¡Viva pamplona!!! El derribo de las murallas, 25 de julio de 2015, día de júbilo extraordinario

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su vocación comercial y marítima y su papel de plaza fuerte militar fronteriza que la encorsetaba. Ello nos hace comprender que la identidad de la ciudad esté fuertemente marcada por la huella de sus murallas perdidas y nos hace preguntarnos sobre el valor de un patrimonio cuyos últimos vestigios son sacrificados en aras a la expansión subterránea de los aparcamientos.

MAYO [miércoles 27/05/2015], 19:30 horas Murallas de Cádiz; un caso singular en el modelo global de los derribos Juan Manuel Suárez-Japón | CATEDRÁTICO DE GEOGRAFÍA HUMANA DE LA UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE DE SEVILLA

Sólo desde la idea previa de que en el principio fue un “emplazamiento excepcional” puede comprenderse la realidad urbana, -pasada y presente-, de Cádiz. Durante su historia “milenaria”, la ciudad experimentó, como todas, dialécticas de construcción-destrucción hasta su configuración definitiva. Pero en todas gravitó la determinante de su emplazamiento cuasiinsular. Por ello, también el derribo de sus murallas (1906) y sus proyectos de expansión del extramuros constituyen hechos singulares, en los que también influyeron su vieja condición de Plaza Fuerte y sus secuelas. COMISARIADO Y MODERACIÓN José Vicente Valdenebro García GERENTE MUNICIPAL | AYUNTAMIENTO DE PAMPLONA

VISITAS GUIADAS AL INTERIOR DE LOS BALUARTES

Esos espacios están unidos por dos paseos. Por la parte superior de la muralla está la Ronda del Obispo Barbazán y, por su base, recientemente recuperado, discurre otro camino que corre extramuros, paralelo a la ronda, por la parte baja del lienzo. A ese espacio se puede acceder a través de una puerta recuperada en la restauración, que franquea la caserna y que fue abierta oficialmente hace unos días -aunque no es accesible de forma permanente-. Por ella salió Juan de Albret de Pamplona en 1512. Los visitantes podrán hacer este recorrido. La visita permitirá acceder también a la parte superior del Baluarte del Labrit y sus 14 cañoneras, con una gran vista sobre los barrios del río, y conocer cómo funcionaba la defensa y el avituallamiento de los soldados allí destacados. También se accederá al Baluarte Bajo de Guadalupe que asomaba sobre los fosos del Frente de Francia, un espacio de unos 22,50 m de longitud, dotado de troneras y cañoneras.

DL NA 644-2015

En lienzo de la muralla correspondiente al Frente de Magdalena está flanqueado por dos baluartes: El Baluarte del Labrit (donde desemboca la pasarela del mismo nombre) y el Baluarte del Redín, con otro baluarte complementario situado 4,6 m más abajo (el llamado Baluarte Bajo de Guadalupe), en la zona del Caballo Blanco.

CICLO DE CONFERENCIAS FORTIFICACIONES DE PAMPLONA

El Baluarte de Labrit y el Frente de la Magdalena han sido recientemente restaurados dentro del proyecto europeo FORTIUS, Valorización turística y cultural del patrimonio fortificado de Pamplona y Bayonne.

¡Viva Pamplona!

Fechas: 17 y 18 de abril, viernes y sábados del 1 al 30 de mayo a las 19:00 horas Punto de encuentro: Fortín de San Bartolomé – Centro de Interpretación de las Fortificaciones de Pamplona.

PREMIO ESPECIAL DEL PÚBLICO PREMIO UNIÓN EUROPEA DE PATRIMONIO CULTURAL | EUROPA NOSTRA 2012

Duración aproximada: 60 minutos Precio: 3 € [entrada libre para menores de 10 años]

El derribo de las murallas 25 de julio de 1915, día de júbilo extraordinario

Información y reservas: Oficina de Turismo Municipal | Plaza Consistorial T 948 420 700 | oficinaturismo@pamplona.es | visitamurallaspamplona@gmail.com

MÁS INFORMACIÓN Teléfono 010 | www.pamplona.es | Red Civivox de Pamplona

www.murallasdepamplona.es

15, 22 y 29 de abril y 6, 20 y 27 de mayo | 19,30 horas Palacio del Condestable | Mayor, 2 | Pamplona


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¡Viva Pamplona! El derribo de las murallas 25 de julio de 1915, día de júbilo extraordinario El día de ayer fue para Pamplona día de júbilo, día de satisfacción, día de grandes esperanzas. Fue un día el de ayer que jamás se olvidará en Pamplona. Después de tantos años de trabajos, de lucha por conseguir la realización de una de nuestras aspiraciones, la desaparición de los obstáculos que se oponían al engrandecimiento de nuestra ciudad querida, ayer vimos por fin realizados nuestros sueños. ¡Ya no son las murallas una barrera infranqueable; ya son nuestras esas murallas que tanto se opusieron a la expansión de Pamplona! [...] Así abría Diario de Navarra el día 26 de julio de 1915, un día después del derribo de las primeras piedras del baluarte de la Reina ubicado en el frente sur de las murallas de Pamplona. Unos sentimientos comunes a los de gran cantidad de ciudades que a partir de la segunda mitad del siglo XIX veían en sus murallas el origen de todos sus problemas: hacinamiento, enfermedades, infravivienda, delincuencia,... Una vez que perdieron su función defensiva, como consecuencia de los avances de la artillería, el derribo de las murallas se convirtió en un símbolo de modernidad para todas aquellas ciudades cuyo tejido urbano no había podido crecer. En 1854 comenzaba el derribo de las murallas de Barcelona; posteriormente fue en San Sebastián [1863], Valencia [1865], Madrid, Córdoba y Sevilla [1868], Palma de Mallorca [1902], Cádiz [1906],... hasta que en 1915 llegó el momento de Pamplona y Jaca. En estas jornadas, enmarcadas dentro del proyecto europeo FORTIUS [Valorización turística y cultural del patrimonio fortificado de Pamplona y Bayona], tendremos la oportunidad de conocer cómo se gestaron y cómo fueron los años previos a estos derribos. Expertos de diferentes ciudades, especialmente de nuestro entorno pirenaico, se encargarán de repasar las principales vicisitudes relacionadas con el día esperado en el que comenzar el derribo de sus murallas.

CICLO DE CONFERENCIAS

ABRIL [miércoles 15/04/2015], 19:30 horas 1889 y 1905, dos intervenciones precursoras de un derribo esperado Juan José Martinena Ruiz | DOCTOR EN HISTORIA | ACADÉMICO CORRESPONDIENTE DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA | EX-DIRECTOR DEL ARCHIVO GENERAL DE NAVARRA El año 1889 una Real Orden autorizó el derribo parcial de dos baluartes de la ciudadela, con la mitad de la cortina de la puerta principal y su revellín, para posibilitar el trazado del Primer Ensanche, del que una gran parte la acabarían ocupando los nuevos cuarteles, hoy desaparecidos. Posteriormente, otra Real Orden de 1905 aprobó la reforma de tres de los seis portales del recinto amurallado –Nuevo, Taconera y San Nicolás- para ampliar los accesos a la ciudad y facilitar el paso de vehículos. El frontis barroco de los dos últimos se reconstruiría años más tarde. El derribo de las murallas, que supuso la destrucción total de su frente sur para iniciar el Segundo Ensanche, no llegaría hasta después de 1915, pero las mutilaciones parciales objeto de esta conferencia fueron el anticipo de una realidad nueva que los pamploneses venían soñando desde hacía mucho tiempo.

ABRIL [miércoles 22/04/2015], 19:30 horas Jaca y sus murallas [s.XI-XX] Valentín Mairal López | PROFESOR DE HISTORIA DEL ARTE Jaca, situada sobre una pequeña meseta a 820 m. a la salida de los Pirineos por Somport, fue siempre un lugar fronterizo, de paso de mercaderes y de peregrinos. Esta ubicación, que explica tanto la existencia de la propia ciudad, como su vocación comercial y su destino como una plaza fuerte de alto valor estratégico, no pasó desapercibida ni para los reyes aragoneses ni para los españoles, que no dejaron de ayudar a componer y mantener su defensa a través

de las Murallas, el Castillo de San Pedro (Ciudadela) y el fuerte de Rapitán. Hoy, cuando se cumple justo un siglo del desdichado hecho de la demolición de las murallas, uno no puede más que resignarse e imaginar cómo sería en la actualidad Jaca con ellas. Su destrucción supuso un “avance” hacia la modernidad y el progreso; pero duele esta destrucción cuando la vemos tan reciente: !1915, fue casi ayer! Desde el último tercio del siglo XIX y hasta 1915 (fecha de inicio por Real Orden de la demolición), los distintos Consistorios elitistas pusieron todo su empeño en hacer desaparecer el conjunto pétreo que circundaba la ciudad. Jaca, al igual que otras ciudades españolas que tenían la peculiaridad de ser “Plaza Fuerte”, como fue el caso de Pamplona, aspiraba a lograr liquidar los muros en las mejores condiciones para la ciudad. Un siglo después, con la peatonalización del casco histórico, Jaca ha recuperado gran parte del encanto de un lugar con historia; pero, desgraciadamente, sin las murallas que la acompañaron durante casi 1.000 años.

ABRIL [miércoles 29/04/2015], 19:30 horas Bayona y Perpiñán: Dos ciudades que se enfrentan a la demolición de sus fortificaciones, dos proyectos de ciudad [Bayonne et Perpignan: Deux villes face a la démolition de leus fortifications, dex projets de ville] Josette Pontet | PROFESORA EMÉRITA DE LA UNIVERSIDAD DE BORDEAUX MONTAIGNE, PRESIDENTA DE LA SOCIEDAD DE CIENCIAS, LETRAS Y ARTE DE BAYONA Encerradas dentro de sus fortificaciones, las dos plazas fronterizas que protegen los dos extremos de los Pirineos aspiran a eliminar la presión que les imponen sus murallas así como las servidumbres a ellas asociadas. Con la obtención de la autorización para su desmantelamiento en 1901 por parte de Perpignan y en 1907 por parte de Bayona, ambas ciudades se enfrentan al problema de la demolición o no de todo el conjunto fortificado. En Perpiñán, se va a imponer la opción de la demolición casi total de sus murallas con la ejecución de un proyecto de ciudad abierta unificada, integrando en la misma trama urbana los barrios ubicados en el exterior de las murallas y la ciudad encerrada en la misma. Por el contrario, la ciudad de Bayona decidió finalmente mantener la mayor parte de sus fortificaciones, con lo que hace elección de una planificación en la que se genera una yuxtaposición entre la ciudad antigua y la ciudad del exterior de las murallas. Vamos a examinar las razones que han presidido la elección de estas opciones divergentes que se correspondían con sus diferentes situaciones económicas y sociales.

MAYO [miércoles 06/05/2015], 19:30 horas Cómo Pamplona consiguió el derribo de sus murallas en 1915 Esther Elizalde Marquina | DRA. EN HISTORIA DEL ARTE El 25 de julio de 1915 supuso para Pamplona un auténtico “día de júbilo extraordinario” según narraron las crónicas de la época pues, por fin, sus murallas eran demolidas en su parte sudeste proporcionando el espacio necesario para la edificación del Segundo Ensanche. Sin embargo, no se trató de una concesión repentina sino que fue el culmen de un dilatado proceso durante el cual las diferentes Corporaciones Municipales lucharon por el derribo de las fortificaciones pamplonesas. Este proceso iniciado a mediados del siglo XIX adquirió mayor relevancia al final de esa centuria cuando el Ayuntamiento de Pamplona encabezó una acción conjunta con una veintena de ayuntamientos españoles por la desaparición de las zonas polémicas. A esta iniciativa le sucedieron numerosas gestiones por la desaparición del “cinturón pétreo” como diversos viajes a Madrid, entrevistas con altas autoridades, reuniones y asambleas con los distintos organismos representantes de la capital navarra y la participación de las fuerzas vivas de la ciudad y la opinión pública en general. Existieron varias reales órdenes que concedían tan anhelado derribo pero que no llegaron a cumplir las condiciones requeridas por Pamplona. El carácter de plaza fuerte impedía su desaparición sin la construcción de un nuevo recinto de seguridad que defendiera a la población en caso de ataque. Pero el estallido de la Primera Guerra Mundial evidenció la ineficacia de estas “viejas piedras” otorgando finalmente la demolición de las murallas pamplonesas.

MAYO [miércoles 20/05/2015], 19:30 horas Memoria y permanencia de las murallas en el urbanismo de Donostia-San Sebastián José Javier Pi Chevrot | ARQUITECTO, AUTOR DE LA EXPOSICIÓN RECORDANDO LA DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN 1813

ANTERIOR AL DESASTRE DE

A principios del siglo XIII, el rey Sancho el Fuerte ordena rodear San Sebastián por un recinto amurallado que fijará el límite de su desarrollo; permaneció con sus puertas y torres, casi en su totalidad, hasta el incendio de 1813, integrado a la trama urbana medieval. Su doblamiento, bajo el reinado de Carlos V, cerrando un espacio de vida e intercambio a las puertas de la ciudad, la Plaza Vieja, hoy el “Boulevard” y su compleja extensión sobre arenales, durante los dos siglos siguientes, apenas cambiará las cosas. San Sebastián padecerá, hasta el derribo de sus murallas en 1863, un conflicto latente entre


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