Un día, cuando Mari peinaba su pelo en la entrada del hogar, estalló una gran tormenta. - Mari, ¡corre!, guarda los animales y
después ¡entra y cierra todas las puertas y ventanas! -le gritó su madre.
- No puedo, ama, me tengo
que peinar.
Su madre, enfurecida, le miró y con rabia le dijo: - ¡Maldita seas! ¡Ojalá te llevaran los
rayos!
42 • Cuentos de mitología vasca