Esta actividad me recuerda al soneto famoso de Lope: "Un soneto me manda hacer Violante/ que en mi vida me vi en tal aprieto". Las dos actividades en cuestión son peliagudas, por cuanto dependen de la autopercepción y de la autoevaluación, más que discutibles si el evaluador es uno mismo. En relación con el primer gráfico, me tengo por una persona preocupada por los demás y empática. El exceso de preocupación me vuelve vehemente y basculo hacia el lado contrario: se me puede percibir como una persona que no afirma al otro o que, en un momento dado, lo anula. Es un percepción extrema de la que soy consciente y que trato de modificar con insistencia. Por otra parte, he coordinado grupos de trabajo y programas y coordinado una infinidad de actividades, pero el trabajo de la Dirección maneja magnitudes muy distintas, en la que el control del estrés será esencial. En situaciones de tensión muy acentuada no trabajo bien en grupo. Es uno de los aspectos que intento modificar también.
En relación con el segundo gráfico, soy consciente de las cosas que se me dan muy bien, todo ello dicho con las precauciones debidas: la comunicación, la coordinación, la motivación y la profesionalidad. Aprecio una cierta contradicción en la valoración que he dado al trabajo en equipo y a la coordinación, pero sé que soy capaz de coordinar muy bien y de delegar funciones en distintas personas. En lo que tengo que formarme es en los aspectos prácticos y logísticos: en la negociación, en la gestión del conflicto, en la comprensión del centro y su contexto, por ejemplo. Antes de comenzar el curso no lo veía con la misma claridad, pero pero negociar es contribuir a una política de Centro en la que todos salgan ganando, en tanto que el conflicto, que es inevitable, nos puede resultar un obstáculo añadido. Por último, la organización de los recursos será otro aspecto en el que debo mejorar, porque la buena o la mala marcha de más de seiscientas personas dependerá de mis cbuenas o malas cualidades como organizador o gestor.