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interiores robados una mirada a la vida cotidiana de los siglos de esplendor de la ciudad de Cรกdiz
f Jose Manuel Vera Borja Juan Carlos Gonzรกlez-Santiago
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DIPUTACIÓN DE CÁDIZ OFICINA DEL BICENTENARIO 1810-1812 Y EVENTOS Francisco González Cabaña Presidente de la Excma. Diputación Provincial de Cádiz Federico Pérez Peralta Vicepresidente Segundo de la Excma. Diputación Provincial de Cádiz Ana Mosquera Mayán Vicepresidenta de La Fundación Provincial de Cultura Enrique del Álamo Núñez Director de la Oficina del Bicentenario 1810-1812 y Eventos Antonio Rodríguez Cabañas Director de la Fundación Provincial de Cultura
CATÁLOGO Y EXPOSICIÓN Fotografía y Comisarios José Manuel Vera y Juan Carlos González Coordinación General Luis Ben
Coordinación Eduardo Rodríguez, Inma Vilches y Virginia Arizága
Relaciones con los medios Gabinete de prensa de la Diputación de Cádiz
Organiza Oficina del Bicentenario 1810-1812 y Eventos y Fundación Provincial de Cultura
Localizaciones y casting Milagros Fernández Ruiz de Villegas
Montadora Jefa Salud García
Puesta en escena Pepe Dorado
Montadores José Manuel Marín y Luis Miguel Sabajanes
Atrezzo y maquillaje Mamen Romero Leonsegui y Milagros Fernández RdV
Textos históricos Paco Traverso y Gema González Ferrera
Impresión y enmarcado MOVOL COLOR
Administración y gestión de la exposición y el catálogo Guerra 21
Imprenta: Anel Gráfica y Editorial
Colabora: Cajasol
Fotomecánica: Portada Fotocomposición, S. L. ISBN: 978-84-96654-33-4 Oficina del Bicentenario 1810-1812 y Eventos. Plaza de San Antonio, 14. 11003 - Cádiz. Telf.: 956 808 558 – bicentenario@dipucadiz.es
Depósito Legal:
Imágenes robadas al tiempo. La memoria de una ciudad de progreso. Si existe una idea que merezca ser resaltada y puesta en valor en torno a la conmemoración de la Constitución de 1812, es la de que debe muchas de sus características de progreso al hecho de gestarse y proclamarse en Cádiz. La ciudad en aquellos momentos era un auténtico hervidero de ideas nuevas, de actitudes abiertas, de intercambio de pensamiento, eso que hoy denominamos progreso. Su actividad comercial, intelectual y cultural hacían de ella un espacio urbano diferenciado de la gran mayoría de las ciudades de nuestra nación. El mar y la actividad mercantil propiciaban la difusión de las ideas más avanzadas de la Europa de su tiempo. Ilustración, libertades, tolerancia eran moneda común en el Cádiz de los siglos XVIII y XIX. Por esta causa La Pepa hubiera sido muy diferente o incluso podría no haber tan siquiera nacido de haberse reunido las Cortes españolas en cualquier otro lugar de nuestra geografía. La Diputación de Cádiz ha querido resaltar esta característica, básica a nuestro parecer, mediante la exposición Imágenes Robadas al tiempo que no busca otra cosa que acercarnos visualmente a una realidad urbana infrecuente en la España de su tiempo. El esplendor y las formas de vida en un momento histórico crucial son mostrados por dos fotógrafos gaditanos, en un derroche de talento y trabajo creativo, para deleite de cuantos gaditanos y visitantes se acerquen al Palacio Provincial. Un delicado y hermoso trabajo que nos permitirá sentirnos más cercanos, comprender y sentir a los hombres y mujeres que vivieron en los tiempos cercanos al Cádiz de las Cortes. En definitiva, sin duda alguna, vivir una ciudad que fue baluarte de libertad y futuro: Cádiz. El Presidente. Francisco González Cabaña.
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Imágenes robadas al tiempo. Constitución y ciudad. Llegar a comprender y hacer inteligible el alma verdadera de una ciudad es una tarea tan sólo al alcance de unos pocos. Y entre esos escasos privilegiados están los artistas. El uso de la creatividad, la imaginación, los símbolos, las palabras o las imágenes se tornan en comunicación en sus manos. Imágenes robadas al tiempo es un claro ejemplo de ello. Dos fotógrafos gaditanos han realizado la enorme labor de mostrarnos una ciudad, nuestra ciudad, en sus momentos de mayor esplendor. Un periodo brillante no únicamente en lo económico, sino también en lo cultural, en lo social, en el dinamismo de las ideas y los intercambios. Cádiz fue durante años el referente de una España distinta. Se constituyó en el centro de otra manera de ser patriota, de entender la nación y la forma de organizarse de quienes en ella habitaban. Por el mar llegaban las mercancías pero además, y es lo más importante, los barcos que arribaban a la Bahía de Cádiz traían libros, modas e ideas que no era posible encontrar en la gran mayoría de las restantes ciudades importantes de España. Quizás por esta causa la Constitución de 1812 está impregnada de liberalismo, de apertura, de ideas inéditas para la España de su tiempo. Y es por ello que debemos agradecer a los artistas, a estos dos fotógrafos, que nos acerquen a la ciudad que permitió tal hecho. Gracias a ellos tocamos, sentimos, vemos un Cádiz en el que hablar de libertad se volvió cotidiano y necesario. Gracias a su talento podremos comprender lo que supuso 1812 para todos y cómo hoy somos herederos de aquellos hombres y mujeres. Está bien eso de que la política sea agradecida del talento creativo, nos ayuda a mejorar y a centrarnos, a ser conscientes de que la convivencia necesita de mucha libertad, mucha tolerancia y grandes cantidades de intercambio entre los ciudadanos y sus diversas maneras de pensar y ser. Esta exposición es un magnífico y claro ejemplo de ello. La Oficina del Bicentenario 1810-1812 y Eventos de la Diputación de Cádiz no ha hecho más que cumplir una de las funciones del buen gobierno: salvaguardar libertad, la de los creadores en este caso. El Vicepresidente Segundo. Federico Pérez Peralta.
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interiores robados Huyendo de Puerta Tierra, el paseante encuentra en Cádiz un espacio ideal hecho a la medida del hombre, un sitio hecho a posta para caminar. Sus calles y plazas te van dirigiendo hacia el mar, el aire del mar está siempre presente y acompaña a quien camina en la penumbra de calles estrechas y en la luz cegadora de sus plazas. Cuando paseamos por Cádiz, no podemos sino imaginar cómo fue su esplendoroso pasado, todo habla de antiguos momentos de gloria, las iglesias, las casas, las torres miradores, nos cuentan historias de otros tiempos: de cuando el comercio con América atraía fortunas e ideas ilustradas. Era el momento en que Cádiz se convirtió en un hervidero, en un centro de riqueza material y cultural de primer orden, mucho más rico de cuanto alcancemos a imaginar. ¿De ese pasado qué nos queda? Impresionantes arquitecturas, fachadas, y un orgullo desenfocado de pertenecer a un lugar donde se fraguaron libertades. El gaditano de hoy se siente hijo de esas glorias del pasado, pero poco nos queda hoy de esa herencia. El progreso ha destruido buena parte de nuestras señas de identidad y mucho de lo que queda permanece escondido, soñando tiempos mejores. Pero el modo de progresar es ir hacia adelante sin perder de vista de donde venimos, la palabra clave es “retroprogresión”. Se puede avanzar sin perder nuestras raíces, porque somos quienes somos más la suma de quienes estuvieron antes. Andando por Cádiz ese sentimiento se hace patente, porque somos andaluces, árabes, americanos, fenicios, genoveses…, somos payos y gitanos, somos gallegos y santanderinos, somos de Cádiz-Cádiz y de la Segunda Aguada. Una entidad rica y mestiza. Había una vez... una ciudad que durante unos decenios brilló con el esplendor de una estrella fugaz en el firmamento de la historia, una ciudad en la que abrían a diario el teatro Francés e Italiano y donde más libros se vendían de España. Cádiz fue el escenario donde se libró la batalla por la modernización de España, en el momento mágico en que la historia dio un quiebro, cuando el antiguo y el nuevo régimen se retorcían abrazados en una lucha fratricida, mientras los fogonazos de las descargas iluminaban la intensa y profunda mirada de quienes morían estoicamente por unos ideales románticos de libertad y justicia. La Constitución de la Libertad embarcaba en el puerto de Cádiz rumbo a América. La Calle Nueva era la bolsa de contratación donde corría más oro y plata, donde se conocía con antelación cuando se iba a declarar una guerra o se negociaba una paz. En la Calle Ancha se discutían con pasión las resoluciones parlamentarias, los sucesos y las nuevas leyes de las que informaban los más de periódicos que se publicaban al abrigo de la reciente libertad de prensa.
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Durante más de un siglo Cádiz hechizó a propios y extraños, fue parte del Grand Tour cultural que realizaron Lord Byron, Alejandro Dumas o Teófilo Gautier, a los que arranca las palabras más bellas y apasionadas. El esplendor se prolongará hasta bien entrado el S. XIX, cuando se produce la independencia de las últimas colonias y el hundimiento de la economía gaditana basada en el tráfico mercantil, con lo que la ciudad perdería su anterior cosmopolitismo y la burguesía comercial abandonará la ciudad o se aferrarán a sus rentas. Y la estrella de Cádiz comenzará a languidecer en el horizonte: el sueño ha terminado. “Interiores Robados” hace relación a la celebración del Bicentenario de la Constitución de La Pepa en Cádiz, con imágenes que recrean artísticamente el ambiente del Cádiz de los siglos XVIII y XIX. No es un tratado sociológico ni histórico, es una interpretación artística y como tal se toma algunas licencias poéticas. El sentido de este trabajo, “Interiores Robados” es explorar ese esplendor. Imaginar la vida de cada día en una ciudad siempre llena de vida, luminosa, por vocación abierta al mundo, culta, libre y orgullosa. Recorrer espacios íntimos y sagrados, recrear el pulso de una ciudad ilustrada, alegre y feliz. La exposición “saca a la calle” los interiores, patios, jardines y claustros de Cádiz, “recrea el ambiente de la ciudad” en su momento de máximo esplendor. Se trata de un trabajo que busca subrayar la riqueza cultural, es amable con lo que ve y renuncia a hablar directamente de pérdida o mal estado. Es en definitiva una concesión al imaginario colectivo de esta ciudad, que ha crecido embelesada con un pasado que sólo atisba cuando pasea por sus calles y plazas, pero que pocos conocen de cerca. Es, si se quiere, “una furtiva lágrima”, que se escapa frente a la prosperidad y belleza de un tiempo que fue más generoso con la ciudad, en el que sus habitantes pudieron soñar con ser protagonistas de la historia con mayúsculas. Más allá de la melancolía, es una llamada a la ciudadanía que reivindica para el presente y el futuro, la memoria cultural de una ciudad esplendorosa. Juan Carlos González-Santiago & José Manuel Vera Borja Cádiz, junio de 2009
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“Cádix, charmant Cádix! Tu est le premier lieu du monde” « Brillante Cádiz, que te elevas hacia el cielo desde el centro del azul profundo del mar » “Venus se dignó escoger a Cádiz como su morada” Lord Byron 1809
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“No existen en la paleta del pintor ni en la pluma del literato colores bastante luminosos para dar la impresión brillante que nos produjo Cádiz en aquella mañana gloriosa (…) Todo lo que se pueda imaginar de excesivo en azul, y el blanco tan puro como la plata, la leche, la nieve, el mármol y el azúcar mejor cristalizado. El azul era el cielo repetido por el mar; el blanco, la ciudad. No puede imaginarse nada más radiante, más deslumbrante, de una luz más difusa y más intensa al tiempo. En realidad, lo que en nuestro país llamamos sol es, junto a esto, una lamparilla agonizante a la cabecera de un enfermo” Teofilo Gautier 1840 24
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“Desde el punto de vista de las costumbres, los usos y el tono de sus habitantes, (Cádiz) es totalmente diferente del resto de las ciudades de España. El gran concurso de extranjeros… hacen esta ciudad en todo semejante a las demás ciudades agradables de Europa. En efecto, cuando se llega a Cádiz desde el interior de España, se experimenta la misma sensación que si se hubiera salido del reino; y si se llega allí desde el extranjero, cuando se sale para Sevilla u otras ciudades vecinas, cree uno haber entrado en otro país… el contraste es llamativo… Cádiz es para España lo que París para Francia, el séjour del buen tono y el punto de encuentro para los placeres”… (las mujeres gaditanas) “tienen un aire un poco libre, en verdad, pero, sin embargo, son más cultivadas que en el resto de España… también se va a Cádiz como se va a París en Francia, para adquirir el buen tono, para tomar el ayre gaditano, y esta ciudad goza, bajo este punto de vista, de una reputación mayor que Madrid”. Barón de Férussac 1823
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Cádiz parece navegar como uno de esos barquichuelos de velas blancas que los niños conducen con un hilo en el estanque de las Tullerías (…) ¡qué azul, qué blanco y qué verde! No hay cobalto, no hay ultramar, no hay zafiro comparable al azul; no hay nieve, no hay leche, no hay azúcar parecido al blanco; no hay esmeralda, no hay verde veronés que pueda compararse a este verde” Alejandro Dumas 1846
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La sala solĂa estar presidida por un gran espejo en el mejor testero de la habitaciĂłn. En otras paredes cuadros y retratos de la familia. Bajo el espejo un sofĂĄ. El resto de las paredes se cubria con sillones y sillas en torno a una mesa y a los lados de una consola. Rinconeras, braseros y maceteros, junto a las cortinas y alfombras completaban la estancia. A. Aramburu 1945
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Desde las salas y el comedor, alhajados con muebles de un primor y un lujo que hoy les da rango especial en las tiendas de los anticuarios, hasta la cocina y la despensa y las habitaciones de la edénica, copiosa servidumbre de aquellos tiempos, tienen un encanto romántico incomparable... Las gentes vivían felices en la ciudad luminosa y limpia, aún durante el sitio de los franceses. Había trabajo para todos. Una aristocracia, no tanto de títulos ampulosos como de hombres activos, trataba a susubordinados y servidores casi como familiares. Gregorio Marañón 1987
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Es una de las ciudades de España en que las costumbres son más libres y la manera de vivir más agradable…reina una prestancia en las maneras, una nobleza en las formas, una educación en la vida ordinaria que no se encuentra en ninguna parte. En ella se busca mucho el placer y aún dedicándose de lleno sus moradores a los asuntos comerciales en los que se ocupan una buena parte del día, la danza, el juego, los paseos, la sociedad y el amor no están ausentes, pues aprovechan para ello todos los momentos libres…Las mujeres son amables, vivas, animadas, afables y nada pacatas, reúnen a la vez la belleza, la gracia y un tono seductor al cual se resiste difícilmente M.W. Dalrymple 1774
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Las diversiones de Cádiz más generalizadas son tres: por la mañana tomar el sol en la Alameda, en la calle Ancha y en la plaza de San Antonio; por la tarde después de la siesta, el rosario o la novena; y por la noche, o al teatro o a las tertulias” P. Coloma 1890
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Quien desee conocer el coraz贸n humano y ver los efectos prodigiosos del comercio y de la industria debe venir a C谩diz a admirarse Alejandro Ramirez, 1791 83
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“La calle Nueva de Cádiz… era reconocida en el mundo entero con la misma categoría comercial que hoy tiene la de Wall Street de Nueva York. Durante más de doscientos años fue una bolsa de contratación al aire libre. Allí se reunían los jefes de las grandes casas comerciales nacionales y extranjeras que tenían negocios en Indias; allí se fletaban barcos, se ajustaban fletes, se enrolaban tripulaciones, se adquirían pasajes, se aseguraban cargamentos, se liquidaban averías…; allí se sabía antes que en ninguna otra parte cuándo se iba a declarar la guerra o se 97 negociaba una paz” Raimundo Lantery 1686
Cádiz reventaba de oficinas y estaba atestada de legajos. Además, la calle Ancha obtenía la primacía en la edición y propaganda de los diferentes impresos y manuscritos con que entonces se apacentaba la opinión pública; y lo mismo las rencillas de los literatos que las discordias de los políticos, lo mismo los epigramas que las diatribas, que los vejámenes, que las caricaturas, allí salieron por primera vez a la copiosa luz de la publicidad. Allí aparecieron, arrebatados de una mano a otra mano, los primeros números de aquellos periodiquitos tan inocentes, mariposillas nacidas al tibio calor de la libertad de la imprenta, en su crepúsculo matutino; aquellos periodiquitos que se llamaron El Revisor Político, El Telégrafo Americano, El Conciso, La Gaceta de la Regencia, El Robespierre Español, El Amigo de las Leyes, El Censor General, El Diario de la Tarde, La Abeja Española, El Duende de los Cafés y El Procurador general de la Nación y del Rey; algunos, absolutistas y enemigos de las reformas; los más, liberales y defensores de las nuevas leyes. Benito Pérez Galdós 1890
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La ciudad de Cádiz respira placeres, lujo y riqueza. Allí no se descubre nada de las costumbres españolas... Los habitantes son amables, afables, alegres y casi todos son también extranjeros Su afortunada posición ha debido hacerla estimable en todos los tiempos a los pueblos comerciantes a pesar de la aridez del suelo, a pesar de los vientos calurosos y frecuentes que enervan, agotan a los que habitan y cuya influencia produce algunas veces el furor y el delirio. Anónimo 1765
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Brillante más allá de toda expresión… la bella Florencia es cosa sucia y triste comparada con Cádiz. Las blancas casas y las verdes celosías deslumbran al sol. Fígaro está en todas partes; Rosina, en todos los balcones. Disraelí, 1830
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Frente al modelo tradicional de mujer sometida siempre a los hombres de su familia y vinculada indisolublemente al hogar, va forjĂĄndose un nuevo tipo de mujer que se dedica a los negocios o a la creaciĂłn literaria, trabsforma su vestuario y liberaliza paulatinamente sus costumbres Julio PĂŠrez Serrano, 1992
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Los bailes entonces en boga eran la gavota y el rigodón, sobre todo este último de gran lucimiento para el galán…También en aquellos días se empezaba a bailar el vals… Para que la Regencia obsequiara a Lord Wellington faltaba un amplio edificio con un salón adecuado para celebrar tan importante festejo; se habilita finalmente el Hospicio trasladándose los acogidos a otro lugar. Como entre los trasladados estaban los locos se contaba en Cádiz que uno de éstos, al ver los preparativos que se hacían preguntó a otro qué ocurría. El interrogado contestó: que vienen unos locos muy principales R. Solís 1987
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Una ciudad en la que don Federico Rubio pudo catalogar a sus habitantes en “cultos o menos cultos”. Ejemplos gráficos de esa curiosidad intelectual son el encargo de las “Siete Palabras”, de Haydn, el teatro que funciona a diario con obras en francés, o contar un tiempo con 70 periódicos. Jesús de las Cuevas, 1974.
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Desde cualquier punto que se aborde Cádiz, esta ciudad presenta un aspecto mágico. Se la ha descrito con una frase que es todo un símbolo: Cádiz es una nave de piedra anclada en medio del océano … en un día de calma, bajo un cielo despejado, este navío parece aquel que llevara del Pireo a Delos las blancas teorías del Atica … En otro tiempo puerto franco del comercio de España con el nuevo mundo y la ciudad más viva de la España meridional, hoy no es más que la sombra de lo que fue, desde que España dejó escapar sus hermosas colonias americanas… Aún presenta y lo conservará largo tiempo las señales de lo que fue; guardará siempre esa distinción de fisonomía que le dieron los siglos, su viva comprensión de las cosas, esa gracia hospitalaria que le es tan propia… Antoine de Latour, 1857.
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Cada casa tiene su aljibe donde se recoge el agua de la lluvia pero por lo general prefieren beber la que se trae en toneles, por barca, desde Santa María. Para enfriarla y adecuarla al consumo humano la filtran a través de pequeñas jarras de cerámica porosa que la hace muy agradable y refrescante. La gente acomodada usa agua enfriada con hielo que se trae diariamente en grandes cantidades desde las montañas de Ronda y constituye, en este clima, todo un lujo William Jacob, 1809
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Todo se le antoja a Ponz aseo, limpieza, prosperidad, ilustración en suma; en aquel Cádiz de 1791: sus gentes, su caserío, sus calles, de empedrado por lo común excelente, «con sus anditos en algunas –nos dice- para los que van a pie», dotadas de muy buen alumbrado y con un extraordinario comercio, donde podían encontrarse géneros de todas las partes del mundo. «Por fin -concluye- Cádiz es una ciudad regalada, divertida, de buen trato, rica y donde se vive alegremente.» Y no agregamos aquí la admiración que le produce su bahía, repleta de buques de todas las banderas del mundo; en la que sólo durante aquel año habían fondeado hasta ochocientos cincuenta y siete navíos, ciento setenta y siete de ellos procedentes de nuestra América. Gómez de la Serna
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Nuestro agradecimiento más sincero a las siguientes personas, familias e Instituciones Nuestros figurantes: Yeye, Colli, Antonio, Patalo, Miguelón, Javi Portela, Noemí-María-Alberto, Ismael, Israel, Mercedes-PedroMercedes, Manolo Morales-Carlos Marañón Lola-Nano, Javier, Chema, Leticia, Melele-Pilar-Melele, Paco-Inma, Inés López, AlexAdolfo, Tere-José Manuel, Sonia-David, Ignacio Córdoba, Gema-Marina-Gema, Inés, Ariadna, Vera, Ana Martín, María Muñoz, Alvarado, Paco-Ana-Guillermo, Alberto González, María Antonia-Paco Traverso-Amparo, Milagros-María, Maqueque, Nicolás, Mamen-Adela-Lale-Sebas-Bartolo, Javi Reina, Luisa-Alumnos-familiares, Angeles, Carmen Guerra-Kiko, Pepe Maestro, IosuneCandela-Borja, Pedro Pablo, Agustín, Rafa Muñoz, Concha-Pablo, Adolfo González Santiago y familia, Mirian-Gonzalo, Mijuan, Antonia Navarro, Fernando Osuna, Paco Cárdenas, Montse, Rosario-Claudia-Julia-Pepe, Julián-Juanito, Pedro Boto e hijo, Bibiana Aído, Juan José Téllez... Familias: Delgado Lallemand en Calle San José, Barro-Ramírez en Calle Buenos Aires, Pablo Grosso en Calle Veedor (Palacio de la Montera), Pascual Huelin en Calle Torre, Manolo Morales en Calle José del Toro (La Bella Escondida), Sobrino Grosso en Plaza España (Las Cinco Torres), Fernández Arellano en Calle Beato Diego (La casa del Pirata), Familia Boto en Calle Antonio López, Ana y Paco Bustelo en Calle San José, Javier Portela en Calle Fernán Caballero (Constantino Paredes), Diego y Teresa en Calle Antonio López (Belle Epoque), Juan Tovar en Calle Novena (Isi), Comunidad de vecinos de Manuel Rancés, Comunidad de vecinos de Valverde, Comunidad de vecinos de San Pedro, Germán López en Calle San Pedro, Ana y MariFrance de La Colonial, Carmen y Joaquín Hernández Kiki. Instituciones: Diputación Provincial de Cádiz, Ayuntamiento de Cádiz, Obispado de Cádiz y Ceuta, Cabildo Catedralicio, Cámara de Comercio de Cádiz, Casino Gaditano, Museo Provincial, Museo Histórico Municipal, Centro Cultural Reina Sofía, Museo Litográfico, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Academia de Bellas Artes de Cádiz, Escuela de Arte de Cádiz, Servicio de Video de la Diputación Provincial.
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Localizaciones (de izquierda a derecha y de arriba a bajo) Pág. 14 Casa del Pirata (Calle Manuel Rancés) 16 La Bella Escondida (Calle José del Toro) 17 La Belle Epoque (Calle Antonio López) 18 Casa de la Plaza Candelaria 19 Casa de la Plaza Candelaria 20 Casa en Calle Buenos Aires y Casa del Pirata 21 La Bella Escondida 22 La Belle Epoque 23 La Belle Epoque 24 La Bella Escondida 25 Casa de los Boto (Calle Antonio López) 27 Casa Aramburu (Plaza de San Antonio) 33 Casa Aramburu 34 Casa de Aramburu, Casa Pinillos, Sede UNED, P.La Montera. 35 La Bella Escondida y Casa Cervera (Calle Cervantes) 36 Casa del Pirata 37 Casa del Pirata 38 Casa de Pascual Huelin (Calle Torre) 39 Casa de Pascual Huelin 40 Casa de Susi y Fernando Delgado (Calle Ancha) 41 Casa en calle Valverde 42 Casa Aramburu 43 La Belle Epoque 44 La Bella Escondida 45 Palacio de La Montera (Calle Veedor) 46 Sede UNED (Plaza San Antonio), Casa Susi y Fernando, Casa Boto 47 Palacio Montera 48 Palacio Montera 49 Palacio Montera 50 Sede UNED, Bella Escondida, Cámara de Comercio, P. Diputación. 51 La Bella Escondida y Casa del Pirata 52 Belle Epoque. 53 Palacio Diputación, Palacio Montera. 54 Sede UNED 55 Centro Cultural Reina Sofía y Belle Epoque 56 Palacio La Montera 57 La Bella Escondida 58 Palacio La Montera y Diputación 59 Palacio La Montera 60 Palacio Diputación 186
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La Bella Escondida La Bella Escondida La Belle Epoque Fundación Federico Joly Museo Catedralicio, Biblioteca, Museo Histórico y CC R. Sofía Sede UNED Casa Constantino Paredes (Calle Fernán Caballero) Casa de Germán López (Calle Cánovas) Casa Constantino Paredes, Palacio Montera Casa de Germán López Casa Pascual Huelin y Palacio Plaza San Agustín Casa Pascual Huelin Cámara de Comercio Sede UNED y Casino Gaditano La Bella Escondida Regata Colón 92 Casa de Viudas Fragela, La Belle Epoque, Biblioteca del Seminario La Belle Epoque Casa Isi, I. del Carmen, Palacio La Montera Rectorado U.C.A. Jardín Palacio La Montera Jardín Palacio La Montera La Bella Escondida, C. Paredes y Pascual Huelin Palacio La Montera Casa Susi y Fernando Delgado Casa Susi y FD. y Casino Gaditano Casino Gaditano y Casa del Pirata Casino Gaditano Casino Gaditano La Belle Epoque, Macpherson, Fundación Joly, Casino Cámara de Comercio Casino Gaditano C.Comercio, Casino, C.Comercio, P.Montera Casino Casino C.Comercio, Casino Casino, Macpherson Museo Litográfico (Puertas de Tierra) Museo Litográfico (Puertas de Tierra) Casa Pinillos (Plaza de Mina)
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Escuela de Arte (Callejón del Tinte), Casa Pascual Huelín, Bella Escondida Casa Bustelo (Calle San José) Casa Bustelo La Bella Escondida, Casa del Pirata La Colonial, Casa en Plaza Candelaria Casa Susi y Fernando Delgado, Casa en Calle Cánovas Palacio La Montera Palacio La Montera Casa Sobrino Grosso, las Cinco Torres La Bella Escondida Casa en Plaza Candelaria Casino Gaditano Palacio Diputación Casa del Pirata, P. Diputación, Palacio Montera Palacio Diputación Palacio Diputación Casa Pinillos Casa Barroca (Calle Manuel Rancés) Casa Barroca M. Rancés Palacio y Casa en Plaza Candelaria, Casa Barroca M. Rancés Casa Pascual Huelín Casa Pascual Huelín La Santa Cueva (Calle Rosario) La Santa Cueva San Francisco y El Carmen Santa Cueva Convento Carmelitas, Casa en Calle Valverde C.Comercio, P.Montera Iglesia del Carmen, I. de Santo Domingo Casa Viudas Fragela, Fundación Joly Casa Isi Casa Viudas Fragela Casa Viudas Fragela Iglesia del Carmen Belle Epoque, San Francisco Belle Epoque Catedral Nueva Catedral Nueva Convento de Santa María Convento de Santa María
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Convento Carmelitas Descalzas (C. Feduchy) Convento de San Francisco Casa del Obispo (Calle Hospitalito Mujeres) Casa del Obispo Convento Carmelitas Convento Carmelitas Iglesia del Carmen Iglesia de los Dominicos, Seminario, Capilla del Pópulo Capilla del Pópulo Iglesia del Carmen Santa Cueva Santa Cueva Casa Viudas Casa Cervera Santa Cueva, Convento de Santa María Museo Catedralicio y Catedral Vieja Convento de San Francisco Convento de San Francisco Baluarte Candelaria, Baluarte Santa Catalina Baluarte Santa Catalina, Baluarte Candelaria Museo Histórico Municipal Museo Histórico Municipal Museo H Mpal. e Instituto Hidrográfico Museo Histórico Municipal Academia de Bellas Artes (Callejón del Tinte) Academia de Bellas Artes-Madame Anselma Biblioteca Seminario Biblioteca Seminario, Museo Catedralicio, Seminario Casa Bustelo, Oratorio de San Felipe Neri Oratorio de San Felipe Neri
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Este catĂĄlogo terminĂł de imprimirse el dĂa del solsticio de verano de 2009
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