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Editorial

Apuesta por el Amor y la Esperanza

La vida es un eterno tránsito, una mudanza hacia un espacio infinito donde saboreamos dosis que procuramos, al menos en ocasiones, que sean de felicidad. El afán en esta dirección ha de darse. Los cambios son, además de necesarios, inevitables: se hallan ahí. Con esa visión nos esforzamos periódicamente desde esta revista, que consideramos tan suya como nuestra.

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Las mudanzas las debemos afrontar no sólo con la deportividad que ha de caracterizar la existencia, sino con la premisa de aprender. Lo que no nos derrota definitivamente, recordemos, nos hace más fuertes. Algo así nos subrayaba Nietzsche.

Convendría interpretar las estructuras cruciales en cualquier etapa de nuestras vidas como opciones que suman. Las rutas de las “intra-historias” que a menudo les contamos en esta publicación nos brindan ingentes fortunas en forma de docencias, de creencias en el porvenir. La fe mueve montañas, incluso en el sesgo literal. Ejemplos les citamos muchos.

La credibilidad y la confianza son aspectos señeros. Sin la una y sin la otra no vamos a parte alguna. Por eso las crisis, que suponen puesta en cuestión de lo vigente, nos regalan las intervenciones necesarias para que las arterias caigan, para que todo se defina de otra guisa. Algunos de nuestros colaboradores propician este escudriño.

La transformación es un tesoro. No hay riqueza mayor que la lección que nos viene de levantarnos tras caídas diversas. El corazón, como la mente, ha de estar abierto. No debe tener prejuicios, ni debemos vivir en un limbo inmutable. Las derivaciones de los prólogos fortalecen las raíces y dan un ramaje más denso, verde y prometedor. Consideraciones para ello hallarán en las siguientes páginas, eso sí, sin el ánimo de fermentar consejos estériles ni tampoco con el objetivo de impulsar un alineamiento.

La Esperanza, como podemos comprobar constantemente, sana en todos los territorios. Además, es la hermana del Amor. Nuestro deseo es que no les falte ni la una ni el otro. Los textos ofertados en este número, en su mayoría al menos, apuestan por cobijarles en los más altos sentimientos. Ahí siempre nos encontrarán.

Letras de Parnaso

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