Poemas de medianoche
Patris, Hugo Poemas de medianoche -1a ed.- Rosario: el autor, 2017. 156 p.; 22x17 cm. 1. Poesía Argentina. I. Título.
Fotografías: Eduardo Bibbo Diseño Editorial: DG Juan Pedro Carbonara jupecarbo@gmail.com
Poemas de Medianoche Hugo Patris
A mi querido hijo Alejandro, estés donde estés A mi hijo Andrés A mi esposa y compañera Adriana Por todos estos años pasados y por muchos más.
C
uando llegó a mí el manuscrito de lo que hoy es éste libro, el autor me invita a escribir el prólogo. Pues bien, luego de leerlo, aquí van mis palabras. En primer término, les cuento que, Hugo Patris es un gran cantautor Rosarino y que nos conocemos desde hace medio siglo. Conozco todas sus canciones, sus letras y sus melodías. Ahora sí, voy al libro. Este libro es poesía pura. Este libro está escrito desde el hueso. Este libro me lleva irremediablemente, en algunos trazos, al recuerdo de otros grandes autores, por supuesto, sin comparaciones. Este libro, con el permiso del autor, tiene pasajes de la biblia, tiene cosas de autores orientales, tiene momentos de Joan Manuel Serrat, tiene algo del poeta Antonio Porchia, tiene alma de tango Argentino y creo que, algunas cositas de autores Rosarinos. En síntesis, queridos lectores, con ustedes mi amigo, el poeta argentino Hugo Patris. José Alberto Berlén
1
Esta noche no te duermas hay un desfile de gatos en la azotea beberán leche de luna y cantarán canciones de amor. Esta noche no te duermas el rocío de las estrellas mojará tus ojos y encontrarás las palabras que tanto tiempo buscaste. Miles de letras como lluvia gramatical acariciarán tu piel de terciopelo celeste. Esta noche no te duermas dale tus ojos al mundo dale tu amor al viento para que lo siembre en cada rincón del universo.
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2
Tu frente y las arrugas del tiempo esas líneas horizontales profundas como surcos. La tierra y los profundos surcos donde madura el trigo tu frente infértil donde se marchita la primavera. Tu frente ajada nostálgica de niñez tu frente victoriosa vencedora del hastío.
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Por momentos creo que todo va a cambiar por momentos creo que soy feliz que te puedo seguir amando pero son segmentos espacios pequeños de mi vida efímeros instantes en la totalidad. Pienso tan poca cosa para ser feliz si pudiera derrotar este temor rocas, muro, tabique, dique, sexo, círculo, huevo, mano, boca, piel. Carne rosada, pelusa, tiemblo callo, no hablo, no digo, no intento. Espiral interminable, laberinto sin salida hijos de los Dioses, mitos de la mitología historias escritas en libros de tapas marrones hojas hechas con papel de arroz. Frío. Comida china, Neruda “Oda a la cebolla” “Odas elementales” período cámbrico, castigo cinto, puño, mimbre, orden, obedecer, callar, correr, saltar, venir, volver, niñez, dolor, ayer. No me dejes solo ruego, no rezo, pido, no suplico, lloro, no digo porqué hay tantas razones ¿deseas conocer una? Poemas de Medianoche
me duele la vida. Hay tantos Dioses girando y tantos predicadores predicando que ya no sé en quién confiar escucho voces que cantan en mi mente divina belleza, éxtasis, cielo, frío, nieve, verde, algodón, y algo más no me culpes por haber muerto antes de morir.
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4
Hay un bosque de papel y un pájaro con alas de metal que me mira a los ojos y me sonríe. Hay una escalera de agua y un pez con escamas de neón que resplandece en mi almohada y nada en una lágrima de sal. Hay una puerta de celofán verde que llora cuando la cierran y una lágrima de sangre roja suspendida en mi ojo izquierdo. Hay un Dios y un amor perdido en el tiempo tras un olor a eucaliptus y una sonrisa y unos ojos claros que jamás podré olvidar.
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¿Y si todo fue un sueño? los años sesenta los Beatles tu amor.
6
Hay una puerta milenaria como las arrugas del cielo hay un camino invisible como el rostro de Dios hay un perfume dulce como un rayo de luna. DespuĂŠs lo infinito lo irreal lo inalcanzable.
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Bosques de espino calvario cruel donde vagan los espíritus soñadores. Mentes imaginativas buscando un mar de agua dulce y espuma blanca sobre la playa. Olas que cabalgan sin rumbo ¿dónde se detendrán? Como una golondrina vuela mi mente hacia el cálido recuerdo de mi niñez leche, madre, amor, lápiz, libro, verso, juego, risa, calor. Giran momentos en carrusel danzan nombres a granel melancólica regresión a la fuente de vida. Madre, llanto, parto, sol calentando mis mejillas llovizna tristeza tras las ventanas canción de cuna amor. Madre enigmática atracción de tu piel rosada carne de tu vientre tibio origen de mi vida.
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Dulce regresión a la mirada pura al camino virgen y a la tímida inocencia que jamás volveré a vivir.
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Ya no sueño con los ojos abiertos solo algunas noches, cuando duermo sueño con la muerte y mis ojos están cerrados. Cerrados, como las puertas del cielo como las alas de las palomas como tu corazón al amor como un candado oxidado olvidado, encadenado, gastado. Ya no sueñan mis ojos Y están pintados de rojo. Tanta agua bajo el puente tanta lluvia en la ciudad. Algún día alguien se acordará de mí y mis ojos estarán cerrados tan lejos de la luz que necesitaré que me guíes para no perderme en el desierto.
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Los buenos tiempos aquellos de ojos inocentes mirándome a los ojos de descubrir amores de escribir canciones. Los buenos tiempos aquellos que nunca volvieron los que me sonríen desde el andén los que a veces me hacen soñar con una piel de terciopelo lejana y blanca como la luna. Los buenos tiempos esos que todos vivimos pensando que nunca acabarían y se quedaron presos en el ayer.
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Hay un poema sin escribir que está esperando en mi mente. Hay una lágrima frágil que se agita nerviosa en mis ojos. Hay un segundo que se despide rápidamente y luego otro y otro. Hay una caricia huérfana de piel y una mano perdida en un bolsillo oscuro. Hay una moneda brillando en un rincón dormida como una lágrima lejos de mis manos. Hay un faro sin luz en algún lugar del mundo y en el mundo muchos lugares sin faro. Hay una boca sin comida y una boca que se calla reprimida. Hay un amor esperando a otro amor y amores que se cansan de esperar. Hay un cielo infinito y mil Dioses que lo pueblan y mil religiones que los usan y un Dios eterno que llora eternamente.
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Un dĂa las calandrias dejaron de cantar y yo no sĂŠ si el limonero se muriĂł de tristeza al sentirse solo o las calandrias dejaron de cantar sobre sus ramas cuando vieron que el limonero se estaba muriendo.
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A veces tengo miedo que nada sea verdad que todo haya sido un sueño que no sean calles las calles que esta cicatriz no existiera y esta herida solo una ilusión. Que el sol una brasa lejana y la luna un jarrón en mi ventana el río sangre coagulada un camino hacia la nada. A veces tengo miedo que todo sea verdad los muertos sin retorno las calles desoladas el gorrión desarraigado el viento huracanado la herida sangrando eterna el sol tibia linterna la luna un vientre infértil fétido cuerpo abandonado descuajado, uniformado, informado adiestrado informe, destrozado, despilfarrado. Y las batallas de parejas o las batallas simplemente porque alguien siempre las pierde. A veces tengo miedo que no hayas sido la carne penetrada el éxtasis
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el río caudaloso el retorno el perfume a jazmín tu piel blanca que te haya soñado tan real y cruel como la vida patética como la muerte alegre como la risa lejana como el horizonte triste como las calles desoladas. A veces tengo miedo que todo sea verdad y yo solamente un muerto en medio del universo vagando, buscando necesitando un espacio sin sombras. Un lecho iluminado donde pudieran descansar mis pertenencias este montón de huesos este esqueleto abandonado y olvidado.
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No hay límites ni oscuridad total solo fronteras solo noches sin luna. No hay nada que no sea aeterno solo tus ojos mirando el sol día tras día. No hay misterios nuevos ni esconden las aves secretos bajo sus plumas solo algunos recuerdos frágiles como la vida.
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Rendijas del alma sangre de los que ya no están lágrimas sobre tus lentes llorando un espejismo fugitivo furtivo como el sonido lejano como el tiempo que pasó. Ojos circunspectos órbitas lineales sueños banales arrabales con espectros fantasmas eléctricos colgados en un cable de la E.P.E. A las seis de la mañana la araña teje su tela las medialunas se cocinan en el horno y el panadero mira la luna. Rendijas del alma corazón en llama sincronizando tu corazón. Amor, aunque no lo digas yo sé que morirás una madrugada sin llegar a ver el sol.
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Una mano diciendo adiós es una mano triste aletea en el aire como un pájaro herido. Mis manos se quedaron huérfanas de adiós una noche de invierno fría como la muerte. El colectivo se alejó me quedé mirando tu cabello negro y lacio y tu espalda frágil y ligera. Desde entonces no hay manos más tristes que las mías.
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Me contemplo me admiro me aborrezco me pregunto me contesto me analizo me sumerjo me libero me critico me desplazo me inclino me introduzco me fundo en vos me quemo me relajo me alejo como una sombra lentamente agรณnicamente silenciosamente.
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Había una playa donde íbamos a soñar arena hojas de eucaliptus hamaca trompo de madera blanca tobogán. Corazón en deuda dolor anticipado caracol durmiendo en lo húmedo caparazón milenario frontera imaginaria límite infinito. Siesta obligatoria examen, números, miedo, llanto, castigo dedo acusador ingle, axila, sudor, sexo. Antagonismo, egoísmo, sismo, locura, duda, calor, amor, playa de arena isla en medio de la ciudad plaza.
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Tu amor me cura tu amor me salva tu amor me rejuvenece tu amor me volviรณ a la vida casi Dios.
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Los años me pesan como mil estrellas en los bolsillos como una tonelada de días sepultados en mi mente. Ayer, el mundo brillaba con una supernova en cada ojo con diez diamantes por uñas en los dedos de mis manos. Todos estos años abrazados a mi vida. Amigos de rostros olvidados canciones con letras inconclusas amores que humedecen mis ojos cada vez que los recuerdo. Todos estos años me dejaron sin salida. Todos estos años abrazados a mi vida.
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No me abandones que estoy demasiado solo como un fugitivo como una estrella sin galaxia como un planeta sin sistema. Haz algo por mí desata el cordón umbilical de mis zapatillas y acaríciame los pies. Estoy tan cansado desata la cinta de mi pecho y a un costado besa mi sangrante corazón. Estoy demasiado solo y lloro lágrimas de sangre no quiero ser un muerto más de esos que caminan por las calles. Desátame me desmuero y no descanso desamor desventaja desvestida. Te dibujo, te abrazo te investigo como un Dios poro por poro me mezclo bajo tu falda y tu bello inexplorado. Me fundo en vos como metal caliente como un río de lava en la entrepierna Poemas de Medianoche
que se agota en un momento y te busca a cada instante.
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Pastelitos a la siesta mate dulce con menta lluvia frío melancolía. Scones recién horneados té caliente con miel recuerdos ayer ojos claros. A veces pienso que la felicidad es una gota de lluvia en medio del mar.
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Arrecifes en el infierno espuma roja goteando tristeza en los mil ojos del tiempo. La brisa esa soprano nocturna apagará el fuego de ese amor antiguo que cargó sobre la espalda. Espada de hielo dame una muerte fría glacial como el témpano solitario donde no aniden ni el trino de tus manos ni las alas de tus ojos.
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Se transformó lentamente silenciosamente después de muchos años casi sin advertirlo salió de su cajón y ya no hubo más paredes de madera ni candados encadenados condenados, marginados ni papeles blancos rayados o cuadriculados. Alguien dijo, de naturaleza: maquina engranaje sin grasa óxido, hierro, metal frío, escarcha. Un día dejó de caminar como los hombres para funcionar como las máquinas y hoy ya no se cansa, se gasta y es de esperar que en cualquier momento se quede parado donde está, destrozado con la boca entreabierta y torpe con los ojos húmedos y tristes con la piel arrugada, ajada y gris.
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Sumérgete en lo profundo de tu ser y deja que la corriente te arrastre lentamente por ese río interior donde los sueños fluyen ansiosos. No intentes subirte a la realidad déjala que se marche para siempre y móntate a esa ola de cristal la de la lágrima de sal que sangra y regresa a los días en que los peces nadaban en el lago sin importarles que existía el mar y mira tu cara en la superficie tu vieja cara dentro del círculo que se funde en la arena de la playa una tras otra, como mil caras dentro de un frasco de cristal y pídele a Dios que re sepulten mañana bajo la arena húmeda. Bébete todo el sol del mundo resígnate y espera a que algún día las langostas coman tus párpados y salgan las perlas de tus ojos a beber la luz de la mañana. Sumérgete en lo profundo de tu ser y deja que la corriente te arrastre lentamente por ese río interior.
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Si pudiera hundir mi mano en la pared para llegar a ver lo oculto sacaría los escombros de tu corazón para que puedas ver la luna lejana como una luna que se aleja. Si pudiera hacer un círculo en el cielo miraría a través de él para ver tu rostro y sé que al salir el sol dos ojos claros harán un cielo para mis ojos para que pueda ver lo oculto detrás de la pared.
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A veces fui feliz y en mi boca se dibujó una sonrisa leve como el rocío de primavera. Mis dientes vieron el sol y una guirnalda blanca se asomó por mi boca para saludar al mundo. Dije buen día y el sol me sonrío dije buenas noches y la luna me habló de amor me hundí en tu entrepierna y todo giró a mi alrededor. A veces fui feliz pero hace tanto tiempo atrás…
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Yo sé que el mar aún estará ahí y el corral y las perlas y los arrecifes y la fina y salada arena del tiempo. Todo estará. Yo sé que el cielo aún estará ahí y las aves surcándolo sin apuro sin futuro sin destino. Y las montañas seguirán erguidas majestuosamente verdes con ese sol eterno que las pinta verdesabiavida. Y sé que Dios seguirá velando por todo y por todos por los que aún están y por los que se fueron. Por el mar y el coral las perlas y los arrecifes por las aves y las arenas en la inmensidad del universo. Aunque también se que por entonces Poemas de Medianoche
ya habré pasado y seré una pequeña partícula de energía olvidada en algún lugar del espacio.
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Lejos del cielo lloro por los ĂĄngeles cerca del cielo lloro por los hombres. Lejos de la felicidad lloro por mĂ cerca del dolor lloro por la vida que es una forma de llorar por los que me aman.
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Voy a quedarme sentado esperando que la vida devane lentamente la madeja de mis días. Me duele toda esa gente que pasa despreocupada sin importarle que yo esté profundamente solo. Hay días que pienso en vos y los pájaros en mi mente vuelan desesperados para anidar en tu regazo. Pero me quedo sentado sin intentar nada esperando que la vida devane lentamente la madeja de mis días. Que puedo hacer si en mi interior las sutiles mariposas volaron melancólicas del corazón a los recuerdos.
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Todo puede ser intemporal yo un asesino de mi vida un enigma indescifrable un cráter solitario un ruego innecesario. Larva milenaria intrascendente deseo contrapuesto idea impracticable. No tengo valor para intentarlo para volver atrás, al inicio a la gestación, quizás antes al soplo, al misterio al silencio, a la nada al todo, al embrión. Regresar, regresión, célula páter, polvo, agua mana, arca, llanto castigo indiferente sufrimiento compartido. Matriz, volver, leche fuerza generadora vientre, teta, útero caer, estar lejos terriblemente lejos principio.
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Detrás de los oscuros laberintos donde los cuervos del tiempo esperan impacientes mi vida fluye en un acorde sereno. No habrá juicio para mi alma ni llanto ni despedida cuando esté irremediablemente ido dos ojos me dirán adiós dos manos tocarán mi frente y frágiles como dos alas nos iremos separando una mañana. Mayo será un mes gris y triste. Cuando el sol sea una lámpara de gas a punto de extinguirse y la luna, gelatina del espacio que endulce las galaxias yo seré una melodía lejana y vos una canción eterna que el viento llegará por cada rincón del universo.
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Nos fuimos desgajando mariposa sin alas gusano de seda rosa libros sin hojas nosotros pasando tiempo. Tchaikovski, sinfonía, muerte ellos desfilando, desandando gritando, arrasando, desatando. Vínculo: Hijo del mundo de la naturaleza. Madre no me dejes todo está tan oscuro guíame hacia la luz tengo miedo, arrullo canción de cuna, nana bichito de luz en la plaza mariposa lechera, reloj. Escuela primaria, enamorarme maestra, Eloísa, silencio invierno, escarcha sobre el césped. Ayer, coro, himno, solfeo nos fuimos separando norte, sur, pueblos, ciudades bar americano, café con leche cigarrillos a escondidas reto, castigo, penitencia inocencia, juguetes sin uso Poemas de Medianoche
nos fuimos olvidando Âży el amor? de vez en cuando.
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Se abrió un círculo en el agua roja como dos perlas, tus ojos me miraron desde el fondo profundo como el abismo. Brillaban como la plata blanca los párpados bien abiertos las pestañas largas y negras buscando la superficie. Los vi tristes y lejanos tus lágrimas eran el mar agitado sedientas de horizonte. Quise atraparlos estiré los brazos y al tocarlos fueron agua entre mis dedos.
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Detrás de la ventana hay otro mundo después otra ventana y otro mundo más. Y así ventana tras ventana mundo tras mundo nuestros ojos se confunden nuestras mentes se equivocan y olvidamos los caminos cuando dejamos de soñar cuando las ventanas están cerradas cuando no podemos salir de este mundo recorremos siempre el mismo camino la vida pierde sentido y las ventanas se visten de luto detrás de negros cortinados.
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Llegaron como los pájaros y fueron algo más que aves y no cantaron esa mañana aunque el sol les sonreía. Eran como lluvia de invierno frías como gotas agudas y tristes. La sangre fue la leche tibia de tus senos manchando tu camisa blanca. Y no eras solamente vos fueron muchos más y después el silencio, el dolor la impotencia y mis manos rígidas y blancas como un muerto destrozado y sin nombre uno más entre tantos árboles talados chorreando savia entre sus vetas. Cuanta sangre derramada Dios de los vivos ¿por qué? cuánta sangre abandonada Dios de los muertos ¿por qué? He pasado de la etapa del llanto a la risa estúpida y sin sentido risa de bronca contenida a flor de labio ensangrentado. Poemas de Medianoche
Diente abriendo brecha entre la carne entumecida boca agonizante músculo que no atina a nada voz que no dice nada llanto lívido gris, muerte bombas. Llegaron como los pájaros algunos crédulos creímos que eran pájaros y les tendimos las manos.
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Párpados azules liberadores de sueños ventanas invertidas heridas, vida, carne piel abismal, telón rojo. Dormir como los muertos morir como en un sueño motor que se coagula entre la sangre corazón sin límite centro del universo paternidad que me cerca que me encierra que no me deja ser. Maternidad que me arrulla que me acuesta, que me abriga que besa mi frente arrugada. Ojos que no ven cuando quiero que me miren manos que alejan cuando quiero que me toquen. Palabras, poemas, letras, cartas historias en mi mente cuentos sin principio sin final, ideas cansancio, letargo, lágrimas mucosa enrarecida, iris ampolla, dedos, tiza. Ave anaranjada que no quiere volar musgo del jardín Poemas de Medianoche
humus fĂŠrtil, silencio gusano de las profundidades.
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No sé qué me está ocurriendo es como si me fuera vaciando de a poco nada de vísceras, nada de órganos vacío como un hotel abandonado. No quiero ver a nadie y me quedo encerrado cubierto por tu caparazón.
Madre vientre angelical caricia sobre mi piel canto sobre mi llanto. Días de lluvia en la cocina churros, leche caliente agua tibia, baño, jabón, talco. Distancia, lágrima, ayer no sé qué me está ocurriendo. Estoy tan cansado que me da lo mismo, me da igual todo o nada, frío o calor lluvia o sol, amor o desamor vos o la soledad, no importa. Gano, pierdo, vivo o muerto no sé qué me está ocurriendo es como si de pronto y sin notarlo algo se hubiera roto, quebrado desmaterializado, deshumanizado vacío por dentro, por fuera Poemas de Medianoche
yo sin vĂsceras, sin Ăłrganos. Yo sin vos, sin amor vacĂo, aire un punto en el universo casi nada.
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Pétalos de la vida los días cayeron lentamente lejos del horizonte. Rojo del arco iris mi sangre busco el cauce tibio de los últimos recuerdos. Confesiones de un condenado a muerte: amé tanto y no sé si me han amado.
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Si pudieras aceptar que la eternidad no existe si alcanzaras a ver que me estoy muriendo y que nunca fui feliz creo que podrĂas entender porque mis ojos son como dos lĂĄgrimas que nunca dejan de rodar.
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Sobre la mesa restos de comida fría una azucarera de plástico y pocillos de café a medio tomar. En el mantel manchas de vino tinto y en el piso un solitario carozo de aceitunas. En el comedor el ventilador alborota migas y cenizas. A las cuatro de la tarde todos duermen la sienta menos las moscas. Primero de enero caluroso y húmedo feliz año nuevo a todo el mundo y en todas partes.
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Frente a mí hay una pared invisible a través de ella puedo ver el bosque terriblemente verde absolutamente cerca y a pesar de ello no puedo oír el canto de los pájaros. Mariposa del tiempo, podrás besar mis ojos tristes y acariciar mi sangrante corazón mientras espero apacible las alas de la muerte. Siempre estaré junto a vos cuando mires la luna seré el amor descolgándome en tu cuarto y el azul de tus ojos cuando te despierte el sol.
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Los hombres se siguen matando guerras, hambre San Bartolomé inquisición, cruzadas. Los hombres se siguen matando ¿en nombre de quién? mientras los animales de todo el mundo observan asombrados la matanza. Y Dios dijo “a mi imagen y semejanza seréis hechos”.
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Verso inconcluso medianoche estuario mar. Río delta mediodía poesía azul.
Antes después juventud vejez que me cerca.
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Tomó tres pastillas para dormir cerró los ojos y soñó y vio su rostro blanco y pálido como leche cuajada Y un charco de espuma humeante y en medio dos gotas de sangre marrones y opacas. Una voz preguntó ¿se va a morir? otra voz dijo se está muriendo y una voz lejana y coagulada respondió hace tiempo que estoy muerto.
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Quemar las naves no regresar nunca más hundirse hasta el quinto infierno o hallar la gloria. Descubrir el ave misteriosa dueña de nuestra vida revolotear incansable en las puertas del averno. Encontrar en el pasaje secreto un cuerpo con los brazos abiertos y unos brazos que abrirán mi cuerpo para besar mi tibio corazón. Dejar que los vientos alisios arrastren mi cuerpo cansado y lo depositen en la isla de la luna donde los dioses nunca duermen. Quemar las naves elegir la gloria efímera o la muerte eterna esa es la cuestión.
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Hornallas de vida mientras trabaja alguien canta ÂżDios?
Olor a piel joven a reciĂŠn nacido llanto contenido a punto de estallar. Ojos asombrados observando todo temor, inseguridad primeros dĂas en el mundo. Hornallas de vida caldo primigenio alguien cocina y canta ÂżDios?
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Jardines en mi mente luz inalcanzable girando en círculos hacia el centro del universo. Imágenes holográficas proyectadas en el cielo música atonal sangrando en mis oídos.
Agua mineral mineros en el agua cristal de roca roca cristalizada. Juego de palabras palabras que no juegan y giran inalcanzables en el centro de mi mente.
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Nadie eterna soledad lĂmite de la locura hablar con las paredes dormirse en los rincones reĂrse de las araĂąas asustarse de una sombra con forma de mujer. Nadie dolor tristeza impotencia manos atadas y nadie que las desate.
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Líquenes abismo profundidades reino de la oscuridad. Cavernas musgo grietas tan lejos del sol. Montañas árboles pájaros tan cerca de Dios.
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Marrรณn sobre marrรณn tierra verde sobre verde mar azul sobre azul cielo amarillo sobre amarillo sol negro sobre negro noche blanco sobre blanco luna rojo sobre rojo sangre luto del corazรณn.
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Nazareno ¿estás llorando? lloro por vos aunque a veces mis lágrimas son como el rocío de la madrugada.
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Grito dolor animal en celo someterse tortura. Llanto sĂşplica poder absoluto impotencia encierro. Placer semen gozar agonĂa muerte.
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Mundos paralelos tĂŠ teta tĂŠtano no la lame lamento las vid vida vidala la. CĂĄrceles oscuras tristeza.
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Pétalos en el patio primavera, pérgola pequeño paraíso primeros pasos. Amor, ayer Ana alas azules abril. Sentirme solo salir sin sol soñar sonreír en silencio. Madre mayo, maestra misterio milenario muerte.
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Relámpagos en el cielo furia de os ángeles cansados de esperar que alguien los libere. Lluvia de primavera llanto de las vírgenes encerradas en el pabellón de los condenados a muerte. Cielo rojo, ríos de vino truenos interminables quizá los dioses brindan y se ríen.
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Mariposas en tu rostro inalcanzable luz ángel de la vida acariciando mis párpados. Caracoles de tiempo reptando por mi piel ángeles del cielo cantando en mis oídos. Después del cielo la soledad antes del cielo el dolor.
Yo llorando por una sonrisa lejana y Dios que no me deja oír su voz.
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Sesenta veranos algunos pájaros volaron hasta el cielo y nunca regresaron. Puertas cerradas que se abrieron demasiado tarde y tantos sueños que murieron antes de nacer. Manos tibias desvanecidas sobre mi piel labio sobre labio deteniendo el tiempo. Recuerdos fogatas invierno niñez de sábanas calentitas y en algún lugar San Pedro y San Pablo se mueren de frío.
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Lágrimas diamantes de los ojos carbón de sal brillando en las mejillas. Hilo de plata en las pestañas perlas adormecidas danzando sobre párpados milenarios. Lágrimas alas de las pupilas abrazadas a una nube en medio de la noche.
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Cascada de agua clara lluvia de primavera salmรณn rosado remontando la corriente. Hojas en el agua balsa de las hormigas musgo verde opaco durmiendo sobre una piedra. Orugas sobre un tronco remando hacia la orilla costa poblada de camalotes de flores celestes. Dos caracoles se besan en la arena y una gaviota vuela ciega en direcciรณn al sol. Azul sin horizonte รกngeles sin alas llorando arrodillados lejos del cielo.
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Dos hombres, un militar y un cura caminaban por el campo. La cruz mal usada es tanto o más peligrosa que un fusil dijo el primero. Hijo no olvides que yo bendije tu fusil respondió el cura. En ese momento el cielo se oscureció una voz de trueno bajó desde lo alto y gritó: ¡malditos los dos! y renació la calma y el cura y el militar desaparecieron y en su lugar crecieron un par de olivos donde anidan las palomas y cantan las chicharras.
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Susurro de alas carmesí imagen difusa moviéndose en círculos. Como hélices en espiral giran, caen lamen mi piel.
Besan mi pecho me aprisionan lejos del cielo. ángeles caídos jugando al pase inglés tentando suerte a espaldas de Dios.
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Dijeron mis manos yo escribí este poema y mi mente yo lo pensé y mi corazón yo lo dicté y mi piel yo lo sentí como una caricia antes de nacer y mis ojos que lo vieron en los ojos de la mente. Poema de medianoche cuando todos estén dormidos Vas a llorar huérfano de autores.
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Dormir coma profundo descender a las profundidades donde todo es oscuridad o luz. Coma cuatro irreversible ascender a las alturas beber el cielo de a poco ¿y después? Las ballenas antes de morir lloraron en la playa y sus lágrimas rodaron como perlas hasta llegar al mar. Coma cuatro despertar del sueño coma profundo luz eterna perforando mi cerebro.
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Soñar despierto morir de amor matar una ilusión reír hasta las lágrimas llorar de alegría. Extraño, muy extraño pero suele ocurrir que llueva y brille el sol al mismo tiempo.
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Desgarrábamos sueños y nubes de otoño. La vida era un mapa sin fronteras un universo sin galaxias un cielo con jazmines brillando en nuestros ojos. Desgarrábamos sueños como estrellas fugaces sepultadas en el mar. Y yo giraba en torno a vos y vos eras el centro de mi vida.
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Gotas de lluvia pequeños ojos del cielo mirándome a los ojos desde una pestaña mojada. Gotas de lluvia buscando mi boca sedienta antes que la tormenta se acurruque tras las ventanas. Llueve persianas cerradas amantes abrazados sobre una lágrima solitaria.
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Como una imagen surrealista me vi hablando con la pared sin parar mirándola a los ojos.
Y apoyé mi brazo sobre ella y mi cabeza sobre mi brazo. Le hablé de vos y la pared me escuchó y me quedé en silencio esperando una respuesta que nunca llegó.
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Dulce de higo con pan casero mate cocido con leche. Entonces era feliz. Arquero con rodilleras pullover roto en los codos. Entonces era feliz. Mamá contándome un cuento papá remontando un barrilete. Entonces era feliz. Circo de lona vieja plaza de rosas blancas. Entonces era feliz. No había perdido amigos no me pesaban los años Lennon estaba vivo amaba unos ojos claros corría y no me cansaba bebía y ni me mareaba cantaba, y alguien conmigo cantaba los mismos sueños. Entonces era feliz.
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Tarso metatarso dedos manos buscando manos acariciando palpando deseando dos soles mirando dos ojos. Piel infinita labios abiertos. Dos amantes condenados.
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Contornos hipnóticos, lenguas de fuego acarician las azoteas al sur de la ciudad. Sol de abril, desfile de flores aromando el vuelo de las frágiles abejas. Jardineros semidormidos toman mate y fuman en silencio recostados contra un árbol. Vuelvo a casa la luna se aleja dormida en una nube mientras el sol desgarra la mañana.
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Detrás del círculo de fuego lejana como el sol difusa tras el humo negro alguien me espera. Si pudiera atravesar el aro y extender mis brazos tocarte es todo lo que necesitaría para saber que estás ahí. Cuando esté de otro lado detrás del círculo de fuego donde el hielo se derrite sé que todo va a cambiar. Aunque no pueda volver tocarte es todo lo que necesito atravesar la bruma y mirarte para saber que estás ahí.
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Cundo recuerdo que tuve un amigo en Nueva York una pelota de plĂĄstico made in Brasil un perro que dormĂa a los pies de mi cama una lorita ciega que me llamaba por mi nombre un mecano de lata y diez tornillos oxidados una Morgan blanca un libro de Marechal de hojas amarillas y un amor en la primaria de ojos verdes como el mar que nunca he vuelto a ver comprendo porque mis ojos tienen el color de la nostalgia.
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No hay ejercicio de ojos más poderoso que tu mirada cegadora señal apuñalando la noche. Faro celestial guía mis pasos lazarillo auxiliador lamiendo mis párpados. Mojón cero inicio de mi vida donde todo comienza y todo termina.
Hugo Patris
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Voces giroscópicas sobre los alambiques brazos fantasmales deteniendo al tiempo. Lentos caracoles meditabundos condenados a penar perpetuamente. Lupa gigantesca extendiendo mi vida como los dedos del diablo al atrapar un ángel. Vírgenes de piel blanca cuidando la leche que un día derramaron los pechos de María. Voces giroscópicas llamándome desde lo alto manos delgadísimas abriéndome las puertas del cielo.
Poemas de Medianoche
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Paredes blancas donde crecen flores concebidas por un aerosol a la luz de la luna. Almacigo de sueños regado por el rocío de abril perfumado y traslucido como lágrimas del cielo. Flores de la lujuria tus pétalos sintéticos seguirán aromando las madrugadas de los amantes solitarios.
Hugo Patris
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Hay un mundo bajo mi cama y otro olvidado encima del ropero. Hay un mundo imaginario girando en mi cabeza y otro insensible y cotidiano que jamĂĄs entenderĂŠ. Hay un mundo que desvanece entre sonrisas tristes y lĂĄgrimas baratas. Hay un mundo cursi y rosado y otro extra brut que lora en los arrabales.
Poemas de Medianoche
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Tus brazos enredadera nocturna se abrazaron a mi cuerpo huérfanos de sol. Besaron mi espalda y humedecieron mis hombros mientras tus senos se dormían a la luz de la luna. La noche pasó lentamente como mil dedos del tiempo acariciando mis ojos soñadores y lejanos. Tus brazos me guiaron silencioso como los recuerdos a través del laberinto de los amores perdidos.
Hugo Patris
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Mundo taciturno taxi de turno levantando pasajeros en la galaxia del tiempo. Osa mayor de entre casa alimentando a sus hijos estrella fugaz concediendo algún deseo. Lluvia milenaria mojando trilobites verdes en las cavernas oscuras de las mentes perdidas. Diálogo contrapuntístico aclaratorio hipótesis de trabajo para un día martes. Monólogo nocturno opaco y hueco síntesis final: estoy terriblemente solo.
Poemas de Medianoche
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Golondrinas olvidadas sobre los acantilados buscando en el horizonte la primavera perdida. Dibujos mentales sin explicaciĂłn bailan en el limbo detrĂĄs de los recuerdos. NiĂąez, soledad miedo a la gente alejarme de todos olvidarme de amar. Algunas premoniciones siempre se cumplen ejemplo: soĂąar la primera muerte como un simbolismo fatal.
Hugo Patris
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¿Se agotaron las posibilidades, no hay más peldaños por subir?
Es hora de bajar de poner los pies sobre la tierra y ver de cerca a las hormigas como hacen caminos en el césped de extender un brazo buscar el higo más maduro y comerlo en la sombre fresca mientras el sol juega éntrelas ramas los ancianos duermen la siesta y sueñan con eneros felices. ¿Se agostaron las posibilidades o aún quedan peldaños por subir antes de llegar a Dios?
Poemas de Medianoche
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La sal lunar en los océanos y esta jaqueca en mi cabeza como una bomba que nunca se cansa de estallar en mi cerebro. Maldita arteria obstruida por su culpa, mi párpado izquierdo se cae y una lágrima solitaria arde indefensa en mi mejilla. Celestiales en el cielo cigüeñas en las chimeneas cisnes en el lago trabajadores en el yugo. o Mi vida ejercito de fósforos ardiendo noche a noche sin encontrar el rumbo. Cayó una hoja del paraíso y desapareció bajo mi zapato tan frágil como la vida cayó en la ciénaga una madrugada de abril y nunca pudo salir.
Hugo Patris
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Caminemos en círculos veinte o treinta años y estaremos siempre en el mismo sitio, tal vez. Dejemos de hablar y creerán que somos mudos cerremos los ojos y nos dirán ciegos aunque no seamos ni una cosa ni la otra. Caminemos siempre en línea recta y algún día nos ahogaremos en el mar. Confiemos y seremos como ángeles a expensas del demonio agazapado en cualquier esquina. Dejemos de amar y seremos como el viento errantes vagabundos sin destino.
Poemas de Medianoche
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Cono de sombra espantosamente agudo esparciéndose por los rincones de mi mente oscureciendo todos mis recuerdos como una noche vieja e interminable. Agudo como los pinos mirando al cielo rígidos, como en los días sin viento verde, celeste, mar tranquilo sangre roja sobre tus ojos muertos. Cobayo de laboratorio electrocutado gasa hidrófila deshilachada bisturí ensangrentado sobre mármol frío suero fisiológico goteando lentamente. Embolia cerebral, viaje sin regreso la muerte cada día más cerca solo una mano que se mueve como un adiós silencioso y prolongado. Nosotros esperando resignados mientras afuera llueve con monótona tristeza.
Hugo Patris
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Cantó el ave nocturna una canción de amor lánguida y melancólica que solo nosotros escuchamos y nos reíamos de todo y todo pasaba lentamente los autos y la gente las horas como caricia del cielo el rocío como lágrimas de Dios. Nuestras manos blancas y delgadas golpeando las paredes. Balcones bajo la luna helecho lunar durmiendo en un balcón halcón volando entre los rascacielos tras una presa invisible borrachos bajo el puente bebiendo ginebra en pico haciendo el amor en medio de la basura. Maldita piedra en el camino todo ha sido tan difícil malditos mil veces malditos la piedra y el camino.
Poemas de Medianoche
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No te canses de mirar el mar verde, celeste, infinito prolongación de tu vida donde mueren las palabras y nacen las ilusiones. Olas milenarias besando tus pies berberechos sobre la arena juagando entre tus dedos mientras las huellas de tus pisadas se debilitan en la playa bajo la luz de la luna. Dos mariposas azules fosforescentes e intocables beben rocío de amor abrazadas, entrelazadas. ¿Quién cabalga la ola más alta? sacúdete como un potro sin domar arriba, más arriba cerca de las estrellas. No te canses de mirar el mar el guarda la sabiduría y los secretos del universo en cada grano de sal.
Hugo Patris
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Langosta, langostino gato, gatopardo lima, limeño ora, oropel. Negro, pantera blanco, conejo celeste, tus ojos luciérnaga nocturna. Palabras, locura risa prisionera en un cucurucho de helado llanto liberado girando en una calesita niñez, recuerdos aletargados. Avioncito de papel perdido entre los pinos ¿sabés? no hay sobrevivientes que regresen del ayer.
Poemas de Medianoche
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Hay una carrera de nubes en el cielo y una carrera de hombres en la tierra. Corramos pero hacia arriba más allá de las estrellas más allá de lo creíble donde la fantasía se convierte en realidad donde la realidad es lo divino y las manos son como palomas acariciando mi frente. Arriba en las comarcas de Dios lejos de toda carrera donde los últimos serán los primeros y los primeros nos besarán los ojos. Corramos por el solo deseo de correr de ser felices Dios no quiere que subamos al podio solo quiere que lleguemos y le cantemos una canción.
Hugo Patris
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Despacio, las hojas de los árboles cayeron. Despacio, las manos de los amantes acariciaron. Despacio, los ojos del recién nacido se abrieron. Despacio casi sin notarlo los años de juventud se fueron. Despacio la lluvia mojó las alas del ángel que murió en mi corazón.
Poemas de Medianoche
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Alguien crucificó un pájaro en el monte. Al tercer día a la hora nona lo vi plegar sus alas y volar al cielo. Tengo como prueba en mi mano derecha una pluma blanca y una gota de sangre tibia en mi mano izquierda. Una herida en mi costado un trapo con hiel sobre los labios y un par de dados de hueso en uno de mis bolsillos. Alguien crucificó un pájaro en el monte y en la ciudad los hombres intentan fortuna sobre un manto de sangre fría.
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El invierno fue perdiendo fuerza y la primavera ya es inevitable. Verdean las hojas en los รกrboles de la plaza y al amor no se lo puede mantener mรกs tiempo encerrado. Juegan los gorriones en la tierra cantan las calandrias en los pinos. Los ancianos se despiertan mรกs temprano a tomar mate con la fresca. Las palabras se amontonan en mi mente can, cancerbero tan certero, tercero, te creo te veo detrรกs de las puertas cerradas huir de las tinieblas. Aunque parezca que todos se fueron algunos se ganaron el cielo y otros solo dijeron adiรณs con los ojos entrecerrados.
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Para existir las fuerzas armadas necesitan de las guerras los políticos de la miseria y las religiones del demonio. De no ser así vivirían desamparados y no se justificaría su presencia más aún creo que ellos generan esas situaciones para permanecer a través del tiempo. Claro como tu sonrisa que es lo único que necesito para existir.
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El juez es el lazarillo de la justicia abnegado defensor de la verdad insobornable como una estatua de mármol justo y equitativo todo oídos todo reflexión paladín de la decencia incorruptible hasta en los sueños imagen de la transparencia semidiós con toga y peluca. Jueces del mundo alabados sean y que Dios les de sabiduría eterna por los siglos de los siglos amén.
Poemas de Medianoche
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Puedes hacer un dique a mi alrededor no importa yo podré escapar como el agua me filtraré poco a poco atravesare las grietas abriré poros subterráneos y dejaré atrás la oscuridad. Puedes hacer una represa en torno a mí puedes, si quieres no importa me escurriré entre las rendijas lentamente, como un soplo me arrastraré sobre el humus y volveré a la vida fertilizado de amor profundo. Puedes enjaularme quemarme los ojos enterrarme vivo atravesar mi corazón puedes, si quieres no importa demasiado en verdad puedes hacerlo si quieres.
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No existe la eternidad lo eterno es solo un concepto.
Sé que moriré algún día quizá mañana. De hecho estoy muriendo un poco cada día me voy alejando más y más de ese pequeño niño que fui ayer. Al nacer ya estaba muriendo pero viví y amé y voy a seguir amando eternamente aunque la eternidad no exista y lo eterno sea solo un concepto.
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Deslízate hasta mí circunnavégame hay un puerto en cada parte de mi cuerpo donde podrías descansar lejos de la tormenta. Podrías echar ancla cerca de mi corazón y desafiar la tempestad o hacernos a la mar y seguir a las gaviotas hasta tener el horizonte al alcance de la mano. Deslízate hasta mí yo puedo hacer que el sol sea en tu boca una sonrisa sin límite.
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Todo es como debe ser ante lo inevitable me quedo quieto y espero en silencio. Que puedo hacer si las alas de la muerte se agitan sobre mí y sé que es a mí a quién buscan. No hay adiós más triste que aquel que no se dice. Los que se quedan se quedan solos los que se van no tienen a nadie. Ante lo inevitable me río en silencio cierro los ojos y dejo fluir el tiempo. ¿Qué otra cosa podría hacer más que entrar si la puerta está abierta y veo luz del otro lado?
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Subíamos en círculos como dos hélices bailando un vals enloquecidos de amor. Abajo e mar era una lágrima frágil arriba el cielo un mar sin límite. Girábamos abrazados remolino, tornado alas disparadas buscando el infinito. Dos palomas fosforescentes dos almas desencontradas y un adiós irremediable en el silencio de tus ojos. Subíamos en círculos buscando el infinito girábamos abrazados enloquecidos de amor.
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Tus lágrimas un río de lágrimas mojaron tus mejillas los cuervos pintaron de negro la noche y desapareció la luna y las estrellas y nos quedamos solos separados lejos vos de mí tus manos de mis manos mi boca de tu boca sin palabras sin te quiero sin amor.
Poemas de Medianoche
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Mis lĂĄgrimas a escondidas brotaron por vos y en silencio en los rincones oscuros dejĂŠ llorar a mi corazĂłn lejos de tu risa de tu tristeza solo desesperadamente lejos de vos.
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Cierro los ojos y veo mi vida detrás de la niebla la plaza y las langostas las flores y las abejas mi niñez y tus ojos claros un barrilete de central y el saco mao en el ropero. El ayer dolorosamente lejos frágil como el papel de seda cartas de amor olor a naftalina canciones en fa mayor películas confusas imágenes en cámara lenta la guerra en blanco y negro y este cansancio de vivir lejos de todo y todos tan lejos de mí.
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Una figura de papel semi humana apenas visible imperceptible lunáticamente blanca cuadriculada huérfana de tinta se durmió entre los libros esperanzada en hallar algún poema un día luego de soñar varios años un rayo de sol delicadamente tibio la despertó y en su mente germinó un poema y luego otro y otro y escribió, y escribió y escribió.
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Se quemaron en el fuego imaginario de un infierno en Saladillo en una esquina de dos cales desconocidas perdidas en un arrabal oscuro del ayer. Alguien encontró la ceniza blanca tenue y evanescente aún caliente a las seis de la mañana de un frío domingo de ramo humeante todavía y oliendo a jazmines. Cenizas de un amor romántico en un laberinto mágico y sin salida recuerdos abrazados a la nostalgia de los amores de juventud. Cenizas arrebatadas por el viento y olvidadas por los poetas hoy inmortalizadas en los corazones antiguos de los adoquines de Saladillo.
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Qué lejos quedó el seis de enero la fogata de San Pedro y San Pablo los torneos de babi futbol y los domingos en las quebradas. Las peñas los cumpleaños de quince los asaltos y las matinés en el Tiro Suizo. Fugaz como el perfume de alverjillas la niñez fue un soplo inolvidable y un día cambiamos el mecano por la espuma de afeitar y el cigarrillo. Los pantalones largos las llaves de la casa y el primer beso entre las sombras de una noche de diciembre. Será que pesan los años nostálgicos de madrugadas que hay días que lloro en silencio y el aire huele a alverjillas.
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Me río risa triste, forzada desilusionada. Me río y es la nostalgia un gusto amargo negro y pastoso oscureciendo el ayer. Me río y es la tristeza una calesita destruida por el fuego los cisnes ennegrecidos los caballos a medio quemar galopando al infinito un escudo chamuscado y el tocadiscos afónico muriendo lentamente sin una canción de despedida. Me río y es tu sonrisa mi mejor recuerdo y tu nombre el más bello sonido que oí en mi vida. Me río y es la resignación una mueca de dolor escondida tras la risa de unos ojos claros y de un ayer inolvidable besándome el corazón. Poemas de Medianoche
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Que rico el puchero de pecho con mostaza la sopa de caracú el arroz con pollo y las albóndigas con salsa. Que rico el café con leche con pan y manteca el té con limón los buñuelos de manzana y los churros cuando lleve. Que rico el primer beso el olor a primavera y el perfume de tu piel a los quince años.
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Uno puede estar atrapado en un cuadrado en un círculo o en un callejón sin salida en una habitación oscura en la baba del diablo o en una botella de cristal en la lámpara de Aladino atrapado en mil formas distintas o en un corazón en Saladillo hace muchos años cuando era niño.
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Matemáticamente hablando no sé si le sumo o le resto años a mi vida quizá las dos cosas a la vez. Tal vez no importa demasiado si me alejo o me acerco si alguien me dice adiós con lágrimas en los ojos o si una mano fría acaricia mi frente. En una época creí estar en la mitad del camino. Hoy estoy terriblemente lejos de los juegos inocentes, del primer amor de tu cuerpo frágil brillando entre las flores. Viejísimamente lejos de todo aunque ya no importa demasiado solo quiero descansar un poco y hace tanto fío a mi alrededor.
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Blanca luna blanca y dulce agua de arroz blanca y tibia leche de madre en tus redondos pechos. Gota de vida ingresando lentamente en la profunda cavidad de mi boca agonizante de risa en el oscuro recuerdo de mi niĂąez.
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Fotos mentiras piadosas están ahí abrazados alegres, felices jóvenes, bellos sonrientes, enamorados soñadores, ilusionados con ese brillo en los ojos que tienen los que aún no se cansaron de mirar con la piel fresca y aunque parezca imposible con aroma a primavera. Fotos utopía de volver a ser jóvenes en un segundo de abrazar el pasado con una mirada de disfruta acompañado o de llorar en soledad de reflexionar de hacer balance de extrañar hasta el mínimo detalle tu forma de doblar la ropa de besar, de reír, de hablar de llamarme, de abrazarme. Mentiras piadosas imágenes de un ayer imposible de recuperar aunque infructuosamente tratemos de meternos
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en esa fotografĂa ajada vieja y descolorida.
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Había canteros cuadrados rectangulares, circulares con forma de rombo, de triángulo, octogonales. Había coronitas de novia crisantemos, conejitos pensamientos, dalias y rosas de todos los colores.
Había un cartel que decía “no pisar el césped” había césped y árboles con forma de hongo. Había gente tomando mate un guardián con bastón y una banda que tocaba el Himno Nacional todas las Fiestas Patrias. Había novios que paseaban tomados de las manos y cientos de mariposas que volaban de flor en flor. Había ligustrinas piedritas coloradas bancos de granito y un mástil con la Bandera Argentina. Había un tobogán y arena amarilla un sube y baja Hugo Patris
y hojas de eucaliptus una calesita roja y verde y diez hamacas de madera. Había escarcha en julio viento en agosto y ancianos caminando en primavera. Todo eso había y algunas cosas más que ya no recuerdo.
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¿Y los amigos esos que tocaban la guitarra y cantaban conmigo hasta las seis de la mañana? Y esa gente que saludaba, buen día buenas tardes buenas noches y concluían el saludo con un ¿Qué tal? ¿cómo estás? y el panadero que te daba la yapa te apoyaba la mano en el hombro y decía, Dios te bendiga. Y el guardián de la plaza con uniforme y gorra gris y las mariposas y las abejas y la Vespa de papá el solero floreado de mamá y los ojos negros de la abuela Rosa. Y la vida esa que fue pasando lentamente entre sueños, amores y alegrías y mis ojos brillaban y mi risa que aturdía y mi boca que besaba y mi corazón que latía y tantas y tantas cosas más.
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Mi Morgan blanca mi bici roja mi tren de lata tus cartas tus fotos tus manos tu pelo y estos aĂąos que cada dĂa que pasa pesan mĂĄs sobre mis hombros.
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Niñez que dulce fue el ayer bebíamos del sol sin nada que temer ayer el tiempo se quedó eterno en un rincón de nuestro corazón ayer dejábamos correr al tiempo en las gujas del reloj niñez, niñez efímera niñez. Niñez amor de colegial tiza y delantal y una estrella de papel azul brillando cada vez que vuelvo a recordar la mágica niñez ayer pintábamos un mar y en él iba con vos a navegar niñez, niñez efímera niñez. Hoy soy apenas la mitad el tiempo fue veloz besándome la piel no se si es causa de la edad que cada día más añoro el ayer
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ayer dejábamos correr al tiempo en las agujas del reloj niñez, niñez efímera niñez.
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Él era algo más que un buen amigo de esos que se encuentran sin buscarlos con el que coincidíamos a veces con solo una mirada y sin hablarnos. Crecimos entre juegos y aventuras saltando alguna reja despintada unidos por un lazo de ternura dando todo y sin pedirnos nada. Cuando el “Guillermo Tell” era el refugio donde aprendí a fumar una mañana y formábamos una pareja invicta al truco con seña y a las damas. Después llegó el amor de una mujer después llegaron hijos y a saber que el mundo no nos regalaba nada y a cambio siempre un poco nos quitaba. La vida fue tejiendo laberintos y no pudimos dar con la madeja y cada cual se fue por su camino siguiendo el devaneo del destino. Aún guardo la eterna esperanza de hallarte en una esquina
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de aquel barrio jugarnos unos tacos a veinticinco y poner cinco en línea en lo de Mario. No sé porque te escribo esta carta hoy ni si quiera sé si estás vivo la envío a cualquier parte del planeta recuerda que te quiero amigo mío.
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Cada uno de nosotros hace su propio mundo, digo nosotros y pienso solo en mí. A lo lejos escucho en la radio a Bob Dylan cantando Soplando en el viento. Veo a través del ventanal la gente que pasa caminando bajo la lluvia, cabizbajos, cada uno en su propio mundo, el de ellos. Mi mundo, casi igual al de todo el mundo, pero distinto, mi barrio, mi casa en la calle Avenida del Rosario, mis amigos, mis amores inolvidables, mis viejos, mi hermano, mis hijos, mi esposa mi querido Rosario Central, mi loro, mis perros… mi guitarra… mis cosas… mi mundo que cada día que pasa se convierte más en un lejano recuerdo.
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Solo como esa gota de rocío en la bolsa de la basura como esa ola que se murió en la playa y nunca regresó al mar como ese oasis solo como solo están los que están solos como los muertos que nunca regresan como la mesa del bar que se cansó de esperar como ese cenicero vacío de cigarrillos como esa botella vacía con olor a vino agrio solo como el malvón de la escuela como la campana en vacaciones de invierno como papá cuando murió mamá como el Dodge 1500 en el garaje como la Yamaha de cuerdas oxidadas como el cuaderno de segundo grado como el album Let it be como el metegol de “El Favorito” como Miguel Hernández en prisión solo como ese perro vagabundo que camina sin rumbo bajo la lluvia muerto de hambre de tristeza de caricias de calor de amor solo como el sol del mediodía lejos de la noche solo como ese hombre melancólico y triste que se está muriendo lentamente. Poemas de Medianoche
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Luces como lucia la luna cuando alumbraba en Lima en la cima de esa loma sobre el lomo de los lobos lánguidos de lucha locos de lujuria, juraría que esas jaurías amenazan amén de ser como tenazas sus dientes diez días de dolor de temor de temblor de olor a sangre. Color rojo el pozo profundo perdido, perseguido como esos lobos en Lima. Luces como lucia Lucía en Lima.
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Jorgelina en el limo de Estambul cantaba bajo un abedul repleto de abejas bulliciosas hermosas, laboriosas ansiosas por libar por volar y volver a volar oĂr el zumbar de las abejas como un trueno entre tus senos no son menos las alas que se quiebran que las que aĂşn siguen batiendo las abejas de Estambul.
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Qué lejos estaba el cielo de mí antes de morir. Como el fondo del mar antes de hundirse el Titanic. Como la luna antes de partir el Apolo 11. Como la estación de Once antes de la tragedia. Qué lejos estaban los aviones antes de las Torres Gemelas tan lejos como la cima del Everest de este pequeño hormiguero. Como vos de mí antes de conocerte como vos como yo como toda esa gente que está lejos de todo.
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Recuerdo que cantábamos canciones canciones que hablaban de amor sentados en un banco de la plaza corría el año sesenta y dos. Fumábamos Particulares cortos mateábamos hasta que salga el sol y nos reíamos de cualquier cosa que buenos tiempos aquellos tiempos. Lucero aún tenía empedrado grueso no pasaba un auto por ahí jugábamos fulbito en la esquina como extraño aquella Argentina. La de la gente que se saludaba en cada esquina abriendo el corazón la de la gente ojos de alegría la de la gente sin temor. Después llegaron años de violencia yo nunca supe quién tenía razón y hay noche que me acuerdo de esos días y hay días que me duele el corazón. La placita Las Heras sigue en pie la Drago, el Sáenz Peña Poemas de Medianoche
y la Merced la Musto el Club de pesca los amigos y la melancolía del ayer. Recuerdo que escribíamos canciones canciones que hablaban de amor y hoy que han pasado tantos años sigo cantándole al amor.
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Si dejaran de gastar tanto dinero para armarse hasta los dientes si olvidaran ambiciones personales y pensaran en la gente. Si entendieran que en el mundo no hay riqueza que compre la alegría que el cielo está al alcance de las manos y se gana día a día y cantaran canciones de amor canciones de amor si dejaran de decir tantas mentiras si tuvieran más respeto por la vida que nada es eterno y un día todo se termina si dejaran de pensar en el dinero y en las cosas materiales si vieran que felices en el bosque viven los animales si dejaran de pensar en el mañana y vivieran día a día si olvidaran rencores del pasado y apostaran a la viada y cantaran canciones de amor canciones de amor si dejaran de decir tantas torpezas y empezaran a pensar con la cabeza si le dieran rienda suelta al corazón que todo un día se termina.
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Corren por la plaza detrás de las torcazas soplan panaderos hacia el sol y arman un picado verdes contra colorados con una pelota ya gastada de patear juagan en la esquina a las escondidas y cuentan historias de terror los pequeños inventan un mundo una hamaca es una nave espacial suben y bajan montañas de arena y cabalgan ansiosos para ir a luchar contra un dragón de felpa y lamé. Con tizas celestes dibujan corazones islas con tesoros y al mar lo surcan con naves construidas con cajones y velas de sábanas hurtadas a mamá como provisiones llevan diez scones y una jarra con agua y limón los pequeños
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no miden el tiempo pero a las seis cada cual a su hogar sumas y restas esperan celosas y sobre las diez se irán a dormir sonríen y Dios los abrigará los pequeños conocen la vida a medida que pasan los días una mirada y el suave rubor de una novia con pecas y su tímido amor que inocentes son los pequeños los pequeños se ríen de todo.
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Yo nací en el sur de la ciudad cuando el sur quedaba lejos de verdad ir al centro era un viaje a Nueva York con sus calles de hormigón y sus luces neón cuando el sur quedaba lejos de verdad. Yo crecí escuchando tangos de Gardel me peinaba a la gomina como el aprendí a fumar armados de papel y a imitar esa sonrisa de costado como él cuando el sur quedaba lejos de verdad. Yo pensé que estaba solo y te vi en la esquina de Ayacucho y Lamadrid caminabas como un ángel por ahí alumbrando aquella noche con tus ojos de rubí cuando el sur quedaba lejos de verdad.
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Nunca vi gente tan buena ni jamás yo volví a querer a un barrio como aquel yo nací en el sur de la ciudad cuando el sur quedaba lejos cuando el sur quedaba lejos cuando el sur quedaba lejos de verdad.
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Cuando se calle mi voz cuando detenga mi andar seré recuerdo seré olvido o llanto de una mujer. Seré tierra del camino seré espuma de la mar quizá nevada o viento frío o cantaré en el sauzal. Seré una copla estaré en tu voz río furioso que viene y va lluvia de otoño viento de marzo o leña ardiente en tu hogar. Donde descanse mi cuerpo alumbrará el tibio sol olor a menta por las mañanas y brisa suave del sur. Vuelo de ave hierba del bosque rocío fresco en amanecer lluvia de otoño que mojará mi cuerpo inerte y tu piel.
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Cuando se calle mi voz cuando detenga mi andar serĂŠ recuerdo serĂŠ olvido o llanto de una mujer.
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Cuando era pequeño esperaba te acuerdas querida mamá crecer porque entonces ansiaba ser marino y marchar hacia el mar. En un barco con diez marineros sin alférez y sin capitán navegar de enero a enero y en enero volver a zarpar. Han pasado los años y hoy veo que no hay barco sin capitán. Ponte firme marinero obedece sin protestar que este barco tiene capitán. Toma el rumbo marinero que a buen puerto hay que llegar que es de noche y duerme el capitán. Esto no es como yo lo esperaba un barco, el cielo y el mar y una estrella que me acompañaba noche a noche para conversar. Por eso ya lo he decidido sabes querida mamá me vuelvo un poco vencido
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porque mi alma se queda acá. Mi barco fue solo un sueño que yo tuve de pequeño. Toma el rumbo marinero pon la proa hacia tu hogar y deja a bordo al capitán ya no llores marinero que sobre el ancho mar hay un barco como es tu deseo que te espera para navegar súbete y vuelve a soñar.
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Yo pensé que la naturaleza se había vuelto loca porque vi brillar el sol y aún era de noche. Y pensé que en mí cabeza pasaba algo extraño porque anoche te soñé con los ojos abiertos. Y ahí estabas vos. Y pensé que la primavera se había adelantado porque una flor creció en medio del invierno. Y esa reina mora azul que cantaba en mi ventana la más hermosa canción todas las mañanas. Un día se marchó y ahí estabas vos ahí estabas vos. Te vi paseando el perro por la plaza regando el malvón en la terraza barriendo la vereda de tu casa y no quise creer que el tiempo pasa. Pasa la noche, pasa el día pasan los años, pasa la vida pasó el tren y quedó la vía vacía
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y yo buscando la salida. Y ahĂ estabas vos ahĂ estabas vos siempre estabas vos.
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Fotografías: Eduardo Bibbo Diseño Editorial: DG Juan Pedro Carbonara jupecarbo@gmail.com Este libro se terminó de imprimir en Septiembre de 2017 en Gráfica Real E. Zeballos 1306 • 2000 Rosario • Argentina Tel.: (0341) 424 6457 • graficareal1285@yahoo.com.ar