MEMORIAS TOMO I Mayo de 2002 ORGANIZACIONES CONVOCANTES
ORGANIZACIONES Y PERSONAS QUE ENTREGAN ESTA PUBLICACIÓN MINISTERIO DEL MEDIO AMBIENTE Cecilia Rodríguez, Ministra CORPORACIÓN AUTÓNOMA REGIONAL DE CUNDINAMARCA Darío Londoño, Director General INSTITUTO DE HIDROLOGIA, METEREOLOGIA Y ESTUDIOS AMBIENTALES Carlos Fonseca Z., Director General CONSERVACIÓN INTERNACIONAL COLOMBIA Fabio Arjona Hincapié, Director Ejecutivo José Vicente Rodríguez Mahecha, Director Científico
EDITOR GENERAL - COMITÉ EDITORIAL Cristal Ange Jaramillo Corporación Autonoma Regional de Cundinamarca Carlos Castaño Uribe Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales Fabio Arjona Hincapié Conservación Internacional Colombia José Vicente Rodríguez Conservación Internacional Colombia Claudia Liliana Durán Conservación Internacional Colombia
COORDINACIÓN DE LA PUBLICACIÓN Claudia Liliana Durán Carlos Castaño Uribe Conservación Internacional Colombia DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Guias de Impresión
ADVERTENCIA Las ideas consignadas en los textos son de responsabilidad exclusiva de los autores. Este libro puede reproducirse parcialmente citando la fuente y con la autorización de las instituciones organizadoras.
INDICE AGRADECIMIENTOS ................................................................................................................. 5 PRESENTACIÓN .........................................................................................................................13 INTRODUCCIÓN .......................................................................................................................15 DISCURSO DE APERTURA ....................................................................................................18 TODOS SOMOS GENTE DE MONTAÑA .......................................................................20 CONFERENCIAS MAGISTRALES ........................................................................................23 COLOMBIA ALTO ANDINA Y LA SIGNIFICANCIA AMBIENTAL DEL BIOMA PÁRAMO EN EL CONTEXTO DE LOS ANDES TROPICALES: UNA APROXIMACIÓN A LOS EFECTOS FUTUROS POR EL CAMBIO CLIMÁTICO GLOBAL (GLOBAL CLIMATIC TENSOR) ......................................24 PROGRAMA NACIONAL PARA EL MANEJO SOSTENIBLE Y RESTAURACIÓN DE ECOSISTEMAS DE LA ALTA MONTAÑA COLOMBIANA: PÁRAMOS ...............................................................................................50 SIMPOSIO CAMBIO CLIMÁTICO Y SU POTENCIAL IMPACTO EN LOS PÁRAMOS ..............................................................................................................59 DIAGNÓSTICO, CAMBIO GLOBAL Y CONSERVACIÓN .........................................60 CAMBIOS Y TRANSFORMACIONES EN EL SUELO DEL BIOMA DE PÁRAMO POR EL CAMBIO CLIMÁTICO ...............................72 MOVILIDAD ALTITUDINAL DE PÁRAMOS Y GLACIARES EN LOS ANDES COLOMBIANOS ................................................................................80 LA VARIABILIDAD Y EL CAMBIO CLIMÁTICO Y SU EFECTO EN LOS BIOMAS DE PÁRAMO ......................................................................................98 LA SOSTENIBILIDAD Y LOS PÁRAMOS ...................................................................... 110 MODELO PARA EVALUAR LA VULNERABILIDAD ................................................ 122 El CICLO CLIMÁTICO CIRCADIANO, LOS CAMBIOS INTEMPESTIVOS DEL CLIMA DURANTE EL FOTOPERÍODO Y LAS RESPUESTAS ADAPTATIVAS DE LAS PLANTAS DEL PÁRAMO .............................................. 132 RETROCESO GLACIAR EN EL VOLCÁN NEVADO SANTA ISABEL Y SU RELACIÓN CON EL COMPORTAMIENTO CLIMÁTICO (CORDILLERA CENTRAL, COLOMBIA) ................................................................. 144 POSTERS Y CONCLUSIONES CAMBIO CLIMÁTICO Y SU POTENCIAL IMPACTO EN LOS PÁRAMOS ............................................... 153 EFECTO DE CAMBIOS EN EL USO DEL SUELO SOBRELOS ALMACENAMIENTOS DE CARBONO Y FLUJOS DE GASES DE EFECTO INVERNADERO EN ÁREAS DEL PÁRAMO DE LAS ÁNIMAS, CAUCA, COLOMBIA ........................................................................... 154
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES DEL SIMPOSIO “EL CAMBIO CLIMÁTICO Y SU POTENCIAL IMPACTO EN LOS PÁRAMOS” ................. 160 SIMPOSIO HISTORIA NATURAL Y ASPECTOS BIOGEOGRÁFICOS DEL PÁRAMO .............................................. 167 BIODIVERSIDAD EN LA REGIÓN DEL PÁRAMO: CON ESPECIAL REFERENCIA A COLOMBIA ....................................................................................... 168 EL AGUA FÓSIL, UN EXTRAORDINARIO INDICADOR PALEOAMBIENTAL .......................................................................................................... 201 LOS SUELOS DE LAS REGIONES PARAMUNAS DE COLOMBIA Y VENEZUELA .................................................................................................................. 208 ALGUNOS PATRONES DE DISTRIBUCIÓN Y ENDEMISMO EN PLANTAS VASCULARES DE LOS PÁRAMOS DE COLOMBIA .............. 213 REFLEXIONES SOBRE EL ANÁLISIS BIOGEOGRÁFICO DE LOS ANFIBIOS PARAMUNOS .............................................................................. 241 MAMÍFEROS DEL PÁRAMO .............................................................................................. 243 ENDEMISMO EN PÁRAMOS COLOMBIANOS CON BASE EN LA DISTRIBUCIÓN DE ESPERMATÓFITOS Y EL ANÁLISIS DE PARSIMONIA DE ENDEMISMO (PAE) ............................................................ 253 PRIORIDADES DE INVESTIGACIÓN EN EL PÁRAMO ........................................ 267 LA NECESIDAD URGENTE DE MANTENER EL EQUILIBRIO DINÁMICO DEL CICLO HÍDRICO ........................................................................... 271 POSTERS Y CONCLUSIONES HISTORIA NATURAL Y ASPECTOS BIOGEOGRÁFICOS DEL PÁRAMO .............................................. 277 DINÁMICA Y PREFERENCIAS DE MICROHÁBITAT EN DOS ESPECIES DEL GÉNERO Eleutherodactylus (ANURA: LEPTODACTYLIDAE) DE BOSQUE ANDINO ................................ 278 ESTRUCTURA, COMPOSICIÓN Y DIVERSIDAD VEGETAL EN BOSQUE ALTO ANDINO DEL CERRO DE MAMAPACHA (BOYACÁ-COLOMBIA) .................................................................................................... 289 COLECCIÓN DE PLANTAS DE PÁRAMO PRESENTES EN EL HERBARIO DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA ...................... 303 ÁREAS DE ENDEMISMO DEFINIDAS POR ANFIBIOS EN LOS PÁRAMOS DE COLOMBIA ......................................................................... 311 LA VULNERABILIDAD DE LAS FORMAS DE VIDA EN LA ANTROPIZACIÓN DEL PÁRAMO ANDINO ......................................... 321 TRANSPIRACIÓN DE Espeletia pycnophylla FRENTE A FACTORES MICROCLIMÁTICOS. PÁRAMO SANTUARIO DE FLORA Y FAUNA GALERAS. NARIÑO, COLOMBIA .......................................................... 332 DESCRIPCIÓN ESTRUCTURAL DE LA VEGETACIÓN ACUÁTICA DE TRES SISTEMAS LACUSTRES DE ALTA MONTAÑA LOCALIZADOS EN MONGUA-BOYACÁ ............................................................... 341
BIOMASA DE LOS MICROCRUSTÁCEOS PLANCTÓNICOS DEL LAGO DE TOTA (COLOMBIA) ........................................................................ 355 ESTUDIO DE LA COMUNIDAD FITOPLANCTÓNICA EN EL LAGO DE TOTA (BOYACÁ-COLOMBIA) ................................................ 364 CATÁLOGO FLORÍSTICO DEL PÁRAMO DE LA RUSIA, DUITAMA (BOYACÁ) ....................................................................................................... 379 CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA DEL PARAMILLO DE LA PEÑA DEL CARMEN, CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ, D.C. .......................... 429
SIMPOSIO MANEJO, CONSERVACIÓN Y PROTECCIÓN ..................................... 445 CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD DE ECOSISTEMAS ALTOANDINOS DEL MACIZO COLOMBIANO. PARTICIPACIÓN SOCIAL EN LA CONSERVACIÓN .......................................... 446 LA IMPORTANCIA DE LOS HUMEDALES PARA LA BIODIVERSIDAD Y SU INCORPORACIÓN DENTRO DEL CONVENIO RAMSAR .................. 456 APROXIMACIÓN A LOS EFECTOS DE LAS ACTIVIDADES ANTRÓPICAS SOBRE LA FAUNA DE VERTEBRADOS DEL PÁRAMO COLOMBIANO ................................................................................... 465 MAPEO PARTICIPATIVO INVOLUCRANDO A LA COMUNIDAD EN EL MANEJO DEL PÁRAMO ................................................................................. 482 LA BIODIVERSIDAD DE LOS PÁRAMOS EN EL ECUADOR ............................. 496 UTILIZACIÓN DE SIG Y SENSORES REMOTOS EN EL PARQUE NACIONAL RÍO ABISEO, PERÚ .................................................................................. 515 HACIA UN SISTEMA DE MANEJO DE INFORMACIÓN PARA LOS ECOSISTEMAS ANDINOS ...................................................................... 520 ANÁLISIS DEL ESTATUS LEGAL PARA LA PROTECCIÓN DE LOS PÁRAMOS EN JURISDICCIÓN DE LA CORPORACIÓN AUTÓNOMA REGIONAL DE CUNDINAMARCA, CAR .................................. 524 FORMULACIÓN DE PLANES GUÍA DE MANEJO PARA TRES ÁREAS PROTEGIDAS PILOTO EN JURISDICCIÓN CAR ................................................ 534 ¿CÓMO HACER PLANES DE MANEJO DEL PÁRAMO CON ÉNFASIS EN PARTICIPACIÓN Y GÉNERO? PROPUESTA METODOLÓGICA ......... 546 CONSERVACIÓN, ORDENAMIENTO Y MANEJO DEL SISTEMA DE PÁRAMO Y BOSQUES ALTOANDINOS DEL NOROCCIDENTE MEDIO ANTIOQUEÑO (PLAN DE MANEJO DEL SISTEMA DE PÁRAMO Y BOSQUES DEL NOROCCIDENTE MEDIO ANTIOQUEÑO) .................. 559 PROCESO DE FORMULACIÓN E IMPLEMENTACIÓN DEL PLAN DE MANEJO DEL PARQUE NACIONAL NATURAL CHINGAZA .............. 572 EL PÁRAMO EN EL PENSAMIENTO MUISCA ......................................................... 582 EL PENSAMIENTO DE LAS AGUAS DE LAS MONTAÑAS ................................. 588 POSTERS Y CONCLUSIONES MANEJO, CONSERVACIÓN Y PROTECCIÓN ..................................................................................................................... 608
MANEJO AMBIENTAL DEL PÁRAMO DEL ALTO QUINDÍO........................... 609 MARIPOSAS ALTIANDINAS (LEPIDÓPTERA: NYMPHALIDAE, SATYRINAE) Y LA CONSERVACIÓN DE LOS PÁRAMOS EN VENEZUELA ..................... 626 FESTIVAL DEL AGUA DE LA CALERA. ESTRATEGIA SOCIOCULTURAL PARA EL CAMBIO DE ACTITUDES Y APTITUDES EN EL USO, MANEJO Y CONSERVACIÓN DE LAS FUENTES HÍDRICAS Y ECOSISTEMAS ASOCIADOS .................................................................................... 634 CONSTRUCCIÓN COMUNITARIA, PLAN DE INCENTIVOS PARA EL MANEJO INTEGRAL DE LA MICROCUENCA “QUEBRADA SAN LORENZO” .................................................................................. 641 CONCLUSIONES DEL SIMPOSIO MANEJO, CONSERVACIÓN Y PROTECCIÓN ................................................................................................................ 647
SIMPOSIO CONTABILIDAD Y SERVICIOS AMBIENTALES ................................ 649 EL CAPITAL NATURAL COMO INSTRUMENTO DE DESARROLLO (SERVICIOS AMBIENTALES Y DESARROLLO) ................................................... 650 VALORACIÓN ECONÓMICA AMBIENTAL DE PÁRAMOS ................................. 658 ¿CÓMO INCORPORAR GÉNERO EN ACTIVIDADES DE ECOTURISMO DE LA FOCIFCH? ................................................................. 670 MONITOREO AMBIENTAL EN LOS BOSQUES DE NIEBLA: CUANTIFICACIÓN DE LA PRECIPITACIÓN OCULTA EN BOSQUES SUBANDINOS Y ANDINOS ........................................................... 682 PROYECTO HIDROELÉCTRICO DEL RÍO AMOYÁ ............................................... 692 POSTERS CONTABILIDAD Y SERVICIOS AMBIENTALES .................................. 697 SISTEMAS DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA COMO HERRAMIENTA DE APOYO AL ESTUDIO DE CUENCAS DE PÁRAMO .................................. 698 SIMULADOR DE PRECIPITACIÓN HORIZONTAL PARA EL ESTUDIO DE LOS PÁRAMOS ................................................................... 705 METODOLOGÍA DE MONITOREO AMBIENTAL DEL TURISMO EN ÁREAS PROTEGIDAS DEL ECUADOR CONTINENTAL MAT - ANP ....... 713 CONCLUSIONES DEL SIMPOSIO DE CONTABILIDAD Y SERVICIOS AMBIENTALES: NECESIDADES Y ESTRATEGIAS ............................................ 731
SIMPOSIO ASPECTOS SOCIALES, ECONÓMICOS E INSTITUCIONALES: LA GENTE Y EL PÁRAMO: USO, IMPACTO Y MANEJO CAMPESINO .... 733 LA INTEGRACIÓN DEL DESARROLLO AGRÍCOLA Y LA CONSERVACIÓN DE AREAS FRÁGILES EN LOS PÁRAMOS DE LA CORDILLERA DE MÉRIDA, VENEZUELA ............................................ 734
EL PÁRAMO: PRODUCCIÓN SOCIAL DEL ESPACIO EN LAS ALTAS MONTAÑAS ECUATORIALES .................................................... 750 PROPUESTA PARTICIPATIVA DE ORDENAMIENTO Y MANEJO DE LOS PÁRAMOS DE LA CORDILLERA CENTRAL DEL VALLE ............ 771 EL GRUPO PÁRAMOS/ JALCAS Y PUNAS DEL PERÚ: INSTITUCIONES Y ACCIONES EN BENEFICIO DE COMUNIDADES Y ECOSISTEMAS ALTO ANDINOS .............................. 785 ALTERACIÓN DEL PÁRAMO DE CHONTALES EN BOYACÁ POR GANADERÍA Y APLICACIÓN DE PLAGUICIDAS EN PAPA .......................... 812 IMPACTO DE FUEGO Y GANADERÍA SOBRE LA VEGETACIÓN DE PÁRAMO ................................................................ 819 PROPAGACIÓN DE FLORA ENDÉMICA DE PÁRAMO O EN PELIGRO DE EXTINCIÓN EN EL PARQUE NACIONAL NATURAL EL COCUY............ 842 LA AGROFORESTERÍA Y LA AGRICULTURA SUSTENTABLE COMO ALTERNATIVAS PARA EL MANEJO DE PÁRAMOS........................... 849 LA REGIÓN DEL NORORIENTE, MODELO DE GESTIÓN AMBIENTAL: OTRA CONSTRUCCIÓN DE LA COTIDIANIDAD ............... 857 MARCO JURÍDICO COLOMBIANO RELACIONADO CON LOS PÁRAMOS ........................................................................................................ 865 POSTERSASPECTOS SOCIALES, ECONÓMICOS E INSTITUCIONALES: LA GENTE Y EL PÁRAMO: USO, IMPACTO Y MANEJO CAMPESINO .... 886 USO DE FAUNA SILVESTRE EN LOS ALREDEDORES DE LA SERRANÍA DE MAMAPACHA (BOYACÁ, COLOMBIA) ...................... 887 MECANISMOS DE RESTAURACIÓN DE LA FERTILIDAD EN UNA SUCESIÓN SECUNDARIA EN EL PÁRAMO DE CRUZ VERDE, COLOMBIA .......................................................................................... 900 EL VALLE DE LAS PAPAS Y SU IMPACTO SOBRE EL PÁRAMO DE LETREROS ........................................................................ 917 CULTURA Y RACIONALIDAD CAMPESINA EN EL USO Y TRANSFORMACIÓN DEL PAISAJE EN EL PÁRAMO DE LETRAS (CALDAS, COLOMBIA) .................................................................................................... 922 DIMENSIÓN JURÍDICA Y ECONÓMICA PARA LA IMPLEMENTACIÓN DE POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN EN LOS PÁRAMOS ............................. 931 IMPACTO CAUSADO EN EL SUELO POR LAS PLANTACIONES DE PINO EN EL PÁRAMO DE GACHANECA ..................................................... 945 ¿QUÉ TANTO SABEN LOS NIÑOS DE BOGOTÁ SOBRE EL PÁRAMO?....... 961 PÁRAMO, RECURSOS NATURALES Y COMUNIDAD RURAL ............................ 966 EFECTO DE DISTURBIOS ANTRÓPICOS EN LAS INTERACCIONES BIÓTICAS DE UN PÁRAMO HÚMEDO DE COLOMBIA ................................ 969 EVALUACIÓN DEL RÉGIMEN DE HUMEDAD DEL SUELO BAJO DIFERENTES USOS EN LOS PÁRAMOS LAS ÁNIMAS Y PIEDRA DE LEÓN, DEPARTAMENTO DEL CAUCA ................................... 983
Biodiversidad de Páramos en el Ecuador
Patricio Mena-Vásconez
LA BIODIVERSIDAD DE LOS PÁRAMOS EN EL ECUADOR Por Patricio Mena-Vásconez
RESUMEN En este artículo se presenta una recopilación breve del conocimiento actual relevante sobre la biodiversidad de los páramos ecuatorianos, tanto de la flora como la fauna –incluyendo notas biogeográficas, taxonómicas y fitosociológicas–, y de los tipos de páramos encontrados en el país, con base en un reciente análisis de imágenes satelitales. Palabras clave: Biodiversidad, Ecuador, páramo, tipos de páramo.
ABSTRACT Here we present a brief compilation of relevant up-to-date knowledge of the plant and animal biodiversity of Ecuadorian paramos, including biogeographical, taxonomic and phytosociological notes, and of the different types of paramos found in the country, based on a recent satellite-image analysis. Key words: Biodiversity, Ecuador, paramo, types of paramos.
INTRODUCCIÓN La diversidad de los páramos está mejor caracterizada por la palabra “única” que por la palabra “riqueza”. A todos los niveles de la biodiversidad (genes, especies y paisajes) no hay más representantes en el páramo que en otras zonas de vida, pero lo característico es “lo que hay en el páramo, no se encuentra en ninguna otra parte”. En primer lugar, el paisaje: estos grandes valles con humedales, fragmentos de bosque, pajonales y nevados solamente se encuentran en el norte de los Andes. Luego, aunque no hay tantas especies como en otras altitudes, las imágenes del páramo (el cóndor y la paja, el lobo y la chuquiragua, etc.) no se encuentran en ninguna selva. Finalmente, al nivel de genes, todo el mundo asocia el páramo (y las punas en el Sur) con la multitud de diferentes tipos de papa que existen, los que lastimosamente en la vida cotidiana se reducen a la Chola. En este artículo se hace una caracterización más o menos detallada de la riqueza singular que tienen los páramos del Ecuador en términos de flora, fauna y paisajes.
LAS PLANTAS DE LOS PÁRAMOS La diversidad florística de los páramos El páramo en realidad posee una variedad mucho mayor de lo que la imagen clásica (“lugar yermo desprovisto de árboles”) nos haría pensar. Los páramos, en toda su extensión en el Neotrópico, cubren alrededor del 2 % de la superficie de los países; sin embargo, tienen cerca de 125 familias, 500 géneros y 3.400 especies de plantas vasculares. Entre las plantas no vasculares los números también son notables: 130, 365 y 1.300 respectivamente para familias, géneros y especies (Tabla 1).
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Tabla 1: Familias más diversas en géneros y especies de varios grupos de plantas en los páramos (tomado de Luteyn, 1999).
En términos del Ecuador, aún no se conoce el número exacto de especies de plantas que viven en los páramos del país, pero León-Yánez (2000) sugiere que son alrededor de 1.500. Esta cifra relativamente alta, especialmente para sitios elevados donde la biodiversidad tiende a ser menor que en partes más bajas, contradice la imagen popular del páramo como un ecosistema pobre y homogéneo. En general, los sitios menos disturbados son más ricos en especies, pero esta aseveración no es universal: por un lado, los sitios disturbados pueden tener una gran cantidad de malezas que, en términos puramente numéricos, también aumentan la biodiversidad (Verweij 1995), y, en segundo lugar, hay sitios muy prístinos que pueden mostrar una biodiversidad baja (por ejemplo, los superpáramos o los sitios donde hay constante caída de cenizas volcánicas). Si el ecosistema cubre unos 12.600 km2 del territorio nacional (Proyecto Páramo 1999) y si el número de especies de plantas vasculares del Ecuador es de 15.901 (Jorgensen & LeónYánez 1999), esto quiere decir que el páramo tiene aproximadamente el 10 % de las plantas en el 5 % del territorio ecuatoriano. Los datos de biodiversidad deben ser tomados con cautela porque todavía no se tienen cifras definitivas.
Orígenes de la flora Las plantas que crecen en los páramos tienen diversos orígenes. Varios estudios, resumidos por Luteyn (1999), han colocado a las plantas de los páramos americanos (y no solo del Ecuador) en siete elementos fitogeográficos. En términos generales, la mayoría de géneros de plantas vasculares pertenece a elementos neotropicales excepto páramo (alrededor del 25 %) y temperados amplios (alrededor del 20 %), siendo los otros elementos los siguientes: páramo mismo (alrededor de 6 %), tropical amplio (alrededor de 15 %), holártico (alrededor de 12 %), austral-antártico (alrededor de 10 %) y cosmopolita (alrededor de 12 %). Para el Ecuador, los estudios más detallados al respecto son los de León-Yánez (1993) en el Páramo de Guamaní, y Ramsay (1992) en 12 páramos diseminados en la Sierra (Tabla 2).
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Tabla 2: Porcentaje de géneros de plantas vasculares de los páramos ecuatorianos según el elemento geográfico (A: basado en León-Yánez (1993), páramo de Guamaní. B: basado en Ramsay (1992), varios páramos).
Endemismo El endemismo podría llegar a ser del 60 % en todo el páramo (es decir, seis de cada diez especies encontradas pueden ser únicas de este ecosistema), pero los datos todavía no son concluyentes (Luteyn 1992, 1999). De este tipo de endemismo (la singularidad del ecosistema páramo), no se tienen datos exactos para el Ecuador. Otro tipo de endemismo es el endemismo del país (especies que se encuentran en un sólo país). León-Yánez (2000) sugiere que las especies endémicas ecuatorianas que están en el páramo son alrededor de 270. Las familias parameras con mayor número de especies endémicas para el Ecuador son Orchidaceae y Asteraceae. Esta autora también señala a Gentianella (Gentianaceae), Epidendrum (Orchidaceae), Lysipomia (Campanulaceae), Draba (Brassicaceae) y Lepanthes (Orchidaceae) como los cinco géneros más ricos en especies endémicas ecuatorianas. El único caso de endemismo para el país y para el ecosistema, a nivel de género es Cotopaxia (Apiaceae) (Jorgensen & León-Yánez 1999).
Formas de vida Las plantas de los páramos han tenido que luchar contra una serie de condiciones extremas que han configurado una vegetación bastante típica aunque con ciertas afinidades, por ejemplo y de manera superficialmente sorprendente, con las zonas desérticas. Se pueden clasificar las plantas de los páramos en formas de vida que responden a sus adaptaciones más notables (Figura 1) (Hedberg & Hedberg 1979).
Rosetas gigantes Como su nombre lo indica, son plantas conspicuas que poseen una corona de hojas grandes al final de un tallo que puede ser bastante alto. Los representantes más típicos de esta forma de vida son los frailejones (varias especies del género Espeletia y otros muy cercanos en la familia Asteraceae). Son propios de los páramos de Venezuela y Colombia y llegan hasta los
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Figura 1. Algunas formas de vida de las plantas de los páramos. A: roseta gigante (ej: frailejón); B: penacho (ej: paja); C: roseta sin tallo (ej: achicoria); D: almohadilla (ej: Azorella pedunculata); E: arbusto (ej. chuquiragua) (modificado de Hedberg y Hedberg 1979).
páramos de El Ángel en la provincia del Carchi en el Ecuador, con una pequeña población aislada en los Llanganates, Tungurahua. La única especie ecuatoriana, con dos subespecies, es Espeletia pycnophylla. Las hojas del frailejón tienen una densa vellosidad que les sirve para protegerse del frío y de la radiación ultra violeta, y las hojas viejas que quedan pegadas al tallo forman una especie de abrigo sobre él. Los individuos más altos pueden alcanzar más de 10 m. Otra roseta gigante es la achupalla, perteneciente a varias especies dentro del género Puya (Bromeliaceae), algunas de las cuales son típicas de páramo. La densa vellosidad en las flores, que en conjunto constituyen una inflorescencia gigante que sale desde la roseta, protege a las flores jóvenes del frío. Estas plantas también pueden llegar a tener dimensiones impresionantes (hasta 4 m) y, aunque se protegen muy bien contra herbivoría con grandes espinas, son uno de los alimentos preferidos por el oso de anteojos. Una tercera roseta gigante está formada por helechos masivos de varias especies del género Blechnum (Blechnaceae). Este helecho grande crece especialmente en sitios disturbados y consiste, al igual que las dos anteriores, de hojas vellosas y grandes en forma de corona que salen de un tronco grueso.
Penachos Los penachos son las plantas que forman el pajonal. Las especies pertenecen a la familia de las poáceas dentro de varios géneros: Stipa, Calamagrostis, Festuca y Cortaderia, y algunas ciperáceas (Rhynchospora, Carex), entre otros. Estas plantas son también típicas de zonas áridas, lo que se explica en parte por la escasez fisiológica de agua en los páramos. Las hojas largas y delgadas forman los penachos y protegen a las hojas jóvenes que están creciendo en el interior. La protección es tanta que la temperatura nunca baja de cero grados en el interior (Hofstede et al. 1995). La forma de las hojas es especialmente apropiada para
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no perder agua por transpiración en un sitio que carece de agua aprovechable durante varias horas al día. En los páramos más secos, los penachos son la forma de vida más resistente. Se pueden ver en el Chimborazo, por ejemplo, penachos aferrados tenazmente a lo poco de suelo que queda, formando una columna sobre el terreno profundamente erosionado. Las hojas muertas ayudan en la protección, mantienen los nutrimentos dentro de la estructura y forman un tipo de “suelo colgante” ya que se descomponen y fomentan el crecimiento de raíces que crecen adentro mientras la planta se desarrolla. Los penachos forman los pajonales, que son la vegetación más abundante, aunque no la única, de los páramos. Aproximadamente un 70 % de los páramos ecuatorianos son de este tipo (Proyecto Páramo 1999). Incluso en zonas donde otras formas, como las rosetas gigantes en el Páramo de El Ángel, parecen dominar el paisaje, un análisis demuestra que en realidad el pajonal cubre mayor superficie (Mena 1984).
Rosetas sin tallo Las rosetas sin tallo son mucho menores a las anteriores y su corona de hojas permanece pegada al suelo, aprovechando aparentemente el calor de la tierra y la protección de la vegetación circundante. Las inflorescencias están contra el suelo, sobre el lecho de hojas, o salen en un tallo delgado. Son un elemento típico del páramo pero, al contrario de muchos otros elementos típicos, resisten bien el pisoteo y por esto tienden a aumentar su cobertura en páramos con ganadería. La representante más típica de esta forma de vida es la achicoria, cuya flor amarilla o blanca crece pegada a la corona de hojas, que a su vez está contra el suelo. El nombre científico es Hypochaeris sessiliflora (la amarilla) e Hypochaeris sonchoides (la blanca), ambas asteráceas. Otros representantes de esta forma de vida son Werneria nubigena (Asteraceae) y Valeriana rigida (Valerianaceae).
Almohadillas Varias especies han adoptado la forma de almohadillas o cojines especialmente, aunque no exclusivamente, en terrenos poco drenados. En ciertos páramos las almohadillas pueden cubrir varias hectáreas sin prácticamente dejar que otras formas de vida cubran parte del suelo. Algunas pueden tener una estructura muy rígida. Las almohadillas generan un microclima menos frío en su interior, donde se protegen los órganos jóvenes de la planta. Hay varias especies que pueden ser citadas: Azorella pedunculata (Apiaceae), Plantago rigida (Plantaginaceae) y Distichia muscoides (Juncaceae). Ejemplos de esta forma de vida se pueden hallar en prácticamente todos los páramos, pero hay extensiones notables en el Antisana y el Carihuairazo.
Arbustos Los arbustos del páramo tienen características especiales que les permiten perder poca agua por transpiración y soportar la alta irradiación. Estas características son básicamente hojas pequeñas, duras, peludas y/o brillantes.
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Entre los arbustos más conocidos están el romerillo (Hypericum laricifolium, Hypericaceae) y la chuquiragua (Chuquiraga jussieui, Asteraceae), aunque hay muchos más de los géneros Baccharis, Diplostephium, Loricaria y Gynoxis (Asteraceae), Valeriana (Valerianaceae), Calceolaria (Scrophulariaceae), Pernettya, Disterigma, Vaccinium y Gaultheria (Ericaceae) Arcytophyllum (Rubiaceae) y Acaena (Rosaceae). Éstos y otros arbustos, y algunos de los árboles que serán explicados a continuación, están desperdigados en el pajonal pero a veces forman densos bosquetes bajos en los sitios menos disturbados. Posiblemente, este tipo de vegetación fue el dominante antes de la intervención del ser humano en este ecosistema. A más de las típicas formas de vida descritas, existen también las siguientes (que no están consideradas en la clasificación clásica del botánico sueco Olov Hedberg):
Árboles enanos A pesar de que al pensar en páramos los pajonales dominan la visión, hay varias especies arbóreas que crecen a grandes altitudes y se encuentran aisladas o como parte de los remanentes boscosos en los páramos. Los yaguales o pantzas, del género de rosáceas Polylepis, también conocidos como árboles de papel, queñoas o colorados, son los árboles que alcanzan mayores altitudes en las montañas. Hay árboles que crecen sin problema por encima de los 4.000 msnm. El nombre Polylepis significa “muchas escamas” y se refiere a la corteza especial de estas plantas, cubiertas por escamas grandes y rojizas semejantes a papel. Otros árboles típicos de las alturas andinas son el quishuar (Buddleja incana, Buddlejaceae y otras especies del género), el pumamaqui (varias especies dentro del género Oreopanax de las araliáceas), el arrayán (varias especies dentro del género Myrcianthes de las mirtáceas), el cashco o encino (varias especies dentro del género Weinmannia de las cunoniáceas) y la huagramanzana (varias especies dentro del género Hesperomeles de las rosáceas).
Hierbas erectas Aparte de los árboles, falta mencionar a una serie de plantas que no entran en la clasificación de formas de vida porque no tienen ninguna adaptación clara: son una serie de plantas herbáceas que crecen entre el pajonal, aparentemente protegidas de la intemperie por las otras plantas. Entre éstas tenemos a las gencianas (varias especies de los géneros Halenia, Gentiana y Gentianella de las gencianáceas), a los chochos (varias especies del género Lupinus de las fabáceas), los geranios (varias especies del género Geranium de las geraniáceas), la urcurrosa (Ranunculus guzmanii de las ranunculáceas), varios géneros y especies de la familia del clavel (Silene, Cerastium y Stellaria, Caryophyllaceae), el pincel de indio (Castilleja fissifolia, Scrophulariaceae), varias rubiáceas (Arcytophyllum, Nertera y Galium) y una serie de helechos de géneros como Jamesonia (Pteridaceae) y Blechnum (Blechnaceae). Creciendo sobre los arbustos y árboles se pueden encontrar varios huicundos del género Tillandsia (Bromeliaceae). Muchas de éstas son las flores que dan color al páramo.
Cultivos altoandinos Varias plantas son sembradas en los páramos y han sido parte de la diversidad florística de las alturas andinas desde hace siglos. Entre los cultivos que se dan bien en los páramos están especialmente los tubérculos como la papa (Solanum tuberosum, Solanaceae), el melloco (Ullucus
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tuberosus, Basellaceae), la oca (Oxalis tuberosa, Oxalidaceae) y la mashua (Tropaeolum tuberosum, Tropaeolaceae). Otros cultivos de altura son el maíz (Zea mays, Poaceae), la quinoa (Chenopodium quinoa, Chenopodiaceae), el haba (Vicia faba, Fabaceae) y los chochos comerciales (Lupinus mutabilis, Fabaceae). Varias especies que no son nativas de los páramos se han adaptado bien e incluyen las cebollas (Allium cepa, Alliaceae), la col (Brassica oleracea) y el nabo (Brassica napus, las dos últimas Brassicaceae), y varios cereales, especialmente la cebada y el trigo (Hordeum vulgare y Triticum tritice, Poaceae) (Nieto & Estrella 2000). En la actualidad se está empezando el cultivo industrial de flores de altura con fines de exportación, como en el páramo de El Ángel, donde se está sembrando la oreja de conejo (una especie nativa del género Culcitium, Asteraceae) (Vega & Martínez 2000).
Las plantas como indicadoras de las condiciones del páramo La presencia de algunas plantas en el páramo puede indicar la situación de ciertas variables ambientales. Al sigse (Cortaderia nitida) y a los suros de páramo (Chusquea spp.), por ejemplo, les gustan las condiciones húmedas y, por lo tanto, indican la presencia de agua. Hay plantas que crecen solo en determinado rango de altitud o en determinados tipos de suelos, por lo que pueden ser usadas para indicar estas variables. Unas plantas interesantes en este aspecto son hierbas que crecen abundantemente en terrenos que han sido sometidos a pastoreo intenso. Un ejemplo de estas plantas pertenece a la especie Lachemilla orbiculata (Rosaceae). Hay otras plantas que cumplen con esta función indicadora y su importancia puede ser notable en el momento en que queremos saber la historia del uso de tal o cual páramo y planificar cómo recuperarlo o usarlo de mejor manera (Verweij 1995). No solo la presencia o ausencia de ciertas plantas sino su estado mismo sirve como indicador de alguna situación ambiental. Por ejemplo, la apariencia de los frailejones nos puede dar indicaciones de sí ha habido quemas (si se ha perdido o no el manto de hojas viejas). La densidad de penachos en un sitio versus otro nos puede indicar el tipo de uso que se le ha dado a uno y a otro. La compactación que causa el pisoteo del ganado determina ciertas características de crecimiento en los penachos, lo que genera diferencias que se manifiestan en la cantidad de penachos por unidad de área (menor densidad en sitios pisoteados) y en la fragmentación de los penachos (a más pisoteo, más fragmentación) (Verweij 1995, Suárez & Medina 2001).
LOS ANIMALES DEL PÁRAMO Invertebrados Los invertebrados de los páramos no han sido muy estudiados pero su presencia en el ecosistema no puede subestimarse. Son de especial importancia los anélidos, que generan condiciones especiales en el suelo y lo preparan para el crecimiento vegetal. Las actividades humanas como agricultura, ganadería y forestación industrial (Hofstede 2000) tienden a afectar los suelos, lo que aparentemente se evidencia a través de la declinación en las poblaciones y en la diversidad de estos animales (Suárez & Toral 1996, Zerda & Chamorro 1990, Suárez & Medina 2001). Otros invertebrados importantes son los insectos que, entre otras cosas, polinizan muchas de las especies vegetales de los páramos y controlan las especies de otros invertebrados
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de los que se alimentan. Es común encontrar coleópteros (escarabajos), dípteros (moscas), ortópteros (saltamontes), lepidópteros (mariposas), odonatos (libélulas) e himenópteros (avispas, hormigas) en el suelo y en las plantas del páramo. Los arácnidos también son importantes como depredadores de invertebrados menores lo que explica el común hallazgo de telarañas entre los arbustos, la paja y los frailejones. Algo típico, relacionado con las adaptaciones a un medio frío y con alta irradiación como el páramo, es que la mayoría de invertebrados son negros. Muchos de estos invertebrados pueden tener interés económico en el sentido de que pueden ser beneficiosos en el control de plagas de cultivos de altura o pueden ser plagas en estos mismos cultivos. Andrade & Álvarez (2000) hacen un análisis de la fauna de mariposas para los páramos colombianos y presentan los siguientes datos que pueden servir para tener una idea de lo que sucede en el Ecuador: hay cuatro familias, 48 géneros y 131 especies. La familia Nymphalydae es la más diversa. También para Colombia y de la misma fuente, Muñoz & Miranda (2000) presentan los siguientes datos para la familia Simuliidae, indicando que la mayoría de especies se encuentra en la parte baja del páramo y que ninguna especie llega al superpáramo (definido en Rangel, 2000, como lo que está sobre los 4.100 m): 24 especies dentro de dos géneros: Simulium y Gigantodax. Ambos géneros tienen distribuciones amplias que incluyen el Ecuador. La taxonomía de los insectos demuestra, entre otras cosas, que los páramos son islas en medio de un “océano” de bosques y zonas alteradas (Moret 1998, 2000). La diversidad de las especies está influenciada por el tamaño del páramo (más grande, más especies), la distancia de otros páramos (más cerca, más especies) y la humedad relativa del microclima (más humedad, más especies). En el caso del escarabajo Dyscolus, se reconocen tres áreas mayores de endemismo: Carchi, Pichincha-Chimborazo y Azuay-Cajas. A pesar de la separación que ha habido en islas de páramo desde la última glaciación, aparentemente no ha habido un proceso de especiación local. Sømme et al. (1996) estudiaron las adaptaciones de especies de escarabajos de la familia Carabidae a las condiciones extremas de insolación por la mañana y de enfriamiento por la noche en el superpáramo del Chimborazo. Sus conclusiones apoyan la tesis de que muchas adaptaciones de los invertebrados a estos climas drásticos son de comportamiento y no físicos o fisiológicos: aparentemente los escarabajos no poseen características anatómicas o fisiológicas para soportar estas presiones y lo que hacen, al ser depredadores de hábitos nocturnos, es cazar solo en las horas del crepúsculo cuando no hay tanta insolación y a la vez todavía no es demasiado frío. El resto del tiempo se esconden de la insolación y el congelamiento bajo las piedras y la vegetación.
Peces Los riachuelos, arroyos, estanques y lagunas de los subpáramos poseen una fauna de peces poco diversa que puede llegar esporádicamente a altitudes parameras. Se han introducido truchas en muchos riachuelos y lagunas de los páramos. Las truchas son de las especies Salmo trutta y S. gardnierii. En la actualidad hay varios proyectos empresariales y comunitarios de desarrollo de truchas en lagunas y arroyos parameros, así como en piscinas artificiales (Albuja et al. 1982, DFC 1998). Posiblemente la preñadilla (Astroblepus longifilis) llega esporádicamente a altitudes parameras pero los datos no son definitivos.
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Reptiles y anfibios Según Vázquez (2000), existen cinco especies de reptiles y 24 de anfibios en los páramos ecuatorianos. Castaño et al. (2000) y Ardila & Acosta (2000) reportan respectivamente un número mayor para los páramos colombianos: 15 de reptiles y 90 de anfibios, una diferencia que posiblemente se explica por el mayor rango geográfico de los páramos colombianos o el mejor estado de su conservación, aunque también puede haber un efecto de la diferencia en la intensidad de colecciones y estudios en ambos países. También hay que tomar en cuenta que Rangel (2000) incluye en su análisis de páramos colombianos, donde se inserta el trabajo de Castaño et al. (2000), las altitudes entre 3.000 y 3.200 m, consideradas en la “faja altoandina”, que no es estrictamente páramo y donde se encuentra una proporción importante de estas especies. Castaño et al. (2000) indican que para los anfibios, tres especies son de salamandras y 87 especies son de sapos, siendo la familia Leptodactylidae la más diversa. En cuanto a reptiles, en Colombia hay registros de 11 especies de saurios en tres familias y cuatro de serpientes en una familia. Los anfibios representan un grupo de particular interés en estas épocas de extinciones de especies causadas por el ser humano. Hay muchas especies, primordialmente en las montañas tropicales, que se han extinguido en poco tiempo. El caso más típico y penoso es el de los jambatos (Atelopus ignescens), unos sapos de color negro y panza roja que habitaban los páramos en grandes cantidades y que ahora han desaparecido. Aparentemente, los anfibios son particularmente sensibles a los cambios ambientales y todavía no se sabe de manera precisa la causa de estas extinciones (Vázquez 2000). Otros batracios propios de las alturas de los Andes son las ranas marsupiales (Gastrotheca riobambae) que, como su nombre indica, tiene una forma especial de reproducción: los huevos que salen de la cloaca de la hembra son fecundados y el macho, con sus patas posteriores, los introduce en una bolsa en la espalda de la hembra. En esta bolsa se desarrollan los renacuajos que, al nacer, son depositados en el agua. Es fácil ver las espaldas de las hembras llenas de los huevos, aproximadamente en el mes de septiembre. Las ranas acuáticas del género Telmatobius son típicas del bosque andino pero también llegan a los páramos. Un sapo típico de los páramos es Eleutherodactylus whymperi, que vive en el pajonal y cerca de los arroyos, pudiendo llegar casi hasta el límite con las nieves. Su característica especial es que no se aprecia una fase de renacuajo pues los sapitos nacen directamente del huevo. En cuanto a los reptiles, son el grupo de herpetofauna más escaso en el páramo y está representado solamente por las lagartijas llamadas guagsas (Stenocercus guentheri), que llegan hasta los 4.100 m y son los únicos reptiles que soportan las inclemencias del clima paramero.
Aves El grupo de vertebrados terrestres más diverso en el país también lo es en el páramo. Según Carrión (2000), el número total de aves en el páramo ecuatoriano es de 88, pero si se
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restringe este número a las especies que viven únicamente en los páramos del país, el número llega a 24. En otras palabras, un 70 % de las aves que viven en los páramos también se encuentran en otras regiones más bajas. Una lista de todas las aves del páramo tomaría demasiado espacio y aquí se mencionarán solamente las más importantes. El cóndor andino (Vultur gryphus) es el ave voladora más grande del mundo y todavía se puede ver en algunos páramos, pero los censos que se han hecho últimamente arrojan números desalentadores: parece que hay menos de un ciento de estas aves majestuosas, símbolo de nuestro país. La creencia de que son cazadoras ha hecho que muchas veces se les dé muerte sin razón. En realidad son aves carroñeras que muy pocas veces atacan a animales como terneros u ovejas. Páramos donde se ven cóndores con relativa facilidad son Antisana, Cayambe, Sincholagua y El Ángel. Entre los gavilanes y parientes vale la pena mencionar varios. El curiquingue (Phalcoboenus carunculatus) se alimenta de larvas e insectos y es común observarlo en las planicies (Black et al. 1986). Es posiblemente el ave rapaz más común, especialmente en el Cotopaxi. El guarro (Geranoaetus melanoleucus) y el gavilán (Buteo polyosoma) son las aves rapaces más grandes. Un ave espectacular y rara de observar es la bandurria (Theristicus melanopis), pariente de las cigüeñas. Es de tamaño mediano, cuello largo, cabeza y cuello de color naranja pálido, pecho y vientre castaño y patas rojizas. Se alimenta de pequeños animales y puede ser vista volando en bandadas pequeñas en la Cordillera Oriental. Es posible verla con frecuencia al pie del Antisana. El típico pato de las alturas andinas es el pato de páramo (Anas andium), con colores cafés y negros, con partes inferiores blancas y alas que tienen un brillo verde metálico. Del orden de los Charadriiformes tenemos en la familia Láridos a las gaviotas de altura (Larus serranus), muy parecidas a algunas de sus parientes costeñas, y en la familia Escolopácidos a los zumbadores (Vanellus resplendens), que están entre los varios pájaros que migran desde y hacia Norteamérica. Una especie notable es el colibrí estrellita de Chimborazo, que pertenece a la familia Trochilidae dentro del orden Apodifomes. Lleva el nombre de Oreotrochilus chimborazo y, presenta un comportamiento de “hibernación horaria” frente al “verano de todos los días e invierno de todas las noches” que hay en el páramo; tiene las características de ser muy pequeño y poseer un plumaje atractivo. Se alimenta del néctar que encuentra en las chuquiraguas y otras flores del páramo (Carrión 2000). Aparte de éste, se hallan varias otras especies de colibrí en los páramos, entre ellos el Patagona gigas, el colibrí más grande del mundo. Entre los típicos pájaros, es decir los del orden Passeriformes, hay varios representantes de algunas familias. La más diversa es la de los Tiránidos, aves que se alimentan de insectos. Entre los Túrdidos están los mirlos (Turdus fuscater). Entre los Fringílidos, que son especies típicamente semilleras (algo que se nota por la forma ancha del pico), está el azulejo (Phrigillus unicolor). Para los páramos de Colombia, Delgado & Rangel (2000) indican los siguientes datos: 31 familias, 84 géneros y 154 especies. Las familias más diversas en los páramos y zona altoandina
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colombiana son Trochilidae (colibríes) y Emberizidae. Solamente dos especies son estrictamente parameras (es decir, su área de distribución se restringe solo a este ecosistema). Al igual que en los otros grupos taxonómicos, los datos de Colombia deben ser usados con cuidado al compararlos con los datos ecuatorianos porque, entre otras cosas, Rangel (2000) considera una altitud desde 3.000 en todos los páramos colombianos frente a los 3.500 que usamos para el Ecuador.
Mamíferos Existen 49 especies de mamíferos en los páramos ecuatorianos (Tirira 1999). Muñoz et al. (2000) señalan que para Colombia los datos son los siguientes: 21 familias, 46 géneros y 70 especies. Los datos colombianos se refieren a altitudes desde los 3.000 m y posiblemente la diferencia no sea tan grande. En general, los mamíferos de los páramos son difíciles de observar. Los más comunes seguramente son los conejos (Sylvilagus brasiliensis). Los dos mamíferos más grandes del páramo son el oso de anteojos y la danta peluda o tapir de altura. El oso de anteojos (Tremarctos ornatus) es el único oso verdadero que está en tierras latinoamericanas y tiene poblaciones más o menos grandes en algunos páramos y bosques andinos ecuatorianos como Podocarpus, Sangay, Antisana y Cayambe. Su nombre se debe a que muchos de ellos tienen manchas blancas en la cara que contrastan nítidamente contra el color oscuro, generalmente negro, del resto del cuerpo. Como todo oso, son omnívoros (comen de todo) pero prefieren frutos y las hojas de las achupallas, que devoran como si fueran alcachofas gigantes. Son animales muy difíciles de ver pero sus huellas, como las heces y los restos de achupallas comidas, son relativamente comunes. Ante el avance de la frontera agrícola y la destrucción de su hábitat natural, los osos se han dedicado a comer maíz, lo que causa conflictos con las comunidades campesinas. También son cazados por su carne y porque de ellos se extrae la grasa y otros productos medicinales y rituales. Los osos de anteojos habitan usualmente los bosques andinos pero visitan los páramos para alimentarse y para trasladarse dentro de sus extensos territorios (Cuesta 2000, Cuesta et al. 2001). La danta de altura (Tapirus pinchaque) es una de las tres dantas que habitan en territorio ecuatoriano. Las otras dos viven en tierras húmedas bajas. En el Ecuador son famosos como sitios de dantas las lagunas de El Compadre en el Parque Nacional Podocarpus y los páramos del Parque Nacional Sangay. Estos parientes del caballo tienen un color oscuro y labios y orejas claras, están cubiertos de pelaje denso y corto y alcanzan tamaños cercanos a los de un burro. Son vegetarianos, más bien nocturnos y pueden permanecer largo rato en el agua. También la destrucción de su hábitat ha disminuido notablemente sus poblaciones (Downer 1996). Hay tres especies de venados en el páramo: el de cola blanca (Odocoileus virginianus), el soche o cervicabra (Mazama rufina) y el ciervo enano (Pudu mephistophiles). Todos ellos son fácilmente diferenciables por el tamaño (de mayor a menor respectivamente). El venado de cola blanca está distribuido en toda América y tiene varias subespecies, una de las cuales aparece en nuestros páramos, donde no es tan común como en, por ejemplo, los bosques de Norteamérica. El soche es del tamaño de un perro grande y posee un color rojizo en su pelaje. El pudu es el más pequeño y tiene el aspecto de una cabra joven (Tirira 1999).
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Los carnívoros están representados por el chucuri y por parientes de perros y gatos. El chucuri (Mustela frenata) tiene la cabeza y el cuerpo alargados y comprimidos. Las extremidades son cortas y el pelaje oscuro, y el tamaño es como el de un gato mediano. Es muy activo y astuto, y tiene fama de sanguinario (la gente del campo le teme porque supuestamente mata más aves de corral de las que puede comer). El lobo de páramo (Pseudalopex culpaeus) es uno de los más grandes perros silvestres que viven en el Ecuador. Se concentra mayormente en las provincias del norte. Vive en cuevas y huecos entre rocas, es nocturno, y presenta un pelaje amarillo negro. Se alimenta de roedores y conejos. Entre los felinos (familia Félidos) cabe destacar que en raras ocasiones es posible ver al puma (Puma concolor), que es el carnívoro terrestre más grande de estos lugares. Hay otros felinos menores como el gato del pajonal (Oncifelis colocolo), que se alimenta de roedores y aves pequeñas (Tirira 1999). Junto a los murciélagos, los roedores son el grupo de mamíferos más numeroso en el mundo. En los páramos encontramos, entre muchos otros, ratones de campo del género Thomasomys y el ratón acuático (Anotomys leander). Otros roedores son el sacha cuy (Agouti taczanowskii), nombre con el cual se conoce también a otra especie, Cavia aperea (Tirira 1999). En cuanto a los murciélagos, en el Ecuador habita el murciélago orejón andino (Histiotus montanus), que posee el récord mundial de altitud para un quiróptero (4.400 m) (Tirira 2000).
Mamíferos domésticos La gente que ha vivido tradicionalmente en los páramos y otras partes altas de los Andes sudamericanos ha utilizado varias especies de la familia Camelidae como bestias de carga y transporte, lana y alimento. En el Ecuador los camélidos más comunes son las llamas (Lama glama), las alpacas (Lama pacos) y el guarizo, que es un híbrido entre las dos. La vicuña (Vicugna vicugna) es una especie que continúa en estado silvestre o semisilvestre y que también es aprovechada. La domesticación ocurrió, aparentemente, hace unos 7.000 años en el alto Perú. Aunque hay discusión acerca del tema, ninguna de las especies silvestres parece ser nativa del Ecuador. En la actualidad, tres de ellas están presentes en nuestro territorio, ya sea traídas en tiempos precolombinos o a través de proyectos contemporáneos de introducción. En la Reserva de Producción Faunística de Chimborazo y en el Parque Nacional Cotopaxi están dos de los proyectos mayores de manejo de estas especies (White 2001). Por otro lado, hay muchas otras especies foráneas que se han vuelto parte integrante del ecosistema paramero y que hacen que la fisonomía actual del páramo se deba a la intervención humana. Las vacas, caballos y ovejas han homogeneizado la vegetación del páramo, porque ciertas especies menos tolerantes desaparecieron en favor de paja y rosetas acaulescentes. En áreas con sobrecarga, estos animales han causado un gran deterioro en la vegetación y en el suelo. A más de la quema y el sobrepastoreo, o más bien como parte de este último, el pisoteo de estas especies con cascos que alteran profundamente el suelo andino, ha producido drásticos cambios que llegan a la desaparición total de la cobertura vegetal. Los camélidos andinos poseen almohadillas suaves que no apisonan tanto el suelo (White 2001). Un caso típico y dramático de esto se ve en los páramos del Antisana, donde las decenas de miles de ovejas que han pastado libremente en estos sitios durante décadas, han producido extensiones totalmente erosionadas.
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LOS TIPOS DE PÁRAMO EN EL ECUADOR Hasta el momento se ha hablado de la heterogeneidad interna del páramo pero no de una manera del todo sistemática. Ya que los páramos pueden ser estudiados como una unidad ecológica coherente, podría generarse la idea de que, con toda su diversidad de plantas y animales, son en conjunto un ecosistema bastante regular y homogéneo. Sin embargo, por ejemplo, los páramos del norte y del sur son diferentes, y hay páramos más secos y otros más húmedos. Los varios intentos de clasificación ecológica del país han incluido diferentes tipos de páramo en ellos. El hecho es que, tras las características fundamentales que unen a los páramos en el Ecuador, en el Neotrópico e incluso en el resto del mundo (gran altitud en zonas tropicales sin vegetación arbórea continua), hay una variabilidad notable que viene dada por factores naturales y antropogénicos de diversa naturaleza. Valencia et al. (1999) han hecho una nueva propuesta de clasificación de las formaciones vegetales del Ecuador. Allí se reconocen los siguientes seis tipos de páramo incluidos en las subregiones Norte-Centro y Sur de la Región Sierra: Páramo herbáceo, Páramo de frailejones, Páramo seco, Páramo de almohadillas, Páramo arbustivo, Gelidofitia y Herbazal lacustre montano. Esta propuesta fue complementada por el Proyecto Páramo (1999), lo que dio como resultado la siguiente propuesta de tipos de páramo. El método fundamental fue cambiar la escala del mapa de Valencia et al. (1999) de 1:500.000 a 1:250.000, analizar nuevamente las imágenes satelitales y comprobar en el campo las evidencias ambiguas. La escala 1:250.000 de los mapas en los que se basa la descripción siguiente permite tener una idea general de la diversidad de los páramos a nivel de país pero no sirve para tener datos específicos de áreas pequeñas. Por eso, no será extraño que en un área que corresponde a “Páramo arbustivo del sur” encontremos pantanos y zonas sin arbustos, o que encontremos bosquetes sin frailejones dentro de lo que cae dentro de la categoría “Páramo de frailejones”. En otras palabras, el tipo de páramo de que hablamos tiene un detalle mínimo de varios miles de hectáreas (las manchas más pequeñas no se identifican individualmente). Las personas que deseen detalles menores o mayores deberán usar mapas a otras escalas apropiadas. Además, es importante señalar que la clasificación aquí presentada no está basada en un estudio detallado de composición vegetal o de relaciones vegetación-suelo, sino que se ha tratado de construir un sistema simplificado que se basa en la estructura general de la vegetación, entendible por un público general.
Páramo de pajonal Es el más extenso y responde de manera común a la idea que tenemos del páramo. Son extensiones cubiertas por pajonal de varios géneros (especialmente Calamagrostis, Festuca y Stipa) matizadas por manchas boscosas en sitios protegidos (con Polylepis, Buddleja, Oreopanax y Miconia), arbustos de géneros como Valeriana, Chuquiraga, Arcytophyllum, Pernettya y Brachyotum, herbáceas (que serán listadas después), y pequeñas zonas húmedas (pantanos) en sitios con drenaje insuficiente. Los páramos de pajonal se encuentran en todas las provincias del país donde hay este ecosistema y cubren alrededor del 70 % de la extensión del ecosistema en el Ecuador. La calidad de “natural” de este tipo de páramo, el más típico de todos, es un tema de
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discusión. Es obvio que nadie ha sembrado los pajonales y por lo tanto el ecosistema es natural, pero también es cierto que las acciones humanas sobre la vegetación original la han transformado, por lo menos en parte, en los pajonales actuales. Lægaard (1992) aboga por la tesis de que la vegetación anterior era de bosques bajos transformados en las praderas actuales por la quema y el pastoreo, dejando remanentes en las partes más protegidas e inaccesibles. Otra tesis dice que lo que sucede es que los pajonales siempre han existido y los bosques están en las manchas actuales porque allí es donde pueden crecer mejor de modo natural (Monasterio 1980). De hecho, este tipo de páramo se encuentra muchas veces con presencia de pastoreo y se puede especular que una buena extensión de los otros tipos de páramo (herbáceo, arbustivo, etc.) fueron reemplazados por pajonal tras un proceso de pastoreo continuo.
Páramo de frailejones Es un páramo dominado, por lo menos visualmente, por el frailejón (Espeletia pycnophylla). Un estudio fitosociológico revela que, en realidad, la forma de vida dominante es el pajonal (Mena 1984), pero es tan notable la presencia del frailejón que se ha decidido establecer este tipo de páramo como una entidad aparte. El páramo de frailejones, con varias otras especies del mismo género y de otros muy cercanos, es propio de los páramos de Venezuela y Colombia. En el Ecuador está restringido a los páramos norteños de las provincias del Carchi y Sucumbíos, con una mancha pequeña y excepcional en los páramos de los Llanganates (que no corresponden estrictamente a páramo sino más bien a un bosque andino). En el norte se presenta como extensiones de frailejón y pajonal matizadas por manchas pequeñas de bosques densos en quebradas protegidas. Las otras especies de este tipo de páramo son básicamente las mismas que las del páramo de pajonal. De hecho, si no fuera por la presencia de los frailejones éste sería un páramo de pajonales bastante típico.
Páramo herbáceo de almohadillas En algunos sitios el pajonal no domina y es reemplazado por plantas herbáceas formadoras de almohadillas que pueden llegar a cubrir prácticamente el 100 % de la superficie. A diferencia de lo que sucede en el páramo pantanoso, estas plantas no se encuentran en terreno cenagoso y en asociación con otras plantas propias de estos sitios, sino formando almohadillas duras, especialmente de los géneros Azorella, Werneria y Plantago. También se encuentran arbustos diseminados y otras herbáceas sin adaptaciones conspicuas como Lycopodium, Jamesonia, Gentiana, Gentianella, Satureja, Halenia, Lachemilla, Silene y Bartsia. Un ejemplo claro de este tipo de páramo se encuentra en el sector de las antenas, cerca del páramo de la Virgen en la Reserva Ecológica Cayambe Coca. Al igual que en el caso del páramo de pajonal, la vegetación original y la influencia humana en el ecosistema son motivo de discusión.
Páramo herbáceo de pajonal y almohadillas Este tipo es una combinación de los dos anteriores en el cual no se encuentra un dominio definido de una u otra forma de vida. Un análisis fitosociológico más detallado permitirá asegurar la existencia de este tipo de páramo o su inclusión en otro páramo de clima intermedio.
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Páramo pantanoso En ciertos sitios las características geomorfológicas y edáficas permiten la formación de ciénagas de extensión variable, a veces notable, donde se ha establecido una asociación de plantas adaptadas a estas condiciones. Los páramos pantanosos no necesariamente se refieren a pantanos localizados sino también a extensiones mayores caracterizadas por un escaso drenaje. Las plantas típicas incluyen Isoëtes, Lilaeopsis, Cortaderia, Chusquea, Neurolepis y varios géneros formadores de almohadillas (ya listados), Oreobolus y el musgo turbero Sphagnum magellanicum. Este tipo de vegetación se encuentra en los páramos de la Cordillera Oriental, más húmeda, especialmente en los de Cayambe, Antisana, Llanganates y Sangay.
Páramo seco Por condiciones climáticas que se han visto potenciadas por acciones humanas, ciertas zonas parameras presentan una notable disminución en la precipitación. El pajonal relativamente ralo está dominado por Stipa y otras hierbas que deben ser resistentes a la desecación como Orthrosanthus y Buddleja. Las mayores extensiones de este tipo se encuentran en el sur de Azuay y el norte de Loja, donde hay una estacionalidad más marcada. La influencia humana en la conformación actual de este tipo de páramo parece obvia pero no ha sido documentada sistemáticamente.
Páramo sobre arenales En ocasiones los páramos se desarrollan sobre un suelo arenoso resultado de procesos erosivos intensos, como en el caso de los arenales del Chimborazo en la provincia homónima. Hay una similitud con la vegetación del páramo seco pero la humedad es mayor y la escasez de cobertura vegetal se puede deber más bien a erosión climática y antropogénica. Acosta Solís (1985) considera que los arenales del Chimborazo son un ejemplo de la puna (mencionada en el tipo anterior) en el Ecuador pero en realidad no lo son. Probablemente esta supuesta afinidad está relacionada con procesos de fuerte erosión. Esto no quiere decir que necesariamente todos estos páramos estén erosionados sino que el hecho de que estén sobre arenales los hace muy susceptibles a la erosión. De hecho, hay muchas señales de erosión eólica en combinación con erosión por sobrepastoreo (Podwojewski et al., en prensa).
Páramo arbustivo del sur En la provincia de Loja se presenta un tipo de páramo (llamado localmente “paramillo”) bastante diferente, en términos vegetacionales, a los anteriores. El pajonal típico da paso a una vegetación arbustiva y herbácea dominada por Puya, Miconia, Neurolepis, Oreocallis, Weinmannia y Blechnum. Este tipo de vegetación posiblemente deba considerarse dentro de otro tipo general de ecosistemas y no como un tipo de páramo (S. Lægaard, com. pers.). Hay muchos elementos de bosque andino y menos de páramo. Es necesario indicar que no todos los páramos de la provincia de Loja corresponden a este tipo: también hay, especialmente, páramo de pajonal.
Superpáramo Aproximadamente a los 4.200 m, es decir, solo en las montañas que alcanzan estas altitudes, las condiciones climáticas se parecen superficialmente a las tundras templadas, donde únicamente
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las plantas más resistentes al frío, la desecación fisiológica y el viento pueden sobrevivir. El suelo se presenta con mayores áreas descubiertas, aunque en las zonas protegidas por grietas y rocas, crecen plantas de los géneros Draba, Culcitium, Chuquiraga, Cortaderia, Baccharis y Gentiana, entre otros, y líquenes. En la clasificación de Valencia et al. (1999) al superpáramo se lo llama “Gelidofitia”.
Superpáramo azonal El superpáramo azonal recibe este nombre porque posee ciertas características semejantes a las del superpáramo típico pero se presenta a menores altitudes (por ejemplo, donde debería haber páramo de pajonal). La razón de esta anomalía está en que estos sitios se encuentran sobre lahares recientes (flujos de lodo y piedras producidos tras la erupción de un volcán) que crean características edáficas locales y que además están muy expuestas, lo que impide el crecimiento de las especies que normalmente se encuentran a estas altitudes. Por ello solo hay especies como las del superpáramo y, especialmente, líquenes foliosos. Los lahares del Cotopaxi y del Antisana son ejemplos notables.
AGRADECIMIENTOS Agradezco a Robert Hofstede y a los organizadores y organizadoras del Congreso Mundial de Páramos en Paipa por haber facilitado nuestra participación en un evento tan importante y en un sitio tan encantador de los Andes colombianos.
LITERATURA CITADA Acosta - Solís, M. 1985. El arenal del Chimborazo, ejemplo de puna en el Ecuador. Revista Geográfica 22:115-122. Albuja, L., M. Ibarra, J. Urgilés & R. Barriga. 1982 Estudio preliminar de los vertebrados ecuatorianos. Escuela Politécnica nacional, Quito. Andrade, M. G. & J. A. Álvarez. 2000. Mariposas. En: Rangel J. O. (Ed.). 2000. Colombia: diversidad biótica III. La región de vida paramuna. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Ardila, M. C. & A. R. Acosta. 2000. Anfibios. En: Rangel-Ch. J. O. 2000. Colombia: diversidad biótica III. La región de vida paramuna. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Black, J., C. Solís & C. Hernández. 1983. Historia natural del Curiquingue. PUCE. Quito. Carrión, J. 2000. Breves consideraciones sobre la avifauna paramera del Ecuador. En: La biodiversidad de los páramos. Serie Páramo 7: 23-30. GTP/Abya Yala. Quito. Castaño, O., E. Hernández & G. Cárdenas. 2000. Reptiles. En: Rangel-Ch. J. O. 2000. Colombia: diversidad biótica III. La región de vida paramuna. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Cuesta, F. 2000. El oso andino: una especie clave para la conservación de los páramos y los bosques andinos. En: La biodiversidad de los páramos. Serie Páramo 7: 71-86. GTP/ AbyaYala. Quito.
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Utilización SIG y sensores remotos en PNRA
Carolina Casaretto-N
UTILIZACIÓN DE SIG Y SENSORES REMOTOS EN EL PARQUE NACIONAL RÍO ABISEO, PERÚ Por Carolina Casaretto-N
RESUMEN En los últimos años los Sistemas de Información Geográfica (SIG) y los Sensores Remotos han sido considerados como herramientas de análisis indispensables para el manejo de áreas protegidas en el Perú. En forma particular, las aplicaciones que se le han dado en el Parque Nacional Río Abiseo (PNRA) han sido dirigidas principalmente a solucionar el problema de la ganadería extensiva, que es actualmente la amenaza más importante que atenta contra la diversidad biológica de la puna. El problema principal causado por la ganadería es la degradación de los suelos a causa del pisoteo del ganado. Sin embargo, las quemas ocasionadas por los ganaderos para el rebrote de los pastos llevan consigo la desaparición de muchas especies importantes en este ecosistema. Utilizando un Sistema de Información Geográfica y Sensores Remotos se han podido monitorear los incendios que han ido ocurriendo en los últimos 15 años. Así mismo, se hizo un análisis espacial de la distribución del ganado en la cuenca alta del río Abiseo con el fin de generar una propuesta de reubicación del ganado, basado en un análisis de pendientes, proporcionando alternativas de solución para un mejor manejo del área. Palabras clave: Ganadería, incendios, PNRA, sensores remotos, SIG.
ABSTRACT In the last years, Geographic Information System (GIS) and Remote Sensing have been considered very important tools in the analysis of all Peruvian protected areas. In particular, most of the applications in Rio Abiseo National Park (RANP) have been focused on the extensive cattle-grazing problem, which is nowadays the most important threat against the grassland biodiversity of the park. The main problem caused by extensive cattle grazing is the soil degradation that results from constant cattle treading. However, cattle owners who burn the grasslands in order to grow new sprouts provoke the disappearance of many species that play a very important roll in this ecosystem. Using GIS and Remote Sensing tools we have been able to monitor burnings that have been occurring for the last 15 years. In addition, a cattle-grazing spatial analysis in the Abiseo river upper basin has been formulated using slope analysis as a tool to decide the most effective management strategies for the park.
Key words: Cattle-grazing, fires, GIS, PNRA, remote sensing. INTRODUCCIÓN El Parque Nacional Río Abiseo (PNRA) se encuentra en el departamento de San Martín, Perú.Tiene un área de 274.520 ha, abarcando zonas muy húmedas del bosque tropical, bosques montanos hasta llegar al páramo (localmente llamado “puna”). La zona de estudio se encuentra en la cuenca alta del río Abiseo, y el paisaje se caracteriza principalmente
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por pajonales de puna con algunos parches de bosque. Según el reglamento de Clasificación de Tierras (DS. 0062-75-AG), la zona de estudio corresponde a la zona de vida Páramo Pluvial Subalpino Tropical, en la que sólo sería posible encontrar las categorías P (zonas aptas para pastoreo) y X (zonas de protección). Las actividades principales de los pobladores aledaños al parque son la agricultura y la minería; sin embargo, la gran mayoría se dedica a la ganadería extensiva como una actividad secundaria. Actualmente la ganadería es la actividad que más afecta la biodiversidad, y se desarrolla principalmente al sur oeste del parque, en la zona de pastizales entre 3.400 a 4.000 msnm. Los ganaderos de esta zona se han organizado formando el “Comité de pequeños ganaderos de Buldibuyo” y vienen trabajando en forma conjunta con las autoridades del parque desde su creación. El comité esta formado por un grupo de 100 ganaderos y tienen un total de 700 cabezas de ganado aproximadamente en un área total de 14.182 ha. Los principales problemas causados por la ganadería son la transmisión de enfermedades, la introducción de especies exóticas, los incendios ocasionados por los ganaderos y la degradación del suelo, que llevan a la desaparición de varias especies importantes para el ecosistema.
MATERIALES Y MÉTODOS Monitoreo de incendios El monitoreo de incendios estuvo basado en la interpretación de imágenes de satélite de diferentes años. Se utilizaron imágenes Landsat TM y ETM de 30 m de resolución (path 008 row 065 y 066) de 1987, 1999 y 2001. La combinación de bandas 6-4-1 (RGB) fue la óptima para el realce de los incendios activos y de las áreas quemadas anteriormente. Las imágenes fueron procesadas con el programa ERDAS IMAGINE 8.4. y esta información fue mapeada e ingresada al SIG utilizando el programa ArcView 3.2. La información obtenida de la interpretación de la imágenes fue verificada en el campo en la zona sur occidental del parque, ya que en esta zona se localizaron la mayor cantidad de incendios y se tenía información actualizada de la población de ganado vacuno. Estos datos fueron complementados con información secundaria basada en encuestas a los ganaderos.
Análisis espacial de la distribución del ganado Durante el trabajo de campo se pudo observar una fuerte presión ganadera dentro del parque. Por consiguiente, se optó por hacer un análisis espacial de la distribución del ganado como una propuesta de reubicación del ganado en la zona sur occidental del parque. Se evaluó un área total de 14.182 ha. Esta área está dividida en 16 microcuencas delimitadas por las líneas divisorias de agua y en cada una de ellas existe una cantidad de ganado determinada según el censo de 2001. Se interpretaron las imágenes de satélite obteniendo los límites de cada microcuenca. En cada una de ellas se delimitaron las áreas de bosque, cuerpos de agua y las áreas rocosas, como áreas no aptas para el ganado. Sin embargo existe un grado de pendiente determinado no apto para la supervivencia del ganado. Para discriminar las áreas que pueden soportar cierto nivel de pastoreo sin impacto apenable a nivel edáfico, se utilizaron los parámetros de profundidad de suelo (mínimo de 15 cm). Así mismo, se consideraron pendientes largas (mayores a 50 m) y otros factores edáficos con lo
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que se pudo concluir que las pendientes mayores a 2,3° no son favorables para la presencia de ganado. Para el análisis espacial de pendientes se digitalizaron toda las curvas de nivel, generándose un Modelo de Elevación Digital (DEM) utilizando la herramienta Spatial Analyst de ArcView 3.2. Con esta información se pudieron generar las pendientes del área, considerando un tamaño de pixel de 30 m para mayor precisión. Finalmente, se agruparon los polígonos de pendientes no aptas para el ganado por cada microcuenca y se unió a los bosques, rocas y cuerpos de agua (lagunas) para obtener el área total no apta para ganado de cada microcuenca.
RESULTADOS Monitoreo de incendios En los resultados del análisis multitemporal de incendios se pudo observar que la cantidad de incendios se había mantenido a lo largo de los años; sin embargo, se presentaron variaciones en la distribución espacial. La cantidad de incendios dentro del parque ha ido disminuyendo considerablemente en los últimos años. No obstante, en el 2001 se registró una gran quema de 3.684 ha en la zona sur occidental dentro del parque. Paralelamente se hizo una comparación de la metodología utilizando satélites meteorológicos AVHRR (Advanced Very High Resolution Radiometer) y ATSR-2 (Along Track Scanning Radiometer) de 1,1 km y 1 km de resolución respectivamente, para la detección de incendios con base en las temperaturas. Lamentablemente, los resultados no fueron muy satisfactorios ya que los incendios de pastizales no alcanzan temperaturas muy elevadas que puedan ser diferenciadas de zonas sin vegetación o descampadas. En algunos casos los resultados coincidieron pero no lo suficiente como para poder inferir con seguridad un incendio. Por lo tanto, no mostraron un patrón característico para incendios de pastizales (Bradley et al. 2001). Los resultados de las encuestas realizadas a los pobladores de la zona sostienen que la frecuencia de quema de un área es de dos a tres años, principalmente durante los meses de agosto a noviembre (época seca). Así mismo, consideran la altura del pasto (30 cm) y pendientes no muy elevadas. En la verificación de campo se pudo comprobar que evidentemente las áreas identificadas habían sido quemadas. El problema más grave que se pudo observar fue el gran impacto en la erosión del suelo por las quemas y por el pisoteo del ganado.
Análisis espacial de la distribución del ganado Como una alternativa de solución al problema de la erosión del suelo se planteó hacer un análisis espacial de la distribución del ganado para una propuesta de reubicación del ganado a zonas menos degradadas de la zona sur occidental del parque. El área evaluada comprende un total de 14.182 ha las que incluyen 39 ha de lagunas, 1.045 ha de bosque, 2.740 ha de rocas, 10.913 ha de pendientes no aptas para el ganado y 3.269 ha de pendientes aptas para el ganado en toda el área de estudio. Luego se procedió a unir las áreas que no son aptas para la ganadería por cada microcuenca. Se obtuvo un total de
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11.695 ha no aptas para el ganado equivalente al 82,5 % del área total. Cabe mencionar que las áreas de intersección entre dos variables fueron consideradas una sola vez, ya que existen zonas rocosas con pendientes de más de 2,3°. Del censo ganadero realizado en agosto de 2001 se pudo obtener qué cantidad de ganado hay por microcuenca y a quién pertenece. En el “Inventario y Evaluación Agrostológica” desarrollado para el Proyecto de Desarrollo Ganadero en áreas vecinas al Parque Nacional Río Abiseo por el Ing. Ruben Lock (Convenio APECO-AIDER) en agosto de 1988, se menciona que la carga estimada para vacunos en condiciones excelentes de calidad de pastos es de una vaca/ha/año (Flores & Malpartida 1970). Asumiendo tal referencia se relacionó el área apta para el ganado con la cantidad respectiva de ganado para cada microcuenca y se pudo determinar la cantidad de vacas que deberían ser trasladadas a otra microcuenca. Sin embargo, estos cálculos se hicieron asumiendo condiciones “excelentes” de pastos, las cuales no se podrían estimar actualmente. Sería necesario realizar una evaluación actual de calidad de pastos de la zona para un análisis más preciso. Cabe resaltar que éste no constituye un análisis a nivel de integridad de ecosistemas ni a nivel específico. Con este trabajo se espera poder llegar a un acuerdo entre los ganaderos y el PNRA para establecer estrategias de reordenamiento del ganado y un plan de manejo de los recursos naturales en la zona.
DISCUSIÓN Actualmente los Sistemas de Información Geográfica (SIG) y los Sensores Remotos son herramientas necesarias para la evaluación integral de un área. Permiten analizar una zona en una escala espacial y temporal, integrando la información biológica, topográfica, política, socioeconómica, entre otras. Para esto es necesaria la participación de un comunicador que interprete esta información y la participe a los tomadores de decisión. Con la ayuda de imágenes de satélite la frecuencia de incendios podría ser monitoreada sin necesidad de verificación constante en el campo. Considerando el difícil acceso al parque por su accidentada topografía, la idea de monitorear incendios por imágenes de satélite redujo bastante los costos.
AGRADECIMIENTOS El proyecto de monitoreo de incendios fue financiado por la Unión Europea - Proyecto BIOANDES bajo la dirección del departamento de Geografía de la Universidad de Leicester, UK. El análisis de la ganadería en le PNRA fue financiado por la Fundación MacArthur bajo la dirección de la Asociación Peruana para la Conservación de la Naturaleza (APECO).
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Sistema de manejo de información para ecosistemas andinos
Timothy J. Killeen
HACIA UN SISTEMA DE MANEJO DE INFORMACIÓN PARA LOS ECOSISTEMAS ANDINOS Un recurso integral para conservacionistas, científicos, educadores y el público Por Timothy J. Killeen
ANTECEDENTES Los ecosistemas de los Andes Tropicales están ubicados en una región que es compleja ecológicamente y dinámica en términos sociales. Tanto las zonas de tierras bajas como de montañas están experimentando un desarrollo promovido por los sectores público y privado, incluyendo proyectos relacionados con el transporte, hidrocarburos, minería, agroindustria y forestal. Por otro lado, los altos niveles de biodiversidad en la región y su reconocimiento como un Ecosistema crítico para la conservación de la biodiversidad (Biodiversity Hotspot) han fomentado la creación de áreas protegidas y una gama de proyectos en pro de la conservación por organizaciones cívicas e institutos académicos. La meta de esta iniciativa es organizar un marco inter-institucional para la difusión e intercambio de información, aprovechando la nueva tecnología informática del Internet. El propósito principal es apoyar los esfuerzos de las instituciones de mayor importancia en la difusión de información sobre biodiversidad y fomentar su uso por investigadores, educadores y personas encargadas del manejo de los recursos naturales.
Los objetivos específicos de esta iniciativa son: 1) Establecer un sistema descentralizado, abierto y flexible. 2) Fomentar el uso de formatos intercambiables y estandarizados. 3) Desarrollar bancos de datos, detallando los atributos de la información disponible (metadatos). 4) Respetar los derechos intelectuales de los autores e investigadores que generan la información primaria. 5) Realizar enlaces electrónicos entre los distintos participantes para facilitar la accesibilidad a la información y fortalecer alianzas entre instituciones. 6) Incorporar enlaces con instituciones norteamericanas y europeas para efectuar una repatriación virtual de información, custodiada en otras instituciones. 7) Fomentar la sistematización de información como parte de la actividad cotidiana de otros proyectos y programas. 8) Proporcionar mayor valor agregado a la información primaria mediante análisis.
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ESTRUCTURA La estructura de la iniciativa se caracterizará por ser voluntaria, abierta, flexible y descentralizada. Las distintas páginas institucionales estarán integradas en un sistema regional, mediante el desarrollo de un sitio Web que funcionará como entrada al sistema, como un portal (http://www.andesbiodiversity.org) La Figura 1 muestra una estructura esquemática con algunos ejemplos de los recursos informáticos potenciales.
ACCESO Y PROTECCIÓN DE DERECHOS INTELECTUALES Como existen filosofías diversas con respecto al acceso a la información, cada institución desarrollará su propia página Web según sus propios criterios y publicará la información que considere apropiada. No obstante, se acuerda entre los integrantes de la iniciativa, participar con ciertos tipos de información secundaria detallada a continuación:
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• Información de metadata: donde se registran los diferentes tipos de información albergada en cada institución, y qué formato de metadata contempla un campo con el correo electrónico del custodio de los datos. • Información de biblioteca: donde los ficheros electrónicos (si existen) estarán disponibles para consulta en las páginas Web. • Separatas electrónicas de obras ya publicadas. • Copias de informes, listas de especies, documentos, mapas, etc., elaborados por entidades públicas o privadas, cuando estén consideradas por las agencias financieras como dominio público. • Otros informes, listas de especies, documentos, mapas, etc., elaborados por entidades públicas o privadas, que no son de carácter público, pero que cuentan con la aprobación del autor original o el dueño (en los casos en que el autor ha pasado sus derechos a un tercero). Eventualmente, es nuestra intención colocar información primaria en línea para su uso y consulta, pero este proceso se efectuará en el futuro, cuando se hayan desarrollado aplicaciones que protejan la información de hackers, piratas e ineptos. Se prevén niveles de acceso mediante sistemas de passwords y contraseñas.
Otras iniciativas complementarias de Conservación Internacional CBC (Centers for Biodiversity Conservations) Los Centros para la conservación de la biodiversidad son una especie de institutos virtuales que funcionan como parte del Programa regional de los Andes de Conservación Internacional. La misión de los CBC es apoyar CI-Andes en sus distintas actividades. Los CBC estarán diseñados para aprovechar la capacidad técnica de los socios estratégicos en la región y contemplan el apoyo a científicos, economistas y sociólogos en el diseño e implementación de iniciativas de conservación.
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Sistema de manejo de información para ecosistemas andinos
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TEAM (Tropical Ecology Analysis and Monitoring) El Programa de monitoreo y análisis ecológico funcionará a partir del año 2003. Es un programa financiado por El Gordon and Betty Moore Foundation, coordinado por el Center for Applied Biodiversity Science de Conservation International (CABS/CI). TEAM será una red mundial de 50 estaciones experimentales de largo alcance, de las cuales varias estarán ubicadas en Bolivia y Perú. Los sitios de TEAM atenderán necesidades relacionadas con el acceso a información y comunicación entre CI/CABS y los socios involucrados en su manejo. TEAM cuenta con formatos específicos, capacidad técnica en el diseño de bancos de datos y recursos propios para apoyar el desarrollo de sistemas.
CONSERVATION COMMONS Una iniciativa multi-institucional para desarrollar un proceso y sitio para compartir información y conocimiento entre actores de la comunidad conservacionista. Se incluyen instituciones como Conservación Internacional, The Nature Conservancy, IUCN y otros; apoyan instituciones como Comisión Mundial de Áreas protegidas (WCPA) y el programa de Lista Roja de Especies en Peligro.
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Estatus legal de los páramos en el territorio CAR
Cristal Ange
ANÁLISIS DEL ESTATUS LEGAL PARA LA PROTECCIÓN DE LOS PÁRAMOS EN JURISDICCIÓN DE LA CORPORACIÓN AUTÓNOMA REGIONAL DE CUNDINAMARCA, CAR Por Cristal Ange
RESUMEN Dentro de la jurisdicción de la CAR se encuentran 19,150 hectáreas de páramos y el más amplio a nivel mundial, el Páramo de Sumapaz. Los páramos del territorio CAR presentan unas características únicas en el planeta, como por ejemplo la existencia de especies endémicas, así como la oferta de agua para el 27 % de la población colombiana. En este sentido, el Sistema Regional de Áreas Protegidas de la CAR, SIRAP - CAR, llevó a cabo un análisis del estado de protección legal en que se encuentran los páramos del territorio CAR mediante la evaluación de los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) municipales y de la declaratoria de estos ecosistemas como áreas protegidas. Mediante este proceso se determinó que de las nueve grandes áreas de páramo existentes en este territorio, únicamente una se encuentra declarada como un área protegida, mientras que las demás están parcialmente declaradas protegidas o sin declarar. La mayoría de los POT identifican las zonas de páramo como zonas de protección pero, en algunos casos, estos se omiten o se les asigna categorías de manejo diferentes e incompatibles. Los resultados demuestran que aunque existen las herramientas legales para proteger los ecosistemas paramunos, éstas se están desaprovechando e implementando parcialmente. Más aún, tanto las áreas de páramo declaradas como las no declaradas se encuentran altamente amenazadas, por lo que es imperativo que las actividades de protección de estos ecosistemas se centren en el manejo adecuado de las áreas más que en la declaración de estas. Palabras clave: Conservación, Cundinamarca, páramo, plan de ordenamiento territorial, Sistema de Áreas Protegidas.
ABSTRACT The CAR jurisdiction occupies 19,150 hectares of paramo ecosystem and the most extensive one in the world, the Sumapaz Paramo. The paramos in the CAR territory present unique and extraordinary characteristics such as the existence of endemic species, as well as the production of water for 27 % of Colombian population. CAR’s Regional System of Protected Areas, SIRAP – CAR, carried out an analysis of the legal protection status of paramo areas in the CAR jurisdiction through the evaluation of the Territorial Ordaining Plans (POT’s) prepared by each one of the municipalities, and the declaratory of these ecosystems as protected areas. As a result of this process, it was determined that only one of the nine (9) paramo areas within the territory is declared a protected area in its entirety, while the others are partially declared as protected or not declared at all. Most of the municipalities identified paramos as protected areas in their POT’s, but in some cases the ecosystems are omitted or, when shared by more than one municipality, are identified with different and incompatible categories. The results show that even though there are legal tools to protect paramo
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ecosystems, these are not maximized and are implemented partially. More over, paramo areas declared as protected, as well as those that are not, are in equal state of danger, making it imperative to center activities in the management of the areas and not in their declaration. Key words: Conservation, Cundinamarca, paramo, System of Protected Areas, Territorial Ordaining Plans.
INTRODUCCIÓN A partir de la Ley 99 de 1993, la gestión ambiental en Colombia está enmarcada dentro del Sistema Nacional Ambiental (SINA), definido como “el conjunto de orientaciones, normas, actividades, recursos, programas e instituciones que permiten la puesta en marcha de los principios generales ambientales (...)” e integrado por las entidades de los niveles locales, regionales y nacionales, públicas y privadas. La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, como autoridad ambiental regional de 106 municipios en jurisdicción de los departamentos de Cundinamarca y Boyacá, es un actor fundamental en la conservación y protección del medio ambiente. El área total de la jurisdicción es de 18.706,4 km2 (1’870.640 ha) pertenecientes a 98 municipios del departamento de Cundinamarca y seis de departamento de Boyacá, más el área rural del Distrito Capital. En este territorio habitan 2’071.972 personas, de las cuales 1’218.653 (58,8 %) habitan en zonas urbanas y 853.317 (41,2 %) en zonas rurales. Vale la pena anotar que en el corazón del territorio CAR se ubica Bogotá, que cuenta con un área total de Bogotá de 1.732 km2 con una población de 6’437.842 habitantes (CAR 2001). Mediante la creación de un Sistema Regional de Área Protegidas, SIRAP-CAR, la CAR hace parte de una estrategia nacional para la conformación de un Sistema Nacional de Áreas Protegidas, SINAP, para la protección del patrimonio ambiental y cultural, donde sobresale el ecosistema paramuno. El Ministerio del Medio Ambiente a través de la Unidad de Parques trabaja en la promoción del SINAP, entendido como la integración de áreas protegidas que en una gama de categorías permita asumir metas de conservación, reconociendo la diversidad de modelos con los que se asume el territorio, contribuyendo a la solución de las problemáticas de diferente escala, y garantizando en todo caso la viabilidad de la vida en las regiones (UAESPNN 2002). La conformación de este sistema en el territorio CAR es fundamental para garantizar la oferta de bienes y servicios a la población, así como para conservar la biodiversidad y el patrimonio cultural, ya que este territorio está sometido a fuertes presiones antrópicas, tales como el crecimiento urbano, la expansión de las actividades agropecuarias y el calentamiento global derivado de los gases de efecto invernadero.
Las áreas protegidas Las áreas protegidas están orientadas a cumplir con los objetivos nacionales, regionales y locales de conservación, es decir, a mantener los ecosistemas y sus bienes y servicios ambientales derivados e indispensables para el desarrollo humano; sin embargo, el mantenimiento de estos procesos requiere de una amplia red de áreas protegidas que en su conjunto puedan permitir la continuidad de los flujos ecológicos que actualmente se están viendo amenazados por el incremento en la transformación, sobreexplotación y contaminación de los ecosistemas, ligada generalmente a sectores del país en donde la crisis social supera en
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gran medida las posibilidades de actuación de las poblaciones locales. Mundialmente se ha reconocido que “las áreas protegidas sólo sobrevivirán si son consideradas de valor, en el sentido más amplio, por toda la nación y, en particular, por la población local” (Beltrán 2001). Dentro de los instrumentos para la protección de ecosistemas estratégicos, la declaratoria de áreas bajo regímenes especiales de protección es de gran importancia por el soporte legal que proporciona a las actividades de conservación que se vayan a desarrollar dentro de las áreas protegidas. El manejo de las áreas protegidas se define a partir de la categoría de manejo que se le asigne al área; la selección se hace con el fin de cumplir con determinados objetivos de conservación, teniendo en cuenta las características naturales específicas del área. De esta manera, las diferentes categorías de manejo que existen en la normatividad colombiana atienden diversos objetivos de conservación y permiten variados grados de intervención: mientras unas categorías permiten el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales de un área, otras no permiten ningún tipo de actividad antrópica. De acuerdo con la Ley 99 de 1993, el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) es la instancia del nivel nacional encargada de “reservar, alinderar y sustraer las áreas que integran el Sistema de Parques Nacionales Naturales y las reservas forestales nacionales, y reglamentar su uso y funcionamiento” (art.5, num. 18). La Ley también define entre las funciones de las Corporaciones Autónomas Regionales la de “reservar, alinderar, administrar o sustraer, en los términos y condiciones que fijen la Ley y los reglamentos, los Distritos de Manejo Integrado, los Distritos de Conservación de Suelos, las Reservas Forestales y Parques Naturales de carácter regional, y reglamentar su uso y funcionamiento. Administrar las Reservas Forestales Nacionales en el área de su jurisdicción” (art.31, num.16). Adicionalmente, la Ley crea la categoría Reserva Natural de Sociedad Civil, cuya declaración y manejo está en manos de la Sociedad Civil. De esta forma, el MMA, la CAR y la Sociedad Civil tienen la posibilidad de proteger ecosistema estratégicos por medio de su declaración como áreas protegidas utilizando las categorías enunciadas en la Tabla 1. Además de tener la facultad de administrar las áreas declaradas por el MMA anteriormente señaladas, la CAR también puede administrar las Áreas de Manejo Integrado (para recursos hidrobiológicos; no por norma, sino en desempeño de funciones anteriormente asignadas al INDERENA) y debe administrar las Áreas de Reserva (para recursos pesqueros; según Decreto 2256 de 1991 Art. 138), una vez éstas hayan sido declaradas por el MMA.
El ordenamiento territorial Otro instrumento importante en la gestión de conservación y protección del medio ambiente se relaciona con el proceso de ordenamiento territorial. En la medida en que el Estado participa como un actor decisivo sobre las acciones tomadas en torno al territorio, el ordenamiento territorial se convierte en una herramienta de apoyo a la gestión planifica dora que orienta la ocupación y utilización del territorio y da lineamientos hacia el mejoramiento de la ubicación en el espacio geográfico de los asentamientos humanos y de sus actividades e infraestructura física. Según Betancourt (1998) y Borja (1998), el ordenamiento territorial como herramienta del Estado se convierte en una política estatal en donde los
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Tabla 1. Categorías de manejo existentes en la normatividad actual para cada una de las instancias nacional, regional y la sociedad civil. Fuente: Ange 2002.
diferentes tipos de necesidades de los niveles local, regional y nacional del Estado se reflejan de manera democrática, abriendo paso al proceso de descentralización y a la democracia participativa. Con la expedición de la ley 388 de 1997 de Desarrollo Territorial, se modificó y complementó la legislación existente, especialmente la Ley 9 de 1989 de Reforma Urbana y la Ley 3 de 1991 de Vivienda de Interés Social, para así actualizar la base legislativa para el manejo de los asuntos de ordenamiento rural y urbano. Por medio de la Ley 388 de 1997 se distribuyen las competencias en materia de ordenamiento territorial de áreas protegidas entre los niveles nacional, departamental y municipal, en articulación con normas como la Ley 99 de 1993, el Código de Recursos Naturales y la Ley 152 de 1994 de Planes de Desarrollo. Así, se asignan al nivel nacional funciones como establecer el marco general de las políticas de ordenamiento en asuntos relacionados, entre otros, con las áreas protegidas y formas generales de uso de la tierra; por su parte, dentro de las responsabilidades del nivel departamental está la elaboración del marco general para el ordenamiento del territorio de acuerdo con los escenarios de uso y ocupación del espacio y el potencial ambiental (Castaño-Uribe 2001). Finalmente, dentro de las competencias del nivel municipal y distrital relacionadas con áreas de protección y conservación, sobresalen las siguientes: garantizar la utilización racional, equitativa y sostenible del suelo y de los recursos naturales; la preservación y defensa del patrimonio ecológico y cultural localizado en su ámbito territorial; la localización de áreas críticas para la prevención de desastres, la recuperación paisajística y la conservación de recursos naturales, geográficos y ambientales; y, finalmente, el establecimiento de las condiciones de manejo de las zonas de producción agropecuaria y forestal.
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Desde la perspectiva ecosistémica, el POT permite integrar estructuras complementarias (silvestres, indígenas, rurales y urbanas) y aportar al balance de procesos regionales, dentro de un desarrollo armónico que garantice los bienes y servicios para las generaciones actuales y futuras. Para el caso de los municipios en jurisdicción de la CAR y el Distrito Capital, por medio del Acuerdo CAR 016 de 1998, “Por el cual se expiden determinantes ambientales para la elaboración de los planes de ordenamiento territorial municipal”, se prevé que los municipios analicen dentro de su ordenamiento territorial las siguientes zonas de protección y administración de los ecosistemas estratégicos (naturales, productivos, de riesgo): • Páramos y Subpáramos • Áreas periféricas a nacimientos, cauces de agua, lagunas, ciénagas, pantanos, embalses y humedales en general • Áreas de infiltración y recarga de acuíferos • Áreas de bosque protector • Áreas de protección de fauna • Áreas de amortiguación de áreas protegidas La utilización de zonas de protección en la elaboración de los POT es, entonces, una estrategia fundamental para garantizar el cuidado de determinadas zonas valiosas para la conservación de la biodiversidad, los bienes y servicios y los aspectos culturales ligados al medio ambiente.
Los páramos del territorio CAR La jurisdicción de la CAR incluye parte de los departamentos de Cundinamarca y Boyacá, caracterizados por poseer el 18,3 % y el 13,3 %, respectivamente, de los páramos a nivel nacional (MMA 2002). El territorio de la CAR comprende alrededor de 196.230 hectáreas de páramos de tipo seco, húmedo y superhúmedo, dentro de los cuales sobresale el más amplio a nivel mundial, el páramo de Sumapaz, que ocupa el 9,0 % del territorio paramuno nacional (Ministerio del Medio Ambiente 2002). El páramo de Sumapaz, junto con los de Peña Negra, Telecom y Merchán, Cruz Verde, Rabanal, Guerrero, Chingaza, Monquetiva y de la Mira, conforman las nueve grandes áreas de páramo existentes en este territorio. Estos páramos presentan unas características únicas en el planeta en términos de su biodiversidad, bienes y servicios y riqueza cultural. Según Rangel (2000), el 8 % de los endemismos de flora a nivel nacional se encuentra en ecosistemas paramunos. La cordillera Oriental, en donde se ubica el territorio de la CAR, es considerada la región más importante de formación y evolución de flora y fauna (Ministerio de Medio Ambiente 2002). Sobresale en jurisdicción de la CAR la existencia de la mayoría de las especies de frailejonales existentes en la Cordillera Oriental, dentro de los cuales se encuentran los géneros Espeletia, Diplostephium y Espeletiopsis, varios endémicos de este territorio como la especie Espeletia barclayana (Castaño-Uribe 2001).
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La mayor concentración de la población colombiana, alrededor del 70 % según datos del Departamento Nacional de Estadística -DANE- (2000), se encuentra en áreas urbanas de la región Andina, y en el territorio CAR se estima que habita el 27 % de la población colombiana. Esta alta concentración ha creado una gran demanda de los bienes y servicios que prestan los páramos de Cundinamarca y Boyacá y, además, ha generado el uso inadecuado de los recursos naturales de tan importante ecosistema. En este sentido, para el territorio CAR sobresalen disturbios antrópicos generados por la ganadería, las actividades agrarias, la explotación de minas de carbón y canteras, la utilización excesiva de madera para leña y de macollas para el techado de casas, la cacería y la siembra de especies forestales exóticas. En Cundinamarca y Boyacá más del 60 % de los acueductos se surten de pequeñas fuentes de agua que nacen en los páramos, como quebradas y arroyos, por lo que resulta importante proteger estos ecosistemas (IDEAM 1998, 2002). No cabe duda de que las actividades agropecuarias y, particularmente, la producción de papa, es una de las más grandes amenazas para los páramos de la CAR. Dentro de los efectos ambientales del cultivo de papa se destacan la degradación de los suelos y la eutroficación y contaminación de las fuentes hídricas, lo cual trae consigo menor productividad de la tierra, problemas de salud humana, erosión superficial y pérdida de la cantidad y calidad de las fuentes hídricas. Esta amenaza está latente en el territorio CAR puesto que su jurisdicción se destaca por un alto nivel de producción de papa. Cambios en el uso del suelo de los páramos por ésta y las demás actividades productivas, han generado la degradación del 40 % de los páramos del territorio CAR en los últimos 50 años (Ecoforest Ltda. 2000). El páramo es un ecosistema íntimamente ligado a aspectos del patrimonio histórico - cultural de la región, ya que allí habitaron los pueblos Muiskas hasta su exterminación durante el proceso de colonización española. Durante la época previa a la llegada de los españoles, los páramos fueron percibidos como lugares sagrados por estas comunidades indígenas por estar ubicados en las partes más altas de la tierra, y sus lagunas eran sitios de ceremonias religiosas. Estas comunidades también se beneficiaron de las formaciones rocosas paramunas, que les servían de morada durante sus recorridos (Correal & Van der Hammen 1977). Aún hoy, las comunidades locales paramunas tienen una relación íntima con el medio natural que las rodea, como por ejemplo, el conocimiento y respeto por las propiedades medicinales de algunas plantas, aunque es poca la información disponible sobre la valoración actual de este ecosistema.
METODOLOGÍA Con el fin de evaluar el estado de protección legal en que se encuentran los páramos del territorio CAR, se realizó un análisis del uso del suelo establecido para las zonas de páramo en los POT municipales y, además, se evaluó la declaratoria de las mismas zonas como áreas protegidas por el nivel nacional, regional y reservas de la sociedad civil. Para llevar a cabo el análisis de los POT, se digitalizaron las últimas versiones de los mapas de uso de suelo presentados por los municipios (29 municipios del territorio CAR y el Distrito Capital tienen zonas de páramo dentro de su jurisdicción) y se sobrepusieron con el mapa de páramos de la Subdirección Científica de la CAR (1986). De esta manera, se determinó si las nueve grandes zonas de páramo mencionadas anteriormente se encuentran dentro de los suelos de protección de los POT, de manera completa, parcial o nula.
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Adicionalmente, se sobrepuso el mapa de รกreas protegidas del territorio CAR, รกrea de cada una de las principales zonas de pรกramo declaradas como un รกrea protegida, y el tipo de categorรญa de manejo asignado (ya sea del nivel nacional o regional).
RESULTADOS Con relaciรณn al anรกlisis de los POT, se elaborรณ un mapa, en donde se muestran las zonas de suelo de protecciรณn de los POT (con la excepciรณn del POT del Distrito Capital) y la zona de pรกramo. Adicionalmente, se determinรณ el tipo de uso de suelo asignado en cada uno de los POT a estas zonas, ver Tabla 2.
Tabla 2. Resultados del anรกlisis de protecciรณn de las principales zonas de pรกramo del territorio CAR en los POTโ s.
En cuanto al anรกlisis de la declaraciรณn de zonas de pรกramo como รกreas protegidas, la sobreposiciรณn de los mapas de รกreas protegidas declaradas (con la excepciรณn de las รกreas protegidas declaradas del Distrito) y de zonas de pรกramo muestra sus resultados en la Tabla 3.
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Tabla 3. Resultados del análisis de las principales zonas de páramo del territorio CAR como áreas protegidas declaradas.
DISCUSIÓN Dentro de la jurisdicción CAR existen 19.150 hectáreas de bioma páramo repartidas en 29 municipios y la zona rural del Distrito Capital. Al elaborar los POT, era fundamental que los municipios incluyeran los ecosistemas estratégicos, como las zonas de páramo, dentro de las zonas de protección. Para tal efecto, la CAR, por medio del Acuerdo 016 de 1998, dio el mandato a los municipios de proteger los ecosistemas paramunos utilizando la zona específica de protección “Páramos y Subpáramos” cuyo uso principal es la protección de los recursos naturales, para lo cual se prohíben en estas zonas actividades agropecuarias intensivas, industriales, mineras, entre otras, que causen deterioro ambiental. A partir de los resultados del presente trabajo, queda claro que la gran mayoría de los municipios, 26 de los 28 cuyo POT está disponible, incluyeron tan importantes ecosistemas dentro de los suelos de protección municipales. Esto, junto con el hecho de que el Distrito Capital de Bogotá también le dio la protección necesaria a los páramos, tuvo como resultado que el 84 % de los páramos están zonificados dentro de los suelos de protección de los POT’s. Vale la pena resaltar que no todos los municipios ni el Distrito Capital se rigieron por los determinantes del Acuerdo CAR 016 de 1998 para determinar el tipo de uso de suelo dentro de los suelos de protección, ya que utilizaron nomenclatura diferente que en muchos casos no permite determinar la diferencia de usos entre las categorías determinadas por la CAR y las creadas por los municipios. Para el caso de las zonas de páramo, no todos los ecosistemas de este tipo fueron especificados como zonas de “Páramo y Subpáramo”, sino que adicionalmente, se utilizó la zona de área de bosque protector y otras que no hacen parte del Acuerdo mencionado, como Zona Silvopastoril y Zona de Conservación y Protección. No obstante, en la mayoría de los casos el uso asignado es bastante restrictivo, por lo cual el uso de una denominación de uso diferente a “Páramos y Subpáramos” puede ser igual de útil que esta para la protección de los ecosistemas paramunos.
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En relación con la declaratoria de los páramos como zonas protegidas, en la actualidad existen 30 áreas declaradas protegidas en el territorio CAR que utilizan cinco categorías de manejo diferentes. De estas 30, 13 están protegiendo al ecosistema paramuno utilizando cuatro categorías de manejo: Distrito de Manejo Integrado, Reserva Forestal Protectora, Reserva Forestal Protectora - Productora y Parque Natural Nacional. Así, el 55 % de los páramos del territorio CAR, están declarados áreas protegidas. Es importante tener en cuenta que el objetivo de conservación de un área de páramo debe ser el mismo, es decir, el manejo de un solo páramo debe hacerse con una visión integrada del ecosistema. Sin embargo, es evidente que en el caso del Páramo de Guerrero existen cuatro zonas declaradas área protegida utilizando tres categorías de manejo cuyos objetivos de conservación requieren diferentes tipos de administración, como por ejemplo, la categoría Distrito de Manejo Integrado y Reserva Forestal Protectora, categorías que son incompatibles en cuanto a sus respectivos usos principales, condicionados y prohibidos. Los resultados demuestran que aunque existen herramientas legales para proteger ecosistemas paramunos, tales como su declaratoria de éstos como áreas protegidas y la señalización de los mismos dentro de las zonas de protección de los POT, éstas se están desaprovechando e implementando parcialmente. En total, 22 % del bioma páramo no se encuentra dentro de zonas de protección de los POT ni dentro de áreas declaradas protegidas. De estas zonas sin protección, sobresalen como las menos protegidas aquellas dentro de los páramos de la Mira, Guerrero y Monquetiva. La identificación de áreas prioritarias dentro de los páramos permite que la CAR realice actividades en estas zonas tales como: compra de predios, investigación, educación ambiental, protección y conservación, etc. Tanto las áreas de páramo declaradas como las no declaradas se encuentran altamente intervenidas y amenazadas, por lo que es imperativo que las actividades de protección y conservación de estos ecosistemas se centren en el manejo adecuado de las áreas, más que en la declaración de estas. La CAR, conjuntamente con las entidades del nivel nacional y municipal, la sociedad civil y sobre todo las comunidades paramunas, deben definir e implementar una estrategia de conservación, protección y monitoreo de estos ecosistemas estratégicos.
LITERATURA CITADA Beltrán, J. (Ed.). 2001. Pueblos indígenas y tradicionales y áreas protegidas: Principios, directrices y casos de estudio. UICN, Gland, Suiza y Cambridge, UK y WWF Internacional, Gland, Suiza. XII. 139pp. Betancourt, M. 1998. Los planes de ordenamiento territorial. Bases conceptuales y técnicas. Notas sobre el Ordenamiento Territorial y Desarrollo en Colombia. Bogotá. Borja, M. 1998. Estado sociedad y ordenamiento territorial en Colombia. Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional, CEREC. Bogotá. Castaño-Uribe, C. 2001. Sistema Regional de Áreas Protegidas de la CAR, SIRAP-CAR. Informe Final y Manual de Procedimiento para su Puesta en Marcha. Bogotá. Congreso de la República de Colombia. 1993. Ley 99 de 1993.
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Congreso de la República de Colombia. 1994. Ley 152 de 1994. Congreso de la República de Colombia. 1997. Ley 388 de 1997. Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca - CAR. 1998. Acuerdo 016 de 1998. Bogotá. Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca - CAR. 2001. Problemática ambiental del territorio de la CAR. Elementos y términos básicos para facilitar la comprensión del tema del ordenamiento territorial y la LOOT. Bogotá. Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca - CAR. 2002. Mapa de Áreas Protegidas, escala 1:100.000. Bogotá. Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca - CAR. 1986. Mapa de zonas de páramo, escala 1: 250.000. Bogotá. Correal & T. van Der Hammen. 1977. En: Rangel O. 2000, La región paramuna y franja aledaña en Colombia. Colombia diversidad biótica III. La región de vida paramuna. Departamento Nacional de Estadística - DANE. 2000. En: Ministerio del Medio Ambiente, 2002. Páramos: Programa para el manejo sostenible y restauración de ecosistemas de alta montaña. Bogotá. Ecoforest Ltda. 2000. Mapa de cobertura vegetal del área jurisdiccional de la CAR, Escala 1:100.000. Bogotá. Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales - IDEAM. 1998. En: Ministerio del Medio Ambiente, 2002. Páramos: Programa para el manejo sostenible y restauración de ecosistemas de alta montaña. Bogotá. Ministerio del Medio Ambiente. 2002. Páramos: Programa para el manejo sostenible y restauración de ecosistemas de alta montaña. Bogotá. Presidencia de la República de Colombia. 1991. Decreto 2256 de 1991. U.A.E.S.P.N.N. 2002. El Sistema Nacional de Áreas Protegidas - Conceptos y Estrategia. Bogotá.
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FORMULACIÓN DE PLANES GUÍA DE MANEJO PARA TRES ÁREAS PROTEGIDAS PILOTO EN JURISDICCIÓN CAR Por Cristal Ange, Mauricio Bedoya, Olga Lucía Méndez, Edith Rodríguez, Carolina Sorzano, María Fernanda Urdaneta & María Adelaida Valencia
RESUMEN La Cordillera Oriental de Colombia presenta la mayor diversidad ecosistémica de las tres cordilleras existentes en Colombia. Sin embargo, esta región concentra más del 35% de la población humana del país, por lo que sus recursos naturales se encuentran bajo gran presión. El Sistema Regional de Áreas Protegidas de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, SIRAP - CAR, seleccionó tres áreas de páramo y subpáramo como sitios piloto para su conservación y manejo. La finalidad del proyecto es establecer las bases para el manejo y conservación de las áreas de importancia ambiental identificadas en territorio de la Corporación. Se diseñó un Plan Guía de Manejo para cada una de las áreas piloto seleccionadas: Reserva Forestal Protectora de los Ríos Blanco y Negro en jurisdicción del municipio de La Calera, Reserva Forestal Protectora - Productora Laguna de Guatavita y Cuchilla de Peña Blanca y sitios de interés ambiental con potencial ecoturístico en el municipio de Suesca. La formulación de los Planes Guía de Manejo se llevó a cabo de forma participativa durante seis meses, involucrando en cada caso los actores pertinentes. Como resultado se obtuvo un documento Plan Guía de Manejo en el cual se establecen las actividades a desarrollar en un término de cinco años. Se consolidó un proceso en el que la comunidad y las instituciones tuvieron espacios de participación y concertación. Estos procesos son la base para la implementación de los Planes Guía de Manejo que constituyen la segunda fase del proyecto de las tres áreas piloto. Palabras clave: Actores comunitarios, área protegida, conservación, formulación, participación, plan guía de manejo.
ABSTRACT The Colombian mountain system called Cordillera Oriental holds the highest diversity amongst the three Cordilleras in the country. Nevertheless, 27 % of the total Colombian population inhabits this region, which causes great pressure on the natural resources. The Sistema Regional de Áreas Protegidas of the Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, SIRAP – CAR, has selected three natural areas containing paramo and subparamo ecosystems in order to preserve these environments. The main objective of the project is to establish the managerial and conservative basis for all the areas identified by SIRAP. A Management Plan was designed for each of the selected areas: Reserva Forestal Protectora de los Ríos Blanco y Negro en jurisdicción del municipio de La Calera, Reserva Forestal Protectora – Productora Laguna de Guatavita y Cuchilla de Peña Blanca, and Sitios de Interés Ambiental con Potencial Ecoturístico en el municipio de Suesca. Participation was the selected methodology to design Management Plans for the areas. Relevant actors for each area joined the process. A document called Plan Guía de Manejo was obtained. This document contains the activities
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to carry out in the next five year period. An important result was the consolidation of a process in which community and institutions had the opportunity to participate. These processes are the base to develop the Management Plans as the second phase of the project. Key words: Community, conservation, management plan, participation, protected area.
INTRODUCCIÓN El Sistema Regional de Áreas Protegidas de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, SIRAP - CAR, nace de la necesidad de conservar la base ecológica que sustenta la vida y los procesos productivos en el área de jurisdicción de la Corporación (Castaño - Uribe 2001). La creación del SIRAP responde además al mandato político aprobado por el Consejo Nacional Ambiental en 1998, de establecer un Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP), que involucre los niveles local y regional para ampliar la superficie protegida del país. Las Corporaciones Autónomas Regionales son las entidades encargadas de la declaración y administración de las áreas protegidas, y según el mandato, deben implementar estrategias y mecanismos independientes pero coordinados para establecer subsistemas de áreas protegidas en conjunto con departamentos, municipios y la sociedad civil (Ministerio del Medio Ambiente 1998). En el territorio de la CAR se encuentran 194.368 ha de páramo las cuales son de especial interés, ya que constituyen ecosistemas estratégicos por su importancia como fuente de agua potable para los principales centros urbanos en el territorio, como son la capital del país y municipios vecinos (CAR 2001). Sin embargo, la demanda de bienes y servicios ambientales de estos ecosistemas como agua, aire puro, materias primas, biodiversidad y suelos productivos es muy alta, debido a que esta región soporta una población de 2’071.970 habitantes, equivalente a más del 20 % de la población del territorio nacional. Como consecuencia de esta elevada demanda de recursos naturales, el territorio en jurisdicción de la Corporación presenta elevadas tasas de destrucción y degradación ambiental, con el 34 % de las áreas de páramo y subpáramo intervenidas por actividades antrópicas. Para responder a la necesidad de proteger y conservar los recursos naturales del territorio en jurisdicción de la CAR, se han establecido como objetivos del SIRAP, los siguientes: 1. Asegurar la continuidad de los procesos evolutivos y el flujo genético necesario para preservar las especies biológicas terrestres y acuáticas. 2. Garantizar la oferta de bienes y servicios ambientales esenciales para el desarrollo humano. 3. Garantizar la permanencia del medio natural como fundamento de la integridad y pervivencia de las culturas tradicionales del país. Dentro de la estructuración del SIRAP se adelantó un proceso de selección de las áreas de importancia ambiental de la jurisdicción con necesidad de protección. De las áreas identificadas se seleccionaron tres, con el fin de darles un manejo que pueda ser utilizado como experiencia piloto para implementar en otras áreas. Las áreas seleccionadas fueron la Reserva Forestal Protectora - Productora Laguna de Guatavita y Cuchilla de Peña Blanca, localizada entre los municipios de Guatavita y Sesquilé, los sitios de interés ambiental con potencial
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ecoturístico del municipio de Suesca y La Reserva Forestal Protectora de los ríos Blanco y Negro en jurisdicción del municipio de La Calera (RFP de río Blanco). Debido a la existencia de áreas representativas de páramo en la RFP de río Blanco el presente documento hace énfasis en esta Reserva. Las reservas forestales son aquellas áreas de propiedad pública o privada reservada para destinarla exclusivamente al establecimiento o mantenimiento y utilización racional de áreas productoras, protectoras o protectoras productoras (República de Colombia 2001). Las Reservas protectoras se definen como aquellas zonas que deben ser conservadas permanentemente con bosques naturales o artificiales, para proteger estos mismos recursos u otros naturales renovables. Las Reservas Protectoras - Productoras son áreas que deben ser conservadas permanentemente con bosques naturales o artificiales para proteger los recursos naturales renovables y que, además, pueden ser objeto de actividades de producción sujeta necesariamente al mantenimiento del efecto protector. En este documento se presentan los resultados de la fase de formulación de Planes Guía de Manejo para tres áreas piloto en jurisdicción de la CAR. Un plan de manejo constituye un herramienta que se diseña con el fin de guiar y controlar el manejo de un área (Miller 1989). El plan de manejo orienta y facilita todas las actividades que se realicen en el área para la cual se diseñan. El objetivo general de esta fase del proyecto consistió en formular un Plan Guía de Manejo de forma participativa y establecer los lineamientos generales de administración para que sean implementados en la segunda fase del proyecto.
MATERIALES Y MÉTODOS La participación constituyó la base metodológica por medio de la cual se formularon los Planes Guía de Manejo para las tres áreas piloto. Esta herramienta permite identificar las condiciones reales de un territorio con base en el conocimiento de sus habitantes y hace posible que las comunidades que ocupan dicho territorio se apropien de él y asuman un papel activo en su manejo. Los planes guía para las tres áreas piloto se formularon a partir de un proceso participativo, basado en la experiencia de la formulación para el Área Natural Recreativa Neusa por Castro & Londoño (2001 y Castaño Uribe 2001). Este proceso de formulación liderado por el SIRAP - CAR, contó con la participación de otras instituciones gubernamentales como la Gobernación de Cundinamarca a través de la Secretaría del Medio Ambiente y la Secretaría de Turismo, las administraciones municipales a través de los alcaldes o sus representantes, Juntas de Acción Comunal de las veredas en cada municipio, organizaciones no gubernamentales (ONG), representantes de universidades, así como de los colegios y escuelas localizados en cada área o su zona de influencia y la comunidad en general. En el caso de la RFP de Río Blanco la administración municipal estuvo representada por la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria (UMATA); también participaron el Parque Nacional Natural Chingaza (PNN Chingaza) y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB). El procedimiento general para la construcción colectiva de los Planes Guía de Manejo se llevó a cabo en un período de seis meses, y consistió en la consolidación de cuatro componentes: Descriptivo, de Ordenamiento, Normativo y Operativo (Figura 1). Para la formulación
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de los Planes Guía de Manejo se conformó un equipo coordinador que actuó como agente dinamizador del proceso, facilitando los espacios de encuentro e intercambio de conocimientos e ideas entre los diversos actores involucrados. La participación de dichos actores se produjo a través de talleres, salidas de campo, reuniones temáticas y entrevistas. Finalmente, el equipo coordinador sistematizó la información y estableció pautas metodológicas para el desarrollo y consolidación del documento final.
Figura 1. Esquema metodológico desarrollado para la construcción colectiva del Plan Guía de Manejo de la RFP de Río Blanco (Tomado de Castro & Londoño 2001 y Castaño-Uribe, 2001).
La metodología para abordar cada uno de los componentes citados se explica a continuación: • Componente descriptivo: Se analizó e integró información recopilada de fuentes primarias y secundarias, como se muestra en la Figura 2. • Componente de ordenamiento: En este componente se llevó a cabo la zonificación de las áreas, entendida como una “subdivisión con fines de manejo, que se aplica a las áreas que integran el SINAP (Sistema Nacional de Áreas Protegidas) para planificar y determinar de acuerdo con los fines y características naturales de la respectiva área, su adecuada administra ción y el cumplimiento de los objetivos señalados” (Castaño - Uribe 2001). Para consolidar este componente se siguieron cuatro pasos de manera general (Figura 3): El primero consistió en la identificación técnica de unidades ecológicas por medio de la sobreposición de mapas temáticos. Posteriormente se integró información socio - económica e histórico cultural. El paso siguiente consistió en involucrar la propuesta de la comunidad que participó en el proceso de formulación de Planes Guía de Manejo. Por último se analizaron e
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Figura 2. Esquema metodológico adoptado para abordar el componente descriptivo del Plan Guía de Manejo de la RFP de Río Blanco.
integraron las propuestas técnica y de la comunidad y se obtuvo la zonificación final, utilizando las zonas propuestas por Biocolombia (1997) de preservación, recuperación, histórico - cultural, uso intensivo, recreación exterior, manejo especial y amortiguación. • Componente normativo: en este componente se analizó la categoría de manejo existente para las áreas de Reserva Forestal Protectora y Reserva Forestal Protectora - Productora. En el caso de los sitios de interés ambiental con potencial ecoturístico del municipio de Suesca, se propuso la categoría de Distrito de Manejo Integrado para la cuenca de la Laguna de Suesca y la de Recursos del paisaje y de su protección para los demás sitios dentro del área de estudio (municipio de Suesca). • Componente operativo: mediante este componente se diseñaron los programas, subprogramas y actividades que se desarrollarán durante los cinco años para los cuales están planteados los Planes Guía de Manejo.
RESULTADOS Como resultado del proceso de formulación se obtuvo un documento Plan Guía de Manejo, en el cual se desarrollaron los cuatro componentes mencionados. En el Componente descriptivo el análisis de la información secundaria mostró que en la RFP de Río Blanco los suelos son inestables, que es una zona caracterizada por la gran abundancia de agua representada por numerosas quebradas, lagunas y nacimientos de agua gracias a la existencia de áreas representativas de páramo y bosque andino en buen estado de conservación. Las formaciones vegetales existentes en río Blanco son Selva Húmeda Andina, Subpáramo y
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Figura 3. Esquema metodológico adoptado para abordar el componente de ordenamiento o zonificación.
Páramo (López & Villareal 1992). Se identificaron áreas con vegetación de páramo, bosque intervenido, arbustal bajo, misceláneos y erial por cantera (URPA 1992). El Componente descriptivo identificó la presencia de especies de fauna amenazada como el oso andino (Tremarctos ornatus), la danta de páramo (Tapirus pinchaque), venados (Mazama americana), entre otros. La información del Componente descriptivo mostró una gran diversidad de aves en la Reserva, mayor que la reportada en otros bosques andinos de la Cordillera Oriental (Stiles & Rosselli 1998). El Componente descriptivo identificó, en el campo socio - económico, como sectores económicos en las veredas El Manzano y Mundo Nuevo, la actividad agropecuaria, la industria y el comercio y los servicios (EPAM 1999). En cuanto a los aspectos demográficos, se identificó menor densidad poblacional en la zona donde se ubica la Reserva que en otras zonas del municipio de La Calera (EPAM 1999). El abastecimiento de agua en las veredas Mundo Nuevo y El Manzano se produce por medio de acueductos veredales que se surten de diferentes quebradas. En la zona se encuentran dos escuelas y dos colegios con un total de 324 alumnos. El Componente descriptivo arrojó datos de 62 predios en el interior de la Reserva con predominio de propiedad privada. El Componente normativo mostró que en la Reserva se practican actividades prohibidas por la falta de presencia institucional en esta zona en particular. La Reserva debe ser manejada por la Corporación, pero su reglamento debe ser diseñado por el Ministerio del Medio Ambiente. En este componente se propuso el cambio de categoría para la Reserva para convertirla en el mediano plazo en un Parque Natural Regional. Se evidenció que el municipio
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no tuvo en cuenta la existencia de la RFP de Río Blanco para la elaboración del Plan de Ordenamiento Territorial, por lo cual los usos del suelo planteados para la zona, no corresponden con los establecidos para una Reserva Forestal Protectora. En el Componente de ordenamiento se identificaron las siguientes zonas (Biocolombia 1997): Zona de preservación: la RFP de Río Blanco correspondió a la zona más alta con áreas de páramo y bosque andino. Zona de recuperación: la Reserva correspondió a la zona que ha sido potrerizada para el establecimiento de actividades ganaderas. Zona histórico cultural: se identificó un cementerio indígena y es posible que haya otros lugares de importancia cultural. Zona de recreación exterior: se identificaron tres sitios principales de interés ecoturístico: Laguna Brava, Laguna Chiquita y Siete Cascadas, así como los respectivos caminos y senderos que conducen a ellos. Zona de uso intensivo: en Río Blanco se localizó por fuera de la Reserva, en el límite con el PNN Chingaza y correspondió a un predio del Parque ya que la Corporación no cuenta con predios en esta zona. Zona de uso especial: esta zona quedó representada en la RFP de Río Blanco por las bocatomas del sistema para captación de aguas de la EAAB y por el área donde se encuentra la infraestructura para el abastecimiento de acueductos veredales. Zona de amortiguación: en la parte baja de la Reserva se identificó una zona de 0,5 km de ancho que recorre todo el límite inferior de la misma. En el componente operativo se definieron ocho programas y 14 subprogramas para adelantar en las áreas piloto (Tabla 1). Para cada uno de los subprogramas definidos se plantearon actividades generales encaminadas a cumplir con el objetivo de conservación establecido para cada una de las áreas piloto. Para cada área piloto se determinaron los programas énfasis, definidos como los prioritarios a desarrollar de acuerdo con las características, necesidades y problemáticas más importantes de éstas. Para la RFP de Río Blanco los programas énfasis se definieron así: Investigación y monitoreo: para la RFP de Río Blanco se consideró como un programa prioritario por el buen estado de conservación de las zonas de páramo y bosque andino, lo cual constituye una gran oportunidad para desarrollar investigación básica y aplicada en estos ecosistemas. Se identificaron cuatro temáticas generales para desarrollar en la Reserva: recurso hídrico, cobertura vegetal, conservación de fauna y ecoturismo. Educación ambiental y comunicación: es una herramienta fundamental para lograr la conservación de los recursos naturales y su utilización sostenible por parte de la sociedad. Por esta razón debe estar presente en todos los proyectos que se desarrollen en la Reserva. La falta de
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Tabla 1. Programas y subprogramas a desarrollar en las áreas piloto.
divulgación de la existencia de la Reserva constituye uno de los factores que ha contribuido al deterioro de algunas zonas debido al avance de la frontera agropecuaria. Protección y control: la falta de presencia institucional en el pasado, reflejada en la ausencia de medidas de protección de los ecosistemas y control de las actividades antrópicas practicadas alrededor y dentro de la Reserva, es otra causa del deterioro de algunas de sus zonas; por esta razón se diseñarán actividades de vigilancia y control en la Reserva y se coordinarán dichas actividades con las que realiza el PNN Chingaza. Restauración y recuperación del patrimonio ambiental: este programa será implementado en las zonas que han sido afectadas por las actividades antrópicas. Las estrategias empleadas deben estar encaminadas a restaurar los ecosistemas de estas zonas con fines de preservación.
DISCUSIÓN Los planes de manejo han sido utilizados como herramientas de planificación en diferentes regiones tanto a nivel nacional como internacional (ver Comunidad de Atapo Quichalán 2001, Albán 2002, Sánchez sin fecha). El enfoque participativo ha sido empleado últimamente como estrategia para que los programas y proyectos planteados en los planes de manejo tengan soporte social, estén dirigidos a enfrentar los problemas reales de la zona para donde se desean aplicar y las comunidades locales se apropien de los procesos garantizando su continuidad en el tiempo.
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El enfoque participativo de formulación de Planes de Manejo constituye un aporte fundamental en el desarrollo conceptual del trabajo que se presenta en este documento. La participación, además de ser un derecho de las personas y las colectividades, reconocido en la base de la organización política de la Nación, es un medio para legitimar los procesos de planificación de uso del territorio y los propósitos de conservación (U.A.E.S.P.N.N 2001). La escogencia del enfoque participativo en la formulación de planes guía de manejo para las tres áreas piloto en jurisdicción CAR arrojó resultados positivos confirmando las ventajas de la utilización de este enfoque, como lo corroboran las Comunidades de Atapo Quichalán (2001) y Albán (2002) y las de la zona de influencia del Parque Natural Recreativo Neusa (Castro & Londoño 2001). Entre las ventajas de utilizar el enfoque participativo en el presente proyecto se identificaron las siguientes: 1. Caracterización apropiada de la situación real del área y su problemática (por el aporte de los distintos niveles de actores y de distintas disciplinas en el “equipo planificador”). 2. Avance en la validación del proceso por parte de los actores participantes. 3. Facilitación de la etapa de implementación de los planes de manejo debido al conocimiento del proceso por parte de la comunidad y otros actores involucrados. 4. Aumento de la capacidad de gestión de recursos para el desarrollo de proyectos debido a la articulación comunitaria e interinstitucional. 5. Iniciación de procesos de fortalecimiento de la sociedad campesina como sujetos activos de la conservación, a través del aumento en la capacidad de autogestión. Otro aspecto de importancia para analizar lo constituye el tiempo empleado en la formulación de los planes guía de manejo. En el presente estudio la formulación de los documentos se realizó en seis meses, y los resultados que se obtuvieron permitieron definir las directrices que guiarán las acciones a desarrollar en las áreas piloto durante los próximos cinco años. Sin embargo, estos lineamientos deben evaluarse constantemente durante la implementación del Plan Guía de Manejo para identificar los aspectos que se deben adicionar. Es así como la implementación es un proceso dinámico donde la planeación y evaluación deben ser estrategias permanentes. La cantidad de recursos financieros condicionó la duración de la etapa de formulación de los planes guía a seis meses. Otro factor importante para desarrollar el proyecto en este período fue la necesidad de contar con resultados concretos en un corto período debido a los antecedentes de gestión institucional en la región. En la zona de la RFP de Río Blanco, se iniciaron varios proyectos, entre ellos un plan de manejo para la cuenca alta del río Blanco, los cuales no tuvieron continuidad y fueron abandonados por las instituciones. Estos antecedentes crearon desconfianza e incredulidad en los proyectos liderados por las instituciones gubernamentales por parte de la comunidad. La CAR no había ejercido sus funciones de administrar la Reserva y su presencia en la zona se daba por esporádicas visitas de funcionarios para otorgar permisos de concesión de aguas. Por todo esto la
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comunidad vio con sorpresa que los talleres, salidas de campo y demás actividades para la formulación del plan guía, se realizaran de forma cumplida durante el segundo semestre del año 2001. Un factor que favoreció el rápido desarrollo de la etapa de formulación del plan guía de manejo en la RFP de Río Blanco, a pesar de los antecedentes, fue la existencia de un proceso comunitario en marcha que tenía como meta la conservación de la cuenca alta del río Blanco. La administración municipal, el PNN Chingaza y la comunidad de las veredas donde se encuentra la Reserva venían desarrollando una serie de talleres con el fin de diseñar un plan de manejo para la zona mencionada. El SIRAP-CAR se unió al proceso y lo enfocó hacia el manejo de la Reserva por su importancia con respecto a la biodiversidad y la abundancia de agua que ofrece y debido a que la meta y el objetivo planteados para la cuenca alta del río Blanco eran demasiado amplios. La formulación de los planes guía en un período de seis meses tuvo ventajas, entre las que se encuentran que la comunidad local pudo ver en poco tiempo un proceso continuo y eficaz de trabajo coordinado entre diferentes entidades y organizaciones. La realización de actividades continuas permitió que los actores no se dispersaran frente al proceso y permanecieran informados e interesados. Un proceso prolongado de formulación puede cansar a los actores por la cantidad de reuniones y actividades, sin tener resultados concretos. Así mismo, se pudo caracterizar el área y culminar toda la fase sin la necesidad de desarrollar estudios prolongados y costosos. Es muy común que el inicio de un proyecto involucre el diseño y desarrollo de estudios biofísicos y socio - económicos básicos que muchas veces son innecesarios porque la información ya existe pero no se utiliza. El corto tiempo empleado para la formulación de los planes guía permitirá la rápida puesta en marcha de la etapa de implementación, lo cual implica el desarrollo de proyectos concretos y la obtención de resultados al término de un año de iniciado el proceso. A pesar de haber obtenido resultados positivos, se presentaron inconvenientes en la formulación de los Planes Guía de Manejo para las tres áreas piloto. Algunos conflictos entre grupos de actores, produjeron en varias ocasiones el retraso de actividades o la no participación de uno de los grupos o personas en conflicto. Para la RFP de Río Blanco este factor fue evidente por la rivalidad entre las veredas Mundo Nuevo y El Manzano, donde se encuentra la Reserva, aunque sin consecuencias de fondo para el proceso. A pesar de haber contado con una amplia participación y la representación de diferentes sectores y de la comunidad local, el corto tiempo impidió que algunos grupos o personas fueran convocados. En la RFP de Río Blanco no se pudo contactar a un grupo de propietarios del sector más afectado de la Reserva. Los propietarios de las fincas localizadas en el sector sur - oriental de la Reserva viven en Bogotá y muchos de ellos no hacen presencia en la zona por razones de seguridad. Los trabajadores de estas fincas no están autorizados a dar información para ubicar a los propietarios, por lo que no se pudo contar con su participación. Sin embargo, se buscará la participación de estas personas en el diseño de los Planes Operativos Anuales, los cuales son otro espacio para la concertación de proyectos y actividades prioritarios.
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La formulación de los Planes Guía fue un arduo proceso en la dificultad de poner de acuerdo y concertar diferentes intereses y visiones entre los actores. Un aspecto normal pero que retardó el desarrollo de actividades fue el de coordinar las agendas de todos los actores para que pudieran coincidir en fechas, horas y sitios de reunión y trabajo.
CONCLUSIONES La utilización del enfoque participativo brindó grandes ventajas para el éxito de la etapa de formulación de los Planes Guía de Manejo para las tres áreas piloto de la CAR. La escogencia de este enfoque permitió que se generara un sentido de apropiación del proceso por parte de la comunidad. Se generó también un sentido de responsabilidad y compromiso de las instituciones participantes con el proceso y la comunidad local. Se logró la integración de actores comunitarios e institucionales en torno a las áreas protegidas por la CAR lo cual facilita el cumplimiento de los objetivos de conservación de las áreas y el SIRAP-CAR en general. De la misma forma, se logró avanzar en el establecimiento de alianzas estratégicas entre comunidad e instituciones. Se avanzó también en la unificación de las visiones de conservación de los diferentes actores para trabajar en el mismo sentido y sin transgredir formas de pensar. Esto fue esencial para lograr un trabajo interdisciplinario y para generar un ambiente cordial y respetuoso que garantice su propia continuidad en la siguiente etapa de los Planes Guía. La utilización de mecanismos adecuados de comunicación fue un factor muy importante para el desarrollo de las diferentes actividades de la etapa de formulación. La utilización de un lenguaje adecuado por parte de los técnicos constituyó un lógico acierto para el mutuo entendimiento entre estos y la comunidad local. Por otro lado, mejoró la imagen de la CAR en las zonas donde se encuentran las áreas protegidas y se logró mayor confianza de la comunidad en los procesos institucionales. Es decir, se consiguió un reposicionamiento de la CAR en la región. La formulación participativa de los Planes Guía de Manejo contribuyó a fortalecer los procesos comunitarios existentes y a aumentar las iniciativas de autogestión ambiental en las áreas. Este factor constituye un avance hacia la apropiación del proceso por parte de la comunidad e instituciones relacionadas. En el caso particular de la RFP de Río Blanco, se demostró la importancia de partir de iniciativas locales de gestión. Este hecho fue sin duda un factor muy importante para lograr la consolidación exitosa de una primera etapa del Plan Guía de Manejo en la zona. A partir del presente proyecto, es claro que es posible diseñar un Plan de Manejo en corto tiempo utilizando información existente, reconociendo la importancia y dándole continuidad a trabajos previos y sin necesidad de invertir grandes cantidades de recursos.
LITERATURA CITADA Albán, S. 2002. ¿Cómo hacer un plan de manejo del páramo con énfasis en participación y género? Propuesta metodológica para su elaboración. Memorias Congreso Mundial de Páramos. Este volumen.
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Susana Albán-Bedón
¿CÓMO HACER PLANES DE MANEJO DEL PÁRAMO CON ÉNFASIS EN PARTICIPACIÓN Y GÉNERO? PROPUESTA METODOLÓGICA Por Susana Albán-Bedón1
RESUMEN El presente artículo comparte algunas experiencias que aspiramos sean orientadoras al momento de pensar en elaborar un plan de manejo del páramo. Hace tres años el Proyecto Páramo soñaba en conservar los páramos del Ecuador; hoy su amplia experiencia lo ubica entre las instituciones que más han contribuido a este propósito. Las áreas de intervención del Proyecto se ubican en la zona andina abarcando desde el norte hasta el sur del país. Cada institución y cada comunidad de páramo, compartieron el propósito de la conservación de los páramos y uno de los medios para alcanzarlo fue a través de la elaboración de los planes de manejo comunitario de los páramos con enfoque de género. Los aspectos conceptuales y metodológicos que guiaron al Proyecto Páramo en su trabajo fueron los de considerar los ejes de participación y género. Así, la conservación de los páramos y el desarrollo social y económico de sus comunidades, basadas en el aprovechamiento de sus recursos naturales, requirieron de la completa participación y compromiso de las mujeres y los hombres que allí habitan. En este contexto, y con base en el aprendizaje de otras experiencias ejecutadas en el Ecuador, se desarrolló la metodología para la elaboración de los planes de manejo comunitarios del páramo con enfoque de género. Actualmente constituye la base de la experiencia obtenida a través de su validación en las comunidades donde intervino el Proyecto Páramo y se convierte en un ejemplo conceptual y metodológico sobre la aplicación de género en proyectos de conservación. Palabras clave: Género, metodología, páramo, participación, planes de manejo comunitarios.
ABSTRACT The study area of this project is the Ecuadorian Andean region (Paramos). Institutions and paramos communities shared their interest on the paramos conservation and the main way was doing communities management plans with focus on gender. Conceptual and methodology aspects used by Paramo Project were to consider the communal participation and gender. Thus, the Paramos conservation and social and economic development 1 La autora que, desde marzo de 1999 hasta diciembre de 2001, consultora del Proyecto Páramo. Fue responsable de la elaboración de los planes de manejo comunitarios con enfoque de género. Actualmente coordina el Proyecto Género y Desarrollo Sustentable con el Grupo Randi Randi.
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of the communities have bases in the profit of the natural resources, for this reason was necessary to consider the compromise of the women and men who are living there. All the present time, this methodology is an experience that became real through the validation in the communities where the Paramo Project had been working. This experience was transformed in a conceptual and methodology example by gender application in conservation projects. Key words: Gender, management communities’ plans, methodology, paramo, participation.
INTRODUCCIÓN La elaboración de planes de manejo participativo del páramo con enfoque de género es una tarea que requiere del compromiso institucional, profesional y personal, pero sobre todo de una relación muy estrecha con el páramo como ecosistema en peligro y con su gente, que en el Ecuador presenta los indicadores de mayor pobreza del país (Barrera 2000). Entonces, un plan de manejo de estas características forma parte de un proceso complejo, en el que los intereses de conservación y las necesidades inmediatas de la gente se entretejen y muchas veces nos conducen a serios cuestionamientos, que juntamente con las personas de los páramos nos ha llevado tres años de reflexión. El presente artículo comparte algunas experiencias que aspiramos sean orientadoras en el momento de pensar en elaborar un plan de manejo del páramo. Hace tres años el Proyecto Páramo soñaba en conservar los páramos del Ecuador; hoy día su amplia experiencia lo ubica entre las instituciones que más han contribuido a este propósito. Las áreas de intervención del Proyecto van desde el norte hasta el sur del país. Cada institución y cada comunidad de páramo compartieron el propósito de la conservación de los páramos y uno de los medios para alcanzarlo fue la elaboración de los planes de manejo comunitarios de los páramos con enfoque de género. Los aspectos conceptuales y metodológicos que guiaron al Proyecto Páramo en su trabajo fueron los de considerar los ejes de participación y género. En este sentido, la conservación de los páramos y el desarrollo social y económico de las comunidades de páramo, basadas en el aprovechamiento de sus recursos naturales, requieren de la completa participación y del compromiso de las mujeres y los hombres que allí habitan. A continuación, se presenta la experiencia del Proyecto Páramo que durante estos tres años de intervención ha colaborado en la elaboración de seis planes de manejo comunitarios y otros seis que se encuentran en proceso de finalización.
Fundamentos sociales de la conservación Durante las dos últimas décadas muchas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales en un primer momento se preguntaron ¿por qué los esfuerzos de conservación que éstas desplegaban con cuantiosos recursos humanos y económicos no alcanzaban las metas propuestas? Muchas también fueron las respuestas y los cuestionamientos que se hicieron. Un aporte importante en los estudios biológicos de las especies animales y vegetales fue la contribución de especialistas en las ciencias sociales en los trabajos de conservación,
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para lo cual primero se parte del “entendimiento de los fundamentos sociales de la conservación y desde un compromiso con la participación local o comunitaria” (Poats et al. 2001). Estos serían los factores que contribuirían en el cambio del concepto de la conservación por la conservación. Hoy día en los espacios de conservación y desarrollo del Ecuador, si bien no en todos, ya se hable por un lado o se aplique por el otro, el concepto que nos une es el de la conservación participativa de la biodiversidad. Si bien la participación comunitaria es un factor clave que nos guía en el trabajo de la conservación, el aporte del enfoque de género completa el conocimiento de la realidad en que viven las poblaciones humanas y constituye una primera aproximación en el “descubrimiento de la mujer y su relación diferenciada con los recursos naturales y su conocimiento distinto de la biodiversidad” (Ibid). Es justamente a partir de estas bases conceptuales sobre las que se construyen y entienden la importancia de género y sus relaciones, y la participación comunitaria en la conservación de la biodiversidad. “Entonces, lo que vemos es una progresión: conservación biológica conservación biosocial o socioambiental participación comunitaria mujer y conservación conservación participativa de la biodiversidad con enfoque de género” (Poats et al. 2001). En este contexto de evolución de la conservación pura a la conservación participativa de la biodiversidad con enfoque de género, el Proyecto Páramo con la asistencia técnica del Grupo Randi Randi, enmarca su propuesta de conservación de los páramos del Ecuador, para lo cual se desarrolló una propuesta conceptual y metodológica que orientó el trabajo con las comunidades a través de la elaboración de los planes de manejo participativos del páramo con enfoque de género. A continuación nos referiremos a esta propuesta.
Propuesta conceptual para la elaboración de los planes de manejo del páramo con enfoque de género Los conceptos páramo, manejo participativo, participación comunitaria y enfoque de género, entre otros, se entretejen formando una realidad única en cada comunidad de páramo y constituyen los fundamentos sociales de su conservación. Si bien cada concepto puede tener su propia lógica de existencia, únicamente las relaciones entre sí contribuyen en el entendimiento de lo que sucede en un ecosistema y las relaciones que las personas que habitan allí establecen con sus recursos naturales.
¿Qué es un plan de manejo participativo del páramo? Trabajar en conservación participativa de la biodiversidad implica entre otras cosas, tomar en cuenta las prioridades que las personas tienen con los recursos naturales y desde allí planificar sus actividades de manejo desde sus propias necesidades. Este proceso implica tiempo, compromiso y, sobre todo, la decisión de las personas de manejar los recursos de otra manera (Albán & Burbano 2002). Por ello, un plan de manejo participativo del páramo es un proceso a través del cual las mujeres y los hombres de diferente condición social, cultural, étnica y edad, definen su visión del futuro, objetivos, estrategias para conservar y manejar los recursos naturales del páramo, disminuyendo amenazas e impactos negativos y aprovechando las oportunidades y
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potencialidades para obtener un desarrollo sustentable que les permita mejorar sus condiciones de vida (adaptado de Morales et al. 1999).
¿Por qué hacer un plan de manejo participativo del páramo? La importancia del páramo El páramo es un ecosistema propio de la parte norte de los Andes que comienza aproximadamente a los 3.500 msnm y va hasta el límite con las nieves perpetuas. Su flora y su fauna son únicas en el mundo porque estos seres vivos han tenido que adaptarse a una serie de características ecológicas y climáticas. Desde hace miles de años, la gente también ha sido parte de este ecosistema y lo ha transformado, a veces dramáticamente. En el Ecuador, aproximadamente 500.000 personas viven y dependen directamente de él; en el páramo la gente tiene ganado y realiza tareas agrícolas. La mayoría de la población del país depende de manera indirecta de los servicios ambientales del páramo. Estos servicios incluyen la regulación del agua que baja de manera continua y limpia hacia los lugares más bajos donde sirve para riego, agua potable y generación de energía eléctrica. Sus paisajes espectaculares atraen a turistas de todo el mundo. La alteración del páramo afecta tanto a la gente que vive en él como a las personas que dependen de estos fundamentales servicios ambientales (Proyecto Páramo 1998). Ante esta realidad, aparece la necesidad de manejar los recursos naturales en los páramos, de acuerdo a las realidades culturales, sociales y ecológicas locales del Ecuador. Se deben buscar opciones combinadas e imaginativas así como diversos modelos y alternativas y ensayar unos y otras. Uno de los medios para alcanzar el manejo sustentable de los páramos es a través de los planes de manejo participativos. Éstos implican para las comunidades que habitan en los páramos procesos de activa participación en la búsqueda de alternativas que aseguren la conservación y uso racional de los recursos naturales para el beneficio de la población actual y futura (Ibid). Únicamente la decisión de las comunidades hará posible disminuir las presiones que se ejercen en los páramos y permitirá la conservación de este ecosistema de gran importancia para las personas que viven en él y para las que dependen de él. En este sentido, un plan de manejo participativo ayudaría a alcanzar estos propósitos (Albán & Burbano 2002).
La importancia de la participación comunitaria, de género y sus relaciones La participación comunitaria va del simple hecho de que las mujeres y los hombres de las comunidades estén informados, o reciban beneficios materiales o del empoderamiento a través de la plena participación, principalmente, en la toma de decisiones sobre el uso, acceso y el control de los recursos naturales del páramo (adaptado de Schmink 1999). Entendemos por género las diferencias y las relaciones construidas socialmente entre mujeres y hombres que cambian por situación, contexto y tiempo (Schmink 1999). En un plan de manejo participativo se considera importante incluir el enfoque de género en la conservación y manejo de recursos naturales “porque el género diferencia las relaciones que la gente establece con los recursos naturales y los ecosistemas, con respecto al
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conocimiento, uso, acceso, control, impacto sobre los recursos naturales y las actitudes con relación a los recursos y la conservación” (Schmink 1999). Al incluir un enfoque de género, podemos hacer más equitativa la participación de hombres y mujeres lo cual hace que nuestras acciones de conservación tengan mayor impacto positivo y a través de éstas contribuyamos a la equidad de género. Dentro de los planes de manejo participativos del páramo, el enfoque de género se toma en cuenta en diferentes intensidades y de varias maneras para alimentar el proceso (Albán & Burbano 2002). Estos principios constituyeron el marco conceptual en que se basó el Proyecto Páramo para elaborar los planes de manejo del páramo con participación y género. Es decir, para el Proyecto Páramo, la conservación de páramos del Ecuador no es posible alcanzarla sin la participación de las mujeres y los hombres que viven allí. A continuación su propuesta metodológica.
PROPUESTA METODOLÓGICA PARA LA ELABORACIÓN DE LOS PLANES DE MANEJO DEL PÁRAMO CON ENFOQUE DE GÉNERO Lo descrito anteriormente se refiere al ¿qué hacer?, o en este caso, ¿qué hizo el Proyecto Páramo o qué quería hacer? Su mayor propósito fue contribuir en la conservación de los páramos del Ecuador. Los ejes o principios que guiaron su trabajo, lo constituyeron participación y género. Sin embargo ¿cómo lo iban a lograr?, ¿a través de que medios? El cómo, precisamente define el procedimiento metodológico, la pregunta guiadora fue ¿cómo vamos a contribuir en la conservación de los páramos ecuatorianos? Varias fueron las estrategias que el Proyecto Páramo desarrolló durante su intervención, para el caso que nos convoca, el medio para su conservación, fue hacerlo a través de los planes de manejo participativos del páramo con enfoque de género, y el cómo, fue el ciclo del plan, que no es más que los pasos o la secuencia de procesos participativos, con un enfoque de género sobre el conocimiento y reconocimiento por parte de las mujeres y hombres de las comunidades de sus territorios de páramo. El conocimiento, basado en el uso de los recursos, de las amenazas y de los impactos de estos usos sobre el ecosistema, permitió a sus habitantes planificar sus páramos. Como se mencionó anteriormente, sólo la decisión de estas personas de manejar sus páramos, de acuerdo a lo que han planificado, hará posible su conservación. La metodología desarrollada por el Proyecto Páramo a través de la asistencia técnica de especialistas en participación, manejo de recursos naturales y género del Grupo Randi Randi para la elaboración de planes de manejo comunitario participativo y con enfoque de género, se basa en experiencias y conceptos de diagnóstico y planificación participativa de reconocimiento nacional e internacional. Si bien no existe una metodología modelo para elaborar planes de manejo comunitarios, en el Ecuador existen interesantes experiencias que permitieron aprovechar algunas de sus lecciones. Las más representativas son: el proyecto Desarrollo Forestal Comunal (DFC) con sus planes de manejo forestales
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comunitarios; el IEDECA, la primera ONG que realizó un plan de manejo de páramo con la participación de cinco comunidades que se encuentran dentro de un área protegida; el Instituto Kichwa de Biotecnología, que ha elaborado planes de manejo comunitarios con énfasis en etnicidad y género en la amazonia; el plan de manejo del territorio Kichwa de Oyacachi y Sinangoé (Arroyo et al. 2000). De esta manera, la metodología desarrollada para la elaboración de los planes de manejo comunitarios del páramo con enfoque de género constituye la base de la experiencia obtenida a través de su validación en las diferentes comunidades en donde ha intervenido el Proyecto Páramo.
Ciclo del plan de manejo comunitario de los páramos con enfoque de género2 Es el conjunto de pasos metodológicos ejecutados como un proceso en el que un paso se nutre del anterior. No implica necesariamente una cierta secuencia lógica, la experiencia nos demostró que no hay lógica cuando se trabaja con hombres y mujeres de distinta condición social, cultural, económica, diferente pertenencia étnica y con edades que van desde los seis hasta los 80 años. Entonces, lo que es válido para unas personas, para otras no. El proceso secuencial implica organizarse de acuerdo a los factores humanos mencionados, pues éstos construyen sus propias lógicas.
Promoción del plan de manejo en las comunidades de páramo Esta etapa constituye la fase de acercamiento y conocimiento entre la comunidad y el equipo técnico, que facilitará el proceso de elaboración del plan de manejo. Este es el paso más importante del plan, pues de él depende que las comunidades quieran o no iniciar el proceso de planificación. Para ello es importante que las mujeres y los hombres de las comunidades identifiquen las ventajas que tienen, para que cada persona participe en un proceso del plan de manejo de su páramo. Igualmente, éste contribuirá en mejorar sus condiciones de vida sobre la base del aprovechamiento sustentable de los recursos naturales que poseen y al mejoramiento de su organización interna (Albán & Burbano 2001). A algunas organizaciones les ha llevado varios años consolidar esta etapa hasta que las personas de las comunidades se han sentido seguras y han identificado los beneficios de planificar sus páramos.
Las comunidades buscan colaboración para cuidar sus páramos Una vez que las personas de la comunidad toman la decisión de planificar sus páramos, es importante nombrar en asamblea a quienes van a liderar este proceso. Hombres y mujeres 2 Tomado del documento GUÍA DE USO DEL ROTAFOLIO “Planifiquemos nuestros páramos con una perspectiva de género”. El rotafolio es una herramienta de apoyo didáctico dirigido al personal técnico que trabaja en la conservación de los páramos comunitarios. Contiene 17 ilustraciones cada una con un mensaje escrito que transmite las ideas de cada paso del ciclo del plan de manejo. La guía de uso es el documento que describe las formas de abordar cada paso y sugiere una guía de preguntas motivantes para las personas de las comunidades.
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pueden ser llamados promotores o facilitadores comunitarios y conformar un Comité del Plan de Manejo u otra figura organizativa que la comunidad juzgue pertinente. Lo más importante es que funcione de manera independiente y en coordinación con la directiva o el cabildo. Solo una comunidad que esté organizada puede iniciar este paso: cualquier apoyo de las instituciones externas contribuirá en la elaboración de su plan de manejo. No se requiere que las comunidades estén legalizadas, lo importante es que la comunidad decida manejar sus páramos y se organice para hacerlo. Existen muchas organizaciones tanto del gobierno como privadas, instituciones financieras, universidades, organizaciones de segundo grado y otras que podrían apoyar a la comunidad en la elaboración del plan de manejo de sus páramos. Es importante contactar a estas instituciones para obtener información y apoyo para la elaboración de su plan. Una primera consideración metodológica importante, es el contexto existente cuando vamos a trabajar con una comunidad local para conseguir su alianza en la conservación del páramo. Sin embargo, debemos tomar en cuenta el hecho de que la planificación a nivel comunitario tiene muchos elementos complejos que deben ser analizados. Para ello, “es necesario aclarar a qué nivel estamos planificando: sobre qué área, qué espacio y con qué fin” (Arroyo 2001). Se pueden identificar tres niveles posibles de planificación: el del área protegida en su totalidad, la planificación del manejo de los recursos específicos, como el agua, el suelo o la vegetación dentro del páramo y el tercero es el páramo comunitario (adaptado de Arroyo 2001).
Qué conocen las comunidades de la realidad social y ecológica de sus páramos Es lo que conocemos como el diagnóstico participativo con enfoque de género. Este es un proceso largo; no es posible hacer un diagnóstico social y ecológico en poco tiempo. Pero como es necesario tener un conocimiento rápido de la realidad de las comunidades de páramo, para este propósito son muy útiles los diagnósticos rápidos con enfoque de género que se pueden realizar durante dos talleres comunitarios. Los resultados de éstos nos van a dar la oportunidad de obtener una “fotografía” de las relaciones de las mujeres y los hombres con los recursos naturales del páramo, sobre el estado actual de estos recursos y cuáles son las expectativas de estas personas con su vida en los páramos. Durante el proceso de elaboración del plan de manejo, es importante establecer un proceso de validación y profundización de los conocimientos que poseen tanto hombres como mujeres de la comunidad acerca de los recursos naturales del páramo, es decir, es la oportunidad de completar el diagnóstico cada vez que trabajamos con las comunidades. Se analizan los problemas, necesidades, expectativas, usos de los recursos, las relaciones con vecinos y vecinas y se establece la visión y objetivos de las personas para el plan de manejo. La información desagregada por género, sobre todo en esta parte, es clave porque nos permite conocer exactamente quién hace qué, qué recursos naturales interesan
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más a las mujeres y cuáles a los hombres, qué impactos producen los hombres y las mujeres en el uso de tal o cual recurso del páramo. Este conocimiento nos permite trabajar con mayor énfasis con los hombres o con las mujeres o con los dos, pero de manera diferenciada. Por ejemplo, si las mujeres son pastoras de ovejas y en consecuencia a ellas les interesa la paja del páramo porque es el alimento para sus animales, cuando se planifica el páramo, las zonas de uso como son las de pastoreo deben ser usadas por ellas. De esta manera, los eventos de capacitación sobre la importancia de la paja para el páramo deben adecuarse en lenguaje y materiales didácticos al alcance de ellas. Algo paralelo sucede con los hombres, ellos usan la paja para hacer paredes de adobe y el techo de las viviendas, la capacitación sobre construcciones de páramo, en este caso, estaría más dirigida a ellos. En el caso de quemas de la paja, las capacitaciones deben llegar a todas las personas de la comunidad y una aliada es la profesora de la escuela, pues los niños y las niñas aprenden de las personas mayores sus prácticas de uso del páramo y las quemas no son la excepción. Si desde la niñez se inicia un proceso de cambio y de sensibilización sobre la importancia del páramo, es posible que las quemas disminuyan. Como ya se mencionó, el diagnóstico es un proceso largo que a su vez contiene varios pasos de conocimiento de la realidad de las comunidades. Revisemos lo que se describe a continuación: • Las comunidades analizan qué saben sobre los recursos naturales en sus páramos. •Los Comités Locales de Investigación de Páramos (COLIPA). •La participación de personas de las comunidades en las investigaciones especializadas. •Hacen mapas participativos del páramo. •Realizan giras de observación hacia otros páramos. •Analizan los resultados de las investigaciones que mujeres y hombres han liderado y participado. Las comunidades analizan qué conocen sobre los recursos naturales en sus páramos En estos momentos se hace énfasis sobre el conocimiento de los recursos naturales del páramo. Es importante valorar el conocimiento local que tienen hombres y mujeres sobre los usos y prácticas en relación con los páramos, pues éste constituye un aporte fundamental para el plan de manejo. Luego de analizar esta información, las personas de la comunidad definen la visión del plan. La visión es el sueño que tienen mujeres y hombres sobre el futuro de su comunidad y es proyectado para cumplirlo en los años próximos. Una vez se ha obtenido la visión del plan de manejo se debe pensar en sus objetivos. Cuando las personas han definido su visión y objetivos sobre la base del trabajo de diagnóstico, entonces la comunidad contará con los cimientos del plan de manejo de sus páramos.
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Los Comités Locales de Investigación de Páramos (COLIPA)3 La mayoría de veces las acciones de los proyectos de conservación en comunidades locales se ven a muy largo plazo, un árbol no crece en seis meses, ni los beneficios de las terrazas de formación lenta son inmediatos. De la misma manera sucede cuando se hace un plan de manejo del páramo, éste se consigue a largo plazo, las personas de las comunidades son concretas y su mayor, si no única preocupación, es la supervivencia diaria de su familia; éste es un reto para las organizaciones que trabajamos en conservación. Para superar esta limitante, aprendimos de los proyectos de desarrollo, donde se investiga sobre algunos temas de productividad a través de los comités de investigación agrícola locales. Es así que adaptamos esta metodología a la investigación de los páramos. El COLIPA está formado por uno o más grupos de personas que investigan temas de interés comunes directamente relacionados con los recursos naturales. Los intereses sobre estos recursos son distintos tanto para los hombres como para las mujeres. Por eso es importante que estos grupos estén constituidos por hombres, por mujeres o grupos mixtos que recojan todas estas necesidades con el fin de buscar alternativas de mejoramiento de los páramos convenientes para cada grupo. Muchos de los COLIPA que se han formado han sido iniciativa de las mujeres, quienes han liderado las investigaciones de mejoramiento de pastos en Azuay o sobre la definición de linderos en Carchi. La finalidad es buscar alternativas de uso racional de los recursos pero que respondan a los intereses de todas las personas que los usan. Puede haber varios COLIPA funcionando en una sola comunidad. Esto depende del tamaño de la comunidad y del número de grupos de interés que se hayan formado para investigar. Los resultados de estas investigaciones participativas aportarán al conocimiento del páramo, y se constituirán como posibles alternativas sustentables de manejo que deben estar presentes cuando se propongan los programas y proyectos del plan de manejo.
La participación de personas de las comunidades en las investigaciones especializadas La fase de diagnóstico también incluye la ejecución de investigaciones especializadas que son realizadas por profesionales expertos en suelo, plantas, animales domésticos y silvestres, en agua y sobre los aspectos sociales del páramo. Las mujeres y los hombres de la comunidad aportan sus conocimientos locales que dependen del uso y de la práctica de los recursos naturales; a través de estos estudios se informan y acompañan el proceso de investigación. Los resultados de estas investigaciones les permiten tomar decisiones sobre el uso que van a dar a sus recursos naturales. 3
Los Comités Locales de Investigación de Páramos (COLIPA) son una metodología que ha sido inspirada en el CIAL, cuya autoría pertenece al Centro Internacional de Agricultura Tropical de Cali, Colombia, a través del Proyecto IPRA (Investigación Participativa en Agricultura). En el Ecuador el IIRR (Instituto Internacional de Reconstrucción Rural) está promocionando esta metodología a través de más de 40 CIAL en diferentes partes del país (Albán & Poats 2000).
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Hacen mapas participativos del páramo Mapear los territorios es una técnica antigua utilizada especialmente por profesionales en antropología cuando trabajan con comunidades locales. Sin embargo, estos mapas comúnmente son elaborados por el o la profesional o por personas de las comunidades; sin restarles valor, éstos carecen de la exactitud que se requiere para hacer una planificación territorial también más exacta. El valor de este tipo de mapas radica en la riqueza del conocimiento local que las personas poseen sobre sus territorios, pues el relato oral y colectivo que estos instrumentos requieren para su comprensión, se comparan con la precisión de un mapa elaborado por especialistas en geografía. Es así que el mapeo participativo combina las dos partes, la exactitud que tiene un mapa elaborado por un geógrafo o geógrafa y el relato oral y colectivo de las personas que habitan los páramos. Tanto los hombres como las mujeres de la comunidad, se convierten en geógrafas y elaboran sus propios mapas con la fidelidad que amerita un proceso de planificación territorial. De esta manera, el mapeo participativo se convierte en una herramienta que permite a las personas de la comunidad ubicar espacialmente las prácticas y los usos que mujeres y hombres hacen de los recursos naturales de su páramo, a conocer el estado actual de conservación de los recursos naturales; los límites de su territorio, y se los representa sobre un mapa. La comunidad participa activamente en la elaboración de los mapas con el apoyo de una persona especialista en geografía. Ubican las quebradas y vertientes, los bosques, el páramo, los pantanos, los cultivos y los lugares en donde pastorean sus animales. Al ser los mapas representaciones gráficas que permiten a la comunidad ver sus páramos, planificar dónde se debe realizar el manejo de los recursos, quién los manejará y establecer el seguimiento y control de este manejo, éstos se convierten para las comunidades en un instrumento de planificación y monitoreo de sus planes de manejo.
Realizan giras de observación hacia otros páramos Otra de las formas de aprender sobre el manejo de los páramos es a través del conocimiento de otros páramos y de las personas que viven allí. Las giras de observación cumplen en parte este propósito, pues permiten que los hombres y mujeres de la comunidad se trasladen de una comunidad a otra para intercambiar conocimientos y vivencias con otras personas, instituciones y organizaciones. También les permite observar cómo se pueden desarrollar proyectos de manejo sustentable de los recursos naturales del páramo. Adicionalmente, constituyen espacios informales que promueven la convivencia y apoyan el establecimiento de alianzas. Es importante que al regresar a las comunidades de origen las personas que fueron de gira conversen sobre lo observado y si es posible repliquen estas experiencias de acuerdo a su realidad.
Analizan los resultados de las investigaciones de mujeres y hombres que lideraron y participaron en ellas Una vez realizados todos los estudios que son el resultado de un largo proceso de diagnóstico, la comunidad se reúne junto con el personal técnico y analizan los resultados de las
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investigaciones participativas y especializadas que fueron realizadas tanto por mujeres y hombres de la comunidad como por profesionales externos. Todos estos resultados deben quedar en manos de las personas de la comunidad encargadas del proceso de elaboración del plan de manejo del páramo. Es importante que estos materiales se encuentren disponibles, porque durante el proceso de zonificación, seguimiento y control del plan de manejo serán utilizados continuamente.
La zonificación comunitaria de los páramos Es el proceso participativo realizado entre las personas de la comunidad y el personal técnico de las instituciones de conservación y desarrollo para definir las zonas de manejo y conservación según sus características ambientales y sociales. Con la zonificación es posible identificar los usos que se están dando a los recursos naturales en cada zona, los problemas que se derivan de esos usos y, además, se plantean soluciones. Algunos de estos problemas y soluciones ya fueron planteados en el diagnóstico y deben ser validados en la zonificación. Tanto las mujeres como los hombres, de acuerdo a sus intereses de uso y a la relación que tienen con los recursos naturales, ubican las zonas donde se hace pastoreo, agricultura, recolección de leña; donde están las vertientes, quebradas, bosques, lugares de interés turístico y el centro poblado. Entonces la zonificación es ordenar el uso de los recursos naturales de una manera sustentable y con el compromiso de hombres y mujeres de toda la comunidad, quienes deberán buscar alternativas de manejo a sus prácticas actuales de uso.
Normas de uso Para que el manejo de los recursos sea efectivo, son las personas de la comunidad quienes lo establecen. Para esto, es importante que se tenga conocimiento de las leyes locales y nacionales que rigen a la comunidad y su territorio. Cuando se establece un reglamento de uso de los recursos hay que analizar lo que se permite social y ecológicamente, tanto con los hombres como con las mujeres, qué sanciones y qué estímulos se van a proponer para quienes cumplen o no con lo establecido por la comunidad. Para el caso de comunidades que están dentro de un área protegida, es un requisito elaborar el plan de manejo de su páramo. Una vez aprobado por el Estado, las comunidades podrán acceder al manejo de los recursos naturales según lo planificado en el manejo comunitario en común acuerdo con el área protegida de la localidad.
Se diseñan los programas y proyectos del plan de manejo de los páramos Cuando se identifican los usos de los recursos, también se analizan los problemas que existen y se plantean las alternativas de manejo. Éstas son nuevamente revisadas y las más viables son las que se implementarán en programas y proyectos del plan de manejo. Habrá proyectos dirigidos para que las mujeres y los hombres aprovechen los recursos naturales del páramo de manera diferenciada o conjunta; esto dependerá de las necesidades de cada uno que ya se identificaron en el proceso de diagnóstico. También se analiza cómo financiar estos proyectos y cuándo se van a realizar los mismos.
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Seguimiento y evaluación del plan de manejo de los páramos por parte de las comunidades Dentro del proceso del plan de manejo es importante detenerse un momento para medir los avances y dificultades que están apareciendo en el camino. Evaluar cómo se puede mejorar; si todo va bien, pueden seguir adelante, pero si está yendo mal, deben cambiar las acciones que están realizando. De igual manera, el seguimiento a las actividades debe ser continuo, pues de esta manera se puede tener un control de lo que está sucediendo. Es importante que en el programa de seguimiento y evaluación en el Comité de Gestión participen hombres y mujeres porque cada uno va a aportar en el desarrollo del plan de manejo desde sus propias experiencias y conocimientos. Este espacio también es importante para que los hombres y mujeres de diferentes edades, puedan expresar sus acuerdos y desacuerdos; esto sucede principalmente con las personas que están fuera de la directiva y del comité de gestión del plan.
LOGROS Muchas son las lecciones aprendidas durante los tres años que duró el proceso de elaboración de los planes de manejo del Proyecto Páramo. Algunas nos han ocasionado cuestionamientos internos como personas y como profesionales. Otras, nos han llenado de satisfacciones. Queremos compartir con ustedes algunas de las lecciones que hemos aprendido y que consideramos logros de nuestro trabajo. A continuación las más relevantes: • Con el análisis de género obtuvimos información de más calidad y un conocimiento de la realidad más exacto. Nos permitió planificar de manera más justa porque fueron tomadas en cuenta todas las personas de la comunidad. • Promover la participación en las mujeres y hombres de la comunidad, contribuyó a fomentar su capacidad de autogestión y en algunos casos de empoderamiento. • El análisis de género nos permitió conocer y entender que mujeres y hombres hacen distintos usos de los recursos naturales del páramo. Conocimos sus problemas, necesidades e intereses en el páramo. • El trabajo participativo y con enfoque de género nos ayudó a conocer las relaciones de poder existentes en la comunidad. • Durante el proceso de elaboración del plan de manejo del páramo, la comunidad contó con un espacio de reflexión y análisis sobre sus problemas con los recursos naturales del páramo. • La participación de mujeres y hombres desde el inicio de la elaboración del plan de manejo del páramo contribuyó para que sus intereses estén reflejados en la planificación del páramo. • Los COLIPA motivaron a hombres y mujeres a continuar en el proceso de elaboración del plan de manejo.
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LITERATURA CITADA Albán, B. S. & A. Burbano-T. 2001. Guía de uso del rotafolio, “Planifiquemos nuestros páramos con una perspectiva de género”. Proyecto Páramo/Grupo Randi Randi. Quito. Ecuador. Albán, B. S. & A. Burbano-T. 2002. El manejo comunitario de los páramos. Serie Páramo 11. GTP/Abya Yala. Quito. Ecuador. Albán, B. S. & S. V. Poats. 2000. Informe final del Componente de Género en el Proyecto Páramo. Documento interno, sin publicación. Grupo Randi Randi. Quito. Ecuador. Arroyo, P. 2001. Guía metodológica. Planes locales de manejo de los recursos naturales. Los pasos metodológicos para elaborar un plan local de recursos naturales en la Reserva Nacional Pacaya Samiria. Proyecto PALOMAP III. The Nature Conservancy, Grupo Randi Randi y ProNaturaleza. Con el auspicio de la Fundación Ford. Documento sin publicar. Quito Ecuador. Arroyo, P, S. Poats, A. Burbano & S. Fuentes. 2000. Resumen de la metodología de elaboración de planes de manejo comunitarios. Documento presentado en el Taller de PALOMAP Iquitos, Perú. Documento interno, sin publicación. Grupo Randi Randi. Quito, Ecuador. Barrera, V. 2000. Caracterización y tipificación socio-económica de la ecorregión del páramo del Ecuador. Informe de Consultoría para el Proyecto Páramo. Quito. Ecuador. Morales, G., M. Andrade & A. Hernández. 1999. Guía para la elaboración de programas de manejo para áreas naturales. The Nature Conservancy. Quito. Ecuador. Poats, S. V., M. Cuvi-S. & P. Arroyo-M. 2001. Conservando la biodiversidad desde los Andes hasta la Amazonía: un Foro sobre Conservación Comunitaria con Enfoque de Género - Marzo 20001. Género y Biodiversidad en el Ecuador. Documento en imprenta. Quito. Ecuador. Proyecto Páramo. 1998. La conservación de los ecosistemas de páramo del Ecuador. Universidad de Amsterdam/EcoCiencia/The Mountain Institute. Proyecto ECOPAR/ICG. Quito. Ecuador. Schmink, M. 1999. Marco conceptual para el análisis de género y conservación con base comunitaria. Estudio de caso No. 1. Programa MERGE: Universidad de Florida. USA.
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Planes de manejo en páramos del noroccidente antioqueño
Humberto Sánchez-Herrera
CONSERVACIÓN, ORDENAMIENTO Y MANEJO DEL SISTEMA DE PÁRAMO Y BOSQUES ALTOANDINOS DEL NOROCCIDENTE MEDIO ANTIOQUEÑO (PLAN DE MANEJO DEL SISTEMA DE PÁRAMO Y BOSQUES DEL NOROCCIDENTE MEDIO ANTIOQUEÑO) Por Humberto Sánchez-Herrera
RESUMEN El Sistema de Páramos y Bosques Altoandinos del Noroccidente Medio Antioqueño se ubica sobre un plan alto de la cordillera Central colombiana con una altura máxima de 3.350 y mínima de 2.400 msnm, a 70 km. al norte de Medellín, capital del departamento de Antioquia. Este sistema conserva poblaciones vegetales y animales representativas de los ecosistemas de alta montaña y es estratégico desde el punto de vista de la oferta ambiental por poseer una densa red hídrica, proporcionando el agua que satisface las necesidades básicas de aproximadamente 64.000 habitantes de las zonas urbanas y rurales de 11 municipios, ubicados en el altiplano norte y en la zona de Occidente sobre el cañón del río Cauca y una población de 980.000 del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, conectados al sistema de aprovechamiento múltiple de río Grande II, que además aprovecha sus aguas para la producción de energía eléctrica en las centrales de Tasajeras y Niquía y mejora las calidades bióticas por disolución de contaminantes del río Medellín, al verter sus aguas turbinadas y de rebose. La Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia -CORANTIOQUIA- en 1998 delimitó y zonificó una área de 34.358,74 ha considerada como estratégica a nivel regional y nacional, y formuló un plan de manejo, con el fin de ordenar, planificar y regular el uso y manejo de los recursos naturales y las actividades económicas, educativas, científicas y lúdicas que se desarrollan en los sistemas de páramos y bosques altoandinos del noroccidente medio antioqueño, como estrategia de conservación.
ABSTRACT The High Andean forests system of the mid northwest area of Antioquia is located over a high plain of the Colombian central mountain belt. This forest system has a maximum high of 3.350 meters over sea level and a minimum of 2.400, is separated 70 kilometers from Medellin city witch is the capital of the Antioquia province. This forest system beside other high andean formations keep animal and forest populations native of the high mountain ecosystems and are very important for the environmental services especially for the water resources that serves the basic needs of more than 64.000 habitants of the urban areas of eleven municipalities, located in the north high plains and in the west area near the Cauca river and a population of 98.000 in the metropolitan area of the Aburra valley, connected to the multiple advantage system of Gran river II which also uses the water for electric energy generation in the energy houses of Tasajera and Niquia that enhances the biotic qualities trough contaminants dissolution of the Medellin river.
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The Regional Autonomous Corporation of the Central Antioquia, CORANTIOQUIA zonifaided an aisled and area of 34.358,74 hectares in this system, considered as strategic in a national and regional level, and also formulated the management plan , whose objective is put in order, planifie and make regulations over the use and management of the natural resources and the economic , educational and ludic activities that are been hold in the High Andean forests system of the mid northwest area of Antioquia as a conservation strategy.
GENERALIDADES El sistema de páramos y bosques altoandinos del noroccidente medio antioqueño se ubica sobre un plan alto de la cordillera Central colombiana con una altura máxima de 3.350 y mínima de 2.400 msnm, a 70 km al norte de Medellín, capital del departamento de Antioquia. La Unidad de Manejo ocupa principalmente territorio de los municipios de Belmira y San José de la Montaña, y parte de Entrerríos, San Pedro de los Milagros y San Andrés de Cuerquia en la zona del altiplano norte antioqueño y pequeñas áreas de los municipios de Sabanalarga, Liborina, Olaya, San Jerónimo y Sopetrán, ubicados estos últimos sobre el cañón del río Cauca, en la zona occidental del Sistema. El régimen climático del sistema está influenciado en gran medida por las corrientes cálidas húmedas que ascienden de la cuenca del río Cauca, produciendo un frente húmedo en la zona occidental del sistema, el cual lo rodea hasta la parte norte donde se encuentra la población de San José de la Montaña; allí donde es frecuente observar en horas de la tarde, la densa niebla que asciende desde el Cauca por las cuencas del río San Andrés y la quebrada San José. Este sistema junto con otras formaciones altoandinas conservan poblaciones vegetales y animales representativas de los ecosistemas de alta montaña, destacándose además por su importancia desde el punto de vista de la oferta ambiental, ya que la zona posee una densa red hidrológica que nace en los páramos y bosques del lugar. Estos últimos cumplen una función de regulación de las aguas lluvias y de captación de los frentes húmedos, comunes en los ecosistemas andinos, proporcionando el agua que satisface las necesidades básicas de aproximadamente 64.000 habitantes de las zonas urbanas y rurales de 11 municipios, ubicados en el altiplano norte y en la zona de Occidente sobre el cañón del río Cauca y una población de 980.000 del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, conectados al sistema de aprovechamiento múltiple de Río Grande ll. El Río Grande II aprovecha sus aguas para la producción de energía eléctrica en las centrales de Tasajeras y Niquía y mejora las calidades bióticas por disolución de contaminantes del río Medellín, al verter sus aguas turbinadas y de rebose. Desde el punto de vista productivo, el área abastece de agua grandes áreas dedicadas a la ganadería de leche en la zona del altiplano norte de Antioquia y al sistema cafetero y agrícola de la ladera oriental del cañón del río Cauca, siendo determinante en la industria del turismo que se desarrolla en esta última región. Por sus condiciones paisajísticas y de riqueza biológica, el sistema presenta excelentes condiciones para el desarrollo de actividades de investigación, interpretación ambiental, educación ambiental y actividades lúdicas, posibilitadas por su cercanía a la ciudad de Medellín y otros centros poblados intermedios, y a la infraestructura existente para su desarrollo.
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En general, la economía en la zona está basada en la producción lechera ubicada en el altiplano y valles interiores del sistema y en menor escala, la porcicultura y la truchicultura. En el flanco occidental, sobre la cuenca del río Cauca en zonas aledañas, la economía se basa en el cultivo del café en forma tecnificada, sembrados pequeños de pancoger y ganadería extensiva de carácter marginal. Los pobladores de la zona del altiplano norte proceden en su mayoría del Occidente y el Suroeste Antioqueño, y el Valle del Aburrá, quienes atraídos por la riqueza aurífera existente en la región se asentaron en la zona, formando una conjugación de diferentes culturas con la inclusión de comunidades afroamericanas, caracterizada por la conformación de la familia nucleada, típica de la zona Andina. La Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia -CORANTIOQUIA- en 1998 delimitó y zonificó un área de 34.358,74 ha, considerada como estratégica a nivel regional y nacional, y formuló un Plan de Manejo. Su finalidad fue la de ordenar, planificar y regular el uso y manejo de los recursos naturales y las actividades económicas, educativas, científicas y lúdicas que se desarrollan en los sistemas de páramos y bosques altoandinos del noroccidente medio antioqueño, como estrategia de conservación.
ESTRATEGIA DE ACCIÓN Una de las acciones que más se ha impulsado en pro de la conservación de los recursos naturales y en especial de los ecosistemas, ha sido la creación de áreas protegidas. Sin embargo, éstas han sido fuente de conflicto porque en muchos casos se superponen con territorios de los pobladores locales trayendo consigo una normatividad de usos del suelo que afecta los derechos de éstos sin obtener, en la mayoría de los casos, ninguna compensación. Con el fin de obtener una formulación participativa del Plan de Ordenamiento y Manejo que evite la confrontación de intereses, se efectuaron reuniones y talleres de socialización y concertación en las etapas de diagnóstico y formulación del Plan, con participación de las Administraciones Municipales, las ONG, los presidentes de las acciones comunales, educadores de las escuelas rurales y propietarios de predios dentro del área delimitada. Este proceso culminó con una reunión con las diferentes entidades y ONG que vienen desarrollando programas en la región, como son las EE.PP. de Medellín, Secretarías de Agricultura y Educación, las Corporaciones CIER (Centro de Investigación y Estudios Regionales) y CEIBA (Corporación para la Educación Integral y el Bienestar Ambiental), funcionarios de las UMATAS de los municipios, y directores de las Sedes Regionales de CORANTIOQUIA, tanto del Occidente (Hevéxicos) como del Norte (Tahamíes). En el Plan de Manejo se enfatizarán los alcances que se deben tener en el corto, mediano y largo plazo, para así garantizar la debida implementación de un Área de Manejo Especial (AME), en la que se pretende ordenar, planificar y regular el uso y empleo de los recursos naturales con el fin de garantizar su conservación mediante una delimitación y zonificación del área, estableciéndose los usos permitidos, restringidos y prohibidos de acuerdo a sus condiciones particulares y su importancia en los ecosistemas. Además se resalta la importancia y repercusiones que en un futuro tendrán las decisiones que en esta primera fase se
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tomen. Es así como la declaratoria y la consiguiente figura jurídica que reglamentará el AME será trascendental para las posteriores medidas de administración. Así mismo, revisten gran importancia los mecanismos de participación que se creen en el corto plazo, para que se permita la representación de los diferentes sectores interesados en el manejo del AME, y así reflejar los vínculos entre el área protegida, la sociedad civil y otras entidades gubernamentales de carácter regional y local. El Plan de Manejo parte de la necesidad de establecer mecanismos de concertación y participación de todos los actores que tengan algún interés en el AME. Pretende que se establezca una “alianza” de común acuerdo entre los interesados en el territorio, que conduzca a compartir las funciones de manejo, los derechos y las responsabilidades (“acuerdo”). Esta alianza estará conformada por CORANTIOQUIA como entidad ambiental, los pobladores locales, las ONG, activas como los Cabildos Verdes de las poblaciones de San José de la Montaña y Belmira, los grupos ambientalistas PESS y Amigos de la Tierra de San Andrés de Cuerquia y San Pedro de los Milagros respectivamente, y las Corporaciones CIER y CEIBA, las que adelantan el programa del Sistema de Aprendizaje Tutorial SAT, las administraciones municipales de los diez municipios con territorio en el área, las entidades a nivel departamental como las Secretarías de Agricultura y Educación, Recreación y Cultura, las empresas de Servicios Públicos como EE.PP. de Medellín y las empresas semioficiales o privadas como la Federación Nacional de Cafeteros y la cooperativa lechera COLANTA. Su enfoque conceptual se basa en los siguientes puntos: 1. La conservación es factible a largo plazo si se asume como una decisión social, en la cual los actores locales planteen sus propias inquietudes, necesidades y respuestas, y no como una imposición estatal. 2. Las estrategias de manejo de los recursos naturales deben ser planificadas e implementadas de forma conjunta, teniendo en cuenta las propuestas de manejo de los pobladores locales, las investigaciones realizadas en la zona y las políticas estatales. 3. Se debe propender por la interrelación entre el conocimiento local y el científico. 4. Las estrategias de manejo no pueden ser transferidas esquemáticamente de una zona a otra. 5. Deben considerarse siempre las concepciones, las prácticas culturales y la organización social y política de los pobladores para que la toma de decisiones sea autónoma y la participación se de en la planificación, el diagnóstico, la evaluación, el análisis, la concertación y la implementación de acciones en el Área de Manejo Especial. 6. Los mecanismos para la participación deben ser reales y equilibrados. Que reflejen claridad, transparencia, equidad y justicia, en especial para que los derechos de los grupos más vulnerables no sean violados. 7. Para lograr una mayor eficacia y eficiencia, los diferentes programas y sus respectivos proyectos deberán ir integrados y articulados claramente entre sí.
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Con este enfoque conceptual es una prioridad entender, en una dimensión de territorio, las relaciones entre los pobladores locales y el área que se quiere conservar, con el fin de generar formas de manejo de los recursos a largo plazo, que estén guiadas por una visión interdisciplinaria e intercultural, que facilite su implementación en y con las comunidades locales. En otras palabras, los esfuerzos deben dirigirse a respaldar estrategias de manejo de los recursos, que contemplen una amplia gama de opciones y una metodología que estimule la participación.
PRIORIZACIÓN DE LA EJECUCIÓN DEL PLAN DE ORDENAMIENTO Y MANEJO A CORTO, MEDIANO Y LARGO PLAZO Para la ejecución del Plan de Ordenamiento y Manejo, se diseñó un orden cronológico de ejecución de los programas y proyectos propuestos, con el fin de obtener una secuencia lógica de ejecución de los proyectos que permita el establecimiento del Área Protegida dentro de la práctica cotidiana de los pobladores locales, sin que esto represente deterioro de sus condiciones de vida. De acuerdo a los talleres de concertación, se definieron las acciones a corto, mediano y largo plazo y sus estrategias, que permitirán la consolidación del Área de Manejo con participación de la comunidad. Dentro de las acciones a corto plazo se identificaron: • Conformación de un ente administrativo del AME. • Establecimiento de acuerdos entre las entidades y los pobladores locales respecto a las formas de participación dentro del ente administrativo y formas de retribución por los bienes ambientales generados. • Ejecución de los programas de educación ambiental y fortalecimiento de las organizaciones comunitarias. • Ejecución de programas para el mejoramiento de la producción agropecuaria. • Generación de fuentes de empleo alternativas como el impulso al ecoturismo y el empleo verde. • Ejecución de los programas de investigación y valoración de los bienes ambientales. Dentro de las acciones a mediano plazo se identificaron: • Acuerdos con los entes administrativos locales para la rebaja o excepción de impuestos prediales para propietarios que protejan zonas estratégicas. • Recuperación de las poblaciones de fauna silvestre y de la vegetación en estados de sucesión temprana. • Establecimiento de convenios de cooperación para la investigación y el desarrollo social. • Estratificación de los usuarios de los bienes ambientales producidos para la zona de occidente.
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Dentro de las acciones a largo plazo se identificaron: • Establecimiento de un ente administrativo del Área de Manejo descentralizado y confor mado por ONG, líderes comunitarios, entidades y administraciones locales. • Establecimiento de un corredor biológico en el área. • Establecimiento de un incentivo a la conservación para propietarios con predios dentro del área núcleo del AME. Muchos de los programas y proyectos que se deberán realizar en el mediano y largo plazo dependerán de los resultados de los proyectos de investigación como son la fenología y métodos de propagación de la vegetación nativa para su repoblamiento, las áreas mínimas de subsistencia para especies de la fauna, la valoración de los bienes y servicios ambientales de la zona, entre otros. Las estrategias a seguir en los próximos años, contemplan varias acciones encaminadas a la construcción de un acuerdo de manejo, entre los diferentes actores interesados, los que pueden ser de la sociedad civil y autoridades de la zona, involucrados en los objetivos de conservación del AME y en su uso sostenible (Tabla 1).
Tabla 1. Descripción general de los pasos a seguir antes y después de la firma del Acuerdo de Manejo Participativo.
Las acciones dirigidas a la capacitación para la organización y participación son trascendentales para garantizar que la comunidad esté debidamente representada en el acuerdo. Por esto, los proyectos de formación de gestores ambientales y de apoyo en la creación, consolidación y fortalecimiento de las organizaciones comunitarias y la conformación de un ente administrativo como se propone en el plan de manejo es determinante. También serán relevantes los procesos de concertación y negociación con cada una de las administraciones y concejos municipales, para crear los mecanismos que incentiven y estimulen a los propietarios en la conservación del territorio, mediante acciones como disminución de impuesto predial unificado y adquisición de predios, entre otros (Tabla 2). Pasada esta fase preparatoria, y con los antecedentes mencionados, se espera que exista un clima que propicie la concertación o negociación del acuerdo de manejo participativo del AME.
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Tabla 2. Propuestas de incentivos para la conservación y protección.
Paralelo al proceso de establecimiento del acuerdo de manejo, se deberán ejecutar aquellos proyectos que fortalezcan la participación y la sensibilización de las comunidades locales. En toda la fase de preparación del acuerdo y en el desarrollo del mismo es muy importante que se hayan creado e institucionalizado los canales de comunicación interna, que permitan el fluido ágil y eficiente de la información de interés que se genere. Dentro de las acciones propuestas en el Plan de Manejo se tienen: • Desarrollo de un Programa de Desarrollo Forestal y Agropecuario. • Desarrollo de un Programa de Investigación Básica y Aplicada para la gestión. • Desarrollo de un Programa de Educación, Capacitación y Divulgación del Área de Manejo Especial (AME). • Desarrollo de un Programa de Fortalecimiento Institucional y Participación comunitaria. • Desarrollo de un Programa sobre Dinámicas poblacionales y Patrimonio Cultural. • Desarrollo de un Programa de Ecoturismo.
ESTRATEGIAS PARA LA GESTIÓN DEL ÁREA DE MANEJO ESPECIAL Las estrategias para la gestión parten de los talleres de socialización y concertación efectuados con las poblaciones en el proceso de diagnóstico y formulación del Plan de Manejo, en las que se definieron los programas y proyectos y las formas de participación dentro de la planeación y ejecución de las acciones propuestas en el Plan, efectuándose actividades como: • Conformación de una organización dentro de la estructura administrativa que permita el manejo participativo del AME, conformado por representantes de los sectores público y privado. • Se socializó y democratizaron los diferentes beneficios, alcances y repercusiones sobre el desarrollo local, producto de la declaratoria del AME, con las comunidades y entes territoriales.
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• Se articuló el Plan de Ordenamiento y Manejo a los Planes de Ordenamiento Territorial Municipal. De igual manera, se vinculará a las administraciones municipales al manejo participativo del área protegida. • Se trabaja en la creación de incentivos para la conservación y protección a través de mecanismos de compensación, como disminución de impuestos, pagos por bienes ambientales producidos y otros, en especial en las zonas intangibles o de bosque natural. • Se vienen fortaleciendo las iniciativas de ecoturismo y su implementación será planificada dentro del marco metodológico del límite de cambio aceptable. • Se utiliza la etnoinvestigación como metodología que permite el intercambio de saberes y contribuye notablemente al desarrollo económico y social de las comunidades. • Se vienen implementando actividades económicas acordes con las políticas del desarrollo sostenible de los recursos, mediante el establecimiento de producciones alternativas con la consecuente búsqueda de mercados. • Se establecieron convenios interinstitucionales con entidades públicas o privadas que desarrollan investigación básica y aplicada y permiten un conocimiento más detallado del área. • Se viene conformando una infraestructura básica, que permita apoyar investigaciones, en la fase de campo, a los diferentes proyectos que se realicen mediante convenios interinstitucionales. Se trabaja en la valoración de los recursos mediante elaboración de cuentas y ejercicios de valoración ambiental con énfasis en el recurso hídrico.
ESTRATEGIA DE FINANCIACIÓN DEL AME Un número importante de proyectos del plan están contemplados dentro de los Planes de Gestión (1998 - 2006) y Acción (2001 - 2003) de CORANTIOQUIA. Esta circunstancia da prioridad al inicio en el corto y mediano plazo de algunos programas y proyectos. La generación de ingresos por rentas propias surge por la prestación de servicios como el ecoturismo, sin embargo, antes de que este programa pueda llegar a proveer una fuente importante de ingresos, será necesario la inversión de recursos, el fortalecimiento y la consolidación de este programa. La fuente más importante de financiación, en cuanto a la facilidad de acceder a ella en el corto plazo, está constituida por los recursos provenientes de CORANTIOQUIA, con participación de otras entidades como EPM, Fondo Nacional de Regalías y los fondos de cofinanciación a nivel departamental y nacional. Las empresas generadoras de energía hidroeléctrica pueden participar en la financiación del AME de dos formas: por las transferencias establecidas por la ley para el sector ambiental o a través de convenios interadministrativos, cuyo objetivo general lo constituye la colaboración mutua y recíproca entre ambas entidades, que le permitan destinar recursos técnicos, físicos y financieros para establecer mecanismos de cooperación para la conservación o mejoramiento de los sistemas de producción como medida de mitigación a la presión sobre los bosques.
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Los municipios, a través de sus Concejos Municipales y mediante acuerdos, pueden otorgar descuentos, exenciones, o una combinación de éstas a los contribuyentes del impuesto predial unificado de su jurisdicción, que destinen partes del área de su propiedad a la conservación de ecosistemas para la protección ambiental y de los recursos naturales. Los mecanismos y montos tarifarios objeto de ese incentivo serán definidos de manera autónoma, pero coordinada con CORANTIOQUIA, por los Concejos Municipales y las asociaciones de usuarios. Las fuentes internacionales para la obtención de recursos bajo diferentes modalidades proveen otra oportunidad de financiación: • Cooperación Internacional Técnica Financiera no reembolsable de carácter bilateral o multilateral. • Mecanismos de cooperación a través de embajadas. • Empréstitos internacionales con la banca multilateral. • ONG nacionales o internacionales que financien proyectos de este tipo. Otra fuente de financiación, que se debe estudiar, es mediante la celebración de convenios con el sector privado, donde se establezcan mecanismos de apoyo y trabajo conjunto.
PROGRAMAS Y PROYECTOS PROPUESTOS EN EL PLAN DE MANEJO Los programas y sus respectivos proyectos formulados en el Plan de Ordenamiento y Manejo para ejecutar en el corto, mediano y largo plazo son:
Programa: manejo participativo del AME Busca crear e institucionalizar un espacio participativo, con diferentes sectores interesados, para la concertación y definición de las acciones de conservación y manejo en el AME mediante el proyecto: • Propuesta de estructura administrativa para el manejo participativo del AME.
Programa: gestión del ecoturismo Desarrollar un programa de gestión y seguimiento del ecoturismo en el Área de Manejo de carácter regional. • Desarrollo de un Programa Piloto de Gestión y Seguimiento de Ecoturismo con Participación de la Comunidad en el Área de Manejo Especial.
Programa: desarrollo forestal y agropecuario Conservar, recuperar y mejorar las condiciones naturales de los suelos y zonas de recarga hídrica en el área de manejo especial, así como introducir prácticas agropecuarias y silvícolas, dentro de las comunidades campesinas, que permitan un manejo y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, mediante el desarrollo de los proyectos:
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• Establecimiento de plantaciones productoras - Protectoras en el Área de Manejo Especial. • Establecimiento de cercas vivas en linderos de predios en el Área de Manejo Especial. • Establecimiento de huertos de envaradera y leña en la Zona de producción (Zpd) en el Área de Manejo Especial. • Introducción y prácticas de agricultura biológica en zonas productoras del Área de Manejo Especial. Programa: investigación básica y aplicada para el mejoramiento de la gestión Realizar proyectos de investigación que permitan un conocimiento más detallado del área de manejo especial, tanto en sus aspectos biofísicos, como socioeconómicos, culturales e históricos que mejoren los procesos de planeación y gestión: • Selección de árboles padres, fenología y propagación de algunas especies de valor ecológico, económico y ornamental con la participación de la Comunidad en el Área de Manejo Especial. • Inventario de orquídeas en la región de Belmira (Antioquia). • Caracterización y evaluación del impacto de la fragmentación forestal y determinación de los corredores de restauración. • Estimación y monitoreo de las poblaciones de guagua (Agouti taczanowskii), armadillo (Dasypus novemcinctus) y conejo (Sylvilagus brasiliensis) en bosques de niebla en el Noroccidente Medio antioqueño. • Estimación y monitoreo de las poblaciones de venados (Cervidae) en bosques de niebla en el Noroccidente Medio antioqueño. • Cuantificación y valoración de la red hídrica del sistema de páramos y bosques altoandinos del Noroccidente Medio antioqueño. • Identificación y valoración de los sistemas productivos en el Área de Manejo Especial del sistema de páramos y bosques altoandinos del Noroccidente Medio antioqueño.
Programa: educación, capacitación y divulgación para la gestión y conservación del área de manejo especial Capacitar y sensibilizar a la población asentada en el área de influencia respecto al manejo racional y sostenible de los recursos naturales en forma participativa, de tal manera que permita la convivencia con el Área de Manejo Especial. Se tienen contemplados los proyectos: • Gestores ambientales comunitarios en las veredas de influencia del área de manejo especial. • Reconocimiento del entorno de los hábitats de páramo y bosques altoandinos. • Divulgación y promoción del área de manejo especial. Programa: fortalecimiento de líderes y organizaciones comunitarias
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Mejorar la capacidad de gestión y funcionamiento de las organizaciones comunitarias a través de la capacitación de líderes y demás miembros activos de las Juntas de Acción Comunal, juntas administradoras de acueductos, grupos ecológicos y asociaciones de padres de familia existentes en las 42 localidades (cuatro corregimientos y 38 veredas) con participación en el AME. Se propone el proyecto: • Formación de liderazgo y consolidación de organizaciones.
Programa: poblamiento, impacto y dinámicas territoriales Realizar investigaciones de carácter arqueológico y etnohistórico, que permitan establecer el desarrollo y la transformación sociocultural de los diferentes grupos humanos que habitaron estos ecosistemas y su relación, apropiación y transformación de este espacio físico y de sus recursos. El programa propone el desarrollo del proyecto: • Transformaciones territoriales, huellas culturales y poblamiento antiguo en el sistema de páramos y bosques altoandinos del Noroccidente Medio antioqueño. Programa: compra de tierras en zonas estratégicas Recuperar y/o conservar áreas sociales y ecológicamente estratégicas dentro del Área de Manejo Especial. • Compra de predios en zonas de preservación (Zpv) y de recuperación para la preservación (Zrpv).
AVANCES EN LA EJECUCIÓN DEL PLAN DE ORDENAMIENTO Y MANEJO La ejecución del Plan de Manejo se inició en 1999, con reuniones de socialización y concertación con los propietarios, administraciones municipales, entidades oficiales y semioficiales y organizaciones no gubernamentales, en las que se discutió la delimitación y zonificación del área, al igual que la propuesta de tipo de área protegida planteada: Distrito de Manejo Integrado de los Recursos Naturales Renovables. Una vez concertada la propuesta de área y el Plan de Manejo, se presentó a los Concejos Municipales y se hicieron reuniones informativas y talleres en los centros educativos de los municipios que hacen parte del Área de Manejo, donde se expuso una muestra de la flora recolectada durante la fase de diagnóstico. Paralela a esta labor, se conformó en el municipio de Belmira la Corporación para el Ecoturismo en Belmira, CORTUBEL, con personería jurídica y amplia representación, la que viene liderando junto con el Cabildo Verde del mismo municipio, las actividades de turismo en el área, apoyados por CORANTIOQUIA, la que participa activamente en la elaboración del Plan de Desarrollo Turístico de la región del norte antioqueño y en el Área de Manejo en cuestión. En el año 2000 se capacitaron doce guías ecoturísticos y se vienen promoviendo los famihoteles y la oferta de un producto turístico con énfasis en el agroturismo y el ecoturismo en la región, bajo criterios de turismo responsable y socialmente aceptable.
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Con el fin de tener multiplicadores de la propuesta de manejo del área, se capacitaron 25 tutores del Sistema de Aprendizaje Tutorial -SAT- de los diez municipios involucrados en el proyecto, en política nacional y regional de áreas protegidas y sobre la estructura del Plan de Manejo para la zona, los que han venido participando en varios talleres de formación para la gestión. Con el fin de dar prioridad a los programas de educación y fortalecimiento y liderazgo, en el 2000 se iniciaron los proyectos de “Conformación de gestores ambientales comunitarios” y “Reconocimiento de los hábitats de páramo y bosques altoandinos”. Para el primer proyecto se efectuó un curso para la formación de Gestores Ambientales Comunitarios con participación de 43 líderes comunitarios en dos sedes, Sopetrán y San Pedro de los Milagros, y participación de los municipios de Belmira, Entrerríos, San Pedro, Sopetrán y Olaya. La capacitación terminó en el mes de agosto y el 5 de octubre se hizo un taller de evaluación del proceso y se recogieron las propuestas de proyectos elaborados por los participantes El proceso constó de una salida al campo y seis módulos, que fueron: • Liderazgo y formas de participación comunitaria. • Planificación ambiental municipal. • El agua en el manejo de cuencas. • Los suelos. • Tecnologías alternativas de producción. • Elaboración de un diagnóstico ambiental participativo. • Formulación de programas y proyectos. El día de campo tuvo como objetivo la realización de un ejercicio de lectura del paisaje y la posibilidad de identificar los problemas ambientales de una localidad en particular con el fin de proponer en una forma sencilla, las acciones a emprender para lograr un manejo adecuado de los recursos naturales. El presente año se continuará el proceso con 40 nuevos líderes con sedes en los municipios de San José de la Montaña y Liborina con participación de los municipios de Sabanalarga, San Andrés de Cuerquia y Belmira, donde algunos gestores de la primera promoción participarán como auxiliares y facilitadores. Para el proyecto de reconocimiento de los hábitats de páramo y bosques altoandinos, se efectuaron 26 talleres de sensibilización e igual número de salidas al páramo o bosque altoandino. Las salidas fueron orientadas y dirigidas por guías que participaron en los talleres dictados por la Corporación, con un promedio de 25 niños y jóvenes por salida para un total de 650 asistentes. Dentro del programa de investigación básica y aplicada para el mejoramiento de la gestión, se han realizado las siguientes investigaciones en el territorio:
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Transformaciones territoriales, huellas culturales y poblamiento antiguo en el Sistema de Páramos y Bosques Altoandinos del Noroccidente Medio antioqueño Contempla la valoración del potencial arqueológico de la zona, valoración del patrimonio cultural y una propuesta de aprovechamiento de los espacios para el desarrollo del turismo y disfrute de los espacios rurales con calidad escénica o importancia cultural. Identificación y valoración de los sistemas productivos en el Área de Manejo Especial del Sistema de Páramo y Bosques Altoandino del Noroccidente Medio antioqueño Este trabajo aportó elementos para determinación de los costos de oportunidad de los diferentes tipos de sistemas productivos dentro de la zona núcleo, que se generarán con la reglamentación de usos del suelo en el área protegida, además propuso mecanismos de incentivos a la conservación y elementos importantes para la valoración de los bienes y servicios ambientales de la zona. Estudio de factibilidad para la recuperación de la Ciénaga en el paraje El Morro. Pretende la recuperación de un gran humedal en la zona del páramo, secado antiguamente por actividad de minería, recuperándose un hábitat y mejorando las condiciones escénicas del lugar. Diseño técnico y económico para la adecuación de la infraestructura del sendero de interpretación ambiental Los Patos - El Morro y remodelación del refugio La Cabaña Busca mejorar la infraestructura para el ecoturismo y los espacios para la educación ambiental. En la actualidad se vienen desarrollando los siguientes proyectos: • Elaboración del catálogo ilustrado de la flora de los bosques y páramos de Belmira, el cual recogerá en un documento de consulta y guía de flora, las especies más representativas del área. • Establecimiento de huertos de envaradera y leña en zona de producción agrícola, ubicado en el municipio de Entrerríos, pretende disminuir la presión sobre los bosques por extracción de varas para los cultivos de tomate de árbol e iniciar prácticas silviculturales en las poblaciones locales que permitan establecer sistemas de producción de bajo impacto. • Adecuación del sendero de interpretación ambiental Los Patos - El Morro, que mediante la construcción de un puente colgante sobre el río Chico y la instalación de vallas de información ambiental, mejorará la infraestructura para el desarrollo del ecoturismo y las actividades recreativas en espacios abiertos. • Propuesta de interpretación ambiental para la vía Belmira - Labores, que busca aprovechar la apertura de una vía de 12 km entre estas dos poblaciones para proponer adecuaciones y sitios de valor escénico o de interés por sus condiciones naturales.
LITERATURA CITADA Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia. 1999. Conservación, ordenamiento y manejo del sistema de páramo y bosques altoandinos del Noroccidente Medio Antioqueño. CORANTIOQUIA, 2 Tomos.
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Plan de Manejo del Parque Nacional Chingaza
Carlos Arturo Lora-Gómez et al
PROCESO DE FORMULACIÓN E IMPLEMENTACIÓN DEL PLAN DE MANEJO DEL PARQUE NACIONAL NATURAL CHINGAZA Por Carlos Arturo Lora-Gómez et al 1
RESUMEN En Colombia, la creación del Sistema de Parques Nacionales Naturales (SPNN) en la década de los 70’s fue un importante avance en la conservación de los recursos naturales más significativos del país y ha permitido establecer como áreas protegidas una extensión aproximada de 9’100.000 hectáreas en 46 unidades bajo seis categorías de manejo, que constituyen cerca del 8 % del territorio nacional emergido, actualmente administrados por la Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales UAESPNN. El PNN Chingaza creado en 1977, es el área silvestre protegida más importante del Departamento de Cundinamarca y uno de los Parques Nacionales que mayores beneficios económicos produce. El reto que implica realizar gestión en conservación en el Parque, con una dinámica institucional bastante alta, especialmente en políticas y presupuesto disponible, requiere un plan dinámico que pueda servir de guía y punto de partida para la negociación local, regional, nacional e internacional, en aspectos como concertación para la conservación y uso sostenible de los recursos naturales, cofinanciación y coordinación de responsabilidades compartidas entre la sociedad civil, las instituciones privadas y el estado. El proceso de formulación e implementación del Plan de Manejo del PNN Chingaza, es el resultado de un arduo trabajo de investigación, planeación, concertación y negociación, y está llamado a terminar con esa inercia de quedarnos solo en el documento y ejecutar racionalmente las estrategias, programas y proyectos, aquí planteados, en pro de los objetivos del Parque, con un constante seguimiento y evaluación objetivos que permitan su retroalimentación y ajuste oportuno. Palabras clave: Áreas protegidas, conservación y manejo, Parques Nacionales, plan de manejo, planificación.
ANTECEDENTES Desde 1992, la Fundación Natura y el Programa Parques en Peligro -PeP (Agencia Internacional de Desarrollo de los Estados Unidos US-AID y The Nature Conservancy - TNC), han venido colaborando primero con el INDERENA y luego con la UAESPNN, para la consolidación del Parque Nacional Natural Chingaza, siendo uno de los logros más significativos en el proceso de acompañamiento de la formulación de Plan de Manejo del Parque, contando también, en su última fase con el aporte de la coordinación nacional de World Conservation Society - WCS, en metodologías de planificación participativa. 1
Equipo de Guardabosques del Parque Nacional Natural Chingaza - UAESPNN
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Se han realizado dos aproximaciones al plan de manejo del Parque; en 1979, el INDERENA elaboró el Proyecto Plan Preliminar de Manejo para el PNN Chingaza, y la EAAB por su parte, elaboró en 1986 una Propuesta para el Estudio Plan de Manejo del PNN Chingaza, en donde se plantean los términos de referencia a seguir. Sin embargo, estos dos intentos nunca han sido operativos ni se han implementado. La misma EAAB en 1997, a través de una consultoría NAM & DHV Consultores, formuló un Plan Operativo y de Manejo para el área de influencia del Sistema Chingaza (POMACH), el cual fue una referencia constante para el trabajo. En 1996 la UAESPNN define el procedimiento metodológico para elaborar unificadamente los planes de manejo del Sistema Nacional y se inician los procedimientos para su formulación participativa. Entre los aspectos constitutivos del plan se señalan los componentes descriptivos, normativos, operativo y de ordenamiento (1996):
COMPONENTE DESCRIPTIVO La recopilación de la información secundaria del Parque, permitió evaluar y sintetizar la información técnica disponible e identificar cuál de ésta era relevante y se relacionaba con problemas, potencialidades o estrategias de manejo. Se identificaron vacíos y debilidades que llevan a prioridades de gestión para complementar o generar información primaria estratégica frente a los objetivos del área. Teniendo como base la información recopilada, la experiencia del equipo de trabajo del Parque, la Resolución expedida por el Ministerio de Agricultura, en 1977, como documento oficial de creación del Parque y un análisis comparativo de los objetivos de las áreas del Sistema de Parques Nacionales - SPN, realizado por el Comité de Dirección de la Unidad de Parques Nacionales UAESPNN, se definieron los objetivos del área protegida (UAESPNN 1995).
Objetivo General Conservar los páramos, las selvas húmeda andina y subandina del Macizo de Chingaza y los Farallones de Medina, con el fin de mantener la diversidad biológica, la capacidad de oferta hídrica y demás servicios ambientales para beneficio de la región y del Distrito Capital.
Objetivos Específicos 1. Conservar muestras continuas de páramo, selva húmeda andina y subandina en estado natural. 2. Proteger poblaciones y hábitat de especies con especial importancia por su valor ecológico o estado de conservación presentes en los ecosistemas del Parque. 3. Conservar in situ recursos genéticos asociados a los ecosistemas del Parque. 4. Recuperar y fortalecer identidades y prácticas culturales asociadas con la conservación de la diversidad biológica y demás valores naturales del Parque y su zona de influencia. 5. Mantener los procesos ecológicos de regulación hídrica para el consumo humano, riego y adecuación de tierras, generación de energía, control de la erosión y sedimentación.
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6. Brindar soporte a la recuperación del equilibrio ecológico de agroecosistemas regionales. 7. Proveer oportunidades para el desarrollo de actividades de uso público acordes con los objetivos del Parque. 8. Mantener las masas boscosas del PNN para contribuir con el equilibrio climático de la región. 9. Participar en la integración regional y construcción de sentido territorial con el fin de viabilizar la conservación y uso sostenible de la biodiversidad.
METODOLOGÍA PARA EL DIAGNÓSTICO Para adelantar el trabajo de identificar las amenazas, deficiencias y potencialidades existentes en el Parque y su zona de influencia, se desarrolló un proceso, iniciado en 1995, con participación de actores locales, regionales y nacionales que permitió ir logrando acercamientos, cada vez más certeros, a la situación real del área (Campos 1995). Esto se fue complementando con la utilización de metodologías como la Matriz de Vester, análisis DOFA, Planificación por Objetivos (Todasura & Sepúlveda 1997) y, por último, la metodología “Medidas de éxito”, en la cual se retoman muchos conceptos de las anteriores, permitiendo identificar los factores más relevantes para el análisis de la situación actual del Parque. Los principios generales de esta última metodología son: 1. Manejo adaptativo: experimentación y monitoreo para hacer ajustes de forma continua y sistemática. • Experimentación: acciones encaminadas a modificar los factores directos e indirectos que afectan a la biodiversidad; • Adaptación: uso sistemático de los resultados del monitoreo para mejorar el proyecto. • Documentación del proceso de forma sistemática para evitar errores posteriores y para poder enseñar a otros. 2. Reducción de amenazas: identificación, enfrentamiento y seguimiento a amenazas sobre la biodiversidad del Parque. Asumiendo que: • La mayor parte de la destrucción de la biodiversidad tiene causas humanas; • Todas las amenazas humanas sobre la biodiversidad se pueden identificar a nivel de una localidad; • La reducción de una amenaza sobre la biodiversidad se puede medir. 3. Ciclo del Proyecto. • Clarificación de la misión. • Diseño de un modelo conceptual basado en las condiciones locales. • Desarrollo de un plan de manejo: metas, objetivos y actividades.
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• Desarrollo de un plan de monitoreo: audiencias, necesidades de información, estrategias de monitoreo para recolección de información, indicadores específicos. • Ejecución de los planes de manejo y de monitoreo. • Análisis de información y comunicación de resultados. • Uso de resultados para adaptar y aprender. Un modelo conceptual es un diagrama que presenta una serie de relaciones entre ciertos factores que se cree tienen un impacto o llevan a una condición blanco y que: • Presenta un panorama de la situación en el Parque; • Presenta las conexiones entre los factores que afectan la condición blanco; • Muestra las principales amenazas directas e indirectas a esta condición blanco; • Muestra solo los factores relevantes; • Se basa en información y datos confiables; • Resulta de un esfuerzo de equipo. El proceso para la construcción del modelo conceptual, que se presenta a continuación: 1. Se identificó la condición blanco o condición que se quiere explicar, predecir o modificar; 2. Se identificaron y listaron los factores que influyen sobre la condición blanco (directos, indirectos y contribuyentes); 3. Se desarrolló el modelo conceptual con algunos actores: priorización de amenazas, identificación de oportunidades; 4. Se revisó y ajustó el modelo.
CRITERIOS DE PRIORIZACIÓN Con base en el conocimiento y experiencia de los funcionarios del PNN Chingaza, así como en el trabajo participativo con los actores institucionales y comunitarios del área y el estudio realizado por la firma de consultoría NAM & DHV para la Empresa de Acueducto, se establecieron una serie de variables que debían ser objeto de análisis. Luego de que estas variables se visualizaran, de una manera lógica, en el Modelo conceptual; el paso siguiente, fue llevar a cabo un análisis pormenorizado de cada uno de los factores, considerados relevantes por parte de los actores participantes, para su priorización. Los criterios utilizados para la priorización de las amenazas fueron: • Área: ¿afecta una zona grande o pequeña del parque?
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• Intensidad: ¿qué tan fuerte es el impacto sobre hábitat o población? ¿Lo destruirá completamente? ¿Causará solo daños menores? • Urgencia: ¿es importante tomar medidas inmediatas? ¿Será importante tomar medidas en el futuro cercano o lejano? ·• Factibilidad política: tomando en cuenta la situación política local, nacional o internacional: ¿qué tan factible es que usted pueda solucionar la amenaza? • Factibilidad social: dadas las condiciones locales o nacionales, ¿qué tan factible es que se trate de disminuir la amenaza? • Capacidad institucional: ¿existe la capacidad para disminuir la amenaza? (recursos financieros, humanos) Estos criterios se valoraron de 1 a 3 para cada una de las amenazas identificadas y priorizadas. Es así, como los factores que más influían en los demás o que influían muy directamente a la situación blanco (más externos en la gráfica), y aquellos con cierta urgencia de enfrentarlos (ubicados en el centro), fueron considerados como prioritarios, dividiéndolos, a su vez, en tres niveles de prioridad: Alta, en color azul; media, en color amarillo; y baja, en color gris, en el modelo conceptual. Del análisis integral del Modelo Conceptual y específicamente de cada uno de los factores priorizados, se comenzó a definir el marco estratégico que debía seguir el Equipo del Parque para, por un lado, minimizar las amenazas, y por el otro, aprovechar las potencialidades identificadas. Fue así como se definieron el objetivo del plan, los resultados, los lineamientos estratégicos y las actividades a desarrollar por resultado.
COMPONENTE OPERATIVO DEL PLAN DE MANEJO De acuerdo con los objetivos del Parque arriba descritos, además de las situaciones priorizadas y sobre las cuales se decidió adelantar algún tipo de gestión, que permita enfrentarlas, se definió el objetivo y los resultados del Plan de Manejo, los cuales deben mostrar en cinco años si se logró lo esperado con la ejecución del plan y los cuales deberán ser revisados y ajustados conforme lo exija el proceso de retroalimentación del Plan de Manejo.
Objetivo general del plan de manejo Fortalecer la capacidad de manejo del Parque Nacional Natural Chingaza con el fin de mitigar amenazas priorizadas, de manera concertada, con actores locales, regionales y nacionales interesados. Resultados Esperados 1. Se disminuyó la cacería que se presenta dentro del Parque. 2. Se logró la participación del equipo del Parque y la comunidad en la formulación y seguimiento del Plan de Manejo del Proyecto Chingaza de la EAAB.
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4. Se disminuyó la ganadería extensiva e incendios forestales que se presentan dentro del Parque. 5. El Parque ha logrado articularse a los procesos de planeación y ordenamiento territorial a nivel regional y local. 6. El Parque ha logrado posicionarse a nivel del D.C. 7. Se han logrado acuerdos de manejo en zonas aledañas, en función de amortiguación o complementariedad. 8. Se logró el ordenamiento del uso público del Parque.
Lineamientos estratégicos La forma en que se adelanta la ejecución del presente Plan de Manejo está enmarcada en los lineamientos estratégicos que se presentan a continuación. Para su identificación se tomaron como insumo los factores priorizados que tenían un sentido transversal con respecto a los demás factores y que no podían ser considerados como algo aparte sino como parte importante de todos los procesos. 1. Generación, recuperación y manejo de conocimiento e información que contribuya al manejo del parque. Especialmente relacionada con procesos de investigación y con la gestión de información, utilizando herramientas tecnológicas como los Sistemas de Información Geográfica y los sensores remotos. 2. Participación social en procesos de gestión del parque y manejo de zonas aledañas, que permita construir la viabilidad social necesaria para la implementación de las acciones de manejo que se proponen en el plan, donde se reconoce que la participación social más que un proceso para legitimar decisiones tomadas, es un proceso de construcción colectiva donde todos aportan y todos ganan. 3. Fortalecimiento institucional, entendido como el fortalecimiento de la capacidad de los grupos sociales y las organizaciones gubernamentales que concurren, para legitimar y/o asumir como propio el papel de la conservación que encierran las áreas protegidas; orientar los esfuerzos a las causas sociales más que a los efectos físico-naturales de los conflictos ambientales; brindar un manejo holístico a planes programas y proyectos, orientándolos como conjuntos de un mismo propósito de consolidación de sujetos activos de la conservación. Se enfatiza en actividades relacionadas con la Gestión Humana, la sostenibilidad financiera y las necesidades básicas de administración de recursos. 4. Comunicación y educación ambiental, concebidas como una estrategia de intervención institucional tendiente a fortalecer y posibilitar dinámicas de gobernabilidad, mediante el ejercicio de construcción de cultura con la participación efectiva de las comunidades, la articulación del potencial social y ambiental como espacio de conservación y preservación de las áreas prioritarias del Parque y la región, y la valoración de la diversidad cultural albergada por el entorno natural. 5. Control de acciones ilegales, articulado a procesos de control social y a estrategias educativas y de concientización en los procesos sancionatorios.
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Plan de Acción Para el logro de cada uno de los resultados esperados propuestos, se definieron acciones estratégicas, el tiempo estimado en que deberán ser ejecutadas y los responsables, para el primer resultado propuesto.
PLAN DE MONITOREO El desarrollo metodológico para definir el Programa de Monitoreo del Plan de Manejo fue el siguiente: 1. Determinación de las audiencias, internas y externas. 2. Definición de las necesidades de información de las audiencias e información adicional que hay que recoger. 3. Definición de una estrategia de monitoreo para cada necesidad de información. 4. Desarrollo de uno o más indicadores para cada necesidad de información. 5. Construcción y ejecución del Plan de Monitoreo. 6. Análisis de los resultados. 7. Comunicación de los resultados a las diferentes audiencias. 8. Evaluación de la efectividad de la comunicación. 9. Uso de los resultados para adaptar y aprender. Se diseñaron estrategias de monitoreo para cada necesidad de información, de acuerdo con las variables que se identificaron como objeto de seguimiento. Para cada resultado puede haber más de una estrategia, siempre y cuando se cuente con la capacidad para llevarla a cabo. Se desarrollaron, además, uno o más indicadores para cada necesidad de información. Un indicador es una unidad de información que medida a lo largo del tiempo documenta los cambios de una condición específica y debe ser: • Medible: puede ser registrado y analizado en términos cuantitativos o cualitativos; • Preciso: es definido de la misma forma por todos; • Consistente: no cambia a lo largo del tiempo de tal forma que siempre mide lo mismo; • Sensible: varía proporcionalmente en respuesta a los cambios de la condición o ítem que se está midiendo. A continuación se presentan las estrategias e indicadores para el primer Resultado: 1. Presencia de cazadores • Número de rastros encontrados por hectárea
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• Número de reportes recibidos • Número de encuentros o procesos abiertos 2. Cantidad de individuos de especies de caza • Abundancia relativa o densidad poblacional de individuos de especie de caza por área determinada. 3. Cazadores con cambio de actividad • Número de cazadores que cambiaron la práctica actual por una alternativa sostenible
PLAN DE FINANCIAMIENTO El Plan Financiero presenta los costos estimados de las actividades ideales para el área. Además, compara estos egresos con una estimación de los ingresos que se podrían llegar a percibir por diferentes fuentes; con esto, se logra ilustrar la situación financiera actual y proyectada para los próximos cuatro años. El costo estimado de las actividades programadas se ubica alrededor de US$ 206.000 dólares por año. Estos montos son invertidos en el programa de “Protección y Control Mínimo”, así como en siete proyectos más; los costos indirectos relacionados con el apoyo prestado por la Unidad Central de la UAESPNN al PNN se ubican alrededor de US$ 47.000 dólares por año. Durante los cinco años de este plan, se proyecta un nivel de ingresos que no es suficiente para financiar el Plan en su totalidad; existe déficit en todos los años, el cual tiende a disminuir progresivamente. Es importante reforzar el esfuerzo de recaudación y generación de ingresos, ya que aunque la mayoría de los ingresos futuros proyectados son relativamente seguros (más del 75 % de probabilidad para ser logrados) estos no son suficientes para el cumplimiento del plan. Para la elaboración de este plan se ha asumido, como base, el escenario actual en el cual el Estado hace un aporte menor del que en realidad tiene obligación de hacer. En este se asume que el Estado aportará el 16 % del total del presupuesto. Por otro lado, el aporte de la EAAB, como concesionario de agua, se proyecta percibir a partir del año 2004, ubicándose alrededor de US$ 140.000 dólares por año; no obstante, para el Plan Financiero actual, esta fuente solo aportará recursos por US$ 65.000 dólares en promedio. Esta asignación obedece a que estos recursos tienen una destinación específica relacionada con la protección del recurso hídrico, objeto que se relaciona específicamente con tres de los siete proyectos planificados (proyectos 1, 3 y 6). Aproximadamente el 52 % del Plan Financiero cuenta con financiación actualmente.
ESTADO ACTUAL DEL PROCESO DE IMPLEMENTACION • La información sintetizada en el Plan de Manejo ha permitido articular la gestión institucional propuesta en los planes operativos anuales POA’s, ejecutados con el presupuesto asignado por la UAESPNN al parque, en el desarrollo de proyectos dentro de los convenios de
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cooperación institucional y en la formulación de proyectos complementarios, con otras fuentes de financiación. Igualmente, ha permitido proponer alternativas de manejo que permiten prevenir, adecuar la gestión, o actuar adecuadamente frente a la dinámica regional y a la alta dinámica institucional, principalmente a nivel presupuestal, administrativo y político (UAESPNN 1996). • Aunque la propuesta de zonificación del Parque es aún muy general, empieza a dar elementos para diferenciar espacialmente las estrategias de gestión y en especial para avanzar en la reglamentación asociada al Area de Manejo Especial de la EAAB, dentro del Parque. • La implementación del plan ha fortalecido la estructura organizacional que tenía propuesta el Parque y aunque aún debe ser más compatible a las propuestas de gestión, los espacios de planeación colectiva del Parque, han podido ir avanzando en la programación de actividades más detalladas que responden las acciones propuestas en el Plan. • El Plan analiza en forma general los actores locales, regionales, nacionales e internacionales que se relacionan con el área, haciendo falta una propuesta más analítica y estratégica de gestión con algunos de ellos, para avanzar en la concertación de acciones por regiones e intereses. • La crisis fiscal que vive actualmente el pais y en especial las instituciones públicas, ha sido una prueba bastante fuerte para el proceso de planificación, ya que los recursos financieros básicos se han disminuido a niveles muy bajos, lo que está llevando a que el equipo del Parque utilice toda su recursividad para continuar avanzando en las propuestas de gestión a largo plazo, sobreponiéndose al cada día con menos recursos, y situaciones más tensas por el conflicto armado que se vive en la región. • Las estrategias de prevención y control de amenazas han sido priorizadas al máximo y aún así los bajos recursos han influido sobre la capacidad de manejo o presencia institucional en el área del Parque, reduciéndose por lo menos en un 40 % en los últimos dos años, sin embargo los métodos utilizados para su gestión siguen siendo los planteados en el Plan de Manejo, como una combinación de gestión operativa a corto plazo y gestión institucional y comunitaria a mediano plazo. • El Plan de Manejo realiza un primer acercamiento a lo que será la línea base que permita monitorear la dinámica de los factores priorizados durante el tiempo de ejecución del Plan. Esta línea base está siendo complementada y ajustada durante los primeros años de ejecución del Plan de Manejo, con base precisamente en el monitoreo que se programe en el Plan de Monitoreo de actividades.
AGRADECIMIENTOS A la Fundación Natura, The Nature Conservancy - TNC y US-AID por el programa Parques en Peligro, en especial a Clara Solano y Jerry Touval, por su apoyo incondicional para el fortalecimiento del Parque. A María Elfi Chaves, Coordinadora para Colombia de World Conservation Society - WCS, por sus aportes metodológicos en planificación participativa.
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Al Parque Nacional Natural Chingaza, por su sabiduría natural con la que nos ha venido enseñando como se maneja y se conserva un Área Protegida.
LITERATURA CITADA Alterio, H. 2001. Plan financiero a largo plazo 2001 - 2005, área de análisis económico UAESPNN. Bogotá, Colombia. Andrade, G. 1989. Consideraciones sobre el estado actual y las oportunidades de conservación del Parque Nacional Chingaza. Fundación Natura. Bogotá, Colombia. Campos, J. & R. Campos. 1995. Asesoría para la elaboración del plan de manejo del Parque Nacional Natural Chingaza. Informe de Consultoría. Proambiente. Bogotá, Colombia. NAM & DHV Consultores. 1997. Plan de manejo y ordenamiento de las Cuencas del Sistema Chingaza - POMACH. EAAB-esp. Bogotá, Colombia. Sánchez, H. & C. Uribe. 1979. Proyecto plan preliminar de manejo Parque Nacional Natural Chingaza. INDERENA. División de Parques Nacionales. Bogotá, Colombia. Tobasura, I & L. Sepúlveda. 1997. Proyectos ambientales escolares, estrategia para la formación ambiental. Editorial Magisterio. Bogotá, Colombia. UAESPNN. 1996. Manual de Procedimiento Metodológico para la formulación e implementación de Planes de Manejo, Planes Guías de Manejo y Planes Operativos en el Sistema de Parques Nacionales de Colombia. Ministerio del Medio Ambiente, Bogotá, Colombia.
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Pensamiento Muisca
Carlos Alberto Mamanché González & Hernán Alonso Montero
EL PÁRAMO EN EL PENSAMIENTO MUISCA Por Carlos Alberto Mamanché González & Hernán Alonso Montero
RESUMEN En este documento, los hijos del pensamiento Muisca queremos dar a conocer los elementos de nuestra cosmovisión que determinan la forma de relacionarnos con el páramo. Hablamos de algunos de los comportamientos que generan su desequilibrio y de las posibles alternativas, inscritas en el pensamiento de origen para recuperar su armonía. En este último aspecto, describimos de manera general las acciones que hemos adelantado como comunidad para devolver el equilibrio al páramo, teniendo como fundamento el saber heredado de nuestros mayores. Palabras clave: Cosmovisión, cultura Muisca, páramo.
ABSTRACT This paper is about how our view of the universe, as children of the Muisca thought; determine our relationship with the paramo. We consider some of the behaviors that generate its disequilibrium, as well as alternatives, rooted in the primordial thought, for recovering its harmony. Regarding the latter, we give an overview about how our community, embedded in the knowledge inherited from our elders, is trying to restore the equilibrium to the paramo. Key words: Indigenous thought, Muisca culture, paramo.
COSMOVISIÓN: EL PENSAMIENTO DE ORIGEN Desde que el tiempo tiene memoria, nuestros ancestros se entrelazaron con las otras manifestaciones de vida presentes en el territorio: ... “Luego, Chímini para continuar pidió consejo a la Madre Abuela Bagüe, haciéndole ofrenda quemando resina de frailejón (mocoba) y brindándole las flores de la misma planta. Una vez tuvo la iluminación de la madre, se transformó en Chiminigagua y dio vida a todo lo que existe”... ... “Sólo faltaban los cuidadores, los adoradores, los sabedores, los equilibradores y conocedores de la voluntad de los dioses: los Muisca. Entonces se inicia el tiempo de Zaitania, el primero del mundo, que también es el tiempo de Bachué, la Madre, la Progenitora, la de “los hermosos pechos desnudos”, quién emergió de una laguna ubicada en el páramo de Iguaque”... ... “Bachué, la madre de todo el pueblo Muisca, tejió una cuna para sus hijos con las hojas de Tybachaquyn: el frailejón”... Las historias de origen son las que determinan la manera en la cual nuestro pueblo se relaciona con el páramo, en donde cada forma de vida cumple un papel dentro de la naturaleza, como cada persona dentro de la familia y la sociedad. Fue éste, uno de los primeros retos de nuestros abuelos: encontrar la silla, nuestro asiento, la posición dentro de la red de
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relaciones que llamamos vida para aportar, de la mejor manera, al equilibrio de dichas relaciones. En su búsqueda, nuestros mayores desarrollaron una forma de vida armónica con el entorno, como seres humanos y como pueblo, pues se asumieron como una hebra de la mágica red de la vida, como consecuencia de ello se hicieron uno con el territorio, como lo manifiestan los conocimientos sobre las propiedades medicinales de las plantas del páramo. El páramo se concibe no solo como propiciador y regulador de las expresiones de Sie (el agua), sino como espacio y medio a través del cual nos ponemos en contacto con las fuerzas que orientan nuestros pensamientos, los cuales debemos traducir en acciones que mantengan el equilibrio en nuestro territorio: adquiere el carácter de sagrado. Con los españoles, vinieron otras formas de concebir la naturaleza y de transformarla, ya no para propiciar equilibrio, sino con el fin de ponerla a disposición de su desarrollo material. La subsecuente implantación de nuevos modelos de uso y manejo que desconocen los elementos fundamentales de su equilibrio y unas características culturales propias de esta región, trajo consigo la adopción de sistemas productivos tales como el monocultivo de papa con utilización de sustancias químicas tóxicas que desequilibran los ciclos naturales y que causan la pérdida de la diversidad biológica, la disminución y desaparición de las fuentes y cuerpos de agua, disminución de las áreas que fueran páramos y la erosión de nuestro pensamiento, de acuerdo con el cual, debemos ser un elemento propiciador de equilibrio de la red de la vida. En el momento actual encontramos un territorio enfermo, objeto de la sutil forma de violencia que es el olvido. Teniendo en cuenta esta realidad, planteamos la salud y educación propias como ejes de nuestro proceso de recuperación del pensamiento ancestral. Planteamiento que tiene como fundamento la concepción que la salud del espíritu y del cuerpo del Muisca se expresa también en la salud del territorio y viceversa.
EL RETORNO AL ORIGEN Dado que nuestras jóvenes generaciones están desorientadas por la abrumadora acción del mundo moderno, iniciamos un proceso educativo que busca recuperar la connotación sagrada del territorio. Conformamos un grupo de jóvenes en torno al conocimiento de las plantas como excusa para adentrarnos en la exploración del territorio, y aprovechando el saber que poseen algunos integrantes del Cabildo en las propiedades medicinales de las plantas de la región, planteamos la ejecución del proyecto “Viaje hacia el reconocimiento de las plantas: un saber Muisca”. En su desarrollo hemos tenido la oportunidad de visitar sitios que por tradición se han mantenido como algo que significa mucho más que su forma y espacio, que contiene de manera sutil, inscrita la sabiduría con la cual nuestros ancestros se integraron con la madre, de esta manera nos encontramos con el páramo, sus lagunas, riachuelos, frailejones, aves e insectos. Al igual que en el comienzo de los tiempos estamos utilizando el frailejón dentro de los rituales de sanación para las personas que forman parte del Cabildo y para que su esencia muestre a Ie, el camino, y nos ponga en contacto con nuestros mayores. En este proceso hemos redescubierto la forma de caracterizar las plantas de acuerdo con los criterios de nuestros mayores, sus propiedades medicinales y su procesamiento en
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purgantes, jabones, pomadas, etc., este es el primer paso para darle vida al territorio, pues sanándonos nosotros, él también sanará. Consideramos que podemos aportar algunos criterios que nos permitan desarrollar alternativas de manejo que aporten al mantenimiento del equilibrio dinámico de estos ecosistemas. Tal como Bachué tejió la cuna de sus primeros hijos con hojas de frailejón para brindarles calor y suavidad, así mismo creemos que la cultura Muisca puede aportar a la construcción de alternativas de conservación del páramo, impregnándola de aquellos elementos que le confieren el carácter de sacro.
EL PÁRAMO EN LA COSMOVISIÓN La actitud de silencio en el páramo obedece a que la atención se debe enfocar en el mensaje de nuestros ancestros, que está inscrito de manera sutil en el movimiento de un arbusto, el canto de un pajarito por acción de Fiva “el señor del viento”, es además un silencio de nuestra mente, es disponernos a escuchar las otras expresiones de la vida. Para entender hay que escuchar, sólo de esa manera podremos actuar integradamente con todo lo que nos rodea. ¿Cómo coordinar acciones para conservar, si no nos permitimos entender el pensamiento y acciones de otros? Pero para poder escuchar, sentir y ver los mensajes de nuestros ancestros, debemos estar limpios de corazón y espíritu, ¿cómo pretendemos que en nuestros páramos y bosques de niebla no existan pinos, cultivos con químicos tóxicos, y otras expresiones del hombre que desordenan el territorio, si en nuestro interior tenemos envidias, rencores y otras cosas que no nos dejan escuchar? Así como nuestro cuerpo está “ordenado” y funciona coherentemente, desde el principio de los tiempos el territorio ha sido ordenado, cuando los dioses pusieron en su lugar cada cosa: de la misma manera que hay una mente, hay un sitio para pensar: las lagunas, las chorreras, los peñascos, las cuevas, como hay unas venas por donde corre la sangre que nos da vida, hay unas quebradas y ríos que llevan el agua, como hay unas manos para trabajar hay unos espacios para cultivar, recoger leña, como hay unos riñones para purificar hay unas lagunas para limpiar, como hay un estómago para llenar hay unos sitios para hacer pagamento... El mundo ya estuvo ordenado por la madre-abuela Bagüe en el principio del tiempo, los desordenados somos nosotros con tantas voces que hacen ruido en nuestro interior. El pagamento hay que hacerlo, de lo contrario ¿cómo es posible que recibamos y no seamos capaces de agradecer, de entregar?, no podemos esperar tener el agua que nos purifica siempre, si los espíritus que la regulan no están contentos, para ello es necesario ofrendar con maíz, cuarzo, oro, esmeralda, tabaco y lo más importante nuestro corazón y espíritu. En este sentido, ¿cómo se plantea que campesinos e indígenas mantengan las fuentes de agua, si se establecen mecanismos parciales sólo para garantizar la oferta hídrica, representada en una retribución material, económica, pero carentes de aquello que le da significado a nuestra vida? El páramo no se puede mirar y comprender aisladamente, forma parte de todo lo creado por la abuela madre Bagüe. Por eso no podemos limitar nuestro pensamiento y acciones de
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conservación sólo en los efectos generados por la acción de los grupos humanos indígenas y campesinos asentados en estos territorios. Antiguamente el páramo tenía como fin el pensamiento en comunión con la madre. Las peregrinaciones a las tierras altas llevadas a cabo por nuestros antepasados, eran motivadas para hacer consulta, para ponerse en contacto con las fuerzas creadoras y eran solamente visitadas por quienes consagraban su vida a las prácticas rituales. Este orden está establecido desde el principio de los tiempos. Este orden se ha alterado por el desplazamiento forzado de las comunidades campesinas e indígenas hacia las tierras altas, hacia el centro, no siguiendo el retorno al origen como debe ser y como lo cuenta la historia, sino como la búsqueda de tierras aptas para la ampliación de la frontera agrícola y otras actividades productivas. Así, se han ido rompiendo los límites de los círculos concéntricos cuyo centro son las lagunas y el páramo, su espacio protector con los frailejones, sus guardianes. Con estas transgresiones no se puede esperar el equilibrio de la parte del territorio que la ciencia occidental llama ecosistema de páramo. Hasta entonces el páramo no había sido tocado en el campo material sino en la dimensión espiritual, contacto regulado por las historias que se conservan en la tradición oral, esto lo refleja el hecho de que aún en algunas regiones de Cundinamarca y Boyacá existen relatos sobre lagunas bravas, ciudades luminosas en medio de lagunas, serpientes que vigilan los alrededores de las lagunas. Pensamiento que se traduce en acciones concretas de manejo pues en estos sitios el páramo se asume como un bien común y por lo tanto responsabilidad de todos. En nuestro pensamiento la salud del territorio es recíproca con la salud de nuestro cuerpo, mente y espíritu, esto mismo se cumple para el planeta, si desequilibramos nuestra relación con nosotros mismos y con todo aquello que nos rodea, esto se manifiesta en nuestro cuerpo, ésta es la causa de la enfermedad. En este sentido, la enfermedad del territorio es nuestra desintegración como especie humana con la naturaleza. Desintegración que se hace tangible en la ampliación de la frontera agrícola, la utilización de sustancias químicas tóxicas que envenenan el aire, el suelo y las aguas, la proliferación de gases no naturales que aumentan la temperatura e inciden en el cambio del clima y que son generados por las fábricas que surten con sus productos la demanda de las grandes ciudades. El problema de los páramos no es causa exclusiva de quienes fueron desplazados hacia ellos y forzados a sobrevivir allí, utilizando técnicas que no fueron enseñadas por nuestros creadores y mucho menos relatadas en los mitos, cuyas enseñanzas en calidad de hijos de este pensamiento, debemos continuar y plasmar en nuestra cotidianidad. Como consecuencia, el símbolo de lo que fluye y elemento vivificador, el agua, empieza a escasear. Así como se estanca en embalses para la generación de energía eléctrica, nos estancamos en medio de pensamientos y acciones fragmentadas porque aquello que recorre el cuerpo de la madre, las corrientes de agua, no cantan a la vida en medio de su fluir, de esta manera, las conexiones que se tienen que dar entre los distintos componentes del territorio no se dan, pues su canal natural está estancado, desviado, disminuido o contaminado.
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Si los bosques de niebla que son el siguiente cinturón en los círculos concéntricos han sido talados para la explotación de madera, la creación de potreros para la ganadería y búsqueda de mayor cantidad de tierra para sembrar cultivos homogéneos, desconociendo el principio sagrado en donde la vida es la conjunción y equilibrio entre cosas diversas y de naturaleza complementaria, ¿Cómo podemos esperar una integración entre éstos y los páramos? Estudios de las ciencias biológicas sobre las dinámicas de los ecosistemas plantean la integración, el diálogo, la complementación entre especies de flora y fauna de páramo y bosque altoandino, sugieren la creación de “corredores biológicos” que permitan el flujo de la vida, pero no tienen en cuenta otras dimensiones, desconocen aquellas cosas que le dan significado y fuerza a ese fluir de la vida, es preciso reorientar esta visión, pues ideas carentes de “espíritu” no trascienden en el plano material. Es imprescindible entonces conocer no sólo los impactos sociales y biológicos de un proyecto como el trazado de una carretera, la explotación de una fuente mineral, la instalación de redes eléctricas, el embalse y cambio de curso de las aguas, etc.; sino es fundamental conocer las implicaciones que ello conlleva en la dimensión espiritual, pues este tipo de actividades desequilibran las fuerzas que armonizan el mundo. La atención de las leyes y programas que busquen la recuperación de los páramos, no sólo se debe enfocar en la transformación de las prácticas de los grupos locales que inciden de manera negativa pero parcial sobre el principio de los páramos, sino que además se debe poner especial cuidado a lo que ocurre en los distintos anillos que rodean el centro, el origen, tales como las fábricas que emiten gases tóxicos, pues éstos también son factores que están acorralando y presionando sus límites.
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Invitación Somos concientes que no estamos solos, que aisladamente no podemos devolver el equilibrio a nuestra madre naturaleza, a través de este documento los invitamos a retornar unidos al seno de la madre, cada cual haciendo lo que le corresponde desde el saber y la fuerza que le han sido legados por sus antepasados. Como la madre Bagüe dio a sus hijos un alimento distinto para que cumpliera una función particular en la creación del mundo y organización del pueblo Muisca, así mismo los diferentes saberes, entidades públicas, organizaciones no gubernamentales, sin perder su naturaleza individual, deben conjugarse desde sus competencias para armonizar la madre. A los Muexa o gente, que somos todos, nos corresponde garantizar el equilibrio individual y del territorio.
LITERATURA CITADA Rozo, J. 1998. Relatos de la antigua Bacatá. Ediciones Naidí. Bogotá. Colombia.
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Hugo Portela - Guarín
EL PENSAMIENTO DE LAS AGUAS DE LAS MONTAÑAS Por Hugo Portela - Guarín
RESUMEN En este artículo se pone en evidencia la trascendencia que tiene el agua para las comunidades andinas del suroeste colombiano en la comprensión y explicación del mundo. En sus cosmovisiones se refleja la diversidad de clasificaciones (según sus energías), producto de un conocimiento íntimo del medio ambiente; también se bosquejan las relaciones de respeto con una naturaleza vivificada que tiene energías y poderes percibidos en los fenómenos atmosféricos o en su antropomorfización, a su vez poseedores de la doctrina que tiene que ver con la ética y la normatividad cultural.
INTRODUCCIÓN Afortunadamente, en los foros mundiales interesados en la meta futurista de la planificación mundial la problemática del agua ha sido abordada mediante análisis y discusiones en las que se exigen tratamientos futuros distintos que, además de medidas tecnológicas, involucren las experiencias centenarias de los pueblos en el manejo de los ecosistemas frágiles, fábricas naturales de agua. Si estas se tuvieran en cuenta en el diseño de estrategias de acción se podría frenar el desequilibrio en la disponibilidad de aguas potables superficiales o subterráneas. En el suroeste de Colombia, en la estrella fluvial que, como un gran corazón, distribuye el vital líquido por gran parte del territorio y en zonas aledañas de gran riqueza acuática se encuentran las comunidades guambianas, paeces, coconucos y yanaconas que están en condiciones de hacer grandes aportes en este sentido, gracias a su convicción de que lo esencial no es sobrevivir sino perdurar. Esta convicción está guiada por una cosmovisión en la que el agua ha sido de gran importancia en la búsqueda de la compresión del mundo, en tanto líquido esencial cargado de virtudes y energías que los ha convertido en fieles guardianes de la naturaleza. Para cada uno de los miembros de estas comunidades relacionarse étnicamente con su medio geográfico es convertirse en él; su razón de ser sólo se encuentra en armonía cuando ha comprendido en sus propios términos lo que la naturaleza significa en sus vidas. Por eso, perdurar es equilibrio, armonía y bienestar y en su búsqueda es necesario poner en práctica, en la cotidianidad, la ética comunitaria (normatividad cultural) que guía la conducta individual, social y de relación con el entorno como sistema global de pensamiento, producto del ejercicio de aprehensión y significación que se hace del cosmos para entenderlo, explicarlo y proyectarlo en las formas de relación intercultural. La normatividad cultural es socializada permanentemente por los hombres sabios morobik (guambiano), thë’wala (páez), macuco (coconuco), curandero o yerbatero (yanacona) a través de los rituales («ofrecimientos», «refrescamientos», «sahumerios» y «limpiezas»), siempre colectivos y sociales.
EL ESPACIO VIVO DE LA VIDA: LA TIERRA La tierra, el entorno, la naturaleza, es una mujer y las plantas, los animales, el agua y los fenómenos atmosféricos (entre otros) son manifestaciones vivas con las que se establecen relaciones de amistad respetuosa en la permanente búsqueda de la armonía y el bienestar
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social. El cuerpo de la madre tierra lo componen, fundamentalmente, tres partes: “el mundo de arriba”, “el mundo de abajo” o inframundo, y uno intermedio o “este mundo”. En ellas se distribuyen el poder y la fuerza, razón de la existencia de territorios “sagrados” (bravos, salvajes, incultivados) y “no sagrados” (mansos, domésticos y cultivados), sitios de imágenes y encantos, sitios de la génesis etnocultural en los que viven los muchos dueños que cuidan la madre tierra y propenden por su armonía y equilibrio. Un ejemplo de esa distribución es la relación entre lo frío y lo caliente como expresión de la energía que mantiene viva la tierra desde su constitución más dura (roca) hasta la líquida (agua), pasando por diversidad de estados transitorios (pantanos, barros, tierra).
El mundo de arriba Este es el mundo de lo genésico, de lo creador; en él flotan las “sombras”, “los espíritus”, energías que alguna vez estuvieron materializadas en “este mundo”, en forma de personas, animales y plantas, y que son sentidas por los sabios; ocasionalmente, se manifiestan a través de fenómenos de la naturaleza que, inicialmente, son interpretados por estos y hacen parte de la gran semiología de la cultura. Los testigos más evidentes y tangibles de la energía cósmica y su regulación son los seres celestes: el sol, las estrellas y la luna.
El mundo de abajo, el inframundo El mundo de abajo es lo que no se ve porque está bajo la tierra; en él hay agua y se puede acceder a él a través de cuevas en la tierra (entre los yanaconas, urco significa cerro con cuevas que conducen a lagunas subterráneas), huecadas o depresiones (localizadas en las partes mas bajas de la topografía pero, también, en las partes altas por donde brota agua), ojos de agua, nacimientos y lagunas.
Este mundo Desde una perspectiva geomorfológica puede decirse que “este mundo” ha sido moldeado por la intensa actividad volcánica y los fuertes movimientos tectónicos. Según el pensamiento andino la movilidad de “este mundo” es causada por los seres del “mundo de abajo” o inframundo. Cuando estos seres, encargados de “sostener el mundo”, mueven partes del cuerpo o su totalidad para apaciguar el cansancio producido por la misma posición causan los fuertes movimientos o temblores; también se mueven bruscamente en manifestación de «desagrado» por los inadecuados comportamientos que los hombres y mujeres asumen con «este mundo» y, en ocasiones, expulsan sus fluídos corporales causando avalanchas e inundaciones. Así se han moldeado montañas que dan origen a climas frío húmedo y muy frío húmedo (páramo), pie de laderas con planos inclinados y ondulados, valles glaciales con formas plano cóncavas y ligeramente inclinadas, colinas con relieve ondulado con cimas amplias y ligeramente planas y superficies aluviales caracterizadas por la formación de meandros y pequeñas vegas (IGAC 1982). Los suelos de las montañas se han originado a partir de materiales geológicos muy variados: sedimentos volcánicos (cenizas) y depósitos glacifluviales, poco estructurados y limitados por roca, de buenas características físicas pero de baja fertilidad natural por su alta acidez, bajo contenido de fósforo y altos niveles de aluminio, por lo que no son aptos para
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explotaciones agropecuarias; su vocación se orienta a la regeneración espontánea, protección de vida silvestre, protección y conservación de fuentes de agua. Los valles glaciales presentan suelos originados de dos maneras: (a) a partir de cenizas volcánicas, caracterizados por ser profundos, de buen drenaje y buenas propiedades físicas; y (b) a partir de sedimentos orgánicos vegetales, caracterizados por ser superficiales, pobremente drenados y de malas propiedades físico-químicas. Este último tipo de suelo forma una especie de «colchón» o «esponja» de gran fragilidad, con numerosas asociaciones vegetales de especies gramíneas, principalmente, en las que se acumula gran cantidad de agua que convierte al suelo en un verdadero reservorio o fábrica de agua. Estos suelos son, en general, de baja fertilidad. Los aspectos geomorfólógicos y climáticos determinan la formación de numerosas lagunas, como las de la Magdalena, Cusiyaco, Santiago, Ortiz, El Buey, Ñimbe, Piendamú, Páez y Juan Tama. Algunas de ellas dan origen a las cuencas de los ríos Cauca, Magdalena, Caquetá y Patía, considerados entre los más importantes del país. Esta característica hace conocer a esta gran región del suroccidente como la Estrella Fluvial Colombiana. En la cosmografía guambiana, páez, coconuco y yanacona “este mundo” es “bravo” y “manso”, haciendo alusión a atributos de la vida y a particulares comportamientos de los seres vivos. Cuando dicen que “este mundo es vivo y da vida” le conceden la calidad de ser vivo, de manera tal que los hombres y las mujeres instauran con él una relación de ser vivo a ser vivo, como de “hijos a madre”.
Bravo, salvaje, incultivado Los bosques, las altas montañas rocosas y/o cubiertas de hielo (nevados), los páramos, los abismos, los cañones, las «huecadas», las lagunas, las chorreras o cascadas (caídas de agua desde peñas de aproximadamente 200 m de altura, como las de Alasana y Auca, que caen al cañón del río Guachicono), las cuencas de los ríos, los ojos de agua, en general todas las fuentes de agua, se ubican en los territorios bravos, salvajes, incultivados, no domesticados y sagrados, concebidos como morada de seres míticos o dueños de la naturaleza, portadores de poder y lugares de origen en los que se regenera la fuerza vital. En ellos la naturaleza reacciona ante la presencia de personas desconocidas. “Allá se defiende la misma naturaleza y las lagunas son las encargadas de defenderla, haciendo poner bravo al páramo” (voz yanacona). Es difícil establecer una delimitación clara entre los espacios clasificados como sagrados y los salvajes, puesto que conservan en común una escasa intervención humana, la norma de no construir habitaciones sobre o cerca de ellos y puesto que se les atribuyen poderes positivos y negativos especiales. Los modos de utilización observados permiten pensar que una diferencia fundamental se encuentra en que, siendo ambos espacios de mucho respeto, los sagrados son significados positivamente como lugares para el saber chamánico, como morada de los ancestros, como lugar de origen de los héroes culturales (en los que existe una socialización que invita a acceder a ellos mediante rituales especiales), mientras en los salvajes el respeto se torna más en temor y sus significados más en el sentido de siempre evitarlos, restricción que no incumbe a los morobik, thë’wala, macucos y curanderos (“médicos tradicionales”). Esta forma de clasificación de espacios que, por un lado, invitan al acceso y, por otro, lo evitan,
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contiene implícita la valoración de que, a pesar de las diferencias de apropiación, deben conservarse, tal como lo expresa la clasificación que diferencia los espacios cultivados y los no cultivados (Gómez & Portela 1993). Estos espacios son extremadamente fríos. Sin embargo, esta categoría de frío difícilmente puede ser homologada únicamente con el concepto de temperatura que conocemos; más bien, corresponde a una definición de las culturas andinas en las que todo lo que significa pérdida o falta, se relaciona con frío. Es en estos espacios donde las personas pueden perder energía, pueden perder espíritu. En la cosmovisión elaborada a partir del diálogo recíproco seres humanos-naturaleza, circulan categorías presentes en los ciclos de la naturaleza como expresiones vitales de los seres y las cosas. Entre ellas se diferencian «hielo», «fresco», «espíritus», «virtud», «poder», «pta’ndz», que hacen referencia a la trayectoria y la circulación de energía. Frío y calor, especialmente, expresan un sistema dialéctico en el que, aunque denotan estados opuestos y complementarios, son interdependientes y constituyen una unidad. Estas categorías han sido tratadas en la literatura antropológica como expresiones cualitativas de los fenómenos: “no tienen relación con la temperatura, cuando menos no en los términos de correspondencia forzosa” (López 1975). Pero los hombres sabios diferencian en su cateo (“escucha sensorial” o alucinación, “ver”, “conocer”, como especialistas de la sensopercepción) variaciones de circulación energética. En esta perspectiva, las categorías obedecen a una lógica de lo sensible y deben analizarse en los contextos históricos, sociales, culturales y geográficos de las comunidades. Las manifestaciones de frío y calor, con sus pérdidas y excesos, como no-vitalidad y vitalidad, en todo los aspectos que conforman la cosmografía indígena (incluido el cuerpo humano como naturaleza y su proyección), son reconocidos como «las señas». Se puede afirmar que éstas tienen que ver con la energía cósmica del mundo andino y que, tanto en sus manifestaciones como en sus significados, participan de los fenómenos de la naturaleza y de los aspectos de la sociedad. En el territorio “bravo, salvaje e incultivado”, “no entran los cristianos” (entiéndase como imposibilidad de establecer casa permanentemente). “Son sitios en los que las personas poco caminan” y si quieren caminar deben hacerlo “en silencio, no reírse duro, hablar pasito y no caminar tan rápido, ni gritar”, acompañadas del médico tradicional que va conversando y concertando con los dueños de la naturaleza que él ve gracias a la agudización de los niveles de sensopercepción alcanzados por el mambeo de coca o la ingesta de plantas medicinales que le permiten la comunicación con la naturaleza. Otras alternativas para lograr el permiso de acceso tienen que ver con la realización de los rituales de ofrecimiento y refrescamiento, previamente a los recorridos. La fuerza vital de “este mundo” adquiere múltiples apariencias (personajes antropozoomorfos y animales desproporcionados como culebras, patos, truchas, perros, cerdos y dantas que, además, lanzan fuego por la boca) y variadas nominaciones (jucas, mohán, duende o duenda, puma, madre agua, madre monte o soledad de monte, diablo, viuda, guando, pantasma, kuiche, tata wala). La naturaleza toma cuerpo viviente y los seres se vuelven animales,
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fenómenos atmosféricos o personas que guardan ciertas reverencias, normas, limitaciones; en ellas actúa la cultura como sensibilidad psíquica, producción técnica, artística, reflexiones cognitivas y relaciones sociales. Para yanaconas y coconucos el sorpresivo e inadecuado encuentro con estos personajes de la naturaleza produce la enfermedad del “mal viento” o “susto” por pérdida del espíritu o energía personal. Entre paeces y guambianos las personas afectadas por “las visiones de los espíritus” sufren dolores profundos acompañados de fiebres y escalofríos “hasta caer en la cama”; “a otros les dan ataques y se caen, chillan como el venado y se quedan privados”. Los espacios salvajes son, generalmente, las partes más altas de “este mundo”, en donde se logra la comunicación con el “submundo”; es decir, son espacios de contacto. Mientras en el “submundo” reposa la fuerza vital en las partes altas de “este mundo” aflora en sus múltiples manifestaciones a través del agua depositada en los mares subterráneos sobre los cuales navega “este mundo”. En estos espacios viven y afloran los ancestros, los “antes de dios”, los “pijaos”, “los que nos antecedieron”, “los antiguanos”, llegan los espíritus de los muertos, incluidos los indígenas no bautizados o “aucas”. Allí se encuentran los que no se dejaron bautizar y prefirieron enterrarse con sus pertenencias y los niños que mueren sin el bautizo, los “no cristianos”. En el mundo páez existe la enfermedad de “cacique” asociada a “los entierros de los antepasados”. Algunos hablan de tumba de pijaos, etnia enemiga de los paeces; otros hablan de “nuestros abuelos”, de los que rehusaron bautizarse y prefirieron “enterrarse vivos”. Esos restos arqueológicos transmiten enfermedades a los vivos. Por lo tanto, deben ser sacados y debe hacerse “la limpieza” correspondiente. Otro “espíritu” que habita las partes altas, las lagunas, los páramos, los volcanes y las partes retiradas en el mundo yanacona es jucas, el dueño de lo silvestre; en algunos sectores del Macizo es el mismo mohán, que controla a los pescadores y cazadores. “Si las personas hacen una determinada actividad, por lo menos ir a truchar con demasiada frecuencia o ir a cazar, surge este espíritu que controla esta situación” a través de visiones (sueños) de advertencia del castigo que se hará efectivo si no cumplen con las normas culturales relacionadas con la extracción de recursos porque su exceso niega oportunidades a otros comuneros; esos recursos tienen un dueño. Además del jucas, que se encarga de los animales y de los territorios, están “sus colaboradores”, encargados “del control social para que no haya una desmedida en las cosas”. La duenda o puma, compañera de jucas, es soñada como una mujer hermosa con senos muy grandes que engaña a los niños, a los hombres solteros y a los que permanecen mucho tiempo en lo caliente y atrae a los caminantes que andan por los páramos. El duende se encarga de los niños muy juguetones y los controla haciéndoles maldades; los muy enamorados son controlados por la duenda y el guando (que es un espanto), que “controla para que la gente no camine mucho por la noche”. En los páramos también se encuentra la viuda, colaboradora de la duenda para controlar a los muy mujeriegos. En los páramos, además, se reúnen las brujas. Como dicen los yanaconas e Río Blanco: “...la sociedad blanca dice que es mito y leyenda, pero para nosotros no, la gente blanca no valora... viendo que eso no es mito, es la realidad”.
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Para los coconucos la “madre agua” (que se manifiesta como una gran culebra o una hermosa mujer) es la dueña de las lagunas y los peces que viven allí y son frecuentes los cuentos de pescadores avisados por ella; contravenir sus normas produce escalofríos y sudor frío. También existen “la madre monte o soledad de monte”, que reina lejos del llano y de la huerta, es la dueña de las plantas silvestres y esconde o posibilita a los macucos el encuentro de las plantas medicinales; “ella pierde su dominio cuando los humanos modifican la vegetación de una zona”. Para el mundo andino caucano en estos sitios siempre está el duende, relacionado con el arco iris y que vive, preferencialmente, en barrancos, quebradas y pantanos. Antes de ingresar a estos territorios para recorrerlos o extraer parte de sus recursos el páez realiza previamente los rituales de refrescamiento y ofrecimiento al duende que tienen como propósito reiterar normas relacionadas con el uso racional de los recursos y las acciones de reciprocidad. Si no se hacen los rituales el duende se puede “enojar” y causar daño a la persona que no los practica. Entre los guambianos, el pichimisac es el habitante de los espacios sagrados, “una especie de dios que tenemos”; lo diferencian del duende (antropomorfización de jucas, el trueno y los espíritus mayores de las otras comunidades indígenas) y lo consideran como un hermano “para nosotros; él es el que aparece, él nos indica si va a ser bueno o si va a ser malo; es una especie de dirigente”. En los territorios sagrados se gesta la sabiduría; en ellos reposan el poder y la doctrina y moran los héroes culturales que hacen historia con la gente para, posteriormente, regresar al seno de la laguna desde donde continúan siendo fundamento de la vida social, la cultura y la etnicidad. La concepción sobre el agua “detenida” y almacenada en las altas lagunas, asociada con piedras, peñascos y rocas, como fuente de vida, poder y saber, se encuentra difundida en estas comunidades indígenas y en toda la región andina y evoca los lugares de origen de los seres humanos, de los pueblos. El territorio sagrado, de acuerdo con Polia (1988), es una interpretación nuestra de lo que piensan los indígenas sobre los espacios “encantados” y “poderosos”. En español la nominación “sagrado” expresa, parcialmente, el significado que ellos atribuyen a estos espacios y se alterna con el uso de términos como “virtudes” y “espíritus”, que son “las fuerzas de los genios tutelares de los lugares, siendo incumbencia del curandero evocar la virtud de los lugares y volverla activa” (Polia 1988).
Manso, doméstico, cultivado Geomorfológicamente este territorio se ubica en dos unidades fisiográficas: las superficies de colinas con suelos originados en cenizas volcánicas y las superficies aluviales. Las primeras están afectadas por solifluxión, deslizamiento y acumulaciones; son de buenas cualidades físicas con limitaciones en sus características químicas, como lo son todos los suelos originados en cenizas volcánicas. Las superficies aluviales se presentan, básicamente, en la formación de vegas y tienen suelos de profundidad variable pero generalmente superficiales debido a la presencia de afloramientos rocosos. Presentan buen drenaje, pero reacción fuertemente ácida; se pueden utilizar para la protección de la vida silvestre y algunos cultivos de pancoger.
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Las comunidades andinas poseen sus propios conceptos sobre el ordenamiento cronológico: diferencian los ciclos climatológicos (régimen de lluvias, de secas), las temporadas de actividad, las de contemplación y, haciendo parte de éstas, también los tiempos de los ancestros y los seres espirituales. En consecuencia con ese ordenamiento desarrollan sus actividades cotidianas y la agricultura: preparan los terrenos e incluyen la deforestación cuando las necesidades lo exigen, siembran, deshierban y cosechan los cultivos (plantas domesticadas), constituyéndose esta actividad en un proceso de “amansamiento” de “este mundo”. En el territorio “manso y doméstico” se cultiva y se “siembran las personas al territorio”. Después del nacimiento de los niños las placentas deben ser “sembradas” bajo las tulpas del fogón, en el espacio donde ocurre el parto, con el propósito de que la mujer no reciba frío; lo que sucede a la placenta puede suceder a la madre o al recién nacido. Si la placenta se siembra fuera de la vivienda sin remedios calientes y en un ambiente húmedo la madre y el niño pueden ser atacados por el frío. En cambio, dentro de un ambiente fresco no se correrá ese riesgo: la placenta sigue estando unida, simbólicamente, a la madre y al niño; lo que le suceda repercute en ambos. En el proceso de adecuación de terrenos para la agricultura se reduce lo salvaje, a la vez que, al deforestar, se aleja más la montaña. Poco a poco se reducen los espacios de poder, se domestica y se desacraliza. Este es el procedimiento más usual de “amansamiento” del territorio. También lo salvaje se hace cristiano a través del bautizo. En la búsqueda del equilibrio el frío extrae calor aumentando el frío; el calor, en la búsqueda de equilibrio, extrae frío aumentando el calor. Por eso las personas deben estar «frescas» o «refrescadas» (léase equilibrio entre frío y calor), estado que se logra permaneciendo en las alturas medias; es allí donde se encuentran los espacios cultivados y domesticados, permitiendo la vida al indígena en un asentamiento permanente con sus cultivos de fríjol y maíz, productos básicos de la alimentación, y con sus animales domésticos.
El paisaje mítico andino El cosmos de los guambianos, paeces, coconucos y yanaconas se concibe como una estructura en la que, armónicamente, se dispone la multiplicidad de elementos igualados u opuestos que la componen. Es como una escritura en la que, además de leerse una señalización y una orientación, también se leen las relaciones con la historia, los antepasados, los ancestros, sus “deidades” y “héroes culturales”, a la manera de un entramado de signos y significantes basados en referentes concretos que ven y sienten todos los individuos y sin los cuales no habría significado. El territorio de las comunidades indígenas en mención se encuentra mayoritariamente dominado por el agua y el bosque y se caracteriza por condiciones topográficas agrestes. En esas comunidades prima una cultura rica en principios de clasificación y diferenciación que, operacionalizados, permiten el desarrollo humano y le dan sentido a su vida y a su etnicidad. Esos grupos han descubierto en la naturaleza la energía que, como un mundo espiritual, les sirve para soportar y vitalizar su cultura. Por esta razón las sociedades indígenas han podido establecer relaciones armónicas con el medio ambiente.
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En su cosmografía los tres mundos configuran, a la manera de una red, la unidad del espacio-territorio que da sentidos particulares a los diversos mundos; estos adquieren todo su sentido sólo en sus múltiples relaciones a través del discurso especializado que tejen el morobik, el thë’wala, el macuco y el curandero en sus prácticas rituales. Los tres mundos se encuentran conectados y articulados, constituyendo una unidad territorial y entre sus fronteras se hallan los espacios de mayor poder y espiritualidad. La frontera entre “este mundo” y el de “arriba” o entre “este mundo” y el mundo de “abajo” la constituyen los bosques, las altas montañas pobladas de vegetación o con afloraciones rocosas y/o cubiertas de hielo: los nevados, los páramos, los abismos, los cañones, las huecadas, las lagunas, las chorreras o cascadas, las cuencas de los ríos, ojos de agua y toda fuente de agua. Es así como la asignación espacial arriba, medio y abajo no tiene que entenderse siempre en sentido literal. El eje en torno al cual giran los tres mundos está constituido por la producción del saber– poder que nace de la relación trueno-ancestros-lagunas: el trueno (antropomorfizado en pishimisak, duende, pantasma negra y jucas), terrestre y celeste a la vez, se erige como poder y sabiduría desde el centro de las altas lagunas; los ancestros, desde el fondo de las lagunas, son conocedores del mundo, héroes culturales encargados de la socialización de la normatividad cultural; y las lagunas son las fuentes de vida. Por eso los hombres sabios que han recibido su poder y sabiduría se desenvuelven en los tres mundos, recuperan y recrean su unidad, los recorren permanentemente, física y/o mentalmente. Formando parte de los tres mundos y circulando bidireccionalmente (izquierda-derechaizquierda, abajo-arriba- abajo) están el frío y el calor, cuyo equilibrio (los no excesos de frío o calor, lo «fresco») surge del uso social que hacen los indígenas del territorio a partir de su clasificación, interpretación y operacionalización a través de normas. En esta perspectiva «lo bravo», «hieloso», «pta’ndz», «auca», son categorías que en los universos indígenas indican, recuerdan y anuncian la amenaza potencial porque son estados de desarmonía; cuando las personas los sienten suponen que hubo ruptura del equilibrio y que, por lo tanto, son la materialización de la sanción. La verticalidad de los tres mundos en la cosmografía indígena es una unidad. En su horizontalidad esa unidad se encuentra diferenciada en dos secciones, una izquierda y una derecha, articuladas por un punto central, indicador del equilibrio, la armonía y el bienestar. Al hacer una extrapolación al cuerpo humano también encontramos una sección izquierda y una derecha, con la coronilla como punto central marcador de equilibrio. Esas secciones quedan en evidencia cuando se disponen, material y simbólicamente, los elementos que constituyen la parafernalia para los rituales de limpieza y refrescamiento. Al lado izquierdo están las señas que indican bienestar, la energía «positiva»: el sol, el páramo, lo salvaje, los ancestros, el trueno, las plantas bravas, los animales de sangre caliente, el morobik, el thë’wala, el macuco, el curandero, el río que corre de derecha a izquierda sacando la suciedad (el mal) del territorio. Al lado derecho está la luna, las plantas frías, el médico que no trabaja bien, la seña que indica no-bienestar, el exceso de lo bravo, hieloso, pta’ndz, auca, algo así como la energía “negativa”. El trueno es el habitante del centro de las lagunas, la expresión del poder, la fuerza y la sabiduría. Los que se inician como macucos van al encuentro con la «pantasma negra» en las
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altas y frías lagunas, invocándola: es el trueno, el espíritu de la tempestad, del saber, del poder. En las partes altas (dicen los indígenas) es donde más caen los rayos, “buscando las guacas” o entierros precolombinos. Los taitas, los morobik, van al encuentro con el “hermano” trueno en las partes altas, como en la laguna de Piendamú, donde, antropomorfizado como pishimisak, “gran dios”, imparte las enseñanzas. Entre los paeces la persona que ha sido cogida por el trueno (“que ha sido juetiada por el trueno”) y ha sobrevivido es seña de que puede ser thë’wala porque se contamina del poder del trueno, que sino mata, da poder de vida. El trueno pasa de dador de poder y sabiduría a guardián de la norma por medio de su antropomorfización en pishimisak, duende y jucas que se desplaza por estos territorios (“siempre está el duende”, “tienen duende”); es por eso que para adentrarse en esos territorios, para recorrerlos o extraer parte de sus recursos, cada persona debe realizar previamente rituales de refrescamiento y ofrecimiento al trueno con el propósito de reiterar normas relacionadas con el uso racional de los recursos y las acciones de reciprocidad. A través de las visiones y los sueños el duende encausa al individuo en la búsqueda de sabiduría y poder: poder como capacidad de conocer, sabiduría como capacidad de orientar la vida colectivamente y en equilibro con la naturaleza. Cuando se revela como un hombre muy adulto con su jigra llena de plantas medicinales le indica a la persona que lo ve que será «medico tradicional» y que debe ir en busca de un thë’wala para que lo encamine en la búsqueda de los secretos y conocimientos páez relacionados con la etnoecología, la etnobotánica, la cosmografía, es decir, la cosmovisión (sustento de la ética), la normatividad y la tradición cultural. El arco (iris) vive en las orillas de las lagunas pero se desplaza desde allí a todos los lugares del territorio en los que existe agua: ríos, quebradas, ojos de agua y charcos. El arco es el puente entre los espacios sagrados-salvajes y los no sagrados-cultivados pero, a la vez, como fenómeno celeste, produce relaciones entre “el mundo de arriba” y “este mundo”. El arco, moldeado por el sol a través de los cristales de la llovizna, puede causar irritaciones en la piel a las personas que se dejan lloviznar (“miao de arco”), a manera de ronchas, vesículas, máculas y prurito. El arco puede hacerles “botar familia” a las mujeres embarazadas que no se guardan en su casa cuando está presente.
EL AGUA, LÍQUIDO PRIMORDIAL El agua es vida, da vida, es madre creadora, es líquido primordial, es genésico, está en todas partes y en muchas formas, tiene sus guardianes, “sus dueños”, quiere ser de todos, no se puede mezquinar, se puede sembrar y, sino se cuida, se puede secar, quedando las comunidades sólo en el recuerdo de la historia. A continuación afloran las reflexiones que hacen los guambianos, paeces, coconucos y yanaconas sobre el agua en sus propios términos. Así, nos zambullimos en el líquido primordial con las percepciones que los miembros de estas comunidades tienen de él y de sus múltiples relaciones.
El agua, madre creadora Para los guambianos: “Primero era la tierra y las lagunas... grandes lagunas”. La mayor de todas era la de Piendamú, en el centro de la sabana, del páramo; como una matriz, como un corazón. El agua es vida. Primero era la tierra y el agua. El agua no
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es buena ni es mala; de ella resultan cosas buenas y cosas malas. El agua es vida, nace en las cabeceras y baja en los ríos hasta el mar y se devuelve, pero no por los mismos ríos, sino por el aire por la nube. Allá arriba con la tierra y el agua, estaba él-ella. Era el pishimisak, que también ha existido desde siempre: todo blanco, todo bueno, todo fresco. Del agua nació el arco iris que alumbra todo con su luz; allí brillaba, el pishimisak lo veía alumbrar. Dieron mucho fruto, dieron mucha vida. El agua estaba arriba, en el páramo. Abajo se secaban las plantas, se caían las flores, morían los animales. Cuando bajó el agua, todo creció y floreció; retoñó toda la hierba y hubo alimentos aquí. Era el agua buena. Antes en las sabanas del páramo el pishimisak tenía todas las comidas, todos los alimentos, el-ella, es el dueño de todo. Ya estaba allí cuando se produjeron los derrumbes que, arrastrando gigantescas piedras, formaron las guaicadas... Pero hubo otros derrumbes. A veces el agua no nacía en las lagunas, para correr hacia el mar, sino que se filtraba en la tierra, la removía, la aflojaba y entonces caían los derrumbes. Estos se produjeron desde muchos siglos adelante, dejando grandes heridas en las montañas. De ellos salieron los humanos que eran la raíz de los nativos. Al derrumbe le decían pikuk, es decir, parir el agua. A los humanos que allí nacieron los nombraron los pishau. Los pishau vinieron de los derrumbes. Llegaron en las crecientes de los ríos. Por debajo del agua venían arrastrándose y golpeando las grandes piedras. Por encima de ellas, venían el barro, la tierra; luego el agua sucia. En la superficie venía la palizada: ramas, las hojas, los árboles arrancados y, encima de todo, venían los niños, chumbados. Los anteriores nacieron del agua, venían en los restos de vegetación (shau) que arrastra la creciente. Son nativos de aquí, de siglos y siglos. En donde salía el derrumbe, en la gran herida de la tierra, quedaba olor a sangre…”(Cabildo del Pueblo Guambiano 1994). El agua es fuerza vital que quita y da vida, transforma la vida: “se revolcaba la tierra” y “paría el agua” aflojando la tierra, produciendo derrumbes y avalanchas, “salían los que estaban abajo”: las personas primigenias y, luego, los caciques. El agua “se filtraba de la tierra”, procedente del “inframundo” subterráneo y acuático. Se inundaba “este mundo” con lo “salvaje”, lo “bravo”; se “volteaba” llevándose a la gente de “este mundo” y trayendo a “los nuevos”. Los yanacona dirían: “como para volver a empezar”; los paeces: “como recién casados”.
El agua está en todas partes El agua de muchas formas y colores, con sus virtudes y energías, circula por toda la cosmografía indígena, desde el inframundo subterráneo que sustenta la tierra, aflorando en su periferia (el nevado, el páramo, las lagunas, los ojos de agua, viajando por los ríos, en las partes intermedias y bajas), hasta llegar al mundo de arriba en forma de nubes, moldeando el arco, produciendo truenos y rayos y, a través de la lluvia, regresando a su estado de reposo en el inframundo. Sus características físico-químicas la hacen maleable a las condiciones y transformaciones; es posible hallarla quieta y en movimiento; serena y “brava” o “arisca”; caliente en los manantiales; fresca y fría; dulce; salada; en estados líquido, gaseoso y sólido; pura; putrefacta; normal; y en los fluidos de los otros seres vivos como la orina, la sangre, el sudor, las lágrimas, la savia, los zumos, las diarreas.
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El agua está en todas partes porque el territorio de guambianos, paeces, coconucos y yanaconas tiene como base espacial un medio geográfico en el que predominan los ecosistemas frágiles de gran riqueza acuática. Sin embargo, los textos indígenas aseveran que por la presión sobre sus tierras y por la expansión de la frontera agrícola y ganadera, especialmente sobre el páramo, el agua poco a poco se ha alejado, “está desapareciendo”.
El agua y sus clasificaciones Aguas calientes, aguas curativas “Hay otra clasificación que hacemos de las mismas aguas, por el poder curativo y el nivel geográfico y hacemos un esquema como de regla de tres, decimos a más altura, más poder curativo, decía un compañero de nosotros, lo explicó en estas palabras ... si vamos a Pilimbalá o vamos a San Juan, allá todavía esos bosques son como un poco más vírgenes, podíamos llamar así, la gente ha entrado menos, entonces tienen mayor poder curativo, en cambio las partes más bajas tienen menor poder curativo es proporcional, el caso de Guarqueyó que ahora ya la gente ni va pues, algunos van pero por pasar el tiempo, ya inclusive le cogieron desconfianza porque en las partes de arriba contaminan una quebrada que pasa por allí y creen que es la misma agua” (voz coconuco). Aguas dulces y saladas “Y otra diferencia es de aguas dulces y aguas saladas en esta misma zona, decimos que las aguas saladas son no más del mar y tenemos algo comprobado en la zona de Pululó, en el trayecto que va de Tavío-Pululó-Cuaré, hay una parte que han hecho una especie de cueva y eso me pasó personalmente a mi ... allí se ve blanco ... cogí eso y lo probé y es sal ... entonces esa agua es salada y donde vemos la cueva está por hay a quinientos, setecientos metros, donde pasa el agua y el agua a la vez que es salada es tibia ... entonces uno puede afirmar que no sólo en el mar el agua es salada, que en esta zona hay un ejemplo” (voz coconuco). Aguas quietas pero en movimiento “En los ojos de agua, lagunas, riachuelos, ríos, quebradas, lagos, pozos, aljibes, cascadas, y en aguas termales, aquí dividimos aguas quietas y aguas en movimiento, las quietas pues son las lagunas los lagos, los aljibes, los pantanos y las ciénagas, en movimiento están las cascadas, los ríos, los riachuelos, las quebradas, los ojos de agua y las termales. Nosotros dijimos que las termales estaban entre aguas quietas porque en nuestro caso en Coconuco encontramos dos partes donde hay aguas termales, una que es agua hirviendo y otra que es agua tibia y se le denomina el salado, en esa región la agua está en un pozo, está quieta ahí, ella está en movimiento porque está saliendo, está buscando una forma de como expandirse y así mismo, es en la otra parte decimos que puede estar quieta y puede estar en movimiento, siempre está surgiendo y está surgiendo agua pero está en una sola parte...” (voz coconuco). El agua en calma y detenida en el inframundo y en las lagunas aporta vida. “Considerada como viva, y aunque no corra, es alimentada por el aguacero que es vivo” y por el
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afloramiento de las aguas subterráneas; aquí es donde se logra el contacto con el mundo primigenio, génesis del mundo indígena andino (véase el agua, madre creadora). Aguas en estado líquido Según la cosmovisión indígena el agua en estado líquido (brotando de los páramos; viajando por los ríos; putrefacta en los pantanos; en la llovizna; moldeando el arco y borrascosa en la lluvias; provocando rayos y truenos, fenómenos atmosféricos por cierto comunes y frecuentes en estos territorios) es sinónimo de voracidad de la naturaleza, debilita la vida y la puede consumir. Entre los inganos el agua corriente emana energía negativa “espiritualmente activa”, “muy celosa”, y es prohibida para los niños con el mal de espanto o susto y para las mujeres menstruantes, de dieta y de parto. En contraposición al agua detenida - vida según los paeces-las aguas corrientes en quebradas y ríos están contraindicadas para el baño de las mujeres menstruantes: “Como baja es agua misma, se encuentra con el arco, ese sino deja pasar la hemorragia, entonces hay que ir a buscar al thë’’wala, quien trata con plantas calientes” (CRIC 1991). La menstruación es un estado frío y las mujeres no deben acudir a ambientes fríos que puedan robar su espíritu y vitalidad. En estas situaciones las mujeres deben hacer un hueco al lado izquierdo de la casa: “En este tiene que bañarse y allí mismo lavar la ropa que ensucia durante la regla; algunas veces estos baños son acompañados de remedios dados por el thë’wala” (Portela & Pardo 1988). Los ambientes pantanosos deben ser evitados por las mujeres que recorren el territorio en estado frío o menstruando: “ese frío en esos barriales se hiela” (véase Agua en estado sólido). Para las mujeres inganas habría una sobreacumulación de humedad y las guambianas correrían el gran riesgo de ser atacadas por el arco, que reside en estos sitios: Mediante la llovizna se moldea el arco iris que vive y se desplaza por los territorios indígenas: lagunas, ríos, quebradas y charcos. Entre los totoroes el arco vive en los sitios fríos no cultivados y no intervenidos del territorio y sus manifestaciones se relacionan con enfermedades frías (Palacios 1990); se presenta en muchas formas, como persona, culebra o proyectado en el aire como un «chumbe» de colores. Entre los coconucos, además, es dueño de la vegetación (musgos y llamas de agua) que crece en los pantanos, morada del arco. Entre los inganos los embarazos indeseados y súbitos de las mujeres solteras son producto de la presencia del arco. Según los paeces el arco puede hacer “botar familia” a las mujeres embarazadas que no se guardan en casa. También causa ronchas, vesículas, máculas y prurito en la piel (“graneras”) y “picada de arco” a quienes se dejan lloviznar o reciben el rayo cuando el arco está presente (“miao de arco”); esta concepción de los indígenas andinos del Cauca también es extendida en todos los Andes suramericanos. Para los paeces el “ataque de arco” recae, primero, sobre los animales domésticos de la huerta a cargo de la mujer, cada uno de los cuales tiene su dueño entre los miembros del grupo familiar: “Al nacer un niño se le da un animalito (por ejemplo un perro, un pollito) para cuando se infrinja una norma para que el ataque del arco y del duende recaiga primero sobre el animal”. El agua cumple un papel esencial en los rituales de limpieza, especialmente el agua corriente; es por ello que los indígenas los realizan en las orillas de los ríos, donde se arrojan los “males” extraídos para sacarlos del territorio, alejando así las amenazas.
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Aguas en estado sólido “... lo sólido, hielo, escarcha, nieve y granizo. El hielo lo hemos encontrado en los picos del volcán Puracé, lo que es pico Coconucos, lo que es el volcán Sotará, escarcha siempre se ha encontrado en las mañanas en los... por los potreros, uno ve el potrero como si hubiera caído harto hielo y uno va y eso toca y eso se desvanece, la escarcha y el granizo es cuando la lluvia cae en forma de pepitas” (voz coconuco). En estado sólido el agua es el máximo exceso de frío y pérdida de calor, es hielo, es la muerte, concepto generalizado en el Cauca indígena: “Al morir una persona pierde totalmente su energía vital y es por eso que se habla de “hielo de muerto”. Entre los coconucos “el hielo” es una sobrecategoría utilizada para todo aquello que es causa de una pérdida de espíritu personal, incluídos los espíritus de la naturaleza; se habla, así, del hielo de agua, del monte, del pantano, de la peña... Está incluido todo lo que se relaciona con la muerte, como cadáver, velorio, entierro, guaca, todos los cuales causan aires” (Faust 1989). Pero no sólo la muerte lo emite; el nacimiento de un niño también, “porque el hielo se penetra en la casa” (voz Páez). Los caminos escarbados y barrosos son propicios para contraer hielo. Más que todo, las mujeres menstruantes, las parturientas y las que han tenido contactos con cadáveres deben evitar esos ambientes, así como los riachuelos, charcos de agua y lagunas. Las enfermedades así contraídas son imputadas al duende, ya que habita esos lugares. El hielo también está donde existen restos arqueológicos. Aguas en estado gaseoso El agua en estado gaseoso, formando nubes, puede presagiar, vigilar, testificar. Los nubarrones negros significan para los páez que hay acumulación de pta’ndz y presagian amenaza de conflictos interculturales, tensión social, olvido u ausencia de normas y rituales prescritos para el logro del bienestar comunitario. Entre los coconucos las nubes negras son la manifestación de la pantasma negra, espíritu causante de tempestad y aguacero que también puede tomar la forma de “perro negro peludo o gato negro”. Las nubes blancas, en cambio, testifican que los rituales de limpieza, de restauración del equilibrio y alejamiento de la amenaza (/pta’ndz/) han terminado. El cielo azul despejado es buen augurio, es buena seña, hay tranquilidad, hay armonía, aunque temporal. Los espíritus de los difuntos recientes que vigilan la dinámica social y cultural van al aire, a las nubes; el espíritu del difunto se proyecta en el territorio como vigilante, como amenaza. Aguas ariscas “... las aguas ariscas, ustedes algunos que han viajado mucho deben conocer que en el páramo de Letreros hay una laguna de Santiago sino estoy mal y sale una quebrada que como que va a depositar sus aguas al Magdalena y esta quebrada tiene la particularidad que si uno va a una gran distancia la quebrada está cayendo normalmente, si uno se apega a tratar de cogerla, inmediatamente el agua cae mucho más abajo y si uno va a cogerla allá vuelve a su cauce normal, entonces esa es la cuestión del agua arisca” (voz yanacona).
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Las aguas que no se dejan coger se asocian con las lagunas bravas y su dinámica tiene que ver con la reacción frente a personas que “desconoce”, extraños. Así como los lagos del páramo tienen su forma de asustar a los desconocidos que se les acercan también las chorreras y cascadas lo hacen, provocando inesperados movimientos o crecidas de agua.
Los guardianes del agua, «sus dueños» “Nosotros decimos: quien cuida las quebradas y los ojos de agua, son los duendes ... le decían a uno con miedo no vaya allá porque el duende lo coge y lo cuelga allá en la peña o en la quebrada de un solo cabellito, entonces uno ya sentía ... temor ... decía uno ya no debo ir a la quebrada y eso era como ... una manera de decirle a uno aprenda a cuidar la naturaleza, de pronto uno no lo tomó desde ese punto de vista sino que se le olvidó” (voz yanacona). “Personalmente, yo contaba que también el duende tiene parte en lo de los ojos de agua, no es ni monte, no es ni ninguna de esas cosas, sino que hay una casa cerca al pueblo, hay una casa y ahí nace, hay un nacimiento de agua, ahí nace el agua, y el duende ahí, a las seis de la tarde, los que viven ahí dicen: nosotros lo vemos lo sentimos, lo oímos, y les he preguntado ¿qué les hace? no pues ... él nos tira piedras, uno va a jabonar y ahí mismo nos tira piedras, uno se va a lavar la cara y ahí mismo le echa piedras, se va a lavar los dientes y le echa piedritas, le echa hojas, le echa ramas, le echa esas cuestiones y no hay ningún monte, ni nada sino que ahí nace al lado de un palo simplemente y el duende se la pasa ahí” (voz coconuco). “En cuanto al duende, pues por allá cree la gente, o tenemos el agüero de que el duende es el dueño del agua. En la quebrada de Putanga, cuando vamos sobre todo con los niños menores de cinco años, las mamás nos dicen o nos recomiendan que cuando salgamos de ahí tenemos que garrotiar las piedras ... porque los niños cuando van así a recrearse, ellos gritan, saltan, corren alrededor, entonces dicen estos padres que el duende se pone a jugar con ellos, entonces cuando uno se va ya para la casa, tiene que garrotiar las piedras y decirles los nombres de los niños, por ejemplo Libio, Carlos, para la casa Libio y se le da un fuetazo a la piedra, y eso es verídico, porque si uno llega a la casa y no hace eso al niño le puede dar fiebre y puede comenzar con síntomas de cualesquier enfermedad” (voz yanacona). El trueno, expresión de fuerza y sabiduría, se antropomorfiza en el duende y se desplaza por los territorios incultivados (páramos, bosques, ojos de agua, quebradas y cerca a los pantanos) como espíritu protector, vigilante de la normatividad. Para el mundo andino caucano en estos sitios está siempre el duende, tienen duende. Los indígenas totoroes deben “sahumarse” antes de ingresar a estos territorios para protegerse de la acción de los espíritus del entorno (Palacios 1990). Los coconucos y yanacona deben “cerrarse el cuerpo”, mientras que los paeces, para recorrerlos o extraer parte de sus recursos, deben realizar previamente un ritual de refrescamiento y ofrecimiento al duende que tiene como propósito reiterar normas relacionadas con el uso racional de los recursos y las acciones de reciprocidad. Si no se hacen los rituales el duende se puede “enojar” y causar daño a la persona que no los practica. A través de visiones y sueños el duende también emana sabiduría. Si en ellos el duende realiza labores como interpretar instrumentos musicales, labrar y sembrar la tierra, transmite
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sabiduría. Cuando se anuncia con la jigra llena de plantas medicinales es señal, para el individuo que lo ve, de que debe ir en busca de los hombres sabios para que lo guíen (con sus aliados el trueno, el duende o la mujer blanca o mona) en la búsqueda de los secretos y conocimientos relacionados con el ecosistema, la etnobotánica y la tradición cultural. La visión del duende para los morobik, los thë’wala, macucos y curanderos o sus iniciados es benéfica como personificación del trueno, gran maestro, simbolizado en el ajuar de la parafernalia ritual por la vara de chonta. Esta personificación puede ser peligrosa, sobre todo cuando la actitud del duende es de enojo, cuando “se pone bravo” porque se infringieron normas relacionadas con lo económico, social, histórico, ecológico y con los espacios incultivados o acuáticos que extraen, debilitan y consumen la vitalidad y el calor de la gente indígena. Donde surge el agua surgen los seres espirituales; donde está el agua viven los seres espirituales. Estos lugares, generalmente coinciden con los territorios “bravos, salvajes, incultivados” y estos seres son los guardianes de la naturaleza. El principal, común a los cuatro grupos en mención, es el trueno (pantasma negro, espíritu de la tempestad, jucas, pishimisak o diablo) que se manifiesta como un ser zoomorfo, antropomorfo o antropozoomorfo, según el contexto, la situación y su función social; la forma de su aparición está en relación con su rol en la naturaleza. Cuando se personifica al trueno como el duende (descrito como un hombre-niño pequeño con un gran sombrero y pies volteados, como guardián del agua y sus usos sociales) se dice que “atemoriza”. La realidad es que la persona que transgrede normas socialmente establecidas y resocializadas a través del mito y la tradición oral lo ve en actitud amenazante, “ve visiones de duende”, se atemoriza. Las visiones de duende logran su cometido: controlar. Hay espíritus que se zoomorfizan en la culebra o gran anaconda como la madre agua, que también se transforma en una hermosa mujer que, además, trastorna a quienes quieren aprovecharse en exceso de los recursos acuáticos. La madre agua se manifiesta de muchos colores en el arco iris y establece una comunicación entre “este mundo” y el “mundo de arriba”. También se encuentra la puma que regula con sus grandes senos la circulación del agua de acuerdo con sus estados de regocijo o furia provocados por los comportamientos de los seres humanos en relación con el manejo de las fábricas naturales de agua. Entre los guambianos se encuentran, además del duende, el trueno y el arco, otros espíritus del entorno como Pedro animal, que vigila el páramo, y mamarominga, que vive y cuida las lagunas acompañada del arco invisible y de su esposo, el señor viento. De no tener en cuenta las normas establecidas relacionadas con estos ambientes y sus espíritus pueden presentarse enfermedades clasificadas como frías: emparamar, empelotar, abortar y granos de la piel. Entre los coconucos existe la madremonte o soledad de monte, que reina lejos del llano y de la huerta; siendo la dueña de las plantas silvestres esconde o posibilita el encuentro de plantas medicinales. “Ella pierde su dominio cuando los humanos modifican la vegetación de una zona” (Faust 1988). Además, existen la madre agua, dueña de los ríos y lagunas con los peces que viven allí; la pantasma negra y blanca; el guando; y satanás, que vive en el volcán Puracé, con «la gente mala» ya enunciada.
El agua no tiene linderos, quiere estar con nosotros “El agua no tiene linderos, el agua quiere estar con nosotros, quiere ser para todos, quiere ser eterna ... el agua no la podemos olvidar, tiene que estar con nosotros, hoy mañana y siempre, para
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que podamos sobrevivir, porque el día en que se acaben los bosques, que se acaben las montañas, que pisemos el agua, que la dejemos pisar de los animales, que la ensuciemos, siempre viviremos enfermos, ese día moriremos y no sabemos si la culpa es de nosotros o de nuestros dioses que nos castigan por no cuidar a nuestra madre tierra y a nuestra diosa agua ...” (voz yanacona).
El agua no se mezquina “Resulta que acerca del agua había en la vereda donde yo vivo, que es Patía un nombre caliente en tierra fría, había un..., por cierto creo que algo tiene que tener de familiar mío, de apellido Quilindo y un señor llamado José, vivían por ahí a 500 m no más, pero el uno vivía en la parte más alta donde había harta agua, había ciénaga, bajaba agua inclusive, estamos al frente de donde ellos viven, del cerro Pusná (decía un compañero son los cerros tutelares de la zona), pero el hombre era muy hambriento, si hasta el agua la mezquinaba pues y maldadoso, y el hombre, el otro, el tal José, hizo un tanque inclusive para traer el agua para el sector donde él, porque era una loma por el lado de acá y el otro no lo dejaba en paz, no lo dejaba tranquilo, una vez le quitó la tapa como quitarle una tapa a una alcantarilla para echarle cosas, sólo para no dejar en tranquila paz al señor José, bueno resulta que como a los seis o siete meses las cosas cambian y eso es verdad, porque uno lo puede ir a comprobar ahora, él le siguió haciendo la guerra-, llamémosle así a los problemas entre los mismos de la comunidad más concretamente en esa zona, hasta que al fin le salió el agua en la esquina de la casa de él -entonces pues yo estaba muy pequeño y no lo recordaba bien y ahora último que estábamos tratando estos temas de salud y medio ambiente teníamos ese conocimiento y le averigüe de vuelta a mi papá como era el cuento- y le tocó que irse de allí como a 800 m hacia la izquierda, hacer otra casa porque allí no pudo vivir, ya el agua era en cantidades...creo que hasta nos deja una gran enseñanza, que no hay que mezquinar agua, de pronto le sale más o en el infierno le hace falta, si es que existe el infierno cuando estamos hablando de territorio” (voz coconuco).
El agua también se siembra, se seca y se resiembra “Toda esa parte plana era cubierta por una laguna, como la gente quería hacer sus casas y no tenía donde, entonces llamaron a los... a un médico tradicional a un macuco, lo llamaron y le dijeron no... nosotros queremos que nos quite la laguna de aquí sí, es que nosotros necesitamos vivir aquí y los macucos llegaron y la secaron, la quitaron de ahí y se la llevaron para otra parte. ¿Por qué se dice que se la llevaron para otra parte? Porque en una vereda, en un cerro que se llama el Canelo no existía esa laguna y ellos la cogieron, una culebra que era la madre de la laguna la llevaron y en esa otra, la sembraron en esa otra vereda” (voz coconuco). “En la cultura guambiana para conservar el agua los médicos más que todo los que saben más, sembraban un ojo de agua, me parece que en los años 40 o en los años 50, había una gran sequía por Guambía y se reunieron los que sabían más, los médicos que sabían más de eso y sembraron agua y hasta ahora esa agua hay, sembraron ojo de agua, hasta ahora ese ojo agua...no se como lo habrán sembrado ... el lugar se encuentra en el alto de Los Troches que se llama ... también hay lagunas sembradas, por ejemplo esa laguna se llama la laguna el Abejorral, la laguna de Mauembisu maoe: quiere decir abejorro, mbisu: el lago, o sea la laguna de abejorral...” (Voz guambiana).
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“Sí acerca de lo que refería el profesor lo de las plantas que de pronto indican si hay agua el nombre de esa plantica que le dan los indígenas donde vivo yo que es San Sebastián es ayabara; si la planta es pequeña indica que el agua está bastante profunda y si la planta es grande, entonces indica de que de pronto el agua está a menos profundidad” (voz yanacona).
El agua se resacraliza para que no se acabe Lo sagrado es susceptible de perder espiritualidad, de perder poder, se amansa; las fuentes de agua se pueden acabar, se van. Ante lo poco “enérgico” del duende en el cuidado de los ojos de agua, las comunidades yanaconas han optado, dada su fe y credibilidad en los santos cristianos, por resacralizar estos espacios con piedras benditas de los espacios de mayor sacralidad cristiana: “Que de la comunidad de Ríoblanco las personas iban al santuario de las lajas en son de visita... en son de romería, y de allá tomaban una piedrita de la roca donde está la virgen, la llevaban y la colocaban ahí (en el ojo de agua) en memoria de la virgen para que nunca se les fuera a secar el agua” (voz yanacona). “Actualmente, ahora (la gente de San Sebastián) se va al santuario de las Lajas y escoge una piedra y después la siembra en los ojos de agua para que no se seque y también siembra plantas nacederas, pero hay que sembrar con mucha fe” (voz yanacona). “Una leyenda o un mito es que alrededor de los ojos de agua los ancianos, los abuelos iban y sembraban un ombligo o un pupito de zapayo para que el agua no se secara de ese ojo” (voz yanacona).
AGUA-TERRITORIO-SALUD La aproximación a la realidad sociocultural de guambianos, paeces, coconucos y yanaconas de la región andina del suroccidente colombiano permite afirmar la existencia de un pensamiento andino sustentado en la particularidad de dos aspectos fundamentales: el control y manejo de pisos ecológicos (verticalidad y microverticalidad) y la concepción del proceso salud-enfermedad. La verticalidad parece ser la constante de un proceso instaurado a través de largos períodos de asentamiento que, además del aprovechamiento de gran variedad de productos agrícolas, ha permitido formas de aprehensión, significación y ordenamiento lógico del medio bajo las condiciones que sólo puede ofrecer esta abrupta topografía andina (Murra 1975, Oberem 1981). Este ordenamiento vertical, según Osborn (1985), va más allá del manejo agrícola, puesto que se relaciona con la concepción mítica: los desplazamientos corresponden a ceremonias que hacen parte de ciertos sistemas de creencias. Los indígenas caucanos andinos sitúan los lugares sagrados en las partes altas, con preferencia en los sitios con alta presencia de agua: montañas (nevados del Huila y Pan de Azucar; cadena volcánica de los Coconucos; volcanes de Puracé y Sotará); páramos (Guanacas, Las Delicias, Moras y Barbillas); estrella fluvial de Colombia; lagunas sagradas (Piendamú, Páez, Juan Tama, San Rafael). Aunque habitan los sectores medios, menos fríos y menos cálidos, y aunque realizan actividades agrícolas en zonas más cálidas y más frías, sus desplazamientos son temporales, previos rituales de refrescamientos para evitar desequilibrios por excesos de calor o de frío.
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Los seres espirituales que moran lugares templados y cálidos difieren de los ubicados en las partes medias y, a su vez, se distinguen de los que habitan en las partes frías y de páramo. Los seres espirituales que afloran con el agua son los dueños de la sabiduría y el poder; además, son los dueños de lo que existe en la naturaleza y se desplazan por la cosmografía indígena en formas diferentes según los espacios, situaciones y roles a desempeñar en la sociedad. Estas clasificaciones hacen parte de la cosmovisión y ordenan, siguiendo un sentido vertical, los tres mundos en donde todo tiene vida: el cerro tiene vida, el volcán ruge, la tierra es brava o es mansa, el arco iris camina, el agua es arisca, es fuente de vida. No existe elemento estático o muerto; al contrario, todo tiene vida, tanto como los mismos seres humanos. El sustrato espacial de las comunidades indígenas y todo lo contenido en él, ha sido vivificado mediante un proceso de semantización (territorialidad). Para ellas no existe mundo inanimado. Todo tiene vida y la relación del indígena con su medio es de ser vivo a ser vivo, del hijo (hombre-mujer) con su madre naturaleza. En la cosmografía indígena circulan categorías que dan cuenta de las expresiones vitales de los seres y las cosas. Entre ellas se distinguen hielo, fresco, señas, hieloso, pulsos, espíritus, virtud, poder, auca, pta’ndz, que hacen referencia a la trayectoria, circulación e intensidad de las energías. Frío y calor, especialmente, expresan un sistema dialéctico que denota estados opuestos y complementarios, aunque interdependientes y constituyentes de una unidad. En relación con la concepción salud-enfermedad se evidencia una permanente búsqueda de una vida en armonía y equilibrio en los diferentes momentos de la cotidianidad de los indígenas, puesto que debe ser puesta en práctica una ética que rige la conducta individual, social y de relación con el entorno. Esta ética es un sistema global de pensamiento que rige y garantiza el bienestar y la etnicidad de sus sociedades como producto del ejercicio de aprehensión y significación que se hace del cosmos para entenderlo, explicarlo y proyectarlo en sus formas de relación intercultural. La cultura médica de guambianos, paeces coconucos y yanaconas está íntimamente ligada al medio geográfico. El comportamiento de los ecosistemas frágiles y el recurso hídrico son los referentes sobre los cuales se construyen los modelos culturales médicos. El nacer, enfermar y morir, entre otros aspectos fundamentales del desarrollo humano indígena, son de mucha trascendencia porque, además de tener que ver con la existencia del grupo sociocultural, se convierten en indicadores del tipo de relación existente entre los individuos y su medio. Esta aseveración se refleja en categorías como “hieloso”, “mal viento”, “auca”, “pta’ndz”, algo así como peligros latentes por todas partes y que bajo cualquier descuido de las personas puede causar mal. Para evitar que esto suceda se deben tener en cuenta normas relacionadas con el comportamiento social, con el medio circundante, con lo económico; es decir, con la cotidianidad del mundo indígena. Es por ello que enfermar y morir son eventos sociales registrados cualitativamente en la memoria familiar, social y colectiva dentro de una clasificación cultural de enfermedades que tiene que ver con la forma como estos indígenas piensan de su cuerpo, en relación con toda su comunidad, en relación con la tierra, los árboles, los páramos, las lagunas, los ríos, el trueno, los tiempos fríos, calientes, frescos, la luna, el sol, la noche, el día, la lluvia y muchas cosas de la naturaleza nominada. Cuando se transgreden las normas hay desórdenes que repercuten en la sociedad y los individuos, hay acumulación de amenazas y los especialistas de la sensopercepción empiezan a sentir en sus cuerpos señas de una circulación energética trastornada, o a ver las causas del susto,
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disfunciones orgánicas, malas cosechas y muerte de los animales, atribuyéndolas a enojos del trueno, del duende, del arco, de la madre monte, de la madre agua. Esta filosofía étnica deja en evidencia que para los indígenas caucanos el territorio es una escritura, un referente de signos y significantes que permite construir una cosmovisión basándose en lo concreto que ven y sienten todos los individuos y sin lo cual no habría significado. En este proceso priman principios de clasificación y diferenciación que, operacionalizados como condiciones y normas, permiten poder vivir allí; también resaltan los principios que propenden por el equilibrio, la armonía y la reciprocidad. Las cosmovisiones andinas del Cauca son un gran aporte como conocimiento íntimo de la dinámica de los ecosistemas a través de los tiempos. Si se estudia con más detalle la convivencia armónica de las comunidades con el medio es posible reforzar las concepciones que fortalecerán su ser étnico, el territorio, y contribuirán pedagógicamente al freno del desequilibrio en la disponibilidad de aguas potables, superficiales o subterráneas. No en vano se autodenominan los “guardianes de la naturaleza”. La filosofía de la que hablo podría ser traducida al siguiente lenguaje: establecimiento de actividades socioeconómicas y sociales según caracterización de los recursos (aprovechamiento racional); previsión y control de actividades impactantes o alterantes de los ecosistemas; desconcentración y diversificación de las actividades socioeconómicas; conservación de la biodiversidad; delimitación de los usos y fines de la tierra de acuerdo con el conocimiento milenario que coincide con su vocación ecológica; definición de los espacios sujetos a protección especial -frágiles y críticos- a partir de la caracterización como espacios de mayor espiritualidad dentro de la naturaleza, incluidos sus dueños protectores y la normatividad socio-cultural relacionada con ellos. Lo más importante es que estas cosmovisiones indígenas se vean como el fundamento de sistemas sociales que dan un verdadero apoyo al desarrollo sustentable. Aceptar a plenitud estas múltiples concepciones que los indígenas han construido en su relación histórico-cultural con el medio ambiente significa darle concreción real al principio constitucional de que “El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la nación colombiana”: “Nosotros existimos por el agua, que ella, si se va, vuelve a estar con nosotros, ella es eterna y quiere que existamos” (voz yanacona).
LITERATURA CITADA CRIC. 1991. Nasa u’y u’hu. Mujer y Vida en las Comunidades. Popayán. Faust, F. X. 1988. Etnobotánica de Puracé, Sistemas Clasificatorios Funcionales Klaus Renner Verlag, Hohenschaftlarn. Faust, F. X. 1989. El concepto de hielo y frío, su rol y su posición histórico social. Revista Novedades Colombianas 1: 88-113. Faust, F. X.1989. Etnogeografía y etnología de Coconuco y Sotará. Revista Colombiana de Antropología 28:53-90.
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Gómez, J. H. & H. Portela. 1993. Territorio, cultura y thë’walas.Págs.279-294 en: C.E. Pinzón, R. Suárez y G. Garay (ed.) Cultura y Salud en la Construcción de las Américas. Reflexiones Sobre el Sujeto Social. Colcultura, Bogotá. IGAC.1982. Atlas Regional Andino. IGAC, Bogotá. López, A. 1975. Textos de Medicina Nahuatl. Universidad Nacional Autónoma de México, México. Murra, J. V. 1975. Formación Económica y Política del Mundo Andino. Instituto de Estudios Peruanos, Lima. Oberem, U. 1981. El acceso a los recursos naturales de diferentes ecologías en la sierra ecuatoriana siglo XVI. Págs. 45-72. En: S. Moreno y U. Oberem (ed.). Contribución a la Etnohistoria Ecuatoriana.Instituto Otavaleño de Antropología, Otavalo. Osborn, A. 1985. El Vuelo de las Tijeretas. Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Bogotá. Palacios, L. A. 1990. Concepciones médicas y cosmovisión en Puente Tierra, Totoró. Tésis de Grado, Departamento de Antropología, Universidad del cauca, Popayán. Polia, M. 1988. Las Lagunas de los Encantos. Medicina Tradicional Andina del Perú Septentrional. Cepecer, Piura. Pombo, D. 1990. Perfil ambiental de Colombia. Escala, Bogotá. Portela, H. & C. Pardo.1988. YU’CE. Fondo Acumulativo Universidad del Cauca, Popayán.
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POSTERS Y CONCLUSIONES MANEJO, CONSERVACIÓN Y PROTECCIÓN
Manejo ambiental del Páramo del Alto Quindío
Mónica Arroyave-Z. & Andrés Duque-N.
MANEJO AMBIENTAL DEL PÁRAMO DEL ALTO QUINDÍO Por Mónica Arroyave-Z. & Andrés Duque-N.
RESUMEN Este artículo presenta el Plan de Manejo Ambiental para la Zona de Páramo del Alto Río Quindío, con el cual se establecen parámetros y acciones de manejo sostenibles, logrando así la planificación de este importante ecosistema. Dadas las características especiales de la zona, su relieve, fragilidad e importancia, se proponen dos usos potenciales y se sugiere una zonificación del área. Las acciones propuestas responden a la necesidad de conservar y proteger los recursos naturales, solucionar los problemas ambientales y aprovechar las potencialidades, teniendo en cuenta las necesidades y visiones de los pobladores e instituciones. Finalmente se hace la propuesta sobre la administración del Plan. Palabras clave: Administración, páramos, planificación, zonificación.
ABSTRACT This article presents the environmental management plan for the paramo region in the high Quindio River, in which the parameters and sustainable management actions for the area are established, obtaining therefore the planning scheme for this important ecosystem. Given the special characteristics of the zone, its altitudinal structure, fragility and importance, two potential uses and an internal zonification scheme are proposed. The proposed actions answer to the need of conserving and protecting the natural resources, solving the environmental problems and taking advantage of the potentialities, taking into account the needs and visions of local communities and institutions. Finally, management plan is proposed. Key words: Management, paramo, planning, zonification.
INTRODUCCIÓN Los ecosistemas de páramo se extienden desde el límite septentrional en Costa Rica hasta el norte del Perú en el límite meridional y al oriente hasta Venezuela. Colombia ha sido considerada como el epicentro de los páramos debido a que sólo sobre su territorio coinciden circunstancias de orden climático y geográfico que permiten su existencia: el paso del Ecuador climático sobre elevaciones superiores a los 3.200 msnm (ECOAN 1995). Según Lasso (1998), en Colombia el bioma de páramo y subpáramo alcanza una extensión no mayor de 31.000 km2; las mayores áreas de páramo las posee la Cordillera Oriental con un 49,11 % y la Cordillera Central con un 32,91 %; el 17,98 % restante lo constituyen los páramos dispersos en el sur andino del país; en el norte del país los páramos del macizo de Santa Marta y una mínima parte en algunos sectores de la Cordillera Occidental. Los páramos poseen características especiales que los constituyen en ecosistemas únicos según Vargas & Rivera (1991), entre las cuales se destacan:
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• Posición orográfica • Intensidad y distribución de las precipitaciones • Régimen isotérmico anual y alternancia térmica diaria • Bajas temperaturas del suelo • Alta radiación ultravioleta • Vientos fuertes • Presión atmosférica baja • Suelos humíferos Los ecosistemas de páramo presentan condiciones climáticas especiales y de equilibrio natural cuya importancia principal es su comportamiento como “grandes generadores del recurso agua” y a la vez como una inmensa esponja hídrica. El suelo del páramo, su vegetación, la materia orgánica y los humedales se comportan como las principales estructuras y medios retenedores de agua (Castaño-Uribe 1996). La formulación del Plan de Manejo Ambiental para la Zona de Páramo del Alto Río Quindío, responde a la necesidad de planificarla y ordenarla por representar una riqueza hídrica y biológica para el Departamento de Quindío, en la cual se llevan a cabo actividades socioeconómicas sin restricción que la han afectado; por lo tanto es importante brindar soluciones a la problemática existente buscando un equilibrio entre los aspectos social y natural. Según Guevara (1999), el Plan de Manejo Ambiental está conformado por diferentes componentes: descriptivo, del cual hacen parte las reseñas semidetalladas de los aspectos biofísico y socioeconómico, donde se identifican las principales características del ecosistema de páramo del Alto Río Quindío y las actividades antrópicas allí realizadas. Estas descripciones se han convertido en el principal insumo para la identificación y caracterización de los impactos ambientales. El componente de ordenamiento se ve plasmado en la zonificación del área según características de homogeneidad y se brindan las restricciones de uso y recomendaciones de manejo. Por último, el componente operativo, en el que aparecen las actividades encaminadas a la protección y manejo de los recursos naturales, a la mitigación y corrección de impactos ambientales y al aprovechamiento de las potencialidades, sin dejar de lado las necesidades y visones de los pobladores e instituciones, constituyéndose en programas y proyectos. Con el fin de brindar integralidad y sostenibilidad al Plan de Manejo Ambiental, se plantea la administración del mismo, la cual se constituye en una herramienta de gestión eficiente para alcanzar los objetivos propuestos.
Zona de estudio La zona definida para este estudio se encuentra localizada en jurisdicción de los municipios de Ibagué (Tolima) y Salento (Quindío). Está comprendida por la cuenca alta del Río Quindío y parte del área noroccidental de la cuenca alta del Río Toché. Los límites del área de estudio
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son: al sur la cota 3.600 msnm; al norte la cota 4.200 msnm; al este, la Quebrada La Colonia (Tolima) y, al oeste la Quebrada La Amargura (Quindío). Gran parte de la zona de estudio hace parte del Parque Nacional Natural Los Nevados, allí se ubican los páramos de Romeral y Berlín. El área total de la zona de estudio es de 2.083,31 ha.
METODOLOGÍA Con el fin de identificar, evaluar y analizar las características biofísicas y socioculturales, así como sus relaciones, de tal forma que sean base para el ordenamiento del territorio y la formulación de programas y proyectos, se propone una metodología basada en componentes (tomada y adaptada de Guevara 1999).
Componente descriptivo Constituido en la línea base ambiental donde se identifican las características generales y detalladas de la zona, su análisis y relación con el entorno; está conformado por tres aspectos:
Descripción biofísica Comprende la descripción general del área, aspectos ecológicos, bienes y servicios ambientales, riqueza paisajística y escénica. Esta información fue obtenida a través de revisión bibliográfica (Echeverri 1995, Rodríguez 1995, IGAC 1996, Burgos 1999), y alguna de ella se ilustró en cartografía elaborada por los autores.
Descripción socioeconómica Esta descripción se realizó a través de dos salidas de campo donde se recolectó información primaria referente a aspectos físicos, sociales, culturales, naturales, económicos y de turismo. La metodología empleada fue el Diagnóstico comunitario. Esta metodología fue adaptada del autodiagnóstico comunitario (ONU 1992); la información fue recopilada en un formato de encuesta socioeconómica. Además se utilizaron las herramientas metodológicas de observación directa, mapas generales de campo realizados por los pobladores y entrevistas a nivel informal.
Descripción de impactos Se adoptó una metodología cualitativa con base en el Manual de Impactos Ambientales de Colombia del Ministerio del Medio Ambiente (1997), la cual consiste en: • Identificación de los impactos, a través del método gráfico de redes (actividad, acción, impacto, recurso afectado). • Identificación de las características de los impactos (clase, duración, presencia, magnitud, reversibilidad, controlabilidad). • Valoración de los impactos con base en las características de los impactos y el grado de afectación de las actividades sobre los recursos.
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• Calificación ambiental de los impactos: establecimiento de un Índice de calificación ambiental y la sumatoria de la valoración. • Jerarquización de impactos: se realiza con base en el Índice de calificación ambiental (Ica).
Componente de ordenamiento Este componente fue el resultado del análisis espacial del componente descriptivo (cartografía temática: uso actual, uso potencial, conflicto de uso del suelo; descripciones socioeconómicas: uso de la tierra, visiones, necesidades de los pobladores) en contraste con los objetivos del Parque Nacional Natural Los Nevados y las visiones de las instituciones o entidades involucradas, con el fin de obtener una sectorización del área de estudio, identificando características predominantes, objetivos de cada zona y la localización dentro del área. Además, se estableció una reglamentación para su uso y manejo. La zonificación se ilustró en cartografía.
Componente operativo Teniendo como base el componente descriptivo, los objetivos del área y el componente de ordenamiento se procedió al planteamiento de proyectos y programas. Como parte integral y fundamental del Plan de Manejo y con el fin de lograr la completa gestión y desarrollo del área, se presentó una propuesta de Administración del Plan basada en los modelos administrativos que han utilizando las Corporaciones Autónomas de la región recientemente y aplicando los principios fundamentales de este proceso. En la Figura 1 se ilustra el proceso metodológico.
RESULTADOS Componente descriptivo Descripción biofísica Gran parte de la zona de estudio se encuentra localizada dentro del Parque Nacional Natural Los Nevados, el cual ha sido señalado como una de las grandes reservas del territorio nacional, pues de sus cumbres se desprenden ríos y quebradas que recorren las zonas más productivas del país. La principal cobertura terrestre de la zona de estudio es la vegetación natural de páramo (cubriendo un 67,58 % del área), seguida por áreas de bosque en estado natural, en regeneración o plantado (24,1 %), parches de pastos natural o introducido (6,87 %), pantanos (1,15 %) y arenales (0,3 %). Los principales usos del suelo son la ganadería de tipo extensivo (doble propósito), el cultivo de papa en menor proporción; la protección de los recursos naturales y la actividad turística es practicada principalmente hacia el Tolima. Los suelos de la zona van desde superficiales hasta muy profundos, con altos contenidos de materia orgánica, con buena permeabilidad; su fragilidad está determinada por factores naturales y antrópicos, presentándose un grado de erosión desde moderado hasta muy severo (Rodríguez 1995).
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Figura 1. Esquema metodológico para la formulación del Plan de manejo ambiental para la zona de Páramo del Alto Río Quindío.
En la zona se identificaron tres unidades de paisaje: paisaje natural subnival (SEG), paisaje natural de páramo (ER) y paisaje manejado (MR) (Burgos 1999). El régimen de lluvias de la zona de páramo está determinado como bimodal y se han identificado dos unidades de clima: subnival y pluvial (s-p) y extremadamente frío y pluvial (EF-P) (IGAC 1996). Las principales fuentes de agua del área son el Río Quindío, las quebradas Cárdenas, La Amargura y La Colonia. Dadas las características climáticas del páramo existe una gran oferta hídrica que da lugar a la existencia de otros ecosistemas, los humedales, que se constituyen en un alto potencial escénico para el ecoturismo y revisten gran importancia por los servicios tanto ambientales como sociales que ofrecen. Entre los humedales se destacan la Laguna de La Virgen ubicada a 3.760 msnm, la cual brinda las condiciones propicias para el refugio temporal de algunas aves migratorias como es el caso del pato Anas flavirostris y es considerada el nacimiento del Río Quindío; la Laguna de los Arenales del Quindío y turberas y pantanos del Quindío ubicados a 4.100 msnm, donde se identificó el carácter endémico de uno de sus componentes florísticos: Cachitrinche quindiensis (Wilde 1998). La zona de páramo del Alto Río Quindío, además de ser uno de los principales atractivos turísticos del departamento, posee otros atributos que se consideran servicios ambientales entre los que se destacan: refugio de flora y fauna y, fuente abastecedora de agua para acueductos municipales de Salento, Circasia y Armenia (Echeverri 1995, Rodríguez 1995).
Descripción socioeconómica En la zona de estudio se identificaron cuatro predios de carácter privado: fincas La Argentina y Buenos Aires, en el Quindío, y fincas La Primavera y El Vergel, en el Tolima, ocupando un área de 1.332,52 ha (64 % del área) y cinco predios que conforman dos Unidades de manejo (El Bosque y Estrella de Agua) pertenecientes a la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ), es decir 750 ha (36 % del área). Además, la finca La Playa (Tolima) se tuvo en cuenta debido a que las actividades económicas que allí se realizan tienen influencia directa sobre la zona de estudio.
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La población de la zona proviene del municipio de Salento en el Quindío y del departamento del Tolima; son nueve habitantes y sólo uno de ellos es menor de edad; en algunas ocasiones es posible que la población aumente debido a la necesidad de contratar algunos trabajadores. En cuanto a las necesidades básicas, se identifica que la alimentación, el vestido y la salud se satisfacen fuera de la zona de estudio, principalmente en Salento. En el sector de la salud, todos los habitantes cuentan con seguro médico y son atendidos en Salento; los víveres los adquieren con una frecuencia entre ocho y quince días en Salento y complementan su alimentación con algunos productos cultivados en sus predios. Con relación a la educación es necesario salir de la zona. Los servicios básicos se satisfacen por una parte en la zona de estudio: el agua, la leña y por otra, en Salento: velas, gas, gasolina, ya que no cuentan con energía eléctrica. Tampoco existe una adecuada disposición de residuos líquidos y los desechos sólidos son incinerados o enterrados. El transporte desde las fincas hasta Cocora (punto de partida hacia la zona de estudio) se realiza principalmente en bestia (caballos o mulas). La zona cuenta con una red de caminos en buen estado hasta la finca La Argentina y en el resto, los caminos presentan deterioro. En cuanto a las actividades económicas de la zona, se ha determinado el predominio de la producción pecuaria sobre la agrícola, la cual ha disminuido en los últimos años debido a la poca garantía económica en el mercado de la papa. Dentro de la producción pecuaria se cuenta con ganado ovino, bovino, caprino, equinos, porcinos y aves de corral; las prácticas de manejo pecuario son el libre pastoreo y en ocasiones la estabulación para algunas labores como ordeño y vacunación, entre otras. Otra de las actividades que brinda beneficios económicos a los habitantes es el turismo, ya que están en capacidad de ofrecer servicios de alojamiento, alimentación, guianza y transporte. En general, el mayor uso que se le da al suelo en la zona de páramo del Alto Río Quindío es la ganadería, el cual ocupa 1.587,044 ha, es decir, un 76,18 % del total del área, seguido del uso de conservación, que ocupa 496,27 ha (23,83 % del área de estudio), representa principalmente por parches de bosque natural o plantado en donde no se realiza ninguna práctica de explotación y pertenecen en su mayoría a las Áreas de Reserva de la Corporación (CRQ). Según los pobladores, la disminución del recurso maderero y de la presión por parte de los cazadores ha provocado un mejoramiento en la calidad y cantidad del recurso bosque y la vegetación natural de páramo, así como en la fauna silvestre. Los pobladores de la zona reconocen los impactos provocados por las diferentes actividades económicas, y son conscientes de la importancia de este ecosistema, por lo cual se interesan en su conservación y en el manejo adecuado de estas tierras. El recurso paisaje es utilizado como atractivo turístico, ya que la zona es paso obligado para visitar los lugares de mayor afluencia turística de la zona paramuna de la región central de Colombia, entre los que se encuentran: Pantano de Peñas Blancas, Lagunas de La Virgen y
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El Encanto, Pantanos y Paramillo del Quindío, el Valle del Placer. La forma de estadía más frecuente es el campismo, de gente joven en su mayoría. Los conflictos de uso del suelo identificados en la zona son generados principalmente por las actividades antrópicas que se realizan actualmente en contraste con el uso que se le debería dar a esta área. Según el IGAC (1996), las tierras de la zona de estudio presentan limitaciones muy severas y su uso está limitado por las fuertes pendientes, susceptibilidad a la erosión, escasa profundidad de los suelos que impiden el uso agropecuario, por lo que su uso se debería orientar a la conservación de la vida silvestre y la protección de los nacimientos de agua. De acuerdo con la importancia y fragilidad del ecosistema de páramo, se propone un uso potencial así: • Zona de conservación y protección absoluta, ubicada en la parte alta (84 % del área). • Zona forestal y de conservación media, localizada en la parte más baja (16 % del área). Teniendo en cuenta el uso potencial de la zona (conservación y protección) y las actividades económicas realizadas allí, se presenta un conflicto de sobreutilización del recurso en un 76,18 % del área (ubicado principalmente en la parte alta) y el 23,82 % restante no presenta conflictos de uso debido a que su uso está acorde con sus potencialidades (conservación media y forestal). Por lo tanto, es necesario brindar alternativas de sustento (expuestas en el componente operativo) a los pobladores que sean más acordes con el uso potencial del suelo, disminuyendo así la presión sobre los recursos naturales.
Descripción de impactos Con base en la caracterización socioeconómica de los habitantes de la zona de páramo se identificaron las actividades económicas que causan degradación sobre el ecosistema: agricultura, ganadería, turismo y asentamiento. En la Figura 2 se ilustra el Método Gráfico de Redes para la Ganadería, como ejemplo de la utilización del método, en donde se identifican las acciones requeridas para llevar a cabo la actividad ganadera en la zona de páramo, los impactos provocados por ellas y el recurso afectado. Este método se aplicó a las actividades económicas, y con base en sus resultados se determina que todas ellas afectan en mayor o menor grado los recursos naturales, exceptuando el aire, a esta escala de análisis. Se identifican los siguientes impactos ambientales: • Erosión • Contaminación del suelo • Alteración de las características físicas y químicas del suelo • Pérdida de cobertura vegetal • Desplazamiento de fauna • Degradación de flora
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Figura 2. Método gráfico de redes para la ganadería, por medio del cual se identifican las acciones requeridas para llevar a cabo la actividad ganadera en la zona de páramo, los impactos provocados por ellas y el recurso afectado.
• Pérdida de flora y fauna • Contaminación del agua • Modificación del paisaje natural Con base en el Ica se realizó la jerarquización de impactos. En la Figura 3 se ilustra la jerarquización de impactos para la actividad ganadera, donde se observa como la erosión, la pérdida de flora y fauna y la alteración de las características físicas y químicas del suelo, son los mayores impactos ocasionados por la ganadería sobre el ecosistema de Páramo del Alto Río Quindío. Estos impactos se observan en gran parte del área de estudio, ya que esta actividad es practicada de forma extensiva en la mayoría de la zona de estudio. En la Tabla 1 se ilustra la calificación ambiental de los impactos y las actividades que los ocasionan. Según esta tabla, los impactos más representativos en la zona de Páramo del Alto Río Quindío son: la erosión, la modificación del paisaje natural, la contaminación del agua, la pérdida de cobertura vegetal y la contaminación del suelo, que son ocasionados por todas las actividades; sin embargo, estos impactos son provocados a diferentes escalas y magnitudes dependiendo de la actividad. Se determina que la ganadería ocasiona mayor número de impactos (nueve) pues causa más daños sobre los recursos naturales por ser una actividad extensiva; y se identifica que la erosión causada por ésta es el impacto con mayor índice de calificación. Las actividades menos causantes de impactos son el asentamiento de la población como tal y la agricultura, ocasionando sólo seis impactos de baja representatividad, de poca extensión y muy puntuales, además, la agricultura es rotativa.
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Figura 3. Gráfico de jerarquización de impactos para la actividad de ganadería.
Tabla 1. Índice de calificación ambiental de los impactos ambientales por actividad económica.
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Componente de ordenamiento Este componente es uno de los primordiales dentro de la formulación del Plan de Manejo, ya que el principal objetivo de la planificación es brindar parámetros de uso y manejo de los componentes ambientales del páramo, especialmente del recurso suelo, dividiéndolo en zonas homogéneas. La ordenación de la zona de Páramo del Alto Río Quindío logra la delimitación de espacios geográficos homogéneos con características de singular fragilidad, representatividad, limitantes, unicidad y/o potencialidades para las cuales se establecen algunos parámetros de manejo y restricciones de uso con el fin de garantizar la conservación, recuperación y protección del ecosistema. Las actividades propuestas se expresan dentro del componente operativo del Plan, donde participan los pobladores de la zona y la CRQ (Corporación Autónoma Regional del Quindío), quienes ejecutarían estas acciones. La zonificación propuesta (Tabla 2) es una zona de conservación, que ocupa 84 % (1.750 ha) del total de la zona de estudio y una zona de recuperación ambiental el 16 % (332 ha).
Tabla 2. Zonificación ambiental de la zona de páramo del Alto Río Quindío.
Componente operativo El Plan de Manejo Ambiental es una herramienta fundamental para la protección y conservación de los recursos naturales por medio del ordenamiento del territorio. Es así como se reúnen un conjunto de criterios, estrategias, programas y proyectos encaminados a prevenir, mitigar y compensar los impactos negativos y potencializar los positivos (oferta ambiental de la zona). Por otro lado, se tienen en cuenta las expectativas de los pobladores e instituciones involucradas. Los programas y proyectos buscan que la comunidad se beneficie, a través de ingresos económicos, apoyo institucional, capacitación; a la vez que se recupere y mantenga en buen estado este ecosistema tan preciado. Por lo anterior se proponen los siguientes programas, los cuales tienen como fin último propiciar un equilibrio entre los sistemas social y natural, buscando la conservación y el manejo adecuado del ecosistema de páramo en la zona del Alto Río Quindío: • Conservación, protección y recuperación de recursos naturales • Educación e interpretación ambiental
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• Investigación • Ecoturismo El programa de conservación, protección y recuperación de recursos naturales está conformado por los proyectos de protección de márgenes y nacimientos de quebradas, manejo de los humedales, control y manejo de zonas erosionadas o degradadas y compra de predios a los pobladores. El programa de educación e interpretación ambiental contiene los proyectos de implementación de senderos interpretativos, difusión sobre el ecosistema de páramo y concursos a nivel de instituciones educativas. El programa de investigación está formado por los proyectos: divulgación de las investigaciones realizadas, investigaciones (inventario y estado de fauna nativa; estudios cuantitativos de suelo y agua), mediciones meteorológicas y vinculación de entidades a los procesos de investigación. El programa de ecoturismo está comprendido por los proyectos: mejoramiento de los caminos existentes (estado y señalización), adecuación de alojamientos (infraestructura, servicios), guías locales y creación de puntos de información turística y de guianza. Estos proyectos se enmarcan dentro de los intereses institucionales de la Gobernación del Quindío, la Alcaldía de Salento, Empresas Públicas Municipales de Armenia, Corporación Autónoma Regional del Quindío, Unidad Administrativa del Sistema de Parques Nacionales Naturales. El costo total de la ejecución de los proyectos es de trescientos sesenta y un millones cinco mil noventa pesos ($361’005.090) en el año 2000.
Administración del Plan de Manejo Ambiental Este componente es uno de los fundamentales del Plan de Manejo, ya que con la administración se aumentan las posibilidades de lograr la continuidad y desarrollo del proceso de planificación, además, a través de la administración se articula y coordina la ejecución de las acciones de manejo, se facilita la coordinación interinstitucional y se posibilita la participación de la comunidad en todo el proceso. En la Figura 4 se ilustra el esquema de administración propuesto por los autores donde se identifican tres grupos de actores: el comité operativo, los actores externos y la normatividad con el control y seguimiento. El comité operativo ubicado en la parte central del esquema está conformado por actores fundamentales, en quienes se delegan las funciones de toma de decisiones, coordinación y ejecución de las actividades propuestas. A él pertenecen: el grupo coordinador, el grupo ejecutor y la secretaría técnica, de los cuales hacen parte representantes de la comunidad, el Ministerio del Medio Ambiente, las Corporaciones Autónomas Regionales y los entes municipales y departamentales.
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Figura 4. Esquema de Administración del Plan de Manejo Ambiental.
Los agentes externos no participan en la toma de decisiones pero influyen en ella. Están conformados por las instituciones externas de apoyo y tienen como función colaborar en el proceso de ejecución de los proyectos. El actor que enmarca el proceso administrativo está representado por la legislación que rige la ejecución de los proyectos y el funcionamiento de las instituciones o entidades involucradas, así como las figuras de vigilancia y seguimiento. Este actor es el encargado de vigilar el adecuado trámite y proceso de ejecución de los proyectos y el cumplimiento de los objetivos del Plan de Manejo. La comunidad desempeña un papel fundamental dentro de la administración del plan ya que participa en todos los niveles del modelo administrativo, desde la toma de decisiones hasta el control y el seguimiento. Por lo tanto, sin ella no pueden desempeñarse con eficacia el coordinador, el grupo ejecutor y la secretaría técnica, de los cuales hacen parte la Comunidad, el Ministerio del Medio Ambiente, las Corporaciones Autónomas Regionales, los entes municipales y departamentales.
DISCUSIÓN DE RESULTADOS Los páramos presentan características que los hacen distintos unos de otros y por tanto el manejo que debe darse es diferente; tal es el caso del Páramo del Alto Río Quindío en contraste con los de la Sabana de Bogotá y los de Boyacá (en vegetación, población asentada, manejo, apoyo e interés institucional), ya que en el primero la densidad de población es baja, lo cual puede ser consecuencia de las mismas características geográficas:
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terrenos escarpados, pendientes pronunciadas y fuertes, valles en V, que provocan un difícil acceso a la zona de páramo; además no existe una fuerte presión por parte de las grandes urbes en busca de los recursos naturales o de expandir sus fronteras, en contraste con los páramos de la Sabana de Bogotá y los de Boyacá, donde la población es mayor debido a la cercanía de grandes ciudades y al fácil acceso que se presentan hacia ellos, como consecuencia de las características suaves del relieve y sus pendientes menos pronunciadas. Además, en el Altiplano Cundiboyacense, el proceso de colonización se ha dado desde muchos más años atrás ya que el poblamiento del Páramo del alto Río Quindío se produjo desde hace 50 años aproximadamente y los páramos de la Cordillera Oriental desde la época de la Conquista, como lo afirma Molano (1995), han sufrido procesos de colonización, y desde la época colonial en algunos sectores de Boyacá hasta Norte de Santander. Es así como se hace necesario conocer sus particularidades biofísicas y sociales. En el Páramo del Alto Río Quindío las principales actividades económicas de los pobladores han sido la producción de papa y la ganadería. Sin embargo, los altos costos del transporte y la gran oferta de papa proveniente de otros lugares (debido a su bajo costo y menor tiempo de producción), han hecho que los cultivos en esta zona hayan disminuido hasta el punto de solo tener lo necesario para el autoconsumo. Según Guhl (1982) la papa, que en la Sabana de Bogotá tiene un ciclo vegetativo de cuatro a cinco meses, en el páramo bajo, en los más o menos 3.500 m, necesita el doble del tiempo para su maduración que en la Sabana. En el caso del Páramo del Quindío, el período de producción es de ocho meses aproximadamente. La ganadería se ha mantenido relativamente estable a pesar de que en años anteriores hubo mayor diversidad de especies utilizadas en esta actividad. La ganadería vacuna sigue siendo la principal fuente de ingresos para los pobladores debido al bajo costo de manejo, mantenimiento y producción, a pesar de que en otras zonas es mucho más rentable. Las actividades económicas aquí practicadas están en contraposición con el uso que se le debería dar, es decir, de conservación y protección, debido a que cualquier labor que se ejecute en este ecosistema lo altera en mayor o menor grado por su susceptibilidad y fragilidad, provocando un rompimiento del equilibrio natural, y alterando sus características, al tiempo que se disminuyen sus potencialidades. En la actualidad los páramos Andinos están siendo sometidos a una fuerte acción antrópica bastante devastadora y que acelera el deterioro y destrucción de los sistemas hídricos de los ecosistemas locales y regionales (lagunas, pantanos, turberas, ríos) (González & Cárdenas 1995). Tal es el caso de la agricultura que, a pesar de ser practicada en áreas pequeñas y puntuales, genera algunos impactos ambientales como fragmentación de ecosistemas, pérdida de cobertura vegetal, contaminación de agua y suelo, entre otros, que aún no han sido evaluados cuantitativamente, pero que no deben dejar de ser tenidos en cuenta para la conservación del ecosistema. En el caso de la ganadería extensiva, ésta provoca disturbios principalmente sobre el recurso suelo (erosión), el cual presenta características especiales para la retención y regulación del recurso hídrico, además ocasiona pérdida de cobertura vegetal y degradación de flora causada generalmente por la quema, que al mismo tiempo provoca graves problemas sobre
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todo el páramo. Según Molano (1995), la incidencia del fuego es ecológicamente incalculable pues el páramo original no vuelve a reestablecerse y porque a partir de las quemas se desencadenan agudos procesos degradativos de la alta montaña. Otra de las actividades predominantes en el Páramo del Alto Río Quindío es el turismo de pequeños grupos. Esta actividad puede ocasionar algunos impactos sobre el ecosistema como son la degradación de la vegetación y la inadecuada disposición de residuos sólidos. Pero al mismo tiempo es un potencial que se debe aprovechar, como se ha hecho en otros lugares del país, pues allí confluyen diversos paisajes que los convierten en exóticos, en un estado de conservación relativamente bueno. Una de las funciones en las que se hace mayor énfasis para la conservación del ecosistema de páramo es por ser regulador del recurso hídrico. El páramo puede considerarse el ecosistema más sofisticado para el almacenamiento del agua y su debido filtro, gracias a la gran acumulación de materia orgánica que aumenta el espacio de almacenamiento del agua y a la morfología de las plantas del páramo que actúan como “efecto esponja”, por la necesidad de beber agua dulce proveniente de la lluvia o la niebla (Castaño-Uribe 1996). El Páramo del Alto Río Quindío cumple un papel fundamental en el equilibrio de la cuenca del Río Quindío; además de presentar humedales como la Laguna de La Virgen y los pantanos del Quindío, que por sus características podrían ser incorporadas a la convención Ramsar, por cumplir con criterios tales como ser refugio de aves o el endemismo de algunas de sus especies, al igual que la Laguna de la Cocha en Nariño y la Ciénaga Grande de Santa Marta en el Magdalena. Para garantizar la conservación del páramo es necesario conocer su potencial biológico, así como los aspectos socioeconómicos que influyen sobre él, por lo que se deben identificar las zonas más susceptibles a la degradación ambiental y los impactos ocasionados por las actividades allí realizadas. Conociendo los mínimos estudios cuantitativos realizados en esta zona y que serían más precisos para evaluar los impactos ambientales, se adopta una metodología cualitativa, que sigue siendo válida para la identificación, caracterización y evaluación de impactos y áreas degradadas con el fin de proponer acciones encaminadas al mejoramiento, recuperación o conservación ambiental. Dentro del proceso de elaboración de las evaluaciones ambientales se deben tener en consideración una serie de actividades, análisis e investigaciones, con el fin de poder establecer las principales consecuencias ambientales generadas por la implementación de un proyecto, obra o actividad (Erazo 1997). Pero los estudios cuantitativos no solo son escasos en esta zona, dadas las condiciones del país, tanto en términos biofísicos como socioeconómicos; muchos estudios cuentan exactamente con datos cualitativos y no con la información cuantitativa suficientemente precisa para sustentar evaluaciones numéricas exactas. Con la metodología utilizada se pudo determinar que la ganadería es la actividad que causa mayores impactos sobre el medio natural en la zona y evidenciados en mayor grado, corroborándose las afirmaciones de otros autores (Vargas & Rivera 1991, Molano 1995, Vargas 1996, Burgos 1999) en cuanto a los efectos de ésta sobre los recursos naturales. Así mismo, se pudo confirmar la incompatibilidad de las actividades económicas con el uso potencial de esta área ya que todas causan impactos en mayor o menor grado sobre los
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recursos. A pesar de que la actividad del turismo es compatible, en la zona se presentan conflictos con esta práctica, pues actualmente no se realiza en forma planificada. Para aumentar la viabilidad de los programas y actividades propuestas es necesario que estén ligadas a un proceso de ordenamiento ambiental de la zona, el cual en este caso ha sido complejo debido a su ubicación: Parque Nacional Natural y zona de amortiguación, en donde ya se han definido criterios de ordenación y se ha trabajado de forma diferente tanto en metodología como en conceptos por diferentes entidades. En el caso de la Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales (UAESPNN), se trabajó con base en el Decreto 622 de 1977, donde se deja de lado la comunidad. Para la zona de amortiguación del Parque Nacional Natural Los Nevados se definen categorías teniendo en cuenta aspectos socioeconómicos, naturales e institucionales y con base en la metodología de los tipos de utilización de la tierra (TUT). El Plan de Ordenamiento del Municipio de Salento define tres categorías para la zona rural, basadas en el uso del suelo. La Corporación Autónoma Regional de Risaralda (CARDER) para la ordenación de áreas protegidas a nivel regional y municipal se basa en la metodología de TUT. Teniendo en cuenta estas metodologías y los requerimientos de la zona de estudio, la zonificación propuesta obedece a un análisis de las categorías y sus definiciones (requerimientos y reglamentación), unificando conceptos hasta adecuarlos al nivel deseado. Es así como se propone una zonificación que busca el desarrollo integral de la zona de páramo ya que establece criterios de manejo acordes con los objetivos y potencialidades de la zona, teniendo en cuenta la homogeneidad de las zonas establecidas. El Plan de Manejo responde a las necesidades de un sistema complejo, es decir, posee múltiples elementos y un sin número de relaciones internas y externas que hacen imposible su aislamiento; por ello, los programas seleccionados tienen igual validez y los costos de inversión por programa no reflejan la importancia de uno o varios sobre los demás. Los proyectos están dirigidos a un aspecto específico, ya sea un problema, una necesidad, una potencialidad o una visión, con lo que se responde a un desarrollo integral de la zona de estudio. La gestión integral de los planes se logra a través de la propuesta de administración, identificando en ella los actores principales involucrados dentro de la dirección, financiamiento, control y vigilancia. El plan de manejo propuesto no va en contravía de los objetivos del Plan de Manejo del Parque Nacional Natural Los Nevados; por el contrario algunos de los programas y actividades propuestas se ajustan a los diferentes proyectos que el parque ha formulado. Así mismo, se enmarca dentro de los diferentes convenios entre el Ministerio del Medio Ambiente y las cuatro Corporaciones que tienen jurisdicción sobre el parque y su zona de amortiguación. Es decir, las actividades y programas formulados dentro del Plan de manejo ambiental para la zona de Páramo del Alto Río Quindío, favorece la ejecución de estos proyectos y no se salen de los lineamientos y objetivos propuestos por los mismos.
CONCLUSIONES • A pesar de que los páramos cumplen funciones y ofrecen servicios ambientales similares, el manejo que se da a cada uno varía de acuerdo a sus particularidades, es decir, sus características físicas y biológicas, su poblamiento, conflictos e intereses hacia ellos.
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• La zona de Páramo del Alto Río Quindío presenta características de singularidad, belleza escénica y ecosistemas de alta importancia ambiental y ecológica que la hacen meritoria para el planteamiento y ejecución de acciones de conservación y ordenamiento del territorio. • Debido a sus características de fragilidad y susceptibilidad, así como a los servicios ambientales que ofrece el Páramo del Alto Río Quindío, este ecosistema se está viendo afectado por el desarrollo de actividades económicas no planificadas, en contraposición con el uso que se le debería dar al ecosistema de páramo, es decir, de conservación y protección. • La agricultura y la ganadería son las actividades que causan mayor impacto sobre los recursos, ocasionando un rompimiento en el equilibrio natural y desencadenando otros problemas, que alteran el funcionamiento del ecosistema. • La propuesta de ordenamiento para la zona de estudio se basó en aspectos como los problemas o impactos ambientales, potencialidades, servicios ambientales, características socioeconómicas, cartografía, criterios de ordenación a nivel municipal y nacional y políticas ambientales con el fin de garantizar la conservación, recuperación y protección del ecosistema a través de la planificación de actividades acordes con los objetivos y potencialidades de la zona. • El Plan de Manejo Ambiental para el Páramo del Alto Río Quindío representa un esfuerzo por contribuir al conocimiento de este tipo de ecosistemas en el departamento, y brindar alternativas de solución en cuanto al manejo y uso de los recursos naturales. • Las acciones propuestas para lograr un manejo integral del ecosistema de páramo deben estar orientadas a ofrecer alternativas económicas, ecológicas y sociales que involucren procesos de administración, investigación, educación y organización comunitaria, entre otras.
AGRADECIMIENTOS La autora principal agradece a Sandra Lorena Hernández, compañera del trabajo de Grado que dio origen al presente artículo. A Orlando Martínez y Néstor Jairo Rodríguez, funcionarios de la Corporación Autónoma Regional del Quindío, por su apoyo en el trabajo de campo y discusión de la información.
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Mariposas y conservación de páramos en Venezuela
José R. Ferrer-París & Ángel L. Vitoria
MARIPOSAS ALTIANDINAS (LEPIDÓPTERA: NYMPHALIDAE, SATYRINAE) Y LA CONSERVACIÓN DE LOS PÁRAMOS EN VENEZUELA Por José R. Ferrer-París & Ángel L. Vitoria
RESUMEN Los géneros de mariposas altiandinas Redonda y Diaphanos (Lepidóptero: Nymphalidae, Satyrinae) habitan exclusivamente los páramos de los Andes venezolanos al oriente de la Depresión del Táchira. Estos géneros pertenecen a dos linajes de origen distinto, uno neotropical y otro holártico, y actualmente presentan distribuciones alelopátridas. Sin embargo, las especies y/o subespecies contenidas dentro de cada uno, son todas alopátridas en relación a sus congéneres. Como consecuencia de esta distribución, resaltan en estas mariposas tres rasgos biogeográficos considerados relevantes para la conservación: el endemismo, la insularidad y la estrechez relativa del área de distribución. Eventos geo-históricos recientes pudieran asociarse al origen de esta fauna y a su confinamiento. No obstante, atributos biológicos como el marcado sedentarismo de las hembras adultas, la dependencia trófica total de las larvas sobre ciertas poáceas propias de los páramos, o la fenología de algunas especies (que únicamente vuelan en la estación seca) no sólo afianzan la vulnerabilidad otorgada por el carácter de la distribución, sino que aseguran precariedad en el mantenimiento de las poblaciones en áreas donde la presencia humana, esporádica o perenne, viene alterando el paisaje mediante la depauperación y/o la eliminación de la vegetación original, principalmente por la introducción de rumiantes exóticos que consumen y pisotean las poáceas hospedadoras de estos insectos, y con menor frecuencia por la quema descontrolada, que sin embargo, tiene efectos devastadores sobre aquellas plantas. Palabras clave: Andes, Cordillera de Mérida, Diaphanos, pastoreo, Redonda.
ABSTRACT High Andean butterfly genera Redonda and Diaphanos (Lepidoptera: Nymphalidae, Satyrinae) occur exclusively in the paramos of the Venezuelan Andes east of the Táchira Depression. These genera belong to two lineages of different origin, one Neotropical and the other Holarctic, and currently show allelopatric distributions. However, the species and/or subspecies embraced by each one are all allopatric in relation to its congeners. As a product of this distribution pattern, these butterflies exhibit three biogeographical features considered relevant for conservation biology: endemism, insularity, and relative narrowness of its distribution area. Recent geo-historical events could be linked to the origin of this fauna and its confinement. Nevertheless, biological attributes like the strongly sedentary behavior of the adult females, the absolute dependence of their larvae on certain poaceous host-plants of the páramos, or the phenology of some species (that stay on the wing only during the dry season), not only increase the vulnerability given by their singular distribution, but also add precarious maintenance of the populations in areas where human presence, sporadic or perennial, is continuously disturbing the landscape. Men alters and/or eliminate the original
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Mariposas y conservación de páramos en Venezuela
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vegetation, mainly by means of introducing exotic cattle that grazes and steps heavily on the host-plants of these insects; or less frequently by setting fires that go out of control, with devastating effects on those plants. Key words: Andes, cattle grazing, Cordillera de Mérida, Diaphanos, Redonda.
INTRODUCCIÓN El estudio de las mariposas de los páramos venezolanos tuvo un impulso definitivo con las investigaciones desarrolladas por Adams & Bernard en 1979 y 1981. En el último trabajo, se describieron de la Cordillera de Mérida los géneros Diaphanos y Redonda, que entonces se consideraron monotípicos, pero que en años recientes demostraron tener mayor diversidad taxonómica (Viloria 1994, Viloria & Pyrcz, MS). Hoy en día se conoce muy poco sobre la biología de estos insectos que han llegado a tener un estatus casi emblemático dentro de la fauna altiandina de Venezuela (ver p. ej., Adams 1983, Rodríguez & Rojas-Suárez 1995). Motivados por el deseo de generar nuevos conocimientos al respecto, los autores y otros colaboradores han venido ejecutando en años recientes diversas investigaciones conducentes a dilucidar aspectos filogenéticos, biogeográficos, ecológicos y de la conservación, en estas especies de lepidópteros. Este trabajo representa un esfuerzo preliminar por sintetizar la información obtenida hasta el momento.
Materiales y métodos Mediante la prospección de algunos páramos de los Andes venezolanos, y la revisión de muestras depositadas en varias colecciones entomológicas de Venezuela y otros países, se organizó una lista de localidades puntuales de distribución de las especies y subespecies hasta ahora conocidas dentro de los géneros Diaphanos y Redonda. Se determinaron las coordenadas y las elevaciones de las localidades para posicionarlas sobre un mapa de altitudes geo-referenciado, con el fin de inferir por interpolación la extensión, el aislamiento relativo de las áreas de distribución, y la cercanía a centros poblados o con marcada actividad agropecuaria potencialmente destructiva para el ambiente páramo. Este procedimiento se llevó a cabo utilizando el software IDRISI32. Por otra parte, se realizaron estudios morfológicos de los taxones en cuestión a fin de precisar el estatus taxonómico de cada uno de ellos y poder, de esta manera, obtener una filogenia preliminar para correlacionarla con la historia geológica y paleoecológica de los páramos involucrados en este estudio. Observaciones en el campo permitieron recabar información acerca de la biología de varias de las especies estudiadas. De esta manera se estableció una idea preliminar acerca de la estacionalidad (fenología) de adultos y larvas, la abundancia de adultos de Diaphanos fuscus (Viloria 1994) en el páramo de Los Nepes (Estado Lara) y la actividad circadiana de los ímagos de Redonda empetrus (Thieme 1905) y Diaphanos huberi (Adams & Bernard 1981) en el Páramo de Mucubají (Estado Mérida). Se efectuó una comparación de los niveles de reducción del tamaño de las alas entre hembras adultas del género Redonda, un carácter posiblemente vinculado con el marcado sedentarismo de las mismas.
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Siempre que fue posible, se hizo seguimiento a la puesta de huevos, cría y desarrollo de larvas y pupas en cautiverio con el fin de revelar las estrategias reproductivas de las especies en cuestión, las plantas hospedadoras de sus orugas y su posible asociación al fenómeno del sedentarismo de las hembras, el cual quizás tiene implicaciones importantes en el confinamiento geográfico y en la vulnerabilidad de los taxones que conforman este reducido grupo de insectos. De los géneros de mariposas satirinas estudiadas, Diaphanos posee caracteres atribuibles a la tribu Erebiini Tutt, de origen holártico, y Redonda pertenece a la tribu Pronophilini Reuter, que hasta ahora sólo se conoce en la región neotropical. Cada uno de estos géneros posee tres especies alopátridas; y en su conjunto las especies (y subespecies) de ambos, aunque son todas endémicas en cuatro unidades parameras aisladas, son alelopátridas porque no se solapan totalmente en su distribución. Estas observaciones revelan dentro de la biota estudiada componentes filogenéticos y biogeográficos autóctonos y alóctonos que denotan una heterogeneidad previamente desapercibida. Las filogenias de las especies de cada género obtenidas a partir de un conjunto mínimo de caracteres morfológicos (Figuras 1 y 2) sugieren afinidades muy estrechas entre las especies, y parecen corresponder con la idea de un origen biológico in situ relativamente reciente (Viloria 1994, Viloria & Pyrcz MS). Esta especulación se apoya en múltiples investigaciones que demuestran que el ambiente donde viven (páramos del norte de los Andes) es geológicamente joven (Schubert 1972, 1975, Van der Hammen & Cleef 1986, Schubert & Vivas 1993, Rull 1996), y que las áreas que estos taxones ocupan actualmente, solamente estuvieron disponibles para la biota altiandina a partir de los últimos 10.000 años cuando se inició el retroceso de los glaciares venezolanos y el paulatino desmembramiento de una extensión paramera mucho más amplia que la actual (Salgado-Labouriau et al. 1988, Kroonenberg et al. 1990).
Figura 1. Árbol filogenético de las tres especies de Redonda, obtenido en base a caracteres morfológicos externos (patrón de coloración) e internos (genitalia masculina). El grupo externo utilizado en el análisis de parsimonia fue la especie Steromapedaliodes albonotata (Godman), un satírido altiandino endémico de la porción central de los Andes Venezolanos (Batallón-Mérida-Niquitao).
Correlacionando filogenia e historia geológica puede afirmarse que al lado de la fragmentación histórica de los páramos y del desarrollo simultáneo de características ambientales particulares en cada uno de ellos, se produjo eventualmente la diversificación taxonómica de estos géneros en áreas geográficas disyuntas y más o menos reducidas, según sea el caso (Tabla 1).
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Figura 2. Árbol filogenético de las tres especies de Diaphanos, obtenido en base a caracteres morfológicos externos (patrón de coloración) e internos (genitalia masculina). El grupo externo utilizado en el análisis de parsimonia fue una especie no descrita del género Idioneurula Strand, un satírido altiandino de la tribu Erebiini, endémico del páramo del Tamá (Cordillera Oriental), en los Andes fronterizos de Colombia y Venezuela.
Tabla 1. Intervalos altitudinales y áreas potenciales de distribución de las mariposas pertenecientes a los géneros Redonda y Diaphanos, en referencia a las regiones naturales que ocupan y a las áreas bajo régimen de administración especial (ABRAE) que les brindan protección legal.
En todos los casos en que se conocieron datos de la biología de estos insectos se encontró que las larvas se desarrollan principalmente a expensas de plantas poáceas que se extienden profusamente en el páramo y en el cinturón periglacial. Son plantas que en general no existen en el bosque por debajo de los 2.800 msnm (Tabla 2). Esta dependencia trófica afianza la tendencia al sedentarismo y ecológicamente anula la posibilidad de que estas mariposas colonicen otras zonas de vida. De manera que puede hablarse de un confinamiento estricto, a nivel espacial y a nivel ecológico. Las hembras de las especies de Diaphanos y Redonda exhiben dos estrategias reproductivas distintas. Algunas especies como D. huberi depositan uno o dos huevos individualmente sobre la planta hospedadora. En contraste, las especies de Redonda y D. fuscus poseen un hábito más especializado para la vida en el páramo (Viloria 1994). El mismo involucra la deyección enérgica de grandes cantidades de huevos que no vienen acompañados de
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Tabla 2. Plantas hospedadoras conocidas de las larvas de algunos satíridos estudiados en este trabajo (datos de Viloria, 1994 y Ferrer-París, 2000).
cemento, y que por ello quedan dispersos sobre el sustrato donde las poáceas son superabundantes. Las hembras cargadas de huevos son por lo general muy pesadas y tienen, según la especie, diversos grados de sedentarismo, que en algunos casos se manifiesta en la total incapacidad para volar en condiciones naturales (Viloria et al. MS). Dentro del género Redonda se observa una variación clinal -de norte a sur- en cuanto a la reducción en la capacidad de las hembras para volar, la cual viene asociada con la reducción gradual del tamaño de las alas (Figura 3). Este fenómeno, único en el mundo, está vinculado con otros atributos biológicos, entre los que cabe mencionar la aparente rareza de individuos de sexo femenino dentro de las poblaciones. Mientras más dimórfica es la especie, más rara es la hembra.
Figura 3. Comparación gráfica del área superficial de las alas en machos (gris) y hembras (blanco) de las diferentes especies y subespecies del género Redonda.
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DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES Aún cuando fueron referidas como raras por la IUCN en 1983 (Adams 1983), y en 1995 aparecieron catalogadas en el “Libro Rojo de la Fauna Venezolana” en la categoría “Menor riesgo - preocupación menor” (Rodríguez & Rojas-Suárez, 1995), actualmente consideramos que las especies y subespecies de mariposas de los géneros Diaphanos y Redonda son candidatas que deberían considerarse de alta vulnerabilidad ante cualquier amenaza de alteración ambiental en las áreas donde se distribuyen (categoría: Vulnerable). A este respecto, su más notable característica es el acentuado endemismo. Su localización en porciones muy discretas y disyuntas de ecosistemas altiandinos (páramos), de los cuales dependen exclusivamente para cumplir sus ciclos de vida, les atribuye un carácter de insularidad geográfica y ecológica. En algunos casos, la combinación de endemismo e insularidad viene acompañada por la estacionalidad (como en el caso de D. huberi, especie cuyo registro fenológico sugiere que los adultos solamente vuelan en la época seca -diciembre-marzo). En casi todos los taxones se suma igualmente la rareza relativa y aparente de las hembras en el ambiente natural (el caso extremo ha sido encontrado en Redonda sp. nov. 1, donde la proporción de capturas es aproximadamente de 50 machos por cada hembra). Esto más que indicar que la progenie pueda mostrar desproporciones entre los sexos, tiene que ver directamente con el elevado sedentarismo y la cripsis de las hembras en el ambiente herbáceo donde normalmente viven. Endemismo, insularidad, estacionalidad y rareza son de por sí argumentos de enorme peso para declarar la necesidad de proteger y conservar estos insectos y su entorno. Aún más urgente resulta garantizar la reproducción y la integridad del proceso de metamorfosis de estos insectos, mediante la adecuada protección de las asociaciones vegetales en las que medran las plantas hospedadoras de las larvas. Un problema de orden práctico para la conservación emerge en los páramos venezolanos al norte de la Depresión del Táchira. Todos están parcialmente protegidos como áreas bajo régimen de administración especial (ABRAE: Parque Nacional, Monumento Natural) (Tabla 1); pero por muchos años –aún antes de recibir protección legal–, han estado enclavados en medio de regiones con un alto grado de actividad agropecuaria y en donde paulatinamente se ha incrementado la densidad poblacional y la presión descontrolada por el uso de la tierra. Nuestra experiencia preliminar en el campo nos permitió apreciar visiblemente (aunque no cuantificar) que el paisaje natural de todos los páramos involucrados en este estudio está sometido en mayor o menor grado a alteraciones importantes generadas por la intervención del hombre. Las gramíneas que sirven de hospedadoras a las larvas de las mariposas, o de refugio a las hembras de las especies menos vágiles son devastadas ocasional o periódicamente por quemas intencionales durante los meses de sequía, o lo que es peor, sometidas permanentemente a los efectos depauperizadores del pastoreo y pisoteo de ganado introducido por el hombre (vacas, ovejas y caballos). Urge el desarrollo de un estudio que demuestre la influencia de los factores mencionados sobre las poblaciones de estas mariposas altiandinas, para poder delinear un plan efectivo para su conservación.
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AGRADECIMIENTOS Los autores agradecen a E. Arrieta, T. Barros, R. Calchi, J. Camacho, V. Carrizo, N. Cifuentes, Y. Del Valle, C. Fernández, M. García, E. Moscó, H. Prieto, F. Rojas, y Y. Velásquez el apoyo prestado en los trabajos de campo en diversas ocasiones. Igualmente expresan su gratitud a las autoridades centrales de Profauna (Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales) por la expedición de licencias de colección de insectos y a las delegaciones estatales de INPARQUES (Lara, Trujillo, Mérida y Táchira) por haber extendido los permisos de trabajo correspondientes a las ABRAE bajo sus respectivas jurisdicciones. T. Pyrcz, y J. Wojtusiak son copartícipes de muchas peripecias en el largo proceso de estudio de las mariposas utilizadas para este trabajo y han enriquecido notablemente la información que aquí se maneja. Algunas ideas para este trabajo fraguaron con discusiones eventuales y oportunas con G. Beccaloni, K. Fiedler, G. Lamas, D. Lees, K. Sattler, y R. I. Vane-Wright. El financiamiento para este trabajo provino de la Universidad del Zulia (1990-2000), el CONICIT/FONACIT (1995-1998 y 2001-2002), Fundayacucho (1999-2001), The British Council (1995-1998) y el IVIC (2001-2002).
LITERATURA CITADA Adams, M. J. 1983. Andean brown butterflies. pp. 473-476 en: S. M. Wells, R. M. Pyle & N. M. Collins (eds.). The IUCN Invertebrate Red Data Book. IUCN, Gland. Adams, M. J. & G. I. Bernard. 1979. Pronophiline butterflies (Satyridae) of the Serranía de Valledupar, Colombia-Venezuela border. Systematic Entomology 4: 95-118. Adams, M. J. & G. I. Bernard. 1981. Pronophiline butterflies (Satyridae) of the Cordillera de Mérida, Venezuela. Zoological Journal of the Linnean Society 71: 343-372. Ferrer-Paris, J. R. 2000. The genus Redonda (Lepidoptera: Satyrinae): a model to study adaptation and distribution in the páramos of Venezuela. Universität Bayreuth, Bayreuth [tesis de Diplom]. Kroonenberg, S. B., J. G. M. Bakker & A. M. van der Wiel. 1990. Late Cenozoic uplift and paleogeography of the Colombian Andes: constraints on the development of high-Andean biota. Geologie en Mijnbouw 69: 279-290. Rodríguez, J. P. & F. Rojas-Suárez. 1995. Libro rojo de la fauna venezolana. Provita, Fundación Polar, Caracas. Rull, V. 1996. Late Pleistocene and Holocene climates of Venezuela. Quaternary International 31: 85-94. Salgado-Labouriau, M. L., V. Rull, C. Schubert & S. Valastro, Jr. 1988. The establishment of vegetation after late Pleistocene deglaciation in the Paramo de Miranda, Venezuelan Andes. Review of Paleobotany and Palynology 55: 5-17. Schubert, C. 1972. Cronología glacial tardía y evidencias neotectónicas en los Andes venezolanos nororientales. Acta Científica Venezolana 23: 89-94.
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Festival del Agua, estrategia para la conservación del agua
Colectivo de Trabajo XIE - Agua/Festival del Agua
FESTIVAL DEL AGUA DE LA CALERA. ESTRATEGIA SOCIOCULTURAL PARA EL CAMBIO DE ACTITUDES Y APTITUDES EN EL USO, MANEJO Y CONSERVACIÓN DE LAS FUENTES HÍDRICAS Y ECOSISTEMAS ASOCIADOS Por Colectivo de Trabajo XIE - Agua / Festival del Agua El Festival del Agua parte de los Nacederos de expresión que generan corrientes de creación, recogidas en un Embalse de recursos culturales, para abrir las compuertas de la imaginación y dejar correr un Caudal de manifestaciones que arrastre muchas Gotas de ilusión, corra por un Laberinto de humedad, reúna una Laguna de sabedores y produzca un torrentoso Aguacero de iniciativas por el agua, todo esto acompañado por el Espíritu del agua al que hemos convocado para que nos acompañe en el trabajo de recuperar y mantener las fuentes hídricas.
RESUMEN Desde hace cinco años el Festival del Agua se viene realizando en el municipio de La Calera como una estrategia social, es decir que permita establecer relaciones -expresadas en actitudes- entre las personas, en el manejo de los recursos hídricos, y cultural, porque busca la resimbolización de nuestras aptitudes para la conservación del agua. Para lograr los objetivos del Festival del Agua, sus estrategias de trabajo se dividen en ocho componentes interrelacionados que buscan generar de manera integral los cambios de las personas frente a su comportamiento con el recurso hídrico y ecosistemas asociados para su conservación y manejo en condiciones óptimas; sobre todo en el municipio de La Calera, donde se produce, conduce y almacena el agua potable de más de 6’000.000 de colombianos que habitan en la ciudad de Bogotá. Como estrategia sociocultural se parte de la sensibilización sobre los recursos hídricos, la participación sobre la conservación y uso adecuado de los mismos, la expresión artística (sensible) sobre nuestra relación con el agua y el compromiso social en el cuidado de nuestros recursos. El Festival es un proceso de fortalecimiento de las tradiciones campesinas en torno al ambiente, tomando como eje el agua, y de formación de identidad como municipio productor de agua. Palabras clave: Agua, conservación, educación ambiental, estrategia socio-cultural, recursos hídricos.
ABSTRACT The Water Festival has been taking place in the municipality of La Calera for five (5) consecutive years as a social and cultural strategy to establish relations among the community concerning the management of water resources and to resymbolize our attitude towards water conservation.
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Festival del Agua, estrategia para la conservación del agua
Colectivo de Trabajo XIE - Agua/Festival del Agua
To attain its objectives, the Water Festival has constructed various strategies divided into eight (8) interrelated components that hope to generate, in an integral manner, the behavioral changes people need to make towards water and the ecosystems associated to it, for their conservation and optimal management. This is especially important in La Calera, where the water for over 6’000.000 citizens that make up the population of Bogotá is produced, conducted and stored. As a socio-cultural strategy, it is part of an educational process regarding water resources, their adequate use and participation related to conservation, the artistic expression (sensible) on our relationship with water and the social commitment to care for our natural resources. The Festival is a process of strengthening the rural traditions concerning the environment, taking as its axis the water, and the formation of the municipality’s identity as a producer of water. Key words: Conservation, environmental education, socio-cultural strategy, water, water resources.
INTRODUCCIÓN Desde el año de 1998 se viene realizando en el municipio de La Calera (Cundinamarca) el Festival Del Agua, como una estrategia socio-cultural para la conservación del recurso hídrico, mediante la resimbolización de este elemento y su contexto ambiental, con el fin de lograr su preservación en condiciones óptimas. Se ha conseguido, con este trabajo, generar un proceso de reflexión - acción a través del ejercicio de la lúdica, así como del reconocimiento del saber y las manifestaciones culturales propias, que aporta elementos esenciales para el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de la región alrededor de la preservación, manejo y uso del recurso hídrico y el ambiente. Este proceso, también, ha generado un trabajo de educación ambiental (“no formal”) con el claro objeto de cambiar las actitudes hacia el ambiente y lograr mayores niveles de sensibilización que permitan relaciones más equitativas entre el entorno y el ser humano. El impacto del Festival del Agua en el municipio de La Calera ha permitido ampliar la propuesta a nivel regional, dentro de una perspectiva de cuenca, que no sólo se basa en los ejes fluviales sino que comprende los ecosistemas de alta montaña, los páramos y los procesos de utilización económica del recurso agua. En el 2001, además del municipio de La Calera, participaron en el Festival más de 12 municipios de Cundinamarca. Como estrategia social y cultural, el Festival del Agua, se puede considerar desde tres perspectivas: conceptual, práctica y estructural.
PERSPECTIVAS Y MÉTODOS Lo conceptual La propuesta parte de una visión integral y sistémica del recurso agua, sus relaciones con el entorno y los seres humanos que usamos de ella para vivir. El agua como fuente de vida representa una necesidad existencial para garantizar el ser del hombre y la naturaleza. No hay ser vivo que no incluya en su hábitat, el agua como forma de ser en sí.
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El agua como esencia de la existencia implica un comportamiento hacia ella. Un comportamiento que en nuestra cultura se manifiesta en su uso para representar desarrollo y progreso; el agua es fuente de interacción en los contextos urbanos ya sea para garantizar su consumo o como energía que propicia sus relaciones sociales. Es así que los índices de desarrollo urbano incluyen la potabilización y suministro del recurso agua (para consumo o energía), como garantía para el bienestar de sus pobladores. En la parte rural y campesina, donde se representa el agua como fuente de existencia, el agua fluye para ser parte del territorio -productor y almacenador de agua-, que nutre el ser, su familia y la vereda en conjunción con el entorno. En las veredas de La Calera -y en muchos municipios de Colombia- la producción del agua está asociada a las partes altas, a los páramos, peñas, cerros, donde habitan encantos, manantiales o mohanes. Cuando abusamos de la naturaleza estos seres se manifiestan en avalanchas formadas por torrenciales aguaceros, que abren paso por las quebradas y ríos. Con la avalancha se arrastran piedras que producen chispas al golpearse en su correr y detrás de ellas pasa el encanto, representado por animales (venados, becerros, terneros) de oro que brillan, saltando por el torrentoso caudal. Pero estos significados del agua, con los procesos de modernización, se dicotomizan y polarizan, los pobladores urbanos no establecen una unión entre el agua que consumen y las fuentes que la permiten. En lo rural, por las exigencias de la concentración de población en lo urbano, la preservación del agua -representada con la conservación de ecosistemas asociados-, ya no es una prioridad, para dar paso a un manejo extensivo, a la vez que intensivo, de los recursos naturales. Con esta dicotomía entre lo rural y lo urbano, el agua ya no es un recurso de preservación, pierde su representatividad e identidad con referencia a la ocupación de un territorio. El agua se vuelve un recurso inerte de consumo y, paulatinamente, se diluye su concepción como ser de vida, que implica un comportamiento de reciprocidad hacia los recursos naturales. Por ello el Festival del Agua parte de la “resimbolización” del recurso hídrico, que consiste en generar los suficientes espacios de “reflexión” -a través de procesos de sensibilización- sobre el manejo y uso del agua para propiciar la “acción” sobre su preservación -cambio de actitudes y aptitudes. Es una “estrategia” porque conjuga una serie de acciones entre lo propio, rural-campesino y los saberes sobre el agua (propios, científicos y académicos) para generar propuestas de manejo, uso y preservación del recurso. Es “social” porque busca el compromiso de todos (rurales y urbanos) desde lo interno y hacia afuera para garantizar el recurso agua (disfrute y preservación). Por ello se enmarca en la identificación territorial del páramo y la alta montaña (como territorios esenciales en la producción y almacenamiento de agua), en relación con su uso (práctico y conceptual) en la vereda, su transcurrir por las cuencas y su beneficio a los seres humanos. En lo social, se rescatan las relaciones que establecemos con la naturaleza. Si somos parte de ella, debemos establecer relaciones recíprocas sobre los recursos que nos proporciona.
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Es “cultural”, porque reestablece y fija las percepciones colectivas sobre el recurso agua. Con el Festival se recoge la experiencia individual y colectiva que poseemos sobre el agua, la hacemos manifiesta a través de la expresión metafórica, simbólica o dramática, y se generan los espacios de reflexión que permitan desarrollar procesos identitarios en torno al agua y ecosistemas asociados; es decir, sobre una apropiación territorial. Una de las principales premisas de esta estrategia socio-cultural es el reconocimiento del sí mismo –como necesidad humana de “ser”–, el respeto por el otro –necesidad de “sentir” y “existir”–, y el respeto por el entorno –donde confluyen todas las necesidades existenciales del hombre–.
Lo práctico El Festival del Agua parte de estrategias metodológicas enmarcadas en procesos: Participativos Que consisten en las acciones que propician la participación de la comunidad, organizaciones e instituciones para lograr un compromiso social en el manejo de los recursos naturales. Formativos Porque propenden por la intención de aprendizaje a través de los diferentes componentes del Festival del Agua como generadores de cambio en los comportamientos individuales y colectivos frente al elemento y su entorno. Identitarios Ya que buscan el arraigo de los habitantes de la región por su territorio y recursos. Se trata de la recuperación del saber ancestral y la resimbolización de los recursos naturales. Sistémicos Para propiciar una visión integral de la acciones y reflexiones generadas por el Festival. No se trata de acciones individuales y aisladas, sino de procesos colectivos, unidos e interrelacionados con el individuo, el otro y el entorno.
La estructura Dentro del Festival del Agua, lo práctico, como lo conceptual, tienen coherencia en torno a su accionar que, aunque se considera una propuesta integral para el abordaje de la problemática del agua, se establece a través de ocho componentes de implementación, los cuales interrelacionan lo conceptual con lo práctico y hacen del todo un Festival: Nacederos de expresión Consisten en la realización de talleres, dentro de los cuales se parte de la reflexión sobre la relación establecida con el agua, sus formas de uso, problemáticas locales y alternativas de solución, hasta llegar a la expresión artística del producto de esta reflexión. Son nacederos, porque de ellos surgen dinamizadores locales que se encargarán de replicar la experiencia y
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orientar la realización de comparsas y otras formas de expresión para ser presentadas dentro del Caudal de manifestaciones. Embalse de recursos culturales Comprende un proceso de investigación para ubicar, reconocer y reunir los recursos culturales de cada vereda, en cada municipio y, de esta manera validar sus formas de expresión y conocimiento. Para el Festival se consideran como recursos culturales: • Cultores: Creadores y portadores de manifestaciones culturales en todas las áreas. • Sabedores: Portadores de conocimiento, relacionados con el manejo y uso del agua al nivel tradicional, popular o científico. • Espacios simbólicos: Lugares y tradiciones culturales relacionadas con la significación del agua dentro del saber de los habitantes de los municipios del área, expresados en mapas parlantes. Laguna de sabedores del agua Es el espacio simbólico donde se reúnen portadores de conocimientos sobre el uso y manejo del agua para compartir sus saberes por medio de conferencias, charlas-recorridos (haciendo visitas a los lugares simbólicos ya registrados en el Embalse de recursos culturales) o cine foros (cineagua). Gotas de ilusión Son la manifestación del reconocimiento al agua, en espacios públicos a manera de pendones, murales, publicaciones (revistas del Festival del Agua 1998, 2000) y difusión radial (programa Voces líquidas), de trabajos realizados en torno al agua y los resultados generados por el proceso del Festival. Laberinto de humedad Es una instalación plástica que, como espacio para la recreación de la imagen sensorial, trabaja directamente sobre las sensaciones de manera que quien pase por esta experiencia quede absolutamente empapado de emociones acuíferas. Espíritu del agua Son montajes teatrales que buscan la recuperación de los elementos simbólicos y rituales que ancestralmente nos acercan al agua. Parte de la tradición cultural que habla de espíritus del agua (mohanes, mohanas, encantos, madremontes), como encargados del cuidado y preservación no sólo del agua, sino del equilibrio ambiental. Esta propuesta dramática la llamamos Teatro Ambiental. Caudal de manifestaciones Es el espacio para la exposición de trabajos, la presentación de comparsas, teatro, poesía, canto y cultores provenientes de las veredas, cascos urbanos y otros invitados al evento. Generalmente, el Caudal de manifestaciones se realiza en el mes de octubre.
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Aguacero de iniciativas por el agua Consiste en recoger las propuestas e iniciativas de los pobladores de las veredas, cuencas y municipios, generando el espacio necesario para establecer compromisos de todos los actores sociales que tienen que ver con la problemática ambiental y el cuidado del agua.
RESULTADOS El proceso adelantado hasta el momento ha arrojado una serie de acciones que pueden ser medida de manera estadística y comparativa para indicar lo significativo que ha sido el Festival en estos cuatro años de implementación. Por ejemplo, en el año 2001 se integraron de manera activa 30 instituciones educativas en el municipio de La Calera y cinco de otros municipios. Se realizaron más de 40 talleres de sensibilización, participaron once grupos teatrales de diferentes municipios de Cundinamarca en el Caudal de manifestaciones; la Laguna de sabedores se nutrió con más saberes tradicionales y la participación de las veredas. Como Colectivo de Trabajo hemos sido invitados a participar en los Foros por el Agua y Congresos Ambientales. El grupo de teatro ambiental ha participado en varios festivales de teatro callejero y el Festival Internacional de Teatro Callejero en Mesitas del Colegio. Plantear el manejo y conservación de los recursos hídricos y ecosistemas asociados, a través de estrategias socioculturales, ha sido un proceso de reconocimiento de alternativas diferentes a la acción directa y la investigación científica dentro de los procesos de trabajo sobre la problemática ambiental. La apropiación institucional y académica de la propuesta no ha tenido la repercusión esperada ya que el Festival se fundamenta en una visión del mundo ecológica (integral y holística), donde el hombre como ser social establece relaciones directas con la naturaleza y recrea símbolos (conocimientos y experiencias) para su conservación y uso. Por eso parte y se nutre de las concepciones propias de nuestras culturas tradicionales (indígenas y campesinas). En lo social, las estrategias del Festival han contribuido como un proceso de formación hacia nuestro entorno, que se percibe en la conformación de grupos ecológicos en nuestro municipio desde el año de 1999 (La Cascada, ECUNA, Grupos ecológicos veredales en La Polonia y El Volcán) y el uso de la palabra Festival en diversos eventos realizados en el municipio desde el año 2001. Aunque se identifique el Festival dentro de lo social, también ha sido un dinamizador de investigaciones sobre el entorno de alta montaña, a través de la socialización de las mismas, no sólo al nivel académico especializado, sino las realizadas por los estudiantes de las instituciones educativas de nuestro municipio. El Festival se considera como un proceso que está empezando a generar cambios en el comportamiento de las personas, que más adelante tendrá resultados concretos sobre el recurso hídrico. Sin embargo, aunque se ha propiciado un cambio en los pobladores del municipio frente a los páramos, la alta montaña y los recursos naturales, sobre todo el agua, aún no hemos establecido líneas metodológicas que permitan recoger estas percepciones. Uno de los propósitos de trabajo de este año es establecer una metodología participativa para la identificación y establecimiento de los niveles de significancia de estas percepciones,
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Colectivo de Trabajo XIE - Agua/Festival del Agua
lo cual es de suma importancia para el autorreconocimiento del impacto del Festival del Agua como estrategia sociocultural.
DISCUSIÓN A pesar de que la experiencia generada por el Festival ha sido objeto de crítica por su carácter lúdico y por expresar sus resultados sobre percepciones (intangibles y sentidas), en diferentes instituciones donde se ha pedido apoyo financiero, en agosto y septiembre de este año se publicitó el Festival del Agua en la zona de los Humedales de Bogotá como una estrategia de conservación ambiental, por parte de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá y otras instituciones, quienes conocen nuestra propuesta desde 1998. Lo anterior nos convoca a la discusión sobre la coherencia de los planteamientos del Festival con el trabajo de educación ambiental y resimbolización del recurso hídrico en las comunidades locales. El Festival, además de ser una expresión lúdica, proporciona los suficientes elementos y argumentos para que sea una estrategia de trabajo para la reflexión y conservación ambiental en las comunidades. De otra manera, ¿por qué las instituciones, que no veían viable la financiación de la propuesta, ahora impulsan festivales de las mismas características y con el mismo nombre? También nos lleva a pensar en la correspondencia de la propuesta con el querer institucional, dentro de los nuevos paradigmas de la conservación ambiental (impulsados como modelos pedagógicos), ya que suministra los suficientes conceptos para ser asumidos por las instituciones y establecer una relación directa con la comunidad. Se debe realizar un intercambio de experiencias sobre esta estrategia, posibilitando un trabajo conjunto sobre la misma, sin extraer las ideas esenciales de la misma e impulsar procesos de protagonismo institucional, donde antes no se consideraba la propuesta como racional y propia a las condiciones de manejo ambiental de nuestra ruralidad.
AGRADECIMIENTOS Agradecemos a la administración municipal de La Calera de los años 1997 - 2000 por su apoyo a esta iniciativa, especialmente a los doctores César Orlando Rodríguez, Fernando Escobar y Baudilio Avellaneda, a los profesores y alumnos de la Instituciones Educativas quienes han recibido esta iniciativa y participado activamente en ella y a todas las personas, grupos, empresas e identidades que han contribuido a la realización del Festival.
LITERATURA CITADA Este artículo es un resumen de las publicaciones generadas por el Festival: Revista Festival del Agua 1998 y Revista Festival del Agua 2000. En el año 2002, los resultados del trabajo del Festival durante los años 2000 y 2001 se publicaron con el CD de las memorias del II Foro Nacional por el Agua impulsado por la Facultad de Recursos Hídricos de la Universidad Central, conjuntamente con el artículo: Hernández, L. H. 2002. Festival del Agua de La Calera. Espíritu del Agua. En: Memorias II Foro Nacional del Agua. Facultad de Recursos Hídricos, Universidad Central, CD-ROM.
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“Por una cuenca ideal”. Plan de incentivos
Herminia Cristancho & María Alicia Ruiz
CONSTRUCCIÓN COMUNITARIA, PLAN DE INCENTIVOS PARA EL MANEJO INTEGRAL DE LA MICROCUENCA “QUEBRADA SAN LORENZO” Por Herminia Cristancho & María Alicia Ruiz
INTRODUCCIÓN En La Calera existen gran número de grupos y organizaciones de la sociedad civil que han venido desarrollando propuestas relacionadas con la protección de los recursos naturales y el medio ambiente. Sin embargo, cada organización e institución ha trabajado de manera aislada y pocas veces se han formulado proyectos de trabajo colectivo; tampoco se han propiciado redes de comunicación que validen y apoyen los quehaceres organizacionales. Con este propósito se aprovechó la experiencia que desde 1977 la Asociación de Veredas de La Calera ha adquirido en torno al papel que, desde sus predios, juegan las mujeres campesinas en el manejo de ecosistemas de alta montaña y páramo. Igualmente, el conocimiento del Colectivo de Trabajo XIE - Agua (1997), en procesos de sensibilización ambiental por medio del reconocimiento de sí mismo, el otro y el entorno, usando como estrategia socio cultural la expresión artística y creativa, para la reflexión-acción sobre el uso, manejo y preservación del recurso hídrico y ecosistemas asociados. También se recurrió a la capacidad de convocatoria y de gestión de la representación del Consejo Territorial de Planeación. Con esta iniciativa común, se busca fortalecer procesos participativos intersectoriales e interinstitucionales a través de una propuesta de construcción colectiva de soluciones a una problemática de nuestra comunidad. Una propuesta que parta de los miembros de la comunidad, sus intereses y que responda directamente a sus necesidades. Se vio que, el “agua es el eje que congrega a la comunidad”, define la distribución de la población dentro de la “perspectiva de cuenca” y su utilización encierra la mayoría de problemas ambientales. De las cuencas del municipio, se seleccionó como objetivo de investigación-acción, la cuenca de la Quebrada de San Lorenzo, por ser una cuenca que responde a diversos intereses, usos y acciones económicas, políticas, sociales y culturales que involucran diferentes actores, tanto colectivos como individuales. Además, ha sido uno de los afluentes que en los últimos tiempos ha cobrado gran importancia para la población. De ella se abastecen acueductos comunitarios-veredales, públicos y privados (con un consumo de caudal de 50 l/s aproximadamente), e industrias. Igualmente, sus aguas son utilizadas para actividades de producción agrícola - pecuaria que se expanden hacia las partes más altas agotando los suelos, contaminando y acabando con los bosques nativos y ecosistemas de páramo. Adicionalmente, se construye en la quebrada un acueducto para el sector urbano (con un caudal de diseño de 23 l/s) por iniciativa de la administración municipal. De esta manera se desarrolló una propuesta cuyo objetivo es formular estrategias de participación, lideradas por la comunidad y las diferentes instituciones y organizaciones, para la creación de incentivos que propicien el manejo y cuidado adecuado de las fuentes de agua, incluyendo todo el ecosistema que las rodea.
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Se comenzó el trabajo con los grupos base con una definición de conceptos e identificación de actores; el proceso continuó con la socialización de la propuesta preliminar en diferentes escenarios, lo que trajo como resultado que se involucraran sectores como la administración municipal, servicios públicos, Umata y POT, además de los acueductos veredales, juntas de acción comunal, Estudiantes del Sena, Parque Natural Nacional Chingaza y ONG. Con ellos se ha avanzado en el enriquecimiento de la propuesta desde talleres de formación (conceptualización de perspectiva de cuenca; reconocimiento con mapa parlante de acuerdo a la visión que cada uno tiene sobre la microcuenca de la Quebrada San Lorenzo; identificar y conocer las relaciones integrales del ecosistema con sus diferentes fases, analizando las acciones negativas y su efecto sobre el entorno; todo eso enriquecido con la visión particular de cada uno, con la ayuda de documentos técnicos y de planchas aéreas). Dentro de este mismo avance se realizó una recopilación de memoria, de documentos ya existentes de estudios realizados, como: Estudio Hídrico Cementos Samper, Empresa de Servicios Públicos, Planeación Municipal, POT, Diagnóstico de los estudiantes del Sena, Documento Acueducto Tres Quebradas y Cartografía. Cada uno de ellos fue estudiado por comisiones, y luego en plenaria se socializaron con los demás integrantes del equipo de trabajo, enriqueciendo así el documento base de la propuesta. Una vez obtenida la anterior información se realizó una salida de campo para ampliar y verificar los datos obtenidos. Como objetivos específicos de la salida se plantearon: • La identificación de bocatomas de acueductos (número, ubicación, infraestructura y manejo de las bocatomas veredales). • El nivel de protección y manejo del área de los predios adquiridos por el Departamento. • Las industrias que generan actividad económica predominante en el área circundante a la cuenca. • Los factores significativos que modifican el cauce (tratamiento de escorrentías, abrevaderos para el ganado). • La disminución de los bosques de páramo (causas) y tipo de vegetación que predomina dentro de la cuenca. Esta propuesta ha servido de punto de confluencia de diferentes intereses, desde una visión comunitaria, institucional, comercial y gubernamental. Une esfuerzos y aplica conocimientos que giran en torno a la organización de las comunidades, para crear estrategias que permiten la resolución de conflictos ambientales frente a la cuenca San Lorenzo, como zona estratégica de conservación. Se parte de la experiencia vivencial, con el aporte directo de la comunidad, que se fortalece con la experiencia de cada una de las organizaciones y grupos existentes. Esto a su vez se complementa con herramientas que permiten encontrar beneficios conjuntos apoyando y empujando este tipo de proyectos, encaminados a lograr la transformación de los impactos ambientales en pactos favorables establecidos con el hombre mismo y la naturaleza. Precisamente por ser una propuesta que parte de la comunidad y para la comunidad, ha tenido gran acogida frente a los líderes comunitarios (presidentes de juntas),
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ONG ambientales, empresas y entidades, junto con la necesidad tan grande que existe de proteger y conservar nuestros recursos. Es así como la credibilidad del proceso frente a la construcción de la propuesta que se está consolidando, es más fuerte a medida que avanzamos en la lucha, con la unión de los esfuerzos de todos los sectores que están afectados y que están involucrados dentro del proceso.
MATERIALES Y MÉTODOS Convocatoria Una etapa inicial nos permitió socializar con los grupos de base (Colectivo de Trabajo XIE - AGUA, AVC) a los que pertenece cada uno de los participantes directos de la propuesta inicial, con ellos realizamos un primer taller sobre “definición de conceptos” referentes al tema ambiental. Esta actividad nos permitió clarificar conceptos y socializar los objetivos iniciales de la propuesta, y al mismo tiempo identificar posibles vinculados al proceso, entre ellos estudiantes del Sena, Ecuna, Umata, Parque Nacional Natural Chingaza y en el proceso se fueron vinculando acueductos veredales y juntas de acción comunal.
Talleres de formación Retroalimentación, socialización, visión-misión. Salida de campo Para ampliar y verificar los datos obtenidos; como objetivos específicos de la salida se planteó: • Número, ubicación, infraestructura y manejo de las bocatomas (Acueductos). • Nivel de protección y manejo del área. • Actividad económica predominante en el área. • Factores significativos que modifican el cauce. • Disminución y tipo de vegetación. • Estado y uso actual de los predios adquiridos por la Gobernación de Cundinamarca para áreas de reserva forestal.
Socialización del proceso Creación de un boletín informativo como medio de difusión del proceso. Este boletín tiene como objetivo primordial el posicionarse en la comunidad como una forma permanente de comunicación y socialización de los avances del proceso.
Diseño de Encuesta Para fortalecer el documento base que dará origen a la “caracterización de la dinámica socio-ambiental de la Cuenca San Lorenzo”, se aplicará una encuesta que determine información no obtenida.
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Socialización del proyecto con los entes administrativos municipales Alcaldía, Concejo Municipal, Oficina de Planeación Municipal, Servicios Públicos y el Consejo Territorial de Planeación. Esta reunión nos permitió dar a conocer el trabajo realizado hasta el momento, las proyecciones, y al mismo tiempo conocer la visión y acción que tiene la administración municipal con respecto a la Cuenca de la Quebrada San Lorenzo, con el fin de construir una agenda de acción conjunta.
RESULTADOS Reflexión permanente sobre la visión y la misión que como grupo estamos construyendo, que nos lleva a concluir que el problema ambiental que afecta al sector rural del municipio de la Calera requiere la definición de una política agraria y ambiental a nivel nacional que surja de una concepción integral en la que se relacione la vida social y económica con los recursos naturales. La acción estatal fraccionada ha conducido a que los recursos oficiales no se utilicen eficientemente y no se enfrenten las consecuencias de los problemas, mientras las causas permanecen inalteradas. El problema del agua o del suelo, necesariamente está vinculado a las formas de producción y éstas son expresión de la cultura, valores y relaciones sociales. Igualmente, se requiere de un énfasis especial en el Plan de Ordenamiento Territorial del componente rural, que en el documento actual casi no aparece, a pesar de ser un municipio primordialmente rural. La Educación se constituye en el medio para avanzar hacia un desarrollo con equidad (entre los géneros, los pobladores y la naturaleza), siempre y cuando ésta se convierta en la fuente de conocimientos para enriquecer la vida. En tal sentido, para enfrentar el problema ambiental del sector rural se precisa de la transformación del sistema educativo y la apertura de opciones formativas para la comunidad, que responde a áreas determinantes del desarrollo rural: • Educación ambiental. • Formación ciudadana. • Equidad en las relaciones de género. • Alternativas productivas y/o incentivos para los pobladores de los páramos. • Administración y organización. • Participación comunitaria. Esta propuesta avanza sobre la búsqueda de herramientas teóricas y metodológicas que respondan a las necesidades del campo y sus pobladores, donde la teoría y la práctica están interrelacionadas, lo que determina que los conocimientos adquiridos conducen a una transformación del entorno por medio del reconocimiento y recuperación de las cuencas y microcuencas del territorio. Además, la capacitación va ligada a la transformación del
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predio tanto en las condiciones ambientales como productivas, e igualmente, a la vida familiar y personal. No es posible la recuperación de los recursos naturales si no logramos inicialmente transformar los valores y actitudes que promovieron el deterioro. Por eso se hace necesario un lugar de encuentro de los pobladores para conocer y reflexionar sobre el territorio, y un espacio para propiciar la integración de la acción municipal y la comunidad. Las propuesta para el manejo de la cuenca deben surgir de una concepción que entienda lo rural en una dimensión integral, que no sólo involucre la producción agropecuaria sino que tenga en cuenta los aspectos sociales, las relaciones familiares y entre géneros, la infancia, el descanso, el afecto, la participación, el conocimiento, la recreación, la salud en general todos los elementos que imprimen un carácter humano al desarrollo. Además se requiere que se entienda la propuesta de desarrollo, no sólo como respuesta a las necesidades presentes o como un problema técnico de utilización de los recursos existentes en las necesidades detectadas; se busca que la comunidad pueda pensar en la vida de hoy y la vida futura; por tal razón, debe asegurarse una utilización de los recursos que garantice su conservación para el porvenir.
Acciones y resultados esperados • Aplicación de encuestas: para obtener información de cada uno de los predios, que aporta al diagnóstico y a la clasificación de la problemática. • Mesa de trabajo con los grupos focales 1 y 2: para socializar y validar la información obtenida hasta el momento. Para la aprobación del documento base, que da origen a la “caracterización de la dinámica socio-ambiental de la cuenca”. • Reunión interdisciplinaria e interinstitucional con organismos como Ministerio del Medio Ambiente, CAR, Secretaría del Medio Ambiente (Gobernación de Cundinamarca), sector económico ubicado en la cuenca como Empresa Embotelladora de Agua, Panamco, Indega Manantial y Urbanizadores (Macadamia). • Elaboración del Boletín Informativo No. 2. • A partir de lo obtenido en la información anterior se obtendrá la “caracterización de la dinámica socio-ambiental de la Cuenca de la Quebrada San Lorenzo”, como parte final de la primera etapa del proyecto. • Identificación de grupos focales por actividad productiva: para construir las alternativas y los incentivos que permitan mitigar los impactos causados en la actualidad.
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Conclusiones
César Rey
CONCLUSIONES DEL SIMPOSIO MANEJO, CONSERVACIÓN Y PROTECCIÓN Coordinador Cesar Rey Desde las ponencias y relatorías de las mesas de trabajo, se encuentran ya planteadas, las características de los procesos de gestión en la conservación de los páramos, así como importantes llamadas tanto desde la comunidad científica y técnica, y los actores locales y regionales tanto privados como públicos. Todos ellos interlocutores que viven los procesos en sus territorios, que le aportan a los mismos sus prácticas y significados; y que por tanto deben ser parte de los programas que apuntan a que en nuestros páramos se continúe posibilitando la conservación de la diversidad natural, la generación de bienes y servicios ambientales para el desarrollo humano, y los espacios naturales valorados desde los diferentes sistemas de conocimiento. Por tanto no queda aquí sino resaltar, de lo expuesto y discutido dentro del simposio, los siguientes aspectos: • Existe amplia trayectoria de trabajo local por la conservación de los páramos. Desde iniciativas de las mismas comunidades, con la información y los medios que ellos tiene disponibles, y desde su forma de concebir y utilizar este ecosistema. • Es necesario que la generación de información técnica y científica que han acopiado los investigadores desde universidades y entidades de gobierno, se haga accesible, en lenguaje y en respuestas de acción concreta sobre el territorio, a los tomadores de decisión tanto locales, como regionales y nacionales. • Las decisiones de ordenamiento del territorio se han de tomar con el mejor grado de conocimiento con que se cuente en el momento, sin invalidar los diferentes aportes. • Las decisiones de ordenamiento no deben ser tomadas exclusivamente desde el ámbito de lo local. Dado que las afectaciones provienen de dinámicas globales, nacionales, regionales y locales de desarrollo, los diferentes intereses y la implicación en la consecución de objetivos de conservación a diferentes escalas deben ser puestos sobre la mesa de concertación. • Los procesos de conservación muestran una fuerte tendencia hacia el manejo participativo. El cual debe ser cualificado en medio de una actitud respetuosa hacia el otro, facultando los mecanismos para que cada actor pueda estar informado y capacitado para abordar el trabajo de ordenamiento territorial. • La conservación de los páramos y todas las acciones de manejo que se requieren para ello, necesitan recursos. Es urgente la definición rigurosa y responsable de distribución equitativa de cargas y beneficios, en el cumplimiento de los diferentes objetivos de conservación. Termino con una frase mencionada en el taller de cosmovisión y que proviene de la sabiduría Muiska Chibcha “Para entender hay que escuchar, sólo de esa manera podremos actuar integradamente con todo lo que nos rodea”.
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SIMPOSIO CONTABILIDAD Y SERVICIOS AMBIENTALES
Walter Vergara
El capital natural como instrumento de desarrollo
EL CAPITAL NATURAL COMO INSTRUMENTO DE DESARROLLO (SERVICIOS AMBIENTALES Y DESARROLLO) Por Walter Vergara1
INTRODUCCIÓN Tradicionalmente, el capital de las naciones se ha medido en bienes y cuentas monetarias. Así, por ejemplo, cuando se miden las reservas de una nación se hace mención al valor de sus bienes en millones de dólares u otra medida contable. Raramente se hace mención al valor de sus bienes naturales o al valor que estos bienes naturales prestan en términos de servicios ambientales. La principal razón de esta omisión tiene que ver con la inhabilidad y falta de métodos para medir la contribución que el capital natural pueda hacer a los bienes de las naciones. El capital natural de las naciones, de una manera simple, consiste en el agregado del valor intrínseco de los ecosistemas y recursos naturales. Este capital ha subvencionado el desarrollo de los países de la región andina desde que fueron ocupados por el hombre. El capital natural ha provisto los materiales para construcción, el agua para consumo y producción, el suelo y sus nutrientes, las especies animales y productos vegetales que proveen alimento, fibras y otros insumos a la producción industrial y agropecuaria.
DISCUSIÓN El capital natural ha obrado como una cuenta de ahorros de estas naciones para sustentar su desarrollo. Esto se ha hecho tradicionalmente sin prestar atención a la necesidad de mantener el valor total de este capital en la cuenta de ahorros. En lugar de vivir de sus intereses, o mejor aún de invertir el capital para aumentar su valor, lo que se ha hecho es continuamente reducir su valor principal. Aún cuando la cuenta de ahorros aparentaba ser inmensa en el pasado, el valor de los retiros anuales ha estado aumentando continuamente de tal manera que ahora los retiros anuales son un porcentaje importante del capital y este se ve reducido de forma importante con el tiempo. Hay elementos en la cuenta de ahorros que tienen un valor que sobrepasa los límites geográficos. Es como si su utilización afectase a otros cuenta habientes del Banco global. Muchos de los cuenta habientes globales ya agotaron sus cuentas de ahorro por debajo de su capacidad de mantenimiento. ¿Puede esta cuenta de ahorros jugar un papel en el desarrollo sustentable de estos países, dado su carácter internacional y su posible papel en el desarrollo sostenible? ¿Podría ponerse este capital a jugar un papel financiero en el desarrollo nacional? Colombia en particular tiene un capital natural muy valioso (una cuenta de ahorros significativa) representado por su biodiversidad, tierra productiva, grandes extensiones de bosque primario y secundario y amplios depósitos minerales. Todos estos elementos juegan un 1 “Las opiniones y datos presentados en este artículo son responsabilidad del autor y no deben ser atribuidos necesariamente al Banco Mundial”.
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papel muy importante en la conservación de la biosfera y hacen parte del capital natural del planeta (su biodiversidad, el control de la calidad de su atmósfera y la conservación de las aguas internacionales). Algunos ejemplos específicos de los bienes que constituyen la cuenta de ahorros son:
El valor de la biodiversidad de los ecosistemas locales Países como Colombia (otros incluyen Brasil, Ecuador) han sido catalogados como países mega-diversos. De hecho, Colombia es una de las cinco naciones con el mayor número de especies y posiblemente es el país más denso desde el punto de vista de especies biológicas en el planeta. El país tiene un número alto de especies de plantas vasculares, anfibios y avifauna y un número record de eco-regiones. La biodiversidad presta un servicio global de estabilidad e integridad del ecosistema global y múltiples servicios locales, muchos de los cuales son esenciales para el funcionamiento de los ciclos de agua, nitrógeno, carbono; en suma la biodiversidad facilita la integración y funcionamiento de la biosfera. La biodiversidad del norte andino es una fracción importante de la biodiversidad global.
Capacidad de captura de carbono Vista desde el aspecto de cambio climático, Colombia aún tiene grandes extensiones de bosques primarios y secundarios que actúan como un gran sumidero de carbono que, de otra forma, contribuiría a aumentar la concentración de gases invernadero en la atmósfera y al cambio climático. Colombia aún mantiene cientos de miles de km2 de selvas húmedas y llanos, al oriente de los Andes, que hacen parte de la última frontera (la Amazonia y el bajo Orinoco). Estos ecosistemas constituyen un gran sumidero de carbono. El potencial de reforestación y recuperación de los bosques andinos y el pie de monte, aún cuando no ha sido evaluado en detalle, es también muy significativo y podría jugar un papel importante en las estrategias de mitigación de gases invernadero en el seno de la convención marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCC). Un papel que ya ha sido reconocido en la convención. Otros ecosistemas que podrían jugar un papel importante son los humedales, los ecosistemas alpinos y los manglares cuyo potencial está aún por dimensionarse.
Potencial de mitigación de emisiones de efecto invernadero Como productora de energía, Colombia es altamente dependiente de generación hidráulica (cerca de dos tercios de su generación), pero es igualmente una productora de gas, petróleo y carbón. El sector energía podría ser un elemento importante en la generación de créditos de carbono, los cuales han sido dimensionados, en conjunto con las oportunidades de sumideros de carbono, por el estudio nacional estratégico (NSS 2000) en el orden de US$430 millones por año. El caso de las fuentes renovables de energía es especialmente interesante. El país tiene un potencial importante de fuentes renovables, del cual solo la generación hídrica ha sido tradicionalmente aprovechada. Sin embargo, otros recursos como la energía solar (el potencial fotovoltaico), la energía eólica, el uso de biomasa no han sido desarrollados como parte de
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la estrategia del sector; estos recursos constituyen un ejemplo de lo que podría lograrse cuando el capital natural es puesto a jugar un papel catalizador de desarrollo.
El papel de las cuencas de aguas internacionales Los países andinos contienen las cabeceras de los principales afluentes de las cuencas del Amazonas y el Orinoco. Por tanto, juegan un papel importante en la estabilidad ecológica de estas áreas. Estas cuencas irrigan una región amplísima que contiene los bosques más biodiversos del planeta, grandes áreas que aún mantienen su cobertura vegetal original y otras fuentes de capital natural cuya estabilidad estaría en juego si los ecosistemas de los Andes pierden su papel de protección de las aguas. Muchos de los puntos de origen de las cuencas están en el sistema de Páramos, que igualmente está siendo amenazado por los impactos inducidos por el cambio climático. El manejo adecuado del capital natural de las naciones es básico para la sustentabilidad de largo plazo y su desarrollo económico. La comunidad global tiene un interés en el manejo de estos bienes y en su conservación a largo plazo pues su uso tiene consecuencias a escala regional y global. El interés de la comunidad global se ha manifestado claramente en las convenciones que sobre conservación de la biodiversidad, prevención de las causas de cambio climático, protección de las aguas internacionales y prevención del proceso de desertificación han sido suscritas con amplia participación. Hay un aspecto adicional que las convenciones internacionales no han enfocado directamente pero que emerge más y más como un punto adicional que requiere urgente atención.
Diversidad cultural, los pueblos indígenas de la zona El manejo adecuado del capital natural, en particular el de los bosques primarios de la región amazónica, tiene consecuencias de valor global relativas a la herencia cultural de los pueblos indígenas de la zona, muchos viviendo al borde del colapso cultural. La zona amazónica es el hogar de pueblos que aún conservan lenguajes, costumbres, religiones, de un valor antropológico sin paralelo. Cambios en estos ecosistemas pueden ser de alto costo para estos pueblos dada su fragilidad. Existe igualmente un peligro por contacto con grupos externos a la zona y esto constituye un fuerte argumento para la conservación e integridad de las reservas indígenas. Conservar el capital natural en la mejora de las condiciones y con un consenso nacional, jurídico, institucional como en el caso de los países nórdicos, es ya difícil. Mucho más para el caso de las naciones del norte de los Andes con condiciones infinitamente más complejas. Colombia atraviesa una situación muy difícil. Aún se está por salir de la crisis financiera, económica que ha afectado a todos los sectores. El capital financiero está amenazado. La situación es aún más compleja por la situación de orden público. No obstante la crisis, el inmenso capital natural de la nación que ha subvencionado un desarrollo a medias no ha sido tenido en cuenta para buscar salidas al problema. Esta crisis es otra razón para desarrollar soluciones no tradicionales para mejorar la calidad de vida y la sustentabilidad de países con características similares.
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Aún así, los bienes de valor global podrían jugar un papel importante en la estabilidad financiera del país y tal vez hasta contribuir con las causas raíz del conflicto. Se podría pensar en los siguientes pasos a seguir para conseguir que este capital juegue un capital activo en el desarrollo de la nación y contribuya a soluciones innovativas a su actual crisis.
El primer paso es reducir la tasa de deterioro acelerado del bien natural, es decir, frenar el desperdicio de los bienes naturales. Por ejemplo: Reducir el uso insostenible de la biodiversidad No obstante recientes esfuerzos en Colombia a través de la formulación de una política nacional de biodiversidad y del apoyo creciente que el Fondo Global Ambiental (GEF) ha provisto (como por ejemplo con el proyecto de “Uso sostenible y conservación de biodiversidad en los Andes”, el cual está siendo ejecutado por el Instituto von Humboldt), el recurso biodiversidad continúa siendo amenazado por múltiples causas. Estas incluyen: la expansión de la frontera agrícola-pecuaria, en particular la ganadería extensiva; el uso de técnicas inadecuadas de prospección y producción mineral y energética; el conflicto armado; la producción de cultivos ilícitos; la expansión urbana; la falta de conciencia y la subvaloración de estos recursos. A esto se agrega la explotación minera de baja escala y la extracción depredadora de recursos naturales (peces, madera, animales). El uso inapropiado de los recursos biológicos contribuye directamente al empobrecimiento del campo a medio plazo: así se obtengan beneficios efímeros inmediatos, a largo plazo la base natural que sustenta la producción de bienes y servicios se deteriora. Muchos campesinos y usuarios son conscientes del problema, pero se hace poco para solucionarlo por la falta de técnicas, un marco legal adecuado, la aplicación de leyes existentes, ejemplos prácticos y ayuda financiera.
El segundo punto es mejorar el entendimiento del potencial de sumideros de carbono y el potencial de mitigación de emisiones de carácter global Los mismos problemas que existen en la conservación de biodiversidad son comunes a la protección de los bosques como una fuente de retiro de carbono de la atmósfera. En este caso se agregan problemas adicionales: • La falta de consenso internacional para reconocer este valor. • La falta de información sobre el potencial nacional y de experiencia institucional sobre el tema. • El desarrollo de instrumentos de transferencia que le permitan a los usuarios del recurso usufructuar su conservación. Colombia ha establecido grandes reservas forestales y parques nacionales, siguiendo un patrón oportunista (en retrospectiva afortunado). Esta gran área bajo régimen de protección es ya una contribución de estas naciones a la conservación del patrimonio cultural global. Desafortunadamente, el Estado se ve en dificultades para amparar de manera efectiva las áreas bajo régimen de protección. En el lado del potencial de mitigación de emisiones, también hay dificultades. Afortunadamente, se están tomando pasos para desarrollar y valorar la capacidad de mitigación de
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gases de efecto invernadero y ahora los países de la zona comienzan a participar en el mercado internacional de carbono. Una de las primeras iniciativas a ser formuladas incluye un proyecto para valorar los servicios ambientales del páramo y su protección a los efectos del cambio climático. Es una oportunidad fortuita. El proyecto del río Amoyá no sólo generará energía a filo de agua, sino que invertirá en la protección del ecosistema páramo para que se garantice su integridad como ecosistema y se le proteja frente a los cambios inducidos por el cambio climático. Este proyecto es un ejemplo práctico de los beneficios de una agenda que combine los mandatos de las dos convenciones. Que la comunidad internacional esté dispuesta a pagar por estos servicios y estimular su conservación es un síntoma alentador. Necesitamos muchas más inversiones como la del río Amoyá o como la de Jepirachi en la Guajira donde las Empresas Públicas de Medellín, con apoyo del Fondo Prototipo de Carbono, manejado por el Banco Mundial, está interesada en estimular la generación eólica y en promover el desarrollo de las comunidades locales con la compra de certificados de no emisión de gases de efecto invernadero. Estos son ejemplos del uso del capital natural del país para su desarrollo sostenible. Son ejemplos, igualmente, de armonización de las agendas de energía y medio ambiente, donde aún es necesaria una mejor integración de políticas nacionales. Existe también un problema de integración entre los tópicos de cambio climático y biodiversidad. La preparación de convenciones separadas para lidiar con estos asuntos ha producido el efecto de separar las agendas. Pero los dos asuntos están muy relacionados. Por ejemplo, el cambio climático afecta el ciclo de agua y la integridad de los sistemas nivales y de páramos. La primera comunicación de Colombia a la Convención identifica un impacto de magnitud catastrófica en las áreas altas de los Andes con una duplicación de la concentración de CO2 en la atmósfera. Cambios en estos ecosistemas van a afectar la estabilidad de los ecosistemas aguas abajo. Los impactos anticipados son tan importantes que se justificaría que los países del norte andino y Costa Rica coordinaran una posición regional en las próximas reuniones de las partes de la convención a fin de atraer la atención y los recursos requeridos para documentar los cambios, identificar, formular e implementar acciones urgentes de adaptación.
Conexión entre los bienes globales y el desarrollo local En la controversia suscitada en torno al protocolo de Kioto, se olvida a veces que la propuesta del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) en el fondo pretende conectar el problema global con el desarrollo local. Los países en desarrollo tienen mucho por ganar con la implementación del MDL como un instrumento de transferencia neta de recursos financieros y tecnología que buscando soluciones costo efectivas a la reducción de gases de efecto invernadero, pretende igualmente promover el desarrollo sostenible. Como en el caso del proyecto de Jepirachi, este desarrollo sostenible es posible buscarlo a través de acciones que beneficien el desarrollo comunitario de las poblaciones locales. Los co-beneficios locales son claves para asegurar que las acciones a ser financiadas a partir de los acuerdos globales tengan sentido local. Los programas de conservación del recurso global deben presentarse a través de la óptica local y la identificación de los
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beneficios para la nación. El enfoque en la maximización de los beneficios locales resultará en ganancias sociales, tal vez en mayor equidad que garantice la sustentabilidad de las acciones a largo plazo. En resumen, la actividad de planeamiento económico y el manejo de las finanzas se ha hecho sin considerar el papel del capital natural y al contrario ha tenido un impacto negativo insostenible en su valor. En muchos casos, políticas de desarrollo, incentivos y regulaciones han sido definidos sin consideración por el valor de los bienes y servicios que el capital natural presta. Es urgente que esta situación cambie. Conservar y producir de modo sostenible es solo parte de la solución, es la parte que nos va a permitir conservar la cuenta de ahorros para el largo plazo. Lo que no se ha tratado hasta ahora sino en forma muy aislada es como poner este capital a jugar un papel financiero. Hay algunos ejemplos del uso de recursos naturales como garantes de la deuda pública y en algunos casos se ha usado el capital natural para retirar deuda nacional (canjes de deuda por naturaleza “debt for nature swaps”). La pregunta es: dado el inmenso valor de estos bienes naturales y su valor estratégico global, ¿no se podría usar este bien para resolver problemas tradicionalmente manejados con capital financiero? Por ejemplo, ¿son los páramos un bien que se pueda expresar en el mercado financiero de desarrollo? Si los páramos son importantes como un ecosistema de valor único que presta servicios de carácter internacional y que además requiere de estrategias de adaptación, ya que están amenazados por el cambio climático, ¿debe este valor ser reconocido en términos económicos? ¿Financieros? Las mismas preguntas se pueden hacer sobre el capital cultural de los pueblos indígenas, del capital biológico de los bosques andinos, amazónicos, de los llanos, de las cabeceras de aguas que alimentan grandes cuencas internacionales. Todos los servicios que estos bienes prestan han sido utilizados sin mirar su integridad y sin considerar su valor estratégico global. Hace unos meses, el director de parques nacionales en una visita a Washington, indicaba en un mapa las grandes extensiones de parque natural, reservas indígenas y otras zonas de protección que se extienden desde la frontera con el Brasil hasta el pie de monte andino, en un arco fragmentado de conservación. La integridad de los elementos de este arco está amenazada por todas las causas ya discutidas pero aún mantiene ese carácter de última frontera, de bien natural que debiera conservarse para el futuro, para la próxima generación, para las generaciones subsiguientes. Otras áreas en la zona de los países del norte andino, tienen esa característica y potencial; por ejemplo, el escudo Guayanés en Venezuela, el oriente ecuatoriano, el corredor del Chocó en el Pacífico y otros. Los países de la zona norte de los Andes ganarían mucho si se propusieran argüir con la comunidad financiera el valor de estos recursos, y estimular un mercado de capitales naturales que pueda suplantar al menos parte de la deuda de capital financiero. El valor representado por los servicios ambientales de estabilización de los gases de efecto invernadero en la atmósfera, de estabilidad e integridad de los ecosistemas, de producción de agua fresca, de
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contribución al acervo de biodiversidad y del patrimonio cultural global, es considerable. La dificultad consiste en no haber sido dimensionado hasta ahora. Pero la situación está comenzando a cambiar. El protocolo de Kioto ha resultado un instrumento, el MDL, que permite establecer al menos un valor a la capacidad de estabilización de gases de efecto invernadero en la atmósfera. El valor del MDL, sin embargo, va más allá de su aplicación al mercado de bonos de carbono. El MDL constituye un ejemplo ilustrativo de mercadeo a nivel global de un servicio ambiental. A través del instrumento MDL, la capacidad de generación de energía a partir de fuentes renovables (generación eólica o hídrica como en el caso de los proyectos Jepirachi y río Amoya), tiene un valor global. ¿Cómo utilizar el capital natural de forma más activa en el futuro desarrollo de estos países? ¿Cómo usar el capital natural como un instrumento de manejo macro-económico? ¿Se podría retirar deuda soberana a cambio de acuerdos de conservación que garanticen la integridad de los bienes naturales para el futuro? ¿A un nivel que tenga impacto en las finanzas de las naciones? Si esto es posible, a gran escala, los intereses que se dejarían de pagar podrían invertirse en muchas otras urgentes necesidades de desarrollo formuladas esta vez a través de un lente de sustentabilidad. ¿De donde vendrían estos recursos financieros? Hay una creciente conciencia de las dificultades que los países en desarrollo enfrentan para manejar su deuda; ni hablar de las perspectivas de reducción. Por ejemplo, cada colombiano nace debiendo US$ 1.000 y esta cifra está aumentando; las perspectivas de reducir este valor con los mecanismos tradicionales no son halagadoras. De otro lado, el planeta enfrenta tal vez su mayor crisis ambiental de escala global. Cada día que pasa, el bien común disminuye. Las convenciones internacionales son una expresión de la urgencia del compromiso de conservación y uso sostenible. ¿Puede esta preocupación pasar de los ministerios de medio ambiente a los de finanzas? ¿De las discusiones sobre medio ambiente internacional a las mesas de discusión sobre el manejo de la deuda externa y la macroeconomía en las bancas multilaterales? ¿Se puede proponer el asunto del valor del bien natural incluyendo el valor de su servicio global en las próximas discusiones macroeconómicas domesticas? ¿Internacionales? Tal vez sí, pero los siguientes pasos deben venir de los más interesados, los países. ¿Por qué no proponer que el arco de elementos desconectados del que hablaba el director de parques, se pueda conectar y estabilizar en una gran zona de reserva de recursos naturales para el futuro (reserva de patrimonio biológico, cultural, de aguas y clima), a cambio de recursos financieros que representen los intereses de esta cuenta de ahorros? Tal vez es hora de introducir estos conceptos en el manejo financiero de los países de la zona. Estos recursos son únicos, no podrán recuperarse una vez se comprometan y aún cuando darle valor a una vida es una barbarie, el valor que la vida provee en servicios ambientales no debe ignorarse. La parte de instrumentación va a ser complicada, pero se puede pensar en alternativas: • Los intereses de deuda adquirida se eliminan en forma anual contra la ejecución de los compromisos de conservación.
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El capital natural como instrumento de desarrollo
• La deuda se vende a terceros en la comunidad internacional financiera, quienes la retiran a cambio de compromisos de conservación. • El valor de los servicios globales de los recursos de carácter único se cuantifica y se compensan en acuerdos internacionales. ¿Es esto un sueño? Tal vez, pero la situación actual, no solo en los países del norte de los Andes sino a nivel global amerita soluciones nuevas, atrevidas. Todavía hay la oportunidad de que los nietos de esta generación miren atrás y nos identifiquen como la generación que derrochó el patrimonio global o como la que inició el proceso de conservación y uso racional. Solo tenemos una vida, solo tenemos un planeta.
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Hernando Medellín
VALORACIÓN ECONÓMICA AMBIENTAL DE PÁRAMOS Por Hernando Medellín
LA VALORACIÓN ECONÓMICA COMO HERRAMIENTA DE GESTIÓN AMBIENTAL Las decisiones de política que tienen como objetivo el mejoramiento del bienestar de la sociedad no se pueden tomar con base solamente en argumentos de tipo cualitativo. Resulta necesario contar con evidencia cuantitativa que permita sustentar objetivamente esas decisiones de política. En este orden de ideas, los beneficios potenciales de las políticas y de las inversiones ambientales tienen que cuantificarse para poder justificar los costos asociados a su implementación. Cuando se trata de políticas y proyectos ambientales, la estimación cuantitativa de los beneficios no es siempre un asunto trivial. Esto por cuanto a muchos de esos beneficios el mercado no les asigna un precio que permita su fácil cuantificación. Es por eso que resulta necesario contar con técnicas especiales para adelantar la valoración económica de los bienes ambientales y de los flujos de servicios que ellos generan. Complementariamente, si los beneficios ambientales y los costos se ubican en el tiempo, entonces finalmente resultará posible tener una medida en valor presente neto de las ganancias que una política o proyecto ambiental generaría a la sociedad en términos de bienestar económico. Las metodologías de valoración económica de bienes y servicios ambientales resultan ser, en consecuencia, poderosas herramientas para el diseño de las políticas y para los procesos de priorización del gasto público: permiten comparar objetiva y cuantitativamente unas políticas y proyectos con otros desde el punto de vista de los beneficios sociales netos que ellas pueden generar. Teniendo en cuenta lo anterior, corresponde a las entidades y empresas con responsabilidades públicas en materia ambiental incorporar herramientas que les permitan hacer, de manera cuantitativa y objetiva, la evaluación de sus inversiones. Esto con el objetivo de mejorar la calidad de sus decisiones, y de contar con sólidos argumentos a la hora de defenderlas ante la opinión pública y las entidades encargadas del control político y de la gestión.
FLUJOS DE BIENES Y SERVICIOS AMBIENTALES DEL PÁRAMO, Y EL ENFOQUE DEL VALOR ECONÓMICO TOTAL Los recursos naturales y los ambientales, y los servicios que ellos prestan tienen valor. Más aún, tienen distintos tipos de valores. A algunos de esos valores se les puede incluso asignar una medida económica. Dicha medida parte de una clasificación adecuada de estos flujos. Existen varias aproximaciones, y, como se ha dicho, diversas metodologías para medir económicamente los distintos tipos de valores que se asignan a los flujos en mención. Una de las clasificaciones de mayor aceptación se presenta en la Figura 1.
Valores de uso directo Estos se refieren a la disponibilidad que tienen las personas de pagar por el uso directo de los recursos ambientales para la satisfacción de una necesidad asociada al consumo o a la producción:
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Figura 1. Valor Económico Total. Adaptado desde Hodge & Dunn (1992).
Valores de mercado Se refiere a todos aquellos valores que son asignados en un mercado, por ejemplo la producción de determinado cultivo o la carne de una explotación de ganadería. Valor de no mercado En este caso se trata del valor de flujos ambientales que se consumen directamente, pero que no cuentan con un precio en el mercado. Un ejemplo de este tipo de valores es el paisaje o el páramo como escenario de investigación científica.
Valores de funciones ecológicas Existen también otros flujos de bienes y servicios como las funciones ecológicas que no cuentan con un mercado. Este es el caso de la regulación hídrica que el páramo ofrece o de la protección del suelo. Aunque nadie paga un precio determinado por estos servicios, son muchas las personas que perciben los beneficios que estos flujos generan. Así, los ciudadanos de Bogotá se benefician del funcionamiento de los páramos al ver reducida la concentración de sedimentos en las fuentes de abastecimiento de agua potable. Los beneficios económicos que se derivan de estas funciones del páramo podrían verse aumentados, por ejemplo, mediante la aplicación de una política de aumento de la cobertura boscosa.
Valor de opción Este es el valor que las personas asignan a los recursos naturales y ambientales por la seguridad de poder mantener la opción de disfrutarlos hacia el futuro, o de disfrutar de los bienes y servicios que ellos prestan.
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Valor de existencia El valor de existencia está relacionado con el placer que algunas personas sienten de que existan los recursos, aun cuando nunca tengan intenciones de disfrutar directamente de ellos.
Valor de legado Algunas personas estarían dispuestas a pagar para que las futuras generaciones disfruten de los bienes y servicios que algunos ecosistemas proveen. Por ejemplo, pagarían para asegurar que las personas del futuro puedan conocer el paisaje de páramo y las especies que en él se albergan. El valor de legado se podría ver como una forma de valor de opción que favorece a las futuras generaciones.
EL FRACASO DEL MERCADO EN LA ASIGNACIÓN DE LOS RECURSOS NATURALES Y AMBIENTALES DEL PÁRAMO En teoría, los individuos racionales toman decisiones orientadas a alcanzar su máximo beneficio. Esto sin tener presente lo que pueda pasar con el resto de personas de la sociedad. Un ejemplo sería el caso de un agricultor que siembra papa en un páramo donde nacen las aguas para un acueducto municipal. Dado que él no recibiría ningún beneficio por conservar las funciones hídricas de ese ecosistema, entonces no encuentra incentivos para hacerlo. Solo encuentra incentivos para desarrollar en el páramo aquellas actividades que le generen las mayores ganancias financieras. Si cultivar papa es la actividad que le genera esas ganancias, entonces él, que es un agente económico racional, sembrará papa. Sin embargo esta es una actividad que podría generar pérdidas (costos) a la sociedad. Las pérdidas se generan porque, desde el punto de vista de la sociedad, el uso que generaría los mayores beneficios sociales sería la conservación del páramo. Varias son entonces las causas por las cuales los bienes y servicios ambientales no pueden ser asignados de forma óptima para la sociedad; las más relevantes para los bienes ambientales tienen que ver con: • A diferencia de los bienes privados, los bienes y servicios que provee el medio ambiente son, en esencia, bienes y servicios con características de “bienes públicos”. Contrario a los bienes privados, los bienes públicos son “no rivales”, “no excluyentes” y “no divisibles”. Es decir, el consumo de ellos por parte de una persona no afecta el consumo de otra (“no rivales”); resulta muy costoso excluir a un individuo de su consumo (“no excluyentes”); y es imposible, o muy difícil definir cantidades finitas de consumo y de oferta (”no divisible”). • La presencia de externalidades. Las externalidades son efectos, directos o indirectos, provocados por las actividades de producción o consumo de unas personas sobre las actividades de producción o consumo de otras, sin que entre esas personas exista una relación económica. Las externalidades pueden ser positivas o negativas. Es así como una empresa que genera desechos y los vierte a un río genera externalidades negativas a numerosas personas, les genera costos. Por ejemplo, las obliga a pagar cuentas médicas, o a potabilizar el agua. Por el contrario, un agricultor que haga labores de conservación de bosques en su predio genera externalidades positivas para la sociedad. Es decir le genera a las personas beneficios. Esos beneficios podrían, incluso, estimarse económicamente.
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• La “información asimétrica” se presenta cuando productores y consumidores no cuentan con toda la información que necesitan para tomar decisiones eficientes. Por ejemplo, las deficiencias de información sobre la calidad de los bienes y servicios hacen que los consumidores no tomen buenas decisiones de compra (aquellas que maximizarían su utilidad). En el caso de los productores, la carencia de información sobre los precios de los insumos y/o factores, impediría la minimización de sus costos de producción, y por esa vía la maximización de su utilidad. Las dos formas más comunes de información asimétrica son: “riesgo moral”, que ocurre cuando en una transacción una de las dos partes, por contar con mejor información, realiza una acción que afecta negativamente a la otra parte. Un ejemplo de riesgo moral podría ser cuando una firma incentiva un nuevo cultivo, ofreciendo a los agricultores comprar toda la producción la firma sabe que dadas las características del cultivo el suelo perderá productividad al cabo de unos períodos, con lo cual los propietarios de las fincas se verán afectados. La segunda forma de asimetría, “selección adversa”, ocurre cuando en un trato una de las partes no cuenta con información completa sobre la otra. En consecuencia no puede tomar la decisión que más le conviene. Ejemplo de selección adversa puede ser el caso del incentivo forestal, dado que en realidad el gobierno no conoce la situación del solicitante, otorga el incentivo que en muchos de los casos no es utilizado para lo que está destinado. • La presencia de “estructuras de mercado que no operan bajo condiciones de competencia perfecta”, como son los monopolios, los oligopolios, los monopsonios y los carteles. En un “monopolio” una sola empresa produce todas las unidades de un determinado bien y/ o servicio provisto en la economía. Al controlar las cantidades producidas, la empresa, como agente racional que es, busca maximizar sus ganancias. Sin embargo, dado que el monopolio no es un “tomador de precios”, entonces puede maximizar sus ganancias restringiendo las cantidades que ofrece al mercado. En estas condiciones, las cantidades ofrecidas son sub-óptimas desde el punto de vista social. Los monopolios son dañinos para la eficiencia en la medida en que pueden limitar las cantidades ofrecidas para elevar los precios y por esa vía llevan a los consumidores a incurrir en mayores costos. Entonces, dado que existen fallas de mercado y que éste no puede asignar los recursos a usos óptimos en términos sociales, el gobierno debe intervenir con políticas que aseguren una provisión óptima de los recursos ambientales. En la Tabla 1 se presentan algunos ejemplos de la relación entre flujos de bienes y servicios ambientales y la intervención con políticas.
Tabla 1. Ejemplos de Políticas y flujos ambientales.
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METODOLOGÍAS DE VALORACIÓN ECONÓMICA AMBIENTAL Como se ha mencionado anteriormente, la valoración de un recurso natural parte de la identificación de cada uno de los flujos de bienes y servicios que provee, y de la selección adecuada del método para medir cada uno de estos flujos. Si existe información de tipo biofísico y económico que permita hacer una valoración a partir de datos reales, se pueden utilizar las técnicas indirectas. En el caso de no existir información de este tipo o en situaciones en que se deban estimar valores de no uso, resulta necesario utilizar la metodología de valoración contingente. Por otra parte, si ya se cuenta con un escenario base y lo que se pretende es la estimación del cambio en el bienestar que la sociedad experimentaría por la mejora en la calidad ambiental inducida por un proyecto, entonces es importante identificar todos los flujos de bienes y servicios a ser mejorados e iniciar la valoración de aquellos más significativos. En la Figura 2 se muestra la clasificación de los métodos de valoración económica ambiental aplicables al caso de páramo.
Figura 2. Clasificación de los métodos de valoración económica ambiental.
A continuación se hará una breve descripción de cada uno de estos métodos, presentándose aspectos básicos y relevantes a la hora de valorar económicamente flujos de bienes y servicios ambientales.
El Método de valoración contingente (MVC) Introducción El método de valoración contingente, MVC, es el nombre que recibe el método de elaboración de cuestionarios para el cálculo de los beneficios generados por un bien. Vale la pena mencionar que el uso del MVC es universal. Este método sirve para construir un mercado hipotético de cualquier bien, sea éste de mercado o no mercado. La primera inclusión de
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esta técnica en el campo de la economía ambiental y de recursos naturales fue en 1964 cuando Davis realizó un estudio de entrevistas para averiguar los beneficios por mejoras en recreación de las personas. Desde esa fecha hasta el presente existe un gran volumen de estudios, tanto a nivel teórico como empírico sobre el tema. En la actualidad el MVC es muy popular entre los investigadores en el campo de la economía ambiental y de recursos naturales, y entre organismos tales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Ellos lo utilizan para estimar beneficios de proyectos no solo en el área ambiental sino en sectores como transporte, salud y educación, entre otros. En el campo de la valoración económica ambiental esta metodología se vuelve relevante en los casos en que no se cuenta con ningún tipo de información sobre el bien a valorar. Incluso, es mucho más relevante si se toma en cuenta que es la única metodología de valoración disponible para la estimación de valores de no uso que presentan ciertos activos ambientales. Objetivos de la metodología En el campo de la valoración económica ambiental el MVC persigue los siguientes objetivos: • Evaluar los beneficios de proyectos que tienen que ver con bienes y/o servicios que no tienen un mercado definido. • Estimar la disponibilidad a pagar (DAP) por un bien no mercadeable como una mejora ambiental. Supuestos de la metodología Los supuestos en que se enmarca esta metodología son: • El individuo maximiza su utilidad dada una restricción de presupuesto representada por el ingreso disponible. Es decir, a la hora de pagar por el bien propuesto, el individuo piensa en que tiene un ingreso limitado para gastar. • El comportamiento del individuo en el mercado hipotético es equivalente a un mercado real. Con esto se garantiza que el individuo toma una decisión racional de comprar o no el bien como lo haría en un mercado real. • El individuo debe tener completa información sobre los beneficios del bien. Esa información ha de estar incluida en la pregunta de disponibilidad a pagar. El individuo reflejará su verdadera DAP si tiene completa información sobre los beneficios y los costos que le genera el bien. Implementación de la metodología Una buena estrategia para el uso del MVC debe comprender los siguientes pasos: • Definición del problema; aquí es importante que el individuo entrevistado tenga absoluta claridad sobre los beneficios y costos que le genera comprar el bien ofrecido. • Formulación de una pregunta que revele la disponibilidad a pagar por el bien. Se debe incluir la definición del escenario, en donde se incluyen aspectos tales como descripción del bien o servicio, los atributos importantes del servicio, métodos o formas de pago,
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implicaciones o repercusiones sobre el cambio del servicio, duración del cambio, métodos para asegurar que los entrevistados entiendan la descripción del bien valorado, medidas visuales de explicación del escenario propuesto. • Determinación de la forma de la entrevista (personal, por teléfono, correo, etc.). • Determinación del tamaño de la muestra y otros asuntos relevantes al muestreo (puede ser aleatorio para la población total o puede ser también un muestreo aleatorio estratificado). • Realización del análisis econométrico para estimar la DAP. La agregación del bienestar Como lo plantea la Economía del Bienestar, todavía no existe un consenso referente a cuál debe ser la forma de la función de bienestar social. Esto imposibilita la aplicación de algún criterio de ponderación de beneficios. Por lo anterior, la agregación del bienestar entre individuos se ha limitado a hacer una agregación lineal de beneficios. Esto supone que todos los individuos tienen preferencias y ponderaciones idénticas de bienestar. Aunque este supuesto es muy fuerte, es lo único que se puede aplicar en términos prácticos. Bajo un enfoque de agregación lineal de beneficios, los beneficios totales de una mejora en la calidad ambiental a partir de un proyecto de restauración o de conservación de un recurso natural son: Los beneficios totales son la suma de las disponibilidades a pagar de los beneficiarios de la mejora ambiental. Por ejemplo, en el caso de la mejora en la calidad del agua del río, los beneficios de esta mejora serían la sumatoria de los beneficios individuales de todas las familias impactadas por la mejora. Dado que esta medida se refiere a un momento en el tiempo, es necesario luego pasar a definir el número de períodos de duración de estos beneficios. Esto último implica la estimación de flujos de beneficios mientras dura la mejora. Para esto es necesario escoger una tasa de descuento. Este es el valor presente neto de los beneficios totales de la mejora ambiental en un período de tiempo específico. El período de tiempo se denota por, t, y la tasa de descuento por, r. Este valor es un insumo básico a la hora de emprender cualquier evaluación de política a partir de la técnica de análisis Costo - Beneficio.
El modelo de costos de viaje (TCM - Travel Cost Model)
Introducción Uno de los métodos indirectos de valoración de bienes y servicios ambientales no mercadeables más comúnmente utilizado es el de costos de viaje (TCM). Este método se aplica principalmente para la valoración de recursos de uso recreativo como parques, lagos y otras áreas públicas en donde se incurre en gastos para acceder a ellos. El TCM generalmente se usa para valorar áreas que están muy lejos de las personas que generalmente los utilizan.
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El modelo de costos de viaje se le atribuye a Harold Hotelling quien en 1947 propuso la metodología al director de servicios de parques de los Estados Unidos. Sin embargo, esta metodología fue puesta en práctica solamente desde finales de los años sesenta y ha venido desarrollando y evolucionando en las últimas décadas. El TCM supone que los individuos maximizan su utilidad sujetos a ciertas restricciones. En la mayoría de los casos, la aplicación de esta metodología se ha restringido a lugares de recreación basados en el recurso hídrico (embalses, ríos etc.). Esto porque ellos constituyen casos interesantes para el análisis de los costos de viaje. El valor económico de los servicios de recreación que los recursos naturales proveen, depende de características tales como los niveles de contaminación de agua o del aire, las decisiones de manejo, etc. La idea básica de este método es medir la cantidad de dinero que las personas gastan para utilizar un recurso natural, por ejemplo un parque nacional (su “costo de viaje”). Esto refleja el “precio” (implícito) de los bienes y servicios no mercadeables que provee un sitio. Objetivos de la metodología Desde el punto de vista de la valoración ambiental la metodología de los costos de viaje (“Travel Cost Model”, TCM) tiene como objetivos principales los siguientes: • Definir los factores tanto de los individuos como de un lugar de recreación que determinan la demanda por él. • Estimar una función de demanda por un sitio de recreación, y a partir de ella estimar la DAP por él. Supuestos de la metodología Inicialmente se examinan los principales supuestos del modelo simple de costos de viaje para la demanda por un lugar de recreación. El modelo se basa en la variación de los costos de viaje al lugar (precio implícito de acceso). Es decir, en la diferencia entre los costos en que incurren los distintos individuos. Es conveniente comenzar por examinar los aspectos relevantes para determinar las escogencias entre diferentes bienes de consumo. En este caso, se entiende que el consumo en recreación forma parte de la canasta de bienes y servicios que los individuos compran. A continuación se presentan entonces los supuestos de esta metodología: • Aunque el valor de la experiencia recreativa no tiene un precio en el mercado, los costos en que incurren los individuos para recrearse pueden ser utilizados para asignarle un precio a esa experiencia. • Frente a una disponibilidad limitada de tiempo y de ingreso, los individuos seleccionan los bienes y servicios que compran de manera que ellos les generen flujos óptimos de consumo.
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Estos flujos de bienes y servicios producen utilidad o satisfacción y es por esto que son demandados. • Los individuos perciben cambios en componentes asociados al viaje tales como los costos de desplazamiento a un lugar de recreación y responden de la misma manera que lo harían a cambios en la tarifa de entrada al lugar. • El propósito de cada viaje al lugar de recreación es única y exclusivamente visitarlo. Si el propósito del viaje es visitar dos o más lugares o a un familiar que vive por el camino, entonces parte del costo de viaje sería un costo conjunto que no podría asignarse apropiadamente entre los diferentes propósitos. • Todas las visitas al lugar tienen la misma duración. • No hay utilidad o des-utilidad derivada del tiempo que se gasta viajando al lugar. Es posible que si se tiene en cuenta el placer que se genera el manejar o viajar por una carretera llena de paisajes, entonces el método de costos de viaje pudiera estar sobreestimado cuando se tiene en cuenta el precio de la visita; lo contrario ocurriría cuando se percibe el viaje como una experiencia incómoda. • El salario es igual al costo de oportunidad del tiempo. • No hay lugares alternativos de recreación disponibles para estos individuos. Implementación de la metodología Identificar el lugar y utilizar un cuestionario de encuesta para recolectar datos de los visitantes relacionados con los costos de viaje al lugar. Derivar la demanda por el lugar. Calcular las ganancias en términos económicos de los visitantes.
El método de precios hedónicos (MPH) Introducción Las regresiones hedónicas se han aplicado principalmente en el mercado de vivienda. Esto por cuanto ellas permiten, por ejemplo, observar el efecto de diferencias en la calidad ambiental sobre sus precios. Los primeros modelos hedónicos que se aplicaron se basaron en el trabajo de Sherwin Rosen (1974). Para Rosen, los inmuebles eran un bien que se diferenciaba por las cantidades de varias características que ellos contenían. Los consumidores de las diferentes calidades de bienes obtienen utilidad de éstos, mientras que los productores o los vendedores de los bienes incurren en costos que dependen de las variables que ellos ofrecen. La interacción entre los consumidores y los productores en un mercado competitivo para estos bienes diferenciados determina el “equilibrio hedónico”. El término hedónico nace del análisis de los precios y de la demanda por las fuentes individuales de placer; por ejemplo el paisaje, el aire limpio u otros atributos que, combinados, pueden caracterizar bienes heterogéneos pero que están compuestos por características más o menos homogéneas.
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Objetivos de la metodología Los principales objetivos del modelo de precios hedónicos son: • Estimar la disponibilidad a pagar que tienen los individuos por consumir un bien particular (vivienda), teniendo en cuenta que esta DAP depende de características y atributos de la misma. • Estimar el impacto que tienen diferentes niveles de atributos sobre el precio de bienes como por ejemplo la vivienda, la propiedad rural, etc. • Obtener una medida agregada del bienestar ante cambios en la calidad, o cantidad, de un atributo de entorno ambiental de un bien. • Caracterizar el mercado de determinados bienes, particularmente “bienes raíces”, a partir de la información sobre la calidad ambiental de su entorno. Supuestos de la metodología • El precio de los bienes, particularmente de los bienes de “propiedad raíz” como son la vivienda y la propiedad rural depende de las características o atributos ambientales de su entorno. • La cantidad de una característica particular puede variar independientemente de las otras características. • La escogencia del lugar de un bien de “propiedad raíz”, como la vivienda, depende de las preferencias, del ingreso del individuo y de los precios de los atributos ambientales de esos bienes. Implementación de la metodología La metodología se desarrolla a partir de información secundaria que se encuentra en diferentes bases de datos tanto de entidades gubernamentales como privadas. El modelo de precios hedónicos (MPH), tiene un componente geográfico muy importante por lo que resulta útil complementar los datos secundarios con información geográfica que pueda ser manipulable a través de un Sistema de Información Geográfica. A continuación se presentan los principales pasos a seguir para la aplicación de la metodología: • Identificar el atributo ambiental que se desea valorar (Ej.: calidad del aire); definir la variable que lo describe (Ej.: partículas suspendidas totales), e identificar los posibles impactos que tenga sobre los lugares de residencia de los hogares (Ej.: suciedad de las fachadas). • Identificar y definir la zona de estudio. Por ejemplo, la estimación podría ser aplicada en una o varias localidades de la ciudad o en la totalidad de localidades de la misma. • Estimar la muestra, según el número total de viviendas que se encuentran en la zona. Aplicar muestreo estratificado según población total por estrato socio económico. • Especificar el conjunto de características estructurales y de atributos de entorno que caractericen a las viviendas.
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• Estimar la DAP marginal. • Estimar una medida agregada de DAP por características y atributos, según la totalidad de viviendas que componen la población objetivo.
El enfoque de aproximación a partir de la función de daño (EAFD) Introducción Muchas empresas utilizan recursos naturales como el agua, el aire, el suelo, las poblaciones de peces y los bosques como fuente de materia prima para la producción de bienes y servicios. Cualquier modificación en la calidad o cantidad de estos recursos traería consigo un cambio en el nivel de producción o en los costos variables. Por ejemplo, en una finca productora de maíz las necesidades de fertilizantes serían función del contenido de nutrientes en el suelo: de su fertilidad. Mientras más bajo sea el contenido de nutrientes en el suelo, mayores serán las necesidades del fertilizante que es necesario aplicar para obtener una producción determinada. De manera análoga, en el caso de una planta potabilizadora de agua, las necesidades de químicos dependerán de la calidad del agua que la planta recibe. Dado que ecosistemas tales como páramos, bosques, rondas, etc., son los que aseguran una provisión de agua de buena calidad en cantidades adecuadas, resulta necesario pensar en las relaciones que existen entre los cambios en la calidad de esos ecosistemas y las decisiones de las empresas que, como la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), distribuyen agua. Los beneficios económicos que ellas pueden percibir, o dejar de percibir, por cambios en el funcionamiento de esos ecosistemas estratégicos justifican las inversiones en conservación, preservación y restauración de ecosistemas. Objetivos de la metodología En el campo de la valoración económica ambiental el enfoque de aproximación a partir de la función de daño (EAFD) persigue los siguientes objetivos: • Estimar una función que permita relacionar una variable que represente la intervención al ecosistema (dosis), con una variable que represente el impacto generado sobre el recurso (respuesta). • Expresar estos impactos en términos de su valor económico, en este caso en términos de los precios de mercado de los bienes e insumos involucrados. • Evaluar las políticas y proyectos orientados al mejoramiento de los ecosistemas mediante la generación de evidencia sobre sus beneficios económicos. Supuestos de la metodología Los supuestos para la aplicación de esta metodología son: • Existe una relación de sustitución entre los insumos convencionales y la calidad ambiental. Por ejemplo, una mejora en la calidad del agua reduciría el consumo de químicos para el tratamiento del agua utilizada por una empresa productora de papel.
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• Las empresas perciben los cambios en la calidad ambiental y, por consiguiente, cambian su comportamiento en términos de, por ejemplo, la elección del conjunto y de las cantidades de insumos utilizados en su proceso de producción. • El parámetro de calidad que se está utilizando para representar la causa del daño debe ser el adecuado; en el caso de la contaminación del agua la sedimentación produce un empeoramiento de la calidad del agua que puede ser medido a partir de los sólidos suspendidos. • La medida de bienestar encontrada es una parte del valor de uso directo del recurso. Mide la cantidad de dinero que se está dispuesto a pagar hoy por utilizar el recurso ambiental como un insumo dentro del proceso de producción.
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Género en actividades de ecoturismo de FOCIFCH
Adriana Burbano-Tzonkowa
¿CÓMO INCORPORAR GÉNERO EN ACTIVIDADES DE ECOTURISMO DE LA FOCIFCH? Por Adriana Burbano-Tzonkowa
RESUMEN El presente trabajo pretende adentrarse en algunos conceptos y metodologías que puedan ayudar en la aplicación de los enfoques de género y participación en las actividades de ecoturismo, desplegadas por la Federación de Organizaciones Indígenas de las Faldas del Chimborazo (FOCIFCH), localizada en la zona andina del Ecuador. Trabajar con género y participación constituye un reto que muchas instituciones han comenzado a tomar. En los proyectos de conservación y desarrollo se pueden aplicar metodologías participativas que no necesariamente implican el trabajo con género. Sin embargo, no es posible trabajar género sin participación. El ecoturismo es una actividad que requiere de la plena participación de las comunidades locales asentadas en los sitios de interés turístico. Ellas deben ponerse de acuerdo en todas las etapas de funcionamiento y decisión que ésta requiere; desde la planificación y ejecución del proyecto hasta los beneficios que se generen. Esto supondría un trabajo participativo en donde derechos y obligaciones son compartidos equitativamente. Es necesario diseñar proyectos que recojan las aspiraciones de mujeres y hombres de la comunidad y que contribuyan en la conservación de ecosistemas frágiles como es el páramo andino. Palabras clave: Comunidad, ecoturismo, género, páramo, participación.
ABSTRACT This essay intends a deep analysis in several concepts and methodologies that could help in the application of gender and participation focus for the ecotourism activities. These have been display by the Federation of Indigenous Organizations of the “Chimborazo” Slopes (FOCIFCH), located in the Andean zone of Ecuador. Working with gender and participation is a challenge that several organizations have started to take it. In the conservation and development projects we can apply participating methodologies, which not necessarily imply to work with gender. However, it is not possible to work without participation in gender. Ecotourism is an activity that requires a full participation of local communities located on sites of tourism interest. Those communities must reach an agreement from all of the required functioning and decision stages, starting with the planning and execution of the project, until its profit generation. A basic assumption is to count with collaborative work, where rights and obligations are shared in an equity basis. It is necessary a project design that incorporates both: men and women aspirations of the community, which at the same time, contributes for the fragile ecosystems conservation, as the Andean paramo. Key words: Community, ecotourism, gender, paramo, participation.
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Género en actividades de ecoturismo de FOCIFCH
Adriana Burbano-Tzonkowa
INTRODUCCIÓN Trabajar con género y participación constituye un reto que muchas instituciones han comenzado a tomar. En los proyectos de conservación y desarrollo se pueden aplicar metodologías participativas que no necesariamente implican el trabajo con género. Sin embargo, no es posible trabajar género sin participación. El ecoturismo es una actividad que requiere de la plena participación de las comunidades locales asentadas en los sitios de interés turístico, pues ellas deben ponerse de acuerdo en todas las etapas de funcionamiento y decisión que ésta requiere, desde la planificación y ejecución del proyecto hasta los beneficios que se generen. Esto supondría un trabajo participativo en donde derechos y obligaciones son compartidos equitativamente. El presente trabajo pretende adentrarse en algunos conceptos y metodologías que puedan ayudar en la aplicación de los enfoques de género y participación en las actividades de ecoturismo, desplegadas por la Federación de Organizaciones Indígenas de las Faldas del Chimborazo (FOCIFCH), localizada en la zona andina del Ecuador. Estas actividades se han caracterizado por ser practicadas de manera autogestionaria por parte de esta organización; sin embargo, la pregunta es hasta que punto éstas pueden ser más eficientes si especificamos quién las va a realizar. Los intereses de mujeres y hombres son generalmente distintos así como sus percepciones sobre el manejo y conservación de los recursos naturales. Es necesario entonces, identificar los mismos para diseñar proyectos que recojan las aspiraciones de todas las personas beneficiarias, y que contribuyan en la conservación de ecosistemas frágiles como es el páramo andino. Finalmente recogemos algunas lecciones aprendidas, producto de experiencias de instituciones y comunidades que han trabajado en estas iniciativas y ciertas reflexiones propias que como equipo hemos logrado con base en el trabajo que se está desarrollando en la Federación.
¿QUÉ ES LA FOCIFCH? Contexto social y político En el Ecuador uno de los movimientos sociales más importante y fuerte es el indígena, que se encuentra organizado por una gran confederación de nacionalidades indígenas a nivel nacional. A esta organización se vinculan agrupaciones locales conformadas por comunidades indígenas y asociaciones de trabajadores. Una de las razones para su constitución es demandar conquistas sociales y económicas, entre ellas la legalización de sus territorios, que incluyen propiedades dentro de áreas protegidas. Estas reivindicaciones étnicas no se pueden lograr si no existe una organización de base que pueda sustentarlas. La Federación de Organizaciones Indígenas de las Faldas del Chimborazo (FOCIFCH), es una organización de segundo grado que está conformada por siete comunidades, con 403 familias y aproximadamente 1.851 habitantes pertenecientes a la nacionalidad Kichwa Puruhá. Está afiliada a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE). Sus territorios están dentro de los cantones Guano y Riobamba y las parroquias de San Andrés y San Juan en la provincia del Chimborazo, Ecuador. Sus siete comunidades son: Santa
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Anita, Pulinguí Centro, Cuatro Esquinas, Sanja Pamba, TamboHuasha, Chorrera Mirador, San Pablo Pulinguí. En 1987 el Estado Ecuatoriano declaró como Reserva de Producción Faunística Chimborazo a una gran parte de territorios pertenecientes a la Federación, lo cual provocó conflictos entre las comunidades y las autoridades de la Reserva. Finalmente se firmó un convenio donde el Estado asumió el compromiso de respetar las propiedades indígenas con la condición de planificar el manejo de sus territorios. A su vez, la organización reconoció la función del Estado como responsable de orientar las actividades humanas en el área de la reserva para mitigar el impacto ambiental generado por estas actividades (Adaptado de Noboa & Pacheco 2001). A partir de este convenio, la preocupación de la FOCIFCH se centra en la recuperación y conservación de los territorios pertenecientes a las comunidades de las faldas del Chimborazo, pues las personas que los habitan hacen uso del agua y los recursos escénicos del área. (Plan de Desarrollo Local 1999). En el diagnóstico participativo realizado por la FOCIFCH en su Plan de Desarrollo Local, entre las recomendaciones resalta la necesidad de mitigar el impacto ambiental causado por las prácticas de pastoreo intensivo y extensivo existentes en la zona debido a los procesos de erosión ocasionados por las ovejas y el ganado vacuno, puesto que representan el 57 % de la producción total familiar. La propuesta según este documento fue mejorar el bienestar de las personas de la comunidad e inició con la recuperación y conservación de la capa vegetal, la sustitución de ovejas por camélidos andinos, la diversificación de actividades productivas y el aprovechamiento de otros recursos sustentables. En este contexto el ecoturismo se presenta como una estrategia para conservar los territorios de la Federación. Con los apoyos financiero y técnico de la Fundación Desarrollo y Paz y de la Escuela Politécnica del Chimborazo, respectivamente, se llevó a cabo la capacitación de 20 guías nativos de turismo (hombres y mujeres) del área de influencia. Con la colaboración de la Fundación Ñan Paz, se constituyeron grupos de jóvenes en todas las comunidades llamados “Cuerpos de Conservación” quienes están trabajando en actividades de forestación, construcción de senderos de interpretación ambiental y capacitación en prácticas de conservación. Los y las jóvenes de las comunidades de San Pablo, Chorrera Mirador y Tambohuasha, se encuentran desarrollando -junto con el personal capacitado como guías nativos de turismo y naturalistas- las primeras actividades de construcción del sendero interpretativo de Talagua. Paralelamente los grupos de mujeres de las comunidades de Cuatro Esquinas, Tambohuasha y Pulinguí Centro, han recibido capacitación y apoyo financiero para elaboración de artesanías por parte del Proyecto Páramo, quien apoyó también la elaboración de los planes de manejo comunitarios del páramo de las comunidades de Chorrera Mirador y Tambohuasha. El interés de la FOCIFCH en este proyecto, radica en la posibilidad de articularlo con las actividades de ecoturismo que actualmente se realizan. Existe un grupo de mujeres que investigan su música y cultura con el objetivo de rescatarlas y volver a practicarlas siendo también una de las actividades paralelas del ecoturismo.
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Contexto ecológico Las comunidades integrantes de la FOCIFCH están ubicadas al sur - occidente de la ciudad de Riobamba, en las faldas del volcán más grande del Ecuador, el Chimborazo, con 6.310 m. De acuerdo al diagnóstico ambiental desarrollado en el proceso de elaboración del Plan de Desarrollo Local, las comunidades identificaron la existencia de algunas especies nativas como el conejo de páramo (Sylvilagus brasiliensis), curiquingues (Phalcoboenus caruneulatos); entre los venados tenemos al de cola blanca que es el más característico (Odocoileus virginianus) -especies muy amenazadas por la caza constante-. Entre la flora característica de la zona, tenemos: sigse (Cortaderia nítida), quishuar (Budleja incana), achupalla (Puya spp.), chuquiragua (Chuquiraga jussieui), arquitecto (Senecio sp.), romerillo (Hypericum laricifolium) y la tradicional paja (Stipa sp.) (Plan de Desarrollo Local 1999), las mismas que se encuentran en peligro de desaparición, debido al aumento de la frontera agrícola, el uso para leña, y las quemas frecuentes. Dentro de los atractivos turísticos naturales y culturales reconocidos por las comunidades de la FOCIFCH se encuentran: Los nevados Chimborazo y Carihuairazo, cerros, quebradas, vertientes, el sendero de los hieleros del Chimborazo, lagunas y bosquetes y especies nativas de flora y fauna. Es de resaltar que las actividades culturales más características y relacionadas con los atractivos turísticos son las fiestas religiosas, el carnaval, otras tradiciones ancestrales, costumbres de reciprocidad, la elaboración de artesanías, y producción musical andina. Todas estas manifestaciones culturales son muy apreciadas por visitantes tanto nacionales como del extranjero (Noboa & Pacheco 2001). De acuerdo a Yucta (2001) el ingreso de turistas a la Reserva Faunística es estimado en 2.500 entre nacionales y extranjeros, siendo las temporadas de mayor arribo entre julio y agosto, y la de octubre y noviembre como de mayor afluencia de turistas extranjeros. Sin embargo, de acuerdo a su análisis, el mayor flujo se da por visitantes nacionales, cuyo mayor interés es el nevado. Este sería el posible mercado meta con el que podrían trabajar las comunidades.
Contexto nacional De acuerdo a datos del Ministerio de Turismo del Ecuador desde enero de 2000 está vigente la dolarización, cuya finalidad fue mejorar la economía del país. Según esta entidad sus efectos se pueden vislumbrar en algunos factores claves del crecimiento de la economía del país como es el sector turístico, que se ubica como la tercera actividad generadora de divisas para la economía ecuatoriana. De la misma fuente se obtienen datos sobre el ingreso al país de aproximadamente 400 millones de dólares por concepto de turismo receptivo en el 2001, lo que representó el 7 % de las exportaciones totales de bienes y servicios. En el mismo año, las perspectivas del turismo fueron muy buenas ya que el Ministerio pronosticó que esta actividad crecería, siendo sus proyecciones el arribo de dos millones de personas hasta el 2010, calculando un incremento de turistas del 14 % anual. Sumado a estas proyecciones el Ministerio señala algunas consideraciones importantes: • El PIB turístico ha crecido en +3 % en el 2001.
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• El turismo es un importante generador de empleo. • Existe gran oferta de servicios turísticos en el Ecuador. • El país fue visitado por más de 600.000 personas en el 2001. Tomando en cuenta las proyecciones señaladas por el Ministerio de Turismo, las oportunidades para desarrollar el ecoturismo en el Ecuador, según Perrone (2001) presentan algunas características: • Se realiza en áreas naturales, generalmente frágiles y amenazadas como el páramo. • Propicia la participación directa en diversas formas de comunidades rurales, vinculadas a las zonas de operación. • Hay un alto componente educativo y de respeto por parte de operadores y clientes. • Promoción de la participación democrática en las decisiones locales. • Mejora de la autoestima local e identificación de la población con especies emblemáticas. El contexto de las actividades ecoturísticas que están siendo desarrolladas por la FOCIFCH se enmarca dentro de las oportunidades señaladas por Perrone. La ubicación de sus territorios dentro de un área protegida, con una belleza escénica única que ofrecen sus páramos y nevados como el Chimborazo y otros atractivos que atraen el turismo nacional y extranjero, sumado a las ricas manifestaciones culturales propias de su nacionalidad indígena, se constituyen en un potencial que bien aprovechado podría contribuir directamente en la conservación del área y el mejoramiento del nivel de vida de su población. Esto solamente puede ser alcanzado si la organización está fortalecida y en este propósito se encuentra trabajando actualmente la FOCIFCH.
¿CÓMO PARTICIPACIÓN Y GÉNERO SE VINCULAN EN LA ESTRATEGIA DE ECOTURISMO DE LA FOCIFCH? A través de la elaboración del plan de manejo de los páramos de la FOCIFCH que fuera apoyado por el Proyecto Páramo, se identificó en los programas y proyectos de su plan la necesidad de consolidar la naciente experiencia del ecoturismo comunitario, como una estrategia para conservar sus páramos. Frente a esta realidad el Grupo Randi Randi y el Proyecto Páramo deciden unir esfuerzos para apoyar esta iniciativa a través de un convenio con FOCIFCH y con la participación del Ministerio del Ambiente. La finalidad de este enlace es vincular participación, género y ambiente en las actividades de ecoturismo. Es en este marco se inscribe el proyecto Género y Desarrollo Sustentable, que es una iniciativa conjunta entre el Grupo Randi Randi y la Embajada Real de los Países Bajos, cuyo objetivo es trabajar en la aplicación de una propuesta conceptual-metodológica que vincule los enfoques de género y ambiente en proyectos de desarrollo, implementados por comunidades que desean trabajar en procesos sustentables de uso de los recursos naturales. Desde esta perspectiva, se inserta el convenio con FOCIFCH para realizar en una primera etapa el
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levantamiento de una línea base sobre estas actividades que realiza la Federación. Los resultados de esta etapa permitirán proyectar acciones para la siguiente fase, con la finalidad de fortalecer su iniciativa.
¿Pero qué es participación? De acuerdo a Schmink (1999) la participación “Fomenta la capacidad de autogestión de hombres y mujeres en relación con el manejo de los recursos naturales y promueve su desarrollo sustentable”. ¿Por qué es importante la participación comunitaria en el ecoturismo? En el Ecuador se han desarrollado muchas iniciativas de ecoturismo en la Amazonia, Sierra andina y región costera. Estas han variado desde actividades implementadas por las propias comunidades; empresas mixtas constituidas entre el sector privado y las comunidades; hasta proyectos de gran escala generados por la empresa privada -que en un plazo de 15 años pasarán a ser propiedad de grupos indígenas (Eppler 1998). Uno de los problemas que se derivan de esta actividad es el auge del turismo desordenado, es decir, aquel turismo que es desarrollado por personas o grupos de personas inexpertas, sin ningún control ni respeto por las tradiciones culturales de las comunidades que poseen territorios con importantes atractivos naturales, lo que ha generado un debilitamiento de éstas y una falta de interés por parte de los turistas para visitar zonas que pueden ser conflictivas. Uno de los principios básicos del ecoturismo debe ser la participación comunitaria por varias razones; citamos las más relevantes: • Las personas de las comunidades son dueñas de los territorios con los atractivos naturales y culturales para ser visitados. • Hacer ecoturismo implica el manejo racional de los recursos a través de la planificación conjunta y convenida por las personas de la comunidad y de otros sectores interesados en esta actividad. • La participación de las comunidades en los proyectos de ecoturismo les permite negociar el manejo de sus recursos al mismo nivel con las distintas entidades, tanto ambientalistas como de la empresa privada. • La participación contribuye al empoderamiento de las mujeres y hombres en las actividades de ecoturismo porque define claramente los roles e intereses de cada uno y les permite acceder a nuevas destrezas que los especializa en las diferentas áreas de trabajo y permite un funcionamiento empresarial eficiente. En consecuencia, la participación de todos los sectores en un proyecto de ecoturismo potencia que un territorio pueda ser conservado, que las comunidades que habitan allí puedan beneficiarse de su contribución en la conservación y que los servicios ofrecidos a los turistas sean de calidad, sin que necesariamente tengan que ser de lujo.
¿Y qué es género? En un proyecto de ecoturismo comunitario, género nos permite romper estereotipos como “el hombre de guía y la mujer de cocinera” (Arroyo & Burbano 2001). Nos revela roles,
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actividades y conocimientos que normalmente son invisibles entre las mujeres y los hombres. También esas interacciones que se manifiestan con variables como edad, estatus marital, posición económica, etnicidad y situación migratoria (Schminck 1999). Entendemos por género “Las diferencias y las relaciones construidas socialmente entre mujeres y hombres que varían por situación, contexto y tiempo. Ayuda a entender cómo los factores históricos, demográficos, socioeconómicos y culturales afectan estas relaciones y determinan las formas en que hombres y mujeres manejan los recursos naturales” (Schminck 1999). Trabajar con un enfoque de género nos asegura que se represente la diversidad social en el proyecto de ecoturismo. También, nos revela las instituciones y agrupaciones sociales dentro y fuera de la comunidad que deben participar en este tipo de proyectos (Poats 1999). Puede ser que en una comunidad -si no hemos preguntado a las mujeres sus intereses y actividades- hagamos ecoturismo en sitios donde ellas no lo desean, pues las distancias que tienen que recorrer no les permiten cumplir con sus actividades cotidianas. O al no haber hablado con los ancianos y ancianas nos falta conocer más sobre la historia de esa comunidad. El aporte de género diferencia las relaciones que la gente establece con los recursos naturales y los ecosistemas, con respecto al conocimiento, uso, acceso, control e impacto sobre los recursos naturales y las actitudes en relación con los recursos naturales y la conservación (Schmink 1999). En un proyecto de ecoturismo conocer cuáles son los intereses de hombres y mujeres en relación con las actividades del proyecto es un imperativo, porque esto podría ayudarnos a definir el grado de participación de cada uno. Así mismo, es necesario identificar cuáles son los beneficios para las mujeres y para los hombres al participar de estas acciones. Al hacer este análisis conoceremos si va a haber sobrecarga de trabajo principalmente para las mujeres, porque nadie va a reemplazarlas en las labores domésticas y la crianza de sus hijos. Si bien es cierto el proyecto debería beneficiar a todas las personas de la comunidad, hay que comprender que estos beneficios no necesariamente son directos. Es decir, que éstos se pueden manifestar en obras de bienestar común como son: mejoras en servicios de salud, educación, luz, agua, baterías sanitarias, casa comunal, entre otras. En consecuencia el análisis de género es un esfuerzo sistemático para documentar las actividades de hombres y mujeres. Esto es, división sexual del trabajo en relación con el desarrollo de un proyecto de ecoturismo. El conocimiento de las actividades productivas, reproductivas, de gestión comunitaria y trabajos fuera de la finca realizadas por los hombres y mujeres nos detallan el cuadro de roles, funciones y responsabilidades que cada una de estas personas ejecuta para el mantenimiento de la familia y de la comunidad. Por ejemplo, una de las mayores responsabilidades que tienen las mujeres es el mantenimiento de la familia, educación de niñas y niños, cuidado de la salud y alimentación; mientras que la generación de ingresos, bienes, servicios o beneficios para consumo propio o para su comercialización en el mercado, es realizado tanto por hombres como mujeres con diferentes intensidades.
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El ecoturismo comunitario Lo definimos como un turismo responsable que busca minimizar los impactos ambientales y culturales, valoriza y contribuye activamente a la conservación de los ecosistemas y genera ingresos sustentablemente para la población local en su conjunto a través de proyectos manejados por las comunidades (Arroyo & Burbano 2001)1. El ecoturismo puede generar a los pueblos locales una alternativa de desarrollo. Actualmente más comunidades tienden a elegir al ecoturismo como una actividad que puede ser manejada por ellos; sin embargo, esto podría convertirse más en un problema que en una solución. Muchas veces esta incursión en el mundo turístico se hace empíricamente porque se desconocen las formas de comercializar el producto, saturando los ofrecimientos de buenos servicios y haciendo una mala administración que no ofrece garantías a los turistas. El papel que han jugado las Organizaciones no Gubernamentales (ONG) en la promoción de este tipo de proyectos no ha sido el más acertado, han invertido mucho dinero en la construcción y capacitación para dotar de servicios turísticos sin haber realizado estudios previos de factibilidad social, económica y ambiental de los proyectos (Eppler 1998). Sumado a la inestabilidad económica del país, la gran mayoría de proyectos han fracasado, provocando que las comunidades que han tenido estas iniciativas vean detenidas sus aspiraciones de beneficiarse con el ecoturismo. Según Eppler (1998), es importante diseñar programas de ecoturismo que armonicen con las necesidades tradicionales de la comunidad y los procesos de toma de decisiones, indispensables para lograr la conservación de la diversidad biológica en el Ecuador. Es preciso establecer el nexo entre ecoturismo y conservación. Como sabemos, el Ecuador es uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo; posee además un recurso cultural invaluable como la gran variedad de etnias, que en su mayoría se encuentran tradicionalmente asentadas en las reservas naturales. Son ellas principalmente quienes deben asumir esta tarea tan importante de conservación. El papel de las Organizaciones Gubernamentales (OG) y ONG es justamente contribuir a su desarrollo permitiendo lograr resultados de conservación. Al ecoturismo también se lo plantea como un servicio ambiental porque es definido como una actividad no extractiva. “En el Ecuador, el tema de los servicios ambientales ha despertado interés, especialmente alrededor del servicio que bosques y páramos ofrecen con respecto a la protección de agua” (Cederena 2002). La oportunidad de presentar al ecoturismo como generador de beneficios, por el servicio ambiental que presta la población al establecer la conservación de sus recursos, es una idea nueva pero que puede tener cabida en las aspiraciones de la comunidad. Sin embargo, esto requiere de una valoración justa de los recursos que se están manejando en función del ecoturismo. La valoración de éstos según Cederena no puede ser parcializada; por eso es muy importante la participación de todas las personas involucradas, tanto usuarias como beneficiarias. Y este análisis debe ser hecho en los componentes social, económico, ambiental, cultural e histórico. 1 Ponencia realizada por Paulina Arroyo y Adriana Burbano en la Conferencia Internacional de Ecoturismo en febrero del 2001 en Riobamba, Ecuador.
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Es primordial tomar en cuenta que el ecoturismo no puede ser visto como la panacea frente a todos los problemas que puede tener una comunidad y por lo tanto, no se debe plantear como la única alternativa de mejorar el nivel de vida de las personas integrantes de ella.
PROPUESTA CONCEPTUAL PARA LA INCORPORACIÓN DE PARTICIPACIÓN Y GÉNERO EN LAS ACTIVIDADES ECOTURÍSTICAS DE LA FOCIFCH El desarrollo de la presente propuesta se enmarca en el ajuste del marco conceptual de MERGE2 , el cual será aplicado en las comunidades de FOCIFCH que se encuentran realizando actividades de ecoturismo. Los resultados de esta aplicación serán validados en campo y obtendremos una experiencia probada de la aplicación de participación y género en actividades de ecoturismo comunitario. El desarrollo de este marco conceptual es el siguiente:
Análisis del contexto del proyecto de ecoturismo desde la ecología política Nos permite evaluar todos los factores sociales, culturales, políticos, económicos y ecológicos dentro de las distintas escalas de la organización socioeconómica de la comunidad (Schmink 1999). Para el caso de la FOCIFCH este análisis nos ayuda a definir claramente cuál es la condición y posición social de mujeres y hombres dentro de la comunidad, pues es evidente que los procesos históricos y ecológicos, condicionan las diferencias entre éstos y el uso de los recursos naturales (Adaptado de Arroyo 1999). Análisis de las relaciones de género vinculadas con el proyecto de ecoturismo Nos ayuda a diferenciar los grupos de personas que son usuarias de los recursos y en este caso nos ayuda a evidenciar el rol de la mujer para entender e igualar las relaciones entre los dos (Susan Poats com. pers. 2002). Según el marco MERGE género diferencia los objetivos, valores, poder, y prácticas de usos de recursos entre grupos de usuarios; esto es importante para la incorporación del enfoque de género porque se identificarán los grupos de interés para trabajar en las actividades de ecoturismo.
Análisis de grupos de interesados internos y externos a la comunidad Continuando con el marco MERGE, este análisis nos permitirá identificar los diferentes grupos e instituciones externos o internos a la comunidad, tanto formales como informales que pueden afectar positiva y negativamente el desarrollo del proyecto de ecoturismo. Al comprender los intereses, conflictos, complementariedades, poder relativo y los recursos que estos grupos manejan se vuelve un aporte útil y práctico en la planificación de los
2 El programa MERGE (Manejo de Ecosistemas y Recursos con Énfasis en Género) es una red colaborativa de organizaciones en Estados Unidos, Ecuador, Perú y Brasil que trabajan en la definición de un marco conceptual común a partir del trabajo realizado por estas instituciones. Este programa desarrolló y adaptó programas de capacitación y asistencia técnica para diferentes audiencias y contextos, mediante el desarrollo de alianzas colaborativas para la incorporación de género en proyectos de manejo de recursos naturales con la participación de poblaciones locales ( Poats et al. 1998).
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proyectos. Según Rocheleau (1995) el grado de participación de los diferentes grupos locales en la toma de decisiones e implementación de proyectos -de ecoturismo en este caso- es un factor clave en su empoderamiento, para que defiendan sus propios intereses y desarrollen las estrategias necesarias para que estos proyectos funcionen.
Análisis institucional de la FOCIFCH Según Schmink (1999), el éxito en los proyectos basados en la conservación de recursos depende de la implementación de procesos de capacitación dentro de la institución como en las comunidades con las que se trabaje, así como también, de los acuerdos y alianzas institucionales. Hay que establecer un buen sistema de planificación, investigación y evaluación. Estas premisas contribuyen a la continuidad del proyecto y a la participación de la comunidad en él.
Análisis de sustentabilidad Este análisis nos ayuda a identificar si el proyecto implementado contribuye a la conservación de los recursos tanto naturales como culturales de los territorios de las comunidades y si se han minimizado los impactos generados por prácticas intensivas de uso. Si las personas que habitan estos territorios se encuentran directamente relacionadas con el proyecto o no. Y si ellas reconocen que la conservación de la biodiversidad y los beneficios económicos están directamente relacionados (Schmink 1999).
ALCANCES DE LA PROPUESTA METODOLÓGICA Para establecer la relación entre lo conceptual y lo metodológico, la propuesta será aplicada con base en la realización de talleres que proporcionen la información precisa para una línea base a través del siguiente análisis: • Situación actual. • División sexual del trabajo. • Uso, acceso y control de los recursos naturales. • Degradación ambiental y su impacto por género. • Concepciones culturales que marcan de manera diferente a hombres y mujeres. • Niveles de participación por género en las actividades del proyecto. • Análisis de los resultados de los talleres. • Aplicación de la propuesta de incorporar género en el proyecto de ecoturismo. • Evaluación de la propuesta y lecciones aprendidas. Se aspira a que en un año se obtengan los resultados que ayudarán a identificar de manera conjunta las actividades a desarrollar con hombres y mujeres de cada comunidad relacionadas con el ecoturismo.
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Preguntas clave que nos facilitan la incorporación de género en el ecoturismo comunitario Para conocer las actividades que realizan hombres y mujeres dentro de su grupo familiar y de la comunidad, en relación con la planificación y ejecución de un proyecto de ecoturismo, se plantearon algunas preguntas que deberán ser respondidas en el transcurso del proceso. Las más relevantes son: ¿Quién hace las actividades de ecoturismo? ¿Quién toma las decisiones sobre lo que se debe hacer en las actividades de ecoturismo? ¿Quién tiene acceso y control a los recursos naturales en el proyecto de ecoturismo de la FOCIFCH? ¿Quién se beneficia de las actividades de ecoturismo? ¿Habrá sobrecarga de trabajo para la mujer o el hombre? ¿Qué factores influyen sobre la participación comunitaria en ecoturismo?
REFLEXIONES FINALES Finalmente incorporamos algunas reflexiones basadas en la experiencia obtenida a través de la ejecución de proyectos de ecoturismo comunitario, emprendidos por otras comunidades y también de la experiencia que está desarrollando la FOCIFCH: • La incorporación de género en un proyecto de ecoturismo constituye una iniciativa nueva. • El ecoturismo como un medio para conservar los páramos es una alternativa social, económica y ambiental atractiva para las áreas protegidas y para el Estado. • El análisis de género ayuda a identificar el grupo dentro de la comunidad que participará en el proyecto de ecoturismo. • Una iniciativa de ecoturismo comunitario como la de FOCIFCH, contribuye para que hombres y mujeres adopten nuevas prácticas de manejo en beneficio de la conservación de sus páramos y puede potenciar su actividad económica. • El ecoturismo a su vez se convierte en una estrategia cultural porque sus manifestaciones también son parte de los atractivos turísticos de la FOCIFCH.
LITERATURA CITADA Aguilar, L., I. Castañeda & H. Salazar. 2002. En búsqueda del género perdido, equidad en áreas protegidas. UICN. San José. Costa Rica. Arroyo, M. P. 1999. Estudio de caso sobre las relaciones de género en la comunidad de Inga Monserrat, Provincia de Pichincha, Ecuador. En Género y páramo. Serie Páramo 2. GTP/ Abya Yala. Quito. 25-33 p.
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Cevallos, L. H. 1995. Políticas de turismo en las áreas protegidas del país. Proyecto ECU/ 93/015. GEF/INEFAN. Quito. Ecuador. CEDERENA. 2002. Pago por servicios ambientales. Una alternativa que contribuye al manejo y conservación de bosques y páramos. La experiencia de la Asociación Nueva América. Ibarra Ecuador. Desarrollo Forestal Campesino (DFC). 1996. Manual del Planeamiento Andino Comunal. Eppler, W. M. 1998. Meeting the global participation in Ecotourism: Case studies and lessons from Ecuador. América Verde. Working paper No.2. TNC/USAID. Arlington, Virginia. FOCIFCH. 2000. Plan de Desarrollo Local Federación de Organizaciones Indígenas de las Faldas del Chimborazo. Vol 1 y 2. Proyecto de Desarrollo de los Pueblos Indígenas y Negros del Ecuador PRODEPINE. Ministerio de Turismo. 2002. Investment in Tourism. Quito Ecuador. Noboa, P. & M. Pacheco. 2001. Ecoturismo en los Páramos de la Reserva de Producción Faunística de Chimborazo: La experiencia de la FOCIFCH. Serie Páramo 9. GTP/AbyaYala. Quito. 71-86 p. Perrone, A. 2001. La sostenibilidad del ecoturismo en el Ecuador. Serie Páramo 9. GTP/ AbyaYala. Quito. 23-37 p. Poats, S. V. 1999. Análisis de género y el manejo del páramo: explorando las necesidades y potencialidades. En Género y páramo. Serie Páramo 2. GTP/AbyaYala. Quito. Pp. 5-24 . Poats, S. V., P. Arroyo & R. Azar (Ed). 1998. Género y manejo sustentable de recursos naturales: Examinando los resultados. Memorias Conferencia Internacional de MERGE. Quito. Ecuador. Rocheleau, D. E. 1995. Gender and biodiversity: A feminist political ecology perspective. IDS Bulletin 26(1): 9-16. Schmink, M. 1999. Marco conceptual para el análisis de género y conservación con base comunitaria. Género, participación comunitaria y manejo de recursos naturales. Estudio de Caso Nº 1.University of Florida/PESACRE. Pp. 1-14. Vega, E. & D. Martínez. 2000. Productos económicamente sustentables y servicios ambientales del páramo. Páramo 4. GTP/AbyaYala. Quito. Ulfelder, W. H., S. V. Poats, J. Recharte, B. Barbera & L. Dugelby. 1997. La conservación participativa: lecciones del estudio PALOMAP en la Reserva Ecológica Cayambe-Coca, Ecuador. América Verde. Documento de trabajo No. 1. División de América Latina y el Caribe. The Nature Conservancy. Yucta, P. 2001. Proyecto sendero ecoturístico Talagua y centro turístico comunitario Cuatro Esquinas. Tesis. Riobamba.
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MONITOREO AMBIENTAL EN LOS BOSQUES DE NIEBLA: CUANTIFICACIÓN DE LA PRECIPITACIÓN OCULTA EN BOSQUES SUBANDINOS Y ANDINOS Por Luis Alfonso Ortega, Mark Mulligan, Juliana González & Andy Jarvis
RESUMEN Hidrology Ecology and Regional Biodiversity (HERB), es un programa del Departamento de Geografía Del King’s College London, La Universidad del Cauca, la Fundación Proselva, el Instituto von Humboldt, el Ministerio del Ambiente, CIAT. El proyecto se basa en el monitoreo en los Bosques de Niebla del Pacífico, particularmente en el Centro de Estudios Ambientales TAMBITO. Se emplearon diferentes interceptores. Las mediciones permitieron establecer los porcentajes de agua que entra al sistema por intercepción de niebla y la relación con el cambio de las condiciones climáticas. Referente a los factores que afectan la precipitación oculta se consideró la vegetación como uno de ellos, se calcularon medidas de densidad, composición florística y estructura a lo largo de un gradiente altitudinal en 25 puntos. Se estimó su eficiencia para interceptar niebla con experimentos de campo y laboratorio. La precipitación neta por intercepción fue de 9 % en el período de julio a diciembre de 1999. Complementario a este trabajo se desarrolló la investigación sobre el papel de la intercepción de nubes por epifitas, por lo cual se presentan los modelos producidos. Los resultados marcaron pautas para iniciar nuevos estudios en zona de amortiguación del Parque Nacional Puracé, en el marco de un proyecto sobre ciclos de reciprocidad, en el cual se espera encontrar acuerdos que permitan lograr incentivos para el manejo y conservación de zonas de regulación y producción hídrica. Palabras clave: HERB, intercepción, nubes, precipitación, reciprocidad.
ABSTRACT Hydrology Ecology Regional and Biodiversity (HERB), it is a program of the Department of Geography of the King’s College London, the University of the Cauca, the Proselva Foundation, the Institute Von Humboldt, the Colombian Ministry of the Environmental and CIAT. The project is based on the monitoring in the Forests of Clouds of the Pacific, particularly in The Center of Environmental Studies TAMBITO. Different interceptors were used to calculate the percentages of water that enters to the system for interception of fog and the relationship with the change of the climatic conditions. With respect to the factors that affect the precipitation, the vegetation is considered like one of them, measures of density were calculated, composition floristic and it structures along a gradient altitudinal in 25 points. The net precipitation for interception was of 9 % in the period of July to December of 1999.
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Complementary to this work the investigation was developed on the analysis of the paper the interception of clouds by epiphytes. The results marked rules to begin new studies in buffer zone of the National Natural Park Puracé, in the framework of to project in cycles of reciprocity, in which is hoped to find agreements that allow achieving incentives for the management and conservation forest. Key words: Clouds, HERB, Interception, precipitation, reciprocity.
INTRODUCIÓN El proyecto HERB integra diferentes campos de investigación y diferentes investigadores. El trabajo concreto sobre precipitación oculta fue adelantado por González (2000), no obstante este hace parte del proyecto principal (HERB), en el cual es complementario a los temas adelantados por los otros investigadores. Uno de estos estudios de monitoreo es el de entender el papel de la precipitación oculta en las cuencas hidrográficas de los bosques de niebla en la cordillera occidental y los altoandinos en la cordillera central. Esta presentación muestra tres procesos que se desarrollan de manera separada por diferentes investigadores, pero se integran en el HERB. Los procesos o fases son: 1. Fase de experimentación (en la Reserva Tambito Cordillera Occidental), 2. Fase de Modelamiento y Simulación (en King’s College de la Universidad de Londres), 3. Fase de Ajuste y Replica (en Cuenca Río las Piedras Cordillera Central). En conjunto los estudios buscan contribuir al mejor entendimiento de los procesos que controlan la precipitación oculta, su contribución al balance hídrico de las microcuencas del suroccidente de los Andes Colombianos y las posibles implicaciones de la deforestación.
CONCEPTOS BÁSICOS El ciclo hidrológico en el bosque de niebla y altoandino Los bosques de niebla constituyen aquellas áreas que están caracterizadas por tener un cinturón de niebla permanente durante varias horas del día. El cinturón de nubes puede ocurrir a un amplio rango de alturas, dependiendo del tamaño de la montaña, la distancia al océano y la exposición a los vientos predominantes. En el caso de la Cordillera Occidental en su vertiente Pacifica, estos se pueden encontrar desde 1.500 hasta más de 3.000 msnm; en la Cordillera Central debido a la perdida de coberturas en los bosques subandinos, estos bosques de niebla se reducen al área de los bosques altoandinos entre 3.200 y 3.900 msnm. La diferencia entre el ciclo hidrológico en el bosque de niebla (subandinos, andinos y altoandinos) y el bosque de tierras bajas radica principalmente en que la niebla puede significar un aporte adicional de agua al sistema (González 2000). La permanente presencia de niebla se constituye en un filtro que reduce la radiación solar incidente, aumentando así la humedad relativa. Estas condiciones atmosféricas normalmente conducen a bajas tasas de evapotranspiración ya que la vegetación permanece humedecida.
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Características de estos bosques tales como la alta pluviosidad -en algunos casos-, las pendientes desde fuertes hasta escarpadas, y la presencia de suelos orgánicos de gran espesor (para los bosques altoandinos) o gran epifitismo (bosques de niebla del pacífico), que actúan como esponjas reteniendo agua, hacen que el impacto de la deforestación tenga severas consecuencias, desencadenando en unos casos, y acelerando en otros, una serie de procesos de erosión, lo cual a su vez ocasiona la desestabilización de las vertientes, y un enorme impacto en la disminución del recurso hídrico ya que estos bosques multiestratificados y con gran presencia de epifitismo, junto con las áreas de paramos se constituyen como reservorios de agua. Igualmente, y considerando la precipitación oculta, la desaparición de estos bosques ocasiona lógicamente la disminución de la precipitación neta. Según Gonzáles (2000), la precipitación neta en estos bosques consta de dos componentes que son la lluvia y la niebla interceptada por la vegetación. Caudal = (Lluvia + Precipitación oculta) - Evapotranspiración =Almacenamiento Donde la precipitación oculta, la evapotranspiaración y el almacenamiento, están afectados por las condiciones de niebla, composición y estructura del bosque.
Precipitación oculta Gonzalez (2000), reporta que la Precipitación Oculta puede aportar una cantidad considerable de agua al balance hídrico en algunos bosques de niebla, pero la variabilidad entre un bosque y otro es considerable. En algunos casos se ha reportado (Cavalier & Goldstein 1989) que la precipitación oculta puede aportar 50 % del agua total que entra al sistema. Este es el caso de Macuira, en el bosque enano de niebla. Sin embargo, en otras áreas como en el Zumbador, Venezuela el aporte de la precipitación a la precipitación neta es de sólo 3,5 %. Se ha sugerido por Cavalier & Goldstein (1989), que esto es explicable por el tipo de nubes presentes en cada localidad, pues las nubes de Zumbador son estratiformes y tienen partículas de agua más finas, mientras que en Macuira son frecuentes las masas cumuliformes homogéneas. Estimación de la precipitación oculta González (2000) reporta diferentes métodos manuales para medir la precipitación oculta. Los más comunes son: El uso de interceptores artificiales como los “gauze cylinders” y las “wire harps”. Los cuales tiene la limitación de que cada bosque tiene una estructura y composición única, lo que hace difícil crear una relación entre la eficiencia del interceptor y el bosque. Estos interceptores dan una buena idea de la distribución espacial y relativa de la precipitación oculta en la cuenca. El uso de mediciones de lluvia a través del dosel y las mediciones de lluvia fuera del bosque. Este tipo de mediciones da una idea de la eficiencia de interceptación del dosel y de la cantidad neta de agua que puede entrar al sistema. Estas mediciones realizadas durante períodos de ausencia de lluvia dan una medida directa de precipitación oculta. El método más complejo es el de medir en parcelas permanentes todos los componentes del balance hídrico y estimar por diferencia el aporte de la precipitación oculta. El uso de
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este método tiene la limitación de que la medición de la mayoría de los componentes del balance hídrico es difícil (evapotranspiración, intercepción, escorrentía). Factores que afectan la precipitación oculta Entre los factores biológicos y climáticos que afectan la precipitación oculta los más importantes son: • Las características de la vegetación. Altura del dosel, estructura del dosel y del sotobosque, índice de área foliar (área de intercepción), tamaño de la copa, densidad del rodal, orientación y características físicas de las hojas, abundancia y tipo de epifitas, bromelias y briófitas, capacidad de absorción de agua de las mismas, entre otras. • Las características climáticas y topográficas. ?Cantidad de agua de la niebla, tamaño de las gotas de agua de la niebla, velocidad y dirección del viento, frecuencia y distribución de las nubes bajas, posición topográficas • Papel de la vegetación en la intercepción de niebla. Una mayor área superficial resulta en un mayor área de intercepción y la complejidad de la estructura del bosque sumado a la abundancia de epifitas, briófitas y bromelias aumenta el área de intercepción. Adicionalmente es frecuente encontrar hojas xeromórficas y pubescentes que en su mayoría repelen el agua de la superficie, posiblemente para facilitar el intercambio de gases de la planta.
MATERIALES Y MÉTODOS Se presentan a continuación los materiales y métodos para las tres fases: 1. Fase de experimentación, 2. Fase de Simulación, 3. Fase de Ajuste y Réplica.
Área de estudio El trabajo tanto de la fase 1 como de la fase 2 se realizó en las cuencas Tambito y Palo Verde, en la Reserva Natural Tambito, ubicada al suroccidente de Colombia en el Municipio de El Tambo, Departamento del Cauca, contiguo al Parque Nacional Natural Munchique, sobre la vertiente occidental de la cordillera Occidental. Tambito es una Reserva Natural de la Fundación Proselva, de aproximadamente 3.000 ha en un rango altitudinal que va desde 1.450 hasta 2.600 msnm, y con temperaturas promedio de 19 ºC en la parte más baja y 13 ºC en la parte más alta. La humedad relativa esta cercana al 100 % y la precipitación promedio anual en la parte más baja es de 3.800 y 7.100 mm, en la parte alta sobre 2.200 msnm (estaciones HERB). El promedio total para el área en el período 1995 a 1998 fue de 4.120 mm (estación Proselva). El trabajo de la fase 3, se adelanta en la cuenca del río Las Piedras, Municipio de Popayán, Cauca, sobre el flanco occidental de la cordillera Central. Esta cuenca tiene un rango altitudinal desde los 1.700 a los 3.600 msnm.
Fase 1. Experimentación Muchas variables hidrológicas, climáticas, edáficas y bióticas han venido siendo monitoreadas en Tambito por la Fundación Proselva y el proyecto HERB, principalmente. Durante más
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de tres años el proyecto HERB ha estado utilizando estaciones automatizadas, ubicadas en diferentes tipos de cobertura: Bosque primario, bosque secundario y pastizal, con el propósito de monitorear radiación solar, precipitación, temperatura aérea y humedad relativa especialmente. Para el trabajo realizado por la investigadora González (2000), denominado en esta publicación como Fase 1: Experimentación, se desarrollaron investigaciones con el propósito de entender 3 aspectos básicos: Monitoreo de la interceptación de nubes Para el monitoreo de la interceptación de nubes se instalaron seis estaciones a lo largo de un gradiente altitudinal en cada cuenca (Tambito y Palo Verde), para monitorear intercepción de nubes, temperatura, humedad relativa y precipitación. Tres de las estaciones fueron localizadas cerca de los Datatakers, las otras se localizaron en nuevos sitios. En cada estación se ubicaron dos colectores diferentes. Uno de los sitios fue seleccionado para comparar diferentes colectores y diferentes orientaciones en relación con el evento prevaleciente. Se seleccionaron dos diseños de colectores de niebla: el “wire harp” y el “gauze cilindres”. El primer diseño consiste en un marco de 1 m x l m, en cuyo interior se instalan en sentido vertical y paralelos a los lados del cuadro 48 hilos de nylon de 1 mm de espesor, espaciados 2 cm, el uno del otro. En el extremo inferior del cuadro se ubicó una manguera plástica con perforaciones en un solo sitio de 5 mm cada 2 cm, con el fin de que cada hilo de nylon deposite el agua interceptada, para que a través de esta manguera el agua se deposite en un recipiente graduado en milímetros, para facilitar la medición. Este interceptor se ubico a 2 m del nivel del suelo, perpendicular a la corriente de viento predominante. Sobre el “wire herp”, se colocó un plástico de 2 m², para evitar que la lluvia interfiera en la medición. El segundo tipo de interceptor “gauze cilindres”, consistió en dos aros metálicos de un metro de perímetro, los cuales servían de soporte a 48 hilos de nylon de 1 mm de espesor y 1 m de largo, distribuidas homogéneamente en los aros. En el aro inferior se ubicó una manguera plástica con iguales especificaciones que en las “wire arps”, y se utilizó el mismo mecanismo de cuantificación de la precipitación oculta interceptada. Este cilindro se protegió de la lluvia mediante la colocación de un plástico de 2 x 2 m en la parte superior. La altura del piso en la cual se ubicaron los cilindros, fue de 2 m los colectores se ubicaron en áreas “claras” del bosque en rangos de 20 a 1.000 m². Entendimiento de los efectos de las temporadas climáticas y la dirección del viento en las mediciones de interceptación de nubes Para el entendimiento del efecto de las temporadas climáticas y el viento en la interceptación de nubes, en un sitio de la cuenca se instalaron cuatro colectores (tres wire arp y un gauze cilindres). Dos harpas se colocaron en la pendiente expuesta al viento y una tercera se ubico perpendicularmente a estas dos primeras. Igualmente se colocó en la misma área un cilindro multidireccional. La intercepción de nubes fue monitoreada en época de menor precipitación y en época de lluvias en el mismo año.
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La eficiencia de los doseles para la interceptación de nubes estimada a partir de la diferencia entre la precipitación y la escorrentía del dosel Para medir la eficiencia del dosel, se emplearon instrumentos manuales, 30 botellas con embudos fueron suspendidos en una red aproximadamente a 1 m sobre el nivel del suelo, abriendo un área de 1.265 cm², en un bosque secundario con buen desarrollo de cobertura (Índice de Área Foliar LAI = 2,77). El 90 % de los embudos fueron movidos cada día de forma aleatoria para conocer la variabilidad espacial de la intercepción de las copas. Simultáneamente se midió la precipitación en áreas adyacentes de campo abierto.
Fase 2: Modelamiento y simulación Este estudio fue desarrollado por Mark Mulligan y Andy Jarvis, investigadores del Proyecto HERB; y es complementario de las fases 1 y 3. El propósito de esta investigación es la de entender las dinámicas de la interceptación de niebla por los musgos epifíticos (llamadas de aquí en adelante epifitas) en Tambito. Los objetivos son: • Cuantificar la magnitud de la biomasa y el área de superficie de las epifitas en la cuenca y estimar su capacidad para interceptar agua. • Examinar el proceso de intercepción de nubes en las epifitas, el almacenamiento de agua por epifitas y la subsiguiente evapotranspiración y drenaje del agua almacenada a través de experimentación controlada en laboratorio. • Aplicar esta información mediante bases de datos Sistemas de Información Geográfica SIG, para entender la significancia del potencial hidrológico de intercepción de nubes por epifitas a una escala de cuenca. Para la medición de la biomasa se desarrollaron dos pasos: • Se aplicó un índice subjetivo de biomasa epifita (EBI) aplicado para estimar el grado de epifitismo o biomasa por metro cuadrado en el tronco de los árboles. El EBI se calibró usando 42 mediciones aleatorias en la cuenca. Para cada árbol la cobertura de epifitas de los dos primeros metros fue utilizada para el EBI, se desnudó el árbol de todas las epifitas en esta área y se pesaron (mayor infor mación puede solicitarse al autor a mark.mulligan@kd.ac.uk). Mediante este EBI estandarizado, se calculó entonces la biomasa de las epifitas en las parcelas estudiadas: cinco parcelas de 10 x 10 m, en 1.300, 1.400, 1.650, 1.700 y 1.900 msnm, y diez parcelas en total de 10 x 10 m en un rango altitudinal de 1.280 a 2.150 msnm. Para entender los controles de la biomasa de las epifitas en la escala de cuenca, para cada una de las parcelas georeferenciadas se midió la exposición y se calculó la edad del bosque. La exposición se calculó mediante el empleo de un modelo digital de elevación (DEM) de 25 m de resolución producido con el SIG-PCRASTER (Facultad de ciencias geográficas, Universidad de Utrech, Holanda). La edad de los bosques fue calculada con base en las mediciones del diámetro a la altura del pecho (DAP) de los árboles.
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Para la medición del área de superficie de las epifitas se utilizaron 47 muestras de musgo (15 a 190 g cada una), las cuales se colectaron de forma aleatoria. El área de superficie se calculó separando cada muestra para exponer cada una de las partes y en una hoja en blanco escanearlas a 600 dpi de resolución. Un histograma de extensión se usó para separar las epifitas del fondo; el área de la superficie se calculó electrónicamente para producir una relación entre la biomasa y la superficie. La determinación de intercepción de nubes por epifitas en laboratorio se obtuvo mediante una serie de experimentos en una cámara de niebla, construida en el laboratorio de hidrología y geomorfología del King’s College en Londres, de 2,5 m x 2 m x 1,5 m cubierta por láminas de plástico, la cual posee indicadores para la medición de variables ambientales e instrumentos para la simulación de condiciones ambientales. Las muestras usadas fueron 100 % musgo con algunas hojas y restos de cobertura arbórea. Cinco experimentos de intercepción de nubes fueron desarrollados con el secador de aire apagado y un experimento con el simulador de lluvia, se desarrolló con tres diferentes muestras con peso seco de 3 kg, aproximadamente, las cuales fueron sometidas a la cámara separadamente por un total de 190 h con mediciones cada 10 s, seguidamente cada experimento de CI; niebla y evaporación fueron desarrollados con epifitas saturadas, la cámara se mantuvo a 19 ºC, 70 - 80 % de humedad relativa y una velocidad de viento de 0,05 ms -1. Cuatro experimentos de evapotranspiración y niebla con las mismas tres muestras se desarrollaron durante 170 h; después de completar los experimentos, las muestras fueron secadas (100 ºC, 24 h), para calcular el peso seco. Mediante los resultados obtenidos con estos experimentos se diseño el “modelo de interceptación de nubes”, basado en el modelo digital de terreno de 25 m de resolución y una resolución temporal de una hora. El modelo fue escrito con PCRASTER y está básicamente estructurado por tres componentes principales: • Energy budget adaptado del Hydromodel (Mullingan 1999). • Escenarios de cambio del uso del suelo, adaptado de Mulligan & Rubiano (1999). • Submodelo hidrológico de intercepción de nubes. Detalles de estos experimentos pueden ser consultados en http:/www.kcl.ac.uk/advances o directamente con el autor en andrew.jarvis@kcl.ac.uk.
Fase 3: Ajuste y réplica en bosques altoandinos de la Cordillera Central Esta fase esta liderada por Luis Alfonso Ortega, Investigador del HERB y consiste en que mediante la réplica de los experimentos en campo y la aplicación del modelo de interceptación de nubes (Jarvis 2000), sumado a un análisis de valoración ambiental, se puedan brindar elementos de negociación a las comunidades de la cuenca y al PNN Puracé, para que a partir del principio de reciprocidad, se logren inversiones por parte del acueducto, el municipio y las autoridades ambientales para la conservación y recuperación de la cuenca. El sitio seleccionado para el trabajo fue la cuenca del Río Piedras, de la cual se abastece el acueducto de Popayán.
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Para el desarrollo del Modelo Digital de Terreno, se realizó primero un trabajo de fotogrametría digital mediante el uso del SIG FOTOLISA (Departamento de Geografía Física de la Universidad de Duesseldorf, Alemania), posteriormente se realizó un análisis de la cobertura del suelo a fin de identificar los sitios de muestreo. Tres áreas fueron seleccionadas: paramos a 3.300 msnm, bosque altoandino a 3.000 msnm y 2.800 msnm. En la actualidad esta fase se encuentra en proceso de implementación y se adelanta un convenio entre la Corporación Autónoma Regional del Cauca (CVC) y la Unidad Administrativa Especial de Parques Nacionales (UAESPN) para lograr que esta experiencia aporte información útil al establecimiento de un ciclo de reciprocidad entre los usuarios del recurso hídrico y los habitantes de las partes altas de la cuenca, que mediante el establecimiento de un sistema de áreas protegidas están garantizando la permanencia de los bosques.
RESULTADOS Los resultados de la Fase 1 obtenidos por González (2000) muestran que: los interceptores “wire arps” presentaron mayor eficiencia en las medidas de interceptación de niebla. Se obtuvo para el área de estudio que el porcentaje de interceptación de niebla por los bosques fue de 9 % de la precipitación neta. Los resultados obtenidos para la Fase 2 por Mulligan & Jarvis (1999a, 1999b), relacionados con diferentes componentes y variables meteorológicas, hidrológicas y biológicas relacionadas con los musgos, muestran que las mediciones de campo en cuanto a la capacidad de captura de agua por niebla de los musgos es de 2,44 % en ausencia de lluvia. Por consiguiente, el aporte de gotas provenientes de la niebla es significativamente bajo. Solo durante la época húmeda, cuando la capacidad de almacenamiento de las epifitas esta parcialmente llena por lluvia, el goteo por interceptación de niebla es significante. La biomasa de epifitas mostró variación entre 1,4 tha-1 a 1.400 m hasta 7,1 tha-1 a 1.900m. La capacidad de almacenamiento se calculó en 5,91 mlg biomasa-1 (5,91 veces el peso seco). Por extrapolación y con base en el MDT (SIG PCRASTER) se estimó que la capacidad de las epifitas de almacenamiento está en un promedio de 5,64 mm, es decir 80.251 m3 de agua para toda la cuenca. El porcentaje promedio de intercepción de nubes por epifitas en experimentos de laboratorio fue de 0,09 mlg biomasa seca-1 hr -1. Estos datos comparados con las mediciones de campo de 0,008 mlg biomasa seca-1 hr -1, usando técnicas similares de medición en coberturas cerradas, son relativamente discrepantes. Lo anterior indica la importancia de entender la dinámica de las áreas sin cobertura y el papel del viento; por lo cual las mediciones en laboratorio son adecuadas únicamente para coberturas abiertas. Asumiendo que la biomasa de epifitas medida estuvo en un rango entre 1,4 y 7,1 tha -1 el promedio de agua aportada en coberturas abiertas durante eventos de niebla, se presentó en los rangos entre 0,013 mm hr -1 y 0,064 mm hr -1. Estos datos obtenidos para un punto, podrían entenderse como insignificantes, pero su análisis relativo al total del área de la cuenca puede ser significante.
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DISCUSIÓN Como se ha expresado durante el desarrollo del documento, la presente publicación obedece a la integración de diferentes esfuerzos en el marco del proyecto HERB, por lo cual a manera de anexo se presentan los datos y direcciones electrónicas donde se puede obtener de manera gratuita los trabajos en extenso que hacen referencia al proceso de investigación sobre interceptores de precipitación oculta y modelamientos. Por lo cual la discusión se centra en la utilidad de esta información aplicada a la denominada Fase 3. En este sentido se entiende que existen características ambientales considerablemente diferentes entre el área donde se ubica la reserva Tambito (bosque subandino, vertiente occidental de la Cordillera Occidental) y la cuenca del río Las Piedras (bosque subandino, vertiente occidental de la Cordillera Central). Igualmente, a pesar de los resultados obtenidos con los interceptores empleados en Tambito, se deben emplear, además de estos, otros tipos de interceptores que permitan tener un mayor rango de comparación. En cuanto a los interceptores del trabajo en Tambito, se deben realizar experimentaciones en cuanto al tipo de materiales para su construcción, pues a pesar de que el nylon ofrece ventajas de resistencia, impermeabilidad y fricción, en la región del rió Las Piedras se presentan fuertes vientos que pueden ocasionar pérdida en las gotas condensadas sobre las cuerdas. Referente a los modelos desarrollados para Tambito, estos deberán ser ajustados puesto que el interés del estudio en esta reserva se basó en los procesos de cuantificación del recurso hídrico en ecosistemas naturales. Para el caso del río Las Piedras se hace necesario considerar como elemento principal el “uso del recurso hídrico” para abastecimiento domiciliario, agropecuario e industrial. En lo referente a los ciclos de reciprocidad por uso de recursos se ha adelantado muy poco en Colombia a nivel de experiencias prácticas, debido a que el marco normativo no lo prevé de manera clara. En el caso del río Las Piedras, se está avanzando entonces en acuerdos de buena voluntad entre habitantes de la cuenca, usuarios directos e indirectos, instituciones y administraciones locales.
AGRADECIMIENTOS A los compañeros del Proyecto HERB y coautores de este documento, por permitir la integración de sus trabajos a la iniciativa de esta presentación y el inicio de la Fase 3. La Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales en especial a la Dirección Territorial Surandina. A la Fundación Proselva por su irrestricto apoyo y confianza en el uso de la Reserva Tambito como base de las investigaciones. A Conservacion Internacional por su apoyo para mi entrenamiento en el King’s College de la Universidad de Londres, en Inglaterra.
LITERATURA CITADA Cavalier, J. & D. Goldstein. 1989. Mist and fog interceptation in cloud forest in Colombia and Venezuela. Journal of Tropical Ecology 5: 309-322.
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González, J. 2000. Monitoring cloud interceptation in a tropical montane cloud forest of the South western Colombian Andes. Advances in Environmental Monitoring and Modelling 1(1): 97-117. Jarvis, A. 2000. Measuring and modelling the impact f land-use change in tropical Hillsides: The Role of Cloud Interception to Epiphytes. Advances in Environmental Monitoring and Modelling 1(1): 118-148. Mulligan, M. & J. Rubiano. 1999. En imprenta. Hydrological impacts of land use change in the Hillsides of Colombia. Mulligan, M. & A. Jarvis. 1999a. En imprenta. Laboratory simulation of cloud interception by mossy epiphytes and implications for the hydrology of the Tambito experimental cloud forest, Colombia. Mulligan, M. & A. Jarvis. 1999b. En imprenta. Monitoring processes of cloud interception to epiphytes in a tropical montane cloud forest, Colombia. Nota: Las personas interesadas en conocer los textos completos de las investigaciones, o que deseen profundizar en metodologías empleadas y que además quieran vincularse a la continuación de las experimentaciones a través del proyecto HERB, pueden comunicarse con Luis Alfonso Ortega bambam_86@yahoo.com o a través de las direcciones electrónicas de los autores.
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Gabriel Ortega - R.
PROYECTO HIDROELÉCTRICO DEL RÍO AMOYÁ Por Gabriel Ortega - R.
RESUMEN El Proyecto del río Amoyá, localizado en el municipio colombiano de Chaparral, es una central hidroeléctrica con una capacidad instalada de 78 MW y una generación anual de energía de 546 GWh que pretende reducir las emisiones de CO 2 de la red eléctrica nacional mediante la construcción de una planta de generación de energía a filo de agua que desplace parte de la energía suministrada al sistema por otras plantas hidráulicas y térmicas. El proyecto, de propiedad de HIDROGER S.A. E.S.P., empresa recientemente constituida para la ejecución del proyecto y que es respaldada por GENERADORA UNION S.A. E.S.P., pretende a gran escala, proteger y utilizar de una manera sostenible los servicios ambientales del Páramo de Las Hermosas. Uno de estos servicios es la capacidad de proveer energía renovable para el sistema nacional sin requerimientos de embalse (filo de agua); esto es posible debido a que el páramo actúa como una gran esponja que continuamente captura humedad de la atmósfera y la transfiere al río Amoyá. Con la ejecución de este proyecto se pretende también proteger el frágil ecosistema del Páramo de Las Hermosas a través de un programa de prevención y protección de los impactos del cambio climático global. Por último, se busca una reducción sustancial de la emisión de gases de efecto invernadero, para lo cual se cuenta con el apoyo del Fondo Prototipo del Carbono. El proyecto se encuentra diseñado, cuenta con licencia ambiental y de construcción y tiene total respaldo de la comunidad local. Adicionalmente cuenta con acuerdos de compromiso para la ejecución de los contratos de obras civiles, suministro y montaje de equipos, supervisión y gerencia de la construcción. Actualmente se trabaja en la consecución de los recursos de capital (Equity) y deuda requeridos para lograr el cierre financiero, el cual se espera para el segundo semestre del año 2003, momento en el cual se daría inicio a la construcción. Es importante resaltar que adicionalmente a los ingresos por venta de energía, el proyecto recibirá ingresos por la venta de certificados de reducción de emisiones de carbono. Palabras clave: Cambio climático, gases de efecto invernadero, Páramo de Las Hermosas, reducción de emisiones de CO2, río Amoyá.
ABSTRACT The Amoyá Hydroelectric Project, at colombian municipality of Chaparral, with a capacity of 78 MW and an electricity production of 546 GWh a year, is aimed at the abatement of CO2 emissions from the power system through the generation of zero emissions electric power using a run of the river system (kinetic energy, no reservoir) that will displace power supplied to the grid trough a mix of hydro/thermal power generation. The project (HIDROGER S.A. E.S.P. ownership and sponsored by Generadora Unión S.A. E.S.P.), pretends on a wider scale, to protect and use, in a sustainable manner, the
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environmental services provided by the paramo of Las Hermosas. A key service is the ability to provide renewable energy in the form of a run of the river (kinetic energy) power supply with no reservoir or need of water impoundment. The project also seeks to protect the unique and fragile ecosystem of the paramo of Las Hermosas through a program of prevention and protection from the impacts of global climate change. The project thus seeks a substantial reduction in greenhouse gas emissions for which carbon finance is being sought. The engineering design has been completed, the project has been awarded the required construction and environmental licenses and the community has provided full support to the project. In addition, civil works, equipment supply, supervision and construction management contracts have been agreed by the parties. The project is in the process of finalizing equity participation and financing of procurement. It is expect to achieve the financial close and begins the construction of the project at the second half of the year 2003. It is important to highlight that the project also will receive revenues from the sell of Emision Reduction Certificates. Key words: Amoyá river, climate change, emission reductions, greenhouse gases, Paramo de Las Hermosas.
SOCIEDAD PROPIETARIA DEL PROYECTO HIDROGER S.A. E.S.P., la sociedad propietaria del proyecto, es respaldada por Generadora Unión S.A. E.S.P., compañía fundada en 1995 con el objeto de financiar, promover y desarrollar proyectos de generación de energía, así como comercializar energía eléctrica. Sus principales ejecutivos cuentan con una amplia experiencia en el diseño y desarrollo de proyectos de ingeniería, la cual fue obtenida en Interconexión Eléctrica S.A. (ISA), empresa donde trabajaron por varios años. La compañía cuenta con una experiencia previa en proyectos similares. A comienzos del año 2000, la Central Hidroeléctrica del Río Piedras, también respaldada por Generadora Unión, inició su operación comercial. Para desarrollar este proyecto se creó la sociedad Generar S.A. E.S.P., cuyo capital social (equity) se obtuvo mediante una oferta pública de acciones en la bolsa de valores nacional, y su financiación se logró a través de contratos de leasing. Esta planta a filo de agua tiene una capacidad instalada de 22,4 MW y aprovecha un salto neto de 680 m y un caudal de 4 m3/s. Para mayor información acerca de la experiencia y características de esta compañía, puede visitarse su página de Internet, www.gunion.com. En el año 2000, Generadora Unión presentaba unos activos del orden de US$ 2,2 millones, y no contaba con evaluación por parte de S&P o Moody.
SOCIEDAD AMBIENTALISTA Conservación Internacional (CI) es una gran organización no gubernamental (ONG) con sede en los Estados Unidos. Es un socio estratégico para la Iniciativa del Ecosistema Crítico (Critical Ecosystem Initiative); fue fundada con un capital de US$ 150 millones con el propósito de proteger los hábitats amenazados. Recientemente, CI lanzó el Centro de Excelencia
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Ambiental (Environmental Excellence Center) el cual mediante asociaciones con compañías del sector privado, enfoca su trabajo a la protección de hábitats y a los problemas de cambio climático. CI emplea un equipo mundial de primera clase para identificar amenazas a la biodiversidad y para trabajar con socios estratégicos para la protección de tales áreas. Este equipo está compuesto por científicos, economistas, comunicadores, educadores y otros profesionales expertos en conservación. Para mayor información puede contactarse en CI al señor Roberto Roca, su Vicepresidente. La compañía reportó en el año 2000, ingresos por US$ 55 millones provenientes de contribuciones y otras fuentes, así como activos por US$ 126 millones.
TIPO DE PROYECTO Este proyecto pretende reducir las emisiones de CO2 del sistema eléctrico nacional mediante la construcción de una planta de generación de energía a filo de agua, que desplace parte de la energía suministrada a dicha red por otras plantas hidráulicas y térmicas. A gran escala, el proyecto pretende proteger y utilizar, de una manera sostenible, los servicios ambientales del Páramo de Las Hermosas. Un servicio fundamental es la capacidad de proveer energía renovable para el sistema de generación a filo de agua sin requerimientos de embalse. Esto es posible debido a que el páramo actúa como una gran esponja que continuamente captura humedad de la atmósfera y transfiere continuamente el agua captada al río Amoyá. El proyecto también pretende proteger el frágil ecosistema del páramo de Las Hermosas a través de un programa de prevención y protección de los impactos del cambio climático global. El proyecto finalmente busca una reducción sustancial de la emisión de gases de efecto invernadero (comparado con el caso base), para lo cual se cuenta con el apoyo financiero del fondo del carbono. El proyecto no involucra la construcción de embalse o presa debido a que el ecosistema del páramo le provee de manera natural las funciones de energía potencial y de almacenamiento de aguas requeridos. La vegetación del páramo es altamente diversa (más de 400 especies) e hidrofílica, y captura la humedad de la atmósfera (efecto de esponja) y la vierte hacia el río Amoyá. El proyecto adicionalmente empleará la pendiente natural de la cuenca mediante un desarrollo hidroeléctrico a filo de agua, transformando la energía potencial en energía cinética.
LOCALIZACION DEL PROYECTO Región Latinoamérica y el Caribe.
País El Gobierno Colombiano ratificó el Convenio de Cambio Climático con la Ley 164 de 1994; firmó el Protocolo de Kyoto en marzo 22 de 1998, y lo ratificó con la Ley 629 de 2000.
Ciudad Municipio de Chaparral, Departamento del Tolima.
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Descripción del lugar donde se realizará el proyecto El Proyecto Hidroeléctrico del río Amoyá, Municipio de Chaparral (Tolima), está ubicado en la cuenca del río Amoyá. La región se encuentra dentro del Páramo de Las Hermosas, un ecosistema sensible alrededor de la cuenca del mismo río. Tiene alturas superiores a los 4.000 msnm, y es fuente de numerosos ríos, entre ellos el Amoyá. El Páramo contiene más de 5.000 especies de plantas y representa entre el 12-16 % de la flora nativa colombiana. Más ampliamente, el ecosistema de páramo en Colombia tiene una relevancia estratégica para el país y juega un papel importantísimo como fuente de cerca del 70 % de sus recursos hídricos. Chaparral está localizado al sur del Departamento del Tolima sobre los Andes colombianos, con alturas entre los 800 y los 4500 msnm. Cuenta con una población de 41.052 habitantes, 51% de los cuales viven en el casco urbano. En las áreas rurales las principales actividades económicas son el cultivo de café, caña de azúcar y maíz, así como la ganadería lechera. El Páramo se encuentra amenazado en esta región principalmente por la colonización de nuevas tierras (ubicadas hacia la zona del Páramo), para la agricultura y la ganadería por parte de la comunidad local.
PROGRAMA Fecha de iniciación probable: Segundo semestre de 2003. Estado actual En 1998 Generadora Unión completó los estudios de factibilidad técnica y económica requeridos. Igualmente, el proyecto cuenta con todos los diseños de detalle y con la licencia ambiental y de construcción, así como con el total respaldo de la comunidad del área de influencia. Actualmente, Hidroger se encuentra en proceso de consecución de la financiación y los aportes de capital social (equity) requeridos para lograr el cierre financiero del proyecto y dar inicio a la construcción. A pesar de la licencia ambiental, el Banco Mundial en asocio con los promotores del proyecto, realizará una revisión de los planes de manejo ambiental y social propuestos para su ejecución. Adicionalmente, se ha llegado a un acuerdo entre las partes para la construcción de las obras civiles, el suministro y montaje de equipos, la supervisión de la construcción y la gerencia de la construcción. Estos contratos serán firmados próximamente. Es importante anotar que actualmente se encuentra en curso una negociación con un operador de reconocimiento internacional para la operación y mantenimiento de la planta, así como para la comercialización de la energía generada. Debido a la naturaleza del proyecto y a la regulación colombiana, la energía generada por éste tendrá un despacho preferencial, lo cual garantiza el desplazamiento de otras plantas de generación de energía a base de combustibles fósiles. Adicionalmente, se cuenta con un acuerdo con Conservación Internacional para la asesoría ambiental en la protección del Páramo de las Hermosas y de la cuenca del río Amoyá.
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Gabriel Ortega - R.
Período de construcción: 28 meses Vida útil del proyecto: 50 años (se cuenta con concesión de aguas por el mismo período) Ingresos financieros por certificados de reducción de emisiones Se espera un ingreso de US $15’000.000 por la venta de certificados de reducción de emisiones de carbono. Estos certificados o créditos serán conseguidos mediante la financiación del carbono (a través del Fondo Holandés de financiación del carbono). El ingreso potencial total por la venta de Créditos de Carbono es igual a US$ 33 millones (a US$ 3/ton CO2e).
Costo total del proyecto El costo total del proyecto en dólares de los Estados Unidos se muestra en la Tabla 1.
Estructura financiera Las proyecciones financieras indican que el mejor escenario tanto para la estructuración como para la operación de la central es el que se muestra en la Tabla 2.
Tabla 1. Costo total del proyecto en dólares.
Tabla 2. Estado de origen y aplicación de fondos.
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POSTERS CONTABILIDAD Y SERVICIOS AMBIENTALES
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Mario Díaz-Granados et al
SISTEMAS DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA COMO HERRAMIENTA DE APOYO AL ESTUDIO DE CUENCAS DE PÁRAMO Por Mario Díaz-Granados, Daniel Céspedes, Andrés Tamayo, William Clavijo & Juan Sáenz
RESUMEN Los Sistemas de Información Geográfica constituyen herramientas muy útiles en el análisis de información heterogénea espacialmente. Específicamente, son apropiados para la descripción, modelación y análisis de cuencas hidrográficas. En este trabajo se muestra su uso para la zona del páramo de Chingaza como insumo para la modelación del balance hídrico de cuencas de páramo en esta región. Palabras clave: Análisis espacial, cuencas de páramo, modelación hidrológica, red de drenaje, sistemas de información geográfica.
ABSTRACT Geographic Information Systems (GIS) are useful tools in the analysis of spatial data. Specifically, they are adequate for describing, modeling and analyzing watersheds. This work shows the use of GIS in the Chingaza paramo, whose analysis and results are input data to distributed water balance models of paramo watersheds in this area. Key words: Drainage networks, geographic information systems, hydrologic modeling, paramo watersheds, spatial analysis.
INTRODUCCIÓN Los páramos son ecosistemas vulnerables de los Altos Andes sobre los cuales existen conflictos de intereses, pues son de gran riqueza ecológica y a su vez juegan un papel muy importante en la economía de sociedades andinas por su valor agrícola e hídrico. En ellos ocurren procesos hidrológicos muy particulares por las condiciones climáticas y por las características de los suelos. Sin embargo es poco lo que se conoce acerca de estos procesos. Este trabajo forma parte de los esfuerzos que viene haciendo la Universidad de los Andes en el estudio de los páramos como hidrosistemas muy especiales, con el propósito de generar modelos matemáticos cuantitativos que permitan analizar diferentes escenarios para la toma de decisiones relacionadas con el manejo de estos ecosistemas, y desarrollar experimentaciones de laboratorio para mejorar el conocimiento de las relaciones hídricas de la vegetación paramuna, en particular su comportamiento en relación con la intercepción de neblina o precipitación horizontal. El páramo de Chingaza hace parte del Parque Nacional Natural Chingaza, el cual es uno de los ecosistemas paramunos que genera mayores beneficios económicos ya que tiene una capacidad de abastecer en promedio 30 m3/s de agua, y suple el 70 % de la demanda de agua de la capital colombiana (Fundación Natura Colombia 1998). Para tres subcuencas de este parque, en la Universidad de los Andes se han realizado modelaciones del balance
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hídrico (Domínguez 2000, Sáenz et al. 2000) con base en la información disponible hidroclimatológica y de caracterización física de las cuencas (tipos de suelos, cobertura vegetal, usos del suelo, topografía, etc.) usando el modelo matemático SWAT (Soil and Water Assesment Tool), el cual tiene bases físicas, requiere datos de entrada obtenibles de la información secundaria existente y potencialmente permite analizar diferentes alternativas de manejo de sistemas hidrológicos. Este marcador tiene deficiencias en la modelación de algunos procesos hidrológicos presentes en sistemas hídricos paramunos como los aportes a la escorrentía de la precipitación horizontal, el rocío y las características particulares de retención de agua de la vegetación y los suelos. Los procesos de calibración y verificación del modelo no permitieron establecer su validez para las subcuencas analizadas, aunque las tendencias de las series mensuales multianuales históricas y simuladas de escorrentía son concordantes reflejando apropiadamente los períodos de invierno y verano. La comparación de las series mensuales históricas y simuladas de escorrentía para años específicos muestran en general que se presenta una subestimación de los caudales, cuya causa se cree es la inapropiada manera del modelo SWAT de representar la retención de agua en los suelos y la no inclusión de la precipitación horizontal. Los resultados obtenidos permiten decir que es necesario continuar con estos esfuerzos, aplicando y/o desarrollando modelos más apropiados para estos sistemas hidrológicos (por ejemplo BOSQUES, actualmente en desarrollo en Uniandes), instrumentando mejor las cuencas analizadas con más estaciones de medición y con aparatos que registren parámetros climáticos relevantes en el balance hídrico de estos sistemas, desarrollando investigaciones de laboratorio e interactuando con otras disciplinas que participan de manera importante en el conocimiento de éstos (ver Sáenz & Díaz-Granados 2001).
MATERIALES Y MÉTODOS Como se mencionó antes, se ha seleccionado el páramo de Chingaza como área de análisis y desarrollo de modelaciones de balances hídricos. En consecuencia, se cumplieron las siguientes actividades asociadas con el Páramo de Chingaza (Universidad de los Andes 2002): • Definición de la zona de estudio. • Recolección y adquisición de información hidroclimatológica existente. • Recolección y adquisición de información georreferenciada para la zona de estudio. • Análisis y procesamiento de la información obtenida. • Generación de información cartográfica digital del área de estudio
Definición de la zona de estudio Después de analizar varias alternativas para seleccionar la zona de estudio y para realizar la modelación hídrica de los hidrosistemas de páramo, se escogió el Parque Natural de Chingaza, ubicado al noreste de la ciudad de Bogotá, y que comprende 11 municipios. Abarca parte de los municipios de Guasca, Junín, San Juanito, Medina, Restrepo, Quetame, Fómeque, Choachí y La Calera.
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Para definir mejor la cuenca de estudio, en el Parque Chingaza se analizaron las diferentes cuencas, dentro de las cuales se encuentran: • Sistema del Río Blanco. • Sistema del Río Chuza. • Sistema del Río Guatiquía. • Sistema del Río Negro. • Sistema de la Corriente de Chorreras. Estas alternativas fueron seleccionadas de acuerdo con varios criterios, tales como la información hidrometeorológica disponible, el nivel mínimo de cotas asociadas con ecosistemas de páramo, restricciones de tipo presupuestal para la compra de infor mación hidrometeorológica e interés en la investigación. Como resultado, se escogió como zona particular para estudiar los páramos, la cuenca y el sistema hídrico formado por el río Blanco, localizado al costado norte del Parque Chingaza. Esta zona servirá de base para estudiar todos los procesos hidrológicos que intervienen, tales como la precipitación horizontal, la evapotranspiración del sistema planta-suelo, el almacenamiento de agua en los suelos paramunos, y su efecto en los procesos de escorrentía que son influenciados por las diferentes formas de precipitación.
Información Existente Se desarrolló la búsqueda de información referente a temas de páramos y a estudios relativos a la zona de estudio.Esta recopilación incluyó la compra de estudios, libros y CD interactivos que ayudan a entender en mejor detalle todos los procesos que intervienen en los ecosistemas de páramos. Relacionados con el Páramo de Chingaza existen los siguientes trabajos: • Estudio semidetallado de “Suelos de áreas representativas de los páramos de Sumapaz, Neusa y Chingaza, realizado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, IGAC. • “Sistema de abastecimiento de la Sabana de Bogotá”, estudio desarrollado por la firma Ingetec S.A, para la ampliación del sistema de abastecimiento de agua de la ciudad y mejorar las condiciones actuales del páramo de Chingaza. • “Estudio general de suelos y zonificación de tierras del departamento de Cundinamarca”, elaborado por el IGAC. En relación con la información hidrometeorológica, se hizo un análisis espacial y temporal del material disponible en la zona de estudio, con énfasis en la cuenca del río Blanco. En consecuencia, se adquirió información hidroclimatológica de esta cuenca, la cual es registrada por la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, EAAB, cuyas características se resumen en la Tabla 1. Esta información se adquirió a nivel diario.
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Tabla 1. Información hidroclimatológica.
En cuanto a información georreferenciada, se adquirieron planchas digitales, planchas en papel, y CD interactivos de geografía y estudios referentes a planes de ordenamiento territorial, que pueden mejorar, enriquecer y aportar para el desarrollo y manejo de la información, para ser luego incorporada dentro del sistema de información geográfica, mediante el software ArcView 3.2 y sus diferentes módulos. La información cartográfica digital corresponde a dos planchas escala 1:100.000 de la zona del Páramo de Chingaza, obtenida en el IGAC. Estas planchas tienen curvas de nivel altimétricas cada 25 m; con formato digital de ARC/INFO, que puede leerse de manera apropiada en ArcView usando extensiones o rutinas computacionales existentes. Complementariamente se obtuvo por parte de la Jefatura del Parque Natural Chingaza cartografía digital temática adicional e información satelital Lansat. El sistema de información geográfica desarrollado en este proyecto con ArcView incorpora entonces toda la información digital obtenida, y contribuirá al manejo de la información espacial y georreferenciada en los modelos hidrológicos de la zona. En consecuencia, con la información cartográfica digital, se desarrolló el Modelo de Elevación Digital (DEM) a partir de las curvas de nivel con el fin de generar las cuencas de diferentes sistemas y subsistemas hídricos dentro del Parque de Chingaza. Igualmente se generaron coberturas o mapas temáticos de la zona, como por ejemplo, ubicación general, uso del suelo, topografía, tributarios y afluentes, poblaciones cercanas, etc. Lo importante del sistema de información geográfica es que permite a partir del modelo de elevación digital del terreno, generar parámetros espacio-temporales que pueden servir de entrada a los modelos hidrológicos, para luego simular diferentes escenarios de manejo de conservación de los páramos, estimar balances hídricos, etc. Herramientas como ArcView y RiverTools, son programas especializados en este tipo de procesamiento que permiten incorporar los procesos hidrológicos a un modelo matemático de una forma más eficiente y precisa.
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Con este tipo de sistemas, es posible no solamente generar la superposición de mapas temáticos dentro de una zona en particular (por ejemplo, superposición de municipios, vías de acceso, uso del suelo, etc.), sino también generar nueva información. La base para esto, para las modelaciones hidrológicas y para contribuir al entendimiento de los procesos que ocurren es el llamado “Modelo de Elevación Digital, DEM” o “Modelo Digital del Terreno DTM” A continuación se describe el proceso utilizado para la identificación de las cuencas de drenaje del Parque Nacional Natural de Chingaza a partir del modelo de Elevación Digital. El procedimiento es el siguiente: • Generar el Modelo Digital de Elevación, DEM. • Llenar todas las zonas donde el agua no puede drenar hacia algún sentido. • Calcular la dirección del flujo en cada celda después de haber llenado los sumideros. • Crear la red de drenaje calculando la acumulación del flujo a partir de la dirección hacia la cual drenan las gotas de agua. • Calcular la longitud del flujo desde aguas arriba o desde aguas abajo con base en la dirección del flujo. • Identificar las cuencas de drenaje a partir de la dirección y la acumulación del flujo. • Realizar análisis adicionales mediante herramientas como RiverTools y las extensiones de ArcView. El DEM del Parque Nacional Natural de Chingaza se generó a partir de la información digital adquirida en el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC). El procedimiento seguido fue el siguiente: • Conseguir información digital de la zona del Parque Nacional Natural de Chingaza. Esta información se obtuvo de las planchas digitales del IGAC, adquiriendo las planchas 228 y 247 a escala 1:100.000 pertenecientes a la zona de estudio. • Convertir las coberturas de curvas de nivel de ARC/INFO en formato digital GENERATE a una cobertura de tipo polilíneas (shapefile). Estas curvas de nivel están cada 25 m. • A partir de las curvas de nivel vectorizadas, convertir las líneas a coberturas de puntos, donde los atributos de cada uno de los puntos están asociados a los atributos de las curvas de nivel. • Con los puntos que representan la elevación sobre el nivel del mar de la zona de estudio, generar el modelo de elevación digital para cada plancha. Para cualquier aplicación hidrológica es necesario unir los dos DEM obtenidos para cada una de las dos planchas. Esto se logró mediante las funciones Merge o Mosaic incorporadas en la extensión Spatial Analyst de ArcView. Para este caso, fue mejor usar la función Mosaic, debido a que la superposición se realiza de una forma más suave dando una mejor apariencia.
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El DEM final obtenido es una cuadrícula de 801 filas con 402 columnas, donde cada celda representa un cuadrado de 100 m de lado. Para la generación de coberturas hidrológicas, se utilizaron los siguientes procedimientos: • Es necesario encontrar las zonas del DEM donde no es posible que el agua drene hacia alguna de las direcciones (es decir sumideros). Para esto, se redefine el DEM mediante la función Fill que llena esas zonas para que el agua pueda drenar. • Generar la dirección del flujo en la zona de estudio. Esta cobertura genera las trayectorias de drenaje de agua en función de las condiciones topográficas. • Crear la red de drenaje calculando la acumulación del flujo a partir de la dirección hacia la cual drena el agua. Con esta cobertura se pueden analizar las zonas de las cuencas altas, es decir donde la acumulación del flujo es baja (colores claros), y las zonas de las cuencas bajas (colores oscuros). Para este caso, se puede observar la zona del páramo, y en especial la zona del río Blanco. • Calcular la cobertura que define hacia aguas abajo la distancia a lo largo de una trayectoria del flujo. El principal uso de esta cobertura es calcular la longitud de la trayectoria más corta hasta un área de drenaje o una cuenca. Esta medida es usualmente usada para calcular los tiempos de concentración en una cuenca También puede ser usada para crear diagramas de Área-Distancia de eventos de lluvia escorrentía. • Adicional a la cobertura anterior, se generaron las cuencas de drenaje de la red calculada a partir de las direcciones del flujo y la red de flujo acumulado de agua en el sistema. Las anteriores figuras sirven como base para analizar los parámetros característicos propios de la cuenca del río Blanco en particular, y servirán como base para la continuación de la presente investigación.
RESULTADOS Los principales productos cartográficos generados en el presente trabajo, donde se muestran las diferentes jurisdicciones asociadas con el Páramo de Chingaza, la ubicación de estaciones hidrometeorológicas existentes en éste, las áreas de manejo ambiental identificadas por las autoridades ambientales, la cobertura vegetal, los usos del suelo, la fisiografía, los usos proyectados, el DEM, el mapa de pendientes del terreno, las cuencas hidrográficas y la estructura de la red de drenaje según el ordenamiento de Strahler; de una u otra forma constituirán insumos importantes para los modelos hidrológicos para cuantificar el balance hídrico de la cuenca paramuna del río Blanco, ubicada dentro del Parque Chingaza.
DISCUSIÓN En este trabajo se ha pretendido mostrar el uso de los sistemas de información geográfica y otras herramientas computacionales en el procesamiento y análisis de información georreferenciada. Su utilización permite considerar dentro de los diferentes modelos cuantitativos de soporte de decisiones para el manejo de ecosistemas, la heterogeneidad espacial
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de las diferentes variables que influyen en sus respuestas. En particular, los sistemas de información geográfica tienen mucha aplicabilidad en el estudio de ecosistemas paramunos. Específicamente, en los aspectos hidroclimatológicos, este trabajo muestra el tipo de información y algunos análisis útiles para el desarrollo de modelos matemáticos tendientes a cuantificar el balance hídrico de cuencas de páramo.
AGRADECIMIENTOS El material presentado en este trabajo hace parte del proyecto UNESCO col 610 “Balance Hídrico en Cuencas Paramunas”, al cual este organismo ha dado apoyo financiero a través del Ministerio de Educación; se agradece a estas entidades, y a Parques Naturales del Ministerio del Medio Ambiente, en particular al doctor Carlos Luna.
LITERATURA CITADA Domínguez, F. 2000. Hidrología de páramos, modelación de la cuenca alta del Río Blanco, Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental, Universidad de los Andes. Fundación Natura Colombia. 1998. El agua: el servicio ambiental que presta el Parque Nacional Chingaza, The Nature Conservancy. Sáenz, J. A., F. Domínguez & M. A. Díaz-Granados. 2000. Necesidades en la modelación de hidrología de páramos, en XIV Seminario Nacional de Hidráulica e Hidrología, Villa de Leiva, Boyacá. Sáenz, J. A. & M. A. Díaz-Granados. 2001. Needs in the quantification of paramo ecosystems hydrology- applicable model proposal. In: Proceedings of the Twenty First Annual American Geophysical Union Hydrology Days, Ed. Jorge A. Ramírez. Universidad de los Andes, (2002), Balance hídrico en cuencas paramunas, proyecto UNESCO Col 610, 2002.
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SIMULADOR DE PRECIPITACIÓN HORIZONTAL PARA EL ESTUDIO DE LOS PÁRAMOS Por Mario Díaz-Granados, Andrés Tamayo, William Clavijo, Daniel Céspedes & Juan Sáenz
RESUMEN Se presenta un simulador de precipitación horizontal construido en la Universidad de los Andes para el estudio de las relaciones clima - vegetación - suelo, bajo condiciones controladas e instrumentadas, cuyos resultados serán útiles en la modelación matemática de los balances hídricos en cuencas paramunas y de bosque de niebla. Palabras clave: Balance hídrico, cuencas de páramo, experimentación de laboratorio, precipitación horizontal, simulador de neblina.
ABSTRACT A horizontal precipitation simulator for studying climate - vegetation - soil relationships is presented. The results of this experimental equipment will be very useful in the mathematical modeling of water balance in paramo watersheds and tropical cloud forests. Key words: Fog simulator, horizontal precipitation, laboratory experimentation, paramo watersheds, water balance.
INTRODUCCIÓN Los páramos son ecosistemas vulnerables de los altos Andes sobre los cuales existen conflictos de intereses, pues son de gran riqueza ecológica y a su vez juegan un papel muy importante en la economía de sociedades andinas por su valor agrícola e hídrico. En ellos ocurren procesos hidrológicos muy particulares por las condiciones climáticas y por las características de los suelos. Sin embargo, es poco lo que se conoce acerca de estos procesos. Este trabajo forma parte de los esfuerzos que viene haciendo la Universidad de los Andes en el estudio de los páramos como hidrosistemas muy especiales, con el propósito de generar modelos matemáticos cuantitativos que permitan analizar diferentes escenarios para la toma de decisiones relacionadas con el manejo de estos ecosistemas, y desarrollar experimentaciones de laboratorio para mejorar el conocimiento de las relaciones hídricas de la vegetación paramuna, en particular su comportamiento en relación con la intercepción de neblina o precipitación horizontal. La llamada precipitación horizontal se refiere al proceso en que las pequeñas gotas de agua presentes en la neblina son empujadas por el viento sobre la vegetación que las intercepta y aglomera en gotas más grandes que luego son absorbidas por la misma, escurren por las plantas o caen al suelo (Bruijnzeel & Proctor 1993, Kerfoot 1969, Antón 1988, Cavelier & Goldstein 1989, Harr 1982, Juvik & Nullet 1993, Schemenauer & Cereceda 1994, Vogelmann 1973, Weaver et al. 1973, Zadroga 1981). La precipitación horizontal se ha medido principalmente en el bosque húmedo tropical en donde se ha encontrado que ésta puede aportar hasta el 65 % de las entradas de agua a un ecosistema (Cavelier & Goldstein 1989). Existen
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pocas mediciones de órdenes de magnitud de la precipitación horizontal en páramos, pero se han estimado valores de 18 % de la precipitación total, mediante mediciones con colectores de niebla en un páramo a 3.500 msnm en Costa Rica (Dorenwend 1979, citado por Bruijnzeel & Proctor 1993) y en El Zumbador, Colombia, a 3.100 msnm (Cavelier & Goldstein 1989). Se piensa que esta magnitud puede ser mayor si se considera que la vegetación de páramo ha desarrollado características fisiológicas para adaptarse a las condiciones climáticas extremas y para captar agua de este modo. También se ha logrado establecer que la precipitación horizontal aumenta cuando disminuye la precipitación y que de esta forma constituye un verdadero balance hídrico cuando la precipitación vertical escasea (Cavelier & Goldstein 1989). También el rocío puede ser importante en el balance hídrico por las grandes diferencias de temperatura entre día y noche (Hofstede 1997). Unsworth & Crossley (1987) dan una buena definición del proceso de la precipitación horizontal. Existen zonas de la superficie terrestre que son sometidas constantemente al contacto con nubes o neblinas que se forman orográficamente. En este proceso, una masa de aire con un contenido de humedad absoluta dado, es empujada ladera arriba sobre las montañas; en la medida en que éstas suben, la temperatura y la presión atmosférica disminuyen; llega un momento en que se alcanza el punto de saturación, es decir que la presión atmosférica ha disminuido hasta igualar la presión de vapor del agua; en este momento el agua presente en la nube en forma gaseosa se condensa formando pequeñas gotas que son arrastradas por el viento. Así, estas nubes están compuestas por pequeñas gotas de agua cuyos tamaños varían entre 1 y 60 micrómetros. Las nubes que no están en contacto con la superficie terrestre, por lo general están sobresaturadas, con una humedad relativa entre 0,1 % y 1 % por encima de la de saturación (100 %). Las nubes que se encuentran en contacto con el suelo, especialmente las delgadas, dejan pasar pequeñas cantidades de radiación solar, permitiendo que el suelo se caliente y a su vez las caliente a ellas; por lo tanto en estas nubes la humedad relativa cerca al suelo puede ser menor al 100 %. Las masas de aire empujadas por el viento pueden intercambiar agua con la superficie mediante varios mecanismos. Las gotas presentes en estas nubes son empujadas por el viento sobre la vegetación que, por impacto, las intercepta y aglomera en gotas más grandes que luego pueden ser absorbidas por la misma, escurrir por las plantas o caer al suelo. (Bruijnzeel & Proctor 1993, Kerfoot 1969, Antón 1988, Cavelier & Goldstein 1989, Harr 1982, Juvik & Nullet 1993, Schemenauer & Cereceda 1994, Vogelmann 1973, Weaver et al. 1973, Zadroga 1981). Mediante otro mecanismo, las gotas pueden ser sedimentadas por efecto de la gravedad. Por otro lado, el vapor de agua puede condensarse al entrar en contacto con una superficie si su temperatura está por debajo de la temperatura de rocío del agua. El agua líquida presente en una superficie también puede evaporarse al tiempo que el agua de las nubes se deposita sobre ella. Unsworth y Crossley citan a varios autores para referirse a los detalles del proceso en que el agua líquida de las nubes se deposita por impacto. Dado que la precipitación horizontal tiene un potencial considerable para aportar agua a regiones secas empleando colectores artificiales diseñados para captar agua por este medio, se han hecho estudios para cuantificar estos aportes. Cereceda et al. (1993) y Schemenauer & Cereceda (1993) han determinado que empleando colectores artificiales de agua de nubes se podrían generar algo más de 100 litros diarios de agua durante los períodos de neblina, en una población costera 30 km en el desierto al norte de Lima,
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abasteciendo las necesidades básicas de agua de esta comunidad. Como éste, existen varios proyectos en Brasil y en Sur África. La necesidad de la modelación de la hidrología de páramos ha sido ampliamente discutida (por ejemplo en Sáenz et al. 2000, Sáenz & Díaz-Granados 2000, Bruinjzeel & Hamilton 2000). Específicamente, la precipitación horizontal es uno de los procesos particulares de los ecosistemas paramunos que deben ser estudiados para su incorporación en los modelos de balances hídricos y en la medición en campo. Por esta razón, es útil desarrollar un simulador de precipitación horizontal de laboratorio mediante la construcción de un túnel de viento que genere neblina de las características de la precipitación horizontal, y en donde se pueda medir la intercepción de ésta por parte de la vegetación de estos ecosistemas y su contribución a la escorrentía, para identificar las relaciones clima-vegetación-suelo, cuyos resultados aportarían información adicional a la conceptualización y elaboración de modelos matemáticos para evaluar de forma integral las decisiones para el manejo sostenible de estos hidrosistemas. Para esto se requiere diseñar, construir y operar el simulador, además de definir los experimentos correspondientes. En este trabajo se muestra un simulador de precipitación horizontal construido en la Universidad de los Andes para los fines anteriormente descritos (Universidad de los Andes 2002).
MATERIALES Y MÉTODOS El interés por la cuantificación de la intercepción de neblina no es nuevo. En 1973, Merriam publicó un artículo donde presenta los resultados obtenidos en pruebas tendientes a evaluar la capacidad de intercepción de la neblina en plantas artificiales. Dicha evaluación se realizó utilizando un túnel de viento sencillo, boquillas de nebulización y un humidificador comercial para la generación de gotas pequeñísimas. Sin embargo, éste no fue el primer experimento realizado para determinar el volumen de agua interceptada por el follaje de las plantas, pues en 1964 ya se habían reportado algunas mediciones por Ekern (citado por Merriam 1973).
Descripción del simulador El simulador de neblina consta de una estructura en madera, con sección transversal semihexagonal y recubrimiento interior de plástico grueso, un sistema de humidificación comercial que requiere compresores, tanques de almacenamiento de agua y tanques hidroneumáticos, un sistema de recolección de agua, que presenta algunas variantes según el tipo de medición que se desee realizar y un ventilador sencillo de tres velocidades, y una instrumentación compuesta básicamente por un termo-anemómetro para determinar la velocidad del viento generado y dos termo-higrómetros para determinar humedad relativa en dos puntos del simulador. Haciendo parte de la instrumentación y del sistema de recolección de agua se tiene un pluviómetro con datalogger para registrar los volúmenes de intercepción de neblina en el tiempo. Como elemento adicional, se tiene un sistema de intercepción de neblina, compuesto por paneles de diferentes materiales y áreas superficiales. Este sistema se utiliza para correlacionar la intercepción de las plantas, que depende de su área superficial efectiva y de la textura de su follaje, con la intercepción de los paneles artificiales. Los componentes del simulador se describen a continuación.
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Estructura modular La estructura modular construida es de sapán (madera de buenas condiciones de resistencia), con listones de sección transversal de 8 cm x 4 cm. Se usó el concepto de acoples modulares para esta estructura, con el fin de hacerla más flexible y manejable. Así, la longitud del simulador puede variarse retirando o adicionando módulos. Cada módulo tiene una longitud de 1 m y sección transversal hexagonal de 2 m de ancho y 2 m de alto. Cada módulo tiene un recubrimiento interno en vinilo de calibre diez. De esta forma se aísla parcialmente el ambiente interior del túnel de las condiciones exteriores y se restringe el flujo de la neblina.
Sistema de nebulización El sistema de nebulización está compuesto por boquillas que generan gotas en un rango desde 10 hasta 50 micras de diámetro, similares en tamaño a las gotas producidas durante el proceso de condensación que da lugar a la neblina. Este sistema de humidificación es usado con frecuencia en industrias de alimentos, agrícolas, de cementos, etc., para el control de condiciones de temperatura y humedad en recintos cerrados. Un aspersor normal envía agua a través de una boquilla con orificios muy pequeños, de manera tal que la violencia del impacto del chorro con el obstáculo presentado disgrega dicho chorro en fragmentos de un tamaño muy similar al de los orificios. Este método de generación de gotas pequeñas es útil cuando las dimensiones de los orificios son tales que las fuerzas de tensión superficial del agua son pequeñas comparadas con las fuerzas moleculares de ésta. Así, la generación de gotas suficientemente pequeñas como para ser comparables con las producidas por la condensación del vapor de agua, resulta ser un proceso inmanejable bajo las condiciones requeridas, desde el punto de vista de la presión a ejercer. Uno de los sistemas de humidificación que se implementó utiliza la combinación de aire y agua presurizados; de este modo, el impacto entre los fluidos sumado al impacto del agua con los orificios, logra superar la atracción debida a las fuerzas moleculares de ésta, generando gotas mucho más pequeñas que las posibles sin la acción combinada de aire y obstáculos. Se utilizaron dos tipos de boquillas de nebulización, suministradas por Spraying Systems, procurando sopesar los elementos de caudal de agua y tamaño de gotas producidos. Las boquillas de mayor caudal (Boquillas Tipo 1) generan gotas más grandes y una mayor distribución de diámetros variable con el tiempo, mientras las que producen menor caudal (Boquillas Tipo 2) ofrecen un tamaño menor de gotas y una distribución de diámetros más uniforme en el tiempo. Las primeras generan un caudal de 4 litros por hora (l/hr), requiriendo un caudal de aire comprimido de 102 l/min a una presión de 30 psi. Este sistema de boquillas incluye también toda una red de distribución de agua-aire y un tanque hidroneumático para la presurización de la red de distribución del agua. Las boquillas tipo 2 (1 l/hr) requieren también un menor caudal de aire y, como ya se mencionó, generan una distribución del tamaño de gotas mucho más constante en el tiempo. Este sistema de boquillas no requiere una red presurizada para la distribución de agua, pues cada boquilla utiliza la presión suministrada por el aire comprimido para succionar el agua de un tanque de almacenamiento. Tomando en consideración los elementos ya mencionados para la selección de
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los tipos de boquillas, se decidió instalar un sistema combinado, de manera tal que se pueda lograr calibrar, durante la realización de los experimentos, el número óptimo de boquillas de cada tipo. Para esto se adquirieron ocho boquillas tipo 2 y seis boquillas tipo 1. Para dar versatilidad a la estructura de soporte de las boquillas se instaló un eje suspendido entre rieles. Este eje móvil permite tener diversos niveles de acercamiento a las plantas para evaluar la incidencia de esta distancia sobre los volúmenes de agua interceptada por los paneles y las plantas. Adicionalmente, cada boquilla está fija al riel mediante un soporte que le confiere dos grados de libertad, de manera que se puede variar la dirección a la que es eyectada la neblina. Esto permite obtener diversos grados de densidad de gotas en la sección transversal del túnel. Para el suministro del caudal de aire para el grupo de boquillas, se adquirieron dos compresores con las siguientes especificaciones: Libres de Aceite, marca Craftsman, de 6 HP de potencia, 30 galones de capacidad en tanque, con regulador de presión de salida, y regulador de presión en tanque. Una de las especificaciones para la instalación del sistema de nebulización es la capacidad del compresor, de tal forma que por cada boquilla tipo 1 se requieren aproximadamente 100 l/ min, equivalente a 3,5 PCM (pies cúbicos por minuto), y para cada boquilla tipo 2 aproximadamente 22 l/min (3/4 PCM u 0,08 m3/seg); lo cual implica que se requieren 14 PCM para la utilización de cuatro boquillas de gran caudal. Dado que un compresor descarga caudal a razón aproximada de 3 PCM/HP pero con una eficiencia de 74 % para la altura de Bogotá (donde por cada 1.000 m de altura disminuye la eficiencia en un 10 %), se tiene un caudal por compresor de 15,54 PCM. El sistema de nebulización consta de las fuentes de aire (compresores), fuentes de agua (tanques hidroneumáticos y recipientes de suministro), la línea de aire, la línea de agua y las boquillas de nebulización. Para alimentar las boquillas con los caudales requeridos de agua y aire se adquirieron mangueras de polietileno para conducciones de aire comprimido de un diámetro de ¼ de pulgada. La instalación de estas mangueras de conducción requirió, además, de un conjunto de uniones, reductoras, reguladores de presión, manómetros y válvulas que permitieran mantener un control adecuado de las condiciones de presión del sistema. Es así como el sistema de distribución compuesto por las boquillas de mayor caudal (Tipo 1) requiere una línea de conducción del aire presurizado desde el compresor, que tiene una derivación inicial hacia el tanque hidroneumático y derivaciones posteriores hacia cada una de las boquillas. De esta forma cada compresor presuriza, simultáneamente, los sistemas de distribución de aire y de agua. Desde el tanque hidroneumático se desprende una línea de agua presurizada que tiene derivaciones hacia cada una de las boquillas. El sistema de distribución utilizado para las boquillas Tipo 2 tiene una configuración más sencilla, en la que la línea de conducción del agua no requiere estar presurizada, por lo que no es necesario un tanque hidroneumático. El tamaño de gotas y el caudal generado por cada boquilla de este sistema depende de la cabeza de succión que deba ser vencida en cada configuración.
Ventilador El sistema de abastecimiento de neblina está dotado de un ventilador que permite generar diferentes velocidades de la neblina dentro del simulador. La velocidad del viento se mide con el anemómetro.
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Paneles de intercepción Los paneles de intercepción se construyeron con materiales plásticos y metálicos, en mallados finos que interceptan la neblina sin detener completamente el flujo de aire a través de ellos. Se construyeron paneles de dos tamaños con marco de aluminio. Un panel de 1 m x 1 m y un panel de 0,5 m x 0,5 m para identificar las diferencias de captación por unidad de área.
Sistema de recolección Se diseñaron tres sistemas de recolección del agua fijada por las plantas. Todos los sistemas se han desarrollado con el fin de medir las pérdidas por sedimentación de las gotas en las zonas libres de plantas. Para cuantificar estas pérdidas se deben realizar numerosos experimentos bajo diferentes condiciones de cobertura del piso falso del túnel. El primer sistema de recolección de agua consta de un piso falso de tejas de zinc que se distribuye sobre toda la superficie del simulador. Estas tejas de zinc conducen el agua hasta unos beakers (100 ml) que se han instalado a la salida de cada una de las canales de la teja. De esta forma se puede sectorizar la planta y determinar las zonas de mayor captación de su follaje. Un segundo sistema de medición consta de una tolva de acrílico o aluminio, de 0,6 m x 0,4 m, que converge el agua hacia un punto donde se ubica un pluviómetro con datalogger que permite obtener un registro temporal de la precipitación horizontal ocasionada por el evento de neblina. El tercer sistema de recolección del agua consta de un panal de embudos en aluminio, con forma piramidal, que tienen una base de 10 cm x 10 cm. Estos embudos se encajan en una malla electro soldada con celdas de 5 cm x 5 cm para tener una bandeja de recolección que permita sectorizar la planta y obtener datos que posibilitan modelar el comportamiento de ésta, con base en su estructura foliar.
Instrumentación La mayoría de los instrumentos de medición que se seleccionaron permiten conocer, mas no controlar, las condiciones ambientales presentes en el interior del simulador. Las variables de interés que se han seleccionado están basadas en bibliografía y en discusiones realizadas por el grupo de trabajo. Toda la instrumentación cuenta con dataloggers para el almacenamiento de la información, lo que facilitará los procesos de calibración y correlación entre variables que serán realizados durante la etapa de experimentación. Los instrumentos son manuales, pero de excelente precisión, lo que incrementa la versatilidad en la toma de datos dentro de la estructura del simulador, sin disminuir la calidad de las mediciones. Se adquirió un termoanemómetro AV-1000 de APT Instruments. Este dispositivo cuenta con una resolución suficiente para los propósitos de la experimentación posterior. También se adquirieron dos termohigrómetros TGP-1500 de Gemini dataloggers. Estos sensores pueden ser mojados sin ocasionar ningún daño, lo que indica que son apropiados para los propósitos de medición dentro del simulador. Por último, se seleccionó un pluviómetro TGP-0901 de Gemini Dataloggers. Este pluviómetro cuenta con un sensor de contacto de gota y alcanza una resolución que lo hace suficientemente sensible para registrar cambios muy pequeños en las mediciones de precipitación horizontal que se realizan.
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RESULTADOS El simulador de precipitación horizontal está actualmente en proceso de puesta en marcha y calibración de los diferentes sistemas que lo componen, para su posterior uso en experimentación con muestras individuales de especies vegetales paramunas y con conjuntos de éstas. Más adelante se divulgarán los resultados que se obtengan con este aparato.
DISCUSIÓN Se ha presentado un simulador de precipitación horizontal que se espera contribuya al conocimiento de las relaciones clima - vegetación - suelo en cuencas paramunas y en cuencas de bosque de niebla. El simulador ya se ha construido e instrumentado y se está iniciando el proceso de calibración del sistema de nebulización, para posteriormente pasar a la etapa de experimentación.
AGRADECIMIENTOS El material presentado en este trabajo hace parte del proyecto UNESCO COL 610 “Balance Hídrico en Cuencas Paramunas”, al cual este organismo ha dado apoyo financiero a través del Ministerio de Educación. Se agradece a estas entidades, al igual que a Parques Naturales del Ministerio del Medio Ambiente, en particular al doctor Carlos Luna.
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METODOLOGÍA DE MONITOREO AMBIENTAL DEL TURISMO EN ÁREAS PROTEGIDAS DEL ECUADOR CONTINENTAL MAT - ANP Por Xiomara Izurieta V.
RESUMEN Aunque el turismo se ha convertido en una buena alternativa de uso productivo de las áreas protegidas, logrando captar considerables recursos económicos que contribuyen a solventar los costos de su conservación, no es menos cierto que estas actividades adolecen todavía de fallas que repercuten negativamente en el daño ambiental de las áreas naturales. Este trabajo ha sistematizado 12 metodologías de evaluación del impacto ambiental del turismo y estimaciones de capacidad de carga turística, que han sido implementadas en diferentes áreas alrededor del mundo, esto con el fin de seleccionar los criterios y elementos más sobresalientes y agruparlos en una metodología aplicable al monitoreo ambiental de la actividad turística en áreas naturales. El estudio se fundamentó en el análisis de la actividad turística en ocho áreas protegidas del Ecuador con ecosistemas, recursos, problemática y sistemas administrativos diversos. Cuatro de estas áreas incluyen ecosistemas de páramo dentro de los sitios destinados a la actividad turística. La revisión de literatura especializada, así como la consulta a diversos grupos de profesionales involucrados en el tema, permitió incluir en la metodología significativos aspectos de análisis, como por ejemplo: la determinación de los factores de impacto ambiental de la operación turística; las variables y parámetros de análisis de recursos naturales, culturales y escénicos; la necesidad de la participación activa de personas y organizaciones y la definición de estándares de la calidad de la experiencia de los visitantes, las cuales confieren a la presente metodología el enfoque integral no logrado en anteriores propuestas. Palabras clave: Áreas protegidas, impacto, manejo, monitoreo, turismo.
ABSTRACT Although tourism has become a productive alternative use for protected areas, capturing significant economic resources that can be used to offset the costs of conserving these areas, tourism activities continue to result in the environmental degradation of natural areas. In order to identify the most salient criteria and elements for applying methodology to the environmental monitoring of tourism in natural areas, this document has created a framework of twelve methodologies for evaluating the environmental impact of tourism and estimating tourism carrying capacity that have been implemented in various areas around the world. The study is based on the analysis of tourism activities in eight protected areas in Ecuador. Each area is a unique ecosystem with its own resources, problems, and administrative system. Four of these areas are paramo ecosystems with tourism activity.
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Revision of specialized literature and consultation with a diverse set of professionals involved in the topic, permitted the inclusion of significant aspects of analysis into the methodology, such as: determination of the factors contributing to the environmental impact of tourism operations, the variables and parameters of analysis of natural, cultural, and esthetic resources, the need for active participation on the part of tourism stakeholders, and the definition of tourism quality standards. Inclusion of these lessons in the present methodology provides the necessary focus that previous efforts have lacked. Key words: Impact, management, monitoring, protected areas, tourism.
INTRODUCCIÓN El manejo de la actividad turística en áreas protegidas ha sido desde hace muchos años un tema de interés permanente tanto por los administradores de las áreas naturales que buscan nuevas alternativas de autogestión para administrar las reservas, como por operadores turísticos que en su incesante búsqueda de atractivos turísticos, usan cada vez más las áreas protegidas, llevados por los nuevos intereses de la demanda, ávida de un reacercamiento a la naturaleza. La actividad turística en áreas protegidas parece estar sin embargo irremediablemente ligada a la producción de impacto ambiental, a tal punto que muchos autores sugieren sacrificar la calidad ambiental de un sitio en pro de su uso turístico. Cabe resaltar sin embargo que países con mayor trayectoria en este campo, particularmente europeos y norteamericanos, han logrado establecer exitosos programas que pese a mantener altas cuotas de visitantes, consiguen prevenir y/o mitigar los impactos ambientales que ocasionan, manteniendo de esta manera el tan buscado equilibrio entre la conservación de la naturaleza, la actividad lucrativa y el respeto a las culturas nativas de cada región. Con este marco preliminar, vale preguntarse ¿cuál es el origen real de la problemática del deterioro ambiental de los sitios de uso público? y ¿en qué medida este impacto es atribuible solamente a la operación turística? Los factores involucrados son muy diversos. Por un lado, la improvisada historia del uso turístico de las áreas protegidas en el país, que pese a haber sido concebido legalmente desde la creación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas - SNAP, no fue planificado ni administrado adecuadamente, pasando por alto la posible producción de impactos ambientales y las medidas de prevención y mitigación de los mismos. Por otro lado, están las condiciones de planificación, manejo y control de las áreas protegidas, que por sus limitantes de orden político, económico y operativo, todavía no alcanzan una estructura lo suficientemente consolidada como para fijar y cumplir sus propias metas. Esta debilidad de las áreas propicia por sí mismo la ocurrencia de impactos de diferente índole y magnitud, que ha puesto en riesgo su integridad, territorio y recursos. Esa situación reduce aún más las posibilidades de manejar adecuadamente sus recursos turísticos y por tal razón son relegados frente a otras necesidades. Otros factores son la fragilidad propia de los sitios de desarrollo turístico dentro de las áreas y los efectos de los factores ambientales sobre ellos. Estos factores exigen una
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revisión y predicción cuidadosa para determinar la mayor o menor resistencia de los sitios turísticos a sufrir alteraciones. Aunque se han presentado varias propuestas metodológicas que contribuyen considerablemente al entendimiento de los factores involucrados en el buen desarrollo de la actividad turística en áreas protegidas, así como a la identificación de enfoques y soluciones alternativas para enfrentar algunos de sus problemas, no han logrado una total aceptación entre los administradores de las áreas por dejar vacíos conceptuales y operativos que dificultan su adaptación en lugares diferentes a los que fueron diseñadas. Del mismo modo, el escaso conocimiento de los ecosistemas locales, las limitantes de carácter político-administrativo, social y económico generalizadas en las áreas protegidas ecuatorianas, imposibilitan la aplicación de las propuestas extranjeras por no poder cumplir los requisitos que sugieren o corren el riesgo de aplicar metodologías demasiado simplistas que solamente determinan un número máximo de visitantes pero no pueden garantizar el mantenimiento de la condición ambiental deseada. Tal problemática motivó el desarrollo de la presente investigación, que pretende consolidar los aspectos más sobresalientes de las propuestas anteriores y complementarlas con criterios innovadores que cubran las falencias identificadas en ellas, para diseñar una nueva metodología que integre la evaluación de impacto ambiental de los recursos naturales, culturales y escénicos, y sobre los visitantes dentro de un contexto más amplio que abarque el monitoreo de la actividad turística dentro de los programas de uso público que manejan las áreas protegidas ecuatorianas.
MÉTODOS La metodología aplicada en esta investigación es una combinación de métodos teóricos y empíricos.
Métodos empíricos Observación de campo Fue realizada en siete áreas protegidas muestreales para identificar los tipos de sitios de uso público, las actividades que se realizan en ellos, los recursos turísticos que poseen, los impactos ambientales presentes, el tipo de operación turística, infraestructura, facilidades, servicios, productos turísticos, los responsables de la administración y operación en cada sitio, actividades y reacciones de los visitantes, utilizando criterios e indicadores preestablecidos en matrices específicamente diseñadas para el efecto. Interpretación de los hechos observados Mediante este método se logró caracterizar los sitios y programas de uso público, e identificar los problemas, necesidades y limitaciones por procesos deductivos, inductivos, de análisis y de síntesis para generalizar la realidad de las áreas protegidas en el Ecuador continental. Encuestas Fueron dirigidas al personal de las áreas protegidas muestreales para conocer el nivel de concordancia de los principios formulados en sus respectivos Planes de manejo con las
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actividades que se realizan en el área, como: el organigrama del Programa de uso público, oportunidades de uso público ofrecidas por el área, tipo de administración de los sitios de uso público, funciones del personal de planta y operadores. En las encuestas se recogió además información referente a las condiciones de los visitantes, recursos turísticos característicos de cada sitio, tipo de actividades realizadas por los visitantes en los sitios e impactos ambientales de la actividad turística. Entrevistas y consultas individuales Fueron realizadas a técnicos e involucrados en el tema sobre aspectos específicos del desarrollo de la metodología de acuerdo a sus áreas de especialización y a expertos nacionales e internacionales para validar teóricamente la propuesta. Formación de un grupo focal Se eligió esta técnica para la determinación de los tipos y características de los sitios de uso público de las áreas protegidas del Ecuador, clase de actividades que se realizan en ellas, identificación de los factores de la operación turística implicados en la producción de impacto ambiental sobre los recursos turísticos y sobre los visitantes y determinación de los estándares de operación y calidad de la experiencia de los visitantes mediante la aplicación de un método Delphi (consulta a distancia y retroalimentación de resultados parciales y totales) de tres etapas.
Métodos teóricos Análisis de información secundaria Consistió en la revisión de los planes de manejo, planes de desarrollo turístico, materiales divulgativos y documentos informativos de las áreas protegidas del Ecuador, libros y artículos sobre turismo, áreas protegidas, evaluación de impacto ambiental, métodos de análisis de calidad de los recursos naturales, reportes de investigación, memorias técnicas de reuniones de especialistas, legislación vigente, entre otras fuentes. Esta revisión permitió estructurar el marco contextual de la investigación, predeterminar los impactos ambientales ocasionados por la actividad turística, fundamentar el modelo de la estructura funcional del turismo en áreas protegidas y la metodología inicial de monitoreo ambiental del turismo en las áreas protegidas. Investigación metodológica Fue usada para sistematizar las metodologías de tratamiento del turismo en espacios naturales de acuerdo a sus orígenes, aspectos operativos, posible aplicabilidad de la metodología en el Ecuador, aporte a la metodología propuesta, aspectos en desacuerdo y lugares de implementación. Método descriptivo Sirvió para exponer el marco conceptual de las áreas protegidas y el turismo a nivel mundial, de los países en vías de desarrollo y en el Ecuador, el impacto ambiental del turismo en áreas protegidas y la caracterización de los Programas de uso público.
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Método predictivo Fue usado para predecir los impactos ambientales que pueden presentarse a partir del razonamiento de las causas y agentes que lo provocan y del sitio donde se producen. Método dialéctico Fue utilizado durante el desarrollo de las entrevistas y encuestas dirigidas al panel de expertos mediante la oposición de conceptos, definición de elementos comunes y la obtención de síntesis para identificar los estándares de la operación turística y de la calidad de la experiencia de los visitantes en cada tipo de sitio y actividad de uso público y con cada segmento de visitantes. Se empleó además el método dialéctico al confrontar las fundamentaciones y normativas de los documentos regidores de la administración de las áreas protegidas del grupo muestreal (Planes de manejo, Planes de desarrollo turístico, materiales de difusión y promoción) con la realidad del manejo de las mismas.
RESULTADOS Modelo de la estructura funcional del turismo en las áreas protegidas El diseño de la metodología se desarrolló con base en la estructura del sistema de oferta y demanda del mercado, considerando a las áreas protegidas como proveedores de bienes y servicios y a los visitantes como usuarios o consumidores. En el modelo planteado (Figura 1) el lado de la oferta está representado por los factores de sitio o los grandes componentes del área que se visita, en el lado de la demanda se ubican en cambio los factores característicos de los usuarios y las circunstancias de su visita. Los impactos ambientales (positivos y negativos) “sobre los recursos turísticos” y “sobre los visitantes”, se derivan de los factores de sitio y de los factores de uso, ya que se producen por cualquiera de estos factores o por la suma de los dos. Esta concepción remarca la consideración de la integralidad con la que se propone tratar el impacto ambiental del turismo en las áreas protegidas y por ende la importancia que se concede a la calidad de la experiencia de los visitantes. A continuación se explica detalladamente la estructura de cada uno de los componentes del modelo propuesto: Factores de sitio (Oferta) Incluye tres grandes componentes: recursos turísticos, productos turísticos y gestión. • Recursos turísticos. Contempla todos los recursos que son concebidos como atractivos turísticos y que a la vez son los que pueden ser impactados (Figura 2). Se clasifican en tres grupos: “Recursos naturales”, que involucran a su vez los componentes abióticos (agua, suelo y aire), bióticos (flora y fauna) y los ecosistemas de los que forman parte.
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“Recursos culturales”, que incluyen dos tipos de manifestaciones: cultura pasada y cultura presente (espiritual y material). Las manifestaciones espirituales incluyen los valores, tradiciones y costumbres de una población y las materiales abarcan las edificaciones, monumentos, representaciones y artefactos.
Figura 1. Modelo de la estructura funcional del turismo en las áreas protegidas.
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Figura 2. Composición de los recursos turísticos en áreas protegidas.
Por ser el relacionamiento con el ambiente el factor detonante del desarrollo de la cultura de los pueblos y un indicador de su futura permanencia y consolidación, es importante incluir en el estudio de la cultura presente ciertos parámetros de carácter socio-económico como: actividades productivas, uso de recursos naturales y los máximos efectos tolerables ante la presencia de elementos foráneos que podrían poner en peligro a la cultura, sociedad o integridad humana. “Recursos escénicos”, que abarcan exclusivamente los recursos paisajísticos de un determinado lugar y todos los elementos que lo conforman; pueden ser de dos tipos: naturales y artificiales. Se considera como paisajes naturales a aquellos que son propios del lugar y que se han formado sin participación alguna del ser humano; en este grupo se encuentran las montañas, lagos, lagunas, encañonados, valles, bahías, entre otros. Los artificiales en cambio, agrupan a aquellos paisajes creados intencional o accidentalmente con elementos foráneos (vías, edificios, arborización, jardines de plantas exóticas, embalses construidos, entre otros), ya sea en parte o en su totalidad. • Operación. Se refiere a las características y condiciones de manejo del turismo en las áreas protegidas. Constituyen el conjunto de actividades, facilidades y servicios que se ofrecen a los visitantes y que se comercializan (Figura 3). “Las actividades”, son básicamente el conjunto de acciones que la entidad encargada de la administración de cada sitio desarrolla con o para los visitantes, pudiendo dividirse en educativas o recreativas dependiendo del subprograma al cual pertenezcan. Ejemplos de actividades son: recorridos por senderos (guiados o autoguiados), visita a centros de interpretación, actividades al aire libre, buceo, recorrido en lancha, entre otras. Estas actividades se estructuran considerando los objetivos del subprograma dentro del cual se desarrollan, las potencialidades de uso de los recursos turísticos y la motivación de los visitantes como: disfrutar de momentos de soledad, inspiración, esparcimiento, aventura, descanso o compenetración con la naturaleza.
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Figura 3. Composición de la operación del turismo en áreas protegidas.
“Las facilidades”, son las modificaciones o infraestructura ligera construida en un espacio con la finalidad de facilitar el ingreso o hacer visibles determinados elementos, generalmente están construidas con materiales propios de la región o que armonicen con el ambiente. Pueden ser consideradas como facilidades los caminos, senderos, barandas, bancas de descanso, letreros entre otras. Este factor incluye por tanto la accesibilidad al sitio turístico. “Los servicios”, son las atenciones y artículos de la planta turística que consume el visitante (transporte, alojamiento, alimentación, bebidas, esparcimiento, guías e información). Los servicios no constituyen un fin de la actividad turística sino que son un medio. • Gestión. La gestión de las actividades turísticas en las áreas protegidas es un conjunto de factores, actores y condiciones que determinan las características de manejo de los programas y/o sitios turísticos (Figura 4). Dentro de la gestión se consideran los siguientes aspectos:
Figura 4. Estructura de la Gestión de los sitios turísticos de áreas protegidas.
“La política del sitio o del programa”, se refiere a la interiorización de los objetivos y principios del área protegida por parte de la organización administradora de cada sitio turístico, y se evidencia en los objetivos de los sitios de visita, las actividades desarrolladas y/ o permitidas, el uso y explotación de los recursos turísticos y el trato a los visitantes.
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“Las normas”, son los reglamentos de los sitios turísticos como por ejemplo: las condiciones de ingreso de los visitantes (horarios, grupos, temporadas) normas para la operación como (compañía de guías, intervalos de salida, permanencia), prevención de impacto ambiental, entre otras. • Factores de uso (Demanda). Tiene como componentes las características de los visitantes y las de la visita (Figura 5).
Figura. 5. Estructura de las características de los visitantes y de la visita de los sitios turísticos de áreas protegidas.
• Características de los visitantes. Se refiere a los datos particulares o particularidades distintivas de los visitantes del área. Se consideran cuatro parámetros: demografía (edad, sexo, nacionalidad), procedencia, motivación para visitar el área y características socio-económicas. • Características de la visita. Este componente considera el tipo de actividades turísticas que realizan los visitantes en el área en estricta dependencia con los lugares donde se desarrollan, el número de visitantes, la forma como se realizan las actividades, la duración que tienen y la frecuencia con la que se realizan. Los “factores de uso” tales como tipo de actividad, tamaño del grupo, duración y frecuencia de las actividades se diferencian de la operación de los “factores de sitio” en que los primeros se refieren a condiciones que no son determinadas por el personal de los programas de uso público ni por las agencias sino que son de exclusiva competencia y decisión de los visitantes. Estos factores son de especial consideración en aquellas áreas protegidas en las que la administración no tiene programas prediseñados para los visitantes que es el caso de muchas áreas protegidas en América Latina, pues cuando los tienen es fácil incluir a los diversos visitantes en programas planificados para diferentes perfiles de audiencias de acuerdo a intereses, edades, tiempo disponible, entre otros parámetros. Factores de impacto Los factores de impacto, constituyen todas las características y precondiciones tanto de los factores de sitio como de los de uso que posibilitan la ocurrencia de impactos ambientales, ya sea sobre los recursos turísticos, sobre los visitantes o sobre ambos. Debe tenerse en cuenta que no existe una relación directamente proporcional entre las acciones de los visitantes y el deterioro de los recursos turísticos, debido a que ellos aparecen en la cuarta fase del
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desarrollo del sitio, luego de la planificación, implementación y administración de un sitio de uso público. Cada una de estas etapas previas, como se explicará posteriormente, provocan impactos acumulativos tanto sobre los recursos turísticos como sobre los visitantes. Impacto sobre los recursos turísticos Considera los efectos o consecuencias de la visita de los usuarios al sitio de uso público, pero hace un análisis retrospectivo de las causas de esos impactos que necesariamente están ligadas a la planificación, implementación, administración, operación, evaluación de impactos e implementación de medidas de manejo desarrolladas por la organización u organizaciones administradoras es decir, por los factores de sitio. Debido a que los recursos turísticos pueden ser de tres tipos, es necesario definir una metodología para evaluar el impacto ambiental sobre cada uno. Impacto sobre los visitantes Es el grado de satisfacción de las expectativas de los visitantes luego de su visita al área, de acuerdo a su perfil y características de su visita. El valor resultante de este análisis es lo que se denomina “calidad de la experiencia del visitante”. La literatura revisada y la experiencia propia, permitieron definir que el impacto ambiental sobre los visitantes se fundamenta en el concepto de “calidad de su experiencia”, comparando las expectativas iniciales del visitante, las cuales son de carácter intangible con la experiencia real de su visita al área que es tangible y puede ser medida. La calidad de la experiencia de los visitantes es función de tres importantes factores: el perfil del visitante, el tipo de sitio de uso público que visita y las características del producto. El “perfil del visitante” incluye su edad, sexo, procedencia, motivación para la visita, tipo de cultura, características socio-económicas y expectativas. El “tipo de sitio” de uso público, se refiere a las características particulares de cada sitio turístico (sendero, mirador, playa, entre otros) y el tipo de uso público al que está dedicado. Las “características del producto” incluyen las singularidades del paquete turístico y servicios que se ofrezcan en cada sitio público y que el visitante use. El primero corresponde a los “factores de uso” que depende únicamente de la demanda, y los dos restantes a los “factores de sitio” que involucran a todos los aspectos relacionados con el sitio de uso público y con el área. Los impactos ambientales sobre los visitantes son las molestias o malestares que reducen la calidad de la experiencia en un sitio de uso público y que dependen exclusivamente de los factores de sitio, es decir del tipo de sitio de uso público y de las características del producto. Para intentar identificar los impactos ambientales sobre los visitantes se establecieron 12 indicadores de impacto extraídos de la literatura especializada para sitios de uso público de áreas protegidas (Graefe et al. 1990, Clark 1991, Manidis & Roberts Consultans 1999), los cuales pueden o no afectar la calidad de la experiencia del visitante dependiendo de cada sitio en particular y del perfil de cada visitante:
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Sitios de uso público en las áreas protegidas Las encuestas dirigidas al Panel de expertos en evaluación de impacto ambiental del turismo en áreas protegidas y las visitas de campo a las áreas muestreales permitió identificar los tipos de sitios de uso público existentes en las áreas protegidas del Ecuador, la clase de actividades existentes en ellas y el tipo y características de las actividades de uso público que se ejecutan en cada sitio de uso público. En la Tabla 1 se presenta la lista final de los 36 diferentes tipos de sitios de uso público identificados, las características descriptivas y el tipo de actividades realizadas en cada uno de ellos. Proceso de monitoreo ambiental del turismo en áreas protegidas Debido a la íntima relación de dependencia que mantienen los diversos elementos que conforman el modelo de la estructura funcional del turismo en áreas protegidas (factores de sitio, factores de uso y el impacto sobre cada uno de ellos), la aplicación de la metodología debe combinar necesariamente todos los elementos a lo largo de todas las etapas del proceso; de modo que cuando se analiza el estado actual de un elemento, éste da las pautas para analizar los impactos que ocasiona y recibe de los demás componentes del modelo. Del mismo modo, la interdependencia de los factores de sitio y los factores de uso y el análisis de los impactos sobre los recursos turísticos y de calidad de la experiencia de los visitantes, obliga a que el modelo busque un equilibrio constante entre los dos factores. En la Figura 6 se muestran las fases que comprende la metodología de monitoreo ambiental del turismo en áreas protegidas.
Figura 6. Fases de la Metodología de monitoreo ambiental de la actividad turística en áreas protegidas. MATANP.
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Tabla 1. Lista de tipos de sitios de uso público identificados en las áreas protegidas del Ecuador Continental.
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El modelo está estructurado secuencialmente de acuerdo al proceso lógico de desarrollo de un proyecto turístico: planificación, implementación, administración, operación, evaluación de impactos e identificación de medidas de manejo, por considerar que toda actividad turística debería necesariamente seguir estas fases, y por ser precisamente estos los niveles de los que derivan los diferentes tipos de impactos. Las seis fases antes mencionadas, forman un ciclo constante que empieza y concluye en la planificación. La metodología está constituida por una serie de 13 pasos que mantienen un balance analítico entre los factores de sitio y los de uso, pero que considera también el nivel de desarrollo en el que se encuentra cada proyecto, ajustándose convenientemente a cada caso. En vista de la cantidad de parámetros y temáticas a evaluarse y del tiempo de seguimiento que requiere el proceso, se propone que el área nombre un “Comité Consultivo de la Actividad Turística”, el mismo que funcione comprometidamente en beneficio del área. Este Comité deberá estar integrado por un equipo interdisciplinario de personas que representen a la administración general del área, a la administración del Programa de uso público, uno o dos profesionales o conocedor de los recursos turísticos del área (naturales y culturales), un representante de las agencias operadoras y un visitante real o potencial que aporte con el punto de vista de la demanda. Este equipo deberá reunirse dos o tres veces al año (o con la frecuencia que ellos lo determinen), a partir de la primera evaluación, con la finalidad de dar seguimiento al proceso. Las decisiones del Comité deberán ser tomadas en consenso para que los resultados finales sean lo suficientemente objetivos e imparciales, de modo que representen la realidad del estado de las actividades turísticas en las áreas y puedan tomarse las medidas de manejo correspondientes. En el caso de que la actividad turística afecte o tenga a una población local como recurso turístico, se propone que la misma tenga una participación activa en el monitoreo del turismo como se explica más adelante en la evaluación de los recursos culturales. El éxito del proceso dependerá en buena medida de que los jefes de área o personal que integre el equipo evaluador participen decidida y honestamente en el ejercicio, evitando los temores de censura a su labor, pues este procedimiento no está diseñado para calificar la gestión del área ni las actividades turísticas que se realizan en ella, sino para mejorarlas tanto desde el punto de vista ambiental como de la aceptación de los visitantes. Los integrantes del equipo deberán conocer los detalles administrativos, operativos y toda aquella información que sea considerada importante en el tema turístico dentro del área y comprometerse a darle seguimiento al proceso reuniéndose periódicamente para analizar el desarrollo de las actividades turísticas. Para hacer una evaluación más detallada principalmente del estado de los recursos naturales, se propone capacitar al personal de planta o guías de cada uno de los sitios turísticos en el uso de matrices de registro de algunas especies de flora y fauna indicadoras, las mismas que deberían ser monitoreadas con mayor periodicidad y comparar los resultados con los estándares obtenidos. La metodología cuenta con matrices analíticas para orientar el trabajo del equipo evaluador. La primera corresponde a la matriz general de análisis del área porque hace una revisión de las políticas de conservación y manejo del área protegida y de su Programa de uso público.
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La segunda es específica para cada sitio de uso público dentro del área, pues analiza la administración y operación turística en cada uno. La tercera, cuarta y quinta, son las matrices para evaluación del impacto ambiental del turismo sobre los recursos naturales, culturales y escénicos respectivamente y para la determinación de estándares de la condición ambiental deseada; la sexta corresponde a la matriz de evaluación del impacto sobre los visitantes y, finalmente, la séptima corresponde a la clave de análisis y discriminación del impacto ambiental del turismo en las áreas protegidas. La clave fue diseñada para ser trabajada simultáneamente con las matrices de monitoreo, para calificar los resultados de la evaluación hasta la fase de operación, mediante la analogía de los resultados buenos, regulares y malos con la luz verde, naranja y roja de un semáforo. Las alternativas verdes indican la ocurrencia de los resultados esperados y el paso a la siguiente etapa, mientras que la naranja y roja indican que los resultados de cada etapa requieren un trabajo analítico mayor para conciliar las políticas, tendencias de manejo y precondiciones de valoración de impacto antes de pasar a la etapa siguiente. Esta clave determina visualmente la concordancia de las acciones esperadas con las observadas, discrimina la gravedad del impacto mediante su localización en una fase y etapa dada, y permite priorizar la evaluación de impactos entre distintos sitios de uso público mediante la distinción de los sitios con menor potencialidad de ocurrencia de impactos en las primeras etapas, debido a que las incongruencias en la fase de análisis de la planificación, implementación, administración y operación son detonantes de la ocurrencia de impacto. La Figura 7 muestra los 13 pasos de la metodología propuesta indicando la secuencia lógica de análisis, partiendo desde la totalidad del área hasta los sitios turísticos.
Figura 7. Esquema de la metodología de Monitoreo ambiental del turismo en áreas protegidas - MAT-ANP.
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DISCUSIÓN Aunque la mayor parte del desarrollo del turismo de naturaleza en el Ecuador se lleva a cabo en las áreas protegidas, aún no se cuenta con normas y políticas puntuales para el desarrollo organizado y coordinado de la actividad dentro de los parques y reservas del país (Ceballos Lascuráin et al. 1995). Es preciso reconocer que la falta de información previa a la visita y las escasas normas de control a la llegada a las áreas, debido quizá a la poca planificación de los programas de interpretación y educación ambiental, al reducido personal e insuficiente capacitación con la que cuentan las áreas, son una de las más importantes causas de la conducta mostrada por los visitantes y por ende de los impactos que se ocasionan. Sintetizando este punto, las fases previas a la operación turística (planificación, diseño e implementación) son cruciales para la ocurrencia más o menos severa de impacto ambiental, pues de cada una de ellas se derivan impactos que tienden a ser acumulativos a medida que se avanza en el proceso. Otros factores fundamentales a considerar son también la gama de características que identifican a cada grupo de visitantes tales como: su perfil socioeconómico, nivel cultural, tiempo de estadía, motivación para el viaje y el tipo de actividad realizada, puesto que dependiendo de su combinación los impactos podrían ser considerables en mayor o en menor medida. No se pueden dejar de lado las características del área destino, las cuales incluyen: la fragilidad de los recursos naturales como flora, fauna o paisaje, y cuando contempla comunidades rurales: el nivel socioeconómico del área destino, su estructura y organización social, política, cultura espiritual y material presente y pasada y su escala de desarrollo turístico. Para la elaboración de cualquier monitoreo ambiental del turismo en áreas protegidas es fundamental considerar dos niveles de análisis: El primero, a nivel macro analiza los objetivos para los que fue creada el área protegida, su zonificación, las metas del programa de uso público, tipo de administración y parámetros de manejo. También es necesario establecer sub-zonificaciones de los espacios designados para uso público dentro del área protegida, para hacer un manejo diferenciado de las visitas en cada sitio. Deben identificarse los sitios turísticos existentes dentro de cada zona de uso público, los objetivos y manejo de cada uno de ellos. Las áreas de acampar y las de picnic deben tener objetivos y manejo diferentes a los de los senderos, y éstos a su vez deben ser distintos a los de los centros de visitantes, sitios arqueológicos, entre otros. El segundo acercamiento es a nivel específico, y analiza las características concretas de cada uno de los sitios de visita dentro de un área protegida. La evaluación del impacto dentro de un sitio de uso público debería necesariamente considerar cuatro factores fundamentales: los recursos turísticos, la infraestructura, servicios y el equipamiento disponible, las condiciones de manejo o gestión del sitio y el perfil de los visitantes y las características de la actividad turística.
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Es fundamental analizar los objetivos del área protegida, de la categoría de manejo, así como los objetivos del programa de uso público, pues de ellos dependerá el tipo de uso que se le dé a cada sitio turístico y las actividades que puedan realizarse en él. Se considera indispensable tomar en cuenta los factores de uso de los visitantes tales como perfil de los visitantes y las características de la actividad que realizan dentro del área, con la finalidad de balancear la oportunidad de experiencia ofrecida con los debidos controles para evitar el deterioro de los recursos turísticos y cubrir las expectativas de los visitantes. Entre estos dos grandes factores debería incluirse la identificación misma del impacto acompañada de su caracterización, medición y rango de tolerancia ambiental. Debido a que las etapas de desarrollo de las actividades turísticas en las áreas protegidas son variables, debe considerarse tanto a las áreas con programas de uso público en operación como las que todavía se encuentran en la fase de planificación. Considerando que uno de los objetivos primordiales para la creación de áreas protegidas es la conservación de sus ecosistemas y bellezas paisajísticas, es importante determinar los estándares de la condición ambiental y los factores de calidad de la visita en determinadas áreas destinadas a uso recreativo intenso. Si bien la determinación de los factores limitantes de la visita aplicada en los estudios de capacidad de carga ayudan a identificar más claramente el número real de visitantes que usarán un determinado recurso, no dan en cambio una visión real del grado de perturbación ambiental del área que es el que verdaderamente se debería intentar medir y mitigar, considerando que la actividad se realiza dentro de un área protegida. Por otro lado, la sola determinación de un número de visitantes aunque éste sea pequeño no garantiza que no se produzcan impactos severos. Las densidades de visitantes son relativamente poco importantes o son significativas sólo cuando son analizadas en combinación con otras variables, de tal manera que establecer capacidades y límites de uso puede hacer muy poco para reducir los problemas de impacto que se intentaban resolver. Por tal razón son más sugestivos, en cambio, factores como el tipo de visita, la duración y la frecuencia de ella o la conjugación de éstos. En vista de que los recursos turísticos que un área protegida ofrece son de tipo natural, cultural y escénico, es necesario desarrollar mecanismos de monitoreo y control de los impactos ambientales que el turismo ocasiona en ellos con metodologías específicamente orientadas a cada tipo de recurso pero manteniendo a la vez la integralidad de los factores que se conjugan en un sitio y en la actividad turística en el área protegida. Es fundamental hacer una evaluación del proceso técnico del desarrollo de las actividades turísticas del área: planificación, implementación, administración, operación y monitoreo, en vista de que su no cumplimiento o errores en una o más de sus etapas determina en gran medida la ocurrencia de impacto ambiental en mayor o menor magnitud. Solamente una organización y planificación eficiente puede garantizar una actividad sustentable. Íntimamente relacionada con el punto anterior se encuentra la parte operativa de los programas de uso público, la estructura de los productos (atracciones, facilidades y servicios) ofertados por la administración así como el perfil y características de las actividades de los
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visitantes. Estos aspectos requieren un análisis un poco diferente al de los demás parámetros pues se deben considerar métodos de carácter más bien empresarial.
LITERATURA CITADA Ceballos-Lascuráin, H., G. Reck & R. Troya. 1995. Propuestas de políticas en las áreas naturales protegidas. Proyecto INEFAN /GEF. pp. 17, 37- 39, 127-129, 163-168, 203-210, 213-215, 222. Quito. Clark, J. R. 1990. Carrying capacity: The limits to tourism. Rosentiel School of Marine and Atmosferic Sciences. University of Miami. pp. 9, 10, 11. Graefe, A. R, F. R. Kuss & J. J. Vaske. 1990. Visitor impact management. The planning framework. National Parks and Conservation Association. Washington. pp. 9-18. Manadis & Roberts Consultans. 1997. Developing a tourism optimisation management model. A model to monitor and manage tourism on Kangaroo Island. South Australia. Final report. South Australian Tourism Commission, Adelaide. pp. 5-9, 11-13, 22-30, 58.
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Conclusiones
Fabio Arjona & Tim Killeen
CONCLUSIONES DEL SIMPOSIO DE CONTABILIDAD Y SERVICIOS AMBIENTALES: NECESIDADES Y ESTRATEGIAS Coordinadores: Fabio Arjona & Tim Killeen La principal importancia de los páramos es su prestación de servicios, como almacenamiento de agua para consumo y producción, ecoturismo y generación de energía entre otros. El manejo adecuado de estos recursos es de vital importancia para la sostenibilidad de los mismos a largo plazo, ya que esto conlleva consecuencias a nivel local y regional. Dentro del Simposio se trataron temas de ecoturismo, valoración de los recursos naturales, políticas de los gobiernos de los países con páramo y estudios de caso. En este contexto, se encontró que para el buen manejo de estos servicios ambientales es importante reconocerlos dentro del marco legal en los diferentes países. Uno de los puntos que ha sido bastante discutido especialmente en Colombia es la reglamentación de las tazas por uso. Dentro de las discusiones generadas durante el taller realizado para este Simposio se concluyó que las autoridades ambientales deben reglamentar instrumentos financieros para aumentar inversión en preservación de fuentes hídricas. Estas entidades deberán participar en la planificación pero igualmente deberán controlar y vigilar que se cumplan normas. El manejo de este recurso debe partir de la base de que el objetivo de las tasas retributivas debe ser la renovabilidad, conservación del recurso y el uso racional del mismo, lo cual resultará en una eficiencia en la prestación del servicio y en el uso del recurso. El marco jurídico deberá partir de la valoración económica del recurso, la cual dará los argumentos necesarios para mostrar su verdadera importancia y se deberá tener en cuenta que las pérdidas (bosques, agua, energía, etc.) son costos de aprovechamiento. Es importante resaltar que gran parte de los recursos económicos provenientes del cobro de las tasas deberá ser invertido en la protección de los páramos con una alta participación de las comunidades residentes. Además, el enfoque que se le debe dar a la conservación debe ser de cuenca, ya que es un todo, en las partes altas se almacena pero es utilizada a lo largo de toda la cuenca. Para esto, deberá existir una tasa mínima, a partir de la cual se trabajará de acuerdo a las necesidades. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las tasas no son suficientes para la conservación del recurso y que se deben complementar con otros mecanismos de conservación y manejo, que deben ir de acuerdo a las necesidades de las comunidades rurales y urbanas. Un ejemplo de otros mecanismos de manejo es la generación de proyectos y apoyo a alternativas de explotación acordes a la conservación de ecosistemas como el caso de la hidroeléctrica de Amoyá, presentado por Gabriel Jaime Ortega de Generadora Unión. Es importante tener en cuenta también que el consumo del recurso es regulable, pero no en sí el recurso.
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Finalmente, las conclusiones finales son: • Las tasas ambientales de agua y energía deben tener base técnica en su valoración y ser aceptadas por los diferentes actores. • Existen nuevos mecanismos de protección de los páramos que se deben dar a conocer y adoptar con respaldo del gobierno. • El Estado tiene un rol importante como ente regulador cuando existen conflictos de intereses. • Las personas de los páramos se deben beneficiar directamente de los recursos e instrumentos que se apliquen.
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SIMPOSIO ASPECTOS SOCIALES, ECONÓMICOS E INSTITUCIONALES: LA GENTE Y EL PÁRAMO: USO, IMPACTO Y MANEJO CAMPESINO
Integración de la agricultura y conservación en Páramos de Venezuela
M. Monasterio y M. Molinillo
LA INTEGRACIÓN DEL DESARROLLO AGRÍCOLA Y LA CONSERVACIÓN DE AREAS FRÁGILES EN LOS PÁRAMOS DE LA CORDILLERA DE MÉRIDA, VENEZUELA Por Maximina Monasterio y Marcelo Molinillo
RESUMEN En los altos páramos de la Cordillera de Mérida, y basados en la premisa de que los ecosistemas naturales de páramo que enmarcan los agroecosistemas son componentes de un complejo sistema de producción, se postula que en ambientes tropicales de montaña es posible compatibilizar la conservación de los frágiles ecosistemas con las necesidades de producción mediante un enfoque que articule las diferentes escalas espaciales en las que interactúan distintos actores, ámbitos y políticas. Esta articulación es posible mediante nexos transversales cuya temática se encuentra como hilo conductor a través de las escalas espaciales, como es el caso de los servicios ambientales. En el análisis de este enfoque sólo se utiliza el servicio ambiental del agua que proviene de los altos páramos para ejemplificar la manera en la que se articulan la escala regional, local y parcelaria. Finalmente, se concluye que el enfoque de la articulación de escalas mediante temas transversales como los servicios ambientales permite captar la dinámica entre conservación y desarrollo que se produce a diferentes escalas espaciales y favorece la comprensión de problemas de manejo de recursos. De esta manera, se puede llevar la conservación de los ecosistemas altoandinos a las parcelas de los productores, e involucrar a las comunidades locales en el mantenimiento de estos ecosistemas estratégicos. Palabras clave: agricultura con riego, análisis espacial, conservación páramos, integración escalas, servicios ambientales.
ABSTRACT In the high paramos of the Cordillera of Mérida, and based on the premise that the natural paramo ecosystems and agro-ecosystems are components of a complex production system, it is postulated that in tropical mountain environments it is possible to make compatible conservation of fragile ecosystems and the need for production. This could be accomplished by means of an approach that articulates the different spatial scales on which the various actors, scopes and policies interact. This articulation is possible by means of transversal nexuses, whose subject matter acts as the uniting thread of the spatial scales, such as is the case with environmental services. In the analysis of this approach, only the environmental service of water coming from the high páramos is used to illustrate the manner in which the regional, local and farm plot scales are articulated. Finally, it is concluded that the focus on the articulation of scales by means of transversal issues, allows to interpret the dynamics between conservation and development that takes place on different space scales and facilitates the comprehension of resource management problems. This would also allow the introduction of conservation of the High Andean ecosystems on the level of the producers’ parcels and involve the local communities in the maintenance of these strategic ecosystems.
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Key Words: community water management, environmental services, paramo conservation, scales integration, spatial analysis.
INTRODUCCIÓN Los ambientes andinos tropicales están considerados entre los más ricos y de más alta biodiversidad sobre la tierra. La Cordillera Andina en su sección tropical posee una multiplicidad de hábitats que dan cabida a 45.000 especies de plantas de las cuales más del 44 % son endémicas (Mittermeier et al. 1999). Aquí también se encuentran las variedades silvestres de nuestros alimentos más importantes (papa, maíz, frutas, etc.) y de muchas otras especies que constituyen una valiosa reserva para el desarrollo de la producción agrícola futura, para las investigaciones químicas y biotecnológicas. Estas montañas igualmente son fundamentales para determinar el clima y los patrones de circulación de las masas de aire a escala local y continental. En estas regiones nacen los principales ríos de los que dependen la producción y la economía tanto de las áreas agrícolas como de las zonas pobladas. Así, los ecosistemas andinos tropicales por sus reservorios de biodiversidad y por sus servicios ambientales juegan un papel fundamental para el desarrollo sostenible de la región. Sin embargo, los ambientes andinos tropicales están siendo alterados y destruidos a un ritmo alarmante, y sólo el 6,3 % de la superficie se encuentra protegido bajo figuras especiales de conservación (Mittermeier et al. 1999). En estos ambientes se experimentan rápidos cambios relacionados con el crecimiento poblacional, el incremento de las migraciones, el aumento de la accesibilidad y de las comunicaciones, la influencia de nuevos elementos económicos, culturales y tecnológicos. Esta gran apertura a las influencias e intervenciones externas han vuelto a los sistemas naturales y humanos de las montañas tropicales más complejos, más difíciles de entender, menos estables, y más incontrolados en su desarrollo (Monasterio et al. 1985, Ives et al. 1997). La búsqueda de enfoques que permitan comprender los diferentes mecanismos y procesos involucrados en las interacciones entre los sistemas naturales y humanos en montañas ha sido una constante desde hace varios decenios (Ives & Messerli 1990). A través de diferentes modelos y enfoques se ha buscado orientar soluciones con la finalidad de disminuir o evitar daños irreversibles en el medio natural y humano. Uno de los puntos focales ha sido la búsqueda de compatibilizar conservación y desarrollo en un medio donde la fragilidad del ambiente está confrontada con el incremento del uso de la tierra y las demandas por servicios ambientales. Este es un desafío que se presenta especialmente en los ambientes tropicales altiandinos de páramo, donde la rica biodiversidad está puesta en peligro por los acelerados procesos de transformación y degradación. El páramo de distribución insular sobre los pisos más elevados de las montañas tropicales de los Andes del Norte se caracteriza por su elevada diversidad biológica, paisajística y cultural, con una biota única por sus adaptaciones (Monasterio y Celecia 1991); por sus servicios ambientales de agua y su gran potencial para actividades turísticas, a tal punto que en su estatus de conservación ha sido considerado área de alta prioridad (Biodiversity Support Program 1995). Sin embargo, en los páramos que se distribuyen por Ecuador, Colombia y Venezuela se reportan alarmantes pérdidas anuales de superficies de áreas naturales que son destruidas por los avances de la frontera agrícola (Hess
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1990, Verweij 1995, Drost et al. 1999). La necesidad creciente de espacio para la agricultura se ve reforzada en estos países tropicales andinos por la gran demanda de los mercados nacionales de los productos cultivados únicamente en estos ambientes fríos de montaña, y a la vez por la creciente población andina rural que basa su cultura y su economía en las actividades agrícolas en zonas de páramo. En este trabajo se postula que es posible en estos ambientes tropicales de montaña compatibilizar la conservación de los frágiles ecosistemas con las necesidades de producción mediante un enfoque que articule las diferentes escalas espaciales en las que interactúan distintos actores, ámbitos y políticas. Esta articulación es posible mediante nexos transversales cuya temática se encuentra como hilo conductor a través de las escalas espaciales, como es el caso de los servicios ambientales. En el análisis de este enfoque sólo se utiliza el servicio ambiental del agua que proviene de los altos páramos para ejemplificar la manera en la que se articulan la escala regional, local y parcelaria. El enfoque de articulación de escalas en esta región parte de la premisa fundamental de que los ecosistemas naturales parameros que enmarcan los agroecosistemas son componentes de un complejo sistema de producción tan importantes como los agroecosistemas mismos, cuyas funciones ecológicas precisas sostienen y aseguran el mantenimiento en el tiempo de estas áreas intervenidas y modeladas por los procesos agrícolas. En este contexto, los pisos ecológicos superiores del páramo son vistos como áreas de conservación de la biodiversidad, la captación del agua y el equilibrio hidrológico. El trabajo forma parte del proyecto «Ecological and social sustainability of agricultural production in the Cordillera of Merida: the flow of environmental services for potato crops in the high andean paramos» por medio del cual se quiere analizar la importancia de los servicios ambientales para el mantenimiento de la zona agrícola, así como proveer de información y herramientas a las comunidades locales a fin de que ellas participen en la conservación y defensa de los ecosistemas estratégicos de páramo en los que se originan los servicios ambientales que permiten la estabilidad y funcionamiento de sus agroecosistemas. Este proyecto se desarrolla en el área de la propuesta Reserva de Biosfera “Los Páramos de Mérida”, a la que se hace referencia en la parte final, analizando también la manera en la que el enfoque de escalas espaciales puede dinamizar el concepto de Reservas de Biosfera.
MATERIALES Y MÉTODOS Para realizar el análisis de articulación de escalas espaciales se utiliza la región de páramo del sector central de la Cordillera de Mérida (Venezuela) y su zona agrícola (especialmente papera), ubicada entre la Sierra Nevada y la Sierra La Culata por encima de los 2.000 m, con un acercamiento sobre la comunidad agrícola de Misintá para conocer el manejo del agua a escala local y parcelaria en un rango de altitud entre los 3.000 y 4.500 m (figura 1). El planteamiento metodológico del trabajo es un enfoque a tres escalas espaciales: la escala regional, la escala local y la escala de parcela. A escala regional se identificaron los pisos ecológicos involucrados en la provisión de los servicios de agua, la región agrícola paramera, y las fuentes y reservorios de agua. A escala local se identificaron y analizaron las áreas agrícolas a nivel de una comunidad (Misintá), las fuentes locales de agua en los páramos, y las
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Figura 1. La Cordillera de Mérida en el occidente de Venezuela da lugar a una densa red hidrográfica que nace en esta región y se dirige a la gran cuenca del río Orinoco y a la cuenca del Lago Maracaibo. El piso de páramo donde se originan los principales cursos de agua corresponde especialmente a las tierras por encima de los 3000 m de altitud. El recuadro en la zona central de la Cordillera indica la zona de estudio en la escala regional, y el pequeño cuadro oscuro señala la zona de estudio a escala local.
infraestructuras para el manejo del riego. A escala de parcela se analiza la influencia de los distintos tipos de cultivo y del manejo agrícola sobre la distribución del riego y el uso del agua. Escala regional: un mapa base a escala 1:250.000 se construyó georeferenciando y digitalizando la información topográfica e hidrológica de las hojas cartográficas oficiales de Cartografía Nacional del sector central de la Cordillera de Mérida. Sobre este mapa digital se colocó la información obtenida de la imagen orbital Landsat 7 (006-054) de enero del 2001. Esta imagen fue procesada para obtener una imagen de falso color con las bandas 2,3 y 4, de donde fue identificada y digitalizada el área agrícola de páramo y las grandes zonas ecológicas, que fueron controladas en el campo. La imagen Landsat también fue utilizada para obtener la distribución de las ciénagas. Para esto se usó un Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI), que permite resaltar la vegetación fotosintéticamente activa (Chuvieco 1990), y disminuye los efectos de la topografía (Lyon 1998). Las ciénagas identificadas fueron digitalizadas e incorporadas al mapa base digital a escala 1:250.000. Escala local: un mapa base digital con información topográfica e hidrológica a escala 1:25.000 se construyó a partir de la digitalización de hojas cartográficas oficiales de Cartografía Nacional de la comunidad agrícola de Misintá. Las zonas agrícolas de la comunidad de Misintá
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fueron identificadas en fotos aéreas de escala 1:35.000, que fueron escaneadas, georreferenciadas, y corregidas. Las áreas agrícolas fueron capturadas mediante digitalización en pantalla e incorporadas al mapa base digital escala 1:25.000. Escala de parcela: mediante control de campo y recorriendo todo el sistema de riego comunal con GPS se identificaron y ubicaron espacialmente con coordenadas geográficas las tomas de agua, los tanques de almacenamiento y la distribución de las tuberías del sistema de riego comunal y privado. Se realizaron entrevistas a los productores sobre el manejo agronómico y del agua a nivel comunitario y a nivel privado. Un Sistema de Información Geográfica (SIG) permitió articular la información y las bases de datos de las diferentes escalas espaciales.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN La región biogeográfica de páramo es una de las regiones naturales más importantes que ocupan las tierras altas de la Cordillera de los Andes. Esta interesante área natural se extiende sobre las partes más elevadas de los Andes del Norte, con una distribución insular en torno del Ecuador (11º N a 8º Sur). Esta región constituye el ambiente protector de las cabeceras de las altas cuencas en la divisoria de las aguas que drenan al Pacífico, Caribe, Orinoco y Amazonas, jugando un papel fundamental en la estabilidad de las tierras altas. El páramo en la Cordillera de Mérida no es para nada un ambiente homogéneo. Extendiéndose sobre las tierras por encima de los 2500 m, el gradiente altitudinal se relaciona a gradientes climáticos y de ecosistemas naturales e intervenidos, que en conjunto conforman verdaderos pisos ecológicos a diferentes alturas. En esta zonación altitudinal podemos distinguir desde el nivel más bajo al más alto: el Piso Andino, el Piso Altiandino y el Piso Periglacial (Monasterio 1980a). En el Piso Andino la franja comprendida entre los 2.000 y 3.000 m está ocupada actualmente por cultivos de gran productividad (tubérculos, horticultura, floricultura, etc.) que reemplazan al sistema natural paramero, especialmente en las tierras más planas y los suelos más fértiles (Monasterio 1980b). En las partes superiores de este piso ecológico se extienden mosaicos de agroecosistemas campesinos de cultura indígena que se alternan con ecosistemas naturales y ecosistemas intervenidos en diferentes fases de recuperación. Aquí las formaciones vegetales naturales son heterogéneas e incluyen desde rosetal-arbustal, arbustal-rosetal, hasta casi arbustales puros en diferentes asociaciones de especies. En el Piso Altiandino (3000 a 4000 m) se encuentra el límite superior de la agricultura paramera campesina, que se caracteriza por ciclos intercalados de cultivo y de descanso. Mediante este manejo los agroecosistemas dejados en descanso entran en procesos sucesionales cuya dirección es la regeneración de los ecosistemas naturales. De este modo, la frontera agrícola adquiere la forma de mosaicos sucesionales que van dejando paso a los ecosistemas naturales de manera muy gradual. La presencia de un clima más frío, periglacial, la cobertura vegetal menos densa y con especies de rosetas gigantes de varias especies del género Espeletia, caracterizan a los ecosistemas naturales por encima de la frontera agrícola. A estas alturas, el uso de la tierra se limita al turismo y al pastoreo extensivo y estacional en fondos de valles glaciales cubiertos con ciénagas y céspedes.
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En el Piso Periglacial (4000 a 4800 m) el ciclo de congelamiento nocturno-descongelamiento diurno impide toda actividad agrícola por las heladas recurrentes. Dos formaciones vegetales : el Páramo Desértico y el Desierto Periglacial colonizan este piso ecológico, su flora de gran endemismo ha desarrollado estrategias y formas de vida espectaculares (rosetas gigantes de Espeletia y cojines acaules de diversos géneros), que afirman y acuñan las móviles tierras de estas regiones. La formación de microterracetas mediante estas especies disminuye el desplazamiento de los suelos, que tienden a movilizarse producto de la criorreptación derivada de los ciclos diarios de hielo-deshielo. Aquí, las condiciones climáticas y topográficas, junto a una biota adaptada a extremos de estrés hídrico y térmico, configuran un ambiente de extrema fragilidad, único sobre la tierra, que no puede ser utilizado de manera directa por su baja productividad, su prominente susceptibilidad erosiva y elevada rigurosidad climática. En estos sitios tiene lugar la captación de agua, desde donde se originan las múltiples fuentes que alimentan la densa red hidrográfica que se conforma en los niveles más bajos del páramo.
Funciones ecológicas y servicios ambientales El clima, los suelos, el agua, la vegetación, las funciones ecológicas de estos ecosistemas altoandinos en general, han cumplido un papel fundamental en el establecimiento de los asentamientos humanos y el desarrollo de sus actividades productivas, tanto en tierras parameras como en los pisos más bajos de los Andes y regiones llanas adyacentes. En el límite inferior del páramo, los fértiles suelos de mesetas, terrazas y conos, unidos a la disponibilidad de agua, captada en las partes más altas y canalizada posteriormente hacia los niveles más bajos a través de sistemas de riego, han favorecido el desarrollo y mantenimiento de una agricultura altamente productiva con una sucesión casi continua de cosechas a lo largo del tiempo. Aunque en la actualidad se trate de una agricultura que requiere de grandes aportes externos de insumos, su desarrollo y la asimilación del fuerte impacto ambiental que produce sería muy difícil en otras condiciones de ambientes de montaña. Los suelos, la vegetación y las condiciones microclimáticas de fondos de valles glaciales y laderas del Piso Altiandino han sido la base para el desarrollo de la agricultura campesina con descanso. En estos sistemas las prácticas y los conocimientos campesinos se han entrelazado a lo largo del tiempo con las características ecosistémicas para producir sistemas “tradicionales” de manejo que han asegurado la subsistencia de las poblaciones humanas y la estabilidad del ambiente de páramo. Aquí, la fitomasa proveniente del ecosistema paramero es fundamental para el mantenimiento de la fertilidad de los suelos y la permanencia del sistema agrícola. Esta fitomasa es incorporada a los suelos al comienzo del cultivo y posteriormente en las fases de descanso de varios años puede ser restablecida aprovechando los procesos sucesionales propios de la recuperación de ecosistemas naturales (Sarmiento et al. 1993). Así también, las condiciones extremas para un cultivo en laderas de altura favorecen la mínima incidencia de las plagas, que en otras condiciones requieren la incorporación de grandes cantidades de agroquímicos para su control. En este mismo piso ecológico, sobre los fondos de valle los suelos más profundos y permanentemente húmedos favorecen el desarrollo de un productivo y tierno tapiz de pastos que permiten el mantenimiento de una ganadería extensiva, fundamental para el sistema
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agrícola campesino (Molinillo & Monasterio 1997). De este modo las parcelas ubicadas en pendiente y en suelos con buena cantidad de bloques de piedra pueden ser arados mediante bueyes y toros que subsisten del forraje natural de las altas tierras. Este ganado que pasta extensivamente en el páramo también cumple funciones importantes en la economía campesina, brindando mayor estabilidad productiva a los sistemas tradicionales. Sobre las mayores alturas, en el Piso Periglacial, la flora tan especializada que ha evolucionado in situ a lo largo de los períodos glaciales e interglaciales del Plio-Pleistoceno y Holoceno es capaz de mantener en un grado de relativa estabilidad el ambiente tan frágil de las altas tierras parameras. Esta protección de suelos, estabilización de vertientes y formación de pequeños núcleos de captación de agua son fundamentales para toda la dinámica hidrológica de la región. De este ambiente periglacial tan frágil dependen en gran medida la disponibilidad de agua para los sistemas productivos de los pisos ecológicos más bajos, la estabilidad de las tierras y los procesos erosivos que pueden generar fuertes alteraciones en las vertientes, y por ende la biodiversidad del páramo que incluye a especies vegetales únicas sobre el planeta.
El agua para la región agrícola El análisis a escala regional permite mostrar que los pisos Andino y Altiandino del páramo de la Cordillera de Mérida, donde tiene lugar la captación del agua y desde donde se originan las múltiples fuentes que alimentan la densa red hidrográfica que se conforma en los niveles más bajos del páramo, constituyen los lugares más importantes para los servicios de agua que utiliza la agricultura paramera (figura 2). Aquí, dos compartimentos son fundamentales como reservorios y fuentes de agua: las lagunas y las ciénagas. La mayoría de las lagunas son de origen glacial y se ubican por encima de los 4000 m, zona en la cual los glaciales fueron más activos durante el Pleistoceno. Muchas de estas lagunas se encuentran en la base de circos glaciales y pueden presentar además nacientes o vertientes naturales (conocidas localmente como “ojos de la laguna”), que las alimentan. Estrechamente relacionadas a las lagunas se encuentran las ciénagas o pantanos cubiertos de pastizales y vegetación cespitosa. Las ciénagas por lo general se disponen sobre corrientes de agua que provienen de lagunas y en superficies de pendientes bajas a moderadas de fondos de valles glaciales o rellanos de vertientes en un rango altitudinal que va de los 3.600 m a los 4.200 m. Las ciénagas que se extienden justo por encima del límite de la agricultura no están asociadas a lagunas y su superficie depende del tamaño de la cuenca que las alimenta. Estas son afectadas por el pastoreo extensivo del ganado vacuno y las que alimentan las corrientes de agua de donde se toma el agua para el riego. Los suelos profundos, la abundancia de materia orgánica y el irregular microrrelieve que las caracteriza hacen de las ciénagas verdaderas esponjas que retardan la circulación del agua y forman reservorios temporales que se descargan lentamente durante la época seca. De estos ambientes de páramo se originan dos cuencas hidrográficas: la cuenca del río Chama y la cuenca del río Santo Domingo. Estas dos grandes redes hidrográficas tienen su origen en el escurrimiento superficial desde las partes más altas de las tierras de páramo y del volumen hídrico del más de centenar de lagunas glaciares arriba de los 4.000 m. Estos recursos hídricos provenientes del páramo permiten principalmente la realización de cultivos
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Figura 2. Zona de estudio en el páramo de la región central de la Cordillera de Mérida. Las fuentes y reservorios de agua utilizados para la agricultura paramera con riego se encuentran en el piso periglacial (encima de 4000 m), ambiente en donde principalmente se extendieron los glaciares del Pleistoceno superior, que dieron lugar a las lagunas y valles actualmente cubiertos de ciénagas y céspedes. La agricultura paramera se extiende siguiendo el eje de los ríos Chama y Santo Domingo.
de papa, hortalizas y últimamente ajo bajo riego entre los 2.000 y 3.500. En la cuenca alta del río Santo Domingo los mayores valores de precipitaciones (1.200 a 1.600 mm por año) determinan una mayor disponibilidad de agua para riego que es utilizada fundamentalmente para una agricultura altamente comercial (producción de papa, zanahoria, remolacha, repollo y clavel), mientras que en la cuenca alta del río Chama menores precipitaciones (550 mm en los sectores secos a 1.000 mm en los húmedos), determinan menor disponibilidad de agua para riego. Pero debido a una distribución mas o menos continua de precipitaciones, la mayor parte del año en estos páramos sólo existe un déficit de agua para la agricultura entre los meses de enero a abril, lo cual es suplido mediante una buena administración comunal del agua de riego. El área agrícola situada entre los 2.000 y 3.600 m entre la Sierra Nevada y la Sierra La Culata es la principal zona que se beneficia de los servicios de agua provenientes de los ambientes de páramo de la Cordillera de Mérida. Esta es una franja que se extiende por los valles de los ríos Chama y Santo Domingo, y por los valles interandinos transversales que alimentan a estos ríos. Aquí se practica tanto agricultura intensiva con riego en fondos de valle, como agricultura con descanso con y sin riego generalmente sobre laderas y en la parte superior del piso agrícola (encima de los 3.400 m).
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Manejo del agua en comunidades agrícolas Un análisis a escala local permite investigar el manejo y uso del agua en la comunidad agrícola de Misintá, que se ubica sobre la cuenca del mismo nombre en un rango altitudinal entre los 3.000 m y 4.400 m. Las nacientes del agua utilizada para riego se sitúan en el piso altiandino a 4.200 m de altitud. En medio de un rosetal arbustal y en una zona conocida como los “ojos de la laguna” el agua se acumula a partir de nacientes subterráneas ligadas a ciénagas. Las nacientes alimentan a una laguna de origen glaciar situada a 4.100 m de altitud. En la laguna se han instalado tomas que hacen descender el agua por gravedad mediante tuberías en pronunciadas pendientes desde el piso altiandino al piso agrícola. Mediante tuberías de metal se sortea un desnivel de 500 m hasta el primer tanque de almacenamiento, de 600 m hasta los cultivos más altos, y de 800 m a los más bajos. El sistema de riego en estas comunidades agrícolas de páramo se caracteriza por su originalidad y sencillez, pues no proviene de los sistemas comunes de riego que utilizan grandes embalses o grandes infraestructuras rígidas. Se trata de simples infraestructuras locales, como tomas de agua mediante tuberías, pequeños tanques comunitarios y distribución del riego con tuberías y mangueras armables, que les da una gran flexibilidad para adaptarse a las condiciones topográficas unida a una eficiencia en el traslado del agua y a un mínimo impacto ambiental. Para la administración del riego existe una organización comunitaria conocida como “Comité de Riego”. Esta se encarga de la construcción de los tanques de almacenamiento, la distribución de las tuberías y la organización de los turnos de riego. El Comité de Riego de Misintá cuenta actualmente con cinco tanques comunitarios que almacenan el agua proveniente de quebradas que nacen en el páramo. Los tanques se distribuyen estratégicamente para irrigar la superficie agrícola de la comunidad. Los turnos de riego se reparten equitativamente entre los asociados, pero debido a que el consumo de agua cambia con cada tipo de cultivo (papa, ajo, hortalizas, etc.) y con el tipo de agricultura (intensiva o con descanso), el consumo total de agua varía entre los productores. Las tendencias recientes en el uso de la tierra parecen mostrar que los cada vez más intensivos y expansivos cultivos de ajo consumen más agua y están relacionados con la proliferación de nuevos tanques y con la captación privada de fuentes de agua en contra del uso comunitario. A esto debe sumarse un paulatino descenso en los últimos años del nivel de la laguna de origen glaciar que constituye la principal fuente de agua para la comunidad.
El uso del agua a nivel de las parcelas En la cuenca de Misintá, como en el resto de la región agrícola de páramo, se presenta una variedad de tipos de manejo, basados sobre una agricultura intensiva especialmente sobre los fondos de valle y mesetas, que es posible gracias a la existencia de riego; y, en menor medida, sobre una agricultura con descanso, con riego o de secano, en las zonas de mayor altitud (mayor riesgo de heladas) o de mayor pendiente. Tradicionalmente la agricultura paramera manejaba las parcelas mediante la práctica del descaso. Después de uno o dos ciclos de cultivos la parcela era abandonada, y los procesos sucesionales tendían a la recuperación de la vegetación natural de páramo. El descanso no
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solamente favorecía la recuperación de la fertilidad de los suelos (Sarmiento et al. 1993), sino que también tenía un efecto positivo sobre la dinámica del agua al mantener los suelos más húmedos, aumentar la proporción de materia orgánica, disminuir la escorrentía y la pérdida de suelos (Sarmiento 2000). Este tipo de manejo fue la base para el mantenimiento de una agricultura sustentable en estos altos páramos. La disminución y/o pérdida de la práctica del descanso ha acompañado la evolución de las estrategias de uso de la tierra en los últimos decenios. El manejo de parcelas bajo una agricultura intensiva ha significado también el aumento de las necesidades de agua, relacionado con el aumento del número de cosechas por año, y el aumento de la escorrentía superficial. En estos últimos años la introducción del cultivo de ajo en los valles interandinos ha aumentado aún más las necesidades de agua para riego de tal manera que el avance del ajo en detrimento de los cultivos tradicionales se ha realizado sobre aquellas regiones que ya tenían un sistema de riego establecido. A nivel de parcela, en términos generales, el manejo de cultivos bajo agricultura intensiva ha significado un aumento de las demandas de agua sobre el sistema de riego comunitario. Así también las nuevas parcelas con ajo en la comunidad representan una mayor presión sobre las fuentes de agua de la cuenca. Estas diferencias de cultivos y de manejos agronómicos implican diferencias en las demandas de agua que han resultado en nuevas tendencias para el manejo del agua en la comunidad. En primer lugar, el aumento de los tanques privados de almacenamiento de agua representan una clara evidencia del incremento de la demanda de agua por aquellos que presentan parcelas bajo agricultura intensiva y con ajo. Debido a que los turnos de agua son repartidos equitativamente por el Comité de Riego, los que tiene tanques privados no dejan de utilizar sus turnos de agua en ninguna ocasión, a diferencia de los que no poseen tanque, que utilizan los turnos sólo en el momento que el cultivo lo requiere. Un segundo paso en esta tendencia ha sido el aumento de tomas de agua particulares en la cuenca, con la finalidad de tener entradas extras a los turnos de agua obtenidos en los Comités de Riego. Un tercer paso en la evolución de la demanda de agua, aunque todavía no está presente en esta comunidad, ha sido la formación de Comités de Riego independientes, con lo cual las restricciones de turnos disminuyen o desaparecen. A escala parcelaria, el aumento de parcelas con poco o ningún descanso y la introducción de cultivos con mayores demandas de agua representan a escala local un cambio en la dinámica agrícola y del uso del agua, que se ha manifestado en las nuevas tendencias hacia un manejo más individual en detrimento de una administración comunitaria del agua. A escala regional estas tendencias se han traducido en una mayor presión de demanda sobre las fuentes de agua ubicada en los pisos ecológicos superiores de los páramos.
Una propuesta de Reserva de Biosfera para resolver los problemas de conservación Con el propósito de hacer más efectiva la conservación de la biodiversidad y de los servicios ambientales, la sostenibilidad ecológica y social del desarrollo, la participación dinámica
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de las comunidades campesinas y la equidad en estos ambientes, se propuso en 1999 la figura de Reserva de Biosfera para los páramos de la Cordillera de Mérida (Monasterio & Molinillo 2000). La propuesta no sólo incluía el ecosistema de páramo, sino también ecosistemas de Selvas Nubladas, Selvas Siempreverde Seca y Bosques Altiandinos, que trascienden incluso los límites del Estado Mérida en Venezuela, comprendiendo a tres Parques Nacionales, Sierra Nevada, La Culata, y Páramos del Batallón y la Negra (figura 3).
Figura 3. Ubicación de la propuesta Reserva de Biosfera “Los Páramos de Mérida” en los Estados Mérida, Barinas, Táchira y Trujillo (Venezuela).
Entre las razones para transformar la zona en Reserva de la Biosfera se encontraban: a. Representatividad: los Páramos Tropicales se distribuyen a manera de “islas” aisladas en la Cordillera de los Andes y hasta el presente no existe esta categoría de protección para alguno de ellos. b. Exclusividad: los páramos conforman ambientes únicos sobre el planeta. Los ambientes de páramo de Andes Septentrionales evolucionaron bajo condiciones ambientales exclusivas para conformar paisajes glaciares de gran belleza y con biotas altamente diversificadas. c. Biodiversidad: la flora y la fauna de los páramos en los Andes Septentrionales evolucionaron en ambientes de bajas temperaturas y ritmos ecuatoriales, desarrollando adaptaciones únicas y transformándose en centros de diversificación y dispersión como es el caso del género Espeletia. El uso de la tierra permitió posteriormente formar mosaicos ecológicos de alta diversidad.
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d. Protección de cuencas: sobre un modelado glaciar, una gran diversidad de ecosistemas colonizan y protegen las cabeceras de los ríos que se integran en la cuenca del Orinoco en el oriente y de Maracaibo en occidente. e. Cultura e historia: desde milenios las poblaciones locales manejan el espacio agrario con la estrategia itinerante descanso-barbecho-cultivo (regeneración-fertilidad-producción), combinándose en la actualidad con recientes (cientos de años) estrategias de pastoreo extensivo, para conformar usos del suelo donde la tradición y la innovación se imbrican en estrategias dinámicas que buscan adaptarse a las cambiantes condiciones del entorno. f. Fragilidad: las condiciones de alta montaña, la susceptibilidad erosiva de los suelos y la vulnerabilidad de la biota conforman condiciones de elevada fragilidad, especialmente por encima de los 4.000 m. g. Conservación y desarrollo: la transformación de la zona proyectada en Reserva de Biosfera permitiría conservar una región representativa de los ambientes de Páramo Tropical en el planeta, conservar la excepcional biota tropical de alta montaña, los recursos hídricos y de suelo de la macrorregión, las particulares estrategias del uso de la tierra y sus adaptaciones desarrolladas en milenios de interacción, las variedades silvestres y cultivadas de tubérculos andinos relacionados a esta cultura, y además profundizar la investigación participativa y experimental en la búsqueda de un desarrollo sostenible, donde la producción sea compatible con la estabilidad de estos frágiles ambientes tropicales. La propuesta intentaba integrar la conservación y el desarrollo de una manera armoniosa y crear un mejor contexto para subsanar conflictos de uso que los Parques Nacionales no habían podido resolver a lo largo de muchos años. Aunque la constitución de la Reserva de Biosfera podía traer múltiples ventajas para la población local (alternativas de desarrollo sostenible, recuperación y revalorización de prácticas, de especies y variedades útiles, mejores contextos institucionales y comerciales), en la medida que la misma era tomada en cuenta y se le otorgaba participación y capacidad de decisión, hacía falta todavía un enfoque instrumental que permitiera comprender e integrar problemas y objetivos de desarrollo y conservación que se presentaban a diferentes escalas en la región.
Articulación de escalas espaciales mediante el servicio ambiental de agua Las mayores demandas de servicios ambientales, especialmente servicios de agua, no han sido acompañadas hasta el presente por medidas efectivas de conservación sobre los pisos altiandinos, como por ejemplo el control del pastoreo sobre las zonas de ciénagas. Tampoco han sido tomadas medidas de control para un manejo más eficiente del agua a niveles comunitarios y supracomunitarios. Una de las principales razones es que los problemas que hemos estado relacionando a través del tema del agua se encuentran en la práctica a diferentes escalas espaciales, y esto significa diferentes actores, ámbitos y políticas (tabla 1). Esta desarticulación de temas prioritarios a diferentes escalas está presente también en las políticas de investigación, de conservación y de desarrollo. La articulación de temas prioritarios a diferentes escalas parece presentarse como un requisito indispensable para analizar y comprender procesos biofísicos y sociales en una región,
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Tabla 1. Algunos temas prioritarios relacionados al uso del agua como servicio ambiental en el páramo separados en cuatro principales escalas. Las tres últimas son consideradas en esta área de estudio de la Cordillera de Mérida.
tema fundamental cuando se trata la problemática del manejo de los recursos, la conservación y el desarrollo sustentable. Un enfoque que favorezca la articulación de diferentes escalas espaciales permitiría vincular problemáticas con diferentes actores, ámbitos y políticas. Este enfoque debería tratar especialmente con temas transversales como el caso de los servicios ambientales que involucran implícitamente distintas escalas, siendo uno de estos, de amplia relevancia y de gran vigencia, el servicio ambiental del agua, que permite la articulación de distintas problemáticas a diferentes escalas (figura 4).
Figura 4. Esquema simplificado de los nexos entre escalas que produce el tema transversal del servicio de agua proveniente del páramo. La articulación de escalas permite tener un enfoque más dinámico de las relaciones entre temas prioritarios de conservación y desarrollo en diferentes ámbitos. A los fines de simplificar el esquema sólo se ha colocado un ejemplo de los actores y temas prioritarios para cada escala.
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Bajo este enfoque los planes de conservación proyectados generalmente a escala regional pueden involucrar no solamente medidas de control del impacto sobre las fuentes de agua en el páramo altiandino, sino también la comprensión de la dinámica agrícola a nivel comunitario y el manejo a nivel de las parcelas en los diferentes tipos de cultivo. Los proyectos de investigación formulados a escala de parcelas podrían precisar los diferentes temas a incluir teniendo en cuenta el posible impacto de la investigación a escala local y regional. Aunque estas sean consecuencias obvias de la articulación de escalas a través de temas transversales como los servicios ambientales, otras implicancias a nivel de la comunidad podrían ser trascendentes para la conservación y el manejo sustentable a nivel regional y macrorregional. El enfoque de temas transversales articulando escalas obliga a la necesaria participación de la comunidad local en el análisis del manejo de los recursos. Esto tiene por lo menos una triple consecuencia en la conservación y el desarrollo. Primero, puede transformar en comprensivos y tangibles temas que son presentados de manera abstracta a la población local, tales como la conservación de los ecosistemas naturales. La vinculación del consumo de agua para riego de una parcela con la conservación de las fuentes de agua, parece ser una relación concreta y aceptable para los productores y las organizaciones comunitarias. Segundo, la participación y el intercambio con la comunidad a través de servicios de información a diferentes escalas puede conducir hacia conceptos más dinámicos y más participativos de la conservación. Tercero, la articulación de escalas también implica las interrelaciones entre los distintos actores involucrados en la problemática y la comprensión del papel de cada uno. En nuestro caso, la comunidad puede comenzar a dejar de ver al Servicio de Parques Nacionales y su sistema de protección como un obstáculo para el desarrollo, y las instituciones encargadas de la administración de las áreas protegidas pueden considerar los objetivos de desarrollo de la comunidad en sus planes de conservación. De esta forma, las comunidades locales podrían intervenir de alguna manera en la definición de estrategias de conservación de las fuentes de agua junto con las instituciones del Estado encargadas de la administración de parques.
Elaborando estrategias para un manejo sostenible a escala local y regional El enfoque de la articulación de escalas mediante temas transversales está necesariamente relacionado con la formulación de estrategias locales y regionales para el manejo sustentable de los recursos. En nuestro caso algunos pasos previos a la formulación de estrategias y vinculados al enfoque del agua como tema transversal deben pasar por brindar información a las comunidades para tomar decisiones acertadas para el manejo de los recursos. Por ejemplo, mapas sobre la distribución actual y potencial de sus agroecosistemas, de los recursos que utilizan directa o indirectamente (agua, suelos, ecosistemas para recuperación de parcelas en sucesión, forraje natural, leña, etc.) y sobre el lugar donde se originan sus servicios ambientales más importantes, pueden resultar de fundamental importancia para que las comunidades locales puedan tomar decisiones sobre el uso de la tierra, sobre medidas de conservación para mantener la utilización de los servicios ambientales y para planificar estrategias agrícolas eficientes. La identificación y cuantificación de los servicios ambientales y sus fuentes de origen en zonas naturales permitirá entender que los ecosistemas naturales forman también parte de un gran complejo sistema de producción y que su mantenimiento por parte de las poblaciones locales asegura la sostenibilidad y el funcionamiento de las áreas agrícolas.
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Así también, la disponibilidad de mapas de límites de riesgos ambientales para diferentes tipos de agricultura (extensiva, intensiva con y sin descanso) permitirá a los productores planificar mejor el espacio de distribución agrícola y los alertará sobre los riesgos de expansión sobre algunas áreas. De la misma manera, las poblaciones locales, los organismos encargados de la protección de las áreas naturales y los investigadores podrán participar en conjunto en la elección de actividades y estrategias compatibles con el mantenimiento y la potenciación de las funciones ambientales de las áreas protegidas. Toda esta información, expresada de manera gráfica y descriptiva, será la base ecológica para elaborar y planificar posteriormente políticas agrícolas regionales o locales que expresen alternativas de conservación para mantener y potenciar el papel de las áreas naturales, logrando así una producción ecológica y socialmente sostenible de los agroecosistemas parameros. Finalmente, el juego de articular escalas mediante temas transversales como los servicios ambientales permite reforzar y enriquecer como una gran estrategia regional el concepto de conservación, desarrollo e investigación que mantienen las Reservas de Biosfera (Batisse 1986), figura que bajo este nuevo enfoque trascenderá los lineamientos clásicos de la conservación, para hacer basar el desarrollo sostenible de las poblaciones humanas locales sobre el aprovechamiento de las interacciones ecológicas entre las áreas naturales y los agroecosistemas. De esta manera, la articulación de escalas mediante temas transversales puede transformar a las Reservas de Biosfera en figuras aún más dinámicas en la conservación y el desarrollo sostenible. Con este enfoque la propuesta de Reserva de Biosfera “Los Páramos de Mérida” en la Cordillera de Mérida plantea conservar y potenciar los servicios ambientales que provienen de ecosistemas estratégicos y que son fundamentales para el funcionamiento de las áreas productivas de la región.
CONCLUSIONES El enfoque de la articulación de escalas mediante temas transversales como los servicios ambientales puede permitir captar la dinámica entre conservación y desarrollo que se produce a diferentes escalas espaciales y favorecer la comprensión de problemas de manejos de recursos en el que intervienen diferentes actores, ámbitos y políticas. De este modo, será posible comenzar a llevar la conservación de los ecosistemas a la parcela de los productores, e involucrar a las comunidades locales en el mantenimiento de ecosistemas estratégicos como son los páramos andinos. Este enfoque podría también dinamizar el concepto de desarrollo sostenible y conservación contenido en las Reservas de Biosfera para potenciar las interacciones ecológicas y los servicios ambientales entre las áreas protegidas y las áreas productivas.
LITERATURA CITADA Batisse, M. 1986. La evolución y el enfoque del concepto de reserva de biosfera. La naturaleza y sus recursos 22:3 Biodiversity Support Program. 1995. A Regional Analysis of Geographic Priorities for Biodiversity Conservation in Latin America and the Caribbean. Biodiversity Support Program, Washington, D.C. USA.
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El páramo: Producción social del espacio
Joaquín Molano Barrero
EL PÁRAMO: PRODUCCIÓN SOCIAL DEL ESPACIO EN LAS ALTAS MONTAÑAS ECUATORIALES Por Joaquín Molano Barrero Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también es cierto, que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos. Eduardo Galeano
Palabras clave: Páramo, alta montaña, ecuatorial, cultura, humanización.
INTRODUCCIÓN Voy a desarrollar el tema propuesto tomando en cuenta los siguientes aspectos: 1) un análisis conceptual de las altas montañas en las bajas latitudes, buscando una caracterización de las altas montañas ecuatoriales, 2) contextualizar el páramo como un componente principal de los Andes ecuatoriales, precisando los cambios en su construcción y distribución y 3) finalmente evaluar, ambiental y geográficamente los procesos que dan cuenta de su realidad actual.
1. VISIONES Y SIGNIFICACIONES: Por los horizontes del páramo El páramo ha cambiado mucho no solo en sus concepciones y teorizaciones sino en sus estructuras básicas y sus condiciones ecológicas y ambientales. Pero toda teorización debe tener puntos de referencia claros para que los discursos sobre la realidad tengan un lugar y para que las categorías interpretativas integren las cosas, las relaciones y las significaciones de un territorio concreto, como son los páramos ecuatoriales. Se torna prioritaria una recontextualización del concepto de páramo en razón de integrar visiones lineales y paradigmas incompletos con visiones de territorialidad que rescaten la importancia de lo local como espacios de solidaridad en los lugares cotidianos del páramo para que no se restrinja a sitios particulares, sino que alcancen un nivel regional en el intertrópico americano. El páramo como construcción social tiene unidad no solo en su conformación geohistórica sino en la existencia de los individuos, las sociedades y las instituciones que crean el cimiento de lo local y que tienen la fuerza de producir ideas y generar políticas de construcción territorial, como lo plantea Santos (1999). Desde una perspectiva geográfica el páramo demanda una reoteorización de su espacialidad, pues las descripciones y percepciones logradas no han alcanzado a construir una visión acabada de él, en buena medida porque estas estrategias de apropiación del páramo son apenas formas preliminares de representación de un espacio, con las cuales no se alcanza la profundidad y el rigor para entender la importancia y la complejidad de la montaña andina ecuatorial. Y aunque son muchas las interpretaciones hechas desde los paradigmas descriptivo y perspectivo, aún existe un vacío de integralidad en la visión del páramo que se expresa en un reduccionismo espacial (Estébanez et al. 1990), que deja al páramo sin clara identidad espacial.
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Así mismo, la deshistorización de los ambientes de páramo (relaciones de la sociedad y la naturaleza) alimenta una visión naturalista hoy dominante , la cual no permite abordar la espacialidad de las altas montañas andinas como un conjunto de relaciones sociales pasadas y presentes, como una construcción social permanente sobre los espacios heredados de generaciones precedentes, con una historia hecha a distintos niveles sociales y temporales; es decir, como un espacio de la gente, un espacio humano según Milton Santos (1990). Teniendo en cuenta que las culturas pre-americanas habitaron las altas montañas desde hace más de diez mil años, los paisajes del páramo y sus lugares circundantes deben ser abordados considerando las estructuras sociales que los hacen posible. Con una idea renovada del concepto de paisaje, sin reduccionismos naturalistas, sin justificaciones tecnológicas, sin ignorar los procesos de construcción de la naturaleza como paisaje o como espacio social de la existencia y sin la sutileza de la reflexión epistemológica que desdeña ocupar el campo de la cultura1 , es posible descifrar las relaciones entre el ser humano y el entorno altiandino ecuatorial, para entender concepciones, lógicas de apropiación y formas de simbolización que nos permitan comprender adónde hemos llegado (Aliata et al. 1994 ). Ahora, sin atender al reduccionismo naturalista, el páramo puede ser considerado como un conjunto de ecosistemas y paisajes naturales, si no excluimos de ellos al ser humano y si conservamos la identidad sociedad-naturaleza como razón de ser de las altas montañas intertropicales. El páramo no ha sido ajeno al trabajo creativo del hombre y la mujer, no se debe asumir como espacio abstracto, invisible e intocado por la acción humana. Al contrario, el umbral de los tiempos da cuenta de la presencia ancestral de las culturas amerindias. Los Andes ecuatoriales ofrecieron variadísimos entornos para habitarlos y reproducir las condiciones de la existencia de muchos pueblos. La alta montaña es también un espacio de cosmogonías pues las culturas allí establecidas y desarrolladas derivaron el origen de la humanidad de los ambientes acuáticos lacustres. El espíritu de los pueblos habitó en las montañas nubladas, se reconoció en los astros que por allí hacen presencia y se recreó en la fluidez pausada o tormentosa de las aguas y las descargas eléctricas de la atmósfera (Castaño-Uribe, 1996).
1. LOS MUNDOS VISIBLES E INVISIBLES El páramo se presenta como una totalidad que tiene lugar en las regiones ecuatoriales y cuya comprensión debe ser atendida tejiendo una urdimbre de raíces geológicas, culturales, morfológicas, glaciares, sociales, biológicas, espirituales, productivas y civilizatorias, cuya territorialidad expresa dicha integralidad y cuyos paisajes contienen los elementos desigualmente presentes de una construcción espacio-temporal continua. Se torna imprescindible obtener esa unidad para construir una visión no fragmentada del orden socio-cultural-natural de las altas montañas. Los esquemas enajenantes y los criterios parciales no permiten desarrollar una necesaria visión para el entendimientos de estos biomas y paisajes que continúan cambiando, transformándose y aún desapareciendo sin poder apreciar su significación, riqueza e importancia. 1 Cultura entendida como la creación de cualquier espacio de encuentro entre los hombres, los símbolos de identidad y de la memoria colectiva, los testimonios de lo que somos, las profecías de la imaginación y las denuncias de lo que nos impide ser, de acuerdo con lo expresado por Eduardo Galeano.
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Los caminos del páramo todavía mantienen sendas de incertidumbre y al transitarlos, lo seguimos fragmentando con nuestras visiones monodisciplinares acompañadas de técnicas de apropiación e ideologías marginantes. El páramo como espacio socialmente vacío y como expresión cultural enajenada, se torna invisible como lugar, como territorio usado (construido) y como espacio para la vida. El carácter invisible de el páramo, radica en que no existe como totalidad de lugares, como espacialidad plural que integra lo natural y lo social; porque el tiempo de su existencia no se articula como territorialidad; porque en el espacio de la mundialización no es un lugar de identidad humana, de pertenencia, dominio, soberanía o región; al contrario, el reconocimiento del páramo no es el de un territorio de un país, sino que su identidad se encuentra en el campo multilateral de las fuerzas internacionales de la globalización económica, según lo expresado geográficamente por Milton Santos (1999), como un territorio nacional de la economía internacional. En término de interpretaciones y concepciones, descubrimos que ellas tampoco escapan a esa lógica y racionalidad. El páramo está huérfano de comprensión y solidaridad. El territorio del páramo sí tiene importancia estratégica y exige evitar su desterritorialización. Se cree que la globalización es algo surgido sólo unas décadas atrás, pero desde el contacto con Europa venimos transitando por esos caminos de la colonización, la dependencia, el neocolonialismo y el intervencionismo, buscando vanamente construir un estado-nación dentro de los parámetros permitidos por la política y los intereses supranacionales. Ante tan continuada deformación, primará una visión recortada del páramo . Bajo el modelo ideológico de la civilización , el páramo es un espacio vacío, no porque lo ocultaran las nieblas, sino porque el desconocimiento y el miedo que sentían frente a él no permitieron que el páramo tuviera lugar en la representación del nuevo mundo y del nuevo orden. La naturaleza del páramo ecuatorial fue desconocida en su especificidad y belleza por mucho tiempo. Mucho más tiempo tardó el dominio de la ciencia para convertirlo en objeto de estudio y conocimiento sistemático. El páramo permaneció allí, incólume como integración y culminación vertical de la geografía andina (Guhl 1982). Durante tanto tiempo, se pudo reconocer la resistencia de la naturaleza altiandina sobre el poder civilizador. El autor antes citado reconoce que a lo largo de los siglos XVII, XIX y parte del siglo XX, el páramo fue descrito y apreciado en forma equivocada e injusta al catalogarlo como triste, severo, melancólico, desierto y peligroso. Estas deformaciones y exageraciones no son simples apelativos, sino que ellas se generalizarían en una visión que matizara la degradación conceptual de la alta montaña. La sociedad hispanoamericana al construir esta representación deformante y negativa, atemporalizó el páramo negando los procesos esenciales de su construcción social e impulsó visiones sesgadas y distorsionantes, acordes con las interpretaciones y decisiones del poder civilizatorio. Los caminantes de la civilización que abordaron el páramo demoraron mucho tiempo en llegar a las cumbres de la comprensión del mundo ecuatorial andino y, sobre todo, en aceptarla como una realidad propia de la franja neoecuatorial y de la historia y la cultura de los pueblos amerindios.
2. LAS ALTAS MONTAÑAS ECUATORIALES DE AMÉRICA Dentro de todas aquellas visiones que indeterminaron la alta montaña ecuatorial, tomo a manera de ejemplo el término trópico con el cual se ha venido representando nuestra realidad
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territorial y el páramo en forma particular. Este es un concepto muy difundido y aceptado pero no por ello de absoluta equivocación para caracterizar y definir el mundo neoecuatorial. No es un conjunto de países tropicales los que contienen en sus territorios estatales formaciones de páramo en las altas montañas andinas (Ecuador, Colombia, Perú, Venezuela). De manera breve expresemos que la franja intertropical que nos contiene, es la única franja homogénea y uniforme del planeta con una amplitud de 46º55´ de latitud, 5212 km. de anchura, 200 millones de km2 de tierras emergidas, con 140 países de los 208 del mundo (114 totalmente, 26 parcialmente). Sus regiones presentan una máxima diversidad ambiental, paisajística y cultural, donde se encuentra la mayor biodiversidad del planeta, en los biomas de selvas, sabanas y páramos. Habita allí el 45% de la población mundial (2800 millones de habitantes). En el intertrópico se definen tres franjas constitutivas tomando en cuenta las condiciones eco-climáticas y biogeográficas así, según Molano (1998): A. Franja ecuatorial: Es una importante banda de 20 grados de latitud a lado y lado de la línea ecuatorial, determinada por la convergencia intertropical, la dinámica inter.-hemisférica oceánica y continental, la distribución regional y local de la vida bajo condiciones de los relieves y los regímenes pluviales. Existen condiciones de insolación continua a lo largo del año, bajísima fluctuación de la temperatura (isotermia anual), duración igual del día y la noche (equinoccialidad). Es la región planetaria con el mayor patrimonio de vida terrestre y oceánica. B. Franja subecuatorial: Es la banda contigua que se extiende entre los 10 y 18 º de latitud sobre cada hemisferio, en la cual se va marcando una transición del mundo ecuatorial hacia el mundo tropical. Se notan pequeñas variaciones latitudinales y cierta estacionalidad por el desplazamiento que sufre el ecuador climático a lo largo del año; igualmente la determina el carácter ístmico e insular en el hemisferio norte y el carácter macizo continental en el hemisferio sur. Sin embargo, bajo condiciones de no intervención, las selvas, sabanas y páramos se desarrollaron en forma óptima, con variaciones menores en composición y distribución de la biota y las condiciones ecológicas. Caracteriza estas dos franjas una gran exuberancia de la vida cuya expansión territorial alcanzó en Colombia el 85% en selvas, un 13% en sabanas y un 2% en páramos. Ambientes tan inigualables por su belleza y riqueza fueron catalogados por los representantes de la civilización occidental como malsanos e inhóspitos, habitados por bárbaros caníbales que no tenían alma y, por ende, no considerados como seres humanos. Todo este montaje amparado en la ideología de la civilización, permitió que estas tierras y estos hombres esclavizados se convirtieran en la despensa de todo tipo de recursos para los invasores y en los creadores de la riqueza de los imperios que nos han subyugado hasta el presente. C. Franja tropical: Situada entre los 18º y los 32º de latitud sobre ambos hemisferios, se caracteriza por contener centros de alta presión, escasa o nula nubosidad, máxima luminosidad, muy bajas precipitaciones y fuertes fluctuaciones de temperatura según la posición del sol , pero con más fluctuaciones en el día de 24 horas. Su vegetación es correspondiente a estas condiciones de sequía y aridez, dominando la vegetación espinosa,
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baja, xerófila y matorrales nanófilos con bajas coberturas y bastante localizados. Es el ambiente contrapuesto al mundo ecuatorial, donde llueve y florece todo el año, donde la tierra tiene la firme influencia de los océanos y la vida proyecta sus fronteras más allá de sus límites, escalonando ambientes donde graniza y nieva. Se asciende desde la selva hasta los páramos. En palabras de Payeras (2001), el mundo intertropical es un territorio torrencial y florido donde ondulan revueltas cabelleras de selvas con soles amarillos que en las alturas se asoman al mundo de nieblas y vapores perpetuos del páramo. Monasterio (1980), reconoce una condición casi ecuatorial del páramo, cuyos ritmos condicionan los patrones ecológicos fundamentales. No hay duda; no somos un país tropical. No hay duda; somos un país ecuatorial. Tampoco somos un país pobre. somos un país empobrecido. La simplificación y esquematización de esa complejidad del mundo intertropical constituye una negación, un empobrecimiento y una perversidad. Si bien aislar es una estrategia para conocer y el conocimiento puede resultar útil y generoso, procedemos mal cuando renunciamos al todo misterioso y fecundo para considerar solo partes aisladas.
4. COMPONENTES DE LA ALTA MONTAÑA ECUATORIAL Las montañas andinas grancolombianas (Ecuador, Colombia y Venezuela) conservan una posición dominantemente ecuatorial, caracterizada por un proceso de ensanchamiento y distanciamiento progresivo de los ejes montañosos, ampliación de los valles intermontanos y distanciamiento y aislamiento de las cumbres andinas, creando así variados ambientes orográficos en los fondos de valles, vertientes de exposición o protección, valles transversales ascendentes y descendentes que van desde los páramos hasta los piedemontes andinos. Montañas que contienen altiplanos a distintas alturas, ensanchando las cordilleras en forma de macizos, o elevando las crestas de manera insular, donde se encuentran páramos y cumbres glaciares (Molano, 1993). La alta montaña ecuatorial está constituida por un conjunto de paisajes, biomas y condiciones ambientales entre las cuales se destaca los glaciares, campos de hielo y nieve heredados de períodos glaciares anteriores, los cuales ocupan la parte más alta de las montañas tanto en las cordilleras como en los relieves insulares, algunos de cuyos nevados se hallan en proceso de retroceso y extinción, otros permanecen estables y varios han desaparecido en el último medio siglo. Contigua a la zona nival y por debajo de ella está la franja peri glaciar la cual manifiesta el retroceso de los hielos y el avance del páramo en etapas sucesionales muy preliminares. Allí son frecuentes las nevadas y sus consecuentes procesos de deshielo. Según Flórez (1989), el agua sometida a bajas temperaturas produce desescamación y fracturamiento de las rocas, escurrimiento nival producto de la fusión de la nieve, erosión por el viento (deflación) y colmatación de lagunas heredadas de períodos glaciales. En esta franja los depósitos volcánicos se manifiestan como arenales o conos de gelifractos. En los páramos venezolanos se corresponde con el piso del desierto periglacial, lugar de hábitats extremos que incluyen el páramo desértico, ambiente de estrés constante con nevadas durante la noche y fusión de la nieve durante el día (Monasterio 1980).
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Los edificios volcánicos han tachonado de cráteres las vertientes y las elevadas cumbres de los Andes ecuatoriales. No faltó el fuego en la construcción de los ambientes orográficos y las estructuras bióticas de la alta montaña. Muchos tipos de suelo de especial fertilidad tienen origen en las emisiones de las variadas lavas que han fluido por las vertientes volcánicas o por las cenizas que han distribuido los vientos ecuatoriales. La mayor parte de los páramos de la Cordillera Central colombiana ocupan espacios de influencia volcánica, y la distribución de la vegetación en parte ha sido seleccionada y adecuada a los eventos volcánicos y a las condiciones ambientales de estabilidad o recurrencia. Los cráteres y calderas de volcanes activos, apagados o en receso, configuran buena parte de los paisajes de la alta montaña ecuatorial y sus geoformas heredadas del vulcanismo terciario y cuaternario contienen lagunas, turberas, termales y peniplanicies. Igualmente hacen parte de la alta montaña un enorme conjunto de lagunas producto de las viejas acciones erosivas de los glaciares o formadas en los cráteres o chimeneas volcánicas; multiformes y de todos los tamaños se distribuyen por todos los flancos y crestas de los altos Andes. La intervención humana sobre las selvas andinas, los glaciares y los páramos, han generado una progresiva desaparición de ellos, los cuales existen como turberas, pantanales, lagunas en retroceso o lagunas colmatadas convertidas en planos de sedimentación. El agua que siempre está en el origen, alimentó la cosmogonía de los indígenas andinos y permitió construir a partir de ellas importantes mitos fundacionales sobre el origen del ser humano, la agricultura, el contacto con lo sobrenatural y el conocimiento del universo. Otro componente de la alta montaña lo constituyen las variadas condiciones climáticas producto de la altura, la convergencia de las masas de nubes oceánicas y continentales, así como las modificaciones que el geovolumen de las montañas provoca y que determina la presencia o ausencia de nieve y cobertura de páramos o selvas altiandinas. El clima de las montañas andinas ecuatoriales no es tropical, ni de tundra, ni alpino. Es clima ecuatorial de alta montaña con todos los elementos y factores que lo precisan. Típicos de alta montaña andina ecuatorial son los páramos, un orobioma configurado en paisajes de marcada influencia ecológica ecuatorial y con una composición florística y faunística global. Los hay en todas las montañas con alturas superiores a los 2700 m. Pueden ser húmedos, secos, nublados, desérticos, lacustres, fríos, de exposición, protegidos, etc., pero su carácter endémico los convierte en biomas propios de estas montañas ecuatoriales y en una región única e insustituible en el mundo. Su distribución puede establecerse no sólo por la altitud, sino por las condiciones locales y las dinámicas regionales donde se ubica. Social y culturalmente la alta montaña es un espacio humanizado, un espacio para la vida, cuyos territorios se estructuran alrededor de las ciudades (metrópolis) y los pueblos; las viejas economías campesinas de origen indígena o hispánico, las redes viales y los circuitos de circulación de información y de mercancías; las viejas haciendas coloniales, la agroindustria empresarial papera, la ganadería de altura, la extracción de recursos múltiples donde sobresale el agua y el carbón. En síntesis, la alta montaña ecuatorial no es solamente el páramo original, las selvas altoandinas y algunos aislados campos nevados, sino que además de los componentes antes esbozados también son espacios estratégicos para la guerra que se desata en el país; la captación y almacenamiento de agua para la comercialización; la defensa de la biodiversidad para su
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conservación y apropiación; la extracción minera y la colonización de altura por comunidades religiosas, empresas de comunicación, compañías madereras extranjeras y campesinos pobres desplazados de la tierra por el conflicto o por la codicia de quienes expropian y apropian la tierra.
5. EL PÁRAMO COMO CONSTRUCCIÓN SOCIAL Resulta muy difícil aceptar hoy una definición del páramo como un conjunto de comunidades y especies que se caracterizan por su adaptación a condiciones muy extremas determinadas por la latitud y la altitud (Castaño-Uribe 1996). Dentro de la única historia (natural-social) que se cuenta y conoce en las montañas elevadas andinas, se sabe que el ser humano llegó allí venciendo las “insuperables” condiciones adversas, para habitar la tierra, intervenirla, pensarla, usarla y simbolizarla. Arribó para vivir y no para sobrevivir. El páramo fue un reto para el conocimiento y la cultura aborigen en cada etapa de su ocupación y apropiación, debiendo crear visiones y estrategias para encontrar la identidad con las altas montañas. El haber sacralizado los espacios altoandinos le permitió profundizar con sabiduría en los ambientes del páramo y así entender la riqueza de la vida forjada entre el frío y la niebla. Pero no hubo necesidad de subir al páramo en las primeras instancias, pues cuando la colonización temprana de las vertientes andinas tenía lugar, los seres humanos tempranos fueron visitados por el páramo, el cual podía descender durante una fase glacial hasta cerca de los 2000 m de altura sobre el nivel del mar. El páramo, podemos decir, bajó al encuentro del hombre, quien una vez inmerso en él lo fue conociendo y entendiendo, para lo cual se desarrollaron estrategias de conocimiento y permanencia en él. El ascenso del hombre y el descenso del páramo determinan un importante umbral para las culturas andinas del intertrópico no sólo en su poblamiento sino en el surgimiento de unas culturas evolucionadas entre las selvas y los páramos, sin mayores rupturas ni adaptaciones, en tanto los ritmos glaciales-interglaciales, páramo-selva, marcaron secuencia de continuidad en la alternatividad de ellos. La arqueología de estos paisajes andinos sustentados por estas culturas americanas de montañas ecuatoriales reconstruye las relaciones de espacialidad que los grupos mantenían con sus entornos cambiantes en su composición geoecológica y en su comprensión cultural y geohistórica (Molano 1996). Siguiendo al inolvidable páramo glacial, el ser humano arribó a las altas montañas ecuatoriales. De esta forma, el páramo está presente desde hace milenios en la cultura amerindia andina. De estas primeras experiencias de poblamiento surgen complejas cosmovisiones vinculadas con el carácter de las montañas andinas, integradas mágicamente en un pensamiento mítico, donde a semejanza de un dios la alta montaña regula el cuerpo orográfico inferior. Visión que integra las energías de la vida, los elementos creadores y el equilibrio dinámico de estos espacios. El páramo fue desde entonces otra dimensión de formas, horizontes, plantas, animales, meteoros y dioses, integrados ahora en la niebla rasante que abraza el relieve y donde además de imágenes fugaces se descifran ademanes, señales y mensajes (Molano 1995). ¿Cómo descifrar estos mensajes? Tal vez en ellos está contenida la sabiduría de las montañas que debemos buscar y conocer.
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En una larga historia de más de quince mil años, el páramo y la alta montaña han sido copados por las culturas americanas, que generaron una acción humana progresiva de apropiación, reconocimiento y ocupación temporal y posteriormente estable, con las cuales la alta montaña, desde entonces, atiende a un proyecto socio cultural que integra la energía de las montañas con las representaciones mágicas creadoras y reguladoras de sus ambientes (Molano 2000). Las civilizaciones americanas de alta montaña tuvieron contacto con un páramo que se expandía por las vertientes y se refugiaba en las cumbres elevadas andinas. Un páramo más extenso y a su vez más insular que el presente. Conoció ecotonos muy amplios y complejos, móviles y dinámicos entre selvas altoandinas y andinas con un páramo glacial e interglacial, el cual en cada una de sus fases alcanzo estados de máximo esplendor (clímax) en su conformación biótica. Esos páramos ecuatoriales glaciales e interglaciales, páramos originales, no son los páramo que conocemos hoy, debido a la prolongada y continua intervención y modificación de su bioarquitectura y a la transformación de sus ambientes. Ese páramo original aún subsiste en algunos lugares inhóspitos y distantes de la colonización de altura que ocurre hace cientos de años en los Andes. El páramo original es de gran complejidad en su estructura y composición. Es estratificado, con una densa red de arbustos, parásitas, epífitas, que lo tornan impenetrable por lo denso, excesivamente húmedo y poco estable para sostener a una persona, quien debe caminar sobre un dosel entretejido de arbustos de donde descuelgan espesas cortinas de musgo y sobre el cual crecen amplias poblaciones de bromelias pletóricas de soluciones acuosas (Molano 2000). Así lo conocimos en las laderas altas del volcán Doña Juana en el nororiente de Nariño y se prolonga por los páramos de Tajumbina hacia el Macizo Colombiano en el departamento del Cauca. Aunque afectados por las erupciones volcánicas en su composición y distribución, estos páramos son una muestra de cómo eran los páramos originales, es decir, aquellos que tuvieron la capacidad de copar todos los ambientes que ofrecía la alta montaña provocando con ello una gran variabilidad de nichos, procesos de adaptación y ciclos de especiación.
6. HUMANIZACIÓN DE LA ALTA MONTAÑA ECUATORIAL Para no mirar y abordar el páramo en la orfandad de la cultura y para no negar un largo proceso civilizatorio pre-europeo, veamos de manera breve y referenciada algunos proyectos de humanización cumplidos en las bajas latitudes de las altas montañas andinas. En los páramos andinos del Ecuador, hay referencia a procesos de poblamiento y ocupación de las altas montañas ecuatoriales, presentados por Salazar (1980), quien descifra la presencia humana entre los 3800 y los 4200 m de altura, donde se encontraron talleres prehispánicos con numerosos elementos de la cultura material de estos grupos humanos, relacionada con una tradición de uso y manejo de los espacios habitados o visitados temporalmente. Reafirma esta apreciación Knapp (1988), quien afirma que por debajo de los campos nevados, pajonales y volcanes de las partes más elevadas de los Andes, la variedad de suelos de las elevaciones medias y frías (alturas con algo de hielo pero aún convenientes para el cultivo), han alimentado a sociedades agrícolas por varios miles de años, empleando productos
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y técnicas de cultivo prehispánicas que están vivas todavia y con las cuales se produce la alimentación básica de las comunidades indígenas y mestizas actuales. Sin conocer suficientemente los procesos de adaptación cultural, la especificidad de los entornos manejados, la organización sociocultural de las comunidades altiandinas, si es posible identificar la presencia humana y los esquemas verticales de manejo de la alta montaña con estrategias agroecológicas múltiples donde no sólo hay tecnologías propias para el uso del suelo y adecuación de los terrenos, sino que allí se convierten los espacios agropecuarios en campos experimentales para domesticación local de plantas y para adaptar cultígenos de altitudes inferiores, apoyados en la cría de ganados y el aprovechamiento de los abonos resultantes. Hofstede et al. (1998), analizan este proceso sociocultural de la alta montaña de las sierras ecuatorianas,donde reconocen prácticas agrícolas y ganaderas de gran intensidad, por lo menos desde hace tres mil años, con las cuales se transformaron los paisajes andinos mediante prácticas sustentables que no fueron entendidas ni valoradas por los colonizadores europeos, quienes trataron de desvirtuarlas como sistemas sustentados culturalmente y adaptados a la alta montaña. Por el contrario, trataron de sustituirlos con el monocultivo triguero y la producción de pastos para los ganados, previo sometimiento y expulsión de las poblaciones autóctonas de las altas montañas. Información similar se encuentra en viajeros y cronistas y se confirma con apreciaciones de estudiosos que han abordado el poblamiento altoandino en los demás países ecuatoriales. Se destacan los trabajos de Acosta-Solís (1977); Castaño-Uribe (1996); Faust (1989); Lavalle (1987); Rivera (1989); Monasterio (1980); Correal y Van der Hammen (1977); Cifuentes (1987); Portela (2000); González (1997); Osborne (1985); Pradilla (1982); Dagua et al. (1993); Zambrano (1993); González (1995); León (1997); Hernández (1992); Murra (1981); Drenan (1993) y Wagner (1979), entre otros, quienes nos presentan diferentes aspectos y facetas de la ocupación humana de la alta montaña, asumiendo varias temporalidades e interpretándolas con evidencias de la cultura material encontrada y con formulaciones interpretativas complementarias, según campos disciplinares y lugares paramunos. El conocimiento de estos procesos culturales complejos está por desarrollarse más ampliamente en torno a la construcción social del páramo. En verdad, el páramo es una realidad altiandina socio-natural y los lugares que visitamos e investigamos en los Andes contienen una larga tradición de uso y significación que no podemos desconocer. Heredamos un páramo humanizado milenariamente y lo interpretamos en forma deshumanizada, presumiendo que la distribución de él y de sus estructuras florísticas y faunísticas no han tenido ninguna intervención pasada y que por lo tanto surgen allí ecosistemas prístinos en ambientes naturales. González et al. (1995), analizan la presencia humana en el norte de Boyacá y establecen un tiempo cercano a los 18.000 años A.P. cuando hacen presencia los grupos de cazadores y recolectores que trasegaban las selvas andinas (conformadas aproximadamente 30.000 años A.P.) y los páramos establecidos en el Holoceno. Destacan el uso ritual y cognitivo como apropiación simbólica del páramo en las cosmovisiones andinas de los pueblos tempranos. Después de un largo periodo de colonización europea, la cual se afianza con preferencia en la alta montaña (altiplanos), las selvas circundantes van a desaparecer debido a su uso como
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fuente de combustible para impulsar el proyecto colonial hispánico. Su desaparición progresiva permitirá tres formas básicas de uso y apropiación del espacio selvático altiandino, consistente en crear tierras ejidales (comunales) para el pastoreo de ganados y como lugares para extraer los recursos ofrecidos; provocar la movilización de masas campesinas sin tierra, quienes encontraron en la colonización de altura formas de organización social y productiva, de lo cual surgieron tradicionales organizaciones campesinas muy encerradas en el pensamiento religioso conservador impuesto y, finalmente, la apropiación de las zonas paramizadas y desmontadas de selva convertidas en grandes haciendas dedicadas a la ganadería extensiva, previa la extracción de quina, de plumas de aves andinas, de madera y la caza de la macro fauna dominante (Rincón y Sarmiento 2002). La alta montaña se convirtió en fuente de poder político y en una expansión territorial de los sectores sociales poderosos, quienes mantendrán estas extensas propiedades (mayores a 200.000 hectáreas) como una forma inequitativa de repartir la tierra y de engendrar odios con los que organizaciones campesinas, posteriormente, buscaran recuperarlas recuperaran en gestas de confrontación, base de la violencia que hoy vivimos. Sintetizo este trabajo con una visión comparativa en donde se pueden reconocer los procesos de trasformación, construcción, deconstrucción y destrucción que han llevado a una larga historia socio-natural en las montañas andinas ecuatoriales. Como se observa, en condiciones pre-europeas, el páramo se localizaba mucho más arriba que en momentos posteriores, debido a que la dinámica de copamiento de las selvas andinas y altoandinas se expandió alcanzando una máxima elevación sobre los Andes que superaba, en condiciones locales, los 4.000 metros sobre el nivel del mar. A su vez, el continuum de selva por las vertientes cordilleranas se expresó en otras condiciones climáticas distintas a las actuales, con mucha más humedad, nubosidad, precipitación, calor de condensación, etc., con lo cual la vertiente operó como una poderosa fuente energética que alimentó la selva, reguló al páramo y expandió las masas glaciares más abajo de su límite actual. Después de quinientos años de intervención con tecnologías, conceptos e ideologías ajenas al intertrópico y realizando un proyecto civilizatorio occidental, el páramo ha transformado esencialmente sus condiciones iniciales. Como consecuencia de los cambios drásticos en las coberturas originales, el clima ecuatorial, el desarrollo de formas de producción campesina y agroindustriales, la expansión de la ganadería y el establecimiento de potreros, el surgimiento de un considerable número de poblaciones y ciudades en los márgenes de la alta montaña y en su interior, se ha ampliado hacia arriba, ha avanzado sobre las zonas periglaciares de manera creciente ante el retroceso de los hielos y ha descendido considerablemente copando los espacios de las selvas altiandinas y andinas hasta alcanzar alturas cercanas a los 2.700 msnm. Sin una visión geohistórica, en la cual se establecen relaciones y nexos de identidad entre naturaleza y sociedad y en la cual los espacios que encontramos en las Altas Montañas Ecuatoriales son reconocidos como una construcción socio-natural, histórico-cultural y eco-ambiental (incorporando allí la ecología, la economía y los modelos de desarrollo social), es demasiado estrecha y fragmentada la imagen que se obtenga de los páramos y de las altas montañas. La intervención en los páramos es milenaria en América Ecuatorial y no podemos generar un conocimiento científico por fuera de dicho contexto de ocupación, uso y manejo ancestral.
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Sin contraponer conocimiento y pensamiento, pero buscando dimensionar el segundo frente a la absolutización del conocimiento científico, podemos decir que en el pensamiento indígena el conocimiento de la naturaleza parte de un saber sentir, de un personificar las fuerzas de la naturaleza –en el sabedor-, de un sentir con todo el cuerpo y de asumir el propio cuerpo como la naturaleza y su proyección (Portela 2000). En las cosmogonías del mundo andino los elementos de la alta montaña, así como sus manifestaciones y representaciones, participan de los fenómenos de la naturaleza y de los distintos aspectos de la sociedad. Los macucos, curanderos, morobik, the’wala y en general, los chamanes, quienes se constituyen en los alquimistas de las fuerzas de lo natural y lo social, encuentran en las altas montañas ecuatoriales andinas los sitios portadores de poder, donde los sabios se encuentran con la dimensión sacra de la naturaleza, lugar donde también logran y afianzan su conocimiento, contando con aliados como las plantas de poder, los seres míticos, los sitios sagrados, los dueños de lo silvestre, los espíritus que se encargan de los animales, de los territorios, las aguas y los caminantes de la noche, de acuerdo con Portela (2000). Allí mismo se encuentran y evocan los lugares de origen y los territorios sagrados en donde se gesta la sabiduría y donde moran los héroes culturales que tejen la historia con los hombres y mujeres. Son las altas montañas poderosos lugares de energía y riqueza donde se enseña y aprende; lugares sacralizados (espírituales, míticos, mágicos) poseedores de un poder genésico, no sólo por haber engendrado a los pobladores actuales sino también por el poder generador de los muertos en general, y su intervención imprescindible en la agricultura; habitan allí seres guardianes que ejercen no solo ese poder genésico sino “ordenador” (Bouysee- Cassague y Harris 1987, citado por Portela 2000). El páramo y la alta montaña andina ecuatorial han sido forjados bajo cosmovisiones como la expresada, las cuales aún viven entre los grupos y comunidades Coconucos, Guambianos, Paeces y Yanaconas, y recreada por muchas etnias más que ocupan u ocuparon la alta montaña. Se trata de reconocernos en la cultura ancestral, cuya sabiduría se ha fundamentado a través de milenios y en diálogos fecundos entre los seres humanos y la naturaleza, así como entre los seres y las cosas; bajo nexos e interdependencias de identidad y con categorías que se configuran como expresiones cualitativas de los fenómenos (López 1975, citado por Portela 2000), las cuales obedecen a una lógica de lo sensible y que corresponde analizarlas en los contextos históricos, sociales, culturales y geográficos de las comunidades (Portela 2000). Sin lugar a dudas, la base interpretativa racional presente en los paradigmas de las disciplinas con que se aborda el páramo en la actualidad no puede quedarse aislada en el monólogo de la explicación científica, que como vemos se torna más circular, repetitiva y esquematizada en las lógicas cuantitativas de un reducido mundo, el que sólo es susceptible de ser medido y apropiado en bases de datos y manipulaciones interpretativas que expliquen ese complejo y mágico mundo de brumosas alturas. Monasterio (2000), buscando superar los paradigmas oficiales de la cientificidad dominante propone transitar por la transversalidad del conocimiento –diversidad conceptual–, la longitudinalidad geográfica –diversidad paisajística y gradientes– y verticalidad ecológica –diversidad biológica–, como estrategia para conocer más integralmente el mundo ecuatorial en las montañas.
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7. LA PRODUCCIÓN DEL ESPACIO DE PÁRAMO EN LA ALTA MONTAÑA Como expresé antes el páramo es un espacio humanizado desde hace varios milenios. Las sociedades asentadas en las altas montañas ecuatoriales, ocupando el páramo o las zonas circundantes han intervenido, aceptado, transformado y simbolizado sus espacios de acuerdo a su ordenamiento social, sus estructuras cognitivas, sus sistemas de producción, sus opciones tecnológicas y sus estrategias culturales. Dada la complejidad del pensamiento amerindio, el páramo se presenta como un espacio social pre-europeo cuyas dimensiones espaciales integran la naturaleza y la sociedad, el pensamiento, el tiempo y el espacio y las acciones de uso y manejo. Pero a su vez, el páramo acogió su nombre europeo como tal y se fue cargando de significados, prejuicios, usos, abusos y mal trato bajo la tradición hispánica colonial, un dilatado y silencioso proceso de conquista de la alta montaña que no permitió entenderla en su importancia y significación trascendente, para dominarlo con el genocidio y el ecocidio que hemos heredado de la dependencia centenaria. Hubo tanto desconocimiento como inconsciencia y tanta imposición imperial como ilegitimidad y desconfianza ante el ignoto mundo de las alturas ecuatoriales. La destrucción de la rica conceptualización indígena sobre los páramos, de las significaciones culturales profundas, de las comunidades establecidas con su idiosincrasia y sus sistemas de uso y manejo ancestral, hacen parte de las vastas pérdidas obtenidas con la civilización europea, de la degradación de un entorno montañoso estratégico para regular las fuentes de la vida ecuatorial. Los páramos desde el inicio fueron excluidos del modelo de la civilización occidental para ser entendidos en su importancia y reconocidos como integralidad de los paisajes de montaña y como fundamento vital de las sociedades futuras –agrarias y urbanas– que crecerían a su alrededor y bajo su protección como fuente de recursos muy básicos. Sin duda las causas de la destrucción del páramo se ligan a los comienzos civilizatorios cuando se generaron interpretaciones y discursos que lo desconocieron, imponiendo visiones extrañas y conceptos equívocos sobre sus relaciones y significaciones. El páramo tiene como característica visible e invisible, la complejidad. Es decir, múltiples factores, energías, relaciones, inter y retro reacciones que identifican cada criatura y el conjunto de los seres de este universo altimontano. El pensamiento occidental que nos colonizó no ha sabido qué hacer con la complejidad, y el dominio colonial que nos impusieron fue incapaz de respetar y entender las redes y los procesos de integración de una totalidad orgánica como la que nos ocupa en este escrito. Una poderosa razón de esta incomprensión se debe a que toda colonización significa un acto de grandísima violencia, de bloqueo de un desarrollo autónomo y de la sumisión de una cultura (Boff 1998). Como sabemos, conquistadores, colonizadores, hacendados viajeros, comerciantes indujeron cambios en las coberturas vegetales y en los elementos faunísticos del páramo; ampliaron los pajonales en pastizales para alimentar sus ganados, empujaron a los indígenas y campesinos a ocupar las montañas altas, expropiando las tierras de resguardo y sus parcelas; ampliaron el páramo talando la selva andina para obtener proteína animal, maderas y combustibles: trazaron caminos que fragmentaron los ecosistemas y
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mediante los cuales se crearon con el tiempo vías de colonización, saqueo y extracción de recursos. Según Hernández de Alba (1992), con el descubrimiento se plantea un desconocimiento del sentido y los valores de la realidad encontrada y se impone la visión del propio conquistador y del sistema que representa, estableciendo nuevas relaciones de acuerdo con su parcialidad: la cultura del momento, sus hipótesis, sus creencias, sus vivencias y sus expectativas. Se revelan más los elementos de su propia cultura que los de la realidad que enfrenta. Lo significativo es que por su intermedio se creó una cierta interpretación que aún hoy influye en nuestras concepciones del espacio descubierto y de su contenido. Así, después de medio milenio, seguimos habitando un nuevo mundo –aún por conocer–, continuamos siendo indígenas –por fortuna–, y nuestras tierras continuan ocultando y conteniendo riquezas promisorias y deseables que, por infortunio, constituyen la base para nuevas formas de dependencia y de saqueo, dada nuestra ausencia de autogobierno y soberanía. No son las comunidades actuales, empobrecidas y marginadas, las responsables del deterioro y transformación insostenible en que encontramos hoy los páramos. Ni les corresponde a ellas asumir solas la recuperación de estos paisajes. El balance de responsabilidades nos ubica en un panorama social y cultural atravesado por la violencia, la exclusión, el marginamiento, el uso, el abuso y la desigualdad, componentes de un modelo civilizatorio que estructuró una sociedad sin equidad, una manera de pensar sin reconocimiento social ni natural y una gestión política amparada en el privilegio del control y del poder. El páramo no puede ser visto como un espacio apolítico, asocial, deshumanizado, carente de significación ambiental –identidad, naturaleza y sociedad– y negado en su construcción histórica socioespacial. Sin pretender agotar la complejidad del entorno paramuno y mucho menos precisar los múltiples procesos que han configurado su espacialidad en la modernidad colonial y dependiente dentro de la cual hemos vivido, presento un esquema de dos momentos de dicha construcción, en los cuales contrasto la alta montaña pre-hispánica con los paisajes creados durante la fase colonial hispánica. Se aprecia una distribución de los biomas originales con límites impuestos por la dinámica de la naturaleza ecuatorial que copó las vertientes y la alta montaña. Los páramos originales se situaban para entonces por arriba de los 4.000 msnm. Cuatrecasas 1958, lo ubica por arriba de los 3.800 msnm y alcanzaba máximas elevaciones en contacto con los glaciares a 4.600 msnm. Bajo condiciones geoecológicas particulares, la selva altoandina alcanzaba este espacio paramuno, ocupándolo en forma de matas de monte de altura, con un carácter azonal. A su vez, el páramo extendía manchas azonales dentro del espacio de las selvas andinas y altoandinas holocénicas, gracias a la presencia de lagunas en proceso de colmatación o a laderas de exposición a vientos fríos y fuertes que mantenían condiciones de equivalencia ecológica para la vegetación originaria del páramo. A partir de este ecotono amplio con selvas en proceso de achaparramiento, hacia arriba y de un páramo mucho más arbustivo, hacia abajo, así como con la proyección de comunidades azonales de cada bioma, tanto en forma ascendente como descendente, vamos a encontrar las selvas andinas y altoandinas expandidas por las vertientes altas a partir del óptimo climático del Holoceno, las cuales conformaban un continuum con las selvas subandinas y las selvas del piedemonte de los Andes ecuatoriales. Dentro de estas selvas subandinas y andinas, los grupos de pobladores tempranos habían iniciado desde antes del Holoceno un
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proceso de ocupación de las vertientes siguiendo varios caminos y creando distintos frentes de reconocimiento y colonización ascendente de las laderas andinas. Se reconoce en varios lugares de las cordilleras y relieves periféricos andinos una ocupación de los territorios selváticos andinos, sobresaliendo las culturas nativas de San Agustín, los cacicazgos Muiscas, las culturas que ocuparon la Sierra Nevada de Santa Marta, o las comunidades U’wa en la Sierra Nevada del Cocuy y los páramos circundantes hasta el sector del Almorzadero. La gráfica en mención nos ubica un páramo situado en la parte superior de las montañas, por debajo de la línea de nieve glaciar y en contacto con una selva altiandina muy extendida verticalmente, ocupando espacios aún por arriba de 4.000 msnm. La presencia indígena creó los primeros paisajes en las altas vertientes, habitando la selva -su casa, su hábitat, el lugar de la cultura-, llenando de significado sus espacios y la complejidad de elementos integrados en él; manejando y conservando su vida cultural en la biodiversidad ecuatorial de las montañas. La selva andina altoandina y el páramo eran conocidos, se visitaban temporalmente o se habitaban estratégicamente para mantener la organización de las comunidades, pero simultáneamente se incorporaban los lugares, los habitantes vegetales y animales, los seres cósmicos y entes telúricos en un orden mágico, con el cual se construyeron los paisajes de la sabiduría y el sentido profundo de una naturaleza sentida, vivida, pensada y proyectada como un lugar de identidad y de corresponsabilidad con la realidad y el sueño, con el cuerpo y el alma y con el caos y el cosmos. Estos son los primeros paisajes preamericanos de una geografía patria donde debemos buscar las herencias espaciales para fundamentar o enraizar una nacionalidad. Son los territorios ancestrales de las comunidades, pueblos y ciudades que posteriormente ocuparon o se instalaron en las altas montañas con proyectos distintos y, lo más preocupante, con un desconocimiento o una omisión de los orígenes de sus lugares, provenientes de selvas andinas. El segundo momento corresponde a la fase de colonización hispánica y del establecimiento de una nueva cultura agropecuaria y urbana bajo una visión del mundo occidental basada en la racionalidad y bajo parámetros políticos de colonización, dependencia y subyugación. Avanzada la Colonia , encontramos una nueva configuración de los paisajes y un balance significativo de los cambios y nuevos ordenamientos provocados por el modelo civilizatorio europeo. Notamos un retroceso de los glaciares, que se ubican hacia los 4.700 msnm. y un consecuente avance del páramo sobre las zonas periglaciares abandonadas por las moles glaciares. Así, el páramo obtiene ahora un nuevo límite superior, provocado no por el cambio global mundial, sino por el cambio general provocado en los ambientes de las altas montañas ecuatoriales. Estos cambios se expresan en la destrucción de la selva andina en grandes extensiones y en la conversión de las selvas primarias en selvas secundarias, dejando algunos cuerpos selváticos en vías de agotamiento y extinción. Estos fragmentos de selva ahora están rodeados de vegetación de páramo, el cual ha descendido altitudinalmente de los 4.000 m a los 3.500 msnm. , copando ampliamente muchos lugares de las selvas altoandinas y andinas y proyectándose aún más abajo de este límite en forma de páramos antrópicos con un carácter azonal inducido por la tala y quema de la selva en espacios localizados. Como consecuencia del retroceso de los glaciares y la destrucción de las selvas de las altas montañas, el páramo se ha extendido considerablemente ocupando distintos ambientes,
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muchos de ellos contrastantes como son las zonas periglaciares y las áreas de las selvas húmedas y nubladas. Este proceso es conocido como paramización de las altas montañas y debe entenderse no sólo como la colonización de las altas vertientes, los valles altos y los paisajes de turberas y acumulados glaciares, por la vegetación y fauna del páramo, muy resistente, con una suficiente plasticidad genética y con una considerable amplitud ecológica, sino como un proceso de pérdida de la biodiversidad al destruirse los equilibrios ecológicos de la adaptación y evolución de la vida en estos paisajes, por la pérdida de los ecotonos de interacción y transferencia de condiciones para repoblar el páramo o para restaurar la selva. Se rompieron así muchos nichos, rutas migratorias temporales o permanentes, fuentes de alimentación, áreas de reproducción para muchas especies y se indujeron migraciones de especies animales; y lo más grave, se provocaron procesos de extinción. El páramo ahora aparece como un espacio de colonización. Sus nuevos paisajes muestran fragmentos de selva relictuales en los antiguos lugares donde la selva creció en forma continua. La fisonomía del páramo ha cambiado, pues las coberturas estratificadas del páramo original –plantas rastreras, cojines y almohadillas, plantas epifitas, pajonales, herbazales y arbustales, integrados en una urdimbre estructural homeostática– , se han sometido al fuego, al pastoreo a las labores agrícolas, a la colonización y a la apertura de vías y campamentos. El nuevo bioma paramuno ya no se parece al original pre-europeo. Las quemas, por ejemplo, destruyeron la bioarquitectura en que se integraban las plantas y los animales; provocaron la destrucción de los nichos vitales que garantizaban la permanencia de la vida y la reproducción y conservación de la biodiversidad; agotan las estructuras vivas de captación, almacenamiento y distribución regulada del agua, los cuales hacían ver los páramos como fuentes productoras; extinguieron muchas especies que no toleraban ni resistían las altas temperaturas alcanzadas durante los incendios; permitieron a su vez, que las especies piro resistentes dispersaran sus semillas y coparan los espacios abandonados por especies extinguidas, provocando ahora coberturas más homogéneas, donde un menor número de especies compiten por ocupar los espacios de la biodiversidad precedente. La megafauna -dantas, oso de anteojos, oso negro, venados, pumas, cóndores, etc.- debe también refugiarse en los relictos de selva, o alcanzar los páramos más inaccesible, donde aún se conservaban los hábitats naturales, pero ahora más restringidos, lo que disponía a las especies allí refugiadas a su futura extinción, no sólo por la densificación de los individuos congregados, sino porque allí se determinaban los cotos de caza, fuente de proteína de los campesinos colonos y de los hacendados quienes temporalmente visitaban sus tierras para realizar prácticas cinegéticas, actividad que dio lugar a los clubes de caza y tiro, deporte practicado por los hacendados, políticos, comerciantes, diplomáticos, gentes de bien; es decir, la dirigencia del país en cada momento de su historia , quienes haciendo uso de armas modernas y eficaces, jaurías de perros de caza y séquitos de campesinos contratados para tales faenas, convirtieron la alta montaña en un espacio de la muerte, en una negación de la vida, en un desierto biológico y en un ecocidio cuyos estragos nos muestra un páramo “civilizado” bajo sentimientos de orgullo y satisfacción de los representantes del poder. El páramo no puede ser entendido sin conocer las acciones de una ideología “civilizatoria y democrática” puesta en marcha por reyes y virreyes, políticos y gamonales, hacendados y
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comerciantes, quienes han hecho uso del poder para construir sus paisajes destruyendo un país donde casi no nos percibimos y donde es cada vez más difícil reconocernos como herederos de páramos paradisíacos y de selvas exuberantes de belleza y de vida. Bajo la acción civilizatoria europea, el páramo es a su vez transformado en sus pajonales por pastizales, generando un proceso de potrerización y praderización donde los ganados caprinos, mulares, caballares, bovinos y ovinos, continuaron su tarea de compactar los suelos, agotar las especies herbáceas y arbustivas palatables, al tiempo que se introducían pastos y forrajes de otras latitudes como los tréboles alpinos, el diente de león y el pasto poa, pero a su vez se privilegiaban algunas especies nativas como el pasto aromático y el pasto dátil como forrajes para los ganados. Los caprinos se convirtieron en los rebaños de la frontera ganadera, pues consumiendo follaje de arbustos y herbazales, iban dejando a su paso los terrenos dispuestos para la potrerización. La acción antrópica como sistema de uso y manejo, se manifestó en el uso del fuego para controlar el crecimiento desmedido de las gramíneas autóctonas del páramo, las cuales después de quemadas ofrecen los rebrotes tiernos apetecidos por ganados. La acción humana continuó agotando los recursos de la selva relictual sacando leña, maderas, postes para cercas, plumas de aves, carne de monte, etc., convirtiendo a la selva andina en selvas secundarias muy entresacadas e intervenidas, circundadas y separadas por potreros paramizados. Por ello es frecuente escuchar a campesinos que habitan el páramo expresar que ellos tumbaron montañas para construir sus viviendas, adecuar caminos y establecer sus campos de cultivo y de ganadería. La alta montaña, cada vez más, fue perdiendo su fisonomía original, dominada ahora por agrosistemas pecuarios, agrícolas y ganaderos de tipo mediterráneo europeo, los cuales se sustentaban de la energía de las selvas relictuales y de los pastizales paramunos construidos, permitiendo una progresiva ampliación del páramo antrópico, tanto vertical como horizontalmente. Un espacio así construido, con tanta intervención y saqueo, no es un conjunto de ecosistemas originales. El páramo resultante de esas acciones sociales y productivas continuas o interferidas, es el que arriba hasta nosotros. La conformación de sus estructuras vegetales y animales, así como la distribución y la fisonomía que presenta, debe entenderse como el resultado de un proceso cultural y político civilizador que hizo posible integrar el potencial y la diversidad de los ecosistemas originales con los sistemas productivos del sur de Europa, en lo que la alta montaña ecuatorial se convirtió en tierras baldías, tierras ejidales, refugio de campesinos e indígenas desplazados, establecimiento de grandes haciendas, lugares de recuperación de tierras, sitios de confrontación y de conflicto y ecorregiones estratégicas, según definición de la política ambiental contemporánea del Ministerio del Medio Ambiente. El páramo, además de constituir un orobioma tan específico y especial en sus condiciones ecológicas y su composición florística neoecuatorial, neotropical y como refugio de los demás biomas planetarios allí representados, es un espacio geográfico con una larga tradición cultural y una impactante acción civilizatoria europea, de cuya conjugación –imposición y resistencia– deriva la compleja geohistoria de las altas montañas ecuatoriales. La comprensión teórica del páramo debe ser repensada para integrar visiones amerindias de gran profundidad y sentido, con tradiciones campesinas que han ocupado la alta montaña por más de 450 años y con la visión que ha aportado el conocimiento científico y la información que
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él genera. Sin esta integralidad básica, seguimos manejando una visión del páramo parcial, reducida, recortada, la cual nos hace saltar hacia el vacío o la niebla, cuando de acciones de gestión y control ambiental se trata. Como se expresó antes, existen conceptos absolutamente equívocos y contrapuestos para nombrar y definir el páramo, como lo es el carácter tropical asignado desde hace tantos años y aún repetido impensadamente hoy. Nuestros páramos son ecosistemas y paisajes de alta montaña ecuatorial dominantemente y se extienden hacia la zona subecuatorial en el intertrópico, pero nunca alcanzan una posición tropical. En cuanto a sus condiciones ecológicas, sus ambientes de pluviosidad, nieblas, nieves, humedad y biodiversidad, el páramo es lo opuesto a las zonas desérticas y semidesérticas que ocupan la zona tropical, tan distante de estas latitudes en que habitamos circundando los páramos. Sin lugar a dudas estamos agotando los páramos con conceptos y concepciones equívocas y reduccionistas. Como construcción social de su espacio, sus territorios y sus lugares, el páramo debe ser entendido en una perspectiva geológica y geohistórica, en la cual puedan entenderse los lenguajes de los campos del conocimiento en que ha sido fragmentada la ciencia. La deshistorización del páramo y de la alta montaña, no sólo desconoce una acción social y cultural milenaria en estos ambientes, sino que anula los procesos de construcción y transformación llevados a cabo por organizaciones sociales, culturales, mentales y políticas, implementadas por distintas comunidades, pueblos y Estados. El páramo sin la presencia humana se torna invisible, abstracto y desconocido. No existe como totalidad pensada y construida ni como lugares y territorios que han integrado por milenios la naturaleza y la sociedad. Como espacio socializado por las culturas americanas y la civilización europea de corte occidental y tendencia modernizante, el páramo debe ser analizado con una visión integral e integrada donde no se reduzca a esquemas como el considerarlo una mera despensa de recursos hídricos, vegetales y minerales; como un bioma original y prístino, después de tantos y tan continuos procesos de intervención y construcción social. Sin la presencia humana milenaria, la alta montaña y su componente páramo, están huérfanos de comprensión y de sentido. Como espacio humanizado es un espacio sacralizado de gran poder y significación, como espacio de colonizaciones un espacio colonial europeo, campesino, rural, urbano, con actividades ganaderas, trigueras, extracción de agua, extracción de minerales, desarrollo agroindustrial papero, colonización suburbana residual, producción para el narcotráfico, espacio de confrontación guerrillera, estatal y paraestatal. El páramo ha sido copado por las sociedades que lo habitan, lo construyen y lo circundan bajo estrategias globales y locales, lo que ha generado una profunda crisis ambiental que lo torna insostenible para el modelo sostenible del mercado en este paradigma neoliberal. Al páramo, antes de que los investigadores y científicos arribaran, han subido la marginalidad indígena y campesina; han llegado las reformas agrarias no realizadas, han hecho presencia los campesinos levantados en armas, han surgido grandes obras de infraestructura y de producción que han cambiado el clima, los suelos, la vegetación y la fauna de los páramos que allí subsisten.
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El páramo es una expresión de la sociedad que se estructuró desde tiempos históricos antiguos y modernos en el territorio colombiano, venezolano, ecuatoriano, peruano y costarricense, catalogados en el concierto del poder económico mundial como países no viables. Sin embargo nuestros páramos y el conjunto de ecosistemas, agroecosistemas y paisajes que conforman el territorio de estos países, continúan siendo consideradas como estratégicos no solo por la biodiversidad que aún queda en ellas, sino por la alternativa cultural que representan frente a las sociedades agotadas en la opulencia y el consumo. El páramo continúa allá en la alta montaña, vigilante cual un dios tutelar, esperando un reconocimiento de esta civilización con sus montañas, de un pensamiento acorde con la comprensión del mundo ecuatorial; una inversión social adecuada para su preservación ecológica y cultural, y que la investigación científica y social genere el conocimiento básico integral capaz de abordar la especificidad local y regional de las altas montañas y proyecte una restauración social y ambiental de sus ecosistemas y agroecosistemas. Somos conscientes de que la visión fragmentada poco ayuda a comprender el páramo, así como tenemos claro que el avance del conocimiento científico y la gestión ambiental en él apoyada, va a la zaga de la destrucción y la transformación acelerada de las altas montañas. El páramo no debe aislarse de la alta montaña ni del sistema orográfico andino en donde apareció y creció. Como realidad local tiene un contexto regional montañoso que lo contiene y lo interpreta. El páramo debe ser visto como una unidad básica de un macrosistema regional andino ecuatorial, ricamente conformado por la vida universal en ambientes insulares con altos grados de endemismo. Es un singular e importante bioma históricamente habitado por diversas comunidades autóctonas y abrazado por visiones y concepciones profundas que han permitido obtener un conocimiento integral de la alta montaña, unos saberes contextualizados en la imagen de las tierras y en los significados de los territorios. Un páramo que es memoria, que enseña; espacio de creación, residencia de las energías, lugares ceremoniales, fuente de conocimiento y expresiones del poder regulador de la armonía de las montañas. Es así un espacio humanizado, en la aparente naturalidad de sus componentes, para ser respetado, para manejar sus recursos y satisfacer sus necesidades como una manera de convivir. Es un espacio humanizado porque la cultura ancestral lo copó con sus significaciones, lo valoró profundamente sin considerarse dueño de la tierra y creó un conocimiento cuya riqueza y sentido no se reduce a los inventarios y diagnósticos ecológicos en que se halla comprometida la modernidad que nos han impuesto. Con todo el avance tecnológico y científico con que hoy abordamos la naturaleza y la sociedad por separado, sin poder detener la destrucción de la primera y sin dar respuesta a la violencia y el sin sentido en que se agota la segunda, surgen esperanzas en aquellas visiones integrales de nuestros antepasados. No se trata de hacer lo que ellos hacían, pero sí de preguntarnos por lo que ellos se preguntaban. Mamo Surlí es el que piensa... Él sólo habla a las montañas Las grandes casas cósmicas, Las casas ceremoniales, Y al sol que deambula por el cielo Fischer y Preuss, 1989.
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Al igual que los Kogi los Guambianos también lo tienen claro: el páramo es el centro desde el cual se desenvuelve todo su mundo. En nuestra sociedad fragmentada y descentrada, los hilos de la historia no tejen el sentido de la vida ni reparan la sed de la naturaleza devastada. No deshumanicemos la alta montaña ni naturalicemos las construcciones socio-ambientales de los páramos. Si integramos visiones y asumimos compromisos compartidos con un fuerte componente popular y comunitario, el páramo y las altas montañas recobrarán su vida y su significación como espacios habitados, pensados y construidos milenariamente para entonces y para las generaciones futuras.
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PROPUESTA PARTICIPATIVA DE ORDENAMIENTO Y MANEJO DE LOS PÁRAMOS DE LA CORDILLERA CENTRAL DEL VALLE Por Ant. Ana Elvia Arana, CVC; Bio. Natalia Gómez, CVC; Bio. David López-Matta; Fundación Trópico. Corporación Autónoma Regional del Valle, CVC Palabras clave: Páramo, ordenamiento territorial, biodiversidad, áreas protegidas, participación, conservación.
INTRODUCCION La caracterización biológica y socioeconómica mediante procesos de participación en los páramos del Valle del Cauca responde a la necesidad de generar estrategias de ordenamiento y manejo dentro del ecosistema definido por la CVC como estratégico para el Departamento. Este trabajo de diagnóstico nace en 1995 correspondiendo a las políticas ambientales del momento en las cuales se determinó la identificación de los ecosistemas estratégicos y la creación de Áreas Protegidas como una de las principales estrategias de conservación. El marco general para este trabajo fue el concepto de Ecosistema Estratégico definido en la política nacional del momento (1994-1998). En ese sentido, se pudo determinar el área de los páramos como prioritaria para desarrollar un proceso de diagnóstico social y planificación que llevara a complementar los diagnósticos biológicos que la Corporación venía desarrollando en los diferentes ecosistemas identificados, y que permitiera mostrar el camino a seguir mediante el diseño de una estrategia de participación social y comunitaria en la que uno de los resultados esperados era la definición de Áreas Protegidas (UAESPNN-MMA 1997 y 1998). En este proceso se ha avanzado en tres sentidos: Primero identificando hacia la zona una propuesta de manejo integral con componentes desde las dimensiones ambiental, social, cultural y económica; segundo, mediante la gestión de recursos con el fin de lograr la implementación de algunos componentes de la propuesta y, tercero, en el marco de la creación de un Sistema de Áreas Protegidas en el Departamento, con el concepto de Sistema como noción de articulación, continuidad e interrelación desde lo biofísico y lo social, lo que ofrece la posibilidad de generar acciones integrales desde el diverso quehacer institucional y social a través de una convocatoria amplia hacia la participación. En este artículo pretendemos dar una idea lo más aproximada posible de un proceso de participación dirigido a la búsqueda de soluciones para la conservación de los ecosistemas no solo de páramo sino de alta montaña, incluyendo el bosque alto andino, el cual nos mostró la necesidad de entender la dinámica social, histórica y política del contexto para poder construir en conjunto estrategias de conservación. Este trabajo lo adelantó la Corporación a través de consultoría con la Fundación Trópico.
Caracterización general del área Los páramos de la Cordillera Central cubren aproximadamente 64.270 has, distribuidos en un eje principal denominado genéricamente Las Hermosas y dos sistemas peninsulares
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denominados Paramillos de Barragán y Santa Lucía en el Norte y Pan de Azúcar y las Domínguez en el Sur (Tabla 1). Un 40% se encuentra dentro del Parque Nacional Natural Las Hermosas, cuya administración corresponde a la UAESPNN del Ministerio del Medio Ambiente. La zona donde se desarrolló el trabajo se sitúa por encima de los 2.800 metros y abarca 98.000 has incluyendo parte del bosque alto andino y excluyendo el área de Parque. Los municipios que comprenden páramos son Florida, Pradera, Palmira, El Cerrito, Ginebra, Buga, Tuluá y Sevilla. Según una aproximación realizada por el Grupo de Vida Silvestre de la CVC y con base en la altura que presentaban los diferentes páramos visitados en la zona, se asumió que el área de páramo se encuentra por encima de los 3.400 metros información que no se ha podido geoposicionar en toda la zona debido a los problemas de orden público. Los datos de población corresponden al área de páramo propiamente dicha.
METODOLOGÍA Criterios El primer criterio sobre el cual se fundamentó metodológicamente el trabajo es el de la participación, “vista como un proceso democrático y dinámico de conocimiento y construcción colectiva a partir de las diferencias y los intereses comunes, en donde los actores sociales aportan a un proceso que tiende hacia un mismo fin de manera consciente, cualificada y preactiva” (Doc. Inédito. CVC). En esa medida la concertación como proceso de participación surge como el elemento fundamental en tanto permite generar propuestas y acciones específicas. La participación en torno al ambiente está construida sobre dos elementos que son la naturaleza y la sociedad trascendida a través de la cultura. En esa medida, el espacio físico tiene la connotación de territorio, que es intervenido por los actores sociales. Estos son los sujetos más importantes dentro del proceso, no bajo una orientación antropocéntrica de la conservación, sino porque su incidencia es determinante en la misma. Como actores sociales definimos a los seres humanos, sujetos ínter actuantes entre sí y con el medio que los rodea, expresados tanto de modo individual como colectivo y como personas naturales o jurídicas, es decir a través de sus organizaciones e instituciones. Un segundo criterio del trabajo lo constituye la visión de la planificación desde lo local y lo regional, en doble sentido. Esto nos permite abordar las situaciones en función de las realidades locales pero también de las lecturas externas, lo que sitúa a los diferentes actores bien dentro de las causalidades, o bien como aportantes de posibles soluciones. Desde esta visión se puede plantear el diálogo de saberes a partir de la interdisciplinariedad, los conocimientos locales y académicos y la interistitucionalidad. El tercer criterio es el de la integralidad. Esto nos deja ver la problemática desde un contexto amplio pero interrelacionado y situando el asunto de la conservación, en gran medida, en la base de lo social. A través de los anteriores criterios, los actores sociales se clasifican en categorías correspondientes a su razón de ser, sus competencias, su ubicación con respecto al área y su papel como usuarios de los bienes y servicios ambientales. La primera categoría son los actores por normatividad, que corresponden a entidades cuyas competencias son ambientales y por
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Tabla 1. Área de páramos por municipio. Fuente CVC - Fundación Trópico.
lo tanto deben estar presentes en los procesos de concertación; es el caso de las autoridades ambientales y municipios. La segunda categoría por uso y/o manejo, son los habitantes de la zona propietarios o no y los propietarios del lugar de carácter ausentista, es decir, que no viven allí. Estos actores aunque se benefician directamente, tienen un estatus determinante porque son los que tienen la relación directa con el ecosistema. La tercera categoría son los
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actores por beneficio, los cuales, no interactuando directamente con el ecosistema, tienen relación con él en la medida que son beneficiarios de los servicios que este aporta; por ejemplo, en este caso, la agroindustria de la zona plana, las empresas que comercializan el agua, los pescadores y cazadores foráneos. Esta categoría incluye turistas, empresas de turismo, compradores de materias primas provenientes del medio, entre otros. La última categoría la constituyen los actores por interés; son aquellos que de manera voluntaria y por un interés en la conservación y el desarrollo sostenible y sin pertenecer a la zona, tienen un saber o acciones sobre ésta. Por ejemplo el sector académico representado en las universidades, los investigadores y las ONG de desarrollo sostenible.
Proceso metodológico El trabajo se planteó a partir de dos etapas: Una de diagnóstico y una de planificación, sin dejar de considerar que lo uno se encuentra inmerso en lo otro. El diagnóstico lo consideramos un elemento de la planificación que establece la línea de base para encaminar las acciones a seguir. Nos permite trascender el orden de las percepciones dándoles la fuerza del dato, el cual no necesariamente siempre es cuantitativo; es un referente para establecer un proceso de seguimiento y evaluación. Un diagnóstico participativo es un espacio de discusión, reflexión y autodiagnóstico, por lo tanto desde allí se configura un lugar de participación y concertación en donde el diálogo de saberes toma forma; de hecho, debe ser parte del proceso de concertación. Por esto se trabajó a partir de la investigación participativa, entendiéndola no solo como intervencion de los actores locales (de uso y manejo) en la entrega de datos sino como un proceso de cualificación de esos actores para construir la información, con lo cual se apunta a un proceso de empoderamiento local en cuanto se aportan herramientas de gestión. Los instrumentos metodológicos de recolección de información primaria fueron la historia oral entendida como los relatos o testimonios directos relativos a los sucesos ocurridos con relación a diferentes hechos. Para el análisis de la información se relacionaron las dimensiones de espacio y tiempo a través de los sucesos ocurridos en el territorio. La historia oral es una herramienta que nos permite concretar en un espacio el mundo de las relaciones, lo cognitivo y lo cognoscitivo y en esa medida introducir la noción de cambio cultural como unidad de análisis. La aplicación de esta herramienta permitió conocer los diferentes espacios valorados y utilizados por los habitantes del lugar, los campesinos propiamente dichos. La historia oral se desarrolló a partir de historias de vida, entrevistas abiertas y estructuradas y encuentros colectivos. La recuperación de la historia oral es una herramienta metodológica que permite caracterizar y evaluar los sistemas productivos (caza, pesca, minería, artesanía, agricultura, ganadería u otros) y en general todo el sistema cultural desde la perspectiva de sus productores, campesinos o no. Este trabajo no solo se ejecutó en la zona sino en las áreas urbanas en donde se encontraban algunos de los propietarios ausentistas. Igualmente se realizó observación participante, que permitió un acercamiento a la realidad local para identificar diferentes rasgos de la vida social y cultural. Se trabajó con fichas de trabajo, diligenciadas en su mayoría por líderes locales, encuestas veredales, las cuales contenían la información básica necesaria para el diagnóstico; estas, sin embargo, no contenían información personal que pudiera comprometer la integridad física de los encuestados, debido a la restricción de información ordenada por los actores armados presentes en la zona. tambien se revisó
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información secundaria. Las encuestas no se aplicaron en Buga porque ya la comunidad había realizado un diagnóstico, así que se retomó su información; en Florida tampoco se aplicaron debido a que la organización indígena no estuvo de acuerdo por considerar el trabajo una invasión a su territorio, aunque la información básica se obtuvo con funcionarios de la CVC que conocen el área. Los representantes indígenas participaron en la fase de la planificación presentando una propuesta de Área Protegida para su zona. La etapa de planificación se llevó a cabo tomando el diagnóstico como línea de base, buscando la participación de los diferentes actores identificados en el proceso. Se efectuaron talleres de planeación estratégica y resolución de conflictos a través de los cuales se establecieron los lineamientos a seguir para abordar el manejo integral de la zona, así como las categorías de Áreas Protegidas propuestas. En esta etapa se retomó la información de diagnóstico arrojada por el estudio; se hizo una capacitación buscando unificar discursos; a petición de los participantes, una parte se dirigió solo a entidades del sector público que esperaban en este espacio aunar criterios y separadamente se hizo lo mismo con los representantes de la sociedad civil. Posteriormente se realizaron los talleres unificados. A nivel general los actores del proceso, de acuerdo con las categorías propuestas, fueron los habitantes y organizaciones de base locales, propietarios ausentistas, ONG con algún tipo de vinculación al área, representantes de las organizaciones gremiales, empresas comercializadoras y protectoras del agua y las entidades del Estado como las autoridades ambientales, alcaldías, los organismos de control y vigilancia a través de las dependencias respectivas, Secretaría de Agricultura, Instituto de Reforma Agraria, Instituto Geográfico Agustín Codazzi, entre otros actores de importancia.
RESULTADOS Proceso histórico de poblamiento y producción La zona se puede caracterizar socioproductivamente en tres áreas: el norte, que comprende población campesina de origen cundiboyacense asentados especialmente en Buga, Tuluá y Sevilla, los cuales a su arribo establecieron cultivos de cebada y trigo; la zona centro con población de origen antioqueño llegados por la parte alta de la cordillera, dedicados desde un comienzo al cultivo de la papa y quienes se ubicaron en Tenerife y el Cañón del Chinche; y el sur, integrado por pobladores de origen tolimense los cuales llegaron de su departamento atravesando la cordillera por el municipio de Herrera hasta Bolo Blanco y Bolo Azul en Pradera y la Diana en Florida. Estos procesos de poblamiento se dieron a comienzos de siglo. Posteriormente se da una corriente de migración nariñense, una vez establecidos los cultivos de papa y cebolla por parte del grupo antioqueño en la zona de Tenerife. Se reconocen los tres primeros grupos como colonizadores pues de las poblaciones indígenas solo se tiene información etnohistórica y arqueológica que no muestra una población reciente en la zona. Diversos hechos han tenido que ver con el poblamiento de la región y con las actividades productivas que allí se desarrollan. El caso más relevante es el de la zona norte cuyo proceso de poblamiento inicial se dio mediante la apertura de los bosques altoandinos ricos en maderas finas con el fin de iniciar agricultura y ganadería. Fue realizado sobre todo por
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pobladores de origen antioqueño, pero que no tuvieron larga permanencia en la zona. Este proceso se dio a comienzos de siglo y duró poco tiempo pues luego se inició la llegada de campesinos cundiboyacenses quienes encontraron tierras aptas para desarrollar los cultivos tradicionales de la sabana con la ventaja de conseguir tierras a muy bajo precio e incluso grandes baldíos. La población en la zona triplicada a mediados de siglo de 1999. Por entonces la época de la llamada Violencia, particularmente fuerte en esa zona, determinó desplazamientos que ocasionaron el abandono de las tierras, en muchos casos definitivo. Algo similar en ese sentido se vivió en la zona de Tenerife en el Cañón del Chinche por la influencia de la Violencia del sur del Tolima que provocó el abandono de muchas de estas tierras. De las tres, estas dos zonas han sido las más relevantes económicamente por su aporte significativo a la seguridad alimentaria del Valle. La etapa que sigio a la Violencia, aunque ya se estaba notando tuvo que ver con el auge de la cañicultura en la zona plana del departamento. Esta situación produjo el desplazamiento de la ganadería hacia la ladera (M. T. Finji, com. pers.). Pese a ello, la agricultura logró mantener el auge hasta la década del noventa cuando decayó debido a que la apertura económica propició la importación de productos como la cebada, el trigo y posteriormente la papa, dejando por fuera del mercado la producción local. Estas situaciones son claramente reconocidas a través del discurso de la historia oral de las comunidades locales, que han visto disminuir su población como efecto del incremento de la ganadería, actividad que generó mayor garantía a la comercialización desde su auge inicial, básicamente en la zona norte y centro ya que en el sur se continuó considerando la falta de canales de comercialización como la principal amenaza a la producción lechera estancándose en la elaboración artesanal de quesos. En la zona norte y centro, aparece desde los años cincuenta la multinacional nestlé que proyecta la importancia de la zona con el apoyo a la construcción de la carretera a Barragán y la generación canales de comercialización. A partir de allí se empiezan a gestar cooperativas de productores, cuyos participantes beneficiarios son los grandes propietarios. Este auge en la producción, sin embargo, ha sido considerado por los pobladores locales como de efecto negativo para los habitantes del sector porque condujo al descenso brusco de la población hacia los últimos diez años. La actividad ganadera se considera causante de gran parte del desempleo rural en la zona porque requiere de poca mano de obra, a diferencia de la agricultura por ello condujo a que un amplio sector de la población se desplazara a otras zonas en busca de opciones de empleo. En el centro se mantiene la tradición agrícola, en el area de influencia del páramo por debajo de los 2.600 m y está representada en la cebolla, Es la principal zona cebollera del Departamento.
Diagnóstico actual Es importante resaltar que la mayoría de la población que tiene relación con el páramo se ubica sobre los 2.700 m. La población que habita esta zona es casi toda de administradores y jornaleros, porque la característica general es la del ausentismo, que se representa en un 73% de los propietarios. Sin embargo, muchas de las fincas poseen gran tamaño y se extienden hasta partes más bajas y menos frías por lo cual en ellas se desarrolla también la agricultura. hay
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gran presencia de aparceros, que corresponden al 52%, mientras que los administradores y arrendatarios son un 20%. En el municipio de Florida, aunque la población indígena de la etnia Nasa está asentada por debajo de los 2.600 m, estas comunidades consideran el páramo como su territorio cultural, pues se constituye en un espacio simbólico en el cual recrean gran parte de su vida mítica y social. Hacia 1999 la población aproximada del área de páramo propiamente dicha, era de 1500 personas si se considera el área del PNN Las Hermosas, Hoy, sin embargo, no se podría precisar el número total del habitantes debido al desplazamiento forzado ya que sectores como Barragán, Santa Lucía y Buga, han sido escenario de los conflictos armados más agudos presentados en el Valle del Cauca recientemente. Aunque en la actualidad no existen estudios que permitan determinar una valoración de los bienes y servicios que representan estos ecosistemas para el desarrollo local y regional, no es difícil reconocer su importancia desde el punto de vista de la biodiversidad que albergan, pese a su grado de deterioro, a su belleza paisajística exaltada por algunas de las comunidades habitantes, al valor simbólico otorgado por las comunidades indígenas y al valor económico que ofrece su oferta hídrica pues dan origen a las siete cuencas hidrográficas más importantes de vertiente occidental en el departamento del Valle que surten de agua a once poblaciones con aproximadamente 900.000 habitantes y a la agroindustria de la caña de azúcar ubicada en la margen derecha del río Cauca, que hacia 1999 representaba unas 134.000 has correspondiente al 80% del área total sembrada. Paradójicamente, lo que podría considerarse un factor importante de desarrollo para la zona, constituye uno de los factores más agudos de conflicto social porque los propietarios y habitantes locales consideran que pagan los costos de la conservación, pero no perciben la mayoría de sus beneficios, los cuales se quedan en la zona plana. Como respuesta a la necesidad de conservar las cuencas hidrográficas, una de las estrategias más empleadas ha sido la compra de predios para crear reservas naturales. Esto ha sido percibido por los habitantes locales como una visión limitada de la conservación que solamente incrementa los problemas sociales porque genera desplazamientos de campesinos con un consecuente desmejoramiento de su calidad de vida. Una mirada general de la situación social y ambiental de la zona (ver tabla 2), nos permite preciar claramente la complejidad e integralidad de la problemática; es necesario planear bajo los criterios establecidos anteriormente a fin de identificar las situaciones y las soluciones reales. No se puede desconocer en un proceso como este, que es casi imposible plantear soluciones ambientales cuando la mayor parte del área se encuentra en manos de propietarios ausentistas y que solo un 37% de los habitantes tienen tierra, en tanto que la mayoría de población se compone de aparceros, jornaleros o administradores. Igualmente es claro que no se puede pretender determinar áreas protegidas con carácter estricto que no presenten incentivos reales a la conservación desde los diferentes sectores beneficiarios de los servicios ambientales de la zona. Tampoco se pueden generar estrategias que desconozcan la ausencia de propuestas educativas adaptadas a los contextos locales donde lo ambiental, más que de un proceso de sensibilización requiere de una puesta en marcha de alternativas educativas de
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Tabla 2. Problemática identificada. Fuente: Diagnóstico socioeconómico CVC - Fundación Trópico.
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producción donde la ecología sea parte del quehacer cotidiano y haga posible mejorar las condiciones de vida en armonía con el entorno. En este proceso los diferentes actores fueron vinculando a otros en la medida en que el diagnóstico se hacía evidente, porque se pudo ver cómo muchos de los problemas y soluciones nacen de instancias de poder político y económico, que determinan políticas y acciones y que muchas veces se encuentran en las capitales o en zonas aparentemente ajenas, como por ejemplo la zona plana del departamento, que caracteriza centros de poder económico que son beneficiarios de los servicios ambientales. Un hecho que sin embargo resultó del proceso y que muestra los escasos niveles de compromiso político en torno a lo ambiental, lo constituyó la escasa participación de los habitantes locales y los actores por beneficio y competencias en la etapa final de planeación estratégica y resolución de conflictos. Pese a que la estrategia consideró desde un principio la cualificación de los participantes para buscar un espacio horizontal de negociación, en el momento de establecer compromisos estos brillaron por su ausencia. En cuanto a los habitantes locales salió a relucir la realidad: no era posible opinar en un espacio de negociación porque no tienen capacidad de compromiso no son dueños de la tierra. Por otro lado, se evidenció la escasa credibilidad de interlocutores como los ausentistas y el poco interés hacia las instituciones, lo que se explica en la amplia participación inicial en el diagnóstico y la poca participación en la etapa final.
Las áreas protegidas como propuesta de ordenamiento Para el proceso de selección de las categorías de Áreas Protegidas se dieron a conocer las diferentes áreas existentes y otras propuestas por la Fundación biocolombia.en la discusión surgieron las siguientes categorías para 17 áreas, las cuales fueron delimitadas así: Distrito de Manejo Integrado, Parque Regional Natural, Distrito de Conservación de Suelos, Parque Ecológico Recreativo, Bosque Municipal, Reserva Natural, Reserva Natural Indígena. Esta selección se realizo a partir de las necesidades de conservación locales y fue redefinida en algunos de los Planes, Esquemas y Planes Básicos de Ordenamiento Territorial ampliando las áreas a proteger. Una debilidad del proceso en el momento de la planificación fue la inexistencia de categorías que respondieran de manera más efectiva a necesidades como la de tenencia de tierra por parte de los campesinos del lugar. Otro aspecto que no logran subsanar del todo las categorías propuestas son los ordenamientos surgidos a partir de la identificación de los espacios de uso a nivel de fincas y microcuencas por citar ejemplos. Estos ordenamientos del territorio articulados a zonas más amplias pueden permitir la implementación de corredores biológicos. Actualmente se busca subsanar esta necesidad a partir de la construcción del Sistema Departamental de Áreas Protegidas, SIDAP, el cual se viene concertando con los diferentes actores de la sociedad civil e instituciones y entes del Estado en el Departamento. Con el Sistema se espera no solo la creación de categorías que respondan a las necesidades regionales, nacionales y locales de conservación, sino que también se espera que más allá de la creación de Áreas Protegidas se construya un Sistema; es decir, que hacia la conservación se busque el establecimiento de corredores de interconectividad, que se tengan
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en cuenta criterios de representatividad y que a nivel social se construya sobre la visión de la integralidad. De esta manera se espera que diferentes actores con distintas competencias en torno a una misma estrategia puedan ofrecer soluciones.
Estrategias para la conservación Con base en el diagnóstico y la caracterización de los actores locales (uso y/o manejo), se definieron las estrategias a seguir que se expresaron en la formulación de de un Proyecto de Conservación de los Ecosistemas Altoandinos de la Cordillera Central del Valle: 1. La estrategia de intervención. Definida con relación a la problemática identificada y a los objetivos de conservación. Sus ejes temáticos se inscriben en el marco de estrategias de conservación que articulan el estudio y protección de la diversidad biológica de los ecosistemas naturales; la investigación básica y aplicada en sistemas alternativos de producción agroecológica que busca la optimización de agroecosistemas desde lo ambiental, social, económico y cultural, y la búsqueda del mejoramiento de la calidad de vida de las poblaciones. Se propone a partir de tres dimensiones: a. Dimensión ecológica o de conservación. Se refiere a todo lo concerniente al manejo del páramo como Área Protegida, como estrategia de conservación in situ, exaltando sus funciones ecológicas y como estrategia de ordenamiento del territorio. b. Dimensión socioeconómica. Juega un papel importante en la seguridad alimentaria y reconversión de sistemas sostenibles. Enfocada a definir las acciones de desarrollo sostenible sobre la base de generar 1) condiciones socioproductivas favorables desde la perspectiva ambiental y, 2) resaltar el valor del área de influencia del páramo a partir de la reconversión de los sistemas productivos actuales. c. Dimensión normativa. La aplicación de las normas legales relativas al área, el cumplimiento de las mismas por parte de todos los actores, los derechos de los pobladores, la utilización de las normas para la búsqueda de incentivos a la conservación. 2. La estrategia operativa. Se constituye en la base del Plan Operativo y define los objetivos según el árbol de problemas. Se proponen cinco líneas de acción: a. De manejo y conservación. Orientada al establecimiento de áreas protegidas, que define límites y propuestas de conservación hacia todos los actores. b. De investigación. Se dirige a la búsqueda de conocimiento sobre los ecosistemas altoandinos en lo biológico, productivo y sociocultural. c. De educación, formación y gestión comunitaria e institucional. Se pretende generar procesos de aprendizaje conjuntos desde los contextos locales en torno a la conservación y manejo sostenible, el fortalecimiento de la capacidad de gestión a través de la organización comunitaria, así como generar espacios de coordinación interinstitucional, creando fortalezas y posibles alianzas y resolución de conflictos ambientales. d. De producción sostenible. Orientada al campesinado como actor cuya problemática se refiere a la ausencia de estas acciones y quien juega un papel importante frente a la seguridad
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alimentaria. Igualmente dirigida a los propietarios ausentistas como estrategia preponderante en la identificación de alternativas tendientes a la reconversión de la ganadería hacia sistemas más sostenibles en los casos en los cuales esta práctica sea viable. e. De comunicación. Se pretende generar acciones de comunicación participativa y popular para incentivar y fortalecer los procesos de participación de los diferentes actores y también generar y socializar la información sobre la zona.
DISCUSIÓN Las estrategias que se han propuesto deben ser tan dinámicas como la situación de la zona en términos de los sucesos que cambian la historia diariamente. Deben ser el derrotero a seguir buscando el cuando y el cómo actuar. El proceso generó cambios desde un comienzo que permitieron una adaptación al contexto, enmarcado entre otros hechos relevantes por la presencia de los actores armados, los cuales aunque no aparecen descritos en ninguna de las variables planteadas, sí marcan directrices hacia lo que se puede y no se puede hacer. Por ejemplo, el diagnóstico solo se hizo obviando algún tipo de información que pudiera comprometer personas, por lo que fue necesario buscar otras opciones como la encuesta veredal. Uno de los aspectos más relevantes para el cambio del esquema de análisis de la problemática del páramo fue la visión de integralidad que manejan los habitantes de la zona. El páramo nunca fue visto como un ecosistema separado del bosque circundante; por ello fue necesario ampliar el área de trabajo para incluir parte del bosque altoandino. La dinámica social tampoco lo permitiría. Quedó claro que no existe en la zona solamente una lógica de planificación vertical en el sentido de las cuencas o los municipios, ni horizontal que solo permita relaciones entre los ecosistemas altoandinos. Los habitantes locales tienen una visión de territorio que permite identificar espacios de conservación que trascienden lógicas estrictas. Esa visión fue la que remitió a la identificación de actores del orden regional que tomaron forma en la medida que se identificó la problemática. Durante el proceso de selección de las Áreas Protegidas se debió reforzar más la discusión hacia la identificación de Áreas Protegidas que respondieran a las necesidades sociales como la tenencia de la tierra. Se planteó como una posibilidad la creación de reservas campesinas o aún parcelaciones del INCORA como Áreas Protegidas, pero no quedó expresada como propuesta concreta por la inexistencia de la categoría como tal y por la ausencia del sector campesino en la fase final de planificación, sector que no participa en espacios en los que considera que no puede decidir. Es claro que difícilmente se puede lograr un compromiso de actores como los campesinos cuando no tienen el acceso a la tierra. Las Áreas Protegidas bien pueden ser dinamizadores de conflicto social como ocurre con los Parques Nacionales o las Reservas Forestales de la Ley 2 debido al procedimiento de su declaratoria y su visión conservacionista estricta; pero también pueden convertirse con base en un desarrollo sostenible local y regional que apunte hacia una reforma agraria en tanto permite, a través del desarrollo de alianzas, canalizar recursos no solo en pos de la dotación de tierra sino de la generación de incentivos que lleven a solucionar de manera integral los
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problemas de orden ambiental, social, económico, productivo y político, y a la vez debe ser un proceso que permita y facilite la transformación del patrón de uso y/o asentamiento de las poblaciones del área determinada. Esta visión, sin embargo, parece un tanto contradictoria si se tiene en cuenta que parte del origen del problema se plantea en la actual estructura agraria que desfavorece al pequeño campesino y tiende a limitar su posibilidad de acceso a la tierra, a través de la implantación de mecanismos duros de créditos y la adopción de una agricultura basada en la producción de agroquímicos que eleva los costos de producción y deteriora la tierra, haciendo cada día más costosa la producción. Es necesario que se estudien opciones de Áreas Protegidas que fortalezcan procesos de producción agroecológica que conduzca, por un lado, a garantizar la autosuficiencia y la seguridad alimentaria de la población local y regional, que tienda a mejorar los ingresos económicos bajo estrategias de cadenas productivas, y que a la vez se convierta en un espacio de conservación de biodiversidad in situ. Esta opción es similar a la creación de reservas privadas cuya base debe estar en la planificación predial en tanto permite planificar el territorio, la producción y la participación desde la finca articulándose a lo local y a lo regional. Este espacio ofrece al propietario la posibilidad de decidir y como herramienta de planificación no solo se desarrolla a través de lo físico sino de lo social, involucrando a la familia y en especial a la mujer bajo una perspectiva de género que permita la construcción de valores de equidad y solidaridad social, así como de pertenencia al entorno. De acuerdo con Castillo (1998), cerca del 60% de los indigentes del país se encuentran ubicados en las zonas rurales, lo cual se halla asociado a la concentración en la tenencia de la tierra, fenómeno que se ha incrementado en la última década. Según las cifras analizadas por el autor, de cada doce pobladores rurales, diez se encuentran en condiciones de pobreza. Unido a lo anterior está la pérdida de las áreas agrícolas, con relación al incremento de las áreas de potreros que ha llevado al país a una notable pérdida de la seguridad alimentaria, pues, se pasó a importar de setecientas toneladas de alimentos en la década del setenta a cerca de cinco millones de toneladas en 1997. El autor concluye que estos factores han generado la destrucción del empleo rural, el uso improductivo de la tierra y una mayor desigualdad en la sociedad rural y urbana. Por otro lado, según informes de la CEPAL, hasta la década anterior, más del 50% de la población de América Latina aún se abastecía de los alimentos producidos en los sectores campesinos tradicionales, mostrando la importancia de este sector campesino en la autosuficiencia alimentaria de las poblaciones urbanas y rurales. Este proceso de diagnóstico y concertación ha permitido a la CVC construir la idea de lo que quiere con el Sistema Departamental de Áreas Protegidas del Valle del Cauca, SIDAP, encaminándolo a hacia generar un proceso de definición y apropiación social que conduzca a la determinación de Áreas Protegidas desde las necesidades locales y regionales, y por ello con compromisos reales de conservación. El SIDAP, como se ha propuesto desde este proyecto, debe ser el espacio de negociación que permita el diálogo del habitante rural, el urbano, el gremio, la institución, etcetera. Debe ser el espacio donde se encuentren los intereses.
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Estado actual del proceso En la actualidad se continúan gestionando recursos para la implementación del proyecto de desarrollo sostenible. Se está formando parte del proyecto del corredor biológico Nevados, Hermosas dentro de la Eco región Eje Cafetero, con apoyo especialmente de un proyecto de educación no formal en egroecología y un proyecto de identificación de los bienes y servicios ambientales de estos ecosistemas y de valoración económica del recurso hídrico en una cuenca los dos proyectos como propuestas surgidas del proceso. se consideran herramientas indispensables para una negociación de incentivos a la conservación. Igualmente, dentro de la Ecorregión Macizo Colombiano, se ha logrado apoyo al proyecto de planificación predial y dentro del Convenio Intercorporativo Macizo Colombiano se está iniciando la implementación de proyectos productivos sostenibles y fortalecimiento organizativo.
LITERATURA CITADA Castillo, L. C. 1998. Apertura económica, agricultura y pequeños productores. En: Memorias I Seminario Taller Región y Estructura de la Agricultura. Tomo I. Colectivo de agroecología en la regional Valle y Norte del Cauca Cali. UAESPNN-MMA. 1997. ¿Por qué se requiere un Sistema Regional de Áreas Protegidas? Documento inédito. Bogotá. MMA. 1998. Política Nacional para el Establecimiento de un Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP). Bogotá.
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EL GRUPO PÁRAMOS/ JALCAS Y PUNAS DEL PERÚ: INSTITUCIONES Y ACCIONES EN BENEFICIO DE COMUNIDADES Y ECOSISTEMAS ALTO ANDINOS Por Jorge Recharte (IM); Luis Albán (GPP); Roberto Arévalo (IM); Enrique Flores (GIP); Luis Huerta (CIDIAG); Miguel Orellana (CIDIAG); Luis Oscanoa (IM); Pablo Sánchez (ASPADERUC) Palabras clave: Alta montaña, ecosistemas, jalcas, punas, páramos, impactos, comunidades.
INTRODUCCION El Grupo Páramos, Jalcas y Punas del Perú (GPJP) es una red de personas interesadas en estos ecosistemas que se empezó a reunir a partir de un encuentro inicial que se realizó en Lima el 17 de enero del 2002 en el Centro Internacional de la Papa (CIP). Los primeros contactos ocurren durante el Año Internacional de Montañas, un momento muy significativo con relación a la importancia estratégica de estos ecosistemas. El grupo nació como una red de comunicación inspirada en los avances hechos por entes similares en Ecuador (grupo de trabajo Páramo Ecuador) así como en el Grupo Páramo Internacional que se organizó durante el IV Simposio Internacional de Desarrollo Sustentable en Los Andes (AMA-Mérida 2001.) Actualmente hay 12 instituciones que participan activamente en la red y aproximadamente 18 personas registradas en la lista de comunicación electrónica establecida por InfoAndina. El conjunto de interesados representa a miembros de organizaciones gubernamentales, no gubernamentales y de investigación, todos con responsabilidades sobre ecosistemas de montaña. Los recursos que los miembros del grupo pueden potencialmente compartir entre sí incluyen no sólo el intercambio de la experiencia individual, sino también las bases de operación en el campo, incluyendo estaciones experimentales, así como relaciones con comunidades y municipios de páramo jalca y puna. La coordinación del Grupo Páramo Piura (GPP), activa en esta red, reúne a su vez a un conjunto de organizaciones de ese departamento que cooperan con organizaciones en Loja (Ecuador), también establecidas como una red regional. Las organizaciones del GPJP representan diversas instituciones, desde el gobierno local, hasta ONGs de producción y de conservación, además de centros de formación académica. Los miembros del Grupo Páramos, Jalcas y Punas (GPJP) establecieron su espacio de interés en torno a la ecorregión de praderas alto andinas, que incluyen las áreas de páramo o jalca en el norte del país, y la puna húmeda y seca más extensa del centro y sur peruanos. Si bien es cierto que por razones de ubicación en Lima y contacto con el GPP hay una mayor presencia de grupos interesados en la zona centro y norte del país, el grupo aspira a interesar e incorporar organizaciones del sur peruano donde hay una larga tradición de investigación y acción en estos ecosistemas. La creación del Grupo Internacional de Páramos y la realización del I Congreso Mundial de Páramos en Paipa, Colombia, se convirtió en un primer aliciente para dinamizar la definición de intereses de cooperación de este grupo. Esta red en proceso de formación ha optado por enfocarse, en una primera fase, en el trabajo interno de conocer mejor los
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recursos institucionales y humanos con que cuenta, y esbozar de manera general sus líneas de acción. Aunque el grupo reconoce que un diagnóstico apropiado del estado de conservación y desarrollo de estos ecosistemas requerirá tiempo y recursos especiales, en esta etapa desea realizar un análisis preliminar que le ayude a orientar su rumbo. El propósito de este documento es presentar y analizar los recursos institucionales y la experiencia del grupo, así como describir el entorno ecológico, social y económico de páramos y punas en el cual se deberá operar.
PERÚ: LOS ECOSISTEMAS DE ALTURA EN UN PAÍS DE MONTAÑAS Las ecorregiones de páramo y puna se extienden en franjas sobre las zonas más altas del sistema montañoso andino, de modo que su ubicación es crítica en función de su impacto en zonas más bajas. Debido a su altura, a la juventud de sus suelos y a la complejidad topográfica caracterizada por fuertes pendientes propensas a la erosión, se trata de regiones extremadamente frágiles tanto biofísica como socialmente. Estos frágiles ecosistemas de montaña fueron utilizados ancestralmente por las poblaciones locales, de modo que son espacios arraigados en sistemas culturales autóctonos, que en el caso peruano, incluyen la única región en las Américas con culturas especializadas en el pastoreo. Este capital de conocimiento ancestral local, así como la diversidad genética que lo acompaña, es una fuente de aportes de este grupo peruano a los otros grupos de trabajo en páramo de países norteños, sin población de especies nativas domesticadas adaptadas al uso de estas praderas. La región de “sierra” en el Perú, es un espacio de 39’200.000 hectáreas (30% del territorio nacional), constituido por cadenas montañosas que se extienden a lo largo de 1.800 km. Definidas, para efectos de la recopilación de información estadísticas por el INEI, como tierras por encima de los 2.000 msnm, la sierra reúne cientos de cumbres glaciares por encima de los 5.000 msnm. En esta franja entre los 2.000 msnm y los nevados, vive el 30% de la población del país. Exceptuando un pequeño porcentaje que habita en la región oriental, la inmensa mayoría de la población peruana se encuentra al pie de la serranía en el desierto costero (más de 13’000.000 de habitantes), totalmente dependiente del agua que desciende de la sierra (tablas 1 y 2). Los Andes peruanos, debido a su enormidad, orientación, altura y topografía, son el principal sistema físico que estructura la distribución de las precipitaciones. Debido a la posición de páramos y punas como cabeceras de cuenca húmeda, su función en el sistema de regulación hídrica es fundamental. La temperatura en los Andes tiene como principal característica su ritmo diario de variación entre extremos máximos y mínimos y la presencia de estaciones secas marcadas (cada vez más acentuadas hacia el sur del país). En los ciclos diarios y dentro de las estaciones, las temperaturas tienen caídas abruptas por debajo de cero que presentan condiciones de heladas y granizadas que convierten a la agricultura e incluso la ganadería en empresa de alto riesgo. En general las precipitaciones fluctúan entre 200 y > 1000 mm,
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Tabla 1. Capacidad de uso mayor de las tierras del Perú. Fuente: IGN, 1989. Atlas del Perú. 142 p.
afectándose la disponibilidad del agua tanto por la micro topografía como por los procesos climáticos de naturaleza global (como el ENSO) que generan sequías e inundaciones de manera imprevista.
Páramos, jalcas, punas: cabeceras de cuenca y corredores La importancia estratégica de esta ecorregión reside en su posición a lo largo de la cordillera andina como cabecera de las innumerables cuencas de las vertientes pacífica y amazónica, como consecuencia, su manejo es estratégico y su conservación afecta a todas las zonas ubicadas más abajo. Además, estas ecoregiones de pastizales de altura pueden verse como un corredor que conecta valles que de otro modo serían segmentados. En el Perú, los ecosistemas de páramo y punas albergan la mayor parte de las aproximadamente doce mil lagunas que constituyen reservorios de agua dulce para el país. Las poblaciones de pastores tradicionales tienen un amplio conocimiento del manejo de humedales al punto que han desarrollado numerosos bofedales o humedales para ganado (se han documentado aproximadamente tres mil zonas con humedales manejados). Estos páramos, punas y lagunas son la fuente de agua potable para trece millones de peruanos que habitan en la costa. y están asociados con la generación de 82% de la electricidad que se produce en el país. Con relación a la función hídrica de las cabeceras de cuenca que constituyen páramos y punas, se anticipan problemas de cantidad y regulación como consecuencia del proceso de cambio climático (en las veinte cordilleras nevadas del Perú los glaciares han retrocedido un promedio de aproximadamente 15% en los últimos 25 años, y la tasa de retroceso se ha acelerado de manera dramática) (tabla 2). El desarrollo de la minería en el Perú está relacionado con el agua de las cabeceras húmedas ubicadas principalmente en las cumbres más altas. El sector minero representa aproximadamente 5% del PBI (base 1994) y es la fuente de cerca de 50% de las divisas que entran al país. La erosión de suelos alto andinos es un problema que no sólo afecta la productividad de los usuarios de estos recursos, sino que agrava la disponibilidad de agua normalmente generada por estos ecosistemas. La situación de uso de los pastizales naturales en Perú se caracteriza por la importancia que tienen para las poblaciones de camélidos sudamericanos, tanto en números absolutos como
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Tabla 2. Retroceso de glaciares en la Cordillera Blanca (1970 -1995). Fuente: Morales Arnao C. 2001.
relativos, ya que aproximadamente el 60% de la población mundial de estos animales habita en el Perú.
Definición de páramo, jalca y puna El territorio de pastizal natural alto andino, ubicado por encima de los 3.300 msnm, corre a lo largo de toda la cordillera andina conectando valles transversales desde la frontera con Ecuador hasta Bolivia. Desarrollada a menos altura en el norte de Piura (3.100 msnm) y Cajamarca (3.200 msnm), esta zona allí recibe el nombre de jalca o páramo y es una formación que se estima se extiende hasta los 9 grados de latitud Sur. La diferenciación que existe entre puna, páramo y jalca aún se encuentra en discusión. Una de las características generales que distinguen a las jalcas o páramos tipo jalca por un lado, y las punas por el otro, es la de que estas últimas son más estacionales, más secas, porque en su forma natural no reciben la suficiente precipitación como para mantener una cobertura total de vegetación (Hofstede R., 2000). El GPJP es una red institucional interesada en los diversos recursos que caracterizan los paisajes de estas ecorregiones, es decir no sólo los pastizales que constituyen la característica dominante, sino también los recursos asociados con este paisaje: bosques nublados, lagos y lagunas, humedales, glaciares y formaciones arbustivas. Igualmente, considera que la contribución a la conservación y el uso sostenible de estos ecosistemas pasa por comprender, no sólo la dinámica de las poblaciones vegetales, sino también de los sistemas de producción. Por ejemplo, desde una perspectiva de los intereses de los usuarios, hay zonas (como la Cordillera de Guguaruncho en los Andes Centrales) donde las amenazas se refieren principalmente a la utilización de lagunas para generar electricidad sin una previa consulta con las comunidades. Reconociendo la carencia de un adecuado sistema de zonificación ecológica, el GPJP propone consolidar las diversas zonificaciones existentes unificando criterios de las diferentes escuelas botánicas y ecológicas. Además, en consideración a que el uso de estos ecosistemas por el hombre ha llevado a una transformación de éstos, es necesario incluir los factores antropogénicos en la zonificación.
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Jalcas o páramos Las jalcas o páramos (L. Albán, com. pers.; P. Sánchez, com. pers ) del norte peruano son ecosistemas que se presentan en los Andes tropicales del norte a ambos lados de la Depresión de Purcuya en Huancabamba, accidente geográfico de la Cordillera Occidental donde el macizo cordillerano desciende hasta 1.114 msnm . El paisaje es bastante accidentado en las partes altas con presencia de bosques de galería de quenuales, quishuares y alisos, formando parte de las cabeceras de cuenca. El clima es frío y se caracteriza por la alta humedad edáfica y atmosférica. Se encuentra permanentemente nublado y con frecuentes precipitaciones que muchas veces superan los 1.500 mm por año. Así como en la Cordillera Occidental, en la Cordillera Central (entre el cañón del Marañón y el Huallaga) se encuentran extensiones importantes de la jalca o páramo formando una zona de transición hacia los bosques nublados de la Amazonia. El páramo del departamento de Piura se encuentra en las provincias andinas de Ayabaca y Huancabamba, donde los Andes no alcanzan los 4.000 msnm. Ocupa una superficie estimada en 400.000 ha incluyendo un sistema de lagunas altoandinas, siendo las más famosas la Laguna Shimbe, en la Provincia de Huancabamba y la Laguna Arrebiatada en Ayabaca. Ambas son utilizadas por los brujos o chamanes para realizar sus rituales. (En torno a la distribución de la ecorregión de páramos hay una investigación conjunta entre el Field Museum de Chicago, el Herbario de la Universidad Nacional de Cajamarca y el Herbario Antenor Orrego de Trujillo que concluye el año 2003). La fauna del páramo es de origen amazónico y entre las especies representativas de este ecosistema están tres especies en peligro de extinción: Tremarctos ornatus, Tapirus pinchaque y Felis concolor. Los datos de colecta en esta zona indican la presencia de especies de los géneros Cryptotis, Didelphis, Caenolestes, Sylvilagus, Odocoileus, Mazama, Pudu, Patagona gigas y Metallura odomae, Telmatobius, Gastrotheca y Atelopus. Recientemente se han realizado inventarios rápidos de biodiversidad en los bosques de neblina de la vertiente occidental de la provincia de Ayabaca, por debajo de los Páramos, identificándose a la fecha tres relictos de bosques con prioridad de conservación: Cuyas (Cerro Chacas), Aypate y El Toldo. Más de cien aves han sido registradas en estos bosques, entre las de mayor importancia están: Penelope barbata, Asio stygius, Leptotila ochraceiventris, Syndactyla ruficollis, Mirmecyza griseiceps, Nyctidromus albicollis, Ensifera ensifera, Hemispingus piurae, Andigena hypoglauca, Saltator cinctus y Pipreola arcuata. La flora del páramo incluye especies de las familias Ericaceae (Befaria sp.), Melastomataceae, Myrsinaceae, Rubiaceae, Fabaceae, Amaryllidaceae (Bomarea sp.), Asteraceae (Baccharis sp.), Clusiaceae, Piperaceae. La flora endémica de los bosques de neblina incluye entre otros a Senecio piurensis y Verbesina ayabacensis. En los bosques de neblina y los páramos, se han reportado más de cien especies de orquídeas, y quedan por identificar muchas epífitas. Muchas especies son utilizadas como plantas medicinales por los curanderos locales.
Punas Las punas se ubican en las tierras altas de los Andes, desde la Cordillera Blanca donde se inicia la puna húmeda, zona de transición entre la jalca o páramo, y la puna seca del Centro
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y del Sur. Es difícil establecer una altitud definida en la que se pueda decir donde comienza la puna, pero en general se considera que se inicia alrededor de los 3.800 msnm y puede llegar hasta los 4.800 msnm. El paisaje es característicamente montañoso, con cumbres nevadas, valles glaciares en forma de “U” o valles de altura cabecera de cuenca, mesetas y lagunas. Las punas están dominadas por un paisaje típico que combina la pradera de pastizales, dominante en el paisaje, con parches de bosque, matorrales y bofedales, limitando con la línea permanente de nieves o región jalca. En el Perú se diferencian, con sus regímenes de clima, dos tipos de puna: la húmeda (al centro) y la seca (al suroeste). La precipitación anual varía ampliamente y oscila entre los 150 y los 800 mm declinando de norte a sur (Arévalo R. et al. 2002). Estos paisajes de paramo, jalca y puna están constituidos por una diversidad de comunidades vegetales. Por ejemplo en la zona de las punas húmedas de la Cordillera Blanca se observan comunidades de: · Césped de puna, · Pajonal de puna, · Turbera de distichia (occonal, bofedal o humedal), · Vegetación de rocas y pedregales y · Bosques de polylepis. De hecho, los territorios de los Andes más altos podrían también definirse, no como grandes ecoregiones, sino más bien como conjuntos de diversos tipos de vegetación como pajonales, bofedales, arbustales, canllares, tolares, juncales, totorales y césped de puna, entre otros. Un mapeo de este tipo sería posiblemente muy relevante desde el punto de vista de los usos e intereses de la población local.
Bosques de altura y bosques nublados Los bosques nublados asociados con precipitaciones iguales o mayores a 800 mm se ubican incluso en zonas de gran altura cercanas al límite de la línea de nieves perpetuas como en el caso de los bosques de polylepis spp. En la vertiente oriental los pastizales naturales bordean los bosques nublados, que son áreas de máxima biodiversidad continental históricamente utilizados por poblaciones aborígenes de la Amazonía que transitaban por estas zonas altas. La asociación de los pastizales naturales con estos bosques podría tener importancia estratégica para atraer la atención sobre la importancia de su conservación (tabla 3). Bosques altoandinos Grandes áreas de las ecorregiones de punas y páramos pudieron haber estado cubiertas de bosques, especialmente de Polylepis spp (3.500 – 4.500 msnm), pero el impacto humano ocasionado por el uso descontrolado del fuego y el sobrepastoreo han generado la fragmentación del bosque y una distribución de tipo relicto estimada en 937 km2 o sea menos del 2% potencial a lo largo de los Andes peruanos. Además del papel que juegan estos bosques en la conservación del agua y del suelo, poseen una importante diversidad de aves,
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Tabla 3. Estadísticas sobre los bosques de Polylepis. Fuente: R. Arévalo com. pers. 2002.
algunas endémicas, representando incluso el 57% de las aves endémicas de los Andes. Del mismo modo, la diversa vegetación que crece dentro de estos bosques de altura conserva incluso especies silvestres de los cultivos andinos domesticados como la papa, la oca y el olluco. La mayoría de estos bosques se encuentran sobre tierras comunales sujetas a fuerte presión de uso por una población con grandes necesidades, de modo que la búsqueda de un valor económico - social, mayor al que ahora tiene para los pobladores altoandinos, es indispensable para su conservación (Arévalo R. et al. 2002). Los bosques de polylepis spp son considerados como bosques nublados en sitios donde la precipitación es al menos 800 mm, como en la Cordillera Blanca (Young y León 2001). Bosques nublados La referencia en el contexto de esta discusión a los bosques nublados es importante porque, al ser zonas de gran diversidad y endemismo, las estrategias de conservación y uso sostenible de los páramos y punas debe vincularse al futuro de estos bosques tan importantes. Las áreas donde se da la transición desde el páramo/jalca hacia los bosques nublados de la selva alta, están ubicadas en el nort, en la Cordillera Central y en las punas húmedas del sur en la Cordillera Oriental. El bosque nublado se caracteriza por ser una delgada franja estimada en 150.500 km2 que alberga entre 1.000 y 1.200 especies de plantas vasculares, una fauna muy variada con presencia de especies endémicas y al oso de andino (Tremarctos ornatus) como la especie más representativa y símbolo de la amenaza a estos ecosistemas. El oso andino se encuentra en vías de extinción, pues sus poblaciones van retrocediendo junto con el bosque que utiliza como corredor (Arévalo R. 2002 et al). La referencia a estos bosques en el contexto del manejo del páramo/jalca y las punas húmedas es relevante en la medida que
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hay diversas especies de mamíferos y aves que se mueven entre ambos ecosistemas. Del mismo modo, desde el punto de vista histórico del uso de estos ecosistemas, existieron relaciones entre poblaciones aborígenes asentadas en estas jalcas y punas, y grupos aborígenes en el uso de los recursos de la selva alta y del bosque nublado. En el Perú se están iniciando programas de manejo de cuencas en el oriente, como la cuenca del río Pachitea, que vinculan zonas bajas de bosque con las zonas de pastizal altoandino (ver Instituto del Bien Común (IBC), sección 4).
Historia de la distribución de los pastizales Se estima que en el pasado la zona alto andina estaba extensamente cubierta por bosque y que a la llegada del hombre a América el paisaje empezó a cambiar aceleradamente principalmente debido al fuego que encendían con fines de cacería. Luego con la domesticación de los camélidos se inicia la demanda por mayores extensiones de pastizales y paralelamente empiezan los procesos de erosión, es decir la degradación del ecosistema andino. La mayoría de restos de asentamientos humanos prehispánicos que datan desde principios del siglo XI se han encontrado en la zona central del Perú, y hacia el sur a una altitud de 3.900 a 4.700 msnm. Se puede deducir entonces que las sociedades que habitaban esta red de centros poblados organizaban la producción a partir del manejo de la puna. Estos indicios nos llevan a pensar que la economía de la antigua sociedad andina estaba centrada en la ganadería y en el uso de los pastizales. A la llegada de los españoles al Perú, les sorprende sobremanera la extensión de los rebaños de llamas y alpacas en las punas del sur, tal como se observa en el testimonio del corregidor de Chucuito, Ruiz Estrada en 1567: “he oido decir de indios que no es cacique sino principal que es don Juan Alanoca de Chucuito que tiene más de cincuentamil cabezas de ganado” (citado en Murra 1975: 202) Los españoles introducen por primera vez ganado exótico al mismo tiempo cuando ocurre la gran crisis demográfica del territorio andino. El ingreso de nuevas formas de organización social y espacial que modificó la gestión de las tierras (reducciones de Toledo), ocasionó un paulatino desplazamiento desde los remotos pastizales hacia zonas más accesibles de los valles, rompiendo el sistema tradicional andino. Entonces suceden grandes cambios en la agricultura y la reducción de la ganadería; se concentra la población dispersa de los ayllus en poblados de tipo español en zonas bajas; se abandona la puna y aumenta la explotación de los bosques andinos para servir necesidades de la economía colonial en ciudades, minas y en obrajes. Cifras de carga animal históricas coloniales muestran también que los pastizales en algunos lugares soportaron más animales que en la actualidad ( Escobari de Querejazu 1995). La introducción del ganado exótico incrementa la competencia por el pastizal frente a los camélidos e introducen nuevas enfermedades. Eventualmente, en zonas de potencial ganadero se expande la producción de borregos para producir lana para los obrajes y se inicia un lento proceso de desarrollo de haciendas especializadas en lana, al mismo tiempo que se deteriora el ecosistema. Aunque existen comunidades especializadas en el pastoreo, sobre todo en la puna del sur peruano, en la mayoría de casos los sistemas de uso de los pajonales
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están integrados al uso agrícola de los valles quechuas ya que la provisión de abono orgánico es una de las principales funciones del ganado que las comunidades mantienen en la altura. Se piensa que el mayor proceso de deterioro sucedió durante la república, cuando las poblaciones de montaña quedaron marginadas de las mejores tierras al consolidarse los grandes latifundios y los sistemas de explotación minera. Esta situación generó conflictos por la tenencia de la tierra como fuente de poder y el desplazamiento de las comunidades hacia zonas frágiles, como son las cabeceras de las cuencas; la homogenización de los valles productivos interandinos reduciendo los espacios para la diversificación de la zona quechua; la homogenización de las crianzas introducidas en la región de la puna sin considerar la nueva oferta de los pastizales altoandinos; y la cada vez mayor demanda de leña y de carbón de los asentamientos urbanos de valles y de los centros mineros y de producción textil. Finalmente, en la década de 1970 la reforma agraria vuelve a cambiar la estructura de acceso a la propiedad sin alternativas de organización adecuada que ayuden a superar los problemas de deterioro del recurso pastizal. Incluso en las unidades de producción empresarial que organiza la reforma agraria, constituidas por unidades de producción de decenas de miles de hectáreas en varios casos, no se logra mejorar el manejo de pastos en las comunidades vecinas o socias. En resumen, los cambios en la distribución de las praderas altoandinas (páramo/jalcas y punas) tienen un origen humano que se inició con la fragmentación de los bosques y la expansión de los pajonales. Estos ecosistemas de praderas altoandinas son por lo tanto paisajes culturales vinculados al uso integrado de la tierra que en la actualidad se encuentran severamente deteriorados en la mayoría de regiones del país. Aunque los efectos del cambio climático deben haber influido algo en los avances y retrocesos de la frontera de los pastizales naturales, el deterioro de este recurso se considera fundamentalmente un problema de manejo inadecuado (Aliaga L. 1995.)
SITUACION DE LOS PÁRAMOS, JALCAS Y PUNAS En el marco de la evolución histórica de estos ecosistemas de altura, esbozada de manera general en la sección anterior, precisemos más cuál es su situación.
Visión general de las condiciones socio-ecológicas de los ecosistemas alto andinos Diferentes tipos de vegetación denominados pajonales, césped de puna, bofedales, arbustales y canllares, juncales y totorales, en este orden de importancia, dominan el ecosistema de alta montaña de los Andes desde Piura en el norte hasta Puno en el sur. El sobrepastoreo es un fenómeno común y significativo en los Andes, determinando que la carga actual duplique en muchos casos la capacidad de carga potencial. La degradación del ecosistema andino representa un problema complejo que está relacionado, de alguna manera, con el modelo de organización al interior de las comunidades, a la política de tenencia de la tierra y al gobierno. Las peores condiciones ecológicas corresponden a los niveles más elementales de organización y a economías de subsistencia.
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El sobrepastoreo, las prácticas de manejo inadecuadas, la sobreexplotación de los recursos y la falta de prácticas de conservación se encuentran entre las causas principales de la degradación del suelo en los pastizales andinos. El Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA) reporta que 3’724.711 hectáreas de áreas protegidas que deberían ser entregadas para la protección de cuencas hidrológicas y refugios para animales silvestres, están siendo utilizadas como tierras de pastoreo (Florez A. y E. Malpartida 1988). A fines de la década de 1960, luego de la reforma agraria, el 40% de las tierras de pastoreo que eran propiedad privada fueron expropiadas por el gobierno para beneficio de las comunidades. El gobierno les entregó las tierras para su uso, asumiendo que serían manejadas bajo un sistema empresarial y que ellos pagarían el costo de la tierra. A fines de 1970 el gobierno condonó la deuda agraria y disolvió las grandes asociaciones cooperativas consolidándose el control de la tierra por las comunidades (Alvarado 1995; Bonilla 1988; De Romaña 1993), de modo que el Estado no tiene mecanismos de control sobre el número de animales y gerencia de los pastizales. Las únicas áreas que están en teoría bajo el control del Estado son denominadas Unidades de Conservación y adoptan modelos diferentes (siete Parques Nacionales, ocho Reservas Nacionales, siete Santuarios Nacionales, tres Santuarios Históricos, seis Bosques Protegidos, una Reserva Comunal, dos Cotos de Caza, ocho Zonas de Reserva, cuatro Bosques Nacionales y otras en proceso de formación). Las unidades de conservación en los Andes son reducidas en extensión en comparación con las de la región amazónica. En el Perú no existe una legislación para regular la utilización y conservación de los pastizales. La mayor parte de la tierra de pastizales está bajo el control de la comunidad. La Ley N° 24656, denominada “Ley General de Comunidades”, aprobada por el Congreso en abril de 1987, le dio a las comunidades autonomía en cuanto a la decisión sobre el número de animales y las prácticas de utilización de los pastizales en forma de empresa comunal, familiar o individual. Las parcelas de tierra familiares deben ser trabajadas directamente por miembros de la comunidad, en extensiones que no sean mayores que las fijadas por la Asamblea General Comunal. La ley también le permite a las comunidades crear comités especializados, como organizaciones de consultoría, o decidir en asamblea sobre la ejecución y control de actividades relacionadas con el manejo y mejora de los pastizales. Esto significa que las agencias de gobierno, las universidades y las organizaciones no gubernamentales deben trabajar estrechamente con las comunidades y entender profundamente las instituciones de manejo de estos recursos y sus transformaciones históricas para identificar mecanismos de organización y asistencia que permitan desarrollar e implementar programas de conservación de los pastizales basados en los intereses e instituciones locales (Florez & Malpartida 1988; Flores 1996.)
Oportunidades de desarrollo en páramos jalcas y punas: los bienes y servicios ambientales que brindan las praderas altoandinas Las praderas altoandinas son ecosistemas que se encuentran por encima de los 3.300 msnm y se ubican en las cabeceras de las cuencas hidrográficas del Perú, a lo largo de 1.800 km de cadenas montañosas. Estos ecosistemas tienen una gran importancia ecológica, económica,
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social, cultural y política para el país, pero al mismo tiempo enfrentan una serie de complicaciones que amenazan su salud integral y su capacidad de brindar beneficios, un problema que también se ha observado en el Ecuador (Mena P. et al. 2001). Hasta hace muy poco sólo se valoraban los ecosistemas altoandinos por su capacidad para producir forrajes para la ganadería. Afortunadamente esta visión está cambiando porque su aporte real es mucho mayor por los servicios y bienes ambientales que brindan a la sociedad (tablas 4 y 5).
Tabla 4. Interrelación entre componentes/bienes funciones/servicios y propiedades de las praderas altoandinas. Fuente: Formulación de herramientas de gestión integral para las praderas altoandinas, Estudio de caso en la Cabecera de Microcuenca Quitaracza - Cuenca Santa, Sihuas - Ancash. CIDIAG. Ingeniero Luis Huerta Chombo 2002.
Los ecosistemas altoandinos ofrecen servicios ambientales fundamentales para la sociedad, como son (Huerta Ch. L. 2002): · Continua provisión de agua en cantidad y calidad · Prevención de erosión del suelo (regula el ciclo de nutrientes y energía) · Almacenamiento de carbono atmosférico (controla el calentamiento global) · Proporciona el hábitat para la flora y fauna silvestre y doméstica · Es medio de acopio de plantas medicinales y ornamentales · Es un ecosistema que mantiene la biodiversidad · Tiene potencial de desarrollo turístico por sus paisajes asociados a glaciares
Flujo hídrico En el caso de estudios ejecutados en el Ecuador, donde los suelos tienen peculiaridades que impiden realizar una simple extrapolación, los suelos de las praderas altoandinas son
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Tabla 5. Bienes y servicios que prestan los ecosistemas altoandinos. Fuente: Recursos Naturales Mundiales 2000-2001.
reguladores del flujo hídrico por su alto contenido de materia orgánica debida al efecto de las bajas temperaturas que impiden la rápida descomposición. Además, el aluminio de la ceniza volcánica y la materia orgánica se combinan para formar vesículas muy resistentes a la descomposición por la edafofauna. Estos complejos se llenan de agua que es retenida por un período relativamente largo y que va soltando lentamente y constantemente (Hofstede y Mena 2000.) Los suelos altoandinos del Ecuador tienen la capacidad de almacenar agua, en el primer metro del suelo se puede llegar a obtener hasta 500 lt/m2, el equivalente a 500 mm o la mitad de la precipitación anual (Hofstede 1997.) Estudios hídricos de este tipo, aplicados al caso de los ecosistemas de pastizales altoandinos del Perú, son urgentes para entender las posibilidades que realmente existen de aprovechar estos servicios ambientales (Huerta Ch. L. 2002). Lo que sí es un hecho es que en el Perú casi todos los sistemas fluviales nacen de los ecosistemas altoandinos, de modo que los sistemas de riego, agua potable e hidroeléctrica dependen, en gran medida, de esta capacidad del ecosistema de regulación hídrica. El potencial hidroenergético del país reside en las cuencas de las vertientes occidentales y orientales andinas, especialmente en las orientales, donde se encuentra más del 60% de nuestro potencial, del
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que apenas aprovechamos el 4%, lo que permite disponer de grandes recursos para energía limpia. Por ejemplo, la cuenca del río Santa en la vertiente occidental (Departamento de Ancash), abarca 12.200 km2, con siete afluentes de la Cordillera Negra y once de la Cordillera Blanca, el volumen promedio de sesenta años es de 4.504.22 millones de metros cúbicos por año. En el trayecto se encuentran instaladas quince centrales hidroeléctricas con una producción anual de 473.1 millones de kWh (INRENA 1997), lo que equivale aproximadamente a 55´650.000 dólares de ingreso para las empresas. Se desconoce cuánto se revierte para la conservación y manejo de la cabecera de la cuenca (Huerta Ch. L. 2002).
Carbono En Ecuador se han hecho mediciones del servicio potencial de los ecosistemas altoandinos para almacenar y fijar carbono. Hofstede y Mena (2000) hicieron mediciones en el pajonal del páramo, obteniendo un máximo de cuarenta toneladas de materia seca por hectárea en su vegetación, y el 50% era carbono elemental; esto significa que la vegetación tiene un máximo de veinte toneladas de carbono elemental, equivalente a 72 toneladas de CO2 (una unidad de carbono elemental, C, equivale a 3,6 unidades de CO2.) En este cálculo no se incluyó el suelo. En estos ecosistemas del Ecuador, los suelos altoandinos son muy negros y húmedos, por efecto del clima frío, la alta humedad y por las cenizas volcánicas, condicionando la descomposición de materia orgánica para que sea muy lenta. Si se consideran dos metros de profundidad del suelo, con una concentración de 17% de carbono, y una densidad aparente de 0,5 kg/litro, podemos calcular que en estos suelos se almacenan 1.700 toneladas de carbono por hectárea. Como resultado del proceso de retención de materia orgánica (la mitad de la cual es carbono), los suelos altoandinos son grandes almacenes de carbono en los que se conserva y se evita la emisión de este elemento a la atmósfera. Las pequeñas áreas de bosques naturales de queñuales (Polylepis) también juegan un papel importante en la captura de carbono, se estima que pueden capturar hasta dos toneladas de CO 2 / ha/año (Huerta Ch. L. 2002; Mena et al. 2001) En este caso las condiciones del suelo, del ambiente y de otros componentes que afectan el ciclo de carbono en el suelo son distintas en el Perú, pero es necesario realizar estudios comparativos.
Erosión La prevención de la erosión del suelo es otro de los servicios ambientales que permite regular el ciclo de nutrientes y energía. Se estima que en un pastizal con manejo sostenible la erosión puede llegar hasta un 5%, mientras que en lugares muy deteriorados por sobré pastoreo puede llegar a 35% (Verweij 1995 citado por Hofstede 1997), existiendo evidentemente una relación importante entre efectos del pastoreo en la vegetación y la pérdida de suelo (tabla 6). El transporte y deposición de sedimentos es un proceso natural que puede ser modificado (acelerado o desacelerado) por la intervención humana. Los impactos son variados, entre ellos destacan la destrucción de obras de infraestructura de riego, la elevación de los gastos de tratamiento del agua para consumo humano y la industria, los daños a la producción agrícola y las inundaciones.
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Tabla 6. Grado de pastoreo y su influencia en el volumen de escurrimiento y pérdida del suelo. Fuente: Dunford, 1954; Curier, 1975 citado por Huss, 1996.
Un caso de estudio importante es el de los aportes de sedimentos del Río Jequetepeque a la represa Gallito Ciego, cuya obra estuvo diseñada para una vida útil de cincuenta años, con un volumen útil de 400.4 millones de metros cúbicos y un volumen para sedimentos de 86 millones de metros cúbicos, pero al cabo de once años, la colmatación de sedimentos alcanzó cerca de 61 millones de metros cúbicos (70%), reduciendo su vida útil a sólo 16 años, lo que significa una erosión del suelo de 6 Tn/ha/año en años normales hasta 20.77 Tn/ha/año con presencia del Fenómeno del Niño, considerados del total promedio del ámbito de la cuenca (3.600 km2) (Huerta Ch. L. 2002).
Lagos y lagunas Cerca de 12,000 lagos y lagunas altoandinos albergan una gran diversidad de especies y numerosos endemismos de aves, anfibios, peces y otros grupos. Varios de estos lagos, por sus condiciones especiales, ofrecen un excelente potencial para el desarrollo de la acuicultura de peces y anfibios, como las ranas de Junín (Batrachophrynus spp.).
Arqueología y turismo Numerosas iniciativas de ecoturismo se están desarrollando teniendo a los páramos, jalcas y punas como destino principal de cabalgatas y experiencias culturales. De igual manera, el llamado Qhapac Ñan o Gran Ruta Inca descrito en su arqueología y etnohistoria (Hyslop J. 1984) y más recientemente recorrido y documentado en toda su extensión por Ricardo Espinosa, tiene un trazo que transcurre con frecuencia por los pastizales de altura interconectándolos, de tal modo que la puesta en valor de este inmenso camino andino prehispánico podría ayudar a hacer más visible este ecosistema.
Ganadería A diferencia de los servicios ambientales listados anteriormente, la ganadería constituye el principal uso directo de este ecosistema en el Perú. No hay duda entonces que el uso sostenible y la valorización de los servicios adicionales requiere ante todo un desarrollo de estrategias ganaderas para los pastizales naturales. La perspectiva del grupo es que el enfoque exclusivamente productivo debe dar paso a un enfoque más integral del ecosistema pastizal que valore todos los servicios que puede ofrecer. En el proceso de restaurar estos ecosistemas se deberá partir de la visión que tengan las propias familias ganaderas. Tradicionalmente los programas del Estado se han enfocado en la promoción de hatos comunales. Sin embargo, se sugiere la importancia de entender adecuadamente la relación entre uso familiar e instituciones
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colectivas de manejo del pastizal para orientar adecuadamente las metodologías sociales de fomento ganadero. El potencial para ganadería de camélidos está en la puna, que constituye casi el 50% de la superficie de la región sierra. En este ecosistema se ha desarrollado la ganadería prehispánica de camélidos mediante la crianza de alpacas y llamas, y se han manejado las poblaciones silvestres de vicuña, formas y especies adaptadas a las condiciones ambientales de estas grandes alturas. La gran superficie de pastos naturales altoandinos y la elevada población de camélidos sudamericanos, de los que el país posee cerca del 60% de la población mundial, ofrecen claras ventajas comparativas desde el punto de vista ecológico (adaptación, forma de pastoreo, etc.) y económico, por el alto valor de su fibra. Estas ventajas deben ser seriamente analizadas desde una visión de desarrollo sostenible y la consideración de las ventajas económicas respecto a especies introducidas como los ovinos, de los que apenas se posee el 0,5% de la población mundial. Los miembros del grupo han observado que en los proyectos de fomento ganadero las tasas de capitalización más altas se dan en camélidos, más que en otras especies, posiblemente debido a que este animal se adapta mejor al sistema productivo campesino que tiene un uso mínimo de insumos externos (Brack 2000; Brack A. y C. Mendiola 2000).
Principales amenazas a la conservación y desarrollo sostenible de páramos y punas En los páramos/jalca de Piura los problemas identificados por los pobladores incluyen: la quema de los bosques y del pajonal (zona del páramo); la disminución del volumen de agua de quebradas aledañas a las zonas del páramo; la pérdida de calidad de los suelos; la disminución y pérdida de especies animales y vegetales silvestres y/o nativas; y el escaso conocimiento de la importancia de la conservación de las zonas del páramo (Luis Albán com. pers. mayo 10, 2002). La principal tensión sobre el ecosistema pastizal es el sobrepastoreo del recurso según se vio anteriormente. Algunas de las causas de la tensión sobre estos ecosistemas se vieron anteriormente y son fundamentalmente de orden social y económico, vinculadas con procesos estructurales del sector agrario del Perú. Las informaciones estadísticas señalan que de las 14’102.000 ha aptas para el pastoreo solamente el 1% es de condición muy buena; 11% de condición buena; 24% de condición regular; 50% de condición pobre y 14% de condición muy pobre. Esto implica que solamente el 12% de la superficie es apropiada para el pastoreo durante todo el año, y 88% de la pradera debe necesariamente ser utilizada por sistemas de pastoreo estacional si se quiere revertir la tendencia negativa del pastizal (tabla 7). El incremento de la población animal sin que se haya efectuado el ajuste de manejo de los pastizales naturales es uno de los factores más importantes para el deterioro de estos ecosistemas. Si a esto se suma que los diseños de programas de pastoreo no contemplan la bondad del pastizal ni la carga animal óptima para una adecuada utilización, entonces el deterioro del pastizal es un resultado esperado. Entre 1996 y el 2000 los camélidos sudamericanos tuvieron un incremento del 13.5%, los ovinos del 13.3%, los vacunos del 5.5% y los
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Tabla 7. Estimación preliminar de la distribución de los pastizales naturales alto andinos por departamento y por condición del pastizal. Florez y Malpartida (1988).
caprinos 2.2% (tabla 2). Si consideramos que espacialmente los camélidos y las ovejas se sitúan, en la mayoría de los casos, en áreas de praderas naturales de condición regular a muy pobre, entonces el efecto es un acelerado proceso de desertificación de estos importantes pastizales (tablas 7 y 8). En opinión del GPJP se está viviendo actualmente un proceso de cambio en los pastizales altoandinos como consecuencia de varios factores que incluyen, entre otros, un proceso de expansión no sostenible hacia estas zonas, especialmente en la región norte del país (por ejemplo en Cajamarca). Estos procesos de cambio están relacionados, en la zona centro y sur del país, con la desintegración de las empresas asociativas establecidas durante la reforma agraria, expandiéndose el manejo parcelario de los pastizales; otras zonas que fueron despobladas por la violencia política (entre 1980 1995) están siendo nuevamente ocupadas luego de la pacificación. En general, la condición del usuario campesino de pastos es de pobreza y de total descapitalización, de manera que los recursos disponibles para invertir en el mejoramiento de los pastos es muy limitado. En opinión del GPJP, si bien las cifras macro indican una condición de creciente deterioro, existe sin duda una gran variabilidad en el estado de los pastizales. En general se conoce poco de la verdadera capacidad de carga de los pastizales naturales y las dinámicas de la vegetación. Una acción urgente que se requiere promover es la realización de un mapeo de
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Tabla 8. Camélidos sudamericanos en el Perú. Fuente: CONACS, 2000.
la condición en que se encuentran los pastizales naturales y los recursos naturales que componen este paisaje a nivel nacional. En el marco de este mapeo de la condición de los pastizales se podría fomentar una red de sitios para evaluar la capacidad de carga en las diferentes praderas del país por medio de parcelas de exclusión. Para ello será muy útil contar con las metodologías participativas validadas, por ejemplo, por el Instituto de Montaña (IM) o el CIDIAG que involucran a la población local como parte del sistema de monitoreo. El GPJP considera que para entender la dinámica del ecosistema pastizal es igualmente importante desarrollar estudios socio-económicos e institucionales del uso del pastizal en el marco de las funciones que cumplen los animales pastoreados en los sistemas agrícolas, especialmente sus funciones como fuente de abono orgánico para la agricultura en las zonas más bajas que la puna. El estudio y comprensión de las instituciones de manejo colectivo, sus potenciales y estado de funcionamiento actual, son posiblemente el factor más importante para lograr que las respuestas tecnológicas ya existentes logren ser incorporadas por los usuarios (Pinedo 1999; Jamtgaard 1997; Winterhalder, Larsen et al. 1974; West 1981)
Amenazas al agua Los glaciares y praderas altas de las 17 cordilleras de los Andes son puntos de inicio de muchas fuentes de agua como lagunas, quebradas, ríos y puquiales. No se dispone de la información necesaria para medir la situación en todas las cordilleras que tienen glaciares, excepto en el caso de algunos estudios específicos; solo ahora, cuando se constata sin lugar a dudas el retroceso de los glaciares y el impacto del cambio climático en el abastecimiento de agua, nace el interés por estudiar estas cuencas altas. Las conclusiones del monitoreo de glaciares entre 1970 y 1995 en la Cordillera Blanca muestran un retroceso pronunciado. La reducción total de la Cordillera Blanca entre 1970 -1997 ha sido de -15,46% (Morales 2001: 165). En las restantes 17 cordilleras peruanas, con glaciares menos extensos, la reducción ha sido aún mayor, estimándose en –33% (tabla 9). La razón principal se debe a que estamos entrando en un período progresivo de desglaciación que se inició posiblemente hace 150 años; hoy casi estamos llegado al máximo periodo cálido post glaciar de los últimos 10,000 años. Todas las lenguas glaciares estudiadas se
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Tabla 9. Perú. Estadísticas para número de rumiantes y producción de carne y leche (periodo 1996 - 2000). Vera (2001).
encuentran en un balance negativo importante que paulatinamente irá afectando la disponibilidad de agua, para consumo humano, agricultura, generación de electricidad y el mantenimiento de los ecosistemas que se encuentran aguas abajo. Aproximadamente 98% del agua de que dispone el Perú discurre sobre las vertientes orientales. El restante 2% discurre por la vertiente occidental, que es la zona donde habita el 67% de la población del país y representa el 80% del consumo nacional. Sólo 68,9% de la población de la costa dispone de agua potable. La conservación de los pastizales en las cuencas altas es por tanto un asunto vital para las principales ciudades del país. Las cuencas que tributan sus aguas a la vertiente del Pacífico desde las cumbres de las Cordilleras Central y Occidental son 53 y conservan sus aguas en 3.836 lagunas. Hacia la vertiente atlántica existe un total de 27 cuencas que forman los ríos Ucayali y Marañón, los que confluyen para formar el Amazonas. Esta vertiente conserva sus aguas en 7.441 lagunas. La cuenca del Lago Titicaca posee un total de 841 lagunas y representa el 2% del consumo nacional. En vista de la dificultad de controlar el retroceso de las masas glaciares, para mantener cierta disponibilidad de agua durante los próximos años es definitivamente importante trabajar en la conservación de los pastizales y bosques de altura en las cuencas altas de los Andes, y en particular en las vertientes occidentales debido a su importancia para el ciclo del agua.
PRINCIPALES LINEAS DE ACCIÓN DEL GRUPO PERUANO DE PÁRAMOS, JALCAS Y PUNAS Habiéndose constituido solo muy recientemente como grupo de cooperación, la red optó, en esta etapa de cinco meses, por avanzar hasta una propuesta preliminar de rumbo futuro que sondeara una visión general sobre el estado de estos ecosistemas, las prioridades de acción y un esbozo de los recursos institucionales reunidos en la red, de las oportunidades de cooperación y los principales vacíos.
Instituciones del Grupo Páramos, Jalcas y Punas El grupo se estableció a inicios del año 2002 como red orientada al intercambio de información y experiencias específicas de estos ecosistemas, constituido por algunas de las principales instituciones estatales que tienen asignadas funciones administrativas o de regulación sobre estos ecosistemas y sus recursos; centros de investigación y enseñanza, incluyendo el único centro de formación en manejo de pradera existente en el país, y organizaciones
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privadas no gubernamentales especializadas en temas de manejo colectivo de recursos y ecosistemas de montaña. Aunque está basado en Lima, el GPJP está en contacto con el Grupo Páramo Piura que agrupa organizaciones de la región norte del país activas e interesadas en este ecosistema. Resumiendo la información detallada que presenta la tabla 10, la red tiene el potencial de cubrir: · La formulación de políticas nacionales · La exploración de vínculos regionales andinos · El estudio e investigación aplicada de capacidades comunales y locales de manejo del ecosistema · La acción y las intervenciones regionales (ej. grupo en el norte del Perú) · Las funciones productivas ganaderas · Las funciones de conservación y servicios ambientales · La formación de profesionales especialistas en la gerencia de estos ecosistemas
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Tabla 10. Miembros del grupo páramos y punas.
Marco institucional estatal en el sector ganadero El marco institucional del sector ganadero está compuesto por un grupo de instituciones descentralizadas del Ministerio de Agricultura, universidades y organizaciones no gubernamentales con un grado muy limitado de coordinación interinstitucional. Las principales entidades del sector que será importante involucrar en propuestas de manejo y conservación de la ecorregión de pastizales incluyen al Ministerio de Agricultura (MINAGRI), el Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA), el Instituto Nacional de Recursos
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Naturales (INRENA), el Consejo Nacional de Camélidos Sudamericanos (CONACS), el Fondo Nacional de Fomento Ganadero (FONAFOG), el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA). Muchos de los recursos para la acción de estas entidades provienen del Ministerio de la Presidencia, orientado al alivio de pobreza en el “Trapecio Andino” (Apurímac, Ayacucho, Huancavelica, Cusco y Puno), de modo que también será importante involucrar en las discusiones sobre el futuro de esta importante ecorregión a las entidades de financiamiento. Los programas de extensión más importantes del INIA se enfocan en alpacas, ovinos, producción de forrajes y cultivos asociados de rye grass y trébol. La estrategia consiste en desarrollar proyectos con la cooperación de las comunidades a las que ayudan otorgándoles créditos en materiales y bienes de capital llamados “Fondos Rotatorios” que consiste en pagar con animales o semillas los préstamos que reciben como bienes de capital. INIA coordina y monitorea estos proyectos que son ejecutados por personal especializado que trabaja bajo contrato por el tiempo que dure el proyecto. Las comunidades contribuyen con terreno y mano de obra a los programas. La promoción de mecanismos de comunicación, como la iniciativa del grupo páramos, jalcas y punas en la cual participan varios de estos actores claves es una contribución significativa en este contexto y podría ser su función central.
Principales áreas de acción del grupo peruano de páramos, jalcas y punas Los temas y campos de acción considerados prioritarios por el grupo son: · Tener una mejor comprensión de las instituciones locales de manejo. Estudiar y analizar participativamente las normas y organizaciones, tanto comunales como familiares, para encontrar alternativas de cambio en el manejo técnico de los recursos. Las instituciones y tecnologías tradicionales contemporáneas han sido estudiadas sólo ocasionalmente a pesar de su importancia en la gestión de los pastizales naturales (Jamtgaard 1997; Flores Ochoa 1977; West 1981), Pinedo 1999). Sería muy interesante conocer la historia de estas instituciones y el rol del estado prehispánico y colonial en el manejo de los pastizales nativos, ya que es conocida en la época de los Incas la existencia de grandes rebaños estatales de llamas y alpacas (Murra 1978) y la extensión de derechos de uso común o ejido otorgados por la Corona a los grupos étnicos en la colonia (Escobari de Querejazu 1995, Thurner 1997), pero sin conocerse en mayor detalle las normas de acceso, uso o los pormenores de la tecnología de estos “bienes comunes”. · Conocer los sistemas tradicionales de “plan de manejo” locales. Los organismos del Estado, como en el caso de las áreas protegidas, se interesan por la regulación de los usuarios de recursos mediante el uso de planes locales de manejo. Es importante conocer bien las instituciones, capacidades y normas de manejo local así como de parte del Estado y organizaciones de desarrollo establecer pautas homogéneas, claras y adecuadamente concertadas sobre la definición de estos planes de manejo tratando de hacerlos compatibles con las normas y organizaciones locales. Es indispensable rescatar la perspectiva local mediante la investigación participativa de los “planes de manejo” locales, ya que en muchos casos las familias campesinas los tienen de manera implícita y dan prioridad a objetivos de subsistencia que escapan a la planificación exclusivamente basada en la rentabilidad económica.
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· Profundizar en el análisis de las amenazas a la integridad, salud y productividad de estos ecosistemas, incluyendo la perspectiva de los intereses locales. Desde esta perspectiva local, el rango de preocupaciones no se limita al deterioro de los pastizales a consecuencia del sobrepastoreo, sino que incluye además temas de minería como en la zona de Piura, o el desvío del agua de lagunas como en la Cordillera Guaguarunchu en los Andes Centrales. · Promover acuerdos y estudios de zonificación de estos ecosistemas, que permitan contar con información comparativa, propuestas de intervención ecorregional para el uso sostenido o la conservación, la unificación de sistemas de mapeo e información geográfica compartida. · Trabajar en conjunto por hacer que estos ecosistemas sean tomados en cuenta tanto por el público en general como por la gente que toma las decisiones en puestos claves del sector público y privado. · Buscar los vínculos entre estos ecosistemas y los procesos globales de cambio climático, así como las oportunidades de acción regional. El grupo buscará vincular las actividades que se hagan a beneficio de los usuarios de los ecosistemas de pradera altoandina, a los convenios internacionales firmados por el Perú, particularmente el de desertificación, cambio climático y biodiversidad. Considera de valor estratégico vincularse a iniciativas internacionales como la del Grupo Páramo Internacional o plataformas que llamen la atención sobre la responsabilidad global en los impactos de estos ecosistemas frágiles de altura, como el propio Congreso Mundial de Páramos en Colombia. · Rescatar la importancia de los nuevos servicios ambientales que pueden brindar estos ecosistemas, particularmente con relación a la regulación del ciclo hídrico y el abastecimiento de agua para las ciudades del desierto costero. · Integrar los temas de manejo del ecosistema de jalcas o páramos y punas a la gestión de cuencas en esquemas de planificación estratégica de largo plazo (la cuenca como unidad de planificación geográfica y el caserío y finca como unidad de acción campesina). · Subrayar la importancia de los páramos y punas ubicados hacia el oriente andino, que conforman una zona de transición con los bosques nublados caracterizados por su altísima biodiversidad, y sus roles en la regulación de la calidad y cantidad de agua de la cuenca amazónica. · Fomentar la formación de manejadores de pradera. En la escena contemporánea el papel de las organizaciones del Estado en el manejo de estos ecosistemas es tangencial, salvo en el caso de la explotación de la vicuña. Es interesante contrastar el rol del estado peruano con relación a sus áreas de pastizales con el de los Estados Unidos de América y el Canadá donde las tecnologías de manejo de las grandes praderas de pastos naturales, así como la perspectiva de su manejo, se integran tanto en la formación de objetivos ganaderos como en la provisión de servicios ambientales y de conservación de la biodiversidad.
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ALTERACIÓN DEL PÁRAMO DE CHONTALES EN BOYACÁ POR GANADERÍA Y APLICACIÓN DE PLAGUICIDAS EN PAPA Por Alfonso Avellaneda-Cusaría
RESUMEN Se presentan los resultados de dos investigaciones realizadas entre 1997-1999 en el Páramo de Chontales que hace parte del corredor de páramos ubicado al occidente de la Cordillera Oriental en el departamento de Boyacá. Las investigaciones están relacionadas con la presencia de plaguicidas organofosforados y carbamatos utilizados en los cultivos de papa, en cuerpos de agua lénticos, sobre la zona de nacimiento de la quebrada Desaguadero, afluente del río Sotaquirá, el que a su vez vierte sus aguas al río Chicamocha. Se determinó la presencia de siete compuestos, por encima de los límites permisibles por la legislación nacional y las normas internacionales en agua de consumo humano. En la segunda investigación se encontraron altos niveles de compactación de los suelos paramunos, por efecto del pastoreo de ganado vacuno, estableciendo comparación con suelos de bosque alto andino no intervenido, presente en la misma zona. Palabras clave: ambiente, compactación, concentraciones, páramos, plaguicidas.
ABSTRACT This work speak about of researches over plaguicides in water, produced by application in potatoes crops and soil compactation produced by cattle breed in moors along of West of East mountain chain in Boyacá State of Colombia. The result of first research are worry because, there are seven carbofurans and organophosphorades compounds in water, over permissive limits to health of people and environment considered by national and international laws as FAO Codes and WORLD HEALTH ORGANIZATION Norms. These places, the moors, are considered by environmental laws as protected areas to produce water to people of Chicamocha Valley. In the second research, the levels of hardening of soil presents in several depths, are very different of naturals soil under Andean High Forest. Key words: compact, concentration, environment, moors, plaguicides.
INTRODUCCIÓN Los cultivos limpios, como la cebada, y la innovación tecnológica de la Revolución Verde, con el uso intensivo e indiscriminado de los plaguicidas (ecocidio), favorecieron la pérdida de suelo y la destrucción de la biodiversidad, así como de innumerables costumbres campesinas en el manejo de la tierra, los cultivos y el beneficio de los productos del campo, que provenían de la herencia indígena en el altiplano cundiboyacense. La extensión del cultivo de la papa, sobre los páramos de Boyacá, se ha venido convirtiendo en el principal problema
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ambiental que afecta el recurso hídrico, debido al uso intensivo de agroquímicos y tóxicos residuales o biocidas, en zonas de nacimiento de agua, sobre los cuales se han detectado niveles altamente peligrosos (Avellaneda-Cusaría, 1998). Durante las últimas décadas los páramos en los municipios de Paipa y Sotaquirá, en la zona central del departamento de Boyacá (Colombia), han sido intervenidos ampliamente para la siembra de papa y el establecimiento de ganadería. Para el cultivo de la papa ha sido necesario drenar algunas fuentes hídricas (pantanos), así como barbechar bosques y matorrales. Las quemas de frailejones y otras especies de plantas que caracterizan el páramo se han repetido año tras año, de la misma forma que los pobladores, en su mayoría campesinos de veredas como Ocusá en Sotaquirá y La Bolsa, Sativa, Marcura y Los Medios en Paipa, han advertido cómo las quebradas han disminuido sus caudales y en muchos casos han desaparecido o se han secado los nacimientos de éstas. Esta situación condujo a que durante los años 1997-2000, se adelantaran investigaciones sobre el impacto que estaban causando en los páramos, y particularmente en los suelos y las aguas, el establecimiento de los cultivos de papa y la ganadería.
MATERIALES Y MÉTODOS Determinación de plaguicidas Se analizó la presencia de plaguicidas en el punto correspondiente al Pozo, humedal que en años anteriores, antes del establecimiento del cultivo de la papa, correspondía a un gran número de pequeñas lagunas de páramo que aún se interconectan en época de invierno y mantienen los niveles freáticos de la planicie paramuna, donde nace la quebrada El Desaguadero, que drena a la microcuenca del río Sotaquirá, afluente del río Chicamocha. Este cuerpo de agua suple las necesidades agrícolas de la zona y está a unos 200 metros distante del último cultivo de papa, una gran área ligeramente ondulada, antiguo glaciar que hace parte del Páramo de Chontales. También se realiza pesca de trucha arco iris en él, por parte de los campesinos de la región. Debido a la investigación realizada en camp sobre los plaguicidas que más se utilizan en el cultivo de papa, se decidió analizar la presencia y concentraciones de organofosforados y carbamatos.Las muestras fueron tomadas en época de verano (diciembre de 1997) para los análisis de organofosforados y carbamatos (Velandia 1998). El análisis de las muestras de agua, tomadas en frasco de vidrio oscuro y mantenidas en refrigeración por menos de 24 horas, se realizó para los plaguicidas organofosforados y carbamatos en el Laboratorio Lagma, especializado en monitoreo ambiental, ubicado en Bogotá, D.C. por el procedimiento recomendado por la Environmental Proteccion Agency, EPA de Estados Unidos, que incluye: · Una extracción inicial · Una purificación sobre columna de florisil · Concentración de la muestra para su lectura, por cromatografía líquida de alta eficiencia (HPLC)
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Compactación de los suelos por actividades de ganadería Para medir la compactación de los suelos por efecto de las actividades ganaderas, las mediciones se realizaron con el penetrómeto de Sholefield y Hall 1986. Este instrumento se diseñó con el propósito de mostrar la combinación vertical y horizontal del estrés producido sobre la superficie, al ser pisoteado por una vaca (530 Kg) y medir la deformación que sufre el suelo de textura gruesa con cobertura de bosque natural y otros con cobertura de pasturas expresado en kg/cm2. Para efectos de apreciación se grafica en N/cm2 ( Turner & Gardner 1991). Se realizaron muestreos en varios sitios correspondientes a Bosque Alto Andino No Intervenido, Pasturas de 3-7 años y pasturas mayor de 7 años.
RESULTADOS Se detectó la presencia de siete plaguicidas en la zona de nacimiento de la quebrada El Desaguadero como lo presenta la tabla 1.
Tabla 1. Concentraciones de algunos plaguicidas en cuerpos de agua lénticos (nacimiento de la quebrada el Desaguadero) Cuchilla del Páramo, Páramo de Chontales. Municipio de Sotaquirá (Boyacá ) 1998. Fuente: Velandia, Claudia P. Evaluación ambiental del manejo de plaguicidas y sus residuos en una zona de cultivo de papa en los municipios de Paipa y Sotaquirá en el departamento de Boyacá. Tunja, 1997-98, como parte del proyecto de investigación Impacto ambiental por actividades antrópicas sobre el Páramo de Chontales en los municipios de Sotaquirá y Paipa, Boyacá, dirigido por Alfonso Avellaneda, UNIBOYACA, 1997- 1999. * Productos cuestionados por las listas de Naciones Unidas, Docena Sucia y FAO y restringidos en Estados Unidos y Europa.
Al establecimiento de los cultivos de papa en los páramos, ha seguido la ganadería, que ha contribuido de una manera importante a la destrucción de los ciclos hidrológicos, la oferta natural del agua y la disminución de los recursos de la biodiversidad que descansan sobre la existencia de los bosques altos andinos, los subpáramos, los páramos y los ecosistemas de agua dulce que caracterizan los ecosistemas de montaña del altiplano boyacense. En la tabla 2 y la figura 1 se presentan los resultados de recientes investigaciones realizadas en una zona de páramo de Boyacá intervenida por ganadería, para medir el resultado del impacto de esta actividad sobre la compactación de los suelos y otros efectos ambientales conexos.
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Tabla 2. Datos de efectos de edad de la pastura. Fuente: los autores.
Figura 1. Efecto de la edad de la pastura en la resistencia a la penetracion del suelo.
DISCUSIÓN Presencia de plaguicidas No obstante que el humedal; ubicado en la zona de El Pozo no es utilizado directamente para consumo humano, sus aguas son utilizadas por animales (ganado), para riego de cultivos y para pesca de truchas, lo que genera un alto riesgo para la salud humana y de medio ambiente, así como problemas de toxicidad ecosistémica e impacto ambiental grave. Las concentraciones encontradas superan los límites establecidos para este tipo de usos (Bramble 1995). Aguas abajo del sitio de muestreo se forma la quebrada El Desaguadero, agua que sí es utilizada para consumo humano, mediante acueductos rurales en veredas del municipio de Sotaquirá. En cuanto a la clasificación y riesgos toxicólogos de los plaguicidas detectados en El Pozo, se presenta la clasificación toxicólogica (tabla 3) de los plaguicidas detectados, así como sus
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Tabla 3. Clasificación toxicológica de plaguicidas detectados en el Páramo de Chontales. Fuente FAO y Naciones Unidas. SI: Sin información disponible.
Tabla 4. Riesgos toxicológicos de los plaguicidas detectados en el Páramo de Chontales. Fuente FAO y Naciones Unidas. SI: Sin información disponible.
riesgos toxicológicos (tabla 4). Los datos corresponden a la clasificación que ha dado la FAO, la Lista Consolidada de Naciones Unidas de productos prohibidos o severamente restringidos en varios países y en la clasificación que ha dado el Ministerio de Salud de Colombia (WHO 1988; Avellaneda-Cusaría 1988; FAO 1985). De los siete plaguicidas encontrados seis se encuentran en la lista de Naciones Unidas como productos muy tóxicos, por lo cual están prohibidos en Estados Unidos y Europa.
Compactación de suelos por ganadería Como se observa en la tabla 2 y figura 1, los valores de la resistencia a la penetración son significativamente mayores en el suelo bajo pasturas. Esta diferencia es más notoria en los primeros 5-20 cm del suelo, lo cual indica la compactación de esta capa superficial.
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En el suelo bajo bosque la mayor parte analizada presenta valores inferiores a 50 N/cm2 en los primeros 5 cm e inferiores a 150 N/cm2 en la profundidad de 5-10 cm. En la pastura, los valores dominantes son de 200 a 300 N/cm2 en los primeros 5-10 cm, y entre 250 y 200 N/cm2 en los siguientes 10 a 30 cm. El pastoreo del ganado en los páramos aumenta el endurecimiento de los suelos y la permeabilidad de los mismos, haciéndolos cada vez más impermeables, con lo cual se altera el ciclo normal de las aguas, que naturalmente fluyen a través de ellos hacia la zona de recarga hídrica, que más abajo va a alimentar los nacimientos de las quebradas. La figura 1 muestra la resistencia a la penetración de los suelos en parcelas de Bosque Alto Andino, potreros de 3-7 años y potreros mayores de 7 años. Al aumentar la impermeabilidad de los suelos, las aguas no fluyen y continúan hacia abajo como escorrentías o se evaporan disminuyendo la oferta de las mismas en las veredas que quedan hacia abajo del páramo en los municipios de Paipa y Sotaquirá (Guevara & Soto1999). La investigación concluyó respecto a la edad de las pasturas, en relación con la resistencia a la penetración que presentaron los suelos: - A medida que aumenta la edad de la pastura crece la intensidad de la compactación, lo cual implica que luego de un tiempo relativamente corto el suelo se degrada afectando negativamente el comportamiento de las pasturas. - La variación espacial de la compactación depende de las variaciones locales en el manejo de la pastura, en la frecuencia y en la intensidad del pisoteo y por cambios en algunas características del suelo. - Como resultado de la compactación del suelo en el Páramo de Chontales - Cuchilla del Páramo, se pueden alterar las relaciones agua-aire en el suelo. La acumulación de agua en la superficie y la saturación del horizonte superior crea condiciones de reducción del suelo y se producen deficiencias de oxígeno para las plantas. La deficiencia de oxígeno en la zona radicular se considera una de las causas que afectan negativamente la persistencia, producción y calidad de las plantas (Guevara & Soto1999).
AGRADECIMIENTOS A Claudia Patricia Velandia, Isabel Guevara y Patricia Soto, por su colaboración en llevar adelante la investigación; a Patricia Quevedo, docente de Uniboyacá, y a José González, Director de la UMATA de Paipa.
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IMPACTO DE FUEGO Y GANADERÍA SOBRE LA VEGETACIÓN DE PÁRAMO Orlando Vargas, Julia Premauer, Marcela Zalamea
RESUMEN En el presente trabajo se presenta una conceptualización inicial de los factores que influyen en el desarrollo de patrones de vegetación como expresión de mosaicos de comunidades en los páramos. Dentro de estos factores se destacan la heterogeneidad ambiental y la influencia humana, que son aspectos determinantes de los diferentes tipos de gradientes que se pueden presentar en estos ecosistemas; se analiza la importancia de relacionar los patrones y jerarquías de disturbios naturales y antrópicos como base para la comprensión de cualquier tipo de dinámica del ecosistema; se presentan resultados recientes sobre el impacto de quemas y pastoreo de ganado sobre diferentes aspectos estructurales y funcionales del ecosistema: estructura horizontal y vertical de la vegetación, efecto del pastoreo sobre los bancos de semillas, cambios en la fitomasa de raíces, modificación de los patrones espaciales de especies, cambios en los balances de nutrientes y los efectos sinérgicos del régimen de disturbios por quemas y pastoreo. Palabras clave: Alta montaña tropical, fuego, pastoreo, Régimen de disturbios, vegetación.
ABSTRACT The present work is an initial conceptualization on the factors that influence the development of vegetation patterns as an expression of communities’ mosaics. Among this factors the environmental heterogeneity and the human influence are the most determinant of different gradient types that occur in ecosystems. The importance of relating patterns to hierarchies of natural and human disturbances is analyzed, for they are the basis to comprehend any kind of ecosystem dynamics. Recent results are presented on fire and grazing impacts over different structural and functional ecosystem aspects, vertical and horizontal vegetation structure, effects on soil seed banks, change in root phytomass, species spatial patterns, changes in nutrient balance, and synergic or collateral effects. Key words: Disturbance regimen, fire, grazing, high tropical mountain, vegetation.
INTRODUCCIÓN Para entender los factores más importantes en la determinación del arreglo espacio-temporal de comunidades en el ecosistema páramo es necesario estudiar este ecosistema en el contexto de las relaciones producidas por dos grandes variables: la heterogeneidad espacial y la influencia humana. Estas variables se enmarcan dentro de un sistema jerárquico de variables y factores (figura 1). La historia geológica y, posteriormente, la geomorfología de herencia glaciar y el vulcanismo plio-pleistocénico generaron y modelaron los ambientes paramunos (Van der Hammen 1988, 1992). Las variaciones en altura producen gradientes altitudinales con
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Figura 1. Esquema conceptual de relaciones entre los factores determinantes de los patrones de vegetación en los páramos.
cambios fisonómico – florísticos, climáticos y de suelos (Cuatrecasas 1958, Lauer 1979, Monasterio 1980, Cleef 1981, Rangel 1991, Malagón & Pulido 2000). Las unidades geomorfológicas son el principal factor de heterogeneidad ambiental puesto que en áreas relativamente pequeñas se pueden encontrar diferentes unidades de paisaje como circos, morrenas, cubetas, lagos, turberas y valles en U (Flórez 2000). Dentro de estas unidades se presentan pequeñas variaciones que producen gradientes topográficos con cambios en los contenidos de agua y nutrientes en el suelo (Páez 2002, Zuluaga 2002). La historia geológica y geomorfológica es determinante en la estructuración de los tres factores más importantes que establecen los ecosistemas: Clima - Biota - Suelo; en el páramo esta relación se manifiesta principalmente en cambios en la disponibilidad de agua y nutrientes. La biota de los ambientes de alta montaña evolucionó bajo diferentes tipos de estrés (mecánico, hídrico, por nutrientes, por congelamiento, energético) (Monasterio & Sarmiento 1991) y un régimen natural de disturbios (fuegos naturales, heladas, vientos, disturbios por animales y procesos geomorfológicos propios del piso con modelado glaciar heredado, como deslizamientos, solifluxión, erosión hídrica y reptación) (Vargas 2002). El páramo actualmente es un ecosistema sometido a una fuerte influencia humana con un régimen de disturbios que incluye tanto disturbios naturales como antrópicos, dentro de los cuales se destacan las prácticas agropecuarias con utilización de fuego y ganadería extensiva. El régimen de disturbios actúa sobre los diferentes tipos de gradientes, como son: altitudinales, topográficos, hídricos, de nutrientes, florísticos y faunísticos, los que producen los patrones de vegetación
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que se estructuran en diferentes escalas espaciales (figura 1). Para comprender qué factores están controlando la estructura y el funcionamiento de un ecosistema bajo un régimen que incluye disturbios naturales y antrópicos, es necesario determinar como procesos de pequeña escala retro-alimentan procesos de gran escala y viceversa y como patrones de mosaicos cambian el ambiente para el crecimiento de las plantas. Los disturbios pueden afectar la capacidad productiva de un ecosistema a través de cualquiera de las siguientes vías: variando los patrones espacio - temporales de disponibilidad y reciclaje de nutrientes, adicionando o removiendo biomasa, cambiando la tasa de sucesión vegetal (principalmente debido a consumidores que cambian las interacciones competitivas de las plantas) y cambiando la razón materia viva / materia muerta del sistema ( Pickett & White 1985, Hobbs & Huennecke 1992).
EL PÁRAMO COMO ECOSISTEMA Para entender el impacto que tiene el fuego y el pastoreo es necesario primero tener en cuenta las características estructurales y funcionales del ecosistema páramo y los principales factores que lo han modelado. El páramo es un ecosistema en el cual las condiciones ambientales son drásticas y por consiguiente opera un tipo de selección abiótica. Un conjunto de factores climáticos, edafológicos y geomorfológicos condicionan la presencia de los organismos que han logrado adaptarse a estos ambientes extremos. Las principales características de los páramos son: · La posición orográfica que junto con la intensidad y distribución de las precipitaciones condiciona la presencia de páramos atmosféricamente húmedos y atmosféricamente secos (Lauer, 1979, Cleef, 1981, Sturm & Rangel 1985, Rangel 2000). · La presencia de un régimen isotérmico anual y alternancia térmica diaria por debajo de cero grados, lo cual produce heladas, principalmente en la época seca en las áreas de subpáramo y páramo propiamente dicho en donde los días al año con temperaturas por debajo de cero grados oscilan entre 60 y 150 (Rangel 1989). Estos factores junto con las bajas temperaturas del suelo, la ocurrencia de vientos fuertes con un efecto desecante en la vegetación, una baja presión atmosférica y en consecuencia alta radiación ultravioleta y bajas concentraciones de oxígeno, constituyen limitantes ecológicos para las plantas. · Suelos humíferos, entre los que predominan inceptisoles y entisoles (Malagón & Pulido 2000), con gran capacidad de almacenamiento de agua y pH ácido (3,7-5,5), que producen sequía fisiológica en las plantas. Además, se presentan cambios rápidos de insolación que ocasionan una rápida absorción y pérdida de calor. Los anteriores factores han dado lugar a comunidades dominadas por formas de crecimiento características, como rosetas caulescentes y acaulescentes, bambusoides y macollas, cojines, arbustos entre las más importantes (Vargas 2000). La vegetación presenta una baja biomasa, crecimiento lento, productividad primaria baja, descomposición lenta de la materia orgánica, acumulación de necromasa tanto en pie como en el suelo y, bancos de semillas superficiales y fácilmente degradables. Todos estos aspectos hacen que los procesos de sucesión y regeneración sean lentos.
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Las macollas, principalmente por formar una matriz continua en el estrato herbáceo, con gran cantidad de necromasa en pie sumado a períodos secos con fuerte insolación y vientos, son los factores más importantes que facilitan la utilización del fuego y su fácil propagación.
PATRONES Y JERARQUÍAS DE DISTURBIO EN LOS PÁRAMOS El carácter dinámico de los ecosistemas terrestres es una función del régimen de disturbios que opera en un amplio rango de escalas espacio-temporales (White & Pickett 1985). A su vez, los patrones espacio-temporales de los disturbios en un paisaje resultan de la interacción de patrones climáticos, topográficos, geomorfológicos y de la estructura y dinámica de la vegetación en el paisaje (Huston 1994). El análisis de los disturbios (naturales y antrópicos) dentro de un modelo jerárquico y su relación con los diferentes tipos de dinámica de la vegetación (fluctuaciones, claros, parches, sucesiones cíclicas, sucesiones primarias, sucesiones secundarias, sucesiones-regeneraciones, sucesiones seculares, sucesiones-regeneraciones, entre otros, según Van der Maarel (1988), son la base para la comprensión de la dinámica de los patrones de paisaje en diferentes escalas. En la figura 2 (tomada de Vargas 2002) se presenta un esquema preliminar de los principales disturbios naturales y antrópicos en los páramos.
Figura 2. Escalas espaciales y temporales de los principales disturbios naturales y antrópicos que conforman el régimen de disturbios al cual está sometido el páramo actualmente. Según las escalas propuestas por Delcourt & Delcourt (1988) y adaptado de Walker & Walker (1991).
Dentro de los disturbios naturales, en una megaescala se presentan eventos catastróficos, que alteran el sustrato y transtornan los mecanismos de persistencia y recuperación de las especies, como los grandes fenómenos geológicos de deriva continental, tectónica de placas (como el levantamiento de los Andes y del Itsmo de Panamá y actividad volcánica), así como los ciclos glaciales e interglaciales y el consecuente aislamiento de los páramos en islas biogeográficas (Van der Hammen 1988, 1992, Van der Hammen & Cleef 1986, citados en
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Vargas 2002). Todos estos eventos ayudaron a la conformación del medio ambiente páramo y son importantes para entender el origen y adaptación de las especies, su distribución y la estructura y función del ecosistema, así como las adaptaciones morfoecológicas a los actuales regímenes de disturbios. El fuego, por otra parte, constituye un disturbio natural muy antiguo en los páramos. Evidencias de antiguos fuegos se relacionan con la presencia de carbón vegetal, producto de quemas, hallado en sedimentos Pleistocénicos y Holocénicos de las Cordilleras Oriental (Van der Hammen 1966, González et al. 1966) y Central (Kuhry 1988; Salomons 1986) de Colombia. Así mismo, Horn (1989) reporta para Costa Rica evidencias de varios eventos de fuego posteriores a 1940. Los fuegos naturales en los páramos son en su mayoría fuegos locales que están en una microescala con tendencia a ampliarse a microrregiones y con una frecuencia que posiblemente puede variar en páramos atmosféricamente secos y atmosféricamente húmedos entre 5-10 a 50-60 años respectivamente (Horn 1989, Vargas 2002). El hombre ha aumentado la frecuencia de fuegos en los páramos. Las flechas en la figura 2 indican como de fuegos naturales poco frecuentes se pasa a fuegos antrópicos, con frecuencias aproximadamente entre uno y dos años. El fuego y la ganadería conforman la base principal del régimen de disturbios antrópicos. En este orden de ideas, tanto para el caso de la agricultura itinerante como para la ganadería extensiva, se amplía cada vez más la escala: de una microescala a una mesoescala y de un disturbio recurrente a un disturbio continuo; el resultado es que se desvían o se detienen las sucesiones naturales. Otros disturbios antrópicos se relacionan con la explotación de minas (calizas, carbón, oro), la construcción de obras civiles (embalses, oleoductos y carreteras) y el uso de especies (corte de matorrales para leña) y del suelo (siembra de especies forestales) (Vargas & Rivera 1990). Otros disturbios naturales presentes en los páramos son: erosión, lluvias y vientos, heladas y aquellos producidos por animales. Las escalas espacio-temporales de cada uno de ellos se muestran en la figura 2.
EL FUEGO EN LOS PÁRAMOS Caracterización del disturbio Para entender el papel del fuego en un ecosistema es muy importante conocer el régimen de fuego. Un régimen de fuego tiene cinco componentes: la frecuencia, la intensidad, la estacionalidad, la extensión y el patrón y el tipo de fuego (Keeley 1978, Whelan 1995)
Frecuencia La frecuencia de fuego (tiempo entre fuegos consecutivos), juega un papel muy importante en la determinación de la estructura de la vegetación, y ésta a su vez determina en gran medida la intensidad del fuego. La alteración de la vegetación por cualquier factor puede
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influir en la naturaleza de fuegos posteriores. El fuego tiene una similitud con disturbios como el pastoreo; que son fuerzas que actúan sobre la vegetación y tienen efectos de retroalimentación. La frecuencia potencial de fuego en un páramo depende de dos factores: el tiempo requerido para construir una cantidad de biomasa combustible susceptible de iniciar un evento de fuego (tasa de recuperación de la vegetación después de un fuego) y la frecuencia de igniciones, que están relacionadas con un bajo contenido de humedad en la vegetación en un momento dado, que a su vez depende directamente de la variabilidad climática durante la estación de ignición cada año. Con respecto al periodo de recuperación de la biomasa después de ocurrido un fuego, Verweij (1995) en el Parque Nacional Natural Los Nevados calcula un intervalo entre 3 – 3.5 años para la regeneración de la fisionomía de la comunidad y diez años para la regeneración del frailejonal – pajonal inicial. Por su parte, Pels & Verweij (1992) y Verweij & Budde (1992) reportan ocho años para la recuperación de la cobertura de macollas en páramos de la Cordillera Central. Estimaciones de la productividad para el páramo de El Dadal en Ecuador (Ramsay 1992; citado por Ramsay & Oxley 1996) sugieren que la biomasa de macollas puede recuperar los niveles pre-fuego entre 3 – 5 años, aunque la recuperación total de la comunidad puede ser mayor a cinco años. Por último, Horn (1989) sugirió un periodo de 8 – 10 años en páramos donde la gramínea dominante es Chusquea subtessellata. Los cálculos de frecuencia natural de fuegos en ecosistemas de alta montaña tropicales realizados por diferentes autores, reportan intervalos muy disímiles, por lo que es difícil establecer patrones generales. Así, Keeley (1978) calculó para tipos de vegetación herbácea (perennial grasslands) tanto de la zona templada como tropical, una frecuencia modal de fuego de 5 - 25 años, con un máximo intervalo libre de fuego de 10 - 50 años. Whelan (1995) reportó una frecuencia de 10 - 25 años para pastizales de Tasmania. Para páramos de Costa Rica, Horn (1989) calculó una recurrencia de fuego entre 6 a 30 años. Vargas (2000), estableció una frecuencia de 7-11 años para páramos de pajonal en Colombia. Finalmente, Verweij (1995) reconstruyó la historia de quemas de un área del P.N.N. Los Nevados, donde la actividad de incendios es importante y estimó entre 1,0 - 1,6 fuegos en cien años.
Intensidad La intensidad de un fuego está relacionada con factores como clima, topografía, cantidad, tipo, características fisico-químicas y distribución horizontal y vertical del combustible, es decir, de la vegetación (Whelan 1995). Esto se evidencia claramente en el trabajo de Ramsay & Oxley (1996) en el cual, mediante quemas experimentales de macollas, encontraron diferencias en la intensidad del fuego dependiendo de la zona de la planta involucrada. En la parte superior de las hojas, a alturas por encima de 1 m, así como en los niveles medios de las macollas (35 - 65 cms) se registraron temperaturas entre los 400-500°C, mientras que en la base de la macolla y 2 cm por debajo del suelo, la temperatura fue cercana a los 65°C. La historia de fuegos de un sitio puede tener un efecto marcado sobre la intensidad de fuego, vía disponibilidad de combustible. Un sitio que ha sido quemado recientemente será
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incapaz de acumular adecuada cantidad de combustible que garantice un fuego intenso, de forma que existe una estrecha relación entre intensidad y frecuencia de fuego. La severidad del fuego es una función del intervalo desde la última quema; así, los fuegos frecuentes tienden a ser menos severos que los infrecuentes (Laegaard 1992).
Estacionalidad El potencial de la frecuencia de fuego está determinado por la cantidad de precipitación y su distribución, así como por la disponibilidad de combustible (principalmente necromasa en pie) que es igual a la cantidad de biomasa quemable que queda después del consumo por animales. Las quemas en el páramo ocurren en la época seca; es posible que solo dos días sean suficientes para secar la vegetación en un páramo atmosféricamente seco. En un páramo húmedo este periodo puede ser mayor para vegetación tipo chuscales de suelos mal drenados (O. Vargas. Observación personal).
Extensión En los páramos la heterogeneidad del paisaje es el principal factor limitante, a través de barreras naturales (como cursos de agua), o artificiales (como carreteras). Además, la heterogeneidad de la vegetación asociada con suelos o topografía pueden ser importantes porque algunas comunidades de plantas pueden actuar como barreras, por ejemplo, la vegetación azonal en el páramo. Dado que los patrones de distribución de la vegetación dependen en gran medida del régimen de disturbio de la zona, la extensión y los patrones discontinuos o en parches de los eventos de fuego consecuentemente son influenciados por los patrones espaciales de fuegos pasados.
Tipo de fuego Los tipos de fuego que ocurren en el páramo son fuegos de superficie; en el subpáramo cuando el matorral es denso ocurren fuegos de corona de arbustos.
¿Por qué se queman los páramos? La susceptibilidad de los páramos a la ocurrencia de fuegos se relaciona con los siguientes aspectos: 1. Suficiente combustible acumulado: el páramo es un ecosistema en donde se acumula necromasa en pie principalmente en las macollas y las hojas muertas de rosetas. En páramos que no han sido quemados se forma una matriz continua de necromasa entre el frailejonal pajonal. La principal fuente de combustible son las hojas muertas, principalmente de Calamagrostis effusa. Cerca del 80% de la fitomasa epígea de las macollas puede consistir de material muerto (Cardoso & Schnetter 1976, Hofstede & Witte 1993; Hofstede & Rossenaar 1995). 2. Bajo contenido de humedad: los fuegos en el páramo ocurren en la época seca cuando el contenido de humedad en la vegetación y el suelo es bajo. 3. Arreglo de las plantas en el espacio: el desarrollo de una matriz continua de macollas es el factor más importante para el desarrollo de fuegos en el páramo; además densidades altas de frailejones con su necromasa en pie en áreas poco quemadas contribuyen grandemente
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en el desarrollo de fuegos de superficie; los ecosistemas como praderas y sabanas en el mundo están ligados al fuego. 4. Bajas tasas de descomposición: las bajas tasas de descomposición de la materia orgánica hacen que la necromasa epígea se acumule y sea la principal fuente de combustible para el fuego. 5. Bajos niveles de herbivoría: en el páramo la herbivoría es baja y esto contribuye a la acumulación de materia orgánica. A diferencia de la puna, en los Andes centrales, en el páramo no evolucionaron grandes mamíferos, sino que la mayoría del consumo lo hacen insectos.
¿Están las especies de páramo adaptadas al fuego? Para responder esta pregunta es importante tener en cuenta que muchas de las características que le permiten a un organismo sobrevivir al fuego no necesariamente pueden considerarse como adaptaciones a este disturbio puesto que estas características se pueden originar como respuesta a otras presiones de selección (Whelan 1995). Esto se debe, entre otros factores, a que el fuego es un disturbio natural con efectos similares a los de otros disturbios, como por ejemplo, heladas, sequías, pastoreo, derrumbamientos o vientos fuertes. Las plantas de ambientes sujetos a quemas naturales muestran una capacidad de respuesta y tolerancia al fuego mediante la arquitectura de la planta y las bioformas, los sistemas de raíces, los tipos de dispersión y la presencia de bancos de semillas con capacidad para establecer una nueva generación de plántulas en el ambiente postquema (Keeley 1991, Bond & van Wilgen 1996). Sin embargo, muchas de estas estrategias surgieron más probablemente como adaptaciones frente a factores ambientales propios de los páramos. Es así como arbustos, semileñosas, plantas en cojín, y rosetas con hojas esclerófilas densamente imbricadas están naturalmente adaptadas a tolerar altos niveles de luz y radiación ultravioleta, permitiendo así mismo que estas formas de vida puedan tolerar el calor de radiación del fuego. Debido al peculiar clima de las altas montañas tropicales donde en el día la temperatura puede superar los 24°C y en la noche descender por debajo de los 0° C, la radiación UV es alta y se presenta estrés hídrico por suelos superficiales y fuertes vientos desecantes, surgen formas de vida como subarbustos (sufrútices), rosetas y semirrosetas que mantienen protegidas sus yemas de crecimiento bajo el suelo contrarrestando estos cambios bruscos y extremos de temperatura y así también del fuego (Rodríguez & Vargas 2002). Las especies de páramo pueden ser resilientes a fuegos con frecuencias de 5 - 10 años pero cuando estas frecuencias pasan a ser de 2 - 3 años es posible que empiecen a ser afectadas y aumente la mortalidad. No obstante lo anterior, la frecuencia de un disturbio como el fuego puede seleccionar diferentes historias de vida y como consecuencia diferentes formas de crecimiento y modos de reproducción. Por ejemplo, aquellos parámetros del ciclo de vida que son inmediatamente responsables de la continuación de la población a través del tiempo, pueden ser grandemente influenciados por diferentes frecuencias de fuego.
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Por otro lado, la relación entre frecuencias de fuego y estrategias reproductivas de las plantas no es fácil de establecer por cuanto el conocimiento que se tiene acerca de las frecuencias naturales de fuego es incompleto para muchas regiones, la mayoría de estudios son descriptivos a nivel de comunidad y es difícil distinguir entre los regímenes de fuego que tienen una influencia selectiva y aquellos que no la tiene (Keeley 1978). Además de las consideraciones hechas anteriormente, otra dificultad es la evaluación del efecto evolutivo de las frecuencias de fuego sobre las estrategias reproductivas, pues es necesario separar la influencia selectiva de otros parámetros ambientales y, esto no siempre es posible (Keeley 1978). Por ejemplo, aunque podamos ver el efecto del fuego en la distribución y dinámica poblacional, este no es tan evidente en la generación de adaptaciones al fuego. Así, es posible que los fuegos recientes hechos por el hombre hayan afectado más la distribución de las especies que su capacidad adaptativa a este disturbio. Además, la respuesta de una población a un único fuego no es una buena estimación de su valor adaptativo (fitness) a una serie de fuegos.
Efectos del fuego Las quemas que ocurren en el páramo destruyen casi totalmente la fitomasa epígea (biomasa + necromasa); sólo pequeñas plantas rasantes no son quemadas dependiendo de la severidad e intensidad del fuego (Vargas 2000, Rodríguez & Vargas 2002). En el Parque Nacional Natural Chingaza, J. Premauer, O. Vargas & H. Campos (datos sin publicar) encontraron que el fuego disminuye drásticamente la saturación de bases en suelos inceptisoles (orgánicos) lo que quiere decir que estos suelos han perdido bases. El contenido de P total tanto en inceptisoles como en histosoles, aumenta significativamente en el primer mes después de la quema, comparando con áreas no quemadas, para luego fluctuar durante la recuperación. El pH sólo varía en los inceptisoles disminuyendo en el primer mes después de la quema para aumentar un poco en el tercer mes. En la vegetación los niveles de Ca y Mg aumentan y el K disminuye en el primer mes después del fuego para alcanzar los niveles de nutrientes de vegetación no quemada un año más tarde o un poco más de ocurrida la quema. La tasa C/N en la vegetación cae drásticamente después de un fuego y aún con posterioridad a un año de recuperación no alcanza los niveles de sitios no quemados.
EL PASTOREO Generalidades El pastoreo de ganado en ecosistemas naturales, así como las prácticas de manejo asociadas a éste, tienen grandes efectos sobre la vegetación, el suelo y la fauna nativa. En la actualidad son muchos los ecosistemas pastoreados por ganado –vacuno, equino, ovino y caprino–, en la mayoría de los cuales existen comunidades vegetales muy sensibles a este disturbio que los hacen propensos a sufrir grandes cambios en la diversidad, el arreglo espacial de las especies, los flujos de nutrientes etc. En ecología se define disturbio como un evento que destruye la biomasa, causa mortalidad y cambia los arreglos estructurales de poblaciones, comunidades y ecosistemas. En este caso se habla de disturbio cuando el régimen de pastoreo se ve alterado. Por ejemplo, con la introducción de ganado (o herbívoros diferentes en un sistema que anteriormente no estaba sujeto a ese tipo o nivel de pastoreo), o por el contrario, la supresión del pastoreo en sistemas que evolucionaron bajo la presión de grandes herbívoros (Hobbs & Huenneke 1992).
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Los ecosistemas terrestres se pueden dividir en dos grandes grupos, de acuerdo con la intensidad de herbivoría natural que presenten. Por un lado, están los ecosistemas con baja herbivoría como los desiertos, tundras, pastizales sin grandes herbívoros, bosques templados y tropicales, en los cuales solamente el 9% de la producción neta de follaje es consumida. Por otro lado, están los ecosistemas con alta herbivoría donde hasta el 57% de la producción neta de follaje es ingerida y entre los que se incluyen las sabanas africanas y australianas, las estepas eurasiáticas y las praderas norteamericanas (Frank et al. 1998). En éstos últimos ecosistemas, los procesos ecológicos son regulados por la dinámica de la cadena alimenticia compuesta principalmente por grandes herbívoros consumidores de la biomasa vegetal, los cuales aumentan de manera indirecta la productividad primaria neta (PPN) al optimizar el flujo de energía y nutrientes de los pastizales. La alta sostenibilidad que presentan estos ecosistemas pastoreados es producto de una larga historia de coevolución entre los pastizales y los ungulados, que data desde el Mesozoico. Las propiedades del ecosistema que hacen sostenible el pastoreo son la gran variación espacio-temporal del forraje de alta calidad nutricional y su íntima asociación con el movimiento migratorio de los animales(Frank et al. 1998). Por el contrario los ecosistemas sin pastoreo natural tienen PPN baja, forraje de bajo valor nutricional y los herbívoros son principalmente insectos o mamíferos pequeños y solitarios que viven en sitios con baja capacidad de carga. El páramo se encuentra entre estos últimos ecosistemas, ya que sus suelos jóvenes, ácidos y pobres en nutrientes, las bajas temperaturas y la alta radiación solar hacen que la productividad primaria neta sea muy baja (198g.m-2 año-1) (Hofstede 1995).
Efectos del pastoreo El pastoreo es un disturbio continuo altamente complejo, que tiene impactos directos e indirectos en las comunidades de plantas y animales. Los efectos directos del pastoreo incluyen: daño selectivo a plantas individuales por herbivoría (defoliación) y pisoteo, y alteraciones en la movilización de nutrientes (remoción por defoliación y retorno a través de excrementos y orina). La defoliación y el pisoteo alteran el balance competitivo entre las especies pastoreadas con respecto a las otras especies y cambian las oportunidades para el establecimiento de nuevas plantas. El aspecto indirecto más importante del pastoreo y el más ampliamente reportado es su poderoso efecto para cambiar la composición y estructura de las comunidades, además de causar perturbación de los procesos del suelo y del agua que tienen consecuencias en la disponibilidad de recursos (Landsberg et al. 1999, Molinillo 1992, Matus & Tóthméréz 1990, Leege et al. 1981). El mayor efecto del ganado en los individuos de las especies no se debe tanto a que se coman las plantas hasta su extinción, sino más bien a la modificación de las habilidades competitivas o del éxito de reclutamiento de propágulos de una especie con respecto a otra (Landsberg et al. 1999). Al causar los disturbios pérdida del dosel de la vegetación, mortalidad diferencial de especies y de clases de edades en algunas poblaciones, se generan dinámicas en la vegetación que se evidencian en cambios estructurales de la comunidad, tanto en su estructura vertical, como en la horizontal (Pickett et al. 1995, Premauer 1999).
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Por ejemplo, en praderas y estepas el impacto del pastoreo se manifiesta a través del aumento en el porcentaje de cobertura de musgos y suelo desnudo, disminución en la abundancia de especies con formas de vida como macollas y plantas perennes (y en menor medida también las especies anuales) y en aumento en la abundancia de otras especies resistentes al pastoreo (Leege et al. 1981, Milchunas & Lauenroth 1993, Milchunas et al. 1988, van der Maarel & Titlyanova 1989). Adicionalmente, el pastoreo altera la cantidad total de biomasa y su distribución en los diferentes compartimentos de la fitomasa vegetal (es decir: raíces, tallos, hojas vivas y muertas). Así, a mayor presión de pastoreo la biomasa aérea (tallos y hojas) disminuye y la subterránea (raíces) aumenta (Van der Maarel & Titlyanova 1989). Muchas especies evitan ser dañadas por el disturbio a través de diversas combinaciones de atributos de historia de vida como forma de crecimiento (relación de biomasa aérea y subterránea), estrategias reproductivas y defensas anti-herbívoros (mecánicas y bioquímicas). Las características de las especies tolerantes incluyen aquellas que promueven la recuperación de la población, tales como un rápido crecimiento vegetativo y una prolífica regeneración por semillas después de la defoliación (Landsberg et al. 1999).
Efecto del pastoreo en los páramos andinos En Colombia, es sólo hasta el siglo XX que el avance de la colonización de vertiente asciende y descubre las posibilidades agropastoriles de los páramos, debido principalmente a la falta de tierra en las comunidades locales, al alto crecimiento demográfico y la concentración de tierras en las vertientes (Molinillo 1992, Molano 1996). La práctica de la ganadería en el páramo está íntimamente asociada a la quema regular de la vegetación. Al destruir el material vegetal seco, se estimula temporalmente el crecimiento de brotes frescos para el ganado. De este modo el páramo es en la actualidad un mosaico espacial de vegetación en diferentes estados sucesionales: áreas prácticamente sin disturbio mezcladas con otras con diferentes intensidades de pastoreo y/o quemas (Molinillo 1992, Hofstede 1995, Verweij 1995).
Estructura, composición y diversidad de la vegetación En general, se ha encontrado que la biomasa aérea total de las comunidades vegetales disminuye en un 60-66% en localidades con alta presión de pastoreo. De igual forma la necromasa en pie, que en condiciones naturales constituye el 70-80% de la biomasa aérea total, pasa a representar un porcentaje muy bajo. Para páramos secos (Hosfstede 1995) y húmedos (Premauer 1999) se reporta la disminución de la biomasa aérea y el incremento en la relación biomasa asimilatoria / necromasa. En páramos venezolanos Molinillo & Monasterio (1997) también reportan disminución de biomasa aérea. Posiblemente este fenómeno esté relacionado con la retroalimentación positiva del ganado al preferir sitios ya pastoreados y de esta forma no permitir la acumulación de necromasa (Hofstede et al. 1995, Hobbs & Huenecke 1992). En consecuencia, al aumentar el pastoreo disminuye la altura total, la diversidad de estratos y el biovolumen total (asimilatorio + necromasa). La proporción de biovolumen de necromasa y diversidad (H’) de los estratos verticales disminuyen con el incremento en el grado de disturbio, con lo cual se presenta un predominio cada vez mayor del estrato rasante (0 – 5 cm de altura) (Premauer 1999) (figura 3).
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Figura 3. Distribución vertical de biovolumen aéreo en un gradiente de intensidad de disturbio por pastoreo. En negro biovolumen de necromasa, en blanco biovolumen de biomasa asimilatoria y se indica la altura hasta donde se encuentra el mayor porcentaje de biovolumen en cada caso (Tomada de Vargas, et al. En imprenta).
La vegetación que resulta después de fuegos repetidos y pastoreo intensivo es una alfombra de hierbas rasantes y pastos cortos con alta cobertura total y alta proporción de biomasa viva. Esto ocurre principalmente en los valles de origen glaciar, los cuales casi siempre tienen pequeños ríos que los atraviesan o corrientes de agua subterránea que afloran en las áreas planas (Vargas et al. En imprenta). Estas áreas son las que presentan un mayor grado de transformación y se reportan para otros tipos de ecosistemas pastoreados (James et al. 1999, Navie et al. 1996). En la época seca el ganado se concentra en las fuentes de agua, aumentando el pisoteo y acelerando así la compactación del suelo. Además, es posible que la oferta de forraje sea mayor en estas áreas y que exista una relación entre productividad ganadera y gradiente topográfico (Vargas et al. En imprenta). La riqueza de especies de plantas se ve favorecida por intensidades intermedias de pastoreo porque, en áreas no pastoreadas las especies dominantes como las macollas de Calamagrostis spp. o los “chusques” Chusquea tessellata desplazan competitivamente a muchas especies. Por el contrario, en sitios muy pastoreados aumenta la dominancia de unas pocas especies, entre ellas la “plegadera” Lachemilla orbiculata por lo cual disminuye la diversidad (Verweij 1995, Premauer 1999). Especies vegetales positivamente relacionadas con este disturbio son generalmente herbáceas, de hábito rastrero, que presentan estolones o rizomas, pastos de porte pequeño y especies introducidas. En los Parques Naturales los Nevados y Chingaza se encontraron especies introducidas como: Rumex acetosella, “pasto oloroso” Anthoxantum odoratum, “diente de león” Taraxacum officinale. En Chingaza se encontró la especie introducida “trébol blanco” Trifolium repens. La “plegadera” y otras herbáceas y pastos pequeños están entre las especies nativas que se presentan en ambos páramos, donde hay alto grado de disturbio (Premauer 1999, Verweij & Bude 1992).
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Retomando las consideraciones generales acerca del efecto del pastoreo en los ecosistemas, podemos mencionar para los páramos colombianos –al menos aquellos que han sido estudiado hasta ahora-, cinco aspectos responsables del proceso de transformación de las comunidades naturales en pastizales paramunos (Vargas et al. En imprenta): 1. Mortalidad selectiva de especies del género Espeletia. 2. Cambios en la altura, fragmentación y aumento en las distancias de macollas y/o bambusoides. 3. Alteración de los procesos hídricos por efecto del pisoteo. 4. Cambios en las abundancias relativas de las especies. 5. Compactación del suelo y selección de las especies con rasgos de historia de vida que las hacen resistentes a pisoteo y herbivoría. En cada uno de estos aspectos, operan mecanismos diferentes, como se detalla en Vargas et al. En imprenta.
Banco de semillas El banco de semillas germinable, frente al disturbio quema-pastoreo, es una estrategia importante de las especies para la colonización inicial después de un fuego y en la permanencia bajo pastoreo intensivo. En el páramo húmedo éste se encuentra en su mayor parte en los primeros 5 cm del suelo y presenta altas densidades de semillas (12973 semillas/m2) (Posada & Cárdenas 1999). A intensidades intermedias de disturbio disminuye la riqueza, la densidad y diversidad de especies del banco, para aumentar considerablemente bajo pastoreo intensivo. El aumento del disturbio por fuego y pastoreo favorece en el banco de semillas a las especies dicotiledóneas sobre las monocotiledóneas, y a las especies con expansión vegetativa por estolones o rizomas (Posada & Cárdenas 1999).
Efectos sobre la fitomasa de raíces Como hemos expuesto anteriormente, los disturbios por quemas y pastoreo tienen fuertes efectos sobre la composición y estructura de la vegetación del páramo; es de esperar entonces, que dichos disturbios afecten paralelamente la cantidad y distribución espacial de la biomasa subterránea o hipogea, estimada en términos de la fitomasa (biomasa + necromasa) de raíces. Estudios realizados en páramos atmosféricamente secos (Hofstede 1991, 1995, Hofstede & Rossenaar 1995) reportan que la fitomasa de raíces tiende a aumentar en sitios sometidos a pastoreo intenso. Para páramos atmosféricamente húmedos, se ha encontrado que la mayor cantidad de raíces se presenta en sitios con intensidad de disturbio intermedio, mientras que en sitios con pastoreo intensivo donde la vegetación se ha transformado en un prado rasante, la cantidad de raíces disminuye notablemente (figura 4). Sin embargo, los autores aclaran que esto puede relacionarse con la amplitud del gradiente de intensidad de disturbio estudiado y por lo tanto, no necesariamente contradice lo hallado en páramos secos. Es decir, en términos generales parece existir una tendencia al aumento de la fitomasa de raíces asociada con la presencia de intensidades crecientes de disturbio por fuego y pastoreo, aunque si la intensidad del disturbio es demasiado alta se puede presentar un descenso en la cantidad de raíces presentes (figura 4). El disturbio afecta igualmente la distribución vertical de las raíces a lo largo de un gradiente de profundidad. Esto se evidencia al menos en páramos húmedos. Un estudio reciente (Zalamea, M., J. Premauer & O. Vargas. Datos sin publicar), reporta que la distribución vertical de las raíces es más o menos homogénea a lo largo de un gradiente de profundidad, en sitios sin disturbio o con intensidades moderadas, mientras que en sitios sometidos a
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Figura 4. Patrón de abundancia de la fitomasa de raíces con relación a un gradiente de intensidad de disturbio por pastoreo en un páramo húmedo (M. Zalamea, J. Premauer & O. Vargas. Datos sin publicar).
fuertes intensidades de disturbio, cerca del 60% de las raíces se concentra en los primeros 5 cm de suelo, a la vez que su cantidad disminuye drásticamente a medida que aumenta la profundidad. Patrones de distribución inversos con respecto a la profundidad han sido encontrados como característicos de suelos pobres en nutrientes, como los hallados en páramos andinos -con y sin disturbio- (Hofstede & Rossenar 1995) y en bosques amazónicos (Cavelier 1992, Cavelier et al. 1996). Si consideramos que el suelo de los páramos húmedos también es pobre en nutrientes, los resultados de este estudio (Zalamea, M. et al. Datos sin publicar), muestran que existen grandes diferencias en cuanto a la dinámica de flujo de nutrientes desde la materia en descomposición hacia las raíces y resaltan la importancia del humus en el suministro continuo de nutrientes hacia las raíces de las plantas. En conclusión, bajo fuertes intensidades de disturbio por fuego y pastoreo, los páramos (especialmente los atmosféricamente húmedos) pueden sufrir alteraciones en los flujos de nutrientes, asociadas a cambios drásticos en la densidad y el contenido de materia orgánica del suelo, que conllevan una pérdida de la capacidad de retención de agua y de nutrientes en el mismo (Zalamea, M. et al. Datos sin publicar).
Efectos sobre poblaciones La vegetación de gramíneas (Calamagrostis spp. y Festuca spp.), que crecen en forma de macollas altas, puede tolerar uno a varios fuegos, pero su cobertura, altura y diámetro tiende a disminuir cuando aumenta la frecuencia de quemas, especialmente si también hay pastoreo (Verweij & Bude 1992), el cual además fragmenta las macollas. Esto se explica porque el fuego deja las
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yemas sin protección contra las duras condiciones ambientales y la baja productividad primaria neta del páramo hace que el crecimiento sea muy lento (Hofstede 1995, Verweij 1995). Observaciones de campo indican que Chusquea tessellata, con su forma de vida en bambusiode, parece ser más resistente que las macollas, pero también presenta evidencias de fragmentación cuando ha sido quemada varias veces y luego pastoreada (Premauer 1999) (figura 5). Con el consumo (pastoreo) la vegetación no tiene oportunidad de recuperarse completamente y el pisoteo fragmenta las macollas. Si esto ocurre en pendiente también aumenta la proporción de suelo desnudo, mientras que en el fondo de valles y lugares planos se desarrolla una matriz cerrada de pastos cortos y hierbas rastreras que tienen ventaja sobre las formas de crecimiento altas que son intolerantes al disturbio por pastoreo (Verweij & Bude 1992).
Figura 5. Esquema de la relación entre el ciclo de vida de Chusquea tessellata y la fragmentación de los bambusoides, por efecto de fuego y pastoreo. El fuego y el pastoreo frecuentes desvían la sucesión cíclica natural del chusque, que se fragmenta, debido a que el disturbio continuo no le permite la recuperación total. En consecuencia desaparece en las zonas sometidas a pastoreo intenso.
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Las poblaciones de frailejón (Espeletia spp) también se ven afectadas por el pastoreo. El ganado por lo general no consume las hojas, aunque para los páramos de Venezuela hay reportes de ramoneo de las hojas de Coespeletia timotensis (Pérez 1992). El daño se debe principalmente a que las vacas se rascan contra las plantas afectando ciertas clases de altura y los juveniles mueren por el pisoteo. En el Parque los Nevados, las poblaciones de Espeletia hartwegiana tienen la capacidad de sobrevivir al fuego. Si bien hay mortalidad juvenil, el fuego dispara el crecimiento y la germinación de nuevas plántulas (Vargas 1997, 2000); en el caso de los adultos, el daño ocasionado por el fuego hace que aumente su mortalidad. Si se combina el fuego con el pastoreo la mortalidad de adultos y de juveniles se incrementa (Verweij & Kok 1992). Según Laegaard (1992) las plantas adultas de Espeletia mueren cuando son sometidas a quemas intensas y una posible causa es la eliminación de la capa de hojarasca que las cubre. Hofstede (1995) reporta una disminución en la biomasa de frailejones a lo largo de un gradiente de disturbio por pastoreo y fuego. Así mismo, en el P.N.N Chingaza, Espeletia killipii muestra pérdida de las clases de altura entre 30 y 120 cm, asociada con el disturbio y también se presenta agrupamiento de adultos con pastoreo leve (Premauer 1999). En recientes estudios sobre el aumento en la frecuencia e intensidad del disturbio –que lleva a una pérdida de hábitats– y su relación con el aumento en la frecuencia de ataques de predadores y plagas naturales a las poblaciones remanentes, Trujillo (2002) encontró en páramos del Parque Chingaza que los disturbios tienen efectos colaterales en el desequilibrio de las redes tróficas y que parte de la mortalidad de Espeletia killipii se debe a una compleja interacción entre dos especies de gorgojos curculionidos, uno herbívoro y otro detritívoro que viven en E. killipii y el cusumbo (Nasuella olivaceae) que se alimenta de ellos (véase también Trujillo et al. 2002). La interacción entre disturbios continuos (pastoreo) y recurrentes (fuego) cambian los atributos vitales de las especies (sensu Noble & Slatyer 1980); por ejemplo, especies que pueden ser tolerantes a fuegos pueden ser intolerantes a pastoreo. Especies de vegetación zonal pueden ser dominantes y competitivas bajo condiciones de mínimo pastoreo pero pueden convertirse en subdominantes o aún llegar a estar localmente extintas al incrementarse la intensidad de pastoreo (véase Landsberg et al. 1999, Archer 1996). En el caso de Espeletia con disturbios recurrentes por fuego (por ejemplo fuegos cada 5 - 10 años) las especies son tolerantes, pero si la frecuencia de fuegos aumenta (fuegos cada dos años), la mortalidad de los individuos en las clases de tamaños entre 40 - 60 cm también aumenta, y la especie pasa de tolerante a intolerante, aunque conserva todavía mecanismos de regeneración por semilla. Posteriormente, si además hay un disturbio continuo por pastoreo pierde la capacidad de regeneración por semilla al perder sus bancos de semillas en el suelo y al eliminar las plántulas por pisoteo, por lo que puede quedar localmente extinta (Vargas 2002).
Efectos sobre algunas características del suelo Otro aspecto del disturbio por fuego y pastoreo es su impacto sobre el suelo del páramo. Después de un fuego, los nutrientes del suelo se incrementan momentáneamente, para luego ser rápidamente inmovilizados por los microorganismos del suelo, el aluminio, las cenizas volcánicas y por la porción aérea de la biomasa. El pastoreo a su vez, implica una pérdida
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de nutrientes que no alcanza a ser compensada por las entradas al sistema en forma de orina y heces (Hofstede 1995). Las características físicas de los suelos de páramos secos o húmedos presentan grandes diferencias entre sitios pastoreados y no pastoreados: la densidad aparente es mayor (mayor compactación atribuida al pisoteo continuo del ganado), la estabilidad estructural y la humedad disminuyen, menor mayor y la temperatura aumenta, con relación a sitios sin disturbio o con intensidades moderadas a bajas. (Pinzón 1989, Hofstede 1995, M. Zalamea, J. Premauer & O. Vargas. Datos sin publicar). Sin embargo, las diferencias en el contenido de nutrientes son poco evidentes (Pinzón 1989) o aunque en algunos casos lo sean, sólo están determinados hasta cierto punto por el pastoreo y el resto por otros factores como la época del año (seca-lluviosa), que se encontró es el más importante (Hofstede 1995). Esto concuerda con los datos obtenidos en un estudio reciente (J. Premauer, O. Vargas & H. Campos. Datos sin publicar) en un páramo húmedo en el P.N.N. Chingaza, donde se encontró que únicamente durante la época lluviosa hubo diferencias entre suelos de sitios con y sin pastoreo. Los sitios con mayor intensidad de pastoreo presentaron mayor contenido de Ca, pero menor contenido de bases totales, K, P y menor saturación de acidez intercambiable. En general el suelo del sitio con pastoreo intenso también se diferencia del resto del gradiente de pastoreo en el menor contenido de materia orgánica, menor capacidad de intercambio catiónico y mayor pH.
Consideraciones finales La utilización de los páramos andinos con fines ganaderos y/o agrícolas, llevada a cabo hasta el momento sin ningún derrotero que apunte hacia un sistema sostenible, no sólo tiene efectos puntuales en la composición, estructura y diversidad de la biota y del suelo, sino que puede alterar la dinámica hídrica, los flujos de nutrientes y la capacidad regenerativa natural de este ecosistema. Esto puede llevar a comunidades propias de sucesiones detenidas o, incluso desviadas, a partir de las cuales es muy difícil recuperar la comunidad inicial, pues esto implica procesos a muy largo plazo, como la recolonización de especies claves que no poseen –o que pierden fácilmente– bancos de semillas (como Ch. tessellata y Espeletia spp.) y la formación de humus en el suelo, así como la recuperación de la textura y estructura inicial del mismo. A lo anterior se suma el hecho de que la vegetación paramuna presenta una baja productividad primaria y un crecimiento muy lento, por ser en general, un ecosistema que tarda mucho tiempo en recuperarse de un disturbio. En la figura 6 se esquematizan los procesos que pueden llevar a transformar radical –y muy posiblemente de forma irreversible– las comunidades paramunas en otras comunidades bajo dinámicas sucesionales detenidas y desviadas. La comunidad inicial (sin disturbio antrópico) posee una serie de atributos como suelos ricos en materia orgánica (humus), con una alta capacidad de retención de agua y nutrientes, y una baja densidad aparente (es decir poca compactación); presencia de bancos de semillas germinables (BSG) capaces de regenerar la comunidad inicial y especies con estrategias de regeneración vegetativa; estos atributos le permiten recuperarse luego de disturbios naturales o antrópicos leves. Cuando la intensidad de los disturbios antrópicos aumenta, la comunidad se ve notablemente alterada y muestra otros atributos como suelos con bajos contenidos de materia orgánica, con una alta densidad aparente (compactados), una baja capacidad de retención de agua y de nutrientes y pérdida importante de la capacidad regenerativa natural de la comunidad, representada por un cambio
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drástico en la composición del BSG. Todas estas características le confieren a la nueva comunidad la capacidad de autoperpetuarse y por tanto impiden la regeneración del páramo (figura 6).
Figura 6. Modelo conceptual de la dinámica sucesión-regeneración en un ecosistema de páramo húmedo sometido a diferentes intensidades de disturbio por fuego y pastoreo.
Afortunadamente se ha avanzado considerablemente en el modelado de la distribución espacial del ganado y la heterogeneidad espacial y temporal de la vegetación (Hofstede, 1995, Vargas et al. En imprenta). La investigación en Colombia está llevando a conocer y entender los efectos del fuego y el pastoreo en la vegetación del páramo y a proveer herramientas para un mejor manejo del ecosistema. La idea final es poder llegar a trabajar mancomunadamente con los propietarios de las ganaderías y reducir el impacto que esta práctica ocasiona (véase para otros ecosistemas Lavorel et al. 1997, Landsberg et al. 1999). Verweij propone en su trabajo unas estrategias de manejo para hacer sostenible el pastoreo en el páramo. Básicamente los efectos menos negativos para la vegetación y una mayor oferta de forraje se obtendrían con una intensidad leve de pastoreo, es decir 0,16 unidades de animal (UA) por hectárea. Sin embargo, estas consideraciones no son aplicables a los páramos húmedos.
AGRADECIMIENTOS Los autores agradecen a COLCIENCIAS por la financiación del proyecto “Sucesión – regeneración del páramo después de quemas y pastoreo” (cód: 1101-13-607-96). A la División de Investigaciones de la Universidad Nacional Sede Bogotá (DIB) por la financiación del proyecto de contrapartida “Efecto de disturbios por pastoreo y fuego sobre la biomasa de raíces en un páramo húmedo”. A la Unidad Administrativa Especial de Parques Nacionales Naturales (UAEPNN), en especial a Carlos Lora, director del Parque Nacional Natural
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Chingaza. A Camilo de los Ángeles Cárdenas, Catalina Posada, Vladimir Páez, Ricardo Mora, Gladys Cárdenas, Saba Zuhé Espinoza y Janeth Caguasango.
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Fabio Muñoz Blanco
PROPAGACIÓN DE FLORA ENDÉMICA DE PÁRAMO O EN PELIGRO DE EXTINCIÓN EN EL PARQUE NACIONAL NATURAL EL COCUY Por Fabio Muñoz Blanco. Parque Nacional Natural El Cocuy
INTRODUCCIÓN El 2 de mayo de 1977 el Instituto de Recursos Naturales Renovables y de Protección del Medio Ambiente INDERENA, creó el Parque Nacional Natural El Cocuy. El área protegida que hoy hace parte del Sistema de Parques Nacionales Naturales está localizado en el extremo nororiental de la cordillera Oriental colombiana, en la confluencia de los departamentos de Boyacá, Arauca y Casanare; diez municipios tienen jurisdicción en el área y dos Corporaciones Autónomas Regionales ejercen influencia directa en la zona de amortiguación. El área protegida tiene una extensión de 306.000 hectáreas que abarcan pisos térmicos desde los 600 msnm al oriente, en el Piedemonte llanero, hasta los 5330 metros en la Sierra Nevada de El Cocuy, Güicán y/o Chita; 114.200 hectáreas (37,3 % del área total del parque) corresponden al bioma páramo, esta cifra corresponde al 7,9 % (Ministerio del Medio Ambiente 2002) del área total de los páramos del país, ésto sin tener en cuenta la zona que se encuentra fuera del área protegida (zona de amortiguación). Municipios como Chiscas, El Cocuy, Güicán y Chita, al occidente del Parque tienen jurisdicción dentro del área natural protegida, aproximadamente el 80 % de su territorio está sobre los 3000 metros de altura; el límite del parque en estos municipios está señalado por la cota altitudinal de 4000 msnm. Los municipios en esta región tienen una marcada tendencia al desarrollo de actividades económicas en las zonas de páramo; la frontera agropecuaria va hasta los 3.800 metros de altura (ganadería extensiva y producción de papa); además los pobladores practican la cacería y extracción de flora en la franja del páramo (3200 a 4400 metros) y super páramo (por encima de los 4400 metros).
Historia Los grupos humanos que habitaban la región antes de la Conquista (indígenas U’wa y Laches), desarrollaban actividades cognitivas, rituales y esporádicamente de cacería y extracción de algunas plantas medicinales en los páramos; estos grupos nunca generaron asentamientos en la zona y aún hoy en día la Sierra Nevada tiene la connotación de sitio sagrado para los U’wa: “en la concepción del pueblo U’wa, el páramo es sagrado porque es intocable, la comunidad lo maneja colectivamente, el páramo es un ser vivo, es el nacimiento del agua, es un sitio de habitación de dueños espirituales, y de animales (oso). El manejo del páramo es controlado por sus dueños.”. (Comunidad indígena U’wa - Asociación Centro Nacional Salud y Trabajo CENSAT AGUA VIVA 1999). A la llegada de los conquistadores se inició la ocupación del páramo, durante las siguientes centurias fue lenta, pero a mediados del siglo XX el proceso se aceleró (Cárdenas & González
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1996) debido, entre otras cosas, al incremento de la población, los altos índices de pobreza y las limitaciones del acceso a la tierra. Al occidente del área declarada como Parque Nacional Natural está la Sierra Nevada de El Cocuy, Güicán y/o Chita, una zona cuya belleza paisajística y riqueza histórica han despertado el interés de aventureros nacionales y extranjeros desde hace más de un siglo, generando un centro de endemismos de primer orden en el país. El primer reporte de la exploración de estas cumbres data de 1881; se trataba de un científico geógrafo alemán que intentó ascender a los picos nevados de Pan de Azúcar y Campanillas. Posteriormente, en 1928 se reporta el primer ascenso exitoso a un pico nevado, desde entonces la conquista del superpáramo y las nieves perpetuas de la sierra ha atraído a miles de aventureros.
Problemática Hoy el avance de la frontera agrícola por el costado occidental de la Sierra Nevada amenaza con destruir el bioma paramuno. El cultivo de papa y el desarrollo de la ganadería vacuna, ovina, caprina y caballar en las áreas de alta montaña, han traído como consecuencia la reducción y eventual pérdida de especies de fauna y flora. A esto se suma la extracción de material vegetal para uso medicinal, que si bien ha sido una práctica ancestral en este territorio, hasta ahora algunas especies del superpáramo que habían pasado desapercibidas por lo inhóspito de las tierras donde crecen, una vez superadas las barreras naturales, se han vuelto más vulnerables y apetecidas, hasta el punto de poner en peligro su preservación. De otra parte el desarrollo de asentamientos humanos en el páramo ha incrementado, además, el uso de plantas arbustivas para la preparación de alimentos, cercas para el cerramiento de potreros ganaderos y construcción de infraestructura, ocasionando la reducción de las especies nativas a pequeñas áreas cada vez más amenazadas. En los páramos de la región habita un gran número de especies endémicas cuya conservación se hace aún más difícil debido a la fragilidad de los hábitat donde se reproducen, el escaso conocimiento del ecosistema de páramo, las bajas tasas de propagación de especies, su lentitud en el crecimiento y la extracción insostenible para uso medicinal. Pese a la gran importancia ecológica de la región, no se han desarrollado todavía ejercicios de investigación o propagación de material vegetal de páramo para su conservación. Actividades como jornadas de revegetalización, desarrollo de bancos dendroenergéticos (material vegetal para leña) para la preparación de alimentos o propuestas de preservación de especies en peligro son actividades que, si bien no solucionan la problemática del páramo, pueden ser un importante aporte a su protección. A manera de ejemplo sobre el estado de las especies del páramo, de las doce especies de draba existentes en las inmediaciones de la Sierra Nevada de Güicán, El Cocuy y Chita (Santana- Castañeda 1995), seis son endémicas, algunas de ellas en peligro; los relictos de Polilepis quadrijuga existentes no superan en tamaño las siete hectáreas (Quintero & Quiroga 2000) y se reducen a unos pocos en toda la región; los frailejones (Espeletia spp) que se constituyen por excelencia en la especie emblemática del Páramo, han desaparecido de buena parte del paisaje regional; al anamú, del que se conocen siete especies diferentes en la
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región, le son atribuidas propiedades en la cura del cáncer, carácter que lo convierte en blanco de actividades comerciales. Por otra parte, aunque la causa del detrimento poblacional de fauna silvestre no es exclusivamente la pérdida de hábitat, facilitar ejercicios para su recuperación sí aportaría al mejoramiento de las condiciones de ciertas poblaciones animales, de ahí que sea tan importante la propagación de especies de flora de importancia y relación directa con especies de fauna (Rodríguez & Montenegro 1999). Con los objetivos de promover la conservación de la flora de páramo a través de la investigación para propagar especies endémicas y/o en peligro, de uso frecuente o con potencial promisorio, generar alternativas de uso sostenible para los habitantes de los municipios del norte del departamento de Boyacá en la provincia de Gutiérrez (Chiscas, Güicán, El Espino, El Cocuy, Panqueba, Guacamayas y Chita), y mitigar los impactos por extracción de material vegetal dentro del Parque Nacional Natural El Cocuy y reducción de los relictos boscosos de la región, el equipo humano del área protegida avanza desde hace tres años en el desarrollo de un vivero para la propagación de material vegetal de páramo en el costado occidental del parque, a 3900 metros de altura.
MATERIALES Y MÉTODOS El ejercicio desarrolla la investigación en torno a la propagación de especies de páramo, propicia la revegetalización de especies en peligro, fomenta el conocimiento del páramo entre los habitantes y visitantes del Parque y avanza en la formulación de propuestas alternativas, novedosas y económicamente viables con especies promisorias. La propuesta, que no cuenta con apoyo técnico ni económico de otras instituciones académicas ni gubernamentales, actualmente es asumida por el equipo humano del Parque Nacional Natural El Cocuy y algunos miembros de la comunidad aledaña al sitio donde éste se localiza. El primer paso para el desarrollo del proyecto fue la ubicación de un área apropiada, su cerramiento y adecuación; simultáneamente se trabajó en la identificación de especies de interés entre la comunidad y otras emblemáticas representativas de la región, para apoyar prácticas de revegetalización en áreas degradadas. La propuesta contempla la participación de la comunidad en las diferentes etapas y actividades como el diagnóstico de especies en las que se trabaja, la construcción de la infraestructura, la recolección de semillas, la siembra, riego, embolsado y revegetalización con el material propagado. Adicionalmente, orientada por los funcionarios del Parque se plantea una propuesta de investigación comunitaria que, no obstante, tiene serias limitaciones conceptuales y técnicas. Dadas las condiciones climáticas de la zona donde se localiza el proyecto, se realizan dos tipos de ejercicios de siembra y mantenimiento, uno en invernadero y otro en condiciones ambientales naturales con el objeto de determinar la pertinencia de uno y otro ejercicio.
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La propagación del material vegetal se realiza exclusivamente por semilla, sin prácticas adicionales para la germinación aprovechando las condiciones naturales del suelo.
RESULTADOS La participación de la comunidad ha permitido mayor comunicación y acercamiento entre las instituciones y los habitantes, mejor conocimiento de las dinámicas naturales del ecosistema entre quienes participan del proyecto; facilita y disminuye los costos de operación y vigilancia, y propicia el desarrollo de propuestas de conservación desde las comunidades. Las pruebas iniciales permitieron establecer que, dadas las condiciones extremas del sitio donde se localiza el vivero y con el objeto de prevenir alteraciones por heladas, granizo, vientos fuertes y facilitar las operaciones permanentes por parte de los operarios; es importante desarrollar el ejercicio bajo condiciones de invernadero y con un control adecuado de luminosidad en el área de germinación (polisombra del 70%). No necesariamente se debe enriquecer el suelo de páramo adicionando abonos, ni elementos correctivos; es importante mantener, eso sí, las condiciones naturales del suelo donde se desarrollan las especies a propagar. Las plantas propagadas en alturas superiores presentan mejor aclimatación y adaptación al páramo que las producidas en condiciones de inferior altitud y permiten mayores porcentajes de crecimiento y desarrollo. Las especies inicialmente escogidas para la propagación son: colorado (Polilepis cuadrijuga), Raque (Vallea stipularis), cucharo paramero (Myrsine dependens), palo blanco (Buddelja lindenii), frailejón (Espeletia grandiflora, Espeletia lopezzii, Espeletia sp), lítamo real (Draba cocuyensis, Draba arauquinsis, Draba litamo), árnica (Senecio formosus), blanquizco (Senecio niveo aureo), guasgüin (Microchete corymbosa). Hasta el año 2002 más de 30.000 plantas han sido propagadas, 10.000 árboles de páramo han sido plantados por estudiantes y habitantes de la región en los municipios de Chiscas, Güicán, El Cocuy y Aquitania en el departamento de Boyacá y El Cerrito en el departamento de Santander. Cuarenta estudiantes de la región han apoyado las labores del vivero y se han realizado cinco jornadas de revegetalización con estudiantes, campesinos y funcionarios del Parque Nacional.
DISCUSIÓN Como conclusiones parciales de estos experimentos se ha identificado: La necesidad de contar con mayor disponibilidad de material de páramo para incentivar la siembra de especies dendroenergéticas o de uso en la preparación de alimentos entre las comunidades campesinas. Es importante también desarrollar pruebas técnicas que permitan una mayor comprensión del ejercicio y suministren información relevante como apoyo a experiencias similares en otras regiones.
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Se debe propiciar un mayor acercamiento entre la academia, a través de las universidades, con las comunidades de la región y el Parque Nacional Natural El Cocuy, para generar mayor información técnica y científica, orientar mejor el proceso y permitir mayores logros del mismo. Se hace pertinente iniciar y consolidar procesos educativos alrededor del tema con las comunidades aledañas y los visitantes de la Sierra Nevada. El ejercicio realizado debe apuntar a la creación de un centro de investigación regional para la propagación de flora paramuna. El proyecto debe promover la consolidación de una propuesta de producción con especies de páramo económicamente viables y ambientalmente sostenibles como estrategia de conservación del ecosistema. Se hace necesario incrementar el número de especies propagadas y desarrollar estrategias para la revegetalización de áreas de importancia que permitan la conservación de las mismas. Deben practicarse ejercicios con parcelas para la investigación y el desarrollo especies de uso intensivo con potencial uso medicinal; así se establecerá una alternativa productiva económicamente viable y ambientalmente sostenible para los habitantes.
Tabla 1: épocas y tiempos de germinación establecidos en el vivero “Alto de la Cueva” a 3900 msnm; P.N.N. El Cocuy. * Se ha podido establecer que la semilla del primer semestre del año presenta menor porcentaje de germinación por las heladas que se presentan en los meses de diciembre a febrero. Fuente: Funcionarios Parque Nacional Natural El Cocuy.
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Lítamo Real (Draba spp.): Planta propia del superpáramo, crece en grietas de las rocas o en suelos arenosos. Se utiliza para purificar la sangre y dolores o problemas renales (Cordero 1987); se considera también una planta afrodisíaca y elíxir de la vida, por esta razón es extraída intensivamente. Guasgüin (Microchete corymbosa): Planta propia del superpáramo, se utiliza para afecciones hepáticas, hace parte del costumbrismo local (Cordero 1987). “ P’a la lora que tenés, Hermanito Serafín, ponle miel con yerbabuena, sanalotodo o Guasgüin”. Árnica (Senecio formosus): se desarrolla en el páramo, es utilizada para curar heridas en animales, para masajear partes afectadas por dislocaciones de los huesos en los humanos, en infusión es utilizada para limpieza del hígado, combatir el asma y fortalecer el corazón. Frailejón (Espeletia spp): Planta emblemática del ecosistema páramo; se usa para tratar enfermedades de los pulmones como el asma y la bronquitis, dolor de oído; en cataplasmas son buenas para aliviar el reumatismo; la resina (trementina) es usada para el dolor de oído, fabricación de pólvora, incienso y en la industria de jabonería; los troncos son utilizados para la construcción de viviendas por sus propiedades térmicas. Colorado (Polilepis quadrijuga): árbol de 4 a 10 metros de altura, considerada la planta arbórea que crece a mayor altitud (4000 msnm), usado para cercas vivas, pilotes de cercas, botalones, entramado en casas de frailejón, herramientas, artesanías y leña para preparación de alimentos. Palo Blanco (Buddleja lindenii): árbol de 6 a 8 metros de altura (Rojas & Meléndez 1996), crece principalmente entre los 3200 a 3400 m pero se encuentra hasta los 3700 msnm se usa en cercas vivas, ebanistería, cabos para herramientas, artesanías y leña para preparación de alimentos. Raque o San Juanito (Vallea stipularis): Árbol de 10 metros de altura, crece entre los 2400 y los 3400 msnm Es usado como cerca viva, control de erosión y alimento de avifauna. Cucharo paramero (Myrsine dependens): Se usa para control de erosión, leña para la preparación de alimentos y alimento de la avifauna. Tabla 2: Usos de plantas propagadas en el vivero “Alto de la Cueva” a 3900 msnm por habitantes de la región; P.N.N. EL COCUY.
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AGRADECIMIENTOS A los funcionarios del Parque Nacional Natural El Cocuy y habitantes de la región que han colaborado con el desarrollo del vivero y suministraron la información contenida en el artículo. A Mario González, de la Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales ( U.A.E.S.P.N.N.), quien apoyó con la edición del artículo.
LITERATURA CITADA Asociación Centro Nacional Salud y Trabajo CENSAT AGUA VIVA, 1999. Páramos y bosques de niebla: Cuarta conferencia latinoamericana de páramos y bosques alto andinos. Asociación de cabildos y autoridades tradicionales indígenas U’wa, Santafé de Bogotá D.C. Colombia. Cárdenas Támara, & F. González. 1996. El páramo, un paisaje deshumanizado: El caso de las provincias del Norte y Gutiérrez (Boyacá, Colombia) En: Memorias ambientales de las provincias de Norte y Gutiérrez, Boyacá (1990 - 1996), Santafé de Bogotá. 1996. Cordero Pérez, Luis Hernando & Blanco Torres, Yelson Mesías. 1987. Reconocimiento de especies de Flora y Fauna del Parque Nacional Natural El Cocuy. Fundación Universitaria García Rovira, Norte y Gutiérrez. Facultad de Ingeniería Forestal. MINISTERIO DEL MEDIO AMBIENTE. Páramos: programa para el manejo sostenible y restauración de ecosistemas de la alta montaña colombiana. Imprenta Nacional de Colombia. Bogotá D.C. 2002. Quintero Martínez, & C. Quiroga Jaimes. 2000. Germinación y desarrollo inicial de polylepis cocuyensis Killip & Cuatr. En: Seis substratos diferentes en condiciones de vivero a 3950 msnm en el Municipio de El Cocuy Boyacá. Universidad Industrial de Santander (U.I.S.), Facultad de Ingeniería Forestal. Málaga - Santander. Rodríguez, & M. Montenegro Maureen. 1999. Gestión para la conservación de especies de fauna silvestre amenazadas en páramos y bosques andinos. En: Páramos y bosques de niebla: IV conferencia latinoamericana de páramos y bosques altoandinos. Rojas Meléndez. 1996. Reproducción asexual por estaca de: Buddleja lindenii (Palo Blanco), Cordia acuta Pittier (Palo negro), Escallonia myrtilloides L.f. (Tibar), Podocarpus montanus (Willd) Loddiges (Pino montañero), Polylepis boyacensis (Colorado) y Weinmannia tomentosa L.f. (Encenillo), en el municipio de El Cocuy (Boyacá). Universidad Industrial de Santander (U.I.S.). Facultad de Ingeniería Forestal. Málaga - Santander. Santana-Castañeda. 1995. Estudios de Draba de Colombia II, una nueva especie de la Cordillera Oriental. pp. 425 - 427 en: Caldasia 17 (82)85).
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Agroforestería sustentable en el páramo
Robert Vicente Yaguache O.
LA AGROFORESTERÍA Y LA AGRICULTURA SUSTENTABLE COMO ALTERNATIVAS PARA EL MANEJO DE PÁRAMOS Por Robert Vicente Yaguache O.
RESUMEN La agroforestería como práctica de uso de la tierra, y la agricultura sustentable como un enfoque de producción sustentable, sin lugar a dudas se convierten en dos alternativas que contribuyen al manejo de los recursos naturales de los Andes, en especial de los páramos y bosques nativos; permitiendo el desarrollo de actividades para obtener suficientes productos y servicios en las partes bajas y disminuir la presión a estos ecosistemas. La agroforestería es una práctica tradicional con un nombre nuevo, utilizada en diferentes combinaciones desde tiempos inmemorables. Su implementación en los Andes ha permitido contribuir al desarrollo forestal mediante el uso de metodologías participativas y tecnologías productivas. Este proceso ha llevado a establecer una serie de prácticas aplicables a la región andina, las cuales brindan productos y servicios para aumentar la productividad de las parcelas, generar ingresos y mejorar la seguridad alimentaria de las familias. Por su parte, la agricultura sustentable es una respuesta al deterioro de la calidad de los recursos naturales y de la base productiva de la agricultura moderna. Por lo tanto su enfoque proporciona principios ecológicos básicos para estudiar, diseñar y administrar agroecosistemas sustentables, permitiendo conseguir una agricultura más productiva, más diversificada y en armonía con el medio ambiente. Este pequeño documento, es una síntesis conceptual y práctica para el desarrollo de estas dos alternativas y su relación con el manejo de recursos naturales de los Andes. Palabras clave: Páramos, agroforestería, medio ambiente.
ABSTRACT Agroforestry, which focuses on land-use practices, and sustainable agriculture, which focuses on sustainable production, are without doubt two alternatives that contribute to natural resource management in the Andes, especially in the areas of alpine grasslands and native forests. Both practices allow for the development of activities that provide sufficient products and services in lower areas, in order to diminish pressure on these ecosystems. Agroforestry is a traditional practice with a new name, which has been used for centuries in different ways and combinations. The implementation of agroforestry in the Andes has contributed to forestry development, with the use of participatory methodologies and productive technologies. This process has resulted in the establishment of a series of practices applicable to the Andean region, offering products and services related to the improvement of farm productivity, as well as generating income and improving food security for rural families.
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Robert Vicente Yaguache O.
Sustainable agriculture is a response to the deterioration of the quality of natural resources, and of the productive base of modern agriculture. It focuses on ecological principles in order to study, design and administer sustainable agroecosystems, allowing for a more productive and diversified agriculture in harmony with the environment. This document is a conceptual and practical synthesis for the development of these two alternatives and their relation to natural resource management in the Andes. Key words: páramos, agroforest, enviromment.
INTRODUCCIÓN Actualmente los recursos naturales de los Andes están amenazados por varios fenómenos como son el incremento de la pobreza, la desertificación, el aumento de la población y mayor parcelación de los predios agrícolas, etcétera. La amenaza se extiende hacia los páramos y bosques nativos altoandinos que son dos ecosistemas ricos en biodiversidad, con una función primordial de regulación hídrica. Las poblaciones campesinas e indígenas consideran a los páramos y bosques como su capital natural que les permitirá generar ingresos con la conversión de áreas para agricultura y ganadería. Este incremento de la frontera agrícola traerá problemas con impredecibles consecuencias si no se desarrollan estrategias de manejo sustentable. En este contexto, la agroforestería y la agricultura sustentable se convierten en dos alternativas que contribuyen al manejo sustentable de recursos naturales, sobre todo para disminuir la presión a estos ecosistemas, desarrollando actividades en las áreas de ladera con la perspectiva de obtener productos y servicios a través del mejoramiento de los sistemas de producción. La implementación de actividades agroforestales y agroecológicas requieren de una participación activa de las comunidades a través de programas de extensión participativa que les considere como sujetos de su propio desarrollo, puesto que el territorio de vida de las familias andinas no se circunscribe únicamente a las laderas, sino que mantienen una interrelación de vida desde los páramos hasta el valle.
LA AGROFORESTERÍA EN LOS ANDES Los Andes se han convertido en ambientes permanentemente afectados por acciones de degradación, que toma varias formas interrelacionadas: la erosión de los suelos, la contaminación de aguas, la deforestación, la presión sobre bosques nativos y páramos para ampliación de la frontera agrícola, la extinción de especies, entre otros. Estos procesos impactan en todos los sectores de la economía rural y están llevado al agotamiento de los recursos naturales. La erosión se ha convertido en uno de los problemas más serios de la Sierra ecuatoriana; prácticamente toda ella se encuentra aquejada por problemas potenciales de erosión debido a pronunciadas pendientes y malas prácticas de manejo agrosilvopastoril con especies introducidas. En los suelos ubicados sobre los 1. 200 msnm; el 74% del relieve corresponde a
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suelos con más del 50% de pendiente, los que están expuestos a procesos erosivos, y el 47% del territorio nacional tiene problemas de erosión, perdiéndose entre 80 y 200 con/ha/año (Añazco, 2000). La deforestación, al igual que la erosión, se ha destacado como uno de los dos principales problemas ambientales. Anualmente en el Ecuador se deforestan entre 100 000 y 200 000 ha; la deforestación es crítica desde hace varios siglos. Mientras que en 1962 existían 15,64 millones de ha de bosques, esta cifra descendió a 10,9 millones en solamente 29 años (Barrantes et al 2001), es decir una promedio de 163 448 ha perdidas anualmente. Según datos del Programa de Bosques Nativos (PROBONA), persisten aproximadamente cuatro millones de hectáreas de vegetación arbórea o arbustiva por encima de los 1200 msnm (el 16% del total de la cobertura vegetal existente). La tendencia es alarmante, más aún cuando la población aumenta. Las tierras para agricultura y ganadería son cada vez menos productivas; existe un fenómeno aún con consecuencias imprevisibles por el tema del agua. Es evidente el incremento de la frontera agrícola en áreas de ecosistemas como bosque nativo y páramos, cuya importancia central es la regulación hídrica. Por lo general los Andes mantienen cuatro ambientes ecológicos o ecosistemas: el páramo, el bosque nativo, la ladera y el valle. En este contexto, resulta que las acciones que se desarrollan en las laderas y los valles contribuyen enormemente al manejo de bosques y páramos; esta contribución se enmarca en el mejoramiento de la producción en las partes bajas. La agroforestería precisamente apoya a este proceso, sobre todo porque es una práctica de uso de la tierra que da la oportunidad de combinar cultivos, pastos, animales con árboles, cuya interacción contribuye con productos y servicios para intervenir menos en las partes altas. Entre los productos y servicios de mayor relevancia están: Productos: - Obtención de leña, forraje, frutas, medicinas, madera, productos no maderables, etcetera - Aporte de materia orgánica y nutrientes al suelo. Servicios: - Protección a los cultivos de la incidencia de vientos fuertes y de heladas - Evitar el paso de personas y de animales - Facilitar la división de terrenos y propiedades - Protección de los suelos de la erosión - Captura y fijación de carbono - Contribuye en la regulación hídrica - Mantiene la biodiversidad y mejora el paisaje
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La agroforestería es una práctica tradicional de uso de la tierra con un nombre nuevo. Los Mayas hace más de 2000 años usaron el sistema de Chinampas cultivando árboles junto a sus productos agrícolas; los Incas en América del sur utilizaron las terrazas para los cultivos y evitar la erosión; en 1856 en Birmania se utilizaron los sistemas taungya, etcétera. Esto muestra que la agroforestería ha estado presente en la actividad agropecuaria en diferentes combinaciones desde tiempos inmemorables (Añazco 2000). Existen varias definiciones, aunque algunas se diferencian sólo por algunos términos. Ocaña (1994), define a la agroforestería como “el conjunto de técnicas de uso de la tierra donde se combinan árboles con cultivos anuales o perennes, con animales domésticos o con ambos. La combinación puede ser simultánea o secuencial, en el tiempo o en el espacio. Tiene como meta optimizar la producción por unidad de superficie, respetando el principio de rendimiento sostenido y las condiciones ecológicas, económicas y sociales de la región donde se practican” (Adaptación al concepto de Budowski). Luego de varios años de trabajo en agroforestería, algunos proyectos e instituciones han aportado para establecer una clasificación de prácticas agroforestales para la región Andina, que se presenta en la tabla 1.
Tabla 1. Clasificación de las prácticas de agroforestería para la región Andina.
Los productos y servicios que se pueden obtener a partir de las diversas prácticas, abren la posibilidad de establecer y manejar sistemas productivos con un mejor uso. Sobre todo, la oportunidad de establecer plantaciones forestales en pequeños predios o minifundios que es la característica de tenencia de la tierra en los Andes, convirtiéndose además, en una alternativa para el desarrollo forestal, pues mediante un proceso innovativo de extensión se pueden potenciar las habilidades y destrezas de las familias campesinas e indígenas para que ellas mismas diagnostiquen, planifiquen, ejecuten y evalúen sus actividades agroforestales. Existe una variedad de especies con múltiples usos en los Andes que se pueden aprovechar en diversas prácticas. La selección de la especie a utilizar está en función de los objetivos de plantación que tenga la familia, y del ambiente ecológico donde se establezca la plantación; los objetivos pueden ser de diversa índole, desde económicos, sociales hasta ecológicos. En la tabla 2 se presenta una posibilidad de uso de especies. Los Andes no están fuera de acontecimientos actuales como: el incremento de pobreza, la desertificación, pérdida de fertilidad de los suelos; empeorándose aun más las condiciones por la globalización, costos de producción elevados, problemas con los mercados y menos
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Tabla 2. Posibilidades de utilización de especies para agroforestería en los Andes.
posibilidades de crédito e industrialización de productos. Estos fenómenos afectan la motivación de las familias campesinas a establecer plantaciones, pues en algunos casos los ingresos generados por la actividad agropecuaria ya no son el soporte dentro de su economía, convirtiéndose la venta de su fuerza de trabajo y el comercio en las estrategias que facilitan la generación de mayores ingresos para el bienestar familiar. En este contexto los objetivos de las prácticas agroforestales podrían encaminarse a establecer plantaciones para obtener productos en más corto plazo como forraje, biomasa para materia orgánica, utilizando especies como el aliso (Alnus acuminata), morera (Morus alba), guato o porotón (Erythrina edulis), entre otros; e incorporando algunos frutales con posibilidades económicas como aguacate (Persea americana), mora (Rubus sp.), granadilla (Passiflora ligularis L.), taxo (Passiflora mollissima HBK), etcétera. Por lo descrito anteriormente, la agroforestería se convierte en una estrategia para el manejo sustentable de los recursos naturales, siendo necesario para su implementación la ejecución
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de una propuesta de extensión participativa, que permita un diálogo de saberes de una forma cooperativa y horizontal entre los técnicos/extensionistas y las familias/promotoras, por medio de la cual se fortalezcan las capacidades propias de las familias y comunidades para su gestión. Una propuesta de extensión participativa es el Desarrollo Forestal Comunal (DFC), que apunta a satisfacer las necesidades de hombres y mujeres a partir de las actividades forestales, la conservación de plantas y animales, el manejo de suelos y aguas, así como el rescate y preservación de valores culturales asociados a los bosques. Según Paulson (1998), el desarrollo forestal comunal plantea el desafío de desarrollar nuevos modelos que permitan balancear sus tres principales objetivos: el mejoramiento ambiental, la seguridad de susbsistencia y la generación de ingresos. Coexiste en una relación de complementariedad y contraste con otros enfoques; hace una profunda revisión a los modelos forestales tradicionales con objetivos industriales y comerciales, para visualizar un desarrollo que no se base principalmente en la generación de ingresos y capital. El DFC se rige por el principio de que la conservación de los recursos naturales y el mantener los sistemas socioculturales son prioritarios; pretende además, contribuir a la formulación de estrategias y políticas nacionales que permitan una mayor participación de las poblaciones rurales en la gestión ambiental y como actores principales en el manejo de sus recursos naturales. Es decir (Jordan et al 1999), se trata de una propuesta que pretende hacer efectivos los derechos humanos de sus miembros, hombres y mujeres, contribuyendo a la construcción de sociedades más equitativas. De esta manera se concibe el desarrollo forestal no sólo como bosques o árboles, sino como la mutua relación de los recursos naturales, es decir como partes interdependientes e imprescindibles. El agua, el suelo y la vegetación son igualmente manejados y valorados por las familias de los Andes; por eso la integralidad es un principio clave que guía este proceso. En el mismo sentido, lo comunitario es un concepto dinámico y flexible que se refiere a la identificación de objetivos y acciones comunes que aglutinan, convocan y movilizan el sentimiento, la vocación, el esfuerzo, el pensamiento y la acción colectivos (Jordan et al 1999, Paulson1998).
LA AGRICULTURA SUSTENTABLE La conceptualización sobre agricultura sustentable es una respuesta relativamente reciente al deterioro de la calidad de los recursos naturales, o de la base productiva de la agricultura moderna. Para conseguir una agricultura sustentable es preciso orientarla hacia la agroecología, pues proporciona los principios ecológicos básicos para estudiar, diseñar y administrar agroecosistemas sustentables, ofreciendo un nuevo panorama y un conjunto de directrices para una agricultura más productiva, más diversificada y en armonía con el medio ambiente; se trata de manejar la agricultura con un enfoque de sistemas. La agroecología desarrolla un enfoque de agricultura fuertemente ligada al medio ambiente, y más sensible socialmente; centrada no sólo en la producción, sino también en la sostenibilidad ecológica del sistema de producción; pone mayor énfasis en los experimentos de campo, permitiendo así una mayor participación de los agricultores en el proceso de investigación.
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La agroecología es una disciplina considerada como el fundamento científico de la agricultura sustentable, pues brinda conceptos y principios ecológicos para analizar, diseñar, administrar y conservar recursos de sistemas agrícolas; la agroecología integra saberes indígenas/ campesinos con el conocimiento técnico moderno, y contempla principios vitales como la biodiversidad, el reciclaje de nutrientes, la sinergia e interacción entre los diferentes cultivos, animales y suelo, además, en la regeneración y conservación de los recursos (Altieri 1999). Una de las vías para que los sistemas actuales de producción convencional disminuyan sus impactos ecológicos y económicos, es entrar en un proceso de conversión agroecológica, comenzando por una eliminación progresiva de insumos externos, pasar luego a un uso eficiente, posteriormente a la sustitución de insumos y avanzar al rediseño del sistema; en este proceso, al principio la productividad disminuye, pero luego se incrementa, conforme se avanza con el proceso. Al comienzo del manejo agroecológico existe pérdida de ingresos netos por año, pero después se obtendrán ganancias, conforme el manejo convencional vaya desapareciendo. En la figura 1 se representa gráficamente este proceso.
Figura 1. Proceso de conversión agroecológica. Adaptado de Altieri 1999.
La conversión del sistema tradicional exige una inversión importante en investigaciones que respondan a los problemas concretos vividos por los pequeños productores, tratando además de instrumentalizar los servicios públicos y privados de la extensión rural con metodologías adecuadas a los procesos participativos; ambas acciones exigen indudablemente un cambio en el perfil profesional de las ciencias agropecuarias en las universidades (http:// www.clades.org/r7-art2.htm). Entre los sistemas de producción propuestos por Altieri (1999) para entrar en proceso de conversión agroecológica, están: a) Sistemas de policultivos, sobre todo para disminuir riesgos de plagas y enfermedades y del mercado; dar un mayor aprovechamiento al uso de la tierra; y obtener mayores rendimientos por unidad de superficie. b) Uso de cultivos de
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cobertura y mulch, para mejorar la estructura del suelo y la capacidad de infiltración, prevenir y proteger los suelos de la erosión, incorporar materia orgánica, reducir la competencia entre el cultivo principal y las plantas arvences, etc. c) Rotación de cultivos y labranza mínima; para crear una fertilidad equilibrada e incluir un cultivo extractivo; incorporar cultivos de leguminosas y otros con diferentes sistemas de rotación; separar cultivos con plagas similares y susceptibilidad a las enfermedades; rotar cultivos susceptibles a las malezas con cultivos que las detengan; usar cultivos para abonos verdes, y aumentar el contenido de materia orgánica. d) Establecimiento de sistemas agroforestales, pues son varias las ventajas de éstos: en el orden ambiental, con una función protectora de los árboles al suelo, la hidrología y las plantas; socieconómicamente, los sistemas agroforestales pueden aumentar el rendimiento total por unidad de superficie, los diferentes productos podrían ser utilizados como insumos para la producción de otros y ofertan productos como leña y madera. Venegas (2000), plantea una metodología con siete indicadores de sustentabilidad predial, con la finalidad de establecer cuál es el avance o los efectos de la aplicación de un determinado conjunto de prácticas de manejo sobre el agroecosistema y apreciar la conversión agroecológica. Los indicadores propuestos son: el porcentaje de materia orgánica en el suelo, la utilización de residuos orgánicos para incrementar el reciclaje, el porcentaje de retención de agua en el suelo, la regulación biótica, la pérdida de suelo por erosión, contaminación del agua con NO3, y el índice de diversidad.
LITERATURA CITADA Altieri, M.A. 1999. Agroecología. Bases Científicas para una Agricultura Sustentable. Editorial Nordan - Comunidad. Montevideo, Uruguay. 338 p. Añazco, M. 2000. Introducción al manejo de los recursos naturales y a la agroforestería. módulo I. Red Agroforestal Ecuatoriana - CAMAREN. Editorial Rispergraf. Quito, Ecuador. 119 p. Barrantes, G., H. Chaves, y M. Vinueza. 2001. El bosque en el Ecuador, una visión transformada para el desarrollo y la conservación. COMAFORS. Editorial Imprefepp. Quito, Ecuador. 79 p. Jordan, Ch., C. Herz, M. Añazco y M. Andrade. 1999. Construyendo cambios, desarrollo forestal comunitario en los Andes, Una propuesta de manejo participativo de los recursos naturales renovables para el nuevo milenio. DFC -FAO. Editorial Pixeldot. Quito, Ecuador. 446 p. Ocaña, D. 1994. Desarrollo forestal campesino en la Región Andina del Perú. Proyecto FAO-Holanda. D.C. MURAKAMI. Lima, Perú. 218 p. Paulson, S. 1998. Desigualdad social y degradación ambiental en América Latina. Programa Bosques, Árboles y Comunidades Rurales, Ediciones Abya-Yala, Quito, Ecuador. 161 p. Venegas, R. 1999. Indicadores de sustentabilidad predial. Módulo III, Magister Internacional en Desarrollo Rural y Agricultura Sustentable. CDS - Universidad Católica de Temuco. Chile. 4 p. http://www.clades.org/r7-art2.htm. Jean Marc von der Weid. s/año. Agroecología y agricultura sustentable. - ASPTA, Brasil.
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Gestión: un modelo de ambiental en el Nororiente
Juan Carlos Alemán-Mógenes
LA REGIÓN DEL NORORIENTE, MODELO DE GESTIÓN AMBIENTAL: OTRA CONSTRUCCIÓN DE LA COTIDIANIDAD Por Juan Carlos Alemán-Mógenes
RESUMEN En la región del Nororiente se viene construyendo un proceso de articulación entre los diferentes actores públicos, privados y comunitarios, pensado de acuerdo con los avances que las propias dinámicas lo permitan, considerando lo técnico, lo político y lo comunitario. Esta articulación busca la conservación de los sistemas naturales y los elementos culturales que representan la identidad de nuestras poblaciones, aún existentes en la Región. Palabras clave: Articulación, conservación, cultura, ecosistemas naturales, región.
INTRODUCCIÓN Hace más de cuatro años entre las Corporaciones Autónomas Regionales de Boyacá, Norte de Santander y Santander, con sus entidades territoriales, se inició la construcción de un proceso de cohesión institucional sobre el tema de los recursos naturales, entendiendo la gran dispersión de recursos, la duplicidad de esfuerzos, el aislamiento de la academia, las limitantes del período de gobierno de los administradores, en fin, innumerables de fenómenos que vienen deslegitimando en lo local la posibilidad del Estado de conservar el patrimonio natural, pero igualmente buscando recuperar y mantener lo cultural de nuestros territorios. La cohesión institucional se dividió en dos grandes momentos: en una primera instancia la elaboración de una serie de elementos conceptuales, sobre la base de la experiencia profesional e institucional de los participantes, en donde se definió igualmente un marco estratégico sobre el cual actuar, y al mismo tiempo se establecieron los límites ecosistémicos de actuación, articulados al eje de la política, el agua, entendidos como los que le han permitido a los territorios conformar escenarios culturales perfectamente definidos, pero integrados a dinámicas naturales, económicas y sociales. El segundo momento está referido a la institucionalización del proceso, que se inicia con la firma del Convenio 049 de julio de 1999, en donde el Ministerio asume un rol protagonico, estableciendo unos compromisos económicos e institucionales de acompañamiento nacional, que le han permitido posicionarse en las diferentes esferas nacionales e internacionales hoy reconocida como una de las alianzas más importantes en materia de cooperación institucional que tiene el país. La cooperación de las instituciones del Nororiente en torno a recursos naturales se fundamenta en la cooperación técnica, económica, logística y administrativa, pero entendiendo que el convenio es un instrumento de institucionalización mas no un nuevo ente con estructura propia , que permite la ejecución de acciones; un facilitador y articulador de lo territorial, lo integral, lo complementario y lo subsidiario. Las responsabilidades y prioridades
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establecidas al interior del convenio, son asumidas por el Sistema Nacional Ambiental y el Ministerio del Medio Ambiente. Sobre la base de estas premisas, los avances del convenio en términos de acciones están signados justamente por los progresos de las entidades territoriales, corporaciones autónomas regionales, instituciones y organismo no gubernamentales del árca de los recursos naturales y el ambiente, de los cuales hoy existe un constructo que es necesario sistematizar, internalizar y socializar, de tal forma que se estructura como una filosofía de actuación en función de la conservación, el territorio y el desarrollo. Igualmente se gestionan y desarrollan seis proyectos, de los cuales cuatro se ejecutan sobre los Páramos (Cocuy, Rabanal, Mamapacha - Vijagual, Santurban), bajo la premisa de ser el escenario ecosistémico que presta los servicios ambientales a cerca del 80% del total de la Región del Nororiente. Los proyectos se centran en el manejo y conservación de los recursos naturales en función de los territorios y su desarrollo, puesto que desde la diversidad biológica y cultural se construye una relación más armónica entre lo natural y el hombre.
Enfoque El territorio está compuesto por un sistema rural, un centro urbano y como nuevo elemento las áreas protegidas, convirtiéndose en el eje para construir un modelo de desarrollo hacia adentro, a partir de la conservación de lo natural y lo cultural, propiciando escenarios sociales de construcción democrática, en los que los actores son los sujetos activos de las decisiones que lo afectan, y los compromisos se asumen por las diferentes partes, actuando con principios de relacionamiento sustentados en la sostenibiliad, los roles, la subsidiaridad, la complementariedad y la ética.
El sistema rural, en lo natural, lo social, lo económico y lo institucional, se afinca en los bienes y servicios ambientales que presta hacia adentro y hacia fuera; las relaciones de poder que se construyen alrededor de las posibilidades que aspiran colectiva e individualmente a tener las comunidades asentadas en lo rural, pensando en una visión de la calidad de vida, elaborada por una sociedad de consumo y en conflicto de intereses, generando transformaciones internas individuales y colectivas de valores, costumbres, hábitos, en donde la palabra, la honestidad, el compromiso, la humildad, la hospitalidad, se han desdibujado con el pasar del tiempo y la ampliación de la brecha entre los que tienen la posibilidad de acumular y los que no la tienen.
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Estas nuevas comunidades y grupos sociales generan formas y esquemas de apropiación e intervención sobre la tierra que se sustentan en modelos extractivos, no solamente de la base natural, sino también de lo cultural, lo social y lo comunitario, comprometiendo de esta forma el cimiento de sustentación de lo rural en el mediano y largo plazo, en la medida que independientemente de las transformaciones interiores de las personas y los grupos, estas poblaciones mantienen una tasa de crecimiento constante, que implica reproducir en lo rural sociedades de consumo a ultranza. En tanto los patrones culturales esenciales (valores y cosmovisiones), se recuperen y se mantengan adaptados a las nuevas lógicas de la globalización, con el saber y el conocimiento que los internalice como la forma de construir proyectos de vida de forma individual y comunitaria, es que se hace factible pensar en un modelo de conservación hacia adentro, en donde todo un grupo de individuos con sus instituciones (familias, juntas, gremios, etc.) están pensando en el presente, sin perder de vista el horizonte de sus hijos. Al mismo tiempo, en la administración pública se debe pensar en las posibilidades que tienen las comunidades de conservar sus patrones culturales, que se encontraban asociados a una relación armónica con los recursos naturales, pues era claro que de ellos se obtenían todos los bienes y servicios necesarios para mantener una calidad de vida, relacionada con el entorno en el que se desenvolvían, y no aquella que tiene que ver con el cemento y el concreto. La administración pública local y regional debe crear un escenario donde su gestión se fundamente en la inclusión, el diálogo de saberes, la integralidad, lo sistemático, lo justo, la información de calidad y oportuna; bajos estos principios la administración de lo público construye un nuevo esquema de intervención, donde los actores son sujetos de la conservación y el desarrollo. Los mecanismos para facilitar estos procesos se encuentran diseminados en la normatividad colombiana, y los territorios y la región tienen la responsabilidad de crear los escenarios donde apliquen cada uno de los principios. Es aquí donde las decisiones individuales de los actores tienen unas implicaciones que trascienden a grandes grupos poblaciones; en tal sentido, el enfoque se construye desde los diferentes actores que intervienen y/o afectan la relación conservación y desarrollo.
Horizonte Construir la Región del Nororiente colombiano en forma concertada, participativa e integrada a un modelo de desarrollo territorial, en el que la base natural sea el elemento integrador. Conciliar una coherencia institucional en la gestión para la conservación de los recursos naturales, reconociendo la diversidad cultural y natural, pero al mismo tiempo construyendo los territorios que durante décadas se han mantenido articulados por las dinámicas sociales y naturales en forma inercial.
Niveles de Gestión La gestión ambiental es factible en la medida en que se integre lo territorial y lo sectorial, entendido lo primero como el escenario geográfico concreto en donde los patrones sociales,
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económicos y naturales se reproducen en forma similar, y entre los cuales se presenta una interrelación constante, pero al mismo tiempo cuando se pasa de un territorio a otro existe la posibilidad de encontrar rasgos del uno y del otro, hasta que por las dinámicas propias se vuelven disímiles en los diferentes niveles, y se pasa a otra región. Lo territorial para la nación es factible en la medida en que lo sectorial se expresa; por lo tanto la responsabilidad de los territorios de intentar articular un elemento parcelado a una realidad única, resulta ser la mayor responsabilidad en los procesos de gestión, pues en este nivel se presenta lo que hoy se ha llamado la alianza estratégica, pero que en realidad es la coherencia institucional para cumplir los roles que establece la norma en el marco de los diferentes sistemas. Con estos dos argumentos el proceso de la Región Nororiente se fundamenta en ambos niveles, en donde lo rural con sus diferentes expresiones y lo urbano son los dos escenarios geográficos, pero al mismo tiempo y un poco más complejo, lo sectorial se aborda desde lo normativo, lo académico y lo natural.
Nivel geográfico En lo geográfico encontramos dos visiones para la gestión (tabla 1): lo académico, en donde las discusiones se sumergen en lo regional e intentan establecer básicamente unas unidades de planificación que integren elementos comunes sin perder la heterogeneidad y así orientar la gestión, en otro ámbito, lo natural concibe el escenario geográfico desde su entorno, encontrando relaciones a partir del intercambio de información genética en la respuesta a la adaptación de las especies.
Tabla 1. Niveles de gestión y planeación
Intentando integrar las dos visiones, logramos encontrar para la Región tres sistemas sobre los cuales sea factible mantener lo territorial y lo natural pero al tiempo consolidar las relaciones funcionales, que se expresan en los sistemas urbanos sostenibles, las áreas de conservación y lo rural, (figura 1) .
Figura 1. Esquema de gestión en la Región del Nororiente.
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Los avances en la Regiรณn del Nororiente
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Marco jurídico colombiano relacionado con los páramos
Eugenia Ponce De León-Chaux
MARCO JURÍDICO COLOMBIANO RELACIONADO CON LOS PÁRAMOS Por Eugenia Ponce De León-Chaux
INTRODUCCIÓN Sólo el pasado 5 de agosto de 2002 se promulgó una resolución del Ministerio del Medio Ambiente “Por la cual se dictan disposiciones para contribuir a la protección, conservación y sostenibilidad de los páramos”, siendo esta la única norma legal existente en la legislación colombiana, específica y expresamente dirigida a regular aspectos relacionados con el bioma páramo. Si bien el Ministerio del Medio Ambiente, había realizado un largo proceso de consulta para expedir esta norma, distintos obstáculos había dificultado su promulgación. La identificación de los vacíos y requerimientos legales en la materia precisados durante el Congreso Mundial de Páramos, impulsó la labor regulatoria del Ministerio en el tema, dando como resultado la resolución 769 de 2002. Esta resolución dispone que las Corporaciones o las autoridades ambientales de los grandes centros urbanos deben elaborar un estudio sobre el estado actual de los páramos de su jurisdicción, con base en los lineamientos que para el efecto señale el Ministerio del Medio Ambiente, conjuntamente con la Unidad de Parques Nacionales Naturales y con el apoyo del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales IDEAM, el Instituto “Alexander von Humboldt” y el Instituto Geográfico “Agustín Codazzi” - IGAC. El estudio sobre el estado actual de los páramos ubicados en las áreas del sistema de parques nacionales naturales será realizado por la Unidad de Parques Nacionales, con la participación de las autoridades ambientales de la región y las comunidades asentadas en el respectivo páramo. Una vez realizado el referido estudio, se identificarán los páramos que deben declararse bajo alguna categoría de manejo previstas en la legislación ambiental y se procederá a su declaración por la autoridad ambiental competente en cada caso. Así mismo, se deben elaborar e implementar planes de manejo ambiental para los páramos, con la participación de las comunidades asentadas en estos ecosistemas. La resolución señala el contenido mínimo de esos planes. En lo relativo al régimen de usos de los páramos la resolución señala que de acuerdo con las especiales características de los páramos y sus ecosistemas adyacentes, todo proyecto, obra o actividad que se pretenda realizar en ellos, deberá desarrollarse atendiendo los criterios de zonificación y ordenación ambiental que se definan en el Plan de Manejo y las estrategias, modelos y alternativas de manejo sostenible que se prevean en el mismo. Por ser la resolución 769 de 2002 la única disposición específica en la materia y regular solo de manera parcial algunos aspectos relacionados con los páramos, un estudio jurídico integral de este bioma, exige remitirse a las normas generales sustantivas de la legislación ambiental, así como a las disposiciones especiales sobre usos del suelo, áreas protegidas, aguas, ordenamiento territorial, tratados públicos, entre otras. Igualmente, se deben revisar otras normas que inciden en la protección de estos ecosistemas, como la legislación agraria, las disposiciones sobre incentivos, etc.
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En el Código de Recursos Naturales Renovables (Decreto-Ley 2811 de 1974) que es la principal norma sustantiva ambiental del país, no hay ninguna mención expresa a los páramos, lo que se explica porque este texto no parte de conceptos ecosistémicos para estructurar el marco jurídico ambiental colombiano, sino que regula cada uno de los recursos naturales por separado, al adoptar como criterio de clasificación de su articulado, la división en capítulos diferentes para cada uno de dichos recursos (agua, flora, fauna, recursos hidrobiológicos, etc.). Esta estructura de la legislación ambiental colombiana, presenta dificultades cuando aparecen conceptos y normas que no se aproximan al estudio, manejo y protección de los recursos naturales de manera fraccionada, como tradicionalmente lo ha hecho nuestra normatividad, sino bajo conceptos más integrales como el de biodiversidad o bajo criterios ecosistémicos como el de páramos. De conformidad con lo anterior, salvo la resolución 768 de 2002, las disposiciones que inciden en la protección y manejo del bioma páramo se encuentran fraccionadas y dispersas no solo en la legislación ambiental, sino también a lo largo de otros textos legales (tributarios, agrarios, tratados internacionales, etc.). Al no estar integradas, tales previsiones no guardan una especial coherencia entre ellas, sino que por el contrario, mas bien responden a esfuerzos separados, los que individualmente y sin la debida armonización, pueden ver diminuida su eficacia y dificultar su aplicación. La situación jurídica descrita obliga a realizar un recorrido por la legislación ambiental en su conjunto para establecer cuales disposiciones son aplicables a los páramos. Este escrito no pretende hacer ese recuento exhaustivo, sino simplemente presentar de manera sucinta un marco general con las principales normas que se relacionan con la regulación de este bioma. Este trabajo se inscribe dentro del contexto de la Constitución de 1991, dado que desde su promulgación, toda referencia jurídica al tema ambiental debe partir de ella que detenta la mayor jerarquía jurídica en el país. En la Carta del 91 se consagraron aproximadamente 50 disposiciones que se relacionan directa o indirectamente con aspectos ambientales, elevando a rango constitucional el tema. La Constitución establece, entre otros, los siguientes deberes a cargo del Estado relacionados con el tema ambiental: proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para lograr estos fines (art. 79); prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental, imponer las sanciones y exigir la reparación de los daños causados (art. 80); planificar el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales, para garantizar su desarrollo sostenible, conservación, restauración o sustitución (art. 80); regular el ingreso y salida del país de los recursos genéticos, y su utilización, de acuerdo con el interés nacional (art. 81), y cooperar con otras naciones en la protección de los ecosistemas situados en zonas fronterizas (art. 80). Las autoridades también deben garantizar la participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectar el ambiente sano (art. 79). Es obligación del Estado y de los particulares proteger las riquezas naturales de la nación (art. 8), y de la persona, proteger los recursos naturales del país y velar por la conservación del ambiente sano (art. 95 # 8). Otras disposiciones constitucionales relevantes para el tema de este escrito, son el artículo 58 que establece que la propiedad es una función social a la cual le es inherente una función ecológica; el artículo 333 que consagra la posibilidad de limitar la actividad económica cuando así lo exijan el interés social, el ambiente y el patrimonio cultural de la nación; el
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artículo 334 que establece la posibilidad de que el Estado, por intermedio de la ley, intervenga en el aprovechamiento de los recursos naturales y en los usos del suelo, con el fin de lograr la preservación del ambiente y el mejoramiento de la calidad de vida de la población. Posteriormente muchas de las previsiones constitucionales citadas se desarrollan por la Ley 99 de 19931 que consagró dentro de sus principios que las zonas de páramos, subpáramos nacimientos de agua y zonas de recarga de acuíferos deben ser objeto de protección especial, y que la biodiversidad por ser patrimonio nacional y de interés de la humanidad, debe ser protegida prioritariamente y aprovechada en forma sostenible (art. 1).
I- PRINCIPALES DISPOSICIONES AMBIENTALES RELACIONADAS CON LOS PÁRAMOS A continuación se van a presentar las principales disposiciones de la legislación ambiental que se han utilizado o pueden servir para la protección estos biomas. En este sentido, se puede afirmar que la legislación de áreas protegidas es la que más contundentemente ha contribuido a su protección.
A) La legislación de áreas protegidas La preocupación por declarar y proteger áreas de especial significado ecológico en el país se remonta a mediados del siglo XX. Específicamente para los parques nacionales las primeras normas sobre la materia datan de 1959, y concretamente para el tema de los páramos, un primer antecedente se encuentra en la Ley 2 de 1959 que declaró en el parágrafo de su artículo 13, los nevados y las áreas que los circundan como «Parques Nacionales Naturales». Esta declaración genérica debía concretarse posteriormente con la alinderación y reserva de cada una de las áreas. El primer Parque Nacional que se creó mediante Decreto 2631 de 1960, fue la Cueva de los Guácharos, que cuenta con una pequeña área de páramo. Posteriormente, la mayoría de los nevados y algunos de los páramos con valores ambientales para la Nación, se declararon por el INDERENA como áreas del Sistema de Parques. Las normas sobre áreas protegidas tienen la particularidad de enfrentar la protección y manejo de los ecosistemas con una visión integradora, rompiendo la estructura legal fraccionada. - Áreas de manejo especial. Al hablar de áreas protegidas en la legislación colombiana es conveniente distinguir entre varias categorías de protección. El Código incluye bajo la denominación genérica de “Areas de Manejo Especial”, aquellas que se delimitan para administración, manejo y protección del ambiente y de los recursos naturales renovables (art. 308), cuya creación debe responder a objetivos determinados y se debe basar en estudios ecológicos y económico-sociales (art.309). La expresión “Área de Manejo Especial” es una categoría marco que utiliza el Código, para reunir en ella varias cinco posibilidades de protección que la legislación puede brindar a una especie o a un ecosistema, a saber: Área del Sistema de Parques Nacionales Naturales; Distrito de Manejo Integrado; Área de Recreación; Distrito de Conservación de Suelos y Cuenca en Ordenación. 1 “Por la cual se crea el Ministerio del Medio Ambiente, se reordena el Sector Público encargado de la gestión y conservación del medio ambiente y los recursos naturales renovables y se organiza el Sistema Nacional Ambiental- SINA- y se dictan otras disposiciones”.
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Cada una de estas modalidades de Areas de Manejo Especial tiene características propias que implican un régimen jurídico aplicable y un nivel de protección diferente, siendo el Sistema de Parques Nacionales Naturales la categoría más estricta existente en la legislación nacional y también la más desarrollada. La Constitución en su artículo 63 realzó su importancia, al disponer que los parques naturales son inalienables, imprescriptibles e inembargables2. Con base en tal declaración, fue demandada y declarada inexequible la previsión de la Ley 99 de 1993 que otorgaba al Ministerio del Medio Ambiente, la facultad de “sustraer” áreas del Sistema (Sentencia C - 649 de 1997 de la Corte Constitucional). De las Áreas de Manejo Especial mencionadas, sólo el Sistema de Parques Nacionales, y en menor medida, los Distritos de Manejo Integrado3, están cumpliendo de una u otra forma, una función de protección de los ecosistemas de especial importancia para el país, ya que las otras figuras mencionadas no han sido utilizadas o solo lo han sido en forma muy esporádica, por lo que actualmente su impacto como instrumento de conservación es prácticamente nulo. Lo anterior, pese a que categorías como los Distritos de Conservación de Suelos4 podrían ser de gran utilidad para la recuperación de ecosistemas de páramo sometidos a procesos de degradación, ya que esta figura tiene la particularidad de que se utiliza cuando se requiere someter una zona a un proceso de recuperación de sus suelos o cuando se busca prevenir la degradación de éstos, sujetando el área a planes de rehabilitación y manejo, cuyas previsiones obligan a los propietarios de terrenos ubicados en su interior, a ejecutar las medidas previstas en dichos planes. Con ello se reafirma que la idea de que las áreas protegidas no solo se declaran para mantener ecosistemas prístinos o en buen estado de conservación, sino que también se reservan cuando se 2 La condición de inalienables, significa que no se pueden enajenar a ningún título (compraventa, donación, permuta, cesión, etc.). Son bienes que se adscriben a un uso público y para poder enajenarlos es necesario un acto previo de autoridad competente que los libere de esa afectación. Imprescriptibles, quiere decir que no se pueden adquirir por prescripción. La prescripción es uno de los modos previstos en el Código Civil para adquirir el dominio de las cosas. En términos generales, la legislación civil establece que para ganar, mediante el modo de la prescripción, el dominio de una cosa o bien, el interesado debe demostrar que ha poseído dicho bien con ánimo de señor y dueño, por un período de tiempo determinado en la ley. Inembargable implica que no puede ser objeto de la medida cautelar de embargo, que lo que busca de manera principal es sacar un bien del comercio. 3
Se denomina Sistema de Parques Nacionales, “el conjunto de áreas con valores excepcionales para el patrimonio nacional que, en beneficio de los habitantes de la nación y debido a sus características naturales, culturales o históricas se reserva y declara comprendida en cualquiera de las categorías que adelante se enumeran” (art. 327). Esas categorías son: Parque Nacional Natural, Reserva Natural, Área Natural Única, Santuario de Fauna, Santuario de Flora y Vía Parque. La Ley 99 de 1993, señala como autoridad competente para reservar, alinderar y administrar las áreas del Sistema Parques Nacionales, al Ministerio del Medio Ambiente, pero prevé también la posibilidad de que éste delegue en las Corporaciones Autónomas Regionales su administración. Al referirse a los Distritos de Manejo Integrado, el artículo 310 del Código dispone: “Teniendo en cuenta factores ambientales o socioeconómicos, podrán crearse distritos de manejo integrado de recursos naturales renovables, para que constituyan modelos de aprovechamiento racional. Dentro de estos distritos se permitirán actividades económicas controladas, investigativas, educativas y recreativas”. 4
El artículo 324 del Código, determina que el Distrito de Conservación de Suelos es “el área que se delimita para someterla a manejo especial orientado a la recuperación de suelos alterados o degradados o a la prevención de fenómenos que causen alteración o degradación en áreas especialmente vulnerables por sus condiciones físicas o climáticas o por la clase de utilidad que en ellas se desarrolla”.
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requiere recuperar, rehabilitar o restablecer esas condiciones perdidas. En el caso de los distritos de conservación de suelos, este es el objetivo preciso de su reserva y alinderación. Fuera de las llamadas “Areas de Manejo Especial”, la legislación reconoce otra serie de figuras de protección que se encuentran reguladas en diferentes títulos del Código o en otros textos jurídicos, a saber: - Las Reservas Forestales. Actualmente reguladas dentro del título de bosques del Código de Recursos Naturales Renovables, que las define como las zonas de propiedad pública o privada que se reservan para destinarlas exclusivamente al establecimiento o mantenimiento y utilización racional de áreas forestales protectoras, productoras o productoras-protectoras (art. 206). Sin embargo, desde comienzos del siglo pasado la legislación forestal se ha referido al tema, por lo que es necesario remontarse por lo menos a las disposiciones de la Ley 2 de 1959, que estableció siete grandes zonas de reserva forestal en el territorio nacional, con el objeto de proteger los suelos, las aguas y la vida silvestre, entre ellas se encuentran la Reserva Forestal Central, la de la Sierra Nevada de Santa Marta y la del Cocuy, dentro de cuyos límites se encuentran importantes zonas de páramo. Estas grandes reservas forestales han sido objeto de múltiples sustracciones que han disminuido su área notablemente. Adicionalmente, el INDERENA durante su existencia declaró aproximadamente cincuenta y siete reservas forestales protectoras, en diversas zonas del territorio nacional, algunas de ellas con el propósito expreso de conservar áreas de páramo5, lo que se explica porque la categoría de reserva forestal se ha utilizado en el país tradicionalmente no sólo para proteger bosques sino también las aguas, cuencas y suelos, lo que ha incidido en la falta de utilización de otras categorías de protección, como las cuencas en ordenación. Igualmente, algunas Corporaciones han declarado reservas forestales regionales en el área de su jurisdicción 6. El Decreto 877 de 1976, reglamentario del Código establece unos criterios basados en la pendiente, en la precipitación y en las características para ubicar y definir cada una de las clases de áreas forestales. Entre las áreas protectoras están: todas las tierras cuyo perfil de suelo, independientemente de sus condiciones climáticas y topográficas, presente características morfológicas, físicas o químicas que determinen su conservación bajo cobertura permanente; las áreas de influencia sobre cabeceras y nacimiento de ríos y quebradas, las áreas
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Ejemplos de ello son: la Zona Forestal Protectora y de Bosques de Interés General del Páramo de Sumapaz, declarada por Acuerdo 22 de 1971 de la Junta directiva del INDERENA; la Zona Forestal Protectora y de Bosques de Interés General del Páramo de Chingaza, declarada por Acuerdo 24 de 1971 de la Junta Directiva del INDERENA; la Zona de Reserva Forestal Protectora el Páramo El Atravesado, declarada mediante Acuerdo 12 de 1972 de la Junta Directiva del INDERENA; la Zona de Reserva Forestal del predio rural denominado Páramo Grande, declarada por Acuerdo 38 de 1975 de la Junta Directiva del INDERENA (todas las reservas citadas se encuentran en el departamento de Cundinamarca); el Area Forestal Protectora del Páramo de Urrao, declarada mediante Acuerdo 32 de 1975 de la Junta Directiva del INDERENA, ubicada en el departamento de Antioquia, entre otras. 6
En la jurisdicción de la Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR) por ejemplo, se han declarado como área de reserva forestal protectora el Páramo de Rabanal, mediante resolución 158 de 1992; el Páramo de Telecom y Merchán declarado por Acuerdo 15 de 199 del Consejo Directivo; El Páramo de Frailejonal declarado mediante Acuerdo de Consejo Directivo 16 de 1999.
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de suelos degradados por intervención del hombre o de los animales, para obtener su recuperación; y las que por la abundancia y variedad de la fauna silvestre merezcan ser declaradas como tales, para conservación y multiplicación de esta y las que sin poseer tal abundancia y variedad ofrezcan condiciones propicias para el establecimiento de vida silvestre. Dentro de los criterios señalados, puede entenderse que se enmarcan los páramos, por lo que algunos de ellos han sido declarados bajo esta categoría. Diez años después del decreto 877, se dictó la Ley 79 de 1986 que declaró como área de reserva forestal protectora para la conservación y preservación de las aguas: “Todos los bosques y la vegetación natural, existentes en el territorio nacional, que se encuentren sobre la cota de los tres mil (3.000) metros sobre el nivel del mar” (art. 1, literal c), quedando cubierta por tal declaración, una porción significativa del bioma páramo en existente en el país. Sin embargo, la referida Ley 79 fue demandada por inconstitucional y declarada inexequible meses después de su promulgación, por la Corte Suprema (que en ese entonces tenía su cargo la guarda de la Constitución, por no existir en el país un tribunal constitucional), mediante sentencia 156 del 5 de noviembre de 1987. El demandante alegó vicios de forma y de fondo como causales de inexequibilidad, estimando la Corte Suprema procedente uno de los cargos alegados como vicio de procedimiento en el trámite de aprobación de la Ley, por lo que la declaró inexequible en todas sus partes, sin entrar a evaluar siquiera los argumentos de fondo7. Finalmente, en este tema se resalta que las reservas forestales no cuentan con un reglamento marco en el país en el que detallen aspectos relativos a su administración, ni cuentan con personal especial que se dedique a las labores de vigilancia de las actividades que se realizan en ellas, y por lo general, la autoridad ambiental no desarrolla programas específicos en estas zonas, lo que ha hecho que las reservas forestales no vayan más allá de su simple declaratoria, y por tanto, su aporte como figura de conservación se ve bastante limitado. - Los Territorios Fáunicos. En el título de fauna silvestre, el Código de Recursos Naturales señala que a la administración le corresponde establecer y administrar zonas de protección, estudio y propagación de animales silvestres y define el territorio fáunico como el área que se reserva y delimita con fines de conservación, investigación y manejo de la fauna silvestre para exhibición (art. 253). El decreto 1608 de 1978 reglamenta en sus artículos 164 a 173 esta área y establece que entre los objetivos perseguidos con su declaración se cuentan: Conservar, restaurar y fomentar la flora y fauna silvestre existente en estas reservas; conocer los ciclos biológicos y la ecología de poblaciones naturales de fauna; producir individuos para repoblación de ecosistemas cuando sea técnicamente apropiado; entre otros. - Los Paisajes Protegidos. El Código en su artículo 302 establece el derecho de la comunidad a disfrutar de paisajes urbanos y rurales que contribuyan a su bienestar. Le corresponde a la autoridad ambiental determinar cuales merecen protección especial. Entre las facultades
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En la sentencia 156 de 1987 la Corte manifiesta: “...Si bien el actor expone en forma extensa varios motivos encaminados a sustentar la inconstitucionalidad de la Ley acusada a su contenido material, habiéndose hallado inexequible por los motivos de procedimiento que se dejan expuestos, no considera la Corte que sea necesario entrar en el estudio de estos argumentos pues a nada conduciría en relación con la sentencia de mérito”.
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de la administración para la preservación del paisaje se cuenta la determinación de los lugares en los cuales se prohibirá la construcción de obras, la tala, siembra o alteración de la configuración de paisajes que se deben proteger. El tema del paisaje está incipientemente reglamentado por el decreto 1715 de 1978 mediante el cual se toman unas medidas para evitar la alteración o deformación de elementos naturales constitutivos del paisaje, como piedras, rocas, praderas, árboles, para fines publicitarios, de propaganda o artísticos, pero el citado decreto no aborda específicamente la regulación del tema del paisaje como área protegida, sino que se limita a establecer condiciones para colocación de vallas con fines publicitarios, lo que ahora está regulado por la Ley 140 de 1994. - Parques Naturales Regionales. Esta es una denominación legal utilizada por la Ley 99 de 1993, en su artículo 31 # 16, para atribuir la competencia de su reserva, administración y sustracción a las Corporaciones Autónomas Regionales, que carece de todo desarrollo reglamentario nacional que identifique las características que debe reunir un parque regional y cuales son las condiciones para su administración. Sin embargo, se considera perfectamente posible y legítimo desde el punto de vista jurídico, que las Corporaciones por medio de actos aprobados por sus consejos directivos (Ley 99, art. 27 literal g), establezcan parques regionales en su jurisdicción y señalen reglas para su manejo, tal como efectivamente lo han hecho algunas Corporaciones que han utilizado esta figura mediante declaraciones puntuales en sus respectivas jurisdicciones8. - Áreas Protegidas Municipales. La Constitución (art. 313 # 9) y la Ley 99 de 1993 establecen el deber de los municipios de proteger el patrimonio ecológico municipal. Según el artículo 65 # 2 de la Ley 99, corresponde a los municipios y a los distritos dictar con sujeción a las disposiciones legales superiores las normas necesarias para el control, la preservación y la defensa del patrimonio ecológico del municipio. Con fundamento en esta función, los concejos municipales por medio de acuerdos han creado zonas de protección que tienen interés local, utilizando denominaciones diferentes a las categorías legales nacionales y regionales. No existe una norma que regule la declaración, administración y manejo de las áreas protegidas por parte de las entidades territoriales, pero hasta la fecha se han realizado múltiples declaraciones municipales9 .
8 Ejemplo de ello, es el Parque Regional Natural la Cuchilla de San Juan creado por el Concejo Directivo de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (CARDER), para proteger una zona con bosques en excelente estado de conservación y que constituye un corredor biológico entre el Parque Nacional Natural Tatamá y el Cerro de la Caramanta. La Cuchilla de San Juan también es una estrella hídrica de importancia regional y allí se conserva una muestra muy representativa de la flora y fauna de la región y del departamento. El uso potencial del suelo se limita casi exclusivamente a bosques protectores debido a la alta pluviosidad, las elevadas pendientes y los tipos de suelos presentes. 9 Por ejemplo, el Acuerdo # 009 de 1996 del Concejo Municipal de Paipa, por el cual se determina una zona de interés público y se declara un área de reserva forestal en el municipio de Paipa, el cual define el área que se encuentra por encima de los 3000 msnm, como zona forestal protectora dedicada exclusivamente a la conservación de los recursos, fundamentalmente a la producción de agua, conservación de la vida silvestre, investigación científica, y educación ambiental. En ella se prohiben entre otras cosas, la introducción de especies ajenas al páramo, la apertura de caminos y establecimiento de cultivos, la extracción de recursos naturales con fines comerciales, etc. Por su parte la zona que está entre los 2800 msnm y por debajo de los 3000 msnm se declara como área forestal protectora productora.
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- Reservas Naturales de la Sociedad Civil. Surgieron como una iniciativa ciudadana a través de la cual, propietarios de predios privados de manera voluntaria decidieron dedicar parte o la totalidad de sus terrenos a actividades de conservación. Esta iniciativa fue retomada posteriormente por la Ley 99 de 1993 que en su artículo 109 dispuso que se denomina reserva natural de la sociedad civil, la porción o la totalidad de un inmueble que conserve una muestra de un ecosistema natural y que sea manejado y usado bajo los principios de sustentabilidad de sus recursos naturales. La ley 99 fue reglamentada por el decreto 1996 de 1999 que se refirió, entre otras materias, a los usos y actividades que se pueden realizar en estas reservas; al procedimiento de registro ante la Unidad de Parques del Ministerio; a la participación de los titulares de las reservas registradas, en los procesos de planeación de programas de desarrollo nacionales o regionales que se van a ejecutar en el área de influencia directa donde se encuentra ubicado el predio; y al procedimiento que se debe surtir para la ejecución de inversiones del Estado que requieran licencia ambiental y que afecten una o varias reservas registradas10. - Interés ecológico nacional de la Sabana de Bogotá. La Ley 99 de 1993 en su artículo 61, realizó de manera atípica una declaración que no responde a ninguna de las categorías de protección definidas en la legislación ambiental y que carece de desarrollo legal. Se trata de la disposición que declara la Sabana de Bogotá, sus páramos, aguas, valles aledaños, cerros circundantes y sistemas montañosos como de interés ecológico nacional, cuya destinación prioritaria será la agropecuaria y forestal. Se hace aquí por primera vez en la legislación, una declaración expresa de la importancia ecológica de los páramos, aunque circunscrita a los existentes en la Sabana de Bogotá, que se reconocen como de interés nacional. En la práctica no se ha concretado que implicaciones o efectos reales tiene tal declaración para la Sabana, aunque un principio de regulación lo da la priorización del uso agropecuario y forestal que se le atribuye, y la limitación a las explotaciones mineras que debe hacer el Ministerio por vía reglamentaria. Sin embargo, se llama la atención acerca de que el artículo citado, por descuido o falta de técnica legislativa, incluye los páramos dentro de la enumeración de las zonas que quedan sujetas a dichas prioridades, y es sabido que tanto la actividad agropecuaria, como la forestal, no constituyen usos adecuados o posibles en estos biomas, por el contrario son causa principal de su degradación. Frente a lo anterior, debe entenderse e interpretarse que el fin de la determinación de esos usos prioritarios (agropecuario y forestal) para la Sabana, era detener la realización de actividades deteriorantes (urbanización, industria, minería, etc.) con
10 Varias reservas de la sociedad civil se han constituido con el propósito de proteger áreas de páramo, por ejemplo la reserva de Betania (sur oriente de La Cocha), entre los 2760 y 2800 msnm, con una extensión de 60 hectáreas, conserva zonas de páramo bajo, bosque de montaña y pequeñas lagunas en el Valle del Río Estero; La reserva Camino del Viento (margen oriental de la Cocha), tiene una extensión de 50 hectáreas con bosques maduros, páramos y sistemas productivos; la reserva Semillas de Agua (Cajamarca-Tolima), tiene una extensión de 1160 hectáreas, se encuentra entre 3400 y 3750 msnm, con ecosistemas propios de altas montañas y páramos de la Cordillera central; reserva de Sumapaz (Cabrera-Cundinamarca), tiene un área de 1000 hectáreas entre los 2250 y 3700 msnm, con presencia de quebradas caudalosas, con formación de grandes turberas, entre otras.
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fines de protección, tal como se deriva de la declaración de interés ecológico nacional realizada en el artículo. Por lo que en el caso de los páramos, debe primar el mismo concepto de protección de estos ecosistemas, y en este sentido, excluidas las actividades agropecuarias y forestales, diferentes a las que se enmarquen dentro del concepto de restauración ecológica. Frente al esquema de áreas protegidas presentado, que abarca desde el orden nacional hasta el local, pasando por el regional, y que reconoce también los esfuerzos privados de conservación, se debe manifestar que los páramos como biomas altamente vulnerables y de gran valor ecológico, pueden ser declarados bajo cualquiera de las figuras reconocidas por la legislación ambiental. Serán los estudios técnicos y económico-sociales los que precisen en cada caso concreto, cual de las categorías referidas es la más apropiada para la conservación un determinado páramo.
B) Ecosistemas que merecen protección o manejo especial La legislación ambiental fuera de establecer un amplio rango de categorías legales de protección que pueden ser utilizadas para la preservación y conservación de los recursos naturales y de biomas como los páramos, adicionalmente señala los ecosistemas que merecen manejo o protección especial. Es común encontrar que la literatura y la normatividad confundan las categorías de áreas protegidas, con la manifestación legal de los ecosistemas que se deben preservar. Por ejemplo, a veces se citan los páramos, los humedales, etc., como si éstos fueran por si mismos áreas protegidas, cuando la legislación simplemente determina que estos se deben conservar especialmente. En este evento, falta que en cada caso concreto se realice la declaración correspondiente, bajo la categoría que se seleccione como la más adecuada para el ecosistema respectivo. - Protección especial de páramos, subpáramos, nacimientos de agua, zonas de recarga de acuíferos y del paisaje. Como se dijo, en el artículo 1 de la Ley 99 de 1993 se consagraron los principios generales que debe seguir la política ambiental colombiana, entre estos principios se encuentra el deber de brindar especial protección a las zonas referidas. Sobre la protección de las zonas de recarga de acuíferos también se pronuncia el artículo 10 de la Ley 373 de 1997, que establece que para definir la viabilidad del otorgamiento de las concesiones de aguas subterráneas, las autoridades ambientales deben realizar, con el apoyo técnico y científico del IDEAM y del INGEOMINAS, los estudios hidrogeológicos correspondientes y adelantar las acciones de protección de estas zonas. - Ecosistemas Compartidos por varias Corporaciones Autónomas Regionales. La Ley 99 de 1993 en el parágrafo 3 de su artículo 33, dispone que en los casos en que dos o más Corporaciones tengan jurisdicción sobre un ecosistema o sobre una cuenca hidrográfica común, deben constituir, de acuerdo con la reglamentación que expida el gobierno nacional, una comisión conjunta que se encargue de concertar, armonizar y definir políticas para el manejo ambiental correspondiente. Adicionalmente, las Corporaciones que comparten la gestión de dichos ecosistemas comunes, deben administrarlos mediante convenios, conforme a los lineamientos trazados por el Ministerio. El pasado 31 de julio de 2002 se expidió el decreto reglamentario 1604 de 2002 que reglamentó parcialmente este parágrafo, para las cuencas hidrográficas compartidas, pero sin referirse a otros posibles ecosistemas
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compartidos, como pueden ser los páramos. Pese a lo anterior, en la práctica, varias Corporaciones han suscrito convenios y acuerdos interinstitucionales para dar vida a este parágrafo 11. - Adquisición de ecosistemas estratégicos para su protección. La Ley 99 de 1993 ordena a las Corporaciones Autónomas Regionales que con el apoyo de las entidades territoriales, adelanten planes de cofinanciación para adquirir áreas o ecosistemas estratégicos para la conservación, preservación y recuperación de sus recursos naturales (art.108). La identificación de estas áreas y los procesos de adquisición, conservación y administración debe hacerse con la activa participación de la sociedad civil. En concordancia con la disposición referida se encuentra el artículo 111 de la misma Ley que declara de interés público las áreas de importancia estratégica para la conservación de recursos hídricos que surten de agua los acueductos locales y establece la obligación de los departamentos y municipios de dedicar durante 15 años un porcentaje no inferior al 1% de sus ingresos para adquirir dichas zonas. En el mismo sentido, el artículo 107 de la Ley 99 declara de utilidad pública e interés social la adquisición de bienes de propiedad privada o la imposición de servidumbres, que sean necesarias para la ejecución de obras públicas destinadas a la protección y manejo del medio ambiente y los recursos naturales renovables; la declaración y alinderamiento de áreas que integren el Sistema de Parques Nacionales Naturales, y la ordenación de cuencas hidrográficas. Por su parte, la Ley 373 de 1997 dispone que todo plan ambiental regional y municipal debe incorporar un programa para el uso eficiente y ahorro del agua que incluya los proyectos y acciones que deben adoptar las entidades encargadas de la prestación de los servicios de acueducto, alcantarillado, riego y drenaje, producción hidroeléctrica y demás usuarios del recurso hídrico. Este programa debe estar basado en el diagnóstico de la oferta hídrica de las fuentes de abastecimiento y la demanda de agua, y contener entre otros temas, las metas anuales de reducción de pérdidas, y la identificación de las zonas de páramo, bosques de niebla y áreas de influencia de nacimientos de acuíferos y de estrellas fluviales, que deben ser adquiridos con carácter prioritario por las entidades ambientales de la jurisdicción correspondiente (art. 16). Sobre la compra de terrenos en áreas de reserva, también se pronuncia el decreto 2666 de 1994, reglamentario de la Ley 160 de 1994, que dispone que el Instituto Colombiano de Reforma Agraria –INCORA– podrá adquirir tierras o mejoras rurales mediante negociación directa o decretar su expropiación, entre otros casos, con el objeto de reubicar a los
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Por ejemplo, la CAR, el DAMA y el Ministerio del Medio Ambiente firmaron un convenio de cooperación interinstitucional que tiene por objeto la formulación de estrategias de acción conjunta y la propuesta de políticas comunes para el manejo coordinado de algunas áreas comprendidas dentro de las reservas forestales de Cerros Orientales y Cuenca Alta del Río Bogotá. En este sentido, las partes manifiestan su voluntad de actuar de manera concertada, coherente y armónica en esta zona, dentro del marco de sus competencias, de manera que se potencialicen los efectos y la eficacia de las acciones de protección, conservación, recuperación, restauración, mejoramiento, y control y vigilancia que se emprendan en ella. El mismo convenio crea una comisión conjunta para el manejo del área, integrada por las tres partes suscribientes.
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propietarios u ocupantes de zonas que deben someterse a un manejo especial, o que sean de interés ambiental, dando preferencia a los ocupantes de tierras que se hallen sometidas a un régimen de reserva forestal, de manejo especial o interés ambiental, o las situadas en los Parques Nacionales Naturales, siempre que hubieren ocupado esos terrenos con anterioridad a la declaración del área de protección. Además establece que el INCORA debe adelantar las actividades de saneamiento de las zonas de reserva y de Parques Nacionales Naturales, en coordinación con el Ministerio del Medio Ambiente o la Corporación Autónoma Regional correspondiente. Como las autoridades nunca van a tener los recursos suficientes para comprar todos los ecosistemas estratégicos del país, se recomienda definir las áreas prioritarias en las cuales se concentrará este mandato y proponer un plan gradual de adquisiciones. Entre los criterios para su selección se deben tener en cuenta el grado de degradación actual, vulnerabilidad o amenaza a que se encuentran sometidos biomas como los páramos. - Incentivo forestal de conservación. La Ley 223 de 1995 amplió el Certificado de Incentivo Forestal creado por la Ley 139 de 1994, para que sea utilizado para compensar los costos económicos directos o indirectos en que incurra un propietario por mantener dentro de su predio ecosistemas naturales boscosos poco o nada intervenidos como reconocimiento a los beneficios ambientales y sociales derivados de éstos (Parágrafo del art. 250, Ley 223 de 1995). El decreto 900 de 1997 reglamentó este incentivo. Según el decreto en mención las áreas objeto de este incentivo son: Los bosques localizados por encima de la cota de 2500 msnm; los bosques primarios o secundarios localizados al margen de cursos de agua y de los humedales; los bosques que se encuentren en predios ubicados dentro del Sistema de Parques Nacionales o de parques regionales cuyo título sea anterior a la declaratoria del área, y los bosques localizados en cuencas surtidoras de acueductos municipales. Como se evidencia, el bioma páramo en sí mismo no es objeto del incentivo ya que este opera para ecosistemas boscosos, por lo que se entiende que cubre los bosques localizados en la franja de transición entre los 2500 msnm y la zona de páramo, que podría tenerse como una zona de amortiguación de los páramos propiamente dichos. Este incentivo no ha tenido aplicación, se encuentra prácticamente suspendido desde su creación, debido entre otras cosas, a la falta de asignación de recursos para otorgarlo y a los vacíos procedimentales del decreto 900, que exigen otra norma reglamentaria.
C) Propiedad y protección de las aguas Adicionalmente a las disposiciones generales sobre áreas protegidas, específicamente en las regulaciones de aguas también se encuentran previsiones sobre preservación de este recurso relevantes para el tema de este escrito. Así, el decreto 1541 de 1978 dispone que la autoridad ambiental puede declarar reservas de aguas, entre otros fines, para establecer áreas de manejo especial y para adelantar programas de restauración, conservación o preservación de la calidad de las aguas, de su caudal o de sus cauces, lechos, playas o del ambiente de que forman parte (art. 119). La declaración de una reserva de aguas, implica la prohibición de otorgar permisos o concesiones para usar determinadas corrientes o depósitos de aguas, o lagos de dominio público o partes de ellos (art. 118).
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Igualmente, para proteger determinadas fuentes o depósitos de aguas, la autoridad puede alindar zonas aledañas a ellos, en las cuales se prohiba o restrinja el ejercicio de ciertas actividades como el vertimiento de aguas negras, el uso de fertilizantes o pesticidas, la cría de algunas especies de ganado, y similares. También se puede prohibir, temporal o definitivamente, ciertos usos como los recreativos, deportivos y la pesca en una cuenca o subcuenca o sectores de éstas, cuando del análisis de aguas servidas o de los desechos industriales que se vierten en ella se deduzca que existe contaminación o peligro de contaminación que debe ser corregido de manera inmediata. Estos y los demás usos también se pueden restringir o prohibir con el objeto de restaurar o recuperar una corriente o cuerpo de agua deteriorado (art. 124). Los propietarios, poseedores o tenedores de fundos en los cuales nazcan fuentes o que los atraviesen corrientes o depósitos de aguas, o que sean aledaños a ellos, se obligan a cumplir todas las disposiciones sobre prácticas de conservación de aguas, bosques protectores y suelos (art. 209).
II- LOS PÁRAMOS FRENTE AL ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y LA REGLAMENTACIÓN DEL USO DEL SUELO A) El recurso suelo en la legislación ambiental Otro tema al cual se debe vincular las acciones orientadas a la protección, conservación y recuperación de los páramos del país, es al ordenamiento territorial y el uso del suelo. El Código de Recursos Naturales, reconoce al suelo como un recurso natural renovable sujeto a sus disposiciones (art. 178 a 193). Sin embargo, los artículos respectivos no se desarrollaron por la legislación ambiental misma, que abandonó el tema dejándolo en manos de las normas agrarias, de las normas de reforma urbana y de las llamadas disposiciones de ordenamiento territorial, que son las que de manera principal se han encargado de dar pautas sobre este recurso, desde su propia óptica y salvaguardando sus particulares intereses. Lo anterior puede responder al hecho de que sobre el suelo se reconoce y protege como regla general, la propiedad privada, a diferencia de lo que sucede con todos los demás recursos naturales regulados por el Código, respecto de los cuales la regla general en materia de propiedad, es que estos pertenecen a la nación. En el caso excepcional de que exista propiedad privada sobre los recursos naturales renovables, el derecho de propiedad deberá ejercerse como función social en los términos de la Constitución, y sujeto a las limitaciones y previsiones establecidas en el Código y demás leyes pertinentes (arts. 42 y 43). Los términos de la Constitución en la materia están dados por el artículo 58 de la Carta de 1991. Sin embargo, fue en la anterior Constitución Colombiana (1886), específicamente en la reforma efectuada por el acto legislativo No 1 de 1936, que se consagró por primera vez en el país, que “la propiedad es una función social que implica obligaciones”. Siguiendo esta dirección, el constituyente de 1991 incluyó la propiedad dentro del título correspondiente a los derechos económicos y sociales y reiteró que la propiedad es una función social, agregándole
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que le es inherente una función ecológica. De esta forma, con la promulgación del Código de Recursos Naturales (en 1974), se sucede una trascendental transición de la legislación civil a la legislación ambiental, en lo relativo al ejercicio del derecho de propiedad sobre los recursos naturales renovables. La legislación civil reconocía la propiedad privada como el más absoluto, estable y arbitrario de los derechos reales. A contrario sensu, la legislación ambiental parte del hecho de que por pertenecer a la nación, nadie puede alegar derechos absolutos, exclusivos, perpetuos e irrevocables sobre los recursos naturales, y en caso de que existan derechos adquiridos por particulares, ese derecho queda sometido al cumplimiento de la función social y sujeto a las limitaciones de ley, y a las disposiciones del Código en cuanto a su uso, goce y disposición. La Jurisprudencia constitucional ha reconocido en forma reiterada que la sistemática necesidad de imponer pautas de uso y aprovechamiento de los bienes, entre otras cosas, inspiradas en la necesidad de proteger el ambiente, hizo que la concepción civilista unitaria de la propiedad, perdiera toda vigencia, en la medida que aparecen una serie de regímenes especiales prolíficos en limitaciones a la propiedad y obligaciones a su ejercicio, los cuales no se ven actualmente como excepciones a la concepción del Derecho Civil, sino como una superación de ésta. La propiedad dejó de ser un derecho absoluto e intangible, el legislador puede introducir restricciones y limitaciones necesarias para responder a los requerimientos sociales a las cuales ésta queda sujeta12. Como se expondrá a continuación en el Código de Recursos Naturales se encuentran disposiciones que debidamente reglamentadas permitirían hacer efectiva la función social de la propiedad y de este modo incidir en la protección ecosistemas y biomas como los páramos. Sin embargo la fuerte tradición civilista del país y los marcados intereses particulares pueden haber incidido en su falta de desarrollo y aplicación. De manera general, el Código manifestó que los suelos deben usarse de acuerdo con sus condiciones, y que su uso potencial y clasificación se determinará con base en los factores físicos, ecológicos y socioeconómicos de la región. Igualmente, deben aplicarse técnicas de manejo que eviten la pérdida o degradación, que logren la recuperación y que aseguren la conservación de los suelos. Las personas que realicen actividades agrícolas, pecuarias, forestales o de infraestructura que puedan afectar los suelos, están obligadas a llevar a cabo prácticas de conservación y recuperación de acuerdo con las características regionales (art. 178 a 180). Es necesario determinar las obligaciones a las que quedan sujetos quienes realicen tales actividades, ya que ésta previsión sirve de fundamento legal para exigir licencia ambiental o planes de manejo a quienes realicen las actividades descritas, pero adicionalmente, en desarrollo del mismo artículo, se pueden imponer otras obligaciones y condiciones relativas a las prácticas de conservación y recuperación a las que estos quedan sujetos. Entre las facultades que tiene la administración en relación con los suelos se cuentan: velar
12 Sobre el tema ver: Eugenia Ponce de León Chaux. Lecturas sobre Derecho del Medio Ambiente - Tomo I, artículo: Régimen Constitucional del Derecho de Propiedad, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 1999.
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por su conservación para prevenir y controlar fenómenos como la erosión, degradación, salinización o revenimiento; intervenir el uso y manejo de los suelos baldíos y de los terrenos de propiedad privada cuando se presenten fenómenos de erosión, salinización, y en general, degradación por manejo inadecuado o por otras causas, y adoptar las medidas de corrección, recuperación y conservación necesarias; controlar el uso de sustancias que puedan contaminar el suelo, entre otras (art. 181). Igualmente la autoridad debe establecer, de acuerdo con las características de cada región, y de conformidad con la pendiente de los terrenos, cuales áreas se deben mantener bajo cobertura vegetal y las prácticas de cultivo o de conservación a que deben sujetarse (art. 184). La simple reglamentación de estos artículos permitirá a la autoridad ambiental intervenir el uso inadecuado de los suelos, por ejemplo, estableciendo actividades prohibidas en áreas degradadas o imponiendo limitaciones al dominio traducidas en obligaciones de hacer o de no hacer para el propietario. Finalmente, aunque el Código reglamentó en forma amplia el tema del aprovechamiento de los recursos naturales renovables, expidiendo reglamentos sobre aprovechamientos forestales, uso de las aguas, de la fauna silvestre, de los recursos hidrobiológicos, etc., para el aprovechamiento del suelo no existe, ni se exigen permisos ambientales, como si se hace para los demás recursos.
B) El Ordenamiento Territorial La legislación nacional asigna diversas competencias a las entidades territoriales y a las autoridades ambientales en materia de ordenamiento territorial y reglamentación de los usos de suelo, que pueden ser utilizadas para contribuir directa y específicamente a la protección de los páramos. Por ejemplo, la Ley 99 de 1993 13 dispuso que son funciones del Ministerio del Medio Ambiente, entre otras, establecer las reglas y criterios de ordenamiento ambiental del territorio, así como expedir el estatuto de zonificación y uso adecuado del territorio para su apropiado ordenamiento, y las regulaciones nacionales sobre uso del suelo en lo concerniente a sus aspectos ambientales. (art. 5 # 1 y 2). En esta materia corresponde a las Corporaciones Autónomas Regionales, participar con los entes competentes de su jurisdicción, en los procesos de ordenamiento territorial a fin de que el factor ambiental sea tenido en cuenta en las decisiones que se adopten y establecer las normas generales y las densidades máximas a las que se sujetarán los propietarios de vivienda en áreas suburbanas y en cerros y montañas, de manera que se proteja el medio ambiente y los recursos naturales. No menos del 70% del área a desarrollar en dichos proyectos se destinará a la conservación de la vegetación existente. (art. 31 # 5 y 31). Por su parte, la Ley 388 de 1997 determina que el ordenamiento territorial constituye una función pública que tiene, entre sus fines: atender los procesos de cambio uso del suelo, procurando su utilización racional en armonía con la función social y ecológica de la propie-
13 Para efectos de esta Ley, “se entiende por ordenamiento ambiental del territorio, la función atribuida al Estado de regular y orientar el proceso de diseño y planificación de uso del territorio y de los recursos naturales renovables de la nación a fin de garantizar su adecuada explotación y su desarrollo sostenible” (art. 7).
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dad y propendiendo por el desarrollo sostenible, por el mejoramiento de la calidad de vida de la población y por la preservación del patrimonio natural (art. 3). Los municipios y distritos tienen la responsabilidad de elaborar y adoptar planes o esquemas de ordenamiento territorial para su jurisdicción, para lo que desarrollarán, entre otras, las siguientes funciones: clasificar sus suelos en urbanos, rurales y de expansión; localizarán las áreas críticas para la prevención de desastres y las áreas con fines de conservación y recuperación paisajística, e identificar y caracterizar los ecosistemas de importancia ambiental del municipio, para su protección y adecuado manejo (art. 8). Adicionalmente, la Ley 388 dispuso que en la elaboración de planes de ordenamiento territorial, los municipios y distritos deben tener en cuenta ciertas “determinantes” que constituyen normas de superior jerarquía en sus propios ámbitos de competencia. Entre las que se cuentan: las directrices y normas expedidas por las entidades del Sistema Nacional Ambiental, en los aspectos relacionados con el ordenamiento espacial del territorio, tales como las regulaciones nacionales sobre uso del suelo en los aspectos ambientales; y las disposiciones producidas por la autoridad ambiental de la respectiva jurisdicción, sobre reserva, alinderamiento, administración o sustracción de áreas protegidas y conservación de las áreas de especial importancia ecosistémica. De conformidad con lo anterior, con la aprobación de estos planes van a quedar declaradas una serie de áreas protegidas locales, como resultado del ejercicio ordenado en la Ley 388, que van a adicionar el mapa de áreas protegidas del país. Específicamente, las autoridades ambientales deben constatar bajo que clase de uso del suelo quedaron las áreas de páramo, porque ello determina el régimen legal aplicable en la zona.
III- TRATADOS PÚBLICOS RATIFICADOS POR COLOMBIA RELACIONADOS CON LA PROTECCIÓN DE LOS PÁRAMOS Existen una serie de instrumentos internacionales ratificados por Colombia que le imponen obligaciones al país relacionadas con la protección de recursos naturales, los ecosistemas, el patrimonio natural, la biodiversidad, etc., que deben considerarse para en la protección de los páramos. Entre los más importantes para el tema se cuentan: - La Convención sobre Diversidad Biológica, aprobada por el Congreso de la República, mediante la Ley 165 de 1994, que tiene como propósito promover la conservación y uso sostenible de los componentes de la diversidad biológica, la participación justa y equitativa que se derive de la utilización de los recursos genéticos, mediante su acceso adecuado y de una transferencia apropiada de las tecnologías, entre otras cosas. - La Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional Especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas –RAMSAR– fue aprobada por Colombia mediante Ley 357 de 1997. Esta Convención establece el marco de cooperación internacional para la conservación y uso racional de los humedales, de su fauna y de su flora, en especial las aves acuáticas migratorias, que deben considerarse como un recurso internacional. La Convención reconoce la importancia de las funciones de los humedales en la regulación de los ciclos hidrológicos, como hábitat de especies y su valor económico como
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ecosistemas de gran riqueza biológica. Señala también la–prioridad de la conservación de los humedales incluidos en la lista de importancia internacional de la Convención y la necesidad de crear reservas naturales que garanticen la protección de estos ecosistemas. De conformidad con la definición de humedales del tratado, las turberas, pantanos, y en general las superficies cubiertas de agua, se incluyen dentro de su regulación, y en esta medida, el tratado es aplicable a los páramos que presenten estas condiciones. - La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático aprobada por Ley 164 de 1994, que tiene por objeto estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático, buscando la adaptación de los ecosistemas al cambio climático, que la producción de alimentos no se vea amenazada y permitiendo que el desarrollo económico se realice de manera sostenible. La ratificación de la Convención implica entre otros compromisos que el país teniendo en cuenta sus responsabilidades comunes, pero diferenciadas y sus prioridades nacionales y regionales de desarrollo, promueva y apoye la conservación de los sumideros y depósitos de todos los gases de efecto invernadero no controlados por el Protocolo de Montreal, inclusive la biomasa, los bosques y los océanos, así como otros ecosistemas terrestres, costeros y marinos; y tener en cuenta las consideraciones relativas al cambio climático en sus políticas y medidas sociales, económicas y ambientales, así como emplear métodos apropiados como la evaluación de impacto, para minimizar los efectos adversos del cambio climático; entre otros. Como es sabido, los páramos son uno de los biomas del mundo más vulnerables a los efectos del cambio global. - El Protocolo de Kyoto a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, fue aprobado por Colombia a través de la Ley 629 de 2000. Este Protocolo promueve el objetivo de la Convención y establece medidas para la formulación de programas nacionales y regionales que mejoren la información científica y técnica sobre emisiones para ser incluida en los inventarios nacionales de emisiones; la formulación de programas encaminados a la mitigación del cambio climático y la adaptación de los efectos del mismo; la cooperación en el desarrollo, aplicación y difusión de tecnologías ambientalmente racionales, relacionadas con el cambio climático, entre otras. - Tratado de Washington sobre el Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Silvestres en Peligro de Extinción –CITES– aprobado por Ley 17 de 1981, establece el compromiso de los Estados miembros de adoptar las medidas administrativas y técnicas necesarias para que el aprovechamiento excesivo causado por el comercio internacional no afecte la supervivencia de dichas especies. El apéndice I incluye las especies en peligro de extinción que pueden ser afectadas por el comercio, las que se sujetan a una reglamentación particularmente estricta. El apéndice II se refiere a especies que podrían llegar a estar en peligro de extinción a menos que el comercio de sus partes y especímenes, se sujete a una reglamentación precisa. El apéndice III se ocupa de las especies que cualquiera de las partes desee someter a reglamentación y que necesitan la cooperación internacional, para el control de su comercio. - La Convención para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de la UNESCO, aprobada por Ley 45 de 1983, señala como obligación de las partes
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identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a las generaciones futuras, el patrimonio natural y cultural que se encuentre dentro de sus territorios; adoptar una política que integre la protección del patrimonio natural y cultural a los programas de planificación del Estado y adoptar medidas jurídicas, científicas, técnicas, administrativas y financieras adecuadas, para identificar y proteger este patrimonio. - Adicionalmente a los tratados multilaterales citados, se debe mencionar el Acuerdo de Integración Subregional Andino –Acuerdo de Cartagena– suscrito por los gobiernos de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, como un acuerdo de integración y cooperación económica y social de ésta subregión, dado que es precisamente en estos países (excluyendo a Bolivia), que se concentra la mayor proporción de páramos existente en el mundo. El ordenamiento jurídico andino prevalece en su aplicación sobre el derecho interno de las partes. Las decisiones gozan, por regla general, de aplicación directa y eficacia inmediata es decir que son obligatorias desde su aprobación sin sujetarse a procedimientos especiales y posteriores de incorporación al derecho interno de los Países Miembros. Estos quedan obligados a adoptar las medidas que sean necesarias para asegurar el cumplimiento de la normatividad comunitaria y se comprometen a no adoptar ni emplear ninguna medida que sea contraria o que obstaculice la aplicación de dichas normas. Este ordenamiento jurídico supranacional, se sustenta y exige como requisito indispensable, una voluntad de armonización y de unificación normativa de los Países Miembro. En la estructura del Sistema de Integración Andino existen espacios que pueden ser aprovechados para el estudio y discusión de temas ambientales, entre los que sobresale la posibilidad de que la Comisión de la Comunidad Andina se reúna en forma ampliada para tratar asuntos de carácter sectorial. Así, los Ministros de Medio Ambiente de los Países Miembro, tienen la posibilidad de llevar ante la Comisión asuntos de interés ambiental de la subregión, lo que adquiere mayor relevancia si se considera que la Comisión tiene entre sus funciones formular y evaluar la política de integración y que además detenta de manera principal la facultad legislativa en el Sistema. Adicionalmente, la Decisión 435 de 1998 crea el Comité Andino de Autoridades Ambientales, con la función de asesorar y apoyar a la Secretaría General de la Comunidad Andina en materias relativas a la política comunitaria sobre medio ambiente, así como en el seguimiento, aplicación y cumplimiento de las decisiones y normas sobre el tema. Este Comité tiene competencias generales para proponer, recomendar y promover estrategias, programas, políticas, planes, y demás actividades relacionadas con el medio ambiente y los recursos naturales de la subregión andina. Se puede establecer una tendencia normativa que se deduce de los textos de las decisiones andinas aprobadas, que ordenan avanzar hacia temas de especial interés para la subregión en el corto plazo como: adoptar un régimen común sobre bioseguridad; adoptar un régimen especial o una norma de armonización para la protección de los conocimientos, innovaciones y prácticas tradicionales de las comunidades indígenas, afroamericanas o locales, relacionados con los recursos biológicos y con el acceso a recursos genéticos; elaborar una propuesta
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de estrategia regional de biodiversidad para la Comunidad Andina; elaborar un plan de acción ambiental andino; elaborar un inventario actualizado de biodiversidad de la región; y diseñar un programa de capacitación orientado a fortalecer la capacidad de negociación de las comunidades indígenas, afroamericanas y locales, sobre el componente intangible del acceso a los recursos genéticos.
IV- ALGUNAS REFLEXIONES FINALES a) Como se expuso el Código agrupa en distintas partes y capítulos, los artículos que se relacionan con cada uno de los recursos naturales renovables, estableciendo regulaciones separadas para cada uno de ellos. Como consecuencia de esta clasificación por recurso que hace la legislación ambiental colombiana, gran parte del sector público institucional también adoptó para su accionar la misma estructura organizativa. Si se va más allá de la legislación y la institucionalidad, se evidencia que también en las políticas públicas se repite este fraccionamiento. Por ejemplo, la política de bosques aprobada por el CONPES en enero de 1996, no tocó temas como el de las áreas protegidas, ni el de biodiversidad, que fueron desarrollados posteriormente por otros documentos de política, al igual que el tema del manejo integral del agua. Esta situación se torna problemática cuando se requiere conciliar esta estructura con conceptos, normas y políticas que no abordan el estudio, manejo y protección de los recursos naturales en forma fraccionada sino bajo criterios ecosistémicos. Adicionalmente, el Código de Recursos Naturales tiene casi tres décadas de vigencia, por lo que no incluye en su léxico palabras, conceptos y expresiones que dominan los textos jurídicos internacionales actuales (biodiversidad, cambio climático, bioseguridad, efecto invernadero, etc.). En otras palabras, existe un rezago de la legislación nacional frente a los textos internacionales, por lo que preocupaciones como el cambio climático y su incidencia en biomas altamente vulnerables a este fenómeno como los páramos, no se encuentran reflejadas en la legislación interna. b) Como se dijo, en Colombia los páramos se han protegido principalmente a través de la declaración de estos biomas bajo alguna de las categorías de protección existentes en la legislación nacional. Sin embargo, el desconocimiento de las potencialidades de las distintas figuras y de las diferencias jurídicas de manejo y de administración que implica la declaración de cada una de ellas, ha hecho que casi siempre y en forma automática, se utilicen las mismas modalidades, sin que se haga una confrontación entre las condiciones ambientales, económicas y sociales del área ha reservar y el abanico de categorías legales de protección, para escoger la que más se ajusta a los propósitos de conservación perseguidos y a las particulares circunstancias de la zona. Como consecuencia de lo anterior, se ha producido no sólo una subutilización de las categorías descritas, sino que se ha concentrado la actividad de la administración en unas pocas modalidades, que muchas veces no son las adecuadas para el ecosistema. Preocupa que se esté desperdiciando el uso de figuras que pueden llegar a tener gran potencial y relevancia para la conservación de los páramos, como por ejemplo, las áreas protegidas de carácter regional y los Distritos de Conservación de Suelos, por ello es recomendable explorar nuevas posibilidades de protección de estos ecosistemas.
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No se puede negar que actualmente las áreas protegidas se encuentran sometidas a una serie de presiones y de dificultades que exigen una reforma de fondo en su concepción, administración y regulación, para que puedan ser consideradas como un instrumento eficaz de protección y conservación. Muchas áreas están sometidas a intensas presiones generadas por muy diversos factores de tipo social, económico, de orden público, etc., por lo anterior, se requiere de manera urgente modificar algunos textos de la legislación sobre áreas protegidas, para actualizarla y adecuarla a la nueva realidad que enfrentan estas áreas, creando nuevas categorías y modernizando las existentes, para acercar esta normatividad a la realidad del país. Adicionalmente, la falta de actualización de la legislación sobre áreas protegidas, hace que ésta luzca anacrónica frente a normas más recientes como las normas sobre descentralización; la legislación indígena y la legislación sobre comunidades negras, e incluso, frente a las nuevas disposiciones de la legislación agraria. c) Como se expuso, el Código de Recursos Naturales no ha sido reglamentado en temas trascendentales, como el desarrollo de medidas de intervención de la administración en aspectos como la función social de la propiedad sobre el suelo y la regulación del recurso suelo, desde el punto de vista ambiental propiamente dicho. Lo que evidencia que todavía existen tópicos impenetrables por la legislación ambiental, porque la existencia de fuertes intereses han impedido su regulación. d) El tema ambiental no puede continuar tratándose en forma aislada de otros sectores de la economía, como el agropecuario, el minero o la realización de obras de infraestructura. La meta del desarrollo sostenible, impone la necesidad de integrar las consideraciones ambientales a todas las demás políticas productivas, lo que se hace evidente en el esfuerzo por proteger ecosistemas como los páramos, afectados entre otros, por procesos de agrícolas y pecuarios que tienen gran impacto en su deterioro. Es por ello que la legislación ambiental propiamente dicha, debe buscar respaldo para el cumplimiento de sus previsiones, en otras legislaciones con las cuales interactúa y con las que mantiene una recíproca influencia. En este sentido, es requisito «sine qua non» para la eficacia de la ley ambiental, que ésta se coordine con otras legislaciones que inciden en este tema. e) Se llama la atención acerca del desfase que en ocasiones se presenta entre las normas e instrumentos del derecho internacional ambiental ratificados por Colombia y la legislación ambiental interna. El país está suscribiendo una serie instrumentos internacionales y adquiriendo a través de ellos compromisos que muchas veces no está en capacidad de cumplir, y en ocasiones parecería que sin tener suficiente claridad de las implicaciones de éstos para el país.
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Tabla 1. Áreas de nevados y páramos declarados dentro del Sistema de Parques Nacionales.
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BIBLIOGRAFÍA Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, DNP, WWf, RRSC, UAESPNN. 2000. Incentivos para la Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad, Editado Sara Hernández, Instituto Humboldt, Bogotá. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, Hernández Salgar Ana María. 1998. Principales Convenios Internacionales sobre Medio Ambiente Aprobados por Colombia, Santafé de Bogotá. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, Ministerio del Medio Ambiente, Dirección General de Ecosistemas, Naranjo Luis Germán, Andrade Germán I., Ponce de León Eugenia. 1999. Humedales Interiores de Colombia: Bases Técnicas para su Conservación y Uso Sostenible. Primera Edición, Santafé de Bogotá. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, MMA, DNP, UICN, PNUMA, Colombia, Biodiversidad Siglo XXI. 1998. Propuesta Técnica para la Formulación de un Plan de Acción Nacional de Biodiversidad, editado por Claudia Fandiño y Paola Ferreira, Bogotá. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, Investigadora Pardo Fajardo María del Pilar. 1999. Biodiversidad, Análisis Normativo y de Competencias para Colombia, Editado por Legis Editores S.A., Santa Fe de Bogotá. Loperena Rota, Demetrio. 1998. Los Principios del Derecho Ambiental, Editorial Civitas, S.A., Madrid. Ponce de León Chaux, Eugenia. 2001. Temas de Derecho Comunitario Ambiental Andino, Editado por la Universidad Externado de Colombia, Bogotá. Ponce de León Chaux, Eugenia y otros autores. 1999. Lecturas sobre Derecho del Medio Ambiente - Tomo I, artículo: Régimen Constitucional del Derecho de Propiedad, Editado por la Universidad Externado de Colombia. Bogotá. Red de Reservas de la Sociedad Civil. 1999. Guía de Reservas Naturales de la Sociedad Civil, Editado por la Asociación Red Nacional de Reservas de la Sociedad Civil. Rodríguez Becerra, Manuel. 1998. La Reforma Ambiental en Colombia, Tercer Mundo Editores, Santafé de Bogotá. Unidad de Parques Nacionales Naturales del Ministerio del Medio Ambiente. 1998. Diagnóstico Regional y Estrategias de Desarrollo de las Áreas Protegidas de América Latina, Impresión OP Gráficas, Colombia.
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Uso de fauna silvestre en la Serranía de Mamapacha
Ginna García Salinas et al
USO DE FAUNA SILVESTRE EN LOS ALREDEDORES DE LA SERRANÍA DE MAMAPACHA (BOYACÁ, COLOMBIA) Por Ginna García Salinas, Diego Perico Manrique, Carlos A. Rocha
RESUMEN El trabajo se desarrolló en el área colindante con la Serranía de Mamapacha, departamento de Boyacá. Su objeto fue evaluar el uso de la fauna silvestre existente en la zona, las técnicas de caza y adicionalmente los hábitats que están siendo usados con este fin. Los datos se obtuvieron entre los meses de febrero y julio del 2001, a través de encuestas realizadas a los residentes más cercanos a la Serranía correspondientes a cinco municipios (Chinavita, Garagoa, Ramiriquí, Miraflores y Zetaquirá). Se registraron 19 especies de mamíferos pertenecientes a siete órdenes y cinco de aves pertenecientes a tres órdenes. Las especies asociadas a hábitats intervenidos Didelphis albiventris, Dasypus novemcinctus, Mustella frenata y Agouti taczanowskii reportaron ser las más aprovechadas. Para la zona de Mamapacha se tomaron nueve categorías de uso, de las cuales la obtención de carne es la más importante. Aparte de unas pocas excepciones, todas las especies cazadas son empleadas para este fin. Otro tipo de uso es el medicinal y es secundario frente a la obtención de proteína animal. Dasypus novemcinctus es cazado por la creencia en su amplia gama de propiedades curativas. Nasua narica y Nasua nasua en muy raras ocasiones se cazan y únicamente para la preparación de bebedizos afrodisíacos. Sciurus sp y especies de aves pequeñas se capturan como mascotas, convirtiéndose en tráfico de fauna, con precios relativamente altos. La cacería en los cinco municipios es muy similar. Existen diferencias significativas en el modo de empleo de la fauna silvestre en los cinco municipios (x2 = 200,607; gl=36; p < 0,001). Palabras clave: Bosque andino, cacería, Colombia, comunidad rural, conservación, fauna cinegética, Mamapacha, páramo, uso de fauna silvestre.
ABSTRACT The work was developed in the adjacent area with the serranía of Mamapacha, department of Boyacá. Its goal was in order to evaluate the use of the existent wildlife in the area, the hunting techniques and additionally the hábitats that are being used with this objective. The data were obtained between the months of February and July in 2001, through interviews carried out the nearest residents to the mountainous corresponding to five municipalities (Chinavita, Garagoa, Ramiriquí, Miraflores and Zetaquira). they registered 19 species of mammals belonging to 7 orders and 5 birds belonging to 3 orders. The associated species in intervened hábitats Didelphis albiventris, Dasypus novemcinctus, Mustella frenata and Agouti taczanowskii reported being the most used. For the area of Mamapacha we took nine categories of using, from which the meat obtaining is the most important. Apart from a few exceptions, all the hunted species are employees for this objective. Another use type is the medicinal one and it is secondary in front of the obtaining of animal protein. Dasypus novemcinctus is hunted by the belief in its wide range of healing properties.
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Nasua narica and Nasua nasua rarely is hunted, and only it´s hunted for aphrodisiacs drinkables. Sciurus sp and species of small birds are captured for living as pets, turning on a fauna traffic, reporting relatively high prices. The hunt in the five municipalities is very similar. Significant differences exist in the way of employment of the wild fauna in the five municipalities (x2 = 200.607; gl=36; p <0,001). Key words: Andean forest, Clombia, conservation, hunting, Mamapacha, páramo, rural community, use of wildlife, wildlife.
INTRODUCCIÓN El complejo eco-regional de los Andes del norte alberga una extraordinaria biodiversidad y se ha reconocido por diversas organizaciones nacionales e internacionales como una biorregión de alta prioridad para la conservación a nivel mundial. Con una extensión que alcanza los 490.000 km2, contiene casi la mitad de la diversidad biológica total del Neotrópico. Dada la gran importancia de los ecosistemas alto andinos colombianos, por su papel biogeográfico estratégico, por estar ubicada en el centro de la región paramuna suramericana y por sus características ecológicas únicas, es alarmante la velocidad con la cual están siendo destruidos, y aunque no existe un consenso de la tasa de deforestación anual, se considera que se ha perdido la tercera parte de la cobertura forestal: de 170.000 km2 originales de bosque andino, solo quedan 45.000 km2 (MMA 1997). La conservación y el manejo de los recursos naturales, entre ellos la fauna de caza, son ahora temas de interés para los gobiernos, las organizaciones de base y no gubernamentales, los profesionales de las disciplinas biológicas y sociales y, evidentemente, para los pobladores que habitan estas zonas ( Rubio-Torgler et al. 2000). Pese a que la fauna en Suramérica es bien conocida desde el punto de vista sistemático, son pocos los estudios desde la perspectiva ecológica de conservación dejando un vasto vacío de información. En el caso específico de Colombia, a pesar de treinta años de estudios sobre mamíferos, es muy limitado el conocimiento sobre su uso, manejo y conservación. Los trabajos sobre cacería se han realizado en la Amazonia y la zona Pacífica (Chocó). En la Cordillera Oriental se reportan muy pocos trabajos, baste citar por ejemplo el de Castellanos (1999), donde analizó la cacería realizada por una comunidad campesina en la zona andina (cordillera Oriental), perteneciente a la zona de amortiguación del santuario de Fauna y Flora de Guanentá (Santander). El objetivo general del estudio fue evaluar el uso de la fauna silvestre en los alrededores de la Serranía de Mamapacha; como específicos, primero identificar las especies de fauna silvestre usadas por los pobladores de la región; segundo, describir y cuantificar el uso de la fauna silvestre en la región y tercero, determinar qué tipos de hábitat son principalmente intervenidos por efecto del uso de la fauna silvestre.
ÁREA DE ESTUDIO Se llevó a cabo en la Serranía Mamapacha (5° 10’ latitud norte y 73° 17’ longitud oeste). El área total de la Serranía comprende 27.511,81 ha, de las cuales 9.700,77 corresponden a bosques y 17.811,04 a páramo (Corpochivor 1996).
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MATERIALES Y MÉTODOS A lo largo de seis meses (febrero - julio de 2001) se recorrió la zona de influencia de la Serranía de Mamapacha, correspondiente a los cinco municipios (Chinavita, Garagoa, Miraflores, Ramiriquí y Zetaquirá); en cada uno de ellos se visitaron las veredas más próximas al páramo y al bosque andino, con el fin de encuestar a sus pobladores. En Chinavita, se recorrieron las veredas: Zanja Arriba, Sicha, Montejo, Valle, Quinchos y Centro Arriba. En Ramiriquí: Guayabal, Chuscal, Escobal y Pantano Largo; en Garagoa: Guanica Molino, Zenda y Ciénaga Valvanera.. en Miraflores: la Rusa, San Antonio, Tunjita y Miraflores y en el municipio de Zetaquirá: Guanata y Patanoa. Las encuestas se realizaron de forma individual a hombres y mujeres sin discriminación de edad. En la mayoría de los casos de manera formal explicando el alcance y los objetivos del trabajo, en otros casos fue necesario realizarla informalmente, aprovechando las conversaciones cotidianas. Se aplicaron dos formatos de encuesta: uno general, donde se registró información particular como edad, ocupación, tiempo de residencia, aspecto socio-económico y grupo familiar.Un segundo formato nos permitió conocer primero las especies de fauna silvestre existentes en la región. Para este fin acompañamos la sesión con preguntas de material bibliográfico como: guías de campo con ilustraciones, fotos de la fauna (aves y mamíferos) potencialmente presentes en la zona (Hilty & Brown 1986, Eisenberg 1989, Emmons & Feer 1990). Se identificaron las técnicas, armas empleadas, tiempo y personas participantes en la faena de caza. Por último, se determinaron los hábitats principalmente usados en la extracción de fauna cinegética. El formato de encuesta es una adaptación de los desarrollados por Redford y Robinson (1991), Jorgenson (1993), Ráez y Rubio (1994) y Castellanos (1999). Para la confirmación de las especies cinegéticas se tomaron evidencias de cacería como fotografías, cráneos y pieles. El material zoológico se depositó en la colección del laboratorio GESA de la UPTC. El estudio del material zoológico se efectuó en el laboratorio de la UPTC. Su determinación se efectuó mediante bibliografía especializada (Hilty & Brown 1986, Eisenberg 1989, Emmons & Feer 1990), para ser incluidos posteriormente en la colección del museo. En el análisis estadístico se aplicó la prueba de Chi cuadrado (X2) y la prueba de intervalos múltiples de Duncan, para indagar diferencias significativas en el modo de uso de la fauna silvestre entre municipios. Para el análisis estadístico se empleó el programa SAS /STAT (SAS Institute Inc. 1989).
RESULTADOS Aspecto familiar Las familias están constituidas por seis o siete personas entre padres e hijos, con una fuerte unidad familiar. En algunos hogares se convive con parientes (tíos, primos y abuelos). Los habitantes de la zona son netamente agricultores. Las cosechas se emplean casi en su totalidad para auto-consumo, sólo un pequeño porcentaje se usa para comercialización. El dinero obtenido se usa para comprar otros productos que complementan la dieta familiar. Las
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mujeres se dedican al cuidado de los niños, labores domésticas, protección del hogar; además, ayudan en las siembras. Los niños colaboran en trabajos caseros y asisten a la escuela veredal; por lo regular concluyen sólo los estudios de básica primaria. La cacería es una actividad tradicional, transmitida por generaciones. Los padres enseñan a sus hijos las técnicas de cacería, el empleo de elementos (trampas, escopetas), la forma de adiestrar los perros en rastreo de presas, la forma de seguir rastros de huellas, comederos y senderos. Actualmente se ha ido perdiendo la tradición debido, entre otras cosas, a que las escuelas han tratado de inculcar una educación ambiental, que concientiza a los niños y a sus padres en el cuidado de la naturaleza.
Actividad cinegética La cacería en la Serranía de Mamapacha es esporádica y practicada generalmente en zonas de labranza, rocería y quemas aledañas al bosque. El sistema de cacería es muy similar entre los municipios. También podemos hablar de una relación con la temporada de cosecha de ciertos productos como maíz y frutales alimentos apetecibles para diversos animales. No se reportan temporadas de mayor extracción de presas debido a la disponibilidad de las especies a lo largo del año. La cacería es esporádica y oportunista; también hay quienes cazan en forma programada, con poca frecuencia, debido a las sanciones de las corporaciones y las normas policivas de protección de fauna silvestre. Sin embargo, los campesinos denuncian la llegada de cazadores foráneos de fin de semana, equipados con perros, linternas y armas de fuego; atraídos por la reconocida presencia de presas importantes como venado y oso andino. La técnica más común en la región es la utilización de perros (43,45%), el empleo de la escopeta representa un 40,77%, y generalmente se combina con el rastreo con perros. El uso de trampas (11,50%) y tramperos (4,18%) es poco frecuente. Esta técnica es empleada por los pobladores que viven cerca a las zonas mejor conservadas, y se utiliza principalmente para capturar tinajos y armadillos.
Especies Se reportan 19 especies de mamíferos pertenecientes a siete órdenes (Tabla 1), que representan el 92,57% del total de reportes obtenidos en las encuestas y cinco especies de aves pertenecientes a tres órdenes (7,43%), ver tabla 2. Los mamíferos más reconocidos fueron: el fara Didelphis albiventris, (96,23%), dada su presencia dentro de las actividades del hombre; luego está el armadillo Dasypus novemcinctus (96,69%); la comadreja Mustela frenata (91,37%); el tinajo Agouti taczanowskii (90,57%) y la ardilla Sciurus sp. (89,49%). Las aves mas reconocidas fueron: la pava Penélope montagnii (35,04%) y un grupo de especies que llamamos “aves pequeñas” (32,35%). Fue necesario agrupar estas especies para el manejo de los datos, debido al bajo número de reportes obtenidos (tabla 2). El reconocimiento de los mamíferos fue mayor que el de las aves, porque este grupo está más presente en la tradición de uso de fauna silvestre, mientras que las aves tienen pocas especies que generan suficientes beneficios al cazador para justificar el esfuerzo de captura.
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Tabla 1. Especies de mamíferos reportados en el área de estudio
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Tabla 2. Especies de aves reportadas en el área de estudio
USOS Existe una amplia tradición del uso de fauna silvestre en la región; el reconocimiento y uso de animales es cotidiano. Observamos nueve categorías de usos que según el orden de importancia para la comunidad son: 1. Obtención de carne (46,30%); 2. Elaboración de productos medicinales (19,34%); 3. Captura para cría como mascota (10,85%); 4. Extracción de la piel para adornos o para comercializar (7,61%); 5. Elaboración de productos veterinarios (7,26%); 6. Elaboración de objetos artesanales (5,79%); 7. Elaboración de productos afrodisíacos (1,87%); 8. Venta en mercado local (0,96%); 9. Cacería deportiva(0,03%). La obtención de carne fue registrada como el uso principal de la fauna silvestre. Los cazadores manifestaron mayor selectividada por especies como el tinajo, Agouti taczanowskii (21,42%), y el armadillo (20,07%). Según ellos la carne de tinajo es la más exquisita, por su sabor y consistencia. La creencia en las propiedades curativas hacen del uso medicinal de la fauna el segundo en importancia. En el caso del armadillo (39,87%), su grasa se emplea para hacer fricciones que sirven para el reumatismo, niños tocados de primerizo, masajes y ungüentos; con la concha o corroica se preparan cremas para cicatrización; la sangre caliente con vino, en ayunas, se emplea para curar el asma. A este grupo también pertenecen: el tinajo (21,18%) del cual se extrae la hiel para ser empleada como antídoto contra la mordedura de culebras y la extracción de espinas o astillas enterradas en la piel. El fara (18,04%), es usado para el reumatismo; recién muerto el animal es desollado y la piel aún caliente es puesta sobre las articulaciones enfermas. Según los entrevistados, alivia los fuertes dolores; del tejón (8,63%), se emplea su grasa como pomada caliente para aliviar dolores musculares; del oso andino (5,88%), se utiliza la grasa para hacer fricciones y los huesos triturados, suministrados en bebida a bebés, sirven para la consistencia de los huesos, y aunque no se relaciona con la cacería de este animal, sus heces se emplean para la calvicie. La cacería para mascotas es frecuente en la región, siendo su motivación principal la adquisición de ardillas y en especial de aves pequeñas; estas últimas atraen por su vistoso color y hermoso canto. El animal más cazado es la ardilla (30,07%), seguido del grupo aves pequeñas (27,74%), zorro (14,92%), el tejón (12,35%) se captura desde cachorro y se cría para la obtención de carne, venado (4,20%), tinajo (2,56%), guache (2,33%), armadillo (1,86%) y oso andino (1,63%).
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Es importante destacar que la piel no es motivación de cacería. Generalmente cuando se aprovecha un animal, la piel o coleto es secundaria. En algunos lugares encontramos pieles como adorno; son contadas las que están en buen estado. Pertenecen a esta categoría el tejón, (20,27%), tigrillo (18,27%), venado (14,29%), nutria (9,30%), oso andino y ardilla (7,97%). Las pieles tienen un mercado a pequeña escala; la piel del tejón se vende y se usa para hacer sacos, la del tigrillo es empleada como adorno. En el uso veterinario tenemos: la comadreja (89,90%), la carne tostada y molida se suministra como alimento, aliviando la “renguera” del ganado, que consiste en entumecimiento de algún miembro del animal, se usa en reses y caballos. El armadillo es otra especie usada con fines veterinarios (2,44%), su grasa la usan como ungüento para la “asoliadura” del ganado. Dentro de la categoría artesanal, la imagen del armadillo está muy presente en la vida de los habitantes de la zona. Se elaboran artesanías (95,20%), no solo con partes de su cuerpo (corroica), sino que la especie inspira figuras cerámicas. Del tejón y el tinajo (1,31%), se emplea la piel para la elaboración de bolsos para cargar el pertrecho durante las faenas del campo. Con fines afrodisíacos son pocas las especies: el tejón (62,16%) y el guache (32,42%). El baculum del pene llamado “hueso de guache” es secado y rayado de manera que quede como harina: ésta se toma como vigorizarte sexual, agregándolo a una bebida. Aunque la venta en el mercado local no es una actividad usual, la especie con mayor demanda es el armadillo (34,21%), apreciado tanto por su carne como por sus propiedades curativas. Es sabido que periódicamente llegan visitantes a la región en busca de armadillos para preparar pomadas con su concha que luego son vendidas en tiendas naturistas. La comercialización de carne se hace por intermediarios o por encargos; no puede ser en el mercado local debido al temor del decomiso de la carne o del arma, de la que no se tiene licencia; ésto obliga a que se haga clandestinamente. La captura de especies de aves pequeñas como mirlas blancas, azulejos y chafiros; estos últimos preferidos por su hermoso canto y colorido-, es común para la venta como mascotas. Una pareja de cualquiera de estas especies puede tener un valor de treinta mil pesos. El reporte de cacería deportiva es bastante bajo 0,03%, pero vale la pena tenerla en cuenta, pues aunque no logramos muchos reportes en las encuestas, se sabe que es una práctica común para la captura de oso andino y venado. La cacería es muy similar en los municipios. Se encontraron diferencias significativas en el modo de uso de la fauna silvestre en los cinco municipios según la prueba de Chi cuadrado (x2 = 200.607; gl=36; p < 0,001). La prueba de Duncan nos muestró diferencias significativas en el uso de piel para Ramiriquí y Garagoa con respecto a los otros municipios donde se cazan menos especies con este fin (a = 0,05, gl = 5, MSE = 0,000226).
Daños Algunos animales ocasionan daños en los cultivos, y este se controla con cacería. Así el campesino obtiene doble beneficio pues protege sus cultivos y obtiene carne. Nos referimos a una cacería ocasional.
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Podemos dividir la motivación de caza en el área de Mamapacha en dos grupos principales: uno para obtener recursos como carne o remedios y otro donde estarían los eventos de caza para proteger las actividades humanas (agricultura, aves de corral, ganado, entre otras). El daño que más motiva cacería es el ataque a aves de cría, generalmente gallinas (59,08). Las especies que atacan las aves son: la comadreja (30,92%), el fara (27,30%), el zorro (23,29%); en menor grado la umba (9,88%) y el tigrillo (5,28). Los daños causados a cultivos corresponden a un 32,83%. Las especies cazadas por atacar las cosechas son: la ardilla (39,44%) que ataca las siembras de maíz; el fara (33,63%) que ataca cultivos de frutales y el tinajo (22,54%) que ataca cultivos de yuca, papa y arracacha. En tercer lugar está la cacería motivada por el ataque a ganadería vacuna, lanar y caprina (6,65%). El oso andino es uno de los animales más temidos por algunos habitantes; según ellos es un peligro latente para sus familias, además de serlo para el ganado. Afortunadamente no es frecuente saber de la caza de un oso, dada la dificultad de su captura. Otro animal que ataca la ganadería es el tigrillo; mata ovejas y cabras. Por último está el ataque a la piscicultura (1,54 %); esta actividad es relativamente nueva, los ataques provienen de la nutria y la chucha de agua.
Hábitats Para esto consideramos primero las zonas de formación natural que aún se encuentran en la serranía. En la serranía de Mamapacha se presentan dos tipos de biomas bosque andino y páramo. Además de estas dos zonas, hay especies que habitan las riberas de los numerosos ríos y quebradas que corren por las laderas de la serranía (la nutria, la umba y la chucha de agua). Por último consideramos los agro-ecosistemas, zonas donde se desarrolla la actividad humana, como cultivos, áreas de pastoreo, caminos y casas. El bosque andino es el hábitat con el porcentaje más alto de reportes de actividades de caza 48,04% (Figura 1.); la preferencia de esta zona para realizar las actividades de caza, ocurre primero por su accesibilidad, dado que es el área más cercana a las zonas pobladas, donde hay presas importantes, y la mayor diversidad de especies cinegéticas. Además, su distribución rodeando la serranía a manera de faja hace que sea de fácil acceso desde los cinco municipios. El armadillo (18,25%) y el tinajo (15,25%) son las especies más cazadas en este hábitat. El páramo es el segundo hábitat en importancia para la actividad de caza (24,53%) (Figura 1). La cacería en páramo la realizan expertos, generalmente programados. Se pueden obtener las presas de mayor tamaño (venado y oso andino), que proporcionan mayor cantidad de carne. El difícil acceso al páramo por los continuos escarpes y pendientes superiores a 50º, lo complejo de la faena para capturar estas especies, hacen que la cacería sea mucho menor que en bosque, incluso en los municipios de Zetaquirá y Chinavita donde el acceso al páramo es más fácil.
ASPECTOS SOCIALES
En los agro-ecosistemas se desarrolla un 14,52% (Figura 1) de la actividad de caza reportada, y ésta tiene que ver directamente con especies que atacan actividades humanas: el fara, la comadreja y la ardilla. El fara es la especie más cazada en los agro-ecosistemas (52,88%).
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Figura 1. Porcentajes de la cacería desarrollada en los diferentes hábitats.
Podemos relacionar este valor con el reconocimiento que tiene esta especie en las zonas donde habita el hombre. Además, los daños que produce a aves de cría y cultivos, principalmente frutales, hace que el porcentaje de cacería sea tan alto. En segundo lugar está la comadreja (39,90%), que al igual que el fara es cazado para defender las aves de cría (gallinas). En tercer lugar se encuentra la ardilla (6,73%), cazada en la época de recolección de la cosecha de maíz. En el hábitat río se reporta el 12,69% de la cacería y es más común en los municipios de Zetaquirá y Miraflores; la umba (27,94%) y la nutria (22,22%). Además, es usual la caza de la comadreja (25,15%), y tinajos (12,87%) en esta zona. Existen diferencias significativas en los hábitats que son usados para la obtención de presas en el área de Mamapacha por municipio (x2=297,578 gl=16, p<0,001, a=0,05).
DISCUSIÓN La cacería en la zona de Mamapacha es tradicional, y se puede definir como una actividad de subsistencia (Decreto 1608/78, art. 31 del Código de Recursos Naturales), desarrollada por agricultores con pocos recursos. El fin principal es la obtención de carne para alimentación en el plano familiar; sin embargo, los pobladores de la región cuentan con alternativas de ingresos económicos y productos que les permite no depender de este medio. La cacería es de tipo oportunista y en primera instancia afecta al ecosistema bosque, hábitat con mayores reportes de caza. Los campesinos latinoamericanos intercalan la cacería con otras actividades llevándose el arma cuando salen a trabajar al campo, y aprovechan cualquier oportunidad que pueda presentarse (Ojasti 1993). Los bosques montanos son el hábitat para un gran número de especies de fauna. Se pueden mencionar dos grandes mamíferos, el oso andino (Jorgenson y Rodríguez 1986, Rodríguez 1991) y la danta de montaña (Acosta et al. 1996, Lizcano y Cavelier 1997). Los bosques
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andinos ejercen un papel fundamental en la regulación del ciclo hidrológico, manteniendo estables los caudales de los ríos, que abastecen de agua potable a las poblaciones humanas de la región. La constante presión que ejerce la deforestación sobre este bioma pone en peligro el abastecimiento de agua al igual que hace más susceptible la zona a la erosión de suelos y avalanchas. Por otro lado, los resultados de encuestas describen numerosos reportes de caza en agroecosistemas. La motivación de caza en estas zonas se puede dividir en dos tipos. Primero está la captura de presas que proporciona carne. Según Becker (1981) pocos cazadores se alejan más de 2 km de su casa y Smith (1976) estima el radio de acción del cazador campesino en 5 km, encontrándose ciertas especies tolerantes a estos hábitats. Segundo, se cazan animales por los daños que causan a la actividad humana. El grupo de especies disponibles en estos hábitats es tolerante en mayor o menor grado a hábitats disturbados. A esto se le denomina cacería de cultivos y ha sido documentada por autores como Linares (1976), Jorgenson (1993), Suárez et al. (1995) y Castellanos (1999).
Especies Las especies con mayor porcentaje de reconocimiento fueron: fara, armadillo, comadreja, tinajo y ardilla (tabla 1). Al asociar el nivel de reconocimiento de las especies con su posible tamaño poblacional (a mayor reconocimiento, mayor número de individuos), podrían ser las especies con mayores poblaciones, debido a que encuentran alimento fácil en esta zona. Linares (1976) argumenta que estas especies son más abundantes alrededor de los asentamientos humanos, en comparación con otros lugares de bosque tropical donde no hay asociación con el hombre. El grado de reconocimiento fue similar en la comunidad de Encino (Castellanos 1999), donde se reporta entre las especies más cazadas el armadillo Dasypus novemncinctus, fara Didelphis albiventris, y tinajo Agouti paca. En el neotrópico la cacería por campesinos abarca menor variedad de animales que la cacería por indígenas (Ojasti 1993); no obstante, las especies más ampliamente utilizadas son esencialmente las mismas: armadillos (Dasypus spp.), pacas (Agouti paca), venados (Mazama americana) y pavas (Penelope sp.). En el área de influencia de la Serranía de Mamapacha la caza se realiza a lo largo del año en zonas medianamente intervenidas o perturbadas dado el oportunismo. El campesino es caracterizado como cazador sedentario que ejerce una presión mayor de extracción sobre las poblaciones silvestres, contrario a los pueblos indígenas que cazan un rango más amplio de especies, en particular especies menores, mitigando un poco los efectos de la cacería (Ojasti 1984, Redford y Robinson 1987). Los moradores locales argumentan que la costumbre de cazar se ha perdido debido a: 1. La dificultad creciente de encontrar presas grandes. 2. Cada vez son mas alejadas las zonas boscosas naturales, poco intervenidas (donde podrían encontrarse vertebrados de mayor tamaño), lo que hace que el esfuerzo de caza sea cada vez mayor y menos compensado. 3. La disminución de cazadores potenciales, como consecuencia de migración a otras regiones en busca de alternativas de trabajo que garanticen su estabilidad. 4. En las escuelas rurales se ha empezado a inculcar una educación ambiental, que está cambiando la visión, tanto de los
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niños como de sus padres, frente al manejo y conservación de los recursos naturales. 5. presión de los grupos armados. Aunque lo anterior nos permite plantear cierto alivio a la presión sobre las poblaciones de fauna silvestre, otras actividades humanas como la deforestación y la agricultura tienen un efecto mayor que la cacería sobre la fauna silvestre (Jorgenson 1993). Así pues, el manejo de la fauna silvestre no lo podemos plantear solamente desde el punto de vista de control o vigilancia de extracción y/o sanciones a los cazadores. Se requieren planes que integren a la comunidad con las entidades gubernamentales para que las soluciones sean locales y reales, que proporcionen una sostenibilidad a mediano y largo plazo de estos ecosistemas relictuales.
CONCLUSIONES En términos generales, la cacería en la Serranía de Mamapacha es esporádica y se realiza asociada a actividades agrícolas de cultivos y avance de la frontera pecuaria. Las especies principales de caza son tolerantes a cierto nivel de disturbio y para asegurar este recurso a futuro, tanto en poblaciones silvestres, como para cacería, se requiere un manejo incorporando “el manipuleo de hábitats”. El bosque andino es el ecosistema que más está siendo aprovechado para la extracción de presas de cacería, dado el fácil acceso desde los cinco municipios y la presencia de especies como el armadillo y el tejón. La presión ejercida sobre los recursos naturales se encuentra en aumento debido principalmente a que los pobladores locales aspiran a complementar sus ingresos familiares mediante la caza o la siembra. Por tanto, es prioritario involucrar a las comunidades locales en un plan de manejo buscando conservar en su totalidad el hábitat, quizás mediante la creación de áreas protegidas en la región. El uso de la fauna silvestre ha estado desde siempre presente en la cultura regional. Esto lo corrobora la constante presión a que está sometida la población de armadillos y tinajos, en razón de su facilidad de captura y amplio rango de usos. Por tanto, es de vital importancia la realización de programas de evaluación de las poblaciones de estas especies que nos permitan conocer su estado actual y propenda un mejor manejo de uso. Para plantear planes de manejo de la fauna silvestre usada en la zona de Mamapacha, es necesario involucrar a los pobladores, principalmente aquellos que practican de una u otra forma la cacería. Llegado el momento, el cazador es quien decide qué presa sacrificar y cuál no. Las leyes no reflejan eso; por ello se hace necesario que las mismas comunidades elaboren sus propios mecanismos de regulación, con el fin de preservar un recurso que fácilmente se puede agotar en pocos años. No existe una relación entre el clima y el tiempo de caza de las especies, excepto para la captura de oso andino, que prefieren realizarla en época de verano, y el tejon en tiempo de invierno. El tiempo de caza responde mas a un patrón de las actividades del cazador campesino y no refleja períodos más favorables para la captura de determinada especie. La técnica de caza más empleada es la captura manual con ayuda de perros en zonas de cultivo o bosque intervenido. El uso de otras técnicas como escopeta y tramperos no reportan un nivel de importancia. La preferencia en la técnica de cacería refleja la actitud de
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los campesinos, que prefieren cazar en zonas abiertas, especies de tamaño mediano y que no representen un esfuerzo de captura alto. La cacería motivada por defensa de cultivos, avicultura y ganadería representan un porcentaje importante del total de reportes de uso (zorro, fara, ardilla, comadreja, oso andino y tinajo). Es necesario promover planes de manejo al nivel de especies dañinas que representen una alternativa de aprovechamiento para el campesino ante la pérdida de sus recursos, es decir, mantener una convivencia entre la fauna y el hombre en la cual ambos resulten beneficiados. Es necesario aumentar el cumplimiento de las leyes, establecer programas de educación ambiental e introducir mejoras en la calidad la vida rural. Igualmente, desarrollar planes de explotación sostenible de la fauna silvestre que desempeñen una significativa función no solo para el desarrollo socioeconómico, sino también para la conservación de la herencia biológica de la región.
AGRADECIMIENTOS Los autores agradecemos al grupo GESA de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia por el apoyo otorgado al estudio; a Osman Hipólito Roa, por su ayuda en logística e infraestructura; a los habitantes de los cinco municipios, por dedicarnos parte de su tiempo, por compartir sus conocimientos y experiencias sobre la fauna de la región; a los alcaldes de los cinco municipios por su colaboración durante la fase de campo.
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MECANISMOS DE RESTAURACIÓN DE LA FERTILIDAD EN UNA SUCESIÓN SECUNDARIA EN EL PÁRAMO DE CRUZ VERDE, COLOMBIA Por Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio
RESUMEN El presente trabajo se desarrolló en el Páramo de Cruz Verde, Colombia, a 3200 msnm. la investigación consistió en realizar una interpretación ecológica de algunos procesos involucrados en la sucesión secundaria luego del cultivo de papa, incluyendo el pastoreo. Los resultados corresponden al muestreo de seis edades sucesionales (diez meses después de la cosecha, parcelas de tres años, de 6-8 años, de 8-12 años, en sucesión avanzada de 12-15 años y parcelas de páramo natural sin evidencias de uso desde hace más de veinte años) en tres fincas diferentes para un total de 18 parcelas; se exceptúa el banco de semillas que se realizó en una finca donde se hizo un muestreo de quince réplicas por cada edad. El problema fue abordado en los siguientes aspectos: caracterización del sistema de producción; variación de las propiedades físico-químicas y del contenido de nitrógeno mineral y de la biomasa microbiana en muestras de suelo; la recuperación de los cambios en cobertura, formas de vida, riqueza y diversidad de las especies. No se observó ninguna tendencia al aumento o disminución de los nutrientes a lo largo de la sucesión (a excepción del fósforo), por lo que se concluye que la recuperación de la fertilidad no se explica por la acumulación sucesional de los nutrientes en el suelo. Tampoco se encontró evidencia de acumulación del nitrógeno mineral; caso contrario ocurrió con la biomasa microbiana que presentó un comportamiento exponencial con aumentos significativos después de los doce años. Los resultados muestran que el aumento de la edad sucesional permite cambios estructurales en los que la recuperación de la fertilidad del sistema parece residir en el aumento de una población de microorganismos que acumulan y hacen más rápidamente disponible el nitrógeno mineral para las plantas, las cuales también muestran una tendencia clara de cambio hacia una mayor diversidad, composición y reemplazo de especies con mayores adaptaciones para la acumulación de nutrientes. El descanso largo no solamente implica una recuperación de la fertilidad del suelo, sino que conlleva una serie de beneficios para la estabilidad ecológica del ecosistema pues crea un mosaico de etapas sucesionales que favorecen la regeneración y aumentan la diversidad del páramo; además permite la existencia de una alta heterogeneidad espacial dando como resultado una apreciable diversidad de especies, funcional y del paisaje. Palabras clave: diversidad, formas de vida, restauración fertilidad, sucesión secundaria.
ABSTRACT The present work was developed in Cruz Verde páramo, Colombia, to 3.200 msnm and the central problem of investigation was to carry out an ecological interpretation of some processes involved in the secondary succession after potato’s cultivation, in which shepherding is included. The results correspond to the sampling of six ages (10 months after the crop, 3 year-old parcels, of 6-8 years, 8-12 years old, in advanced succession 12-15 years old and
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parcels of natural páramo without use evidences for more than 20 years) in three different properties for a total of 18 parcels. The problems were approached in four aspects: 1) it was carried out a characterization of the production system; 2) it was evaluated the variation of the physical-chemical properties and 3) of the content of mineral nitrogen and of the microbial biomass in soil samples; at level of the vegetation 4) the recovery of the changes was studied in cover, forms of life and diversity of the species. Any tendency was not observed to the increase or decrease of the nutrients along the succession (to exception of the phosphorus), for what you concludes that the recovery of the fertility is not explained by the accumulation successional of the nutrients in the soil. Neither it was evidence of accumulation of the mineral nitrogen, contrary case it happened with the microbial biomass that presented an exponential behavior with significant increases after the 12 years. Our results show that the increase of the age successional allows structural changes in those that the recovery of the fertility of the system seems to reside in the increase of a population of microorganisms that accumulate and they make more quickly available the mineral nitrogen for the plants, which also show ago a clear tendency of change a bigger diversity, composition and substitution of species with more adaptations for the accumulation of nutrients. The long fallow not only implies a recovery of the fertility of the soil but rather it also bears since a series of benefits for the ecological stability of the ecosystem. The long fallow believes a mosaic of stages successional that favor the regeneration and they increase the diversity of the paramo it also allows the existence of a high space heterogeneity giving a high diversity of species, functional and of the landscape. Key Words: diversity, life forms, old field succession, restoration fertility.
INTRODUCCIÓN Actualmente, el ecosistema de páramo presenta un acelerado proceso de disturbio y fragmentación por los diferentes usos de tipo agrícola, ganadero y minero al que ha sido sometido. Una de las investigaciones más urgentes es la del efecto del disturbio generado por la disminución de los periodos de descanso con posterioridad al cultivo de papa, sobre la vegetación natural, que conducen a una degradación de las condiciones originales o aún al total reemplazo de los ecosistemas originales por formaciones secundarias que frecuentemente se mantienen en sucesiones detenidas. Estos factores llevan aceleradamente a la fragmentación de hábitats y a la pérdida de la diversidad biológica. El problema central de investigación fue realizar una interpretación ecológica de algunos procesos involucrados en la sucesión secundaria luego del cultivo de papa y en la que se incluye el pastoreo durante la fase de descanso. En particular el interés radicó en hallar algunos de los mecanismos que están determinando los periodos de descanso y por lo tanto la recuperación de la fertilidad. Los resultados corresponden al muestreo de seis edades sucesionales y el problema se abordó en cuatro aspectos: 1) Se realizó una caracterización del sistema de producción; 2) Se evaluó la variación de las propiedades físico-químicas del suelo y 3) Asi mismo se evaluó el contenido de nitrógeno mineral y de la biomasa microbiana en muestras de suelo. 4) A nivel de la vegetación se estudió la recuperación de los cambios en cobertura, formas de vida, riqueza y diversidad de las especies.
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Restauración y sucesión secundaria en Cruz Verde
Vilma Jaimes Sánchez , Lina Sarmiento Monasterio
MÉTODOS El área de estudio se localiza en el Páramo de Cruz Verde a 3.200 msnm, jurisdicción del municipio de Choachí, departamento de Cundinamarca, Colombia. El uso actual de la tierra es principalmente el cultivo de papa y el levantamiento de ganado de doble propósito. Los suelos corresponden a Inceptisoles que se han desarrollado a partir de cenizas volcánicas depositadas sobre arcillas (IGAC 1985). La precipitación promedio anual es de 1.254 mm y presenta un régimen monomodal de lluvias con una estación lluviosa entre los meses de marzo a diciembre y un periodo seco en enero y febrero. La temperatura media anual es de 8,4ºC y varía mensualmente entre 6 a 10º C. La humedad relativa está por encima de 80% todos los meses y presenta un promedio de 91,7%. La vegetación natural está dominada por la comunidad de Espeletia grandiflora y Calamagrostis effusa Lozano y Schnetter (1976). La caracterización del sistema de producción se realizó mediante encuestas con los pobladores de la región y observaciones de campo durante todo el ciclo agrícola en tres fincas escogidas para el estudio y por un periodo de dos años. Se trabajó siguiendo una cronosecuencia en la misma unidad de suelo y clima y se seleccionaron una serie de parcelas de vegetación en diferentes edades de sucesión que incluían una muestra de la comunidad original. Se escogieron tres fincas cada una con seis edades, una recién cosechada (1diez meses después de la cosecha), una de tres años, otra de 6-8 años, otra entre 8 y 12 años, otra parcela ya recuperada en sucesión avanzada de 12-15 años y una parcela de páramo natural sin evidencias de uso desde más de veinte años, por lo menos. En cada una de las parcelas escogidas se realizaron los siguientes análisis: - Análisis físico-químico de muestras de suelo: textura, densidad aparente, humedad, pH, CIC, y Bases, % de Carbono, fósforo disponible, aluminio y nitrógeno total. - Análisis del contenido de nitrógeno mineral y de la biomasa microbiana en muestras de suelo: método de Kjeldahl y método de fumigación-extracción. - Cambios en la cobertura, formas de vida, riqueza y diversidad de especies: método del cuadrado puntuado (Greig-Smith 1983), cálculos de los índices de riqueza absoluta de especies, índice de Shannon (H) y equidad (J). Para determinar los cambios y las diferencias de cada una de las variables según la edad de sucesión, se evaluaron estadísticamente las diferencias según análisis de ANOVA paramétrico de dos vías. Las comparaciones de promedios se realizaron mediante la prueba de Duncan. La diferencia entre épocas climáticas se estableció con la prueba de t-student (Zar 1984). Además se realizaron análisis de correlación y regresión simple para estudiar las relaciones entre las variables y la edad sucesional. Através de un enfoque ecosistémico se relacionó la distribución de las especies en relación con el medio ambiente mediante un análisis multivariado. Para visualizar la secuencia de las especies de mayor cobertura a lo largo de la sucesión y establecer más claramente especies indicadoras para cada edad se realizó un análisis de promedios ponderados o de la relación varianza-promedio (Jongman et al. 1995). La estructura de la vegetación también fue analizada según el método de TWINSPAN (Hill et al. 1979).
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RESULTADOS Sistema de producción En el Páramo de Cruz Verde el cultivo de la papa es el renglón dominante. Se comercializan dos variedades de papa: la variedad “parda-pastusa” y la “papa criolla”. También se siembran otras especies de tubérculos como “cubios” (Tropaeolum tuberosum), “ibias” (Oxalis tuberosa) y los “ullucus” (Ullucus tuberosus) en huertas pequeñas o en los surcos de donde se ha sacado la papa; más para autoconsumo o para la venta en la plaza de mercado. El periodo de cultivo se inicia al arar una parcela de páramo natural o que haya pasado por una etapa larga de sucesión-regeneración. El campesino escoge el terreno con base en su conocimiento de la vegetación, cuando existe suficiente cobertura vegetal y aparecen especies indicadoras: el “fraylejón plateado” (Espeletia argentea) y “la lama” sobre el suelo, diferentes especies de musgos. También intervienen otros criterios como la cantidad y calidad de las tierras disponibles. La parcela se trabaja siguiendo una serie de prácticas asociadas a un calendario agrícola anual. Comienza con la preparación del terreno durante la época seca (diciembre-febrero), se ara la tierra con el uso de tractor. La fertilización química y el encalado se realizan inmediatamente después de sembrar los tubérculos. Durante el cultivo se realizan tres fumigadas. La primera aplicación se hace al mes, en el momento de la emergencia de las primeras hojas; la segunda a los tres meses y la última en la etapa final cuando las plantas ya inician la madurez. La primera cosecha se realiza a los cinco meses de haber sembrado la papa, para junioagosto y corresponde a la variedad “criolla”; la segunda se obtiene para octubre-diciembre y corresponde a la papa de la variedad “pastusa”. Después de la cosecha, sigue una fase de sucesión-regeneración pastoreada. Como complemento de la producción en el ciclo agrícola se realiza también la cría de ganado vacuno para leche y carne, algunos equinos para carga, unos pocos ovinos para lana; algunos campesinos crían cerdos. A veces se siembra semilla del pasto Antoxantum odorantum (pasto oloroso) para que disminuya la alta competencia que realiza Rumex acetocella (pasto rojo) , que es considerada una maleza muy agresiva y muy poco palatable para el ganado. Como pasto de forraje también se siembra Holcus lanatus (pasto azul) y Poa pratensis (poa) pero son pastos más delicados en su manejo. Si no se siembra la semilla de estos pastos, la regeneración natural lleva a que aproximadamente a los tres años ya domine Antoxantum odorantum. El ganado debe ser rotado de potrero cada cuatro meses. Cuando se requiere mejorar el potrero se ara la tierra y se le aplica cal nuevamente.
Suelos Las características físico-químicas de los suelos analizados se resumen en la tabla 1. Presentaron alto porcentaje de arena, alto contenido de humedad relativa incluso por encima del 100% con pequeñas diferencias entre la época húmeda y la época seca. Respecto a las
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características químicas se encontraron diferencias entre las edades sucesionales para el pH (P= 0.01), el contenido de aluminio (P= 0.04) mientras que la CIC, C, el P, N y el contenido de las bases no responden al tiempo sucesional. Los suelos tienen un alto contenido de materia orgánica, pH extremadamente ácido, bajo contenido de bases intercambiables excepto para los niveles de potasio, alta capacidad de intercambio catiónico, toxicidad en aluminio para las plantas y muy bajos niveles de fósforo asimilable. Solo se observó una tendencia con la edad para las variables: contenido de fósforo (R2= 0.28, P= 0.01), del pH (R2= 0.35, P= 0.01) y del sodio (R2= 0.23, P= 0.03) y en las variables físicas para la densidad aparente (R2= 0.20, P= 0.03) y el aluminio (R2= 0.19, P= 0.03). Resultados de las pruebas estadísticas. N=18
Tabla 1. Resumen de las características físico-químicas del suelo. Páramo de Cruz Verde.
Comportamiento del nitrógeno mineral a lo largo de la sucesión Comparación entre época de lluvias-época seca El contenido de nitrógeno mineral total solamente se encontraron diferencias significativas entre épocas climáticas en la edad de tres años (P= 0.02) y altamente significativas en >20 años (P<0.001). En el contenido de amonio se registraron diferencias significativas en las edades: diez meses (P= 0.05), 3 años (P= 0.04) y diferencias altamente significativas en la edad: >20 años (P<0.001). En el contenido de nitratos no se presentaron diferencias para ninguna de las edades sucesionales. En el páramo natural, > de 20 años de edad, no se registró la presencia de esta forma de nitrógeno en ninguna de las épocas. Los resultados se presentan en la tabla 2.
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Tabla 2. Resultados del comportamiento del nitrógeno mineral y del nitrógeno en la biomasa microbiana en muestras de suelo. Los resultados corresponden a la época seca y la época de lluvias. Páramo de Cruz Verde. Resultados de las pruebas de ANOVA y t-tests.
Comparación entre edades sucesionales No se encontraron diferencias significativas entre las edades sucesionales para ninguna de las épocas climáticas. En las dos épocas climáticas, los contenidos de amonio siempre son mayores y son el doble o más de los contenidos de nitratos. Respecto a las relaciones en porcentajes del nitrógeno mineral. en la época de lluvias el amonio representa entre el 67 y el 100% y en la época seca entre el 55 y el 100%; para la época de lluvias, en el páramo regenerado el nitrógeno mineral está totalmente (100%) en forma de amonio y en la época seca no se detectó nitrógeno mineral. Solo se hallaron diferencias altamente significativas entre épocas climáticas para el porcentaje de amonio en la edad >20 años (P< 0.001). Comportamiento de la biomasa microbiana a lo largo de la sucesión Los valores promedio de N en la BM obtenidos en este estudio fueron de 293,57 ± 84,4 mg/Kg en la época de lluvias y 329 ± 101,49 mg/Kg en la época seca. Los valores más altos se observaron para las edades > de 20 años de descanso (434,19 ppm en la época de lluvias y 515,28 ppm en la época seca) y el valor mínimo se encontró para la edad de tres años de descanso en la época de lluvias (226,89 ppm). La correlación entre la edad y contenido de nitrógeno en la BM fue significativa en las dos épocas climáticas y mediante el análisis de regresión se encontraron mejores ajustes a modelos exponenciales (figura 1). En la época de lluvias el modelo explicó el 47,2% de la varianza y en la época seca el 58,9%. Se hallaron diferencias significativas entre edades sucesionales para las dos épocas climáticas (época de lluvias, P= 0,04 y época seca, P= 0,03). Para los suelos fumigados también se presentaron diferencias significativas entre las edades y para las dos épocas climáticas; los resultados de las significancias se expresan en la tabla 2. La comparación mediante la prueba t no encontró diferencias significativas para el contenido de nitrógeno en la BM entre épocas climáticas en ninguna edad de la sucesión.
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Figura 1. Variación del contenido de nitrógeno en la biomasa microbiana en mg/Kg de acuerdo a la edad sucesional para la época de lluvias y la época seca. Páramo de Cruz Verde.
En la época seca se presentaron diferencias muy significativas (P= 0,001) entre las edades de la sucesión, y la prueba de comparación de promedios mostró diferencias muy significativas (P< 0,01) entre las edades 10 meses, 3, 6-8, 8-12 años y las edades de mayor tiempo sucesional 12-15 y >20 años (tabla 2). En cuanto a la proporción de N en la BM respecto al contenido de N total se obtuvo un promedio de 2,3% ± 0.77 y 2,5% ± 0,76 para la época húmeda y la época seca respectivamente. Para la época seca se encontró ajuste lineal significativo (R2= 0,66, P< 0,001). El cálculo del contenido de N en la BM expresado en g/m2 se realizó teniendo en cuenta la densidad aparente y 20 cm como profundidad promedio del horizonte orgánico del suelo. El promedio total de todas las parcelas fue 32,7 g/m2 ± 11,93 para la época de lluvias y de 36,1 g/m2 ± 11,09 para la época seca. Estos valores exceden ampliamente los requerimientos mínimos de N para el cultivo de la papa (11,87 g/m2, según Sarmiento 1995). Los mayores valores promedio se observan en las edades más avanzadas de la sucesión. Diferencias muy significativas entre las edades solo se encontraron en la época seca y la prueba de comparación de promedios nuevamente solo encuentra diferencias muy significativas (P= 0,01) entre las edades 10 meses, 3, 6-8, 8-12 años y las edades de mayor tiempo sucesional 12-15 y >20 años.
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Análisis de los cambios de la vegetación a través de la sucesión Diversidad de las especies El número total de especies encontradas incluyendo los musgos, hepáticas y líquenes fue 133. Están distribuidas en 29 familias de las cuales dos familias se encuentran mejor representadas tanto en géneros como en especies: Asteraceae (25 especies) y Poaceae (17 especies). El menor número de especies (13) se encontró en la edad de 10 meses de sucesión y aumentó a un máximo de 28 especies en el páramo natural a la edad >de 20 años. Entre edades sucesionales se presentaron diferencias muy significativas (P= 0,01) en el número de especies. Los resultados mostraron que la diversidad aumenta con la edad de la sucesión, ajuste lineal altamente significativo (R2=0,67, P<0,001). Los resultados de diversidad obtenidos a partir de la estimación del índice de Shannon también aumentan su valor con la edad sucesional. En las edades de 8-12 y 12-15 años los valores se igualan para luego aumentar nuevamente en la edad >20 años donde alcanza la mayor diversidad (2,45). Además se presentó una regresión positiva altamente significativa entre el índice de Shannon y la edad de la sucesión (R2=0,51, P<0,001). El mejor ajuste de los datos por estimación logarítmica correspondió a una curva exponencial con un aumento muy rápido de la diversidad en las primeras edades y luego más lento a partir de los ocho años. La uniformidad de la distribución del número de individuos en cada especie representada por los resultados de equidad mostró para todas las edades valores intermedios (0,3 – 0,5). Igualmente, en los valores de equidad se presentaron diferencias muy significativas (P=0,01) entre las edades sucesionales. A partir de los ocho años los valores de equidad son iguales 0,5 lo que estaría indicando un patrón igual de distribución de los individuos entre las diferentes especies. En la equidad también se presentó una regresión positiva altamente significativa (R2=0.65, P<0,001) con la edad de la sucesión y el mejor ajuste de los datos por estimación logarítmica correspondió a una curva exponencial con un aumento muy rápido de la diversidad en las primeras edades y luego más lento a partir de los ocho años. Especies exclusivas para una sola edad sucesional Igualmente, el número de especies exclusivas fue alto a los diez meses, luego disminuyó y volvió a aumentar a partir de los doce años: 12 especies en la edad 10 meses, 2 en los 3 años, 4 para la edad 6-8 años, 1 en la edad 8-12 años, 13 para la edad 12-15 años y 18 en la edad > 20 años. Las especies exclusivas para cada una de las edades son: • Edad 10 meses: las hierbas Arenaria serpyllifolia, Cerastium sp1, Cerastium sp2, Galinsoga sp., Plantago sp., Stellaria recurvata, las gramíneas Eragrostis sp., Lolium sp. • Edad 3 años: las hierbas Gamocheta af. paramorum y Gnaphalium sp. • Edad 6-8 años: la gramínea Agrostis breviculmis y las hierbas Salvia palaefolia y Veronica serphyllifolia. • Edad 8-12 años: la hierba Pentacalia gracilis.
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• Edad 12-15 años: las hierbas Castilleja integrifolia, Pentacalia sp., los arbustos Pernettya hirta y Gautheria hapalotrichia. Las gramíneas Agrostis tolucensis y Cortaderia nitida. La hepática Hetoroscyphus polyblepharis. El musgo Hypnum sp. Los licopodios Huperzia, Lycopodium sp., Lycopodium clavatum y el líquen Cladonia rangiferina. • Edad > 20 años: los arbustos Aragoa abietina, Diplostephium phylicoides, Diplostephium revolutum, Pentacalia abietina, Pentacalia gynoxioides, Pentacalia nitida. Las hierbas, Eryngium humile, Lobelia tenera, Oritrophium peruvianum, Puya goudotiana, Puya nitida. La cyperacea Carex tristicha. Las hepáticas Breutelia sp1., Hepaticae sp1., Lepidozia sp. Los musgos Racocarpus sp. y Sphagnum magellanicum. Los resultados del análisis con TWISPAN mostraron la formación de cinco comunidades, el código para la edad sucesional indica la edad y el número de la réplica (Ej. E121 es la réplica 1 de unas parcela de 12 años. I Calamagrostis effusa-Espeletia grandiflora. Edades: E202, E203. II Calamagrostis effusa-Espeletia argentea. Edades: E121, E122, E123, E201. III Espeletia argentea-Anthoxantum odoratum. Edades: E81, E82, E83. IV Anthoxantum odoratum-Agrostis trichodes. Edades: E33, E61, E62, E63, E31. V Rumex acetosella-Agrostis humboldtiana. Edades: E101, E102, E103, E32.
Análisis por formas de vida En las primeras edades de la sucesión se reconocieron cinco formas de vida las que incrementan a nueve en las edades de 12-15 y >de 20 años, aumentando también en diversidad de especies y a la vez presentando una mayor estratificación (figura 2). También es importante llamar la atención sobre la presencia de los musgos durante todo el desarrollo sucesional. Los mayores valores promedio de cobertura se encontraron en la edad de tres años (37,44) y en la edad >20 años (31,67) donde Breutelia chrysea es la especie más importante porque aporta mayor cobertura (figura 2). En la forma de vida de las hierbas se incluyeron las plantas no lignificadas en todos sus órganos, tanto aéreos como subterráneos, como: Stellaria recurvata, Stachys elliptica, Halenia asclepiadae, Bidens triplinervia. Constituye la forma de vida dominante en el inicio de la sucesión (figura 3). La especie Mellilotus sp. solo está presente en las edades de diez meses y tres años
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Figura 2. Variación de las formas de vida para cada una de las edades sucesionales. En el eje se muestra el promedio de la cobertura para cada forma de vida en 100 m2. Páramo de Cruz Verde.
Figura 3. Variación de la cobertura de las especies tempranas más abundantes según la edad sucesional. Páramo de Cruz Verde
donde alcanza un porcentaje máximo de cobertura de 13% (figura 3). Esta especie no es común en la sucesión y solo presentó alta cobertura en una de las fincas en donde había sido sembrada manualmente por el agricultor. Las hierbas radicantes incluyen las plantas que crecen extendiendo los tallos rasantes sobre el suelo y/o con rizomas o estolones bajo los primeros centímetros del suelo como Rumex acetosella, Sysirinchum jamesonii, Carex pygmaea, Carex bonplandii y Rhynchospora macrocheta. Rumex acetosella es la especie que alcanza mayor cobertura, con un promedio de 87% a la edad de diez meses para luego disminuir drásticamente a 24% a los tres años y posteriormente desaparecer (figura 3).
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Las macollas están presentes durante todas las edades sucesionales con altos porcentajes de cobertura y están representadas principalmente por gramíneas en las que hay un reemplazo de especies según la edad. A los diez meses y a los tres años los mayores porcentajes de cobertura lo aportan Anthoxantum odoratum y Agrostis humboldtiana (figura 4). En las edades 6-8 y 8-12 años sigue siendo importante en cobertura Anthoxanthum odoratum y aumentan las especies Paspalum hirtum y Agrostis trichodes (figura 4). Al final de la sucesión y en las parcelas del páramo regenerado la mayor cobertura de las macollas lo aportan las especies nativas Calamagrostis effusa y Festuca dolicophylla (figura 5).
Figura 4. Variación del porcentaje de cobertura para las especies intermedias más importantes según la edad sucesional. Páramo de Cruz Verde.
Figura 5. Variación del porcentaje de cobertura para las especies tardías más abundantes según la edad sucesional. Páramo de Cruz Verde.
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La cobertura de los arbustos es más importante en la edad >20 años; los pocos contactos evaluados a los diez meses corresponden a retoños de cepas que permanecen después del arado, como fue el caso de Ageratina gracilis y Pentacalia vaccinioides. Las especies con mayor cobertura al final de la sucesión fueron Pernettya prostrata y Aragoa abietina. Los líquenes presentaron porcentajes muy bajos de cobertura y están presentes al final de la sucesión (figura 5). La forma de roseta caulescente representada por la especie Espeletia grandiflora sólo está como adulto en el páramo regenerado (figuras 2 y 5). Las rosetas acaulescentes presentaron gran variación en el número de especies, su promedio de cobertura es más bajo al inicio y al final de la sucesión y en las edades intermedias alcanzan valores similares (figura 4). A esta forma de vida corresponden las especies Espeletia argentea, Paepalanthus columbiensis, Acaena cylindristachia, Paepalanthus karstenii y Lachemilla aphanoides. Las especies Hydrocotyle bonplandii y L. aphanoides presentan el mismo comportamiento, con bajos porcentajes al inicio de la sucesión y con sus máximos a la edad de tres años (9 y 11% respectivamente) para luego disminuir en las siguientes edades. L. aphanoides se presenta ocasionalmente en el páramo regenerado (figura 3). E. argentea comienza a aparecer a los seis años y su máximo de cobertura lo alcanza a los ocho años (32%) para luego disminuir a 8% en el páramo regenerado. A. cylindristachya aparece a los tres años y alcanza su máximo de cobertura (10%) a los doce años para disminuir posteriormente al 2% (figura 4). Como representante de la forma de vida bambusoide tenemos únicamente a Chusquea tessellata, la cual está presente únicamente en el páramo regenerado (figuras 2 y 5). La dominancia de esta forma de vida en la fisonomía de la vegetación es indicadora de páramos húmedos (Cleef 1981). Las plantas formadoras de cojines están representadas por un conjunto de especies que forman ya sea pequeños cojines o grandes masas compactas. Por ejemplo Oreobulus venezuelensis, Arcytophyllum muticum y Geranium sibbaldioides. Las formas en cojín están presentes en todas las edades pero son más importantes en las edades de 8-12 y 12-15 años, disminuyendo en importancia al final de la sucesión (figura 2). A. muticum, alcanza el máximo de cobertura (22%) a los doce años y G. sibbaldioides alcanza un 28% a los seis años; en el páramo natural son especies muy escasas (figura 4).
DISCUSIÓN No se observó ninguna tendencia al aumento o a la disminución de los nutrientes, a excepción del fósforo, ni de la materia orgánica, ni de las variables físicas a lo largo de la sucesión. Estos resultados coinciden con los encontrados por varios autores que han estudiado los sistemas de descanso largo en el páramo (Llambí & Sarmiento 1998, Sarmiento 1995, Moreno & Mora-Osejo 1994, Robert 1993, Aranguren 1988). Este comportamiento se explica porque el compartimento de la materia orgánica es muy grande para presentar una respuesta a la escala de tiempo de la sucesión estudiada. Por otra parte las bajas temperaturas y la estabilización por los altos contenidos de aluminio limitan los procesos de descomposición.
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En la densidad aparente, aunque no se presentaron diferencias significativas, el valor más alto correspondió a las parcelas con menos tiempo de descanso y el más bajo a las parcelas con mayor tiempo. La disminución podría ser el efecto de la compactación del suelo cuando el tractor realiza la preparación del terreno y del pisoteo del ganado que se concentra al inicio de la sucesión. Los mayores valores del pH para las edades de 3, 6-8 años que presentaron diferencias con el páramo natural >20 años podrían ser la respuesta de un efecto residual del encalado que tiene lugar durante la fase del cultivo de papa. El objetivo principal del encalado es neutralizar el aluminio intercambiable elevando el valor de pH; también ayuda a estimular la descomposición de la materia orgánica, mejora la estructura del suelo, mejora la disponibilidad de nutrientes y las condiciones de vida de los microorganismos. El aluminio intercambiable es el catión dominante asociado con la acidez del suelo (Sánchez 1981). Los estudios de suelos para áreas de páramo realizados por el IGAC (1988) indicaron que cerca del 80% de la acidez intercambiable es propiciada por el aluminio. El aluminio proviene de la alteración química de los minerales silicatados que, al aumentar su concentración relativa en la solución del suelo, desplaza las bases intercambiables, las cuales se agotan muy rápidamente en el suelo a causa del continuo lavado. El pH extremadamente ácido, los altos niveles de aluminio intercambiable y la presencia de alófanas (aluminosilicatos amorfos) en la fracción arcillas propician alta capacidad de retención fosfórica y por lo tanto de muy bajos niveles de fósforo disponible (IGAC 1988). La alta capacidad de intercambio catiónico está asociada con el alto contenido de materia orgánica. Cuando se analizó el contenido de bases cambiables se observó un incremento a los tres años de edad para el contenido de calcio, magnesio y en el porcentaje de bases totales. Sin embargo, el análisis de varianza no encontró diferencias significativas con la variación de la edad sucesional. Este pequeño cambio puede estar asociado con el incremento del pH que mejora las condiciones para la descomposición y liberación de nutrientes. La baja saturación de bases y la no acumulación en el suelo de nitrógeno y fósforo podría explicarse por ser éstos rápidamente absorbidos por la vegetación sucesional en pleno desarrollo, acumulándose de esta manera en la biomasa vegetal y no en el suelo. La disminución en el contenido de fósforo también puede ser explicada por una alta fijación con compuestos de la materia orgánica que lo convierten en formas no asimilables. Los cambios que podrían estar ocurriendo en este compartimiento son pequeños con relación al gran tamaño de la materia orgánica principal fuente de nutrientes y por lo tanto son difíciles de detectar.
Análisis del nitrógeno mineral En este trabajo no se encontró evidencia de acumulación del nitrógeno mineral con la sucesión. Este comportamiento se esperaba ya que el nitrógeno mineral no se acumula sino que es rápidamente lavado o inmovilizado por la vegetación y por los microorganismos, lo que hace que este no sea un parámetro interesante para analizar la recuperación de la fertilidad.
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Se encontraron mayores valores para el amonio en todas las edades, no hay tendencias sucesionales y no se encontró disminución del contenido de nitratos. La hipótesis de disminución de la nitrificación a lo largo de la sucesión en suelos de páramo es sugerida por los resultados de Sarmiento (1995) de una acumulación de amonio y disminución de nitrato en las parcelas recuperadas respecto a las agotadas. La disminución contribuiría a disminuir las pérdidas de N por denitrificación y por lavado. Sin embargo, inferir una disminución de la nitrificación a partir de una baja concentración de nitratos no es adecuado ya que la actividad nitrificante podría ser alta y la concentración de nitratos mantenerse baja por una alta actividad denitrificante o por una alta tasa de consumo. Por esto los autores recomiendan medir el potencial de nitrificación (diferencia del nitrato final e inicial en incubaciones de suelo).
Comportamiento del nitrógeno en la biomasa microbiana En este trabajo se confirmó la hipótesis de Sarmiento (1995): el nitrógeno contenido en la biomasa microbiana aumenta con la edad sucesional y además se demostró que la biomasa microbiana es el principal reservorio del nitrógeno potencialmente disponible y podría ser utilizado como indicador de la recuperación de la fertilidad del suelo. En los resultados de este trabajo se hallaron valores bastante mayores de 32,79 g/m2 en la época de lluvias y 36,1 g/m2 en la época seca. Por otra parte, en ecosistemas tropicales de bosques secos y húmedos, sábanas y pastizales se han encontrado rangos entre 2,6 a 19,1 g/ m 2 (Brown et al. 1994). Los resultados para el Páramo de Cruz Verde amplían significativamente este rango. Al parecer hay una tendencia de mayores valores de la biomasa microbiana en zonas con climas en los que se presentan bajas temperaturas y alta acumulación de materia orgánica. Sin embargo, existe alta variación en los valores encontrados en el páramo; para Cruz Verde exceden en casi diez veces los encontrados en el Páramo de Gavidia. Este comportamiento revela que diferencias en las características físico-químicas del suelo, en la topografía del terreno, en el contenido de humedad del suelo así como pequeños cambios que ocurren durante la fase del cultivo influyen significativamente en los valores de la biomasa microbiana.
Cambios en la vegetación a través de la sucesión La riqueza de especies mostró un crecimiento lineal y el índice de Shannon y la equidad mostraron una tendencia a un aumento exponencial, con un crecimiento muy rápido al inicio de la sucesión y luego más lento con puntos de inflexión entre ocho y quince años, lo que implica que con descansos menores la riqueza, diversidad y equidad se verían afectadas. El parámetro más sensible y que tarda más tiempo en restablecerse es la riqueza. Las parcelas con edades sucesionales entre 3 y 6-8 años que tienen la mayor influencia de pastoreo presentan diversidades muy cercanas a las encontradas en el páramo regenerado, pero la presencia de la mayoría de especies endémicas exclusivas del páramo natural solo se da luego de 12-15 años de sucesión. En las edades tempranas e intermedias dominan las especies exóticas que colonizan rápidamente ambientes bajo disturbio.
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Es así como en las edades 8-12 y 12-15 años se presentó igual valor de diversidad del Índice de Shannon, 2,39 y 2,38 respectivamente y a partir de los ocho años de edad los valores de Equidad son iguales, 0,5. Entonces podría pensarse que bajo las condiciones de manejo actual la diversidad del páramo se recupera a los ocho años de descanso lo que no es cierto cuando se analiza la proporción entre especies nativas-especies introducidas. Para examinar este problema se realizó una comparación entre especies introducidas respecto a las nativas para cada una de las edades sucesionales. Se calculó el número promedio de contactos por edad para cada tipo de especies introducidas y nativas y se expresó en números absolutos y en proporciones relativas al número total. Se observó que en etapas intermedias como las presentes en la edad 8-12 años con intensidades bajas de pastoreo existe una ligera tendencia a aumentar el número de taxa. Sin embargo en las edades 3 y 6-8 años con pastoreo intenso a moderado la riqueza de especies es menor y el porcentaje de especies introducidas mayor. En las edades con influencia de pastoreo existe una buena proporción de especies introducidas (23-13%) que solo disminuyen a un 0,8-0,4% después de los doce años de sucesión. Esta tendencia también podría ser explicada por mayor diversidad de especies pioneras con mejores atributos para una rápida colonización en las etapas tempranas. Este aspecto es muy importante cuando ser consideran opciones de manejo del páramo, ya que no solo es importante mantener una diversidad alta sino que el tipo de especie tiene más valor. Los resultados de la recuperación de la vegetación y de las comunidades naturales del páramo podrían ser explicados por disminución del disturbio inicial como el arado y el pastoreo, causante de una heterogeneidad espacial y temporal en la estructura de la comunidad inicial que favorece a unas especies y logra la destrucción, daño o desplazamiento de otras y a la vez proporciona nuevos espacios para que se establezcan nuevas especies aumentando de esta forma la diversidad y equidad; pero, principalmente, el tiempo sucesional con descansos largos y el mantenimiento de un mosaico de parcelas en diferentes edades sucesionales garantizan una heterogeneidad espacial y por lo tanto recuperación de las especies propias del páramo. Las formas de vida presentes en las edades más avanzadas de la sucesión presentan adaptaciones especializadas a nivel de todas las estructuras aéreas y subterráneas como respuesta a las fuerzas selectivas que operan en el páramo. Las rosetas acaules y caulescentes, las macollas y los arbustos se presentan como formas de alta especialización en la captura, alocación, mecanismos de protección de los meristemos, de acumulación de necromasa en pie y liberación lenta de nutrientes. La recuperación de la diversidad y el mayor número de especies de formas de vida solo se presenta después de los doce años de edad sucesional. Los cambios en la composición de especies a través de la sucesión coinciden con los cambios encontrados en otros estudios: en las fases iniciales dominan las especies pioneras como Rumex acetosella, Anthoxanthum odoratum después aparecen Lachemilla sp., Agrostris trichodes, Geranium sibbaldioides y Espeletia argentea. los arbustos de Hypericum juniperinum e Hypericum mexicanum, Pernettya prostrata y Pernettya hirta, la gramínea nativa Calamagrostis effusa y especies
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de Espeletia grandiflora solamente comienzan a parecer después de los doce años. Ferwerda (1987) estima que para que una parcela alcance la fisonomía de la vegetación natural deben transcurrir por lo menos quince años. Con los resultados presentados se demuestra que durante el descanso la sucesión secundaria puede restaurar la comunidad original o puede progresar a un estado estable alternativo. Las características de un ecosistema relativamente estable y sus procesos reflejan una progresión que se refleja tanto en la comunidad microbiana del suelo como en la comunidad de plantas. Este es el caso de las comunidades de Calamagrostis effusa-Espeletia grandiflora y Calamagrostis effusa-Espeletia argentea que mostraron un notable desarrollo de la biomasa microbiana en comparación con las comunidades presentes en las edades más tempranas de la sucesión. Durante el transcurso de la sucesión existe un reemplazo de las especies muy evidente siendo la secuencia de éstas especies bastante predecible lo que permite identificar especies indicadoras de las diferentes etapas de la sucesión. Otras variables edáficas no mostraron ninguna tendencia a la acumulación o disminución a través del desarrollo de la sucesión, indicando que la recuperación de la fertilidad del sistema reside en la recuperación de una población de microorganismos que acumulan y hacen más rápidamente disponible el nitrógeno mineral para las plantas, que también muestran una tendencia clara de cambio en diversidad, composición y reemplazo de especies con mayores adaptaciones para la acumulación de nutrientes y de energía en la biomasa vegetal.
AGRADECIMIENTOS Al Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico CDCHT de la Universidad de los Andes por la financiación otorgada a este proyecto. A los Biólogos David Rivera y Orlando Vargas por sus comentarios y aportes. A las Familias del Páramo de Cruz Verde que de una forma desinteresada compartieron sus labores diarias y nos permitieron trabajar en sus fincas.
LITERATURA CITADA Aranguren, A. 1988. Aspectos de la dinámica del nitrógeno en parcelas con diferente tiempo de descanso en el Páramo de Gavidia. Tesis de Grado, Facultad de Ciencias, ULA. Mérida. Venezuela. 149 p. Brown, S., J.M. anderson, P.L. Woomer, M.J. Swift & E. Barrios. 1994. Soil biological processes in tropical ecosystems. In: The biological management of tropical soil fertility. (P.L. Woomer and N.H. Swift eds.). A Wiley-Sayce Publication. 15-45 p. Greig-Smith, P. 1983. Quantitative plant ecology. University of California. Great Britain. Hill, M.O. 1979. Twinspan-Fortran Program for Arranging Multivariate Data in an Ordered two way table by classification of the individuals and the Attributes. Cornell University, Department of Ecology and Systematics, Ithaca, New York. Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC). 1979. Métodos análiticos del Laboratorio de suelos. Subdirección Agrológica. Cuarta edición. 664p.
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1985. Estudio general de suelos del oriente de Cundinamarca y municipio de Umbita (Boyacá).Bogotá. Subdirección Agrologíca. 620 pp. Jongman, R.H.G., C.J.F. Ter braak & O.F.R. Van tongeren. 1995. Data analysis in comunity and landscape ecology. Cambridge University Press. Great Britain at Biddles. LLambi, L.D. & Sarmiento L.1998. Biomasa microbiana y otros parámetros edáficos en una sucesión secundaría de los páramos venezolanos. Ecotrópicos 11(1): 1-14. Lozano, G. & R. Schnetter. 1976. Estudios ecológicos en el Páramo de Cruz Verde, Colombia. II. Las comunidades vegetales. Caldasia 11(54): 54-68. Moreno, O.C. & L.E. Mora-Osejo. 1994. Estudio de los agroecosistemas de la región de Sabaneque (Municipio de Tausa, Cundinamarca) y algunos de sus efectos sobre la vegetación y el suelo. En: Estudios ecológicos del Páramo y del Bosque Altoandino, Cordillera Oriental de Colombia. T II. Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Fisícas y Naturales. Robert de P. 1993. Prácticas campesinas en el Páramo de Apure: Fundamentos ecológicos, económicos y sociales de un sistema de producción andino (Cordillera de Mérida, Venezuela). Tesis de Doctorado, Postgrado de Ecología tropical, Universidad de los Andes, Mérida , Venezuela. 341 pp. Sánchez, A.P. 1981. Suelos del Trópico. IICA, San José. Costa Rica. 634p. Sarmiento, L. 1995. Restauration de la fertilite dans un systeme agricole a jachere longue des hautes Andes du Venezuela. Tesis de Doctorado. Universidad de París XI.237 p. Verweij, P.A.1995. Spatial and temporal modelling of vegetation patterns. Burning and grazing in the paramo of Los Nevados National Park, Colombia. ITC. The Netherlands. Zar, H.J. 1984. Biostatistical Analysis. Segunda Edición. Prentice-Hall Inc. U.S.A.
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Impactos sobre el Páramo de Letreros
James Bazán et al
EL VALLE DE LAS PAPAS Y SU IMPACTO SOBRE EL PÁRAMO DE LETREROS Por James Bazán, Mauricio González, Alexander Paruma, Luis Miguel Rose y Orlando Velasco
RESUMEN En el departamento del Cauca, en el núcleo del llamado Macizo Colombiano, se encuentra el Páramo de Letreros asiento de las lagunas que dan origen a importantes ríos como el Caquetá y el Magdalena. La ponencia que a continuación se presenta recopila información con respecto al proceso de transformación del área del páramo, debido a la colonización y la subsiguiente ampliación de la frontera agrícola mediante la tala indiscriminada, para establecer cultivos de papa y de uso ilícito (amapola), en el Valle de las Papas. Desde tiempos inmemoriales, la zona que incluye el Valle de las Papas fue sitio de paso de poblaciones indígenas que se caracterizaban por su bagaje cultural que permitía la conservación natural del hábitat; nuestras reflexiones apuntan a recuperar con los actuales pobladores y dadas sus condiciones de vida, las características del páramo ofreciéndoles garantías que permitan la preservación del ambiente y la defensa del ecosistema, en consonancia con una vida digna. Palabras clave: Macizo colombiano, Páramo de Letreros, río Caquetá, río Magdalena, Valle de las Papas.
ABSTRACT In the department of Cauca, in the nucleus of the Colombian massive, is the Páramo de Letreros; seat of the lagoons that give origin to important rivers like the Caquetá and the Magdalena. The communication that next appears compiles information with respect to the process of transformation of the area of the Páramo, due to the colonization and the subsequent extension of the agricultural border by means of the indiscriminate cutting, to establish cultures of potato and illicit use (Poppy), in the Valle de las Papas. From immemorial times, the zone that includes the Valle de las Papas, was site of passage of indigenous populations that characterized themselves by their cultural baggage that allowed the natural conservation of the habitat; our reflections aim to recover with the present settlers and given their conditions of life, the characteristics of the Páramo offering guarantees that allow to the preservation of the environment and the defense of the ecosystem, in harmony with a worthy life. Key words: Caquetá river, Colombian massive, Magdalena river, Páramo de Letreros, Valle de las Papas.
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INTRODUCCIÓN Colombia es uno de los pocos países que se caracteriza geográficamente por poseer áreas parameras, que según Molano (1989) son ecosistemas muy complejos y muy variados, con biomas particulares y condiciones medioambientales que hacen posible la adaptación y endemismo de organismos, así mismo como refugio de elementos provenientes de regiones frías del Norte y Sur del continente. Según Cuatrecasas (1958) y Molano (1989) la zona de páramo se divide en una zona de subpáramo o páramo bajo cuyos límites varían entre 3.000 y 3.500 metros sobre el nivel del mar; el páramo que se extiende entre los 3.500 y 4.300 msnm.; y el superpáramo en alturas mayores a los 4.500 msnm. Debemos tener en cuenta que estos límites altitudinales varían según los diferentes autores y las condiciones del relieve de los páramos. En Colombia, el departamento del Cauca es uno de los mayores abastecedores del recurso hídrico ya que parte de su territorio se encuentra en el Macizo Colombiano, lugar donde se hallan paramos y numerosas lagunas que dan origen a importantes ríos como el Magdalena y el Caquetá entre otros, los cuales atraviesan una vasta extensión del territorio nacional. Como ha ocurrido en otras zonas de páramo de Colombia, el páramo de Letreros en el Macizo Colombiano, ha sufrido una pérdida significativa de su biodiversidad como consecuencia de la presión ejercida por los asentamientos en las cercanías de este lugar. La ponencia desarrolla el estudio referente al impacto ambiental sobre el Páramo de Letreros producido por las diferentes actividades agropecuarias que se practican en el Valle de las Papas, dando lugar a la transformación física del estado natural del páramo. Ligado a esto se encuentran aspectos tales como políticos, debido a la poca presencia de entidades estatales encargadas de administrar y planificar el territorio; económicos; por la ampliación de la frontera agrícola de los cultivos característicos de este piso térmico (papa y amapola) y el establecimiento de ganadería extensiva; socioculturales, enmarcados en las diferentes costumbres como la utilización del recurso bosque como fuente de combustible, el uso inadecuado del recurso hídrico, las quemas, la construcción de drenajes para desagüe, la siembra en el sentido de la pendiente y el manejo inadecuado de los diferentes residuos. Es fundamental para la comprensión de esta temática aproximarnos un poco a la historia de la región que nos permita conocer acerca del proceso de poblamiento, modos de posesión de la tierra, los aspectos naturales y la mitología que se encierra alrededor del páramo. Nada mejor por tanto, que sean algunos de los habitantes más antiguos, junto a una recopilación bibliográfica, quienes nos narren esta historia. Por último creemos conveniente presentar algunas alternativas de solución que sean técnicas y políticamente viables en el terreno y concertadas con la comunidad.
METODOLOGÍA Área de estudio Comprende la zona sur oriental del Parque Nacional Puracé, en el sitio denominados el Valle de las Papas, que se encuentra a 80 km de la ciudad de Popayán por la vía que conduce
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a la cabecera del municipio de San Sebastián, en el Macizo Colombiano, con altitudes comprendidas entre 2.900 - 3.100 metros sobre el nivel del mar entre las coordenadas N 01°59’09” y W 076°40’26.6”. Avanza hacia el oriente por el antiguo camino que conduce a San Agustín, en el departamento del Huila, hasta el sector del Páramo de Letreros, donde tienen asiento infinidad de lagunas, entre ellas la de la Magdalena, donde nace el río que lleva su nombre. El páramo posee alturas que varían entre 3.300 - 3.600 metros sobre el nivel del mar. Existe control de entrada de turista, al parque tanto por el Cabildo indígena Papallacta, como por funcionarios del Ministerio del Medio Ambiente a través del sistema de parques naturales. Recolección de información de campo La recolección de información primaria se basó en un diálogo con pobladores de la zona cercana al páramo, quienes lo conocen y utilizan sus recursos. También se dialogó con guarda- parques de la Unidad Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales (UESPNN), quienes prestan su servicio en la zona Con estas personas se trataron asuntos como mitología del páramo, proceso de poblamiento de la zona, uso de la tierra y los servicios e infraestructura. Para el análisis del comportamiento climático de la zona se hizo uso de las informaciones de precipitación, humedad y temperatura suministradas por el Instituto de Estudios Ambientales y Meteorológicos (IDEAM).
MITOLOGÍA Los mitos que un lugar inspira hacen parte de la construcción social y las tradiciones de los habitantes de ese lugar; son también una de las más importantes costumbres de los colombianos. Es la tradición, la narración de historias inventadas pero con un hecho real inspirador; en los mitos se mezcla un poco de magia, medicina tradicional, cuentería y costumbres locales que han ayudado a construir nuestro presente y por medio de éste construir futuro. Los mitos del páramo son generalmente narraciones que cuentan sucesos acontecidos a personas que atentaron contra la naturaleza, o simplemente a viajeros desprevenidos que por altanería o ignorancia, lo irrespetaron y se “emparamaron”; estas narraciones son formas populares y simples de llevar un mensaje de contenido ecológico y ético para con la naturaleza y en especial con el lugar al cual hacen referencia. El páramo en épocas anteriores reclamaba un tributo merecido, imponiendo las condiciones inhóspitas extremas a los viajeros que tenían la necesidad de atravesar por sus caminos, haciendo su viaje azotados por gélidos vientos, granizo, lluvia, y rodeados por el silencio que otorga la niebla y oculta el camino; estas circunstancias sobrecogían el ánimo del viajero infundiéndole miedo, una reacción natural del ser humano hacia lo desconocido Sin ese factor psicológico el páramo hubiera sido un lugar casi profano desde siempre, como lo es hoy en día para la mayoría de los pobladores de Valencia. Es a partir del miedo como se generan los mitos; ese miedo convertido en respeto como una forma de protección mutua, para el páramo y para el viajero; el primero alejaba de sí la intervención humana que trae consigo la desacralización de los lugares y con ella las talas y
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quemas, la basura; y el segundo se aseguraba de no interrumpir el silencioso mundo por el cual se desplazaba, tratando de pasar desapercibido pero con la certeza de ser observado por ojos y oídos vigilantes escondidos en la niebla y el viento.
COMPONENTE ATRÓPICO El componente humano interviene directamente mediante su actividad de pastoreo, cultivos, quemas, residuos químicos; todo esto actúa como un motor ajeno a la dinámica natural del Valle de las Papas. El impacto que soporta el ecosistema del Páramo de Letreros por parte de las comunidades que habitan en el Valle de las Papas se nota principalmente en la productividad de las actividades de tipo económico y en la cantidad ( disponibilidad) de agua que baja del páramo; estas alteraciones del medio natural han sido causadas por la sustitución de dicho medio por cultivos, inicialmente de subsistencia hasta una explotación moderada con fines económicos, a través de la ampliación de la frontera agrícola ( hacia el páramo de Letreros), la introducción de maquinaria y agroquímicos lo cual asegura un mayor rendimiento de los cultivos pero causa seguramente daños irreversibles al ecosistema a corto o mediano plazo. El Valle de las Papas sostiene a la población de Valencia que cuenta con servicios eléctricos, de agua no tratada o «cruda» proveniente del río Cusiyaco, teléfono y un reciente alcantarillado que recoge las aguas negras de la población y las deposita en el río Caquetá sin ninguna clase de tratamiento.
PROPUESTAS 1. Estudio, diseño y construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales en el área urbana del corregimiento de Valencia; en la actualidad el sistema de alcantarillado de Valencia deposita las aguas servidas del poblado en el río Caquetá sin ningún tratamiento. 2. Estudio, diseño y construcción de una red de distribución eléctrica para el corregimiento de Valencia hasta sus alrededores; actualmente el principal medio energético en la zona es el recurso bosque. 3. Adecuación y en algunos casos suministro de estufas eléctricas de bajo consumo de energía, o de gas para evitar la tala del bosque nativo para las actividades domésticas. 4. Retribución económica por parte de los beneficiarios del recurso hídrico proveniente de la zona del Macizo Colombiano, para que los habitantes de Valencia y sus alrededores puedan proteger y sostener el ecosistema de páramo. 5. Estabilización del precio de la papa en el mercado nacional para proteger la subsistencia de los campesinos cultivadores, evitando de ese modo que se vean obligados a ampliar la frontera agrícola y dedicar estas áreas a cultivos de uso ilícito. Queremos aclarar que estas propuestas requieren de la colaboración activa de personas e instituciones con voluntad ecológica y poder de decisión para con nuestros páramos y el río Magdalena, además de un proceso de seguimiento y mejoramiento de las condiciones naturales y sociales del Valle de las Papas.
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AGRADECIMIENTOS Cabildo Indígena Papallacta, Valencia Cauca; Sandra Liboria Díaz, Vitoria Eugenia Niño, Severiano Papamija, Alcibíades Anacona, Gustavo Papamija, Ramón Serna. Unidad Administrativa Especial del Sistema Parques Nacionales Naturales, Regional Sur Andina. Fundación para el Desarrollo del Macizo Colombiano ( FUNDECIMA ), Universidad del Cauca.
LITERATURA CITADA Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca. Centro de Datos para la Conservación - Colombia Mitos y Leyendas. Extraído de: http://www.colombia.com Reynoso, J. Estrategias para la conservación y desarrollo sostenible del altiplano. Extraído de: http://www.codesan.org/infoandi/foro/cdpp14.htm Roffler, G. Los Páramos de la reserva Ecológica Cayambe Coca: Actores, Conflictos, cooperación y conservación. Extraído de: http://www.planeta.com
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Cultura y racionalidad campesina
IsaíasTobasura-Acuña
CULTURA Y RACIONALIDAD CAMPESINA EN EL USO Y TRANSFORMACIÓN DEL PAISAJE EN EL PÁRAMO DE LETRAS (CALDAS, COLOMBIA) Por IsaíasTobasura-Acuña
RESUMEN El uso de los recursos naturales y la transformación del paisaje en una región y época determinadas, son procesos íntimamente ligados a la cosmovisión y la racionalidad de sus moradores. En el Páramo de Letras y su zona aledaña en los departamentos de Caldas y Tolima, los sistemas de producción (papa y pastos) son el resultado de un proceso de migración-colonización de cundiboyacenses, que se asentaron entre los años 1920 y 1970. Este poblamiento tuvo un enorme impacto en la arquitectura del paisaje, al punto que el clima en la zona se modificó como consecuencia de la tala, roza y quema de la vegetación durante este tiempo. Hoy, las montañas que antaño albergaron gran variedad de especies vegetales y animales, están convertidas en pastos con ganadería extensiva y cultivos de papa. Este trabajo trata de indagar cómo los rasgos culturales y la racionalidad de los productores influyeron en el uso y apropiación del territorio, de manera que se puedan rescatar los elementos socioculturales más valiosos, para que, a partir de ellos y en el contexto una racionalidad ambiental, se puedan establecer sistemas de producción y usos del territorio más acordes con las características fisiográficas y climáticas y con la cultura de los habitantes, en un modelo que concilie los intereses tanto de los pobladores de hoy como de los del futuro. Palabras clave: Cosmovisión, cultura campesina, páramo, racionalidad, sistemas de producción.
ABSTRACT The use of natural resources and the transformation of the landscape in a determined region and period, are processes intimately linked to the Cosmovision and the rationality of its inhabitants. In the Letras Páramo (high land moor) and its near-by areas in the Departments of Caldas and Tolima, the production systems (potato and grass) are the result of a migrationcolonization process of cundiboyacenses who settled between 1920 and 1970. This settlement had an outstanding effect in the landscape’s architecture, to the point where the climate in the area was modified as a result of the cutting down, grazing and burning of the vegetation throughout this time. Nowadays, the mountains that long ago harbored a large variety of flora and fauna species, became grass for the extensive cattle ranching and potato fields. This work attempts to inquire about how cultural features and the rationality of producers influenced in the use and taking over of the territory, so that the most worthwhile sociocultural elements can be recovered, in order that, starting from these sociocultural elements and in the context of an environmental rationality, the production systems and the uses of the territory can be established in agreement with the physiographic and climatic characteristics along with the inhabitants’culture, in a model that conciliates the interests not only of the current inhabitants but also of those of the future.
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Cultura y racionalidad campesina
IsaíasTobasura-Acuña
Key words: Cosmovision, country folk culture, Páramo (highland moor), production systems, rationality.
INTRODUCCIÓN El Páramo de Letras y sus alrededores son una zona estratégica para el desarrollo actual y futuro de ciudades como Manizales, Villamaría, Chinchiná, Fresno, Mariquita y otros asentamientos urbanos de menor tamaño, pues buena parte del agua de consumo doméstico tiene su origen en la zona y en la cumbre del Nevado del Ruiz. La historia de los últimos ochenta años pone en evidencia una transformación importante del paisaje por intervención antrópica, como consecuencia de un proceso de colonización de habitantes de Cundinamarca y Boyacá. Este asentamiento, si bien contribuyó al desarrollo económico de la región, también causó un impacto en el medio natural de características monumentales, expresado en una reducción de especies vegetales y cambio del microclima, con consecuencias en el ciclo hidrológico y en la magnitud de los caudales de las quebradas y arroyos que nacen en la zona. Las anteriores transformaciones de los ecosistemas están estrechamente ligadas a la cultura y racionalidad de los pobladores. Una de las formas de expresión de la cultura es la manera como los productores hacen uso de la energía y los materiales. Por ejemplo, en la primera etapa de este proceso de apropiación del territorio los colonizadores, en sus sistemas de producción, privilegiaron el uso de energía endosomática (fuerza de trabajo animal y humana), más amigable con el medio ambiente; mientras que en la segunda introdujeron tecnologías más intensivas en energía exosomática (fertilizantes, pesticidas y mecanización), lo cual aceleró el proceso de deterioro de los ecosistemas hasta convertir las frondosas montañas, donde no sólo moraron las más variadas especies de fauna, sino los espantos que alimentaron el imaginario del habitante de la región. La cultura campesina, entendida como el conjunto de saberes, instrumentos de trabajo, técnicas, formas de organización social, instituciones, redes sociales, creencias, tradiciones, ritos, mitos y símbolos, se expresa en la manera como los campesinos se adaptan, modifican y apropian el territorio; el resultado más evidente en su vida se manifiesta en los sistemas de producción, en los cuales un factor determinante tiene que ver con el uso de materiales y energía. Las comunidades campesinas, en general, utilizan menos insumos externos a la unidad de producción y son más eficientes en el uso de la energía endosomática que los productores empresariales. Este factor es determinante en la conservación y el manejo racional de los recursos naturales y el medio ambiente. No obstante lo anterior, en este trabajo se pone en evidencia que en ecosistemas frágiles como los páramos y en períodos prolongados de tiempo, en la medida en que se incorporan nuevos avances tecnológicos y se modifican las relaciones de producción, los productores campesinos pueden causar importantes impactos en los ecosistemas, afectando la diversidad biológica, la producción de agua y la fertilidad de los suelos.
MATERIALES Y MÉTODOS El trabajo es de carácter cualitativo pues busca, a partir de la recuperación de la memoria oral y de fuentes escritas, comprender cómo la cosmovisión y la racionalidad campesina
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afectan el uso y la transformación del paisaje. En sentido estricto se trata de comprender la relación que existe entre el individuo, la sociedad y la naturaleza. Es decir, poder entender el cuerpo de saberes que los moradores de una zona utilizan para relacionarse entre sí y adaptarse al medio o modificarlo para su subsistencia. En asuntos de desarrollo local y en la transformación de los ecosistemas naturales, el conocimiento local y tradicional adquiere relevancia para la comprensión de los procesos, más allá de lo que la ciencia “normal” y la comunidad de pares pueden aportar. Comprender la manera en que los rasgos culturales, entre ellos la cosmovisión y la racionalidad, de un grupo humano afectan la relación con el medio natural y social es un asunto que supera los métodos convencionales de las ciencias naturales y sociales y linda con la ciencia “posnormal” (Funtowics & Ravetz 2000). El trabajo da cuenta del proceso de transformación y apropiación del territorio por parte de un grupo de campesinos boyacenses y cundinamarqueses que se establecieron entre los años 1920 y 1970 en los alrededores del Páramo de Letras, en los departamentos de Caldas y Tolima, en alturas que superan los 2.800 metros sobre el nivel del mar. La zona comprende las partes frías y paramunas de los municipios de Villamaría, Manizales, Neira, Salamina y Marulanda en el departamento de Caldas y Herveo, Casabianca y Murillo en el departamento del Tolima. Las técnicas utilizadas para recabar la información fueron la revisión documental, la observación directa y la entrevista semiestructurada. La combinación de estas técnicas permite recoger un acervo de información a partir de la cual se logra encontrar regularidades que dan lugar a unos resultados acordes con la naturaleza del objeto de estudio y permiten extraer conclusiones relevantes en torno al uso y transformación del territorio. Como elementos que orientaron el análisis y la interpretación de la base empírica se formularon las siguientes hipótesis de trabajo: 1. Existe una relación dialéctica entre la cultura y racionalidad campesina y el desarrollo de los sistemas de producción. 2. En condiciones fisiográficas y climáticas extremas, como las de los páramos, la tesis según la cual los campesinos usan y transforman el paisaje natural de forma que reproducen y favorecen dos características medio ambientales: heterogeneidad espacial y diversidad biológica, no se cumple. 3. En el mapa cognoscitivo del campesino la fragmentación del mundo no existe. En consecuencia, las propuestas de desarrollo local deben ser holísticas y partir de la racionalidad y la cosmovisión de los productores.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN Para comprender y explicar la forma cómo los campesinos apropian y transforman el territorio, se parte de los elementos que constituyen el “mundo de la vida campesina”: material, social y subjetivo, es decir, de los contextos ecológico, económico y cosmológico (Tobasura 2000). La separación de estos tres submundos sólo tiene un interés expositivo, pues como ya se anotó, en la cosmovisión del campesino no existe tal separación de la realidad.
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Cultura y racionalidad campesina
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Niveles de intervención antrópica. De acuerdo a la información obtenida, se pueden considerar tres niveles: 1. Elemental: Se ubica entre 1920 y 1955. Se caracteriza por la extracción de madera para producción de carbón y construcción de vivienda, la caza y la recolección de frutos, la civilización de suelos para el cultivo de papa y el pastoreo de ganado. EL MUNDO DE LA VIDA CAMPESINA Material
Social
Subjetivo
Medio biofísico
Relaciones sociales
Fiestas
Sistemas de producción
Relaciones familiares
Ritos
Tecnología
Compadrazgo
Mitos
Instrumentos de trabajo
Formas de organización
Creencias mágicas
Fuerzas productivas
Instituciones
Tradiciones
Redes de solidaridad
Cosmovisión
Contexto económico
Contexto cosmológico
Contexto ecológico
2. Intermedio: Va de 1955 a 1980. Se caracteriza por el sistema de tala, roza, quema y siembra de cultivos de papa y pastoreo extensivo. 3. Drástico: Se ubica entre los años 1980 y 2000. Se define por la modernización de cultivos de papa, y generalización de la ganadería extensiva. Los ecosistemas están completamente transformados y la utilización de energía externa para su mantenimiento se generaliza. Nivel elemental. Está caracterizado por la preponderancia del sistema natural poco intervenido, con un bosque nativo rico en variedad de especies vegetales y de fauna asociada. Como consecuencia del asentamiento de los boyacenses y los cundinamarqueses en la zona se inicia el proceso de tala, roza y quema, como mecanismo para poner el suelo en condiciones óptimas para la siembra de cultivos de papa. Los instrumentos que apoyaron este cambio tecnológico fueron manuales como el hacha, la pica, el azadón, el machete y el garabato; los medios de transporte utilizados fueron principalmente el buey, la mula y el mismo hombre. Como se puede ver, la energía empleada en este período era estrictamente endosomática, suministrada por la fuerza animal y el trabajo humano. Se estima que civilizar una manga requería entre 20 y 25 jornales. Estudios realizados en el contexto de la “economía ecológica”indican que los sistemas de explotación centrados en la utilización de la fuerza humana y animal son más amigables con los recursos naturales y el medio ambiente, pues no agotan los recursos no renovables, no contaminan el ambiente y producen alimentos más saludables. Este incipiente desarrollo de las fuerzas productivas estaba íntimamente ligado a relaciones de producción precapitalistas como los diversos sistemas de aparcería, los de ayuda mutua como la mano prestada y el convite. Las relaciones de producción no mediadas por el dinero explican en parte algún grado de eficiencia productiva, la cual fue responsable de la
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acumulación de excedentes en este primer estadio de uso y apropiación del territorio. Debido a que los suelos apenas se abrían a los cultivos, su exuberancia permitía obtener altos rendimientos sin necesidad de aplicar fertilizantes o pesticidas. El conocimiento aplicado a la transformación y uso del paisaje era el tradicional, heredado de generación en generación y transmitido mediante la fuente oral. Consistía en la utilización de semillas de la misma finca, siembras siguiendo las fases de la luna y orientación de los surcos en el terreno buscando la manera de que las labores de cultivo resultaran cómodas de realizar. Muchas de las prácticas agrícolas: preparación del suelo, siembra, selección de la semilla, poda de árboles, castración de animales, estaban estrechamente ligadas al sistema cosmológico de los campesinos, es decir a su manera de entender las relaciones del individuo, la sociedad y la naturaleza. La producción no se orientó según la racionalidad instrumental de la acumulación de capital, sino siguiendo las pautas de la acción no racional, tradicional y afectiva, de la reproducción simple de la unidad doméstica (Weber 1969). Algunas narraciones de nuestros informantes dan cuenta de los cambios ocurridos en la arquitectura del paisaje de la zona en este período. Es bueno anotar que en los relatos el informante pasa de la objetivización del paisaje al mito o a la leyenda sin establecer fronteras. Desde el punto de vista epistemológico en el «mapa cognoscitivo» del campesino no existe la fragmentación del mundo a que nos ha llevado la ciencia occidental (Ortiz 1979). “Cuando llegué al páramo, las montañas eran vírgenes y de una belleza incomparable; allá (en la montaña) había mucho animal bravo: oso, león, madremonte, patasola. El silencio en medio del monte era absoluto: no ladraba perro, no cantaba gallo, no había marrano. Por las noches las puertas se mantenían bien atrancadas, porque las fieras rugían y los espantos eran frecuentes. En ninguna casa faltaba el arma de fuego, casi siempre la escopeta de chimenea, para quemarles a las fieras o a los espantos. Hoy ha cambiado todo: ya no hay animales bravos ni tampoco espantos. En esa época nadie se le metía a la montaña. Era miedoso, no sólo por la presencia de animales bravos, sino por la nevada que caía. Abierta la montaña se fueron llevando animales: el perrito, el gatico, el marranito, el gallito. Cuando cantó el gallo y ladró el perro se ausentaron los espantos (A. Valbuena, com. pers.). El relato matizado de fantasía permite establecer la escasa intervención humana en el medio natural. Salvo casos excepcionales, las montañas eran prístinas; por ello, adecuarlas para la actividad productiva fue una tarea ardua que realizaron los colonos que iban llegando. Los que llegaban en esa época les tocaba empradizar, es decir, tumbar el monte y quemar la leña para poder sembrar la papa. Dicen los mayores que se tumbó y quemó tanto, que hoy está haciendo falta la leña y la madera para diferentes usos. Cuando los primeros boyacenses llegaron, Murillo era pura montaña, pero hoy queda muy poca de la vegetación que hubo. La situación es preocupante, pues un estacón, en Murillo, vale tres mil pesos y no se consigue. Los que vivían arriba cerca a Letras, en La Esperanza, como Joaquín Castro, Gracialiano García y Raimundo Ruiz Parra, quemaban el monte y vendían el carbón puerta a puerta en Manizales. La madera fina que había se acabó: el chaquiro (Goupia sp), el laurel (Nectandra laurel), el comino (Ocotea sp.), el cedro negro (Cedrela odorata), el cedro rosado (Cedrela sp.), el amarillo (Aniba sp.). Lo mismo pasó con los animales: la danta de páramo (Tapirus pinchaque), el venado coliblanco (Odocolleus virginianus), los perezosos (Bradypus variegatus), el oso de anteojos (Tremarctus ornatus), la guagua (Agouti paca). De esas flora y fauna extraordinarias es muy poco lo que aun persiste.
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Así comenzó el proceso de apropiación del territorio y transformación del paisaje en la zona del Páramo de Letras. En los primeros años el sistema resultó hasta cierto punto sostenible: en términos productivos, los rendimientos del cultivo satisfacían las necesidades de la población y permitían la ampliación de las áreas cultivadas, sin utilización de insumos externos a la unidad de explotación. Pero dada la escasa posibilidad de rotación de cultivos por las condiciones climáticas extremas, la fertilidad natural del suelo se fue perdiendo, exigiendo la aplicación de insumos externos para poder mantener niveles de productividad aceptables. Adicionalmente, la simplificación de los ecosistemas redujo el nivel de controladores naturales propiciando la aparición de plagas y enfermedades desconocidas en la zona, al punto que el sistema de explotación tradicional se tornó insostenible. Cuentan los campesinos que la musaraña (Micronicteris nigricans) era un buen controlador del gusano blanco de la papa (Premnotrypes vorax), cuando los cultivos se hacían en la montaña recién talada. Lo anterior confirma el hecho de que en los ecosistemas altamente intervenidos la capacidad de automantenimiento, autorreparación y autorreproducción se reduce a su mínima expresión. Nivel de intervención medio. El agotamiento de los suelos por uso excesivo y la presencia de plagas y enfermedades en los cultivos de papa marcó el final del período de intervención elemental, centrado en el uso de energía endosomática e insumos propios de la finca y dio lugar a un sistema con un nivel de intervención más acentuado, representado por un uso moderado de fertilizantes y pesticidas y, cuando la topografía lo permitía, labranza con tractor o arado de bueyes. Este período se caracterizó por la generalización de dos sistemas de producción a escala comercial: el cultivo de papa y la ganadería extensiva (de leche y doble propósito). En términos del desarrollo de las fuerzas productivas hubo un avance importante, constituyéndose la producción de papa en el segundo renglón agrícola de la economía del departamento de Caldas después del café, por aportes al PIB y por generación de empleo. De los testimonios se deduce que desde 1955, los cultivos de papa se generalizaron por la incorporación de terrenos que habían sido previamente talados por la colonización antioqueña. Veamos: “Todos los cultivos de papa en nuestro tiempo se hacían en plena montaña virgen; tocaba derribar montañas y hacer mangas, se trataba de «civilizar» la tierra. La verdad, éramos demasiado bobos, pues nos ofrecían mangas (potreros) hermosas para trabajar y no las recibíamos. Nuestra ignorancia era de tal magnitud que creíamos que la papa sólo se podía cultivar donde había monte y que las mangas sólo servían para pasto. En parte teníamos razón: la montaña ofrecía mayores ventajas, pues no requería aplicación de pesticidas ni se necesitaba fertilizar los cultivos. Con el paso del tiempo nos dimos cuenta de que en las mangas se daba mucha papa, inclusive, más que en la montaña; pero era indispensable aplicar fertilizantes y pesticidas para las plagas y las enfermedades que iban apareciendo” (J. R. Rivera, com. pers.). La nueva visión de los campesinos acerca del cultivo exigió la incorporación de un modesto nivel de mecanización para esas labores y la introducción del camión para sacar la producción al mercado. Adicionalmente se fueron incorporando los fertilizantes químicos y los pesticidas. En cuanto a las relaciones sociales de producción, aunque persistían los sistemas de aparcería, hay una importante salarización de las relaciones laborales, incorporando sistemas
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de contratación como el destajo y el contrato, los cuales incrementaron la eficiencia y la productividad de la mano de obra como no se había logrado hasta entonces. Consecuencia de este cambio tecnológico fue el incremento de la superficie cultivada, la producción total y los rendimientos por hectárea (tabla 1). Año
Superficie sembrada Ha
Producción Ton Rendimiento Ton/Ha
1934
1.479
8.874
6,0
1959
5.581
39.322
7,1
1965
12.618
142.770
11,3
1978
7.000
86.000
12,3
1992
1.795
20.370
11,35
19967
1.569
11.765
7,5
Tabla 1. Superficie cultivada y producción de papa en el departamento de Caldas. Años 1934 a 1997. Fuente: Elaborado con base en información del DANE. Antonio García. Geografía Económica de Caldas, 1936 y Carta Estadística de Caldas, 2000.
Con la incorporación de nuevas áreas a la producción sobrevinieron las plagas y las enfermedades, constituyéndose en los principales enemigos de los campesinos pues carecían de los conocimientos técnicos para comprender y resolver dichos problemas. Muchos de ellos, en la época, creían que la gota de la papa (Phytophtora infestans) caía del cielo y que la mayoría de las plagas y enfermedades que atacan los cultivos, los animales y los mismos humanos eran castigo divino. La simplificación del ecosistema a raiz de la intensificación del cultivo redujo la diversidad de especies y de controladores naturales, dando lugar a la proliferación de problemas de tipo fitosanitario inexistentes en la zona hasta ese momento. El incremento de los costos de producción, como consecuencia de lo anterior y los nuevos costos generados por las relaciones salariales, marcaron el punto de inflexión entre el máximo rendimiento del cultivo por unidad de área y su decadencia paulatina. Nivel de intervención drástica. Tumbada la montaña, los dos o tres primeros años, la tierra producía excelentes cosechas de papa, luego se cansó y, además, apareció una yerba de espiga colorada llamada “envidia” que no deja producir los cultivos. El suelo se ponía como ceniza, las plantas nacían sin fuerza y luego se morían. En esa época, la papa no se fumigaba, ni se le echaba abono. Desde cuando se acabó la montaña y se comenzó a sembrar en manga hubo que aplicar abono y se empezó a fumigar, porque aparecieron plagas y enfermedades que antes no se presentaban en los cultivos. Se fumigaba contra la gota y contra una cosa que se llama carranchin o roya (Puccinia pittierana), algo así como la viruela en los humanos; afectaba las hojas o los cogollos. La gota comenzaba en la hoja, luego en el palo y terminaba con la planta, si no se le aplicaba nada. Luego aparecieron el gusano blanco y el tostón (Lyriomiza quadrata), dos insectos plagas que causan daños económicos importantes si no se controlan oportunamente.
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Los costos de producción, los problemas fitosanitarios, la falta de mano de obra y el conflicto social hace que se cambie el uso del suelo del cultivo de papa a ganadería extensiva. En la Tabla 1 se puede observar como el área sembrada a finales de los años noventa se sitúa al mismo nivel de los años treinta del siglo XX. Adicionalmente, los rendimientos de los años noventa han venido descendiendo como consecuencia de la pérdida de fertilidad de los suelos, del deterioro de la semilla por los de virus y otros problemas fitosanitarios. La situación del cultivo de la papa es tan preocupante que si no se encuentran tecnologías alternativas que permitan incrementar los niveles de producción y reducir los costos de producción, desaparecerá en poco tiempo. Lo anterior es todavía más grave si se tiene en cuenta que el cultivo está ubicado en áreas demasiado frágiles ambientalmente, por encima de 3.000 metros sobre el nivel del mar, áreas que deberían estar destinadas a la conservación por ser fundamentales en la producción de agua y en la conservación de la biodiversidad. Aparte de los factores inherentes a la producción, la falta de vías de penetración, de acueducto, alcantarillado y energía han contribuido al estancamiento y retroceso de la producción papera en la zona. El año 1987 marcó el punto de decadencia de este renglón productivo, pues a partir de allí el departamento de Caldas pasó de productor y exportador de papa a ser importador del 40% de la papa que consume (diario La Patria 1989). Desde el punto de vista ambiental podría pensarse que este retroceso favorecería la restauración de los ecosistemas, pero la situación ha empeorado, pues las áreas que han salido de la producción de papa se han convertido en potreros de ganadería extensiva, que en términos ambientales resulta más nociva para el suelo y el ecosistema en general. En este sentido valdría la pena realizar estudios de impacto ambiental de estos dos sistemas de producción, de manera que se puedan plantear alternativas de ordenamiento y gestión del territorio, que eviten no sólo los conflictos sociales sino el deterioro del medio ambiente. La apropiación del territorio, que condujo a la transformación del paisaje de bosque natural, pasando por cultivos de papa tradicionales y luego modernos, hasta pastos de ganadería extensiva, contribuyó de manera determinante al cambio de clima en la zona. Este breve relato da cuenta de este hecho. “Un día cargué un par de mulas y me fui para el lado de Murillo y coincidió con una tempestad tremenda que cayó ese día en el Ruiz , fue tan impresionante que yo no creí quedar con vida. Por fortuna pude llegar a una cueva que llaman «La Cueva del Olvido», descargué la mula, y me metí en la cuevita para protegerme, pero recordé que decían que salía la Patasola y otros espantos, pero pudo más el frío y la nieve que el miedo. Así que decidí pasar la noche ahí, como pude logré encender una hoguera para calentarme. Madrugué y recogí las mulas, pero para aperarlas tocaba rasparles las costillas con una peinilla para quitarles la nieve, porque estaban blancas como ovejas recién bañadas. Cargué mis mulas y salí a un boquerón, y en medio de la neblina que apenas dejaba ver, vi la silueta de una mujer, era mi esposa. ¿Por qué vino? -le dije-, porque anoche no pude dormir pensando que algo malo le hubiera ocurrido; creí que lo habían matado los ladrones o la tempestad. En esa época las tempestades de nieve eran tremendas. Hoy, en cambio, uno puede pasar por el páramo cerca al Ruiz sin ningún problema. Además, una buena parte del área del nevado, que antes permanecía cubierta de nieve, hoy está deshelada. Señal inequívoca de que la temperatura se ha incrementado en la zona» (F. Castillo, com. pers.).
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CONCLUSIONES 1. En cuanto respecta al uso del suelo y la transformación del paisaje, en el Páramo de Letras, a pesar de que los migrantes encontraron condiciones ecológicas similares a las de sus pueblos de procedencia (zonas frías de Cundinamarca y Boyacá) y pudieron desarrollar actividades agrícolas tradicionales en sus lugares de origen ocasionaron transformaciones importantes en los ecosistemas y la arquitectura del paisaje, causando impactos ambientales que si no se logran mitigar generaran problemas de desabastecimiento de agua en la región, perdida de la biodiversidad y de la estética del paisaje, como ya ha ocurrido en otras zonas de colonización. La tesis según la cual los campesinos por su cultura y racionalidad utilizan estrategia multiuso, que contribuyen a la conservación de los recursos (la biodiversidad, la fertilidad de los suelos, las fuentes de agua), no tiene aplicación en la zona, debido entre otras cosas a las condiciones de fragilidad de los ecosistemas de alta montaña. 2. El desarrollo de las relaciones de producción, expresados en la salarización del trabajo, más que el adelanto de las fuerzas productivas, fue determinante en el uso y la transformación del paisaje. En los procesos de modernización de la agricultura el desarrollo de las fuerzas productivas y la transformación de las relaciones sociales han avanzado a la par. Ambos procesos han permitido el incremento y el alto rendimiento de los sistemas de producción, pero han generado externalidades negativas expresadas en la destrucción de los recursos naturales y el medio ambiente. Por el contrario, el escaso desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción precapitalistas como la mano prestada, el convite y otras formas sustentadas en la solidaridad son altamente benéficas para el manejo de los ecosistemas y el medio ambiente. En síntesis: la producción campesina que combina valores de uso y mercancías y no busca el lucro sino la propagación simple de la unidad de rendimiento no genera externalidades negativas costosas en los procesos de uso y transformación del paisaje.
REFERENCIAS Anónimo. 28 de junio de 1989. Caldas por debajo de zonas productoras de papa en el país. La Patria. Manizales. Gobernación de Caldas 2000. Carta estadística de Caldas. Manizales. García, A. 1936. Geografía económica de Caldas. Banco de la República. Bogotá D.C. Ortiz, S. 1979. Reflexiones sobre el concepto de “cultura campesina” y los “sistemas cognoscitivos campesinos”. En: Campesinos y sociedades campesinas. (Selección Teodor Shanin). Editorial. F. C.E. México D. F. Tobasura-Acuña, I. 2000. Colonización boyacense. Editorial Instituto Caldense de Cultura. Manizales. Weber, M. 1969. Economía y sociedad. Fondo de Cultura Económica. México, D.F.
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Dimensión jurídico económica y conservación de páramos
Patricia Guzmán-Aguilera
DIMENSIÓN JURÍDICA Y ECONÓMICA PARA LA IMPLEMENTACIÓN DE POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN EN LOS PÁRAMOS Por Patricia Guzmán-Aguilera
RESUMEN Los páramos como ecosistemas de alta montaña cumplen un importante papel en la producción y regulación hídrica, al igual que como potenciales sumideros de carbono; por ello existe legislación que prohíbe su habitación y explotación económica. Sin embargo, presiones demográficas y económicas han llevado a que los páramos sean habitados y al uso de su suelo de manera indiscriminada en actividades agrícolas y ganaderas comprobando que difícilmente puede haber una decisión de política pública ambiental que desconozca la situación de quienes dependen de tales labores. Existen corrientes teóricas que critican el papel de las leyes frente a realidades como estas, pues desconocen su contexto de aplicación. Se plantea la necesidad de políticas y legislación que atiendan a las condiciones institucionales en que se desenvuelven los interesados, la estructura de reglas vigentes de quienes interactúan con el recurso que la ley pretende proteger, en este caso los páramos. Adicionalmente los recursos del ambiente soportan uno de los casos de la “tragedia de los bienes comunales”, así denominada porque la búsqueda del máximo beneficio que los agentes pueden obtener del uso de un recurso común, el páramo, puede terminar en una tragedia: su desaparición. Por las anteriores condiciones, las políticas ambientales y las normas que las implementen, deberán conciliar los intereses de conservación con los de la actividad humana de sus habitantes, atendiendo permanentemente a sus condiciones culturales. En el documento se plantea la forma de articulación de la dimensión jurídica y económica para la implementación de políticas de conservación en los páramos de manera que atiendan a las realidades institucionales logrando así una respuesta positiva para el ambiente natural. Palabras clave: Derecho, economía, implementación, páramos, política ambiental.
INTRODUCCIÓN Los páramos como ecosistemas de alta montaña cumplen un importante papel en la producción y regulación hídrica al igual que como potenciales sumideros de carbono; por ello en los distintos países la legislación prohíbe la habitación y explotación económica de las zonas altas de la montaña. Sin embargo, presiones demográficas y económicas han llevado a la habitación de los páramos y al uso de su suelo de manera indiscriminada para la agricultura y la ganadería. A pesar de la existencia de la ley, difícilmente puede haber una decisión de política pública ambiental que desconozca la situación de quienes dependen de las actividades mencionadas. Algunas corrientes teóricas han venido criticando el papel de las leyes frente a realidades como éstas, en las que se desconoce su contexto de aplicación. Se plantea así la necesidad de
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políticas y legislación que atiendan a las condiciones institucionales en que se desenvuelven los interesados, entendiendo por condiciones institucionales la estructura de reglas vigentes formales y no formales-, de quienes interactúan con el recurso que la ley pretende proteger, en éste caso los páramos. Desde la economía, por otra parte, se ha planteado el problema que afrontan los recursos del ambiente, como uno de los casos de la “tragedia de los bienes comunales”, así denominada porque la búsqueda del máximo beneficio que los agentes pueden obtener del uso de un recurso común, el páramo, puede terminar en una tragedia: su desaparición. Así, las políticas ambientales y las normas por las cuales se implementen deberán conciliar los intereses de conservación con los de la actividad humana de sus habitantes, atendiendo permanentemente a sus condiciones culturales. Este documento plantea la forma de articulación de la dimensión jurídica y económica para la implementación de políticas de conservación en los páramos, de modo que atiendan a las realidades institucionales y permitan lograr una respuesta positiva para el ambiente natural.
RECURSOS DEL PÁRAMO Y TEORÍA ECONÓMICA Los páramos son sistemas naturales complejos y variados de alta montaña, estratégicos debido a su gran potencial de producción, almacenamiento y regulación hídrica, al igual que por los servicios ambientales que prestan como depósitos de carbono, endemismos y valor paisajístico. Sus particulares condiciones como depósito potencial del recurso de mayor importancia para la vida y el mayor valor que han adquirido los otros servicios dadas las condiciones ambientales del planeta, son razones suficientes para establecer políticas para su conservación. Muchas de las alertas que desde las ciencias naturales se han desarrollado expresan especial interés en la ecuación económica de la escasez de los recursos; adicionalmente la revisión del valor económico del agua frente a su disminución de oferta es hoy en día una razón adicional y urgente para los formuladores de políticas públicas. Se han identificado como las amenazas principales para la biodiversidad en los páramos: • Las prácticas no sostenibles del uso de la tierra, en particular en la agricultura y la ganadería, y • El incremento de la demanda de agua por parte de numerosos grupos de usuarios. Como recurso económico, éstos fenómenos representan dos de las denominadas fallas de mercado: las externalidades y los bienes públicos. Las externalidades se definen como la influencia de la acción de una persona en el bienestar de otra; tienen carácter positivo y negativo según el resultado en la última. Su costo lo paga la sociedad y en general no se involucran en la ecuación de costos del productor privado. Concretamente, puede decirse que el uso indiscriminado del suelo por parte del agricultor o ganadero, en detrimento del páramo, no lo paga de ninguna manera y que la consecuencia deberá ser asumida por la sociedad en general en la medida en que pagará
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mayores valores por la obtención de los recursos bien para localizar otras fuentes o para posibilitar su acceso. Las alternativas para evitar la producción de externalidades pueden ser: a. No desarrollar actividad económica, b. Proveer mecanismos internos para que no se produzca daño ambiental alguno. Con la primera opción (a), la discusión se centra en si se debe privilegiar el sustento económico a costa del perjuicio ambiental; su estudio debe ser particular en cuanto a los niveles de afectación del ambiente y en los de superación de pobreza de los países del sur, en donde el asunto se resume en opción por costos de oportunidad. No obstante, justamente las decisiones de prohibir determinados usos son mecanismos que deberán utilizarse frente a recursos en deterioro excesivo que exijan respuestas drásticas y detengan la actividad. En cuanto a la segunda (b), indica la implementación de mecanismos de producción en agricultura y ganadería donde se desarrollan tecnologías que no perjudiquen los suelos del páramo. Esta segunda opción se aproxima a la relación de equilibrio entre desarrollo y sostenibilidad ambiental; sin embargo la generación de comportamientos acorde con ello implica costos en investigación y desarrollo, tecnologías y otros, que pueden representar costos no contemplados, lo cuales, según la racionalidad individual económica, se procura evitar. Aquí es preciso tener en cuenta la comunidad que habita el páramo pues es probable que no tengan las posibilidades de desarrollarlos. Los bienes públicos, por su parte, se constituyen en una falla de mercado pues su consumo no es excluyente y no tienen sustitutos, es decir que la utilización por parte de una persona no lo impide para otra y no hay un bien que cumpla la misma función. Ello conduce a que no se alcance a constituir un mercado y se da la ausencia de precio ante su utilización y explotación o, cuando lo hay, impedimento para su cobro. En el caso del páramo, la condición de no excluyente está dada en el corto plazo por la posibilidad de que haya muchos consumidores del bien (por ejemplo en extracción de agua o la fertilidad del suelo), que no impide el uso a los demás; el no contar con sustitutos es una característica del recurso mismo, no hay reemplazo para el agua, o para los suelos fértiles. Por lo regular la característica de no excluyente genera el fenómeno del parásito o free rider, es decir alguien que se beneficia con un bien pero evita pagarlo, quien buscará la posibilidad de disfrutarlo sin asumir costo alguno por su prestación puesto que no puede haber abstención por parte del prestador (en su calidad de público); este fenómeno aparece en una gran variedad de problemas de política pública. Así, aunque haya por ejemplo derechos de concesión que algunos pagan, no todos los que usan pagan. En la literatura económica el problema del páramo se conoce como uno de los casos de la tragedia de los bienes comunales. Se denomina tragedia porque la búsqueda del máximo
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beneficio que los agentes pueden obtener del uso de un recurso común, el páramo, puede terminar en una tragedia: la desaparición del recurso. Aunque los agentes sean concientes del riesgo que hay por explotar al máximo el páramo (como se observa la tragedia se genera por la suma de externalidades), los agentes creen, erróneamente, que la solución al problema de conservación se deja en manos de otros. No tiene sentido preocuparse por participar porque los agentes creen que siempre se podrá disfrutar de los beneficios de la conservación, es decir que siempre habrá alguien que asumirá el costo de conservar el recurso y de quien se podrán beneficiar. El bien tiene valor pero no tiene quien le asigne precio. Este es el caso del recurso hídrico y en general de los bienes ambientales, lo cuales tienen gran valor pero aún no se han determinado precios para ellos. Como consecuencia de las condiciones económicas del recurso presentadas, los partidarios de la teoría de la regulación (Baron 1995) sostienen que se surten los requisitos para la intervención gubernamental, lo cual se efectúa por medio de la política ambiental.
ANÁLISIS DE LA POLÍTICA AMBIENTAL La pertinencia de la intervención frente al deterioro determina la necesidad de políticas. A continuación se presentan los desarrollos en esta materia. Los enfoques genéricos que teóricamente se han desarrollado para la política ambiental, pueden resumirse en cinco (Field 1995): • Leyes de responsabilidad frente a daños ambientales, • Asignación de derechos de propiedad, • Persuasión moral, • Fijación de estándares, • Políticas de incentivos en las modalidades de: - impuestos y subsidios, y - permisos negociables de descarga Las tres primeras corresponden a políticas descentralizadas, así denominadas puesto que involucran a los agentes de manera directa y dejan en sus manos el desarrollo de las soluciones. Las leyes de responsabilidad operan frente a daños ambientales, buscan que a partir de la determinación de los potenciales daños y una asignación de precios por causarlos, las personas cambien los comportamientos riesgosos. Los derechos de propiedad buscan promover el uso de los suelos teniendo en cuenta la maximización de las ganancias de los productores, por la vía del establecimiento de derechos de propiedad privada; esta solución permite la movilidad de recursos pues no se restringe su explotación; en el caso del páramo consistiría en fraccionar la zona de reserva de acuerdo a los usos privados (limitados por el derecho de uso del suelo); por último, la persuasión moral trabaja sobre el concepto de la moralidad cívica y la posibilidad de coerción social de las conductas perjudiciales.
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Una revisión general, para el caso concreto de los páramos con el fin de cualificar estas herramientas en busca de mejores resultados, nos indica que para que operen las leyes de responsabilidad es necesario que haya quien inicie las acciones judiciales respectivas, situación que nos coloca en el terreno de la determinación de los afectados que para este caso son muchos y diversos lo cual involucra un alto costo de transacción para el inicio de acciones judiciales. Los derechos de propiedad exigen una real definición de derechos transferibles y un mercado que permita su mejor utilización; deberá involucrar en su valor los costos sociales de su mantenimiento óptimo. La persuasión moral tiene el efecto de dispersión que difícilmente se puede orientar desde la política. Las políticas centralizadas, es decir, aquellas donde el Estado interviene definiendo, de manera exógena para las relaciones de los individuos participantes, una solución en términos de asignación de recursos, están representadas de manera principal por los estándares, es esa la común manera de orientar los sistemas de comando y control que han operado en el derecho ambiental de las décadas anteriores. Esta solución consiste en definir restricciones de uso de los recursos que en el caso del páramo se establecen legalmente, como la imposibilidad de tener actividades humanas por encima de los 3.000 m en Colombia (uso pasivo en Ordenamiento Territorial colombiano). Su cumplimiento exige un Estado capaz de controlar la situación, que alerte cuando hay probabilidad de cruzar la barrera y que sancione si se han superado los límites. Si no existe tal presencia, no solo la ley es letra muerta sino que se deslegitiman los órganos de la autoridad. Las políticas de incentivos, también con carácter central, basadas en impuestos y subsidios toman como base la posibilidad de cobrar por los bienes ambientales o apoyar a quienes los conservan. Exigen también la presencia de la autoridad.
INSTRUMENTOS UTILIZADOS Y SU EFECTO Puede decirse que en materia de páramos, hasta el momento ha operado la definición de un estándar por la vía normativa que prohíbe el uso del suelo, lo cual se hace a través de los planes de ordenamiento territorial (donde ya se han implementado), o mediante disposiciones de la autoridad ambiental, con un carácter enunciativo o prescriptito pero sin mayor control. No obstante las disposiciones legales, las presiones demográficas y económicas de las comunidades locales han llevado tanto a su habitación como al uso de su suelo de manera indiscriminada en actividades agrícolas y ganaderas, donde las tecnologías utilizadas y el uso inadecuado de agroquímicos y pesticidas no se compadecen con la fragilidad de los páramos, dejando una devastadora pérdida. La violación de la norma de uso mencionada, como se puede observar no es una manifestación de “desacato”, entendido como la resolución deliberada de desobediencia de un precepto legal. No se puede pensar que las comunidades violan las disposiciones normativas
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por falta de civilidad, o porque les cause placer; sencillamente, hay actividades que resultan más beneficiosas que el cumplimiento de la ley. Desde esta perspectiva, evaluar qué es lo que hace que se cumplan las leyes puede ser un elemento de especial interés. El análisis económico del derecho sostiene que las normas colocan precios a las conductas; así, si se tiene en cuenta que las sanciones que impone la ley representan un costo al realizar determinadas conductas, las personas evalúan si están dispuestas a pagarlo. Para el caso concreto de la habitación y uso del suelo en los páramos, ese precio o es más bajo que el fruto de las actividades que realiza o, simplemente, debido a que no se hace efectivo el cobro –por la falta de control por parte del Estado-, su valor equivale a cero y su conducta no tiene sanción real, por lo tanto no tiene costo. Se observan aspectos que es pertinente subrayar: • Supone que el habitante del páramo conoce las normas frente a las cuales se toma la decisión, hecho que no siempre es cierto, pues el ordenamiento territorial de las oficinas del Estado a veces difiere del trazado por sus habitantes en sus condiciones de necesidad de acceso a recursos. • Indica que el costo de las conductas es cobrado, es decir que las sanciones se aplican. Aquí, es claro el resultado, la ausencia estatal llevó a usos indiscriminados y por eso es que hoy se deben conciliar las políticas para aceptar la habitación. Muchas de las normas fueron anteriores al desplazamiento de las poblaciones y su actividad hacia la montaña; sin embargo la inaplicabilidad de las sanciones llevó a cero el precio por la conducta y la promovió (como incentiva cualquier actividad gratuita). Entonces hay que revisar cuáles políticas se pueden implementar con posibilidad de ser cumplidas desde esta perspectiva. Podría pensarse que hay que imponer precios más altos, hacerlos conocer y tener un Estado presente que los pueda cobrar. Se puede concluir de manera preliminar que la política ambiental para el páramo y las leyes que la instrumentan tendrán que contar con la naturaleza de bien público que se analiza y la posibilidad de modificar las conductas que generan externalidades, junto con la definición de normas capaces de lograr su cumplimiento. Al parecer el tratamiento legal actual no es coherente con el fenómeno económico del recurso ni con los comportamientos de sus afectados, y el resultado final es su incumplimiento. Así las cosas, es pertinente preguntarse cómo hacer que la dimensión jurídica sea coherente con la económica en el desarrollo de políticas de conservación en los páramos y que se cumplan los objetivos realmente.
ALGUNAS SOLUCIONES PROPUESTAS Los vacíos encontrados frente al cumplimiento de la ley han generado diferentes alternativas para las políticas que es preciso comentar:
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Usos según retorno económico Para algunos autores el supuesto básico está en que la destinación del bien obedece al mayor retorno que obtenga el propietario de ella, en este caso la solución puede ser: 1. Medir las ganancias de su producción (agrícola o pecuaria) y 2. Efectuar un pago equivalente a sus ganancias (a cargo de la autoridad ambiental) a cambio de que no desarrolle tal actividad, perjudicial para el páramo. Con base en esto, hay programas públicos y de organizaciones no gubernamentales que han trabajado en la consecución de los fondos para tales pagos. Desde la perspectiva de la economía de mercado parece ser acertado, pues si se evita la producción, también se evita la generación de las fallas; adicionalmente, la comunidad local en general obtiene sustento económico para su vida. No obstante surgen algunos asuntos por resolver, pues cabe preguntar hasta cuándo podrán recaudarse fondos que pagan la abstención y que paralelamente generan comunidades no productivas. Por otra parte, en este modelo se supone que las comunidades trabajan sólo por el sustento, ¿no hay un elemento cultural en el trabajo de la tierra, fruto de las manos y el sudor?. Lo que se ha documentado indica que, inevitablemente, los campesinos siguen cultivando, básicamente porque esa es su vida.
Encarecer la actividad ambientalmente dañina Otras opciones trabajan sobre el encarecimiento de los recursos para las actividades agrícola y pecuaria; desde esta perspectiva, si desarrollar tales actividades se hace más gravoso, habrá incentivos para trasladarse a otras. Así, por ejemplo, se estudia la posibilidad de hacer más costosos los pesticidas, de manera que los agricultores no puedan pagarlos; por otra parte, se evalúa el acceso a carreteras como una posibilidad de sacar de la zona de páramo los productos, por lo que de no existir, se detiene su transporte. Revisando esta opción, también surgen preguntas: ¿no hay posibilidad de que al encontrar una plaga y no tener cómo pagarlo, la comunidad local dejara de comprar otros productos de su sustento?, o ¿acaso es fácil encarecer productos del sector químico, compuesto por multinacionales de gran poder para los gobiernos?, por último ¿tiene sentido quitar el acceso al mundo de las comunidades para evitar que transporten sus productos?, sobre todo en países como los nuestros, donde todavía se busca conquistar los indicadores de desarrollo más primordiales. Al parecer aquí estamos hablando de un problema de equidad muy inquietante en cuanto son las comunidades más pobres las que terminan haciendo mayores esfuerzos. Ahora, no se piense que no hay agricultores de gran poder que siempre querrán ser vistos como débiles para conquistar beneficios y que continuarán aprovechando el bien público sin medida; este es parte del problema de la política pública de países con inequidades tan profundas.
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Incentivos Por último, es preciso anotar cómo los incentivos económicos parecen ser alternativas que abarcan varios de los aspectos anotados; en materia de páramos, están representados en los esquemas de tasas por uso del recurso. Aquí, se busca que no se genere el problema del bien público pues quien usa el recurso lo paga, de manera que el particular trabaja en una ecuación de costos donde usará el recurso hasta que pueda pagar; paralelamente, la externalidad que generen las actividades será cubierta con los fondos provenientes de tal recaudo. Sin duda, gran parte del éxito frente a la conservación está en el papel de “intermediación” entre el pago y su destinación, que ejerce la agencia gubernamental; porque en esquemas similares lo que se ha concluido es que se convierte en un instrumento financiero de recaudo para el Estado, pero sus frutos no se ven aplicados en la conservación ambiental.
LA EXIGENCIA A LA POLÍTICA AMBIENTAL, UNA MIRADA INSTITUCIONAL QUE LA COMPLEMENTA Si bien, las primeras aproximaciones a las políticas de conservación pretendían eliminar la presencia del hombre en los ecosistemas, la realidad indica que el problema del páramo (y en general de la temática ambiental) tiene dos ángulos importantes, pues cualquier alternativa de política debe tener en cuenta de qué manera se puede buscar su conservación sin torpedear las actividades de sustento económico de los pobladores. Nótese que en primer lugar se debe reconocer, por evidencia de la realidad, que hay habitación y uso. Posteriormente, la política no deberá ser parcial frente a la conservación sino que tendrá que asumir acciones también para la actividad humana. Parece contradictorio reconocer que en las soluciones propuestas predominan los aspectos productivos que no se involucraron con los aspectos teóricos de la política ambiental enunciadas al inicio. En este sentido la política ambiental requiere la identificación de actividades económicas sustitutas que permitan a una parte de la población abandonar la producción y a la remanente seguir produciendo pero con restricciones de sostenibilidad ambiental. Para lograr estos dos objetivos es necesario considerar cuáles han sido los mecanismos que tradicionalmente han sido utilizados brindando soluciones a este tipo de problemas, teniendo en cuenta sus limitaciones. Las debilidades de las soluciones planteadas en la política ambiental individualmente estimada, se encuentran en las premisas siguientes: • Suponen que el Estado podrá contar con la información descriptiva de la zona y las actividades vinculadas y que partiendo de ella podrá supervisar, monitorear y vigilar a la población bajo intervención. • Suponen que los agentes por si mismos no pueden resolver el problema y el Estado debe intervenir, en otras palabras, no se puede superar la tragedia de los comunes, solamente se controla.
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• Suponen que las leyes no tienen costos de cumplimiento. • Suponen que la coordinación de las actividades productivas se rige por la ley y los incentivos monetarios. • Suponen que los productores son racionales y que la maximización de las ganancias es compatible con la conservación de los recursos si hay privatización de los derechos de uso. Los enfoques tienen limitaciones porque parten de premisas demasiado irreales sobre las condiciones institucionales que rodean la política. La solución que promueve la intervención del Estado bien informado sobrestima su capacidad de control sobre un terreno extenso del que se conoce poco en términos de los grados de interdependencia y capacidad de organización de la población. Además supone que la capacidad de los productores para solucionar el problema por su cuenta es mínima, bien sea por su racionalidad económica, bien por su grado de educación. También supone que la agencia gubernamental es benevolente, es decir que solo se dedicará a vigilar de manera neutral sin importar el grado de credibilidad y legitimidad que tenga en la población. Los partidarios de la solución de mercado parecen ignorar que su funcionamiento efectivo depende de bienes de uso colectivo cuyo mantenimiento tiene un costo para ser cubierto. Aunque el derecho de uso sea privado, en general la vigilancia pública de los predios y su protección tiene costos y requiere de mecanismos institucionales reconocidos por todos los pobladores y, además, que la agencia encargada esté bien informada para la supervisión. También se necesita infraestructura física y de servicios para la colocación de productos en los mercados. En este sentido los mercados pueden entenderse institucionalmente como bienes colectivos que requieren mantenimiento de largo plazo. El mercado y el Estado como alternativas son sólo una muestra de las soluciones posibles; hoy día se trabaja en otras basadas en la autogestión y autoorganización de los pobladores, que se traducen en acciones colectivas que pueden resolver el problema de los comunes, Sin embargo, en teoría no existe un punto de vista generalizado sobre las condiciones institucionales que pueden llevar al éxito de la autogestión. Por tal razón los trabajos teóricos con las conclusiones como las presentadas se han venido complementando con metodologías experimentales que identifican soluciones posibles que toman como punto de partida del análisis, variables institucionales comunes: en general hay que tener en cuenta las características de los individuos, sus restricciones físicas y ambientales, la estructura de reglas vigentes y la capacidad de organización de la comunidad. El análisis de estos factores institucionales requiere claridad sobre el problema de explotación de los recursos. En el caso de los bienes comunales es necesario diferenciar la apropiación de los recursos de la provisión del sistema de recursos, es decir, la apropiación de unidades de recursos corresponde a una dinámica de flujos que no depende del tiempo, mientras que la provisión del sistema de recursos está asociada a las posibilidades de mantener en buenas condiciones y hacia el futuro, el acervo de recursos (stocks). Concretamente podemos hablar de la propiedad de la tierra y su limitación a usos, pero también hay que revisar la provisión de los bienes en el futuro, que depende de los usos actuales.
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Los problemas de apropiación y de provisión de los bienes comunales deben resolverse simultáneamente. Así, por ejemplo, la explotación del suelo en los páramos, aunque no existan barreras de acceso, tiene consecuencias en su agotamiento por lo que deberá trabajarse paralelamente en ambas soluciones. Los factores institucionales relacionados con la caracterización de los individuos se pueden reducir a un problema de elección con parámetros específicos; los productores eligen una actividad considerando los costos y beneficios, los cuales deben estar valorados teniendo en cuenta una tasa de descuento. Un productor puede estar interesado en el bienestar de las generaciones futuras o en la maximización del flujo de ingresos de corto plazo; en cada caso la tasa de descuento es diferente. También existen factores relacionados con la seguridad de las personas y la protección de sus activos que dependen de la interacción estratégica de los productores, por ejemplo, la explotación en la parte alta de una cuenca puede tener consecuencia en la explotación de su parte baja; y las formas en que se protegen los recursos pueden ser diversas y contar con diferentes capacidades para asumirlos a lo largo del tiempo. Por otra parte, los comportamientos individuales también se rigen por normas sociales que pueden discriminar y sancionar comportamientos de otros productores solamente por condiciones culturales, no necesariamente por la competencia que puedan representar. Tenerlo en cuenta involucra las instituciones informales que pueden ser muy heterogéneas en una misma región. Las restricciones físicas y climáticas pueden condicionar la solución al problema de provisión del sistema de recursos; por ejemplo, la incertidumbre sobre la localización de las lluvias puede generar riesgos de conservación del páramo más altos o más bajos dependiendo de condiciones topográficas o grado de cercanía a riberas o cuencas. En este sentido las estimaciones de costos y beneficios de los individuos pueden estar sometidas a fluctuaciones de riesgos que pueden ser cubiertas o no institucionalmente. Finalmente, la estructura de las reglas vigentes (instituciones) debe considerarse en diferentes niveles de análisis: • Reglas operativas: a este nivel se considera cómo a partir de determinadas reglas vigentes, recursos dados y tecnologías disponibles se pueden solucionar los problemas de organización. • Reglas de elección colectiva: en este caso se identifican responsables por el diseño e implementación de políticas tomando en cuenta la asignación de costos y beneficios sobre la población. • Reglas constitucionales: se refieren a los procedimientos para definir consensos sobre las prioridades políticas en términos de las necesidades a satisfacer por la población. Los tres ámbitos de reglas están interconectados y para el análisis de la tragedia de los comunes deben ser considerados de manera simultánea; así, las condiciones de los planes de ordenamiento territorial y de desarrollo municipal definen los parámetros a los que deben responder las políticas, sin olvidar que los tres niveles de reglas no se limitan al ámbito de lo público, sino que también responden a la forma como afrontan las organizaciones privadas
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la resolución de los problemas de la comunidad. En este sentido, las soluciones de política deben tomar en consideración las organizaciones comunitarias, los gremios, asociaciones y todas las formas organizadas de cooperación establecidas. Como se observa, en esta revisión se tienen en cuenta los aspectos culturales de la colectividad que habita el páramo, destacando su posibilidad de participación. De cualquier manera, la medida de las relaciones entre la comunidad del páramo permite revisar la efectividad en la implementación de las políticas ambientales; es el mérito de reconocer las instituciones informales y su operación las que permiten resultados reales en la operación de las políticas, las cuales hasta hoy no han sido evaluadas en esta revisión económica que puede ser útil.
CONCLUSIONES La propuesta de esta presentación ha sido enunciar algunos de los aspectos hallados en la problemática del páramo, básicamente con la perspectiva de diseñar normas de operación de las políticas ambientales que involucren los aspectos económicos y culturales que pueden procurar una mayor efectividad en su cumplimiento. Una primera conclusión es que la política ambiental no funciona porque no se han analizado todos sus componentes ni la operación individual y colectiva de su cotidiano. Es necesario subrayar que la tarea de conservación de los páramos incluye la de proveer de beneficios económicos a las comunidades que los habitan, situación que nos remite a evaluar los aspectos básicos: Si el problema está concentrado en uso y habitación e incremento de la demanda de los recursos, hay que enfocar los esfuerzos en tales aspectos, sin dejar de lado los componentes institucionales que permiten la implementación de soluciones. En esta presentación se han identificado puntos importantes que no se podrán desconocer, algunos son: • La coherencia de las exigencias para los habitantes. Las tecnologías apropiadas exigen incurrir en costos que las comunidades corrientemente no pueden asumir. Puede ser útil que los fondos estatales atiendan estos requerimientos. • Pensar en imponer “precios más altos” a las conductas (sanciones) para evitarlas, exige la posibilidad de su cobro para legitimar la decisión y provocar el efecto que frena el deterioro. • Provocar decisiones que valoran económicamente los bienes inmuebles pero que no reconocen la cultura de la tierra (y no prevén su paulatino cambio de dirección), inevitablemente causan su incumplimiento. Los modelos aplicados, enunciados brevemente, aportan elementos parciales que deberán ser tenidos en cuenta, pero se necesita la construcción de un esquema integral que involucre: • Colaboración y respeto de las comunidades de montaña en la elaboración de la política.
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• Equidad en la aplicación de la política y en la definición de las cargas frente al problema por solucionar. • Valoración de los bienes ambientales, no sólo para el cobro a quien los use sino para favorecer a quien los proteja; nótese cómo el recaudo es del Estado pero podría favorecerse a los privados que efectúen actividades para la conservación. Frente a la ecuación conocida de “el que contamina paga”, por qué no contraponer “el que conserva, gana”. • Promover incentivos económicos basados en la ecuación de costo-beneficio de las comunidades de montaña, no necesariamente en la valoración económica, que suponemos de mercado. • Reconocer la capacidad del Estado para ejercer presencia y a partir de allí, diseñar el instrumento más adecuado de política. Es preciso revisar la posibilidad de cumplimiento, de ejecución de leyes (inforceability) que exige energía y recursos. • Evaluar la posibilidad de medición de cumplimiento; obsérvese que si hay elevada sofisticación en la medición resulta muy costoso y así, es mejor tener políticas menos perfectas pero más factibles. • Determinar los niveles de las sanciones, de manera que sean reales precios frente a las conductas; en principio se sostiene que a mayor sanción mayor cumplimiento; sin embargo hay que tener presente que con sanciones muy altas a veces hay abstención de tribunales para aplicar y eso hace que no se cumpla. • Medir la posibilidad de cooperación de las comunidades y su interés por la conservación. Todo esto no implica dejar de lado los aspectos educativos que sin duda tienen impacto en el largo plazo. Por otra parte, es forzoso, ahora sí, dejar de lado concepciones parciales como que las comunidades valoran la tierra y su trabajo solamente por los costos de oportunidad del mercado. Sin duda hay que reconocer el incentivo que se genera con la valoración de la protección al servicio ambiental que presta el páramo; si se logra medirlo y determinar sus precios, podrán generarse pagos para los habitantes. No obstante, es preciso admitir que la solución a la temática ambiental del páramo debe ser integral, de manera que con criterios de coherencia ajuste las diferentes decisiones estatales en las materias involucradas de gerencia pública de las autoridades ambientales, ordenamiento territorial, aspectos tributarios de los inmuebles y las actividades desempeñadas allí, política educativa y cultural, desarrollo productivo, coordinación organizacional y medida de las condiciones institucionales construidas por la comunidad. Todo esto actualmente más contradictorio que complementario.
CAMINO A SEGUIR Hallar los problemas es un principio de solución pero es preciso encontrar mecanismos concretos para lograr el objetivo: la conservación del páramo y por esa vía, de los recursos que provee.
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Si existen las condiciones de operación estatal con capacidad real de respuesta, lo cual incluye recursos financieros, físicos y humanos para medir, controlar y promover usos adecuados y regulación de los recursos, deben promoverse tales soluciones. Si ello no es así, deben estructurarse las condiciones para que entre los privados se regule el recurso. Si se supone que la valoración de los bienes es económica, lo primero es determinar si ello es cierto. Sólo en campo se puede concluir qué es lo que valora una comunidad y sólo sobre lo que se valora se deben asignar precios, lo contrario genera incentivos perversos. Hay aquí un componente que nos aleja de los modelos y nos aproxima a la realidad que no debe desecharse pues ya hemos comprobado que no siempre funcionan. La medición de dicha valoración contribuye tanto para la asignación de precios a las conductas y los predios, como para encaminar los incentivos que se pueden implementar. Si se sostiene que inevitablemente las personas provocarán una tragedia por usos excesivos, hay que medir la potencialidad de cooperación que existe en la comunidad. Ya existen elementos teóricos para efectuar tales mediciones, pero ellos necesariamente recurren a instrumentos empíricos y experimentales, también en campo. Con las condiciones institucionales y los aspectos económicos determinados, pueden elaborarse leyes con mayor potencial de cumplimiento. El complemento de cierre estará en la creatividad para brindar soluciones a las condiciones productivas, con herramientas privadas y estatales actuando de manera paralela y complementaria, entre ellas puede haber: • Mejoramiento a gestión ambiental: - Privada Implementación de tecnologías apropiadas Desmonte a actividades perjudiciales para el páramo - Pública Seguimiento y control a disposiciones Capacidad de respuesta ante eventualidades Gestión eficiente de recaudo y redistribución • Tasas por uso de los recursos • Compensaciones económicas por destinación de inmuebles privados a usos de interés común y descuentos en impuesto predial. • Planificación productiva regional que compense criterios de sostenibilidad con los de productividad. • Actividades ambientales lucrativas • Educación ambiental fuera del aula y con perspectiva de utilidad
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Luis Hernando Estupiñán-Bravo
IMPACTO CAUSADO EN EL SUELO POR LAS PLANTACIONES DE PINO EN EL PÁRAMO DE GACHANECA Por Luis Hernando Estupiñán-Bravo
RESUMEN La investigación se realizó en el Páramo Gachaneca (Samacá, Boyacá) y tuvo como propósito analizar los efectos producidos en el suelo por la presencia de plantaciones de pino. Se realizaron análisis de los aspectos fisicoquímicos y se describieron perfiles del suelo en diferentes áreas. Los resultados mostraron que dichas plantaciones están relacionadas con bajos contenidos de materia orgánica y humedad en el suelo; aumento de la porosidad, capacidad de campo y disminución de los valores de densidad aparente. De otra parte, el impacto producido por la presencia de las plantaciones de pino en el Páramo Gachaneca no se da únicamente en el sitio donde está la plantación, sino que su efecto se extiende. Se concluyó que las plantaciones de pino ejercen un efecto negativo en estos ecosistemas, más aún teniendo en cuenta que la función hidrológica de los páramos se ve directamente afectada. Palabras clave: impacto, páramo, pino, plantaciones, suelo.
ABSTRACT This research was conducted at the Páramo Gachaneca (Samacá, Boyacá), with the purpose to analyze the effects on the soil produced by the presence of pine plantations. Analysis of physical and chemical aspects were made and the profiles of the soil in different areas were described. The results demonstrate a low content of organic matter and humidity, an increase of porosity, and field capacity and diminution of apparent density under influence of pines. Furthermore, the impact produced by the presence of this tree in the Páramo Gachaneca was observed within the plantation, as well as in the surrounding area. The pine plantations produce a negative effect in the Páramo Gachaneca; therefore, the hydric function of the páramo is directly affected. Key words: effect, páramo, pine, plantations, soil.
INTRODUCCIÓN La conformación estructural de los páramos y de los ecosistemas de montaña, hace de ellos ecosistemas extremadamente vulnerables a los efectos antrópicos, situación que puede llevar a comprender que las personas que actualmente ocupan y ejercen actividades productivas en los páramos forman parte de ese entorno con el que desafortunadamente han roto una relación ecológica que se mantuvo en el pasado (Gonzáles & Cárdenas 1995). Según Rangel (1996), en los ambientes de alta montaña la reducción de la cobertura vegetal original se ha acelerado por la intervención antrópica. La zona limítrofe entre la vegetación arbórea y la herbácea prácticamente ha desaparecido en algunas localidades porque las áreas originales se dedicaron al pastoreo o cultivos. Este mismo autor sostiene que en algunos páramos de Colombia se están utilizando extensas superficies para procesos industriales de
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forestación, en procesos que interpretan equivocadamente las condiciones climáticas e históricas del ambiente de alta montaña. En lo que tiene que ver específicamente con el establecimiento de especies exóticas principalmente forestales en ecosistemas altoandinos, Hofstede (1997) menciona que en muchos países esto ha llegado a ser poco aceptado ecológica, social y políticamente, especialmente con respecto al impacto ambiental que éstas causan y en cuanto a la conservación de la biodiversidad. A su vez, ciertas condiciones del suelo del páramo como alta susceptibilidad al deterioro, bajos niveles de fertilidad, fuerte acidez, temperatura edáfica baja, pedregosidad, muy alta retención de humedad, escaso desarrollo genético y evolución muy lenta, indican que la mayor parte de estas tierras no tienen vocación agropecuaria, incluyendo en ellas la producción forestal (Cortés 1995). En el análisis de los impactos ambientales presentado por Pinilla & Suárez (1999), se mostro que las plantaciones forestales comerciales de Pinus patula y Eucaliptus grandis provocan efectos negativos y positivos; no obstante, la existencia de una plantación adecuadamente manejada favorece en términos generales la presencia y permanencia de la biota local. Sin embargo, la anterior es una afirmación que puede confundir debido a que el estudio citado se hizo comparando las plantaciones forestales mencionadas con praderas con rastrojo y con uso actual pecuario. Por su parte Cavelier & Tobler (1998) y Lugo (1992) son más precisos, pues dicen que las plantaciones pueden tener efectos neutros o positivos en el suelo cuando se usan en programas de rehabilitación de áreas sumamente degradadas, tomando como referencia bosques a 2.750 msnm. Igualmente afirman que los efectos no solo están dados por la presencia de plantaciones sino por una combinación de factores como variables climáticas, temperatura y precipitación, y silviculturales como la densidad de siembra, podas y entresacas. Cortés et al. (1990) reportan que debajo de plantaciones exóticas, principalmente de pino, en Neusa (Cundinamarca), a 3.000 msnm los suelos son más secos, menos humíferos y la descomposición de la materia orgánica es inhibida por la hojarasca ácida cuticulosa, a diferencia de los suelos bajo páramo no alterado. Cortés et al. (1990) y Hofstede (1997) coinciden en afirmar que las especies como el pino, durante su crecimiento, consumen demasiada agua y disminuyen el rendimiento hídrico, secando finalmente el suelo. Posiblemente, de acuerdo a Boch & Hewlet (1982), porque las plantaciones forestales presentan una evapotranspiración mayor y una escorrentía reducida en comparación con vegetación baja. Según Calder (1996) el efecto de la transpiración aumentada se da también por el sistema radical más profundo. Existen estudios que indican que la intercepción de coníferas generalmente es mayor que las plantas de hojas anchas, por la forma de las agujas y el alto índice de área foliar (Tobón, 1989). Este autor encontró en un estudio en bosque a 1.900 msnm que la intercepción anual de una plantación de Pinus patula fue mayor que la de un bosque secundario. Sin embargo, los resultados no son muy claros porque los estudios se realizaron en diferentes sitios y épocas del año.
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El hecho de que el suelo tienda a secarse por el efecto de las plantaciones implica que los suelos pierden la conexión entre partículas minerales y orgánicas, se disminuye el contenido de materia orgánica y los suelos se transforman de retenedores de agua a repelentes (Hofstede y Aguirre, 1999). En este sentido Jaramillo et al (1996) afirman que las acículas de los pinos tienen algún grado de transformación para que le impriman al suelo hidrofobicidad, pero lo más importante es que las raíces tienen incluso mayor hidrofobicidad potencial que las acículas. Jaramillo y Herrán (1991) y Cortés et al (1990) le atribuyen la repelencia al agua en plantaciones de pino, precisamente a la exudación de sustancias resinosas por las raíces de los pinos. No solamente las hojas, raíces y semillas sino el tronco y en general toda la planta es completamente resinosa; la resina según Chacón (1997) no es tan problemática, el problema son los fenoles, compuestos que todavía no están estudiados y que afectan la biota del suelo. Eso es lo que limita el crecimiento de otras especies y degrada el suelo. En lo que tiene que ver con la materia orgánica, se espera que la descomposición de la hojarasca de Pinus spp. sea lenta por la pobre calidad, como alta relación C/N y altos contenidos de polifenoles del material (Hofstede & Aguirre 1999). Con respecto al Páramo de Gachaneca y páramos aledaños a la región de Samacá, no hay reportes de estudios realizados; sin embargo, Gonzáles & Cárdenas (1995) anotan que todos los trabajos realizados en las zonas de páramo en el norte de Boyacá confirman la fuerte intervención antrópica desarrollada en estos ecosistemas de alta montaña tropical en los últimos años y, que de todas maneras, la mayor presión humana sobre estos ecosistemas se viene presentando de forma acelerada desde hace unos cincuenta años, por lo que en la actualidad los páramos están siendo sometidos a una fuerte acción antrópica bastante devastadora que acelera el deterioro y destrucción de los sistemas hídricos de los ecosistemas locales y regionales. El presente trabajo surgió como una necesidad para dar respuestas concretas sobre la conveniencia o no de establecer cultivos forestales en la región paramuna y más específicamente frente a las inquietudes planteadas por los usuarios del Distrito de Riego de Samacá, quienes dependen directamente del Páramo de Gachaneca en lo que tiene que ver con el recurso agua para los cultivos desarrollados en las partes más bajas. El propósito principal del trabajo fue estudiar y analizar los efectos producidos en las características de los suelos por la implementación de plantaciones de pino, en el Páramo Gachaneca. Igualmente, establecer características fisicoquímicas de los suelos relacionadas con el grado de intervención por la presencia del pino en el páramo.
MATERIALES Y MÉTODOS Área de estudio El Páramo de Gachaneca se encuentra localizado en el municipio de Samacá, departamento de Boyacá a una altura comprendida entre 3.300 y 3.400 msnm. Sus coordenadas geográficas
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son 5o 28´ y 5o 34´ Latitud Norte y 73o 27´ y 73o 32´ Longitud Oeste. Fisiográficamente, según la clasificación establecida por Villota (1999), corresponde a una altiplanicie y un vallecito plano cóncavo. En cuanto a las condiciones climáticas se destaca: precipitación media anual, 1.336 mm; el brillo solar 5,8 horas/día; velocidad del viento de 5,4 m/s y humedad relativa del 89% (Himat 1990). De acuerdo con los datos obtenidos directamente por el Distrito de Riego de Samacá (no publicados), los valores de precipitación han disminuido en los últimos diez años a un promedio multianual de 1.000 mm., lo que indica que Gachaneca se puede considerar como un páramo seco. El Páramo de Gachaneca se caracteriza por presentar zonas que desde hace aproximadamente quince años se han utilizado para el cultivo de pino. No se conoce con precisión la razón de establecer tales plantaciones y de utilizar una gran extensión del páramo de Gachaneca para ese fin.
Muestreo Con base en el mapa topográfico de la región (Plancha 190-IV-B) y aerofotografías (C252442-93) del Instituto Geográfico Agustín Codazzi y de acuerdo al conocimiento que se tiene de la zona, se seleccionaron el tipo de muestreo y los sitios a muestrear. El muestreo para el presente estudio fue de tipo preferencial; sin embargo las parcelas se seleccionaron al azar. Se realizaron muestreos intensivos que se iniciaron en diciembre de 1997 y se concluyeron en noviembre de 1999. En la zona de páramo se ubicaron áreas en sitios en donde no hay manifestación de alteraciones por actividades humanas y en áreas intervenidas por la presencia de plantaciones de pino. Se realizaron en total 18 levantamientos, los realizados en zonas de páramo sin rastro de intervención se identificaron como P1, P2, P3, P5, P6, P7, P9, P10, P13, P14 y P15; por su parte los realizados en las plantaciones de pino corresponden a P4, P8, P11, P12, P16, P17 y P18. En el Páramo de Gachaneca se presentan variaciones topográficas; por lo tanto los levantamientos se distribuyeron de acuerdo a la pendiente, así: P1, P5, P6, P7, P11, P13 y P18, en pendiente 0; P3, P8, P12, P14, P15 y P16 en pendiente aproximada del 5%; P2 en pendiente del 10%; P4 y P10 en pendiente del 15%; P9 en pendiente del 25% y P17 en pendiente del 30%. Para un mayor entendimiento a lo largo del texto, se usará la nomenclatura PNI para hacer referencia a “parcelas no intervenidas”; o sea aquellas que se levantaron en zonas de páramo sin rastro de intervención y PI para “parcelas intervenidas”, las levantadas en las plantaciones de pino. Se describieron adicionalmente cuatro perfiles, ubicados en zonas representativas del área en donde se localizaron las parcelas para los diferentes muestreos. Para esto se hicieron cajuelas de aproximadamente un metro de profundidad. En cada parcela se tomaron cuatro muestras de suelo, las cuales se homogeneizaron, obteniéndose una por parcela. A cada muestra se le realizaron los siguientes análisis
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fisicoquímicos: pH, aluminio e hidrógeno intercambiables; densidad real y aparente; porosidad, textura, capacidad de intercambio catiónico (CIC), humedad, capacidad de campo, carbono, contenido de materia orgánica, nitrógeno, fósforo, y relación C/N. Los análisis de caracterización fiscoquímica de las muestras de suelo, fueron realizados en el Laboratorio de Suelos de la U.D.C.A. y en el Laboratorio de Suelos del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, de acuerdo a las metodologías reportadas en el Manual de Suelos, Plantas y Aguas para Riego (ICA 1993) y Métodos Analíticos de Laboratrio (IGAC 1990), respectivamente. Para establecer relaciones entre los parámetros fisicoquímicos de los suelos se realizaron análisis de regresión utilizando las herramientas estadísticas del programa Corel, y para determinar las variables que están influenciadas directamente por la intervención se realizaron pruebas de comparación múltiple. Las variables son las características fisicoquímicas del suelo y las pruebas las de Duncan, Tukey y Scheffe. Para este procedimiento se utilizó el programa S.A.S. La agrupación de las características fisicoquímicas de suelos y de las parcelas se realizó por Análisis de Componentes Principales (ACP), que agrupa las parcelas (muestras) y las variables (características del suelo) con base en la mayor similitud. Estos análisis se hicieron a través del programa estadístico SAS.
ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS Descripción de perfiles Con base en la descripción realizada de los perfiles de suelos en el Páramo de Gachaneca, como se muestra en la tabla 1, éstos se clasificaron dentro del Orden Inceptisoles y en su mayoría son Typic Dytrocryepts, presentándose uno, el correspondiente al levantamiento cuatro, realizado en zona de turbera, que se clasificó como Lithic Cryofolists, que es un Histosol. Los suelos presentaron reacción positiva con el NaF, lo que significa que son derivados de cenizas volcánicas. Según a Chacón (1997), los suelos de los páramos derivados de cenizas volcánicas tienen propiedades muy particulares, una de ellas es la alta presencia de materia orgánica; esta capa orgánica parece tener características muy específicas en cuanto a convertir los nutrientes, para que sean disponibles para el crecimiento de las plantas. De otra parte, las arcillas amorfas configuran cadenas muy íntimas que no permiten la fácil absorción de los nutrientes. El sistema ecológico que se ha formado en estos páramos está adaptado a conseguir esos nutrientes del suelo y son las plantas propias de estos sitios las que lo pueden hacer. Si se introducen plantas exóticas bien desarrolladas en otros sitios porque están perfectamente adaptadas a su medio y no a las nuevas condiciones, si logran desarrollarse causarán igualmente desbalances, que es lo que probablemente está sucediendo con el pino.
Características fisicoquímicas Los valores obtenidos, correspondientes a las variables fisicoquímicas del suelo en el Páramo de Gachaneca se presentan en la tabla 2, con el siguiente análisis:
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Tabla 1. Descripción de perfiles de suelos en zonas diferentes en el Páramo de Gachaneca.
Tabla 2. Análisis fisicoquímico de los suelos en los diferentes levantamientos en el Páramo de Gachaneca.
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Los mayores valores de humedad gravimétrica lo presentaron en su orden las parcelas 2, 10, 1, 6, 5, 14, 7 y 15 que corresponden a PNI, mientras que los menores valores se presentaron en las parcelas 16, 18, 11, 12, 4, 17 y 8 en PI. Los resultados son claros en el sentido de que la humedad es mayor en sitios no intervenidos. Observando la figura 1 se aprecia que la humedad en PNI está por encima del 70% en comparación a PI, que está por debajo del 50%. Se debe considerar también la influencia de la comunidad donde se hizo el levantamiento y la pendiente. Por ejemplo, teniendo en cuenta únicamente las zonas no intervenidas, se nota que los menores valores corresponden a los levantamientos hechos en zonas que hacen parte del cordón de ericáceas, que se caracteriza por la pendiente mayor del 10% y por lo rocoso, en comparación a los levantamientos hechos en pajonales frailejonales. Los valores de humedad presentan un coeficiente de variación del 29,8 %, lo que indica a nivel general que son heterogéneos, pero si se tratan teniendo en cuenta las zonas no intervenidas o intervenidas, estos valores son más homogéneos, 7% para zonas no intervenidas y del 22,2% en zonas intervenidas. En cuanto a humedad los resultados obtenidos en la presente investigación coinciden con los reportados por Hofstede (1997), en el sentido de que hay una diferencia apreciable entre páramo y plantaciones. Para Ballesteros (1983 citado por Cortés et al. 1990) la mayor capacidad de retención de humedad del páramo no alterado en comparación con plantaciones exóticas, es debida a la presencia de materiales volcánicos, altos contenidos de materia orgánica, buena estructura y a los horizontes superficiales que rematan en una gruesa capa de musgos (briofitos) que actúan como una esponja para retener la humedad. De otra parte, Cortés (1990) adiciona a lo anterior que los pinos exudan sustancias resinosas que conservan la estabilidad de la estructura pero dificultan el humedecimiento del suelo y bloquean los poros del mismo. El páramo tiene un valor ecológico muy alto, especialmente por su función hidrológica; esta función es garantizada cuando el suelo es poroso, con buena cobertura vegetal y alto contenido de materia orgánica, de modo que puede retener grandes cantidades de agua; por lo tanto, según Hofstede (1997), uno de los mejores indicadores de un alto valor del ecosistema es la cantidad de materia orgánica. Los mayores valores se presentaron, en su orden, en las parcelas 1, 10, 2, 9, 6, 13 y 5 que corresponden a PNI, mientras que las parcelas donde se registraron los menores valores fueron la 3, 7, 8, 11, 12, 17, 16 y 18 que corresponde a PI, o sea con influencia directa de las plantaciones de pino. Lo anterior indica que las plantaciones de pino tienen un efecto directo en los suelos en el sentido de disminuir los contenidos de materia orgánica. En PNI la materia orgánica es mayor, lo que influye directamente en la mayor capacidad de retención de humedad, caso contrario a lo sucedido en PI; por lo tanto, sí se puede hablar de que hay un efecto nocivo de cultivos exóticos, como las plantaciones de pino, sobre los ecosistemas paramunos. En el Páramo El Ángel, a 3.400 msnm, en Ecuador, de acuerdo a lo reportado por Hofstede (1997), se presentan valores de materia orgánica de 42% en páramo no alterado y de 28% dentro de las plantaciones. Diferencias apreciables se presentan también en Gachaneca en
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donde el valor promedio de materia orgánica en páramo es de 33,7% y dentro de las plantaciones es de 22,2% (figura 1).
Figura 1. Registro de humedad (Hum), materia orgánica (MO), fósforo (P), relación carbono-nitrógeno (C/ N), pH y densidad (d) en el suelo, en zonas de páramo no alterado y en plantaciones de pino (valores promedio).
La descomposición de la materia orgánica es lenta y a su vez absorbe mucha humedad, complejo que retiene fósforo puesto que ésta es liviana; por eso los suelos húmedos y orgánicos, como los de páramo, presentan una densidad baja, que de acuerdo a Cortés (1990) es característico de los suelos Andisoles. La parcela nueve registró el valor más alto de fósforo, 37,3 ppm seguido de la parcela 6 y 4, 30,1 y 28,9 ppm. respectivamente Los menores valores corresponden a las parcelas 2 y 17. Lo anterior indica que el contenido de fósforo en los suelos no se afectó. Probablemente las diferencias encontradas no son por influencia de las plantaciones, sino por otras diferencias ambientales. Analizando los valores promedio se observa que el contenido de fósforo es levemente mayor en zonas con influencia de las plantaciones, en comparación a las zonas de páramo no alteradas; sin embargo, estas diferencias no se pueden tomar como significativas. Los valores promedios reportados para fósforo en Gachaneca, son 13,9 ppm dentro de plantaciones y 16,8 ppm en páramo. A nivel general no hay una variación apreciable, aspecto que coincide con lo reportado para páramos del Ecuador los cuales están del orden de 16 ppm. en páramo y 17 ppm en plantaciones. En general, tal como se aprecia en la Figura 1, no hay una tendencia que demuestre que los contenidos de fósforo se vean afectados o favorecidos por la presencia de plantaciones de pino en el páramo. La relación C/N es muy útil para hacer predicciones sobre cambios que puedan ocurrir respecto al N cuando se descompone un residuo orgánico. Cuando la relación es alta (alto C y poco N) habrá tendencia a causar inmovilización neta, mientras que cuando la relación es estrecha habrá tendencia a mineralización lenta.
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Como se observa en los valores registrados para Gachaneca (figura 1), es mayor la relación C/N en el suelo dentro de las plantaciones de pino (14,9) lo que implica que se puede dar una inmovilización neta mayor con respecto al suelo en páramo no alterado. El pH es una de las propiedades fisicoquímicas más importantes de los suelos; de él depende en gran parte la disponibilidad de nutrientes para las plantas no sólo porque determina su solubilidad, si no porque controla el tipo de actividad biológica y por lo tanto la solubilidad de la materia orgánica (Rojas 1993). Los valores de pH en los diferentes análisis variaron entre 3,1 y 4,4. En este caso no hay una variación apreciable que permita relacionar la intervención con estos valores. Además, de todos los parámetros registrados el pH fue el más homogéneo, lo que indica el coeficiente de variación, como se muestra en la Tabla 2, de apenas 9,2%. Esto de alguna manera contradice lo expresado por Cortés et al. (1990) que relacionan, de manera general, la presencia de plantaciones con el incremento de la acidez de los suelos. Los valores de pH más ácidos corresponden a las parcelas en su orden 3, 2, 17, 8 y 1, que son PI y PNI, lo que demuestra que no hay relación directa entre el grado de intervención y el pH. La escasa variación en los valores de pH, coincide con lo reportado por Hofstede (1997), para páramos en el Ecuador. Vale anotar que los valores de pH reportados por dicho autor están en promedio en 4,8, mientras que para Gachaneca el pH es más ácido con un promedio de 3,8. En la figura 1 se aprecia que los valores promedio de pH fueron levemente menores dentro de las plantaciones de pino en comparación con las zonas de páramo sin intervención. La densidad real o de partículas se refiere a la relación de peso por unidad de volumen de los sólidos del suelo sin tener en cuenta el espacio poroso (Amézquita y Navas 1993). Los mayores valores de densidad real se presentaron, en su orden, en las parcelas 17, 12, 11, 16, 18, 4 y 8 (ver tabla 2); lo que indica que los valores más altos corresponden a parcelas levantadas dentro de plantaciones de pino. La parcela 9 presenta un valor alto, 2,1 g/ml y corresponde a PNI, aunque está rodeada por el lado oriente y sur por plantaciones de pino, que de alguna manera pudieron influir en las características de esta parcela. A nivel general se aprecia que el valor de la densidad real está afectado por la presencia de los árboles de pino (figura 1). Hofstede (1997), reporta valores de 4 g/ml y no muestra diferencias entre suelos de plantaciones y de páramo. En Gachaneca se encontraron valores promedio de densidad real de 2,1 en PI y 1,5 en PNI. Para este parámetro no hay coincidencia con el autor antes mencionado. Sin embargo tomando como referencia las comparaciones realizadas entre zonas de páramo con plantaciones que a la vez se han utilizado para pastoreo, sí coinciden con lo reportado aquí, para Gachaneca; son menores los valores de densidad en PNI. La densidad aparente conocida también como densidad de volumen, se refiere a la relación entre el peso y la unidad de volumen de una masa de suelos, incluyendo su espacio poroso. Esta densidad se relaciona directamente con la textura, estructura, retención y movimiento de agua y calor específico. Un valor alto en la densidad aparente es un índice del grado de compactación del suelo (Amézquita y Navas 1993).
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El mayor valor de densidad aparente lo presenta la parcela 13 (1,19 g/ml), seguido de la parcela 15 (0,99 g/ml) y 1 (0,91 g/ml). Estas parcelas corresponden a sitios no alterados; las demás parcelas tienen valores que oscilan entre 0,22 y 0,75 g/ml. De manera general, se nota que donde hay presencia de plantaciones de pino la densidad aparente es menor, lo que coincide con lo analizado en cuanto a porosidad y a densidad real: es posible que la resina exudada de los pinos cubra los poros y los conserve. Rinch (1971), citado por Amézquita y Navas (1993), define la capacidad de campo como el porcentaje de humedad que permanece en el suelo después de haber sido saturado y de que el drenaje libre prácticamente ha cesado. Los valores más altos de capacidad de campo se presentan, en su orden, en las parcelas 10, 9, 2 y 13 (ver tabla 2), que corresponden a sitios no alterados. Valores por debajo de los reportados para las anteriores, menores al 60%, están compartidos entre las restantes parcelas. En la parcela 10, de mayor valor de Capacidad de Campo (138.9%), el suelo, que estaba anegado, presentó características de alta humedad al igual que las parcelas 9 y 2. La 10 está ubicada más cerca de la represa. Tomando como referencia lo valores promedio de cada zona, se aprecia en la figura 2 que la capacidad de campo es mayor en las zonas sin influencia de las plantaciones en comparación a las zonas intervenidas. La porosidad es una característica de los suelos que determina la relación aire-agua y juega un papel importante en el desarrollo de las plantas. Los mayores valores se presentan en las parcelas 17 y 12 y los menores, en su orden, en las parcelas 15, 13 y 1. De acuerdo a la figura 2, obtenida a partir de los valores promedio, se observa que la porosidad es mayor en las zonas con presencia de plantaciones de pino, lo que coincide con lo reportado por Cortés (1990), quien además manifiesta que las sustancias resinosas exudadas por los pinos conservan la estabilidad de la estructura pero dificultan el humedecimiento del suelo y bloquean los poros del mismo.
Figura 2. Registro de capacidad de campo (CC), porosidad (Por), capacidad de intercambio catiónico (C.I.C), aluminio intercambiable (Al int) e hidrógeno intercambiable (H int) en el suelo, en zonas de páramo no alterado y en plantaciones de pino (valores promedio).
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La capacidad de intercambio catiónico se define como la capacidad del suelo para adsorber cationes fácilmente intercambiables. Se le puede considerar como la carga negativa del suelo, o como la cantidad de cationes fácilmente desplazables que se encuentran neutralizando cargas negativas en el suelo García (1993). Los mayores valores están dados por las parcelas 3 y 4 (ver tabla 2), las cuales están próximas; con la diferencia que la parcela 4 corresponde a plantación de pino. Un aspecto interesante es que los valores de CIC son similares entre parcelas levantadas en sitios próximos independientes del uso actual; se citan los siguientes ejemplos: parcelas 7 y 8; 5 y 6; 16, 17 y 18, 14 y 15, lo que puede significar que la CIC depende del tipo de suelo dado por su material parental y no necesariamente del uso. En la figura 2 se aprecia que no hay una diferencia marcada entre PI y PNI con respecto a la CIC que permita establecer una relación directa entre intervención y no intervención. En cuanto a la acidez intercambiable se ha demostrado que los suelos tienen muy poco H+ intercambiable y que es el Al y no el H+ el responsable de la acidez del suelo y que este Aluminio intercambiable al pasar a la solución del suelo reacciona con el agua formando hidróxido de Aluminio e Hidrógeno (H+). Así la acidez intercambiable comprende los iones Al+++ e H+ y se determina desplazando estos iones con una sal neutra como KCl (Amézquita y Navas 1993). Los mayores valores se presentaron, en su orden, en las parcelas 17, 4, 16 y 18; por su parte, los menores se presentaron en las parcelas 11 y 2. Se nota cierta tendencia de que la intervención está relacionada con valores altos de acidez intercambiable. Los mayores valores de nitrógeno los presentan las parcelas 1, 10, 2, 9, 6 13 y 5 correspondientes a sitios de PNI, lo que indica que los contenidos de nitrógeno disminuyen cuando se alteran los ecosistemas paramunos por la implementación de las plantaciones de pino. Los menores valores los presentan las parcelas 3, 8, 11, 15,16, 17 y 18, (Tabla 2) de las cuales las parcelas 8, 11, 16, 17 y 18 corresponden a plantaciones. De otra parte, a pesar que la parcela 3 corresponde a páramo no intervenido, se encuentra rodeada de plantaciones lo que pudo haber influido. De igual manera, la parcela 15 está ubicada sobre el cordón de ericáceas donde la pendiente es mayor del 10%, los suelos están más expuestos y son menos orgánicos. En cuanto a Nitrógeno, en Gachaneca, se registró un valor promedio de 1,5 ppm en páramo y 0,9 ppm en plantaciones (tabla 2); contrario a lo reportado por Hofstede (1997), que muestra una tendencia hacia mayores valores en las plantaciones que en el páramo. Para Gachaneca se da lo contrario y estos valores de Nitrógeno están relacionados y ligados con los contenidos de materia orgánica, a mayor materia orgánica mayor contenido de Nitrógeno. La distribución de tamaño y ordenación de las partículas del suelo determinan sus relaciones con el aire y agua. De igual modo afectan las propiedades químicas, físicas y microbiológicas del suelo (Amézquita y Navas 1993). En el análisis de las muestras correspondientes a todos los levantamientos se encontraron diferentes tipos de textura. Las parcelas 1, 2, 3, 12, 14, 16, 17 y 18 presentaron suelos franco
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arenosos; mientras que las parcelas 5, 10 y 11 presentaron suelos franco arcillosos y las parcelas 4, 7 y 8 presentaron suelos francos, la parcela 6 suelos arcillo arenosos, las parcelas 13 y 15 suelos franco limosos y la 9 suelos de textura franco limoso. Como se aprecia, para el caso del Páramo de Gachaneca, no se puede establecer una relación directa entre intervención y tipo de textura.
Pruebas de comparaciones múltiples A pesar de que se presentan tendencias sobre la influencia de las plantaciones de pino en el Páramo de Gachaneca, en las características fisicoquímicas de los suelos, las variables que presentaron diferencias estadísticas significativas, una vez realizadas las pruebas de comparación múltiple, a un nivel de confianza del 95%, fueron aluminio intercambiable, densidad real y humedad. Por su parte, las demás variables no presentaron claramente dichas diferencias.
Análisis multivariado Para el análisis multivariado se utilizó Análisis de Componentes Principales ACP, que permite de una manera simplificada representar el universo de estudio, mediante la transformación de un conjunto de variables interdependientes en otro conjunto de menor dimensión. La ventaja del ACP es lo esencialmente descriptivo y que tiene una interpretación geométrica en planos de mejor ajuste (Pla, 1986). En los análisis que se presentan a continuación y con base en coeficientes de Pearson, se escogieron siempre los dos primeros componentes, aplicando el criterio de selección de Kaisser (Pla, 1986), debido a que los dos primeros valores son mayores del promedio porque representan para este caso la mayor variación. En la figura 3, se presenta la agrupación de las variables fisicoquímicas del suelo (valores propios: primer componente = 6,20, segundo componente = 2,60), los dos primeros componentes representan el 61,5% de la varianza. Las variables que se encuentran en el primer cuadrante, formado por los dos ejes, y están relacionadas, son humedad, textura y pH las cuales se oponen a las características: H intercambiable, Acidez intercambiable, Al intercambiable y porosidad; que a su vez están relacionadas. En el tercer cuadrante, las variables densidad real y relación C/N forman un subgrupo, que indica que las dos están estrechamente vinculadas y que tienen alguna relación con las anteriormente mencionadas y que están en el mismo cuadrante. En el cuarto cuadrante se encuentra la densidad aparente como única variable, que para el caso del Páramo de Gachaneca no se encuentra relacionada estrechamente con ninguna de las demás variables. También se observa que las variables que más se correlacionan con los componentes principales son materia orgánica, capacidad de campo, acidez intercambiable y densidad real. Por su parte, en la figura se muestra la distribución de los diferentes levantamientos realizados (parcelas) con base en el análisis multivariado de las características fisicoquímicas del suelo, las parcelas 1,2,5,6,9,10 y 13 se encuentran agrupadas hacia el lado derecho y separadas de las demás; estas parcelas corresponden a sitios sin ningún rastro de intervención.
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Figura 3. Agrupación por análisis de componentes Principales (ACP) de las características fisicoquímicas del suelo en el Páramo de Gachaneca.
Figura 4. Distribución de las parcelas por Análisis de Componentes Principales con base en las características fisico-químicas de los suelos.
Las parcelas 3,4,7,8,11,12,14,15,16,17 y 18 forman otro grupo en el lado izquierdo; de éstas las parcelas 4, 8,11,12,16,17 y 18 son de levantamientos realizados en las plantaciones (PI) y 3,7 y 14, no pertenecen a plantaciones y se consideraban como parcelas no intervenidas (PNI); sin embargo, si se analiza la distribución espacial, se aprecia que estas parcelas están rodeadas de plantaciones de pino, lo que indica que el impacto producido por las mismas no se presenta únicamente en el sitio de su establecimiento, sino que su efecto se extiende por el suelo, presentándose un efecto de borde bastante evidente.
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Lo anterior posiblemente puede estar facilitado por las características del sistema radical del pino. Sierra y Mora-Osejo (1994) demuestran que las raíces de pino alcanzan los 5 metros de longitud, lo que quiere decir que la competencia a nivel del suelo también es muy importante y que el pino no solo afecta a las especies que están bajo su cobertura aérea, sino que las afecta una considerable distancia bajo el suelo. Se aprecia también que con base en el segundo factor se agrupan las parcelas. La mayoría están en la parte inferior y las que están por encima del eje corresponden a los levantamientos realizados en pendientes superiores al 15%, independiente del grado de intervención. En resumen, de lo observado en la figura 4 se tiene que el primer componente separó los levantamientos de acuerdo a intervención y no-intervención y, por su parte, el segundo componente los separó de acuerdo a la pendiente, entre parcelas en sitios planos o con pendiente leve y parcelas levantadas en pendientes superiores al 10%.
CONCLUSIONES En cuanto al efecto de las plantaciones de pino en las características del suelo en el Páramo de Gachaneca se destacan: bajos contenidos de materia orgánica y humedad; aumento de la porosidad así como de la capacidad de campo y disminución de los valores de densidad aparente. Los bajos contenidos de humedad se deben posiblemente a la disminución de los contenidos de materia orgánica. De otra parte, si las plantaciones establecidas corresponden a zonas que en condiciones naturales fueron turberas, el efecto es aún más negativo en lo que tiene que ver con retención de humedad. Se comprobó en el Páramo de Gachaneca lo expresado para páramos de Ecuador con respecto a los suelos: que las plantaciones de pino estuvieron relacionadas con menor materia orgánica y menor humedad. Por lo tanto, las plantaciones de pino tienden a disminuir el valor ecológico de los ecosistemas naturales, en este caso de páramos. Las sustancias resinosas exudadas por los pinos conservan la estructura del suelo pero dificultan el humedecimiento del mismo bloqueando los poros; apreciación que se puede deducir a partir de los registros obtenidos de valores altos de porosidad, baja densidad aparente y poca capacidad de retención de humedad. En el Páramo de Gachaneca no se presenta compactación en el suelo como consecuencia de la resina exudada por las plantas de pino, tal como se ha pretendido manifestar y generalizar en otros estudios; por el contrario, se mantiene y conserva la estructura, pero se dificulta el humedecimiento. El impacto producido por la presencia de plantaciones en el Páramo de Gachaneca no se da únicamente en el sitio donde está la plantación sino que su efecto se extiende, afectando su alrededor, por lo que se deduce que hay un efecto de borde muy notable. El hecho de considerarse a Gachaneca como páramo seco lo hace más importante desde el punto de vista de las prioridades de conservación; por lo tanto se recomienda proteger su
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cobertura natural y el suelo, dado que corresponde a una región con poca disponibilidad natural de agua en comparación con otros páramos de Colombia considerados como húmedos. De acuerdo a los resultados obtenidos en esta investigación en el Páramo de Gacheneca, se recomienda no establecer más plantaciones de pino, por los efectos negativos producidos y por que las condiciones no son las óptimas para una explotación comercial que generen alguna rentabilidad económica.
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Los niños de bogotá y el páramo
Tomás Bolaños, María Piedad Baptiste
¿QUÉ TANTO SABEN LOS NIÑOS DE BOGOTÁ SOBRE EL PÁRAMO? Por Tomás Bolaños, María Piedad Baptiste
RESUMEN Mediante un artículo divulgativo publicado en la revista infantil Elbac (TV Cable S.A. Bogotá), se dió una rápida visión de los páramos, su importancia y sus problemas. Se invitó a los niños para que enviaran un dibujo de cómo ellos ven el páramo. Actualmente en la revista se encuentran inscritos 8.700 niños, de los cuales participan activamente, escribiendo por diversos motivos a la revista un promedio mensual de treinta niños. Para el tema específico del concurso del páramo la aceptación fue bastante buena (34%), se recibieron ocho dibujos y dos notas para ahorrar agua de niños cuyas edades oscilan entre los cinco y los diez años y que pertenecen a estratos sociales altos (cinco y seis). El total de los dibujos muestran que los niños están concientes de que el páramo tiene una relación cercana con el agua; todos dibujaron muchas plantas, pero solamente el 14% dibujó animales (específicamente aves), lo cual demuestra que los niños no esperan encontrar muchos animales en el páramo, tal vez debido a la falta de divulgación de información de los ecosistemas más representativos, sus especies, relaciones, estado de conservación y la importancia ambiental, social y económica que pueden representar para Colombia. Se propone a la comunidad científica crear estrategias de divulgación científica y educación ambiental sobre temas locales que incluyan los ecosistemas más representativos, sus especies, su estado de conservación, especialmente dirigidos a los niños. Palabras clave: Educación ambiental, estrategias de conservación, divulgación, niños, páramos.
ABSTRACT By the publication of a divulge paper at the Elbac´s children magazine (T.V.Cable S.A. Bogotá); the young readers had a quick vision of the páramos, their problems and importance. We invite the kids to sent us a picture of how they saw the páramo. At the moment 8700 children are registered in the magazine, of this an average of 30 kids write to the magazine for several reasons and participate in an active way each month. For the theme of the páramos, the acceptation was pretty good about (34%), we received eight draws and two notes to save water, of children between five and ten years old that belongs to upper classes (five to six). A 100% of the draws shows that the kids are aware of the extremely close relationship between water and the páramos, all the draws show many plants but only 14% of the draws shows animals (birds specifically). This shows as that children don’t expect to find many animals at the páramo, maybe cause there is a lack of divulgation of the information of the most representative ecosystems of Colombia; their relations species, conservation status and their ecological, social and economic importance. We propose to the scientific community to improve divulgative strategies and ecological education about local subjects, that includes our most representatives ecosystems, specially guided for kids. Key words: Children, conservation strategies, environmental education, divulgation, paramos.
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Tomás Bolaños, María Piedad Baptiste
INTRODUCCIÓN La presión que el hombre ejerce sobre ecosistemas tan importantes y tan frágiles como los páramos, hace importante tratar de buscar estrategias de conservación mediante la socialización de la información, divulgando la importancia ecológica, económica y social de estos reservorios hídricos, a nivel local, regional, nacional y global, para orientar al público en general sobre la necesidad de incorporar dicha información en sus actividades cotidianas (Hofstede 2001a, Ministerio del Medio Ambiente 2002). Bogotá está rodeada por páramos y es muy común ver desde cualquier parte de la ciudad las altas montañas con páramos en sus cumbres, los cuales son de muy fácil acceso (Páramo de Monserrate). El convivir con este ecosistema tan cercano hace que pase inadvertido por la mayoría de los habitantes, formando parte de un paisaje cotidiano que no sólo es importante para Bogotá, sino que lo es para los Andes de Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Costa Rica, ya que puede considerarse como un ecosistema endémico de los Andes (Hofstede 2001b). Afortunadamente, en los últimos años algunas empresas y alcaldías del país han adelantado campañas que promueven el uso racional del agua y muestran al páramo como la principal fuente de agua, pero esto no es suficiente; falta darle una mayor divulgación al ecosistema completo, con sus especies más importantes y las relaciones que ocurren y permiten su funcionamiento. Por otra parte, es necesario hacer entender que del páramo se obtienen beneficios ambientales que van más lejos de la región y pueden alcanzar una escala global (Medina & Ortiz 2001). Por esto es importante que se utilicen medios no académicos para transmitir los conocimientos que hasta el momento se han obtenido de los diferentes ecosistemas, en un lenguaje acorde con el público receptor. Es desde esta perspectiva que se deben usar las revistas, la radio y la televisión como herramientas de divulgación (RamírezGarcía 1999) La finalidad de este trabajo es presentar algunos resultados de una investigación piloto, la cual logró una primera aproximación del estado actual del conocimiento de los ecosistemas colombianos y sus especies, especialmente del páramo, utilizando como herramienta un artículo publicado en una revista infantil de circulación en Bogotá con un tiraje aproximado de nueve mil ejemplares.
MÉTODOS En el mes de marzo de 2002, la sección de ecología de la revista infantil Elbac (TV Cable S.A.), dedicó su artículo a los páramos, donde en cuatro párrafos se dio una rápida visión de estos ecosistemas, su importancia y sus problemas; así mismo en otra sección, “La historieta”, se explicó la importancia de ahorrar agua y se escribieron algunos consejos para que los niños tomaran parte activa dentro de sus hogares en el ahorro del agua. Mediante un premio como incentivo, se invitó a los niños a que enviaran un dibujo con el fin de obtener una visión general de cómo es su concepción sobre los páramos. El artículo suministró una información básica que en lo posible no afectara los preconceptos de los niños, aunque las ilustraciones contenían detalles que daban a entender la relación del
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páramo con el agua y la presencia de algunas aves (colibrí) y mamíferos (venado). El texto utilizado fue el siguiente: “El páramo es una región de las altas montañas de los Andes entre los 3.000 y 4.500 metros de altura, es un ambiente mágico, que los antiguos consideraban como el lugar donde se originan las nubes, los truenos y los vientos, se creía que allí habitaban demonios y era el trono de los dioses. Actualmente sabemos que es el lugar donde se originan muchos de los ríos que bañan nuestro país. Basta con ir a este importante ecosistema de nuestro país, para descubrir que el páramo es un ambiente cambiante, las temperaturas pueden oscilar entre los 27°C en los días con sol y los 8°C bajo cero en noches frías; en el páramo se puede pasar, en tan sólo unos minutos, de un sol como el de clima caliente a un día bien frío. Entre las plantas que dominan el paisaje encontramos al Frailejón, pajonales, muchas hierbas y bastante musgo, el cual actúa como una esponja reteniendo mucha agua formando las llamadas turberas (pantanos). El páramo es muy importante y único en el planeta (se encuentra en las montañas de Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y Costa Rica). En la actualidad el páramo con todos sus procesos se encuentra en peligro, por esto muchos científicos se reúnen para tratar de encontrar posibles programas de protección.” Una vez recibidos los dibujos, en general se tuvieron en cuenta los siguientes elementos: 1. Características abióticas, es decir, los colores y el tipo de relieve (montañas, planicies, etc.), agua, entre otros. 2. Vegetación: formas de vida principales (pastos, frailejones, etcetera). 3. Fauna (aves, mamíferos, insectos, etcetera). Adicionalmente se utilizaron los datos obtenidos de salidas ecológicas con 400 estudiantes de diez colegios de Bogotá, a lugares como el Parque Chicaque y La Vega (Cundinamarca). Estos datos se obtuvieron al evaluar informalmente a los estudiantes sobre cuáles ecosistemas conocen y cuáles especies de animales son las que recuerdan más rápido al tener que elegir una para el nombre del grupo de trabajo.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN En la actualidad, de aproximadamente 8.700 niños que se encuentran inscritos en el círculo amarillo de Elbac, participan en las actividades de la revista en promedio treinta niños/mes. Para este concurso en particular, se obtuvo una buena aceptación (27% dibujos, 7% notas), de niños con edades que oscilan entre los cinco y los diez años, los cuales pertenecen a estratos sociales altos (5 y 6). En cuanto al análisis de los dibujos, el 100% muestran que los niños están conscientes de la estrecha relación entre el páramo, las montañas y el agua. Por otra parte, los niños ven al páramo como un lugar sin perturbaciones, ya que ninguno dibujó carreteras, construcciones, cultivos u otro tipo de evidencia de la ocupación del hombre en ellos.
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Los colores utilizados por la mayoría (75%) son colores fríos (verdes, azules, cafés oscuros), lo cual podría estar representando al clima frío y nublado del páramo. Todos los niños dibujaron varias plantas (pastos y frailejones), pero solamente el 14% dibujó animales, específicamente aves. Aunque el artículo incluyó una foto de un venado, parece más fuerte la concepción de la presencia de aves, posiblemente debido a las campañas sobre el cóndor de los Andes ya que son los animales que más fácil se ven en casi cualquier ecosistema. La ausencia de los mamíferos y otros grupos como insectos, puede estar reflejando la falta de divulgación sobre las especies de este ecosistema y su importancia en el mismo. Adicionalmente en el sondeo realizado en diez salidas ecológicas con colegios de Bogotá (estratos 2-4) se encontró que cerca del 80% de los estudiantes conocen muy bien ecosistemas y especies foráneas como los africanos y australianos (jirafas, hipopótamos, elefantes, tigres, leones, canguros, entre otros), pero desconocen nuestros ecosistemas con su flora, fauna e importancia. El 20% restante conocen especies como el delfín rosado del Amazonas, el oso de anteojos, el cóndor de los Andes, guacamayas, pero desconocen a los chigüiros, dantas, zarigüeyas, entre otras. Estos resultados se ven reflejados nuevamente en un artículo publicado en el mes de mayo de 2002, en el que se les pidió a los niños que enviaran un ejemplo de madres que hacen cosas por sus hijos en la naturaleza. Los ejemplos que ellos enviaron fueron con animales como el oso polar, el canguro, los suricatas y las nutrias. La falta de conocimiento sobre nuestros ecosistemas y especies puede deberse a la falta de divulgación en medios masivos como la televisión, la radio y los medios impresos como revistas y periódicos, en un lenguaje sencillo y que llame la atención. El gran conocimiento sobre ecosistemas y especies foráneas se debe principalmente a que desde el colegio, los ejemplos se hacen con estos animales. Además, el acceso a canales (Discovery, Animal Planet, entre otros) y revistas como National Geographic, brindan fuentes importantes de información a nivel global y compiten con los escasos programas realizados por los canales regionales, debido al formato llamativo en que son elaborados.
CONCLUSIONES 1. Los niños no esperan encontrar muchos animales en el páramo, posiblemente debido a la falta de divulgación dirigida a estos grupos de edad, sobre este tipo de ecosistemas, sus especies, estado de conservación, importancia ecológica, social y económica en Colombia y el mundo. 2. El total de los niños asociaron los páramos con su importancia como reservorios hídricos. 3. Los niños reconocen un mayor número de especies de animales africanos y australianos, que las colombianas y/o suramericanas. 4. Se hace necesario que la comunidad científica cree estrategias de divulgación científica y de educación ambiental sobre temas locales que incluyan los ecosistemas más representativos, sus especies y estado de conservación, que estén especialmente dirigidos hacia los niños.
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AGRADECIMIENTOS Queremos agradecer a Alberto Duque, Mauricio Guerra y Angélica Hernández de la revista Elbac del Círculo Amarillo de Elbac (TV Cable S.A. Bogotá) por promover la divulgación y educación ambiental; a Conservación Internacional Colombia por el apoyo para la realización del concurso. A los niños Carolina García, Daniel Rodríguez, David Henríquez, Esteban Suárez, Fadua Mahmud, Juan P. Rodríguez, Juliana Henríquez y Santiago Rojas por enviar sus dibujos.
LITERATURA CITADA Hofstede, R. 2001a. El manejo del páramo como ecosistema estratégico. Pp. 297-305 En: Mena V, P. Medina, G. & Hofstede, R. (ed.). Los Páramos del Ecuador. Particularidades, problemas y perspectivas. Abya-Yala/Proyecto Páramo. Quito. Hofstede, R. 2001b. El descubrimiento del ecosistema escondido. Pp. ix-xv En: Mena V, P. Medina, G. & Hofstede, R. (ed.). Los Páramos del Ecuador. Particularidades, problemas y perspectivas. Abya Yala/Proyecto Páramo. Quito. Medina, G. & Ortiz, D. 2001. Políticas nacionales y plan de acción para la conservación y manejo del ecosistema páramo en el Ecuador. Pp. 243-254. En: Mena V.P. Medina, G. & Hofstede, R. (ed.). Los Páramos del Ecuador. Particularidades, problemas y perspectivas. Abya- Yala/Proyecto Páramo. Quito. Ministerio del Medio Ambiente. 2002. Páramos. Programa para el manejo sostenible y restauración de ecosistemas de la alta montaña colombiana. Bogotá. Colombia Ramírez-García, A.G. 1999. Educación ambiental a través de la radio. Ambiente Ecológico www. http://www.ambiente-ecologico.com/revist56/agrgar56.htm#top
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Páramo, recursos naturales y comunidad rural
Gerardo Cañón
PÁRAMO, RECURSOS NATURALES Y COMUNIDAD RURAL Ponencia presentada por pequeños agricultores de páramo de Zipaquirá, Tausa, Cogua y Subachoque al Congreso Mundial de Páramos Por Gerardo Cañón
INTRODUCCIÓN La polarización conceptual entre el papel de los usufrutuarios del recurso suelo en el páramo (agricultores) y las entidades oficiales, en vez de ser positivas para el recurso mismo lo han demritado. Han distanciado a dichos sectores, dejándose de lado tareas de mucha importancia. Unos y otras han polarizado sus conceptualizaciones y preceptos sobre el tema. Las diferencias conceptuales entre los usufructuarios del recurso suelo en el páramo (agricultores y ganaderos)y las entidades oficiales que tocan con el tema, han redundado en desfavorecer del recurso. De lado y lado, la radicalización de conceptalizaciones y preceptos (si es que así puede llamarse ) en vez de unir esfuerzos han generado un pernicioso distanciamiento en el cual, como es fácil suponerlo, el perjudicado ha sido el recurso. Como agricultores, muchas veces estigmatizados por las entidades aludidas, invocamos la comprensión de las mismas en la consideración de lo que somos y hemos sido, y en la necesidad que el recurso tiene de contar con nuestro aporte, entendido como positivismo posible y a más posible necesario. Esa invocación, por supuesto y por suficientes motivos, la extendemos a éste magno evento.
RECURSO Y PRODUCTIVIDAD AGROPECUARIA Los agricultores pertenecemos a un tiempo y ocupamos un espacio. Nuestro papel se centra en generar un proceso productivo, por supuesto a partir de un recuso natural. Así se haya estigmatizado en ocasiones, por la rivalidad conceptual de que ya se habló, la nuestra es una labor de encomio, no solo desde nuestra propia consideración. Los halagos de que la agricultura es objeto presupone que el individuo está antes que el recurso y así mismo que depende de él. En otras palabras, unos y otros deben ser posibles. Tal aseveración advierte otra ruptura: el interés colectivo. La pugna que se advierte apunta a que el individuo, sin reclamo y sin prebenda alguna, admita la dejación de su actividad a favor de la comunidad, específicamente en lo relativo a la producción de agua. Esa pretensión, honorable congreso, nos parece injusta, y, porqué no decirlo, es un trasunto de la injusticia con que el papel del campesino ha sido históricamente tratado en nuestro medio. Hoy día, cuando los hechos se han dado, tiene el pequeño productor del páramo que responde por todo, incluida la omisión de las entidades del estado en el decurso del tiempo.
VALOR DEL USO DEL RECURSO: SU BENEFICIO ECONÓMICO Y SOCIAL Hay una apreciación falsa del sector no productivo referente al valor que los agricultores le damos al recurso que ase posible nuestra actividad. El recurso, sabemos, es consustancial a
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nuestra posibilidad vital. Acabado el recurso, se acaba la opción productiva agrícola y quienes la generamos. De dónde, o qué móviles tiene esa falsa consideración? Sabemos, pues, que desde donde se mire, el recurso tiene un valor. Para el caso de la agricultura el valor del uso del recurso suelo, por ejemplo se basa en la rentabilidad, y es cuantificable económicamente hablando. El valor de uso del suelo agrícola, como no sobra decirlo, ésta expuesto a la oferta y demanda del mismo. El valor del uso del suelo en la conservación y protección del agua y otros recursos naturales, debe analizarse en base algunas consideraciones que, nos parece, no han sido tenidas en cuenta. La opción del suelo de páramo para producir agua es un hecho predeterminado por la naturaleza y modificado por las prácticas agrícolas. La oferta de dicho suelo es reducidísima en las condiciones actuales. Lo cual, por las circunstancias del valor económico de los mismos, definido por la oferta (reducida y tangible) y la demanda (creciente), hacen que sea o deba ser alto. Un suelo con tales privilegios debe tener un valor que sobrepase el de un suelo con destinación productiva, en por lo menos 3 o 4 veces su valor económico. La anterior consideración debe ser extensiva, con mucha mayor razón a aquellas áreas que siendo potencialmente productivas, no han sido abordadas por ningún proceso productivo.
La inversión de áreas de páramo al cultivo de papa obedece a algunas consideraciones: 1.- Presión por tierra y rentabilidad del cultivo Fueron hechos suscitados por la ganancia de mercados en el ámbito nacional, la cual, a su vez, obedeció a hechos políticos. La violencia desplazo poblaciones campesinas cuyo trabajo (yuca, ñame, plátano, arroz) se dio espacio en los mercados a favor de la papa, que debió aumentar su oferta a fin de corresponderse con ese mercado. Las mejoras tecnológicas, por su parte, pusieron también su cuota en este aspecto. Las zonas frías como es históricamente sabido, no sufrieron con el mismo rigor esas circunstancias. 2.- La importancia económica y social del cultivo de papa en el país no es despreciable: a.- Es una actividad de pequeños productores, que basan su subsistencia en esa, su única actividad. b.- 120.000 familias dependen de él. Genera 22 millones de jornales agrícolas no especializados al año.
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c.- De su potencial productivo el país dedica 290.000 hectáreas a su producción. d.- Es el rublo económico agrícola por excelencia en las zonas frías.
PROPUESTAS La dejación del recurso suelo en beneficio del ecosistema, considerado el pequeño productor advierte estos hechos: a. Desplazamientos poblacionales, con impredecibles consecuencias familiares, y con tangibles consecuencias, en el nivel social. b. Pauperización de las familias campesinas involucradas. c. Desarraigo cultural y desempleo. 2.- Reforestación, reconversión y revegetalización son apenas conceptos teóricos cuando se considera el ecosistema de páramo. a.- El desarrollo de especies nativas sembradas en el páramo de acuerdo a la experiencia no medran, como consecuencia del ecosistema alterado. b.- La reposición del ecosistema paramuno basado en no uso del recurso suelo en labores productivas demandaría - de ser posible- período de tiempo muy grandes. c.- Los conceptos anteriores no deben hacer sustracción de la condición “sui géneris” de la climatología del páramo.
PROPONEMOS: 1.- Debe ponerse en práctica la ley de incentivo forestal (CIF) Decreto 900 de 1997, eximir del impuesto a quienes conserven. 2.- Las medidas oficiales cualesquiera que sean no deben sustituirse en atropello para el productor agrícola individualmente considerado. 3.- El valor económico del recurso ‘suelo’ que se pague a su propietario debe ser justo: y se fijará en dos o tres veces su valor comercial, considerado ese desde el ámbito de lo agropecuario. Con mayor razón en aquellas áreas que no han sido intervenidas. 4.- De ser imperioso, el desarraigo y la dejación de su medio cultural en aras de la preservación de los recursos naturales deberá adelantarse en consideración a la libertad del productor damnificado. Por el hecho desde luego sin descontar lo económico, el Estado debe ser responsable. 5.- Las entidades del sector deben tener en el productor en conflicto por el uso del suelo que es “suyo”, a un interlocutor valido.
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Efecto de los disturbios bióticos en un páramo
Diego Mauricio Trujillo-Motta et al
EFECTO DE DISTURBIOS ANTRÓPICOS EN LAS INTERACCIONES BIÓTICAS DE UN PÁRAMO HÚMEDO DE COLOMBIA Diego Mauricio Trujillo-Motta, Germán Amat-García, Orlando Vargas
RESUMEN En un páramo húmedo del Parque Nacional Natural Chingaza se estableció un gradiente de disturbio por quema y pastoreo para el estudio de las interacciones entre el frailejón, Espeletia killipii; dos gorgojos, Epistrophus cristulatus y Pseudanchonus sp., y el coatí de montaña, Nasuella olivacea. El 93% del total de larvas y el 79% del total de adultos de E. cristulatus se localiza en la parte superior del tallo y en el punto vegetativo de los frailejones. El 17.7% del total de larvas de Pseudanchonus sp. encontradas en los frailejones vivos se ubican en la parte inferior de los tallos. El restante 82.3% de larvas de Pseudanchonus sp. se localizan en los troncos muertos de E. killipii. Estos resultados permiten afirmar que los gorgojos explotan recursos diferentes, lo que indica una marcada exclusión competitiva. Se demostró indirectamente la interacción entre N. olivacea y E. cristulatus por medio de la correlación entre el número de daños ocasionados por el coatí a los frailejones y el número de larvas y adultos de E. cristulatus encontrados en estas plantas ( rs > 0.5; p < 0.05). Se concluyó que los disturbios antrópicos por fuego y pastoreo favorecen el crecimiento de las poblaciones de E. cristulatus (la relación E. cristulatus - plantas vivas de E. killipii es directamente proporcional a la intensidad de los disturbios) debido a la reducción en el número de Pseudanchonus sp. (la relación Pseudanchonus sp. - plantas muertas de E. killipii disminuye con la intensidad de los disturbios). Palabras clave: coatí, disturbios, frailejón, gorgojos, interacciones, páramo.
ABSTRACT We established a burning and grazing disturbance gradient in a humid paramo of the Parque Nacional Natural Chingaza for the study of the interactions between the stem rosette, Espeletia killipii; two weevils (Epistrophus cristulatus and Pseudanchonus sp.), and the mountain coati, Nasuella olivacea. 93% of larvae and 79% of adults of E. cristulatus are located in the upper part of the stem and in the vegetative point of the E. killipii. Instead, 17.7% of larvae of Pseudanchonus sp. found in alive stem rosettes are located in the lower part of the stem. The remaining 82.3% of these larvae are located in dead trunks of E. killipii. These results allow to affirm that the weevils exploits different resources. We established indirectly the interaction between N. olivacea and E. cristulatus by means of the correlation among the number of damages caused by the mountain coati to the stem rosette, and the number of larvae and adults of E. cristulatus found in these plants (rs > 0.5; p <0.05).
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We concluded that the burning and grazing disturbances allows the growth of the populations of E. cristulatus (the relationship among larvae of E. cristulatus and alive stem rosettes is proportional to the intensity of disturbances), since the number of Pseudanchonus sp. is reduced (the relationship between larvae of Pseudanchonus sp. and dead stem rosettes decreased with the intensity of the disturbances). Key words: disturbances, paramo, interactions, stem rosette, weevils, mountain coati.
INTRODUCCIÓN La mayoría de los disturbios producen un paisaje heterogéneo y un efecto de “parches”; estos efectos pueden a su vez depender del estado de la comunidad antes del disturbio. Puesto que la estructura en el interior de los parches cambia a través del tiempo en composición de especies, edad, tamaño o estructura genética, las interacciones entre especies pueden también cambiar (Thompson 1985). Las interacciones pueden variar en su frecuencia, sus mecanismos y por tanto en los resultados que finalmente determinan la estructura de la comunidad. Los disturbios afectan las densidades poblacionales de insectos, a menudo a través de cambios en la condición del hospedero o del hábitat del insecto, de manera que las interacciones y procesos se ven influenciados en diferentes niveles de organización (gremio, población, comunidad y ecosistema). Además, las respuestas de los insectos a cambios ambientales pueden representar mecanismos regulatorios que contribuyen a la estabilidad del ecosistema (Schowalter 1985). Una práctica agropecuaria común en la región paramuna es el pastoreo extensivo, a menudo combinado con quemas de la vegetación natural para proveer al ganado vacuno de rebrotes de pasto frescos y más palatables (Verweij & Budde 1992, Laegaard 1992, Verweij & Kok 1995). De acuerdo con diferentes autores, las quemas, el pastoreo y demás prácticas agropecuarias son las principales actividades humanas que determinan los patrones del desarrollo en tiempo y espacio en el páramo (Pels & Verweij 1992, Vargas et al. en este volumen). Ecológicamente el páramo es un sistema frágil y lento de recuperar después de perturbaciones; por lo tanto, cualquier cambio tiene un gran impacto sobre estos ecosistemas. Sin embargo, las actividades del hombre y los animales domésticos permanecen sin control y han alterado el ecosistema de manera significativa. Presiones dañinas impuestas por el hombre (talas, quemas, cultivos, pastoreo, desecación de turberas y construcción de carreteras) están amenazando los ecosistemas paramunos (Luteyn 1992, Rangel 2000). En el presente estudio se analizan algunos aspectos de las relaciones tróficas de Espeletia killipii Cuatrec. var. killipii, un frailejón endémico del páramo en el Parque Nacional Natural Chingaza (Colombia), con dos especies de gorgojos de la subtribu Epistrophina: Epistrophus cristulatus Faust, 1892 y Pseudanchonus sp.(Coleoptera: Curculionidae), y el coatí de montaña Nasuella olivacea (Gray) 1865 (Mammalia: Carnívora). E. cristulatus se encuentra en la parte superior del tallo (base de la roseta), principalmente en el punto vegetativo de los frailejones vivos, llegando a ser un factor importante en la
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mortalidad de E. killipii. En consecuencia, estas dos especies presentan una estrecha relación planta-herbívoro. A diferencia de E. cristulatus, Pseudanchonus sp. es un gorgojo detritívoro que se distribuye en los tallos vivos y muertos de E. killipii (Trujillo-Motta 2002). En esta investigación se analiza la interacción entre estas dos especies de gorgojos y sus efectos sobre la planta hospedera. El coatí es un omnívoro oportunista, cuya dieta incluye adultos y larvas de insectos del orden Coleoptera (Rodríguez 1995, Rodríguez et al. 2000). Los rastros dejados por este mamífero al buscar su alimento son muy característicos, y se observan por toda el área de estudio; estos incluyen los osaderos (hoyos en el suelo) y los daños en las rosetas de los frailejones. A partir de estas evidencias y de la distribución de las dos especies de gorgojos, que coinciden en los diferentes sitios, se puede afirmar que E. cristulatus y Pseudanchonus sp. hacen parte importante de la dieta del coatí. Los disturbios antrópicos en el páramo ocasionan cambios en la estructura de las comunidades animales y vegetales (Premauer 1999, Vargas 2002, Vargas et al. en imprenta), por lo tanto se espera que las interacciones entre las especies sean afectadas. Para corroborar esta hipótesis se escogió un gradiente de disturbio antrópico por fuego y pastoreo en una comunidad vegetal típica del páramo húmedo. El gradiente de disturbio se localiza en los sectores de Buitrago y Valle del río Tunjo del páramo atmosféricamente húmedo de Palacio en el Parque Nacional Natural Chingaza (Cundinamarca, Colombia).
MATERIALES Y MÉTODOS Área de estudio El estudio se llevó a cabo en el páramo de Palacio en los sectores conocidos como Buitrago y Valle Tunjo (4º45’03’’ N, 73º50’50’’ W) del Parque Nacional Natural Chingaza (P.N.N.Ch), departamento de Cundinamarca. En el área de estudio se eligieron tres sitios de muestreo con una altitud que varía entre los 3450 y 3500 m. A continuación se describe cada uno de los sitios escogidos: 1. Buitrago 1 (B1 o control): Altitud 3500 m. Ubicado a 500 m al suroeste de la estación 52 del sistema de conducción de energía eléctrica, en el margen izquierdo de la carretera que conduce a dicho lugar. En este sitio no se registran evidencias de disturbios antrópicos por fuego y/o pastoreo. 2. Buitrago 2 (B2): Altitud 3500 m. Se encuentra aproximadamente a 500 m al sureste de la estación 52, en el margen derecho de la carretera que conduce a este lugar. Este sitio presenta evidencias de disturbios antrópicos como pastoreo ocasional y una última quema ocurrida en 1991. 3. Valle Tunjo (VT): Altitud 3450 m. Se localiza aproximadamente a 625 m al noreste de la estación 52. Este sitio presenta un régimen de disturbio ocasionado por pastoreo intensivo y una última quema ocurrida en 1991.
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Los sitios se eligieron teniendo en cuenta un gradiente de disturbio, siendo este menor en B1 y mayor en VT. Para la elección del gradiente se manejaron los siguientes criterios establecidos por Vargas et al. (en imprenta.): presencia/ausencia de ramoneo en el chusque (Chusquea tessellata), quince clases de alturas de los bambusoides de chusque, distancia basal entre bambusoides, presencia/ausencia de musgos, número de boñigas y número de frailejones (Espeletia killipii) adultos, juveniles y muertos. También se registró un último fuego ocurrido en febrero de 1991 que no pasó al margen izquierdo de la carretera donde se localiza el sitio Buitrago 1.
Muestreos Con el objeto de analizar la distribución espacial de la planta hospedera y la incidencia de esta distribución en los patrones de herbivoría del insecto fitófago, se realizaron en cada uno de los sitios (Buitrago 1, Buitrago 2 y Valle Tunjo) dos muestreos: uno en la época seca (enerofebrero) y otro en la estación lluviosa (junio-agosto) durante el año 2001. Cada muestreo se realizó a lo largo de un transecto de 80 m de largo por 5 m de ancho (400 m2) dividido en 16 cuadrantes de 25 m2 cada uno. En cada cuadrante se determinó el número total de individuos adultos vivos y muertos de E. killipii y la longitud del tallo de cada planta viva (equivalente a la distancia desde la superficie del suelo a la base de la roseta). Se censaron los gorgojos de las dos especies (E. cristulatus y Pseudanchonus sp.) encontrados en cada planta, teniendo en cuenta su estado de desarrollo (larva, pupa y adulto) y la parte del tallo en donde se localizaron los individuos, para lo cual se midió la distancia del suelo al punto en el que se hallaban éstos. En cada uno de los transectos se registró el número de frailejones con algún tipo de daño ocasionado por el coatí. Este daño se presenta generalmente en la parte superior de la planta (roseta) y se caracteriza por la remoción de las hojas y de las bases foliares que están adheridas a los tallos de E. killipii. También se colectaron larvas, pupas y adultos de las dos especies de gorgojos y se preservaron en alcohol al 70% para su posterior identificación taxonómica.
Fase de laboratorio Algunos ejemplares adultos de las dos especies de gorgojos se enviaron a Juan José Morrone, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista de este grupo, quien se encargó de su identificación. El material identificado se montó en seco y fue depositado en la colección de Entomología del Instituto de Ciencias Naturales (ICN-MHNCO) de la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá D.C. Se colectaron larvas vivas en los frailejones y se llevaron a cámaras de observación (frascos transparentes con tapas perforadas) con las partes basales de las hojas de E. killipii que consumen en campo. Se hizo un seguimiento continuo de las larvas hasta que éstas alcanzaron su estado adulto, con el objeto de identificar plenamente todos los estados de desarrollo de las dos especies de gorgojos. Puesto que los frailejones adultos tienen diferentes tallas, la biomasa vegetal es un parámetro menos sesgado con respecto al número de individuos, para comparar las poblaciones de E.
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killipii presentes en los diferentes sitios que caracterizan el gradiente de disturbio. Se hizo una estimación aproximada de la biomasa de los frailejones adultos por medio de la ecuación de regresión reportada por Hofstede (1995), para los tallos desnudos (equivalentes al tronco más las bases foliares) de Espeletia hartwegiana: y = 81.6 + 14.6x ; siendo x la longitud de los tallos. Por medio de esta ecuación se obtuvo el peso de los tallos a partir de la longitud de los mismos.
Análisis de datos Distribución de los gorgojos en los frailejones vivos La distribución vertical de las dos especies de gorgojos en los frailejones vivos se obtuvo a partir de la relación entre la longitud total del tronco de cada planta y la altura en la cual se encontraba cada individuo en el tallo. La ubicación de los individuos se organizó en tres categorías, de acuerdo a su distribución en el tallo: parte inferior (PI)= 0-33%, parte media (PM)= 34-67% y roseta = 68-100%.
Efecto de los disturbios en la abundancia de los gorgojos Se determinó la relación entre el número total de larvas de E. cristulatus halladas en las plantas vivas de E. killipii y la biomasa estimada de estos frailejones. Se halló y se comparó esta proporción entre los sitios que caracterizan el gradiente de disturbio antrópico. En el caso de los gorgojos detritívoros, se determinó la proporción entre el número de larvas de Pseudanchonus sp. halladas en las plantas muertas de E. killipii y el número de estos frailejones en cada uno de los sitios de estudio.
Relación entre E. cristulatus y los frailejones con daños ocasionados por N. olivacea Para determinar la relación entre la cantidad de larvas y adultos de E. cristulatus presentes en los frailejones, y el número plantas con algún tipo de daño ocasionado por el coatí en cada uno de los sitios, se estimaron los coeficientes de correlación de Spearman (rs). Estos coeficientes se hallaron por medio del programa Statistica para Windows (StatSoft 1997).
RESULTADOS Distribución vertical de los gorgojos en los frailejones vivos Las larvas de E. cristulatus están ubicados principalmente en la roseta (93.3%) y en pocas ocasiones (6.7%), en la parte media de E. killipii. Todas las pupas de esta especie se localizan en la roseta de las plantas, mientras que los adultos se distribuyen de la siguiente forma: 79% en la roseta, 14% en la parte media y 7% en la parte inferior (tabla 1). Por el contrario, la mayoría de larvas de Pseudanchonus sp. se ubican en la parte inferior (82%), y en algunos casos (18%) en la parte media (PM) de los frailejones vivos. Las larvas y pupas de esta especie se localizan en la parte inferior de los tallos de E. killipii (tabla 2).
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Tabla 1. Distribución vertical de E. cristulatus en los frailejones vivos. PM= Parte media; PI= Parte inferior.
Tabla 2. Distribución vertical de Pseudanchonus sp. en los frailejones vivos. PM= Parte media; PI= Parte inferior.
Efecto de los disturbios en la abundancia de los gorgojos De acuerdo con los resultados (tabla 3), la relación entre el número de larvas de Pseudanchonus sp. y la cantidad de frailejones muertos disminuye a medida que se incrementa la intensidad de los disturbios antrópicos. Por el contrario, la relación entre el número de larvas de E. cristulatus y la biomasa estimada de E. killipii es directamente proporcional a la intensidad de los disturbios.
Tabla 3. Relación entre el número de larvas de Pseudanchonus sp. y la cantidad de frailejones muertos; y entre el número de larvas de E. cristulatus y la biomasa de E. killipii.
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Asociación entre E. cristulatus y los frailejones con daños ocasionados por N. olivacea Los resultados de la tabla 4, muestran claramente que existe un alto grado de asociación entre las larvas de E. cristulatus y el número de frailejones con daños ocasionados por los coatíes, puesto que los coeficientes de correlación fueron significativos en todos los sitios (p< 0.05). Con respecto a los adultos de E. cristulatus (tabla 5), se encontró una correlación positiva entre las dos variables en Buitrago 1 y Buitrago 2 (p< 0.05), a diferencia de Valle Tunjo, en donde las dos variables no están relacionadas (p > 0.05).
Tabla 4. Coeficientes de correlación de Spearman entre el número de larvas de E. cristulatus y el número de frailejones con daños ocasionados por N. olivacea en los tres sitios de muestreo. *Significativo al 5%.
Tabla 5. Coeficientes de correlación de Spearman entre el número de adultos de E. cristulatus y el número de frailejones con daños ocasionados por N. olivacea en los tres sitios de muestreo. *Significativo al 5%.
Por último, se encontró que la relación entre los frailejones vivos con daños ocasionados por N. olivacea y el total de plantas vivas en los tres sitios de estudio es inversamente proporcional a la intensidad de los disturbios antrópicos.
DISCUSIÓN Distribución vertical de los gorgojos en los frailejones vivos Los resultados sobre la distribución vertical de los gorgojos en los frailejones vivos indican claramente que las dos especies explotan recursos diferentes, por lo cual la competencia interespecífica es poco probable. Esto corrobora las preferencias tróficas de cada especie: 1. E. cristulatus es un gorgojo herbívoro que se alimenta de tejidos vivos y blandos de E. killipii como las partes basales de las hojas y el punto vegetativo.
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2. Pseudanchonus sp. es un gorgojo detritívoro que consume las bases de las hojas muertas que quedan adheridas a los troncos de E. killipii. Sin embargo, el consumo de esta necromasa se realiza en la parte inferior de las plantas vivas y en los troncos caídos, en donde la humedad es más alta que en los estratos superiores (con respecto al gradiente térmico entre el suelo y las partes superiores de las plantas de los páramos, véase Sturm 1994).
Efecto de los disturbios en la abundancia de los gorgojos Los resultados obtenidos por medio de la relación entre la abundancia de gorgojos herbívoros y la biomasa de sus plantas hospederas muestran que los disturbios favorecen el establecimiento de E. cristulatus en los frailejones. Los disturbios antrópicos por quema y pastoreo pueden favorecer el crecimiento de las poblaciones de E. cristulatus al alterar la condición de los frailejones, factor clave para el establecimiento físico de sus herbívoros, y la oferta de alimento, específicamente el nitrógeno que se acumula en los tejidos vegetales (Mattson 1980, Ritchie 2000). Mattson (1980) sugiere que diversos factores como el estrés por temperatura y humedad, el daño de tejidos por agentes bióticos y abióticos, y varias condiciones impuestas por la intervención humana (disturbios antrópicos), afectan la calidad y cantidad del nitrógeno en las plantas. Sin embargo, es probable que los frailejones sometidos a condiciones ambientales difíciles como bajas temperaturas, frecuentes heladas, intensa radiación solar, drásticos cambios de temperatura día-noche, humedad relativa baja, entre otras (Sobrevila 1986, Sturm & Mora-Osejo 1994, Sturm 1994 y 1998, Rangel, 2000), tengan la capacidad de amortiguar los cambios en el medio originados por los disturbios antrópicos, y por lo tanto no manifiesten variaciones significativas en la concentración y asignación de elementos esenciales como el nitrógeno. Esta suposición está sustentada por Hofstede (1995) y Sturm (1998), quienes mencionan que la vegetación natural del páramo es en cierta medida tolerante a prácticas como la quema y el pastoreo. Durante un fuego, Espeletia spp. usualmente pierden la cubierta de hojas muertas externa y los anillos exteriores de hojas vivas, mientras que la capa interna densa y húmeda de necromasa foliar y la porción interior de la roseta son en gran parte preservadas (Sturm 1998). Schowalter (1985) afirma que la vegetación de ecosistemas como desiertos, tundras y praderas, que está adaptada a disturbios naturales como humedad y temperaturas extremas, fuertes vientos y/o fuegos, también presenta adaptaciones que minimizan el impacto de disturbios antrópicos. Estos disturbios pueden afectar la cantidad y calidad de los nutrientes en los frailejones al alterar la disponibilidad de nutrientes en el suelo. Sin embargo, investigaciones realizadas en diferentes regiones paramunas (Hofstede 1995, O. Vargas & J. Premauer, datos no publ.) muestran que los disturbios por fuego y pastoreo tienen un impacto mínimo sobre la disponibilidad de nutrientes para las plantas. A partir de lo mencionado anteriormente, se puede afirmar que los disturbios por fuego y pastoreo no afectan la concentración y asignación de los nutrientes en los frailejones, por lo cual el incremento de las poblaciones de E. cristulatus en los sitios con mayor incidencia de disturbios por fuego y pastoreo, está determinado por factores que serán discutidos posteriormente cuando se traten las interacciones entre todos los niveles tróficos. Sin embargo,
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faltan estudios más prolongados y detallados en el área de análisis, sobre los efectos de los disturbios antrópicos en la concentración de nutrientes en el suelo y en los tejidos de Espeletia spp., y su relación con la dinámica de las poblaciones de insectos herbívoros.
Relación entre los gorgojos, los coatíes y los frailejones Las correlaciones obtenidas entre el número de larvas y adultos de E. cristulatus y el número de frailejones con algún tipo de daño ocasionado por los coatíes, corroboran la interacción existente entre los gorgojos herbívoros y los mamíferos predadores. A partir de estos resultados se deducen dos aspectos importantes de la interacción predador-presa, los cuales se discutirán a continuación: 1. Los coatíes son muy eficientes en la búsqueda de su alimento en los frailejones, y 2. Los predadores no consumen la totalidad de las larvas halladas en las plantas. Decker & Wozencraft (1991, citado en Rodríguez et al. 2000) sugieren que los coatíes presentan algunas características anatómicas que pueden ser adaptaciones a su dieta insectívora. Entre éstas se encuentra su hocico alargado, asociado con un olfato sensible, el cual es empleado por los coatíes para buscar su alimento. Esta adaptación explica la eficiencia de N. olivacea para hallar las larvas endofíticas de E. cristulatus. Los resultados sugieren que E. cristulatus representa un recurso fácil de explotar para los coatíes debido a la relativa abundancia y a la movilidad restringida de estos gorgojos en los frailejones. Sin embargo, el hecho de que en la mayoría de plantas con alguna evidencia de daño ocasionado por el coatí se encuentren larvas y adultos de E. cristulatus, permite suponer que algunos de estos gorgojos no son detectados por N. olivacea al encontrarse muy ocultos dentro de los tejidos vegetales, o que son individuos que posiblemente han “repoblado” las plantas después de la incidencia del predador. Las larvas y adultos de E. cristulatus presentes en los frailejones con evidencias de daños ocasionados con mucha anterioridad (rastros en la parte media e inferior de los tallos), probablemente corresponden a gorgojos que en el momento del ataque del coatí se encontraban en sus primeros estados de desarrollo (huevos o larvas en instares iniciales), con tallas muy pequeñas (D. Trujillo-Motta, datos no publ.) que les permitieron escapar. Los daños ocasionados por N. olivacea a E. killipii inducen la mortalidad únicamente a las plantas afectadas por una gran cantidad de individuos, principalmente larvas, de E. cristulatus (Trujillo-Motta 2002). A partir de estos resultados se sugiere que los coatíes aceleran en forma sinérgica la muerte de los frailejones cuando estos se encuentran gravemente afectados por los gorgojos herbívoros, es decir, cuando estos individuos han atacado el punto vegetativo de las plantas. En circunstancias en las que el número de E. cristulatus en los frailejones es moderado (cuando los herbívoros no han alcanzado los anillos foliares internos de la roseta), los coatíes solamente “escarban” en la cobertura de hojas externas, produciendo un daño mecánico mínimo a las plantas. Se puede afirmar, en consecuencia, que la presión ejercida por el mamífero predador sobre E. cristulatus, actúa como un factor regulador de las poblaciones de este gorgojo. Esto beneficia indirectamente a las plantas vivas debido a la reducción en el número de sus
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insectos fitófagos. Autores como Price et al. (1980) indican que el tercer nivel trófico (en este caso N. olivacea) debe ser considerado como una parte de la “batería defensiva” de la planta contra sus herbívoros. De acuerdo a varios modelos de interacciones tróficas (véase Oksanen et al. 1981 & Schmitz et al. 1997), los predadores indirectamente benefician a las plantas por la reducción en el número de los herbívoros que se alimentan de éstas. Este efecto se conoce como “cascada trófica”, y parte de la suposición de que todas las interacciones estudiadas manifiestan un control de tipo “top-down” (véase Schoener 1989, Power 1992, Schmitz et al. 1997). Como lo sugieren numerosos autores (Oksanen et al. 1981, Hunter & Price 1992, Power 1992, Ritchie 2000), los factores que regulan las poblaciones de insectos herbívoros dependen de la productividad ambiental. Los insectos en ambientes con recursos muy limitados, están sometidos a restricciones en los nutrientes de las plantas o a un efecto “bottom-up” debido a que la producción primaria es insuficiente para sostener el rápido crecimiento de las poblaciones de insectos y las altas densidades de predadores. Por el contrario, los ambientes ricos en recursos pueden mostrar altas tasas de predación o efectos “top-down”, porque una gran productividad vegetal promueve el rápido crecimiento de las poblaciones de herbívoros que pueden sostener grandes poblaciones de predadores. Los páramos son biomas con una productividad primaria neta (PPN) baja (Cardozo & Schnetter 1976, Luteyn 1992, Hofstede 1995, Sturm 1998) comparados con otros ambientes terrestres (por ejemplo, bosques altoandinos o selvas de lluviosas, Rangel & Sturm 1994, Sturm 1998). Entre los factores que determina la baja PPN de los páramos se encuentran: 1. La disminución constante de los nutrientes en el suelo por el lavado y arrastre superficial que sucede con frecuencia en los pajonales y frailejonales propios de estos ecosistemas (Rangel & Sturm 1994); 2. La baja disponibilidad de los nutrientes para las plantas, como consecuencia de los jóvenes suelos paramunos (Hofstede 1995); 3. Las bajas temperaturas promedio (Hofstede 1995); y 4. Las bajas tasas de descomposición de la materia orgánica (Hofstede 1995). Esto indicaría por lo tanto que el sistema estudiado está controlado principalmente por factores “bottom-up”, y que los predadores juegan un papel secundario en la regulación de las poblaciones de consumidores primarios. Sin embargo, el coatí es un predador omnívoro que puede disponer de otros recursos alimenticios, lo cual permite que su densidad poblacional se mantenga en niveles estables que controlen efectivamente a las poblaciones del gorgojo herbívoro. De acuerdo con Polis & Strong (1996), la mayoría de la energía fijada por las plantas pasa a través de la cadena detrítica (cerca del 90%). Por lo tanto, se podría esperar que los gorgojos detritívoros jueguen un papel primordial en el sistema estudiado, ya que éstos pueden servir de alimento al mamífero omnívoro, permitiendo que las poblaciones de consumidores se incrementen o se mantengan estables, aunque los niveles de gorgojos herbívoros se encuentren disminuidos por la baja disponibilidad de nutrientes. Como producto de este estudio se propone un modelo en donde las poblaciones de gorgojos herbívoros están controlados por dos tipos de factores: 1. La reducida disponibilidad de nutrientes en los páramos, es decir por factores “bottom-up”; y 2. La presión del predador
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omnívoro, cuyas poblaciones se mantienen estables por el suministro de nutrientes y energía a través de los detritos principalmente (control de tipo “top-down”). Puesto que en el sistema estudiado los disturbios antrópicos no afectan la disponibilidad de los nutrientes para las plantas (véase la discusión relacionada con la abundancia de los gorgojos herbívoros), el control “top-down” adquiere especial importancia en el mantenimiento del equilibrio entre los herbívoros y las plantas. El efecto de cascada trófica ocasionado por el control “top-down” de los consumidores primarios (herbívoros) se explica por la gran disponibilidad de recursos alternos que representan los detritívoros para las poblaciones del predador omnívoro. Las bajas tasas de descomposición de la materia orgánica en los ambientes paramunos (Hofstede 1995, Sturm 1998), permiten que se acumule una gran cantidad de este material (detritos), lo cual representa un importante canal de energía que sostiene a las poblaciones de predadores omnívoros en niveles que ejercen una presión significativa sobre los herbívoros. Puesto que los disturbios ocasionados por el pastoreo y las quemas afectan la disponibilidad de los recursos para los organismos detritívoros (Trujillo-Motta 2002), se espera que a medida que se incrementen los disturbios antrópicos disminuya la energía y los nutrientes provenientes del detrito, que sostienen a las poblaciones de predadores omnívoros. Esto reduce los efectos del control “top-down” ejercido por los coatíes sobre las poblaciones de gorgojos herbívoros, por lo cual la relación herbívoros-frailejones vivos aumenta con la intensidad de los disturbios por fuego y pastoreo. La relación entre los frailejones vivos con daños por N. olivacea y el total de plantas vivas en los tres sitios de estudio es inversamente proporcional a la intensidad de los disturbios, lo cual confirma que la frecuencia de las interacciones entre los coatíes y los gorgojos herbívoros disminuye en los sitios más disturbados. Estos resultados corroboran lo mencionado por Polis & Strong (1996), sobre los efectos de los detritos (como un canal importante de energía y nutrientes) en la activación de las “cascadas tróficas”. A partir de lo expuesto anteriormente se sugiere que los disturbios antrópicos por fuego y pastoreo, alteran los factores que mantienen en equilibrio este complejo sistema, pues al disminuir el número de predadores se favorece el crecimiento de las poblaciones de gorgojos herbívoros, lo cual puede llegar a afectar en forma severa a los frailejones, reduciendo su biomasa y, eventualmente, la tasa de renovación vegetal. Esto confirma los modelos sobre la dinámica poblacional de los insectos fitófagos (véase Price et al. 1980), los cuales predicen que los herbívoros en hábitats inestables o con niveles muy bajos de estabilidad (en este caso Valle Tunjo) tienen grandes posibilidades de escapar de sus enemigos naturales en el espacio y en el tiempo. Sin embargo, también se podría esperar que las poblaciones de gorgojos herbívoros en los sitios más perturbados estén controladas por las restricciones en los nutrientes propias de estos ecosistemas (control “bottom-up”), por lo cual tengan un crecimiento limitado que nunca llegue a afectar severamente a las poblaciones de frailejones. Por último, es importante mencionar que se necesitan investigaciones más prolongadas en el área de estudio, para corroborar las hipótesis planteadas anteriormente.
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AGRADECIMIENTOS Queremos expresar nuestros más sinceros agradecimientos a las siguientes entidades y personas sin las cuales no hubiera sido posible la culminación exitosa de este estudio: a COLCIENCIAS por el apoyo económico a esta investigación dentro del proyecto Sucesiónregeneración del páramo después de quemas y pastoreo” –Cód. 1101-13-607-96- y a la DINAIN (Dirección Nacional de Investigación de la Universidad Nacional de Colombia), que financió parte de este estudio en el marco del proyecto D100C331. A la Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales (UAESPNN) y al personal del Parque Nacional Natural Chingaza; a Héctor Campos, del Departamento de Biología de la Universidad Nacional. A Marisol Amaya, del Instituto de Ciencias Naturales; a Juan José Morrone de la Universidad Nacional Autónoma de México y a Helmut Sturm de la Universidad Hildesheim de Alemania. A la Universidad Nacional de Colombia, especialmente al Departamento de Biología y al Instituto de Ciencias Naturales.
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Régimen de humedad del suelo por usos en Páramos del Cauca
Liliana Patricia Paz et al
EVALUACIÓN DEL RÉGIMEN DE HUMEDAD DEL SUELO BAJO DIFERENTES USOS EN LOS PÁRAMOS LAS ÁNIMAS Y PIEDRA DE LEÓN, DEPARTAMENTO DEL CAUCA Por Liliana Patricia Paz, Enna B. Díaz, Edgar Amézquita, Jesús Chávez, Mariela Rivera
RESUMEN Los páramos del Cauca conforman el área núcleo del Macizo Colombiano, en el cual se presentan acelerados procesos de intervención antrópica reflejados en la degradación de la oferta hídrica en las fuentes que abastecen de agua a las principales ciudades. El presente trabajo es un aporte metodológico y de sustento para abordar esta problemática; en él se ha evaluado el comportamiento de las propiedades físicas del suelo relacionadas con la capacidad de almacenamiento hídrico, en diferentes sistemas de uso de suelo: cultivo permanente, ganadería permanente y páramo natural, a profundidades de 0-10, 10-20, y 20-40 cm, en época húmeda y seca. En este trabajo se presentan: curvas de retención de humedad, porosidad, susceptibilidad a la compactación y capacidad de almacenamiento hídrico. En términos generales, tanto en el Páramo Las Ánimas como Piedra de León se evidencia que el uso de páramo natural presenta los mayores valores para las propiedades de retención de humedad, lámina de agua y porosidad, seguido por ganadería y cultivo permanentes; en cuanto al uso más afectado por compactación se muestra el de ganadería permanente. Estos resultados indican que el uso de páramo natural aún está cumpliendo la función de regulador hídrico, y que al cambiar este uso por un cultivo o ganadería permanente causa una seria alteración en su capacidad total de almacenamiento hídrico, reduciéndola aproximadamente a la mitad. Palabras clave: Almacenamiento de agua, compactación, humedad del suelo, porosidad, suelos de páramos.
ABSTRACT The high plateaus of the Cauca shape the area nucleus of the Colombian Macizo, in which intensive processes of intervention appear antrópica reflected in the degradation of the water offer in the sources (fountains) that they supply of water to the principal cities. The present work is a methodological contribution and of sustenance to approach this problematics; in it (him) there has been evaluated the behavior of the physical properties of the soil related to the capacity of water storage, in different systems of use of soil: permanent culture (culturing), permanent ranching (cattle) and natural high plateau, to depths of 0-10, 10-20, and 20-40 cm, in humid and dry epoch. In this work they appear: curves of retention of dampness, porosity, susceptibility to the compactation and capacity of water storage. In general terms (ends), so much in the High plateau Las Animas as Piedra de León there is demonstrated that the use of natural high plateau presents the major (bigger) values for the properties of retention of dampness, water sheet and porosity. Key words: Water storage, compactation, use of soils.
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Régimen de humedad del suelo por usos en Páramos del Cauca
Liliana Patricia Paz et al
INTRODUCCIÓN El estudio se realizó en los Páramos Las Ánimas y Piedra de León, ubicados en los municipios de Silvia y Sotará, departamento del Cauca. Cada uno de estos páramos cuenta con un historial diferente de manejo; siendo Las Ánimas el que presenta procesos degradativos menos severos. El objetivo fundamental es evaluar el comportamiento de algunas propiedades físicas del suelo (porosidad, susceptibilidad a la compactación, humedad, entre otras), relacionadas estrechamente con la regulación hídrica; evaluación realizada bajo tres usos diferentes de suelo: páramo natural (en recuperación), ganadería permanente y cultivo permanente. El muestreo se llevó a cabo a profundidades de 0-10 cm, 10-20 cm y 20-40 cm durante la época húmeda y seca del año 2001. Los datos obtenidos muestran diferencias estadísticas altamente significativas en las variables estudiadas, tanto entre épocas como entre usos del suelo, indicando que el cambio de uso de páramo a uso agrícola o pecuario degrada notablemente sus propiedades físicas y capacidad de retención de humedad.
MATERIALES Y MÉTODOS El Páramo Las Ánimas está ubicado a 2º 32’ 52,72’’ Norte y 76º 15’ 54,32’’ Oeste en el Municipio de Silvia y el Páramo de Piedra de León a 2º 12’ Norte y 76º 3’ Oeste, en el Municipio de Sotará, departamento del Cauca. Presentan una variación altitudinal de 32003600 msnm y sus suelos se clasifican como Andosoles. En cada uso de suelo se realizaron nueve repeticiones, en las que se tomaron muestras de suelo disturbado (con aproximadamente 500 gramos) y no disturbado (con cilindros metálicos). Estas muestras fueron analizadas en el Laboratorio de Física de Suelos, CIAT, donde se evaluaron las propiedades físicas tales como curvas de retención de humedad a saturación, 30 Kpa y 1500 Kpa; porosidad total y susceptibilidad a la compactación, las cuales se encuentran estrechamente relacionadas con la regulación hídrica.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN Lámina de agua Evaluando el comportamiento de la capacidad de almacenamiento hídrico en los dos páramos durante las dos épocas climáticas y comparando el uso de páramo natural con la ganadería y cultivo permanente, se evidencia que estos dos últimos usos pierden alrededor del 50% de la capacidad máxima de retención hídrica que alberga el páramo natural (figura 1). El páramo más degradado es el Piedra de León, con pérdidas de 43-47% para ganadería y 40% para cultivo permanente. Por su parte el Páramo Las Ánimas presenta pérdidas de 21% para cultivo permanente y 9% en ganadería permanente (figura 2).
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Figura 1. Cambios en la capacidad de almacenamiento de agua (m3 ha-1) en los primeros 40 cm de profundidad, en suelos Andinos Altos bajo diferentes usos en los Páramos de las Animas y Piedra de León en el Departamento del Cauca.
Humedad volumétrica En cuanto al comportamiento hídrico en el Páramo Las Ánimas se observa que el contenido de la humedad volumétrica a saturación fue aproximadamente del 100% para el uso de páramo natural, tanto en época húmeda como seca, a profundidad de 0-40 cm. A succiones de 30kPa y 1500 kPa, el contenido de humedad disminuye notablemente en el uso de cultivo permanente tanto en época húmeda como seca en los dos páramos, pero conservando aún un alto contenido de humedad a pesar de las altas tensiones. Comparando los comportamientos de los dos páramos se presenta una ligera diferencia en Piedra de León, evidenciando el menor porcentaje de humedad, durante las dos épocas climáticas estudiadas. Y en la época seca se observa una mínima tendencia a aumentar el contenido de humedad, para los dos sitios, siendo teóricamente una situación contraria, que probablemente está dada por la característica particular de ser suelos que se expanden y contraen (observación durante el análisis), por su alto contenido de materia orgánica y porcentaje de porosidad (microporosidad).
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Figura 2. Pérdida de capacidad de almacenamiento de agua por hectárea como efecto negativo del uso con relación al páramo natural
En Las Ánimas y Piedra de León, los usos de ganadería y cultivo permanente disminuyen su contenido de humedad con una diferencia altamente significativa especialmente en la relación del páramo natural con el uso de cultivo permanente, siendo el páramo el que retiene la mayor cantidad de agua y el uso de cultivo el más afectado en sus propiedades físicas limitando por consiguiente la capacidad de regulación hídrica. Con relación a la ganadería permanente, solamente se presentan diferencias significativas en la profundidad de 0-10 cm, debido a que la capa superficial es la más afectada por el pisoteo del ganado. En general los resultados permiten afirmar que el páramo natural aún conserva su capacidad de almacenamiento y regulación hídrica para amortiguar el efecto de sequía, y que al continuar la intervención de los suelos de páramo como uso agrícola o pecuario sin tener en cuenta su capacidad de recuperación, la alteración y degradación de todas sus propiedades es tan drástica que pierde cerca del 50% del volumen total de agua que puede llegar a contener.
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Porosidad total En general para los dos páramos se presentan valores altos durante las dos épocas climáticas. Igualmente el páramo natural presenta valores similares, tanto en Las Ánimas como en Piedra de León (rango 87-92%). La diferencia radica en el cultivo y ganadería permanente pues el Páramo Piedra de León presenta menores porcentajes (59-66% y 65-71%, respectivamente), con respecto al Páramo Las Ánimas (78-82% y 82-86%, respectivamente). Estos valores altos se explican de modo principal por los elevados contenidos de materia orgánica presente en los perfiles. Comparando los dos páramos durante las dos épocas climáticas, seca y húmeda, la tendencia de la porosidad es a disminuir durante la época seca. Se destaca que los usos de páramo natural y ganadería permanente del Páramo Las Ánimas presentan un comportamiento más estable en comparación con los dos usos restantes (reducción del 0,4% vs ±4% para los demás). Se evidencian en general diferencias altamente significativas según lo establecido usualmente, entre el uso de páramo natural y el cultivo permanente en Las Ánimas, mientras en Piedra de León se presentan estas diferencias entre los tres usos estudiados, siendo muy alta en la relación del páramo con los usos de cultivo y ganadería permanente; esto se debe a la diferencia en el tiempo y técnica de intervención de los dos páramos. El comportamiento de la ganadería permanente es similar al de Las Ánimas y tiende a elevarse durante la época seca. Presenta valores que marcan diferencias significativas con respecto al páramo natural de su misma localidad únicamente de 0-10 cm a humedad de saturación y de 10-20 cm (época húmeda) a humedades de 30 y 1500 KPa.
Susceptibilidad a la compactación Los valores presentados por los tres usos del suelo de los dos páramos en estudio se consideran elevados (89-92%); es decir, existe un alto riesgo de compactación. La mayor compactación se encontró en el Páramo de Piedra de León en áreas bajo ganadería permanente tanto en la época seca como en la húmeda a profundidades de 020 cm (92-94%). En el Páramo de Las Ánimas la mayor compactación se encontró en el área de ganadería permanente, en la profundidad de 0-10 cm (91-92%) y en el área de cultivo permanente en las dos épocas a profundidad de 10-40 (92-94%). Estos comportamientos se explican, en ganadería permanente por el pisoteo continuo del ganado, y en cultivo por la utilización uso de maquinaria agrícola pesada y por el uso continuo de la tierra.
AGRADECIMIENTOS Al CIAT, especialmente a la Unidad de Suelos; a la C.R.C. en su Oficina de Investigaciones Ambientales; a la Universidad del Cauca - Grupo de Estudios Ambientales.
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Tabla 1. Análisis de varianza para algunas características físicas de suelo del Páramo Las Animas y Piedra de León durante la época húmeda y seca en diferentes sistemas de uso de suelo a diferentes profundidades. Cauca, Colombia.
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Tabla 2. Comparación estadística del almacenamiento de agua (m 3/ha) de diferentes usos de tierra entre 0 y 40 cm de profundidad en suelos de los Páramos Las Animas y Piedra de León.
LITERATURA CITADA Flórez, A. 1983. Cadena volcánica de Los Coconucos. Colombia Geográfica. Vol. X, No.2, Diciembre. Hofstede, R. & Sevink, J. 1995. Water and nutrient storage an input: Output budgets in burnerd, grazed and indisturbed paramo grasslands. Effects of burning and grazing on a Colombian paramo ecosystem. University of Amsterdam. 181 p. Hofstede, R. 1997. La importancia hídrica del páramo y aspectos de su manejo. 3 p. Molano, J. 1989. Biogeografía de los páramos de Colombia. Revista Suelos Ecuatoriales, Volumen XIX, No. 1. Montenegro, H. y Malagón, D. M. 1990. Propiedades físicas de los suelos. Ministerio de Hacienda y Crédito Público, Instituto Geográfico “Agustín Codazzi” - IGAC, Subdirección Agrológica. Bogotá, D.E., Colombia. 807 p.
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