la suspension
El elogio vertiginoso de la suspensión nos transporta hasta el vientre mismo de lo monstruoso. Allí donde las piezas engrasadas del taller, los restos químicos de la fiesta, los gérmenes flotantes de los cuerpos y los delirios psíquicos del pornógrafo se metamorfosean en tesoro generatriz, espíritu sublime, raíz de todo movimiento. Terror del grado cero. Escritura ilegible. Beatitud.
Diego Sztulwark, octubre de 2011