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El calentamiento global ya ha bloqueado dos tercios de la Gran Barrera de coral. La estructura viva más grande de la Tierra —un intrincado sistema marino con el tamaño de la mitad de Francia, que alimenta a 1.500 especies de peces— se encuentra en peligro debido al calentamiento de las aguas por segunda vez en 12 meses. Y la oportunidad para poder salvarlo se está desvaneciendo rápidamente. La Gran Barrera de Coral está sufriendo otro episodio masivo de blanqueamiento y es la primera vez que dicho fenómeno ha reaparecido en años consecutivos, según afirman los científicos del programa para las reservas de coral del Australian Research Council en la Universidad James Cook. El domingo pasado, los científicos anunciaron los resultados de la reciente inspección aérea del arrecife.

Fenómeno "El Niño" "Los datos son realmente sobrecogedores", afirmó Robert Richmond, experto en reservas de coral y director del Laboratorio Marino Kewalo en la Universidad de Hawái. "Tales fenómenos masivos de blanqueamiento se han vuelto cada vez más graves, más duraderos y se están produciendo con menos espacio de tiempo entre ellos".

Pese a que el blanqueamiento del año pasado fue favorecido por un especialmente intenso fenómeno de El Niño —un fenómeno natural periódico de calentamiento en el Pacífico tropical—, los daños de este año están produciéndose sin su ayuda.


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UN ARRECIFE

sin tregua El blanqueamiento normalmente tiene lugar cuando agentes contaminantes, un exceso de luz solar o aguas inusualmente calientes provocan que los corales expulsen algas simbióticas de sus tejidos, volviéndolos de color blanco. El proceso no los mata necesariamente de forma inmediata. Si las condiciones mejoran —por ejemplo, si el agua se enfría de nuevo—, muchos corales pueden ser recolonizados por las algas y recuperarse. Pero sin las algas, que son su mayor fuente de alimento, los corales se vuelven débiles y más susceptibles a enfermar. Si las condiciones no mejoran rápidamente, estos mueren. El problema, según Terry Hughes, director del programa para arrecifes de coral de la Universidad James Cook, es que el blanqueamiento es actualmente tan frecuente y extremo en las costas de Australia que estos corales "carecen de oportunidades" para recuperarse. Esto está modificando la estructura misma de la Gran Barrera de Coral. "A las especies que crecen con mayor rapidez les puede llevar una década o más recuperarse de forma adecuada, algo que lleva mucho más a las especies de crecimiento más lento", escribió Hughes en un email.

"ya estamos observando una disminución rápida de los corales y un cambio en la mezcla de especies" "Debido a que hemos presenciado cuatro fenómenos importantes de blanqueamiento en la Gran Barrera en un periodo de menos de 20 años (en 1998, 2002, 2016 y 2017), ya estamos observando una disminución rápida de los corales y un cambio en la mezcla de especies". El blanqueamiento del año pasado fue con diferencia el peor que se ha registrado nunca. Afectó a la parte norte del arrecife,

matando, de media, a aproximadamente el 67 por ciento de los corales en secciones irregulares a lo largo de un tramo de 800 kilómetros al norte de Cairns, en Australia. Todos los daños tuvieron lugar en menos de un año (como comparación, hace unos años, los científicos demostraron que había llevado más de un cuarto de siglo matar a poco más de la mitad de los corales en otros tramos del arrecife).


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Este año, Hughes y su colega James Kerry llevaron a cabo otra serie de estudios desde el aire, sobrevolando unos 8.000 kilómetros al final del verano del hemisferio sur, cuando las temperaturas del agua —y el blanqueamiento— alcanzaron su pico. Lo que vieron les preocupó enormemente, al igual que a otros científicos. El fenómeno de este año ha afectado por ahora a la sección central, que el año pasado se había librado, permitiendo que los daños ya existentes se extendiesen a lo largo de 640 kilómetros adicionales. "Los corales son criaturas resistentes" afirmó Richmond. "Si se les da una oportunidad, pueden recuperarse. Pero no les estamos dando ningún respiro, y la gravedad del problema se está incrementando con el tiempo".

Un problema global En la actualidad, este problema se extiende mucho más allá de Australia, ya que los corales de todo el mundo se enfrentan a un momento parecido al juicio final. Esto también supone un riesgo para cientos de millones de personas.

Los corales sirven de hábitat a un cuarto de los peces del mundo, y se cree que más de 500 millones de personan dependen casi exclusivamente de criaturas marinas como fuente de proteínas. Los arrecifes también protegen las costas, reduciendo los oleajes provocados por las tormentas, que pueden devastar las regiones costeras.


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2015 Y 2016

195 NACIONES

El año pasado y el 2015 fueron los dos años más cálidos registrados. Debido al aumento de las temperaturas oceánicas por los gases efecto invernadero emitidos por la quema de combustibles fósiles, el cambio climático se ha convertido en la principal y única causa de los fenómenos de blanqueamiento. Y esto con un incremento de las temperaturas del aire de solo un grado de media desde el final de la Revolución Industrial.

Los científicos del clima afirman que, incluso si el mundo se movilizase a la velocidad del rayo para combatir el calentamiento, existirían importantes dificultades para mantener un incremento de las temperaturas inferior a los dos grados —un objetivo establecido en diciembre de 2015, cuando 195 naciones y la Unión Europea firmaron el acuerdo del clima de París—. Aún así, muchos científicostemen que los corales del mundo no sobrevivirían siquiera a un calentamiento tan limitado.

GAS DE EFECTO INVERNADERO (GEI) Richmond afirmó que los próximos pasos son obvios: necesitamos comenzar a reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero al mismo tiempo que eliminamos amenazas de menor envergadura para los colares, como la sedimentación y la sobrepesca. Esto podría hacer que los corales restantes fueran más resistentes.

Sin embargo, todavía no queda claro el nivel de compromiso real a nivel mundial. El pasado verano, durante una reunión de más de 2.000 científicos de corales en Hawái, los investigadores reunieron firmas para enviar una carta al primer ministro de Australia —país entre los principales exportadores de carbón— para tomar más acciones para combatir las emisiones de dióxido de carbono. Mientras tanto, en Estados Unidos, el presidente Donald Trump ya está tomando medidas que contrarrestan los esfuerzos de su predecesor para reducir las emisiones de centrales de carbón, una de las principales fuentes de gases de efecto invernadero. "No somos solo un grupo de amantes de los corales", dijo Richmond refiriéndose a los científicos de corales. "Lo que es bueno para los corales, es bueno para la humanidad. La mayor parte de países lo entienden". Hughes, autor principal de un importante estudio publicado el mes pasado que exigía acciones inmediatas para frenar el daño a los corales en todo el mundo, afirma que, pese a la gravedad de los problemas, todavía no es demasiado tarde.


¿Es real el calentamiento global? En los últimos años, el calentamiento

Esto no implica que las temperaturas no hayan

global ha suscitado una enorme

fluctuado entre las distintas regiones del planeta

controversia política.

o entre estaciones y horas del día. Pero si

Con el avance del conocimiento científico, el debate ha pasado de centrarse en si el ser humano está provocando el calentamiento a dilucidar la mejor respuesta a este fenómeno. En todo el mundo se están registrando señales de que la Tierra se está calentando. La forma más sencilla de observar la subida de las temperaturas consiste en examinar los registros térmicos recopilados durante el último siglo y medio. En todo el mundo, la temperatura media de la Tierra ha subido 0,8 ºC durante el último siglo, y cerca del doble en algunas zonas del Ártico.

calculamos la temperatura media en el mundo entero durante un año, observamos un patrón ascendente. Aunque los registros de los termómetros no se remontan miles de años atrás, disponemos de algunos datos que nos ayudan a averiguar las concentraciones de gases invernadero en un pasado remoto. Por ejemplo, los árboles almacenan información sobre el clima del lugar en el que vivieron. Cada año, los árboles aumentan su grosor y desarrollan nuevos anillos. Cuando un año es más cálido y húmedo, el anillo es más grueso.

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"Los árboles viejos y la madera nos ofrecen información sobre las condiciones vigentes hace cientos o incluso miles de años." En el lecho de lagos y océanos también se esconden claves para descifrar el pasado. Todos los años polen, criaturas y partículas caen al fondo de los océanos y lagos, formando sedimentos. Los sedimentos preservan todos estos restos, que encierran información valiosa sobre el contenido del aire y el agua en el momento de su caída. Para acceder a este registro, los científicos insertan tubos huecos en el barro para recoger capas de sedimentos que se remontan millones de años atrás. Para examinar de forma directa la atmósfera del pasado, los científicos perforan el manto helado polar de la Tierra. Las minúsculas burbujas atrapadas en el gas son de hecho fragmentos de la atmósfera del pasado de la Tierra, congelados en el tiempo. De este modo sabemos que las concentraciones de gases invernadero desde la revolución industrial son superiores a las existentes en los siglos y milenios precedentes.

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Los modelos informáticos ayudan a los científicos a comprender el clima de la Tierra y a elaborar patrones climáticos a largo plazo. Además, estos modelos permiten a los científicos realizar predicciones sobre el clima del futuro. En esencia, los modelos emulan cómo la atmósfera y los océanos absorben la energía solar y la transportan por todo el mundo. Los factores que influyen en la cantidad de energía solar que llega a la superficie de la Tierra rigen el clima de estos modelos, como ocurre en la vida real. Entre ellos figuran los gases invernadero, las partículas de la atmósfera (de los volcanes, por ejemplo) y los cambios en la energía que llega del propio Sol.

"Probablemente se ha hecho más daño a la Tierra en el siglo XX que en toda la historia anterior de la humanidad". Cousteau, Jacques Yves

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¿QUÉ ANIMALES SE EXTINGUIRÁN PRIMERO A CAUSA DEL CAMBIO CLIMÁTICO? Unas 16.900 especies están en peligro de extinción, mientras que las ya extinguidas podrían alcanzar las 1.159, según la Lista Roja de Especies Amenazadas que publica la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

U

na de cada seis especies podría desaparecer debido al calentamiento del clima durante lo que queda de siglo, siendo los animales y plantas de Sudamérica los más afectados, mientras que los de América del Norte se enfrentarían al riesgo más bajo, según un nuevo análisis. Con poblaciones naturalmente pequeñas de especies autóctonas en sus selvas tropicales y montañas, Sudamérica podría enfrentarse a tasas de extinción cuatro veces más altas que aquellas de Estados Unidos y Canadá, según un estudio publicado en la revista Science. .

En Australia y Nueva Zelanda, donde la capacidad de plantas y animales para trasladarse a nuevas localizaciones se encuentra restringida por la presencia de los océanos, el porcentaje de extinciones podría duplicar el de Norteamérica. “Esta es la prueba de que estamos empujando a la Tierra hacia un lugar en el que o bien nunca había estado antes, o bien no había estado durante mucho, mucho tiempo”, explicó Janneke Hille Ris Lambers, profesora asociada de biología en la Universidad de Washington, quien escribió un artículo de opinión en la revista Science elogiando esta investigación.

Muchos científicos han tratado de calcular qué animales y plantas de qué partes del mundo tienen más probabilidades de quedar condenados al olvido a causa del cambio climático. Un estudio de 2013 predijo que el 82 por ciento de las especies de peces de agua dulce autóctonas de California podrían desaparecer o descender hasta números muy reducidos debido al calentamiento global. Mark Urban, profesor asociado de ecología en la Universidad de Connecticut, descubrió que los numerosos estudios emplearon varios métodos diferentes, por lo que los científicos prácticamente podían referirse a aquel que confirmase su punto de vista. REVISTA Y O M O | 15


“Dependiendo del estudio que tuvieras en cuenta, podías obtener una perspectiva o bien pesimista o bien optimista”, afirma. Para intentar resolverlo, Urban revisó 131 estudios de extinción y empleó modelos computacionales y otras técnicas estadísticas para combinar sus datos y obtener una estimación global. “Es como preguntar a 131 expertos en la materia: ‘¿cuál sería tu mejor estimación de lo que va a ocurrir?’”, explica Hille Ris Lambers. “Tiene mucho valor”. Urban halló que cuanto más rápidamente permitamos que aumenten las temperaturas, más se acelerarán las tasas de extinción.

Por ejemplo, limitar el cambio climático a una elevación de temperatura de 2 grados Celsius (un objetivo que muchos líderes mundiales se han comprometido a cumplir) prácticamente duplicaría los riesgos de extinción global, según descubrió Urban. Hoy en día, aproximadamente el 2,8 por ciento de las especies del mundo se enfrentan al riesgo de ser erradicadas: un incremento de 2 grados eleva ese riesgo al 5,2 por ciento. Pero si la media global de temperaturas se eleva 4,3 grados Celsius (lo que podría ocurrir teniendo en cuenta las trayectorias actuales y sin reducciones drásticas en emisiones de combustibles fósiles) las tasas de extinción podrían dispararse hasta el 16 por ciento, o lo que es lo mismo, a una de cada seis especies. “Eso me sorprendió bastante”, declaró Urban.

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AUMENTO DE TEMPERATURA = EXTINCIÓN


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Es por ello que el cambio climático ya está contribuyendo al declive de los manaquines de cresta amarilla y de espalda azul en Sudamérica y de la tuátara en Nueva Zelanda, un reptil cuyos huevos producen hembras únicamente cuando sus nidos se encuentran a la temperatura adecuada. Las temperaturas cada vez más elevadas han llevado a que hayan cada vez menos hembras adultas de tuátaras, amenazando el futuro de poblaciones enteras. En Australia, mientras tanto, el cambio climático supone un riesgo para la supervivencia de especies que van desde el walabí de las rocas de patas amarillas y el canguro arborícola de Lumholtz hasta los lagartos sin patas de cola rosa y los pericos aligualdos. Urban reconoce que este reciente estudio posee numerosas limitaciones. No existen datos suficientes disponibles acerca de las extinciones en la mayor parte de Asia. Las tasas de extinción global no pueden tener en cuenta cómo afecta el cambio climático a las relaciones entre depredador y presa, o a qué ritmo pueden trasladarse a nuevos hábitats las plantas y los animales.

El estudio tampoco tiene en cuenta las complejas formas en las que el cambio climático altera los sistemas naturales, combinando los problemas provocados por la polución y el desarrollo excesivo. Todos estos factores podrían servir para obtener un panorama general mejor o peor, según Urban. “Lo que puedo afirmar es que esta es la mejor información que tenemos por ahora”, declaró Urban.


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