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Tema Central : : 09

CRISTO

HOY

sus interrogantes sobre el humilde cura más humorista que taumaturgo.

Signos de santidad Es muy conocido el fenómeno del corazón: sufrió una inflamación tal que el corazón le estalló y le dobló dos o tres costillas... Al celebrar la Misa, se quedaba absorto, fijos los ojos en la Sagrada Hostia después de la consagración... El monaguillo se escapaba de la iglesia y lo dejaba solo en el altar. Regresaba al cabo de dos horas, Felipe volvía en sí, y proseguía la celebración...

Dones extraordinarios El santo tenía el poder de leer el pensamiento de sus penitentes y logró numerosas conversiones. Algunos recibían de penitencia mendigar por alimentos u otras prácticas de humillación. Uno de los beneficios de la guerra contra el ego es que abre la puerta a la oración. Decía: "Un hombre sin oración es un animal sin razón”. San Felipe tenía el don de curación, devolviéndole la salud a muchos enfermos. También, en diversas ocasiones, predijo el porvenir. Vivía en estrecho contacto con lo sobrenatural y experimentaba frecuentes éxtasis.

Infaltables detractores

Con frecuencia experimentaba un estado de éxtasis durante la misa y se le observó levitando en algunas ocasiones. Para no llamar la atención trataba de celebrar la última misa del día, en la que había menos personas. laicos- san Felipe fundó la Cofradía de la Santísima Trinidad, conocida como la cofradía de los pobres, que se reunía para los ejercicios espirituales en la iglesia de San Salvatore in Campo. Dicha cofradía, que se encargaba de socorrer a los peregrinos necesitados, ayudó a san Felipe a difundir la devoción de las cuarenta horas (adoración Eucarística), durante las cuales solía dar breves reflexiones llenas de amor que conmovían a todos. Dios bendijo el trabajo de la cofradía, que pronto fundó el célebre hospital de Santa Trinita dei Pellegrini; en el año jubilar de 1575, los miembros de la cofradía atendieron ahí a 145.000 pacientes. Así pues, a los treinta y cuatro años de edad, San Felipe había hecho ya grandes cosas.

sus preocupaciones eran los carnavales en que, con el pretexto de "prepararse" para la cuaresma, se daban al libertinage. San Felipe propuso la santa diversión de visitar siete iglesias de la ciudad, una peregrinación de unas doce millas, orando, cantando y con un almuerzo al aire libre. Horas inacabables de confesonario... Horas y horas con turbas de niños, con los que juega y se divierte, aunque los mayores no entiendían cómo los aguantaba. Pero él contestaba: “Con tal que no ofendan a Dios, si les gusta pueden cortar leña sobre mis espaldas”. Y se dirige a los niños: “¡A jugar y a divertirse todo lo que se pueda!” Lo único que os pido es que no cometáis nunca un pecado mortal...

Las Indias de San Felipe

Felipe y los grandes

Cuando se ordenó de sacerdote, piensa en ir a las misiones de las Indias. Pero recibe este aviso del Cielo: “Felipe, tus Indias están en Roma. No te moverás de aquí”. La obra de san Felipe habría de consistir en reevangelizar la ciudad de Roma y lo hizo con tal éxito, que un día se le llamarían "el Apóstol de Roma". Así, Felipe será el gran Santo de Roma. Una de

Fue amigo de muchos santos de la época entre los que estaba san Ignacio, quien lo invitó a su Orden cuyo estilo distaba mucho del de san Felipe Neri-; mantuvo un altercado con san Carlos Borromeo por no poder atender a sus pedidos de casas en Milán; le profetizó su obra a san Camilo de Lelis -fundador de los Camilos-; era compinche de san Felix Cantalicio de los capuchinos; reyes, cardenales y papas, tenían

San Felipe tuvo muchos éxitos pero también gran oposición. Uno de estos fue el cardenal Rosaro, vicario del papa Pablo IV. El santo fue llamado ante el cardenal acusado de formar una secta. Se le prohibió confesar y tener más reuniones o peregrinaciones. Su pronta y completa obediencia edificó a sus simpatizantes. El santo comprendía que era Dios quien le probaba y que la solución era la oración. El cardenal Rosario murió repentinamente. El santo no guardó ningún resentimiento hacia el cardenal ni permitía la menor crítica contra éste. Más de una vez intentó el Papa nombrarlo cardenal. Felipe lo rechazaba siempre, pero sin despreciar ni ofender. Cuando se lo comunicaban, tomaba su bonete viejo, lo lanza al aire haciendo piruetas, y exclama riendo: “¡Cielo, cielo, que no cardenalatos quiero!”

Sus últimos años Sufrió varias enfermedades y dos años antes de morir logró renunciar a su cargo de superior, siendo sustituido por Baronio. El último día había llegado y san Felipe Neri tenía que morir con el buen humor con que había vivido. Era el 25 de Mayo de 1595. Se levantó, ofició la SantaMisa como de costumbre, se confesó, rezó, y dió a sus discípulos del Oratorio un brazo. Se acostó otra vez, y preguntó en medio de la noche: -¿Qué hora es? -Las tres. -¿Las tres? Tres y dos son cinco, tres y tres son seis, y a las seis, la partida... ¡A las seis se iba al Cielo! Fue canonizado en el año 1622 por Gregorio XV.. En el Santoral, su onomástico se celebra el 26 de mayo.


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