Lo m+s Barcelona m a g a z i n e Nº 6
AINHOA ARTETA VOZ DE PLATA VOICE OF SILVER
ENTREVISTA A ANDRÉS VELENCOSO INTERVIEW WITH ANDRÉS VELENCOSO ESCADA: ELEGANCIA Y GLAMOUR EN LA MODA ESCADA: ELEGANCE AND GLAMOUR IN FASHION BARCELONA, PLATÓ DE CINE BARCELONA, FILM SET Lo m+s Barcelona ·
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Tiendas centenarias / Century-old Shops
Aires de nostalgia An Air of Nostalgia La Cerería Subirá, con una tradición de más de dos siglos, atiende en un comercio que, en 1847, fue creado como una tienda de ropa de lujo. Su producción de velas es famosa en toda la ciudad. / J.Ch.
Son una invitación a viajar al pasado. Ya sea por la decoración modernista o clásica de sus fachadas, o por su interior donde la madera suele abundar y el mobiliario permanece casi inalterable, las tiendas centenarias de Barcelona parecen detenidas en el tiempo. An invitation to travel to the past. Whether because of their modernist or classical façades, or the wood-fitted interiors and seemingly ageless furnishings, Barcelona’s century-old shops appear to be locked in time. Texto y fotos: Juan Pedro Chuet-Missé 26 · Lo m+s Barcelona
PATRIMONIO HISTÓRICO / HISTORICAL HERITAGE TENDENCIAS URBANAS / URBAN TRENDS
Cerería Subirá, Subirá with a tradition of more than two centuries, operates in a shop that, in 1847, was opened as a luxury clothing store. Their candles are well-known across the whole city. / J.Ch.
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ste lapsus temporal es lo que sucede, por ejemplo, con la chocolatería Fargas (C/ del Pi, 16), un pequeño local con sus escaparates de madera oscura, de estilo modernista, donde se presenta una tentadora variedad de chocolates y bombones. A un lado, una curiosidad: una vitrina de bronce exhibe un pequeño molino con su rueda de granito en la que, al día de hoy, sigue produciendo el famoso ‘chocolate a la piedra’ de esta casa. “Antes, en el sóta-
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hey are locked in a kind of time warp. For example, the Fargas chocolate shop (C/ del Pi, 16), a small establishment with dark-wood displays, in modernist style, with a tempting variety of chocolates and bonbons. At one side, there is a little curiosity: a bronze display cabinet exhibits a small mill with its millstone, which even today, still produces this shop’s famous a la piedra hot cocoa chocolate bars. “Before, there was a mule in the cellar which Lo m+s Barcelona · 27
El elegante modernismo de la chocolatería Fargas Fargas. Desde 1820, varias generaciones han comprado sus bombones. / J.Ch. The elegantly modernist Fargas chocolatería. Since 1820, countless generations have bought their bonbons. / J.Ch.
no había una mula que hacía girar el rodillo”, explica Teresa Torras, encargada del local y quien lleva 40 años en el comercio, que fue registrado en 1827. Pero mantener un patrimonio arquitectónico y su estructura, por tantas décadas, es un desafío. Y el principal problema de los comerciantes es el tema del alquiler. Según explica Josep Maria Roig, propietario de la dulcería y pastelería La Colmena (Plaça de l’Àngel, 12), la liberalización de las rentas fijas, a partir de 2014, colocaría a estas tiendas en una situación de desprotección. “No es que tengamos problemas en pagar más por el alquiler”, dice, pero explica que muchos comercios centenarios ocupan solares ambicionados por grandes empresas, que si ofrecen una propuesta económica más abultada, los actuales comerciantes no tendrían otra opción que cerrar sus puertas. 28 · Lo m+s Barcelona
used to make the roller turn”, explains Teresa Torras, the shop’s manageress who for 40 years has been a part of the business, which dates back to 1827. However, keeping up the architectural and structural heritage for so many decades can be challenging. The principal problem for businesses like this is rent. Josep Maria Roig, owner of the confectioner’s and cake shop La Colmena (Plaça de l’Àngel, 12), explains that the deregulation of fixed rents, set to come into effect in 2014, will put these shops in a vulnerable position. “It’s not that we have a problem with paying more for rent”, he says, but explains that many of these century-old businesses occupy plots coveted by big businesses, which may have more generous budgets and which could lead to these businesses having to close their doors. As a result of this, some 50 century-old
Arriba: ambiente neoclásico en el Cafè de l’Òpera y modernismo en el separador del bar Muy Buenas Buenas. Abajo: las tentaciones de la pastelería La Colmena, Colmena un punto de atracción al turismo. / J.Ch. Top: neoclassical atmosphere in the Cafè de l’Òpera and the modernist bar divider at Muy Buenas bar. Below: little temptations in La Colmena cake shop, a key tourist attraction. / J.Ch.
Por ello, unas 50 tiendas centenarias se han agrupado para crear la Asociación de Establecimientos Emblemáticos, la cual espera una respuesta del Ayuntamiento de Barcelona para poder solucionar este dilema. El vicepresidente de esta entidad, Jordi Subirá, es quien desde 1964 tiene a su cargo la Cerería Subirá (Baixada Llibreteria,7), casa que desde 1761 produce velas, “cuya mitad se vende para las iglesias, y la otra mitad para decoración”, apunta. Su local, donde destaca la escalinata con dos estatuas, conserva el aire de cuando fue abierta hace un siglo y medio como tienda de ropa de lujo. Muchas tiendas centenarias conservan, entre su mobiliario, alguna curiosidad. Como en el bar Muy Buenas (Carme, 63), que además de sus espejos y escaparates de principios de siglo, presenta una barra ahuecada de mármol con varios agujeros. “Esos son los impactos de
shops have come together to create the Association of Emblematic Establishments, and are awaiting a response from the city council on how to overcome this dilemma. The vice president of this group, Jordi Subirá, has since 1964 been running the candle shop Cerería Subirá (Baixada Llibreteria, 7), an establishment that has been in existence since 1761 producing candles, “half are sold for churches, half are sold for decoration”, he points out. His shop, whose staircase is accentuated by two statues, preserves an air of when it opened a century and a half ago as a luxury clothing shop. Many century-old shops preserve a little of the past in their furnishings, like the bar Muy Buenas (Carme, 63), which besides its mirrors and display windows from the turn of the last century, has a bar, embellished with marble, which displays a number of holes. Lo m+s Barcelona · 29
El Rei de la Màgia conserva su frente casi como en 1881. Derecha: un esgrafiado en la calle Nou de la Rambla. / J.Ch. El Rei de la Màgia Màgia’s frontage is still nearly as it was in 1881. Right: Sgrafito in the street Nou de la Rambla Rambla. / J.Ch.
cuando se picaba el hielo y se dejaba allí, para colocar y conservar las bebidas frías”, explica Miguel Magaña, su propietario. Pero si hay alguna magia al traspasar algún portal, cae de maduro que esto sucede en El Rei de la Màgia (Princesa, 11). Abierto en 1881, es el primer local dedicado al ilusionismo en España. En el comercio, con poca luz y mucho terciopelo, el cliente que esté interesado en saber trucos de magia, puede comprar secretos que se revelan detrás de una cortina negra ilustrada con naipes. “La gente que entra aquí siempre se va relajada. Porque el secreto de un truco es disfrutarlo sin prisas”, dice Sara Fernández. En un truco, el tiempo transcurre a otro ritmo. Como el de las más de 60 tiendas que ya han pasado el siglo de vida en Barcelona, y que pese a las dificultades, luchan por seguir siendo parte de la memoria urbana.
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“These are the result of when they used to break up ice and they were left there, to put cold drinks in and keep them that way”, explains Miguel Magaña, the owner. If magic happens when you cross a threshold, then it’s obvious it happens on entering El Rei de la Màgia (King of Magic Princesa, 11). Opened in 1881, it was the first local dedicated to magic in Spain. With little light and a lot of velvet, customers interested in learning magic tricks can go in and buy secrets which are revealed behind a black curtain decorated with playing cards. “People who come in here always leave more relaxed; the secret of a trick is not to rush it”, says Sara Fernández. During a trick, time flows far slower. Many of the 60 shops have survived a century of life in Barcelona, and despite difficulties, they are still fighting to continue being a part of the urban consciousness.