A lo cofrade, desde la Luz a las formas... "Cum Frater" 2017

J. Pedro Pomares

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esde el presbiterio vino dada la imagen; tomaba conciencia y forma. Se aliviaba el concepto. Era sábado de vísperas y divagaba el proyecto.¿Cómo salir de la rutina?

Es la pregunta lapidaria de todo ser creativo, es el vértigo del pensamiento tantas veces influenciado y de típica querencia a lo cómodo, a lo visto, a lo inventado, a lo rutinario, a lo fácil a lo que viene dado.

Decía que desde el presbiterio tomaba forma el asunto, postrado literalmente a los pies de Cristo. Despojado de vergüenzas, aliviado de tiempos pasados... Esta vez estaba allí, consciente de la única oportunidad que iba a existir; podía prever el futuro, sentía olvidar el pasado. Llegar a la imagen fue casualidad, atrevimiento y mucho trabajo -yo prefiero llamarlo paciencia-. La paciencia que tantas veces despreciamos, obsequio que burlamos glorificando la velocidad del pensamiento, de la palabra, la obra y la omisión.

El silencio venció al bisbiseo catártico del momento, dando paso a la quietud, a la soledad, ralentizando el tiempo que desde el umbral a la calle, mantenía su trasiego y para la nave conseguía un reino de paz. Consultaban los horarios de próximas celebraciones un pequeño grupo de fieles en el mismo instante en el que, una mirada anónima atravesaba el arco peraltado que despedía al barrio, apreciando el instante, aguardando paciente e inmóvil, dominando el tiempo... Parece burlarse del resto.

No tema asomarse a las imágenes, recrearse en ellas; adéntrese e imagine, deduzca y sienta. Ponga nombre a los conocidos, tal vez usted aparezca. Tome conciencia del momento, del instante, yo detuve el tiempo para contar mi historia, usted puede encontrar la suya.

J. Pedro Pomares

J. Pedro Pomares

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na bulla es a la Semana Santa, lo que la quietud a la oración. Es una bulla la gloria al cangrejeo jartible de los rancios, de los “güenos”, en una bulla el murmullo, la fatiga y el jadeo. En una bulla algo pasa, y lo que pase va al cielo, colócate en una bulla, agarra fuerte al compañero, en las bullas nacen amigos, se comparten costeros ¡que forma de andar más sabia! el andar al cangrejeo.

Presenciar una bulla es apasionante, capturar el momento, detener el tiempo, el instante. En una bulla hay miradas, hay besos, hay gestos. ..Los turíferos que ocultan el cielo, esos músicos sin compases, sin “costalero”…Meterse en una bulla es, elevar los pies del suelo, sonreír o llorar por recordar los anhelos, es colarse entre el gentío, es volverse y contemplar lo bello. Una bulla es hoy la necesidad de sentir lo que somos y a lo que nos debemos, una bulla es perder el miedo, una bulla es ser valiente, afrontar el reto. La bulla es la catarsis de los sentimientos previos, de la soledad ante el portón, del momento de oración, de encender el fuego, de medirse y tallarse desde los pies al cuello, del repique de campanas, de esconder los besos...

Lejos de carrera oficial, tienen las hermandades del extrarradio melillense sus momentos más amables, los más sinceros; la cuesta Juan de Lanuza, se convierte cada Domingo de Ramos en un hervidero. Vega se atreve -lo echaremos de menos-, idas y venidas desde la trasera al estandarte, carreras asfixiantes de rasos caballeros, bajas a la tierra, pones los pies en el suelo, suena el novio de la muerte y vuelves a subir al cielo...

J. Pedro Pomares

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el barrio; del barrio y de sus gentes. Del barrio de los que vencen, de los que miran de frente a la muerte; del barrio, del extrarradio melillense. Del barrio de las afueras, al que hay que ir de veras, del barrio que no está de paso, del barrio de los de siempre.

Porque... para las penas, Rocío; para las alegrías, Rocío; para pedir, Rocío; para dar, amor y Rocío, para sufrir, fe y Rocío; para llorar oración y Rocío; para gritar, tres veces guapa Rocío; para bailar, Rocío; para compartir, Rocío.

Rocío es para el barrio lo que la gente quiere, lo que la gente tiene, lo que la gente busca y encuentra. Es Rocío para la salud y la enfermedad, es Rocío en la alegría y la tristeza, es la fe del enfermo, es la ilusión que se gesta, es almíbar en primavera y lo es en la riqueza; Rocío es al pobre, para el que necesita y encuentra, es Rocío al amor y la paz, es Rocío a la caridad, al desamparo y la soledad. Es Rocío para el que olvida y para el que recuerda, es Rocío para el que llega y Rocío es al que se fue, al que vive con Ella y para el que decide volver. Es Rocío, de puertas abiertas, de noches en vela, de madrugá que no llega, es Rocío de blanco pureza. Es Rocío, alivio de tu promesa, es Rocío al que rechaza y para el de al lado, que reza. Rocío del que imagina, del que sueña y vuela; Rocío es para el barrio, y el barrio es con Ella, porque de Rocío al cielo, nada queda.

J. Pedro Pomares

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e otra manera, de otro modo... Otra forma de ver las cosas, de entenderlas. Otra forma de tocar al corazón, de susurrar los sentimientos, de llamar y de llamarte, de hablar y hablarte, es otra forma; otra manera de contar y de contarte. Es otra forma de rezar. Valga el racheo para ralentizar los acontecimientos, valga para aliviar el sufrimiento.

Valga la voz para airear los momentos y valga para pautar compases sueltos. Tiene Melilla, aunque algunos no quieran verlo, la capacidad de complacernos, y tiene la capacidad por lo que tienen sus gentes. “A poco a poco” que te intereses, que te llame la atención, lo vives; con “pies más cortos” y a los “menos pasos” lo sientes... Otra forma de explicarte: con el “bueno ahí” te paras, miras...adviertes. Llévate y déjate hacerlo con el “vámono” o el “de frente”, “llámate” que es otra forma de estar presente; ponle “oído” a ésta gente, a su caminar de “costero”, al paso de “mudá”, a llamarlos costaleros. Para mantener las costumbres, que bote menos el “patero”, tu siempre “ve”, -de ir- de frente, siempre estate dispuesto; ten abierto el corazón, y dispón tus sentimientos, no habrá “Sentencia” sin “Dolores” que no te lleve a lo cierto; es otra forma de entender, lo que siempre te cuento.

J. Pedro Pomares

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