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Del 27 por Rosa María Costa
from Edición 69
Dámaso Alonso
Dámaso Alonso nació en Madrid el 22 de octubre de 1898, en una familia acomodada, aunque su infancia la pasó en Asturias. Estudió con los jesuitas, más tarde se licenció en Derecho y Filosofía y Letras y se formó en el centro de Estudios Históricos dirigido por Menéndez Pidal.
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Frecuentó la Residencia de Estudiantes donde conoció a Federico García Lorca, Luis Buñuel, Pepín Bello, Salvador Dalí y Vicente Aleixandre, con éste último trabó una fuerte amistad que duraría hasta su muerte. La aparición de su edición crítica de las Soledades de Góngora en 1927 dio nombre a la famosa Generación del 27. En esta época también colaboró en la Revista de Occidente y en Los cuatro vientos.
Dámaso destacó rápidamente por su gran talento, convirtiéndose en el mayor experto en Góngora; sus ediciones posteriores del Polifemo han sido fundamentales para el estudio de filólogos de años posteriores. También formó parte de la Real Academia Española de la Lengua y de la Real Academia de Historia.
En términos generales la poesía de Dámaso Alonso se caracterizó por poseer un alto nivel estético, buscando ante todo la conservación y defensa del idioma español. En 1927 ganó el Premio Nacional de Poesía.
Su primer libro fue Poemillas de ciudad en 1921, pero su verdadera voz, desgarrada y existencial, apareció una vez concluida la guerra civil, en Hijos de la ira, publicado en 1944. Esta obra representó una clara conexión con el momento histórico que vivía España, rompiendo así el nexo con la poesía esteticista y ajena a la realidad que era la que imperaba en nuestro país hasta ese momento. El lenguaje se convierte aquí en deliberadamente prosaico, desgarrado, dolorido y rabioso, incluyendo vocablos antipoéticos y majestuosos versículos emulanDámaso Alonso | Fonte: Fundación Juan March do el ritmo de los salmos bíblicos, imágenes con connotaciones surrealistas, así como la constante preocupación por el corazón del hombre. Todo ello situó a la poesía de Dámaso Alonso en el centro de la poesía de posguerra, abriendo el camino a una más dramáticamente humana, con un tono de protesta ante la injusticia. Esta poesía de posguerra fue denominada por él mismo como poesía desarraigada, puesto que no fue protegida por el gobierno franquista. Posteriormente se fue iniciando una derivación hacia la poesía social de Blas de Otero y Gabriel Celaya.
En su obra Oscura noticia (1944), de carácter existencial, el poeta hace un cuestionamiento constante de la vida, estando presente Dios como creador de todas las cosas, que no siempre son perfectas, evidenciándose así de modo inequívoco su inquietud religiosa.
En Hombre y Dios (1954), nuevamente se ponen de manifiesto los interrogantes sobre la existencia humana, refiriéndose al hombre como punto central del mundo y Dios mirándolo por medio de él.
Lo religioso siempre ocupó un puesto importante, especialmente Dios, al que consideraba el culpable del caos que vivía el mundo, de tal modo que esta obra se situará dentro de esa corriente, con características opuestas a las normas clásicas: versos libres y un lenguaje más directo y dramático.
Ya en sus años de vejez Dámaso Alonso publicó Gozos de vida (1981), donde se combinaba su temor ante la enfermedad con una expresión espontánea de la belleza del mundo, adivinándose así el deseo del poeta de seguir gozando de los placeres terrenales.
El estilo literario de Dámaso Alonso se orientó más a la emoción que a la belleza, estando sus primeras obras influenciadas por la poesía pura de Juan Ramón Jiménez. En su segundo libro, El viento y el verso, el poeta jugó mucho con la lírica, adquiriendo así su poesía un matiz cristalino.
Para concluir podemos decir que el trabajo de Dámaso Alonso como filólogo y poeta fue minucioso y delicado; las cualidades lingüísticas y expresivas le otorgaron un lugar de honor y referente para análisis y estudios literarios posteriores. A día de hoy, Dámaso Alonso es una figura incuestionable de la Generación del 27.