SALTO HIDROELÉCTRICO DEL CHORRO. LA RECUPERACIÓN DEL PATRIMONIO HIDRÁULICO DEL “CAMINITO DEL REY” Nombre autor: Bestué Cardiel, I. Fundación Juanelo Turriano Dirección e-mail: Ibestue@gmail.com SUBTEMA: Challenges for industrial Heritage • Regeneration through heritage • Societal aims for the conservation of industrial heritage 1. INTRODUCCIÓN La aparición de las centrales hidroeléctricas en el panorama social español de principios del siglo XX supuso un símbolo de modernidad en la obtención de energía eléctrica. Hasta ese momento, las ciudades españolas se surtían de energía eléctrica procedente de empresas de capital extranjero que explotaban ruidosas, sucias y poco económicas máquinas de vapor. Este fue el caso del Salto hidroeléctrico del Chorro, construido en 1903 por el ingeniero Rafael Benjumea para suministrar energía eléctrica limpia a la ciudad de Málaga. La importancia de la construcción de la central hidroeléctrica del Chorro fue enorme para su época. Por un lado, se consiguió un suministro de energía eléctrica a precios sin competencia y de mayor calidad; además los beneficios de la empresa permitieron eliminar la competencia de las empresas belga e inglesa que suministraban energía a través de máquinas de vapor a la ciudad e hicieron posible la compra de la empresa de tranvías de Málaga, de propiedad belga, e incluso permitieron financiar la construcción de la gran presa de Guadalhorce con la que se pusieron en regadío extensos territorios de la comarca y por la que Alfonso XIII nombró a Rafael Benjumea, conde de Guadalhorce. 2. DESCRIPCIÓN GENERAL El ingeniero Rafael Benjumea fue el artífice de este conjunto de obras que se iniciaron con la construcción del salto hidroeléctrico del Chorro en el actual paraje natural Desfiladero de los Gaitanes. Atravesando el desfiladero, un canal llevaba el agua desde el azud de Gaitanejo hasta la central del Chorro, manteniendo un desnivel de 100 metros de altura entre el azud y la central. Para controlar todo el sistema, se creó un camino de servicio del canal de agua que conocemos hoy como “Caminito del Rey”. Este camino se cuelga de las paredes del espectacular Desfiladero de los Gaitanes en un alarde de osadía y desarrollo de la técnica. En su conjunto, el cañón tiene unos 3 kilómetros y medio de longitud y en ciertos sectores se encuentra dominado por paredes de calizas estratificadas verticalmente de más de 300 metros de altura, con anchuras menores de 10 metros. (FIG. 1)