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Los pequeños relatos parnasianos

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Poesía

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Todo se puede contar en unas pocas palabras. Es cuestión de acertar en su elección y de saberlas articular. El talento para ello diferencia a unas personas de otras, a los escritores de diverso calado. Abrimos esta nueva sección con el mejor afán y el más acertado pronóstico. Como la vida misma. Muéstrenos su gran universo literario en 150 palabras. Les esperamos. El picaporte

Todos ya se han despedido. El último invitado cerrará la tranquera. Se apagarán todas las luces, menos la lámpara donde ella se sentará a escribir. Los perros duermen. El día fue agotador. Por las ventanas se ve la negrura del campo. El silencio pesa. Una extraña inquietud le invade el cuerpo. Siente que no está s hay viento. La gata se despierta y corre hacia la puerta. Ella no puede pararse. Sus piernas parecen pegadas a la silla. Sus ojos recorren Una, dos, tres veces. Al amanecer ella prepara un café bien fuerte. Necesita despabilarse para pasar en limpio el cuento de terror que acaba de escribir.

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Lilia Cremer

Cuando la maestra fue a escribir las preguntas de la prueba en la pizarra, no pudo. Todas las letras habían desaparecido del abe caleidoscopio estaban todas las vocales y consonantes del alfabeto. Solo me quedaba esperar la hora de salida para que mis amig

Yuray Tolentino

El mar se hacía enorme ante mis ojos. Todo un mundo envuelto en un estremecedor silencio donde el batir de las lejanas olas que intuía me trasladaba una y otra vez al mismo punto de partida, al origen de este presente que inevitable se me ofrecía...

Todo se puede contar en unas pocas palabras. Es cuestión de acertar en su elección y de saberlas articular. El talento para ello diferencia a unas personas de otras, a los escritores de diverso calado. Abrimos esta nueva sección con el mejor afán y el más acertado pronóstico. Como la vida misma. Muéstrenos su gran universo literario en 150 palabras. Les esperamos. El picaporte

odos ya se han despedido. El último invitado cerrará la tranquera. Se apagarán todas las luces, menos la lámpara donde ella se sentará a escribir. Los perros duermen. El día fue agotador. Por las ventanas se ve la negrura del campo. El silencio pesa. Una extraña inquietud le invade el cuerpo. Siente que no está sola. Hay un leve movimiento en la cortina de voile. Pero afuera no

La gata se despierta y corre hacia la puerta. Ella no puede pararse. Sus piernas parecen pegadas a la silla. Sus ojos recorren la sala. Se clavan en el picaporte justo para ver que alguien lo mueve.

Al amanecer ella prepara un café bien fuerte. Necesita despabilarse para pasar en limpio el cuento de terror que acaba de escribir.

Lilia Cremer (Argentina)

uando la maestra fue a escribir las preguntas de la prueba en la pizarra, no pudo. Todas las letras habían desaparecido del abecedario. En mi mochila una fiesta comenzaba, dentro de mi caleidoscopio estaban todas las vocales y consonantes del alfabeto. Solo me quedaba esperar la hora de salida para que mis amigas y yo… nos fuéramos a escribir nuestras propias aventuras. Yuray Tolentino (Cuba)

l mar se hacía enorme ante mis ojos. Todo un mundo envuelto en un estremecedor silencio donde el batir de las lejanas olas que intuía me trasladaba una y otra vez al mismo

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