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EXTRAVAGANTE noI-srÍr{ INTERMITENTE PARA EL ESTUDIo DE LAS vÍrs noueNAS Y orRos rEMAS DE GEocRAFÍe nrsrónrce
ISSN: 0214-1051 Legal CA 613i88 Depósito
Editor, director, redactor-jefe, administrador y mecanógrafo: Gonzalo Arias
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No 57 Agosto de 1996 Secretaria:
Los Rosales.20 29380 Cortes de Ia Frontera (Málaga) Tfno. 952 15 44 99 Fax 952 15 44 13
Hilde Dietrich de Arias Correo electrónico: gzlarias@jet.es
ENGORDE PASAJERO Tengo hoy cuatro páginas más que de costumbre, pero no crean ustedes que me voy a quedar así: mi médico (es decir, mi Administrador) dice que esto no es bueno para mi salud (es decir, para mis finanzas). Es posible que tenga que ponerme a régimen y que en el próx-imo número compense con cuatro páginas menos este exceso de ahora. Exceso que, por otra parte, ni siquiera me ha servido para digerir el alimento que se había acumulado. Entre otras cosas, ha sido imposible dar cabida al comenüario del importante libro de F. Franco Sánchez Vías y defensas andalusíes en la Mancha Orienfal, que tiene prioridad para el próximo número. Otra cosa: tomen nota de mi nueva dirección de correo electrónico: gdarias@jet.es. Mi director dice que, dada su relativa inexperiencia en estos inventosragrade*ererá sugerencias y consejos de quienes estén más avanzados en su uso sobre la mejor manera de sacarles partido con fines de investigación bibliográfica o contactos con instituciones o personas.
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El Mnmnro Exrnev¿ceNrs ST]MARIO Pr{gina
l-a Yía del Esparto a su paso por el Puerto de Galapagar ¿Es una vía romana o un camino medieval? Avance de un estudio de Arturo Mohíno Cruz . 2 Vía I¿ del Esparto ¿Vía romana o camino prerromano? Por Gonzalo Arias l-a Yía del Iregua (Varea-Numancia) Por Pilar Pascual Mayoral 11 Suplemento: Mapas 46 y 47 Páginas centrales, sin numerar Brácara, AquaeFlaviaeyla "ViaPrima". Comentario Naturaleza y datación del Itinerario de Antonino. Comentario Ecos, extractos y refritos Arqueometría e Itinerarios de Lépido: una sugerencia . . . Carteia, ciudadpúnicayrom¿ma Eduardo Saavedra ante Numancia El espacio rural en el entorno de Cieza La cuenca del río Aguasvivas en la historia. Comentario Lo que dicen nuestros corresponsales Escribe J.M. Novo Güis¿ín desde Lugo: Apreciaciones a un comeutario . . Escribe Miguel Arenillas desde Madrid: ¿Una vía Zaragoza-Teruel?
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La Vía del Esparto a su paso por el Puerto de Galapagar. ¿Es una vía romana o un camino medieval? Avance de un estudio de Arturo Mohíno Cruz
en el Real de Macanares. Et es la boz.ería en el camjno desde la Foz de las Galljnas a Santa María
Querido Amigo: Hace tiempo que sigo atenüamente tus trabajos y los de tus colaboradores en la revisüa que diriges. Mi interés se centra en el territorio del Real de Manzanares, sobre el cual estoy escribiendo un Iargo artículo que lleva como
título; El Marco Histórico-Geográfico del Real de Manzanares. Uno de sus capítulos trata sobre la red
viaria medieval que cruza el puerto de Galapagar, por donde tú pasas la "Vía del Esparto". Como pienso que existen numerosas coincidencias entre tu descripción y los antecedentes históricos que cito, te envío una copia por si consideras de interés su publica-
ción. Para que te sirva de introducción, el capítulo anterior trata sobre la Carrera Toledana a la que se hace mención en un Privilegio de Fernando III fechado en 1249, y que dice: "..... desde
el Santo, el os del
del Retamar ".
Este pequeño camino unía dos centros de culto mariano: Santa María del Retamar y Galapagar. El primero de ellos estaba situado en el vado del mismo nombre, a medio kilómetro aguas abajo del puente del Rey o puente del Retamar, y estuvo dedicada a la Virgen del Retamar, cuya imagen fue trasladada a la Parroquia de Las Rozas.2 Galapagar también es citado en la época como Santa María del Galapagar, por lo que hemos de suponer que en est¿ localidad existía un santuario mariano
con la imagen de alguna virgen, posiblemente la de la Asunción, a la que hoy se sigue rindiendo culto. Este camino secundario ha sido interpretado por Gonzalo Arias como una imporüante calzada romana que, partiendo de Salamanca, pasaba
por El Escorial para dirigirse
a
ferrenno por do passa la car'era tokdana derecha commo vd á Galapagar; é dende, commo vá d paz en
Madrid, y desde aquí a Cartagena.
parra é á Guadarrama....." es decir: desde el puente del Herreño (en Collado Villalba), a Galapagar, puerto de Galapagar, Villanueva del Pardillo, río Guadarrama y, siguiendo su curso, hasta Toledo. En el puerto de Galapagar, ya en el siglo XIV, mencionan las siguientes
Tomando como base el topónimo Atocha:Esparto, que segrin el autor constituye "una joya toporumica de
vías:
"La Foz de las Galljnas es muy buen monte de puerco en yuierno et ay muchas vezes osso,' el en el Real. Et son las bozerías: la vna por gima de las galljnas en el camjno mayor que va del Galapagar al Pardo" .l
tanto valor probatorio como una piedra miliaria",3 la bautizó con el nombre de "Vía del Espafio" y, siguiendo con su hipótesis, apunta que servía para el transporte del esparto desde Albacete a Cartagena. En la zona que nos interesa, Arias la hace pasar desde Las Rozas por la Carretera Nacional 505 hasta el puente del Retamar. En este punto la hipotética calzada coincidiría, más o menos, con el camino medieval, ya que asciende el Puerto de Galapagar en dirección a Colmenarejo. El autor encuentra en la subida del puerto un muro de contención,
piedras de sillería
El Libro de la Montería hace referencia en este pasaje a un camino al que califica como "el camino mayor", es decir un camino principal, superior en importancia a los que comunicaban villas de poco tamaño; en este caso parece seguro que se trata de la Carrera Toledana. Desde esta Carrera se desprendía un ramal de menor importancia, que ponía en comunicación Galapagar con Santa María del Retamar y que pasaba por "la Foz de las Gallinas", es decir el desfiladero - o paso angosto que forma el Cerro del Paredón:
"El monfe de sobre el Pardo es buen monte de puerco en yuierno, et en tiempo de los panes; et es t57t 2
y
algunos restos de enlosado, que
ronuno. En Colmenarejo, en el lugar conocido como El Navazo, realizó, en supone puedan ser de origen
diciembre L968, una "excavación de sondeo" que puso al descubierto unas pocas losas que le sirvieron para calculade un ancho de 6,6 metros y que le reafirmaron en la romanidad de la vía. Más tarde, dirige la calzada hacia el puente del Tercio, para seguir en línea recta hasta el monasterio de El Escorial y de aquí a Salamanca. Esta teoría, que ha alcanz.ado una difusión inusitada,
no se asienta en base documental alguna. Es más: en el tramo que interesa a nuestro trabajo - es decir entre el puente del Retamar y San Lorenzo de El Escorial - existe
suficiente documentación histórica como para poder afirmar que su origen romano es más que dudoso.
El camino, como ya veíamos antes, se cita en el Libro de la Montería como un camino secundario, en contraposición con el otro "camino mayor, que conduce a Villanueva del Pardillo. En el siglo XIV salía de Santa María del Retamar - asentamiento localizado por Gregorio Andrés en la vera izquierda del río Guadarrama, a unos quinientos metros, río abajo, del actual puente del Retamara -cruzaba el ío por el vado del Retamar, muy cerca del poblado medieval, y remontaba el puerto de Galapagar hacia los altos del puerto, lugar conocido en esa época como "las Gallinas"; desde aquí se encaminaba hacia la población de Galapagar.
No existen referencias documentales de su utilización durante el siglo XV,s ni bmpoco en el XVI, ya que Felipe II construyó un puente sobre el río Guadarrama (Puente Nuevo), mucho más arriba, entre Torrelodones y Galapagar, por donde se iba al Real Monasterio. Es en el siglo XVII cuando comienzan a aparecer las primeras noticias escritas sobre su utilización: en 1659 el viajero Bertaut llegó a El Escorial pasando por el Pardo y Colmenarejo trporquo era un camino más corto que el de Felipe II". Poco tiempo después, Jouvin, en su viaje de 1672, sigue el mismo itinerario debiendo cruzar el rto por el paso del Guadarrama, "pues no había puente".6
En las postrimerías del siglo XVII se decide la mejora de los accesos al Monasterio: el Consejo de Castilla encarga a los tenientes de corregidor de Madrid Don Antonio GonzÁlez de Santiago y Don Manuel Ventura de Sandoval - la fábrica de un puente cerca del vado del Retamar. El proyecto definitivo que lleva fecha de 5 de agosto de 1691 fue obra del arquitecto Juan de Setién Guemes, y su planta coincide con el actual puente del Retamar. Este artífice trasmerano trabajaba entonces en el puente de Toledo y era maestro mayor de la ciudad de Salamanca. Hacia 1695 seguía trabajando en la obra del puente, y, según manifiestan Ardemans y Felipe Sánchez el 8 de noviembre de ese año, el presupuesto ascendía a 351.000 reales.T Hacia el año 1709 las obras
no habían terminado, por lo que el Duque de Medina Sidonia manda colocar un entramado de madera para hacer practicable el paso; esta obra fue costeada por los Jerónimos del monasterio escurialense, quienes entregaron al Presidente de Castilla, el 25 de marzo de L709, ciento cincuenta doblones de a dos (9000 reales).8 Con este arreglo el puente queda practicable, por lo que el
arroyo, enlazaba con el camino de Madrid a El Escorial que construyó Felipe II y que entraba en los bosques reales por la puerta del Tercio (una de las puertas de hierro que mandó levantar el rey Felipe como parte del cerramiento del Real Sitio). Nueve años m¿ís üarde, en 1718, las maderas del puente del Retamar se encontraban en tan mal estado que su paso se hacía difícil. Por este motivo el Marqués de
Vadillo confeccionó un informe - que fue aprobado por el rey Felipe V -en el que se indicaba la necesidad de encargar un proyecto de remodelación y se estudiaba la forma de financiar las obras. Tras diversos avatares que relata Matilde Verdú en su estudio,' y por Real Decreto . del
24 de noviembre de 1726, el arquitecto Pedro
de
Ribera comienza las obras de remodelación. Diez años más tarde, el mismo Ribera traza \fl nuevo camino
(conocido como "camino del Paredón" por
el muro o
paredón de mampostería de 3 pies de grueso por 4,5 de alto que se levantó para protegerlo de posibles dem¡mbes). El priurer tramo de este nuevo camino, es decir el comprendido entre el puente y los altos de Galapagar, se desplaza más hacia el norte que el antiguo. Por eso, en
el
mapa de 1764 que Gonzalo Arias encontró en la Cartoteca Histórica del Ministerio del Ejército, y que ha
publicado recientemente en su revista, aparecen dos caminos:l0 el "camino viejo" que es el camino medieval y el que utilizan los viajeros Bertaut y Jouvin antes de la construcción del puente; y el "camino real" que es el
construido en 1737 por Pedro de Ribera. En 1751 los vecinos de Galapagar - en sus contestaciones al Catastro de la Ensenada - llaman al camino viejo "camino de las
viñas del puente"; y al moderno "camino real que de Colmenarejo va a Madrid".rr
El camino de Pedro de Ribera, al llegar a los altos de Galapagar, se bifurcaba en dos ramales: uno que se dirigía a Colmenarejo y al vado del Tercio, y otro que tomaba rumbo a Galapagar; este último puede seguirse perfectamente por la información que aparece en el Catastro de la Ensenada en donde lo llaman "camino real que va a Guadarrama". Atravesaba el pueblo para llegar alaplaza de la iglesia y, desde aquí, pasaba por el "sitio del Toril", "los llanos de San Bartolomé", "el cerrillo" y el puente del Herreño. Coincide con la carrera toledana y con el trazado dela calzada romana de Galapagar,r2 y es de destacar que en estas fechas no se mencione el puente del Toril que fue construido más tarde, durante el reinado de Cados III.
En diciembre de 1761, el camino de Pedro de un gran deterioro: el paredón
antiguo camino que partía del vado del Retamar dará
Ribera había sufrido
comienzo ahora en el puente, continuando luego el mismo
comenzaba a ceder, varios portillos se habían caído y el camino se había quedado estrecho. Por ello, Marcos de Vierna encarga la reparación al contratista de .{ravaca Juan de Andrade, ordeniíndole asimismo la ampliación del camino hasta los veinte pies (cerca de seis metros). No
trayecto. Desde los altos del puerto cambia su dirección a Colmenarejo y al vado del arroyo del Tercio (el puente
del Tercio lo construirá más tarde Marcos de Vierna, durante el reinado de Carlos
III).
Una vez cruzado el
t57l
3
es de extrañar por tanto, que en el Itinerario de Postas de Campomanes, escrito ese mismo año de 1761, se indique
Pedro de Ribera) y el Camino de las Viñas (utilizado en la primera fase de la construcción del puente del Reta-
el paso por Torrelodones para dirigirse a La Coruña, El Escorial, Medina del Campo, La Granja, Valladolid o Ciudad Rodrigo; dejando el del puente del Reüamar como camino secundario (otra comunicación desde El Escorial
mar).
hasta entrar en la Carrera de Barcelona).13 Poco debieron
durar los arreglos de Marcos de Vierna, puesto que este mismo arquitecto, a finales de 1765, construye un nuevo camino más al norte, que es el que hoy conocemos como Carretera Nacional 505 de Madrid a El Escorial. En el transcurso de las obras se levantaron varios puentes como el del Tercio y el del Toril y se edificaron diversas casas de postas. Así nos lo cuenta el viajero Ponz a principios del año 1766: "no solamente el camino que la comunidad de El Escorial ha costeado, superando muchas dificultades en aquel cuarto de legua de que se hace mención en esta carta, y eskí ya perfectamente concluido, sino el que de orden del rey se ha construido en los restantes de los siete leguas que hay de Madrid a El Escorial; en cuyo distrito se han fabricado varios puentes y el principal el del arroyo del Tercio". En cuanto a las postas dice: "una de estas casas eskí inmediatamente al lugar de Galapagar, y desde el frente de ella sigue otro tramo de camino nuevo hasta Guadarrama, donde se une con el de aquel puerto, que mandó construir el Sr. Rey Don Fernando VI".ra
El nuevo camino de Marcos de Vierna provoca el abandono del viejo camino del Paredón y el desplazamiento del tráfico carretero de la vía de Torrelodones a la de Galapagar. Desde este municipio se construye un nuevo camino con dirección
a
Guadarrama que irá
paralelo a la Carrera Toledana y a la vía romana hasta su enlace en Guadarrama con el camino del puerto del León, construido años antes por Fernando VI. El puerto de la Fuenfría queda para el servicio del Palacio de La Granja y para acceder a Segovia; aunque poco más tarde, al construirse la carretera de Navacerrada, el tráfico a la ciudad del acueducto se desplaza por este otro puerto, cuyas obras fueron iniciadas en el reinado de Cados III (1788) y fueron terminadas, en tiempo de Carlos IV, por el arquitecto Juan de Villanueva.
La Carretera Coruñesa siguió pasando por el puente del Retamar durante gran parte del siglo diecinueve, kl como puede constatarse en la Guía de Postas de 1804;'5 en el Iti¡erario Militar de España de 1867 (Itinerario XI o Carretera de primer orden Madrid-La Coruña); y en el mapa del Instituto Geográfico-Estadístico, escala 1:25.000, de 1875 correspondiente a Galapagar. Dos años después, en otro mapa del mismo lnstituto (escala 1:50.000), la Carretera Coruñesa vuelve a pasar por Torrelodones, y la de Galapagar queda como vieja Carretera Coruñesa. En estos momentos en el puerto de Galapagar aparecen tres caminos: la Carretera de El Escorial a Las Rozas (camino de Marcos de Viema), el Camino Viejo de Colmenarejo a Madrid (camino de
t57l4
Hacia 1890, la Asociación de Ganaderos del Reino,
bajo la presidencia del Marqués de Perales, envió a la zotra a un Visitador Extraordinario de Cañadas, quien incluyó en el patrimonio de Vías Pecuarias - y con el rango de cordel de 45 varas (37,61 metros) - el antiguo y abandonado camino que construyera Pedro de Ribera desde el puente del Retamar al puente del Tercio. Desde ese momento y con la denominación de "Cordel no 4" o
"Cordel dsl f¿mino Viejo" o "del Abasto de Madrid", el camino se convirtió en una vía pecuaria. El informe del
Visitador que se conserya en el Archivo Histórico Nacional, Sección Mesta, describe el cordel de esta manera:
"Comienza el cordel en la Comunidad de Madrid, en el puente del Tercio uniéndose con la Cañada Real Segoviana o Cañada Real no 1 en los entretérminos de Galapagar, El Escorial, Colmenarejo y Valdemorillo. Sigue entre cercados para entrar en el término de COLMENAREJO, pasa por la dehesa de Las Latas al terreno llamado Casa de Quiñones donde hay un descansadero de
20 fanegas. Sigue a la fuente del Navazo y pasa entre cercados y la dehesa Peralera Grande. Pasa por el lado
norte del pueblo, a crvzar el Chaparral de las Heras, por el centro del Alcornoque para seguir entre los cercados del Doctor y la dehesa de La Espemadilla, al arroyo del Membrillo, donde entra en el término de GALAPAGAR. Continria por los cercados de Cuesta Blanca llevando como centro el camiro viejo de Madrid que no abandona hasta salir del término. Pasa a la Dehesa Nueva, cruzÁn' dose con el Cordel no 7 del Hoyo o de Vallejo. Pasa el cordel no 4 por Vallelargo hacia el arroyo del Vallejo o de los Haces, hacia El Paredón. Hace una curva a la izquierda hasta llegar al Puente Caído, sobre el arroyo del camino viejo, al Pontón y casas de ltamen; cruza el
puente del Retamar sobre el río Guadarrama. En el Pontón y casa de Itamen hay un descansadero. El cordel, una vez atravesado el río Guadarralna por el puente del Retamar, entra en el término de LAS ROZAS uniéndose a la carretera de Madrid a El Escorial. Se aparta el cordel a la izquierda de la carretera para ir al sitio de El Endrinal, Canto Blanco y para dar a las inmediaciones del Parador de Matas Altas, donde se une con el cordel no 2 también llamado Cordel de Valladolid." De todo lo que hemos expuesto podemos concluir:
1.
Que el camino que desde el Retamar conducía
a
Galapagar era un camino medieval secundario, que servía
de unión entre dos centros de culto mariano (Nuestra Señora del Retamar y La Virgen de la Asunción de Galapagar).
2. Que este cami¡o era cruzado en los altos de Galapagar por otro, que en el siglo XIV llaman "camino mayor", que conducía a la Casa del Pardo (Villanueva del Pardillo) y que coincidía con la caffera toledana y con la continuación dela calzada roruma encontrada en Galapagar, cuyos restos hemos comentado previamente. 3.
Que, tras años de abandono, el camino vuelve a usarse en el siglo XVII para ir al monasterio de El Escorial por una ruta más corta, atravesando el vado del Retamar (Viajes de Bertaut, L659 y de Jouvin en 1612).
4.
Que en 1691 se decide mejorar los accesos al Real El Escorial, para lo cual se comienza a levantar el puente del Retamar, a medio kilómetro aguas arriba del vado del Retamar.
Monasterio de
5.
Que hacia 1709 se coloca sobre el puente un entramado de madera con lo que comienza su utilización. Por ello el camino se traslada al puente ("Camino Viejo" en el mapa de 1764 o "Camino de las Viñas del Puente" en el Catastro de 1751).
6.
Que en 1726 se comienza a remodelar el puente del Retamar, colocando un enlosado que permite un paso más segufo.
7.
Que diez años m¿ís tarde se coustruye otro camino,
al norte del anterior, que se llamaú "Camino Real de Colmenarejo a Madrid" o "Camino del Paredón". Los restos que encuentra Gonzalo Arias en el puerto pertgnecen a esta obra (muro de contención, piedras de sillería en el puente Itamen y restos de enlosado).
8.
Que en 176I, el camino presenta un gran deterioro por lo que se utiliza la ruta alternativa que pasaba por Torrelodones (Itinerario de Postas de L76l). Ello obliga
y ampliar el enlosado hasta los veinte pies; este enlosado pudo ser el que encontró Arias en su excavación realízada en Colmenarejo, enla zona del Navazo. a Marcos de Vierna a reparar el camino
Que hacia 1890, el cami¡o que construyera Pedro
Tercio es incluido como vía pecuaria por la Asociación de Ganaderos del Reino con el nombre del "Cordel no 4 o del Camino Viejo de Madrid". El pequeño camino que cita el Libro de la Montería nació, como otros muchos, para comunicar dos poblaciones surgidas tras la toma de Toledo, en 1085: Santa María del Retamar y Santa María del Galapagar, El primero fue fundado por gentes de Madrid en los albores del siglo XII, siendo motivo de disputa entre madrileños y segovianos durante el largo pleito que ambas comunidades mantuvieron por la posesión del Real de Manzanares. ,En 1312, la Villa de Madrid presentó un alegato al rey Alfonso XI reivindicando este pequeño núcleo rural, e informándole de que, un siglo antes, había sido su propietario un caballero madrileño llamado Fernando García. Sobre este modesto enclave se erigió una pequeña iglesia, dedicada a Santa María, cuyas ruinas aún se conservan. No conozco la fecha de su despoblación, aunque puede sospecharse que se produjera coincidiendo con alguna de las múltiples pestes que asolaron la zona (la primera de ellas - y la mrís devastadora - se produjo a mediados del siglo XIV, aunque hubo muchas m¿ís en
siglos sucesivos). La iglesia, tras el abandono de la población, se convirtió en una ermita dedicada a la Virgen del Retamar, a la cual acudían los vecinos de Galapagar a hacer sus plegarias a través de este camino. los vecinos de Las Rozas trasladaron la imagen de la Virgen a su iglesia parroquial.
Ya en tiempos modernos, olvidada la costumbre,
En el siglo XVI se erigieron los reales sitios de El Escorial y Valsaín y, durante el siglo XVI[, Felipe V construyó su particular Versalles español en La Granja. Para comunicar la capital con estos nuevos enclaves fue necesario crear una red viaria de primer orden; empleríndose para tal ñn ingentes recursos económicos, que rara vez fueron utilizados para otros tipos de obras civiles. Los conocimientos constructivos de aquellos artífices se basaban en los modelos del mundo clásico, hasta el punto
9.
Que el camino vuelve a deteriorarse rápidamente, por lo que Vierna construye hacia L766 otro alternativo que es la actual Carretera Nacional 505 de Madrid a El
Escorial. Desde ese momento la ruta se convierte en una de las más importantes de Madrid con categoría de camino real carretero. Por él se va a El Escorial a través de Colmenarejo y del puente del Tercio; a La Coruña por Galapagar-puente del Herreño-Guadarrama-puerto del León; y a San Ildefonso y a Segovia por Galapagar-
Guadarrama-La Fuenfría.
10.
11.
de Ribera desde el puente del Retamar hasta el puente del
Que este camino estuvo en uso hasta 1877, fecha en
la que la Carretera Coruñesa se traslada nuevamente Torrelodones.
a
de que, para cualquier profano - y en muchos casos también para el especialista - puede ser imposible la diferenciación entre un enlosado de la época y una calzada roÍuna. Sirva como ejemplo el libro de Fern¿índez de Mesa, escrito en L755 (un libro de consulta obligada para los arquitectos ilustrados), que cuando trata de los caminos lo hace en estos términos: "La gran
fábrica de los caminos romanos convendría imitarse en todas partes,..... me contentaría que se hiciesen en la forma referida los reales de primera clase, esto es, uno desde cada capital del Reino hasta la Corte". En el capítulo XII de su libro, el autor sigue desarrollando la técnica constructiva de los caminos rornanos, y es tal el mimetismo pretendido, que alguno de sus párrafos raya en lo puramente anecdótico, como cuando se detalla el
t57l
5
modo en que los ronranos ponían la hierba "filix" debajo esto no quiero decir que se deba rcchazar "a priori" la de los caminos; o cuando pormenoriza qué tipo de hierba coincidencia de lo romano con lo cortesano. Todo lo era ésa y qué cualidades poseía. contrario, esa coincidencia no sólo es posible, sino
probable. Lo que pretendo resaltar es que, en
estos
el casos, y antes de que nos decantemos por una hipótesis investigador debe poner en el estudio de los restos viarios de romanidad, debemos ser especialmente cautos y Valga esta cita como ejemplo del cuidado que
en las cercanías de los emplazamientos
extremar, más aun de lo habitual, las precauciones. Para
elevado. Esto ya ha ocurrido en la Fuenfría, donde el camino borbónico ha sido interpretado como rornano, mientras éste permanece aún sin investigar; y este mismo fenómeno puede darse también en las cercanías del Real Monas-
1o cual debería realizarse previamente una consulta
encontrados
cortesanos, ya que el riesgo de error puede ser
documental y bibliográfica exhaustiva; algo que uno está acostumbrado a leer en el preámbulo de muchas publicaciones y que, desgraciadamente, luego no se suele
cumplir.
terio, como pienso que es el caso que nos ocupa. Y con
NOTAS
l.
MONTOYA RAMIREZ, M.L (1992): Libro de la Montería,p.466.
2.
ANDRES, G. (1978): "Las Cacerías en la Provincia de Madrid en el Siglo Anales de Es¡udios Madrileños, Torno XV, p. 54.
3.
ARIAS BONET,
4.
ANDRES,
5.
RUMEU DE ARMAS, A. (1974): Irinerario de los Reyes Católicos.
6.
FERNANDEZTROYANO, L. (1990): lns Pasos Históricos de la Sierra de Guadarrama, p. 103.
7.
CORELLA SUAREZ, P. (1994): "Puentes y Caminos Reales en torno a la Corte. Siglos XVII y XVffi", Mad.riil en el Contexto de lo Hispánico desde la Epoca de los Descrubrinie,xtos,Torno I, pp. 63-66.
8.
MOHINO CRUZ, A; MIGUEL CUESTA, A. : "Pedro de Ribera remodela el puente del Retamar y construye el camino del Escorial por Colmenarejo.'' Artículo reproducido enEl Miliario Ertravagante,1996, no 56,pp.2y 3.
9.
VERDU RUIZ, M. (1994): "Pedro de Ribera y la Rernodelacióndel Puente de Retamar", A.I.E.M. Vol. XXXIV, p. 96.
10.
ARIAS BONET, G. (1996): El Miliario Extravagante, no 56, p. 5.
11.
Catastro de la Ensenada, 1751: Villa de Galapagar en llacienda/Catastro. Libros 262 y 263.
12.
VALLESPIN GOMEZ, O.; CABALLERO CASADO, C.; CORNEIO GARCIA, A.: "Calzada Romana de Galapagar (MaCrid)". Artículo reproducido e¡ El Miliaio Exfravagante, 1996, no 55, pp. 2-4.
13.
RODRIGUEZ CAMPOMANES, P. (1761): Itinerario Real de Postas de Dentro y Fuera del Reino, Edición Fascímil del Ministerio de Transportes, Turisrno y Comunicaciones, 1988, pp.23,25,41,59,72,20 y 26 (según aparición en el texto)"
1'4.
PONZ, A. (1766): Viaje de España, Carta prirnera del Tomo segundo. Citado por URIOL SALCEDO, J.L (1990): "Historia de los Canrinos de España". Tomo I, pp.255-251.
15.
ESPINALT GARCIA, B. (1804): Guía General de Postas y Travesías de España.
c.
c.
XlV,
según el
(1987): Repertorio de Caminos de la Hispania Romana, p.376.
(1983): op. cit., tomo XD(, p. 273.
la
Provincia de Guadalaxara. Archivo Histórico Nacional. Sección
Arturo Mohíno Cruz c/San Luis de Potosí, 15 28250 TORRELoDONES (Madrid) Tel. 91-859 40 18
tsTt 6
"Libro de la Montería" de Alfonso XI",
La Vía del Esparto ¿Vía romana o camino prerromano? Por Gonzalo Arias Querido amigo Arturo:
Vaya por delante que el título que he puesto a esta respuesüa no pretende ser una provocación. Califícalo si quieres de "huida hacia adelante" (aunque sea hacia atrás en el tiempo). En efecto será una huida en cierto sentido, porque tendré que admitir sin rechistar la práctrca totalidad de tus conclusiones, aunque las complemente con algunas consideraciones desde una perspectiva
roilranas casi nunca puede apoyarse en tal documentación. Cuando dices, al final de tu trabajo, que para decantarse por nna hipótesis de romanidad "deberÍa realizarse
previamente una consulta documental y bibliográfica exhaustiva", se te puede responder que la documentación y la bibliografía de época romana son tan parcas que la exhaustividad se alcanza con poquísimo esfuerzo; y que los documentos medievales difícilmente pueden acreditar los posibles antecedentes romanos de un camino.
diferente.
Quien quiera hacer la historia de un camino, Siempre he procurado estar abierto a puntos de vista distintos del mío, no atrincherarme tercamente en una posición por el mero hecho de haberme encariñado con ella y rectificar con naturalidad cuando tal posición
resulta indefendible ante
la
fuerza de nuevos datos o
argumentos. Procuraré también ahora seguir esta norma, aunque a mi parecer la historia no siempre es una ciencia exacLa, y el esfuerzo de aproximación a la "verdad" histórica puede estar a menudo condicionado por factores subjetivos que nos orienten en un sentido m¿ís bien que en otro.
La aceptación de tus conclusiones sobre la dudosísima romanidad, o más bien la probable modernidad, de los vestigios materiales de calzada encontrados en el camino del puente del Retarrar al Escorial por Colmena§o no me cuesta especial esfuerzo. (Lo mismo, por lo demiís,
que los restos de Galapagar, de igual hechura).Hace tiempo he superado la ingenuidad de llamar "romana" a cualquier calzada con piedras cuyo desgaste puede deberse tanto al paso de dos mil como de doscientos años, y tengo muy clara conciencia del autoengaño en que han caído numerosísirnos investigadores que han dado por
romanos empedrados dieciochescos: véanse, sin
ir
más
lejos, mis "Apostillas" en la página 4 de nuestro número anterior. Pero confieso que en textos menos recientes he podido caer en efecto en esa ingenuidad. Reconozco tu excepcional dominio, f'ruto de pacientes búsquedas, de la documentación medieval y moderna sobre caminería en La zona que nos ocupa. Realmente, en este sector concreto y en las fechas en que se circunscribe tu estudio, sí que consigues que la historia se aoerque a la categoría de ciencia exacta. Sería temeridad irnpugnar los datos sobre los que dispones de una documentación fehaciente.
El problema, para mí,
es que la investigación de vías
si
se
molesta lo preciso para rebuscar en los archivos, podrá llegar probablemente a conclusiones seguras en un cien por cien para el siglo XX y aun para el XIX. Se expondrá a algún pequeño margen de error para el siglo XVIII, y el margen de error aumentará para los siglos medievales, pudiendo variar bastante según que tenga o no la suerte de encontrar documentos de la época. Pero a medida que se remonte en el tiempo, se verá obligado a contentarse con hipótesis más o menos razonables, nrás o menos basadas en i¡dicios o deducciones, y cuya aceptación por otros historiadores o por los lectores en general nunca podrá ser universal. Creo que 1o mismo puede decirse, mutatis mutandis, para cualquier otro sector de la historia. Seguridad total para hechos contemporáneos (a no ser que intervengan el
CESID, las materias reservadas y otras nieblas o humare-
das ocultadoras intencionadas); hipótesis con diverso grado de credibilidad para hechos remotos.
La investigación de vías romanas dispone, como antes decía, de escasísima documentación de la época sobre la que asentar conclusiones con aire de ciencia exacta. Sabes que uno de mis postulados aceptado por todos- ha
-no
sido siempre que las cifras del Itinerario de Antonino (y de los Vasos de Vicarello) pueden constituir algo de esa base matemática que aproxime la caminología romana a una ciencia exacta. Pero larnentablemente el IA nos sirve de muy poco en el caso de la Vía del Esparto.
Mis conclusiones sobre la Vía del Esparto no pueden presentarse por consiguiente, en modo alguno, como verdades apodícticas. Son hipótesis, a juicio de su autor con una trabazón lógica bastante finne para que merezcan atención, e incluso aceptación condicional y provisional mientras no se demuestre su falsedad; pero hipótesis al fin, que cada cual es libre de valorar a su guisa, sin que yo pueda picarme ni molestarme si alguien sugiere que la
t5717
dosis de imaginación en mis incursiones en el pasado mayor de la que debería permitirse un historiador.
es
En lugar de presentar primero los documentos para sacar después las conclusiones, como hí has hecho, me voy a permitir recordar primero mi teoría, para resumir después los indicios o razonamientos en que la apoyo. 1. EI camino de Cartagena a Salamanca pasando por el solar de la que había de ser capital de España fue primero un camino comercial abierto u organizado por comerciantes griegos unos 500 años antes de nuestra era para buscar los metales del noroeste de Iberia, en especial el estaño. Los mercaderes, se ha dicho, siempre preceden a los ejércitos. Notemos que cuando digo carnino "abierto u organizado" no pienso en absoluto en una calzada. Podría ser una simple senda para el paso de acémilas, sin infraestructura material alguna; pero, eso sí, señalizada de alguna manera (postes hincados o rnarcas en las rocas en puntos críticos) para que las caravanas no se extraviasen y rnantuviesen una orientación constante.
2. Lo que movió a los comerciantes griegos (focenses o masaliotas) fue la necesidad de br¡scar una ruta
Cuentan los historiadores que vacceos, carpetanos y olcades reunidos presentan batalla a Aníbal al cruzar el Tajo y son derrotados. El lugar de este encuentro estarÍa segín esta hipótesis no lejos de Fuentidueña de Tajo.
5. Dos o tres siglos más tarde, asentado el dominio romano en Hispania, la vieja ruta del estaño de los mercaderes griegos se ha transforrnado, al menos en buena parte de su recorrido, en víaromana señalizada con miliarios. Es ahora cuando podemos hablar de la Vía del Espar-
to, que atraviesa el Campus Spartarius para llevar la valiosa fibra a Carthago Spaftaria, puerto de embarque para expedirla a Roma.
6. Tras la reorganización provincial de Diocleciano (hacia 287), nuestra vía pasa a ser la espina dorsal de la nueva provincia Cartaginense, desde cuya capital la vía alcanza el confín noreste de la provincia, atravesándola por medio. El confín provincial estaría en la Sierra de Guadarrama
(cf. ME 48,24). Tal vez esia reorganizaciór proviacial contribuyó a que la parte de la vía que discurría por tierras lusitanas (en la que no se han hallado miliarios)
alternativa a Ia marítima por el Estrecho, ya que &ta había sido cerrada a sus navqs por los cartagineses,
recibiese menos atención de la administración rofirana.
sus competidores comerciales y enemigos políticos.
Escritas ya las frases anteriores, me viene a la memoria un viejo dato toponímico no aprovechado hasla ahora, que rescato de mi quasi-olvido. ATENCIÓN PUES AL NUEVO DATO. Unos 4 km al nordeste de Navas del Marqués (IG 532) hay un monte llamado "Alto de CarLagena". Este nombre figura también en el rnapa de la
El punto de arranque del camino terrestre, la ciudad indígena Masfia, estaba todavía muy lejos de convertirse en una Nueva Cartago. Esta situación pudo durar unos 300 años. No hay que excluir, por lo demás, la posibilidad de un rarnal que arrancase de la colonia giega Akra Leuke (Alicante), más alejada de la esfera de influencia cartaginesa.
3. La expedición de Aníbal en 220 a.C. contra Helmdntica y Arbukala se explica por el objetivo de apoderarse de este filón comercial, en el que Helmdntica desempeñaría un papel de importante mercado intermedio.
provincia de Ávila por Francisco Coello, 1864.
Su
situación es por demás elocuente: en la divisoria de aguas Duero-Tajo, junto al actual límite de provincias de Ávila y Segovia; con 1641 metros es el más alto en bastantes kilómetros a la redonda, y eslá apenas a 8 km del lugar (Finca de la Cepeda, enclave de la prov. de Madrid) por donde pasaba nuestra vía del Estaño y del Esparto. ¿Es
fantasía
o es presunción lógica ver en este topónimo
Cartagena, perdido en un extremo de la Sierra de Guada-
rrama, un eco remoto del límite de la provincia Cartagi-
Arbukala, cualquiera que fuese su discutida situación, estaba sin duda más al norte, camino de Asturias y Galicia. Pero Aníbal no necesitaba ir tan lejos paru cortar el comercio de sus rivales e imponer sus condiciones
nense?
comerciales a los pueblos indígenas.
alguna casa o una simple posada. Pero este cruce adquiere un valor estratégico en el siglo IX por su situación en Ia Marca o zonr fronteriza del Emirato cordobés. Surge así (tiempos de Abderrahman II) el castillo de M@rit, y en torno a él poco después la ciudad llamada a ser capital de España.
4. EI ejército de Aníbal, que había llegado a las tierras del Duero desde el sur por el que más tarde será el Camino de la Plata, regresa hacia Cartagena (fundada tres años antes como ciudad cartaginesa) siguiendo las huellas de sus rivales, a los que elimina así definitivamente de las ruta comerciales del estaño ibérico.
I57]
B
7. En el cruce de nuestra vía con la, de Emérita a Caesaraugusr¿, nunca hubo una ciudad rornana; quizá
Desde sus orígenes medievales,
la X formada por
ambas vías queda plasmada en la estructura urbana: Calle
Mayor-Calle de Alcalá,
y
Calle de Atocha-Calle
de
Santiago.
Ni la iglesia de Santiago dio nombre a su calle, ni la basflica de Atocha dio nombre a la suya, sino que fue al revés en ambos casos.
8. Desde que Madrid pasa a poder de cristianos, Ia
atracción de Compostela sobre los peregrinos deja su huella en la ciudad y en nuestra vía, que adopta en un tramo el nombre de Calle de Santiago. Si esta calle no llegó a ser tan larya y famosa como su hermana la parisina Rue Saint Jacques, hay que atribuirlo entre otras razones a que el Palacio Real y sus terrenos cortaron la expansión de la ciudad en esta línea. La Calle de Santiago era antaño la vía principal de acceso al Palacio Real, habiendo sido ensanchada en 1525 para la entrada de la emperatriz Isabel, esposa de Cados V; eso dice Pedro de Répide, Las calles de Madrid, ed. revisada por Federico Romero, 1972. Según este cronista, en el solar de la iglesia de Santiago existía ya una iglesia "en
10. Pese a las peregrinaciones jacobeas, el c¿mino debió caer en casi total abandono en algunos tramos del sector Madrid-Salamanca, pues atravesaba por tierras casi totalmente despobladas durante m¿ís de tres siglos (VIII-XD. No es extraño que en la documentación exhumada por Arturo Mohíno sólo aparezca en el siglo XIV un camino de Santa María del Retamar aGalapagar, coincidente con
el nuestro tan sólo parciahnente. Pero del silencio del ' Libro de la Montería en el siglo XIV no me parece lícito deducir la inexistencia del camino en siglos anteriores, e incluso contemporiíneamente como camino sin interés para los monteros.
tiempo de los godos", noticia que acojo con la natural 11. EI tramo Madrid-El Escorial recobra actualidad con Felipe II, que escoge como capital y como residencia sendos cruces estratégicos de vías romanas.
res9rya,
Pero al parecer Felipe II no recorrió habitualmente el camino antiguo, que quedó relegado a categoría de atajo difícil por falta de puentes, sino que prefirió cruz-ar el río Guadarrama miís arriba, por Torrelodones. Sólo a fines del XVII se decide hacer el puente del Retamar, y en el
XVIII se rehabilita el que aún en 1164 se llamaba "camino viejo", aunque Pedro de Ribera haga en él una pequeña variante. No es cosa de repetir datos conocidos y admitidos, pero insistiré en que si aceptamos que el "camino viejo" era el medieval, no hay motivo alguno para excluir la posibilidad, y aun probabilidad, de que éste sea el camino romano y prerromano, alegando que tal supuesto "no se asienta en base documental alguna".
*** Atiraq{e
Sin buscar expresamente la simetría, frente a tus 11 conclusiones me han salido taurbién 11. Pasaré ahora, como había anunciado, a resumir los principales indicios y razonamientos en que las apoyo, aunque algo de eso ha ido saliendo ya.
9. El transporte de la fibra que los romanos llamaron esparto ("atocha" en lengua ibérica), que había dado animación a la vía en época romana, siguió dándosela en tiempos medievales y modernos. Pero a medida que crecía la importancia de Madrid como mercado, los "atocherosrr, más bien que bajar desde los campos albaceteños a Cartagena, ascendían hacia
la capital por la Calle de Atocha para poner
Está ante todo la vía romana de Cartagena a Segóbriga (Cabeza de Griego, Saelices, Cuenca). Esto es afortunadamente miís que un indicio. Es una vía romana con sus
miliarios recopilados por Hübner
y
últimamente bien
estudiados por Lostal; con su recorrido comprobado por numerosos autores, el m¿ís reciente quizá Palomero (aunque haya vacilaciones en puntos de detalle); con una tradición popular constante entre los pueblos por donde pasa que acredita su romanidad.
su
mercancía en manos de los t'esparterosrr, asentados en la calle de su nombre.
El paso siguiente en orden lógico es observar que en Saelices se pierde la pista y los investigadores buscan en
t57l
9
diversos rumbos.
A nadie
se le había ocurrido, al pare-
cer, algo tan sencillo como prolongar el mismo rumbo seguido hasta allÍ, lo que lleva a coincidircon la carretera moderna de Madrid a Valencia. ¿Será esta carretera la que se ha "comido" lavía? Sentada esta hipótesis, nos encontramos pronto, sin cambiar el rurnbo, caminando sobre la Calle de Atocha. El encuentro con este topónimo hizo brotar en su día un chorro de luz, inútil recordarlo. Lo mismo cabe decir de los dos arcos oblicuos de la Plaza Mayor, testigos de un camino anterior a ella; de la Calle de Santiago; de la Carretera Antigua de Castilla en la Casa de Campo... Coincidencias que, a medida que se acumulan, confirman
el buen camino, aunque no sean propiamente "pruebas documentales".
nuestra certidumbre de hallarnos en
siglos después, de una vía romana? Una dificult¿d: si los rornanos encontraron ya traz.ado ¿quién lo trazó? No parece verosímil un machadiano ejército cartaginés que hiciera camino al andar cortando montes, bosques, valles y ríos. Más bien hay que pensar que si desde Salamanca Aníbal pone rumbo a Cartagena, es porque dispone de guías que le acompañen; y si hay guías, es que hay camino, por rudimentario que sea. ¿Quién fue el ingeniero, entonces? ¿Pudo haber un ingeniero con tan amplia visión cuando no había ni Ministerio de Obras Públicas ni poder central alguno que promoviese tan ambicioso proyecto?
el camino,
. Un eslabón m¿ís del proceso lógico: los mercaderes griegos masaliotas (de Massalia, Marsella). En mi
p. 387, expliqué su papel en el comercio A lo allí dicho añadiré ahora el siguiente
REPERToRIo,
Hasta aquí, no había aún motivo para pensar en un camino prerrornano. Los indicios llevaban a sospechar que la vía de Carthago Spafiaria a Segóbriga se prolongaba a través de Madrid. Pero ¿a dónde iría? Quedaba descartada Cómpluto, y la observación atenta de los mapas, tanto generales como topográficos, llevaba a descartar también Segovia e incluso Ávila. Otras ciudades romanas de la región, como Miacco o Titultia, aparte de ser de ubicación incierta, no parecían tener entidad suficiente para ser término de una vía de esta categoría. Quedaba Salamanca.
La hipótesis Salamanca me llevó a buscar indicios en
la línea Madrid - Las Rozas - El Escorial - Peñaranda Salamanca. No repetiré aquí los hallados en tierras abulenses
y
salmantinas (básicamente la reiteración del
topónimo "calzada"; cf ME 36,21), y demasiado hemos hablado ya del tramo madrileño. Recordaré no obstante que un momento inolvidable de la búsqueda fue el hallazgo en 1968 de la enterrada calzada de Colmenarejo, siguiendo Ias indicaciones de un lugareño viejo que la
del estaño.
párrafo de Raymond Chevallier (Les voies romaines, París 1972, p. 4):
"On évoquera aussi les routes de l'étain d partir du fameta de Diodore (dans sa "Bibliothéque
témoignage
historique", V,22, écrite vers 60-30 av. J.-C., mais utilisant des sources plus anciennes, comme Timée (IIÍ siécle av. J.-C. et Posidonius (100 av. J.-C.): "Les marchands qui achétent l'étain (en Grande Bretagne) le lransportent vers la Galatie; finalement , fraversant d pied cette derniére en j0jours, ils conduisent d dos de cheval leurs charges ñ l'embouchure da Rhóne», conrtrmé par an autre passage (Y,38): "Une grande quantité d'étain provenant de l'íle Britannique est dirigé vers le rivage
galate d'en face. Par l'intérieur de
De nuevo pregunto: ¿No te pareoe lógico presumir que
y, desde sus bases et Akra Leul«4 o en colaboración con los pueblos indígenas, organizasen una ruta ibérica del estaño? La presencia de
noroeste ibérico
Mastia
Fueron ellos los que me hicieron observar que los
les
los masaliotas pusieran también el ojo en el estaño del
duda de que aquello era un empedrado romano; y aunque hoy sea tan escéptico cor¡o tú sobre el empedrado en sí, sigo creyendo que esas piedras eran herederas del camino
Cartagena-Salamanca: hemos llegado ya a la deduccién de que probabilísimamente hubo un camino romano que unía estas ciudades con una orientación bastante constante, aunque si bien se mira trazando un arco muy abierto. El siguiente eslabón en la cadena de deducciones se perfiló gracias a los borradores de los mapas históricos que ahora está publicando El Mtlunlo EXTRAvAGANTE.
Celtique,
liotes et dans la ville nommée Narbonne.,"
llamaba "Camino de la Reina". No me cupo entonces
protohistórico.
la
marchand"s l'acheminent d dos de cheval chez les Massa-
y
mercaderes griegos en Galicia en tiempos prerromanos es corrientemente admitida. Y la continuación del comercio greco-galaico por vía terrestre cuando la marítima dejó de ser factible es, cuando menos, perfectamente verosímil.
*** Espero, amigo Arturo, que haya quedado claro que tus firmes conclusiones son perfectamente compatibles con
mis divagaciones probabilísticas. Me satisface por otra
nombres de Salamanca
parte comprobar que también tú das cabida al concepto de probabilidad, cuando al final de tu trabajo admites que la
entre la marcha de Aníbal con su eiército de Salamanca
coincidencia de un camino rouuno con uno borbónico "no sólo es posible, sino probable". Y hay casos en que lo probable se acerca muchísimo a lo probado.
y Cartagena aparccían unidos en un momento muy preciso de la historia antigua de España. ¿No te parece lógico establecer una relación
a Cartagena y la existencia entre estas ciudades, tsTt 10
dos
La Vía del lregua (Varea-Numancia) Por Pilar Pascual Mayoral de Et Mtutruo Exln¿vle¿¡,nn son amplios extractos de un capítulo de un trabajo de investigación mucho mds amplio todavía inédito leído en la Universidad de ZaragoTa. El capítulo se refiere a la vía romand del lregua (nuestra 772) y sus ramales. Dada su extensión, y autorizados por la investigadora riojana a quien agradecemos cordialmente su atención, nos hemos visto obligados a aligerar las notas bibliogrdficas, q extractar y a resumir ciertos pasajes. Nos hemos permitido también qgregar sobre la marcha, en lugar de hacerlo en forma de " Apostillas " como otras veces , algunas observaciones personales, que van en cursiva y firmadas con las iniciales G.A.J
[Lo que ofrecemos aquí a los lectores
CARTOGRATÍA HISTÓNTCI Hasta los años 1769, 1187 y 1819 en que se suceden diversas ediciones del mapa realizado bajo la dirección de D. Tomás López, no se cuenla con ningún mapa relativamente documentado. Previo a la publicación del mismo, redactó un cuestionario, que comprendía todos los datos necesario para elaborar sus mapas. Hemos consultado las informaciones
que se enviaron desde la Rioja y los gráficos que las acompañan (recogidos en la sección de Manuscritos de la Biblioteca Nacional). De la primera mitad del siglo XIX contamos con una serie de planos de la ciudad de Logroño, Haro y valle del Ebro en general, realizados por técnicos militares, conservados en la Cartoteca del Ejército (Madrid). Son escasos los datos que aporta sobre la zona que estamos estudiando.
En 1851, Francisco Coello completa su mapa de la Rioja y planos de los núcleos urbanos más importantes.
mienlo visual minucioso de los vestigios maferiales de la vía, y muy en especial de los puentes o restos de éstos,' se han manejado los fotogramas qéreos de 1956. No se conoce ningún miliario de estq vía. Después de seiíalar que ni en las guías de caminos de Villuga o Meneses, ni en un ltinerario Español de 1788, hay mención de un camino entre Logroño y Soria por el Iregua, la oulorq enumera varios proyectos de construcción de una carretera entre estas capitales en los siglos Wlll y XIX. Pero hasta bien entado el XIX no se inician las obras. Creo por mi pañe que este dato es importante, pues permite descartar la sospecha, tanÍTecuente en otras regiones, de que los empedrados conseryados sean obra de ingenieros de Fernando W o Carlos III. Notemos que en el mapa de 1851 de Coello se da como construida la calzadahasta Torrecilla,y en proyecto hastaLa Poveda (Soria); hay que observar el mapa con lupa, pues los "trazos interrumpidos" con que Coello marca los proyectos son diminutos. G.A.J
TRAZADO DE LA VÍA CARTOGRAN'ÍE A,CTUET, Partiendo de Varea, sigue un recorrido Norte-Sur. Se ha contrastado
la cartografía realizada con diversos
fines y escalas a fin de detectar el trazado original de la vía, consultándose las hojas a escala 1/50.000 y 1/25.000 del I.G.C. y las hojas a escala 112.000 del Catastro de suelo nístico cuya lectura ofrece una gran información.
BIBLIOGRAFÍA
Situada sobre la segunda tercazz del río Iregua, sigue su margen derecha desde este núcleo hasta Torrecilla.
Se encuentra asfaltada actualmente desde las proximidades de Puente Madre hasta Nalda. Unavez ftnalizado este tramo continúa por el Camino Viejo de Nalda a Viguera, siguiendo el tr¿ínsito obligado paralelo al Arroyo de la Cueva donde existen restos de un puente con
empedrado. Asciende hasta Viguera [Se mencionan aquí, entre otras cosas, la documentación del Archivo de Navarrete, la bibliografía local de yarios núcleos de la zona del lreguay los trabajos de F. Fita y de B. Taracena.J
PTRAS FUENTES DE CONOCIMIENTO Se ha tenido en cuenla la toponimia,' se ha hecho una prospección sistemdtica de los yacimientos y un reconoci-
por la calle La
Calzada.
Continria por
el Camino a Torrecilla; un kilómetro
antes de llegar al pueblo, desciende suavemente y pasa próximo a un manantial de aguas termales (actualmente en explotación) denominado Riva Los Baños. Atraviesa Barruelo, cntza el Arroyo de Tómalcs donde aún se conseryan restos del antiguo puente. Pasado la casa de Cocera, atraviesa por primera vez el río Iregua y asciende junto a la Venta del Hambre, hacia
t571
11
Montemediano. Sigue por el actual pantano de González Lacasa hacia Peñaloscintos y Villoslada. En este segundo núcleo cruza
el río. Transcurre próxima a la laguna de La Nava, dirección Lumbreras-Pajares. En este tramo sigue el curso del río Piqueras, afluente el Iregua. Desde la ennita de la Virgen de la Luz franquea el puerto de Piqueras (1.709 metros) por el camino denominado el Atajo. A partir de este punto entra en la provincia de Soria, desciende el puerto y atraviesa el río Zar'ran:zano, donde se conservan las cepas del antiguo puente ya próximo a Garray (Numancia).
TOPONIMIA lLos topónimos camineros expresivos son "Camino Viejo" entre Alberitey Albeday entre Nalday Viguera, "la Calzada" en Viguera, "Camino de los Romanos" por Montemediano y Peñaloscintos, y "Los Empedrados" por Villoslada.l CARACTERES GENERALES DE LA VÍA La vía desde Varea a Nalda sigue el valle del Iregua, próxima al curso de agua, evitando las zonas de inundación, construida sobre la segunda tercaza del río. En la zona de Viguera inicia un ascenso progresivo desde el valle hacia la Sierra de Cameros. Para cruzar Ia barrera rocosa, denominada Peñaseto, situada al Sureste de Torrecilla, la vía cambia de dirección para atravesar perpendicularmente el obstáculo y toma sesgadarnente la cuesta en dirección al arroyo de
DIVERSIDAD DE LA ESTRUCTT]RA DE LA VÍA En general, el desmonte y el relleno mejoran el perfil de la vía, originando 1o que en ingeniería moderna se denomina una explanada mejorada. Los pasajes de relleno
son claros en numerosos lugares donde se produce un declive natural, por ejemplo en la travesía del arroyo de Tómalos, donde se ha levantado un terraplén de 4 mts evitando un descenso brusco del camino. Pero lo m¿ís frecuente es que encontremos el agger levantando la vía por encima de los terrenos colindantes y asegurando su mejor asentamiento, sobre todo en zonas pantanosas, , como sucede en Peñaloscintos en el término de El Navazo. En los pasajes rocosos, en Peñaseto al Sureste de Torrecilla, la vía ha sido excavada sobre la roca caliza del terreno; sin duda no llevaría revestimiento y los carros circulaban directamente sobre la roca. No se conservan restos de rodadas.
En cuanto al aspecto externo de la vía, siguiendo a Ulpiano, la ruta Varea-Numancia pertenecerta a las viae silice stratae a calzada pavirnentada con losas de piedra; si no en todo su recorrido, sí en la zota de la Sierra, donde había que solucionar el problema del agua de la lluvia y de la nieve. El pavimento romano de las vías es de una indudable y durabilidad, tiene la contrapartida de la incomodidad para el tráfico y el deterioro de los vehículos, pero presenta la indudable ventaja de mínimo costo
robustez
de conservación de la propia calzada.
[Soy muy escéptico sobre la posibilidad de que una calzada de estas caraclerísticas, en sus zonas de montaña, haya soporÍado alguna vez tráfico rodado. G.A.l
Tómalos.
En la Sierra de Cameros la vía atraviesa con frecuencia riachuelos que le dan un trazado ligeramente más sinuoso, con tramos derechos generalmente más cortos, pero el conjunto es rectilíneo. Sigue los valles del Iregua y de su afluente el Pique-
ras, supera un desnivel de 1.332 metros en 68,800 lo cual representa un porcentaje medio inferior al 2%. Los ascensos más fuertes del trayecto
kilórnetros,
están en el Camino de la Nava, con un porcentaje del9% de desnivel, y en la subida al puerto de Piqueras desde la ermita de la Virgen de laLuz; en este tramo de 2.800 metros el desnivel es de un Il% hasta franquear el
puerto.
La vía Varea-Numancia no es propiamente una vía de altura. Se ha buscado el acceso m¿ís fácil, sin preocuparse de buscar la curnbre o seguir la "cresta militar"; la vía se construye a media ladera y siguiendo sensiblemente las curvas de nivel. Prefiere el valle y sigue de cerca los cursos de agua, cuidando quedar fuera de la zona de inundación: este es el caso de la zona del valle, on el curso bajo, donde se ha instalado sobre la segunda terraza del río, en el tramo entre Varea y Nalda de 16 kilómetros.
ts7112
En cuanto a su facturación el ernpedrado de ia vía se soluciona técnicamente de dos formas: sobre un suelo
natural aplanado
o
excavado ligeramente, donde
se
asientan las piedras; o bien sobre el agger va colocado el empedrado, como sucede en Peñalosci¡tos, en El Navazo, donde había que atravesar una zona pantanosa. La estructura externa adopta dos soluciones: o bien se colocan dos hiladas laterales y una central con grandes bloques de piedra y después se rellena la zona central; o bien se colocan ambos márgenes de Ia vía con bloques poligonales y refuerzos transversales bien acoplados entre sí; la parte inferior de los mismos está tallada a fin de encajar en el lecho, previamente dispuesto. Este tipo de estructura se ha utilizado en las zonas de mayor pendiente. Paru la pavimentación se ha utilizado o bien canto de río o bien cuarcita, muy frecuente en Cameros. Roca muy compacta y de gran dureza. La anchura del camino es de 4 metros, pero la del empedrado en tramos en que la conservación es buena es de 3 metros, ejemplo en Torrecilla, Nieva, Montemediano y Villoslada. Existe un tramo en el Camino de la Nava (Villoslada) en que la anchura del mismo es excepcional:
LA VÍA DEL IREGUA Y
SUS CAMINOS SECTINDARIOS
[El mapa original de Pilqr Pascual ha sido completado en algunos detalles por el Servicio Carto gráfi co de Et M ru¿nto Enn tv,tctxtzJ
Lorl.*P
V.^*or , t o Sot¿> o
oH"'iít"d"o n, o
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o La-3un< Ae C.
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n .\\ ralarg
\[,..r'
J'
?i1ue'e:
[]]
1'j
7,5 metros.
Un rasgo que se aprecia en la vía es la presencia
de fosas laterales, cuya finalidad consiste en recoger el agua de la llr¡via y canalizarla. Estas aparecen en las zonas de
[Salta a la vista que esle camino es más directo y recto que el que se describe como principal. Este hecho, unido
a los testimonios de Allona y de Taracena y al trazado por las cumbres, seríqn tífulos suficientes para que le
sierra, concretamente en Peñaloscintos y Villoslada.
adjudicásemos la sigla 772 que habíamos reservado a la Vía del lregua. Pero quizá sea mejor considerar que se
CAMINOS SECI.INDARIOS
trata de dos yariantes de un mismo cqmino: T72a por Villoslada, T72b por las cumbres. G.A.I
[1] A partir de Pajares arranca un camino a Sotillo del Rincón (Soria), que atraviesa el puerto La Cola situado a 1.819 metros de altitud. El trayecto es el siguiente: del pueblo de Pajares a las Tenadas (corrales) siguiendo la margen derecha del río Lumbreras, cruza el
río
(todavía pueden observarse restos de puente) y
asciende hacia el puerto de la Cola por la loma.
[Indicio indirecto de que este camino tenía cierta imporÍancia todavía el siglo pasado puede ser el heclto de que para Coello el llaruaclo hoy Lumbreras es el propio río lregua. Creo que este camino es nuestra vía C51 (ME 39,18b), que continuctría por cerca de Sotillo del Rincón, Vinuesa y Cabrejas del Pinar hacia Uxama. G.A.l
[2]
En el pueblo de Torrecilla se inicia un camiuo
a
Nieva de Cameros. En este segundo núcleo se han hallado 4 lápidas romanas que nos indican una fuerte romanización. El camino de acceso conserva tramos empedrados.
[5] Por la margen
izquierda del lregua, próximo
PUENTES Los restos a los que hacemos referencia, algunos de ellos en estado muy degradado que contrastan con otros conservados perfectarnente, corresponden a varios puentes relacionados con la vía Varea-Numancia, construidos en piedra, modificados en épocas posteriores y arruinados algunos en la actualidad. Su identidad fue bien distinta: mientras que en el caso
del puente de Viguera
[3J También desde Torrecilla, siguiendo el barranco abierto por el arroyo San Pedro, parte un camino que conduce hasta la ermita del mismo nombre. En dicho lugar hallamos en las excavaciones realizadas por nosotros en el verano de 1987 un ara, restos de tégula y fragmentos de cerámica tardorromana. Posteriormente en la Edad Media se cristianiza el lugar y se edifica una ennita bajo la advocación de San Pedro. [4J Desde el pueblo de Viguera partía un ramal que pasaba por el Trashumo, a Cerrollera, situado a 1.416 metros de altitud. Seguía después por La Venta y Admuel y se unía con la vía Varea-Numancia antes de atravesar el puerto de Piqueras. De este camino se conseryan restos de empedrado en el término del Trashurno. Don Basilio Allona Cañas cita el "Camino real" que atraviesa de Norte a Sur la muga de Cameros por la cumbre de las montañas y va con dirección a la provincia de Soria: "es la vía de los Romanos"l; transcurría 5 kilómetros al Oeste del pueblo de Laguna. Según D. Blas Taracena se aprecian restos en la Venta caída de Laguna y por entre Cerro Castillo y Horcajo y en Muro de Cameros, "iba por las cumbres y con firme enlosado y plano"z y se uniría a la de Varea-Nurnancia a la altura de San Andrés. '
g. ALLON¿ CAÑAS, Ensayo de ntonografa histórica de Laguna de
Cameros, Logroño 1925, pp. 20-21.
1,571 14
a
Castañares de las Cuevas, arranca el "Camino de los Arrieros". En el término municipal de Sorzano, cerca del camino, en Peña Moya a 914 m de altitud, hemos encontrado restos arqueológicos pertenecientes a una necrópolis de época romana. El Camino seguía por los términos municipales de Sojuela, Medrano, Horncs, Sotés y Ventosa hasta encontrarse con la vía no 1 del Itinerario de Antonino.
o el de Villoslada se trata de
puentes importantes por su envergadura, en los casos de Torrecilla y Pajares se trata de obras de menor tarnaño.
Viguera: Puente Caneco
el río La Cueva, próximo a su el Iregua. Está situado al Este del
Construido sobre desembocadura en
yacimiento. Se compone de dos arcos y un aliviadero. I-os dos extremos del segundo arco est¿ín situados en la riargen izquierda del río La Cueva. Las medidas del primer arco: luz del arco es de 3 m, altura rnáxima de 4 m. La anchura del arco y por tanto del camino en este punto es de 5,70 m.
En lo que respecta a los problemas constructivos derivados de la dificultad de ejecutar un camino cuyo único paso posible debe efectuarse entre una pared de roca de más de 30 m. de alta que lo bordea por su lado Oeste y el río La Cueva en su lado Este, ha dado como resultado Ia construcción del segundo arco, situado en ángulo respecto al priraer arco. En cuanto al material ernpleado en la construcción del mismo, tenemos que es piedra de extraordinaria calidad. El tipo de sillares, sin almohadillar, es relativamente uniforme. 2
B.TARACENA, "Restos romanos en
ta
Rioja", AEArq 75, 1946, p.41
Las medidas de este segundo arco son las siguientes:
luz del arco 8,50 m, siendo su altura m¿íxima 11,70 m. El arranque del arco se inicia a los 7 rn. de altura del muro. La anchura del camino en este tramo oscila entre 3,70 m. y 4,50 m. Se conservan restos de empedrado. Después de este segundo arco, el muro de contención se encuentra dern¡ido. Reaparece unos metros después y se conserva en una longitud de 8,50 m. y una altura de 4,10 m. Su anchura es de 80 cms y se ha construido con piedra del terreno caliza, canto rodado y argamasa. Incluido en el muro de contención hay un vano de
medio punto que servía de aliviadero o alcantarilla cuya finalidad es recoger las aguas que descienden de Castillo y Cuesta Amarga, canaliz¿indolas, evitando así el deterioro de la vía. La longitud entre el puente y el aliviadero es de 52 m. Cronología: Los datos que podemos precisar paru la datación del puente son escasos e inexactos. Por el caráctq de Ia obra y la solución arquitectónica, ambas en función de la vía Varea-Numancia, podemos deducir que se trata de una obra probablemente realizada en época romana, durante el s. II, momento de gran solidez política.
deberse a la irregularidad del lecho del río. No puede observarse el terrenos sobre el que se asientan los pilares por estar colmatados; sólo puede observarse en el sexto machón que está cimentado sobre la roca. El puente consta de 6 arcos de medio punto, sustentados por 7 pilares rectangulares con espolones y tajamares, más el acceso directo sobre el terreno de la orilla en la margen derecha. La altura del puente no era uniforme, ya que se eleva m¿{s en el cuarto arco, que es el que tiene mayor luz; a partir de este arco desciende en declive suave hacia ambas orillas. En cuanto al material empleado en la construcción de la obra, es de piedra de extraordinaria calidad. El tipo de sillares sin almohadillar es relativamente uniforme, y sus medidas, aunque varían ligeramente, corresponden a las empleadas usualmente por los romanos para sus construcciones: 30 x 90 x 40 cm.; 40 x 90 x 40 cm.; 30 x 100 x 40 cm. etc. Las dovelas empleadas miden 40 cm. El pilar es de planta rectangular con tajamar en ángulo y espolón. En todos los arcos aparecen los mechinales
que sirvieron para apoyar las cimbras para voltear los arcos.
Areos, comenzando por la margen izquierda:
Torrecilla: Puente de Tómalos
- 1o: 11,65 m. de luz; 7,15 de flecha y 0,65 m. rosca; - 2": 11,65 m. luz; 7,45 flecha y 0,65 m. rosca;
Construido sobre el arroyo de Tómalos, próximo a su desembocadura en el Iregua, que se efectúa unos 300 m. aguas abajo. Del primitivo puente nos ha quedado muy poco. De su flíbrica se conserya tan sólo el arranque del arco en sus dos márgenes con parte del terraplén de acceso. No se trata de una obra de gran envergadura. El arranque del
- 30: 11 m. luz; 5,20 flecha y 0,65 m. rosca; - 40: 10,80 m. luz; 4 m. flecha y 0,65 m. rosca; - 5o: 6,40 m. luz; 3 m. de flecha y 0,39 m. de rosca; - 6o:5 m. luz; 1,9 m. flecha,0,26 m. rosca. Tajamares: 6 tajamares de planta ojival. Comenzando
arco, en lo que puede apreciarse, es de medio punto, parcialmente cubierto de maleza, habiéndose hundido la parte superior central del misrno. Su luz es de 8 m. La anchura de la vía es de 4,60 m.
Torrecilla: Puente
por la izquierda:
- 10: 8,60 m. de altura, 3,68 m. de profundidacly 3,4O m. de anchura aproximada; - 2o: 7,40 m. de altura, 2,70 m. de profundidad y 3,40 m. de anchura aproximada; - 30: 6,20 m. de altura, 2,70 m. de profundidad y 3,40 m. de anchura aproximada; - 4o: 5 m. de altura, 2,80 m. de profundidad y 3,40 m. de anchura aproximada;
La vía Varea-Numancia
por la
margen derecha del do Iregua desde el primer núcleo hasta el término de Torrecilla. En este lugar [...] la vía cruza el
- 50: 3,80 m. de altura, 2,80 m. de profundidady 3,40 m. de anchura aproximada; - 6o: 3 m. de altura, 2,70 m. de profundidad y 3,40 m.
río, para proseguir dirección Montemediano. Próximo a la Venta del Hambre debió existir un puente. Actualmente unos 300 m. aguas arriba de dicha venta se conservan restos de un puente derruido. La
de anchura aproximada. Seis espolones rectangulares: 0,60 m. de lado y 3,20 m. de anchura. El puente mide 97 m. de longitud máxima; 4, 15 m. de anchura y 8,90 m" de altura máxima. Cronología: Los datos que podemos aportar para precisar la datación del puente de Villoslada son escasos e inexactos, dado que no existe documento epigráfico ni de otro tipo que indique nada al respecto. Según el carácter de la obra, soluciones arquitectónicas, necesidad de una sólida organización administrativa y económica para su financiación, podemos deducir que se trata de una
ascendía
factura del misrno no parece antigua. Se conservan
3
cepas. Fabricado con canto rodado y argamasa. Sí parece indicar la continuidad de un paso, cuyo origen pudo deberse a la primitiva vía.
Villoslada: Puente Romano Se halla enclavado en el pueblo de Villoslada. Está levantado sobre el río lregua. Consta de 6 arcos de luz variable. Las diferentes distancias de sus apoyos pueden
obra imperial, probablemente realizada durante el s.
t...) t571 15
II
Arqueológicarnente observamos que los tajamares y espolones rebasan el basamento alcanzando la línea del pretil. El coronamiento del puente está realizado a base de mampostería. En la quilla de los tajamares se aprecian
durante las guerras celtibéricas la meseta estuvo comunicada por diferentes caminos con el valle del Ebro, entre ellos el del Iregua. Posteriormente su interés sería económico, al permitir
sillares reaprovechados de una obra anterior. Todo esto nos lleva a pensar que durante Ia Edad Media se efectuó una reconstrucción (...).
la fácil explolación del territorio conquistado (...). Así lo confirman los numerosos testimonios arqueológicos de un poblamiento generalmente denso (...). En el 920 el rey Sancho Garcés conquista Viguera y con ella las tierras colindantes del río Iregua. Militarmente Viguera hacía frente a los moros de Tudela, Zarugoza
Pqiares: Puente
Al Strr del
al casco
y a los de Córdoba. El control de esta zona, como
urbano, se conservan los restos de un puente. El camino de acceso está empedrado y su ¿nchura es de 4 m. Sólo se conservan en las dos márgenes del río las bases del puente, construido con grandes sillares irregu-
indicaba el profesor Ubieto, sólo puede explicarse en función de la vía. Durante toda la Edad Media, debió seguir en uso y se
pueblo de Pajares, próximo
lares.
HISTORIA DE LA VÍA [El poblamiento clel valle del lregua está atestiguado desde el Paleolítico, en especial en la cueva de Peñamiel
Inferior. Menciona después la autora otros varios yacimientos, hasta llegar a época romana.l Pensamos que en sus inicios el uso de la ruta VareaNumancia en época romana obedeció a motivaciones estratégico-militares. Como indicaba Don B. Taracena,
halla defendida por una serie de castillos quejalonaban el curso inferior y medio del Iregua, bordeando el río por sr.l margen derecha y al amparo de la cadena montañosa que lo flanquea. Encontramos restos de antiguos castilios, siguiendo la dirección Norte-Sur, en Alberite, Albelda, Nalda, Viguera y Nieva. (...) A partir de la Edad Modema la vía probablemente uo estaba en uso, como parece indicado la ausencia de un camino que comunique Logroño y Soria en los Itinerarios o Guías de caminos conocidos en esta época. En la actr¡alidad sólo ha permanecido la tradición oral de las gentes que conocían bien la región, así como parte de su aspecto físico con restos de pavimentación (...).
Brácara, Aquae Flaviae y Ia "Via Prima" Comentario (A Via Imperial Romana de BragalAstorga) 1. BRACARA AUGUSTA - AQVU,ts FLAVL¡E'. Revista Aquae Flaviae (3) 1990, p. t35-L82"
José Dias BAPTISTA. "Via Prima
Hace algún tiempo trakíbamos de conseguir fotocopia de este estudio, sobre cuya existencia nos había alertado
Ernesto Loewinsohn. Finalmente ha sido el propio Ernesto el que la ha conseguido de una universidad portuguesa.
Valía la pena, porque en nuestro esfuerzo por reunir y cotejar el sinnúmero de estudios parciales sobre vías de la Hispania romana, son relativamente pocos los que tenemos de Portugal, y menos todavía los que, como el que ahora nos ocupa, son fruto de minuciosos y prolongados reconocimientos sobre el terreno. Dos observaciones previas: Primero, que la designación via prima se basa en una clasificación propuesta por Hübner, quien al componer su Corpus InscriptionumLatinarum distingtió, sobre la base
del Itinerario de Antonino y de los miliarios, cuatro vías de Braga a Astorga, aparte de la per loca maritima. Este enfoque, como bien saben nuestros lectores, no nos satisface. La consideración de las caprichosas y a menudo tortuosas ruüas antoninianas como "vías" unitarias es una permanente fuente de equívocos y errores.
t57l 16
Segundo, que el estudio se limit¿ al tramo BragaChaves. Aunque el "1" del subtífulo sugiere tal vez la posibilidad de continuar con un "2" e\ el tramo ChavesAstorga, nada de esto se dice en el texto, ni tenemos noticia de que se haya hecho o proyecüado tal continuación.
l-a cara y la cruz de la labor investigadora de J.D. Baptista podrían resumirse así:
Cara: Un buen trabajo in situ. La reconstrucción del trazado de la vía, apoyada en más de veinte años de
pacientes exploraciones, es meticulosa y en general convincente, y va unida a una crítica desenvuelta y sin prejuicios de trabajos anteriores" Cruz: Un discutible trabajo de gabiaete. La rutinaria aceptación de puntos de vista añejos sobre el Itinerario de Antonino y la limitación de la perspectiva a un tramo de vía de unas 80 millas resta credibilidad a la identidad que se pretende esüablecer entre la vía comprobada en el suelo
y la ruta antoniniana que Hübner
nosotros hemos rotulado A17.
llamó viu prima y
Un huen trabqio in
silu
Algunas frases darán idea del talante emprendedor de la justificada satisfacción del autor ante ,;-;;;ddos obtenidos con
las conclusiones de José Dias Baptista, quien no se recata a este respecto a Jerónimo contador de Argote 9::']:",t (demasiado atento a no contradecir sus contempor¿ineos
,
"para ndo desgostar os irmños pela religido"), a
esfuerzo:
" A no§a regra resume-se a isto: sempre que seja útil, e ainda possível, hd que provar no terreno as informag-
Óes produzidas
por
quem quer que seja.
José
Henriques Pinheiro (" ndo só inventa un processo delirante de estudar a via... mas também inventa um modo rtdículo de medigdo das distáncias... "), a Martins Capela (,,euanto
E, porqae d geografia da
nossa estrada foi... poico mais que analfabetoecego,adjetivosqueeleutoporoqualificaios miliários anepígrafos"), a Lereno Barradas (a quien reprocha un abundante revoltijo de tonterías, ,,farta
bastantes vezes ficámos desiludido ante a ignoráncia descuidosa ou a afirmagdo gratuiÍa dumos quantasfontes escritas que temos ao nosso alcance, convird sublinhar que as mais da§ nossq's opinióes assentam sobretudo nq mais honesta e persistente observagtio das evidénciqs no
revoad.a de asneiras") y en suma a " quantos autores mete-
rem mdos (era bom que tambén meÍe,sem pés) nesta viagern (...) ignorando as sabenqas transmitidas de
solo'"
Siendo esta vía una de las más fecundas en miliarios Seragao em geragdo pelos humil'des indígenas". de Hispania (30 miliarios catalogados de Augusto, TibeLas conclusiones se resumen en el mapita adjunto, en
rio, Claudio, Trajano, Adriano y otros), se explica el el que recogemos lo esencial del de naftista. befiende lamento sobre el traslado desordenado y la pérdida de éste la existencia de " uma única via militqr romana de
muchos de
ellos:
Braga a Chaves" (básicamente, la G13 de nuestro Mepe-
rechazando de plano las variantes, y en especial maior inimigo na descoberta dq verdade ---'-'- I*']"t).' la tradicionalmente | , admitida por Alturas, Boticas y inteira foi o facto de, a totqlidade dos *¡ll (nuestra G14). Pastoria ignorar o sítio iniciat (...). Muitos marcos ,;::;::;::
"O
nosso
ram sem deixarem rasto, (...) outros foram tfttnsportados, sem guia rle mqrcha, para Braga, chaves e até para
Lisboa'"
Tampoco ayudan mucho los
puentes:
"Destas, apenas d ponte do Arco e d de Chaves pode passar atestado de romanidatle."
se
Mucho m¡ís valiosas son las referencias toponímicas, en la documentación medieval y en Ia ,"t""ha;;;;;;l
un discutible trabqio de gabinete Da por descontado Baptista (lo mismo que todos los autores por él criticados) que la ciudad romana Aquae Flaviae (Chaves) es la designada en el IA como Ad Aquas, y que la vía directa de Braga a Chaves es la ruta antoniniana A17. Pero estos dos postulados están lejos de haber sido Probados por nadie' muy extraño' aunque haya visto en ello _ .::^ sospecha, que con lanadie gran cantidad de baños y 9: i:]lY: establecimientos termales (aquae) que existíarr en el mundo romano' el recopilador antoniniano haya prescin-
ria, strara, karraria antiqua, carral, ur"lr, "u..ii'rtrá maurisca, calgada, etc. También los monumen;il; rios colocados junto a las vías (que a veces r" r;fl;;; la toponimia: Miomentos, Marmoirais, Bustelo, Bóbeda) son indicios útiles. Pero son sobre todo las largas caminatas y los informes recogidos de los campesinos lo que da autoridad a
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praesidium
Ftat Ftaviae
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BracaraAususta
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§a CONFURCO
Propuesta de J.D. Bapt¡sta Algunas propuestas de autores anteriores
[51]
17
dido del ilustre adjetivo identificativo de una importante ciudad. Sin ir muy lejos, tenemos en tierras gallegas los ejemplos de Aquis Oreginis, Aquis Querquennis y Aquis Celenis, a las que no se priva de su adjetivo pese a ser, con seguridad, lugares mucho menos destacados. Es también raro, para un buen conocedor del IA, el uso para una ciudad importante de la preposición a.d, que sólo suele acompañar a pequeñas mansiones identificadas
por un elemento geográfico, un monumento o cualquier otra referencia junto al camino, pero no a un núcleo de población (cf. ME 33,14-15, así como el estudio de Roldrín "Sobre los acusativos con 'ad' en el Itinerario de Antonino, Zephyrvs XVII, 1966). Y me gustaría saber (cosa que no creo) si existe algrin testimonio epigráfico de Chaves que identifique la ciudad con el solo sustantivo aquae. Está después el problema de las distancias. Daré por
bueno (porque no tengo posibilidades de realizar mediciones exactas) que las 80 millas antoninianas entre Brácara y Ad Aquas puedan corresponde más o menos a la distancia de Braga a Chaves. Pero ¿por qué cierra los ojos Baptista a la imposibilidad de colocar entre Chaves y Astorga las 167 millas restantes hasta Astúrica? Por la 'Vía Loewinsohn" (que, en la parte española, es cierta-
mente la antoniniana 17) veo muy difícil que puedan contarse más de 130 millas, pese al rodeo que ya da. Una frontera intemacional actual no debe ser excusa para
que un investigador de vías rouulnas "fragmente' un problema, dando una falsa solución a la parte de acá de la frontera y expulsando las dificultades a la parte de
allá. Si en lugar de limitar nuestro campo visual al terreno que puede contemplarse desde un cerro o una monlaña lo extendemos al conjunto del trayecto BragaAstorga, yo diría que Baptista, al aceptar planteamientos rutinarios, olvida su sano propósito de "provar no terreno as informagóes produzidas por quem quer que seja"
.
Otro argumento contra la identificación de la G13 con la 417 es la dificultad de localización de las mansiones intermedias, reconocida por el propio Baptista: ",
..
as
mansiones da vin prtma se acham ainda no limbo do conhecimento, quefique assente: as posigóes avangadas
pela maioria dos autores ndo podem
sastentar-se.
Primeiro, por manifesÍas discrepáncicts com as medigóes do ltiner¿irio, depois, por auséncia total de restos arqueológicos visíveis. " Tampoco parece que haya restos arqueológicos en los lugares propuestos con poca precisión por Baptista, a saber:
SALACU - em plena seffa da Cabreiro, talvez no termo de Tabuagas em Assenfo, Vila, Barbeito ou Postemida; PRAESIDIUM - no tet"mo na Vila da Ponte; CALADUNUM - no terrno de Cervos, em Arcos.
Otra interpretación de la 417
El sobre
presente "Comentario" me da ocasión de volver
mi interpretación de la ruta antoniniana A17
en
tierras portuguesas, que expuse primero en el Rnpgnroruo G, 296-298) y resumí después en el C¿rÁroco de EL
Mu-mnro Exrnev¿ce¡mE (ME 39,13).
El fascículo I del monumental Roman Portugal de Alarcáo, de que antes no disponía (cf. ME 48,4), puede servirnos ahora para buscar los restos arqueológicos significativos que puedan hallarse en las cercanías de los lugares propuestos para las mansiones.
SALACIA. La ubicación propuesta era Felgueiras. En la j.urisdicción de Felgueiras, entre 3 y 6 km al Oeste de la ciudad, Alarcáo señala diversos hallazgos: inscripciones funerarias, aras, tubos de barro marcados con "R" o con "A", una inscripción aparentemente dedicada a un "Genius loci". Otros hallazgos análogos y ceránica doméstica se señalan en lugares contiguos de las jurisdicciones de Guimaráes y Lousada. Pueden verse detalles en los siguientes números de Alarcáo: 11322, 11323, L1324, 11325, 11326, 11327, 11328, l/363
y
11377.
PRAESIDIO. Ancede, a orillas del Duero, era el emplazamiento propuesto. En 1977 señalé que para llegar
allí
"habremos atravesado
la mayor concentración
de
lugares llamados "Calqada" desde Braga hasta el Duero". Habremos pasado también, podemos decir ahora, cerca de
tres puntos donde hay referencias de sendos miliarios (números 1/482, l/483 y 11484). Confirma Alarcáo (números 4lt, 412, 413 y 414) los importantes vestigios romanos de que informaba la Grande Enciclopédia Portuguesa e Brasileira (Apéndice): en el propio Ancede y en sus inmediaciones se han encontrado cimientos de edifica-
y doméstica, tégulas, monedas, un ara, una inscripción funeraria, una necrópolis tardorromana. ciones, cerámica de construcción
CALADUNO. Mesáo Frio es lo que yo propuse
en
1977. Nada absolutamente veo por ahí en Alarcáo. Quiá sea preferible buscar alejríndose del Duero, por la Serra do Maráo. Tampoco hay que exch¡ir la posibilidad de una etapa fluvial: estoy convencido de que en varias ocasiones
las rutas antoninianas son fluviales aunque no se diga expresamente, y el Duero era indudablemente navegable en tiempos rornanos hasta bast¿nte m¿ís arriba (todavía en tiempos de Madoz se planteó la cuestión de la exportación de granos y otros productos españoles en buques desde Hinojosa hasta Porto). Pero confieso no tener elementos suficientes para una propuesta válida.
AD AQUAS. Propuse Vila Real, pero desplazo ahora mi propuesta unos 5 km al SE: Panóias, importantísimo santuario rupestre, punto 1/386 de Alarcáo. Argote describié y dibujó en el s. XVIII varios de los pequeños templos excavados en la roca y los restos de piedras labradas, capiteles, columnas, etc. También tradujo varias
t571 1B
Otro interpretqcián /. lo, A17 en Portuqc/ lo O 9 r-r.t--_...--
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19
inscripciones de las que se deduce un uso religioso sacrificial de las pilas o cisternas. Si había pilas y cisternas, digo yo, habría "aquas". Muy cerca de allí (número lll34) hay noticia de un
en Rosinos de Vidriales, junto al probable Petavonio. (Entre paréntesis: no me convence la sugerencia de Loewinsohn, ME 5L,6b, de que Compleutica pudiera estar en territorio español, hacia Nuez. Tal idea se basa en
miliario de Trajano.
aceptar la variante de los códices "D", es decir XV para la distancia Compleutica-Veniatia, en lugar de la cifra XXV de los códice "L" [cf. Rppsnronro p 160]; pero en tal caso, por lógica y para mantener la suma total de CCXLVII, habría que aceptar también siguiendo a los códices 'D" XXIII en lugar de XIIII paru la distancia
PINETUM. Hacia Vila Pouca de Aguiar dije antaño. Veo ahora que esa región tuvo una extraordinaria importancia económica en tiempos rorutnos: Trés Minas (I/282), las mayores explotaciones mineras de oro del Portugal roúrano; hay además un gran recinto fortificado, y está atestiguada la presencia de un destacamento de la "Legio VII Gemina Felix". Jales (1/333): aunque sus dimensiones son menores, también hay galerías para la extracción de oro y también hay un recinto fortificado. Recordemos, no obstante, que el acusativo Pinetum puede designar un empalme en la vía a cierta distancia del lugar de referencia.
ROBORETUM. ¿Hacia Lamalonga? Que el lugar designado por este acusativo de dirección pudiera estar hacia la Serra do Roboredo me parece ahora descartable, dada la lejanía de ésta y la segura abundancia de robledales, en tiempos romanos mrís que ahora. En Lamalonga (l/42) se documentan dos miliarios, y para llegar allí la vía pasaba seguramente por Possacos (2151, diversos
miliarios), Vale de Telhas (2/50, seis miliarios varios restos, un puente quiá romano), Ponte do Arquinho {2144, un miliario) y Ponte de Pedra (2143, un miliario, puente romano). Este tramo de calzada fue ya descrito por L"A. Barradas.
COMPLÉUTICA. Al E. de Braganza rJrje antaño" Un lugar destacable por ahí puede ser Babe (2124), con dos miliarios, un ara a luppiter Optimus Maximus y urra inscripción funeraria de un eques de la Al. IIa Flavia
Argentiolum-Asturica, lo que trastornaría los cálculos del propio Loewinsohn sobre la ubicación de Argentiolum, Petavonium
y Veniatia.)
,En suma: pese a algunas interesantes coincidencias,
mi hipótesis sobre el trazado portugués de la ruta 4L7 dista mucho de quedar probada. Habrá que seguir dibujando esta ruta con el trazo discontinuo de las está claro que
"dudosas o hipotéticas". Pero üambién es!á claro, para mí,
que
el tazado
imposible.
directo por Chaves es aritméticamente ,<
**
Al ñnal de su estudio, José Dias Baptista se ofrece a acompañar sobre el terreno a cuantos deseen reconocer los caminos explorados por é1. La lejanía geográfica y otros factores me impiden aceptar su amable invitación; pero quisiera corresponder a ella estas líneas llegan a su
conocimiento- ofreciéndome-si a acompañarle a distancia,
sin necesidad de abandonar nuestras respectivas mesas de
trabajo, por los caminos librescos y especulativos de las hipótesis sobre la naítraleza del Itinerario de Antonino, las posibles explicaciones de sus aparentes incongruencias y errores y, sobre todo, su interpretación gramatical que atribuye un importante significado convencional a los distintos casos gramaticales.
Hispanorum civium Romanorum, unidad militar que tenía su carnpamento a m¿ís de 50 millas por esta misma vía,
G.A.
Naturaleza y datación del Itinerario de Antonino Comentario Pascal
ARNAUD. "L'Itinéraire d'Antoni¿: un témoin de la littérature itinéraire du Bas-Empire.
Geographia Antiqua
lI,
1993, Florencia; pp. 33-47
Este interesante trabajo, cuya fotocopia he de agrade-
cer a un corresponsal, sostiene dos tesis principales: 1) Que el IA, lejos de ser una euurnación más o menos directa de la administración imperial, es una falsificación, en el sentido de que el compilador atribuye falsamente a Antonino lo que es en realidad una composición tardía sobre la base de fuentes diversas. 2) Que la fecha de en torno a 29O generalmente atribuida a la compilación podría retrasarse hasta el final del reinado de Constantino (336) o incluso el reinado de Constancio (336-361). Ambas tesis se presentan como discrepantes
t57l 20
.
lo sostenido por otros autores y en especial por el suizo Denis van Berchem, a quien se cita explícitamente al principio, y después varias veces implícitamente. de
Mi impresión, no obstante, es que no hay una incompatibilidad radical entre las conclusiones de Van Berchem (véase ME 15,17s y 29,2s) y las tesis de Arnaud. Que las fuentes del compilador antoniniano sean diversas, no creo que nadie lo haya negado. Muy diversos tuvieron que ser, en efecto, los redactores de los edictos imperiales u otros documentos elaborados por las
oficinas mi1-arelque, ¿uranie
ü¡os
siglos,
fiu.on
io-
itinerarios (hojas de ruta) para distintos desplazamientos, sea del emperador con su séquito, sea cle unidades militares mayores o menores que recaudabanla qnnona. Las diferencias de tiempo y de coyuntura baslan para explicar peculiaridades como las señaladas por Arnaud: a veces se menciona la condición jurídica de las ciudades (coloniae, castrq, castella, praesidia); otras se distingue tan sólo entre civitates y vici, o entre civitales y mansiones; otras (así la práctica totalidad de las rutas hispanas) se presciade por completo de este tipo de indicación; la vías italianas, a diferencia de las demás, suelen designarse con un nombre (Via Appia, Yia Aurelia, Via Cassia, etc.); hay rutas en que aparece repetidamente la expre-
sión "in medio" en lugar de una cifra en millas, al
parecer tras el nombre de sencillas matationes entre dos núcleos de población más importantes; en las rutas de las Galias las distancias se cuentan casi siempre en leguas más bien que en millas...
Tiene razón pues Arnaud al señalar que no hay uniformidad en el sistema expositivo del IA, que por lo tanto no procede de "una sola fuente coherente", pero ello no invalida la hipótesis de Van Berchem de que ese conjunto dispar de hojas de ruta puclo encontrarse en algún momento agrupado en alguna oficina imperial y ser utilizado como base por el recopilador del IA. Tampoco veo alu un argumento contra la hipóteGque cree descubrir en la nuís larga de las ruüas antoninianas, de Roma a Hiera Sicaminos, en el alto Egipto, el decreto que preparó un viaje conocido de Caracalla. En cuanto a la fecha, tanto Van Berchem como la mayoría de los investigadores habían propuesto hasta ahora la época de Diocleciano, y más concreiamente hacia 290, es decir unos 80 años después de Caracalla. Amaud, recogiendo una hipótesis bien argumentada en 1983 por A. Carandini, encuentra en el IA una mención que es preciso datar mucho rruís tarde. Se trata dela mansio "Gela sive Filosofianis", en Sicilia: es un lugar llamado hoy Sofiana, donde se han encontrado tégulas con la marca Filosof.,
identificada como
la villa de un propietario,
Ceionius
Rufius Albinus, del que se sabe por una inscripción fechada en 336 que había adoptado el sobrenombre de Philosophus. Este dato, evidentemente, obliga a admitir que o bien el recopilador de nuestro documento hizo su trabajo en tiempo de Constantino lo más pronto, o bien el prototipo del Itinerario del que derivarían los manuscritos llegados a nosotros siguió siendo objeto de retoques y adiciones hasta ese tiempo. Pero la antigüedad rnucho mayor de otros muchos documentos de la recopilación, seguramente la anayoría, no es por ello impugnable. El
propio Arnaud, refiriéndose al ltinerarium maritimum (obra sin duda del mismo recopilador y cuya datación presenta la misma problemática que el terrestre), admite que al menos una de sus partes, el itinerario de Roma a Arles, debe asignarse al final del primer siglo de nuestra gra.
Hay otras consideraciones en el estudio comentado que, aunque no sean el objeto principal del mismo, no puedo pasar por alto. Se sorprende Pascal Arnaud, como otros autores, del "mélange inextricable et aléaÍoire cl'accusatifs et rt,abla_ lifs" er.el IA y en otros itinerarios antiguos, y sugiere que ello podría ser "souvenir d,uneforme primitive qui devait étre celle qu'ont conservée les gobelets de Vicarello',. Aquí hay sin duda de un lapsus o un fallo de memoria,
pues se atribuye a los Vasos de Vicarello un sistema expositivo que no es el suyo: ,,CeLDc-ci, en effel, dqns un sgucj de clané, indiquent, pour chaque clistance, le point de départ, précédé de Ab,et le point d,anivée, précedé de Ad, si bien que chaque toponyme, d l,exception cles points de départ et d'arrivée devait initialement qpparqttre deu.x. fois dans la liste, une fois d I'ablatif, et unefois á I'accu_
satif." Pelo ná¿á ¿e esto existe en los Vasos dé Vicarello, cuyo sistema expositivo es paralelo al del IA (véase su texto p.ej. en nuestro RspBmonlo, p 503-505). El único itinerario antiguo, entre los que yo conozco, que adopta ese sistema de doble mención, en ablativo y acusativo precedidos respectivamente por Ias preposiciones de y ad, es el del Chronicón Albeldense (siglo IX; véase 1\{E 27,L5-16). Ignoro qué otro itinerario puede
haber inducido a error a Arnaud, a quien desde
estas
páginas el caso de que lleguen a su conocimiento- me -para ofrezco para explicarle la hipótesis mucho más verosímil que siempre se ha sostenido en EL Mu-mnlo ExTn¿vece¡¡-rE sobre el significado de los casos gramaticales en el IA. Otra observación que, en un primer momento, me ha dejado perplejo es la alusión de pasada a "lefait que la majorité des noms de domaines , formés sur un gentilice,
en -iana <villa> aient été considérés comme des pluriel et réguliérement exprimés sous la forme d'un ablatif neutre pluriel... ". En la parte hisprínica del IA esto no es así: un nípido repaso de los posibles neufres
gentilicios en las rutas hispanas revela un buen nÍrmero de desinencias en -iana (ablativo fer¡enino singular) bien conservadas: Cinniana, Ant is t iana, Palfitriana, Calpur-
niana, Turaniana, Cilniana, Barbariana,
Regiana,
Caeciliana, Evandriana, Salaniana, Perceiana, Rusticiana, Leuciana. Y sin embargo, una ojeada a las partes no hispánica del Itinerario muestra que en ellas es exacta la apreciación de Arnaud. En alguna ocasión he comentado que las desinencias originales de acusativo parecen haberse conservado mejor en las rutas hispanas que en otras. He aquí, pues, otro dato que parece conñrmar este menor deterioro gramatical del IA en nuestras provincias. Para terminar, señalaré que he encontrado en Arnaud (nota 9 de su artículo) algo sobre Ptolomeo que tendría
que saber cualquier investigador que tenga a matlo buenas obras de referencia, pero que yo ignoraba: y es que el autor alejandrino en su Geografía (II,57; la edición citada es la de K. Müller, t.I, p.141) da las
fc .fl I t
lai-tapai dálá vía cle EmZiim a Ocelo Duri en perfecta coincidencia con el IA. Yo siempre había creído que Ptolomeo da longitudes y latitudes en grado y minutos, pero no distancias en millas; y eso es lo que veo en los pasajes ptolemaicos distancias en millas de
Transcritos por Roldrín Hervás en su minucio sa obra ltem ab Emerita Asturicam - El Camino de la Plata. ¿Omisión de Rold¿ín o error de Amaud? Si algún lector me proporciona el pasaje II,57 de Ptolomeo, se lo agracleceré.
G.A.
Ecos, extractos y refritos Arqueometría e Itinerarios de Lépido: una sugerencia En el no 9 de la revista Aaivitat científica, dedicado a la "Cecerca en Arqueologia" (Universitat de Barcelona, Juny 1996), veo una información sobre las actividades del
microporosidad, etc.), puede de ahí inferirse la temperatura de cocción y el tipo de horno utilizado.
Equip de Recerca Arqueombtrica de aquella universidad, que inició sus trabajos en 1985. La arqueometría es una nueva disciplina que aplica un conjunto de técnicas de las
Este análisis es exactamente el que desde hace 33 años estoy esperando que se haga con las cuatro tablet¿s de Lépido. Los arqueómetras nos prestarían un servicio impagable alos caminólogos si nos dijeran cuáles de las cuatro tabletas que se conseryan en el Museo de Oviedo, o qué fragmentos de cada tableta, están hechos con un
ciencias experimentales al estudio de los materiales arqueológicos. Se trata básicamente del análisis físico, químico y mineralógico de las cerámicas arqueológicas. La identificación de los minerales presentes en las piezas
permite una aproximación a las zonas probables de origen. Es m¿ís: como durante la cocción se producen cambios en las fases mineralógicas y en las propiedades físicas de las arcillas (color, microestructura,
mismo material y proceden verosímilmente del mismo horno de cocción. I-,a dllahda polémica sobre su autenticidad o su falsedad podría quedar así zanjada definitivamente. Esa es mi sugerencia. G.A.
Carteia, ciudad púnica y romana Con este título publican Lourdes Roldán Gómez y Manuel Bendala Galán un informe sobre la marcha de su "Proyecto de Investigación" con el que, además de buscar un mejor conocimiento histórico y arqueológico de la antigua ciudad, pretenden también "conseguir un buen acondicionamiento del yacimiento para ser visitado y
posibilitar un mejor acercamiento de la sociedad a conocimiento.
su
"
Poco añade este artículo al de Lourdes Roldrín que hemos resumido en ME 53,15-16. Se confirma la existencia de una factoría fenicia antecesora de la ciudad en el Cerro del Prado 2 Km al norte (yacimiento por desgracia
ya destruido) cuya vida se extendería entre los siglos VII y IV a.C. Los muros de la ciudad se fechan a fines del s. IV a.C.; los grandes monumentos de época romana (foro, templo, teatro, termas) datarían de los primeros años de Augusto; y su abandono se supone ahora tendría lugar a finales del s. V o comienzos del VI, sin que conozcamos
a
ciencia cierta sus causas (¿terremoto, maremoto,
problemas políticos o económicos?). "Carecemos práeticamente de noticias históricas del período de dominacién árabe. Aunque las fuentes aluden a Cartayána como el
lugar donde se construyó la primera mezquita de AlAndalus, la documentación arqueológica nada conforma sobre ello. "
G.A.
Eduardo Saavedra ante Numancia Áugustobiigallegn A rtiir, ei lais, I En un artículo de Antonio C. Ledo Caballero sobre las vías de comunicación en cuanto fuentes para el conocimiento de la historia de territorios y sociedadesr me llama la atención el siguiente párrafo: incluso eiemplos de cótno el estudio de una supuestq vía antigua induce, no ya ct intentar comprender "
Hay
vefiebración de una zona, sino incluso a localizar ciu¡lades antiguas; es lo que hizo Eduardo Saavedru' quien estudiando el tramo de calzada entre Uxama y
la
obstante, el fratar de identificar ciudades antiguas a partir de las grandes vías romanas resulta a todas luces desaconsejable. El tantas veces citado Chevallier ya advierte que, por regla general, las grandes rutas imperiales evilan los núcleos anteriores a ellas, "indiferenfes a los intereses locales y pequeiías aglomeracionesrr.. - "
157t 22
emptaiamiento
cleJínitivo de Numancia. Por oto lado, la publicación de sus conclusiones marca el inicio de laauténticainvestiga' ción viaria de época romandt eila Península lbérica. No
Sin llegar a decir rotundamente que sea "desaconsejable" olvidarse de las indicaciones de los itinerarios para buscar ciudades antiguas, estoy mucho más de acuerdo con la advertencia de Chevallier que con la interpretación que se hace del trabajo de Eduardo Saavedra. Ante todo, no corresponde a Saavedra el mérito de haber concretado la ubicación de Numancia en Garray, rectificando la vieja opinión que la situaba en Zamora. Ya Ztríta y Morales habían corregido el error; y Madoz, lZ años antes de la famosa Memoria de Saavedra, dedica en su Diccionario 4 densas páginas a Numancia situ¿índola
inequívocamente en Garray. ¿Fue, de todos modos, la calzada la que llevó a Saavedra hasta el solar de Numancia? Hay que reconocer que algún párrafo de su Memoria podría hacer creer eso, por ejemplo este:
"La situación
geográfica
de
Numancia queda
determinqdade una manera indudable,y que pocas veces es fdcil conseguir, porque conociéndose dos líneas que pasan por ella, debe hallarse en el punto de su común intersección. Es una de estas líneas la vía de Caesaraagusta por la Celtiberia, según lo demuestra el ltinerario de Antonino, sin dejar duda posible; la ofra es el río Duero, a cuyas orillas se encontraba..."
Pero quien siga atqntamente el proceso discursivo
del ing-niero investigador verá que fue muy distinto, casi podríamos decir que el contrario. Podríamos resumirlo así:
Tenemos tres puntos fijos por donde pasaba la vía
rouuna: Uxama (Osma), Numantia (Garray) y Augustobriga
(Mvo
de Ágreda);
- Luego el estudio topográfico del terreno con ojos de ingeniero nos tiene que revelar el recorrido más lógico y probable por el que el ingeniero rornano unió estos puntos. Pero lo que no imaginó Saavedra (faltaban 102 años para que se formulase la interpretación gramatical del
I.A. o
"teoría de los empalmes") es que dos de
esos
puntos supueslamente fijos no lo fueran, por ser acusativos. Y naturalmente no encontró indicio alguno de que la vía cruzase en Duero por Garray, cuando es evidente que el viejo camino siempre ha cruzado el río por Soria. A riesgo de ponerme pelma, tengo que recordar que eso quedó suficientemente argumentado en 1963 (véase REPERroRro, pp 95-97) y en 1989 (El Mn-mnro ExrneVAGANTE 20,11ss).
G.A. | '' ltinera loquun¡ar. Los contenidos históricos de los antiguos caminos", en el volumen que es al mismo tiempo 9l no XII de la serie Lengua e historia, Antigüedad y cisrtanismo y el no V de Scripta fulgenrtna, Revista de ciencias humanas y eclesiásticas; Murcia 1995"
El espacio rural romano en el entorno de Cieza En el mismo volumen que el estudio anterior, Manuel López Campuzano presenta un estudio cuyo largo título resume bien su contenido: "Via, iter, aaus y limes: contribución de la terminología de la jurisprudencia clásica al estudio de la organización del espacio rural romano en la cuenca alta del Segura (Murcia)". Tras estudiar el sentido de los diversos términos en los textos jurídicos y de agrimensura romanos, y teniendo especialmente en cuenta un estudio de 1886 de A. Yelo Templado sobre vías romanas en Cieza (véase ME 19,10), así como las prospecciones arqueológicas que han revelado la existencia de varios fundi en la ribera del Segura, M.L.C. establece de la siguiente manera el esquema viario en el área de estudio: "A) Una vía principal o praetorio Nova - Saltigi-, evidentemente pública, que-Carthago conduce a otas colonias.
B) Una vía vecinal
-Camino
del Cárcabo-,
que
constituye un ramal de la vía principal y se dirige a los vici, ad villam y núcleos urbanos que in vici sunt, atravesando terreno público. Los fundi asociados a su trazado podrían estar bajo la tutela de su manteniniento (refectio), aunque esta víq seguiría siendo pública por el hecho de unir espacios comarcales. C) Una vía privada agros-, que supone la
-inter
posibilidadde acceso de los diferentes propietarios de los fundi de las rerrazas bajas del Segura a la vía vecinal, para de esta forma acceder al mismo tiempo a la vía principal. Esta vía privada estaría sometida [...] a set'vidumbre de tánsito
[...J
La A es por supuesto la Vía del Esparto (CL de nuestro M¡,p¿.-INolce). La C, por su propia naturaleza, no puede ser tenida en cuenta en dicho mapa. La cuestión se plantea en cambio para la B (Camino del Cárcavo). ¿Debemos incluida?
Mi impresión es que este camino es un enlace secundario entre otros dos más importantes: nuestras Cl y C33. Yelo Templado, en su estudio citado, recuerda que desde 1505 "los Reyes Católicos habían establecido en Granada la Chancillería
o
Audiencia Real
y
allí
acudían a resolver pleitos en grado de apelación desde toda la España situada al sur del río Tajo", lo que explica que las respuestas de los vecinos de Cieza destinadas a las Relaciones de Felipe II presten especial atención al camino hacia Granada: "hasta la villa de Caravaca por camino derecho de ésta a ellahay nueve leguas y hasta la
Real Audiencia de Granada cuarenta y seis". Pero notemos dos cosas: 1) que tanto Villuga en 1546 como Alonso de Meneses er L576 describen un camino de Valencia a Granada que cruzaría el Segura por Calasparra
Í57t 23
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Villc Visus
(S.7Jn H.López C^^prro,1o. Sim?l;Fic^cln ¡o, G.A.)
y no por Cieza; 2) que, segrin Yelo, "en Villena, Jumilla, Yecla, Elche... todavía se conoce el camino como .senda o camino viejo de Granada". " Es significativa la omisión de Cieza en esta frase de un estudio dedicado especialmente a Cieza, cuando en cambio la mención de Elche (de la Sierra) nos lleva bastante lejos por el oeste de
este camino viejo de Granada.
Cuestión aludida accidentalmente es la identif,rcación generalmente admitida de Cieza conla Segisa romana de
Tolomeo. M.L.C. no la niega, pero observa que no basa en evidencias arqueológicas
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La cuenca del río Aguasvivas en la historia Comentario Miguel ARENILLAS PARRA, Carmen OÍaZ-cUBnRA J¿ÉN, Rafael conrÉs GIMENo, Miguel gBI-fnÁN LLORIS, José Ma VlleOÉS CASTILLO, J. Ángel SESMA MUñOZ, Juan F. UTRILLA UTRILLA, Carlos LALIENA CORBERA. Lapresa de Almonacid de la Cuba. Del mundo romano a la llustración en la cuenca del río Aguasvivas . Depto. de Educación y Cultura del Gobierno de Aragón y Confederación Hidrográfica del Ebro. 1996.
Pese al indudable interés de la presa que da título al el subtítulo es sin duda más expresivo del contenido de este estupendo estudio interdisciplinario en que han trabajado historiadores, arqueólogos, ingenieros y geologos. La romanidad de la presa, apuntada ya eomo probable por Antonio Ponz en el s. XV[I, queda plenamente confirmada ahora con datos históricos (un geógrafo musulmán del s. XI la atribuye a "los antiguos"), arqueológicos, e incluso por el método del C14, gracias a dos
volumen,
muestras de madera halladas en los niveles inferiores de la estructura. Construida en tiempos de Augusto, la primera estructura --demasiado esbelta- se debió am¡inar poco después de su puesüa
r
merq presa mds ahafue la de Tibi, con 46 metros, (que) se concluyó en 1594..."
'
No es la altura la única particularidad notable de esta
obra. No se construyó para abastecer de agua a una ciudad, sino que fue quiá la primera de las grandes presas españolas destinadas al regadío. Además, la historia y la naturaleza conjugadas han tenido un efecto que probablemente no previó el constructor romano: el relleno con limos de sedimentación de valle situado aguas ,1
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-
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...
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t.
en servicio, por lo
que fue reconstruida y reforzada casi a continuación, posiblemente también bajo Augusto. Desde entonces ha prestado servicios
casi sin intermpción hasta hoy, aunque por supuesto fue objeto de algunas reparaciones en diversas épocas. Para encarecer su importancia, baste copiar el siguiente párrafo: "La prese de Almonacid la Cuba es (...) una
'Qí';il.
de Bran obra de ingeniería romana, que, por lo hasta
ahora publicado , parece ser
la de mayor altura entre todas las conocidas -o estudiadas- de ese período; y no sólo en Hispania, sino en todo el mundo romano, Es frece metros más aba que la presa de Proserpina
(...). En
el
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arriba convertido ahora en fértil huerta en una gran exten_ sión, lo que no impide que la presa siga alimentando el canal que lleva el agua a los amplios regadíos del Norte de Belchite.
El estudio técnico y arqueológico del monumento es ejemplar, y va acompañado rle planos, medidas, mapas y fotografías excelentes. Hay también una sección sobre otras obras históricas en el río Aguasvivas. Pero, ya lo hemos dicho, el contenido del volumen tiene para nosotros muchas más cosas de interés. poblamiento antiguo, romano e islámico en la cuenca del río Aguasvivas; reconquisia y repoblación; evolución demo_ gráFrca, redes hidráulicas y producción agrana en los siglos medievales
y
modernos; organización feudal y
conflictos de términos...Imposible resumir aquí lo que es de hecho una monografía histórica muy completa de una
cornarca. Varios de sus datos merecon tenerse en cuenta para los mapas de nuestro Arl¿s Htsrónlco; por ejemplo, Belchite (cuyas primeras menciones datan del s. XI) podría figurar desde nuestro mapa no 38, más o menos. Reproduciré simplemente tres de los mapas de la obra comentada, que son suficientemente elocuentes por sí solos.
Hay también un mapa esquemrítico de vías de comuni-
cación romanas, inspirado a grandes rasgos en M.A. Magallón. Pero en esta materia el descubrimiento verdaderamente interesante no llegó a incluirse en la obra, y me lo comunica Miguel Arenillas en la noia manuscrita que acompaña el envío del libro. Véase Ia sección "Lo que dicen nuestros corresponsales ".
G.A.
Lo que dicen nuestros corresponsales Escribe José Miguet Novo Güisán desde Lugo (10.06.96)
APRECIACIONES A TIN COMENTARIO Quiero con esta carüa darte las gracias por varias razones y, como soy hombre ordenado, paso a enumerar_ Ias.
Primero: por hacerte eco en El M¡lmnIo Exrne_ vAGANTE de mi tesis doctoral.
Segundo: por tener la gentileza, de enviármelo. Tercero: por el hecho de que, en general, y con las excepciones del capítulo de vías, y de la auténtica chapuza que resultó la edición (falta de títulos en los capítulos, tablas mal colocadas, etc.), tus comentarios son elogiosos.
Cuarto: t¿mbién te agradezco tus críticas sobre el capítulo de la red viaria. En mi descargo te diré que no resulüa fácil hacer en solitario, y por libre, la historia de casi seis siglos y de una zona tan amplia como la abordada en mi trabajo, que, adernás, está a caballo de dos especialidades académicas, la Historia Antigua y la Medieval. Es evidente que en un trabajo de esta amplitud no cabe hacer un estudio detenido de los caminos que implicaría, además, el pateo personal de los mismos. Hay, no obstante, algunas apreciaciones que, sin pretender dar el coñazo, me gustaría hacer: 1) No desconocía, cuando redacté la tesis, EL
M¿mnlo ExrRevec¿.¡¡rp. 2) La cita de Diego Santos, sobre la mención en 1902 de la placa I del Itinerario de Barro, es absolutamente correcta como puedes comprobar por la fotocopia de la página correspondiente de la Epigmfia romana de Asturias.
3) La obra de Lostal es de aparición posterior a la entrega del original de mi libro para su publicación. 4) También lo es la publicación del TIR dedicada a Caesaraugusta y Clunia (1993). 5) Mi descripción de la vía de los picos de Europa está tomada de la obra de C. Fernríndez Ochoa Asturias
en la época romana, Madrid, 1982, pp.53-55, corno consta en la nota correspondiente,
Pero dejemos asuntos eruditos. Aprovecho la ocasión de escribirte para
[...]
[Cita mencionada de Diego Santos:J "Forman el llamado Itinerario de barro cuatro piezas de barro cocido, euo so dice fueron encontradas" «en la región de Astorga», a fines del siglo pasado, en una fecha no precisada. Al menos, de la primera placa se tiene ya noticia, en 1902, por carta escrita, en esa fecha, a Sebasti¿ín de Soto Cortés por Eduardo de Ia pedraja, desde Santander. " Nada se dice en ella del lugar del hallazgo ni del número de placas, sino que le regalaron una fotografía de
un ladrillo «que... en varios renglores que tiene, comprende completa noticia de Ia vía ronuna de León a Santander." Las cuatro placas del Itinerario pertenecieron a la colección de Soto Cortés, en Labra, y allí siguieron hasta mediados de siglo. Luego fueron adquiridas por Ia
Diputación de Oviedo para el Museo Arqueológico Provincial y en él se conseryan.',
[... En cuanto o tus puntualizaciones, supuesto es de
que por justicia conozcan los lectores de Et
Mlu¿ruo Exrn¿vtc¿¡,rtr, debo aclarar en seguida que rni extraiíeza ante ta cita de Diego Santos viene de que la
t57127
edición que yo tengo de su obra datu de 1959, y la que 1985. Los ptírrafos cuya fotocopia me mandcu no figuran en la primera. Por lo visto en los 26 años que mediaron Diego Santos tuvo tiempo de escudriñar afondo en la correspon"dencia de Soto Cortés. Considero de suma importancia el dato consignado en Santander en 1902 por Eduardo de la Pedraja. Ademtis de acercarnos a la fecha del hallazgo, sirve para: a) llevar a Cantabria el lugar probable de hallazgo
tú tienes de
de la/las tabletas Qo de "Astorga" fue una hipótesis totalmente gratuita, pero que hizo fortuna, del francés Besni.er en 1924); b) la mención de tan sólo la primera tableta en 1902 podría ser un qrgumento en favor de la autenticidad de éstay lafalsedad de las otras tres, pues es raro (aunque no imposible) que unos documentos tan evidentemente emparentctdos vayan apareciendo poco a poco. Sin embargo, no creo preciso rectificar mis conclusiones expuestas en ME 49,2-6: dos auténticas, dos
falsas. - G.A.l
viej o camino hasta M unies a,
población en cuya estructura
urbana p(trece haber un eje principal Norte-Sur. En Cortes de Aragón conviene citar a Madoz: "crúzale la carrefera de Zaragoza a Teruel". ¿Se ffata de una carretera moderna? En Segura de los Baños y en Montalbán, según el propio Madoz, los caminos "se encuentran en el mayor descuido y abandono" y "casi todos son de herradura". También puede hacerse argumento del silencio de los repertorios de caminos del XW (Villuga, Meneses) sobre este camino más directo de Zaragoza a Teruel. Ante estos datos negativos, cobra mds fuerza el recuerdo ya citarlo de los informantes del Instituto Geográfico en 1953 sobre un "Camino de Montalbán" que separq los tétminos cle Lécera y Letux.
'Supongo que el camino continuaría por Mezquita de Jarque y Perales de Alfambra hasta la encrucijatta caminera de Teruel. ¿Sería ésta la continuación natural de la ruta antoniniana A3l , que siempre hemos supuesto terminaría en el límite del convento ce§araugustano? G.A.J
Escribe Miguel Arenillas Parra desde Madrid (10.06.96)
/atra3oz+
O
¡,rrNA vÍa zaRAGoza-TERUEL? ¿i[f < yq¿¡¡1ráuiá
To r.-¿
Aunque el libro que te envío no trata de calzadas, sino de presas antiguas dos de ellas-, los trabajos de campo nos han-romanas permitido localizar un camino viejo, que en algunos tramos tiene el aspecto de una calzada romana. Entre Muniesa (Teruel) y Zaragoza el camino sigue un traztdo próximo al del abandonado (otro más)
¿,
q
Se(ctrit¿
ferrocarril minero de Utrillas, lo cual es lógico por las condiciones topográficas del territorio que atraviesa. Es fácil que, precisamente por ello, el ferrocarril se aaomodase a grandes rasgos ala traza de este viejo camino. No
rJ L( (v^
o
o Ldcer^
he tenido tiempo de revisar los topográlicos antiguos ni de hacer un reconocimiento de detalle; pero el camino está y es fácilmente reconocible: creo que merecería la pena estudiado. Habrá que buscar la ocasión.
f{u,riera 5 .j
Sur, con
Jc lar Óoñaj
prolongado en el equívocamente llamado "Camino de Muniesa e Letux,,, ambos constitutiyos de límites de términos municipales. En la hoja 412 (Pina - ed. 1951) el "Camino vieja de Zaragoza"se inclina ligeramente hqcia el Oeste, y se pierde antes de salir del término de Belchite. Teniendo en
Otríttar o ,'
.a Hct1"i1' J¿b.1oe d'?ernle+
cuenfa la topografía, supongo que sigue más o menos una
la esquina de esa hoja. De Torrecilla de Valmadrid a Zaragoza (IG 353 - ed. 1953) hay un camino directo que pasa junto al cementerio y que parece haberse petpetuaclo en calles modernas en esta divisoria de aguas hasta
t57t 28
,,.
! Ho'rt^(bi'
el "Camino de Montqlbán"
zonq de expansión urbana de la capital. Hacia el Sur (IG 467 - ed. 1972) no hay dificuhad en suponer que la actual carretera se ha superpuesto ttl
cott",
:at At^1;"
segr.^.
[Consultados mis topográficos, idenÍifico tu camino en IG 440 @elchite - ed. 1953) como el "Camino viejo de ZaragoTa" que sale de Belchite hacia el Nor"te y, por el
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