en aquellos casos en los que se dan de manera precoz. Psicológicos: acoso escolar, rupturas sentimentales y, al igual que en el caso de los factores que predisponen, separaciones o pérdidas de seres queridos y experiencias sexuales adversas o violencia sexual. Sociales: relaciones familiares conflictivas y relaciones sociales en las que se producen comentarios negativos respecto al cuerpo o peso corporal, se llevan a cabo dietas en grupo o se fracasa en la aceptación de los compañeros. C) ¿Cómo se refleja? Comportamiento En el perfil de las personas que sufren anorexia se observan las siguientes características (http://www.bienestarasociacion.com.ar/): La persona que sufre este trastorno persigue perder peso: puede hacerlo evitando comer o comiendo sólo aquello que menos nutre al organismo. Defiende la idea de poder vivir sin comer. Como tiene un fuerte temor al sobrepeso real o imaginario, la preocupación por ingerir la menor cantidad posible de alimentos les lleva a mentir, esconder la comida en los bolsillos, almacenarla en la boca para escupirla después sin haberla tragado...
A la vez hay un aumento de actividad física. Empieza a darse una obsesiva regularidad en ir a gimnasia u otro tipo de actividad física independientemente de sus posibilidades físicas. Si el aumento de actividad física es grave realizan varias horas diarias de ejercicios, saltos, caminatas, permanecer de pie, prácticas de baile, incluso en la noche. Presencia de las conductas compensatorias inadecuadas, como uso de diuréticos, laxantes o vómitos autoprovocados. Estos pacientes exhiben una negación de los síntomas y no reconocen su enfermedad. Tampoco reconocen su delgadez, ni el deseo de comer, ni la fatiga, en algunos casos extremos tampoco el deseo de dormir. Presencia de una baja autoestima, aislamiento social, inestabilidad emocional, estado depresivo, necesidad de demostrar autocontrol y éxito, defensa de ideales de belleza delgados y estereotipos culturales que equiparan el éxito con la delgadez. D) ¿Se trata de un trastorno propio de nuestro tiempo? Desde luego es evidente la identificación que se hace entre anorexia y sociedad actual. García de Castro (2013, pag. 2) opina que puede ser debido a que “en la actualidad, la incidencia de los trastornos alimentarios está aumentando. Y por eso se les considera actuales y modernos”. En otros estudios (Martínez, 2014) se une esta relación con el hecho de que hoy en día hay una obsesión por la delgadez y la juventud que no se ha hecho nunca tan intensa. La búsqueda de la belleza ha estado siempre presente, en las diferentes épocas y en todo tipo de culturas. Pero parece que las mujeres actuales han ido más allá sobrevalorando la belleza y la juventud y están dispuestas a incluir todo tipo de medidas: cosmética, moda, y también aquellas que afectan la salud de manera a veces fatal (cirugía y dietas severas). “Los ejemplos de jóvenes que han perdido la vida en el camino hacia la delgadez son, por desgracia, muy comunes. Ilustra el peculiar vía crucis que viven estas jóvenes el caso, bien conocido, de Isabelle Caro (1982-2010) que, enferma de anorexia desde los 12 años, se convirtió en la protagonista de una famosa campaña publicitaria contra la enfermedad” (Martínez, 2014. Pag 37). También queremos destacar el papel en nuestra época de dos elementos que creemos potencian la presencia de esta enfermedad: la moda y la importancia de los medios de comunicación e internet en nuestras vidas. Como hemos dicho, la importancia social y cultural del cuerpo femenino ha sido más importante que la del masculino y como el ideal estético de la mujer ha variado a lo largo del tiempo, con él ha variado la moda femenina. García de Castro (2013) explica cómo ha cambiado el modelo estético de mujer y la moda: desde la Prehistoria hasta la Edad Media, las mujeres obesas eran consideradas más atractivas que las mujeres delgadas. Esto se debía a que la obesidad se relacionaba con riqueza, poder, salud y fertilidad. En cuanto a la
vestimenta, hombres y mujeres utilizaban largas túnicas por igual, sin distinciones en cuanto a sexos. Es a partir del siglo XIV cuando se diferencian los atuendos y comienza la moda con el objetivo de mejorar el aspecto físico haciendo un ideal corporal concreto. Las mujeres llevaban varias capas de ropa, colocando en la parte superior de sus cuerpos camisas atadas con cordones que resaltaban su busto y en la parte inferior almohadillas o e n a g u a s que resaltaban sus caderas y, por consiguiente, su fertilidad. Sin embargo, la verdadera forma del cuerpo no se apreciaba, ya que ésta estaba aumentada. En el siglo XIX apareció el corsé con el objetivo de aparentar una cintura delgada, de hasta 40 centímetros, y resaltar el busto. En la parte inferior, se siguen llevando varias enaguas para aumentar las dimensiones de caderas, muslos, nalgas y abdomen. Hasta este momento el objetivo de las mujeres había sido aumentar las formas y el tamaño total de su cuerpo o de ciertas partes de él. Sin embargo, a partir de este momento, dicho objetivo comenzó a cambiar, centrándose en lo contrario: reducir el tamaño total del cuerpo o de ciertas partes de él. Como acaba de mencionarse, la primera parte a reducir fue la cintura a través del corsé. Al empezar el siglo XX siguió la moda del corsé, pero la cintura ya no era lo único que se pretendía estrechar. El ideal corporal era recto de hombros a pies, sin redondeces, alto y delgado, semejante al masculino. Las camisas y las faldas eran tan estrechas que apenas permitían movimiento. Las mujeres eran consideradas frágiles debido a su delgadez; sin embargo, esta delgadez y debilidad eran bien vistas, no se las consideraba enfermas por ello. Tras la I Guerra Mundial, el estilo de vida de la mujer cambió y con él, la forma de vestir. Las mujeres debían trabajar para sacar adelante a sus familias, por lo que la vestimenta debía ser lo más cómoda posible. La falda se acortó, el corsé desapareció, pecho y caderas dejaron de resaltarse y aparecieron los pantalones femeninos. A partir de aquel momento, el cuerpo ideal femenino cada vez ha sido más delgado, a la vez que la vestimenta se ha ido reduciendo y ha permitido mostrar más parte de éste. En la actualidad, este ideal de delgadez se ha convertido en un culto que ha sido transmitido y difundido progresivamente a través de los medios de comunicación. Las mujeres han aspirado a que sus cuerpos se asemejen a los de las actrices y modelos que les eran mostradas a través de televisión, revistas, cine y carteles publicitarios. Además, según avanzamos en la historia hacia la actualidad, los cuerpos de actrices y modelos van siendo más delgados: en la década de 1950 el icono femenino era la actriz Marilyn Monroe, mientras que al llegar la década de 1960 el icono femenino pasó a ser la modelo británica Twiggy (“twig” se traduce como “ramita”). El mensaje es muy duro, según afirmaba la psiquiatra y psicoanalista Hilde Bruch: “la televisión nos bombardea con el
mensaje de que podemos ser amados y respetados sólo si estamos delgados”. Al final, los medios de comunicación propician el aumento de la frecuencia de los trastornos alimentarios. Y en los últimos años, el desarrollo de Internet con sus chats, blogs y foros ha provocado según Martínez (2014) que se haga más visible este problema y ayuda a que las enfermas interactúen continua y fácilmente. El resultado es que se crea toda una comunidad virtual en la que se intercambian consejos (cómo resistir el hambre, ocultar a los demás su estado), se dan ánimos para alcanzar los objetivos de delgadez extrema que se han propuesto, y comparten una serie de apelativos (se llaman entre ellas “divas” y “princesas”) y lemas que les inspiran en su día a día. Y la anorexia llega a ser considerada una forma de vida, casi una religion. Pero aunque es verdad que los trastornos alimentarios en la actualidad tienen una importancia especial, nosotros queremos observar la posibilidad de que no sean una enfermedad nueva, un trastorno actual, sino que en otros momentos de la historia también haya habido personas que los han sufrido. 2.- ¿”PRINCESAS” EN EL PASADO? A)
SANTA CATALINA DE SIENA (S. XIV)
Como nos explica García de Castro (2013), en la Edad Media el ayuno era considerado una práctica de entrega a Dios. Por este motivo, la enfermedad hoy denominada “anorexia nerviosa”, es denominada “anorexia santa”. Sin duda, la más devota de estas muchachas ayunadoras religiosas fue Santa Catalina de Siena (13471380). Catalina era la penúltima de 25 hermanos, muchos de los cuales habían fallecido. A los 6 años Catalina tuvo su primera visión de Dios, lo que la llevó a hacer voto secreto de castidad y a rezar y ayunar como entrega cristiana. Empezó por rechazar la carne y siguió con el resto de alimentos cocinados, exceptuando el pan. Debido a esta severa restricción alimentaria, perdió en poco tiempo la mitad de su peso corporal. A los 16 años, la madre de Catalina le buscó un pretendiente, pero ella para evitarlo se cortó el pelo y aumentó su ayuno, alimentándose exclusivamente de pan, verdura cruda y agua. Al llegar a los 17 años, sus padres aceptaron su negativa al matrimonio y a los 19 años ingresó en la orden Dominicana. Catalina siguió ayunando en contra de los consejos de sus familiares y confesores. A los 20 años perdió el apetito y dejó de comer pan. A los 25 años se alimentaba exclusivamente de hierbas amargas que masticaba y expulsaba y de la Sagrada Comunión. Su objetivo era dominar sus impulsos corporales, incluyendo el hambre, para lograr la más pura santidad. Objetivo que consiguió, ya que terminó por perder el apetito y sentirse más sana y fuerte cuando no comía. Catalina pasaba la mayor parte del día y de la noche rezando, solamente dormía media hora cada dos días. Sin embargo, era una persona
físicamente muy activa. Dicha energía la empleaba en cuidar enfermos, hacer obras por la iglesia y tenía por costumbre caminar rápidamente grandes distancias. A los 33 años decidió dejar de beber agua y a los pocos meses murió debido a la inanición en un estado de infrapeso. Catalina fue canonizada como santa en el año 1461 por el Papa Pío II. B)
SISSI, EMPERATRIZ DE AUSTRIA También tal como recoge García de Castro (2013), la emperatriz Elisabeth de Austria nació el 24 de diciembre de 1837 en Múnich. Contrajo matrimonio a los 16 años con el emperador Francisco José I de Austria, convirtiéndose en la emperatriz consorte de Austria. Su relación conyugal y familiar era muy fría, tensa y distante ya que su suegra intentaba inculcarle las normas rígidas de la corte y Sissi no las entendía ni acataba. Su marido apoyaba a su madre y todo esta situación se superponía a la gran añoranza que Sissi sentía por su familia. La emperatriz no tuvo la oportunidad de criar a sus hijos, ya que su suegra afirmaba que si Sissi no conseguía comportarse correctamente en la corte, no sería capaz de que sus hijos lo hicieran. La primogénita del matrimonio falleció a los 2 años de edad. La emperatriz tenía solo 19 años. Esta tragedia y la actitud de su suegra provoco el aislamiento voluntario de Sissi de la vida social del palacio. Ella afirmaba que utilizaba la soledad como mecanismo de defensa debido a lo mal que había sido tratada. Sin embargo no fue la única reacción a su triste vida de emperatriz, tenía también comportamientos extraños referentes a la alimentación y al ejercicio físico. En cuanto a la alimentación se negaba a acudir a las comidas y tés familiares, justificando falta de apetito. Los pocos alimentos que consumía se resumían en consomé compuesto por carne de ternera, pollo, venado y perdiz. También entraba en su dieta leche, helados, naranjas y tartas que compensaba con estrictas dietas restrictivas. Tras cada embarazo se sometía igualmente a dichas dietas con el objetivo de recuperar lo antes posible su silueta delgada. En el ejercicio físico, pese a que Sissi había sido amante del mismo desde niña, tras su matrimonio, se obsesiono con su práctica. Mandó instalar gimnasios en el palacio, con el fin de realizar ejercicios gimnásticos a los que dedicaba 3 horas diarias. Practicaba equitación llegando a recorrer 200 km diarios a caballo. Otra de sus prácticas deportivas consistía en caminar a gran velocidad durante horas, inclusos hasta seis. También practicaba esgrima y ejercicios de tiro. Toda esta práctica deportiva se consideraba escandalosa para una mujer de aquella época y más para una emperatriz. La depresión de la emperatriz Sissi también afecto a su salud. Apenas dormía y muy a menudo sufría vértigo, jaqueca, fiebre, fatiga, náuseas y ataques de tos. También padecía anemia debido a su escasa alimentación.
Respecto a su complexión física, la emperatriz Elisabeth de Austria medía 1,72 metros, pesaba 45 kilogramos y tenía una cintura se 47 centímetros, que lograba reducir hasta 40 centímetros con el corsé. Estas medidas hacían que la emperatriz fuera una mujer esbelta, a lo que se añadía su gran belleza, famosa en toda Europa. Sissi acabó obsesionada por mantenerla. 3.- ¿”PRINCESAS” DE VERDAD? A) LO PROBADO Establecer en el s. XXI si los ejemplos históricos que hemos visto son verdaderamente casos de anorexia es muy difícil porque los especialistas no disponen de todos los datos que necesitarían para probarlo. Catalina de Siena mostró comportamientos que son típicos de las adolescentes actuales que sufren anorexia: la reducción de la ingesta, la hiperactividad, el autocontrol, el perfeccionismo… (Bayle y González, 2010). Pero asegurar que sufrió anorexia con un diagnóstico estricto, es complicado. No conocemos si la santa tenia miedo a ganar peso y tampoco si tenia una percepción alterada de su imagen real. Por ello, nosotros preferimos quedarnos en la afirmación de que Catalina de Siena sufría Trastornos de la Conducta Alimentaria, sin concreter más. Sissi, es otro caso. Cumplía todas las características que recoge el DSM-5 para las personas que sufren anorexia nerviosa (García de Castro, 2013): a) Disminución del consumo de alimentos y la consiguiente pérdida de peso, por debajo de lo normal para la talla. Sissi pesaba 45 Kg y media 1,72 m; por tanto, su Índice de Masa Corporal era de 15,21 Kg/m² y la OMS considera que por debajo de 16 estamos ante una delgadez severa. b) También tenia un miedo intenso a ganar peso, a pesar de su delgadez. Para evitarlo, practicaba deporte hasta la extenuación y hacía dietas muy estrictas. c) Sissi no percibía su grado de delgadez, incluso presumía de su peso, sin reconocer la gravedad de su bajo peso, por tanto tenia una vision alterada de su cuerpo (Martínez Sariego, 2014). B) LA MOTIVACIÓN En los Trastornos de la Conducta Alimentaria lo que sí ha cambiado a lo largo del tiempo es la motivación que empujaba a su aparición. En la actualidad, los Trastornos de la Conducta Alimentaria tienen una característica: utilizan el comportamiento alimentario para conseguir un fin que es mantener una determinada imagen corporal (ligada a la delgadez). En muchos casos históricos, como el de Santa Catalina de Siena, el ayuno era en sí mismo el fin. Ella no pretendía estar delgada, entre otras cosas porque en su época no se llevaba. En el caso de Sissi, el móvil estético estaba presente, pero de una manera también especial, porque se dio en una sociedad que todavía no marcaba la imagen corporal como valor principal y en la que tampoco
los medios de comunicación ejercían una presión grande en este tema (Bayle y González, 2010). LA MOTIVACIÓN RELIGIOSA A veces la religion ha considerado el cuerpo un obstáculo para la salvación del alma, y ha tendido a defender la mortificación a través de diversos medios, entre ellos, las restricciones alimentarias. Eran famosas ya en el s. XII las llamadas “santas anoréxicas”, religiosas que perdían peso a raíz de su ayuno autoimpuesto como acto de penitencia. Al ayunar, sentían que el espíritu triunfaba sobre lo material (el cuerpo, lo mortal). Así que en el caso de Santa Catalina de Siena el motivo del inicio de su trastorno estaba relacionado con el deseo de complacer a Dios a través de una práctica existente en la época: el ayuno (Bayle y González, 2010). Y el ayuno era una práctica más de las que se hacían para autosacrificarse, junto a dormir sobre piedras, aislarse de la sociedad, etc…(García de Castro, 9013).
LA MOTIVACIÓN ESTÉTICA A diferencia de las santas ayunadoras, Sissi se entregó al ayuno voluntario, por rendir culto al cuerpo. El caso de la emperatriz Sissi muestra una anorexia basada en objetivos relacionados con la estética, más parecida a la que nos encontramos en la actualidad. Mantenía un culto al cuerpo utilizando dietas y la práctica de la gimnasia en medidas exageradas (Martínez Sariego, 2014). Realmente esto era insólito entre las mujeres del s. XIX. Sissi fue en este sentido una mujer adelantada a su tiempo, ya que hay que tener en cuenta que en la época en la que vivió aún no se había impuesto un modelo de belleza basado en la delgadez extrema. Así pues, en el caso de Sissi la motivación estaba marcada como ahora por la estética, pero no por la presión social apoyada en los medios de comunicación como pasó un siglo más tarde. A Elisabeth de Austria le fascinaba la belleza en todas sus formas y ella se convirtió, en primer lugar, en admiradora de su propia belleza; esta belleza era cultivada por ella para cuidar su autoestima (Martínez Sariego, 2014).
4.- CONCLUSIONES Cuando planteábamos los objetivos de nuestro trabajo, nos fijábamos unas preguntas que íbamos a tener presentes para desarrollarlo: queríamos comprobar a) si los Trastornos de la Conducta Alimentaria eran fenómenos propios de la sociedad actual, b) si son trastornos unidos a la persona y por tanto presentes en cualquier circunstancia histórica, y c) si siempre están asociados a un excesivo culto al cuerpo y a la delgadez como modelo de belleza impuesto por el entorno sociocultural. En primer lugar hemos comprobado que aunque es cierto que en la actualidad hay una incidencia más alta de casos de Trastornos Alimentarios, también es cierto que a través de la Historia se conocen casos de personas que han desarrollado trastornos graves de este tipo.
En segundo lugar, querríamos recordar que afirmar que Santa Catalina de Siena y Elizabeth de Austria eran anoréxicas nos parece finalmente, un poco arriesgado. En el primero de los casos no tenemos seguridad para afirmar esto porque nos faltan datos acerca de su miedo a engordar o su alteración de la imagen corporal que percibía… Sin embargo, si no especificamos, hemos observado a través de estos ejemplos que los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCAs) sí que han existido en estos dos casos históricos. Si se han dado en marcos diferentes, suponemos que su causa está relacionada con las características de las personas, no sólo con la influencia de la sociedad en la que viven. Finalmente, creemos que el tipo de motivación que alimenta el trastorno sí que puede estar más unido a lo cultural (en el caso de Santa Catalina de Siena hay una motivación religiosa y en el de Elizabeth de Austria una motivación estética) ya que es verdad que la sociedad extiende el valor sobre el que se basa el trastorno (ayuno religioso, delgadez…). Aún así, en el caso de Sissi no había tampoco una presión social grande por el tema del peso. Hemos llegado como conclusion final, a la idea de que conocer las causas y las cosas que desencadenan y mantienen esta enfermedad de la anorexia es muy complicado porque se unen elementos de muchos tipos y entre ellos, hay un componente mental y vital muy importante. Pero no sabemos decir más. Lo cierto es que con esta enfermedad se inicia un camino que te puede llevar a la muerte, y seguro, a la enfermedad y al dolor. 5.- BIBLIOGRAFÍA Baile Ayensa, J.I y González Calderón, Mª J. ‘Trastornos de la Conducta Alimentaria antes del s. XX’ PSICOLOGÍA IBEROAMERICANA. Vol. 18, nº 2. Julio-Diciembre 2010. pp. 19-26. Universidad Iberoamericana. Ciudad de México. Distrito Federal, México. Baile Ayensa, J.I y González Calderón, Mª J. ‘¿Anorexia nerviosa en el s. XIV?: el caso de Santa Catalina de Siena’. Revista Mexicana de Trastornos Alimentarios. 2012. Pp. 80-88. García de Castro, S (Trabajo Fin de Grado en Nutrición Humana y Dietética Curso académico 2013-2014): La anorexia a través del tiempo Tutora: Nieves López Fernández. Germán Santana Henríquez, (2014), ‘Gastronomía y literatura’. Madrid. Ed. Clásicas. (Martínez Sariego, M. ‘Una enfermedad de princesas: representaciones culturales y literarias de la anorexia’) Caso, A (2002): Elizabeth, emperatriz de Austria-Hungria. Barcelona. Ed Planeta. Morato, C (2014): Reinas malditas. Madrid. Plaza y Janés.