2 minute read

De Parnaso, sin acuse de recibo por Miguel Adrover Caldentey

Comenzar

Decía Cesare Pavese que “La única alegría en el mundo es comenzar. Es hermoso vivir porque vivir es comenzar, siempre, a cada instante. Cuando falta esa sensación uno quisiera morir”.

Advertisement

Nosotros, que desgraciadamente ahora venimos de un ciclo lleno de muerte, debemos volver a comenzar. Sí querido amigo que estás leyendo estas líneas, comenzar de nuevo, a relacionarnos, a salir, a ir al cine, a leer unos versos, ir al teatro, escuchar un concierto, visitar una exposición, admirar un cuadro, y hacerlo presencialmente.

Evitemos la fría pantalla que tanto nos ha ayudado durante estos largos meses de soledad, arrinconémosla por un tiempo y pisemos la calle, visitemos a nuestros amigos, abracemos a nuestros seres queridos, y comencemos de nuevo a vivir.

Tendemos a creer que todo está terminado, que cada socavón es más terrible que el anterior, somos tendentes al pesimismo, sin embargo si miramos atrás, vemos como en otras ocasiones el empeño de la raza humana para salir adelante nos demuestra que nada está definitivamente terminado, simplemente que las cosas, en algunos momentos, se detienen sólo para comenzar de nuevo.

Y ahora tenemos esta oportunidad. Con consciencia de que no todo está hecho, con precaución de no fastidiarla de nuevo, pero con la convicción de que nos enfrentamos a un nuevo comienzo, y que si lo sabemos gestionar, nos dará bellos momentos, nos ofrecerá nuevas ilusiones, nos dejará grandes regalos.

Quizá hayamos aprendido que la velocidad en el vivir no es siempre la mejor opción. Nada es comparable a sentarse y ver pasar el tiempo, ahora, en plena canícula, buscar una sombra fresca, apoyarse en el tronco de un árbol frondoso, abrir al azar un libro, deleitarnos con un texto, o con una charla amena, quizá intrascendente, no importa, el tema es lo menos importante, lo realmente importante es el hecho, es disfrutarlo, vivirlo, sentirlo.

Ahora hay que recomponer lo destruido, no será fácil, será duro, largo, doloroso, pero no tenemos que quedarnos enclavados en este momento, hay que recomenzar, mejor dicho, comenzar de nuevo, vivir de nuevo, ser cautos, pero no estar encerrados ni maniatados por el pánico que nos ha arrastrado durante este largo periodo.

Si nos atrevemos a comenzar una nueva época, si nos atrevemos a decidir un nuevo futuro, si nos atrevemos a cambiar, y no repetimos errores pasados, en nuestras manos tendremos el poder cambiar el destino, elegir camino, reescribir el guion, quizá en esos momentos, seremos conscientes de que la individualidad es necesaria en momentos puntuales, pero lo que nos hace fuertes es la colectividad.

En los momentos de escribir esta carta para ti, como siempre sin acuse de recibo, estoy solo frente a la pantalla del ordenador, pero sin tú cooperación, ahora que la estás leyendo, habría sido un hecho baldío haberla escrito, nos necesitamos uno al otro. Y si pudiera suprimir la pantalla y mantener esta conversación cara a cara contigo, más satisfecho me sentiría, quizá algún día lo consigamos.

Mientras llega el momento, solo decirte que mi mayor deseo ahora es que entre todos comencemos de nuevo, juntos, fuertes y alegres. El futuro es nuestro próximo paso, construyámoslo.

This article is from: