El uso del portafolio como herramienta de construcción de aprendizajes y estrategia evaluativa en la educación de tercer nivel se fundamenta en el desarrollo de competencias de orden superior a través de la reflexión y el pensamiento crítico, evidenciado de forma narrativa. La realización de esta actividad inicia desde el establecimiento de criterios coherentes con las intencionalidades de la práctica pedagógica que cada docente diseña para una asignatura, los propósitos o razones que dan cuenta del por qué de su realización y una declaración ética de su construcción y evolución. De igual forma, el portafolio cuenta con unas entradas o activadores, encargados de realimentar permanentemente el proceso de aprendizaje, por incentivar la reflexión crítica y el uso de la racionalidad razonable.